Universidad de Buenos Aires Facultad de Ciencias Exactas y Naturales Departamento de Ecología, Genética y Evolución Educación escolar para la prevención de la enfermedad de Chagas en poblaciones rurales de Tucumán Autora: Ferrero María Emilia Directora: Cecere María Carla Co-Directora: Elsa Meinardi Lugar de trabajo: Lab. Eco-Epidemiología, Dpto EGE, FCEN-UBA Tesis presentada para optar al título de Licenciado en Ciencias Biológicas. Agosto de 2011.
La educación escolar para la prevención del chagas
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Universidad de Buenos Aires
Facultad de Ciencias Exactas y Naturales
Departamento de Ecología, Genética y Evolución
Educación escolar para la prevención de la enfermedad de Chagas en
poblaciones rurales de Tucumán
Autora: Ferrero María Emilia
Directora: Cecere María Carla
Co-Directora: Elsa Meinardi
Lugar de trabajo: Lab. Eco-Epidemiología, Dpto EGE, FCEN-UBA
Tesis presentada para optar al título de Licenciado en Ciencias Biológicas.
Agosto de 2011.
No estalla como las bombas, ni suena como los tiros. Como el hambre, mata callando. Como el hambre, mata a los callados: a los que viven condenados al silencio y mueren condenados al olvido. Tragedia que no suena, enfermos que no pagan, enfermedad que no vende. El mal de Chagas no es negocio que atraiga a la industria farmacéutica, ni es tema que interese a los políticos ni a los periodistas. Elige a sus víctimas entre el pobrerío. Las muerde y lentamente, poquito a poco, va acabando con ellas. Sus víctimas no tienen derechos, ni dinero para comprar los derechos que no tienen. Ni siquiera tienen el derecho de saber de qué mueren…
(Eduardo Galeano, 2005)
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A Carmela, semilla de mi sangre, y a todas las semillas de este pueblo, soñando que crecen libres en el fértil suelo de nuestra América Latina.
3
Índice RESUMEN 5
INTRODUCCIÓN 6
Parte a. Aspectos generales de la ecología de la enfermedad de Chagas 6
Parte b. Marco epidemiológico y área geográfica en que se desarrolla la tesis 7
Marco epidemiológico 7
Área geográfica 8
Parte c. Aspectos educativos 11
Objetivos del trabajo 14
MATERIALES Y MÉTODOS 15
Diseño del estudio 15
I. Muestra 15
II. Contexto del trabajo 16
II.a. Sobre la Intervención Educativa 16
II.b. Sobre el Diagnóstico final 20
Análisis de datos 23
RESULTADOS 24
A. Resultados de la Encuesta 1 24
B. Resultados de la Encuesta 2 30
C. Otros resultados significativos 34
DISCUSIÓN 35
Limitaciones del estudio 39
CONCLUSIONES 40
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 42
ANEXOS 46
Anexo I 46
Anexo II 49
Anexo III 52
Anexo IV 53
AGRADECIMIENTOS 60
RECONOCIMIENTOS 61
4
Resumen
Este estudio es parte de una investigación dirigida a diseñar estrategias de control y prevención
de la enfermedad de Chagas que incluyan la educación para salud. El objetivo general fue
diseñar e implementar una intervención educativa para la prevención de la transmisión de
Trypanosoma cruzi dirigida a estudiantes del 2° ciclo de EGB de comunidades rurales en los
departamentos de Tafí del Valle y Graneros, de la provincia de Tucumán. La intervención
educativa tuvo como objetivos específicos el diagnóstico de los conocimientos sobre la
enfermedad y su vector mediante encuestas individuales a los escolares, y el diseño e
implementación de talleres participativos. Sus resultados fueron evaluados post-intervención
mediante actividades escritas e individuales, en el depto. Tafí del Valle.
Las áreas geográficas en las que se realizó la intervención educativa presentron realidades
epidemiológicas similares en cuanto a la enfermedad de Chagas, perteneciendo a zonas de
media endemicidad donde se realizan acciones de control por parte de la Coordinación Nacional
de control de vectores (CNCV). Durante el diagnóstico inicial se indagó sobre las concepciones
de los escolares de 6 escuelas, para intentar comprender cómo se hallan situados frente a la
realidad que les toca vivir y desde ese lugar aportar a la construcción de nuevas estrategias
didácticas que les otorguen herramientas útiles para el cuidado de su salud.
Los resultados obtenidos durante el diagnóstico inicial sobre el nivel de conocimientos de
algunos aspectos sobre la enfermedad de Chagas fueron analizados comparativamente con los
alcanzados en dos estudios realizados en zonas de baja y alta endemicidad de Argentina
(Sanmartino y Crocco, 2000) y en zonas de Perú (Cabrera et al., 2003), dichos trabajos fueron
las únicas publicaciones halladas sobre diagnósticos de conocimientos en poblaciones de niños
de zonas endémicas de la enfermedad de Chagas. En el presente trabajo se observó que varios
aspectos básicos de la enfermedad son conocidos por la mayoría de los escolares. Sin embargo,
estos conocimientos probablemente no sean significativos es decir que sean del tipo declarativo
de manera que no contribuyan a lograr una comprensión profunda de las problemáticas de la
salud a las que se enfrentan. La escasa modificación de algunas de las concepciones de los niños
y niñas que participaron de la experiencia (verificada comparando las respuestas previas y las
post instruccionales) señaló la necesidad de profundizar en el conocimiento de las concepciones
compartidas por la comunidad, y la importancia de generar estrategias educacionales sobre la
enfermedad de Chagas, que hasta el momento no se han desarrollado.
5
Introducción
Parte a. Aspectos generales de la ecología y epidemiología de la enfermedad de Chagas.
La enfermedad de Chagas es producida por un parásito (Trypanosoma Cruzi) que puede
ocasionar lesiones en el corazón, aparato digestivo y sistema nervioso. La vía más frecuente de
contagio es a través de la “vinchuca”, insecto hematófago que se encuentra en ambientes
domésticos y peridomésticos donde vive y se reproduce, en grietas de construcciones precarias,
en techos, entre cosas amontonadas, etc. La especie más importante en Argentina es Triatoma
Infestans. Tiene hábito alimentario nocturno, salen por la noche de sus escondites para
alimentarse de la sangre de sus huéspedes. La infección se efectúa a través de los excrementos
que las vinchucas depositan en la piel de sus huéspedes después de alimentarse. Además la
transmisión puede producirse por transfusiones de sangre o transplante de órganos de donantes
infectados, de madres a hijos (Chagas congénito), ingestión de alimentos altamente
contaminados (leche materna, carne poco cocida de mamíferos silvestres) o por contacto directo
con la sangre de personas o animales parasitados.
La Enfermedad de Chagas constituye la enfermedad desatendida con mayor impacto en
morbilidad y mortalidad de Latinoamérica, con aproximadamente 9-11 millones de infectados y
15.000 muertes anuales (Schofield et al., 2006). Por los numerosos factores involucrados, a los
cuales se suman aquellos de poder político y económico, esta enfermedad pasa a constituir no
sólo una tradicional enfermedad de la pobreza, sino un ejemplo de los mecanismo de
ocultamiento y exclusión como forma de discriminación social y laboral (Storino, 2000;
Sanmartino, 2005). La principal estrategia empleada para interrumpir la transmisión vectorial de
Trypanosoma cruzi, agente causal del Mal de Chagas, es la reducción de la abundancia de los
triatominos en las viviendas mediante el uso de insecticidas. Triatoma infestans, el principal
vector de la enfermedad de Chagas, es el blanco del programa de eliminación regional en el
Cono Sur (INCOSUR) desde 1991 (Schofield et al., 1999). Este programa, basado en la
aplicación de insecticidas residuales, ha alcanzado notorios éxitos en Uruguay, Brasil y Chile
(TDR News, 2000) y moderados en la Argentina, Bolivia y Paraguay. En Argentina, a pesar de
la elevada cobertura y calidad de los rociados profesionales de las viviendas, no se consigue
eliminar a T. infestans de las viviendas en áreas que no presentan resistencia a insecticidas
piretroides. La ausencia de acciones sostenidas de control y vigilancia vectorial contribuye al
presente estado de infestación persistente. La menor efectividad del insecticida en el ambiente peridoméstico y la baja sensibilidad del
método estándar de monitoreo (la hora hombre) contribuye a dejar focos peridomésticos de T.
infestans que luego reinfestan la comunidad (Gürtler et al., 2001). Durante los primeros años de
6
la vigilancia, el peridomicilio se convierte en una fuente de reinfestación para la comunidad,
aumentando el riesgo de infestación del domicilio respectivo (Cecere et al., 2002). Por lo tanto,
la infestación persistente del peridomicilio favorece la invasión domiciliaria por T. infestans y la
transmisión de T. cruzi. La detección temprana de los sitios peridomésticos reinfestados por T.
infestans es esencial para evaluar los efectos de las acciones de control y establecer la necesidad
de acciones adicionales (Cecere et al., 1997, 2004; Vazquez-Prokopec et al., 2002). El método
estándar de detección de la infestación peridoméstica, la captura por hora hombre con un
desalojante, es costoso y su sensibilidad de detección depende de la habilidad de la persona, tipo
de estructura y abundancia de triatominos. La fase de vigilancia que sigue a los rociados
masivos con insecticida requiere de una atención permanente para detectar los focos de
triatominos. Esta fase es difícilmente sustentable en lugares alejados y poco accesibles. Es en
este sentido, que la población local es un elemento clave para la pronta detección y control de
los triatominos impidiendo una temprana reinfestación de los domicilios luego de los rociados.
