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Page 1: PAPEL SALMÓN 26 DE JULIO

1julio 26 de 2009

creación y vida julio 26 de 2009

E

D I C I ÓN

873

44Versos entre el realismo sucio y la nostalgia

2La caracterización, nota predominante en O.Cuéllar

6Manizales en la narrativa de Adalberto Agudelo Duque

7La Guerrilla de El Che

8Publicaciones

sucio y la nostalgia

44444Versos entre el realismo sucio y la nostalgia

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IMÁGENES Y HUMOR

La ilustración, ese ejercicio pedagógico asociado a la imprenta, pero con rastros profundos en los iluministas de las bibliotecas medievales,

no solo se hace con dibujos. También la tipografía, la fotografía, la infografía son recursos que sirven para ilustrar un texto. Por eso cuando hablamos de ilustra-ción caricatográfica, se establece claramente que nos referimos a aquel subgénero que utiliza el dibujo recar-gado para iluminar un texto pre-existente o pretexto. Y si uno es lo que hace, Orlando Cuéllar, O.Cuéllar, es sin lugar a dudas, un ilustrador caricatográfico, aunque también haya publicado chistes gráficos en diarios y re-vistas de Inglaterra, Estados Unidos, Francia, España, México y Colombia y haya participado en exposiciones colectivas en Cuba, España y Colombia.

Fisonomía caricatográfica

En Colombia las ilustraciones de O.Cuéllar han cir-culado a través de los diarios El Espectador y El tiem-po y las revistas Credencial, Cromos, Aló, Carrusel . En el exterior se pueden citar las revistas Courrier Inter-nacional de Francia, Index on censorship de Inglaterra y Eins de Alemania. Y para completar su oficio primor-dial se deben incluir también las ilustraciones de libros escolares para las editoriales Norma y Educar.

Sin embargo, una de las pasiones de O.Cuéllar es la fisonomía caricatográfica. De hecho, la primera expo-sición de Rastreando Rostros la realizó en compañía del Maestro Calarcá en la Feria Internacional del Libro

RASTREANDO ROSTROS

LA CARACTERIZACIÓN,nota predominante en O.CuéllarUna de sus pasiones es la fisonomía carica-tográfica. Estará en la exposición Rastreando Rostros durante la XXII Feria Internacional del Libro de Bogotá. En su obra también están presentes la exageración , la síntesis y el diseño. Sugerencia. Carlos Alberto Villegas* - Papel Salmón

de Bogotá, en 2002. Iniciativa quijotesca que encontró acogida en la Universidad de Alcalá de Henares. Por ello mismo, es uno de los protagonistas de la presente edición.

Aunque también en las fisonomías de O.Cuéllar es-tén presentes la exageración, la síntesis y el diseño; es la caracterización la nota predominante que sobresale en el conjunto de su obra. Sus personajes no son some-tidos a la desmesura de Turcios, ni al diseño simbóli-co de Elena, ni a las búsquedas sintéticas de Calarcá, ellos son caracterizados fundamentalmente a través de la forma de sus rasgos preeminentes y de los contextos de sus narrativas.

El acartonamiento del príncipe Carlos de Gales y su entredicha y decadente monarquía , por

ejemplo, están caracterizados mediante los gustos de clase de las bibliotecas

burguesas. La viñeta, primorosa y meticulosamente elaborada,

emula a las filigranas de los maestros encuadernado-

res con un hiperrealismo preciosista que no es

circunstancial. Quienes detallen el fondo de la biblioteca podrán apreciar que los vo-lúmenes se repiten con una monótona modularidad y que los estantes del pri-mer plano revelan el tema de esta sección de la biblioteca: la

historia de los mo-narcas ingleses.

Entre la previsible modularidad del libro

correspondiente al futuro rey William V, y la volumi-

nosa y colorida presencia del libro de la Reina Elizabeth II,

la impávida figura de Carlos de Gales. Los nombres y las caracte-

rísticas de los tomos pueden pasar des-apercibidos, pero tienen el valor semiótico de

aumentar el peso de los reyes sobre la personalidad cenicienta del heredero de la Corona. Paradójicamente, el más vivo de los objetos de la biblioteca, es el muerto menos histórico. Quienes comparen esta viñeta con las caricalomías de Quevedo, citada en las entregas ante-riores, encontrarán un idéntico mecanismo en lo cir-cunstancial como sustento de la sátira.

