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Facultad de Ciencia Política y RR II Escuela de Comunicación Social Tesina de grado en Comunicación Social Andrea Martínez Dorr Título : Espacios, imaginarios y subjetividades en algunas experiencias de la Asamblea República de la Sexta. Motivación El fenómeno surgido en nuestro país en diciembre de 2001, llamó mi atención desde el primer momento, no sólo como ciudadana, por la grave situación institucional, económica y política que atravesaba Argentina, sino por algo más. No recuerdo en mis 27 años un fenómeno de participación de esta magnitud, espontaneidad y consecuencias como las que suscitó el denominado “cacerolazo”. Luego de esta ruidosa forma de manifestación que se repitió durante semanas, sobrevino, - además de las sucesiones presidenciales- el surgimiento de un sin fin de “asambleas” que comenzaron a debatir cuestiones de interés público. 1
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"Espacios, imaginarios y subjetividades en algunas experiencias de la Asamblea República de la Sexta" por Andrea Martínez Dorr

Jul 28, 2015

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Page 1: "Espacios, imaginarios y subjetividades en algunas experiencias de la Asamblea República de la Sexta" por Andrea Martínez Dorr

Facultad de Ciencia Política y RR II

Escuela de Comunicación Social

Tesina de grado en Comunicación Social

Andrea Martínez Dorr

Título: Espacios, imaginarios y subjetividades en algunas experiencias de la

Asamblea República de la Sexta.

Motivación

El fenómeno surgido en nuestro país en diciembre de 2001, llamó mi atención

desde el primer momento, no sólo como ciudadana, por la grave situación

institucional, económica y política que atravesaba Argentina, sino por algo más.

No recuerdo en mis 27 años un fenómeno de participación de esta magnitud,

espontaneidad y consecuencias como las que suscitó el denominado

“cacerolazo”. Luego de esta ruidosa forma de manifestación que se repitió durante

semanas, sobrevino, -además de las sucesiones presidenciales- el surgimiento de

un sin fin de “asambleas” que comenzaron a debatir cuestiones de interés público.

También despertó mi curiosidad que una parte de los ciudadanos que salieron a

protestar espontáneamente haya logrado constituirse en grupos más “orgánicos”

que comenzaron a funcionar en distintos lugares del país organizando acciones

concretas relacionadas con los ámbitos cotidianos, con los barrios donde se

llevaron a cabo las asambleas y de acuerdo a las temáticas que surgieron en las

mismas.

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Si bien muchos afirman que las asambleas “sólo se quedaron en palabras,” me

pregunto si su aporte para la democracia está relacionado con una recuperación

del espacio público y de lo colectivo, si su potencial de cambio no está en las

cuestiones culturales que impulsan este tipo de movimientos.

Mi interés académico en esta temática tiene que ver con re-pensar las formas de

transformación social en el capitalismo avanzado, sin izquierdas, derechas o

centros demasiado creíbles para el común de la población. Me interesa analizar

algunas de las transformaciones que pueden aparecer a partir de la emergencia

de organizaciones como las asambleas barriales y qué papel juegan este tipo de

prácticas en la construcción de la democracia.

¿Nos movilizan sólo los ahorros o hay otro capital social, cultural que anda dando

vueltas y es parte de la recuperación de un imaginario colectivo?¿qué saldo

queda después de las cacerolas, qué hacen las asambleas? ¿es posible medirlas

en términos de éxito o fracaso en relación a lo político? Estos interrogantes

acompañaran mi investigación que espero aporte una mirada múltiple sobre estos

acontecimientos.

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Objetivos de producción de conocimiento:

Objetivo general:

Aportar al conocimiento sobre algunas transformaciones en las prácticas

socioculturales a partir del surgimiento de ciertas organizaciones

o Objetivos específicos:

Interrogar las relaciones entre el trabajo de la organización seleccionada y el

barrio como espacio.

Indagar en qué aspectos las prácticas de la asamblea cuestionan ciertos mitos

instituidos como regímenes de verdad.

Reflexionar sobre la emergencia de la asamblea y su relación con la

construcción de la subjetividad.

Hipótesis

La construcción de un cambio en la democracia actual está relacionada con

una participación diferente de los ciudadanos

La experiencia del trabajo de las asambleas aporta al fortalecimiento de la

democracia al cuestionar ciertos mitos instituidos, diferenciándose en sus

prácticas de las instituciones de participación tradicionales.

Todo esto contribuye a la aparición de algunas transformaciones en las

prácticas de los sujetos que participan de estas experiencias.

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Metodología

Considero importante realizar algunas puntualizaciones con respecto a la mirada

que intentaré darle a los acontecimientos ocurridos a partir de las jornadas del 19

y 20 de diciembre de 2001 donde miles de argentinos se manifestaron contra el

estado de sitio y las medidas económicas impuestas por el gobierno de Fernando

De la Rúa, que luego devino en el surgimiento de las asambleas barriales.

Para trabajar las hipótesis planteadas, es decir las interrogaciones sobre el

aporte del trabajo de las asambleas en la transformación de la democracia, tomaré

múltiples conceptos que me sirvan para analizar en que sentidos la aparición de

las asambleas barriales comenzó a cambiar ciertas prácticas sociales relativas a la

participación. La idea no es lograr un panorama general sobre el movimiento de

las asambleas sino reflexionar sobre el tema elegido a partir de relatos surgidos de

la entrevista y exploración de algunos documentos.

En este sentido, elegí la Asamblea Barrial “República de la Sexta”, que emergió

en la ciudad de Rosario luego de los episodios de diciembre, analizando algunas

experiencias generadas hasta el mes de abril de 2003. Para ello, indagué

material de archivo formado por actas y publicaciones institucionales de esta

asamblea y también del movimiento asambleario para interrogar las prácticas y los

discursos que circularon en el período demarcado. Además realicé una entrevista

a uno de los vecinos que participa en la asamblea mencionada para rastrear su

historia dentro de la organización, sus motivaciones para participar, sus

percepciones en cuanto a la aparición de las asambleas, y las acciones surgidas

en las mismas.

Metodológicamente, intenté examinar estos documentos y discursos como

saberes que pueden ocupar tácticas variadas, tratando de practicar una

“genealogía” de estas experiencias de participación entendida como un

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“redescubrimiento meticuloso de las luchas y memoria bruta de los

enfrentamientos.”1 Como sostuve al comienzo, no aspiro a relevar el fenómeno de

las asambleas en Rosario para formar un edificio sistemático, sino reconstruir

algunas de las eclosiones de estos “saberes sujetos”2 que brotan en los

documentos y discursos recopilados. Tal como describe Foucault, se trata de

“hacer entrar en juego saberes locales, discontinuos, descalificados, no

legitimados contra la instancia teórica unitaria que pretendería filtrarlos,

jerarquizarlos, ordenarlos en nombre de un conocimiento verdadero y de los

derechos de una ciencia que sería poseída por alguien”.3

1 FOUCAULT, MICHEL: “Genealogía del racismo”, Editorial Altamira, Buenos Aires, 1996, pág. 162 Ver FOUCAULT, MICHEL: Ibidem, pág. 153 FOUCAULT, MICHEL: Ibidem, pág. 16

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Page 6: "Espacios, imaginarios y subjetividades en algunas experiencias de la Asamblea República de la Sexta" por Andrea Martínez Dorr

Introducción:

El presente trabajo abarca los distintos ejes marcados en los objetivos de

producción de conocimiento. En el primer capítulo realicé un breve análisis de las

jornadas del 19 y 20 de diciembre sumado a una descripción sobre algunos

aspectos de la asamblea elegida.

Dentro del segundo capítulo recorrí algunas nociones sobre el espacio rastreando

la relación de este concepto con los movimientos de los asambleístas dentro del

barrio y la ciudad. Indagué a su vez las diferentes formas de utilizar las calles por

parte de los vecinos y algunos relatos surgidos de estas prácticas donde se

generan fugas y rupturas de los espacios sociales. De esta forma trabajé algunos

conceptos de Michel de Certeau sobre las estrategias y tácticas de los

practicantes de dichos espacios. Además, relacioné estas experiencias con lo

político desde la perspectiva de palabras y acciones que circulan en los

pequeños espacios cotidianos tomando como referente teórico a Hannah Arendt.

En el tercer capítulo del trabajo, realicé un análisis sobre las significaciones

imaginarias sociales y los mitos que fundan nuestro ejercicio diario del juego

democrático, marcando algunos momentos importantes en la construcción de los

actores sociales de las últimas dos décadas. Para ello, me basé en algunos

conceptos de Cornelius Castoriadis acerca de la formación de estas

significaciones sociales . Así aparecen diferentes formas de funcionar de esos

mitos en algunos discursos en torno al movimiento asambleario y en las prácticas

de la asamblea en relación con los partidos políticos y otras instituciones.

Por último, en la cuarta parte, indagué las prácticas y discursos que mencioné

anteriormente desde las reterritorializaciones producidas. En esta instancia del

trabajo, tomé conceptos de Deleuze y Guattari para rastrear las marcas de estas

experiencias en las construcciones subjetivas. Por un lado, aparecen las

imposibilidades de los asambleístas de reapropiarse autónomamente de su deseo

y también cómo esto modifica en lo cotidiano las percepciones sobre las

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relaciones sociales. También exploré la construcción de subjetividad como

instancia colectiva y la vinculación de las prácticas de estos vecinos con

resingularizaciones existenciales. Sumado a esto, analicé cómo estas luchas de

deseo se coordinan con otras luchas más “clásicas” en algunas experiencias

conjuntas. Finalmente, escribí algunas reflexiones sobre el proceso que implicó

recorrer el tema elegido.

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19 y 20, resonancias de una agitación

Resulta difícil abordar los acontecimientos que vivimos los argentinos en diciembre

del 2001 y mucho más complicado teorizar sobre los mismos dada la complejidad

de fenómenos sociales, políticos y económicos que se entrecruzaron aquellos

días. Si bien no es posible abarcar todos estos sucesos en el presente trabajo,

intentaré re-pensar estas jornadas como el momento en el que emergen los

espacios de trabajo barriales que me interesa analizar, me refiero a las asambleas

que comienzan a gestarse simultáneamente con el denominado “cacerolazo”.

Afirmo que el intento es re-pensarlas porque trataré de escapar de los análisis

economicistas que arrogaron estas movilizaciones únicamente al interés de la

clase media por recuperar los ahorros cercados por el corralito, indagando esta

experiencia social desde la multiplicidad que le es propia.

La cronología oficial indica que el 19 de diciembre se produjeron saqueos en

medianos y pequeños comercios de la zona sur de nuestra ciudad que fueron

reprimidos por la policía, atribuyendo parte de esta primera movilización a la

“agitación” de algunos sectores políticos con un clima muy similar a los saqueos

vividos en el ’89 en Rosario. Por la noche y frente a la caótica situación repetida a

lo largo del país el entonces presidente Fernando De la Rúa profirió un discurso

que culminó con la implementación del estado de sitio. De forma voluntaria, y sin

organización previa, en esta ciudad como en otras partes de Argentina la gente se

concentró en las esquinas y marchó hacia lugares simbólicos: en Rosario más de

500 auto convocados ocuparon algunas plazas, el Monumento a la bandera y las

esquinas, cortando las calles al ritmo de cacerolas, silbatos y utensilios de cocina

improvisados por los vecinos.4

Al día siguiente, tal como relató un matutino local, casi diez mil personas siguieron

de cerca la agonía del mandato presidencial confluyendo nuevamente en el

4 Información publicada en el Diario “La Capital”, noticia titulada “Que se vaya, que se vaya”, 21-12-2001, edición digital.

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Monumento estudiantes, militantes, trabajadores, gremialistas, ancianos y mujeres

sin distinción de color político, sexo, edad y clase social: “Aunque había sido

convocada con anterioridad por una serie de entidades gremiales, la movilización

de ayer estuvo huérfana de conducción. (...) A las 18:30 los más informados

empezaron a lanzar el rumor: <Renunció, renunció> disparaban.”5 La protesta se

movió al ritmo de murgas y redoblantes, transmitiendo los rumores -luego

concretados- de la renuncia de De la Rúa que fue festejada con aplausos, llantos y

la entonación del himno nacional.

Estas jornadas de diciembre dejaron marcas singulares en los miles de cuerpos

que espontánea y masivamente recorrieron las calles esos días. Las distinciones

en el cuerpo tienen que ver con la utilización diferente de los tiempos, espacios y

relaciones durante esos episodios. Algunas cuestiones cotidianas como las rutinas

de muchas familias de cenar mirando por televisión qué está sucediendo en el

país se modificaron espontáneamente, y miles de argentinos siguieron el impulso

de caminar sin rumbo fijo, junto a desconocidos con sensaciones comunes de

hartazgo con respecto a la representación política. También se tomaron objetos

inusuales como instrumentos de protesta, la gente gritó e insultó por calles que

diariamente se transitan desde el silencio individual. Algunos formaron parte de

grupos que ocupaban las esquinas, escuelas o calles de los barrios debatiendo

sobre diversas cuestiones sociales, desde el “corralito” hasta la desocupación,

debates que antes quedaban en ámbitos privados . Sin embargo, no sólo se

produjeron marchas pacíficas de protesta sino que esos días estuvieron signados

por decenas de historias de violencia, saqueos y muerte.6

5 Noticia titulada “Para decirle chau a De la Rúa”, publicada en el Diario “La Capital”, 21-12-2001, edición digital.6 Recordemos el mítico caso del militante llamado “Pocho” Lepratti a manos de la policía rosarina. Según la crónica realizada por Miguel Bonasso en un importante medio extranjero, “las dos jornadas arrojaron un saldo trágico de más de 33 muertos. Todos ellos manifestantes civiles. No se encontraron armas del lado de los manifestantes. Los disparos salieron de algunos comerciantes que resistían los saqueos pero fundamentalmente de la policía. En tres de las muertes ocurridas ese día, la del motorista Gastón Riva, la de un militante de derechos humanos y del movimiento de desocupados Carlos Almirón, y la de Diego Lamagna -que asistía a la primera marcha de su vida- no hay siquiera un solo imputado, a pesar de que fueron crímenes perpetrados a la luz del día y ante miles de testigos.” Artículo publicado en BBC Mundo, titulado “Argentina, a un año de De la Rúa” , 18-12-2002, edición digital (bbcmundo.com)

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En términos foucaultianos, podemos decir que estas escenas que se suscitaron a

lo largo del país en las jornadas del 19 y 20 mostraron espacios donde se

repartieron distintas fuerzas, ya no pensadas como débiles sobre fuertes o

viceversa sino como no lugares, como intersticios donde se mezclaron, por

ejemplo, mujeres y jóvenes de distintos barrios de la ciudad en busca de comida

saqueando comercios, que a su vez eran defendidos por sus dueños. La policía

reprimiendo con balas de goma y plomo a los manifestantes, cientos de detenidos

y algunos muertos. Grupos de adultos, jóvenes, niños y ancianos portadores de

cacerolas y sartenes clamando por la renuncia del presidente, tomando las calles

con aplausos y bocinazos. En estas escenas, las fuerzas que se entrecruzaron,

emergieron de las “bambalinas al teatro” en las calles, en los lugares públicos

donde cada uno se enfrentó a otro para acordar o disentir, para ir a contrapelo de

las reglas económico sociales o reforzarlas en los intersticios de los espacios que

se ocuparon. Los cuerpos que vivieron esas jornadas fueron surcados con las

experiencias del cacerolazo como lugares de disociación del yo, como volúmenes

en perpetuo derrumbamiento.7

La dispersión de este fenómeno colectivo, sin coordinación alguna más que la de

la memoria histórica de tantas movilizaciones transcurridas, encontró a miles de

personas en las calles. La diversidad de consignas que se mezclaron el 19 y 20

que fueron desde carteles con leyendas que rezaban “Chau Chupete”, “No al pago

de la deuda externa”, hasta banderas pidiendo “juicio y castigo para los genocidas”

de la última dictadura o panfletos llamando a la población a hacer “el

argentinazo”, 8 fue un rasgo que distinguió a estas manifestaciones de cualquier

otra producida desde el advenimiento de la democracia. Además, este movimiento

que no tuvo rumbo fijo, ni organización desde algún partido, ni convocatoria desde

ningún sector determinado a priori, se continúo más tarde en grupos de trabajo

conformados por vecinos que comenzaron a gestarse espontáneamente en las

esquinas de los barrios a lo largo del país auto denominándose “asambleas”.

7 Ver FOUCAULT, MICHEL: “El discurso del poder, Nietzsche, la genealogía y la historia”, en “Hommage a Jean Hyppolite”, Editorial PUF, París, 1971, pág. 14.8 Información publicada en el Diario “La Capital”, noticia titulada “Para decirle chau a De la Rúa”, 21-12-2001, edición digital.

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Page 11: "Espacios, imaginarios y subjetividades en algunas experiencias de la Asamblea República de la Sexta" por Andrea Martínez Dorr

En Rosario las primeras movilizaciones congregaron 500 personas y luego

crecieron a 20.000 participantes, la mayoría auto convocados en el Monumento a

la bandera. Con el transcurso de los meses, el fenómeno masivo tanto a nivel local

como nacional fue menguando y las tradicionales marchas de los viernes en el

Monumento fueron cada vez menos numerosas. Sin embargo, el movimiento de

asambleas barriales continuó durante todo el año 2002 y según datos de los auto

convocados9, en enero del 2003 existían alrededor de 220 asambleas en todo el

país. De las mismas unas 80 se concentraban en Capital Federal y otras tantas en

el Conurbano bonaerense. Las provincias donde al parecer estaban más

arraigadas son Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos, Jujuy y Mendoza. Según la página

web “Asambleas Barriales de Rosario”, en abril del 2002 existían 46 asambleas

trabajando en la ciudad.

Asambleas en movimiento

Como señalé anteriormente, una vez culminado el aluvión participativo de las

jornadas de diciembre, surgieron a lo largo del país grupos de vecinos reunidos en

plazas, escuelas y clubes debatiendo cuestiones tan disímiles como la deuda

externa, la rebaja de impuestos, las desavenencias del corralito, la desocupación y

la infaltable corrupción de la clase política. Si bien al comienzo la participación

continuó siendo multitudinaria poco a poco el fenómeno disminuyó el número de

concurrentes y comenzó a ser tildado de “decadente, sin lograr expandirse más

allá de la catarsis clase mediera.”10 Medido en términos de éxito / fracaso y en

base primordialmente al número de participantes, las asambleas lentamente

dejaron de ser atractivas para los medios de comunicación e inclusive para los

partidos políticos. Sin embargo los grupos de trabajo conformados en nuestra

ciudad continuaron desarrollando múltiples actividades y encuentros en los

barrios.

