Introducción
“En nuestra época asistimos a la mayor migración humana de la historia. En
la actualidad, más de la mitad de la población mundial vive en zonas urbanas”.
El incremento de densidad poblacional ha sido sin lugar a dudas uno de las
mayores causantes de la problemática urbanístico en muchas ciudades en el
mundo, sobre todo en Latinoamérica, la poca planificación o la no planificación
para los nuevos asentamientos o los lugares de expansión para el crecimiento
poblacional.
“Sin embargo, la urbanización rápida e incontrolada suele acarrear una
fragmentación social y espacial, así como un grave deterioro de la calidad del
medio urbano y las zonas rurales circundantes. Ello puede deberse, en particular,
a la excesiva densidad de construcción, el carácter uniforme y monótono de los
edificios, la pérdida de espacios y servicios públicos, la inadecuación de las
infraestructuras, las lacras de la pobreza, el aislamiento social y al aumento de los
riesgos de desastre asociados al cambio climático”.
El Acervo Urbano prácticamente forma el recurso Capital usado para
optimizar el habitad en las zonas Urbanas e incentivar el crecimiento económico.
Ello depende fundamentalmente de la planificación Urbanística, en la cual la
Conservación es un punto esencial para la calidad de vida.
“La conservación del patrimonio urbano se ha convertido en el objeto de un
importante sector de las políticas públicas en todo el mundo”.
Esto significa conservar los legados históricos de las ciudades, sin embargo
la atención se centra en el entorno arquitectónico ya que representa gran
importancia en el ámbito social, cultural y económico de conservación de
patrimonios urbanos, de ello depende de políticas de estado que fomente el
cuidado de estos.
Definición
“Se entiende por paisaje urbano histórico la zona urbana resultante de una
estratificación histórica de valores y atributos culturales y naturales, lo que
trasciende la noción de “conjunto” o “centro histórico" para abarcar el contexto
urbano general y su entorno geográfico”.
El concepto de paisaje urbano histórico contribuye a ligar los elementos del
patrimonio material e inmaterial y a evaluar y comprender la ciudad y el espacio
urbano como un proceso, y no como un objeto.
La percepción sensorial del sistema urbano y de su contexto. Un sistema de
componentes materiales y su relaciones (morfología urbana, parcelario,
construcciones, espacios no edificados, árboles y vegetación, mobiliario urbano,
etc.), productos de un proceso en el tiempo, condicionados por tensiones sociales,
económicas, políticas y culturales.
El paisaje urbano histórico es un estado de espíritu, una comprensión de la
ciudad, o de partes de la ciudad, como resultado de los procesos naturales,
culturales y socioeconómicos que la construyeron desde el punto de vista
espacial, temporal y de la experiencia. Es tanto una cuestión de edificios como de
rituales y de valores que los hombres desarrollan en la ciudad. Este concepto
engloba los estratos del valor simbólico, del patrimonio inmaterial, de los valores
percibidos, de lo que liga los diversos elementos que componen el paisaje urbano
histórico, pero también del conocimiento local, incluyendo las prácticas de
construcción y la gestión de los recursos naturales. Su utilidad reside en la noción
que lleva en sí una aptitud para el cambio.
Los centros históricos pueden considerarse como los lugares más
simbólicos, apreciados, distintivos de las ciudades. Son los espacios que dotan a
éstas de un carácter especial, y que las hace diferentes de las demás ciudades.
Son lugares donde existen, la mayoría de las veces, monumentos históricos,
conjuntos arquitectónicos y edificaciones simbólicas, elementos que, en definitiva,
son los que provocan esa diferenciación de la ciudad, y que esta sea un lugar de
la cual se puedan sentir orgullosos sus propios habitantes. El centro histórico
representa la memoria colectiva de la ciudad. Vestigios del urbanismo de
diferentes épocas y arquitecturas de distintos estilos muestran la historia viva del
pasado de la ciudad; por eso tienen un valor educativo y atraen el interés de
viajeros y turistas. Pero, además, la imagen colectiva de la ciudad se construye
sobre esos elementos paisajísticos heredados. Por otra parte, los centros
históricos encierran valores de convivencia para el conjunto de los ciudadanos.