O.Cuéllar no sólo ha caracterizado la anodina pre-sencia del príncipe de Gales, y la asfixiante presencia de la reina inmortal, sino también el apolillado ambien-te de la monarquía. Sin una sola estridencia, el carica-

El acartonamiento del príncipe Carlos de Gales y su entredicha y decadente monarquía , por

ejemplo, están caracterizados mediante los gustos de clase de las bibliotecas

burguesas. La viñeta, primorosa y meticulosamente elaborada,

emula a las filigranas de los maestros encuadernado-

res con un hiperrealismo preciosista que no es

circunstancial. Quienes detallen el fondo de

modularidad del libro correspondiente al futuro

rey William Vnosa y colorida presencia del

libro de la la impávida figura de Carlos de

Gales. Los nombres y las caracte-rísticas de los tomos pueden pasar des-

apercibidos, pero tienen el valor semiótico de aumentar el peso de los reyes sobre la personalidad

cenicienta del heredero de la Corona. Paradójicamente, el más vivo de los objetos de la biblioteca, es el muerto menos histórico. Quienes comparen esta viñeta con las caricalomías de Quevedo, citada en las entregas ante-riores, encontrarán un idéntico mecanismo en lo cir-cunstancial como sustento de la sátira.

O.Cuéllar no sólo ha caracterizado la anodina pre-sencia del príncipe de Gales, y la asfixiante presencia de la reina inmortal, sino también el apolillado ambien-te de la monarquía. Sin una sola estridencia, el carica-

El submarino amarillo sirve para enfatizar la caracterización John Lenon por O.Cuéllar.

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IMÁGENES Y HUMOR

PS

tógrafo ha extendido su obra del territorio de la fisono-mía, a la sátira política, para instalarse con propiedad narrativa en el escenario del chiste gráfico. Desplaza-mientos significativos de su maestría narrativa.

Técnica del acrílico Su John Lenon, es otro ejemplo en el que la circuns-

tancia del submarino amarillo, sirve de correlato para enfatizar la caracterización. Claro, se precisa la memo-ria de viejito rockanrolero o de apasionado seguidor de los Beatles para fijarse en el detalle. Al igual que en el anterior ejemplo, en esta fisonomía, el ambiguo dato visual de una paloma de la paz que vuela en las profun-didades oceánicas o un submarino que surca los cielos, le hace un guiño al chiste gráfico.

Interesante síntesis por ocultamiento consigue en la fisonomía de Angelina Jolie; en ella, el diseño na-rrativo favorece el logro: detrás de una planeadísima y bien compuesta puerta que impide el paso del re-ceptor, medio rostro sobra y basta para caracterizar a la actriz y para exaltar su inquietante belleza, con-vertida en un sueño fetichista de la sociedad del siglo XXI.

En ésta, como en la anterior muestra de Rastreando Rostros, se aprecia la maestría de O.Cuéllar en el ma-nejo de la moderna técnica del acrílico. Quien lo dude que vuelva sobre la fisonomía de Botero y esas cali-dades del bronce conseguidas sin la intervención del computador.

Y atención que el uso del computador es solo una técnica más que no le resta mérito al artista. ¿Cuan-tas personas que tienen a su alcance un ordenador con procesador de texto han escritos obras de la grandeza de Cien Años de Soledad?

Más allá de las apariencias

Que basten estos ejemplos para incitar al visitante a encontrar en la exposición las polisemias profundas de O.Cuéllar que le agregan sentido a una obra aparen-temente tranquila. De las aguas mansas sálveme dios, que de las bravas me salvo yo, decían los abuelos cuan-do enfrentaban situaciones de calma chicha. Ratifico mi regocijo con esta creación que conlleva corrientes, historias y pasiones de fondo que pueden pasar des-apercibidas pero que inquietan y asombran gratamente a aquel lector que tenga el tiempo y los códigos para ver más allá de las apariencias.

Detrás de las hieráticas figuras se podría adivinar un drástico manejo del tiralíneas y del compás e ingentes horas de labor sobre el original. No obstante, la preci-

El artista colombiano Fernando Botero visto por O.Cuéllar.

sión del autor señala que prefiere dibujar a mano alza-da y en algunos casos con plantillas o curvígrafos por si es necesario afirmar líneas previamente dibujadas. Para las delimitaciones de área y los detalles un pincel fino o la plumilla.

¿Y en el manejo del color?

“En la etapa de color la paleta es muy básica, los tres colores primarios más el negro, y el blanco que aplico en caso de necesitar algún efecto de brillo en el terminado. No uso colores diferentes salidos del tubo, la inmensa paleta cromática es bellísima pero me satisface mucho buscar y encontrar colores en la mezcla. Todos los colores resultantes los pruebo brevemente en papel aparte antes de aplicarlos al ori-ginal. Casi siempre trabajo primero los planos pos-teriores y los elementos que contextualizan al perso-naje y por último las caras y en éstas los ojos y las bocas”, dice O.Cuéllar.

Una condición de ejecución que revela una exigencia personal en busca de una voz y un estilo propio, a la vez que subraya su paciencia de artesano, su rigor estoico y un diálogo profundo y respetuoso con los materia-les; pero, sobre todo, una inconcebible capacidad de sugerencia que escapa al ojo habituado a las lecturas presurosas

*Artista, escritor y gestor cultural.