9 Información publicada en el Diario “Página/12”, artículo “Están construyendo un mundo nuevo”, 20-01-2003, edición digital.10 Artículo “Las asambleas barriales entraron en un pozo de apatía e internismos”, publicado en del Diario “La Capital”, 17-03-2002, edición digital.

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La asamblea barrial que los vecinos auto denominaron “República de la Sexta”, tal

como comúnmente se llama al barrio comprendido entre las calles San Martín,

Pellegrini, 27 de Febrero y el río Paraná, nació en Rosario después del cacerolazo

tomando algunas de esas calles como lugares de reunión. En los inicios de la

asamblea el número de participantes era bastante alto superando en ocasiones

las 100 personas y hasta mediados del 2002 funcionó con un núcleo constante de

entre 30 y 40 integrantes.

El modo de trabajo de la asamblea según describieron en su momento los propios

vecinos en la página web de la misma11 fue reunirse una vez por semana en la

esquina de Colón y Cerrito aunque en los meses de invierno se consensuó como

lugar de encuentro la escuela “Juana Elena Blanco” (Pasco entre Alem y 1º de

Mayo). En esas reuniones, los coordinadores elegidos por los participantes

rotativamente12 preparaban el orden de los debates, agendando las propuestas

de los oradores. Luego de que los mismos daban su opinión y se debatían los

informes de las diferentes comisiones de la asamblea, los vecinos votaban o

acordaban los pasos a seguir.

Para agilizar el tratamiento de temas específicos la asamblea conformó

comisiones que trabajaron sobre distintas cuestiones, confeccionando informes

que como mencioné anteriormente eran discutidos durante las reuniones

semanales. Las comisiones que formaron esta asamblea son varias, entre ellas la

Comisión de Cultura, Reforma Política, Red Solidaria, Finanzas, Economía,

Prensa y Difusión y Servicios Públicos. Cada una de ellas se planteó algunos

objetivos sobre los cuáles han intentado trabajar a lo largo del tiempo:

Comisión de Cultura: emerge con la idea de reflexionar sobre la cultura que quieren los vecinos y

organizar actividades en las que el barrio sea protagonista. Entre estos eventos se mencionan

11 La página web de la Asamblea “República de la Sexta” es : http://www.asambleadelasexta.com.ar12 Los participantes han hecho bastante hincapié en esta rotatividad ya que la consideran esencial porque la “transparencia y el aprendizaje de todos es a través de la rotación en los puestos de representación”, tal como manifiestan en el link “Funcionamiento” de la página web. Ver Apéndice.

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talleres, mateadas, fogones siempre pensando en la calle con lugar de reunión y escenario ya que

su lema es “Del barrio al mundo”.

Comisión de Reformas Políticas: en esta comisión se alude al estudio de distintos sistemas que

se utilizan en las democracias más avanzadas del mundo contemporáneo con el objeto de

“asegurar al pueblo una mayor participación en la cosa pública, sin tener que delegar derechos,

dentro de la Justicia y la Libertad”13.

Comisión de Red Solidaria: este espacio aparece con la idea de rescatar la importancia de la

participación comunitaria para la mejora de la calidad de vida y el funcionamiento de los servicios

que la aseguran. Una de las acciones que se realizó para comenzar a trabajar fue un relevamiento

de las instituciones del barrio (estatales y no estatales).

Comisión de Finanzas: la misma se encarga de recaudar fondos por diferentes medios (alcancía,

buffet) para sustentar las actividades organizadas por la asamblea en el barrio.

Comisión de Economía: esta comisión aborda el estudio de problemas económicos como la

deuda externa o las privatizaciones con el objetivo de informar a los vecinos de la asamblea sobre

estas cuestiones.

Comisión de Prensa y Difusión: en este espacio a través de diferentes medios de comunicación

(masivos, volantes, e-mails) se divulgan las actividades y propuestas de la asamblea.

Comisión de Servicios Públicos: el objeto de esta comisión es estudiar y dar respuestas a los

problemas surgidos a partir de las tarifas de las empresas privatizadas, buscando los mecanismos

para “enfrentar los abusos de dichas empresas”14.

Desde sus comienzos y a partir de los trabajos en las diversas comisiones la

asamblea generó varios acontecimientos en el barrio. Uno de los primeros fue un

“Carnaval Popular” en el mes de febrero de 2002, actividad que surgió de la

Comisión de Cultura y que es recordada como una reunión singular porque fue

coordinada entre gente que a pesar de vivir en el mismo lugar prácticamente no se

conocía con anterioridad. Este carnaval reunió casi 700 personas, que previo corte

de calle por parte de los asambleístas, compartieron bebidas, la quema de

algunos muñecos y la música de las murgas convocadas por la asamblea para la

13 Extraído de http://www.asambleadelasexta.com.ar, link “Comisiones”. Ver Apéndice. 14 Extraído de http://www.asambleadelasexta.com.ar, link “Comisiones”. Ver Apéndice.

13

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ocasión. En los meses sucesivos los cortes de calle se hicieron habituales, una

vez para proyectar el video “La mayor estafa al pueblo argentino”15, donde se

mostró el proceso fraudulento de la deuda externa del país, seguido de un debate

sobre este tema que convocó en calle Ituzaingo a más de 200 vecinos. En otra

oportunidad se realizó un homenaje a Juan Delgado y todos los caídos en la

represión del 19 de diciembre, en la esquina donde los vecinos sostienen que la

policía asesinó a este joven (clientela habitual de la comisaría del barrio) durante

las turbulentas jornadas16. Estas son sólo algunas de las numerosas acciones que

emprendieron los asambleístas de República de la Sexta que han quedado

reflejadas en los sucesivos “Boletines informativos” publicados en la página web.

Ahora bien, ¿por qué afirmar que estas prácticas generadas por la asamblea

pueden ser pensadas como transformadoras en algunas cuestiones?, ¿existen

relaciones significativas entre el trabajo de esta organización y el barrio como

espacio público?, ¿en qué aspectos las prácticas de la asamblea cuestionan

ciertos mitos instituidos como regímenes de verdad?. ¿Cómo se vincula todo lo

anterior con la transformación de los sujetos sociales? Estos son los interrogantes

que intentaré indagar en adelante.

15 En este video se muestra el proceso de nacimiento de la deuda externa. Alejandro Olmos inició en 1982 un juicio penal contra la Deuda Externa Argentina sobre el cual el juez Jorge Ballestero dictó sentencia el 13/07/02 reconociendo el carácter fraudulento de esta deuda contraída por el la dictadura militar que comenzó en 1976. A pesar de dar por prescripta la causa, giró todo lo actuado al Congreso de la nación para que investigue las responsabilidades y para que estudie soluciones a este problema que afecta gravemente las condiciones de vida del pueblo argentino y la soberanía del Estado Nacional. Información extraída de “Ecos de la Sexta Nº 2”, artículo titulado “Proyectamos el Video de la Deuda Externa”. Ver Apéndice.16 Juan Delgado falleció el 19/12/01. La autopsia reveló que tenía 7 perdigones de plomo a la altura de la costilla derecha, tiros que se produjeron desde 5 mts. Tenía perdigones de goma en otras parte del cuerpo, todos producidos por itaka. En el muslo derecho tenía un orificio de entrada y salida producido por una itaka o una pistola 9 mm y dos golpes en la nuca. Diez testigos indicaron que los disparos los produjo la policía. Información extraída de “Ecos de la Sexta Nº 7”, artículo titulado “Juan Delgado”, escrito por Marcelo. Ver Apéndice

14

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De los practicantes en la “República de la Sexta”

Desde sus comienzos, las acciones de la asamblea generaron diversos

movimientos dentro del espacio barrial. Este grupo de vecinos llevó a cabo sus

reuniones en las esquinas y veredas o en alguna escuela del barrio, eligiendo

estos ámbitos para sus actividades. Además, la importancia del barrio como lugar

de encuentro emergió desde el inicio en sus discursos y prácticas. En la Comisión

de Red Solidaria se destaca el trabajo en conjunto con las instituciones del barrio

para mejorar la calidad de vida de los vecinos, por su parte, los integrantes de la

Comisión de Cultura tienen como lema “Del barrio al mundo”, considerando a las

calles como escenarios de sus convocatorias.

Las calles del barrio “República de la Sexta” se plantean entonces como lugares

reveladores para los asambleístas, donde se discuten problemas comunes y se

proyectan actividades, contraponiéndose de esta forma a los discursos que

cotidianamente los asocian con la inseguridad propia de las grandes ciudades

como Rosario. El protagonismo que los participantes asignan a estos sitios, nos

permite pensar en la relación que puede generarse entre las prácticas de la

asamblea y estas calles del barrio en términos de espacio.

En este sentido, Michel de Certeau introduce una diferenciación entre espacio y

lugar considerando al primero como un cruzamiento de movilidades animado por

un conjunto de movimientos que se despliegan. Mientras tanto, el lugar sería el

orden donde los elementos que lo conforman se distribuyen en relaciones de

coexistencia, ocupando cada uno un sitio determinado.17 De esta manera, “el

espacio es un lugar practicado”18 , donde los sujetos históricos efectúan

operaciones, especificando ese espacio mediante sus prácticas cotidianas. Esto

implica que los pasajes de los lugares a los espacios practicados y viceversa son

17 Ver DE CERTEAU, MICHEL: “La invención de lo cotidiano I. Artes de hacer”, Universidad Iberoamericana, México, 1996, Capítulo IX.18 DE CERTEAU, MICHEL: Ibidem, pag.129.

15

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constantes en los relatos de los sujetos asumiendo diversas formas de recorridos,

imágenes e itinerarios.

El barrio de la asamblea República de la Sexta como lugar practicado, es uno de

estos espacios en donde circulan, se borran y reaparecen diferentes relatos que

abren procesos de diseminación a través de las historias perdidas de quienes lo

transitan. De Certeau señala que hoy “los relatos se privatizan y se hunden en los

rincones de los barrios, de las familias o de los individuos, mientras que el rumor

de los medios cubre todo y, bajo la figura de la Ciudad, palabra clave de una ley

anónima, sustituye todos los nombres propios, borra o combate las supersticiones

culpables de resistirlo todavía.”19 Sin embargo, desde esta perspectiva, los

usuarios no son pasivos pasajeros sino que germinan en sus prácticas cotidianas

todo tipo de apropiaciones de este espacio, apareciendo ingenios minúsculos

para “valerse de”20 las mil formas de utilizarlo.

Así, una de las experiencias de la asamblea analizada resulta interesante para

pensar en este uso diferente de algunos espacios que realizaron los vecinos en

relación al barrio. Se trata de una colecta solidaria de alimentos llevada a cabo en

dos grandes supermercados del barrio, donde día a día transitan miles de

personas. Allí se recolectaron más de 3.000 kg. de alimentos aportados por los

vecinos que luego fueron distribuidos en los comedores “Juana Regules”, “La

Sexta” y “La Rigoberta”. La presencia de este grupo de asambleístas que se

turnaron esos fines de semana para estar en la puerta repartiendo volantes sobre

la colecta solidaria para el barrio -aclarando en los panfletos que esta tarea es

responsabilidad del Estado- se transformó, por algunos instantes, en una táctica.

Haciendo uso de un espacio que supuestamente confina a quien lo transita al

papel de consumidor pasivo, los asambleístas lo emplearon para llegar a los

vecinos, que si bien viven en el mismo lugar hasta ese momento no conocían a la

19 DE CERTEAU, MICHEL: Op. Cit., pag.120.20 DE CERTEAU, MICHEL: Op. Cit, pag.120.

16

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asamblea y tal vez tampoco los comedores para los que se recolectaban los

alimentos.

Por un momento se establece un juego distinto en un lugar inesperado. Y esta

acción de la asamblea con una inventividad propia genera una relación fugaz con

los transeúntes del supermercado que a su vez emplean las ofertas del día de una

manera diferente. De esta forma se eluden las reglas de un lugar con una lógica

supuestamente publicitaria, espectacular surgiendo una producción distinta “que

tiene como característica sus ardides, su desmoronamiento al capricho de las

ocasiones, sus cacerías furtivas, su clandestinidad, su murmullo incansable (...)”21

Los acontecimientos que ha generado la asamblea en el barrio como los

“Carnavales Populares” que encontraron a cientos de vecinos festejando en las

calles, representan una forma de habitar la ciudad. Mediante la reapropiación del

carnaval en el barrio que propuso y llevó a cabo este grupo de vecinos se

reinventan los espacios cotidianos, transitándolos de modo diferente:

“Todos los que estábamos ahí dijimos que boludez en medio de las desgracias del país, hacer un

carnaval pero fue ahhhhhh!!!!! Un alivio!!!!!! Te reconforta con el género humano. Y eso juntó

mucha gente, 700 personas en una cuadra.”22

Este breve comentario, pertenece a un vecino que recuerda el primer carnaval

festejado en el barrio. Luego, pasado un año se volvió a organizar este evento,

esta vez con una consigna especial. La quema del tradicional Rey Momo fue

representada con la figura de un buitre, aludiendo a los gobernantes que según los

asambleístas “de a poquito nos van comiendo lo poco que nos queda.”23 Este es el relato de

uno de los vecinos que aparece en la página web de la asamblea a propósito del

carnaval 2003:

21 DE CERTEAU, MICHEL: Op. Cit., pag.3822 Testimonio de Gervasio, participante de la asamblea “República de la Sexta”. Ver Apéndice, Entrevista.23 Extraído del relato sobre el Carnaval 2003, en “Ecos de la Sexta Nº 9”, artículo titulado “Nuevamente carnaval en la Sexta”, escrito por Marcelo. Ver Apéndice.

17

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“Como el año pasado, cuando llegó enero nos pusimos a debatir en la Asamblea como organizar el

carnaval. Este año surgió la idea de hacerlo junto a distintas organizaciones ya existentes en el

barrio, ya sea clubes, entidades comunitarias, comedores y todas aquellas que trabajen por el

desarrollo de la Sexta.(...)Llegada la noche del 15 se fueron acercando los grupos quienes con su

música y su colorido hicieron que la gente se acerque. Primero desfiló la comparsa Ara Mixu

(cuyos integrantes son en la mayoría de nuestro barrio) y luego se hicieron presentes las murgas

"Lo que somos" y "Los caídos del puente". Además distintas personas e instituciones del barrio

vendieron comida y de la bebida se encargaron los trabajadores del ex Supermercado Tigre de

calle Tucumán y Corrientes, (...). Si bien la concurrencia fue menor este año (el año pasado

estábamos en plena efervescencia post 19 y 20 de diciembre, con la gente todavía en la calle) fue

importante la presencia de la gente del barrio, la que se acercó con toda su familia, sus sillas y vino

compartir con nosotros su fiesta.”24

Estos festejos como procedimientos que aprovechan el espacio callejero para sus

propios fines implican jugadas, tácticas que de alguna forma desbaratan el orden

del territorio barrial. De Certeau señala tres operaciones que definen la ciudad

pensada desde el discurso urbanístico de la modernidad como la capacidad de

componer un espacio partiendo de administraciones y eliminaciones. Estas

operaciones tienen que ver con la producción de un espacio propio que anula las

contaminaciones, con la instauración de un no-tiempo basado en datos que

sustituyen las resistencias de las tradiciones y como corolario, la creación de un

“sujeto universal y anónimo que es la ciudad misma.”25

Sin embargo, esta ciudad-concepto, que para este autor sirve como señal

totalizadora de las estrategias socioeconómicas y políticas, se encuentra atrapada

en las innumerables redes contradictorias de los practicantes que hacen proliferar

“los ardides y las combinaciones de poderes sin identidad legible, sin asideros, sin

transparencia racional: imposibles de manejar.”26 Por un lado, cotidianamente

algunas de las prácticas de los vecinos en el barrio se viven en sintonía con los

procesos de esta ciudad-concepto, que rechaza los desvíos, las anormalidades, la

muerte, generando relaciones desde la inseguridad y desconfianza. Es muy

24 Testimonio de Marcelo, participante de la asamblea “República de la Sexta”, en “Ecos de la Sexta Nº 9”, artículo artículo titulado “Nuevamente carnaval en la Sexta.” Ver Apéndice.25 DE CERTEAU, MICHEL: Op. Cit., pag. 10626 DE CERTEAU, MICHEL: Op. Cit., pag. 107

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común hoy en día escuchar innumerables relatos sobre formas de cuidarse de los

robos y hasta la proliferación de nuevos personajes urbanos como los guardias de

seguridad privados que observan a los transeúntes escudriñando sus

movimientos, así como infinidad de recomendaciones mediáticas para vivir

seguro.27 No dejamos de oír por TV y radio rumores de asaltos, secuestros y

muerte en las calles de la ciudad que la totalizan cerrando las posibilidades de las

grietas. Mientras estos rumores totalizan instaurando una nivelación del espacio,

“creador de movimientos comunes que refuerzan un orden al agregar un hacer

creer al hacer hacer”28, los relatos como aventuras narradas en la cotidianeidad

representan aperturas y disgregaciones dentro de ese espacio.

En este sentido, uno de los asambleístas recuerda estos carnavales que

mencionábamos, como algo que cambió su presunción de que los vecinos “eran

todos unos forros”29. Este asambleísta vivió los momentos previos al comienzo del

festejo carnavalesco que se realizó en el 2002 con música, bebidas, una quema

de muñecos y murgas, pendiente del temor de que quienes no participaban de la

asamblea se molestaran por los ruidos e inclusive llamaran a la policía. Sin

embargo esto no sucedió. A partir de la convocatoria de la asamblea los vecinos

se sumaron a la fiesta con sillas y mesas en la vereda:

“(...) Y no se le pidió permiso a la gente, gente que no iba a la asamblea. Había un sólo vecino de

esa cuadra, pero el resto no y buena onda. Yo decía <estos cuando empiecen a ver música y

cosas van a llamar a la policía>, y no!, alguno se habrá fastidiado y no dijo nada y los otros sacaron

la mesita y la sillita afuera para ver.. y a las dos de la mañana un par dijeron <cortenlá!> y ya está,

todo bien.”30

27 Son ilustrativas al respecto las instrucciones brindadas por Gerentes de empresas de servicios señalando a los usuarios cómo identificar a un posible agresor a partir de algunas señales en su uniforme o de un llamado telefónico para verificar la autenticidad del visitante. También aparecen desde la tv especies de “recetas” para protegerse de los asaltos callejeros, dando indicaciones sobre cómo circular por la ciudad para evitar robos o secuestros (cruzar la cartera o evitar el uso de la misma, buscar calles transitadas para circular en automóvil, utilizar sólo taxis de empresas conocidas, tomar ciertos recaudos al dirigirse a cajeros automáticos, etc.)28 DE CERTEAU, MICHEL: Op. Cit., pag. 12029 Testimonio de Gervasio, participante de la asamblea “República de la Sexta”. Ver Apéndice, Entrevista.30 Testimonio de Gervasio, participante de la asamblea “República de la Sexta”. Ver Apéndice, Entrevista.

