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62604016 La Conspiracion Del Mal Los Misterios de Osiris 2 Christian Jacq

Jul 12, 2015

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Xavier Muñoz
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Dhristian Jacq - La Compiracin del Mal - Los Miseterios de Osiris 2

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1 La acacia de Osiris iba a morir. Si el rbol de vida se extingua, los misterios de la resurreccin no podran celebrarse ms, y Egipto desaparecera. Incapaz de lograr que el secreto esencial irradiase, ya slo sera un pas como los dems, entregado a la ambicin de algunos, a la corrupcin, a la injusticia, a la mentira y a la violencia. Por eso, el faran Sesostris, tercero de su nombre, luchara hasta el ltimo instante para preservar la inestimable herencia de sus antepasados y transmitirla a su sucesor. Con ms de dos metros de altura, el coloso de cincuenta aos y mirada penetrante libraba un difcil combate del que, a pesar de su innata autoridad, su valor y su determinacin, tal vez no saliera victorioso. Con los ojos hundidos en las rbitas, hinchados los prpados, los pmulos prominentes, la nariz recta y fina, la boca arqueada, el rostro de Sesostris era indescifrable. No se afirmaba, acaso, que gracias a sus anchas orejas poda or la menor palabra pronunciada en lo ms profundo de una gruta?3

Dhristian Jacq - La Compiracin del Mal - Los Miseterios de Osiris 2

El faran verti agua al pie del rbol, la Gran Esposa real derram leche. El rey y la reina se haban despojado de sus brazaletes y sus collares de oro y plata, pues la Regla de Abydos no toleraba metal alguno en el territorio de Osiris1 . Abydos, el centro del universo espiritual de Egipto, la tierra del silencio, el dominio de la rectitud, la isla de los Justos sobrevolada por las almas- pjaro y protegida por las imperecederas estrellas. Aqu reinaba Osiris, el Ser perpetuamente regenerado, nacido antes de que existiera el nacimiento, creador del cielo y de la tierra. Triunfador de la muerte, resucitaba en forma de gran acacia que hunda sus races en el Nun, el ocano de energa del que brotaban todas las formas de vida. Pequea emergencia perdida en el seno de esa inmensidad, el mundo de los humanos poda verse sumergido en cualquier momento. Ante la gravedad de la situacin, Sesostris haba construido un templo y una morada de eternidad para producir una energa espiritual destinada a salvar la acacia. El proceso de degradacin se haba interrumpido, pero slo una rama del rbol de vida haba reverdecido. Las investigaciones emprendidas para encontrar la causa de aquel desastre as como a su instigador pronto daran resultado, puesto que l faran ya no tardara en llevar a cabo un ataque decisivo contra el jefe de provincia Khnum- Hotep, sospechoso de ser el autor de aquel crimen. Provisto de la paleta de oro, smbolo de su funcin de superior de los sacerdotes de Abydos, el faran ley en voz alta las frmulas de conocimiento que sta llevaba. Tras l se encontraban los escasos permanentes autorizados a residir en el interior del recinto sagrado, adonde iban a trabajar, todos los das, algunos temporales, filtrados y vigilados por las fuerzas de seguridad. El Calvo, representante oficial del rey, no tomaba decisin alguna sin el acuerdo formal del soberano. Responsable de los archivos de la Casa de Vida, el Calvo haba pasado toda su existencia en Abydos, y no senta deseo alguno de conocer otro horizonte. Grosero, incapaz de ser siquiera mnimamente diplomtico, slo pensaba en la perfecta ejecucin de las tareas confiadas a los permanentes y no toleraba la menor laxitud. Tener la suerte de pertenecer a ese restringido colegio exclua cualquier debilidad.

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Abydos se encuentra a 485 km al sur de El Cairo y a 160 km al norte de Luxor.