En la caricatografía de Angelina Jolie se ve el manejo de la moderna técnica del acrílico por parte de O.Cuéllar.

O.Cuéllar no sólo ha caracterizado la anodina presencia del príncipe de Gales, y la asfixiante presencia de la reina inmor-tal, sino también el apolillado ambiente de la monarquía. Fotos/Cortesía de Orlando Cuéllar/Papel Salmón

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LITERATURA

PS

Adalberto Agudelo Duque es, en narrativa, el escritor más im-portante que tiene Caldas. Un

autor que ha obtenido reconocimiento a nivel internacional por la calidad de su trabajo literario. Pero, sobre todo, un es-critor comprometido con su entorno. A Manizales le ha escrito sus mejores pá-ginas. La mayoría de los cuentos inclui-dos en Variaciones, el libro que obtuvo en 1994 el Premio Nacional de Cuento Colcultura, están escritos sobre aspectos de la ciudad. El suyo es un trabajo que muestra no sólo su preocupación por la palabra sino, además, su interés por convertir a Manizales en el espacio geo-gráfico de su obra como narrador.

Llama la atención e n Adalberto Agu-delo Duque su insistencia en hacer de Manizales esa Comala que inspiró las ficciones de Juan Rulfo. Es, sin duda al-guna, el autor que más ha trabajado los temas de la ciudad. En su primera nove-la, Suicidio por reflexión, publicada en 1967, aparece la capital caldense como escenario de vida. Óscar Olivares, el per-sonaje central, simboliza en su apellido el nombre de una quebrada que cruza con sus aguas turbias un sector deprimi-do. Pero el telón de fondo es Manizales. El paisaje urbano, con todos sus mati-ces, aparece en las páginas de esta obra que enseña la miseria de esas gentes que habitan en los extramuros.

Ningún tema le ha sido ajeno a Adal-berto Agudelo Duque par a retratar con su prosa de finos destellos artísticos su

PROSA CON TONALIDADES POÉTICAS

ADALBERTO AGUDELO DUQUE Manizales en la narrativa de

A la ciudad le ha escrito sus mejores páginas. En Suicidio por reflexión aparece la capital caldense como escenario de vida. En Toque de queda, el Parque de Bolívar se convierte en escenario de batalla. En Abajo, en la 31, los niños juegan canicas. Pintura con palabras. José Miguel Alzate* - Papel Salmón

ciudad. La forma cómo Fermín López arribó hasta un paraje del Cerro de San Cancio en la época de la colonización le sirve al autor para escribir un cuen-to donde recrea el pasado histórico de Manizales. Así lo dice en La ciudad su-mergida : “Fermín oyó la quejumbre del carbonero al derrumbarse pero no tuvo tiempo de escuchar la protesta ronca y angustiada de los chamizos rotos ni de ver las mariposas brillando al sol. Al fren-te, en una ventana abierta de par en par, el paisaje se le entró por los ojos”.

Una mirada artísticaEl escritor debe conocer la ciudad

para escribir sobre ella. Y Adalberto Agudelo Duque demuestra con su vasta obra narrativa que conoce como nadie a Manizales. Con su lenguaje elaborado la pinta, describe sus calles, hace poesía con sus atardeceres, dibuja su catedral, muestra su entorno humano, habla de sus amaneceres, recrea su historia. Por ejemplo, sobre su proceso de fundación dice: “En el comienzo fue la calle larga, larga: siguiendo el contorno y la cima de la colina aparecieron las viviendas, primero de esterilla y guadua, después de esterilla y cemento en la medida en que sueños y fracasos, esperanzas y éxitos se hicieron viejos en los viajantes de comercio”.

Manizales es viento y agua en la prosa de Adalberto Agudelo Duque. Los perso-najes de sus cuentos parecen sacados de estas calles que el escritor conoce por-

que las ha caminado con su mirada de artista. Los hechos históricos que narra están ligados a la vida misma de Maniza-les. Como la protesta universitaria de los años setenta que describe en Toque de queda, donde muestra ese inconformis-mo de los estudiantes que tiran piedra como expresión de su espíritu contesta-tario. En esta obra está la ciudad, toma-da por la fuerza pública, que corre por las calles lanzando gases lacrimógenos. Aquí el Parque de Bolívar se convierte en escenario de una batalla librada a piedra limpia.

Encanto literarioAdalberto Agudelo Duque ha tomado

a Manizales como eje donde giran sus historias. Para él, la capital de Caldas tiene encanto literario. Lo enseña en De rumba corrida, la novela que obtuvo en 1998 el premio de la Sexta Bienal de No-vela José Eustasio Rivera, cuando narra el encuentro de un médico joven con una mujer “petulante y hermosa, fría y cal-culadora”, que le permite visitarla en su casa del barrio Estrella. Para el autor, “ A la ciudad se llega navegando la rosa de los vientos. Por cañadas y precipicios, por la loma de faldas y montañas, des-corriendo el velo de las nubes o subien-do las raíces de truenos y relámpagos”. ¿No es esta, acaso, una afortunada des-cripción de la ciudad?