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De esta forma, paulatinamente se continuaron organizando actividades y festejos

teniendo como espacio de encuentro diversas calles del barrio. Así en junio del

2002 más de 200 vecinos volvieron a festejar la fogata de San Pedro y San Pablo

rescatada como “símbolo de la unidad del pueblo (en sus orígenes fue la unidad entre judíos y

paganos)”31, que consistió en quemar algo y hablar de una costumbre rescatada de

la infancia a la que se sumó un final con batatas fritas, vino y baile. Más adelante,

el domingo 25 de agosto el festejo en la calle fue por el Día del Niño, destacando

ese evento en el que se encontraron chicos y grandes como importante para

analizar y conocer los Derechos del Niño y la situación que viven en la actualidad.

El lema que convocó a más de 150 vecinos fue: “Los chicos tenemos derechos. Lo

que no se dice parece que no existe, pero... los chicos tenemos derechos”. Las

calles se llenaron nuevamente de música con la murga “Los rebeldes”, también

hubo juegos y se compartieron chocolate y galletitas entre los participantes.

Pequeñas fugas -como movimientos que desestabilizan el orden y diluyen las

funciones determinadas a priori para ciertos espacios- aparecen en estas fiestas y

celebraciones que relaté anteriormente, así como también en la colecta que fue

analizada más arriba. En esos momentos, los espacios por donde habitualmente

circulan vehículos particulares, transportes públicos y peatones, se transforman en

algo distinto, “donde se producen relaciones fugaces que pueden dejar huellas tan

profundas como amistades, amores, críticas y rencores”.32

En este sentido, podemos pensar a las calles como fragmentos que trascienden el

límite estructural dado por la geometría, transformándose en un límite fractal

(indefinido, irregular e interrumpido) que forma una línea de frontera, como una

zona en la que circulan múltiples fuerzas que generan diversos movimientos,

redes de relación y comunicación en constante cambio. Esta frontera permite para

Deleuze la aparición de líneas de fuga, de ruptura, de creación de nuevos

espacios. Otro de los movimientos presente en las calles como línea de frontera

31 Artículo “Fogata de San Pedro y San Pablo”, publicado en “Ecos de la Sexta Nº 4.” Ver Apéndice.32 ROJAS, EDILSA Y GUERRERO, MARTHA: “La calle del barrio popular: fragmento de una ciudad fragmentada”, Revista Barrio Taller, Serie Ciudad y Hábitat, Nº 4, 1997, edición digital, http//www.barriotaller.org.co

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Page 21: "Espacios, imaginarios y subjetividades en algunas experiencias de la Asamblea República de la Sexta" por Andrea Martínez Dorr

es la ruptura que aparece como una fuga organizada, afianzada, donde los

segmentos se radicalizan y se produce un distanciamiento, se demarca un

territorio que es defendido frente a un “otro”. 33

En la toma de uno de los tanques de la empresa Aguas Provinciales que la

asamblea llevó a cabo en Octubre de 2002 se produce una ruptura donde los

asambleístas demarcan este territorio. Organizados con otras Asambleas de la

zona, varios grupos de vecinos se concentraron en la intersección de Riobamba y

Ayacucho con la consigna: "Que se vayan todas las empresas imperialistas de la

Argentina."34 Así relataron los vecinos en qué consistió esta manifestación:

“La comisión de Cultura se presentó con un buitre de tamaño gigante y con disfraces alusivos

quedando como símbolo de dicha protesta y se leía en un cartel que colgaba del cuello del animal:

<Buitre- ave de rapiña, social, que se alimenta de carroña>. Y se colocó un lienzo y los vecinos

escribieron la consigna que llevábamos. Se cortó la calle y se quemó cubiertas como expresión

tomada por el conjunto y la mayoría del pueblo para hacer valer sus reclamos. Leyéndose un claro

y exigente documento, con aplausos y cánticos al cabo de una hora y media de acción nos

retiramos del lugar.”35

Entre los puntos más importantes del documento leído en ese singular acto, se

encontraron la rotunda oposición a los “tarifazos” y la renegociación con Aguas

Provinciales. Sumado a esto, la propuesta de un nuevo modelo de gestión pública

y social con participación ciudadana que asegure menor tarifa, buena calidad y la

defensa del agua como bien común y derecho humano. En ese momento de

ruptura, se aísló ese sector del resto de la ciudad para ejercer presión y durante

estos acontecimientos, “la calle “escrita” desde el no lugar de tránsito puede ser

“leída” como el lugar de la experiencia, de la relación, el relato”.36

33 Ver ROJAS, EDILSA Y GUERRERO, MARTHA: Op. Cit.34 Artículo “Concentración en el tanque de Aguas de Riobamba y Ayacucho”, publicado en “Ecos de la Sexta Nº 6.” Ver Apéndice.35 Ibidem. Ver Apéndice.36 ROJAS, EDILSA Y GUERRERO, MARTHA: Op.Cit.

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Page 22: "Espacios, imaginarios y subjetividades en algunas experiencias de la Asamblea República de la Sexta" por Andrea Martínez Dorr

Estas prácticas que hablan sobre las maneras de hacer de los vecinos en el

espacio del barrio remiten a tres lugares que señala de Certeau donde se exponen

“las formalidades de estas maneras ocasionales de hacer”37. Las mismas están

relacionadas al uso de los juegos, relatos y cuentos como zonas donde los

practicantes almacenan reglas organizadoras de jugadas, relatos donde se

memorizan repertorios de acciones, como recopilaciones de tácticas que luego

son puestas en práctica.

Los festejos del carnaval, los relatos surgidos en la fogata de San Pedro y San

Pablo, los juegos propuestos para grandes y chicos el día del niño pueden ser lo

que este autor marca como “autoridades locales”, fallas en el sistema que saturan

de significación los lugares posibilitando el despliegue de recorridos que entran y

salen de esos espacios reinventándolos una y otra vez. “El totalitarismo

funcionalista (incluido en el momento que programa juegos y fiestas) busca por

todos los medios eliminar estas autoridades locales, pues éstas mismas

comprometen la univocidad del sistema”38

La entrada y salida, el pasaje del rumor al relato, tiene que ver también con la

puesta en movimiento del lugar como sitio de lo memorable, donde habitan estas

leyendas, cuentos, juegos cuya importancia es la de crear espacios en los

intersticios, con los restos de “predicados heroicos o cómicos (...) fragmentos de

lugares semánticos dispersos.”39 Lo memorable de estos relatos que dispersan se

constituye en movimientos que se desplazan, “el relato desempeña un papel

decisivo. En verdad, describe. Pero toda descripción es más que un acto de

fijación , es un acto culturalmente creador. La descripción cuenta incluso con un

poder distributivo y con una fuerza preformativa (hace lo que dice)(...)”40

La ciudad, el barrio y sus calles como espacios practicados y relatados por los

asambleístas, nos hablan de apropiaciones y usos que inventan formas de

37 DE CERTEAU, MICHEL: Op. Cit., pag. 2638 DE CERTEAU, MICHEL: Op. Cit., pag. 11839 DE CERTEAU, MICHEL: Op. Cit., pag. 12040 DE CERTEAU, MICHEL: Op. Cit., pag 135

22

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“escamotear”41 la experiencia de dichos espacios como zonas sin posibilidad de

modificación por parte de sus pasajeros. En una ciudad cada vez más

tecnocrática, envuelta en el rumor de los medios electrónicos, los sujetos ponen

en práctica huidas, travesías y argucias en lo cotidiano que los llevan a estar en el

centro de la escena política dada la atomización existente. Tal como señala de

Certeau, estas formas de reapropiarse del sistema “tienden a una terapéutica de

los vínculos sociales deteriorados”42. En la asamblea, a través de los

acontecimientos producidos estos vínculos se fortalecen y al mismo tiempo, como

cuestión política fundamental aparece la voluntad de organizar colectivamente

algunos temas inherentes al barrio.

“El cambio en el barrio no es muy tangible, es tangible para los que van a la asamblea con el

barrio. Hay uno del chicos que me decía, hace 8 años que vivo en el mismo lugar y a partir de la

asamblea me volví vecino. Es una cuestión vivencial, la vida no es la misma para mi... capaz que la

asamblea se diluye pero yo y la gente que está ahí no vamos a ser los mismos, mucha gente me

parece que tiene esta percepción. De decir este país de mierda, toda la gente es de mierda, a decir

bueno ésta es la gente, no somos todos de mierda... escuchar gente que es afín y que vive a una

cuadra, dos cuadras de tu casa. Gente de la que podrías haber sido amigo y te empezás a hacer

amigo ahí”43

A cciones, discursos y espacios de aparición

Cuando hablamos de fugas, desobediencias, relatos de los practicantes para

apropiarse de los espacios, podemos señalar infinidad de ejercicios cotidianos que

fueron emergiendo desde la aparición de la asamblea. En el punto anterior

también mencionábamos estas prácticas como voluntad de resolver

colectivamente algunos asuntos vinculados al barrio y la ciudad. Esto representa

una cuestión política fundamental en relación con las apropiaciones del espacio y

abre nuevos ejes de análisis.

41 Ver DE CERTEAU, MICHEL: Op. Cit., Capítulo II.42 DE CERTEAU, MICHEL: Op. Cit., pag LV43 Testimonio de Gervasio, participante de la asamblea “República de la Sexta”. Ver Apéndice, Entrevista.

23

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En este sentido, en las reuniones llevadas a cabo en calles, casas o en una

escuela del barrio por los asambleístas siempre se ha destacado la horizontalidad

y heterogeneidad como principios fundamentales de la asamblea. Para los vecinos

la rotatividad de los coordinadores elegidos para preparar el orden de los debates

y agendar las propuestas ha sido esencial para la transparencia y el aprendizaje

de los participantes. Pero esto va más allá de una cuestión organizativa, sostiene

una forma diferente de apropiarse de la política por medio de estas prácticas del

espacio.

Hannah Arendt señala que el campo de la política es el del pensamiento plural, es

decir se basa en la capacidad de pensar desde la perspectiva de los otros en

lugar de estar de acuerdo consigo mismo. Esta cualidad dialógica de la política

implica un espacio de palabra y acción, es decir un mundo público. La autora

marca la importancia política tanto del discurso como de la acción, sin los cuáles

es imposible revelar las distinciones de un agente en el mundo ya que a través de

las palabras y los actos nos insertamos en él. Así “esta cualidad reveladora del

discurso y de la acción pasa a primer plano cuando las personas están con otras,

ni a favor ni en contra, es decir, en pura contigüidad humana”44.

Los recorridos del espacio barrial que analizamos anteriormente, poblados de

actos y voces singulares y diversas al mismo tiempo, crearían para Arendt un

espacio de aparición. Como esfera pública conformada por la trama de las

relaciones humanas, este espacio es frágil y potencial ya que persiste en tanto

que “la gente se reúne, se encuentra potencialmente allí, pero sólo

potencialmente, no necesariamente ni para siempre.”45 Esa trama de relaciones

que se urden durante los procesos del actuar, es la trama de las relaciones

humanas, intangibles, que no dejan necesariamente resultados y productos

finales, “sin embargo, a pesar de su intangibilidad, este “en medio de” no es

menos real que el mundo de cosas que visiblemente tenemos en común.”46

44 ARENDT, HANNAH: "La condición humana", Ediciones Paidós, Barcelona, 1998. Capítulo V, pag. 239 45 ARENDT, HANNAH: Op. Cit., pag. 26346 ARENDT, HANNAH: Op. Cit., pag. 243

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Así, a las prácticas de los usuarios en el barrio a través de las diferentes

actividades que fui describiendo al comienzo, se suma la proliferación de

discursos ligados a estas acciones, ilimitadas e imprevisibles. Si la esfera política

surge del actuar juntos, compartiendo palabras y actos, la asamblea puede

considerarse una esfera política teniendo en cuenta siempre la futilidad y a la vez

potencialidad de discursos y acciones. De hecho, en algunas vivencias de los

asambleístas esta potencialidad queda marcada notablemente:

“Y la gente cuando hablaba se dirigía a otro que no sabía quién carajo era, en tono de queja, “hay

que...”, como si estuvieran hablándole a un político. Toda la gente hablaba muy enojada, con

mucha impotencia... Mucha gente no soportaba escuchar al prójimo, incluyéndome. Es difícil, muy

difícil, gente que no conoces, que por ahí dicen gansadas con las que vos no estás de acuerdo y

decís no, no es así!!!!!! Pero igual tenés que esperar que termine de hablar.(...) Los momentos en

los que estoy a pleno en la asamblea es cuando siento el poder ejercido del otro sobre mí, que te

marca algo o te convence o cuando vos convencés a los demás. El poder la conversación de la

charla, volver a tu casa y pelearte en silencio con alguien, y decir < tiene razón>.”47

El poder para Arendt es el poder de actuar juntos y la pluralidad es una condición

esencial para la práctica política como la unión entre personas diferentes y

desiguales. Teniendo en cuenta la heterogeneidad de la asamblea que mezcla

trabajadores, desocupados, estudiantes, ex militantes de partidos políticos y amas

de casa, y la horizontalidad para la toma de decisiones rechazando las posiciones

jerárquicas, podemos afirmar que es un espacio de aparición como pequeña y

potencial esfera pública.

Sin embargo, durante el proceso de emergencia de las asambleas, entre ellas la

que estamos analizando, la percepción de muchos ciudadanos, políticos,

instituciones ha sido que las mismas “sólo se quedan en palabras”, o que

constituyen un fenómeno que no logra “expandirse más allá de la catarsis clase

mediera.”48 Analizado desde esta perspectiva, en base a la disminución del

número de participantes y por otro lado a la sensación de que las discusiones se

47 Testimonio de Gervasio, participante de la asamblea “República de la Sexta”. Ver Apéndice, Entrevista.48 Artículo “Las asambleas barriales entraron en un pozo de apatía e internismos”, publicado en el Diario “La Capital”, 17-03-02, edición digital.

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quedan meramente en palabras que no cambian nada, las experiencias de las

asambleas serían un espacio ocioso y básicamente ineficiente. No obstante, como

una forma de apropiarse de la política, las modalidades y prácticas de las

asambleas se destacan por el valor y respeto asignado a los discursos. Así, en el

Tercer Encuentro de Asambleas Barriales y Organizaciones Sociales se enfatizó la

importancia del diálogo en un sentido constructivo, dándole un valor poco

frecuente en otras instituciones:

“Bajo el lema "Unidad en la diversidad" el 1° de Febrero pasado las asambleas barriales

convocamos a un amplio espectro de organizaciones sociales, gremiales y políticas para debatir

como hacemos para construir la unidad popular sin repetir los fracasos del pasado. Hay que

destacar la gran cantidad de organizaciones que participaron del encuentro, sumando mas de 40

con casi 200 delegados. Los debates que se dieron en las distintas mesas fueron extremadamente

ricos y diversos, donde reinó un clima de respeto y cordialidad. Si el objetivo principal fue el de

poder sentarnos todos en una misma mesa, y dialogar sin intentar imponerse el uno sobre el otro,

disentir sin faltarnos el respeto e intentar construir desde las diferencias una alternativa que nos

permita empezar a soñar con una sociedad distinta, entonces el encuentro fue todo un éxito.”49

El hincapié en la práctica del respeto presente no sólo en esta reunión específica

sino en las modalidades de acción de las asambleas constituye para Arendt “una

especie de <amistad> sin intimidad ni proximidad; es una consideración hacia la

persona desde la distancia que pone entre nosotros el espacio del mundo (...) Así,

la moderna pérdida de respeto, o la convicción de que sólo cabe el respeto en lo

que admiramos o estimamos, constituye un claro síntoma de la creciente

despersonalización de la vida pública y social.”50

Con respecto a la ociosidad de las palabras, Hannah Arendt señala que

históricamente desde la antigüedad hasta la modernidad los filósofos políticos han

desconfiado de esta pluralidad, poniendo a la acción bajo sospecha. “Escapar de

la fragilidad de los asuntos humanos para adentrarse en la solidez de la quietud y

el orden se ha recomendado tanto, que la mayor parte de la filosofía política desde

49 Artículo “Tercer encuentro de Asambleas Barriales y Organizaciones Sociales”, publicado en “Ecos de la Sexta Nº 9.” Ver Apéndice.50 ARENDT, HANNAH: Op. Cit., pag. 319

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Platón podría interpretarse fácilmente como los diversos intentos para encontrar

bases teóricas y formas prácticas que permitan escapar de la política por

completo.” Pese a todo, acciones y discursos siguen fluyendo en lo cotidiano y

particularmente en asambleas como la analizada cobran un papel fundamental en

la creación de pequeños espacios públicos, no como lugares a priori sino como

espacios gestados por las acciones y palabras de quienes los conforman.

Así, esta autora señala que dentro del mundo público, las palabras, lejos de ser

ociosas, sellan contratos ligando a los miembros de los mismos “a través de la

fuerza de las promesas mutuas”51. Esta capacidad de “asentimiento”52 pensado

como participación en cuestiones de interés público es la que Arendt rescata

como importante frente a la desconfianza ante los procesos constitucionales y la

sospecha de las promesas no ya abstractas sino concernientes a las prácticas de

todos los días. Si las organizaciones humanas se basan en la capacidad del

hombre para hacer promesas y cumplirlas, y en el diminuto espacio de esta

asamblea se ven plasmados intentos de practicar promesas y actuar en

consecuencia, entonces las palabras no serían tan vanas e ineficientes. Más

adelante indagaré cómo ha emergido esta pasión por la eficacia, cómo han sido

los procesos por los cuales la sensación de inutilidad de las palabras o acciones

colectivas se impregnó en nuestras rutinas.