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- Son venerados los antepasados? pregunt el rey. - El Servidor del ka cumple con su oficio, majestad. La energa espiritual de los seres de luz nos llega an, los vnculos con lo invisible siguen siendo slidos. - Estn provistas las mesas de ofrenda? - El que hace la libacin de agua fresca ha cumplido todos los das con su tarea. - Est intacta la tumba de Osiris? - El que vela por la integridad del gran cuerpo ha verificado los sellos puestos en la puerta de su morada de eternidad. - Se transmite ritualmente el conocimiento? - Aquel cuya accin es secreta y que ve los secretos no traiciona su funcin, majestad. Uno de los cuatro permanentes no pensaba ya con sinceridad en el cumplimiento de sus sagrados deberes. Decepcionado al no obtener el puesto de Superior tras una carrera que, sin embargo, l consideraba ejemplar, el sacerdote haba decidido enriquecerse utilizando el saber adquirido durante sus aos de formacin. Puesto que Sesostris no reconoca sus mritos, se vengara del rey y de Abydos. - La puerta del cielo se cierra deplor el Calvo. La barca de Osiris2 no navega ya por los espacios estelares. Poco a poco, tambin ella se degrada. Esas eran las palabras que el faran tema escuchar. El debilitamiento del rbol de vida provocara una serie de catstrofes, luego el derrumbamiento del pas entero. Sin embargo, habra sido indigno y cobarde taparse los odos y velarse la cara. - Haz que vengan las siete sacerdotisas de Hator orden el monarca, y que ayuden a la reina. Procedentes de diversos medios, aquellas mujeres residan tambin permanentemente en Abydos y, como sus colegas masculinos, haban jurado absoluto secreto. El Calvo no se mostraba ms amable con ellas que con los sacerdotes y no admita de su parte error alguno. En el corazn del templo, ninguna funcin estaba definitivamente adquirida, y cualquier ritualista que no cumpliera con su tarea sera excluido sin que el Calvo le demostrase la menor indulgencia. La ms joven de las siete sacerdotisas, recientemente ascendida al grado de Despierta por la reina de Egipto, era de una belleza casi irreal. Con el rostro luminoso, con rasgos de una inigualable delicadeza, la piel muy tersa, los ojos de un verde mgico, las caderas estrechas, se desplazaba con una nobleza y una gracia que seducan incluso a los ms hastiados.

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La neshemet

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Atrada por la iniciacin desde la infancia, se desinteres del mundo profano para aprender los jeroglficos y cruzar, una a una, las puertas del templo. La muchacha, llamada para que celebrara rituales en varias provincias, regresaba siempre con gran alegra a Abydos. Vesta una tnica que imitaba una piel de pantera salpicada de estrellas, con la que desempeaba el papel de la diosa Sechat,,soberana de la Casa de Vida y de la escritura sagrada, formada de palabras de poder, nicas capaces de combatir a los enemigos invisibles. Decidida ya, la existencia de la joven sacerdotisa debera haberse desarrollado de un modo apacible si varios dramas no la hubieran trastornado. Primero, la enfermedad del rbol de vida, que esparca la angustia en un lugar donde slo debera haber reinado la serenidad; luego, las predicciones que le anunciaban que no sera una Sierva de Dios como las dems, pues se le haba encargado una misin capital y peligrosa, ms all de lo imaginable; finalmente, el encuentro con un joven escriba, Iker, al que no consegua apartar de su mente y que turbaba cada vez ms sus meditaciones. - Que las siete sacerdotisas de Hator formen un crculo alrededor del rbol de vida orden la reina. Una vez colocadas las sacerdotisas, la Gran Esposa real ci el tronco del rbol con una cinta roja para aprisionar en ella las fuerzas del mal. El faran saba que esta proteccin era insuficiente: para salvar la acacia era necesario que se reuniera el Crculo de oro de Abydos. A excepcin del Calvo, los ritualistas se retiraron. Recogidos, la pareja real y el Calvo aguardaron la llegada de los miembros del Crculo de oro, que haban utilizado el canal excavado por Sesostris y flanqueado por trescientas sesenta y cinco mesas de ofrenda, evocacin del banquete celestial que se celebraba a lo largo de todo el ao. De una barca ligera descendieron los generales Sepi y Nesmontu, el gran tesorero Senankh y el Portador del sello real Sehotep. En misin especial, slo faltaba un iniciado. Los fieles llevaban un relicario, compuesto de cuatro leones opuestos por la espalda. En el centro del objeto cilndrico vaciado haba un astil con un escondrijo en lo ms alto. Encarnaba el venerable pilar creado al inicio de los tiempos, la columna vertebral a cuyo alrededor se organizaba el pas entero. Los cuatro hombres dispusieron la obra maestra junto a la acacia. Los leones, guardianes infatigables cuyos ojos nunca se cerraban, impediran a cualquier agresor acercarse al rbol de vida. En el escondrijo, el rey y la reina colocaron, cada uno de ellos, una pluma deDigitalizado por el Portal Masnico del Guajiro Page 6

