Top Banner
Delhi, el Taj Mahal y Agra Crónica de India Daniel Nohemi Voionmaa Desde thrillers hasta fantasía Diez películas para recordar del 2012 Andrés Felipe Rodelo Taborda La protagonista de Madame Bovary de Gustave Flaubert Emma la indecible Alfonso Gómez Echeverri Nominada a los Oscar en cinco categorías Django, un film de género Jorge Abel Carmona Morales Impre(ci)siones Los buenos finales Camilo Gómez Gaviria EDICIÓN 1. 056 DOMINGO 3 DE FEBRERO DE 2013 MANIZALES - COLOMBIA creación y vida FOTO|TOMADA DE WWW.CINEMASCOMICS.COM|PAPEL SALMÓN
5

Papel Salmón, Febrero 3

Mar 09, 2016

Download

Documents

La Patria

Papel Salmón del 3 de febrero, edición 1.056. LA PATRIA
Welcome message from author
This document is posted to help you gain knowledge. Please leave a comment to let me know what you think about it! Share it to your friends and learn new things together.
Transcript
Page 1: Papel Salmón, Febrero 3

Delhi, el Taj Mahal y AgraCrónica de IndiaDaniel Nohemi Voionmaa

Desde thrillers hasta fantasía

Diez películas para recordar del 2012Andrés Felipe Rodelo Taborda

La protagonista de Madame Bovary de Gustave FlaubertEmma la indecibleAlfonso Gómez Echeverri

Nominada a los Oscar en cinco categoríasDjango, un film de géneroJorge Abel Carmona Morales

Impre(ci)sionesLos buenos finalesCamilo Gómez Gaviria

EDICIÓN 1.056 domingo 3 DE fEbrEro DE 2013 MaNIzalEs - ColoMbIa

creacióny vida

Foto

|to

mad

a d

e w

ww

.cin

emas

co

mic

s.c

om

|PaP

el s

alm

ón

Page 2: Papel Salmón, Febrero 3

2 | |3VIAJES| domingo 3 DE fEbrEro DE 2013 domingo 3 DE fEbrEro DE 2013 |V IAJES

Daniel Nohemi Voionmaa* Papel Salmón

El aire de Delhi recuerda a los peores días de Santiago de Chile o Ciudad de México: una bruma que no se sabe si es humo, niebla o polvo, la en-

vuelve en un halo de tristeza. A la ciu-dad, no obstante, parece no importarle y al poco rato comienza un concierto de bocinas, chirridos de richshaws a punto de chocar, rugidos de tuk-tuks, el graz-nido de aves acostumbradas a la conta-minación y las voces, bellas, de la gente hablando un hindi cuya entonación nos devuelve con su vaivén y sus caricias al de algunos tonos paisas, donde el des-enlace queda en suspenso, justo antes de caer. (Como también el metro impecable de esta urbe es una versión que se acerca más al de Seúl que al de Nueva York -lo cual es bastante decir).

DeLhI, eL TAj MAhAL y AGrA

Crónica de India

Es imposible comprender un país en un par de días (ni toda la vida alcanza para entender el de uno); y más se com-plica el asunto cuando uno viene con ojos predispuestos a exotizar: a hallar aquí a las mujeres más hermosas del mundo, vestidas con aterradora certeza de su dominio, a hombres misteriosos dueños de poderes hipnóticos ignorados por el psicoanálisis, a lugares encantados y má-gicos. Y quizá algo de eso sea inevitable inventarse, sin embargo, la sobrecarga de estímulos que uno recibe al recorrer las calles de la vieja Delhi nos presenta una historia no tan mágica pero mucho más alucinante. Acumulación de ruido, de gente; pobreza y caos, sí; más que nada reunión de actividades en la vía pública. Un hacer todo en la calle, apropiarse de ella para convertirla en peluquería, bar-bería, baño, retrete, restaurante, negocio, dormitorio, sala de espera, escritorio,

sacado de las mil y una noches, unos niños semidesnudos me piden dinero. Eso no es solo la India. Eso no es solo un ser ter-cer mundo. Hay algo más fuerte -estructural hubiésemos dicho en alguna época- que hace que esas diferencias radicales no sean las excepciones y los pro-blemas, las fallas, sino precisa-mente las consecuencias de un modo de existir, querer y creer-se como sociedad. Saber que el mundo puede ser diferente: eso se escucha en las calles de Del-hi, de Manizales y de París. Sí, no solo el smog y el canto nos conectan a esta India que Colón quiso tanto encontrar.

El aire no deja ver el sol. En el Fuerte Rojo la majestuosidad de los edificios que mandara construir el Shah Jahan en el si-glo XVII, encerrados en más de dos kilómetros de paredes, son vestigio al mismo tiempo de la majestuosidad y la pobreza: palacios y construcciones -un jardín donde el Emperador se solazaba viendo pelear a leones y elefantes- de los que solo que-dan las piedras y la tierra que quizá recuerda aquella gloria pasada. Alrededor de los muros, en tanto, la ciudad arde y tirita de rabia. Los hombres se alinean para pedir comida, los turis-tas pasamos intentado abrir los ojos, los perros duermen en sus huecos preferidos, algunas va-cas despliegan la poca santidad que queda aún en sus huesos. Es tarde, pero al final no es nunca tarde. Delhi aceza su presente. Y allá en el sur (y también en Bo-gotá) se oyen sus latidos.

Continúo el viaje con Delhi pegada a mi piel.