51 ARENDT, HANNAH: “Entre el pasado y el futuro”, Editorial Perspectiva, San Pablo, 1972, pag. 9352 Arendt toma este concepto de Eugene Rostow, no en el sentido de “simple aquiescencia” sino como “activo apoyo y continua participación en todas las cuestiones de interés público”, en “Entre el pasado y el futuro”, Ibidem, Capítulo V “Desobediencia Civil”.

27

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Rastros de la construcción democrática argentina

En el apartado anterior, vimos los usos cotidianos del espacio que efectuó la

asamblea y de que formas se apropió de los mismos para crear y recrear diversas

relaciones sociales. Me gustaría re pensar entonces algunos procesos que

configuraron en nuestro imaginario ciertas percepciones sobre las relaciones

sociales en la vida democrática de nuestro país.

Cabe preguntarse cuáles han sido los modelos de relaciones entre los grandes

actores sociales involucrados en estos procesos macro como el Estado, la

ciudadanía o la clase política, pero también intentar emprender un análisis

minúsculo de las relaciones cotidianas que construyen el juego democrático y las

posibilidades de nuevas formas de sentir, pensar y actuar en esas relaciones

diarias, que denominamos anteriormente “líneas de fuga”53.

En este sentido podemos pensar algunos conceptos de Cornelius Castoriadis en

cuanto a lo que él define como la institución de la sociedad y las perspectivas de

cambio. Este autor plantea que los sujetos somos fragmentos ambulantes de la

institución de nuestra sociedad, que para funcionar como un todo coherente

construye individuos capaces de perpetuar las múltiples instituciones particulares

como normas, valores, lenguaje, herramientas, procedimientos y “métodos de

hacer frente a las cosas y de hacer cosas”.54 Es decir que la unidad de las

sociedades en su subjetividad colectiva es mantenida a través de la

consolidación y reproducción de sus producciones de sentido, lo que Castoriadis

señala como una urdiembre compleja de significaciones que denomina magma de

las significaciones imaginarias sociales que “empapan, orientan y dirigen toda la

vida de la sociedad considerada y a los individuos concretos que corporalmente la

constituyen”55. Este imaginario social es formado por mitos que son el modo por el

que la sociedad catectiza con significaciones el mundo y su propia vida en el

53 Ver Glosario54 CASTORIADIS, CORNELIUS: “Los dominios de hombre: las encrucijadas del laberinto”, Editorial Gedisa, Barcelona, 1988, pag. 6755 CASTORIADIS, CORNELIUS: Ibidem, pag. 68

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mundo, como sentidos organizadores que sustentan la institución de normas,

valores y lenguajes que producen determinadas subjetividades.

Los mitos sociales como cristalizadores de sentido son claves para el

sostenimiento del Imaginario social efectivo (instituido), distinguiéndolo del

imaginario social radical (instituyente). El primero mantiene unida a la sociedad

mientras que el segundo opera como resistencia de lo consagrado que hasta no

ser trastocado opera como régimen de verdad. Todo esto implica que el

sostenimiento de estos regímenes de verdad, de las instituciones de una sociedad

dada en un momento histórico y su continuidad no sólo está relacionada a las

condiciones materiales económicas que la producen sino a la eficacia simbólica de

estos mitos, emblemas y rituales.56 Pero al mismo tiempo, al considerar que la

sociedad es creación es decir obra de lo imaginario social, Castoriadis abre el

campo histórico social al cambio, a la auto creación. La creación es la manera en

la que emergen formas histórico sociales nuevas.

Podemos pensar según estos conceptos en los mitos como regímenes operantes

en la sociedad argentina y en las significaciones imaginarias sociales construidas

a través de la historia en base a las que hemos pensado y practicado, tal como

señala Castoriadis, la democracia, la ciudadanía, la política y el Estado en

diferentes contextos históricos. En este sentido, Isidoro Cheresky realiza un

interesante recorrido por lo que denomina una “genealogía de la ciudadanía

independiente”57. En primer lugar este autor habla de un diagnóstico de crisis para

el dispositivo democrático actual y de un uso renovado y con fuerza del término

ciudadanía que está dando cuenta de esta crisis. En sociedades como la argentina

de tradición populista la referencia a la ciudadanía está ocupando el lugar que se

asignaba al pueblo como actor del que emanaba la legitimidad del poder y que era

reconocido por su enfrentamiento con un enemigo en una lucha existencial. El

56 Ver FERNANDEZ, ANA MARIA: “De lo imaginario social a lo imaginario grupal”, Revista Actualidad Psicológica, Bs. As., 1992.57 CHERESKY, ISIDORO: “La ciudadanía, la opinión pública y los medios de comunicación”, arículo publicado en la Revista de Ciencias Sociales, editada por el Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Quilmes, Bs. As., 2000. Edición digital http//www.argiropolis.com.ar

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pueblo como actor político estaba dotado de una voluntad constitutiva de carácter

natural en base a la cual en distintos contextos las fuerzas políticas asentaron su

legitimidad.

Por el contrario, la legitimidad contemporánea tiene su fuente en una masa de

individuos heterogénea, cuya única condición común son ciertos atributos

formales, universales, sin reconocerse por algún antagonismo concreto y

permanente. Es decir que a diferencia del pueblo, la ciudadanía no es pensada

como un sujeto en sí misma, sino como clivajes y agrupamientos temporales. La

voluntad que antes era natural se encuentra ahora atomizada en el acto electoral.

Paralelamente se expande como elemento central de la arena política el “estado

de la opinión” que de alguna forma se suma y supera a las condiciones que

ejercían los sindicatos, corporaciones y estructuras partidarias frente a la elite

política. La “opinión pública” ha captado la atención de los políticos quienes

orientan sus opiniones y promesas en base a las encuestas en una vida política

que asume rasgos de campaña electoral permanente.58

Gran parte de las transformaciones que marca Cheresky con respecto a la

ciudadanía tienen que ver con el acceso y el uso de los derechos políticos

universales durante este siglo. Sin pretender un análisis exhaustivo, tomaré

algunos puntos claves que señala este autor para pensar cómo han operado las

significaciones imaginarias sociales que mencioné anteriormente en las prácticas

sociales.

Cheresky apunta la conformación de la ciudadanía actual como un proceso que

reconoce el impacto de olas sucesivas de naturaleza diferente pero que estuvo

fuertemente marcada en primera instancia por el llamado “proceso de

reorganización nacional” que comienza en 1976. En este período se gesta un

movimiento de derechos humanos que “conmovió las creencias políticas de los

58 Ver CHERESKY, ISIDORO: Op. Cit.

30

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argentinos e impulsó su reformulación”59. La desaparición física de personas y la

exigencia de familiares y allegados enfrentando al Estado públicamente como

garante de la seguridad de las personas implicaron en ese momento una

perspectiva diferente en cuanto a la visión del Estado y los derechos políticos y

sociales.

Mientras en las tradiciones anteriores la referencia de legitimidad era relativa a la

voluntad popular, sin tener demasiado presente al Estado de derecho, esta vez el

derecho a la vida surge en la escena pública, donde el derecho como una

protección para todos prácticamente no existía como experiencia. Para este autor,

los familiares de las víctimas -entre ellos las Madres de Plaza de Mayo- al salir de

sus gestiones privadas y reclamar con recursos legales, invocando los derechos

civiles y manifestando públicamente, los establecieron como principios

constitutivos de la vida pública independientes del poder. De esta manera se fue

configurando una experiencia de poder social que se extendió y logró cambiar el

curso de los acontecimientos.

Al establecerse el régimen constitucional, prevaleció una legitimidad humanista

por sobre la legalidad de facto, iniciándose el proceso que culminó en la condena

de los jefes militares. “La experiencia del movimiento de derechos humanos ha

dado bases consistentes al establecimiento de un régimen democrático. El

proceso iniciado en 1983 no tiene el signo de una restauración de la democracia

sino de una refundación, precisamente porque se ha abandonado parte de la

tradición en beneficio de una concepción deliberativa y pluralista de la democracia

y garantizada por instituciones acordes con la idea de que el Estado es de

todos.”60

Más tarde, la experiencia hiperinflacionaria de 1989 marcaría una segunda ola en

la conformación de la nueva ciudadanía que sumada a las políticas impulsadas

por el menemismo, trasformarían las relaciones con el Estado y la política y por

59 CHERESKY, ISIDORO: Op. Cit.60 CHERESKY, ISIDORO: Op. Cit.

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ende las significaciones imaginarias sociales en términos de Castoriadis. En este

sentido, Hugo Quiroga aporta algunas pistas comenzando por pensar cómo las

políticas neoliberales aplicadas por el gobierno de Menem instalan la noción de

libertad económica para fijar los límites precisos de actuación del Estado

planteando como inmejorables los mecanismos anónimos e impersonales del

mercado y como un desvío colectivista la dirección planificada de la sociedad.

Incluso este razonamiento se agudiza aún más cuando del pensamiento

expresado más arriba se desprende que sin libertad económica no hay libertad

política, es decir sin economía de mercado no hay democracia posible.61

Estas propuestas neoliberales impulsadas por los sucesivos gobiernos

menemistas obtuvieron el consenso de una gran parte de la sociedad argentina.

Por un lado, grandes franjas de los sectores medios y altos asimilaron durante la

última década la democracia tanto a la estabilidad institucional y la emisión del

voto como a la estabilidad económica individual. De esta forma, para que la

democracia continúe y el país “avance” fueron imprescindibles las

transformaciones neoliberales como las privatizaciones y el desmantelamiento del

Estado. De otro modo quedábamos a la espera del caos, y esto era vivido como

una realidad natural y a histórica, es decir inmodificable, rasgo que caracteriza el

funcionamiento de los mitos que mencionábamos al principio como

cristalizaciones de sentido que se instituyen como regímenes de verdad.

La democracia pensada como estabilidad económica y asociada a una

determinada capacidad de consumo marcó un repliegue hacia lo individual y la

legitimación mediante el voto de políticos que, si bien se sabían corruptos, con la

ficción de la paridad cambiaria garantizaban que los pequeños y grandes negocios

pudieran seguir funcionando. Este es otro mecanismo mediante el cuál, según

marca Ana María Fernández, operan los mitos: por deslizamientos de sentido que

vuelven equivalentes cuestiones muy disímiles.

61 Ver QUIROGA, HUGO: “ Estado, política y mercado. Dimensiones del debate actual en la Argentina”. Revista Estudios Sociales Nº 5, Universidad Nacional del Litoral, Santa Fe, 1993.

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Page 33: "Espacios, imaginarios y subjetividades en algunas experiencias de la Asamblea República de la Sexta" por Andrea Martínez Dorr

La ecuación que iguala democracia y economía de mercado es de gran eficacia

simbólica ya que así como el mercado se desarrolla en términos individuales, la

democracia deja de relacionarse con el bien común o con un proceso de

construcción colectiva pasando a ser un resultado de la tan mentada “mano

invisible del mercado”. La estabilidad económica pasa entonces a ser valorizada

como un bien a conservar, “prolongándose de este modo la experiencia de

patrimonio común cuyo núcleo había sido el reconocimiento de los principios

democráticos en 1983.”62 El liberalismo conservador propugnó con el consenso de

gran parte de la sociedad argentina una modernización capitalista basada en el

mercado y representada casi exclusivamente en la figura del bienestar material.

“El corolario de esta dinámica modernizadora es la imagen de un individuo

insolidario (apático, desinteresado por los asuntos comunes) y la tendencia a la

exclusión de amplios sectores de la población ( tanto del mercado de trabajo como

de la protección social)”63

Como señalaba anteriormente los mitos operan como totalizaciones que, vividas

como la realidad objetiva, organizan las formas de los lazos sociales y permiten la

producción de consensos, in visibilizando los procesos socio históricos. Al mismo

tiempo los mitos instituyen exaltaciones y negaciones articuladas delimitando en

un mismo acto semántico superlativamente sus visibles y volviendo inexistentes

por innominado todo posicionamiento o práctica que desdiga algún aspecto del

mito64. En este sentido, una de las narrativas más repetidas en esta década es la

estabilidad económica frente al caos hiperinflacionario, esta exaltación de los

grandes equilibrios económicos es marcada como un espacio superlativo

denegando las consecuencias como la desindustrialización, la desocupación, la

falta de justicia, y el aumento de la pobreza entre otras cuestiones.

62 CHERESKY, ISIDORO: Op. Cit.63 QUIROGA, HUGO: Op. Cit., pag. 10864 Ver FERNANDEZ, ANA MARIA: Op. Cit.

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Por último, la impronta del neoliberalismo en nuestro país tiene como correlato

tanto la crisis del modelo estatal de desarrollo como la crisis de la política,

marcada por la deslegitimación de los partidos y la falta de credibilidad de sus

dirigentes. La política es identificada por esta ciudadanía fragmentada y

desmovilizada como otro “negocio” más, como “política de intereses” asociada a

un espacio de corrupción dentro de la democracia, donde los profesionales en

este terreno no están interesados en el bien común sino en obtener lugares de

poder. Tal como señala Quiroga, “las organizaciones partidarias en no pocas

ocasiones, han frustrado las esperanzas que ellas mismas generaron en sus

plataformas y en sus promesas electorales. Las decepciones se acumulan en el

tiempo, para luego incidir en la capacidad de esas estructuras para articular

voluntades, de allí pues su apelación a figuras extrapartidarias de reconocido

prestigio en ámbitos no políticos para representar a la sociedad y recuperar

credibilidad.”65

Si recapitulamos sobre los imaginarios en base a los cuales los actores sociales a

nivel macro han establecido relaciones a lo largo de esta última década vemos

que existe un debilitamiento en las pertenencias tradicionales como los partidos

políticos o los sindicatos lo cual ha implicado una desagregación de los actores

sociales. Así, la referencia a la ciudadanía y su representación política tiene que

ver con una cuestión delegativa. Sin embargo y volviendo a los conceptos de

Castoriadis, el campo histórico social es creación y no heteronomía. Ésta última

representa un estado en que son dados de una vez por todas los principios, los

valores, las leyes las normas y las significaciones sin poder los individuos o la

sociedad obrar sobre ellos.

Para Castoriadis, esta heteronomía es un proceso histórico de autoocultación de

la sociedad, de desconocimiento de su propia autonomía, es decir la capacidad de

establecer su propia ley por sí misma tanto en el plano colectivo como individual. Y

esto se relaciona con la doble dimensión de lo imaginario social, es decir su

65 QUIROGA, HUGO: Op. Cit., pag. 129

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capacidad de conservar lo instituido pero también de transformarlo, situando la

dimensión de la producción de significaciones y la construcción de subjetividad

“como una temática inseparable del problema del poder.”66

Apropiación de las significaciones y mitos cotidianos

Es en las prácticas cotidianas donde las significaciones imaginarias sociales que

hemos revisado se hacen carne y donde los mitos operan día a día como

regímenes de verdad, ya no a nivel de los actores sociales globales como la

ciudadanía, el Estado o los políticos, sino en los lazos sociales mínimos. Son

estos mitos los que producen narrativas que configuran los sistemas de

prioridades para las personas, organizan sus prácticas sociales, lo que valoran y

devalúan.67

Desde las movilizaciones del 19 y 20 hasta el trabajo en el barrio planteado por la

asamblea “República de la Sexta” han habido muchos cambios en las emociones,

voluntades, temores y rutinas de los vecinos partícipes de este proceso. Mediante

algunas prácticas cotidianas en el espacio del barrio emergieron formas de

reapropiación e invención. Así, las reuniones semanales con gente hasta ese

momento desconocida organizando algún evento o debatiendo sobre distintos

temas, la presencia grupal en actos sociales como la conmemoración del golpe de

estado del 76, pasando por la colecta para colaborar con los comedores del barrio,

han representado imperceptibles actos que de alguna forma fueron

desdisciplinando estos cuerpos y generando lazos sociales diferentes.

Este desorden para quienes hasta ese momento y según sus propia evaluación de

esta experiencia no se sentían parte del barrio y lo miraban desde la sospecha e

inseguridad, puede relacionarse con la aparición de algunos cambios en lo que

Castoriadis denomina “organizadores de sentido” y también con el modo de

operar de los mitos como cristalizaciones de sentido que sostienen lo instituido.

66 FERNANDEZ, ANA MARIA: Op. Cit., pag. 9.67 Ver FERNANDEZ, ANA MARIA: Op. Cit.

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Page 36: "Espacios, imaginarios y subjetividades en algunas experiencias de la Asamblea República de la Sexta" por Andrea Martínez Dorr

Con respecto a este tema, Ana María Fernández puntualiza algunos mecanismos

a través de los que dichos mitos sociales “logran su eficacia en el disciplinamiento

social y en consecuencia en la legitimación y el orden de las instituciones que

involucran.”68

Fernández sostiene que los mitos funcionan mediante la repetición insistente de

sus narrativas produciendo discursos que con pequeñas variaciones de

enunciabilidad según los focos institucionales repiten una misma trama

argumental gestionada a través de formas reticulares y difusas. Una de las

narrativas que se repite insistentemente en las relaciones entre la ciudadanía y la

clase política, es la idea de que la política partidaria y sus prácticas clientelares

poseen cierto saber burocrático que les permite manejar los asuntos de interés

público. Ligando la idea de hacer política al hecho de ser militante de un partido,

operador político o candidato, esta narrativa sostiene que esos personajes tienen

ciertas habilidades que les permiten maniobrar en la arena política con mayor

eficacia que cualquier ciudadano inexperto.

En este sentido, surge en la historia de la asamblea una conflictiva relación con los

partidos políticos y no sólo con la clase política en general. Sobre todo en la

experiencia concreta de participación en la llamada “Asamblea Interbarrial de

Plaza Sarmiento”69 aparecen varias cuestiones en torno a las ideas esbozadas en

el párrafo anterior como narrativas que se repiten insistentemente. Los testimonios

hablan de la exigencia de los partidos de izquierda de que las asambleas voten los

programas políticos y respondan a sus tiempos e intereses:

“Después de que las asambleas se arman en cada barrio surge la Interbarrial en Plaza Sarmiento

con mucha gente 150, 200 personas, los medios y de nuevo los partidos. Ahí sí hubo aparateo o

como lo quieran llamar, impaciencia de los militantes de que las asambleas <cómo no hacen> y

68 FERNANDEZ, ANA MARIA: Op. Cit., pag. 10.69 La denominada “Asamblea Interbarrial” funcionó durante algunos meses, desde febrero de 2002, como un espacio de encuentro de las distintas asambleas barriales de la ciudad de Rosario. Algunos de sus documentos pueden consultarse en el Apéndice de este trabajo.