avestruz que simbolizaba a Maat, la justicia, la rectitud y la armona, sobre las que se construa cotidianamente Egipto. Emanacin de la luz divina, Maat era la ofrenda por excelencia con la que se alimentaba la tierra de los faraones. Un viento fro barra el lugar. - Mirad all! exclam el general Nesmontu. En lo alto de un rido cerro, en el lindero del desierto, acababa de aparecer un chacal. Con los ojos negros, bordeados de naranja, miraba fijamente a los ritualistas. - El genio de Abydos aprueba nuestra gestin seal la reina. El que est a la cabeza de los Occidentales3 , los difuntos reconocidos como Justos, nos gratifica con su presencia y nos alienta a proseguir nuestra bsqueda. Aquel signo del ms all confirm a Sesostris en su decisin de modificar los parajes del lugar sagrado. - Plantad una acacia en cada punto cardinal decret. Los miembros del Crculo de oro as lo hicieron. De este modo, el rbol de vida estara protegido por los cuatro hijos de Horus, que velaran, en adelante, por la residencia de Osiris. Testigos de la resurreccin, formaran un eficaz talismn contra el aniquilamiento. Despus de que el monarca hubo consagrado los rboles plantados, visit su nueva ciudad, Paciente de lugares4, donde residan los constructores de su templo y de su tumba. All reinaba una atmsfera pesada, pero nadie le pona mala cara al trabajo. El monarca no toleraba relajamiento alguno en el territorio de Osiris, donde se decida la suerte de Egipto. Al acabar su inspeccin, el rey se retir a una capilla y convoc a la joven sacerdotisa. - Gracias a las indicaciones que has recogido en los textos antiguos he tomado el mximo de precauciones para prolongar la vida de la acacia - explic. Pero eso es slo un mal menor. - Seguir buscando, majestad. - No aflojes en tus esfuerzos, sobre todo. La desgracia que afecta a Abydos no

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Khenty-imentiu. Uah-sut

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puede deberse al azar. Sus causas son probablemente mltiples; tal vez una de ellas se oculte aqu mismo. - Qu debo entender? - El comportamiento de los ritualistas de Abydos debe ser irreprochable. Si no es as, puede agrietarse la muralla mgica erigida para preservar a Osiris de cualquier atentado. Te pido, pues, que permanezcas alerta y prestes atencin al menor incidente. - Se har de acuerdo con vuestra voluntad, y no dejar de informar al Calvo. Me informars a m y a nadie ms. Podrs ir y venir a tu antojo, y sin duda tendrs que abandonar Abydos ms de una vez. Aunque le costara cumplir aquella orden, la sacerdotisa hizo una reverencia. Solamente all su vida adquira sentido. Le gustaba aquel paisaje fuera del tiempo, el recogimiento inscrito en cada una de las piedras del gran templo, la celebracin diaria de los ritos. Comparta los pensamientos presentes an de los iniciados que, desde los orgenes de la ciudad de Osiris, participaban en sus misterios. Abydos era su tierra, su mundo, su universo. Pero una orden del faran, garante de la propia existencia de aquellos lugares, no se discuta. 2 Con el rostro cuadrado, las cejas espesas y la panza redonda, Sekari trabajaba en el huerto con sabia lentitud. Tema sufrir dolores dorsales y un absceso en el cuello a fuerza de levantar la prtiga de cuyos extremos colgaban dos pesados recipientes llenos de agua, por lo que meda sus esfuerzos y cuidaba de no cometer excesos en la labor. Por mucho que se apresurara, los puerros no creceran ms de prisa. Sekari arranc los ms grandes y los meti en una de las alforjas que llevaba Viento del Norte, el asno colosal de grandes ojos marrones de su amigo, el escriba Iker. Infatigable, el cuadrpedo slo obedeca a su dueo, que lo haba salvado de las manos de un torturador y de un sacrificador. Como Iker lo autorizaba a acompaar a Sekari, Viento del Norte ayudaba al hortelano en su tan oscura como penosa tarea. Segn la costumbre, durante los perodos clidos, Sekari no regaba los cultivos antes de que cayera la tarde. El agua se evaporaba mucho ms lentamente por la noche, y las plantas almacenaban la preciosa sustancia para resistir los ardores del sol. Sekari, deseando ampliar su campo de cebollas, se arrodill para arrancar las malas hierbas. Pero lo que descubri le quit las ganas de proseguir.Digitalizado por el Portal Masnico del Guajiro Page 8

