1 Universidad Nacional Daniel Alcides Carrión Facultad de Ciencias de la Educación Escuela de Formación Profesional de Educación Secundaria Especialidad: Computación e Informática Educativa T E S I S “EL LIBRO ELECTRÓNICO “SHUMAG MARKA” COMO HERRAMIENTA PARA REVALORAR LA IDENTIDAD CULTURAL EN LOS ESTUDIANTES DEL NIVEL SECUNDARIO DE LA I.E. “JOSE CARLOS MARIATEGUI” LA CHIRA DE MICHIVILCA PROVINCIA DANIEL A. CARRIÓN” Tesis para Optar el Título Profesional de LICENCIADO EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN Especialidad: Computación e Informática Educativa PRESENTADO POR: Bach. Rosa Luz HURTADO ALVARADO Asesor: Ing. Abel ROBLES CARBAJAL Yanahuanca - 2014
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Universidad Nacional Daniel Alcides Carrión
Facultad de Ciencias de la Educación
Escuela de Formación Profesional de Educación Secundaria
Especialidad: Computación e Informática Educativa
T E S I S
“EL LIBRO ELECTRÓNICO “SHUMAG MARKA” COMO HERRAMIENTA PARA REVALORAR LA IDENTIDAD CULTURAL EN
LOS ESTUDIANTES DEL NIVEL SECUNDARIO DE LA I.E. “JOSE CARLOS MARIATEGUI” LA CHIRA DE MICHIVILCA PROVINCIA
DANIEL A. CARRIÓN”
Tesis para Optar el Título Profesional de
LICENCIADO EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
Especialidad: Computación e Informática Educativa
PRESENTADO POR:
Bach. Rosa Luz HURTADO ALVARADO
Asesor: Ing. Abel ROBLES CARBAJAL
Yanahuanca - 2014
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DEDICATORIA
El presente trabajo de investigación lo dedico con
El medio físico o natural; es el principal condicionante en la
distribución de los centros poblados y el principal soporte de las actividades
del hombre la agricultura. Este sector corresponde a la quebrada de
chaupihuaranga donde se inicia la vertiente atlántica que influye a las
cuencas hidrográficas del río chaupihuaranga.
El área presenta fuertes contrastes topográficos y climáticos que
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incluyen una superficie (sobre los 2927 msnm, y valles abruptos
encañonados de fuerte dinámica fluvial.)
Litológicamente en el área predomina la vegetación – purma natural
el cual predomina los suelos fértiles, los depósitos cuaternarios que
sobreyacen a las instrucciones son de origen fluvio glaciar, coluviales,
aluviales y de deslizamientos, los suelos residuales tapizan las laderas de
los valles, donde se desarrolla una actividad agrícola moderada.
e. Recursos Económicos Ambientales y Potenciales
Estos son recursos fundamentales en un ámbito político
administrativo, y su análisis contribuye a definir el saneamiento de sus
límites. Por ello, en esta parte del estudio identificamos la oferta ambiental
de la Municipalidad de Centro Poblado de Michivilca, la que se basa
fundamentalmente en las diferentes aptitudes productivas que presentan las
unidades asociadas de la tierra, los recursos turísticos naturales, culturales
y áreas naturales protegidas.
f. Recursos Turísticos
La Municipalidad de Centro Poblado de Michivilca, goza de
importantes atractivos turísticos paisajísticos como: complejo
arqueológico de muchca, complejo arqueológico de chawin, antiguo
torre colonial de Michivilca y Molino Español. Que son visitadas por la
población y demás Turistas.
g. PEA de la comunidad campesina.
Las actividades productivas están ligadas a la especialización de la
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población económicamente activa, que guarda estrecha relación con el tipo
de tierras que caracteriza el ámbito.
Al respecto podemos precisar que todo el ámbito de la
municipalidad tiene un tipo de clasificación común predominante: Tierras de
Protección, asociadas a la producción Agrícola, lo que ha permitido que
durante décadas esta municipalidad sea la primera en producir maíz y
hortalizas para nuestra capital.
La actividad agrícola, en cuanto a su evolución y contribución
destaca la presencia de tres cultivos que le dan un peso relativo al valor
bruto de la producción y a la superficie sembrada; es determinante en la
evolución sectorial, los cultivos de maíz, papa y Hortalizas que están
tomando preponderancia y finalidad de exportación.
2.2.2. Integración de las TIC en el ámbito educativo y formativo
La evolución de los ordenadores ha permitido disponer de
herramientas cada vez más potentes y versátiles. La evolución de
determinados aspectos relacionados con el ordenador como: menor coste,
mayor potencia, proceso de información multimedia, acceso a Internet y los
servicios telemáticos, y entornos más amigables y sencillos; hacen de los
ordenadores instrumentos con grandes posibilidades en múltiples ámbitos o
sectores sociales. La educación es uno de ellos, y podríamos decir que uno
de los más importantes, puesto que ambos (educación y ordenador) utilizan
la información como materia prima sobre la que desarrollan la actividad.
Sin embargo, como analizaremos a continuación, la integración de
las TIC no ha sido sencilla, las características del modelo educativo
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tradicional peruano, su inercia al cambio, la gran velocidad con que se
producen los avances tecnológicos, no dando tiempo a realizar reflexiones
sobre las posibilidades y consecuencias de esta integración, etc., ralentizan
esta integración.
Al hablar de tecnologías, y su impacto en la sociedad, generalmente
nos referimos a aquellas tecnologías que, por su novedad, su integración
supone cambios más o menos drásticos sobre la sociedad, de modo que no
han sido aún plenamente integradas en la vida cotidiana de los ciudadanos
o no se conocen las repercusiones que su integración supone. La
integración de estas tecnologías en ámbitos concretos y cerrados produce,
en muchos casos, un rechazo basado en las incertidumbres que plantea y
en la alteración que supone a las estructuras organizativas y de poder.
En este sentido, la integración del ordenador en el sistema
educativo, supone en muchos casos un cambio en los modos de impartir la
docencia, los valores y los roles que durante siglos han prevalecido, por lo
que es difícil de lograr.
La influencia de las TIC es tan importante en la sociedad y la
educación que puede dar lugar a "… nuevos sistemas de enseñanza que,
entre el presencial y la distancia, suponen profundos cambios en la
estructura y organización de dichos sistemas" (Salinas, 1995, p. 91).
Las vías utilizadas para su integración van desde el “paso a paso”
hasta el “cambio global”, pero independientemente del proceso seguido, que
dependerá en muchos casos de las políticas educativas que se lleven a
cabo, es necesario que todos los agentes implicados en el proceso
educativo, y en especial los docentes, reflexionen sobre las nuevas
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necesidades reales de los alumnos, las consecuencias de la integración
tanto en el ámbito social como educativo y las ventajas y riesgos de la
misma.
2.2.3. Modelos de Integración del Ordenador en el Aprendizaje.
La introducción de los ordenadores en la sociedad ha ido
cambiando a lo largo de 1984 a 2000. En una primera etapa, los
ordenadores se utilizaban principalmente en las instituciones, universidades
y empresas; mientras que en una segunda etapa la introducción de estas
herramientas tecnológicas se centra en el ámbito escolar y familiar. Ahora
bien, en ese lapso, también han habido diversos modelos de integración de
los ordenadores en el sistema educativo. Seymour Papert utiliza una
parábola para señalar las controversias relacionadas con el proceso y las
contradicciones derivadas del mismo.
Imaginémonos que se acaba de inventar la escritura en Foobar, país que se las ha arreglado para desarrollar una cultura muy avanzada en los campos de la filosofía y las ciencias usando medios de expresión exclusivamente verbales. A los educadores imaginativos se les ocurre que la nueva tecnología del lápiz, el papel y la escritura podría ser beneficiosa para las escuelas del país. Se formulan muchas sugerencias. La más radical es dar a todos los maestros y niños lápices, papel y libros y suspender las clases regulares durante seis meses para que todos aprendan el nuevo arte de la lectura y la escritura. Los planes más cautos proponen comenzar de a poco y ver cómo funciona el ‘aprendizaje con lápices’ en pequeña escala antes de hacer nada drástico. Al final, en el estilo que caracteriza a los políticos de Foobar, se anuncia un plan cauto con fanfarria radical: en el plazo de cuatro años se pondrá un lápiz y un anotador en cada aula del país, a fin de que todos los niños, ricos y pobres, tengan acceso a la nueva tecnología del conocimiento. Entretanto, los psicólogos de la educación están a la espera para determinar el efecto de los lápices en el aprendizaje.1
Este es, generalmente, el proceso que se ha seguido para la
1 Seymour Papert, Las TIC, Barcelona, Foreman, 1998, p. 99-100.
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integración de los ordenadores en las aulas, por lo que, el análisis de los
efectos que ha producido, en muchos casos, no indica los efectos que se
producirían con la plena integración del ordenador, como un recurso más
utilizado por los alumnos en su proceso de aprendizaje. Posiblemente, en
este segundo caso, se comprobarían cambios notables sobre la forma de
aprender y el desarrollo de las habilidades cognoscitivas.
En una investigación realizada por el Instituto de Calidad y
Evaluación, en la Universidad Nacional Peruana Cayetano Heredia, para
conocer la opinión que los profesores tienen sobre el sistema educativo y
sobre su propia tarea docente, se realizaron encuestas, entrevistas y
autoevaluaciones a profesores de enseñanza secundaria. En este estudio
se comprueba que los profesores utilizan preferentemente los recursos
tradicionales, especialmente los libros de texto, quedando relegados en la
tarea docente los recursos más avanzados; asimismo, se observa que el
recurso más valorado por los profesores son los "materiales de elaboración
propia", no especificándose con que medios o recursos son elaborados.
Para muchos docentes, es un gran reto la implantación de las
nuevas tecnologías informáticas en el mundo educativo. Pero el papel del
aprendizaje es básicamente lograr el desarrollo integral de la persona
preparándola para el mundo que le corresponde vivir. Según esto, la
introducción de la tecnología informática en la educación tendría por objetivo
preparar a los alumnos en su adaptación al mundo tecnológico en el que
están inmersos. Por ello, la alfabetización informática debería ser uno de los
objetivos de la enseñanza básica; pero, el concepto que usualmente tiende
a manejarse de alfabetización informática es que el alumno domine algún
lenguaje de programación, lo cual es un error, ya que la alfabetización
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informática debe de perseguir objetivos más amplios, y útiles. Como indica
Cabero Almenera (1994), deberá tender a la “formación en una cultura
general de las diversas actividades que pueden realizarse por medio del
ordenador, formación en usos específicos de la informática, formación en su
utilización como herramienta para la resolución de problemas,
procesamiento y análisis de datos, hoja electrónica, formación en la cultura
de la informática, limitaciones de los ordenadores, capacidad para manejar
distintos programas, etc.”.
A pesar del esfuerzo realizado para destinar amplios recursos a la
informatización de los centros educativos, no se ha realizado previamente
una explicitación clara de cuáles son los objetivos pedagógicos que se
desean conseguir utilizando esta tecnología. Estos objetivos van a ser muy
diferentes para los partidarios de que el proceso de integración se realice
lentamente, por pasos, evitando desconfianzas y motivando al profesorado,
y los que abogan por un proceso de integración que suponga un análisis y
reorganización del propio sistema (organización, contenidos, evaluaciones,
horarios, etc.) para adaptarse a los nuevos planteamientos y recursos
metodológicos.