Sus calles y plazas son lugares de paseo y de encuentro, son espacios de
diversidad y mezcla funcional que propician las relaciones sociales. Todos estos
hechos hacen de los centros históricos los espacios sociales físicos de más valor y
de mayor complejidad de la ciudad.
Problemas y perspectivas en relación con el Paisaje Urbano histórico
“En las recomendaciones de la UNESCO ya existentes se reconoce la
importante función que cumplen los conjuntos urbanos históricos en las
sociedades modernas. En ellas también se indican una serie de factores
específicos que amenazan la conservación de esos conjuntos urbanos y se
formulan principios, políticas y directrices generales para hacer frente a esos
problemas”.
El patrimonio urbano constituye un recurso clave para mejorar la
habitabilidad de las zonas urbanas. Fomenta el desarrollo económico y la
cohesión social en un entorno global cambiante. Con el compromiso activo de
agentes públicos, privados y cívicos será posible preservar y disfrutar la ciudad a
la vez histórica y contemporánea
El crecimiento de las ciudades está transformando la esencia de muchos
conjuntos urbanos históricos. La evolución no controlada de la densidad y el
crecimiento urbanos puede erosionar el carácter de un lugar, la integridad del
tejido urbano y la identidad de las comunidades. Algunos conjuntos urbanos
históricos están perdiendo, además de pobladores, su funcionalidad y su papel
tradicional. La noción de paisaje urbano histórico puede ayudar a afrontar y
atenuar esos efectos.
Que puede aportar el “paisaje” a la conservación del patrimonio Urbano.
La topografía, la geomorfología y las características naturales del sitio, su
entorno edificado, tanto histórico como contemporáneo, sus infraestructuras de
superficie y subterráneas, sus espacios verdes y jardines, sus planos de
ocupación de suelos y su organización del espacio, sus relaciones visuales y
todos los demás elementos constitutivos de la estructura urbana. Engloba
igualmente las prácticas y los valores sociales y culturales, los procesos
económicos y las dimensiones inmateriales del patrimonio en tanto que vector de
diversidad y de identidad. Por una parte, es un término sugerente, que evoca la
idea de sistema que funciona de forma conjunta, y por tanto requiere de una visión
global, integrando en un mismo programa tanto el paradigma de la sostenibilidad
como todas las vertientes del patrimonio. El paisaje contribuye a la construcción
social, multifacética y dinámica.
Urbanización y Mundialización
“El crecimiento de las ciudades está transformando la esencia de muchos
conjuntos urbanos históricos. Los procesos mundiales ejercen una profunda
influencia en los valores que las comunidades atribuyen a las zonas urbanas y su
entorno, y en las percepciones y realidades de sus habitantes y usuarios. Por un
lado, la urbanización trae consigo posibilidades económicas, sociales y culturales
que pueden mejorar la calidad de vida y reforzar el carácter tradicional de las
zonas urbanas. Por el otro, la evolución no controlada de la densidad y el
crecimiento urbanos puede erosionar el carácter de un lugar, la integridad del
tejido urbano y la identidad de las comunidades. Algunos conjuntos urbanos
históricos están perdiendo, además de pobladores, su funcionalidad y su papel
tradicional. La noción de paisaje urbano histórico puede ayudar a afrontar y
atenuar esos efectos”.
No obstante, cabe destacar que desde hace ya algunos años, estos centros
urbanos históricos se han visto afectados por procesos muchas veces ajenos a la
propia ciudad, como por ejemplo el crecimiento excesivo en la poblaciones han
provocado que estos lugares, antiguas zonas de contacto entre ciudadanos, han
acarreado en muchas ocasiones la degradación de estos centros históricos,
degradación tanto de edificios como de la calidad de vida y de la seguridad. Esto
ha provocado que la opinión de los habitantes sobre los centros históricos se haya
vuelto más negativa, así como los procesos de degradación de estos lugares
hacen que los centros históricos ya no sean un lugar tan atractivo para vivir.