El perfil epidemiológico de la enfermedad de Chagas se ha ido modificando como resultado de
esfuerzos en el control de su transmisión, en un escenario ambiental y político cambiante. El
desafío del control sustentable de su principal vector, en los países del cono sur, y de la
transmisión de T. cruzi, puede ser alcanzado a través de un plan integral, en el cual el control
vectorial se combine con detección de casos y su tratamiento, mejorando así el impacto y la
relación costo/beneficio. Para una gestión sustentable del control de la enfermedad de Chagas,
es esencial una amplia participación social y una fuerte promoción del cuidado de la salud en
escuelas de áreas rurales endémicas en un marco de desarrollo social, político y económico
sustentable (Gürtler et al., 2008).
Parte b. Marco epidemiológico y área geográfica en que se desarrolla esta tesis.
Marco epidemiológico
La tesis propuesta forma parte de un proyecto marco que se inició en Marzo de 2007 con el
objetivo de implementar una estrategia integrada de vigilancia sustentable de T. infestans en
domicilio y peridomicilio con participación de la comunidad y multisectorial dirigida a prevenir
la transmisión vectorial de T. cruzi en 12 comunidades del Depto. Tafí del Valle y 22 del Depto.
Graneros. Entre sus objetivos específicos se incluyó el diagnóstico de los conocimientos,
actitudes y prácticas (CAP) de los pobladores adultos en relación con la enfermedad y el vector
por medio de encuestas individuales. En cada vivienda se realizó una encuesta CAP y otra
encuesta general dirigida a evaluar aspectos demográficos, epidemiológicos y ambientales.
7
A partir del análisis de las encuestas CAP se diseñó una intervención educativa para la
prevención de la enfermedad de Chagas dirigida a la población adulta bajo la modalidad de
taller. En los talleres se brindó los conocimientos necesarios para la prevención de la
enfermedad, identificación y detección de triatominos, implementación de medidas de
ordenamiento del domicilio y peridomicilio, uso de herramientas de control y vigilancia, y
criterios para la toma de decisiones en el control. Estos talleres tuvieron como objetivo final el
diseño de una estrategia de vigilancia comunitaria de T. infestans con transferencia de
herramientas de detección pasiva de triatominos en peridomicilio y búsqueda activa en
domicilio con el fin último de que la estrategia sea sustentable y multisectorial.
A lo largo del proyecto, personal de la CNCV monitoreó la reinfestación de las viviendas y
efectuó el control de la infestación con insecticidas piretroides. El rociado masivo de las
comunidades bajo estudio fue efectuado durante 2005 con insecticidas piretroides por personal
de la CNCV según las normas del Programa Federal de Chagas. En cada evaluación
entomológica todos los triatominos capturados fueron acondicionados en bolsas plásticas
rotuladas y examinados en laboratorio para detectar la infección por T. cruzi en triatominos
vivos.
La provincia de Tucumán forma parte del área de alta endemicidad en Argentina. Categorizada
como una provincia de mediano riesgo, perteneciendo a un grupo de 5 provincias con
transmisión vectorial interrumpida, pendiente de demostración o con transmisión vectorial focal.
(Zaidemberg, 2004). En 1978, T. infestans fue detectada en todos los departamentos de la
provincia, siendo los más afectados aquellos que colindan con Santiago del Estero, Catamarca y
Salta, los cuáles mostraban infestación domiciliaria superior al 80% en zonas rurales y al 27%
en zonas urbanas. A partir de las acciones de control químico, la infestación domiciliaria por T.
infestans disminuyó desde 22% al 4% durante 1979-1999. Se trató de una disminución sostenida
en todos los Deptos. excepto en Tafí del Valle y Graneros, que aumentaron sus índices a
expensas de la infestación peridomiciliaria (Blanco y Spillman 2001). La prevalencia global de
infestación por T. infestans en las viviendas disminuyó desde un 46% en pre-rociado hasta un
9% en Marzo-13% en Mayo- de 2007 en Graneros y Tafí del Valle, respectivamente. En
Octubre-Diciembre sólo se evaluó la infestación en 10 comunidades del área de estudio en el
Depto. Tafí del Valle y la prevalencia de infestación fue de 22%.
En Marzo de 2007, cuando la población no había sido estimulada para la captura y notificación
de triatominos, sólo el 17% (1/6) de las viviendas halladas infestadas fue detectada por el
morador. Durante la vigilancia participativa luego de los talleres educativos se incrementó la
detección de viviendas infestadas a partir de la captura y notificación por parte del morador. En
8
diciembre de 2007, el porcentaje del total de viviendas detectadas infestadas por este método
fue de 30% (3/10). En Abril de 2008 este porcentaje alcanzó el 61% (8/13). Este resultado es un
indicador de que la promoción de la participación de los pobladores en la vigilancia de T.
infestans llevó a un cambio de actitud que contribuyó a la detección del vector en las viviendas,
y que en Abril de 2008 la detección por morador superó la detección por el método estándar de
la hora-hombre.
Área geográfica
Los escolares que participaron de este estudio pertenecen a un grupo de 12 de comunidades del
Depto. Tafí del Valle y 22 del Depto. Graneros, de la provincia de Tucumán en el noroeste
argentino.
El Depto. Graneros (65°33´ O, 27°75´ S), ubicado en el extremo sudeste de la provincia, abarca
un área de 1.678 km² y forma parte de la eco-región del Chaco seco. La fisonomía vegetal es la
del bosque xerófilo característico de la región. El Depto. Tafí del Valle (65°68´ O, 26°87´ S)
localizado en el noroeste de la provincia abarca un área de 2.741 km². Su fitogeografía
corresponde a la región de Monte y el relieve es montañoso en su totalidad, con la presencia de
dos grandes valles, el de Tafí y el de Yocavil. En 2001, Graneros poseía 13.063 habitantes y un
42% de hogares con necesidades básicas insatisfechas, mientras Tafí del Valle poseía 13.883
habitantes y un 30% de hogares con necesidades básicas insatisfechas (NBI) (INDEC, 2004).
Ambos departamentos presentaban porcentajes elevados de población rural (76-80% en Tafi del
Valle y Graneros, respectivamente) (INDEC 2004). Todas las comunidades del área de estudio
en Graneros están bajo la jurisdicción de la Comuna Taco Ralo, que en 2001 contaba con 3244
habitantes, de los cuales el 41% vivía en hogares con NBI (INDEC, 2004). Diez comunidades
del área de estudio en Tafí del Valle pertenecen a la Comuna Colalao del Valle y dos a la
Comuna Amaicha del Valle. La comuna Colalao del Valle contaba en 2001 con 1835 habitantes
(37% con NBI), mientras que Amaicha del Valle tenía 3214 habitantes (30% con NBI) (INDEC,
2004). Las comunidades Anjuana, El Bañado, El Paso, Quilmes de Abajo, y Quilmes Centro
pertenecientes a la Comuna Colalao del Valle forman parte de la Comunidad India de Quilmes.
En 1998, este grupo de comunidades conformaron una organización social con una estructura
ancestral compuesta por la figura del cacicazgo y un Consejo de Delegado con dos
representantes por cada comunidad con un mandato por dos años (Los Quilmes contamos
nuestra historia, 2008). La infraestructura de salud era de escasa complejidad con 3 Centros de
Atención Primaria de la Salud (CAPS) en el área de estudio de Tafi del Valle y 1 en Graneros.
Las viviendas son mayoritariamente los típicos ranchos del norte argentino, con 1 ó 2
9
dormitorios construidos con paredes de adobe o ladrillo cocido, techos de vegetales del lugar o
chapa, pisos de tierra, y una galería frontal. Esta área de dormitorio, el domicilio, está rodeada
de estructuras peridomésticas como baños, depósitos, gallineros y corrales dispuestos en un
radio de hasta 50 m del domicilio.
Con respecto a las actividades económicas, los pobladores del área de estudio en Tafí del Valle
desarrollan la agricultura y la ganadería con las limitaciones impuestas por el clima seco y la
escasez de agua. Otra actividad es la artesanal con técnicas heredadas de los antepasados, en los
rubros de cerámica, tejido, cestería, madera y piedra. En general, los jóvenes emigran en
búsqueda de oportunidades laborales y la población no cuenta con servicios básicos como agua
potable, luz eléctrica, comunicaciones y atención de la salud (Facultad de Filosofía y Letras –
Universidad de Buenos Aires, 2003).
