Breve panorama laboral y sindical
de las y los periodistas en México
Investigación elaborada por:
Marcela Turati, Elia Baltazar y Margarita Torres Almanza
Taller Regional de la Federación Internacional de Periodistas
Octubre 3, 2008
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Contenidos
Introducción 1. Breve geografía corporativa. Corporatocracia mediática 1.1 Las ganancias del sector 1.2 Caída de la prensa escrita, concentración de la radio y duopolio televisivo 1.3. Las redacciones en “reestructuración” 2. Marco legal 2.1. Derecho a la información, la transparencia y la rendición de cuentas 2.2. Ley de imprenta 2.3 Defensa de los periodistas 2.4. Secreto profesional 3. Situación laboral 3.1. Los contratos 3.2. Los salarios 3.3. 'El chayo' y otras compensaciones 3.3. Los despidos 3.4. El nuevo perfil demográfico 3.5 La multimediatización, la subcontratación y el uso de externos 3.6. La situación de los freelancers 3.7 La situación femenina 4. Agresiones a Periodistas 4.1 Los asesinatos y agresiones 4.2 Autocensura, estigmatización y veto publicitario 5. Situación sindical 5.1. Pocos sindicatos y poco representativos 5.1 Relación prensa-sindicatos 5.2 Estudio de caso La Jornada 5.3 Estudio de caso: Radio Educación y el burocratismo de los medios públicos 5.4 Entre el desinterés, la mala imagen, el individualismo y el miedo 6. La ruptura con las viejas formas, nuevos movimientos y creación de redes 6.1. Las nuevas agrupaciones y redes 6.2 La efervescencia de los nuevos movimientos Conclusiones Bibliografía Anexo1: Tabla de sindicatos y organizaciones de periodistas
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Introducción
México es terreno minado para el periodismo. A la fecha, 39 periodistas han muerto en
el ejercicio de la profesión y siete más están en calidad de desaparecidos. Esta cifra nos
coloca como el segundo país más peligroso para los periodistas, sólo después de Irak1.
La inseguridad, sin embargo, no avanza sola. A pesar de los peligros que
enfrentan actualmente los reporteros -sobre todo en las zonas en que opera el crimen
organizado y las fuerzas del Estado (policías y Ejército) con privilegios discrecionales-
las condiciones laborales que imperan en los medios de comunicación han despojan de
beneficios y seguridad a la profesión, en sintonía con las tendencias mundiales del
mercado. O quizá peor, pues México es un país de economía emergente que ha
sacrificado la seguridad social y laboral de sus trabajadores, en beneficio de las
inversiones (locales y trasnacionales) que poco ofrecen y todo exigen del gobierno.
Hasta ahora, sin embargo, los resultados están a la vista: poco empleo y condiciones
cada vez peores.
Este esquema ya atrapó al periodismo desde hace al menos ocho años y a futuro la
perspectiva no es optimista. Bajos salarios, largas jornadas de trabajo, magras
pensiones, despidos masivos, flexibilización laboral y multiplicación de tareas bajo el
modelo multimedia en perjuicio de la calidad de la información son la constante en el
panorama laboral de los medios de comunicación en México.
A lo anterior hay que agregar, además, que el país carece de organismos,
asociaciones o sindicatos que protejan los derechos laborales de los periodistas. Si las
organizaciones gremiales en su conjunto han perdido terreno en el mundo de la
precarización laboral, en el periodismo mexicano ni siquiera ha habido esfuerzos serios
por consolidar una. No es que se perdieran, es que nunca las hubo.
A diferencia de otros países, no hay un solo organismo que vigile los derechos
laborales de los periodistas que son, a su vez, vehículo para garantizar el derecho a la
información de una sociedad. Esta situación no es reciente. Vicios e inercias del pasado,
donde la discrecionalidad y el privilegio de la relación prensa-poder se anteponen a la
legalidad, prevalecen, y la transformación de los medios de comunicación a la par de la
transformación democrática de las últimas décadas ha sido incompleta. Los modelos
informativos de prensa, radio y televisión con un enfoque más plural enfrentan trabas o
tienen cortos periodos de vida, en perjuicio de la oferta laboral y del derecho a la
información.
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Algunos han perdido la batalla en un terreno siempre engañoso dentro del
modelo de medios mexicano: la publicidad, cuyo monopolio sigue en manos de los
gobiernos (locales o federal) que castigan o premian con jugosas pautas a los medios de
su preferencia, casi siempre la televisión.
Las empresas privadas tampoco escapan a esta distorsionada relación construida
sobre la base de la publicidad de la que dependen los medios para su supervivencia. Ese
gasto en publicidad, que proviene de recursos públicos, condiciona el ejercicio de la
libertad de expresión de los propios periodistas, obligados a la “mesura”, si no a la
“censura”, para no contravenir relaciones o intereses de los medios en que laboran y
afectar los ingresos de los que dependen sus salarios. Así las cosas, la publicidad ha
sido trampa y argumento de muchos empleadores para contener salarios y prestaciones
de sus trabajadores, bajo las razones de un mercado cada vez más competido y
restringido económicamente, sobre todo para la prensa escrita.
El terror laboral impuesto por las empresas corporativas de comunicación y la
degradación de la organización sindical, en la que imperan el corporativismo, la
burocracia y la corrupción, han generado aversión y miedo entre los trabajadores de la
comunicación. Nadie se atreve hoy a emprender un esfuerzo de organización gremial,
pues las experiencias del pasado han enseñado que éstas, en el mejor de los casos, se
quedan en el olvido y, en el peor, en el despido colectivo. El resultado: la renuncia
colectiva de derechos laborales.
El proceso de precarización y desprotección laboral parece irrefrenable, pero
nadie aborda el tema. Se soslaya aun en la discusión que actualmente priva en el país
respecto de la concentración de medios, el derecho a la información, la necesidad de
una pluralidad informativa y los riesgos físicos que corren los periodistas en su labor.
La prensa, ya se sabe, es elemento indispensable en la construcción de
ciudadanía y democracia. Por ello, es muy alto el precio que paga una sociedad que
carece de un periodismo plural y de calidad. Pero es imposible garantizar el derecho a la
información, la transparencia y la rendición de cuentas si un país no ofrece a los
profesionales del periodismo las condiciones laborales necesarias –y no mínimas— para
el ejercicio de su profesión. Esto es seguridad en el empleo, capacitación y justas
remuneraciones.
Este trabajo tiene como propósito ofrecer un panorama de las condiciones en que
actualmente desarrollan su labor los periodistas, los marcos legales que regulan la
profesión, las condiciones laborales que imperan bajo el modelo corporativo actual de
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los medios, las opciones de organización con que cuentan como trabajadores y los
beneficios y desventajas que éstas ofrecen. Así también nos arriesgamos a proponer
opciones de organización y defensa laboral en el marco de las condiciones actuales.
Con base en este análisis, es posible decir que no todo está perdido, pese a la
situación adversa que impera en el ejercicio periodístico. Si las condiciones no están
dadas, hay que construirlas y para ello es necesario diseñar propuestas viables para
asegurar, en el futuro, condiciones laborales dignas de aseguren el ejercicio del derecho
a la información en beneficio de toda la sociedad.
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1. Breve geografía corporativa. Corporatocracia mediática
La geografía de los medios de comunicación en México es el dibujo de un territorio
dominado por un puñado de empresas (nacionales y trasnacionales) que dominan la
industria de la información y el infoentretenimiento –producción y distribución de
contenidos—, así como el mercado de consumo.
Como en el resto del mundo, los medios de comunicación en México son una
poderosa maquinaria de riqueza, negocios y poder concentrada en un pequeño grupo de
familias que controlan la industria de los medios y las telecomunicaciones en México2.
Es evidente que los empresarios de medios electrónicos dominan la industria,
favorecidos por la discrecionalidad que priva en la entrega de concesiones para radio y
televisión, así como en la contratación de espacios publicitarios. Frente a ello, la prensa
escrita –guiada también por la tendencia internacional- se ha visto obligada a modificar
su esquema de negocios para incursionar en el terreno del Internet con contenidos
multimedia3.
Para fortalecerse en la competencia, los medios –sean electrónicos o prensa
escrita- han integrado un esquema de asociación con grandes corporaciones
trasnacionales, especialmente de Estados Unidos, Inglaterra y España, para ampliar su
oferta en contenidos, sobre todo en el ámbito del entretenimiento, pero también de la
información.4
1.1 Las ganancias del sector
Las sustanciosas ganancias de los empresarios de medios no se reflejan en la economía
nacional, en la que su participación es algo menos que discreta y se concentra
principalmente en el sector telecomunicaciones5.
De acuerdo con el INEGI, en el segundo trimestre de 2008 los “servicios de
información en medios masivos significan 13.4 por ciento del Producto Interno Bruto
del país (337 mil 881 millones de pesos). Pero la mayor parte de la riqueza (75 por
ciento) se concentra en la rama de las telecomunicaciones y operación de redes, que
controla el empresario Carlos Slim (dueño de Telmex, accionista de Televisa y ahora
del periódico estadunidense The New York Times)6. El resto (25 por ciento)
corresponde a la sola creación de contenidos en los distintos soportes (televisión, radio,
periódicos y revistas, cine, música, libros, Internet y agencias de noticias). De modo que
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el sector tradicional de medios de comunicación suma ingresos anuales por 73 mil
millones de pesos. El 75 por ciento de esta cifra está concentrado en la televisión, la
radio y la edición de periódicos.
Pero es un hecho que el terreno lo domina la televisión, que concentra más de la
mitad del valor económico de los medios de comunicación (42 mil millones de pesos) y
del mercado de la publicidad (58 de cada 100 pesos entre 1998 y 2005)7.