El Taj MahalCuando el corazón Shah Ja-

han, por los años del mil seis-cientos treinta y algo, tocó fondo en su tristeza por la muerte de su segunda (y favorita) esposa Mumtaz -se cuenta que su pelo encaneció en un solo día- por días y meses no halló consuelo. Hasta que en un sueño -porque estas cosas ocurren siempre en los sueños- tuvo la visión del tiempo detenido, de un momen-to y un espacio donde el corazón podría recuperar lo perdido (lo que nunca se recobra). La eter-nidad del amor o, mejor soñado, de la pérdida del amor.

Un poco más de veinte años después -año de 1653 (último año de Jacinto Lariz como go-bernador de ese lejano lugar lla-mado Chile) tras miles de horas

trabajadas por miles de trabaja-dores de toda Asia, de mármo-les traídos y piedras acarreadas desde lugares recónditos que quedan un poco más allá de la imaginación, el Taj Mahal veía dibujada la postrera flor en el último de sus ábsides. La per-fección: solo así Jahan pensaba retener (en su corazón partido) la memoria de Mumtaz, evitar (con la eternidad hecha piedra) lo inevitable: el olvido.

La historia (o nosotras, que somos las que construimos la historia) tiene revoloteos curio-sos: al año siguiente de ver ter-minada la visión de sus sueños, Jahan fue derrocado por su hijo Aurangzeb y encerrado por ocho años en una celda en el Fuer-te de Agra. Durante esos ocho años -que fueron los últimos de su vida- a Jahan el destino le permitió al menos una gracia: contemplar desde la ventanilla

los hombres se toman las calles y allí realizan toda clase de trabajos.

oficina, tienda de campaña. Notable es, además, que esta apropiación de la calle -que borra las fronteras entre un espacio privado y uno público- es llevada a cabo, fundamentalmente, por hombres. Son ellos los que hacen todo esto, son ellos los que están en la calle. Y es notable en los mercados y en las calles e incluso en los parques el predominio de la presencia masculina. Una cultura de abrazos, de tomarse la mano, de amistad y de amor, que pareciera marcar una división clara con el mundo de las mujeres (¿dónde es-tán? –obviamente uno ve mujeres todo el tiempo, en grupos, en parejas, con hom-bres, pero es notorio su participación y presencia menores en las calles de Delhi). ¿Será una cosa de clase social? ¿O casua-lidad de mi experiencia? Como sea, no puedo evitar pensar en el terrible acon-tecimiento de hace un par de semanas y toda la ira pública que provocó. Sí, la

violación y muerte consecuente de una estudiante universitaria a manos de un grupo de jóvenes, provocó una reacción de indignación a nivel general y una bús-queda por razones más allá del hecho puntual. Una interrogación del alma, lo llamaron algunos. Un conductor de tuk-tuk, un joven flaco, me dice que ha sido chocante, que algo así no de-bería pasar en India, en ningún país. “En India cualquier cosa puede pasar, pero eso no tiene que suceder.” No digo nada. Qué responder.

No se trata, tampoco, de mirar la paja en el ojo ajeno: camino por la calle Jad-path camino al Museo Nacional -donde junto al arte y cultura de la India hay una pequeña y curiosa sección de arte precolombino- y al lado de una tienda para carros Ferrari un grupo de hombres cocina algo en la calle; a la salida de un restaurante de comida exquisita y diseño

En la calle se hace de todo y los hombres de apropian de ella. El destino le permitió a Jahan contemplar desde la ventanilla de su prisión el Taj Mahal, el palacio construido en memoria de su esposa. La otra cara de Agra. Realidades.

de su prisión el Taj Mahal. Así cumplió de modo inesperado su sueño de estar para siempre con Mumtaz, viendo cada día, ence-rrado, perdido para siempre, el canto de lágrimas que el tiempo había dejado caer en el gesto de amor (imposible) que blanquea-ba (literalmente) frente a él.

Tanto hemos visto sobre el esplendor y la belleza inefable del Taj Mahal que uno se pre-para tanto y tanto teme que las expectativas creadas no puedan ser (jamás) realizadas. De tanto verlo, de tanto soñarlo nos de-cimos: no, no puede ser. Y sin embargo (decimos lo que dicen mucho) sí: eppur si muove. La eternidad te toca: el tiempo se detiene en el reflejo del mármol en sus ojos (en tus ojos, en los míos) y todo el dolor convertido, toda la vida soñada (lo que pudo ser pero nunca será, pues vino la muerte y tenía sus ojos) están ahí metiéndose en tu piel. En tu corazón. No hay melancolía más profunda que se pueda conce-bir. Quien ve el Taj Mahal queda encerrado ocho veces ocho años en la trampa de sus lágrimas.

agraPero sales de este mundo

donde el tiempo y el espacio se besan y desaparecen y caes a la otra cara del resplandor. Agra, la ciudad, el pueblo, te obliga a cerrar los ojos para ver más: las calles caóticas, sucias, donde la basura es recogida más por los cerdos que por cualquier ser-vicio público, donde los sueños no duran ocho años, donde los niños, con suerte, van un par de meses al colegio, donde una mu-jer te pide dinero y ella, que fue tan hermosa y que merece todos los Taj Mahal del universo, sabe (como nosotros sabemos) que