En su último libro publicado, Abajo, en la 31, premio de novela Aniversario Ciudad de Pereira 2007, el novelista vuelve sobre esa preocupación temáti-ca de retratar con su prosa de vigorosa fuerza narrativa esta ciudad donde ha crecido como escritor. Caramanta, el es-pacio geográfico de la historia narrada, donde transcurre entre juegos de cani-cas la vida de Beto, el protagonista, es la capital de Caldas. Pero es esa Maniza-les de los años sesenta que no se había extendido tanto hacia sus cuatro pun-tos cardinales. Una ciudad donde toda-vía los niños jugaban a las escondidas, donde se elevaban cometas en las tardes soleadas de agosto, donde se escuchaba todavía el sonido de las campanas de la Catedral convocando a misa.

Fuerza narrativaCasi todos l os escritores caldenses

han tomado a Manizales como referen-te literario. Eduardo García Aguilar, Oc-tavio Escobar Giraldo, Orlando Mejía Rivera, Roberto Vélez Correa, Carlos Eduardo Marín, entre otros, han llevado a sus libros las calles de esta ciudad, sus monumentos históricos, sus personajes representativos, sus momentos de glo-ria. Pero es Adalberto Agudelo Duque, en nuestro concepto, quien mejor la ha interpretado. La fuerza narrativa de sus novelas logra comunicarle al lector cómo es la ciudad, de dónde viene su historia, qué elementos paisajísticos la adornan. El escritor pinta la ciudad en una prosa que en determinados momentos adquie-re tonalidades poéticas. En síntesis, Ma-nizales tiene en Agudelo Duque su nove-lista mayor

*Historiador.

Adalberto Agudelo Duque es Licenciado en Lenguas modernas y Literatura de la Univer-sidad de Caldas. Su primera novela fue Suici-dio por reflexión y la última Abajo, en la 31. Foto/Archivo LA PATRIA/Papel Salmón

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CINE

PS

A veces se ven documentales tan armados, tan arreglados, tan preparados, que parecen una

muy buena película. Otras veces se ven películas armadas, arregladas y prepara-das de tal manera que parecen un muy buen documental.

Esto último pasa con Guerrilla, la se-gunda parte de Che -bilogía cinematográ-fica dirigida por el estadounidense Steven Soderbergh (Sexo, mentiras y video, Erin Brockovich)-, un filme de 140 minutos que maneja una fotografía, unos movimientos de cámara y una edición final cercanos a los del documental naturalista.

Mientras que la primera parte de Che, llamada El argentino, se centra en la for-mación y consolidación del movimiento revolucionario en Cuba que terminó con el derrocamiento del gobierno de Fulgen-cio Batista y la toma del poder en manos de Fidel Castro y sus seguidores revolu-cionarios, entre ellos Ernesto Guevara, Guerrilla se desarrolla enteramente en Bolivia, país donde El Che vivió sus úl-timos días.

Revolucionario de vocación

Luego de la consolidación de la Revo-lución en Cuba y de su paso por otros países como el Congo en África, que Guevara recorrió aprendiendo y a la vez diseminando tácticas insurgentes y de sublevación popular armada, El Che lle-gó a Bolivia con el objetivo de armar un grupo guerrillero capaz de tumbar al go-bierno dictatorial de René Barrientos.

Bajo la falsa identidad de Ramón Benítez, que había adoptado desde su estadía en el Congo, El Che se adentra en la región suroriental del país sura-mericano, que por su ubicación central fue visto por Guevara y por Fidel Cas-tro como punto estratégico para irradiar su revolución comunista por el resto del subcontinente.

En Guerrilla, cuyo guión se basa en los textos del Diario de Bolivia, escri-tos por Guevara, se ve cómo el grupo de

ES LA SEGUNDA PARTE DE LA PRODUCCIÓN

La Guerrilla de EL CHEEl filme utiliza recursos que lo asemejan a un documental natu-ralista para mostrar los últimos meses de Ernesto Guevara antes de ser fusilado en Bolivia. Final.Santiago Mejía Orejarena* - Papel Salmón

to de Liberación Nacional de Bolivia en-cabezado por Guevara continuó su lucha viendo cómo en cada choque con las filas oficiales se iban diezmando sus fuerzas, camino hacia una derrota segura. “Yo ya estoy aquí, y de aquí solo me sacan muerto”, sostiene El Che a uno de sus soldados dudosos de su militancia.