La Asociación Internacional para la Evaluación de los Éxitos en la
Educación (IEA-España) realizó, de 1994 a 2002, un estudio sobre los
ordenadores en la Educación en la que participaron 22 países (Pelgrum,
2003). El objetivo de esta encuesta era conocer cuál es el conocimiento y
actitud ante la tecnología informática y el uso que de ella hacen los
profesores y alumnos en los distintos países. La investigación se llevó a
cabo en dos etapas: en la primera etapa (1994-2000), se encuestó a
directores, coordinadores informáticos y profesores; mientras que en la
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segunda etapa (2000-2002), la encuesta se dirigió a los estudiantes.
Los resultados obtenidos muestran que no se identifican objetivos
explícitos sobre la inclusión del ordenador en el aula. Los objetivos implícitos
más destacados en este sentido han sido: proporcionar experiencia de
futuro, interés por parte del profesorado, actualizar la hoja de vida
(currículum), aprendizaje individualizado y mejora de los resultados en el
proceso de aprendizaje, etc.
La mayor parte de los países participantes en el estudio utilizan el
ordenador con propósitos instructivos, principalmente en las escuelas de
secundaria. A nivel general, se encuentra una diferencia clara entre el
software más utilizado en las escuelas primarias (juegos educativos y
programas de ejercitación) mientras que en las escuelas secundarias
(aplicaciones estándares de propósito general y lenguajes de
programación).
El uso del ordenador dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje
correlacionaba positivamente con el interés de la escuela (directivos y
profesores) por los ordenadores. En tanto, que la cantidad y el tipo de
información recibida por el profesor sobre ordenadores están relacionados
con el grado de integración de los ordenadores en el proceso de enseñanza.
En conclusión, podemos afirmar que en los países
latinoamericanos, actualmente el problema de la integración de las TIC en
la educación, no se establece tanto en relación al equipamiento físico de los
ordenadores, como a la utilización que de los mismos se haga en el proceso
educativo y la influencia que los mismos tendrán sobre la estructura
organizativa de los centros. A pesar de que los recursos TIC han sido
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rápidamente asumidos por la administración y gestión de los centros, esta
influencia ha sido muy limitada en los centros de educación formal, debido
principalmente (Cabero Almenara, 1998) a la oposición de las características
que presentan las TIC a las características de los centros educativos
tradicionales.
2.2.4. Aspectos que Favorecen el Proceso de Integración.
Como puede observarse, este proceso de integración no es fácil,
en muchos casos, los propios sistemas educativos son reacios a que se
planteen cambios en el mismo; y además, los profesionales de los mismos
plantean en muchas ocasiones su falta de formación para poder realizar el
proceso y su inseguridad ante el mismo. Por ello, es necesario que se
establezcan políticas encaminadas a informar sobre las posibilidades
educativas del uso de las TIC y a favorecer que todos los estamentos del
sistema educativo participen en el proceso como agentes de cambio,
garantizándoles apoyo y preparación.
Los países desarrollados promueven proyectos de Investigación y
Desarrollo para que los centros escolares dispongan de ordenadores. En
España, por ejemplo, el proyecto gubernamental Atenea (1985 a 1989)
destinó 6.500 millones para dotar a los centros educativos de ordenadores,
con el fin de introducir, en el mundo de la educación, la utilización de los
elementos informáticos como herramientas de trabajo. Actualmente, en el
Perú, con los programas Huascarán y Educared se está realizando un
esfuerzo por conectar a la red todos los centros escolares de enseñanza
infantil, primaria y secundaria.
En la comunicación presentada por la Unión Europea "Estrategias
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para la creación de empleo en la sociedad de la información", se plantean
los objetivos de la sociedad de la información, realizando así mismo, un
calendario de recomendaciones a los estados miembros para que dichos
objetivos puedan alcanzarse. (Comisión Europea, 2000a). En relación al
"Aprendizaje en la sociedad de la información", se plantea la necesidad de
que el sistema educativo actual proporcione un primer acceso a los equipos
y programas informáticos, de modo que, los estudiantes aprendan a utilizar
la tecnología. Pero, además, se realiza especial hincapié, en que esta fase
de aprendizaje "básico" de la tecnología, debe continuarse con la fase
"utilizar para aprender", esto es, el estudiante estará preparado para utilizar
la tecnología como una herramienta que le permite hallar información y
comunicarse, integrando está metodología de trabajo en el proceso de
innovación del propio sistema educativo.
Figura 1.1. Estrategias para la integración de las TIC en el Sistema Educativo y finalidad de la misma
Para conseguir el mejor aprendizaje para la sociedad de la
información, se plantea la necesidad de establecer políticas encaminadas a
mejorar el acceso a las herramientas de la sociedad de la información. A
nivel de equipamiento físico, el objetivo es que todas las escuelas y centros
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educativos estén conectadas a Internet y que se aumente la capacidad
multimedia de los ordenadores personales de las escuelas. Atendiendo a la
situación actual, se comprueba la necesidad de realizar un esfuerzo
comunitario en esta dirección. Asimismo, se plantea atender las
infraestructuras necesarias para la viabilidad en la utilización de esta
herramienta. Por ejemplo, disponibilidad de dirección de correo electrónico,
posibilidad de establecer redes de acceso local, adecuación del cableado
para conseguir velocidades adecuadas de transmisión de información, etc.
Otra política estaría referida a proporcionar cualificación y apoyo a
los profesores. Entre las causas principales que impiden un uso eficaz, de
las herramientas de la sociedad de la información, se encuentran: el escaso
nivel de equipamiento tecnológico y la carencia de profesores con
conocimientos sobre el uso de los recursos tecnológicos propios de la
sociedad de la información. Es necesario por tanto, salvar la falta de
confianza de los profesores en su propia capacidad para usar e incorporar
al proceso de enseñanza las herramientas tecnológicas.
Una tercera y última política creemos debe fomentar el
desarrollo y utilización de los programas multimedia. El uso de los
programas multimedia puede favorecer el aprendizaje en el aula, pero en
países como el Perú puede ser poco desarrollados y utilizados, debido
principalmente a que las diferencias lingüísticas y la heterogeneidad de los
programas educativos, reducen la demanda de estos productos y su
viabilidad económica. Por ello, sería conveniente apoyar, desde diferentes
políticas, que asociaciones público-privadas en las que colaboren
profesores y pedagogos, desarrollen paquetes educativos multimedia. Todo
proyecto, en el que se observa el interés y apoyo institucional a la integración
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de las TIC en el ámbito educativo, tiene gran importancia e interés para la
consecución de las políticas arriba mencionadas, sin embargo, como indica
M. Grané (1997) “la importancia del apoyo institucional a los centros
escolares debe centrarse cada vez más en el apoyo a maestros y alumnos.
Más allá de la dotación de recursos, existen, por un lado, necesidades de
formación del profesorado que deben ser resueltas, y, por otro, cuestiones
relativas al diseño y la producción de materiales válidos para los procesos
de enseñanza y aprendizaje”. Y es que la cuestión clave del uso de los
medios informáticos y audiovisuales en educación recae directamente sobre
los usos concretos y no sobre los medios en sí mismos.
2.2.5. Centros e Instituciones como Facilitadores del Proceso.
Como se demuestra en algunos estudios realizados, el uso del
ordenador dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje está relacionado
con el interés de la escuela (directivos y profesores) por la tecnología. Los
centros pueden facilitar el proceso de integración desde diferentes acciones:
a) fomentando el trabajo coordinado de profesores para el análisis de los
diferentes recursos tecnológicos a aplicar en el aula; b) favoreciendo la
disponibilidad de tiempo para que los profesores puedan integrar en su
docencia la tecnología aplicándola a los procesos de
enseñanza/aprendizaje; y c) creando comisiones de tecnología, formadas
por varios profesores motivados en relación con la utilización de la misma
en la enseñanza. Estas comisiones tendrían como objeto facilitar a los
profesores y administradores del centro el proceso de integración, ayudando
en los problemas que se vayan encontrando en el camino.
Dado que el proceso de integración puede resultar dificultoso y
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arduo, es necesario que los docentes cuenten en todo momento, con el
apoyo del equipo directivo de su centro, con el fin de facilitar en lo posible el
trabajo a realizar.
Como indica Claudio de Moura Castro (1998, p. 91), “las barreras
para la introducción en gran escala de computadoras no son técnicas, sino
sociológicas o institucionales”. A las que, desde luego, habría que añadir las
barreras de índole personal de los diferentes agentes implicados. Pero, sin
lugar a duda, es el profesor, y la motivación que él mismo tenga en el
proceso de integración de la tecnología, el eje central del proceso. Como se
demuestra en algunos estudios, no basta con dotar a los centros de los
recursos tecnológicos, es el profesor el que, atendiendo a su formación e
intereses, se convierte en el protagonista principal, siendo el verdadero
promotor del cambio. Lo que, sin duda, no es una especificidad de estos
programas de innovación-intervención, apareciendo como una constante
bien consolidada a través de cualquier programa de este tipo.
En algunas ocasiones, los profesores se sienten incómodos y
perdidos con relación al uso de los recursos tecnológicos. Gran parte de los
mismos, realizaron sus estudios y preparación sin disponer de estos
recursos, y muchos de ellos no han recibido orientación alguna sobre como
integrarlos en sus clases, pero son conscientes de que se les pide el
esfuerzo de integración, sin tener una idea clara de las consecuencias y
utilidad de la misma.
¿Pero, es necesario el uso de la tecnología y de Internet en las
clases?, ¿cómo se puede pedir que se pase de la tiza y la pizarra al uso del
ordenador? La mayoría de estas preguntas, permiten una respuesta más
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adecuada cuando se dispone de formación en las herramientas
tecnológicas, lo que posibilita analizar las consecuencias de sus posibles
usos, sus potencialidades y los problemas que se pueden plantear. Pero,
estamos inmersos en un momento de grandes y rápidos cambios
tecnológicos, que producen incertidumbre y ansiedad, no sólo en el ámbito
educativo sino en todos los ámbitos sociales. Por todo ello, es importante
ayudar a los profesores a comprender la influencia que la informática y las
comunicaciones ejercen en la sociedad en la que los estudiantes se
desarrollan, alentando al uso del ordenador desde el conocimiento,
suprimiendo el misterio que envuelve a la tecnología informática.
Las distintas evaluaciones realizadas sobre la integración de la
informática en las escuelas ponen de relieve que la principal dificultad es la
falta de preparación de los profesores, relacionándose el éxito de esta
integración con las iniciativas realizadas para la capacitación y preparación
del profesorado. Tanto es así, que al menos el 30% del presupuesto, de un
proyecto de integración de ordenadores, debe dedicarse a la capacitación
de los profesores.
Según Collins (1998), “los docentes tienen ciertas reservas en
cuanto a la posibilidad de perder el control del proceso educativo, al dejar
más autonomía y libertad al alumno en su propio aprendizaje”. Como indica
este mismo autor, muchos de estos problemas devienen de que nos
encontramos en un proceso de transición en el uso de los medios
informáticos en la educación, por lo que irán solucionándose por sí solos con
el paso del tiempo, de modo que “el uso de ordenadores en la sociedad,
como herramienta, es lo que desencadenará su introducción y su
mantenimiento en las escuelas... ya que la naturaleza de la educación debe
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adaptarse necesariamente a la naturaleza del trabajo en la sociedad" (1998:
50-51).
Al integrar las TIC en la enseñanza se produce un cambio en el rol
del profesor, pasando de ser el experto y transmisor de conocimientos a
tutor, mediador y facilitador del aprendizaje. En este nuevo rol tiene gran
importancia el uso de entornos favorecedores del aprendizaje y la capacidad
del profesor/a para diseñar y realizar nuevos materiales adaptados a las
características personales de sus estudiantes, a partir de las posibilidades
que le brinde la tecnología.