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muy poca tolerancia con su identidad, una vez más bajando con una certeza que te dan ganas de

preguntarles ya que saben tanto ¿por qué nos va tan mal?”70

La sensación que describe el asambleísta es de hartazgo en cuanto a las ideas de

“adoctrinamiento del pueblo” que se hicieron patentes en ese espacio que los

militantes de partidos como el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST) y

otras agrupaciones de izquierda pretendieron transformar en una instancia para

votar sus programas partidarios. Este súbito protagonismo por parte de los

partidos de izquierda como expertos en movilizaciones se repitió en varias

instancias como por ejemplo la toma de la sede rosarina del Pami, el escrache a

Aguas Provinciales, y otras movilizaciones por el microcentro de la ciudad donde

los carteles del MST coparon las protestas, relegando a un segundo plano las

banderas que identificaban a las distintas asambleas barriales, lo que generó el

rechazo de los asambleístas.71

Por otra parte, estas sensaciones se repiten en el interior de la Asamblea

República de la Sexta, donde la presencia de militantes y ex militantes de partidos

políticos, como participantes independientes, pero con cierto discurso ligado al

militantismo doctrinario hacia quienes tienen como primer lugar de participación a

la asamblea barrial, implica tensiones aunque no enfrentamientos excluyentes. Así

el testimonio de un asambleísta destaca una situación surgida con un militante

socialista dentro de la asamblea:

“Hace poco me reía porque estábamos preparando una actividad en el barrio para el día del niño y

salta el viejo socialista de toda la vida diciendo que era una <boludez porque nos están matando>,

con un discurso que en otro contexto podía se muy agresivo con la gente que iba a hacer la

chocolatada pero en vez de saltarle al cuello, se dijo, ahora le toca a Juancito y lo que dijo el tipo

quedó hibridado en vez de generar un discurso más fuerte y más fuerte y vos te vas o yo me

voy...”72

70 Testimonio de Gervasio, participante de la asamblea “República de la Sexta”. Ver Apéndice, Entrevista.71 Información publicada en el Diario “La Capital”, artículo “Las asambleas barriales entraron en un pozo de apatía e internismos”, 17/03/02, edición digital.72 Testimonio de Gervasio, participante de la asamblea “República de la Sexta”. Ver Apéndice, Entrevista.

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Este relato tiene que ver con el registro de un cambio de percepciones dentro de

la asamblea como espacio de participación donde de alguna manera se rechazan

las ideas totalizadoras de la política tradicional pensada como patrimonio de

expertos. Las sensaciones de “manipulación” descriptas por los asambleístas

remiten a los mitos operantes de los que hablamos más arriba. Una de las

cuestiones que los participantes de la organización rechazan de plano es la

pretensión de los militantes de izquierda de poseer una teoría verdadera que

siendo confiada a los especialistas les da el “poder absoluto del Partido”73 como

estatuto filosófico. En este sentido, la impugnación de este tipo de práctica en

algún punto cuestiona la ortodoxia de la política entendida como una técnica y

manipulación burocrática, como la aplicación de un saber adquirido a un terreno

delimitado con fines precisos.74

Como cuestión instituyente, la asamblea se apropia de ciertos saberes que antes

parecían pertenecer sólo a los operadores políticos del partido, desdibujando la

narrativa que por un lado circunscribe la política a los especialistas y que además

le imprime cierto grado de imposibilidad al cambio en sus prácticas. Los planteos

de los asambleístas en temas como la deuda externa, divulgando información que

muchas veces es desconocida, o también la participación en la Asamblea

Provincial del Agua, exigiéndola como derecho no es menor si tenemos en cuenta

la utilización de instrumentos como recursos legales, informes de organismos

estatales y no estatales o documentos científicos. Pero esto no sólo está

relacionado al uso de información que habitualmente circula en ámbitos

específicos sino simplemente la recabación de datos sobre el funcionamiento de

las instituciones del propio barrio para difundirlos o acceder a sus beneficios, la

comunicación con otras organizaciones sociales o la participación en encuentros

sobre distintos temas comunes.

73 CASTORIADIS CORNELIUS: “La institución imaginaria de la sociedad”, Tusquets Editores, Barcelona, 1983, pag. 101.74 Ver CASTORIADIS CORNELIUS: Ibidem, Vol. 1 Marxismo y Teoría revolucionaria.

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Otros lugares desde donde se reforzó esta narrativa -como un modo de operar de

los mitos-, fueron ciertos discursos aparecidos en los medios de comunicación en

torno a las actividades de las asambleas a nivel nacional y local tanto de

personalidades públicas con una fuerte trayectoria jurídica o política, como

también de organizaciones barriales. Así podemos señalar el discurso del Dr.

Bacqué (ex ministro de la Corte Suprema), quien manifestó que si bien

comprendía la protesta de los “cacerolazos” éstos funcionaban por “fuera” del

orden republicano. Por su parte, Raúl Alfonsín definió a las asambleas populares

como “caóticas” y sugirió a diferentes sectores sociales “auto limitarse” en los

reclamos mostrando su enojo con los escraches que realizaron los asambleístas:

“Aquí no se puede tolerar la sedición”75, señaló en una oportunidad el ex

presidente. Sumado a esto, en Rosario algunos dirigentes vecinales lanzaron en

febrero del 2002 un documento tildando a los foros barriales de “oportunistas” y

acusando a las asambleas de “engañar a sus participantes” por tener intenciones

político partidarias. Según los vecinalistas ellos han sido elegidos “como

corresponde” y representarían formalmente a unos 350 mil habitantes de los

barrios rosarinos dando “muchas más respuestas a los vecinos que con las

cacerolas”. Este documento que fue gestado por tres vecinales luego fue

repudiado por el resto del movimiento vecinalista ya que esta opinión correspondía

a los vecinalistas de los barrios Lomas de Alberdi, Las Malvinas y Unión.76

Desde diferentes ámbitos institucionales, medios de comunicación, distintos

partidos políticos, algunos dirigentes barriales, se repiten estas narrativas que

funcionan como regímenes de verdad y acotan la ciudadanía a participar en

canales tradicionales como los partidos o instituciones vecinales que tienen una

ubicación y reconocimiento preciso, donde opera fuertemente la idea de un saber

patrimonio de un grupo que se transmite hacia una masa electora de esos

programas o ideas, reforzando a la democracia como asociada estrictamente al

acto electoral de turno. Al mismo tiempo circula la idea de que esos grupos

75 Citado por Eduardo Pavolvsky en el artículo “Nuevos sujetos sociales” , publicado en el “Periódico de Trabajo Social y Ciencias Sociales”, edición digital, http://www.margen.org/catedras.html76 Información publicada en el Diario “La Capital” , noticias “Los vecinalistas critican a los foros barriales”, 20-02-2002 y “Se debate en las vecinales por las asambleas de los barrios”, 25-02-2002, ediciones digitales.

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burocráticos no están interesados en las necesidades de la gente, pero ante esto

pesa más la sensación de inutilidad y resignación frente a los hechos de

corrupción que las posibilidades de modificar esta prácticas sociales. Así, estas

narrativas se instituyen como universo de significaciones de formas morales,

totalizadoras, esencialistas que estipulan no sólo lo que debe ser un político o un

ciudadano sino lo que es.

Ana María Fernández también señala que los mitos operan por deslizamientos de

sentido y más arriba sostuve que uno de esos deslizamientos tiene que ver con la

ecuación que iguala democracia y economía de mercado marcando un repliegue

hacia lo individual. En relación a esto, existe una dificultad para reconstruir los

lazos sociales en sectores cuyas prácticas en la resolución de los problemas

fueron durante mucho tiempo relativas a este individualismo tan marcado,

sospechando de la acción colectiva como válida para solucionar cuestiones como,

por ejemplo, la desocupación.

Una de las experiencias de la asamblea República de la Sexta que se expuso en

este trabajo tiene que ver con una colecta organizada para ayudar a algunos

comedores del barrio. El relato de un asambleísta sobre este episodio resalta que

esta idea comienza con el pedido de otro integrante de la asamblea de ayudar a

un comedor ya que él había tenido que concurrir con su familia por encontrarse

sin empleo fijo y en una situación económica preocupante. En la narración, el

asambleísta se asombra frente a la dificultad que surge en el grupo de resolver

los problemas comunes que afectan a quienes integran la asamblea que más que

nada pertenecen a la clase media o media baja, azotada por el desempleo:

“Lo loco es que nosotros en vez de tener una actitud de solidaridad con nuestro grupo de

pertenencia y decir bueno vos estás jodido, qué podemos hacer para ser solidarios con vos,

tuvimos que terciar esa solidaridad haciendo algo por el comedor. Lo que quiero decir es que hay

lugares donde la solidaridad está instituida. En la clase media no se puede ni enunciar, ni decir yo

no tengo trabajo y anoche no comimos.”77

77 Testimonio de Gervasio, participante de la asamblea “República de la Sexta”. Ver Apéndice, Entrevista.

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Es en estas formas de relación donde se han producido pequeños consensos

cotidianos que pusieron en el plano individual a un problema colectivo como la

desocupación, y en los grandes consensos sociales, para conservar el patrimonio

económico se dejaron de lado los efectos negativos de la economía de mercado.

En cada ciudadano y sobre todo de la clase media, el temor a las políticas que

pudieran ir en contra de la voluntad del poder económico y la sensación de que

este tipo de problemas como la falta de trabajo sólo se resolvía en términos

individuales se enraizó fuertemente en la última década.

Si bien algunas prácticas que he analizado desordenan estas totalizaciones

también hay que tener en cuenta que más que a la razón, el imaginario social

interpela las emociones, voluntades y sentimientos. Surgen entonces en estas

experiencias imposibilidades y dificultades para recrear lazos sociales diferentes

debido al peso de los regímenes de verdad instituidos en el día a día de la

asamblea. En este punto, los procesos imaginarios sociales están atravesados por

la problemática del poder tanto en la organización de la sociedad y sus

instituciones como en las inscripciones subjetivas, operando como tecnologías

sociales que manipulan deseos, miedos e ilusiones.

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La asamblea binaria, puntos de acumulación de un intento

Estos desórdenes en el barrio como territorio y en los regímenes imaginarios a

partir de los cuales los vecinos sienten y actúan nos hablan de procesos

constantes de segmentaciones espaciales y sociales. Deleuze y Guattari señalan

que tanto las sociedades como los individuos están atravesados por líneas

enredadas que coexisten en el espacio social. Algunas son líneas flexibles donde

los segmentos se comunican entre sí a pesar de ser heterogéneos. Esto también

conlleva cierto tipo de circularidad, es decir, no hay centro único sino “nudos, ojos

o agujeros negros”78 que no pasan por un punto único, son “microcabezas

flexibles” que van resonando con sus propios ritmos. Además, esta línea se

relaciona con una segmentaridad en acto, dinámica, donde “las figuras son

inseparables de sus afectos, las líneas de su devenir.”79

Otras líneas que surcan el campo social son más bien duras, organizan los

segmentos de forma binaria y estática. A la vez, cambia la circularidad tornándose

centralizada, en un “macro rostro” cuyo centro está en todas partes y en ningún

lado. Esto tiene que ver con el espacio social pensado como aparato de Estado80

que mediante procesos de sobrecodificación y reterritorialización81 trabaja para

lograr segmentos fijos. Por último, existen líneas de fuga82 expresadas en los

movimientos de sus “cuantos” que descodifican y desterritorializan83 fluyendo entre

los segmentos endurecidos.

Estos tres tipos de líneas no sólo conviven sino que van mutando, pasando cada

una por las otras dentro de los grupos o individuos. Si hablamos de poder, de

núcleos de poder tenemos que pensar en la confluencia de estas líneas con las

78 DELEUZE, GILLES Y GUATTARI, FELIX: “Mil Mesetas. Capitalismo y esquizofrenia”, Editorial Pre-Textos, Valencia, 1988, pag. 21579 DELEUZE, GILLES Y GUATTARI, FELIX: Ibidem, pag. 217.80 Ver Glosario81 Ver Glosario82 Ver Glosario83 Ver Glosario

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consiguientes zonas de potencia donde la máquina abstracta84 de

sobrecodificación se agencia en el Estado, mezcladas con zonas de

indiscernibilidad donde los agenciamientos se sumergen en el tejido molecular y

zonas de impotencia donde aparece la máquina abstracta de mutación con sus

flujos que escapan a los códigos.85

De esta forma, algunas prácticas de la asamblea tienen que ver con fugas, y en

otros momentos se asocian al concepto de segmentaridad dura, atravesada por un

ojo ordenador central, un gran agujero negro por donde pasan todas las

resonancias. Si estas líneas son inseparables, en un segmento como el partido las

mismas conviven y no necesariamente el espacio partidario sería sólo una

segmentaridad dura, centralizada y autoritaria. En cada segmento ya sea la

asamblea, el partido o el barrio como espacios sociales cohabitan

agenciamientos86 de deseo complejos que necesariamente pasan por “micro

formaciones que moldean las posturas, actitudes, percepciones y semióticas de

estos grupos y territorios”87.

Así, en las relaciones cotidianas entre los participantes de la asamblea no dejan

de proliferar pequeños “facismos”, actos y discursos diminutos que implican

reterritorializaciones, puntos de acumulación que inhiben los flujos mutantes. La

imposibilidad del grupo de asambleístas para establecer una relación con los

comedores donde llevaron los alimentos de la colecta que fue analizada

anteriormente, representó en ese momento una zona donde predominaron los

segmentos endurecidos, binarizados que determinan que algunos grupos están

confinados a dar y otros a recibir:

“Se juntó, se llevó y esa fue la parte más decepcionante porque fue <acá está la comida> y no

pudimos en ese momento establecer otro vínculo (...) Hay algunos que dicen resolvamos nuestros

84 Ver Glosario85 Ver DELEUZE, GILLES Y GUATTARI, FELIX: Op. Cit., Capítulo “Micropolítica y segmentaridad”.86 Ver Glosario87 Para estos autores esto tiene que ver con el Capitalismo Mundial Integrado (CMI) que como organización molar, tiene como correlato una micro gestión de pequeños miedos, una inseguridad micro política. Ver Glosario

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problemas y también tienen algo de razón porque los sectores más bajos tienen otra tradición en

cuanto a cómo reclamar, cómo pedir...”88

Las sensaciones atraviesan la tranquilidad de la tarea cumplida, de la dádiva y

hasta la sospecha del otro que supuestamente está en un lugar cómodo, de

carencia e incompletud. Plegadas a segmentos molares que resuenan entre

“donantes” y “asistidos”, estas relaciones pasan una vez más por el macrorostro

del Estado providencial de antaño. Los nudos del poder se vuelven

individualizantes, y las voces, incitadas a hablar como matrices de las prácticas,

operan sobre sí mismas a modo de “tecnologías del yo”89 para alcanzar cierto

estado de “felicidad, pureza, sabiduría o inmortalidad.”90

Este tipo de tecnología sobre los individuos es asociada por Foucault al poder

pastoral como forma de ejercer el poder sobre los individuos vivos, donde el

macrorostro del Estado cuida a cada uno y cubre sus necesidades. Como línea

dura este poder es operado por los asambleístas que en un momento pretenden,

como “pastores,” dar el alimento a su rebaño asegurándole la salvación. 91

A la vez, en el mismo episodio de la colecta aparecen más voces que reclaman

saber sobre este “rebaño” de pobres. No sólo en qué estado están sino sus

acciones, como si desde algún lugar se les pudiera indicar qué hacer para superar

ese estado de cosas, reforzando los “lazos morales que asocian al pastor a cada

miembro de su tribu.”92:

“Porque la pregunta era, qué están haciendo los padres de estos chicos que están muertos de

hambre? (...)”93

88 Testimonio de Gervasio, participante de la asamblea “República de la Sexta”. Ver Apéndice, Entrevista.89 FOUCAULT, MICHEL: “Tecnologías del yo”, Ediciones Piados Ibérica, Barcelona-Bs. As.-México, 1991, pag. 48.90 FOUCAULT, MICHEL: Ibidem, pag. 48.91 Ver FOUCAULT, MICHEL: Ibidem.92 FOUCAULT, MICHEL: Ibidem, pag. 112.93 Testimonio de Gervasio, participante de la asamblea “República de la Sexta”. Ver Apéndice, Entrevista

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El aparato de captura del Estado en una lucha constante de fuerzas que se

reagrupan no deja nunca de segmentar el espacio social y sus relaciones,

distribuyendo en esta organización asamblearia canales y conductos que la

sedentarizan94. Dispone sus miembros en “comisiones”, cada una con intenciones

determinadas, como puntos entre los que es posible medir distancias y establece

en la Asamblea Interbarrial identificaciones precisas para participar:

“Comisión de Reformas Políticas: esta comisión tiene por objeto estudiar los distintos sistemas en

uso en las democracias más avanzadas del mundo contemporáneo, a fin de asegurar al pueblo

una mayor participación en la cosa pública, sin tener que delegar derechos, dentro de la Justicia y

la Libertad.”95

“Marco Organizativo de la Interbarrial Rosario y Gran Rosario:

II-Administrativas: II-a Acreditación de representantes y/o asambleas: Sistema para identificar

únicamente a cada asamblea barrial: con una identificación a través de un carné grande

plastificado con el nombre de la asamblea y el lugar donde se reúne II-b: Registro de asambleas:

Vista la no concurrencia a la Interbarrial de algunas barriales y la aparición de otras se propone

establecer un nuevo registro para todas las barriales con los siguientes datos: nombre de la

asamblea barrial, lugar de reunión, días y horarios de reunión, fecha de inicio de actividades,

formas de registración o archivo de documentación de las actividades, piso promedio de asistentes,

teléfono/s o correo/s electrónicos de algun/os integrante/s p/contactarse.