Las escenas de combates en el monte, los pequeños villorrios donde Guevara y sus hombres buscan víveres, los ata-ques de asma y demás quebrantos de salud del líder revolucionario, contras-tados con la música de guitarras andi-nas, las tomas sin temor al contraluz y en claroscuro y la cámara al hombro y con giros de reportero de guerra llenan a Guerrilla de un naturalismo que disi-mula muy bien el dispositivo y llevan al público a una inmersión adentro de la jungla, pero, sobre todo, del pensamien-to guevarista. Del ideal de este hombre que permaneció firme a sus convicciones hasta el final. Tan adentro, que el direc-tor se atreve a mostrar su muerte como una “muerte subjetiva”. Una muerte des-de los ojos del comandante Guevara, que interpela a su verdugo. Una muerte en la que cada ráfaga que impacta a El Che lo hacer también con el espectador, para enfatizar que, como lo repetía constante-mente, él estaría con los que se queden “hasta la victoria siempre”

*Diseñador visual/Comunicador social y periodista.

FICHA TÉCNICATítulo original: Che, Guerrilla (Che Part Two) Título en español: Che, Guerrilla (Che Segunda Parte) Género: drama Idiomas: español e inglés con subtítu-los en español Director: Steven Soderbergh Año: 2008 Duración: 140 minutos País: Estados Unidos Reparto: Benicio del Toro, Demian Bichir, Carlos Bardem, Franka Poten-te, Jorge Perugorría, Lou Diamond Phillips, Joaquim de Almeida.

combatientes liderados por El Che, que no superaba los 50 hombres, entre los cuales había bolivianos, cubanos, perua-nos y argentinos, hace varios esfuerzos por reclutar más milicianos entre los campesinos de la zona y entre los mis-mos soldados del ejército boliviano, pero el miedo hace que el intento de engrosar las filas sea infructuoso.

Sin embargo, la soberbia interpreta-ción de Benicio del Toro, que ganó el pre-mio a la mejor interpretación masculina

en el Festival de Cine de Cannes 2008 por su actuación en las dos partes de Che, resalta el carácter recio de ese médico de profesión pero revolucionario de voca-ción nacido en Rosario (Argentina), que insistía en que “un levantamiento popu-lar sin la lucha armada no tiene ninguna probabilidad de llegar al poder”.

¡Hasta la victoria siempre!Pese a ser muchísimo menor en hom-

bres y en armamento, el llamado Ejérci-

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Director: Nicolás Restrepo EscobarEditora: Gloria Luz Ángel EcheverriCoordinadora: Victoria Eugenia Salazar VelásquezDiseño: Virgilio López ArceCircula con LA PATRIA todos los domingosCra 20 No.46-35. Tel 878 1700Impresión: Editorial LA PATRIA S.AE-mail: [email protected]: Portadas de los libros de la primera edición de la Colección BambusaFotos/Reproducción/Papel Salmón

8julio 26 de 2009

PUBLICACIONES

Luis E. García - Papel Salmón

P R E C I S I Ó N C O N C E P T U A L

H e c h o s y l ó g i c arecomendado

Aproximación crítica a la cuentística de Humberto Jaramillo Ángel

Ejemplo de un estudio integral

Otto Morales Benítez* - Papel Salmón

César Augusto Reyes Vélez es un hombre jo-ven y con afanes de claridad en sus propósitos mentales. En su prosa se advierte seriedad de sus investigaciones, honestidad en sus juicios, búsqueda de un idioma de limpia calidad que ofrece, como ejemplo, cómo debe continuar esa labor de es-tudio de las variadísimas e im-portantes contribuciones de los hijos del Gran Caldas en la no-vela, poesía, cuento, ensayo, pe-riodismo, historia, legislación, oratoria, filosofía, examen de la realidad sociológica para darle el sitio que merece en la creación colombiana.

César Reyes abre el camino con su ejemplo y exploración en-tusiasta y honesta para examinar parte capital de la obra de Hum-berto Jaramillo Ángel. Ojalá su ejemplo sirva para que se escriban estudios in-tegrales sobre el Gran Caldas o en torno a per-sonalidades de la cultura –literatura, arte, pen-samiento- de los tres departamentos. Este libro de Reyes, examen literario, abrirá rutas a otros investigadores de la región.

El autor recibió el impulso inicial de un profe-sor de Literatura en la Universidad Tecnológica de Pereira, el magíster William Marín Osorio. Él, escuchó la insinuación. Con juiciosa predisposi-ción, leyó la obra de Humberto Jaramillo Ángel. Al analizarla, fue anotando sus observaciones críticas. Se sintió comprometido con una obra que el escritor construyó con exceso de devo-ciones literarias. Él no admitía un desvío en sus fervores intelectuales. Dio ejemplo de fiel amor a la creación.

Reyes Vélez logra con Aproximación crítica a la cuentística de Humberto Jaramillo Ángel despertar su vocación de ensayista. Está muy joven y, por lo tanto, tiene la posibilidad de tra-bajar con fe su destino literario. Ya utiliza las orientaciones de un buen crítico: búsqueda ade-cuada y noble del idioma, apoyos culturales para

la interpretación y claridad para denunciar las mejores facetas del escritor analizado.