Este poder económico se demuestra en un hecho por demás relevante: en
México hay más hogares con televisión (91 por ciento) que con agua potable (87.8 por
ciento) o drenaje (86.7 por ciento). Casi la mitad de la población mexicana (48.9 por
ciento), que suma 110 millones de habitantes, ve la televisión entre dos y cuatro horas
diarias8.
1.2 Caída de la prensa escrita, concentración de la radio y duopolio televisivo
Al 14 de marzo de 2007, el gobierno federal tenía registrados 735 diarios, semanarios y
publicaciones periódicas, entre ellos, dos periódicos gratuitos de gran circulación en la
capital del país9.
En comparación con la TV, los ingresos de la prensa escrita se miran
insignificantes. La publicación de periódicos reporta ingresos anuales por 9 mil 850
millones de pesos (la cuarta parte que la televisión), de los cuales 7 mil millones
provienen de la venta de publicidad (sobre todo gubernamental) y el resto por ventas
propias.
Al margen de la publicidad, la situación de la prensa nacional es escalofriante en
tres ámbitos de soporte económico: venta, tiraje y distribución, que desde 1994 reportan
una caída constante (con un ligero repunte en 1999 y 2000)10.
Si en 1994 se vendían 9.87 ejemplares por habitante, en 2006 la relación fue de
6.80. El tiraje total, aquel año, fue de un millón 90 mil ejemplares y 12 años después
apenas sumaba 829 mil. La circulación pasó en el mismo periodo de 908 mil ejemplares
a 731 mil. Sólo ha aumentado la circulación de los diarios de mediodía11.
En total, se calcula que aproximadamente 2 millones de mexicanos, de 110
millones que suma la población, lee algún periódico. Esta falta de mercado se traduce
en lo económico en una dependencia casi absoluta de la publicidad gubernamental y
privada. Al mismo tiempo evidencia la falta de arraigo de los periódicos en la sociedad.
Aunque el número de periódicos hace pensar en condiciones de competencia
favorables para la calidad de la información –esto es, ofrecer un mejor producto para
8
ganar lectores--, en la realidad el mercado también padece los efectos de la
concentración, aunque no al grado de la televisión.
Mientras la industria de la TV está controlada por dos grandes consorcios
(Televisa y Televisión Azteca, que concentran 86.7 por ciento de la cobertura y 97 por
ciento de la audiencia), en la prensa se amplia el espectro, pues hay diarios que dominan
en el mercado nacional y otros que controlan los mercados locales. Pero incluso en este
sector la competencia es limitada y desigual. De los 26 periódicos nacionales, sólo tres
concentran la mayor parte de los ingresos por circulación y publicidad: Grupo Reforma,
El Universal y El Sol de México. Pero las cifras al respecto son inciertas, pues ninguno
de los periódicos está obligado a hacer públicos sus ingresos12.
La falta de cifras económicas en la prensa mexicana impide evaluar la situación
real por la que atraviesan los periódicos y, a su vez, el impacto de ésta sobre las
condiciones laborales. Pero un indicio de lo que ocurre lo ofrece el reporte financiero de
El Universal correspondiente a 2006-200713.
Tabla 1
Radiografía numérica de El Universal, 2006-2007 (millones de pesos de diciembre de 2007)
Concepto 2006 2007 Variación real
Activos 1,653.6 1,574.2 -4.8%
Pasivos 839.9 719.8 -14.3%
Ventas 1,812.5 1,738.0 -4.1%
Utilidades 49.9 32.9 -34.1%
Empleados* 1,619 1,234 -23.8%
* Número de personas. Elaborado con información de los reportes trimestrales de El Universal a la Bolsa Mexicana de Valores.
En la radio, las cosas no van mejor: generó un volumen de negocios de 3.4 mil
millones de pesos anuales y captó sólo 12 de cada 100 pesos de la publicidad, entre
1998 y 200514. En este sector, la supremacía la detentan los programas musicales, que
captan la atención de 87 por ciento de la audiencia, frente a 46.8 por ciento de los
noticiarios15.
Cabe añadir que los periodistas de radio y televisión se encuentran en desventaja
en materia salarial, respecto de quienes trabajan en prensa escrita porque para ellos no
aplica el salario mínimo profesional establecido por la Comisión Nacional de Salarios
Mínimos. No es el caso para los técnicos y trabajadores de otras áreas, protegidos por el
contrato colectivo Sindicato de la Cámara Nacional de la Industria de la Radio y la
Televisión, que les concede mejores condiciones laborales.
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En suma, el esquema de concentración de medios ha unificado en favor de los
empleadores criterios desfavorables de contratación y condiciones laborales para los
trabajadores (reporteros, redactores, editores, fotógrafos).
Esto se demuestra en el caso de la televisión, que es el sector más rico de la
industria de medios y el principal generador de fuentes de empleo (37 de cada 100
labora en esta industria), pero que ofrece salarios por debajo de la prensa, un sector con
ingresos “más modestos”.
De acuerdo con la información elaborada por Francisco Vidal Bonifaz, los
periódicos gastan 2 mil 776.9 millones de pesos en salarios para sus empleados; la
televisión, mil 658 millones, y la radio, 772.3 millones de pesos16.
Estas cifras generales de la derrama económica en salarios esconden tras de sí
otro fenómeno laboral en los medios: la disparidad salarial al interior de las empresas.
Hay directivos que pueden sumar ingresos por 300 mil pesos mensuales y, en contraste,
reporteros, redactores y fotógrafos con ingresos de mil 500 pesos mensuales.
1.3. Las redacciones en “reestructuración”
En el entorno actual de restricción económica, se ha recrudecido la competencia de los
grandes medios por los ingresos de la publicidad y venta de contenidos. En este
escenario, los primeros sacrificados son los trabajadores y, por ende, la calidad de la
información. Los empresarios de medios han adoptado procesos de “reestructuación”
para generar ahorros, en detrimento de las condiciones laborales, cada día más adversas
para sus empleados (falta de seguridad social, salarios bajos y estancados, trabajo a
destajo en el esquema multimedia por el cual no reciben remuneraciones extras,
despidos masivos). Estas “restructuraciones” se agudizaron a partir de este año por los
efectos en México de la crisis económica en Estados Unidos.
El otorgamiento de la publicidad gubernamental, además, no se rige por criterios
de tiraje o circulación, sino bajo esquemas discrecionales que hacen suponer
“amiguismo” e “influyentismo”, lo cual genera una red de intereses en la que quedan
atrapados los periodistas, la calidad de la información, los lectores y su derecho a la
información.
Ninguno de los medios ofrece más que la competencia porque su pelea no está
en los lectores o las audiencias, sino en la publicidad que les provee el gobierno, como
principal cliente, y la iniciativa privada.
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2. Marco legal
En el ámbito federal, los medios de comunicación y la labor periodística se rigen dentro
del marco normativo de la Constitución, la Ley de Imprenta, la Ley de Radio y
Televisión, la Ley de Telecomunicaciones y la Ley de Acceso a la Información.
Este marco legal, sin embargo, se evidencia insuficiente para garantizar las condiciones
laborales de los periodistas, proteger plenamente el derecho a la información de los
ciudadanos, combatir los vicios monopólicos de la industria y establecer reglas claras
para el otorgamiento de la publicidad.
Diversos sectores sociales pugnan hoy por la urgente revisión y actualización de
leyes vigentes para regular el poder de los medios, su control sobre la información y su
relación con los poderes públicos. Sin embargo, nadie ha exigido hasta ahora una
legislación que garantice la integridad física, la seguridad laboral y las condiciones
necesarias de libre expresión de los periodistas, cuando son ellos, a final de cuentas, el
eslabón entre la sociedad y los medios17.
Las corporaciones han recibido del poder político beneficios legislativos que han
permitido su expansión y prácticas oligopólicas, y que han dejado de lado una
regulación que garantice la existencia de los medios comunitarios.
Ha habido acciones positivas, no obstante, como la despenalización de los
delitos de calumnia, difamación e injuria, y la propuesta de federalizar el delito de
agravios contra periodistas. Esto, a partir de que el estado se ha mostrado ineficiente
para resolver las agresiones y asesinatos.
2.1. Derecho a la información, la transparencia y la rendición de cuentas.
La Constitución establece el derecho a la información como una de las garantías
individuales. Esto incluye la libre expresión de las ideas, la investigación y publicación
de información, y el rechazo para cualquier tipo de coacción sobre quienes ejercen este
derecho18.
A pesar de lo anterior, no hay leyes secundarias que garanticen los mandatos
constitucionales frente a los riesgos de la censura y la autocensura que priva en los
medios y entre los periodistas por razones de línea editorial y de intereses políticos y
económicos que, al final, limitan el ejercicio de la libertad de expresión de los
periodistas y de acceso a la información de los ciudadanos. Nadie está dispuesto a
11
contravenir a su medio ni recurrir a la ley si está de por medio su empleo. Esa es la
realidad.
Otra herramienta legal en favor del ejercicio periodístico y el derecho a la
información es la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública
Gubernamental, vigente desde 200319, que obliga a los poderes, órganos federales,
entidades y municipios a transparentar sus acciones, ha abierto la información
gubernamental20, aunque de manera desigual en el país.
2.2. Ley de imprenta
La Ley de Imprenta, que tiene más de 90 años, es considerada caduca e inoperante en el
nuevo entorno mediático dominado por los medios electrónicos y el Internet. Además,
resulta intimidatoria para el ejercicio periodístico al mantener los llamados “delitos de
prensa” (como los ataques a la moral o la vida pública), a los que pueden recurrir
quienes se consideran “afectados por el ejercicio indebido de la libertad de expresión”21.
Desde hace una década se han realizado iniciativas para modificarla, pero sigue vigente.
2.3 Defensa de los periodistas
Ante la incapacidad del Estado para garantizar la seguridad de los periodistas, este año
se inició en la Cámara de Diputados la discusión en torno de una propuesta de ley para
la federalización de los delitos contra periodistas. En términos generales propone que
cualquier hecho de intimidación, amenaza o atentado contra periodistas sea de
competencia federal, es decir, que lo atraiga la Procuraduría General de la República
para evitar la impunidad y la falta de respuesta de autoridades judiciales locales.