la eternidad aquí es otra: es la marca de la muerte diaria, de la pervivencia como una experien-cia vital. Duele esta Agra. ¿Qué pasa con todo el dinero de los tu-ristas? ¿Qué sucede con las polí-ticas incluso para esos turistas? ¿No sería mejor quitar la basura de las calles para que uno qui-siera quedarse un día más? Usar el turismo para cambiar (míni-mamente) el mundo. Pero eso no pasa. Caminas y tomas un tuk-tuk. Un chaval de quince años lo conduce y no puedes hablar con él porque no sabes hindi, y te lleva a cualquier lado y no im-porta, y tú empiezas a regatear por cien pesos más o menos y te sientes mal pero lo haces por un tipo de principio, de equidad o de justicia totalmente cagado, te bajas y te escondes en el cuarto del hotel, desde el cual ves la belleza del Taj Mahal e intentas borrar (esconder al menos bajo la alfombra de tus prejuicios) las calles, la gente, las vacas raquí-ticas, los chanchos, los perros, los monos horribles, la gente hermosa hermosa, la comida de la calle que no te atreves a pro-bar, te encierras en tus pastillas para dormir y para levantar-te, para no agarrarte algo de la realidad de este mundo (que, lo sabes pero no quieres saberlo, es también la realidad de tu mun-do), un cigarrillo y una cerveza (que cuesta conseguir) y te que-das pensando en el amor, en la eternidad y en el tiempo y en el futuro, mientras afuera el pre-sente clama, llora, arroja sus lá-grimas desde la eternidad de su mármol reinventado

*PhD Yale University. Profesor Asociado de literatura y cultura latinoamericanas en Northeastern University, Boston. Crítico y ensayista.

Fotos| daniel nohemi Voionmaa|PaPel salmón

el taj mahal es el monumento hindú más reconocido en el mundo.

la parte vieja de la ciudad, llamada Vieja delhi es un laberinto de estrechas calles, concurridos bazares e interesantes monumentos.

los tuk-tuk son un medio de transporte muy común en la india.

Page 3: Papel Salmón, Febrero 3

|54|CINE| |CINEdomingo 3 DE fEbrEro DE 2013 domingo 3 DE fEbrEro DE 2013

DesDe thrillers hAsTA FANTAsíA

Diez películas para recordar del 2012Lo aquí mencionado hace parte de una selección que -por su valor, su complejidad y su afiliación a distintos intereses personales- merece ser puesta en consideración. Estas son las películas de 2012 que quiero recordar.

Andrés Felipe Rodelo Taborda* Papel Salmón

1. ArgoSeguramente muchos tuvieron

reparos cuando Ben Affleck quiso convertirse en cineasta. Si para entonces su carrera actoral era todo un desastre -intérprete habitual de comedias románticas o proyectos mediocres- ya varios se hacían la idea de cómo sería su incursión en la dirección de cine. Pero olvidaban que años atrás, él y Matt Damon habían ganado un Óscar al mejor guión original por El Indomable Will Hunting, de Gus Van Sant.

Hoy es el mismo Affleck el que se ha encargado de callar a quienes pusieron en duda sus capacidades, demostrando que tal premio no fue una coincidencia, y que sus virtudes iban más allá de una cara bonita. Su trabajo como director nos deja apenas tres películas: Adiós pequeña, adiós (2007), The Town (2010) y Argo (2012) que ya empiezan a confi-gurar una filmografía cercana a sus orígenes en Boston, a un brillante manejo de la tensión o a historias en las que el bajo vientre del crimen tiene un notable protagonismo.

Argo, basada en una historia real y galardonada con los premios a la mejor dirección y mejor película en la pasada gala de los Globos de Oro, centra su argumento en Tony Méndez, un agente de la CIA que tendrá que rescatar a seis diplomáticos estadounidenses refugiados en Irán, haciéndolos pasar por miembros del equipo de rodaje de una película de ciencia ficción. Marcada por la sordidez política de la década del 70, el filme es un guiño al cine americano de entonces, un thriller aceitado con magistral intriga y un motivo para creer que la manipulación y el efectismo, además de ser dos de las pestes que aquejan al cine, pueden ser también dos de sus virtudes.

2. holy Motors

La carrera del francés Léos Carax está acentuada por la mutabilidad. Sus primeros tra-bajos ya mostraban rasgos que presagiaban una filmografía que no se mantendría estable. Basta con ver Holy Motors, su última película y compararla con Chico conoce chica (1984), su ópera prima, para hacerse una idea del abismo insondable que separa a ambas propuestas.

El cine que hoy predica Carax se opone a lo venerado con unanimidad, al razonamiento único, además de mostrarse inca-paz de brindar una sola interpretación de sus intenciones. Muchos le critican por confuso, por resultar ininteligible, aunque, más allá de esta queja irrelevante, aquí la verdadera cuestión es la esgrimida por el crítico de El País de España, Jordi Costa: “El problema no es que existan películas que no se entiendan: la peste de nuestro tiempo son las películas que se entienden demasiado, que subrayan y se so-breexplican, que matan toda ambigüedad”. Holy Motors es un ataque a la pasividad de la audiencia, una invitación para ser partícipe, un llamado a la co-creación de sus imágenes.

3. the ides of March

Las campañas electorales y los procesos de primarias de los partidos políticos suelen estar cubiertas por un halo de humanidad: propuestas y compromisos de progreso que consti-tuyen una fachada levantada por sus aspirantes bajo la intención de ocultar lo que ocurre en la tras escena de esta entusiasmada promesa de regeneración.

George Clooney, reconocido ya no solo como actor, sino también por ser el director de cintas como Buenas noches, y buena suerte (2005) plantea en The Ides of March una radiografía -hasta la médu-la- de un proceso electoral demócrata, sin reparos en evidenciar la corrupción, las traiciones o el talante ético y moral de la política estadounidense.