III-Operativas: III-h: Comisiones: se debe alentar a que en todas haya, al menos un representante

de cada barrial, las comisiones se integran para discutir y elaborar propuestas que luego serán

elevadas a consideración de la Interbarrial que determinará el procedimiento a seguir. No

conforman una instancia resolutiva y están subordinadas a la Interbarrial.”96

Otras veces, la “claridad”97 sobre metas y objetivos a nivel molecular frena el

miedo de perder las convicciones internas y se cree haber comprendido todo,

tener una misión. Así, los microfacismos se apoderan de la asamblea y esa

claridad ilumina el inquietante cometido de denunciar a “los corruptos”, volviendo a

94 Ver Glosario95 Información publicada en “Ecos de la Sexta Nº 3.” Ver Apéndice.96 Documento con las propuestas aprobadas y no aprobadas por la Asamblea Interbarrial el 03/06/02. Ver Apéndice, Asamblea Interbarrial “Plaza Sarmiento.”97 Ver DELEUZE, GILLES Y GUATTARI, FELIX: Op. Cit., Capítulo “Micropolítica y segmentaridad”.

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una binarización dura que brinda certezas pero no cuestiona la participación de la

sociedad civil con su apatía y conformidad en estos procesos:

“(...) Todos ellos, los profesionales de la política, que siempre nos dijeron lo que había que hacer y

sólo nos consultaban a la hora de votar. Porque fueron responsables, por incapacidad o por

complicidad, de dejarnos a merced de un plan de ataque deliberado al pueblo trabajador para

beneficiar a un minúsculo grupo de monopolios y bancos, y que tuvo su expresión más descarada

en la ilegítima deuda externa.”98

“De cualquier manera, frente al ¿qué consiguieron las Asambleas?, pregunte quien pregunte, la

respuesta es una: las Asambleas consiguieron unir a los vecinos en un debate esclarecedor para

la toma de conciencia, impulsar la resistencia a los intereses opuestos al pueblo y responder

con acciones que impidan que se saquee aún más nuestro devastado país. En definitiva, y pese a

quien le pese, las Asambleas son una barrera para resistir mientras se organizan, encuentran una

nueva forma de hacer política y trabajan en la convicción de que las soluciones llegarán

definitivamente cuando el pueblo en su totalidad se comprometa con su lucha.”99

Aquí los flujos mutantes que tienden a escapar de los códigos se binarizan en los

pedidos al “pueblo”, para que “tome conciencia” y se comprometa “en su totalidad

con la “lucha”, las metas están fijadas y en ese agujero negro no hay lugar a

dudas sobre el papel a desempeñar. En otros momentos aparece en la asamblea

la importancia del número en la “eficacia” de sus acciones y el aparato estatal,

analista de grandes poblaciones, segmenta este espacio:

“Bajo el lema "Unidad en la diversidad" el 1° de Febrero pasado las asambleas barriales

convocamos a un amplio espectro de organizaciones sociales, gremiales y políticas para debatir

como hacemos para construir la unidad popular sin repetir los fracasos del pasado. Hay que

destacar la gran cantidad de organizaciones que participaron del encuentro, sumando mas

de 40 con casi 200 delegados.”100

98 Artículo “¿Qué significa el 1º de Mayo para las Asambleas?”, publicado en “Ecos de la Sexta Nº 2.” Ver Apéndice.99 Artículo “¿Qué consiguieron las Asambleas Barriales?”, publicado en “Ecos de la Sexta Nº 2.” Ver Apéndice.100 Artículo “III Encuentro de Asambleas Barriales y Organizaciones Sociales”, publicado en “Ecos de la Sexta Nº 9.” Ver Apéndice.

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“En nuestra asamblea, en enero, febrero y marzo duraron los cacerolazos de los viernes e íbamos

con nuestras banderas. Esos cacerolazos fueron menguando como todo fenómeno, es difícil

sostenerlo. Con la obcecación de algunos que decían, <no, no es verdad que seamos

menos.>”101

En la asamblea y en la asamblea de la asambleas, el “número numerado” como

aritmética de la máquina abstracta controla infinitesimalmente la población viva y

sus desplazamientos haciendo sentir a quienes participan que sin enormes cifras

no hay acción. Esas cantidades métricas sin las cuáles, aparentemente, las

asambleas perderían su fuerza se relacionan en estos discursos al aparato de

Estado con las dimensiones y grandes cantidades como problemas que les

conciernen para continuar viviendo.

Algunos procesos de singularizaciones existenciales

Vida, muerte, número, obediencia, claridad son en cada caso los modos de operar

de máquinas heterogéneas que conforman equipamientos colectivos de

subjetivación provocando deseos o inhibiéndolos. La multitud de sistemas

maquínicos102 que intervienen en el campo social construyen la subjetividad ya no

pensada en términos de la dicotomía individuo/sociedad sino compuesta por

instancias individuales, colectivas e institucionales que se afectan entre sí sin

jerarquías. Como permanente transversalidad, está formada tanto por

componentes semiológicos significantes (se manifiestan en la familia, educación,

arte, deporte), elementos fabricados por la industria de los medios de

comunicación y por último dimensiones semiológicas a-significantes que abarcan

“máquinas informacionales de signos, funcionando paralelamente o con

independencia del hecho de que producen y vehiculizan significaciones y

denotaciones, y escapando, pues a las axiomáticas propiamente lingüísticas”.103

101 Testimonio de Gervasio, participante de la asamblea “República de la Sexta”. Ver Apéndice, Entrevista.102 Ver Glosario103 GUATTARI, FELIX: “Caosmosis”, Editorial Manantial, Buenos Aires, 1996, pag. 15.

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Esta multitud de sistemas maquínicos conforman procesos de subjetivación que

en algunos momentos devienen focos locales de subjetivación individuo-grupo-

máquina con intercambios múltiples y en otros, tal como veíamos anteriormente,

surgen reterritorializaciones conservadoras que apuestan a la repetición y la serie

del aparato estatal. “No estamos frente a una subjetividad dada como un en-sí,

sino frente a procesos de toma de autonomía (...) .”104 Guattari habla de sistemas

de modelización de subjetividad como cartografías hechas de puntos de referencia

cognitivos pero a la vez míticos, rituales, sintomatológicos a partir de los cuales

los grupos sociales se sitúan con respecto a los afectos, angustias, pulsiones e

inhibiciones. 105

En este sentido, existen focos de autonomización subjetiva relativos a los grupos -

sujeto a partir de rupturas que posibilitan singularizaciones existenciales,

promoviendo deseos mutantes. Estos “ritornelos existenciales”106 tienen que ver

con el ritmo de un tiempo intensivo que conjura el equivaler generalizado, se trata

de un tiempo nómade. Allí el aparato del Estado no deja de intentar establecer

conductos y vías, pero los recorridos son plasmados por la asamblea sobre el

suelo y no sobre el papel de un “arquitecto ajeno a la obra.”107 Los trabajos ya no

son cualificados, nadie existe en la asamblea para “reproducir o ejecutar”. Es

decir, en las comisiones con sus miembros y objetivos además de conductos hay

espacios de contacto y la instancia de coordinación producida por la rotatividad de

los lugares implica un acontecimiento de exploración, de multiplicidad. Ya no hay

gobernantes-gobernados como binarización existencial. La conexión entre todos

los puntos se produce sin necesitar una vía premeditada, los asambleístas van y

vienen, recorren sin certezas ni identificación preestablecida esos territorios, lo

que no impide del todo los puntos de acuerdo:

“En los barrios la lógica era otra porque eran realmente asambleas genuinas, porque la gente iba a

pensar ahí, con algunas certezas, con el que se vayan todos y otras cosas más pero tampoco

104 GUATTARI, FELIX: Op. Cit, pag. 18105 Ver GUATTARI, FELIX: Op. Cit.106 Ver Glosario107 DELEUZE, GILLES Y GUATTARI, FELIX: Op. Cit., pag 374.

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teniéndola demasiado clara, con la intuición, <nos están cagando>, <estamos jodidos>... pero no

con el programa de certeza tras certeza de esto es así, así y así. Y era en todos lados encontrarse

con esa falta de organicidad en el pensamiento, la gente iba y se contradecía y después decía <ah,

es verdad> (...)”108

La asamblea República de la Sexta no ha cesado de problematizar cuestiones sin

teoremas ni categorías preestablecidas. En su página de Internet se van

desgranando, yuxtaponiendo como en un collage estas peripecias. Acciones

comunes emprendidas con organizaciones del barrio donde algunos de los

asambleístas describen un encuentro entre diversos emprendimientos de tipo

cooperativo y/o solidario de Rosario. Miembros de la asamblea que participaron en

la ciudad brasilera de Goiania como delegados de la Asamblea Provincial por el

Derecho al agua (A.P.D.A.), en el II Congreso de la Coalición Ríos Vivos, formada

por organizaciones ambientales de Sudamérica, EE.UU. y Europa. Asambleístas

de la Sexta contando sus experiencias en el 17 Encuentro de Mujeres en Salta.

Invitaciones por doquier para sumarse a diferentes grupos de trabajo en la ciudad

como el grupo de investigación y acción “No Deuda”, que discute el tema de la

deuda externa,109 o la Coordinadora de Lucha para la reactivación de un

Laboratorio en el Hospital Centenario que fue cerrado a pesar de producir

medicamentos a bajo costo.110

Como una catarata de acontecimientos y recorridos de un punto a otro, la

asamblea no se establece ya en un lugar fijo, sino que se distribuye en un espacio

abierto. Participaciones, colaboraciones, actos en el barrio, reuniones con otras

organizaciones, aquí y allá el grupo se presenta planteando problemas que no

puede solucionar: “Carecen de los medios para ello, pues subordinan todas sus

operaciones a las condiciones sensibles de la intuición y de la construcción, seguir

el flujo de materia, trazar y conectar el espacio liso.”111 La ciencia de los

asambleístas en sus momentos nómades no se siente destinada a tomar un

108 Testimonio de Gervasio, participante de la asamblea “República de la Sexta”. Ver Apéndice, Entrevista.109 Ver artículo “Presentación del grupo “No Deuda”, publicado en “Ecos de la Sexta Nº 9.” Ver Apéndice.110 Ver artículo “Proyecto de medicamentos”, publicado en “Ecos de la Sexta Nº 4.” Ver Apéndice.111 DELEUZE, GILLES Y GUATTARI, FELIX: Op. Cit., pag. 378.

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poder, su modelo es lo problemático y esos problemas que inventan sólo se

resuelven con actividades colectivas más allá de lo científico ambulante:

“Aconsejo a la Comisión de Estudio de Reforma Política desconocer a todos los partidos políticos,

y consecuentemente a todos los pseudos representantes del pueblo; Senadores, diputados,

concejales, así como la creación de un sistema fiscalizador a los fines de asegurar la Libertad, la

educación, la salud para todo habitante del suelo Argentino.” 112

“El lema es que se vayan todos y hacernos cargo de ese lema. Uno dice bueno ¿qué quiere decir

esto? es más a mi no me quedaba cómodo porque ¿quiénes vienen?, ese vacío ¿quién lo va a

llenar?, ¿los milicos?. Eso se dice con el cuerpo en la calle, que se vayan todos acá estamos

nosotros, acá hay gente, es un ya basta. No es tenemos tal otro programita, no sabemos qué pero

sabemos que esto nos está cagando.”113

Así este funcionamiento de la asamblea como grupo nómade genera

acontecimientos portadores de universos de referencia perceptivos que escapan a

la sobrecodificación de la máquina abstracta entrando en procesos de

singularización, poniendo en acción dispositivos de subjetivación que reinventan

los lazos sociales y reponen la “autoesencialización a la existencia.”114 Este grupo

de asambleístas, al cumplir seis meses de trabajo en el barrio invita a sus vecinos

a unirse a la asamblea enfatizando la posibilidad de cambiar la vida del entorno

refundando la noción de lo político:

“Hablamos de los problemas que nos tocan como vecinos y como simples ciudadanos. (...)

Queremos encontrarnos con nuestro vecino, nuestro par, aquel con quien nos cruzamos en el

almacén, en el quiosco o esperando el colectivo.(...)Porque creemos que para esa construcción

colectiva es tan valiosa la opinión del estudioso como del más simple vecino, independientemente

de su filiación política y -más aún, incluso- si nunca la tuvo.(...). Desde la asamblea ya dimos los

primeros pasos. Y por eso nos atrevemos a devolverle la pregunta: ¿Ud., de qué modo quiere

vivir?”115

112 Artículo titulado “Sobre la reforma política”, escrito por Joaquín, publicado en “Ecos de la Sexta Nº 4.” Ver Apéndice.113 Testimonio de Gervasio, participante de la asamblea “República de la Sexta”. Ver Apéndice, Entrevista.114 GUATTARI, FELIX: Op. Cit., pag. 34.115 Editorial titulada “Un paso atrás para tomar carrera”, publicada en “Ecos de la Sexta Nº 4.” Ver Apéndice.

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Estos vectores parciales de subjetividad están presentes en el modo de operar el

espacio por parte de la asamblea, y en la “ética de la amistad”116 promovida por

sus participantes que escapa a las formas de subjetivación capitalisticas. En la

experiencia de esta asamblea un foco de subjetivación tienen que ver con la

amistad pero no en términos tradicionales.117 Sino como posibilidad de producción

de lazos sociales entre los participantes / desconocidos que habitan un territorio

común, potenciando sus fuerzas, lo que abre la posibilidad de devenir otra cosa

que lo prestablecido por los regímenes de verdad.

Uno de los temas que brota en las líneas que escriben los asambleístas de la

Sexta a propósito de los procesos vividos en cuanto a la conformación del grupo y

los debates suscitados dentro de la organización tiene que ver con cuestionar que

otro sujeto sea quien “dice <la justa>”118. Pero no sólo se refiere a los expertos en

política sino a las verdades emitidas “desde un medio de comunicación, una “autoridad” en

la materia, o un compañero/a de asamblea.”119 Carmen también propone que los

asambleístas estén atentos a recibir o imponer rótulos porque éstas clasificaciones

hacen que se pierdan las facetas múltiples e invita a sus compañeros a

interrogarse: “¿Qué nos puede estar condicionando para que nosotros no podamos estar en

mejores condiciones? ¿Qué está a nuestro alcance hacer para modificar estos condicionamientos?

Desde un punto de vista ecológico (ecología viene de hogar -oikos-) nuestro planeta, nuestro país,

nuestra ciudad, nuestro barrio...es nuestro hogar. Ocupemos un lugar con responsabilidad.(...) Esto

es un proceso que lleva tiempo. Incorporemos a los otros en nuestras vidas y así tomaremos las

mejores decisiones. El tomar parte de la asamblea barrial es un nuevo ejercicio...”120

En sus prácticas cotidianas la asamblea intenta componer un ser <entre> usando

la conjunción <y> en vez de la excluyente <o>. Ahí donde la máquina abstracta

propone como verdad universalizante la participación mediante el voto secreto e

individual que asegura las libertades de una democracia conservadora, la

asamblea monta sus acciones sobre el respeto a la heterogeneidad de los

116 BELGICH, HORACIO: “Los hombres y la ética de la amistad”, Revista Psique, Rosario, 2002, pag. 80.117 Belgich apunta al amigo como “coadjuntor y adicto”118 Artículo titulado “Ejercicio saludable”, escrito por Carmen en “Ecos de la Sexta Nº 6.”Ver Apéndice.119 Artículo titulado “Ejercicio saludable.” Ibidem.120 Artículo titulado “Ejercicio saludable.” Ibidem.

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participantes, siendo las verdades relativas a las situaciones. Se promueve el

“seguir” antes que el “reproducir”, en vez de las verdades de un punto de vista fijo,

se privilegia la búsqueda de singularidades.

Así, esta ética de la amistad se despliega en las preguntas que los asambleístas

no cesan de plantearse sobre quiénes son y qué quieren hacer con lo que son,

siendo a partir de la fragilidad. Se intenta superar el pensamiento universalizante

que impone el aparato de estado, asociado al imperio de la razón. En algunos

momentos el pensamiento se torna “pensamiento del afuera”121, sin juicios

soberanos. Pensamientos que esperan sus sentidos de las fuerzas del afuera que

destruyen los modelos sobre lo que debe ser un ciudadano o un hombre de

política:

“Pero no queremos hablar sobre cómo ser concejal, o agarrar un "carguito" partidario o un puestito

de funcionario. Se trata de pensar de qué modo queremos vivir de ahora en más.(...) . La nueva

práctica política que queremos construir sólo podrá crecer si las opiniones de todos son tenidas en

cuenta, y erradicando definitivamente el comercio de la política tradicional: una persona = un

número = un voto.”122

Estas interrogaciones están muy presentes en los vecinos que se sienten parte de

una nueva forma de practicar la política con los alcances y dificultades que ese

proceso implica. Más voces se suman atravesadas por los sistemas maquínicos,

ellas se enredan en esta subjetividad que hace hablar y sentir a los asambleístas.

Se perciben en los discursos indicios de un pensamiento que rechaza el cogito

universalis, mostrando sus contradicciones con respecto a la historia de la

asamblea. Ana María, en sus impresiones del primer aniversario de la asamblea,

describe cómo se contradicen las actitudes y sentimientos de los asambleístas en

las prácticas cotidianas. Así, esta vecina sostiene que en la asamblea conviven

“los que dan consejos a los otros y los que a través de propuestas y actividades dan el ejemplo, los

que se sienten molestos por las modalidades del compañero, observando las formas y no los

contenidos, los que insumen horas preciosas para quejarse del olor a humo y los que disfrutan de

121 Ver Glosario122 Editorial publicada en “Ecos de la Sexta Nº 3”. Ver Apéndice.

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los logros, los que acercan sujetos extra-asamblearios para dañar los vínculos y producir rupturas,

los que unen, los que tienen miedos y todo les parece imposible o inviable, los audaces.”123

No todo es “fraternidad” en la asamblea, sino más bien relaciones tenues.