Los centros urbanos históricos constituyen una pieza fundamental en el
paisaje urbano de la ciudad y su significado desborda ampliamente el papel que le
correspondería en función de su superficie, entidad demográfica o actividad
económica. Aunque es una parte pequeña en el actual tejido urbano, el casco
antiguo constituye el espacio histórico por excelencia y, en gran medida, la
memoria colectiva de la ciudad. Es un producto histórico-social de carácter
singular que contribuye a los rasgos excepcionales de un determinado paisaje
urbano y a que la ciudad tenga sus propias señas de identidad. Desde el punto de
vista funcional, se definen por un marcado carácter multifuncional, ya que en ellos
conviven funciones residenciales, comerciales, religiosas, etc. La diversificación de
actividades aporta una gran riqueza a la vida urbana que en ellos se desarrolla. No
obstante, esta riqueza se pierde, en buena medida, cuando el sector terciario
penetra de forma desmedida o cuando quedan convertidos en espacios museos
carentes de vida urbana.
El centro histórico tiene un marcado carácter simbólico al que contribuyen
factores diversos: historicidad, trama urbana, patrimonio edificado,
monumentalidad, hitos urbanos, equipamientos culturales, etc. El reforzamiento de
la dimensión cultural y simbólica del centro histórico está en la base de la
formulación de las recientes políticas de protección, recuperación y rehabilitación.
Desarrollo
“Muchos procesos económicos ofrecen medios para aliviar la pobreza
urbana y promover el desarrollo social y humano. El hecho de acceder más
fácilmente a innovaciones como las tecnologías de la información o métodos de
planificación, concepción y edificación sostenibles puede traer consigo mejoras de
las zonas urbanas, y por ende una mejor calidad de vida”.
El planteamiento del paisaje urbano histórico percibe e interpreta la ciudad
como un continuo espacial y temporal, en el que, hoy como ayer, van dejando su
huella incontables grupos de población.
Este enfoque considera la diversidad cultural y la creatividad como activos
cruciales para el desarrollo humano, social y económico.
Es una alternativa a la desmembración de la ciudad en zonas de
conservación separadas que pasan a ser guetos de preservación histórica. Para
evitarlo la UNESCO colabora con las ciudades promoviendo la integración
En muchas ciudades este enfoque ha dado resultados muy positivos y
alentadores. En cada situación local se persigue un equilibrio entre la
conservación y protección del patrimonio urbano, el desarrollo urbano, la
funcionalidad y la habitabilidad de la ciudad. De esa manera se responde a las
necesidades de los habitantes de hoy al mismo tiempo que se fortalecen
sosteniblemente los recursos naturales y culturales de la ciudad para las
generaciones futuras.
Los diferentes puntos de vista patrimonial, económico, medioambiental y
sociocultural, no entran en conflicto; al contrario se complementan y su éxito a
largo plazo depende de su interrelación.
Medio ambiente
“Desde siempre los asentamientos humanos vienen adaptándose a los
cambios climáticos y ambientales, incluidas las consecuencias de catástrofes.
Pero la intensidad y rapidez de los cambios actuales constituyen una amenaza
para nuestros complejos sistemas urbanos. La preocupación por el medio
ambiente, sobre todo por el consumo de agua y energía, exige nuevos
planteamientos y modelos de vida urbana basados en políticas y prácticas que
tengan muy presentes las cuestiones ecológicas para mejorar la sostenibilidad y la
calidad de vida de las ciudades. Pero muchas de estas iniciativas también deben
dar cabida al patrimonio natural y cultural como recurso útil para un desarrollo
sostenible”.
De una forma general, puede decirse que los paisajes son producto de la
geomorfología, clima, vegetación, animales, y del agua, así como de los procesos
naturales y fundamentalmente por la acción del hombre. En un momento dado,
cada paisaje es un archivo histórico de lo sucedido en ese territorio y sigue en
proceso de continuo cambio. Se puede considerar que los paisajes tienen
múltiples dimensiones, entre las que cabe citar la físico-ecológica, la visual, y la
histórico-cultural.