El nivel de escolarización de las comunidades bajo estudio es elevado (Figura 1), en ambos
departamentos el porcentaje de la población de niños de entre 5 y 17 años que asisten a clase
superan el 80%. (INDEC, 2001).
Total Asiste Total Asiste Total Asiste Total Asiste
5 años 6 ‐ 11 años 12 ‐ 14 años 15 ‐ 17 años
Graneros 136 92 738 730 328 271 353 196
Tafí del Valle 87 86 542 535 245 207 227 111
0
100
200
300
400
500
600
700
800
Núm
ero
de n
iños
Población por edad y condición de asistencia escolar
Figura 1. Población de niños por edad y condición de asistencia escolar. Depto. Tafí del Valle y Depto. Graneros,
Año 2001, (INDEC 2001).
En 2007, las comunidades bajo estudio poseían al menos 1 vivienda y como máximo 46
viviendas cada una y en total las todas las comunidades sumaron 418 viviendas (240 en Tafí del
Valle y 178 en Graneros) (Figura 2).
10
A fines de 2005, las viviendas de este grupo de comunidades fueron rociadas masivamente con
insecticidas piretroides por personal de la Coordinación Nacional de Control de Vectores
(CNCV). Luego, durante 2007 y 2008 se buscaron triatominos en estas viviendas para controlar
los niveles de reinfestación y cada sitio infestado por T. infestans fue tratado con piretroides por
la CNCV.
Figura 2. Localización de las comunidades bajo estudio.
Parte c. Aspectos educativos
Algunas experiencias han demostrado la posibilidad de organizar pequeñas comunidades
alrededor de sus intereses de salud, partiendo de sus necesidades y de su saber. La participación
comunitaria en el control de enfermedades tropicales implica que la población es
conscientemente incluida en el planeamiento, implementación y evaluación de las actividades
que afectan sus vidas. La vigilancia activa desde los organismos oficiales es onerosa hasta no
factible cuando los operarios deben movilizarse en extensas áreas. Es en la etapa de vigilancia
que una población informada, instruida y alerta frente a la presencia del vector contribuirá a la
detección, rápida notificación e inmediato rociado selectivo de las poblaciones remanentes de
triatominos.
De los tres componentes involucrados en la transmisión vectorial de la enfermedad de Chagas:
parásito, insecto vector y reservorios, se sabe relativamente bastante acerca de la biología del
11
parásito, sus vectores, y reservorios pero muy poco sobre el papel que juegan en el control de
esta enfermedad las personas que habitan en áreas rurales endémicas muchas veces alejadas de
los centros de salud. Esto es así a pesar de que es el individuo quien sufre la enfermedad, y
quien también puede ser un factor importante en el control de su transmisión y en la prevención
por su acción o su no-acción, en un medio ecológico y social determinado. Las personas en las
distintas zonas endémicas demuestran cansancio frente a todo un conjunto de acciones de
control y vigilancia que no se les consultan ni explican o participan. Pero, principalmente en
condiciones de baja endemicidad, el problema se incrementa pues el poblador no percibe la
necesidad de un control vectorial y parasitario para disminuir el riesgo de reinfección y
reinfestación en una comunidad (Service, 1993). Un aspecto importante a considerar allí es la
educación, pero una educación que tenga como objetivo no solo vencer la resistencia de los
individuos, sino incitarlos a participar activamente en las acciones de acondicionamiento
ambiental que requiere el control de las enfermedades metáxenicas. Se requiere de una
educación que propicie la participación comunitaria, no de cualquier otro tipo de educación
sanitaria (Villarroel, 1993).
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la promoción de la salud es una piedra
angular de la atención primaria y una función básica de la salud pública. El reconocimiento del
valor de esa actividad es cada vez mayor, debido a la eficacia y al costo-eficacia con que reduce
la carga de morbilidad y mitiga el impacto social y económico de las enfermedades. Existe un
amplio consenso en cuanto a la relación existente entre promoción de la salud, y desarrollo
humano y económico. La Primera Conferencia Mundial de Promoción de la Salud (Ottawa,
1986) y la Carta de Ottawa para el Fomento de la Salud de ella derivada son consideradas
mundialmente como el fundamento de los conceptos y principios de la moderna promoción de
la salud. La Conferencia de Ottawa, que promovió el espíritu de la Declaración de Alma-Ata, y
las posteriores conferencias mundiales de la OMS celebradas en Adelaida, Australia (1988),
Sundsvall, Suecia (1991), Yakarta (1997) y México D.F. (2000) proporcionaron indicaciones y
orientación sobre las medidas a tomar para abordar los determinantes de la salud con miras a
lograr la salud para todos. Mediante intervenciones comportamentales, sociales, normativas y
ambientales, la promoción de la salud ha contribuido a introducir cambios positivos en los
hábitos de la gente relacionados con la salud, que han ayudado a su vez a reducir algunas causas
de mortalidad y morbilidad (OMS, 2007).
Se observa que las comunidades responden a un problema en términos del conocimiento que
poseen al respecto, de su grado de motivación interna y de la relación que tiene este problema
con las perspectivas inmediatas de su vida y las prioridades sentidas por sus habitantes (Pintos
12
Dias, 2001). Por otro lado la educación para la salud en los ámbitos formales ha recibido
diversas críticas, entre ellas suelen incluirse la fragmentación, descontextualización y
desactualización de sus contenidos y recursos (Sanmartino, 2010); la predominancia de
enfoques de enseñanza tradicional basados en el modelo de transmisión-recepción; el desajuste
entre la ciencia que se enseña y las demandas formativas de los estudiantes (Acevedo Díaz,
2004). Es importante remarcar que el “desconocimiento” sobre la enfermedad que se observa en
la poblaciones afectadas no solo tiene que ver con la falta de información sino también con el
lugar que ocupa dicha problemática dentro de la realidad que vive la comunidad, en este sentido
se hace necesario introducir la noción de “concepciones”. Las personas decodifican la realidad y
las informaciones que reciben a través de sus propias “grillas de análisis”, las cuales están
formadas por la red de concepciones de cada individuo. Las concepciones son los saberes que
cada uno tiene para explicar y situarse en su medio; son producto de su historia, su ambiente, su
contexto cultural, su realidad y de las interacciones que se dan entre todos estos elementos
(Sanmartino, 2008).
La Escuela puede ser un puente importante con la comunidad y se hace fundamental desarrollar
entornos didácticos no convencionales para abordar la problemática del Chagas en diferentes
situaciones educativas. Los niños pueden servir como agentes de cambio a través de la
transferencia de la información sobre salud a la comunidad y desde los cambios en sus
conductas (Zapata y Marsden, 1994; Bundy y Guyatt, 1996; Crocco et al., 2002 b, 2005).
Considerando estas problemáticas y en el marco institucional de las escuelas, se propone a éstas
como el ámbito más propicio para brindar a los niños y jóvenes las herramientas necesarias que
les permita emprender acciones directas que lleven a la disminución de los factores de riesgo
relacionados con enfermedades de transmisión vectorial, donde la principal problemática para el
control está relacionada con los hábitos de las personas (Crocco, 2006).
13
Objetivos del trabajo
En el marco de un proyecto de investigación sobre eco-salud de la enfermedad de Chagas en
Tucumán dirigido a establecer una estrategia sustentable de control y vigilancia de su vector con
participación de las comunidades basado en las pautas establecidas por el Programa Federal de
Chagas (PFC) (PFC, 2008), el objetivo de este estudio fue diseñar e implementar una
intervención educativa para la prevención de la transmisión de T. cruzi dirigida a estudiantes del
2° ciclo de EGB de comunidades rurales en los departamentos de Tafí del Valle y Graneros, de
la provincia de Tucumán.
Los objetivos específicos del trabajo fueron:
1. Implementar la intervención educativa desarrollada en dos etapas:
a) Diagnóstico de los conocimientos sobre la enfermedad y su vector mediante
encuestas individuales a los escolares.
b) Diseño e implementación de talleres educativos en las escuelas.
2. Evaluar la implementación de la intervención educativa determinando los conocimientos post
instruccionales.
.
14
Materiales y Métodos
Diseño del estudio.
I. Muestra
La intervención educativa se realizó en un grupo de comunidades del Depto. Tafí del Valle en
Octubre de 2007 y del Depto. Graneros en Noviembre de 2007. Todas las escuelas que
participaron pertenecen al sector estatal y fueron elegidas por cubrir con su radio de influencia
la totalidad del área donde se realizó el estudio del proyecto marco de esta tesis. Las 3 escuelas
participantes de la intervención educativa en el Depto. Tafí del Valle fueron: Escuela Nº213-
Quilmes Centro, Escuela Nº217-El Bañado, Escuela Nº33-El Paso, representaban la totalidad de
escuelas presentes en el área geográfica en la que se realizó el estudio y se encontraban ubicadas
en las comunidades con mayor población. Entre las 5 escuelas del área geográfica del el Depto.