Ryan Gosling, quien da vida a un joven ambicioso, integrante del equipo electoral de Mike Morris (Clooney); deberá violentar sus principios para sobrevivir al margen del caos y así sobrellevar el peso de su descomposición personal a cuenta de las mieles del éxito.

4. take shelterLa segunda película de Jeff Nichols

es una pequeña hazaña. Y digo pequeña porque su trazo minimalista y austero contrasta con el carácter ostentoso de producciones adscritas al cine de catástrofe como las ideadas por Roland Emmerich o M. Night Shyamalan, que ajustan sus propósitos a la pirotecnia visual y a la recaudación taquillera. No obstante, esta no es la única diferencia. Aquí lo importante son el peso de sus resultados artísticos.

Curtis LaForche (Michael Shannon) es un obrero del medio oeste de los Es-tados Unidos, que construye un refugio de tormentas con el fin de evitar una tragedia pronosticada por sus pesadillas. Más allá de las referencias de la catástrofe natural o del tono apocalíptico que atra-viesa a la obra, qué más puede representar ese hombre que construye un refugio de tormentas ante la mirada incrédula de su comunidad sino el pasaje bíblico del arca de Noé. Un profeta que atiende a aquella señal para iniciar una empresa soportada en su furioso discurso, un vistazo de cómo se desmorona la cordura ante el miedo patológico.

5. el TopoEl mítico cineasta Anthony

Mann definía de esta manera a Ernst Lubitsch en una entrevista hecha por Guillermo Cabrera Infante en 1958: “Un director que sabía exactamente dónde situar la cámara. Para un cineasta colocar la cámara es como para un escritor encontrar la palabra justa”, pareciera que tal afirmación también determina el estilo visual de Tomas Alfredson (Déjame entrar). En El Topo, las imágenes están marcadas por el estatismo, la sobria fotografía y la sensación de que los encuadres no hubiesen sido mejores de otra forma.

Basada en el libro homónimo de John le Carré, esta adaptación de-rriba aquel estereotipo arraigado a la figura del espía: un hombre cuyas habilidades trascienden lo humanamente posible y que en el camino a sus propósitos imparte un curso de cortejo sexual de resultados inmedia-tos, el arquetipo Bond, para ser claros. George Smiley (Gary Oldman), quien emprende una cruzada para desenmascarar a un infiltrado en la cúpula del servicio de inteligencia británico durante la Guerra fría, sirve de referencia para hacernos la idea de que bajo el oficio del espionaje no existen más que hombres de carne y hueso.

6. Una separaciónEl gran acaparamiento de películas comerciales

en las carteleras del mundo genera una concepción única del lenguaje cinematográfico, una forma de entender los medios expresivos del cine patentada y predicada por la industria hollywoodense o, en su defecto, por sus imitadores. Cuando se trata de encontrar medios artísticos alejados de dicha hegemonía, el cine iraní podría ser puesto como ejemplo. Los realizadores de este país procuran que sus obras estén condicionadas por una manera inteligente de utilizar los recursos del medio. Un cine empeñado en visualizar a su espectador como alguien capaz de sacar conclusiones a partir de insi-nuaciones, alguien ajeno a la pura complacencia.

Cintas como Una separación, de Asghar Farhadi, sitúan su mirada sobre cómo la ortodoxia

religiosa iraní establece niveles de gravedad en actos que podrían resultar indiferentes para la ley occidental, además de poner en evidencia el estigma que rodea a un tema como el divorcio en dicha cultura. Una separación no pretende ser una denuncia de aquello, tampoco juzga las acciones de sus personajes, al contrario, los muestra como seres acorralados por circunstancias que buscan sobrellevar de la mejor manera.

7. LooperA mi parecer, la mejor

película de ciencia ficción del año. Looper alecciona sobre cómo encaminar con éxito el calado de las ambiciones narrativas en el cine de gé-nero. Si bien al inicio resulta irremediable pensar que se irá desvaneciendo ante el enorme peso de sus aspiraciones (caso Prometeo), el cineasta Rian Johnson ata con precisión cada vuelta de hoja tomando al trasfondo argumental como desencadenante del espectáculo y no al revés, una cuestión que generalmente desorienta el cumplimiento del propósito inicial.

Joe (Joseph Gordon Levitt) es un miembro de un grupo de asesinos a sueldo llamados Loopers, ubicados temporalmente treinta años en el pasado con el objetivo de liquidar a las víctimas que envía la mafia del futuro en una máquina del tiempo. Esto debido a que el asesinato no está permitido en aquel porvenir que se adivina más consumido por la ilega-lidad del presente, asunto que alberga una idea paradójica e inquietante: el hecho de que la prohibición no hace más que empeorar las cosas.

8. Miss BalaExiste una penosa tradición hollywoodense que toma al narcotráfico

en Latinoamérica como tapadera de películas de acción altisonantes, estereotipadas y que, en definitiva, terminan ofreciendo una realidad desvirtuada de ánimo recaudatorio a costa de la épica que caracteriza a los conflictos armados: tipos rudos, balaceras, mujeres fatales y explosio-nes en cadena.

Sin embargo, qué pasaría si el gran Robert Bresson estuviese vivo y tuviese la oportunidad de dirigir un proyecto que tome como marco la guerra entre el gobierno mexicano y los carteles de la droga. El resultado sería algo similar a Miss Bala y digo similar porque no pretendo restar

crédito al director Gerardo Naranjo, quien configura una catarsis social en torno a la historia de una joven humilde cuyo sueño es convertirse en reina del estado de Baja Califor-nia y que luego se verá coaccionada por la mafia para entregar un carga-mento de estupefacientes.