Eliminar al faran Sesostris por cualquier medio: sa era la obsesin de Iker. El joven haba sufrido tanto por la crueldad del rey que ya no haba otra solucin. Desde su entrada en la lite de los escribas de la ciudad de Kahun, en el Fayum5, Iker debera haberse contentado con su notable situacin. Sin embargo, no consegua olvidar el pasado, en que haba estado varias veces al borde de la muerte. Las mismas escenas regresaban una y otra vez para obsesionarle durante su sueo, despus de que le robaron su marfil mgico que alejaba a los demonios. Se recordaba atado al mstil de un barco, El rpido, y ofrecido como ofrenda al peligroso mar; luego, siendo el nico en escapar de un imprevisible naufragio. Aquel navo se diriga al mtico pas de Punt, por lo que slo poda pertenecer al rey. Y ese mismo monarca haba ordenado a un falso polica que eliminara a Iker, para impedirle as que revelara la verdad y provocara un escndalo que podra poner en peligro su trono. Aquel tirano esclavizaba Egipto, el pas amado por los dioses, pisoteando la ley de Maat. El camino del joven escriba estaba, pues, decidido: deba impedir que aquel dspota asesino siguiera haciendo dao. Pero muchas preguntas quedaban en el aire: por qu lo haban raptado los piratas? Por qu, en la isla del ka, en un sueo, una inmensa serpiente haba preguntado al nufrago si sera capaz de salvar al mundo? Por qu el capitn haba calificado aquel rapto de secreto de Estado? Por qu su viejo maestro, un escriba de la aldea de Medamud, le haba predicho: Sean cuales sean las pruebas estar siempre a tu lado para ayudarte a cumplir un destino que an ignoras? Iker acababa de pasar por muchas pruebas, pero el misterio segua en pie. Al menos, hara algo til matando a Sesostris. En su vivienda oficial, el joven escriba no careca de nada. Debera haber hecho una buena carrera y haberse preocupado slo por los ascensos. Una pequea habitacin consagrada al culto de los antepasados, una modesta sala de recepcin, un dormitorio, aseos, un cuarto de bao, una cocina, un stano, una terraza, unos muebles someros pero slidos: qu ms se poda pedir? Pero Iker ni siquiera adverta aquella abundancia material, tan tendida hacia su nico objetivo, tan difcil de alcanzar, estaba su espritu. A menudo, pensaba en la joven sacerdotisa de la que se haba enamorado y a la que, probablemente, nunca volvera a ver. Por ella ascenda en su oficio, por ella

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A un centenar de kilmetros al suroeste de Menfis (El Cairo).

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deseaba convertirse en escriba de lite, para no decepcionarla si se encontraban de nuevo y si l tena la oportunidad de revelarle sus sentimientos. Durante mucho tiempo haba querido creer en el milagro. Hoy saba que ella era slo un sueo maravilloso e inalcanzable. Los rebuznos de Viento del Norte arrancaron a Iker de su siniestra meditacin. - He regresado anunci Sekari. Da de comer a tu asno, yo preparar la sopa. - Ha ido bien la cosecha? - Tengo buena mano. La especialidad culinaria de Sekari no se compona slo de legumbres: aada pedazos de carne y de pescado, pan, comino y sal. Aquel plato llenaba el vientre y permita pasar una noche tranquila, hasta el desayuno. Tras haber escapado de la muerte, en compaa de Iker, en las minas de turquesas del Sina, Sekari se haba cruzado de nuevo en su camino, en Kahun, donde se haba convertido en su criado, pagado por la municipalidad. Los trabajos del huerto completaban su modesto salario, y l venda sus productos a los escribas. Despus de que Iker hubo conducido a Viento del Norte hasta su establo, volvi a casa con pesados pasos. - No pareces muy contento - observ Sekari- . Por qu no te tomas la vida por el lado bueno? Vstete con ropas de lino fino, acude a los hermosos jardines y a las salas de banquetes, respira el perfume de las flores, embrigate, festeja. La existencia es tan corta que pasa como un sueo. Si lo deseas, te presentar a una moza muy simptica. Con sus cabellos forma un lazo para que los muchachos caigan en la trampa. Con su anillo los marca al rojo vivo. Sus dedos? Hojas de lirio! Su boca? Un capullo de loto! Sus pechos? Mandrgoras! Pero antes de dejarte seducir, come. Iker prob un poco de la obra maestra de Sekari. Si enfermas, no recuperars la moral. Deseas algo ms? No, tu sopa es deliciosa, pero he perdido el apetito. Qu te atormenta, Iker? Aunque no consigo comprender por qu el faran decidi eliminarme, a m, un pequeo escriba sin importancia, debo actuar. Actuar, actuar... Qu significa eso? Cuando se conoce la raz del mal, no es indispensable destruirla? Vosotros, los escribas, siempre inventis justificaciones para todo. Yo soyDigitalizado por el Portal Masnico del Guajiro Page 10