Graneros se eligieron aquellas con mayor número de escolares: Escuela Nº74-Paez,
EscuelaNº158-Paloma, Escuela Nº302-Ramos. En Tafí del Valle, las escuelas de Quilmes
Centro y El Bañado son escuela-albergue de doble jornada, y con el 5° y 6° año del 2° ciclo de
EGB compartiendo aula y docente, mientras que la escuela de El Paso es de jornada simple, los
escolares no pernoctan en el establecimiento, y el 1° y 2° ciclo de EGB comparte aula y
docente. En Graneros, las escuelas de Páez, Paloma y Ramos son de jornada simple y el 2° ciclo
de EGB comparte aula y docente.
Un total de 116 escolares participaron de la Encuesta 1 y de los talleres educativos (Tabla 1),
66 escolares pertenecían a las 3 escuelas de Tafí del Valle y 50 escolares pertenecían a las 3 de
Graneros. Si bien las actividades fueron diseñadas para los niños del 2º ciclo participaron
también 5 niños del 1º ciclo en la escuela de El Paso, y 15 niños del 3º ciclo en las escuelas de
Quilmes Centro, Paez y La Paloma. Los escolares que participaron tenían entre 7 y 14 años de
edad y asistían del primero al noveno año escolar.
Cuarenta y ocho escolares de Tafí del Valle que asistían al 2° y 3° ciclo de EGB fueron
encuestados (Tabla 1), todos ellos habían participado del diagnóstico 1 en el 2007. Por
limitaciones logísticas la Encuesta 2 no fue completada en el Depto. Graneros.
N° de participantes y Localidad
Nivel de escolaridad (ciclo)
1. Intervención educativa 116
(66 de Tafí del Valle y 50 de Graneros)
1ro, 2do, 3ro
2. Encuesta 2 48 Tafí del Valle 2do, 3ro
Tabla 1. Número de participantes en cada instancia de la secuencia didáctica según localidad y nivel de
escolaridad.
15
II. Contexto del trabajo
En el marco de los proyectos de investigación sobre estrategias de vigilancia participativas para
la prevención de la enfermedad de Chagas que desarrolló el grupo de trabajo en Tucumán, las
escuelas y otras organizaciones sociales fueron participadas de esta propuesta de investigación.
La intervención educativa y su evaluación se realizaron en las escuelas por ser un ámbito de
reunión y canal de comunicación propicio para promover la educación preventiva.
La intervención educativa se desarrolló en Tafí del Valle y Graneros dado que ambos
departamentos pertenecen al área de estudio del proyecto marco de esta tesis, la principal
motivación fue acercar la propuesta educativa a la mayor cantidad de escuelas posibles.
Teniendo en cuenta las similitudes epidemiológicas y sociales entre departamentos no se
esperaba encontrar diferencias significativas entre las respuestas de los niños de ambos de las
diferentes escuelas.
II. a. Sobre la Intervención Educativa
La intervención educativa fue implementada en 3 escuelas de cada departamento. Las
actividades educativas elaboradas por el grupo de investigación fueron presentadas y discutidas
con las directoras, maestras y maestros de las 3 escuelas de Tafi del Valle en Octubre de 2007 y
de las 3 escuelas de Graneros en Noviembre de 2007. En la discusión de las actividades se
observaron diferentes grados de participación por parte de los docentes de las diferentes
escuelas, se decidió en forma conjunta dirigir las actividades propuestas a los escolares del 2°
ciclo de EGB, sin embargo participaron algunos escolares del 1° y 3° ciclo que se encontraban
presentes en el momento en que se desarrolló la intervención. Los escolares fueron invitados a
participar de forma voluntaria y las actividades se desarrollaron dentro del horario escolar.
La intervención educativa fue diseñada con especialistas en didáctica y en psicología, y se
realizó en dos etapas: a) diagnóstico de los conocimientos sobre la enfermedad y su vector
mediante encuestas individuales, y b) diseño e implementación de talleres participativos.
a) Diagnóstico inicial
La Encuesta 1 (Anexo I) fue elaborada con docentes del CEFIEC y una Lic. en psicología del
Hospital Piñero. Las preguntas para la encuesta se trabajaron durante cinco seminarios internos,
se ajustó el vocabulario empleado, y se elaboraron las respuestas esperadas así como el diseño
de análisis de los datos. El número y complejidad de las preguntas se determinó para que
puedan ser completadas en aproximadamente una hora en forma individual sin apoyo de los
docentes o grupo de investigación, y abarcaron los principales temas: conocimiento sobre el
16
vector, sus hábitos alimentarios y lugares de refugio; sobre la enfermedad, su transmisión y
síntomas; y medidas de control del insecto. Las encuestas se respondieron en forma escrita e
individualmente lo que permitió hacer un seguimiento de los conocimientos, prácticas y
actitudes por niño. Con el fin de determinar cuáles eran los sectores de la comunidad que
ofrecían información sobre la enfermedad, su control y transmisión, se estimó el número de
encuestados que habían escuchado hablar sobre la enfermedad y cómo o dónde habían adquirido
esa información (radio, escuela, casa, puesto de salud u otro). Se esperaba que los encuestados
asociaran el nombre de la enfermedad con la vía de transmisión vectorial y que pudiesen
describir los daños que produce en el cuerpo: ambas preguntas tenían respuesta abierta. En las
primeras preguntas no se nombró a la vinchuca con el fin evitar inducir la respuesta a la
pregunta dirigida a identificar las vías de transmisión. En la pregunta dirigida a identificar a T.
infestans se mostraron dibujos de todos sus estadios y otros tipos de insectos similares. A partir
de esto se determinó el número de encuestados que pudo reconocer al vector en alguno de sus
estadios y que no lo confundió con otros insectos. Se indagó sobre las actitudes que debería
tomar un tercero ante la presencia de vinchucas en una casa, desligando a los niños de la
responsabilidad y buscando determinar cuál es el accionar que esperan de los adultos con los
que conviven. El conocimiento sobre la ecología del vector se estimó teniendo en cuenta el
número de encuestados que conocía los sitios de refugio (estructuras domiciliarias y
peridomiciliarias que albergan vinchucas) y sus hábitos de alimentación. Finalmente se les
preguntó qué medidas tomarían para la prevención de la enfermedad.
b) Talleres educativos.
A partir de bibliografía específica seleccionada (Crocco et al., 2002, 2002:b; Manual Para
líderes, 1994) se diseñó el taller de educación para la prevención, contemplando básicamente el
desarrollo de 5 actividades dirigidas a: conocer aspectos relacionados al ciclo de vida, hábitat,
hábitos, identificación y modo de captura del vector; describir la vía de transmisión vectorial; e
integrar los conceptos desarrollados.
El diseño y estructuración del taller educativo para escolares fue elaborado con docentes del
CEFIEC y una Lic. en psicología del Hospital Piñero en 3 seminarios internos de discusión
sobre la coordinación con directores y maestros, la vinculación de la temática con el currículo
escolar, la metodología a utilizar para la difusión de los conceptos sobre la enfermedad y el
vector, y las actividades propuestas. El material didáctico utilizado en los talleres educativos fue
ideado y confeccionado por miembros del proyecto. Para presentar el ciclo de vida de T.
infestans se armaron tubos de vidrio con material fijado (Anexo II, figura 1) y se diseñó un
17
afiche con la imagen de T. infestans adulto con sus principales características morfológicas
señaladas y la imagen del ciclo de vida completo (Anexo II, figura 2); para poder rearmar el
ciclo de vida de T. infestans se confeccionaron fichas plastificadas con imágenes de los
distintos estadios del ciclo de vida (Anexo II, figura 3 ); para trabajar sobre las principales
característica morfológicas de T. infestans se confeccionaron vinchucas de goma eva, las
distintas partes del cuerpo podían ser encastradas para armar la vinchuca adulta (Anexo II,
figura 4); para la actividad de encontrar los sitios de refugio de T. infestans se diseñó un cuadro
con la imagen de un rancho típico y sus estructuras peridomiciliarias y se confeccionaron
vinchucas de goma eva para que puedan ser pegadas en los diferentes sitios sobre el cuadro
(Anexo II, figura 5); para ejercitar la captura y conservación de vinchucas se trabajó con dos
tipos de bolsas, una simple que fue utilizada a modo de guante y una con cierre hermético para
guardar vinchucas, para la simulación de captura se utilizaron vinchucas de goma eva de tamaño
real (Anexo II, figura 6); para explicar la vía de transmisión vectorial y presentar al parásito se
diseñó un afiche con imágenes (Anexo II, figura 7) y se ideó una representación en la que se
simuló la picadura de una vinchuca y la reacción del afectado frente a la situación. Si bien la
elaboración del material didáctico está inspirada en el documento “Enfermedad de Chagas.
Sugerencias para trabajar en el aula” publicado por Universitas (Crocco y col., 2002) todo el
material es completamente original y novedoso.
El objetivo de las actividades elaboradas para el taller educativo estuvo dirigido a que los niños
se apropiaran de los conceptos sobre la enfermedad y sobre la biología del insecto vector de
forma que el conocimiento se transforme en una herramienta para el cuidado de la salud. La
dinámica general del taller educativo consistió en: a) Presentación del grupo de investigación y
de la propuesta de trabajo; b) Presentación de los participantes; c) Desarrollo de las cinco
actividades educativas.