Empero, ¿Qué hay del rol del alumno? En estos momentos, los
alumnos de los diferentes niveles educativos, son el grupo dentro del
proceso de enseñanza/aprendizaje más adaptado al cambio del modelo. En
muchas ocasiones se ha comprobado la facilidad que tienen los alumnos
para trabajar con los ordenadores, el aumento en la motivación que les
produce el trabajo con los mismos. La alfabetización informática de muchos
alumnos se está realizando fuera de la escuela, en sus propios hogares y
entorno, perdiendo con ello el sistema educativo una oportunidad para
adecuarse a las necesidades de la sociedad y a los intereses y motivaciones
de los estudiantes. En algunos casos, los mismos profesores indican que
sus alumnos conocen mejor los recursos informáticos que ellos mismos.
Pero las TIC también exigen una mayor responsabilidad de los
alumnos en su propio aprendizaje, puesto que deberán analizar sus propios
procesos de aprendizaje, tomando las decisiones necesarias para avanzar
en el mismo. Estos nuevos requerimientos que se exigirán a los alumnos
pueden ser graduadas en función de la edad y características de los
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discentes, siendo el profesor el que deberá seleccionar aquellas
aplicaciones y recursos que mejor se adapten a su grupo de alumnos y, más
concretamente a cada alumno en particular. Como se puede comprobar, uno
de los motores que impulsa el cambio en el proceso educativo en la sociedad
de la información es el propio alumno, sus necesidades, características e
intereses. En palabras de Seymour Papert (1998, p. 90), “el movimiento
actual hacia el cambio tiene un ejército de agentes. La presión decisiva hacia
el cambio será el poder de los niños”.
En definitiva, este es un análisis centrado en la figura del profesor
que destaca aquellos aspectos y necesidades que se plantean en la
perspectiva del impacto de las TIC en la Educación y en su actividad
ordinaria. Todo ello no debe entenderse como algo aislado de las
perspectivas sociales y organizacionales que, como hemos visto, amplían
estas cuestiones al conjunto de la sociedad y al sistema educativo y de
formación. Si apreciamos únicamente la perspectiva del profesor podemos
caer, una vez más, en la visión de que el profesor es el único actor
responsable de todo lo bueno y lo malo principalmente esto último que
sucede en el mundo educativo. Desde esta óptica sus deberes son tan
amplios y numerosos que supondrían de hecho una inmovilización y
resistencia aún mayor de lo que actualmente se percibe.
Por otro lado, los desafíos planteados desde el impacto de las TIC
no deben entenderse separados de otros desafíos que hoy en día están
pesando sobre el sistema educativo y sobre los profesores. Si el enfoque
que se asume respecto a las TIC presenta las mismas carencias en cuanto
a implantación y desarrollo que estos otros programas, las dudas respecto
al futuro están plenamente justificadas.
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2.2.6. Repercusiones de las TIC en el Modelo Educativo.
La evolución constante de las nuevas tecnologías produce un
impacto en el concepto de educación, replanteándose los objetivos de la
misma y, en consecuencia, el proceso propio de aprendizaje. Al mismo
tiempo, se produce la necesidad de la formación continuada, de los
profesionales, para estar al día en los avances tecnológicos y científicos
relacionados con su actividad profesional. La enseñanza tradicional tenía
por objetivo fundamental la adquisición de conocimientos, basándose para
ello en los procesos de memorización, impartiéndose la enseñanza de forma
colectiva en el que el profesor actuaba como el emisor de conocimientos y
el estudiante el receptor de los mismos. Este tipo de enseñanza sigue un
modelo conductista para la adquisición de conocimientos.
En contraposición, en la sociedad actual, denominada por muchos
autores como la "sociedad de la información", el objetivo fundamental de la
educación es posibilitar que el estudiante sea capaz de construir sus propios
conocimientos a partir de sus conocimientos previos, de las experiencias y
de las informaciones a las que puede acceder. Es necesario distinguir, por
tanto, entre información y conocimiento, que sería la información
interiorizada por la persona que aprende. Por ello, la mera disponibilidad de
informaciones no garantiza la adquisición de conocimientos, es necesario
que el alumno, apoyado y guiado por el profesor, sea capaz de “aprender a
aprender”, esto es acceder a la información, comprenderla, resaltar las ideas
fundamentales, estructurarla, y tener una visión crítica sobre la misma. La
enseñanza será individualizada, de tal modo que, teniendo en cuenta las
diferencias entre los estudiantes, puedan cada uno de ellos seguir su propio
proceso de aprendizaje. El profesor actuará tutorizando el aprendizaje de
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los alumnos y favoreciendo la puesta en común de los conocimientos,
reflexionando y planteando visiones críticas sobre el mismo. Los
estudiantes, por su parte, se convierten en los auténticos protagonistas de
su aprendizaje. Por lo que, resulta muy importante la creación de entornos
facilitadores del aprendizaje, como el aprendizaje cognitivo basado en el
aprendizaje de oficios propuesto por Collins.2 En este nuevo contexto, el
uso de ordenadores facilita el proceso de aprendizaje, favoreciendo la
adquisición de conocimiento de forma individualizada, pero permitiendo la
comunicación y colaboración entre las personas.
Sin embargo, es de destacar como indican C. Vizcarro y J. A. León
(1998b: p. 24) “que para cumplir esta función de ayuda al aprendizaje y a la
docencia de un modo óptimo, es necesario que estos materiales hayan sido
generados teniendo en cuenta ciertos principios bien asentados del
aprendizaje, lo que en gran medida determinará o impondrá, al menos,
ciertos límites a la función que se pretende desempeñen en el proceso global
de aprendizaje”.
Por ello, es imprescindible que los docentes realicen una
implementación reflexiva de los recursos que ofrecen las TIC. Como indican
D. Insa y R. Morata (1998, p.26), “y es que la inclusión de estos nuevos
medios será efectiva siempre que su integración se haga en el seno de un
2 Gardner (1991), propuso “el aprendizaje de oficios” como una teoría de diseño
instruccional (que tiene influencias claras de la teoría constructivista), enfatizando el carácter social del aprendizaje. Collins (1998) revisa el modelo aportando una visión cognitivista e interna del proceso. Para ello,
se basa en la realización de un aprendizaje significativo, en el que al estudiante se le brinda un modelo, para la realización de sus actividades, este modelo es progresivamente eliminado para que el estudiante realice, de
forma autónoma, su propio aprendizaje. Dado su carácter aplicado y flexible, este modelo instructivo puede ser utilizado en múltiples aprendizajes. Ello implica, que cuando los procesos cognitivos que se llevan a cabo son
procesos internos, deba utilizarse la explicación y reflexión del experto sobre los procesos que se están llevando a cabo. Para Collins, los entornos de aprendizaje se definirían según cuatro dimensiones: a)
contenido, b) método, c) secuenciación, y d) sociología. En la misma línea, véase también Collins y Stevens, Inquiry Teaching Theory (ITT), 1983.
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programa educativo bien fundamentado. Serán eficaces cuando,
gestionados por el profesor, estén integrados en el currículo,
incorporándolos a las funciones, procesos y estrategias de profesores y
alumnos dentro del proceso educativo”. De otro modo, se pueden convertir
en una carga más para el profesor, complicando aún más el proceso de
aprendizaje de sus alumnos.
2.2.7. Ventajas y Desventajas del uso de las TIC en Educación.
Como opinan diversos autores, el uso de las aplicaciones TIC
presenta ventajas en su comparación con los recursos utilizados en la
enseñanza tradicional. La mayoría de estas ventajas están relacionadas
directamente con las propias características de las TIC. A modo de
conclusiones, exponemos brevemente aquellas ventajas que nos parecen
más interesantes.
Una de ellas, por ejemplo es la flexibilidad instruccional.
Mediante las aplicaciones TIC los distintos usuarios de los programas
informáticos y telemáticos pueden llevar un ritmo de aprendizaje distinto,
basado en su propio ritmo personal, avanzando cada uno según sus
posibilidades y necesidades. Además, es el alumno el que decide el camino
a seguir en el proceso; avanzándose con ello, hacia una enseñanza más
personalizada y hacia procesos de aprendizaje más constructivos.
La complementariedad de códigos hace referencia a que las
aplicaciones multimedia, que utilizan diversos códigos de comunicación,
permiten que estudiantes con distintas capacidades y habilidades cognitivas
puedan extraer un mejor provecho de los aprendizajes realizados.
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Sobre el aumento de la motivación, diversos estudios exponen
que los estudiantes se muestran más motivados cuando utilizan las TIC, este
efecto que aún se produce, puede ser efecto de la novedad, aunque
personalmente opinamos que el aumento de la motivación está muy
relacionada, tanto con el mayor atractivo de las presentaciones multimedia
sobre las tradicionales, como por la mayor implicación del alumno en su
proceso de aprendizaje.
Una ventaja final por eso no la última versa sobre las
actividades colaborativas y cooperativas. El uso adecuado de las TIC, en
trabajos de grupo, puede potenciar las actividades colaborativas y
cooperativas entre alumnos y también la colaboración con otros por medio
de la red. Además, como muestran algunos análisis y estudios sobre los
modos de interacción entre los estudiantes cuando trabajan con el
ordenador, se ha observado un nivel mucho mayor de ‘ruido’, producido
generalmente por una mayor interacción verbal y participación en los
trabajos, apoyándose unos a otros en la realización de los mismos.
Ahora bien, sin lugar a dudas, el uso de las TIC con fines educativos
deberá atender a posibles riesgos que pueden influir negativamente en la
adquisición de conocimientos. Entre ellos deberíamos destacar:
a. La Pseudoinformación. El poder acceder a gran cantidad de
información, no significa estar mejor informado o formado, es necesario,
por tanto, dotar al estudiante de herramientas que le permitan
seleccionar la información relevante de la que no lo es, así como,
distinguir la información con fines tendenciosos o manipuladores.
b. La saturación de la información. Internet nos ofrece la posibilidad de
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obtener mucha información en un corto espacio de tiempo, por ello, es
posible que el estudiante no disponga del tiempo para poder reflexionar
e interiorizar la información relevante, produciéndose en algunos casos
sobrecarga de información dando lugar al efecto de saturación
cognitiva, que impediría el aprendizaje; y
c. La dependencia tecnológica. Otro de los riesgos de la aplicación de
las TIC, como indica J. M. Sancho (1995b) es el hecho de que “con el
uso de los sistemas informáticos en la educación se le de un mayor valor
al ‘saber como’ sobre el ‘saber que o sobre que’, con el consiguiente
problema de la construcción de significados, del aprendizaje autónomo,
de la dotación de sentido, la comprensión y el aprender a aprender”.
Sólo un uso adecuado de los medios tecnológicos al servicio de la
educación y la construcción de conocimientos evitará esta dependencia
tecnológica.
En conclusión, deberíamos indicar que los medios y recursos
utilizados deben estar subordinados al proceso educativo, no a la inversa.
2.2.8. Fisiología de las Relaciones Sociales.
Comúnmente se entiende por sociedad un conjunto de personas
que vive como una entidad organizada, que tiene conciencia de grupo, que
se rige por determinadas normas de vida, que tiene una lengua, los mismos
problemas y cuyos miembros cooperan para la realización de varios de sus
intereses, entre los que figuran de modo invariable su mantenimiento y
preservación. Con una u otras variantes, este concepto de sociedad está
referido a los seres humanos, pero es evidente que la sociabilidad no es
condición exclusiva de nuestra especie; hay sociedades de animales
45
perfectamente organizadas y jerarquizadas, entre las cuales existen grupos
que forman unidades concretas más o menos cerradas, que se desplazan
sobre un territorio determinado y efectúan una coordinación y división del
trabajo muy efectivas.
