Nunca antes el marketing se había transformado tanto y tan rápido. Hoy estamos viviendo una auténtica revolución de la función de marketing, transformando el marketing de producto en un marketing social. Pero es en estos últimos 5 años en los que el marketing ha cambiado más que en los 50 anteriores. Hoy, más que nunca, es fundamental entender que estamos ante un nuevo marketing, donde el consumidor es el protagonista y en cómo interactúa con las marcas. El marketing se ha vuelto social. El consumidor espera que las marcas sean capaces de conectar con ellos, de emocionarles, de hablarles, de relacionarse y de hacerles parte de su estrategia. Y las redes sociales se han convertido en la gran revolución del marketing digital y su papel es cada vez más relevante para las empresas. Lo queramos o no, tanto las empresas como las personas ya estamos en las redes sociales, estamos presentes en las cientos o miles de opiniones y conversaciones que a diario se producen en blogs, perfiles, grupos y foros. Por tanto, debemos gestionar las redes sociales con la importancia y relevancia que tienen. Hoy estar en redes sociales puede ser barato, pero no estar nos puede costar muy caro. ¿Estar o no estar en redes sociales? Esta no es la cuestión. La cuestión es cómo debemos estar. Estar ya no debería de ser discutible a estas alturas. Entonces, ¿Para qué debo estar como marca en las redes sociales? Estar en redes sociales hoy permite a cualquier marca conectar, publicitar, informar, interactuar, entretener, participar, gestionar, monitorizar, comunicar, fidelizar, vender, recomendar, opinar o compartir esta marca entre una amplia comunidad de usuarios que compartan intereses en común Las redes sociales se han convertido en una de las acciones de marketing más rentables, versátiles y eficaces del nuevo marketing. Y para gestionarlo de una manera eficaz es necesario abordarlo desde una adecuada planificación. La planificación de las redes sociales Esta planificación debe decidir en primer lugar, dónde estar, cómo estar y para que estar. En segundo lugar, establecer una estrategia adecuada para cada red social. Lo tercero será elaborar el plan de social media en el que definiremos y pondremos en marcha unas acciones y, por último, escucharemos, escucharemos y escucharemos que se dice sobre nosotros y nuestros competidores en internet, para valorar la opinión positiva, negativa o neutra de nuestra marca, productos o servicios. Hoy una mala reputación puede generar una verdadera crisis de comunicación a cualquier empresa que no sea capaz de gestionar su reputación y lo que se dice de ella de una manera eficaz y estructurada.
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