Una las características de esta propuesta es que reconoce las agresiones a la
actividad periodística en general y no sólo a los reporteros, con lo cual incluye a
camarógrafos, fotógrafos o cualquier otra persona que participe en el proceso
informativo22.
2.4. Secreto profesional
En el Distrito Federal y otras entidades como Chihuahua y Morelos recientemente se
aprobaron leyes que amparan al secreto profesional como un derecho que ampara ante
los poderes judiciales que pretenden obligar al periodista a revelar sus fuentes. Sin
embargo, en el resto del país no existe esta regulación23.
12
3. Situación laboral
Nada más difícil de analizar que la situación laboral de los periodistas en México. A la
complejidad del tema, se agrega la falta información estadística y datos precisos que nos
permitan configurar el perfil del periodista en México. ¿Cuántos son? ¿Dónde están?
¿Cuántos son mujeres y cuántos hombres? No sabemos.
Según la periodista Alma Delia Fuentes, experta en periodismo de investigación
y rastreo de información, una de las graves dolencias del periodismo mexicano, mismas
que han impactado no sólo en su organizacion sino en su seguridad y en su
remuneracion, es que no hay un colegio de periodistas. “No hay ningún documento que
te ‘acredite’ o te permita ejercer como tal ni ningún otro instrumento que permita saber
cuántos somos y cómo somos. Jamás se ha hecho un censo serio de periodistas en
México”.
Una única pista la ofrece el Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa, que
calcula entre 40 mil y 60 mil periodistas en el país24. Más allá, está todo por hacerse.
3.1. Los contratos
En México el periodismo es una profesión de alto riesgo, sometida además a
condiciones de "simulación" en los derechos laborales. Actualmente, la mayoría de los
periodistas son contratados de manera verbal o por honorarios, no reciben prestaciones
legales ni seguridad social. En ocasiones es condición para ingresar a un centro de
trabajo la firma de una hoja en blanco que puede ser usada en el futuro como renuncia a
sus derechos en caso de despido25.
Aun en los medios nacionales de más prestigio, los exámenes médicos
requeridos para la contratación incluyen la prueba de embarazo y de VIH, a pesar de
que la Constitución lo prohíbe.
Las empresas simulan que sus empleados cuentan con un sindicato que vela por
sus derechos, aunque aquellos nunca llegan a conocerlo ni reciben de éste beneficios o
protección.
En los contratos no se estipulan las jornadas laborales de las y los periodistas,
que por ley debían ser de ocho horas diarias. A falta de un horario de trabajo, las
empresas exigen de sus trabajadores las horas necesarias, siempre más de diez. No se
13
acostumbra el pago de horas extras, días festivos ni prima dominical, entre otras
prestaciones de ley.
Algunas empresas ofrecen seguros de gastos médicos privados a sus
trabajadores, del cual paga una contraparte el trabajador. Sin embargo, la gran mayoría
cuenta con los servicios públicos de IMSS, si es que están contratados en nómina. Esto,
a pesar de que la presión a la que un periodista está sometido es similar a la de un
controlador aéreo y que sus asignaciones muchas veces son riesgosas26.
3.2. Los salarios
Aunque la labor de reportero está reconocida como "profesión" por la Comisión
Nacional de Salarios Mínimos (CNSM), sólo aplica teóricamente para quienes laboran
en medios impresos y para los fotógrafos, y no para quienes laboran en otros medios de
comunicación como radio, internet o televisión.
El salario mínimo profesional vigente en el año de 2008 estipula, dependiendo
de la zona, entre 148.05 pesos y 157.56 pesos diarios (alrededor de 15 dólares
americanos), a pesar de que el periodismo en México es una profesión de alto riesgo.
Los salarios son discrecionales y dispares en la mayoría de los medios. Pocas empresas
cuentan con un esquema de escalafón y aumentos salariales transparente. Los salarios
son variables y desiguales porque los criterios para definir los estándares o categorías
laborales son subjetivos y arbitrarios. Bajo esta lógica, las mujeres y las generaciones
jóvenes resultan ser las más afectadas. Hay jefes que ganan hasta 300 mil pesos (al mes) y gente que gana 50 pesos al día o no gana
hasta que le publican la nota, si no, no se paga. Hay quienes trabajan gratis en radios
comunitarias y son periodistas, no reciben sueldos. Un 10 por ciento gana bien y cuida su plaza
como oro27.
De acuerdo con el investigador Raúl Trejo Delarbre, Salarios y prestaciones varían significativamente de una empresa a otra. Hay trabajos, como el
de los reporteros, que casi nunca están reglamentados. Las jornadas laborales, así, se extienden
sin control y los directores, jefes de redacción o productores, según sea el caso, adquieren un
impresionante y virtualmente absoluto control sobre el trabajo de sus subordinados. Ritmos de
trabajo, jornadas e incluso salarios y posibilidades de tener acceso a prestaciones se asignan
según la conveniencia de las empresas28
14
En Oaxaca, por ejemplo, las direcciones o subdirecciones de noticias tienen
asignado un salario de entre 10 y 16 mil pesos mensuales (mil y mil 600 dólares); las
jefaturas de información o redacción, entre 6 y 11 mil pesos (600 y mil 100 dólares), y
los reporteros reciben entre tres y ocho mil pesos mensuales (300 y 800 dólares)29. En el
caso de las corresponsalías, hay quienes cobran por nota publicada, tienen un sueldo fijo
u obtienen una compensación simbólica.
3.3. 'El chayo' y otras compensaciones
Muchos periodistas de medios de comunicación pequeños y locales que ganan salario
mínimo (no profesional) se ven obligados a colaborar para distintos medios, tienen otros
empleos (algunos en el gobierno local) o reciben "chayo" o compensaciones para
incrementar sus ingresos. La falta de compromiso entre patrones y trabajadores –señala Carolina Velásquez, de CIMAC-
han orillado a los periodistas a estar muy cerca de las instituciones y estructuras del poder. Los
reporteros son fácilmente corruptibles y no necesariamente por dinero, sino porque se la pasan
muy cerca del poder, adquieren más beneficios afuera que en su empresa periodística30
En la década de los noventa, con el nacimiento del periódico Reforma,
comenzaron a cambiar algunas reglas no escritas en la relación prensa y el poder,
aunque antes hubo otros periódicos como La Jornada, y revistas como Proceso que
escaparon a los esquemas de corrupción imperantes. Los códigos de ética de las
empresas periodísticas prohibieron los regalos gubernamentales para los reporteros y a
éstos la venta de publicidad. Los medios además asumieron el costo de los viáticos de
los reporteros asignados a coberturas de políticos, que antes se cargaba al erario. Sin
embargo, los niveles salariales en general no se adecuaron al nuevo contexto.
La última década surgió el fenómeno de los narcoperiodistas, que son
comunicadores que trabajan –por gusto o por presiones— para los carteles de la droga.
Ellos reciben buenas compensaciones por sus servicios. Entre las bitácoras de los capos
de la droga capturados se han encontrado nombres de periodistas en la nómina. Los reporteros ya saben que no se deben meter. Les avisan los propios reporteros que se sabe
trabajan con los mafiosos. En cada ciudad hay identificado un grupo de reporteros,
especialmente los que cubren la nota policiaca, que son contactados por un representante de los
mafiosos. Regularmente es alguien que decidió pasarse al lado de los delincuentes. Hay
reporteros que por miedo son obligados a tomar dinero y a comprometerse a publicar o no
publicar, de acuerdo con la orden31
15
3.3. Los despidos
En las redacciones de los grandes medios se han dado recientemente varios procesos de
"reestructuración" que implican cierres de departamentos enteros o despidos masivos de
empleados. Esta situación, que comenzó tímidamente hace una década, se agudizó los
últimos dos años.
En algunos casos se pide la renuncia a los empleados bajo el argumento de un
pobre desempeño profesional, y con esto renuncian a una liquidación a cambio de una
carta de recomendación.
En la mayoría de los casos, los empleadores ofrecen el pago de una liquidación
menor a lo que estipula la Ley Federal del Trabajo y los despedidos se ven obligados a
negociar con la empresa para llegar a un acuerdo o a contratar un abogado.
Los empleados despedidos que quieren hacer valer sus derechos dirimen sus
diferencias en un juicio ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, el cual puede
tardar más de dos años en resolverse y que no siempre resulta favorable para el
trabajador, lo que desincentiva a quienes consideran que sus derechos fueron violados.
De acuerdo con la abogada Claudia Ruiz, Lo que estaba pasando en otras ramas, ya pasa en el periodismo. Si se embarazan, las despiden;
si se enferman, los despiden; si se accidentan, los despiden. O porque engordan o no da el tipo
porque está feo o porque ya no les gustó, los corren32
3.4. El nuevo perfil demográfico
Las redacciones mexicanas están llenas de jóvenes. La plantilla laboral pocas veces
supera los 40 años. Es una práctica común de las empresas rescindir el contrato a los
más viejos, congelarlos en áreas menores sin aumento de sueldo, hasta que ellos
mismos se cansan y renuncian, o despedirlos para pagar una liquidación y ahorrarse la
jubilación.
Las vacantes son ocupadas por estudiantes de los últimos semestres de la carrera
de periodismo o recién egresados, que son puestos a prueba y sin la posibilidad de
cobrar salario hasta que "demuestren" su capacidad. En algunas empresas los
trabajadores aceptan esta situación por meses o, incluso, por años.
Es el costo a pagar para "ganarse" una plaza. Lo aceptan por la escasez de
empleo y la abundancia de egresados de las escuelas de periodismo. “El año pasado, 90
por ciento de los egresados de las carreras de comunicación estaba desempleado y por
16
cada siete mil egresados solamente 72 obtendrán empleo", señala Jaime Guerrero33,
presidente de la Fraternidad de Reporteros de México.