La sociabilidad es una verdadera necesidad, análoga a la del
hambre o de la sed. La apetencia social, como la llama Wheeler, depende
de un estado biológico que hace que el animal gregario requiera de la
presencia de otros individuos de su especie para poder vivir. Pero, hay
también muchas especies de animales que no son sociales, el animal
solitario no necesita de la presencia de los demás de su especie, salvo para
la reproducción.
La sociabilidad es una forma de adaptación de las especies al
medio en que viven, influye sobre la fisiología del individuo y surge de dos
órdenes de fenómenos: por una parte, la modificación del medio bajo el
efecto de la superpoblación, el efecto de masa, como dice Paul Chauchard
(1970); por otra parte, una influencia recíproca en los estímulos sensoriales
de los individuos o efecto de grupo. El comportamiento del animal social es
diferente al del animal solitario y permite actividades instintivas innatas
propias de las estructuras nerviosas de los individuos dotados de afinidad
social, las que se manifiestan de modo permanente o sólo en ciertas
condiciones cuando el animal se hace gregario. Se ha demostrado
experimentalmente en algunos animales que la formación de una multitud,
o sea, el agrupamiento en un espacio restringido, es lo que determina la
manifestación del instinto social, al mismo tiempo que una transformación
morfológica. Los efectos de masa o de grupo provocan la afinidad social y
sensibilizan a la influencia de los demás conespecímenes.
46
De esta manera, generalizando el concepto hasta incluir dentro de
él todos los grupos de animales gregarios, podemos decir que una sociedad
es un conjunto permanente de individuos relacionados por una necesidad
común de satisfacer imperativos afines de supervivencia. Dicho de otro
modo, las actividades necesarias para la supervivencia están repartidas
entre los miembros de la sociedad. O, como decía Ralph Linton3: una
sociedad es todo grupo de gentes que han vivido y trabajado juntos durante
el tiempo suficiente para organizarse y considerarse como una unidad social,
con límites bien definidos.
Como se ve, la agrupación de individuos es la base de toda
sociedad. Esto constituye la materia prima de donde la sociedad, como tal,
puede desarrollarse. La persistencia de esta agrupación es, asimismo,
básica para la existencia de la sociedad. Las fuerzas integrantes que
eventualmente transformarán la agrupación en sociedad no tendrán
oportunidad de actuar, a menos que la asociación entre los individuos que
la componen perdure durante un período considerable. Por esto, una
multitud reunida para presenciar un partido de fútbol constituye una
agrupación de individuos, pero no una sociedad. Sus miembros están
estrechamente ligados en el espacio y temporalmente unidos por un interés
común. Tienen en común, además, un corto número de reacciones frente a
determinados estímulos, y reaccionarán ante ciertos acontecimientos más o
menos de la misma manera, por ejemplo, ante un gol. Sin embargo,
cualquier organización o sentido de unidad que pudieran tener es transitorio
y superficial. La multitud se disuelve tan pronto termina el juego. La
3 Para una panorámica satisfactoria sobre “la sociedad”, véase Ralph Linton, The Study
of Man: An Introduction, Nueva York, Prentice-Hall, Inc., 1936. Existe traducción al castellano, revisada, R.
Linton, El estudio del hombre, México, Fondo de Cultura Económica, 1942.
47
persistencia del grupo dura muy poco para permitir su metamorfosis en
sociedad. El mismo grupo, abandonado durante seis meses en una isla
desierta, se transformará en sociedad conforme sus miembros vayan
desarrollando una serie de intereses e ideas comunes, actitudes recíprocas
y métodos para vivir y trabajar juntos.
Cualquiera que haya observado la transformación en sociedades
de agrupaciones de individuos determinadas accidentalmente, testimoniará
que existen dos procesos fundamentales: a) la adaptación y organización de
la conducta de los individuos componentes; y b) el desarrollo de una
conciencia de grupo, un sentimiento de unidad que, por falta de un término
más adecuado, llamaremos “espíritu de grupo” o esprit de corps.
2.2.9. Estructura Lógica del Concepto “Cultura”.
El comportamiento humano es muy diverso y está comprometido
en un sinnúmero de actitudes y actividades que constituyen las formas de
vida social. Con el propósito de racionalizar todas estas formas de
comportamiento bajo una noción general que las comprenda y que, a la vez,
las separe de los aspectos biológicos de la naturaleza humana, es que se
ha establecido el concepto de cultura. No obstante, el término "cultura" ha
adquirido una especial difusión en nuestros días, hasta el punto de
convertirse en un término equívoco. Así, nos encontramos con expresiones
como: "cultura del pelotazo", "cultura televisiva", "cultura del consejo de
ministros", "cultura de empresa", "cultura obrera", "cultura de clase", "cultura
política", "cultura de los inmigrantes", etc.
Ya a un nivel más elaborado, "académico", en el contexto de los
análisis propios de las ciencias sociales, y donde el sentido genitivo parece
48
estructurarse en torno a un concepto relativamente más preciso de "cultura",
la entendemos como la relación cognitiva que incluye procesos simbólicos,
en tanto modos de resguardarse de las agresiones de un mundo entorno no
originario del individuo. Ahora bien, tanto a nivel "mundano", como a nivel
"académico" creemos que estas expresiones comportan una cierta
confusión, máxime cuando se interrelaciona con otro concepto, el de
"identidad", del que luego trataremos.
"Cultura" es una expresión que se consolida en el siglo XVIII,
habiendo sido prácticamente desconocida en épocas anteriores. La
modulación latina y medieval de este concepto se dio mediante el término
"agricultura", del latín agros cultivare, "cultivar, trabajar, labrar... los
campos". Con el tiempo se consolidó el concepto de "cultura" en el sentido
de "cultura animi" (cultura subjetiva), donde "cultura" implica, derivadamente
de "agricultura", un sentido de "cultivo del alma". La Enciclopedia Ilustrada
no conoció el término "cultura", empero, se suplían las funciones de éste
mediante el término "civilización". La contraposición entre el concepto de
“civilización” (de “cultura como civilización”) y el concepto de “cultura” está
presente en la oposición entre Teorías universalistas y Teorías
particularistas de la Cultura, oposición decisiva en la constitución de la
Antropología en el siglo XIX. Así por ejemplo, Tylor mantenía la idea de una
“cultura original de la humanidad”, frente a la idea de Franz Boas (1930),
precursor del “Relativismo Cultural”, más partícipe del particularismo
cultural. No entramos aquí en el desarrollo histórico del concepto de
“cultura”, en las concepciones de la cultura que se han mantenido en el
desarrollo de la Teoría Antropológica. Señalemos sólo que este desarrollo
ha dado pie a conceptos fundamentales para las ciencias sociales de hoy:
49
área y rasgo cultural (Alfred Kroeber y Wissler), modelo cultural (Radcliffe-
Brown), personalidad de base (Lincon y Kardier), aculturación (Herskovits),
tipos culturales (Ruth Benedict), etc. Incluso autores como Bourdieu darán
pie a conceptos asociados al término “cultura”, como es el caso del término
“habitus” (“... sistema de disposiciones duraderas y transmisibles,
estructuras estructuradas predispuestas a funcionar como estructuras
estructurantes, es decir, en tanto principios generadores y organizadores de
prácticas y representaciones que pueden ser objetivamente adaptadas a su
objetivo sin suponer una meta consciente de fines y el dominio expreso de
las operaciones necesarias para alcanzarlos”)4 que, haciendo referencia al
concepto de cultura en tanto fenómeno simbólico (como cognición,
valoración...) merece especial atención desde la perspectiva de la
Sociología del Conocimiento. En cualquier caso, el término “cultura”, y los
términos a los que ha abierto paso, parecen apelar a una realidad múltiple.
Nosotros, trataremos de precisar el concepto de “cultura”, a fin de
poder mantener un concepto no equívoco de “identidad cultural”,
examinando cómo las culturas parecen exigir procesos “identificatorios”, y
con la intención de criticar los postulados sustancialistas que se asocian a
la concepción de las “identidades culturales”. Para ello tomaremos como
primera referencia la definición de Tylor, a sabiendas de lo problemático de
esta elección, pero reconociendo con Leslie A. White (v., Culturología, en la
Enciclopedia Internacional de las Ciencias Sociales), que la definición de
Tylor parece modelar las restantes, quizá por haber sido la primera en el
terreno de las ciencias antropológicas.
4 P. Bourdieu, Le sens practique, París, Editions de Minuit, 1980, p. 88.
50
Para Tylor (1871), cultura o civilización es ese todo complejo que
comprende el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, las
costumbres y las otras capacidades o hábitos adquiridos por el hombre en
tanto miembro de la sociedad. En Clyde Kluckhohn (1949), por ejemplo, se
entiende por cultura “todos los modelos de vida históricamente creados,
explícitos e implícitos, racionales, irracionales y no racionales, que existen
en cualquier tiempo determinado como guías potenciales del
comportamiento de los hombres”. Así, todas las costumbres, información,
oficios, vida doméstica y pública en la paz y en la guerra, religión, ciencia y
arte, según se manifiestan en la transmisión de las experiencias de las
épocas pasadas a las nuevas generaciones, sería “cultura”. Melville
Herskovits (1952) ha caracterizado la cultura como algo que puede ser
aprendido, estructurado, que es divisible en aspectos, algo dinámico y
variable y que emerge de todos los componentes de la existencia humana.
Así, pues, la palabra cultura, para un gran número de antropólogos,
sociólogos, psicólogos y otros científicos sociales, comprende todos los
modos de comportamiento socialmente adquiridos, por lo tanto es la manera
de pensar, de sentir, de actuar y de creer de los grupos humanos, es decir,
la manera total de vivir de las sociedades y de cómo éstas se adaptan al
ambiente y logran transformarlo. No obstante, otro grupo de científicos
sociales, entre ellos la mayoría de los antropólogos británicos, considera que
este concepto de cultura resulta demasiado amplio para designar
provechosamente un campo específico que tenga que ser sistemáticamente
estudiado y correspondería, más bien, a lo que denominan el proceso de
vida social, que consiste en una inmensa multitud de acciones e
interacciones de los seres humanos, actuando indudablemente o en grupos.
51
Al respecto, manifiesta Radcliffe-Brown (1972): “Los antropólogo entienden
la palabra cultura en muchos sentidos diferentes. Creo que algunos la
utilizan como equivalente de lo que yo llamo forma de vida social”. La cultura
se presenta entonces como lo “social” en tanto que inscrito en las conductas
individuales.
Desde el punto de vista marxista, la cultura no puede ser
comprendida sin el entendimiento de la estructura socio-económica con la
que forma unidad. La estructura social y económica es la base y el modo
como se produce la cultura. La cultura dice Roger Bartra no es sinónimo
de superestructura, pues abarca también las peculiaridades de los medios
de producción; es claro que si la estructura social es la transformación de la
naturaleza humana y la cultura la transformación del ambiente realizadas
por el hombre, ambos conceptos resultan inseparables pues no se podrá
entender cómo el hombre se modifica a sí mismo sin analizar cómo modifica
al medio que lo rodea” (1973: 58). En resumen, la cultura, en la concepción
dialéctica y materialista debe entenderse como la conducta social inscrita en
el conjunto de la base y la superestructura, esto es, la Formación histórico-
social.
Así, pues, el problema de las discrepancias sobre el término cultura
no radica en la validez del término mismo, incluso en la concepción marxista,
sino en su extensión o en su adecuación a las concepciones y métodos de
estudio. De cualquier manera, es un término ampliamente aceptado, y
corresponde a una abstracción válida para señalar todas las formas de
comportamiento aprendido, y nos sirve también para aclarar la diversidad de
maneras de ser cuando nos damos cuenta que cada sociedad humana tiene
“una” cultura diferente, o sea, un sistema históricamente derivado de
52
modelos de vida.