Inmersa en un tempo contenido, fiel al discurrir de la vida real, fiel a un ritmo en el que ni siquiera las ex-plosiones, los robos de bancos, los tiroteos o las masacres transcurren como nos las cuenta Hollywood, Miss Bala pone el dedo en la llaga del orden social mexicano para sacudir al ciudadano de a pie, acos-tumbrado a medir el drama humano con cifras de informativo desde la comodidad del sofá.

9. red stateQuizá la idea del último largometraje de Kevin Smith se remonta a 1999, año en el que hizo Dogma,

cinta en la que planteaba toda una representación en clave pop de la doctrina cristiana: la cantante Alanis Morissette interpretaba a una versión lésbica de Dios o un cardenal fundaba una nueva Iglesia Católica en la que el Buddy Christ, una figura de Jesús con pulgares en alto y un ojo cerrado, era el ídolo a venerar.

La obra causó tanto revuelo que de las miles de quejas que recibió en contra, Smith recuerda una carta que decía: “Usen el dinero que nos robaron y compren chalecos antibala, porque iremos con escopetas”, quizá sea esta amenaza la que sirvió de inspiración para realizar Red State, filme menospreciado e incom-prendido por la crítica, que gira en torno a un grupo fundamentalista cristiano que predica el evangelio con fusil en mano.

Red State es un despropósito, un sangriento collage tan sobrecargado que bordea los límites del delirio, una cinta con tan poco aprecio por sus personajes y con tan poca vergüenza que no queda más que levan-tarse y aplaudir. Smith pulveriza los cánones a favor de una transgresión formal y narrativa que se antoja como una bocanada de aire fresco entre tantas películas que se toman demasiado en serio a sí mismas y que se ciñen -atenazadas- a la ortodoxia cinematográfica. No apta para amantes de la sutileza.

10. Moonrise KingdomA pesar de que algunos definen a Moonrise Kingdom como un cuento de hadas, pareciese que

su director, Wes Anderson, trata de rehuir a tal calificativo en diferentes tramos de la película. Si bien la obra parece una representación ‘live action’ basada en las ilustraciones de un libro infantil, tras el peso de sus formas se halla la insinuación de temas como la infidelidad y el erotismo ado-lescente, lo que dota al filme de una complejidad insospechada que se cuece tras su aparente estilo Walt Disney.

El filme es, antes que nada, un conflicto generacional. El ritual de iniciación de la adolescencia hacia edades posteriores, la inconformidad ante el respeto de las reglas adultas, pero también el entendimiento como camino de reconciliación entre dos bandos destinados a convivir permanen-temente. Todo adornado con un estilismo vintage que resulta cálidamente cinematográfico.

Foto|tomada de httP://iFanboy.com|PaPel

salmónFoto|tomada de httP://1.bP.blogsPot.

com|PaPel salmón

Foto|tomada de httP://collider.com|PaPel

salmónFoto|tomada de httP://horrorhaPPyhour.

com|PaPel salmón

Foto|tomada de httP://www.Psicocine.

com|PaPel salmón

Foto|tomada de httP://www.

cartelesPeliculas.com|PaPel salmón

Foto|tomada de httP://moViecarPet.

com|PaPel salmón

Foto|tomada de httP://cF2.imgobject.

com|PaPel salmón

Foto|tomada de httP://soundandinteraction.

Files.wordPress.com|PaPel salmón

Foto|tomada de httP://themoVieblog.

com|PaPel salmón

Page 4: Papel Salmón, Febrero 3

|76 | | CINEdomingo 3 DE fEbrEro DE 2013 domingo 3 DE fEbrEro DE 2013L IBROS|

La poética de Tarantino es una combinación de cine de género con escenas violentas. Verosimilitud.

Jorge Abel Carmona Morales* Papel Salmón

Django Unchained es la última pelí-cula del director estadounidense Quentin Tarantino. Está nominada en cinco categorías en los premios Oscar del presente año. No es su

mejor obra, pero sin duda es la ratificación de un director que puede catalogarse como un au-tor en todo el sentido de la palabra.

¿Pero qué se entiende por autor? Fue el advenimiento de la Nouvelle Vague, una corrien-te de realización cinematográfica francesa, el primer intento ideológico de replantear los modos de producción fílmica que, aunados a la crítica de cine, se atrevieron a cuestionar los es-tándares comerciales que habían, en los años 50 del siglo XX, constituido un patrón en la cons-trucción de guiones, en la dirección y la distri-bución de películas uniformadas y sujetas a los clises más insulsos que un arte hubiese adoptado hasta ese momento. Entre sus “principios” encontramos la originalidad de las obras que llevaran a la pantalla, la no adaptación de películas anteriores ni de creaciones literarias, entre otros aspectos. Asimismo, se priorizaron movimientos de cámara que pudiesen introducir formas novedosas de encuadre y el rompimiento de las normas que determinan el lenguaje audiovisual como el salto del eje, algo que podemos apreciar de un modo genial en los 400 golpes, de Truffaut.

la Mirada dEl auTorEntonces, el autor como creador es un posi-

bilitador de formas siempre nuevas en el desa-rrollo de sus manifestaciones estéticas, no ne-cesariamente mediante la introducción de una corrección en la técnica cinematográfica, ni en la absoluta originalidad de temas que no suelen explorarse en los films que caracterizan un mo-mento histórico. Más bien, el autor es capaz de ofrecernos su mirada particular sobre proble-mas recurrentes que sean significativos para la vida humana en todas sus posibilidades. Por ello no hay temas vedados en el arte y el cine se ha encargado de demostrarlo a lo largo de su centenario de existencia. Un autor es también el dueño de una poética propia en alguno o en varios de los instrumentos que le sirven para mostrar su arte, bien sea en un modo propio de encuadrar, en una composición especial o en unos movimientos de cámara que lo identifi-quen frente a los espectadores, quienes serán siempre los que terminen de llenar el vacío de la obra en tanto no pueda ser vista. Su mirada es un punto de vista intimista sobre la reali-

NOMINADA A LOs OsCAr eN CINCO CATeGOríAs

Django, un film de génerodad, capaz de inscribirse en los ojos del público como una huella indeleble y difícilmente bo-rrable de la memoria de quienes aprecian sus creaciones.