un hombre sencillo y te aconsejo que evites las complicaciones. Tienes una casa, un oficio, un porvenir asegurado... Por qu buscarte problemas? Lo verdaderamente importante es lo que me dicta la conciencia. Si comienzas a utilizar las grandes frmulas, pierdo pie! De todos modos, tengo que decirte... Sekari pareci turbado. Un triste descubrimiento reconoci, pero tal vez no quieras saberlo. Al contrario! Tiene relacin con el marfil mgico que protega tus sueos. Lo has encontrado, acaso? S y no... El ladrn lo hizo pedazos y los disemin por las malas hierbas. Tal vez sea el tipo que te agredi y cuyo cadver fue pescado en un canal. Es imposible reconstruir el objeto. Para m, eso no es una buena seal. Sean cuales sean tus proyectos, tendras que renunciar a ellos. Me quedan los pequeos amuletos que me regalaste record Iker. Con los halcones, encarnaciones del dios celestial Horus, y los babuinos de Tot, maestro de los escribas, acaso no estoy bien protegido? Esos amuletos son muy pequeos! Yo, en tu lugar, no me fiara demasiado. Sekari termin la sopa ante la mirada perdida de Iker. La prxima vez aadir especias. Y si furamos a dormir? Maana hay que levantarse temprano para trabajar. Iker asinti.

Sekari despleg una estera de primera calidad en el umbral de la pequea casa. Desde el atentado, del que Iker haba estado a punto de ser vctima, su criado tomaba precauciones. Seguro de que Sekari estaba profundamente dormido, Iker abandon su morada pasando por la terraza. Tras haber comprobado que nadie lo segua se desliz por una calleja impecablemente limpia y esper largo rato. Kahun era una ciudad notable. Construida segn las leyes de la proporcin divina, se divida en dos barrios principales. El del oeste se compona de doscientas casas de tamao medio, el del este albergaba varias villas, algunas de las cuales tenan setenta habitaciones. Al nordeste se encontraba la inmensa residencia del alcalde, construida sobre una especie de acrpolis. Iker no saba ya qu pensar del importante personaje. Por un lado, lo haba contratado y, luego, haba favorecido su carrera, pero, por otro, era forzosamente fiel servidor del faran. Acaso el joven escriba no sera simplemente un pen en el tablero de un juego cuyas reglas ignoraba? Al ver que todo estaba en calma, Iker se dirigi hacia el lugar de la cita. Ni el alcalde ni su superior, Heremsaf, conocan sus contactos con una joven asitica, Bina, una sierva que no saba leer ni escribir pero que luchaba, como l, contra la tirana de Sesostris. La muchacha11