3.5 La multimediatización, la subcontratación y el uso de externos
Con la "multimediatización" que desde hace una década impera en los medios
mexicanos -proceso que se ha acelerado en los últimos dos años- las empresas
periodísticas diversificaron su oferta de contenidos, pero los mismos trabajadores tienen
que producir productos para prensa escrita, Internet, radio y televisión, con el mismo
salario o incrementos ínfimos.
Los consorcios mediáticos tienen más ingresos y los empleados más trabajo,
pero no más salario. Igual que en industrias como la electrónica, textil o maquiladora,
los medios de comunicación se han sumado a la tendencia del outsourcing y la
subcontratación.
Algunas empresas periodísticas ya comenzaron a rescindir los contratos de toda
su plantilla laboral para recontratarla como si fueran auxiliares o trabajadores de oficios
varios, lo que reduce el pago de cuotas al IMSS y los salario a 49.50 o 52.59 pesos
diarios34. Con esta práctica evaden impuestos y el trabajador ve afectadas las
cotizaciones de su seguro médico, su jubilación y los créditos para vivienda.
En otros casos, han despedido a su plantilla laboral y sólo tienen tratos con
periodistas independientes, que no tienen más derecho que la paga por el trabajo
realizado, sin generar ninguna antigüedad o derecho.
3.6. La situación de los freelancers
La desprotección total la viven los periodistas independientes o freelance.
Según una investigación de la Fundación Rory Peck (2007)35[10], el perfil promedio del
freelance en México es el siguiente: la mayoría son hombres (72%) en un promedio de
edad de 37 años; no cuentan con ingresos económicos permanentes (60%); trabajan
como freelancer porque es su única opción para ejercer su profesión (32%); labora para
dos o más medios de comunicación (86%) y la mayoría (71%) para medios nacionales.
El freelance tiene un ingreso aproximado de entre 300 y 500 dólares americanos al mes,
aunque en lugares como Guerrero o Veracruz es normal recibir ingresos de entre 100 y
250 dólares mensuales.
Además, por la condición de su trabajo, la mayoría no cuenta con acceso a
seguro médico, de vida o de equipo de trabajo (65%).
17
En la mayoría de los casos son contratados de manera verbal por sus
empleadores y sólo 6 por ciento tiene un contrato que acredite los términos de su
relación laboral. En los casos en que hay contrato de por medio, éste estipula que de
haber demanda judicial, enfermedad o accidente de trabajo, la empresa no reconocerá su
vínculo laboral. Además, se le pide ceder los derechos de su información al medio, el
cual podrá reproducirla a conveniencia. Cada vez es más común que el medio se apropie de la propiedad intelectual, se da más en los
fotógrafos, y luego los demandan por usar sus fotos, aunque es su trabajo. Les dan a firmar
contratos tipo americano donde se exige secrecía y exclusividad por los derechos de autor 36.
La mitad de los encuestados por la Rory Peck han sido amenazados por
funcionarios públicos y policiales, traficantes de personas, grupos paramilitares y
guerrilleros, organizaciones religiosas y movimientos sociales. La encuesta refleja que
86 por ciento de los periodistas independientes no pertenece a ninguna organización de
profesionales de medios de comunicación ni a sindicatos. Los freelancers no encuentran
organizaciones gremiales ni asociaciones en las que ampararse o recurrir para la defensa
de sus intereses, lo que es común en todo el gremio.
3.7 La situación femenina
En las redacciones de los medios de comunicación y en las facultades de periodismo es
evidente el incremento en el número de mujeres. Según la relatora para la Libertad de
Expresión de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, seis de cada 10
trabajadores de los medios de comunicación son mujeres37. Sin embargo, este avance
numérico no se refleja en salarios, igualdad de trato, oportunidades de desarrollo ni
acceso a puestos directivos.
De acuerdo con Jaime Guerrero, las mujeres periodistas han tenido un trato
"infrahumano" en las redacciones de los medios, con salarios y oportunidades de
desarrollo menores que las de sus colegas varones, en un ámbito en el que impera el
hostigamiento sexual38.
Como en todos los ámbitos, las periodistas están en los rangos inferiores de
salario en sus empresas. Su desarrollo se ve frenado por los prejuicios sobre el rol
femenino y el hostigamiento sexual. Se les ha restado capacidad a las mujeres desde el punto de vista empresarial. No son las que
trabajan los temas fuertes, los temas duros, los que llevan a 'ocho columnas' en un medio (…)
Cuando una mujer tiene 10, 15 o más años en el gremio se le tilda de inepta o de fósil, cuando un
18
hombre tiene 20 ó 25 años de trabajo se le considera un experto. Nosotros consideramos que eso
es marginación39.
En algunos medios de los estados, los jefes de información consideran que las
mujeres no pueden salir de la ciudad a cubrir una nota, que no puede estar sola en
hoteles, o que hará cosas indebidas fuera de la ciudad.
No es raro que a las mujeres embarazadas se les despida de sus trabajos y se les
regateen sus permisos de maternidad. También es difícil para ellas, en las condiciones
actuales de subempleo y bajo ingreso salarial, pagar guarderías privadas donde puedan
dejar a sus hijos.
La periodista Sara Lovera señala: "La labor en medios de comunicación es una
profesión mayoritariamente femenina, tan sólo en las carreras de comunicación ronda el
90 por ciento. Sin embargo, nuestra presencia como trabajadoras ha traído la
pauperización de los salarios y malas condiciones de trabajo. Somos mayoría, pero los
hombres son los propietarios de los medios"40.
Los datos son escasos, pero hay algunos estudios de caso que ilustran la
situación en los estados. En Oaxaca, por ejemplo, 29 por ciento de los reporteros son
mujeres y una abrumadora mayoría tiene una formación académica por encima de sus
pares varones.
En un medio impreso de la ciudad de Oaxaca, de 18 reporteros, cuatro son
mujeres y todas con licenciatura; en contraste, de los 14 hombres, sólo cuatro tienen
estudios superiores. En una estación de radio, de siete reporteros, tres son mujeres, todas
ellas con licenciatura y de los cuatro reporteros, sólo uno tiene estudios universitarios.
De los ocho diarios registrados, todos tienen como director general a un hombre. Sólo
hay mujeres directivas en un semanario, una gerencia general de una filial de televisión
y dos agencias de Internet. Las cifras lo dicen: sólo 16% de los puestos de alta dirección
en esta entidad están ocupados por mujeres.
Sus trabajos son temporales: durante las últimas dos décadas han ingresado al
mercado laboral local más mujeres, pero duran poco en el medio. Las causas más
frecuentes por las que las mujeres dejan de laborar son: por contraer matrimonio o
porque empiezan su etapa reproductiva. Otras cambian de residencia o se incorporan a
oficinas de comunicación social del Gobierno para mejorar horarios y salarios, lo que
favorece sus actividades familiares.
19
4. Agresiones a Periodistas
4.1 Los asesinatos y agresiones
En 2005, la Cámara de Diputados conformó un Grupo de Trabajo de Seguimiento a las
Agresiones a Periodistas y Medios de Comunicación. El 15 de febrero de 2006, fue
creada la Fiscalía Especial para la Atención de los Delitos contra Periodistas. El 18 de
abril, la Cámara de Diputados aprobó una reforma parcial del Código Penal federal, que
ya venía avalada por el Senado, reconociendo la protección del secreto de las fuentes; y
otra despenalizando los delitos de prensa (calumnia, difamación e injuria).
Para la organización Reporteros Sin Fronteras, éstas fueron sólo "buenas
intenciones" que no impidieron que ese año se obtuviera uno de los peores balances de
los últimos diez años: "Con nueve periodistas asesinados y tres desaparecidos, el país
arrastra el peor balance del continente y se coloca detrás de Irak, por el número de
profesionales de los medios de comunicación muertos en 2006" 41.
El informe estuvo plagado de casos sobre atentados a medios, asesinatos a
periodistas, desapariciones, violaciones sexuales, detenciones judiciales y juicios
penales, y la situación no ha mejorado desde entonces.
Según la SIP, en 2007 y 2008 se mantuvo el nivel de "alto riesgo", tanto por los
asesinatos y agresiones físicas a los comunicadores, como por el nivel de impunidad por
crímenes que siguen sin esclarecerse.
La Comisión ha realizado 50 recomendaciones al Gobierno federal para que
garantice la libertad de expresión en el país, sin embargo, a decir del propio visitador "la
impunidad por parte de quienes realizan los agravios y las deficiencias en cuanto a la
investigación por parte de las autoridades obstaculiza la procuración de justicia".
La impunidad es el sello de los crímenes contra periodistas. Inclusive, la fiscalía
especial de la PGR no ha sido eficaz en la investigación: de los 136 casos que ha tenido
bajo su jurisdicción desde su creación, en 2006, sólo tres han sido consignados ante un
juez.
El Informe Buendía 2007: Análisis sobre los obstáculos a la libertad de
expresión en México42 reportó 113 casos de obstáculos a la libertad de expresión contre
medios y reporteros en 2007. Los incidentes con mayor recurrencia fueron las amenazas
e intimidaciones (30.1%), las agresiones físicas (24.8 por ciento), atentados (8%),
20
detenciones (5.3 por ciento), asesinatos y actos de censura (4.4%). Sólo el año pasado
hubo cinco asesinatos y cuatro periodistas desaparecidos.
El primer balance preeliminar independiente realizado este año y presentado en
el Primer Encuentro por la Defensa de los Periodistas, lleva un registro de 95 casos de
agresión contra periodistas durante el primer semestre del 2008, casi el doble de los
agravios registrados en el mismo periodo en 2007.
Los trabajadores se han caracterizado por su apatía y, como bien señaló la
misión internacional de la ONU que viajó a México: “una peligrosa indiferencia” ante
los asesinatos de colegas.