El autor fílmico es aquel que se incrusta en nuestra memoria mediante las imágenes au-diovisuales para trastornar, de una vez y para siempre, la percepción y la afección que tene-mos como público de la realidad que nos rodea y en la que habitamos y nos reconocemos como seres humanos.

CinE dE génEro y violEnCiaPor ello, Tarantino continúa con su estilo

fílmico, algo que nos vino mostrando desde su primera película Reservoir dogs (1991) hecha cuando sólo contaba con 28 años, y a cuya edad ya tenía escritos los guiones de True Romance y Asesinos por Naturaleza, este último posterior-mente reescrito y dirigido por su coterráneo Oliver Stone. Su poética es una combinación de cine de género con inserciones bastante exacer-badas de escenas violentas en donde la sangre fluye de modo desbordado. No obstante, su es-tética no está inscrita en el cine de violencia. ¡Violentas las películas de Rambo o de Termina-tor que en muy pocos segundos asesinan a un número elevado de personas sin ningún recato!

En esta oportunidad, acudiendo a una pelí-cula filmada en 1966 llamada Django, inscrita en el género del western pero con el nombre más completo de Spaghetti Western y protagonizada por el eterno Franco Nero, el director acierta una crítica bastante explícita sobre uno de los geno-cidios más grandes que infligió la sociedad nor-teamericana sobre una comunidad expuesta a las ambiciones de propietarios esclavistas que desde el sur de los Estado Unidos, mellaron la pobla-ción negra proveniente del África hacia “la tierra de la promisión”. El condimento para la denuncia se encuentra en los inconfundibles zooms propios del genero western que hicieron tan famoso a Sergio Leone, director de la trilogía del dólar en décadas anteriores.

una foTografía ExubEranTELa historia de Dajngo es bastante simple. Un

cazador de recompensas alemán, interpretado por el actor austriaco Cristoph Waltz, compra a un esclavo, interpretado por Jamie Foxx, quien es entrenado para el oficio de su nuevo dueño, con el fin, a la larga, de liberar a su esposa, in-terpretada por Kerry Washington, de las manos de su anterior dueño, un despiadado esclavista sureño, interpretado por Leonardo DiCaprio, quien es asesorado por un viejo sirviente ne-gro, interpretado por Samuel L. Jackson.

La película de dos horas 45 minutos de du-ración, nos muestra en una fotografía exube-rante, las caracterizaciones de los personajes como caricaturas que exhiben grandes dotes retóricas a sus interlocutores, acompañando

sus palabras con acciones impresas de artifi-cios violentos. Sus vidas parecen caricaturas del cómic que se deslizan en medio de una rea-lidad brutal para los estadounidenses. Las ac-tuaciones son bien logradas, pero en ocasiones la saturación verbal de los personajes resta un tanto de interés al marco general de la trama que es un homenaje a las películas de vaqueros tan importante para la inspiración cinemato-gráfica de Quentin Tarantino.

Vale destacar también las tonalidades de la iluminación que en alguna ocasiones se nos pre-sentan opacas e intensas como para darle vida a escenas desgarradoras como las peleas de escla-vos o el despedazamiento de un esclavo en las fauces de caninos sedientos de sangre o los cas-tigos propinados a la esclava esposa de Django.

Finalmente, la verosimilitud de la historia queda compensada por la firme determinación de mostrar una película de género, en la que la denuncia es una píldora para la memoria a una sociedad que ya parece no recordar sus propios desafueros en un pasado no tan lejano

*[email protected]

Foto|tomada de httP://raw.

abduzeedo.com|PaPel

salmón

LA prOTAGONIsTA De MadaMe Bovary De GUsTAve FLAUBerT

Emma la indecible

Ese día por la noche des-pués de que Emma fuese sepultada, sus amantes Rodolfo Boulanger y León Dupuis dormían plácida-

mente; el primero lo hacía en su cas-tillo de la Huchette cerca de Yonville l Abbaye, después de un día agita-do de recorrido por el bosque; y el segundo tranquilamente reposaba en un cuarto de pensión allá en la “lejana” Ruan. Justino, mancebo de la botica, sollozaba consternado so-bre la tumba de Emma, recordando cuando Homais el farmaceuta, le ha-bía hecho una recomendación espe-cial para cuidar celosamente aquella botella azul, lacrada con cera amari-lla y contentiva de un polvo blanco; pero no pudo resistir la subyugante actitud de Emma aquel día, cuando presa de gran perturbación aními-ca, irrumpió apresuradamente en la botica. Lestiboudis, guarda, enterra-dor y sacristán de la Iglesia, quien venía a buscar su azadón olvidado, sorprende a Justino quien escalaba con habilidad manifiesta, una tapia aledaña al cementerio; el sacristán comprendió claramente, cuál era el tunante que le robaba las patatas, pues era bien sabido que mantenía su cultivo a expensas de un lote con-tiguo al cementerio, con la anuencia del padre Bournisien.