Aparecen voces de autocrítica y la posibilidad práctica de disentir sin ser por ello

excluido. En este sentido, la asamblea publica en su boletín las opiniones más

críticas de los propios asambleístas. No son discursos contra la corruptela política

y su inercia para resolver problemas, sino palabras cargadas de reproches y

desaprobaciones hacia las prácticas de la propia asamblea:

“Podrán contradecirme con listas de eventos y participación en diversos espacios. Los espacios

fueron lentamente abandonados; los eventos cada vez menos entusiastas, concurridos y menos

convencidos. La participación menor, menos “comprometida” y con alarmantes vacíos de

contenidos. Reuniones con muchas palabras y pocos brazos. (...) No caminamos hacia que se

vayan todos, no provocamos cambios en el “Statu Quo”... a ver que pasa! No construimos una

alternativa participativa clara de transformación; no coordinamos planes de acción con objetivos

concretos con otras “A”. Ni siquiera pudimos esbozar alguna alternativa de cambio para el “sistema

representativo”. (...)<Hacer para transformar>. Nos auto convocamos bajo esas consignas (Patri lo

recuerda). Nueve meses después, dimos a luz un reconfortante grupo de amigos, excelentes

personas que no están cambiando nada.” 124

El pensamiento como máquina de guerra tiene que ver con el relevo más que con

el modelo o monumento. Los discrepancias no son resueltas. No hay Todo ni

Sujeto que ancle el Ser en una forma de interioridad. Al igual que las piezas del

Go, los asambleístas no serían poseedores de propiedades intrínsecas sino del

momento en que actúan. En sus mecanismos de “banda” la asamblea no

promueve al más fuerte que disciplinará a los demás sino que hay lugar para los

guerreros que son primordialmente indisciplinados contra las jerarquías.

A.P.D.A: ensayos de conexiones moleculares

123 Artículo titulado “Vale la pena”, escrito por Ana María en “Ecos de la Sexta Nº 7”. Ver Apéndice.124 Artículo titulado “Recorriendo una larga distancia en círculos”, escrito por Juan Manuel en “Ecos de la Sexta Nº 8”. Ver Apéndice.

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Los puntos que analicé anteriormente referidos a ciertos momentos de

singularización y recomposición de los lazos sociales parecen ser fragmentos de

resistencia que se volatilizan rápidamente, reconstituyéndose por doquier las

relaciones de sujeción generadas por el capital como categoría semiótica. Estos

modos de control ejercidos dentro de lo que Deleuze y Guattari denominan

“Capitalismo Mundial Integrado” (CMI)125, recomponen cualquier intento de

autonomía modelizando las relaciones de cada sujeto con sí mismo y con el

entorno maquínico126. La integración en la axiomática del CMI se produce incluso

en las denominadas luchas de interés, entre las que se encuentran las

reivindicaciones económicas o sindicales en sentido clásico. Sin embargo, si no

sólo consideramos como posibilidades de cambio la lucha de clases binarizada en

burguesía-proletariado, aparecen las luchas moleculares: “Distintos tipos de virus

de esta índole están trabajando el cuerpo social en su relación con el consumo,

con el trabajo, con el tiempo libre, con la cultura, etc (auto-reducciones,

cuestionamiento del trabajo, del sistema de representación política, radios libres,

etc.). En la subjetividad consciente e inconsciente de los individuos y de los grupos

sociales, no dejarán de aparecer mutaciones de consecuencias imprevisibles”127

La subjetividad ya no como instancia individual, sino como producción colectiva,

plural y polifónica provoca alteraciones en la sensibilidades y vínculos y por ende

en algunas prácticas cotidianas. En la experiencia de la asamblea, como

mencioné anteriormente, son importantes los rastros de singularidad y

heterogeneidad, rasgos que aparecen en estos agenciamientos de lucha de nuevo

tipo. Si bien desde esta perspectiva podemos rescatar coeficientes de libertad,

esta “guerra social bacteriológica”128 no necesariamente es portadora de una

revolución que “libere” a la sociedad del CMI. Este tipo de transformaciones

dependerían de “la capacidad que tengan los agenciamientos explícitamente

125 Ver Glosario126 Este concepto de entorno maquínico incluye tanto a las máquinas técnicas como también las máquinas semióticas, deseantes que operan en los comportamientos sociales, sensibilidades, interiorización de las jerarquías etc. Ver “El capitalismo mundial integrado y la revolución molecular”, en “Cartografías del deseo”, Editorial La Marca, Buenos Aires, 1995, pag. 20127 GUATTARI, FELIX: “El capitalismo mundial integrado y la revolución molecular”, Ibidem, pag. 29128 GUATTARI, FELIX: Ibidem, pag. 29.

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revolucionarios para articularlas con las luchas de interés, políticas y sociales.”129

No se trata entonces de rechazar cualquier forma de organización sino de

relacionarlas, complementando las luchas tradicionales con las nuevas formas que

surgen por doquier.

En este sentido, la experiencia de la Asamblea Provincial por el Derecho al Agua,

es significativa, ya que registra algunas formas de organización interesantes

desde el punto de vista de la articulación de las luchas de interés y deseo. Esto ha

generado marcas de lo molecular en lo molar, tanto desde la sensibilidad

implicada como desde los usos estratégicos de los aparatos de lucha. De por sí, el

tema del agua cobra un matiz diferente que en cierto punto cuestiona las

relaciones subjetivas con la “ecología social” y la “ecología mental”130.

Las cuestiones que marcaron esta experiencia son por un lado la apropiación y

uso del plebiscito como herramienta y la confluencia en este acontecimiento de

organizaciones disímiles que lograron consensuar acciones comunes, buscando

algunos objetivos relativos a lo económico pero también promoviendo el agua

como derecho humano y bien social:

“Los puntos en que todos hemos coincidido son:

1. Exigir la anulación del contrato de concesión

2. Prohibir la realización de cortes y/o disminución del servicio

3. El agua es un derecho humano y por tanto no puede ser un bien comerciable. Respecto a este

último punto, no se plantea el tema como una discusión sobre si debe ser privatizado o estatal, ya

que al ser un bien imprescindible para la vida eso no puede estar en discusión”131

El agua, comenzó a ser pensada desde un ángulo inesperado por quienes

participaron de A.P.D.A. Los reclamos no sólo apuntaban a la rebaja de las tarifas

sino que pusieron en tela de juicio el contrato con la empresa Aguas Provinciales

de Santa Fe a través de un “plebiscito provincial” para la rescisión del mismo. La

129 GUATTARI, FELIX: “El capitalismo mundial integrado y la revolución molecular”, op.cit., pag. 30.130 GUATTARI, FELIX: “Caosmosis”, op. cit., pag. 15. 131 Artículo titulado “Qué podemos hacer con Aguas Provinciales”, publicado por la Comisión de Servicios Públicos de la Asamblea en “Ecos de la Sexta Nº 2”. Ver Apéndice.

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asamblea República de la Sexta integró el conjunto de organizaciones que

promovió este acto electoral que rara vez ha sido ejercido en el país a raíz de un

impulso ciudadano. Así fue como en septiembre del 2002, más de 210.000

santafesinos votaron en 1.500 urnas distribuidas en las 15 ciudades que forman

parte de la concesión. Entre los sectores que convocaron y apoyaron este

acontecimiento, se mezclaron comerciantes, trabajadores, docentes, centros de

estudiantes, vecinales, asambleas y organizaciones defensoras de los

consumidores o el medio ambiente.132

Estos acontecimientos donde confluyeron organizaciones más asociadas a las

luchas de interés así como otras relativas a las luchas de deseo, pueden

relacionarse con una instancia de coordinación propia de los denominados

“nuevos movimientos sociales”133. Tomaré aquí algunos elementos que hacen de

estos agenciamientos dispositivos novedosos en cuanto a la articulación de las

luchas de interés y deseo.

En primer lugar, estos movimientos se asocian con procesos de cambios en

ciertos aspectos de la sociedad particular donde se producen. “En lugar de

pretender producir cambios radicales en la organización social, estos movimientos

suelen perseguir objetivos limitados y reformas institucionales que están

destinadas a ampliar los sistemas de participación en decisiones de interés

colectivo. En ello radica el importante significado político de los nuevos

movimientos en las sociedades occidentales, ya que generan dinámicas de

democratización de las instituciones sociales y de vida cotidiana, así como la

expansión de las dimensiones civiles de la sociedad frente al crecimiento de las

vinculadas al Estado.”134

132 Ver Apéndice, Asamblea Provincial por el derecho al Agua (A.P.D.A.)133 Se entiende por Movimiento Social una “forma de acción colectiva que : 1-apela a la solidaridad 2-explicita un conflicto 3-implica una ruptura de los límites del sistema de relaciones sociales en el que se desarrolla la acción” Ver LARAÑA, ENRIQUE: “La construcción de los movimientos sociales”, Capítulo “La reconstrucción del concepto de movimiento social.”, Editorial Alianza , Madrid, 1999.134 LARAÑA, ENRIQUE: Ibidem, pag. 185.

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En el caso del agua, los cuestionamientos son tanto de orden simbólico como así

también económicos y legales. El agua, salvando las diferencias entre los sectores

que participaron de la A.P.D.A., comienza a ser percibida como una cuestión

social relacionada al medioambiente cuyo consumo y apropiación debería ser

debatido públicamente.

“Hay que destacar que gran cantidad de esas urnas fueron puestas espontáneamente por vecinos

en sus casas o negocios, que al enterarse de la elección no solo querían votar, sino que querían

participar atendiendo una urna para posibilitar que todos sus conocidos o clientes pudieran también

expresarse. Fue emocionante ver a tanta gente “trabajando” por un objetivo común e irrenunciable,

como es el de recuperar el manejo de nuestros recursos naturales.”135

Como forma de acción colectiva que “apela a la solidaridad”136 y “explicita un

conflicto social”137, esta asamblea socavó el imaginario según el cual las empresas

privatizadas en la década del ’90 no podían ser cuestionadas en su eficiencia,

inclusive desde el punto de vista legal. Es decir que lo que antes era considerado

normal, comienza a ser visto como injusto por una pluralidad de actores que con

su novedosa aparición recomponen la coordinación como forma de

reconocimiento de quienes pertenecen a un mismo sector social.138

Podemos hablar entonces, de una intensa combinación entre la apropiación y uso

de cuestiones legales y la dramatización pública que se patentizó en las acciones

de la A.P.D.A. formada por organizaciones que provienen de distintos sectores y

tradiciones de participación. Por un lado, se concretaron diversas acciones

relativas al plano legal propuestas por la A.P.D.A., entre ellas la denuncia del acta

acuerdo firmada por A.P.S.F. S.A. y el gobierno provincial el 29 de octubre de

2002, la conformación de una comisión Técnica y Legal con profesionales de toda

la provincia que elaboren una descripción técnica detallada de los

135 Artículo titulado “Plebiscito por el derecho al agua. Lo que sigue”, publicado en “Ecos de la Sexta Nº 6”. Ver Apéndice.136 LARAÑA, ENRIQUE: Op. Cit. pag. 78.137 LARAÑA, ENRIQUE: Op. Cit. pag 78.138 Ver LECHNER, NORBERT: "Tres formas de coordinación social"; Revista de la Cepal N° 61, 1997.

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incumplimientos, y los recursos judiciales para que se cumpla la cláusula de

extinción de contrato por esos incumplimientos.

Pero además, se sumaron la toma del tanque de Aguas ubicado en el barrio de la

asamblea República de la Sexta -que ya hemos analizado- realizada por varias

asambleas barriales, y una jornada creativa organizada por la A.P.D.A. con una

cátedra de la carrera de Bellas Artes que, formando una cadena humana,

trasladaron urnas desde Plaza San Martín hasta el frente de las oficinas de la

empresa. También se llevó a cabo una campaña de información masiva en

instituciones intermedias y escuelas con la coordinación del gremio docente

AMSAFE, y algunas otras actividades relacionadas a un “boicot” a la empresa:

“-Pintadas, volantes y afiches en cada barrio y ciudad.

-Evaluación de distintas variantes de No Pago.

-Alfombrar la puerta de la casa de gobierno y/o oficinas de Aguas con los votos del plebiscito

-Colocación de mesas frente a APSF en cada ciudad

-Realizar una campaña de escrache a todos los legisladores y funcionarios que no respondieron la

requisitoria realizada por la A.P.D.A. “con motivo de los resultados del plebiscito.”139

Como sostuve al principio, las mutaciones que surgen de la revolución molecular

tienen que mezclarse con otra clase de luchas más tradicionales como las

sindicales o vecinales. De esta manera comienzan a registrarse las repercusiones

de los movimientos moleculares que “no serían nada si no volvieran a pasar por

las grandes organizaciones molares y no modificasen sus segmentos, sus

distribuciones binarias de sexos, de clases, de partidos.”140

Empecé este trabajo señalando la dificultad de abordar un fenómeno complejo,

surcado por las emergencias que tuvieron lugar luego del estallido del 19 y 20 de

diciembre. Intenté entonces, demarcar algunos ejes de análisis que incluí en el

139 Información publicada en la página web http://www.taller.org.ar/ciudades/asamblea_agua.140 Ver DELEUZE, GILLES Y GUATTARI, FELIX: Op. Cit., pag. 221.

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Page 59: "Espacios, imaginarios y subjetividades en algunas experiencias de la Asamblea República de la Sexta" por Andrea Martínez Dorr

título y recorrerlos en las líneas anteriores usando retazos de las experiencias de

la asamblea “República de la sexta”. Reflexionando ahora sobre esas rutas, más

bien en tránsito que concluidas, señalaré en estas consideraciones, algunos

puntos que a mi juicio fueron los que me plantearon interrogantes que en alguna

medida procuré rastrear en el presente trabajo.

Es preciso señalar en primer lugar, la importancia de la metodología con la cual

intenté abordar estas prácticas sociales. Sobre todo por las dificultades al

comienzo del trabajo para correrme de la historia como “monumento” y al mismo

tiempo dejar de ver a los asambleístas como héroes que lo cambiarían todo. Si

bien en el apartado de metodología delimité el tipo de trabajo que pretendía lograr,

como diría Foucault “revolviendo los bajos fondos”, uno de los aprendizajes de

poner esto en marcha fue cuestionar las prácticas y discursos una y otra vez para

no caer en la antítesis de quienes analizaron el tema de las asambleas en

términos de “fenómeno infértil”, con un principio y un fin bien delimitados. Esto

tiene que ver con evitar las totalizaciones, pensando en la complejidad que abre

cada acontecimiento desde los ejes que me propuse indagar.

Parte de los hallazgos microfísicos que surgen en esta experiencia tiene que ver

con ciertos puntos de acumulación, que frenan las posibilidades de cambio. Entre

ellas puedo mencionar las dificultades para articular la heterogeneidad de ideas e

iniciativas y traducirlas en acciones concretas dentro del barrio o la ciudad,

cuestión que ha sido parte de la autocrítica de los propios asambleístas. A la vez,

en muchos momentos se hace difícil tolerar al otro que se enfrenta en la asamblea

o relegar el individualismo y la cultura de la sospecha para lograr relacionarse con

otras organizaciones o vecinos del barrio. Tampoco escapan los asambleístas a

la maraña burocrática y a las pretensiones de poseer en algunos momentos

certezas históricas sobre algunas cuestiones como el señalamiento de los

responsables de los procesos acontecidos en los ’90, excluyendo la participación

de la clase media en los mismos.

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Page 60: "Espacios, imaginarios y subjetividades en algunas experiencias de la Asamblea República de la Sexta" por Andrea Martínez Dorr

Sin embargo y a pesar de las muchas imposibilidades que se generan en las

relaciones cotidianas, es en ellas mismas donde la democracia comienza a

construirse con jugadas inesperadas dentro del espacio del barrio, con la

proliferación de acciones y discursos que reconstituyen lazos solidarios. Las

posibilidades de cambio en la democracia actual, más que estar relacionadas a

una “participación diferente de los ciudadanos”, como sostuve en las primeras

hipótesis de trabajo, tiene que ver con la construcción diaria de esa significación

imaginaria desde la autonomía y creación como partes de una historia que se

produce en esas prácticas cotidianas. La “diferencia” en esa participación no

estaría sujeta a la militancia en organizaciones políticas o sociales sino a los

lugares de cuestionamiento de la democracia como institución ligada sólo a la

posibilidad del sufragio individual, que pueden surgir en esos ámbitos. Por este

motivo considero importante el fuerte papel de lo colectivo en muchas de las

prácticas asamblearias.

En este sentido, vale destacar de las experiencias analizadas la reconstrucción de

la confianza, los intentos de practicar el respeto a la heterogeneidad de

pensamiento, y la aparición de la autocrítica, surgiendo algunos espacios de

disenso. La democracia en esos pequeños espacios de práctica social implica

poner en tela de juicio las leyes e instituciones heredadas en las relaciones

cotidianas, renunciando a sus fundamentos “absolutos”.

Por todo lo anterior, la yuxtaposición de los espacios practicados, los

cuestionamientos de los imaginarios establecidos y la aparición de vectores de

subjetividad dejan huellas dispersas, discontinuas, casi invisibles en el

inconsciente “esquizoanalítico”141. Este ya no corresponde a una historia individual

sino social, polifónica. Cuando el espacio deviene liso, en esos segundos

imperceptibles en los que se reconstruye un lazo social lacerado por el

individualismo, los espacios comienzan a conectarse por afectos solidarios.

141 Ver Glosario

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Page 61: "Espacios, imaginarios y subjetividades en algunas experiencias de la Asamblea República de la Sexta" por Andrea Martínez Dorr

Así, las mutaciones más ínfimas aportan matices diferentes a la democracia como

significación imaginaria social dejando surcos en las subjetividades, sabores,

aromas, figuras que se perciben distintas desde las narrativas cotidianas. Tanto en

el plano del sujeto como del diagrama142 se registran cambios que son

posibilidades -frente a la lógica de la desidia- del surgimiento de huellas en ese

inconsciente maquínico como un territorio abierto a las relaciones sociales,

económicas, históricas que abarca múltiples flujos. Por eso las problemáticas

inmersas en este inconsciente engloban las decisiones más importantes en una

sociedad que están relacionadas a la forma de vivir en un mundo “traspasado en

todos los sentidos por sistemas maquínicos que tienden a expropiar toda

singularidad, toda vida de deseo”143 Este inconsciente es tan híbrido que así como

en muchos anclajes se sujeta a la sociedad de consumo, algunas veces establece

lazos con la creatividad y transformación de las relaciones sociales.

Por otra parte, si bien estas experiencias cuestionan ciertos mitos instituidos como

regímenes de verdad tal como marqué al inicio del trabajo, posibilitando de esta

forma la aparición de algunas transformaciones en este inconsciente esquizo,

también se hace necesario un análisis de las instancias de coordinación con otras

luchas, que produzcan repercusiones en los niveles molares de decisión política.

Una continuación de este trabajo podría ser analizar los puntos de acumulaciones

y fugas en este tipo de coordinaciones y cuáles pueden ser los ecos sobre lo

molar. Es decir, cómo ese mundo de microdeterminaciones modifica las “clases”

(entendidas como organizaciones binarias de macrodecisiones políticas) Esta

línea de investigación implicaría también rescatar la importancia de la

“microhistoria” de atracciones y deseos conectados o conjugados, que hacen la

política en tiempos y ritmos diferentes, precipitándose en algunas ocasiones para

luego difuminarse, aparentemente por largos períodos.