El paisaje a lo largo de la historia ha definido el carácter de las poblaciones
que en él se asentaban, marcando no sólo su forma de vida, sino también su
evolución. Hoy día la influencia del hombre es tan intensa y extensa que las
transformaciones se llevan a cabo muy rápidamente sin tener en muchas
ocasiones referencias del valor del territorio que se transforma con consecuencias
graves dada la irreversibilidad de los efectos.
Para entender y gestionar cualquier ambiente urbano histórico es clave
tomar conciencia de que la ciudad no es un conjunto estático sometida a las
fuerzas dinámicas de índole y siguen remodelándola.
La UNESCO promueve un planteamiento holístico de la gestión de los
paisajes urbanos de la conservación del patrimonio urbano como los del desarrollo
socioeconómico. Este método contempla el patrimonio urbano como desarrollo de
las ciudades.
La Recomendación sobre el paisaje urbano histórico fue aprobada el 10 de
noviembre de 2011 por la Conferencia General de la UNESCO. El planteamiento
del paisaje urbano histórico va más allá de la conservación del entorno físico para
abarcar el entorno e inmateriales. Aspira a incrementar la sostenibilidad de las
intervenciones de cultural y factores socioeconómicos y comunidades locales.
Ciudades históricas bajo presión de:
-Cambio climático:
El clima en nuestro planeta determina las condiciones de vida, cómo y de
qué nos alimentamos, el agua de que disponemos y, por tanto, la supervivencia de
quienes lo poblamos en cada rincón. También marca los ritmos biológicos (épocas
de reproducción, cría, etc.) y la composición de los diversos ecosistemas. La
biodiversidad, es decir, la cantidad y variedad de seres vivos depende del clima de
nuestro planeta.
Pero el clima está cambiando. La acción humana está provocando que
suba la temperatura media, que retrocedan los glaciares en las montañas,
aumente el nivel del mar, disminuya la capa de hielo en el Ártico, se alteren las
estaciones, las lluvias y las tormentas.
Hoy en día más de la mitad de la población mundial habita en ciudades. Las
ciudades demandan grandes cantidades de energía, materiales y territorio (para
calles, carreteras, oficinas, puentes, comercios, viviendas, vehículos y generan
grandes cantidades de emisiones a la atmósfera, entre las que destacan las
emisiones de gases de efecto invernadero.
-Urbanización:
En el contexto de las múltiples transformaciones urbanas que experimentan
las grandes metrópolis, este trabajo analiza el modo en que, por medio de
diversas intervenciones, la práctica del urbanismo fragmenta las condiciones
espacio-temporales sobre las cuales se constituye la espacialidad urbana de la
vida cotidiana.
El crecimiento urbano surgido de forma paralela a la Revolución Industrial
no tuvo precedentes en ningún otro momento de la historia. Tal es así que más del
80% del actual parque inmobiliario que domina las ciudades del estado español ha
sido construido sólo durante los últimos 150 años. El fenómeno estuvo
acompañado de un fuerte aumento demográfico y de una inmigración hacia las
grandes ciudades, ya sea desde áreas rurales o desde otros centros urbanos
ahora periféricos.
-Explotación comercial:
El centro histórico es base fundamental del movimiento económico no solo
de la ciudad sino también del país, ya que en el mismo existen zonas
determinadas al comercio de diversas y variadas mercancías, en donde los
pequeños comerciantes tanto de la ciudad como del interior de la república se
abastecen de todo aquello que les es necesario para el desarrollo de sus
actividades, esto hace que en dichas zonas el movimiento de dinero se haga en
cantidades verdaderamente importantes, pero no solamente lo es en cuanto a la
economía, pues estos barrios o zonas también se convierten en una atracción
social y cultural, ya que dichos comercios que distribuyen mercancía al por mayor,
se encuentran ubicados en bellos y antiguos edificios, que siguen conservando
sus vínculos con la historia, así mismo se convierten en una manera fácil de
acceder a aquellas mercancías que le son necesarias al pequeño comerciante,
pues existen calles determinadas para los que se dedican a las ventas de
papelería otras más para los que se dedican a la venta de telas, o los que buscan
artículos de jarcería, en fin, estas zonas en el centro histórico hacen de las
ciudades un atractivo para el visitante, para el ciudadano y para el comerciante, o
para todos aquellos que desean conocer las entrañas de una ciudad que aunque
cosmopolita conserva su belleza, su historia y su cultura.