Homais el farmaceuta, se apresta-ba a preparar un brebaje tranquili-zante para el médico Bovary, esposo de Emma, y tejer un subterfugio que pudiese ocultar el envenenamiento con arsénico de Madame Bovary, de tal manera que le sirviera de base para elaborar un artículo, en el pe-riódico “El Fanal de Ruan” del cual era su corresponsal; y el padre Bour-nisien, entretenía su intelecto para armar una argumentación, que de una vez por todas diera punto final a la disquisición religiosa que man-tenía con Homais; por un momento reflexionó sobre el episodio de aque-lla tarde cuando Emma, quien iba en su búsqueda, le manifestó: “no me encuentro bien” ; lamentó que su res-puesta se hubiese traducido en una fórmula de cortesía, concentrando su atención en la chiquillada bulli-ciosa que se aprestaba a recibir su catequesis, e impidiéndole vislum-brar, quizás para no comprender, el fondo tormentoso que se agitaba en aquella alma.

Emma soñaba y soñaba despier-ta… Después de aquella memora-ble fiesta en el castillo de la Vaub-yessard, invitada por el marqués d Andervilliers, se despertaron en ella sentimientos de grandeza que minaron su sensibilidad social: “,… como la mayor parte de la gente descen-diente de los campesinos, que conservan siempre en el alma algo de la callosidad

de las manos paternas.”. EL reencuen-tro con su amante León Dupuis, mientras asistía al teatro de Ruan para ver al famoso tenor Lagardy en el papel protagónico de la Ópe-ra Lucía de Lammermoor, acrecen-tó su mundillo de banalidad, y ya se imaginaba regresando a Ruan en un precioso coche Tílburi azul, “tirado por un caballo inglés, y condu-cido por un cochero, calzado de botas con vueltas”. Y por qué no, discurría, deslizar sus dedos por el teclado de marfil, en un lujoso piano fabricado por el famoso Erard, vestida con un traje de terciopelo de manga corta, para ello tendría que atender celosa-mente los requerimientos de su pro-fesora Lempereur, y mejorar así las notas aprendidas en el convento de las madres Ursulinas. “Ella hubiera querido que este nombre de Bovary, que era el suyo, fuese ilustre, verlo exhibido en los escaparates de las librerías, repe-tido en los periódicos, conocido en toda Francia.”

Todo en ella estaba signado por una impronta de inconstancia y de tareas inacabadas…, “incluso se pre-guntó por qué detestaba a Carlos (su es-poso), y si no hubiera sido mejor poder amarle”.

Las deudas contraídas para so-brellevar su vida imaginaria la ago-biaban y nada se vislumbraba para evitar el desenlace final: “…, a fuerza de comprar, de no pagar, de pedir presta-do, de firmar pagarés, de renovar aque-llos pagarés, que se inflaban a cada nue-vo vencimiento, Emma había terminado proporcionando a Lheureaux (presta-mista) un capital, que él esperaba impa-cientemente para su especulaciones.”

Terminé de leer este clásico de la literatura universal y le pregunté a Madame Bovary, ¿recuerdas aquel episodio en la Vaubyessard?: “Una señora a su lado dejó caer su abanico. Un danzante pasaba. ¿Me hace el favor -dijo la señora-, de recogerme el abanico que está detrás de ese canapé? El caballero se inclinó y mientras hacía el movimiento de extender el brazo. Emma vio la mano de la joven que echaba en el sombrero algo de color blanco, doblado en forma de triángulo. El caballero recogió el abanico y se lo ofreció a la dama respetuosamen-te; ella le dio las gracias con una señal de cabeza y se puso a oler su ramillete de flores.”

Celebro mi querida Emma que no regresaras al castillo, habrías abierto una senda de desenfreno sin retor-no, y quizás tu final se enmarcaría en una “sobredosis letal”, comparti-da con aquel vizconde que oliendo a vainilla y a limón, te invitó a danzar en una noche interminable y… Gus-tave Flaubert hubiese tenido que reescribir su historia

*[email protected]|tomada de httP://caFedementa13.blogsPot.com|PaPel salmón

Clásico de la literatura universal. Emma soñaba y soñaba despierta. Otra posible historia.

Alfonso Gómez Echeverri* Papel Salmón

Page 5: Papel Salmón, Febrero 3

8 |

|director NIColás rEstrEpo EsCobar | EDItora GlorIa luz áNGEl EChEvErrI|DIsEño vIrGIlIo lÓpEz arCE|circula con la Patria todos los domingos |cra 20 no.46-35. tel 878 1700 |imPresión: editorial la Patria s.a |e-mail: [email protected]

domingo 3 DE fEbrEro DE 2013PUBLICACIONES|

CONvOCATOrIAIMpre(CI)sIONes

eN esTANTeríACamilo Gómez Gaviria* Papel Salmón

Son muchas las historias que para ser efectivas dependen de un buen final. Mientras más cortas, más importante es cómo terminan. Un ejemplo de esto es el chiste: un buen chiste depende

enteramente de su final. Éste determina que el cuenta chistes sea aplaudido entre estruendo-sas carcajadas, o por el contrario, sea abucheado -existe una tercera posibilidad, no menos grave que la segunda y es cuando los chistes de un hu-morista son recibidos por un silencio sepulcral-.