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lo aguardaba en una casa abandonada. En cuanto entr, ella cerr la puerta y lo arrastr hacia un almacn de jarras donde ningn odo indiscreto escuchara su entrevista. Bina era morena, espontnea y hechicera. Has tomado las precauciones necesarias, Iker? Acaso me consideras un irresponsable? No, claro que no! Pero tengo miedo, tanto miedo... No deberas tranquilizarme? Bina se acurruc contra el escriba, pero l no reaccion. Cada vez que ella intentaba seducirlo, el rostro de la joven sacerdotisa le vena a la memoria y le arrebataba cualquier deseo de ceder ante las insinuaciones de su cmplice. No tenemos mucho tiempo, Bina. Un da, esta ciudad ser nuestra y ya no estaremos obligados a ocultarnos. Pero el camino es largo an, Iker. Slo t nos permitirs lograrlo. No estoy seguro. Acaso vacilas an? No soy un asesino. Matar a Sesostris ser un acto de justicia! Deberamos tener pruebas formales de su culpabilidad. Y qu ms exiges? Quiero consultar los archivos. Ser largo? Lo ignoro. Mis funciones actuales no me autorizan a ello, y tendra que ascender en la jerarqua para tener acceso sin llamar la atencin del alcalde y de Heremsaf. Pero qu esperas descubrir, Iker? Ya sabes que el faran es el nico responsable de todas tus desgracias y de las de tu pas. Eres consciente de la gravedad de la situacin, por eso no tienes derecho a abandonar. Me imaginas clavando un pual en el corazn de un hombre? Tendrs valor para hacerlo, estoy segura! Iker se levant y camin sobre restos de alfarera. Uno de ellos se quebr bajo sus pies. El escriba dese que eliminar al monstruo resultara igual de fcil. Sesostris sigue exterminando a mi pueblo declar la muchacha con emocin. Maana perseguir al tuyo, cuando termine la guerra civil que ya se anuncia. No lejos de aqu, el jefe de provincia Khnum- Hotep est formando un ejrcito para luchar contra el tirano. Pero cuntas semanas va a resistir? De dnde provienen tus informaciones?Digitalizado por el Portal Masnico del Guajiro Page 12

De nuestros aliados, que muy pronto llegarn a Kahun, espero. Con ellos, nuestra energa se multiplicar. Cmo entrarn en la ciudad? Lo ignoro, Iker, pero lo conseguirn. Ya vers, nos proporcionarn una ayuda preciosa. Es una locura, Bina. Te aseguro que no. No existe otro medio de liberarnos de esta opresin, y t sers el brazo armado que nos conceder la libertad. Existe mayor destino? Al tomarla contigo, Sesostris puso en marcha la fuerza capaz de destruirlo. Las ltimas palabras de Bina convencieron al escriba de que avanzaba por el buen camino. Sin embargo, el objetivo segua estando muy lejos y sus posibilidades de alcanzarlo parecan nfimas. Comparto tus dudas y tus inquietudes, Iker. Pero muy pronto ya no estaremos solos. Tendido en la terraza, Iker no dorma por la noche. Esta vez su proyecto tomaba cuerpo y senta que estaba preparado para llevarlo a cabo. Nada le resultaba ms insoportable que la injusticia, ya fuera cometida por un rey o por un pobre. Y si no haba nadie ms que l para rebelarse, no retrocedera. Un grito de dolor procedente de abajo le hizo dar un respingo. Se os ha agrietado la calabaza! protest Sekari con vehemencia. No se despierta a la gente con patadas en las nalgas! Iker baj a ver. Dos policas estaban ante l. Provistos de garrotes, no parecan muy afables. De pie, adormilado an, Sekari se palpaba el trasero. Quin es ste? pregunt el polica de ms edad. Sekari, mi criado. Y duerme siempre en el umbral? Medidas de seguridad. Con un tipo al que le cuesta tanto despertar, yo no me sentira muy seguro.

Bueno, no hemos venido por l. El escriba Heremsaf te reclama con urgencia. Los dos emisarios se alejaron. Al menos, no me han puesto las esposas y no me han arrastrado por las calles de la ciudad como a un vulgar bandido, pens Iker, petrificado.13

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Pero, por desgracia, el asunto slo se aplazaba. Heremsaf lo convocaba de aquel modo porque haba adivinado sus intenciones. Iker sera detenido y condenado. Su nica posibilidad consista en huir, pero le permitiran salir los guardianes de la puerta principal de la ciudad?