Al finalizar el taller se propuso a los docentes realizar otras actividades educativas a partir de la
elaboración junto con los escolares de un cuento que incluya los conceptos discutidos en el
taller. Para desarrollar esta propuesta se entregó a los docentes de cada curso una ficha del ciclo
de vida de T. infestans y una copia del “Manual para líderes: Control y vigilancia de la
transmisión de Chagas con participación comunitaria utilizando tecnología apropiada” (Manual
para Líderes, 1994).
Durante la presentación se trabajó de manera tal de lograr un clima propicio para el desarrollo
de las actividades incentivando la participación de los niños. La modalidad de los juegos
consistió en la presentación y discusión del tema; luego se dividió a los escolares en grupos de
alrededor de 5 integrantes para el desarrollo de cada actividad. El primer juego consistió en la
18
presentación del ciclo de vida de la vinchuca, esperando que los escolares llegaran a reconocer
al insecto, en todos sus estadios, con un fin preventivo. En primer lugar se comparó el ciclo de
vida de la vinchuca desde huevo hasta adulto con el de las gallinas dado que este último era
conocido por todos los niños. El ciclo completo de la vinchuca fue presentado en tubos de
material fijado y afiches, y se discutió con los escolares la relación de tamaño y morfología
entre los diferentes estadios. Posteriormente se formaron los grupos y se entregaron fotos
plastificadas de los distintos estadios con el objetivo de que reconstruyan el ciclo a partir de un
grupo de fichas con el dibujo de los estadios dadas vueltas en el piso. Los afiches con el ciclo de
vida fueron retirados cuando se inició el juego para evitar que simplemente copien.
El segundo juego consistió en armar una vinchuca a partir de cinco partes (cuerpo, cabeza, pico,
alas, patas) hechas en goma eva. El trabajo en forma grupal consistió en entregar a cada grupo
las piezas hechas en goma eva para que armen una vinchuca. Luego se discutió entre todos las
características principales de la vinchuca adulta (marcas del tejido conectivo, alas desarrolladas,
pico con función alimenticia, etc.) y se enfatizaron verbalmente las similitudes y diferencias con
otros estadios y con otros insectos. Con esta actividad se buscó que los estudiantes pudieran
reconocer más fácilmente las características principales del vector con el fin de distinguirlo de
otros insectos.
El tercer juego consistió en la identificación de los sitios de refugio del insecto. Se formaron dos
grupos, a cada uno se le entregó pequeñas vinchucas de goma eva con la consigna de pegarlas
en un cuadro colgado en la pared donde se había dibujado un rancho típico y estructuras
peridomésticas. Al finalizar se discutió si los lugares eran o no posibles refugios de las
vinchucas. Con esta actividad se buscó que pudieran mencionar cuáles refugios conocían y al
compartir la información se pudiera construir entre todos la información relevante sobre el tema.
La cuarta actividad consistió en una intervención dialogada con los escolares, en la que se
proporcionó la información relevante sobre la tríada ecológica-epidemiológica
agente/vector/huésped de la enfermedad. El objetivo fue que los escolares comprendan la vía de
transmisión vectorial y que relacionen el hábito de alimentación del vector con la adquisición
del parásito. Además se buscó que describan las precauciones que se pueden tomar ante la
eventual picadura y/o defecación del vector sobre la piel.
La última actividad del taller estuvo dirigida a describir las medidas a adoptar frente a la
presencia del vector. En una ronda se debatió brevemente la pregunta: “¿qué hacer si ven
vinchucas?”. Luego se representó cuales serían los pasos a seguir: guardar la vinchuca en una
bolsa con cierre autoadhesivo ayudado por otra bolsa a modo de “guante”. La actividad
consistió en ejercitar a los niños en la captura de las vinchucas que pudieran llegar a ver en
19
casas. En el medio de una ronda se dispusieron vinchucas de goma eva y se repartieron bolsas
para usar como ¨guantes¨. Las vinchucas colectadas por cada grupo eran almacenadas en un
recipiente por grupo para luego ser contadas y definir el grupo que colectó más vinchucas de la
forma correcta.
En Tafí del Valle, los escolares fueron reunidos en el patio de la escuela para realizar las
actividades educativas bajo la supervisión de los maestros, excepto en la escuela N°33 El Paso
donde los maestros estuvieron ausentes durante la intervención por propia elección. En
Graneros, las actividades se realizaron dentro de las aulas y sin intervención de los maestros.
Consideramos que involucrar a los maestros y directoras en el diseño de las actividades era
importante para incrementar su presencia y participación durante el desarrollo del taller. La
participación activa de los escolares varió según su edad y la escuela a la que pertenecían.
Un día después de la intervención educativa se adicionó una actividad dirigida a que los niños
aprendieran a identificar las acciones de control y prevención.
Los escolares debían describir 4 imágenes impresas que representaban diferentes acciones de
vigilancia y control de triatominos (Anexo III) como búsqueda activa del vector en domicilio,
orden y limpieza de la vivienda, revoque de paredes y rociado del domicilio, y se dejó un
espacio para que el alumno complete con una acción diferente a las representadas por las
imágenes. Se solicitó a los escolares que describan cada acción y que además mencionen otras
medidas que conocían.
II. b. Sobre el Diagnóstico final
En las 3 escuelas de Tafí del Valle, durante Abril de 2008 (seis meses después de la
intervención educativa), se diagnosticaron los cambios de saberes presentes en 48 escolares
mediante actividades escritas e individuales (Encuesta 2).
En el primer encuentro los niños resolvieron las actividades de la Encuesta 2 (Anexo IV) en
forma individual y en el segundo encuentro se reunió a todos los escolares y se volvieron a
resolver las actividades en forma grupal. Las preguntas se entregaron de a una con el fin de
evitar que pudieran usar información volcada en el instrumento para responderlas. La segunda
etapa se llevó a cabo en el marco de una charla orientada por el grupo de trabajo para responder
correctamente la evaluación de forma participativa. Finalmente los niños diseñaron afiches con
los contenidos básicos tratados durante el taller con el objetivo de comunicar dicha información
al resto de la comunidad educativa.
20
La Encuesta 2 constó de 6 actividades abarcando los temas tratados durante la intervención
educativa: la enfermedad, su transmisión y la posibilidad de cura bajo tratamiento; el vector,
nombre y reconocimiento; hábitos alimentarios del insecto y su vinculación con la transmisión
del parásito; lugares de refugio y medidas de control contra el insecto. La Encuesta 2 estuvo
dirigida a conocer los cambios en los saberes de los escolares que habían participado de la
intervención educativa y también a reforzar algunos conceptos tratados durante los talleres.
En la primera actividad (Anexo IV, hoja1) relacionada con la enfermedad se propuso a los
niños una serie de preguntas y respuestas de opción múltiple para que reconozcan la vía de
transmisión vectorial, la forma de detección y cura de la enfermedad. La actividad estaba
compuesta por una escena dónde un personaje interroga a otro respecto de cómo contrajo la
enfermedad de Chagas. Se esperaba que los niños pudieran identificar entre las opciones que el
mecanismo principal de la transmisión del parásito era la picadura de “un bicho” (no se nombra
a la vinchuca porque nombrarla es parte de una actividad posterior). En una segunda escena el
personaje pregunta cómo es que el doctor detectó la enfermedad. Se esperaba que los niños
identificaran dentro de las opciones que la enfermedad se detecta por medio de un análisis de
sangre, dado que durante el taller se realizó una intervención dialogada donde se explicó a los
niños la vía de transmisión vectorial. En la tercera escena se interrogaba sobre la cura de la
enfermedad. Se esperaba que los niños dieran por correcta la opción que plantea que la
enfermedad tiene cura si se toman los remedios indicados por el doctor. Se esperaba que los
niños pudieran dar cuenta de algunos conceptos trabajados durante el taller y que hubieran
descartado las concepciones previas erróneas que se detectaron durante la charla, como la
incurabilidad de la enfermedad en niños menores de 14 años y la cura a través de prácticas
alternativas como la curandería. Por último se propuso a los niños que nombraran otras formas
de curar la enfermedad dando lugar a que se expresaran respecto a las creencias populares que
conocían.
En la segunda actividad (Anexo IV, hoja 2) se propuso a los niños que nombraran al “bicho”
que produce la enfermedad de Chagas; posteriormente se presentó un cuadro compuesto por
varios insectos dentro de los cuales no estaba la vinchuca y se pidió que identifiquen al insecto
transmisor de la enfermedad, y si reconocían que no había vinchucas en el cuadro se les pedía
que dibujen al insecto. Se esperaba que los niños no confundieran a la vinchuca con los otros
insectos presentados y que además pudieran esquematizar los rasgos principales del insecto,
según lo tratado en el taller, deberían dibujar cabeza con pico succionador, 6 patas, cuerpo con
alas y tejido conectivo con el rayado característico de las vinchucas.