Al especificar que es algo más que un fenómeno biológico, que no
se transmite genéticamente sino que se aprende socialmente, y al señalar
que no es posible la existencia de la cultura en las demás especies animales,
ni aun sociales, los antropólogos han circunscrito las características
cualitativas de la especie humana a la cultura como un todo observable, muy
amplio, es cierto, pero susceptible de ser analizado en su integridad o en
sus diversos aspectos. Pero, si bien es cierto que el concepto que tenemos
de cultura es el resultado de la aprehensión racional de una relación o
sistema de fenómenos sociales, es dependiente de la capacidad
cognoscitiva y de la manera como son captados aquellos aspectos de la
realidad objetiva.
Esta combinación o integración de rasgos se estructuran de tal
manera que se convierten en una entidad a la que se adaptan los individuos
como a un medio que los rodea y condiciona. Como dice Frederick Hulse
(1968): “En cierto sentido, la cultura no es sólo nuestra creación sino también
nuestra creadora”.
De tal manera, pues, que el término cultura, usado por los
antropólogos puede aplicarse válidamente: a) a todo lo que es socialmente
transmitido en la sociedad humana, incluyendo los modelos de vida o
“patrones” de conducta sociales, artísticos, ideológicos, etc. y las técnicas
para dominar el medio. Este es el concepto más general y abstracto; b) a los
modos de vida peculiares de un grupo o de dos o más grupos o sociedades
entre las que existe un determinado grado de interacción y semejanza; c) a
los tipos de comportamiento peculiares de una sociedad dada, y d) a formas
53
especiales de comportamiento características de los diversos agregados,
segmentos o estratos de una sociedad vasta y de organización compleja. En
reemplazo de esta acepción del término, algunos prefieren emplear el
vocablo subcultura pero éste se presta, a veces, a confusiones.
2.2.10. Estructura y Dinámica de la Cultura.
A. Actos y artefactos.
La cultura es una abstracción del comportamiento humano
y no debe confundírsela con los actos mismos del comportamiento
ni con los artefactos materiales, utensilios, edificios, máquinas y
demás objetos que el hombre fabrica. Siendo una abstracción, la
cultura no puede observarse directamente, lo que se observa son
sus manifestaciones, lo que los hombres hacen, dicen, los hábitos y
las costumbres y los procedimientos y técnicas que se emplean en
la fabricación y el uso de los artefactos materiales. Como ha dicho
Robert Redfield (1965), la cultura “se manifiesta en los actos y en
los artefactos, pero no consiste en los actos ni en los artefactos”. La
cerámica, las armas, las obras de arte y otros artefactos de épocas
pasadas y de muy variado género son recogidos por los
arqueólogos y estudiados porque presentan los resultados de las
concepciones y de la técnica, es decir, son los productos finales de
los modos corrientes de comportamiento de una sociedad en una
época determinada. De la misma manera, se estudian muchas
actitudes no como acciones aisladas del comportamiento sino por
las regularidades y generalidades que puede ofrecer su estudio
sobre la manera como los seres humanos se conducen y comportan
54
en las sociedades en que viven.
B. Patrones y valores.
La idea tácitamente admitida de que dentro de cada cultura
las maneras de actuar, las instituciones y las creencias están
integradas en mayor o menor grado y funcionalmente ligadas entre
sí es otro de los postulados básicos de la antropología que permite
descubrir las relaciones coherentes que se establecen entre los
diferentes aspectos de la cultura. En efecto, todos los sistemas
culturales se forman con una red de ideas y patrones de conducta
mutuamente dependientes, por eso, a todo cambio ocurrido en estos
elementos suele corresponder otro en el resto del sistema.
Así, existen en el seno de cada cultura lo que podríamos
llamar unidades de comportamiento, que son como los puntos en
que se unen las cuerdas de una red, que de manera casi general
suelen denominarse patrones culturales, a los cuales se ajustan
normalmente las formas de actuar de los individuos. Ha sido Ruth
Benedict (1934) quien ha difundido y utilizado con mayo amplitud
esta denominación de patrones culturales que había sido ya
empleada por Franz Boas (1930), en sus descripciones de las
culturas tribales.
En castellano no ha sido traducida con precisión y hay al
respecto algunas confusiones, pues se utilizan indistintamente los
términos “normas”, “pautas” o “modelos” que, evidentemente, tienen
connotaciones cercanas pero diferentes. Creemos que la expresión
inglesa patterns of culture pude traducirse por patrones culturales
55
en el sentido en que en toda cultura existen ciertos grados modales
de acuerdo con los cuales el grupo espera que sus miembros
conformen sus actitudes o, en otras palabras, a los modelos
tradicionales a los que se ajustan normalmente las formas de actuar
de los miembros de grupo. Estos patrones se manifiestan y
exteriorizan en las costumbres, preferencias, formas y estilos del
arte, en creencias, tabúes y prohibiciones, ritos y prácticas mágico-
religiosas, en las formas de gobierno, en las maneras de
organización del grupo, en las formas de preparar alimentos y de
construir las viviendas, en los gustos, vestidos y expresiones; en fin,
en todos los aspectos de la cultura.
Algunos patrones pueden establecerse a la luz de los
conocimientos ordinarios, otros hay que descubrirlos en la
complejidad del comportamiento y las formas de la cultura. Pero, lo
que podríamos llamar la disposición general de los patrones está
siempre orientada por un sistema más general y explícito de
referencia, que determina la característica de una cultura: el sistema
de valores.
Acabamos de decir que la disposición de los patrones
culturales, orientada por los valores, determina las características
de una cultura. Veamos entonces qué es lo que entendemos en esta
investigación por valores.
En todas las culturas hay cosas buenas y malas, cosas que
deben hacerse y otras que deben evitarse; actos que son admitidos
y elogiados, premiados y estimulados y otros que son condenados,
56
vituperados, castigados o prohibidos; en fin, un sinnúmero de cosas
y formas del comportamiento que son importantes o
intrascendentes, apreciadas y despreciadas o, incluso, indiferentes;
cosas y situaciones buscadas o rehuidas, útiles y perjudiciales, etc,
etc. Y es a través del sentido y la importancia que se confiere a las
actitudes y a las cosas, que las sociedades organizan las normas
de comportamiento y se orientan las actividades de los individuos.
La palabra valor recibe una significación más precisa y de uso
común cuando se habla de valores materiales o económicos, pero
implícitamente, y aunque no se piense en ello, los actos de todos
los hombres están guiados por los juicios acerca de los “bueno” o
de lo “malo” que comparten los miembros de grupo.
Entendido en su más amplio sentido, el valor es una
cualidad que atribuimos a las actitudes y a las cosas y consiste en
el acuerdo común de los juicios colectivos que sobre ellas emitimos.
El valor no es el acto o la cosa misma; esto es evidente porque hay
actitudes u objetos que permaneciendo en sí el tiempo los revaloriza
o, por el contrario, los desvalora o cobran diferente significado según
las circunstancias. Aunque en términos generales el valor es lo
deseable, en la vida del grupo los juicios se ordenan con relación a
una escala que va de lo positivo a negativo, de lo bueno a lo malo,
en contraposición de lo deseable a lo indeseable, esto es en
relaciones de oposición.
Lo que en unas circunstanciases es un valor positivo en
otras no lo es, incluso el acto puede constituir un delito. Esto nos
demuestra cómo, por encima de todo, el valor está directamente
57
relacionado con la defensa de la integridad de grupo. El patriotismo
es uno de los valores sociales más sublimes y está directamente
relacionado con la defensa de la integridad de la entidad que
identificamos como patria. Lo mismo podemos decir de los demás
valores positivos: la justicia, la ética, la veracidad, el coraje, el
trabajo, la colaboración, etc, etc., todos ellos están cumpliendo una
función altamente beneficiosa a la armonía y cohesión sociales.
Acerca de los patrones y valores se pueden establecer las
conclusiones básicas siguientes:
Cada cultura representa una selección limitada de patrones de
conducta dentro del conjunto global de potencialidades
humanas, individuales y colectivas.
La selección de los patrones tiende a hacerse dentro de ciertos
postulados los valores básicos de la cultura.
Cada cultura ejemplifica un patrón, una estructura o un sistema
de valores y de relaciones más o menos completo y coherente.
El sistema de valores confiere estabilidad a una cultura y puede
considerarse como un instrumento de regulación mecánica.
Proporciona la seguridad de que el comportamiento se realiza
de conformidad con lo que espera la sociedad de cada individuo.
Los valores cambian más lentamente que otros aspectos de la
cultura y actúan como freno para los cambios peligrosos.
Generalmente retardan los procesos de cambio, haciendo que
la sociedad asimile innovaciones sin que se altere su estructura
58
básica. Por esta razón, constituyen también las barreras más
poderosas frente al cambio dirigido cuando éste quiere ser
profundo (estructural). De tal manera que no puede pensarse,
pues, en un cambio revolucionario profundo manteniendo el
mismo sistema de valores.
Cada modo de vida de un grupo es, pues, una estructura,
no una colección fortuita de todas las normas de creencia y de
acción físicamente posibles y funcionalmente efectivas. Una cultura
es un sistema interdependiente basado en premisas y categorías
concatenadas cuya influencia es bien mayor que menor, porque rara
vez se expresan en palabras.
C. La cultura es aprendida.
Las normas de conducta o patrones que constituyen una
cultura no están genética ni biológicamente determinadas. Todo
niño normal debe aprender su cultura, la que fuere. A lo largo del
proceso de socialización, o como le llaman algunos antropólogos,
de endoculturación, el niño adquiere las actitudes y creencias en
uso, las formas de conducta apropiadas a los roles o papeles que
les competen, los patrones de comportamiento y los valores de la
sociedad en que han nacido. Empero, debido a las potencialidades
innatas del infante humano y a la elasticidad intrínseca de su mente,
el hombre no solamente aprende una cultura sino que también
puede olvidar o descartar algunas partes de ella y sustituirlas por
nuevas formas de comportamiento, muchas veces diferente.
Para que el comportamiento aprendido sea calificado de
59
cultura tiene que cumplir funciones de adaptación tanto para el
individuo como para el grupo, luego tiene que ser transmitido y
perfeccionado y, finalmente, aplicado deliberadamente en las
circunstancias apropiadas, lo cual es imposible sin la abstracción y
sin el lenguaje. El hombre simboliza, es decir, convierte la realidad
en signos y símbolos susceptibles de ser pensados, comunicados y
conservados. Con los signos y símbolos puede pensar en las cosas
y relacionarlas, surgiendo así la noción de las situaciones. Al
perfeccionar la simbolización, el hombre pudo no sólo transmitir sus
percepciones, conocimientos y experiencias mucho más
eficazmente que los animales, sino que le fue posible salvar el vacío
existente entre sus experiencias físicas aisladas y convertirlas en
una experiencia continua. El hábito de la simbolización le permite al
hombre conservar una situación en la mente aunque no esté
físicamente ante ella, incorporando así a su existencia la noción de
tiempo; del pasado al presente por la memoria de las experiencias,
y la proyección al futuro por la ordenación lógica de los símbolos.
D. El lenguaje.
Sin el lenguaje sería imposible la existencia de la cultura,
porque el lenguaje no es solamente un sistema de comunicación
sino la cultura misma convertida en símbolos. El pensamiento
simbólico y las formas de comportamiento de él derivadas
constituyen los rasgos fundamentales con los que se establecen las
diferencias entre el hombre y el animal. De este modo, el símbolo
resulta ser la clave de la naturaleza humana, como lo han señalado
diversos autores. “Señales y símbolos corresponden a dos
60
universos diferentes dice Cassirer 5, una señal es una parte del
mundo físico del ser; un símbolo es una parte del mundo humano
del sentido...”.