-Turismo de Masas:
El proceso de desarrollo económico registrado en las zonas históricas en
las ciudades ha generado en los últimos años la ocupación intensiva de los
espacios donde se concentran las condiciones más favorables para la inversión
turística. Sin embargo, es frecuente observar que el turismo está seriamente
alterado por el manejo inadecuado del territorio.
La estrecha relación que existe entre conservación del medio ambiente
receptor y el crecimiento de la actividad turística, plantea una interrogante para la
gestión de las autoridades regionales y locales y para los empresarios privados
vinculados al sector:
Políticas
“Las políticas modernas de conservación urbana, recogidas en las
recomendaciones y cartas internacionales existentes, han creado el marco de
referencia para la preservación de conjuntos urbanos históricos”.
El principio de desarrollo sostenible entraña la preservación de los recursos
existentes y que la protección activa del patrimonio urbano y su gestión sostenible
es una condición indispensable del desarrollo.
El patrimonio urbano constituye un recurso capital para mejorar la
habitabilidad de las zonas urbanas y fomentar el desarrollo económico y la
cohesión social… El futuro de la humanidad depende de la planificación y la
gestión eficaces de los recursos, por lo que la conservación se ha convertido en
una estrategia de conciliación sostenible del crecimiento urbano y la calidad de
vida.
Se propone un planteamiento paisajístico de selección, conservación y
gestión de conjuntos históricos en su contexto urbano general, que se caracteriza
por tener en cuenta las interrelaciones entre las formas físicas, la organización y
las conexiones espaciales, las características y el entorno naturales, y los valores
sociales, culturales y económicos de estos conjuntos.
Necesidad de integrar estrategias de conservación, gestión y ordenación de
conjuntos históricos urbanos en los procesos de desarrollo local y planificación
urbana, como los asociados a la arquitectura contemporánea y la creación de
infraestructuras.
Dejar escapar esas oportunidades tiene por resultado ciudades
insostenibles e inviables, y aprovecharlas de forma incorrecta o insuficiente
desemboca en la destrucción de elementos valiosos del patrimonio y en pérdidas
irreparables para las generaciones futuras.
Las políticas deben incluir mecanismos para equilibrar conservación y
sostenibilidad a corto y a largo plazo, haciendo especial hincapié en una
integración armónica de las intervenciones contemporáneas en el entramado
urbano histórico.
Las autoridades locales deben elaborar planes de desarrollo urbano que
tengan en cuenta los valores de la zona, en particular el paisaje y otros valores del
patrimonio, así como sus características conexas.
Herramientas
Otorgar la capacidad de actuación para que determinen los principales
valores de su zona urbana, elaboren una visión que refleje su diversidad,
establezcan objetivos y acuerden medidas para salvaguardar su patrimonio y
promover un desarrollo sostenible.
Las herramientas de conocimiento y de planificación deben ayudar a
proteger la integridad y autenticidad de las características del patrimonio urbano y
también a reconocer su diversidad e importancia cultural y a establecer
mecanismos de observación y gestión de los cambios para mejorar la calidad de
vida y del medio urbano.
Las herramientas financieras deben servir para reforzar capacidades y
apoyar formas de desarrollo innovadoras y generadoras de ingresos basadas en la
tradición. Además de la financiación pública y de los fondos de organismos
internacionales, conviene utilizar eficazmente las herramientas financieras para
promover la inversión privada en el plano local.
Conclusión
Las ciudades son organismos dinámicos. No hay en el mundo una sola
ciudad “histórica”; que haya retenido su carácter “original”: el concepto es un
objetivo en movimiento, destinado a cambiar con la propia sociedad. Para
preservar el paisaje urbano histórico es necesario construir alianzas estratégicas y
dinámicas entre los distintos actores del escenario urbano, en primer lugar entre
las autoridades públicas que administran la ciudad y los promotores y empresarios
que operan en ella.