Para este trabajo, Reyes Vélez leyó parte sustancial de la creación literaria de la gente del Gran Caldas que coincidieron, en ese tiem-po y en afanes mentales, con Jaramillo Ángel. Tuvo el cuidado de entrevistar a hombres de alcurnia intelectual reconocida como Adal-berto Agudelo Duque, Héctor Ocampo Marín, Jaime Lopera Gutiérrez, Carlos A. Castrillón, Jesús Eduardo Castillo, Humberto Senegal,

Gastón Vega Salazar, Álvaro Pareja Castro y Ana María Cár-denas Duque. Espero no haber olvidado ningún nombre de los entrevistados. Si ello ha suce-dido, presento excusas.

Reyes Vélez, además, leyó páginas críticas de diversos au-tores, en su mayoría del Gran Caldas. Mencionemos algunos: Jorge Eliécer Zapata Bonilla, Adel López Gómez, Jaime Mejía Duque, Nadier Botero, Yolanda Muñoz, Luis Eduardo Álvarez Henao, Mery Botero Mejía, Ju-lio Alfonso Cáceres, Hernando

Salazar Patiño, Alfonso Fernández Cardona, José Gers, Rafael Pérez Rodríguez y César Valencia Solanilla. Esta sucesión de nombres de escritores, críticos, hombres de cultura y profesores indica la dedicación y seriedad del autor para situar la obra de Jaramillo Ángel.

Como Reyes Vélez es magíster en Literatura, con formación filosófica, a la vez, se apoya en nombres de valores universales para puntua-lizar sus consideraciones. Hacemos esta larga mención de autores para destacar que el es-critor no se aventura en una travesía sin una deliberada dedicación mental.

Repito, ojalá el ejemplo de este libro de Re-yes Vélez conduzca al interés de hacer exáme-nes del cuerpo completo de la literatura del Gran Caldas o al examen particular de cada uno de sus creadores, en el afán de enriquecer la literatura del país y de Indoamérica.

*Escritor.

REYES VÉLEZ, César Augusto. Aproximación críti-ca a la cuentística de Humberto Jaramillo Ángel.

Por lo general, un columnista no suele escribir pretendiendo agradar o disgustar a sus eventuales lectores. Aquí sólo intento precisar (en 380 palabras) algunos hechos, sus relaciones y los conceptos con que los desfiguran, pero una columna anterior don-de cuestionaba el impacto social, académico y científico de tantos nuevos y propuestos doctores, molestó a algunos conocidos, por lo cual precisaré el punto.

El caso es que actualmente ofertan postgrados rápidos, fácilis-tas, incluso por internet, y la necesidad profesional de al menos ostentar títulos, conduce a que no pocos se enrolen en cualquier programa disponible, cuando el factor más importante para lograr realización personal, progreso académico y aporte social es la pa-sión y entusiasmo por el objeto de estudio, unido a la calidad y recursos de punta del programa.

El problema, sin embargo, va más allá de nuestra época y fron-teras. Recuerdo haber leído hacia 1980 en la prestigiosa revista Science un editorial titulado “The Ph. Glut” (algo así como “la sa-turación de doctores”) donde destacaba con preocupación que -en ese entonces- no sabían qué hacer con tantos doctores egresados de universidades norteamericanas, y conste que casi todas bus-caban la excelencia de sus graduados mediante todo tipo de exi-gencias (“lean esta obra y la traen ¡criticada! -no resumida- en 15 días”, para no mencionar prerrequisitos e idiomas).

La “ley de Gresham” (originada en la Economía) podría para-frasearse así: “lo malo excluye lo bueno”, y al parecer rige en la educación colombiana, desde la primaria. ¿Qué aporta realmente en conocimientos, formación y valores? Los mediocres -sean estu-diantes o profesores- terminan arrinconando a los estudiantes autén-ticos y a profesores con autoridad intelectual para exigir. Años atrás analizaba con primíparos universitarios sus logros obtenidos des-pués de las miles de horas dedicadas a la geografía, ciencias, historia, inglés, etc. Sonrojados, admitían ignorar en qué parte del planeta -y menos del universo- estaban parados; y del inglés, ni hablar, mientras que un bachiller coreano o alemán lo habla y entiende. Conclusión: el tiempo escolar en Colombia consume más horas-glúteos que horas-cerebro. ¿Qué rectores, o ministro, intentarán romper estas apariencias de educación, o “falsos educativos”? El peligro, y mi re-flexión, es que, por inercia, los “falsos educativos” se extiendan a niveles superiores, a postgrados, y que los títulos apenas contribu-yan a promover a sus orgullosos habientes.