Es indudable que la capacidad de simbolización es
cualidad exclusiva de nuestra especie y que en ella se sustenta el
desarrollo de todas las formas de la vida social humana. Sin
embargo, partir del simbolismo, ya así cualitativamente establecido,
para comprender y explicar la naturaleza del pensamiento y las
actitudes del hombre, significa o bien arrancar desde una base
puramente metafísica, o en todo caso, pasar por alto un proceso
mucho más profundo y significativo, cual es el de la transición de la
señal al símbolo, es decir, de la “animalidad” a la humanidad, sin
cuya explicación carece de inteligibilidad la condición humana
misma.
Tanto el origen del lenguaje como las funciones del
lenguaje como una ayuda para el pensamiento caen fuera del objeto
de este trabajo y no precisan más que una breve mención. Empero,
queremos hacer notar que la capacidad de simbolización, es decir,
la facultad de abstraer, permitió la aparición del lenguaje y del
pensamiento conceptual. Ambos son el resultado de un largo
proceso evolutivo en donde intervinieron muchos factores
diferentes, tales como la adquisición de la posición erecta, la
estructura de las manos, la elevadísima plasticidad del sistema
nervioso, el desarrollo del cerebro, los hábitos de los primates
5 Ernest Cassirer, Antropología filosófica, México, Fondo de Cultura Económica,
Colección Popular, 1963, p. 41.
61
superiores y otros; pero, sobre todo, la condición social y el trabajo
cooperativo. Todos estos factores, finalmente, han permitido al
hombre tener conciencia del mundo que le rodea y de su condición
de ser social, comprender las leyes de la naturaleza, transformarla
con la acción productiva, indagar por sus orígenes y preocuparse
por el destino de su especie.
Como se ve, lenguaje y pensamiento se hallan
indisolublemente unidos; tan sólo con la aparición de la palabra se
halló el hombre en condiciones de abstraer de los objetos tales o
cuales propiedades y distinguir las relaciones existentes entre
cosas, como algo distinto de las cosas mismas. Aquí radica la doble
función del lenguaje: como medio de comunicación entre los
miembros de la sociedad humana y como mecanismo para la
formación de conceptos y procedimientos de abstracción en el
individuo, lo cual, a su vez, permite la comunicación.
El lenguaje, como instrumento de comunicación, ha jugado
el papel más importante en la constitución de la herencia social
humana. Sin la transmisión fácil y exacta de las ideas que hizo
posible el lenguaje, la cultura nunca hubiera llegado a existir.
Del mismo modo que la cultura humana debe al lenguaje el
rico contenido que la distingue de la herencia social de los animales,
así también el lenguaje es una parte integrante de la cultura.
El lenguaje y la vida social organizada suministraron al
hombre instrumentos para la transmisión y conservación pasiva de
culturas de cualquier complejidad. La vida social también ha
62
contribuido a integrar una herencia más rica para el hombre que
para los animales. Las sociedades humanas se conservan por el
adiestramiento de sucesivas generaciones de individuos y son, por
tanto, en sí mismas, un producto de la cultura.
En consecuencia, la herencia social de los seres humanos,
esto es, la cultura, ha adquirido una doble función: sirve para
adaptar al individuo a su lugar en la sociedad, así como a su
ambiente natural. La herencia social de los animales sólo concierne
a lo último.
E. Etnocentrismo.
Ningún hombre mira el mundo con ojos puros, ni puede
juzgarlo con criterio imparcial. Lo ve a través de su cultura y lo
entiende a través de un determinado contexto de valores, modelos
y juicios pre-establecidos; a través de sus modos de ser y de pensar
y todo lo que no se ajusta a su esquema mental le parece extraño,
raro o desagradable. La vida de un individuo es ante todo, y sobre
todo, un proceso de acomodación a las normas y pautas
tradicionalmente transmitidas; y es, por consiguiente, que la cultura
se convierte en un dispositivo para percibir el mundo, la lente a
través de la cual miramos la realidad; y es en la medida en la que
varían sus culturas que los hombres perciben de diferentes maneras
el mundo que los rodea. Es también por ello que todas las
sociedades tienen la sensación de que sus modos de vivir,
costumbres, alimentos y creencias son superiores a todos los
demás.
63
Así, pues, la mayoría de los pueblos prefieren su propia
cultura; también la mayor parte de ellos prefieren su propio tipo
físico. A esto se le ha llamado etnocentrismo, fenómeno del cual ya
había dado cuenta Herodoto (484-424 a. C.), que lo explicaba de la
siguiente manera: “Si se pidiese a los hombres escoger entre todas
las costumbres del mundo las que les pareciesen mejores, ellos las
examinarían todas pero terminarían prefiriendo las suyas propias:
tan convencidos están de que sus usanzas superan con mucho a
todas las demás.”
Etnocentrismo es, pues, una visión de las cosas en la que
el propio grupo es el centro de todo y todos los demás se acomodan
y se clasifican con referencia al propio grupo. Así, cada grupo piensa
que sus costumbres son las únicas justas, y si se observa que los
otros grupos tienen otras, ello excita su desprecio. En otras palabras
y para tipificar mejor la etimología misma del concepto, podemos
definir el etnocentrismo como el criterio circunscrito por los prejuicios
con los cuales los individuos de una etnia determinada juzgan y
aprecian a las demás culturas. El antropólogo estudia el
etnocentrismo en función de lo que se denomina “relativismo
cultural6”, pero lo único que con esto se quiere expresar es que los
6 El relativismo cultural y las perspectivas desde las que se juzga y analiza una cultura
implican una serie de cuestiones que resultan muy discutibles. Así, por ejemplo, la cuestión del relativismo moral, puesto que los valores morales son válidos solamente dentro de cada cultura. De acuerdo con esto, no tenemos derecho de condenar la crueldad ni la humanidad aparente de otros pueblos, porque al hacerlo estaríamos proyectando nuestros propios valores más allá del único contexto en que son legítimos. Como muy bien lo explica Kneller, el relativismo crea un problema moral, peculiar de su doctrina: ¿Hemos de aceptar como justificada cualquier costumbre, por más contraproducente y aborrecible que nos parezca, en la medida en que forma parte de la cultura? Algunos relativistas profesos, como el propio Bronislaw Malinowski, han condenado prácticas que en teoría debieron haber defendido. Pero, las cosas no deben ser llevadas a extremos ya que se puede usar, en gran manera, criterio antropológicos para estimar el valor de las instituciones, patrones y costumbres, y es la medida en que contribuyen a la supervivencia de la especie, en general, a la integridad del grupo y al bienestar de sus integrantes.
El relativismo cultural se justifica como una posición metodológica en la investigación de culturas específicas. Resulta de gran ayuda, mas no como principio orientador de la teoría antropológica, puesto
64
valores de todos los pueblos son una resultante de su modo de vida
y que no se los puede entender aislándolos de ella. Como lo expresa
G. M. Foster (1964): “El etnocentrismo está tan profundamente
enraizado en todos nosotros que aunque seamos sensibles al
relativismo cultural, surge de inmediato una fuerte tendencia a
valorar a los demás en función de nuestros propios puntos de vista”.
F. Cultura y personalidad.
Fueron Ralph Linton7 y A. Kardiner8 quienes desarrollaron
una teoría de conjunto acerca de las relaciones entre cultura de una
sociedad y la personalidad de sus miembros. Se plantearon dos
cuestiones esenciales: la primera, ¿cómo actúan las diferentes
culturas sobre los distintos tipos de personalidad?; y, la segunda,
¿cuáles son la importancia y significado de las variaciones
individuales en una determinada cultura en relación con los tipos de
personalidad entendidos generalmente como “normales”?
Para Linton, todos los miembros de una comunidad
determinada comparten un conjunto de ideas, sentimientos, modos
de ser y de actuar y maneras de entender y pensar en las cosas;
sus personalidades manifiestan, pues, las mismas configuraciones
características. Cada sociedad está señalada por un tipo dominante
de personalidad considerada como “normal”, es la personalidad
básica tipo, a lo que propone también denominar personalidad
que impediría la adopción de valores de otras culturas que se consideran superiores. Para más información véase George F, Kneller, Introducción a la antropología educacional (Buenos Aires: Paidos Biblioteca del Educador Contemporáneo, 1974), pp. 22-35.
7 Ralph Linton, Cultura y personalidad, México, Fondo de Cultura Económica, Colección
Breviarios, 1962, p. 14. 8 Abram Kardiner, The individual and his society, New York, Columbia University Press,
1939, p. 56.
65
modal cursiva nuestra, para poner más en relieve las posibilidades
de variación en torno a las tendencias medias.
La personalidad básica de una sociedad cuando está
consolidada se manifiesta en muchos aspectos del contexto cultural:
en las costumbres, en el arte, en el folklore, en las mitologías y,
sobre todo, en las creencias y prácticas mágico- religiosas.
Kardiner puntualiza una definición concreta de la
personalidad básica así: “Configuración psicológica particular propia
de los miembros de una sociedad determinada y que se manifiesta
por un cierto estilo de vida, sobre el que los individuos bordan sus
variantes singulares” y propone los métodos para una nueva
interpretación de la función de las instituciones. La manera en que
un niño es tratado durante los primeros años de vida, las formas de
disciplina a las que se halla sometido varían según la sociedad y
desarrollan en él “actitudes de base” hacia sus padres, las cuales
persistirán en el “equipaje mental” del adulto, formando las
instituciones primarias de toda la sociedad y determinando, en lo
esencial, los personalidad. De estas instituciones primarias derivan
las ideologías, sistemas simbólicos y proyectivos y, particularmente,
las ideologías religiosas. Las instituciones primarias se reflejan a su
vez en instituciones secundarias, las cuales constituyen otro
conjunto de normas y patrones que acaban de modelar la
personalidad.
Si bien, fueron Kardiner y Linton quienes crearon la noción
de personalidad básica, dándole el carácter de concepto unificador
66
y necesario para entender al hombre y su cultura, no debemos
olvidar que el impulso inicial del estudio de la cultura y la
personalidad en sus relaciones mutuas provino del psicoanálisis que
dirigió el interés de los antropólogos hacia tres factores
fundamentales: la profunda huella que dejan sobre la estructura de
la personalidad adulta las experiencias de la primera infancia, el
status de los padres y otros maestros como agentes de la
transmisión de la cultura y el hecho de que el proceso de
socialización es el principal formador de la personalidad del
individuo.
G. Aculturación.
Durante las últimas décadas algunos antropólogos han
venido interesándose por el estudio de las situaciones que surgen
de los contactos culturales que entrañan no la simple adaptación de
nuevos elementos a las formas culturales existentes sino la
significativa reestructuración de las culturas que sufren tales
contactos. Este tipo de proceso ha sido denominado aculturación y
el concepto nació de una reflexión sobre la difusión cultural
preocupada por definir los mecanismos socioculturales en ella
implicados. En una definición ya clásica debida a Herskovits, Linton
y Redfield, la aculturación se refiere “a todos los fenómenos que se
producen cuando grupos de individuos con culturas diferentes
entran en contacto directo y continuo, con los cambios subsiguientes
que se producen en los patrones de uno o de otro grupo, o en los
dos”. El antropólogo mexicano Gonzalo Aguirre Beltrán (1957),
coincide con la definición anterior cuando acepta que la aculturación
67
es el proceso de cambio que resulta del contacto de grupos que
participan de culturas distintas; pero, agrega que “se caracteriza por
el desarrollo continuado de un conflicto de fuerzas entre formas de
vida de sentido diferente, que tienden a su total identificación y se
manifiesta objetivamente a niveles variados de contradicción”. El
concepto de aculturación nos sirve para analizar sistemáticamente
una realidad social en cuya cultura se advierten diversos valores,
instituciones y patrones de raigambres culturales diferentes y sobre
la base de este análisis plantear las políticas de acción y desarrollo
con criterios científicos. Esto es válido en la medida en que un cabal
entendimiento del fenómeno de aculturación nos permitirá cobrar
conciencia de nuestra realidad y de sus problemas.