142 Ver Glosario143 GUATTARI, FELIX: “El inconsciente maquínico y la revolución molecular”, del texto “Revolución Molecular: pulsaciones de deseo”, Editorial Brasiliense, México, 1981, pág 3

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Page 62: "Espacios, imaginarios y subjetividades en algunas experiencias de la Asamblea República de la Sexta" por Andrea Martínez Dorr

La asamblea “República de la Sexta” ya no funciona en la actualidad. La última

vez que tuve contacto con uno de sus integrantes me habló de un proceso de

separación de los vecinos por la manera diferente en que pensaban lo que la

asamblea “tenía que ser”. Si se ingresa a la página de Internet ya no hay “Ecos de

la Sexta” publicados. Sólo restos de lo que fue, de los relatos de quienes

estuvieron allí. Esto podría ser tildado de “fracaso” por su falta de continuidad en el

tiempo. Tiempo capitalista, del equivaler generalizado, no hay fracasos ni vacíos

que la asamblea vino a llenar. Son flujos, líquidos que van mutando y pueden

devenir en conservadores, progresistas, reaccionarios o descorporizados,

resingularizados y también todo esto al mismo tiempo. Uno de los desafíos parece

ser el de conectar estos flujos mutantes que pueden estar en el partido o la

asamblea y empezar a percibir esta realidad como susceptible al cambio si en

algunos instantes actuamos como sujetos responsables de su construcción.

Esos trazos en el inconsciente social, quizás resurgirán en otras prácticas, quizás

no de la asamblea República de la Sexta, pero sí en otras luchas cotidianas, en

otros agujeros negros de las subjetividades que transitaron esas experiencias.

“(...) La memoria es el antimuseo: no es localizable. De ésta se desprenden fragmentos en las

leyendas. Los objetos también, y las palabras, son huecos. Allí duerme un pasado, como en las

acciones cotidianas del andar, el comer, o el acostarse, donde duermen antiguas revoluciones”

Michel de Certeau

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Glosario

1. Esquizoanálisis144

Guattari describe al Esquizoanálisis como una disciplina, como un instrumento

para descifrar los pragmatismos de modelización en diversos dominios.

Básicamente esta disciplina carece de la centralización que conllevan las

“prácticas psy profesionalizadas, con sus corporaciones, sociedades, escuelas

(...)”145 y más bien estaría asociada a analizar “la incidencia de los agenciamientos

de enunciación sobre las producciones semióticas y subjetivas en un contexto

problemático dado”146. En este sentido, es importante señalar que el

agenciamiento de enunciación no será dado por la instancia individual

exclusivamente, sino que puede aparecer en cuestiones diversas como cuadros

clínicos, obras de arte, hechos micro políticos, etc. De esta forma, el

Esquizoanálisis cuestiona la perspectiva psicoanalítica clásica que para estos

autores no tiene en cuenta este género de contextualidad donde se relacionan

conjuntos materiales, semióticos, individuales y colectivos “activamente

maquínicos y/o pasivamente fluctuantes”147

2. Capitalismo Mundial Integrado148

Para Guattari, el capitalismo contemporáneo puede ser definido como Capitalismo

Mundial Integrado por dos razones. En primer lugar porque sus interacciones son

constantes con países que, históricamente, parecían habérsele escapado (bloque

soviético, China, tercer mundo) y esto remite a cierta extensión geográfica. Por

otra parte, porque tiende a que ninguna actividad humana, en todo el planeta,

escape a su control, generando una expansión molecular. Según este autor, el

144 Ver GUATTARI, FELIX: “Los Esquizoanálisis”, Revista Chimeres Nº 1145 GUATTARI, FELIX: “Los Esquizoanálisis”, Revista Chimeres Nº 1, pag. 2146 GUATTARI, FELIX: Ibidem.147 GUATTARI, FELIX: Ibidem.148 Ver GUATTARI, FELIX: “El capitalismo mundial integrado y la revolución molecular”, en “Cartografías del deseo”, Editorial La Marca, Buenos Aires, 1995

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Page 64: "Espacios, imaginarios y subjetividades en algunas experiencias de la Asamblea República de la Sexta" por Andrea Martínez Dorr

capitalismo ya ha colonizado todas las superficies del planeta, y lo que pretende

actualmente es sobre-codificar y controlar nuevas actividades. Existe una

mundialización de la división del trabajo, una captación general de todos los

modos de actividad, incluidos aquellos que escapan formalmente a la definición

económica del trabajo (modos de producción marginales, actividades domésticas,

deporte, cultura, etc.) Entonces, los valores económicos ya no se definen por la

noción cuantitativa de "trabajo socialmente necesario" ( o tiempo de trabajo), dado

que la integración maquínica ya no se limita a los lugares de producción, sino que

se extiende a todos los demás tipos de espacios sociales. Según Guattari, la

expresión económica del CMI, su modo se sujeción semiótica de las personas y

de las colectividades, no sólo involucra a una serie de sistemas de signos (como

el monetario, bursátil, jurídico) sino que también descansa en los sistemas de

servidumbre mecánica o cibernética (las personas son dispositivos que procesan

información según las necesidades del sistema). De este modo, el capital es

mucho más que una categoría semiótica relativa a la circulación de bienes y a la

acumulación. Es una categoría semiótica que concierne al conjunto de los niveles

de la producción. El CMI favorece las innovaciones y la expansión maquínica sólo

en la medida en que puede recuperarlas y consolidar los axiomas sociales

fundamentales que no se pueden transigir (acerca de la cultura, el trabajo, el

tiempo libre, etc.)

3. Sistemas Maquínicos149

Este tipo de Sistemas superarían la noción de máquina en su versión técnica

(sistema cerrado, instrumento, función). Así, “lo maquínico” se refiere a fenómenos

procesales físicos o abstractos que articulan niveles y elementos heterogéneos.

De este modo lo maquínico emerge como matriz, acto o resultado en los

segmentos del campo social. “Los sistemas maquínicos exceden todos los medios

de territorio, de territorialización incluso cuando son considerados en su

149 Ver GUATTARI, FELIX: “Seminario”, París, 1984

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integración a una cierta mecanósfera, a una cierta etología maquínica, siendo, al

mismo tiempo históricos...”

4. Diagrama150

Deleuze especifica esta categoría tomada para analizar a Foucault como un mapa,

una cartografía coextensiva a todo el campo social, es decir una máquina

abstracta: “Se define por funciones y materias informales, ignora cualquier

distinción de forma entre un contenido y una expresión, entre una formación

discursiva y una formación no discursiva. Una máquina casi muda y ciega, aunque

haga ver y haga hablar.”151 Este autor puntualiza que hay muchas funciones y

materias diagramáticas debido a que todo diagrama es una multiplicidad espacio-

temporal y además porque existen tantos diagramas como campos sociales en la

historia. Esta máquina abstracta es entonces una mapa que muestra las

relaciones de fuerzas en el campo social, procediendo por uniones primarias no

localizables y pasando en cada instante por cualquier punto, generando a su paso

agenciamientos concretos que efectúan esas relaciones. Esta actualización de la

máquina abstracta en los agenciamientos a los que Foucault llama “dispositivos”

se distribuye en dualismos, categorías irreductibles una a la otra.

5. Máquina abstracta152

Relacionada al Diagrama, esta categoría para Deleuze y Guattari representa la

forma de analizar el campo social. Según estos autores, éste es animado por

movimientos de descodificación y desterritorialización que afectan a masas y al

mismo tiempo hay movimientos de sobrecodificaciones y reterritorializaciones.

Estos movimientos tienen que ver con las segmentaridades (trabajadas en el

Capítulo IV) que coexisten “enmarañadas” en el espacio social. En este sentido, la

Máquina Abstracta, tiene dos estados simultáneos, una Máquina Abstracta de

150 Ver DELEUZE GILLES: “Foucault”, artículo “Un nuevo cartógrafo”, Editorial Paidós, Barcelona, 1986151 DELEUZE GILLES: Ibidem, pag. 61152 Ver DELEUZE, GILLES Y GUATTARI, FELIX: “Mil Mesetas. Capitalismo y esquizofrenia”, Editorial Pre-Textos, Valencia, 1988. Ver Capítulo “1933-Micropolítica y segmentaridad”.

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sobrecodificación relacionada a las segmentaridades duras que se agencian en el

aparato de Estado. El otro polo de la Máquina Abstracta es la Mutación que traza

sobre el espacio líneas de fuga disponiendo máquinas de guerra en sus líneas:

“Pero también entre los dos polos (...) y todo eso se produce al mismo tiempo” 153

6. Agenciamiento154

Este concepto es usado por Deleuze y Guattari para denominar a las

composiciones de deseo. Por medio de los agenciamientos, el filum maquínico

selecciona, cualifica e inventa sus singularidades y operaciones, sus cualidades y

rasgos. El filum maquínico como flujo de materia movimiento se diferencia en los

agenciamientos como conjuntos de singularidades y rasgos extraídos del flujo.

“Los agenciamientos pueden agruparse en conjuntos muy amplios que

constituyen “culturas”, o incluso “edades”; pero no por ello dejan de diferenciar el

fílum o el flujo, dividiéndolo en otros tantos filums diversos, de tal orden, a tal nivel

y de introducir las discontinuidades selectivas en la continuidad ideal de la

materia-movimiento”155

7. Máquina de guerra/ Aparato de Estado156

Para definir estos conceptos, Deleuze y Guattari describen a la Máquina de

Guerra por oposición al Aparato de Estado, aclarando que tienen distinto “origen”,

que pertenecen a distintas “especies”. Mientras el Aparato de Estado “capta”, “liga”

y distribuye distinciones binarias, la Máquina de Guerra deshace los “lazos” y

traiciona los pactos. Ella es irreductible al Estado, es una multiplicidad pura que

“todo lo vive en relaciones de devenir”. El aparato de Estado, entonces, procede

por Uno-Dos y forma un medio de interioridad. Es esta doble articulación, la que

153 DELEUZE, GILLES Y GUATTARI, FELIX: Ibidem, pag. 227. 154 Ver DELEUZE, GILLES Y GUATTARI, FELIX: Op. Cit., Capítulo “1227-Tratado de nomadología: la máquina de guerra”155 DELEUZE, GILLES Y GUATTARI, FELIX: Op. Cit., pag 408. Capítulo “1227-Tratado de nomadología: la máquina de guerra”156 DELEUZE, GILLES Y GUATTARI, FELIX: Op. Cit. Ver Capítulo: “1227-Tratado de nomadología: la máquina de guerra.”

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convierte al Aparato de Estado en un estrato. En cambio, la Máquina de Guerra

desde la multiplicidad supera las dualidades de términos o las correspondencias

de relaciones. Aparato de Estado y Máquina de Guerra tienen relaciones

diferentes con el espacio. El Aparato de Estado es espacio “estriado”, allí hay polis

porque se codifica y descodifica, mientras que la Máquina de Guerra territorializa y

desterritorializa. Es por eso que no basta con sostener que la máquina es exterior

al aparato, sino que la Máquina de Guerra es una pura forma de exterioridad

mientras que el Aparato de Estado con sus dualismos, es el modelo según el cual

pensamos habitualmente. La Máquina de Guerra con su propia naturaleza se

instala entre las dos cabezas del estado siendo necesaria para pasar de una a la

otra. La forma Estado tiende a reproducirse idéntica a sí misma mientras que la

Máquina de Guerra sólo existe en su constante metamorfosis.

8. Desterritorialización / Reterritorialización157

En estos conceptos, Deleuze y Guattari intentan cuestionar las nociones de

individuo/sociedad como categorías que se diferencian, sosteniendo que no tienen

sentido, ya que el campo social está atravesado por dominios molares y

moleculares que se invierten y combinan de infinitas maneras. Estos dos dominios

de naturaleza diferente se asocian a otros conceptos que permiten analizar ese

campo social.

Así las líneas y segmentos tienen que ver con lo molar, con las representaciones

individuales y colectivas que definen grandes conjuntos o segmentos

determinados en una línea, mientras que lo molecular es relativo a creencias y

deseos no atribuibles a individuos sino a una especie de circulación de flujos

traducidos en cuantos que “se crean, se agotan o mutan, y que se suman,

substraen o se combinan”158. Son esos flujos los que se desterritorializan, es decir

tienden a escapar de los códigos y por el contrario, las líneas duras se

157 DELEUZE, GILLES Y GUATTARI, FELIX: Op. Cit, Capítulo “1933-Micropolítica y segmentaridad”.158 DELEUZE, GILLES Y GUATTARI, FELIX: Op. Cit., Capítulo “1933-Micropolítica y segmentaridad”, pag. 223

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reterritorializan, sobrecodificandose. El campo social estaría entonces,

permanentemente atravesado por movimientos de desterritorialización, por fugas

que afectan masas, que se conectan y relanzan recíprocamente. Aunque también

pueden sobrecodificarse, reterritorializarse si en lugar de “conectarse” se

“conjugan” en puntos de acumulación que bloquean las fugas. De este modo, la

tarea del historiador según los autores consistiría en “determinar el <período> de

coexistencia o de simultaneidad de los dos movimientos (descodificación-

desterritorialización por un lado, sobrecodificación-reterritorialización por otro).”159

9. Líneas de fuga160

Este tipo de línea surge en el campo social como mutaciones o creaciones. Sin

embargo la línea de fuga conlleva el peligro de no unirse con otras líneas

aumentando sus valencias, sino convertirse en línea de muerte. Esto se debe a

que las líneas de fuga son trazadas por agenciamientos del tipo máquina de

guerra. Entonces, las mutaciones de la línea de fuga remiten a esa máquina que

no tiene por objeto la guerra sino justamente la emisión de cuantos de

desterritorialización y el paso de flujos mutantes. Deleuze y Guattari señalan que

el peligro de que la línea de fuga devenga línea de muerte es que la máquina de

guerra sólo tenga por objeto la guerra sustituyendo la mutación por la destrucción.

10.Espacio liso /estriado161

Si se analiza el campo social como espacio, Deleuze y Guattari, señalan que no

se trata de una simple oposición entre dos tipos de espacio. A veces existen

diferencias complejas y otras simples combinaciones o pasos de uno a otro: “El

espacio liso no cesa de ser traducido, transvasado a un espacio estriado; y el

espacio estriado es constantemente restituido, devuelto a un espacio liso.”162 Si 159 DELEUZE, GILLES Y GUATTARI, FELIX: Op. Cit., pag. 225160 Ver DELEUZE, GILLES Y GUATTARI, FELIX: Op. Cit., pag 233. Cfr. Capítulo “1933-Micropolítica y segmentaridad”.161 Ver DELEUZE, GILLES Y GUATTARI, FELIX: Op. Cit., Capítulo “1227-Tratado de nomadología: la máquina de guerra”162 DELEUZE, GILLES Y GUATTARI, FELIX: Op. Cit., pag. 388.

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nos remitimos a la distinción abstracta, podemos afirmar que el espacio estriado

sería un espacio homogéneo donde los cuerpos con peso se distribuyen a través

de distancias entre puntos. Frente a este espacio laminar de multiplicidades

métricas es que surgen los acontecimientos de “afectos variables” o espacios

lisos. Los mismos serían espacios de contactos, sin conductos, poblados de

multiplicidades no métricas que ocupan el espacio sin “medirlo”.

11.Ritornelo existencial163

Guattari explora este concepto desde la línea de trabajo que intenta captar la

subjetividad en su dimensión creativa. Este autor se pregunta de qué manera

ciertos segmentos semióticos se autonomizan, creando nuevos campos de

referencia. Es así como a partir de una ruptura que hace posible un singularización

existencial, se generan coeficientes de libertad. Tomando el concepto de objeto

parcial de Lacan que señala la autonomización de componentes de la subjetividad

inconsciente con la autonomización subjetiva relativa del objeto estético, Guattari

propone que esta noción abarque el conjunto de los focos de autonomización

subjetiva: “relativos a los grupos sujetos, a las instancias de producción de

subjetividad maquínica, ecológica, arquitectónica, religiosa, etc”

De esta forma, los fragmentos desprendidos del contenido entrarían en la

categoría de ritornelos existenciales que escapan a una delimitación espacio

temporal estricta. “El ritornelo no descansa en los elementos de formas, de

materias de significación corriente, sino en la separación de un “motivo” existencial

que se instaura como “atractor” en medio del caos sensible y significacional. Los

diversos componentes conservan su heterogeneidad, pero no obstante son

captados por un ritornelo que fija el territorio existencial del yo”164

12.Pensamiento del Afuera165

163 Ver GUATTARI, FELIX: “Caosmosis”, Editorial Manantial, Buenos Aires, 1996, pag 30. Cfr. Capítulo I “Acerca de la producción de la subjetividad”.164 GUATTARI, FELIX: “Caosmosis”, ibidem, pag 30.

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Esta idea, tomada del análisis de Foucault sobre Maurice Blanchot, tiene que ver

con el estatuto que la filosofía ha consagrado al pensamiento en cuanto “estrato”.

Así, el pensamiento del afuera se opone al concepto del pensamiento como

interioridad, asociado al Estado. El pensamiento sería de esta forma un centro que

hace que todas las cosas “den la impresión de existir gracias a su propia eficacia o

a su propia sanción” y esto también incluye a la forma Estado. De este modo, “el

estado proporciona al pensamiento una forma de interioridad, pero el pensamiento

proporciona a esta interioridad una forma de universalidad (...)”166

El pensamiento del afuera implica poner el pensamiento en relación con una

exterioridad de la que extrae en cada momento sentidos diferentes. Esta

exterioridad no es sin embargo otra imagen que se opone “simétricamente” a la

anterior, sino que la destruye. El pensamiento no se subordina entonces a un

modelo de lo “verdadero” sino que se sitúa en un espacio liso donde no se copia,

ni se reproduce. “Todo pensamiento ya es una tribu, lo contrario de un Estado”167

165 Ver DELEUZE, GILLES Y GUATTARI, FELIX: Op. Cit. Cfr.Capítulo: “1227-Tratado de nomadología: la máquina de guerra.”166 DELEUZE, GILLES Y GUATTARI, FELIX: Op. Cit., pag. 380.167 DELEUZE, GILLES Y GUATTARI, FELIX: Op. Cit., pag. 382

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