4.2 Autocensura, estigmatización y veto publicitario
Como consecuencia directa de las tácticas de terror que aplican las mafias y ante la
desconfianza que pesa sobre las autoridades estatales y federales --posiblemente
vinculadas con el crimen organizado--, los periodistas y sus empresas han optado por la
autocensura. Las amenazas, 'levantones' (subir a un vehículo a una persona de la que no vuelve a saberse o a
la que se amenaza y libera más tarde), los secuestros y extorsiones se han convertido en algo
común. Los 'tableados' aumentaron, son reporteros que fueron llevados a un lugar dehabitado y
castigados severamente a tablazos en el cuero por publicar historias incómodas para los
maleantes. Si anterioremente algunos medios estabana acostumbrados a no publicar críticas al
gobierno por los convenios publicitarios, ahora lo han dejado de hacer por las amenazas a los
reporteros y a las salas de redacción43.
En algunas regiones del país, las empresas no divulgan la información
relacionado con las bandas del narcotráfico o existen acuerdos para firmar las notas
como "especiales", "de la redacción" o "del staff" para no arriesgar a sus autores.
La misión internacional de la ONU identifica otros dos fenómenos que alientan
la autocensura y limitan la prensa libre y plural: "La manipulación por parte de los
gobiernos estatales y federales del presupuesto destinado a la publicidad oficial, con los
que se pretende orientar la información, así como la alta concentración de medios de
comunicación en pocas personas o grupos empresariales vinculados a diferentes ramas
de la economía y con sectores con enorme poder político, empresarial y religioso"44.
21
5. Situación sindical
5.1. Pocos sindicatos y poco representativos
En México hay pocos sindicatos de periodistas que cumplan con el cometido de velar
por los intereses de los trabajadores y, en cambio, prevalece la aversión de los
periodistas a esas figuras de organización gremial.
Los sindicatos de los medios de comunicación se encuentran fragmentados y hay
múltiples agrupaciones, lo que "divide y debilita a los trabajadores"45.
Para el analista Raúl Trejo Delabre, los problemas del sindicalismo de la prensa,
además de la dispersión organizativa, son: la heterogeneidad ideológica que ausenta
todo debate; su segregación del movimiento obrero; no impulsan proyectos
programáticos; la escasa actividad interna; la disparidad de condiciones laborales; las
pocas posibilidades de capacitación y lo joven de las organizaciones e industrias.
Sólo un periódico con cobertura nacional tiene sindicato democrático y activo
(La Jornada), además de la agencia de noticias gubernamental Notimex y las radios y
televisoras públicas.
Algunas agencias de noticias internacionales están agrupadas en el Sindicato
Nacional de Redactores de la Prensa, que ha perdido convenios con algunas empresas
en los últimos años. (Ver cuadro Anexo 1) Los periodistas han ido perdiendo derechos y representación y existen cientos de asociaciones de
periodistas que, aunque parecieran aglutinar a muchos grupos, no tienen peso en el contexto
actual. Las asociaciones históricas no trascendieron a la vieja usanza de la cercanía al poder,
tienen formas de organización corporativas y actualmente no tienen presencia entre los
periodistas jóvenes, quienes las ven con desconfianza46.
Aunque en México hubo gran tradición sindical (apegada al PRI), en los años
recientes los sindicatos se dividieron, las empresas se sacudieron de encima a los líderes
y las nuevas generaciones rompieron con las agrupaciones históricas de periodistas.
Como bien lo refleja el estudio de la Rory Peck, el 86 por ciento de los
periodistas mexicanos independientes no pertenece a ninguna organización de
profesionales de medios de comunicación ni a sindicatos; esta situación es común en
todo el gremio.
La situación no ha variado mucho de la diagnosticada en julio de 1999, en
Guatemala, donde se reunieron dirigentes sindicales de Centroamérica y México, bajo el
auspicio de la Federación Internacional de Periodistas (FIP). Allí se señaló que los
22
sindicatos han tenido una incapacidad gerencial y estructuras frágiles; sus dirigencias
tienen una dudosa reputación y el gremio se caracteriza por su falta de unidad.
Además, los periodistas no participan de las actividades gremiales; desconfían
permanente de las organizaciones; son individualistas y tienen miedo de que los
empleadores los estigmaticen como problemáticos por organizarse. A lo anterior se
suma que los patrones impiden la organización; las autoridades laborales no supervisan
lo que ocurre en los medios y las organizaciones sociales se han mantenido indiferentes
a esta situación47.
Un sondeo del SNRP entre periodistas indicó que 90% de los entrevistados no
están interesado en afiliarse a ningún sindicato "debido a su mala reputación, por el
enriquecimiento de sus líderes sindicales, los casos de corrupción al interior del
sindicato, entre otros factores"; 70% considera que no hay un sindicato verdadero que
defienda a los periodistas y 80% que en México no se respetan los derechos laborales
del gremio ni la libertad de opinión.
5.1 Relación prensa-sindicatos
Según Carolina Velázquez, ex sindicalista y hoy jefa de información de la agencia de
noticias Cimac, la organización sindical de los periodistas se ha modificado de la misma
manera en que se ha transformado el país. En los 70 hubo sindicatos charros, muy corporativistas, con estructuras de comités o uniones
muy cercanas al PRI porque este país estuvo muy controlado esos años, y los medios y
periodistas no estuvimos alejados de esto. Entre más cercanía, más privilegios. Luego, en los 80,
hubo una época de sindicatos independientes e intentos de agrupaciones nacionales, había toda
una influencia de intentos de sindicalismo independiente en México, no sólo en la prensa. En el
95 hubo despidos en los medios, se peleó para que se creara un salario mínimo para periodistas y
se aprobó, pero acabó siendo un problema (…) La agrupación que se formó terminó derrotada,
acabaron por pleitos de reporteros, porque era muy de estructuras de poder48
No hay una tradición de organización entre los periodistas, que suelen ser
individualistas y competitivos por el alto nivel de desempleo. Las agrupaciones se
dividen por pugnas internas y las relaciones laborales son discrecionales entre el
empleado y su jefe inmediato.
Los intentos de organización sindical han fracasado. La corrupción, las pugnas
internas por el poder, la cercanía con los políticos, así como la reacción de las empresas
en su contra, han terminado acabar con estas organizaciones. De acuerdo con Pedro
Reyes,
23
En general, los sindicatos que han actuado en el ámbito de la prensa no resultan representativos
de los trabajadores. No existen sindicatos en los medios, ni siquiera son conocidos ni conocen a
sus representantes ni existen negociaciones colectivas, y las empresas acosan constantemente a
quienes intentan organizar un sindicato.
A ningún periodista no se le escapa que tenemos una tradición de corrupción sindical, un
problema de corporativismo serio que ha hecho que la voz de los sindicatos se enrarezca y haya
perdido la capacidad de hablar de los intereses generales para hablar de los intereses de un líder.
También hay un problema en la manera como informan sobre los temas sindicales: en el
periodismo se entiende que las discusiones sindicales son meras expresiones de un conflicto
político entre partes, no transmiten que en las posiciones se están jugando asuntos fundamentales
que afectan a la gente que ese sindicato defiende49. Por su parte, la mayoría de las empresas no se han hecho cargo de las condiciones de
vida de sus trabajadores. Los dueños han estado cercanos al poder, establecieron una
relación de intercambio de favores y se hicieron dependientes debido al mecanismo de
favorecer o castigar a los medios con la publicidad gubernamental. Los medios no se han responsabilizado de las condiciones laborales de sus periodistas, se lo han
dejado al Estado, que lo resuelvan afuera. No hay quién se responsabilice de las condiciones
laborales y estamos tan cerca del poder que creemos además que somos libres e independientes.
Es una desgracia50.
Hay casos de empresas que contaban con sindicatos históricos y crearon uno
nuevo como fachada para que los trabajadores se deshicieran del sindicato antiguo.
Cuando lograron desaparecerlo con el apoyo de sus empleados, también se deshicieron
de la nueva figura, despidieron a sus líderes y los empleados se quedaron sin protección
ni representación.
5.2 Estudio de caso La Jornada
El Sindicato de Trabajadores de La Jornada es un caso emblemático en la ámbito de la
representación gremial. No sólo por su origen, pues nació apoyado por la empresa.
También porque hasta ahora ha sido capaz de mantener los principales beneficios de su
contrato colectivo de trabajo, entre ellos, la indexación de la inflación al salario cada
tres meses y la escala móvil de salarios que permite a los trabajadores aspirar a
incrementos salariales cada año, con base en su desempeño calificado por una comisión
de la empresa y otra del sindicato.
A pesar de las divisiones, las pugnas internas y la falta de interés de los
trabajadores más jóvenes y de menos antigüedad en el diario –reporteros, fotógrafos,
redactores, auxiliares—, el Sitrajor ha logrado “sobrevivir al embate del esquema
24
empresarial neoliberal” y sostenerse como una de las representaciones gremiales más
importantes del medio periodístico, con base en un esquema de colaboración con la
empresa en momentos de crisis. Más que un sindicato se ha convertido en una asociación de trabajadores que ha logrado
reivindicar con mucha dificultad los derechos laborales, sobre todo por los conflictos internos y
la falta de interés de los jóvenes que se comportan con miedo en la defensa de sus derechos y lo
único que logran es deteriorar la capacidad de lucha. Y es que creen que los periodistas son una
casta aparte y se olvidan que también son trabajadores51.
5.3 Estudio de caso: Radio Educación y el burocratismo de los medios públicos
Otro es el caso de las radiodifusoras y televisoras públicas, donde los directivos acusan
a los sindicatos de las trabas que impiden la competitividad.