Si bien es cierto que los efectos de un cambio técnico
forzado pueden traer graves consecuencias, también es cierto que
toda sociedad que toma conciencia de su realidad y de sus
problemas puede desarrollar estrategias que le permitan integrarse
a la economía sin renunciar a las formas esenciales de su vida
tradicional.
La aculturación entraña gran número de formas,
modalidades y variables diferentes, cuya identificación y análisis se
hacen indispensables para el entendimiento de la mecánica de los
fenómenos sociales. Entre las formas aculturativas tenemos las
siguientes9: adaptación, asimilación, inducción, extinción y
B.1. Inicios B.2. Historia B.3. Etimología B.4. Michivilca y su Historia B.5. Creación del Distrito
c. Economía
C.1. Economía C.2. Agricultura C.3. Ganadería C.4. Turismo
d. Educación.
D.1. Las Escuelas D.2. Reseña Histórica de la I:E: “JCM”-La Chira D.3. Leyes de creación D.4. Aniversario de la I.E. D.5. Naturaleza del colegio D.6. Misión del colegio D.7. Visión del colegio D.8. Integrantes de la 1ra Promoción
F.1. Kinsley R. Fox F.2. Agustín García Limas F.3. Mavilo Calero Pérez F.4. Julián Bustamante y Rivero
g. Estadística
G.1. Población G.2. Promedio de Vida G.3. Tasa de Crecimiento G.4. Índice de Natalidad G.5. Índice de Morbilidad G.6 Índice de Fecundidad G.7 Migración G.8 Condiciones de Vida
4.1.2. IDENTIDAD CULTURAL
a. Características de la Identidad cultural
En la Encuesta de Cultura General y Valores (v., apéndice
2), Michivilca ofrece algunos perfiles muy específicos que es
interesante tener en cuenta para evaluar su cultura y determinar el
grado de identidad cultural que poseen los alumnos del Nivel
Secundario de la Institución Educativa “José Carlos Mariátegui” La
Chira de Michivilca, Provincia Daniel A. Carrión.
Los resultados (que nos han servido luego para intervenir
sobre ella, potenciando o debilitando determinadas dimensiones),
son los siguientes:
a) La importancia concedida a la célula elemental de la sociabilidad,
la familia, es muy débil en Michivilca (24,7%). Existe en
Michivilca una visión cerrada y estática de la familia con altas
91
dosis de intolerancia ante el divorcio, el aborto o la libertad
sexual. Empero, es necesario anotar que el divorcio, el aborto y
la libertad sexual son fenómenos constantes, tendenciales y
crecientes en esa población, debido a las angustias económicas
producto la falta de empleo.
b) Los valores señalados como más importantes (67.8%), en el
proceso de socialización son “los buenos modales, la tolerancia,
la responsabilidad, el esfuerzo en el trabajo y la obediencia".
Valores positivos pero que apuntan, en gran medida, al arquetipo
de la sumisión.
c) El líneas generales, la participación de los pobladores de
Michivilca en grupos secundarios u organizaciones (Iglesia,
asociaciones deportivas, artísticas o educativas, sindicatos
partidos, asociaciones profesionales o benéficas, etc.) es muy
inferior a la del conjunto de la Provincia Daniel Carrión. Ello avala
la tesis de que "la sociedad civil es organizada y dirigida
fundamentalmente por los grupos sociales de medio y alto
estatus, grupos que encuentran en la estructuración
organizacional de la sociedad civil modos universalistas de
acción social".
d) Los datos sobre creencias religiosas ponen de relieve la
existencia de una fuerte espiritualidad en Michivilca (reflexión
frecuente sobre el significado y objeto de la vida: 73,4%;
creencia en Dios, 90,5%), con una fuerte carga emocional y de
gran permisividad, que se canaliza a través de cauces populares
alternativos y no siempre se inscriben en el marco de
92
instituciones "ortodoxas". En este aspecto es importantísimo
hacer notar la superioridad (85%) en fieles de la iglesias
Evangélica, Pentecostés, Testigos de Jehová e Israelí; frente al
15% que posee la Iglesia Católica.
e) Otro dato importante es el relativo a la conciencia de la identidad
o "sentimiento Michivilquino": la identidad territorial de los
pobladores de Michivilca (en 1ª + 2ª opción) ofrece las siguientes
referencias de identificación:
__ Localidad: 68,1%.
__ Provincia: 55,2%.
__ Perú: 41,3%.
__ América Latina: 3%.
__ El mundo entero: 9,8%.
El sentimiento de pertenencia e identidad comunitaria es del
60,6%. El orgullo de sentirse poblador de Michivilca alcanza a un
93,6% frente al 89,9% que manifiestan orgullo de sentirse
pasqueños. La fuerte identidad local no es contradictoria con la
identidad hacia la provincia que, sin embargo, es más débil (sobre
todo aparece en 2ª opción). Entonces, en resumen,
aproximadamente un 60% de los Michivilquinos presentan valores
de identificación local, un 35% presenta identificación
prioritariamente regional y nacional, mientras un escaso 5%
muestra identidades personales de carácter supranacional. El
universo de identificación personal de los Michivilquinos está
93
anclado fundamentalmente en el particularismo del territorio
municipal.
Estos datos que pueden cambiar, y sin duda cambiarán,
deben hacernos pensar en su relatividad, ya que la actuación
institucional puede tender a la potenciación de lo local, lo regional
o nacional, y lo supranacional, etc.
Como conclusión diremos que el grado de identidad cultural
que poseen los alumnos del Nivel Secundario de la Institución
Educativa “José Carlos Mariátegui” La Chira de Michivilca es bajo
(20%). Esto debido a que existe una falsa identificación con lo local.
Corremos el riego de identificar modos y formas de comportamiento
o de manifestaciones sociales que tienen más que ver con un
criterio socioeconómico y territorial que cultural. Desgraciadamente
los estereotipos de "lo Michivilquino" fuera de Michivilca casi
siempre apuntan a los niveles más bajos.
Acaso, es en el seno de una comunidad con un fuerte
sentimiento localista de pertenencia, escasa cohesión regional y
poca identificación planetaria en el que ha de plantearse el reto del
“multiculturalismo y la globalización”.
b. Perdida de la Identidad Cultural.
Ahora bien, para concretar este aspecto nos hemos
planteado preguntas como: ¿En los últimos años la migración del
campo a la ciudad ha incrementado la pérdida de identidad cultural
94
en la región? ¿El desarrollo de una economía mercantil y la minería
han generado cambios tecnológicos, afectando directamente la
organización social comunal, hasta llevarla hoy día a su casi total
desintegración? ¿El desarrollo de una economía mercantil y la
minería han generado nuevas formas de comportamiento que han
traído aparejadas normas morales y éticas distintas a las de la
comunidad madre, afectando directamente la identidad con la
cultura propia, hasta llevarla a su casi total corrupción?, que en el
transcurso de la investigación fueron parcialmente modificadas y,
algunas de ellas, descartadas (v. gr., ¿El proceso de desintegración
de la comunidad campesina, como producto de la penetración del
capital mercantil y su posterior retirada, se evidencia en el proceso
de falta de identidad cultural?).
Hemos llegado a la conclusión, determinado, sería más
conveniente de que “el desarrollo de una economía en la
comunidad campesina de Michivilca ha generado cambios en el
conjunto complejo que incluye el conocimiento, las creencias, el
arte, la moral, la ley, las costumbres y hábitos adquiridos por el ser
humano como un miembro de la sociedad, afectando directamente
la organización social comunal primaria, hasta llevarlo a su casi
total debilitamiento cultural”. Así, “el conjunto de formas y modos
adquiridos de concebir el mundo, de pensar, de hablar, de
Para mostrar el impacto que ha tenido la utilización del software
hemos recurrido a la siguiente curva de distribución normal
Figura 8
RESULTADOS DEL IMPACTO DEL SOFTWARE “SHUMAG MARKA”
ESCALA 1 A 5
107
Como se observa en la figura (téngase presente la dirección), la
flecha tiene dirección favorable o positiva. Significa que el impacto del
software “SHUMAG MARKA” ha sido significativo.
Para que se entienda mejor este aspecto recurriremos a la tabla
4.16. de distribución de frecuencias de la página anterior. La prueba se
aplicó a 96 sujetos. La escala tiene 28 ítems (con cinco opciones cada uno,
1 a 5) y mide el impacto del Software “SHUMAG MARKA” en el re-
valoramiento de la identidad cultural.
El nivel de impacto tiende a ser elevado, como lo indican los
resultados de la escala (Fig. 4.2 y 4.3). El rango real de la escala iba de 28
a 140. El rango resultante para esta investigación varió de 65 a 102. Por lo
tanto, es evidente que los sujetos se inclinaron hacia valores elevados en
la medida de impacto del software “SHUMAG MARKA”. Además, la media
de los participantes es de 84,11 y la mediana es de 55, lo cual confirma la
tendencia de la muestra hacia valores altos de la escala. A pesar de que la
dispersión de las puntuaciones de los sujetos es alta (la desviación
estándar es igual a 20,83 y el rango es de 112), esta dispersión se
manifiesta en el área más elevada de la escala. Es decir, aunque las
puntuaciones varían de 28 a 140 y la desviación estándar es de 9,65 (la
media sobre la cual gravita s es de 84,11), esta variación se da en la parte
de los valores más altos de la escala. En resumen, el software “SHUMAG
MARKA” tuvo un impacto importante para la mayoría de los sujetos, sólo
que para algunos resultó muy impactante; para otros, relativamente
impactante; y para los demás, medianamente impactante, o sea que la
tendencia general es hacia valores altos (obsérvese la columna de
108
frecuencias acumuladas en la Tabla 4.16. y notamos que el 57,29%
tuvieron puntuaciones superiores a 55).
Ahora bien, ¿qué significa un alto nivel de impacto del software
“SHUMAG MARKA”? Significa que era atractivo, interesante, motivante y,
además, satisfacía las expectativas de los sujetos. En general, podemos
establecer que el proyecto mismo ha sido importante.
Figura 9
RESULTADOS DEL IMPACTO DEL SOFTWARE
“SHUMAG MARKA”
4.2. PRUEBA DE HIPÓTESIS
Nuestra tarea consiste ahora en contrastar la hipótesis en el sentido
de confirmarla, y no en probarla y verificarla, como sostienen algunos
autores. Verificar implica probar que es verdad y esto no es lo que se
pretende al confirmar la hipótesis. El hecho de obtener elementos
empíricos que concuerden con las consecuencias que se derivan de una
hipótesis, no implica probar una hipótesis, sino sólo determinar que ella
posee cierto grado de probabilidad. Decimos esto porque no existe
lógicamente número alguno de observaciones efectuables en tiempo real
que permitan afirmar de manera concluyente la verdad de una hipótesis
científica.
84,11 = 55
109
Efectivamente, en el contexto de la investigación, nuestra prueba de
contrastación de hipótesis mostrará que hemos aportado evidencia
probatoria de la existencia, no azarosa, de relaciones entre las variables
“Libro Electrónico SHUMAG MARKA” e “Identidad Cultural”, hecho que
contradice lo que la hipótesis nula (cero) afirma. Pensamos que es
preferible hablar de tiempo de vigencia de una hipótesis más que de su
verdad.
Hipótesis Central.
