Moda masculina: Desde principios del Siglo XX a nuestros días
A fines del 1800, la moda de la ostentación se traslada hasta la primera década del
siglo XX como resultado de continuar con las costumbres de exponer la riqueza y la
extravagancia. Nuevos estilos de sombreros, como el marinero, se impusieron en la
sociedad y fueron utilizados para distintas actividades de recreación como el tenis,
caballería y criquet.
Luego la influencia del ballet ruso, llega
para imponer un punto de vista
totalmente diferente y apagando los
colores hasta un tono pastel, cambio
que daría con la sepultura momentánea
de los colores llamativos. Solo algunos
colores brillantes o rayas de franela
fueron utilizados para actividades que
no requerían formalidad.
En estos años, los trajes se componen de tres piezas.
En la parte superior se encontraban el chaleco y su
correspondiente capa en combinación con la parte
inferior, compuesta por el pantalón hasta los tobillos.
la unificación de clases se daría en 1920, periodo en
que las consecuencias de la guerra se trasladarían a la
expresión en la indumentaria, prendas que eliminan
creencias preestablecidas. Se establece un nuevo
estilo y se abandona el dress code demasiado formal.
De este modo, el look deportivo gana terreno y se
propone un gran abanico de opciones. Uno de los
hechos más destacados de la década del ’20 es el
surgimiento de los pantalones Oxford, más amplios y
prohibidos en la universidad que lleva su nombre por la
extrema informalidad que desprendían. El corte limpio, la
esbelta silueta y las raíces de estos tiempos se rememoran en
la actualidad y toman algunos elementos para el vestir de
estos días.
En 1930, los buenos tiempos de la posguerra quedan atrás y
los tonos se volverían más frívolos. El pantalón, al igual que
las mangas de las camisas, tendría forma cónica que haría del
traje una prenda más suave y flexible.
El movimiento Gangster se instala como una exageración del traje drapeado y el traje a
rayas diplomáticas se ubica como un elemento indispensable en el armario masculino
de la época, acompañado por un sombrero de fieltro. La recesión se siente en las calles
y el casual style incrementa su presencia en las principales ciudades.
La época bélica a comienzos de los 40’s llevaría a una gran influencia en toda la
década. Uso de fibras artificiales y botones como detalle supremo conformarían
prendas simples y funcionales. Luego del fin de la Segunda Guerra Mundial, los colores
aparecen en escena y juegan el rol de felicidad y celebración de un nuevo comienzo.
Remeras amplias y camisas estampadas presencian las calles cosmopolitas y las
camisas hawaianas son furor por sus estampados
geométricos y coloridos.
La era del denim surge en 1950 y, utilizado por las
principales celebridades del momento, se convierten en
un ítem obligado para los jóvenes de la época. De esta
forma, el look informal continúa su crecimiento entre
las masas y surgen los preppies, jóvenes de chaqueta
lisa y corbata estrecha. El esmoquin con pajarita tiene
sus primeras apariciones, mientras que el frac continua
desdibujando su presencia en la sociedad. Los colores
que predominan son los neutros y las telas simulan un
cuerpo natural y ligero.
También llamada la revolución del pavo real, los colores fijarían su foco en la década
del ’60 con novedosos estampados y tramas. Las cenas londinenses se vestían del
estilo dandy para su desarrollo y la chaqueta cruzada se apoyaba en esta elección. El
terciopelo constituye la principal opción y la
variedad de otros modelos a rayas y
brocatto forman el listado de productos.
En estos años, el movimiento hippie tiene su
base y a pesar de su gran impacto en los
jóvenes, no llega a ser más que una
contracultura del momento. Ellos adoptan
los pantalones denim deshilachados y de
campana, al igual que camisas teñidas como
su sello diferenciador.
Por otro lado, en los 70’s, la Fiebre del sábado por la noche llevaría el éxito a nivel
mundial a la expresión en la moda, con su protagonista John Travolta. Se trata de una
moda sugerente que rozaba los extravagantes y que establecieron a la discoteca como
lugar de modas masivas.
En el ámbito formal, la dualidad del blanco y el negro expresaría elegancia y los trajes
de tres piezas volverían al ruedo. En contraste, el movimiento hippie caería en un
nuevo resultado, impulsado por la utilización de un estilo anárquico: el movimiento
punk, una contracultura que se identificó por el uso de jeans ajustados, botas y
camisetas, y fueron impulsados por la imagen de Vivianne Westwood y Malcom
McLaren.
Si los 60’s fueron la primera
revolución del color, en los 80’s
se reafirma el enunciado y se
establece un nivel de sutileza en
los outfits. Intentando exponer
riquezas y prestigio, la sociedad
se vuelca al sistema de marcas,
desplazando la Alta Costura en
estos años. Ya sea de esmoquin
negro o blanco, la elección del
hombre ochentoso pasará por el
accesorio a utilizar, teniendo en cuenta el color y su combinación.
Se puede decir que en estos años, el género masculino comienza a interiorizarse por la
moda y su conciencia de estilo lo lleva a utilizar distintas pajaritas, fajas y solapas para
darle ese toque único en su vestir.
La iniciación de influencers en la televisión comienza a sentirse, y como resultado,
resurgen las camisas hawaianas. Por otro lado, el grunge se afianza con la imposición
de Kurt Cobain. Finalmente, un nuevo estilo se establece: el formal/informal.
Encuadrado en la serie Miami Vice, despierta una borrosa distinción entre lo casual y lo
estructurado, desprendiéndose de la sastrería por unos años.
Los últimos años del Siglo XX llegan y con ellos no hay una tendencia ni moda
totalmente definida, la conciencia de la inexistencia de la libertad es moneda corriente
y las personas desean sentirse más cómodas. Se presentan productos emblema que
hacen a la década, como las zapatillas Converse All Star, los jeans Levi’s 501 y las gafas
de aviador Ray Ban. Además,
los jerseys y las camisetas de
bandas se popularizan en el
ámbito juvenil y estructuran
un nuevo gusto por la
indumentaria.
La nueva era del Siglo XXI
deja su reciente evidencia y
las semanas de la moda
marcan su punto indeleble en
la elección de los atuendos diarios. El nacimiento del ámbito digital propone un nuevo
punto de vista sobre estilos a adoptar y la sociedad genera su propio criterio. Múltiples
firmas invaden los stores de las principales ciudades y advierten distintas propuestas.
Los años actuales se basan en un resurgimiento de las tendencias del Siglo XX y marcan
un fenómeno de inspiración en el pasado. Surge el streetstyle como expresión de las
sucesivas manifestaciones personales de los transeúntes y, con ella, estilos
innovadores y combinaciones repensadas para el uso actual. Acompañando a éste se
encuentra el hipster que, a grandes rasgos, compone a una persona que utiliza un look
muy marcado. Por último, los complementos, los detalles y las prendas entalladas
constituyen ítems que reúnen la identidad de la imagen personal.
Constituyendo una época en la que el dinamismo entre década y década fue marcado
y fuertemente influenciado, los siglos citados conjugan la historia y el contexto en el
que el hombre se expresa en el área de la moda. Desde frac de los 1900 hasta la
diversidad de tendencias y estilos de nuestros días, el público masculino desarrolla su
consciencia y determinante interés por este aspecto de su vida, aspecto que constituye
el día a día de su imagen y estilo.