Quizás el caso más radical es Radio Educación, cuyos trabajadores están
adscritos al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, una de las
organizaciones gremiales con mayores privilegios para sus afiliados y dirigentes. Por los usos y costumbres que se van adquiriendo, el trabajo de noticias no es dinámico, se
vuelve burocrático y hay muchos excesos. Por ejemplo, hay un cúmulo de faltas que justifica el
sindicato; gente que trabaja dos o tres horas al día; noticieros que empiezan tarde porque los
trabajadores no están de acuerdo en madrugar; exceso de permisos especiales; resistencia a la
profesionalización y a las evaluaciones.
Son un montón de usos y costumbres que van enquistando el trabajo del reportero y eso hace que
el resultado final sea de poca calidad. En todos los medios públicos no hay posibilidades de
contratar a productores externos para trabajos especiales si no se le paga al sindicato una multa
por el desplazamiento de su personal52.
5.4 Entre el desinterés, la mala imagen, el individualismo y el miedo
De acuerdo con el Índice de confianza en instituciones, de Consulta Mitofsky, los
sindicatos ocupan uno de los últimos lugares de la tabla, sólo por encima de la policía y
los partidos políticos.
La percepción social de los sindicatos la comparten los periodistas y la difunden
los medios de comunicación. La individualidad ante los asuntos laborales, el miedo al
despido y la desunión gremial ayudan a que la precarización avance sin freno. Sobre
esto, Raúl Trejo Delarbre señala Llevo años presenciando la reticencia de los periodistas a organizarse, no sólo en temas
laborales, también de calidad del trabajo, de diseño de códigos de ética, hace falta mucho. (En
cuestión sindical) los trabajadores se niegan a participar, tienen la idea de que son nocivos para
25
los proyectos que impulsa la empresa (…). No hay una idea clara ni se siente la necesidad de
tenerlo.
Los periodistas, al no asumirse como empleados, no ven la necesidad de defenderse en
bloque. Además, confían en que las leyes son justas y que van a hacer justicia. Claudia
Ruiz observa que Hay un problema de conciencia de clase, que no se asumen como trabajadores, es como el ego
de la profesión. (…) Sienten aversión a los sindicatos, en parte porque piensan que forman parte
de otro estrato social.53
La precarización, la pérdida silenciosa de derechos, los destapes de despidos masivos ha
llamado la atención de organizaciones de derechos laborales, pero hasta ahora
comienzan a hacerse los primeros diagnósticos de la situación gremial. Aunque la situación colectiva es muy precaria, hay una cultura de rechazo a los sindicatos, pues
no se ven beneficios a organizarse. Piensan que las instituciones van a darle cauce a sus causas o
que tendrán que defenderse por su cuenta; ligan la capacidad de defensa de sus derechos a la
inteligencia o talento personal, no ven que hay una violación de derechos sistemática que tiene
que ver con todos, que todos lo están viviendo y todos están en riesgo de perder el empleo54.
26
6. La ruptura con las viejas formas, nuevos movimientos y creación de redes
6.1. Las nuevas agrupaciones y redes
En 1988 se creó la agencia de noticias CIMAC (Comunicación e Información de la
Mujer, AC), que desde hace una década articula en una red nacional e internacional a
las periodistas preocupadas por la visión de género en la información. CIMAC no sólo
ha logrado colocar en la agenda el tema de las mujeres, con la venta de contenidos
propios para diversos medios de circulación nacional. También ha llamado la atención y
respaldado a mujeres periodistas en situaciones de riesgo, como en el caso de Lydia
Cacho. Además, ha logrado demostrar que hay posibilidades para experiencias laborales
independientes.
Los varones, hasta ahora, no tienen una red similar. Pero en los últimos años han
surgido otras experiencias en ese sentido de periodistas locales o agrupados en torno de
temas específicos, como la capacitación en derechos humanos, seguridad pública o
temas de corte social.
Algunas de esas redes y agrupaciones de periodistas se han vinculado con
organizaciones internacionales de prensa con las que han empatado agendas muy
específicas para vigilar temas como la seguridad, los asesinatos y las amenazas (como la
SIP o RSF); las condiciones laborales de los periodistas freelancer (como la Fundación
Rory Peck) o la capacitación (como CEPET con la Fundación Knight).
A pesar de la efervescencia entre los periodistas para formar organizaciones y de
las muchas convocatorias para mejorar sus condiciones laborales –ya sea en la
protección de su integridad física ante amenazas, o en casos de censura y cambios a las
leyes que regulan el oficio--, ninguna de ellas hace referencia a despidos, mejora salarial
y freno a la flexibilización.
6.2 La efervescencia de los nuevos movimientos
Con el intento de imposición de la Ley Televisa, que de común acuerdo entre el
gobierno, los concesionarios de medios y los partidos políticos, sacaría del espectro a
las radios comunitarias y daría más poder a los concesionarios, se creó un movimiento
que agrupó a las radios comunitarias, periodistas reconocidos, organizaciones sociales y
políticos disidentes que confluyeron en contra del intento de otorgarles más poder a los
grandes medios, a costa de los espacios independientes o pequeños.
27
Esto ha generado la confluencia de varias organizaciones y de asociaciones y
ciudadanos organizados por la defensa de la información como un bien público.
En el intermedio ha habido censuras a periodistas, como el despido de la
periodista Carmen Aristegui, que gozaba de más rating en la radio comercial en horario
matutino; el cierre –por pugna comercial- del programa radial de Gutierrez Vivó, el
más escuchado en el DF; el arresto de la periodista Lydia Cacho por denuncias de
pederastia contra un reconocido empresario textilero; los ataques del arzobispado a la
periodista Sanjuana Martinez por sus investigaciones de la pederastia clerical, y el juicio
contra el periodista Miguel Angel Granados Chapa.
Se suman además los asesinatos de las indígenas triquis Teresa Bautista y
Felícitas Martínez, periodistas de la emisora comunitaria La voz que rompe el silencio
de Oaxaca, quienes fueron asesinadas el 7 de abril y de las presiones policiales que
sufren las radios comunitarias.
Esta suma de factores ha impulsado un movimiento que aglutina a
organizaciones internacionales, locales, nacionales, conductores, políticos,
organizaciones no gubernamentales, grupos feministas y movimientos ciudadanos
comprometidos con la defensa del derecho a la información, que no se había visto antes
en México.
Sin embargo, contrasta que pese al movimiento en el gremio, el grueso de los
reporteros permanece apático, sólo atento a su supervivencia, salvando los recortes
sistemáticos, soportando la carga de trabajo en el modelo multimedia y renunciando
progresivamente a condiciones dignas de empleo.
28
CONCLUSIONES
El entorno es adverso. Los recortes y las modificaciones de contratos laborales en los
medios apenas comienzan, en reacción a la crisis económica que empieza a mostrar su
peor faceta. El miedo está instalado en las redacciones porque el puesto de trabajo
pende de un hilo. La permanencia en el puesto dependerá de la situación financiera de la
empresa o, en el peor de los casos, del humor o las simpatía de un jefe.
Hay en marcha varias investigaciones sobre la situación laboral de los
periodistas. Sus resultados serán un primer paso, muy importante, para conocer las
condiciones en que actualmente se desempeña la labor periodística, porque no hay hasta
el momento un diagnóstico confiable y amplio sobre lo que ocurre en el gremio. Urge el
diagnóstico para recetar el tratamiento, pues sólo es posible actuar en la dirección
correcta si se conoce el problema.
Los especialistas consultados y las autoras de este estudio no vemos en la vía
sindical una salida para resolver la situación laboral actual de los periodistas. Los
sindicatos perdieron la confianza de este gremio, como de muchos sectores sociales. No
se percibe en ellos capacidad de respuesta. Los trabajadores –individualistas y
pasivos— están más preocupados en su supervivencia (que no los maten o no los
demanden penalmente) que en su organización, la que evitan incluso con tal de no tener
problemas en sus empresas.
Pero el momento obliga a la acción. Es tiempo de dejar atrás el nivel básico de
análisis de la situación laboral, centrado en la supervivencia individual, y abordar la
discusión de las condiciones laborales como parte integral de un todo que involucra el
ejercicio de derechos para asegurar un periodismo de calidad, que aporte salud a la
democracia.
La adversidad, ya lo dicen, también significa oportunidades. La situación,
aunque difícil, puede servir de palanca para acelerar la conciencia de los ciudadanos y
los propios periodistas, respecto de la importante labor que desempeña la prensa en la
convivencia democrática y ciudadana. Lo parece obvio, no lo es. Por eso es momento de
recordar que una prensa libre y un periodismo de calidad sólo subsisten si hay
condiciones laborales para los periodistas. Y ya no digamos decentes, sino suficientes
para asegurar el derecho a la información.
29
¿En dónde vemos las oportunidades? En los mismos puntos negros que
relatamos en este estudio.
México, al ser considerado el segundo país más peligroso para ejercer el
periodismo, atrajo los reflectores de las principales organizaciones internacionales
dedicadas a la protección de la prensa y la vigilancia de los derechos humanos. Ahora
más que nunca fluyen apoyos y recursos para la capacitación en temas como seguridad,
construcción de agendas y tratamiento de asuntos específicos. Los directivos también
están preocupados y solicitan capacitaciones para sus empleados.
Hay que aprovechar la oferta de capacitaciones e incluir en la agenda la defensa
de las condiciones laborales. El proceso será más fácil si se impulsa desde las
organizaciones internacionales, en apoyo de las nacionales, que admiten la necesidad de
ayuda y lo dicen: tienen miedo de presentar reportes sobre las condiciones de trabajo en
la prensa porque consideran que sería un suicidio, pues el poder de las empresas las
enfrentaría a un boicot informativo que anularía toda difusión y presencia de sus
actividades y pondría en riesgo su propia existencia.
Hay voluntades, pero organizaciones aisladas no pueden solas. Sin embargo,
como nunca antes confluye la voluntad de actores diversos dispuestos a pelear,
principalmente, por “el derecho a la información” y la pluralidad informativa.