21
En la tercera actividad (Anexo IV, hoja 3) se presentó el ciclo de vida de la vinchuca con
fotografías de cada estadio, y las respuestas estuvieron presentadas en la modalidad de opción
múltiple. Se preguntó en cuál o cuáles de los estadios las vinchucas se alimentan de sangre
(teniendo en cuenta que durante el diagnóstico inicial el conocimiento sobre el hábito de la
vinchuca fue predominante) y en cuál o cuáles son transmisoras de la enfermedad. Se esperaba
que los escolares respondieran que las vinchucas se alimentan y transmiten la enfermedad tanto
en sus estadios de ninfa como en su estadio adulto. Para vincular el ciclo de vida con la vía de
transmisión vectorial se preguntó a los escolares en que caso se puede contraer la enfermedad si
basta con la picadura de la vinchuca o si además ésta debe eyectar sobre la piel. Finalmente se
planteó a los escolares si es posible o no que las vinchucas, que se crían en los corrales linderos
a las viviendas, pueden llegar volando o caminando a los domicilios. Se esperaba que los
escolares hubiesen comprendido y que lo asociasen con los mecanismos más probables de
reinfestación o invasión de las viviendas por triatominos mediante dispersión activa, volando o
caminando desde lugares próximos. La cuarta actividad (Anexo IV, hoja 4) fue un ejercicio en
el que se pidió a los escolares que escriban los sitios donde han visto vinchucas y también que
enumeren los sitios que se nombraron durante el taller.
La quinta actividad (Anexo IV, hoja 5) presentó seis cuadros con situaciones en las que los
personajes deben tomar medidas frente a la presencia de vinchucas, los escolares debieron
decidir cuáles medidas eran correctas y cuáles eran erradas. Se esperaba que pudieran identificar
que no es correcto colectar las vinchucas con las manos descubiertas, explicando el riesgo de
entrar en contacto con el parásito; que no es correcto dejar al insecto muerto en el piso,
explicando que alguien más podría entrar en contacto con el parásito y que tampoco es correcto
no tomar ninguna medida, explicando que al no tomar medidas no se puede controlar la
enfermedad. Los cuadros con actitudes correctas contemplaban acciones como: avisar a un
adulto, juntar la vinchuca sin tocarla, matarla con veneno (insecticida).
Finalmente se entregó a los escolares una hoja (Anexo IV, hoja 6) para que escribieran
sugerencias de qué creían que deberían hacer para que no haya vinchucas en las viviendas,
esperando que pudieran plasmar lo que se había trabajado a lo largo de la intervención
educativa.
22
Análisis de datos.
Las respuestas dadas a las encuestas por alumno y escuela fueron ingresados a la base de datos
creada en Access. Este tipo de bases de datos relacionales permite cargar datos con mayor
facilidad y menor error mediante el uso de formularios; y formular consultas relacionando las
variables. El primer análisis de datos fue descriptivo y luego para todos los casos que fue
posible se realizó un análisis de Chi-cuadrado (Chi- cuadrado [R 2.7.1 <R Development Core
Team, 2007>]).
23
Resultados
A. Resultados de la Encuesta 1 (Tafí del Valle y Graneros)
El porcentaje de escolares encuestados que manifestó haber escuchado hablar sobre la
enfermedad de Chagas fue mayor en Graneros (90%, 44/49) que en Tafí del Valle (62%, 41/66)
(χ2 =11, p < 0.01). Entre los encuestados que respondieron afirmativamente, el 68% en Graneros
y el 44% en Tafí del Valle declararon haber adquirido la información principalmente en las
escuelas, el 50% en Graneros y el 41% en Tafí del Valle declararon haberla obtenido en sus
casas. En este caso las opciones de respuesta para esta pregunta no eran excluyentes y hubo
niños que señalaron más de una opción. Entre los 66 escolares de Tafí del Valle, el 91% dijo
haber visto vinchucas en algún momento, no se encontraron diferencias significativas entre el
porcentaje que señaló haber visto al vector en sitios domiciliarios o en peridomiciliarios. Entre
los 50 escolares en Graneros, el 84% dijo haber visto vinchucas en algún momento, el
porcentaje de escolares que dijo haber visto al vector en sitios domiciliarios fue
significativamente mayor que el porcentaje de escolares que dijo haberlos visto en sitios
peridomésticos (χ2 =6,85, p< 0.01). La figura 3 muestra el porcentaje de encuestados con
respuesta correcta sobre diferentes aspectos de la biología y la ecología del vector por
departamento. El conocimiento de los escolares sobre los sitios donde se refugian las vinchucas
en domicilio fue estimado contando el número de sitios correctos marcados con una cruz en un
dibujo representando un rancho típico y los principales sitios de refugio peridomésticos con 10
sitios posibles en domicilio, 6 de los cuales eran correctos (techo, grietas, cama, cuadros, cajas
acumuladas, ropa acumulada) y 4 incorrectos (pared, piso, cajones de uso diario, mesada). Si
marcaban al menos 3 de los sitios correctos (50%) y no más de 2 incorrectos (50%) se consideró
que conocían los sitios de refugios de las vinchucas en domicilio. Para estimar el conocimiento
sobre los sitios de refugio en peridomicilio se consideraron los 5 sitios posibles como correctos.
Se definió que conocían los sitios de refugio en peridomicilio cuando marcaban al menos el
corral y el gallinero. El máximo de cruces marcadas por encuestado fue de 7 en sitios del
domicilio y 5 en sitios del peridomicilio. Sólo el 29% (19/66) de los escolares en Tafí del Valle
y el 38% (19/50) en Graneros conocía los sitios de refugio domiciliarios de las vinchucas. Entre
los 66 encuestados de Tafí del Valle, el 68% conocía los sitos de refugio peridomiciliarios y
entre los 48 encuestados en Graneros fue el 58%. En ambos departamentos, el porcentaje que
reconoce los sitios de refugio peridomiciliarios fue significativamente mayor que el referido al
Tabla 5. Porcentaje de encuestados según categorías excluyentes sobre las creencias de lo que se debe hacer
frente a la presencia de vinchucas y para prevenir la presencia del vector durante las encuestas 1 y 2.
C. Otros resultados significativos
Parte del grupo de maestras y maestros manifestaron que la experiencia desarrollada con los
escolares les aportó un modo innovador para trabajar los temas relacionados con la prevención y
el cuidado de la salud. Esto los motivó a solicitar bibliografía sobre la enfermedad de Chagas y
asistencia en el desarrollo de actividades de educación para la salud, además de colaboración en
una presentación sobre la enfermedad de Chagas que realizaron en la Feria de Ciencias Escolar,
realizada en octubre de 2008, para toda la comunidad educativa y posteriormente en la 32º
Feria de Ciencias y Tecnología organizada por el Ministerio de Educación de la provincia de
Chubut y el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (Figura 10). Para dicha
presentación los escolares visitaron varias casas de la comunidad para realizar una encuesta,
buscaron vinchucas dentro de las casas y propusieron difundir información a través de afiches y
folletos informativos.
Figura 10. Escolares de 6to año de la escuela nº 217 de El Bañado junto con el docente a cargo desarrollaron el proyecto "Fuera vinchucas" en el marco de la Feria de Ciencias y Tecnología 2008.
34
Discusión
Este es el primer estudio que evaluó los conocimientos, actitudes y prácticas de escolares
residentes en comunidades rurales de la provincia de Tucumán. Las comunidades involucradas
en este estudio presentan realidades epidemiológicas similares en cuanto a la enfermedad de
Chagas, perteneciendo a la zona de alta endemicidad de Argentina donde se realizan acciones de
control por parte de la CNCV. En este marco, el principal objetivo fue indagar sobre las
concepciones de los niños, para intentar comprender cómo se hallan situados frente a la realidad
que les toca vivir y desde ese lugar aportar a la construcción de nuevas estrategias didácticas
que les otorguen herramientas útiles para el cuidado de su salud.
Los resultados obtenidos durante el diagnóstico inicial fueron analizados por departamento y
considerando dos estudios realizados en zonas de baja y alta endemicidad de Argentina
(Sanmartino y Crocco, 2000) y de una zona urbana de Perú (Cabrera, R et al. 2003). Dichos
estudios son la única bibliografía publicada sobre diagnósticos de conocimientos en poblaciones
de niños de zonas endémicas de la enfermedad de Chagas. Durante el diagnóstico inicial se
observaron tendencias similares en la mayoría de las respuestas de los escolares de ambos
departamentos de Tucumán. Estos resultados fueron los esperados dadas las similitudes
epidemiológicas y sociales presentes en ambos departamentos. La mayoría de los escolares de
Tafí del Valle (90%) y de Graneros (62%) escucharon hablar alguna vez de la enfermedad de
Chagas en diferentes ámbitos, principalmente en la escuela y en la casa. Una alta proporción de
los niños manifestaron haber visto vinchucas en algún momento en sitios domésticos y
peridomésticos que son refugios del vector. En ambos departamentos, los escolares estarían
familiarizados con el vector y con el nombre de la enfermedad que transmiten. Sin embargo, el
conocimiento sobre la enfermedad fue escaso. Los niños relacionaron la vinchuca con la
enfermedad (32% en Tafí del Valle y el 44% en Graneros), pero ningún niño pudo explicar la
vía vectorial ni mencionar que la enfermedad la causa un parásito (T. cruzi) que transmiten las
vinchucas. Entre los niños de Graneros que hicieron referencia a la vía vectorial, solo el 19%
involucra las heces de la vinchuca en el mecanismo de transmisión y ningún niño de Tafí
involucró las heces de las vinchucas en la transmisión. El desconocimiento sobre el mecanismo
de transmisión vectorial, vía contaminativa, sería un obstáculo para ejercer la prevención de la
enfermedad a partir de evitar el contacto con la materia fecal del insecto. El grado de
conocimientos sobre la enfermedad de las poblaciones de niños en Córdoba y La Pampa fueron
superiores a los de Tucumán. En estos estudios, el 68% de los escolares conocían que la
enfermedad es causada por un tipo de parásito que transmiten las vinchucas y el 29% relacionó
las heces de la vinchuca con la transmisión de la enfermedad (Sanmartino y Crocco, 2000). Esta
35
diferencia podría explicarse debido a que en Córdoba y La Pampa el 24 y el 62% de los
docentes de dichas zonas, respectivamente, han manifestado haber tratado el tema de la
enfermedad de Chagas con sus alumnos.