El efecto que se busca -el que hace que el chiste sea recibido como tal y no como una mera anéc-dota- es causado por lo que en inglés se conoce como punchline, que se traduciría literalmente por “frase de golpe”. Se trata de aquella línea o frase sin la cual el chiste no es chiste y que hace que la gente se ría. Por analogía, el nombre de este curioso tipo de frase me hace pensar en algo que alguna vez leí de Cortázar, quien comparaba el efecto del cuento en un lector con el knockout del boxeo. Y es que un cuento, siendo un tipo de narración corta, en muchos casos depende tam-bién de un final inesperado que, como un golpe contundente, cierra la narración.

Por supuesto, no todos los finales de historias son como golpes contundentes, tanto en narra-ciones cortas como largas. Sin embargo, un buen final, en muchos casos, nos hace ver la narración en retrospectiva, desde un ángulo novedoso. Tal es el caso, particularmente, en las historias de detectives, en las que al final se descubre la iden-tidad del responsable de un crimen, y de pronto, se esclarece la cadena de eventos y de pistas que llevan al investigador a resolverlo.

Una historia de este tipo puede ser entreteni-da cuando logra mantener el suspenso del pú-blico hasta el final. No obstante, hay historias con finales que van más allá de proveer la ficha faltante de un rompecabezas. Muchos ofrecen un giro inesperado que nos lleva a reinterpretar el significado de la narración que hemos visto, es-cuchado, o leído.

En el cine, numerosas películas recurren a esto, como El gabinete del doctor Caligari, Los sospe-chosos de siempre y, más recientemente, Una aven-tura extraordinaria. Sin los últimos diez o quince minutos de esta película, la historia hubiera sido sin duda entretenida. Sin embargo, es su final el que nos hace volver a pensar desde una perspec-tiva diferente en lo que acabamos de ver; es tam-bién lo que hace que esta película vaya más allá del mero entretenimiento

*[email protected]

foTografía doCuMEnTal

La Escuela Nacional Sindical convoca al 19 Concurso latinoamericano de fotografía documental. “Los trabajos y los días”. El tema de las fotografías debe girar alrede-dor de seres humanos realizando algún tipo de trabajo u oficio. Los concursantes podrán ingresar sus fotografías por Internet, para lo cual deberán llenar el formato que es-

tará disponible en la página web http://www.ens.org.co/concurso hasta el próximo 20 de marzo. Cada obra deberá estar acompañada de un texto escrito, con una extensión que no exceda las 100 palabras. Cada participante podrá presentar un máximo de tres obras. Informes en www.ens.org.co

Un relato demoledor de una privilegiada clase social en deca-dencia a partir de la historia de una familia que se derrumba. En esta nueva novela, Luis Fernando Charry muestra su destreza na-rrativa, su agudo sentido de la observación y su fina ironía para recrear el mundo social de la clase alta bogotana. Esta obra con-firma que Charry es una de las voces más singulares y talentosas de la literatura colombiana contemporánea. El protagonista es Lo-renzo Casas a quien casi todo le ha salido bien: lleva nueve años de casado, tiene dos hijos y maneja con astucia el discreto emporio económico de la familia.

CHARRY, Luis Fernando. Seix Barral. Biblioteca Breve. Bogotá. 2012. Pp. 253. $39.000.

La naturaleza de las penas

las lEyEs dE la fronTEraEste libro contiene una furiosa

historia de amor y de desamor, de imposturas y violencia, de lealtades y traiciones, de enigmas sin resolver y venganzas inesperadas. A través de un relato que no concede un instante de tregua, escondiendo su compleji-dad bajo una superficie transparente, la novela se convierte en una pesquisa sobre los límites de la libertad, sobre las motivaciones inescrutables de los actos humanos y sobre la naturaleza inasible de la verdad. Javier Cercas confirma, con esta obra, que es una figura indispensable de la narrativa europea contemporánea.

CERCAS, Javier. Las leyes de la frontera. Mondadori. Barcelona. 2012. Pp. 382. $42.000.

los liTiganTEsKrayoxx es el nombre de un me-

dicamento anticolesterol que según Lyle Marino mató a su padre. Esa información abre un universo de posibilidades inesperadas para el despacho de abogados Oscar Finley & Willy Figg, una firma que sólo en contadas ocasiones consigue captar algún cliente respetable. Pero aho-

ra les ha tocado la lotería por partida doble. Lyle Marino contrata a Figg para demandar a la compañía farmacéutica que fabrica Krayoxx. Al mismo tiempo, Finley ficha a Da-vid Zinc. Finley & Figg no solo tienen un caso nuevo muy por encima de su nivel habitual, sino que también cuentan con un nuevo y prometedor colaborador.

GRISHAM, John. Los litigantes. Plaza & Janes. Estados Unidos. 2012. Pp. 483. $49.000.

CuEnTos dE TError dE la boCa dEl TúnElCuando Robert se despide de su

madrastra y sube al tren que lo lle-vará a Londres, siente un enorme alivio. Ya no tolera a esa mujer asus-tadiza, que siempre teme lo peor. En el vagón conoce a la misteriosa Mujer de Blanco, quien le relatará aterradoras historias sobre niños vengativos, titiriteros macabros y monstruos mitológicos. ¿Quién es esa mujer? Solo al final de este ex-traño viaje, Robert descubrirá que aquel encuentro, aparentemente ca-sual, oculta una terrible verdad. Las ilustraciones de este libro son de David Roberts, quien es un premiado ilustrador británico, creador de Dirty Bertie y Tyrannosaurus Drip.

PRIESTLEY, Chris. Cuentos de terror de la boca del túnel. Editorial Norma. Bogotá. 2012. Pp. 256. $ .

Los buenos finales