Recientemente han surgido en las universidades sitios de monitoreo del
contenido de medios, fundaciones dedicadas a brindar programas amplios de
capacitación en temas de calidad; blogs de reporteros que denuncian los atropellos que
padecen; grupos de estudios sobre el periodismo desde la academia; asociaciones
ciudadanas que exigen su derecho a la información; documentales y libros que
denuncian la homogeneidad informativa; activismo de las radios comunitarias; estudios
sobre la situación de sectores específicos como los freelancers o los reporteros de la
frontera; cadenas de reacción rápida frente a cada agresión, desaparición o asesinato;
unión de grupos específicos como los feministas que censuran la violencia contra las
mujeres periodistas; iniciativas de unificación gremial para hacer frente a las
situaciones de emergencia y nuevas redes de periodistas con intereses varios.
Como no se veía desde los años 90, y como no ocurrió durante los años en que
otros actores sociales se involucraron en la construcción de la democracia, el papel de la
prensa es tema de debate en los noticieros y mesas de análisis, e involucra a
columnistas, líderes de opinión, directivos de medios y a algunos –todavía muy pocos--
periodistas.
30
Por el entorno de violencia contra reporteros y la difusión de los casos de
asesinatos y agresiones, los ciudadanos comienzan a preocuparse por la suerte de sus
periodistas y dejan de sentirlos ajenos. De manera intuitiva si se quiere, asumen o
perciben que si el mensajero está mal, el mensaje llega distorsionado.
Poco a poco se va tejiendo una red solidaria en torno de los periodistas y hay que
aprovecharla. Por eso es momento para incluir en los reportes información sobre sus
condiciones laborales y el salario por el que exponen su vida.
Es momento de exigir transparencia a los medios, sancionar sus excesos –
moralmente cuando menos-- y apoyar a aquellos que intentan la pluralidad.
Actor ausente en este debate son los sindicatos, que bien podrían sumarse a la
defensa del derecho a la información y a las tareas de monitoreo de medios, porque si
éstos no se democratizan, la información no se supervisa y se tolera la inseguridad
laboral para los trabajadores de la prensa, los mensajes que éstos transmitan serán
interesados, de baja calidad y adversos a las organizaciones sindicales, como
actualmente ocurre en muchos espacios de información.
Sindicatos y periodistas son actores claves para la construcción de una sociedad
plural, abierta y democrática. Son, cada uno en su ámbito, el contrapeso necesario de
poder.
Las propuestas están sobre la mesa, pero nadie las asume como propias. Hay,
por ejemplo, la iniciativa de crear un observatorio ciudadano de medios, que reuniría a
personalidades de distintos sectores que gozan de la confianza y credibilidad ciudadana,
que asuma la tarea de monitorear los contenidos de los medios y emita periódicamente
informes acerca de lo que se informa y se deja de informar.
En esta propuesta para exigir la rendición de cuentas de los medios cabe
perfectamente la agenda de las condiciones laborales de los periodistas, pues este
ejercicio hará evidente la disparidad de la calidad y el tratamiento informativo de cada
medio y revelará que éstas guardan una relación intima con la situación laboral de los
periodistas.
Consideramos que se tiene que aprovechar el impulso de políticos, periodistas,
organizaciones sociales, activistas y ciudadanos que ya están organizados en torno de
una agenda relacionada con los medios. Pero aún es necesario trabajar con ellos,
informarlos acerca de las adversas condiciones laborales que enfrenta el gremio
periodístico, y convencerlos de que en la medida en que éstas no mejoren, los
periodistas no podrán cumplir con las tareas sociales encomendadas.
31
No hay mucha confianza en que los periodistas mexicanos se sumen a las
iniciativas por mejorar sus condiciones laborales, como ha resultado difícil convocarlos
en torno a cuestiones urgentes como la seguridad personal. Sin embargo, la ola de
despidos, el desempleo masivo, la pérdida de derechos y la dura competencia de los
freelancer para vender sus notas ha propiciado la creación de redes de periodistas y el
acercamiento con abogados laborales que brindan asesoría jurídica o representan en
tribunales sus casos. Este acercamiento se puede encauzar para propiciar que tomen
conciencia como trabajadores.
En esta agenda podría incluirse el intercambio de información con periodistas de
otros países que tengan un mejor marco regulatorio y más garantías para realizar su
trabajo, y que abran el panorama a los mexicanos de lo que podría lograrse en México,
de los básicos que deberían tenerse y de los factores que obstaculizan esas garantías.
Por el miedo al desempleo, los propios reporteros han pedido capacitaciones técnicas
para aprender a trabajar por su propia cuenta en el esquema del freelance, ante el cierre
y el angostamiento de espacios. Algunos reporteros tienen la inquietud de crear sus
propias mini-empresas y otros se han sumado a la investigación desde la academia.
A través de esas capacitaciones para el autoempleo, se podría propiciar que los
periodistas reflexionen sobre su entorno y condiciones de trabajo.
Habrá que convocar esas voluntades dispersas, apoyar las iniciativas y encontrar
nuevos caminos que permitan a la sociedad mexicana disfrutar de productos
informativos de calidad, ejercer su derecho a la información y la transparencia y
devolverle el orgullo y el respeto a los periodistas.
32
ANEXO 1
Acercamiento a los Sindicatos, uniones, federaciones y grupos de periodistas en México
Nombre Descripción SINDICATOS Sindicato Nacional de Redactores de Prensa de México (SNRP)
- Desde 1923.Aglutina a trabajadores de los medios de comunicación sujetos a contrato colectivo y a periodistas independientes organizados. Representa a trabajadores de AFP, AP, UPI, Reuters, diario Cine Mundial (DF), El Heraldo (Tijuana), El Mundo (Tampico) y El Sur (Oaxaca).
- Miembro fundador de FELAP. Pertenece a la FIP. Sindicato con gran actividad tanto en cuestiones laborales como de defensa de los periodistas.
Sindicato Único de Trabajadores de Notimex - Participación en las demandas de reesctructuración de la agencia Notimex Sindicato de Trabajadores de La Jornada (SITRAJOR)
- Fundado en 1985Se ha mantenido a lo largo de 23 años. - Negociación del contrato colectivo desde 1986.
Radio Educación - Parte del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) Radio UNAM - Le corresponde el Sindicato de Trabajadores de la UNAM Sindicato Industrial de Trabajadores y Artistas de Televisión y Radio, Similares y Conexos de la República Mexicana SITATYR.
- Fundado en 1950. Cuenta con 39 secciones sindicales que agrupan a los Trabajadores de la televisión, la radio, televisión por cable, doblaje de películas, teatro, telefonía celular y de la industria cinematográfica
- Estrecha relación con la empresa Televisa Sindicato de Trabajadores del IMER - Pertenece a la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado GRUPOS DE ASOCIACIONES (nacionales) FAPERMEX Federación de Asociaciones de Periodistas de México
- Fundada en 2002. “Unidos por la palabra libre”. - Promueven: cédula profesional de periodistas, creación del Colegio de
Periodistas, titulación de empíricos, mayor participación de periodistas como docentes en universidades.
- Aglutina 102 asociaciones de periodistas de 29 entidades federativas (incluyendo el DF). Cuentan con estatutos y un Código de Ética cuya vigilancia se realiza primero desde cada asociación.
Red de Radiodifusoras y Televisoras Educativas y Culturales de México A. C.
- Creada en 2005. Con 56 afiliados, 55 sistemas de Radio y Tv Públicos como Canal 11, Canal 22, Radio Educación, Radio UNAM, IMER y televisoras estatales y universitarias
- Creada con la necesidad de propiciar la articulación y colaboración de todos los sistemas de radio y tv del país.
GRUPOS Y ASOCIACIONES DE PERIODISTAS NACIONALES FREMAC Fraternidad de Reporteros de México A.C.
- Fundada en agosto 1995. Organización gremial “para reivindicar el libre ejercicio periodístico, defender el derecho a la información, denunciar agresiones contra periodistas”.
- Forma parte del Consejo Ciudadano del Premio Nacional de Periodismo. CLUB PRIMERA PLANA - Fundado en 1959. “Por la dignificación del periodismo en México”
- En 2002 convocó al Primer Congreso Nacional de Asociaciones de Periodistas, donde se fundó la Fapermex. Socio de FELAP
- Vínculo con la FCPyS de la UNAM para agilizar los grados de los periodistas con experiencia que no terminaron su proceso de titulación.
- De acuerdo con el directorio disponible en su página de Internet, los socios provienen de diferentes áreas, principalmente de Radio Fórmula, gente de SEP, CTM, y medios como la Revista Libertas
Centro de Periodismo y Ética Pública CEPET
- Inició formalmente en 2003. Socio Centro Knight de Periodismo para las Américas e IFEX
- Ha centrado su labor en capacitación, conferencias, talleres. Ha creado una red virtual de periodistas de todo el país. Publica informes sobre agresiones a periodistas en México, el más reciente es Poderes Paralelos
- Para ser socio se requiere pagar una anualidad.