Respecto de los porcentajes sobre los conocimientos de la biología del vector obtenidos para
Tafí del Valle y Graneros fueron mayores (reconocimiento del vector, 64% y 40% y hábito
alimentario hematófago, 69% y 63%, respectivamente) que los obtenidos en Perú donde el 27%
reconoció al vector y solo el 15% conocía el hábito hematófago de la vinchuca. Los escolares
reconocieron los sitios de refugio peridomiciliarios (68% Tafí del Valle, 58 % Graneros) en un
porcentaje significativamente mayor que el de sitios de refugio domiciliarios (29% Tafí de
Valle, 38% Graneros). En Perú, los niños reconocieron los sitios de refugio domiciliarios en
porcentajes similares a los obtenidos en el presente trabajo y en menor porcentaje los sitios de
refugios peridomiciliarios. El reconocimiento del vector y el conocimiento de los sitios de
refugio podrían estar asociados al nivel de infestación de las distintas zonas. En Tucumán, la
baja prevalencia de infestación en domicilio luego del rociado con insecticida podría explicar el
desconocimiento de los sitios de refugio domiciliarios respecto de los sitios peridomiciliarios
donde la prevalencia de infestación fue más elevada. En Perú, los escolares encuestados viven
en un área urbano-marginal donde la presencia del vector es menos frecuente, lo cual explicaría
los bajos porcentajes obtenidos en el diagnóstico de los conocimientos de la biología y ecología
del vector. Considerando las costumbres de los habitantes como factores de riesgo generales de
la enfermedad de Chagas que favorecen la presencia de vinchucas y la transmisión del T. cruzi
según lo descripto por Sanmartino y Crocco (2000) se puede establecer que los conocimientos
evaluados sobre dicho factor en los escolares son escasos.
Los encuestados manifestaron que se debe notificar a la CNCV (48% Tafí del Valle, 26%
Graneros) o tomar medidas ante la presencia de vinchucas en la casa (47% Tafí del Valle, 54%
Graneros). Más del 70% de los niños de ambos departamentos mencionan como medida “matar
a la vinchuca” sin especificar un método efectivo para hacerlo cuando se pregunta cómo
efectuarlo. Las respuestas evaluadas en la Encuesta 1 señalan que en caso de enfrentase al
vector no tendrían los conocimientos necesarios para hacer efectiva la medida. Entre los
encuestados que optaron por tomar medidas ante la presencia de vinchucas, sólo el 11% en Tafí
del Valle y el 28% en Graneros refirió a tomar medidas preventivas (limpieza, búsqueda activa
de vinchucas, mejoramiento de vivienda, impedir la presencia de animales domésticos dentro
del domicilio); el resto refirió mayormente a medidas de control químico de los triatominos o a
matar a las vinchucas sin especificar método. Estos resultados son similares a los obtenidos en
Perú, donde el 35% de los entrevistados consideró que la infestación por el vector se controla
36
con la aplicación de insecticidas, un porcentaje menor consideró que deberían incinerarlos o
matarlos utilizando otros procedimientos; sin embargo, la limpieza de las viviendas y el
enlucido de las paredes son medidas de control pobremente conocidas (Cabrera, et al. 2003).
Durante la actividad adicional realizada después del diagnóstico inicial, la mayor parte de los
niños reconoció las medidas de control y prevención propuestas en dichas actividades mediante
imágenes (Anexo III). Cabe destacar que la notificación del hallazgo de vinchucas a la CNCV
fue la única medida que agregaron a las ya propuestas. Las evidencias apoyan la idea de que la
responsabilidad del control y prevención está delegada al accionar de la CNCV y desligada del
accionar individual y colectivo dentro de la comunidad. Además, se puede establecer que
aunque una proporción importante de escolares está familiarizada con el vector (avistamiento
del vector, conocimiento de los refugios, etc.), no habría una relación integral entre los
conocimientos que permita a los niños dimensionar los riesgos y realizar acciones.
El diagnóstico de los conocimientos durante la Encuesta 2 reveló diferencias entre las respuestas
del los niños respecto de la Encuesta 1 (Tabla 7). Sobre la ecología del vector se observa que
predominó el conocimiento de sitios de refugio peridomiciliarios del vector, siendo
significativamente mayor el conocimiento durante la Encuesta 1. La marcada diferencia entre
las respuestas brindadas en estas dos encuestas podría fundamentarse en la forma de evaluación.
En la Encuesta 2 se solicitó que recordaran los sitios (“Si alguna vez viste vinchucas escribí
dónde...; recordá los que nombramos en el taller”) mientras que en la Encuesta 1 marcaban los
sitios en las imágenes ofrecidas. Además, no se indicó que era importante mencionar todos los
sitios que recordaban. Los niños pudieron pensar que mencionar uno o dos ejemplos puede ser
suficiente (lo que puede deberse al apego a ciertas tradiciones escolares). La tarea formulada de
esta forma probablemente apeló a una actividad memorística con mayor dificultad que la
planteada en la Encuesta 1, ya que los niños no contaban con apoyo visual para la ubicación de
los sitios (lo que sí ocurrió en la Encuesta 1). El conocimiento de los sitios de refugio
domiciliarios del vector no difirió significativamente entre los registrados en la Encuesta 1 y en
la Encuesta 2. A partir de este resultado no se pudo establecer claramente que ocurrieron
cambios en las concepciones de los niños respecto del conocimiento de los sitios de refugio del
vector. Sobre la biología del vector se pudo observar que el reconocimiento de T. infestans varió
significativamente entre la Encuesta 1 y la 2. Dicha diferencia podría adjudicarse a la dificultad
que presentaron los niños en interpretar la actividad propuesta durante la Encuesta 2. La
actividad de dibujar una vinchuca es más compleja que responder si la encuentra en una foto.
Esto podría haber sesgado las respuestas, ya que podrían haber elegido decir que había
vinchucas en la imagen presentada para evitar dibujarlas. Además podrían no saber cómo
37
representarlas o no querer hacerlo por las dificultades propias que implica la tarea de hacer un
dibujo. El hábito hematófago del vector era conocido por la mayoría de los niños durante la
Encuesta 1 y durante la Encuesta 2. En la Encuesta 2 se observó que la mayoría de los niños
reconoció que el vector se alimenta de sangre en todos sus estadios. Los resultados sobre el
conocimiento la biología y ecología del vector no reveló cambios en las concepciones de los
niños luego de realizada la intervención educativa, esto se puede deber a la dificultad para
interpretar las preguntas de las encuestas.
Los resultados obtenidos durante la Encuesta 1 indican que el conocimiento sobre la
enfermedad de Chagas era escaso, mientras que los resultados de la Encuesta 2 fueron más
alentadores. Si bien no es suficiente el conocimiento de la enfermedad, al menos contar con la
información suele ser el primer paso necesario en una cadena que debe tender a un cambio de
actitud, es decir, para prevenir hace falta, primero, conocer. Casi la totalidad de los escolares
relacionó a la vinchuca con la enfermedad de Chagas y la mitad reconoció la vía de transmisión
vectorial. Durante el taller educativo se explicó que la cura de la enfermedad se realiza, en los
casos posibles, con medicamentos y no a través de la curandería. Los resultados de la Encuesta
2 demuestran que la intervención educativa no pudo modificar la creencia previa sobre la cura
de la enfermedad presente en los niños.