“Falsos educativos” y doctoritis (2)

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LIBROS

PS

Ante la casi nula oferta editorial en Caldas y la sentida necesidad de publicaciones, el impresor Rubén Darío Galeano y la Fundación Tulio Bayer,

bajo la modalidad de coedición (donde el autor cancela cierto monto por la publicación), iniciaron una colección bajo el título Bambusa Libros con la idea de difundir la creación literaria de los escritores caldenses.

La solemnidad quedó atrás y lejos de acercarnos y re-cordarnos las bodas de oro de los Nadaístas, quienes libera-ron nuestra poesía a mitad del siglo pasado, estos muchachos quieren narrar historias de la vida que empiezan a descubrir. Este tipo de literatura -la que aparece en esta colección- nos permite entender otras propuestas frías pero llenas de la ener-gía emocional de los muchachos del nuevo siglo.

Nuevas voces, otras consolidadas, títulos atrevidos para un formato atrevido hace n el panorama actual de nuestra literatura. Comienza un nuevo registro de auto-res y de obras y ustedes lectores pueden llevarse varias sorpresas

*Escritor

AUTORES VARIOS. Bambusa Libros. Editorial Manigraf. Manizales. 2009.

NUEVA COLECCIÓN DE ESCRITORES CALDENSES

REALISMO SUCIOVersos entre el y la NOSTALGIALa colección Bambusa Libros es una oportuni-dad para los escritores caldenses. Una forma de ver publicadas, a bajo costo, muchas de las obras que reposan en carpetas y cajones a la espera de un editor o premio. Nuevas voces. Juan Carlos Acevedo Ramos* - Papel Salmón

Un grito de hastío de Leandro Loaiza

La primera serie está compuesta por seis libros don-de nuevos autores y otros con reconocida trayectoria dejan en manos del público sus últimos trabajos .

El primero es Poemosca del joven Leandro Loaiza Largo (Filadelfia1987) que nos recuerda desde su título la antipoesía del chileno Nicanor Parra con su libro de Poemas y Antipoemas de los años 60 en el cual se des-taca una poética coloquial y cotidiana en contraposición

Libro de coplas de Flóbert ZapataLuego encontramos el libro de coplas del reconocido poeta Flóbert Zapata

Arias (Filadelfia 1958). La propuesta de Zapata es el retorno a lo popular, al juego de aprender versos cortos apoyados en la rima. Una poesía escrita para divertir, para hacer reír o dejarnos pensando frente a la relación de pareja, al poder o la muerte. Muchos de estos versos nos recuer-dan la copla picaresca de los arrieros y los abuelos paisas. En algunos apartes, el lector evocará a Federico García Lorca, por ejemplo, con su Cante Jondo o su Romancero gitano y su te-mática del neopopularismo de la Generación del 27, además de los temas fol-clóricos y la cercanía con un lenguaje llano y directo.

La denuncia de Ibán de Jesús Alarcón

El tercer título Mientras presionas el gatillo del jo-ven poeta Ibán (así escribe su primer nombre) de Je-sús Alarcón Marín presenta una colección de poemas que hacen justicia al título porque existe una poética de la sicaresca, los suburbios y los bajos fondos. Su libro nos recuerda lenguajes aprendidos en la narrativa de los años 90 en Colombia con libros como No nacimos pa´ semilla de Alonso Salazar, El pelaito que no duró nada de Víctor Gaviria, La virgen de los sicarios de Fer-nando Vallejo, Besos como balas de Gustavo Colorado Grisales o Rosario Tijeras de Jorge Franco. Son exten-sos poemas donde se canta la celeridad de la ciudad, su miseria, exclusión y la decadencia de un mundo indo-lente con la diferencia de sexo, religión, ideas políticas o económicas. Putas y ladrones, sicarios y adictos, muer-te en las calles y dioses huidos hacen presencia en cada verso de Alarcón Marín. Una poesía prosaica y directa que es denuncia y llega hasta el punto de adentrarse en esa no tan nueva tendencia literaria del realismo sucio, que nace en Norteamérica con Carver y Bukowski y que hace carrera en nuestro continente. Toda palabra cabe en su poema. Aquí se cumple esa sentencia de la poesía “hecha por todos”, y desde una poesía narrativa el autor nos dibuja una ciudad periférica y desconocida, la mis-ma que nos negamos a reconocer.