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BIBLIOGRAFIA
1 Cifra CNDH y Reporteros Sin Fronteras que contabilizan de 2000 a la fecha. 2 Encabezan la lista Emilio Azcárraga, de Televisa (televisión y televisión por cable, radio, edición, comercialización y distribución de revistas; Internet, producción y venta de contenidos en cinco continentes, entre otros); Ricardo Salinas Pliego, de TV Azteca (televisión, revistas, telefonía celular, servicios de internet); familia Ibarra, de Grupo Acir Comunicaciones (televisión y radio); familia Azcárraga Madero, de Grupo Radio Fórmula (radio y contenidos multimedia); Olegario Vázquez Raña, de Grupo Editorial Ángeles (televisión, radio, prensa escrita, contenidos multimedia); Mario Vázquez Raña, de Organización Editorial Mexicana (con la red más amplia de periódicos locales, televisión y radio); familia Aguirre Gómez, de Grupo Radio Centro (radio); familia Vargas (televisión por cable y radio), y Francisco González, de Grupo Multimedios (prensa, televisión y multimedia). 3 Sucede en el caso de las dos únicas empresas que actualmente se sostienen sólo en el mercado de la prensa: la familia Junco de la Vega, del Consorcio Interamericano de la Comunicación (periódicos El Norte, Refoma, Mural y Metro), y la familia Ealy Ortiz, dueña de El Universal, que también ha apostado por la asociación con TV Azteca para ocupar espacios con productos propios en el canal 40. Esta lista, sin embargo, no incluye a los empresarios regionales de la prensa que dominan los mercados locales en condiciones muchas veces ventajosas para su negocio por las alianzas con poderes regionales, ya sean políticos o económicos. 4Quizá el caso más emblemático es el Grupo Editorial Expansión, adquirido en 2005 por la firma Time Warner y que actualmente cuenta con 15 publicaciones (Expansión, ELLE, Quo, Vuelo, Chilango, Manufactura, Quién, Neo, Sports Illustrated en español, Loop, InStyle, entre otras). Este grupo también se asoció en 2007 con la CNN para la difusión de contenidos informativos por Internet. También destaca la asociación del grupo español Prisa con Televisa en su división radio, a través del sistema Radiópolis, que cuenta con W Radio y otras 70 estaciones que cubren 90 por ciento del territorio mexicano. En presa escrita, periódicos como Reforma, Milenio, La Jordana y El Universal han recurrido a convenios o servicios sindicados de periódicos internacionales como The Washington Post (Reforma), The Heraldo Tribune (El Universal), The Independent (La Jornada) y ABC de España ( Milenio). 5 Vidal Bonifaz, Fracisco. Los dueños del cuarto poder. Ed. Planeta, Temas de Hoy, México, 2008. 6 El crecimiento más importante se ubica en los servicios de telefonía celular (que domina Slim a través de América Móvil), creación y difusión de contenidos exclusivamente a través de Internet, proveedores de acceso a Internet (Telmex y Televisa a través de Sky y Cablevisión), servicios de búsqueda en la red y servicios de procesamiento de información. 7 Ibidem. 8 INEGI, Conteo de Población y Vivienda 2005. 9 Fundación Prensa y Democracia (Prende). De este universo, apenas suman 25 los periódicos considerados “nacionales” cuya distribución se concentra en la zona metropolitana de la ciudad de México, y 18 regionales, los más importantes, que circulan en las otras dos grandes ciudades del país: Guadalajara y Monterrey. 10 Vidal Bonifaz, F. (2008). Los dueños del cuerto poder. México: Editorial Planeta, Col. Temas de hoy. 11 Ibidem. 12 Hasta ahora, la información con que se cuenta tiene como base los reportes publicados en 2004 por la revista de negocios Expansión. Así se sabe que el Consorcio Interamericano de la Comunicación, que publica los diarios El Norte, Reforma, Mural y Metro, reportó ventas por 3 mil 236 millones de pesos en 2003 (últimas cifras conocidas), lo que lo colocó por encima de su más cercano competidor: El Universal, que registró ingresos por mil 411 millones en el mismo año12. Sin embargo, la Organización Editorial Mexicana (OEM), de Mario Vázquez Raña, es la que mayor presencia y poder detenta en los estados de la república, a través de su cadena de diarios conocida como “los soles”, y en la ciudad de México con la publicación de los dos periódico de mayor circulación La Prensa (un tabloide) y Esto (deportivo). En total, la OEM reporta una circulación de 994 mil 222 ejemplares, seguido por Reforma, con 444 mil; El Universal, con 355 mil; La Jornada, 190 mil 764; Crónica, con 147 mil 257; El Financiero, 91 mil 923, y Grupo Editorial Milenio, con 82 mil 641. 13 Vidal Bonifaz, Francisco. “Radiografía numérica de El Universal” [en línea]. En: La Rueda de la Fortuna. 29 de septiembre de 2008. Bitácora ruedadelafortuna.wordpress.com 14 Ibidem 15 Encuesta Nacional de Prácticas y Consumo Culturales, CONACULTA. Controlan este sector los grupos Radio Centro, ACIR, Televisa Radio, NRM Comunicaciones, Grupo Fórmula, MVS Radio e Imagen Comunicaciones (del Grupo Empresarial Ángeles). 16 Vidal Bonifaz, Francisco. Los dueños del cuarto poder. Ed, Planeta, col. Temas de Hoy, México, 2008. 17 El país carece de normas prácticas que permitan la defensa de los ciudadanos, los actores sociales y políticos frente a los excesos de la prensa y los medios. Y aun cuando la Constitución otorga el derecho de réplica, éste pocas veces se hace válido. 18 Artículo 6º: “La manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, sino en el caso de que ataque a la moral, los derechos de tercero, provoque algún delito, o perturbe el orden público; el derecho de réplica será ejercido en los términos dispuestos por la ley. El derecho a la información será garantizado por el Estado”. Artículo 7º: “Es inviolable la libertad de escribir y publicar escritos sobre cualquiera materia. Ninguna ley ni autoridad puede establecer la previa censura, ni exigir fianza a los autores o impresores, ni coartar la libertad de imprenta, que no tiene más límites que el respeto a la vida privada, la moral y la paz pública. En ningún caso podrá secuestrarse la imprenta como instrumento del delito”. 19 Gracias a esta legislación, la discrecionalidad en el ejercicio público se ha limitado, aunque persiste sobre todo en los ámbitos locales de gobierno y por las argucias legales a que recurren las instituciones y los funcionarios, con base en criterios que la mayor de las veces son cuestionables. Por ello se creó el Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI), que interviene en casos en que las dependencias no otorgan la información, hay inconformidades o se interponen recursos de revisión. 20 Sin embargo, los periodistas han hecho poco de uso de ella, por desconocimiento, falta de capacitación en la herramienta y otras inercias en su labor periodística. De allí que en 2007, 8.9% de las solicitudes de información corresponden a medios . 21 Villanueva, Ernesto, "La anacrónica Ley de los Delitos de Imprenta", en Informe Buendía: Análisis hemerográfico y documental sobre actos contra la libertad de expresión en México, edición de marzo, México, 2008. 22Hay entidades que no debieron esperar una ley federal para combatir la violencia contra los periodistas. En mayo de este año, en Coahuila se aprobó el primer dictamen para castigar hasta con 60 años de prisión a los asesinos de periodistas, bajo el tipo penal de periodicidio como delito grave. Las modificaciones incluyen también pensionar a los dolientes de los periodistas asesinados. 23 En el DF existe la Ley del Secreto Profesional del Periodista en el Distrito Federal, en Chihuahua y Morelos la defensa del secreto profesional se estableció en ambas constituciones estatales.
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24 Federación Internacional de Periodistas. Reporte sobre Agencias Internacionales de Noticias y Sindicalismo en América Latina, 2006. 25 Fuentes, Manuel, (abril, 2008). Periodistas en México. Publicado en http://www.cimacnoticias.com/site/s08042211-OPINION-Periodista.32891.0.html 26 Íbidem. 27 Entrevista con Claudia Ruiz, abogada laboral. Entrevista expresa para este informe. Especializada en defensa de periodistas. 28 Entrevista con Raúl Trejo Delarbre, expresa para este informe. 29 Jarquín Edgar, Soledad (16 de julio de 2008). En Oaxaca, mujeres han profesionalizado el periodismo. Agencia CIMAC. 30 En entrevista realizada expresa para este informe. 31 Cepet (2008). Poderes paralelos 2007. Agresiones en contra de periodistas y medios de comunicación. Disponible en http://www.cepet.org 32 En entrevista citada. 33 Cfr. Ruiz, Miriam (18 de febrero de 2003). Mujeres periodistas no escapan a la discriminación. CIMAC. Disponible en http://www.cimacnoticias.com/noticias/03feb/03021806.html 34 Fuentes (2008), Op. Cit. 35 Fundación Rory Peck (2007). Freelancers en México - Carencias y aspiraciones. Disponible en http://www.rorypecktrust.org/Mexico/Spanish/RoryPeckInformeES.pdf 36 Entrevista Claudia Ruiz. 37 Cfr. Maya, Rafael y Gómez, Guadalupe. (2008). Legislación sobre medios debe incluir derechos de población femenina. CIMAC. Disponible en http://www.cimacnoticias.com/site/08031408-Legislacion-sobre-m.32454.0.html 38 Cfr. Ruiz (2003). Mujeres periodistas… 39 Íbidem. 40 En Fuentes (2008). Op cit. 41 Reporteros Sin Fronteras. Informe Anual 2007, 2008. 42 Fundación Buendía, LIMAC (2008). Informe Buendía 2007: Análisis sobre los obstáculos a la libertad de expresión en México. 43 Cfr. Cepet (2008). Poderes paralelos… pág. 15. 44 Cfr. http//www.agresionesaperiodistas.gob.mx/prensa/ver/23.html 45 Trejo Delarbre, R. (1992). La sociedad ausente. México: Cal y Arena. Págs. 142-143. 46 FIP (2006). Reporte sobre Agencias Internacionales… Op. Cit. 47 Cfr. Cantarero, Mari Alfredo (2002). Movimientos de periodistas en Centroamérica:Entre desconfianzas, debilidades, y esperanzas. En http://www.saladeprensa.org/art423.htm 48 En entrevista citada. 49 En entrevista con Pedro Reyes, encargado de realizar un diagnóstico sobre la situación laboral de los periodistas en México. Centro de Reflexión y Acción Laboral (CEREAL). 50 Entrevista Carolina Velásquez. 51 José Antonio Zúñiga, dos veces secretario general del Sitrajor en entrevista expresa para este informe. 52 Entrevista anónima con trabajador de Radio Educación. 53 En entrevista citada. 54 Entrevista Pedro Reyes.