Hi: El uso del libro electrónico “SHUMAG MARKA” ayuda a incrementar el
grado de identidad cultural en los alumnos del nivel secundario de la
Institución Educativa “José Carlos Mariátegui” La Chira de Michivilca,
Provincia Daniel Carrión.
Hipótesis Nula.
Ho: El uso del libro electrónico “SHUMAG MARKA” NO ayuda
significativamente a incrementar el grado de identidad cultural en los
alumnos del nivel secundario de la Institución Educativa “José Carlos
Mariátegui” La Chira de Michivilca, Provincia Daniel Carrión.
Para probar nuestra Hipótesis de Investigación, formulamos las
Hipótesis de en términos estadísticos:
H0 : µ1 = µ2 (µ1 - µ2 = 0) es decir no hay diferencias significativas entre los
rendimientos (X1 ,X2)
H1: µ1 < µ2 (µ1 - µ2 > 0) en el PosTest se tiene mejor aprendizaje que el
PreTest
Sometido a la prueba de hipótesis de los resultados de los Pre-Test
y Pos-Test, en razón a los siguientes datos:
110
Pos-Test Pre-Test
X1 = 282.94 X2 = 274.85
S1 = 28.384 S2 = 32.242
n1 = 96 n2 = 96
Nivel de significancia (σ)= 0.05
Vamos a tratar de probar H0 en la distribución normal a nivel de
significancia de 5%, en una prueba de cola derecha donde Z= 1.960
2
22
1
12
21
n
S
n
S
XXZ
=
96
242.32
96
384.28
85.27494.28222
=
82.1039.8
09.8
=
38.4
09.8
847.1Z
El valor de Z= 1.84 se ubica dentro de la región de rechazo y por lo
tanto descartamos la hipótesis nula (H0) y aceptamos la hipótesis de
investigación (H1), donde µ1 < µ2 es decir los resultados obtenidos en la
evaluación del nivel de identidad cultural en el Post Test (X1), cuya media
aritmética es de 282.94.85 puntos, frente a los logrados en el Pre Test (X2)
con una media aritmética de 274.85, es mayor en 8.09 puntos.
4.3. DISCUSION DE RESULTADOS
La reflexión sobre la identidad cultural de los pueblos y colectivos sociales
se encuentra en el corazón mismo del debate sobre el futuro. Hemos de procurar,
pues, que el debate sobre la identidad cultural no se esterilice a causa de los
prejuicios, generalizaciones e imperativos etnocéntricos que encontramos con
más frecuencia de lo deseable no sólo en las diversas formas de diálogo social
y mediático, sino incluso en aportaciones "académicas" con voluntad de rigor
científico.
111
Todas las identidades son construidas; esta construcción se da en un
contexto marcado por relaciones de poder. Castells (1998: 29-30) distingue tres
formas y orígenes en la construcción de la identidad:
Identidad legitimadora: introducida por las instituciones dominantes de la
sociedad para extender y racionalizar su dominación frente a los actores sociales.
Las identidades legitimadoras generan una sociedad civil con sus instituciones;
Identidad de resistencia: generada por aquellos actores que se encuentran
en posiciones/condiciones devaluadas o estigmatizadas por la lógica de la
dominación, por lo que construyen trincheras de resistencia y supervivencia
basándose en principios diferentes u opuestos a los que impregnan las
instituciones de la sociedad. La identidad para la resistencia conduce a la
formación de comunidades que, en ocasiones, ponen en marcha mecanismo de
"exclusión de los exclusores por los excluidos; y
Identidad proyecto: cuando los actores sociales, basándose en los
materiales culturales que disponen, construyen una nueva identidad que redefine
su posición en la sociedad y, al hacerlo, buscan la transformación de toda la
estructura social. La identidad proyecto produce sujetos, entendidos como el actor
social colectivo mediante el cual los individuos alcanzan el sentido global de su
experiencia.
Por todo ello es muy difícil hablar de una identidad; menos aún de una sola
conciencia de identidad. Existen en un mismo espacio y en el mismo momento
formulaciones y propuestas distintas, con propósitos muy diferentes. Los
diferentes tipos de identidad coexisten más o menos en confrontación, sin que
pueda decirse que un tipo u otro de identidad sea mejor o más positivo que otros.
De hecho, las identidades de resistencia, por ejemplo, pueden articularse como
112
identidades-proyecto, y sin duda aspiran a lograr sus objetivos y, por tanto,
convertirse en identidades legitimadoras.
Michivilca forma parte de ecosistemas económicos, sociales, políticos y
culturales en los que es esencial la sinergia entre tradición y modernidad, entre
estabilidad y cambio, ruptura o mutación. El equilibrio (o desequilibrio) entre
variables apunta a una profunda mutación en el sistema de valores.
Michivilca ha sido, y es, cruce y cauce de culturas. En su territorio, como en
un crisol cultural, se han ido mezclando fecundamente modelos diversos de
organización humana, siguiendo dinámicas dominantes de superposición e
hibridación más que de sustitución. Sin que hayan faltado momentos de
confrontación, de imposición y de violencia, con la consiguiente aculturación, las
pautas fundamentales de relación en el solar Michivilquino corresponden al talante
pacífico de sus moradores a través del tiempo. Un valor que, evidentemente,
puede ser subrayado como referencia, contestado u obviado.
La identidad cultural de Michivilca puede definirse tendiendo a dos polos
básicos: el del esencialismo (que entiende "lo Michivilquino" como una realidad
viva a lo largo del tiempo y básicamente coincidente en distintas coyunturas) o el
que considera el dinamismo histórico-social (que, aun aceptando ciertos rasgos
hasta ahora recurrentes en distintos contextos histórico-políticos y socio-
económicos, pone el énfasis en la cultura como sistema de respuestas a
necesidades que cambian con el tiempo e incluso con las distintas zonas
geográficas dentro de la Provincia y la Región).
La tendencia a considerar la identidad cultural de Michivilca como un
conjunto de valores inmutables que es preciso conservar nos sitúa sobre el polo
de la tradición, en tanto que su consideración como algo dinámico y cambiante,
113
esencialmente histórico, nos plantea otros retos de modernización en una
coyuntura de cambio de civilización como no se había dado con anterioridad. La
conservación de ciertas pautas culturales no es necesariamente excluyente de su
redefinición en nuevos marcos vitales o con la incorporación de otras nuevas.
No es posible plantear el desarrollo cultural de Michivilca al margen de las
grandes tendencias planetarias, ya que pertenecemos a un ámbito afectado por
procesos de globalización de toda índole. Sin embargo es necesario contestar la
supuesta existencia de un modelo único de integración planetaria (el pensamiento
"globalitario") para rescatar el protagonismo de lo político, lo social y lo cultural a
una posible nueva dictadura de lo económico.
La existencia, en nuestro ámbito cultural, de formas de nacionalismos
excluyentes es profundamente contradictoria con nuestras propias raíces
culturales: el Perú nunca ha necesitado, para afirmar lo propio, negar lo ajeno.
Paradójicamente, siendo manifestaciones basadas en una constante lectura
legitimadora del pasado (o más bien de ciertas épocas del pasado), son la
evidencia de formas actuales de conformación identitaria. No hay soluciones
perfectas para la relación entre culturas: es preciso reconocer que una verdadera
igualdad de posibilidades exige también una cierta homogeneidad. Pero la total
asimilación cultural implica la aculturación, la pérdida de los rasgos culturales de
las minorías. La asimilación matrimonial, la existencia de matrimonios y parejas
mixtas parece un objetivo deseable para evitar el racismo, pero hemos de ser
conscientes (y sin duda habrá que asumirlo) de que conduce a la desaparición de
identidades étnicas. Del mismo modo, no siempre es fácil respetar normas y reglas
de conductas diversas sin socavar los cimientos mismos del pacto social
114
Lo que sí parece quedar claro es que, frente a una revolución industrial que
ampliaba los límites de la fuerza física y de la intervención mecánica del hombre
en el mundo, la nueva revolución tecnológica y comunicacional, que transforma el
escenario y los vínculos humanos, es una revolución de la mente. Y es en el
espacio de las mentes individuales y colectivas (objetivadas en los distintos
discursos y manifestaciones sociales) en el que se librarán las batallas del futuro.
La que está ya en gestación es una revolución basada en el conocimiento y
la tecnología. La mayor apuesta está, precisamente, en orientar usos y
manifestaciones humanos de uno y de otra. Tal vez el nuevo Palacio resida en las
mentes humanas, cada vez más conectadas en red. Michivilca, y la Región
también deben tomar posiciones en este nuevo territorio, tan virtual como real.
115
CONCLUSIONES
Al finalizar la investigación se han arribado a las siguientes
especificaciones:
1. EL empleo del libro electrónico “SHUMAG MARKA”, muestra que influye en
mejorar el grado de identidad cultural de los alumnos de educación secundaria
de la Institución Educativa “José Carlos Mariátegui” La Chira de Michivilca,
Provincia Daniel Carrión al incrementar la puntuación de la identidad de 274.85
a 282.94, con un incremento de 8.09.
2. En el nuevo escenario de globalización mundial es preciso impulsar acciones
culturales y educativas tendentes, por un lado, al mejor conocimiento de la
historia y la cultura propias; por otro, a relativizar los valores de ella, en
contraste con otras manifestaciones y conjuntos culturales (promoción de una
identidad reflexiva y no excluyente y apertura al multiculturalismo).
3. La apuesta cultural no sólo es fundamental para rearticular la sociabilidad y los
nuevos espacios de convivencia futura, sino que debe constituir una
importante fuente para el desarrollo económico, potenciando la existencia de
una industria cultural en contacto con las industrias del ocio y el turismo.
4. El uso adecuado de los medios educativos computacionales, ya no sólo
pueden ser aplicables en la escuela, si no también, en diversas situaciones
con grupos sociales afines, como medio de difusión cultural.
116
RECOMENDACIONES
1. Desde nuestra perspectiva específica, la conservación e investigación del
patrimonio histórico, monumental y cultural deben alcanzar una fuerte
proyección social, a través de procesos de animación y difusión cultural. Se
trata de propiciar un diálogo vivo y fecundo con nuestro pasado (y con el de
otros pueblos) desde nuestra realidad presente.
2. Debe constituir, igualmente, un objetivo institucional prioritario la difusión de
las manifestaciones culturales ya no solamente de la Comunidad
Campesina de Michivilca, sino de la Región y en Perú en el resto del mundo,
contrastando internacionalmente y con ello fortaleciendo de manera abierta
y competitiva tanto las expresiones culturales tradicionales como las
emergentes.
3. En todos estos procesos, el protagonismo debe residir en una sociedad civil,
plural y heterogénea, aunque las instituciones que tanta importancia tienen
en el Perú deben canalizar y potenciar (en el marco del mandato popular)
aquellas acciones que mejor respondan a los criterios generales de
fortalecimiento de una identidad abierta y dinámica, tolerante e intercultural.
117
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29. CABERO, J.; BARROSO, J.; ROMAN, P. (2001), “Las influencias de las nn.tt. en los entornos de formación: posibilidades, desafíos, retos y preocupaciones”. Comunicación y Pedagogía, nº 175, 48-54. http://www.tecnologiaedu.us.es/bibliovir/pdf/131.pdf
30. GALVIS PANQUEVA, A.H. “La Inserción de la Informática en la Educación”, Bogota, Colombia, UNIANDES, grupos LIDIE y DELFOS, Universidad de Los Andes, pp.12-19. http://www.enlaces.cl/documentos/informatica.html#A5
31. VÁSQUEZ MEDEL, M. A. (2001), “Identidad Cultural, multiculturalismo y cambio social”. http://www.cica.es/aliens/gittcus/identidad.html.