Encuesta 1 (%)
Encuesta 2 (%)
Sobre la biología y ecología del vector
Sitios de refugio en domicilio 31 30
Sitios de refugio en peridomicilio 69 33
Reconocimiento de Ti 67 20
Hábito hematófago 71 73
Sobre la enfermedad de Chagas
Relaciona vinchuca con enfermedad de Chagas 27 99
Vía de transmisión vectorial 0 50
La vinchuca transmite Chagas en todos los estadios NC 42
Involucra las heces de la vinchuca en la transmisión 0 69
La enfermedad se detecta por medio de análisis de sangre NC 60
Considera la enfermedad incurable NC 7
Considera que la enfermedad se cura con medicamentos NC 45
Considera que la enfermedad se cura por medio de la curandería NC 30
Tabla 7. Porcentajes de escolares con respuestas correctas sobre aspectos del vector y la enfermedad según
Encuesta. Resaltado: aquellos porcentajes entre los cuales se hallaron diferencias significativas por prueba de Χ2
(p<0,05). NC: no corresponde.
38
Las frecuencias de las respuestas de los escolares durante la Encuesta 1 y la Encuesta 2
mostraron diferencias significativas principalmente respecto de las actitudes que se deben tomar
ante la presencia del vector. En la Encuesta 1, el 40% de los escolares propuso recurrir a la
CNCV y el 56% propuso tomar medidas que referían mayormente a “matar a la vinchuca” sin
especificar un método; en la Encuesta 2 el 43% propone tomar medidas y el 75% propone
recurrir a la CNCV y tomar medidas de manera conjunta. Se encontraron también diferencias en
las frecuencias de respuestas referidas a las medidas preventivas que se deben tomar para
prevenir la presencia del vector. Las respuestas evaluadas en la Encuesta 2 señalaron que en
caso de enfrentase al vector los niños habrían adquirido nuevas herramientas para el accionar
individual. En la Encuesta 1 propusieron mayormente (67%) tomar medidas y la medida
mencionada predominantemente fue la de fumigar, en la Encuesta 2 se mencionaron
mayormente la toma de medidas (43%) y la toma de medidas y notificación de manera conjunta
(35%), cabe destacar que se mencionaron medidas de prevención adicionales respecto de las
enunciadas en el diagnóstico inicial, como revisar y ordenar el domicilio y peridomicilio, y
evitar que el vector entre en la casa. Estas medidas habían sido discutidas durante el taller
educativo. La responsabilidad del control y prevención parecería haberse desligado en alguna
medida del accionar de la CNCV abriendo lugar al accionar de los niños.
La propuesta didáctica fue aceptada en diferente grado de interés por las maestras, los maestros
y las directoras de las seis escuelas donde se desarrolló el proyecto. Además, esto motivó a la
escuela El Bañado (Tafí del Valle) para participar en las Ferias de Ciencia organizadas en
Octubre del 2008, presentando el tema de la Enfermedad de Chagas en Tafí del Valle. Luego el
grupo de trabajo propuso a los docentes de esta escuela y a los de la escuela de Quilmes como
siguiente meta la realización de talleres específicos para trabajar el tema de educación
preventiva en la enfermedad de Chagas y elaborar su propio manual como una herramienta
didáctica que les permita multiplicar la experiencia ajustada a la realidad de cada comunidad.
Limitaciones del estudio
Los escolares participaron activamente de la propuesta didáctica y respondieron con diferentes
niveles de dificultad a las dos encuestas realizadas. La mayor parte de las preguntas pudieron ser
respondidas con una breve explicación previa por parte del grupo de trabajo y las que
presentaron mayor dificultad fueron extraídas del análisis.
Por cuestiones logísticas la Encuesta 2 no pudo llevarse a cabo en el Depto. Graneros lo cual
redujo el número de encuestas para analizar.
39
Conclusiones
Numerosas investigaciones (Sanmartino y Crocco, 2000; Cabrera, et al. 2003; Ávila Montes et
al., 1998; Caballero- Zamora y De Muynck, 1999) plantean el conocimiento sobre la
enfermedad de Chagas como un problema central a analizar en las comunidades afectadas, pero
parte de la bibliografía se centra en metodologías cuantitativas que permiten conocer cuantas
personas tienen determinados “conocimientos”, en el sentido de datos concretos o ideas
aisladas; estas cifras no dejan comprender las ideas y creencias sobre el Chagas que tienen las
personas en cada caso. Se hace necesario combinar estas metodologías con otras de naturaleza
cualitativa como, por ejemplo, las entrevistas personales o los estudios de casos, que permiten
profundizar en las formas de pensar de las personas. Necesariamente esto supone reducir el
tamaño de la muestra. Aunque esto impide la generalización (por la no validez estadística de los
datos) permite la comparación, gracias la profundidad del conocimiento obtenido.
Los resultados obtenidos en este estudio muestran, en acuerdo con otros trabajos, la dificultad
que representa cuantificar las concepciones presentes en los niños y la necesidad de continuar
investigando desde la óptica de la didáctica de las ciencias teniendo como punto de partida la
búsqueda del conocimiento de las concepciones presentes en cada niño. Coincidimos con
Sanmartino (2005) cuando dice que si se quiere alcanzar un mínimo de eficacia en los soportes
de la transmisión del conocimiento (enseñanza, divulgación, promoción) el primer trabajo debe
consistir necesariamente, en conocer las estructuras de recepción, es decir, las concepciones
personales del público al que se pretende llegar (Sanmartino, 2005; Giordán y De Vecchi,
1995). Desde este enfoque y con la metodología aplicada se puede concluir que en el presente
trabajo se observó que varios aspectos básicos de la enfermedad son conocidos por la mayoría
de los escolares, sin embargo, los números arrojados por las metodologías cuantitativas que se
implementaron no permitieron comprender en profundidad las ideas y creencias sobre la
enfermedad de Chagas que tienen los niños, haciéndose necesaria la continuidad en la búsqueda
de estrategias didácticas alternativas.
El ámbito escolar y el de la formación de docentes no están exentos de las dificultades para
adoptar una concepción de salud que pueda explicar adecuadamente tanto la emergencia de
enfermedades como los modos de intervenir, prevenir y promover la salud de las poblaciones.
Creemos que en relación con la enseñanza, al menos en la formación de profesores y en la
escuela media, la concepción que se constituye en la más potente para lograr estos fines es la
que menciona explícitamente el ambiente en sentido amplio, de manera tal que se evidencia que
la salud de las poblaciones está condicionada por la forma en que se interviene (Meinardi et al.,
2010). La motivación de los docentes para continuar con las actividades educativas y la
40
propuesta de talleres para la formación docente nos alientan a transitar el camino hacia la
integración de la Universidad en la educación escolar desde un abordaje interdisciplinario. Los
resultados obtenidos a partir de la evaluación de los talleres educativos para escolares y la
experiencia con los docentes apoyan fuertemente la idea de que la educación para la salud en la
comunidad escolar es una práctica ineludible de los programas de control y prevención de la
enfermedad de Chagas para alcanzar en el corto plazo una vigilancia participativa, integrada y
sostenible.
La educación para la salud es un aspecto fundamental del desarrollo de los niños y adolescentes,
que afecta a aspectos tan fundamentales como el equilibrio personal, el desarrollo de la
autonomía y el respeto y relación adecuada con las otras personas y el medio. Por tanto, si se
está de acuerdo que la educación, como mínimo en su tramo obligatorio, debe atender al
desarrollo global de las capacidades de los escolares, la educación para la salud debe
desempeñar un papel fundamental en la misma (del Carmen, 1996). La escuela, como puente
hacia la comunidad es el espacio clave desde donde promover la salud buscando proporcionar a
las comunidades las herramientas necesarias para mejorar su salud y ejercer un control sobre la
misma.
Con el fin de interrumpir la transmisión vectorial de la enfermedad de Chagas consideramos
ineludible la promoción de una educación para la salud acorde con las características eco-
epidemiológicas y las concepciones presentes en las comunidades afectadas que lleve a los
niños, y a través de ellos a la comunidad, a la apropiación del control de la enfermedad y al
cambio hacia una actitud alerta sostenible en el tiempo.
41
Referencias Bibliográfícas
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45
Anexxo I. Encueesta 1
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8- Las vinchucas están escondidas durante el día y a la noche salen de su escondite para comer, ya que al igual que el resto de los animales necesita comer para poder crecer. ¿Qué creés que comen las vinchucas?
A mi familia por cuidarme, alentarme y confiar en mi durante los interminables años que duró
esta carrera, casi q han corrido conmigo!.
A Pepe Pelela Grillo (Julián), por estar siempre en el camino alegrando las etapas claras y
alumbrando las oscuras.
A “Los Pelelas y asociados” (Gustavo, Juan, Marianito, Dani, Pono, Lola, Michan, Paulita,
Coqui) por correr conmigo y por alentarme a seguir cada vez que quise bajar los brazos.
A Pufo por haberme ayudado a encontrar mis alas.
A Cristian y Gi por bancarme y ayudarme a descubrir mi lado político, crítico y luchador.
A Carmela y Cássio por las pequeñas revoluciones diarias.
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Reconocimientos
Este estudio fue apoyado con fondos provenientes de World Health Organization (WHO)/ Research and Training in Tropical Diseases (TDR), Universidad de Buenos Aires Secretaria Ciencia y Técnica; Exactas con la Sociedad-Facultad de Ciencias Exactas y Naturales-Universidad de Buenos Aires y Consejo Nacional de Investigación Científicas y Técnicas (CONICET).