LOS DE ABAJO

Sisas parce, la tienda a pocas cuadras, llevamos siete años en el mismo lugar y las esquinas en el sitio de siempre,

donde las personas desaparecen por arte de bala y puñaladas mágicas, se tratan de gonorreas sin tener un contacto físico-sexual, la traba de los martes en los pinos la pasaron para todos los días en el parque, allí los niños se divierten, se cagan de la risa y crecen rápido al calor de la marihuana, esa niña linda, la niña juiciosa, la niña de la casa, la niña buena, está tan buena que ya se está dañando, y no le han comprado el vestido de los quince porque ella prefiere uno de maternidad con cinticas azules y el moño más grande, pues para qué torta si por aquí no dejan ni las migas. (…)

El lenguaje de Felipe AgudeloEl libro titulado Viento en el árbol del joven Felipe Agudelo Hernández (Manizales 1988) es el cuarto número de

la colección, en él se identifica la búsqueda de un lenguaje propio, personal. El autor puede ir desde la rima, la cons-trucción de décimas o de un clásico soneto a un haikú, pasando por un poema inspirado en Stéphane Mallarmé y su Golpe de Dados y volver a la poesía oriental y sus tankas. El amor, la ecología, la muerte, la mujer y la ausencia son materia de su trabajo poético. Aunque un poco llena de lugares comunes todo puede ser “poetisable” en su libro: una desventura amorosa, la incomprensión de ciertos momentos de la vida y la presencia del amor cándido.

Y para expresarse emplea en su búsqueda todo tipo de formas poéticas.

LOS JARDINES REPTANTES

No sé por qué les llaman dizque sepultureros si dedican sus días a abonar y a mantener frondosos los sembradíos últimos de flores.

Las flores romperán, para nacer, el pecho del enterrador ya muerto, tristes y agradecidas con su esmerada mano de padre jardinero.

Compilación de Fabio Vélez Correa Dentro de la misma colección el cuentista e histori ador Fabio Vélez Co-

rrea (Risaralda 1947) presenta una alegre y entretenida compilación de poesía “chueca” bajo el título de Poesía Patituerta. Ese tipo de literatura que popularizó durante buena parte del siglo pasado en Manizales el líder cultural Aparicio Díaz Cabal con su humor fino y su basta cultura, y luego Daniel Samper Pizano la recogió en el volumen Poesía chueca. En este tomo de la colección el ingenio, la picaresca y la diversión priman sobre la poesía que veníamos trabajando en los cuatro títulos anteriores. Este es un libro para divertirse.

(Aparicio Díaz Cabal)

Ánima que vas pasando por esta falda p’arriba cómo no has de tener frío si te robaron la ruana.

Allá arriba en aquel alto había dos toros peleando el uno era colorao el otro salió corriendo.

En el fondo de esta pieza hay un ataúd y no se ría de a mucho, porque puede ser para Ud.

La sensibilidad de Mercedes ValenciaY la colección se cierra con la reaparición literaria de la poeta Mercedes Valencia

(Chinchiná 1959) y su libro Berretín. La obra poética de Valencia es sólida y ha lo-grado reconocimiento, su nuevo libro reúne muchas nostalgias y es canto y celebra-ción, es embriaguez con la vida y tolerancia con el otro. Poemas sensuales, eróticos, amorosos y sensibles hacen el deleite de los lectores. En buena hora regresa Merce-des Valencia con un trabajo decantado, amplio y generoso para el lector.

El tiempo en que no pienses en mí piensa en lo nuestro. ubica un poco mi lugar en este espacio vacío. Mírate en mi recuerdo como una fuente fresca, como un aluvión claro. Sumérgeme en ti como si fueras cuerpo ardiente. Cobíjame en tus brazos que tu desnudez me cubra hasta el espasmo de sentirme tuya y después si nieva tenme en tu ternura y en tus ojos, en tus lágrimas bellas.

de la metafórica y del lenguaje cuidado de esos años en el país austral. Esta propuesta, la de Loaiza, es un grito de hastío en el inicio del siglo XXI. El autor quie-re cantarlo todo. En estas páginas el amor, las bue-nas costumbres y lo políticamente correcto lo tienen harto. No es rebeldía, tampoco es inconformismo con el mundo o la vida, Leandro Loaiza está cansado del purismo e intenta con poemas cortos y directos, como un gancho al hígado, dejarnos sin aliento y expuestos ante su lenguaje barriobajero y juvenil. Una poética intrascendente, dirán algunos, pero es la que están escribiendo muchos jóvenes.

Un día más en la fosa común, el sol brilla como nunca, la hierba crece, las vacas pastan y nosotros aquí apretujados en la humedad tibia. A bono eres y en abono te has de convertir, esta, nuestra tierra, es la más fértil, somos el calcio y el plomo que hacen germinar el mejor café del mundo la marihuana más brava y el maíz más amarillo.

COPLAS GITANAS

Dicen que somos gitanos porque vivimos andando. Andamos por las cadenas que en cada punto encontramos.

¡En dónde no nos hirieron! ¡De dónde no nos echaron! alguno no nos pisó por no ensuciar los zapatos.

Solo encuentro algún descanso con los pies dentro del agua me pagan con la comida pero no me dan sandalias.

No sabe nada mi Madre de sus hijitos que fue. Que yo estoy preso en Sevilla y mi hermanito en Jerez.


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