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El faran Sesostris haba bautizado como Paciente de lugares su ciudad construida en el paraje de Abydos para encarnar el primero de los dos valores fundacionales de la monarqua faranica: la perseverancia. La segunda, la vigilancia o, ms exactamente, el despertar de Osiris en la resurreccin, confera a la institucin la dimensin sobrenatural que le permita construir monumentos duraderos. El faran examinaba personalmente el cuadro de servicio de los sacerdotes temporales, distribuidos en cinco equipos que se sucedan el uno al otro. Frente al gigante, el responsable de su redaccin, un hombrecillo nervioso, no poda dejar de temblar. Si has seguido mis instrucciones y cumplido correctamente tu misin, a qu viene tanto miedo? El... el privilegio de veros, majestad... el... Ni t ni yo tenemos privilegios, somos los servidores de Osiris. As lo entenda yo, majestad, y... Cmo funcionan tus equipos? Al modo tradicional. Los empleados forman un grupo dividido en varias secciones, destinadas a tareas concretas. Ninguna debe perjudicar a otra, y todas las obligaciones se cumplen a su hora. El responsable lanz un detallado discurso donde habl del aseo de las estatuas, de la limpieza de los cuencos de purificacin, de la preparacin de aceites de iluminacin, cuya combustin no desprenda humo, as como de la eleccin de los alimentos que deban depositarse en las mesas de ofrenda y repartirse, luego, bajo control. Le dio al rey los nombres y las hojas de servicio de los guardianes, de los jefes de taller, de los escultores, de los pintores, de los jardineros, de los panaderos, de los cerveceros, de los carniceros, de los pescadores y de los perfumistas, sin omitir el ms modesto de los portadores de ofrendas. Cada uno de ellos es identificado por las fuerzas del orden, que llevan un registro que incluye los das y las horas de llegada y de partida, as como los motivos de ausencia y de retraso. Y hasta ahora, cuntas expulsiones de temporales hay por falta grave? Ninguna, majestad! respondi con orgullo el responsable. He aqu la prueba de tu incompetencia. Majestad, yo...Digitalizado por el Portal Masnico del Guajiro Page 14

Cmo puedes suponer ni por un solo instante haber alcanzado la perfeccin? O intentas engaarme, lo cual es un error imperdonable, o te fas de los informes de tus subordinados, lo cual es un error no menos imperdonable. En cuanto haya nombrado a tu sustituto abandonars Abydos. Al visitar los talleres, los almacenes, las carniceras y las cerveceras, Sesostris advirti varios quebrantamientos de las consignas de seguridad. Sobek el Protector tom de inmediato las medidas necesarias. Luego, el rey recibi a su maestro de obras, con el rostro marcado por la fatiga. Problemas de nuevo? Nada grave, majestad, gracias a la proteccin de las sacerdotisas de Hator. Las herramientas ya no se rompen y los canteros no se ponen ya enfermos. Por eso me complace anunciaros el fin de la obra: los pintores han terminado esta misma maana la ltima figura divina, la de Isis. Vuestro templo est dispuesto para proporcionar un mximo de ka, al igual que vuestra morada de eternidad. Cundo deseis animar el tesoro? Maana mismo. En Tebas, las ceremonias iban acompaadas por un regocijo popular. En cambio, en Abydos, incluso los cerveceros cumplan un papel cultural al servicio de Osiris, y en las actuales circunstancias, cualquier manifestacin de jbilo habra resultado inapropiada. Ante la mirada de las sacerdotisas y de los sacerdotes permanentes, Sesostris coloc en el depsito de fundacin de su templo veinticuatro lingotes de metales y piedras preciosas, entre ellas, el oro, la plata, el lapislzuli, la turquesa, el jaspe y la cornalina. Aquellos materiales, que haban brotado del vientre de las montaas, entraban en la composicin del ojo de Horus, el ms poderoso de los talismanes. Luego, portadores y portadoras de ofrendas se acercaron al santuario en procesin, para equiparlo con los elementos necesarios para su buen funcionamiento: jofainas de purificacin, copas, jarras, cofres, altares, incensarios, paos y barcas componan el tesoro del templo, de techo de oro y lapislzuli, de suelo de plata y puertas de cobre. Celebrar hoy los tres rituales de la maana, del medioda y del anochecer comenz el faran, de modo que las potencias sobrenaturales mantengan el genio de este lugar, morada de las divinidades y no de los humanos; su papel consiste en difundir energa. La joven sacerdotisa vea cmo se cumplan los textos descifrados en la Casa de Vida de Abydos, que trataban del papel primordial del rey de Egipto, dueo de la creacin de los ritos. A l le tocaba poner orden en vez de desorden, verdad en lugar de mentira, justicia en vez de terror. Exista una posibilidad de vivir la armona celestial en una sociedad terrenal: cumplir esos ritos a su hora y disponer de un faran capaz de encargarse por completo de su funcin. Que la luz ilumine los altares orden Sesostris.15

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Los pebeteros derramaron suaves olores. Flores, carnes, legumbres, aromas, recipientes que contenan agua, cerveza y vino, as como panes de formas y tamaos diversos, se depositaron sobre las mesas de ofrenda de diorita, granito y alabastro. Todas aquellas riquezas eran ofrecidas a las divinidades para que disfrutaran su sutil aspecto y las transformaran en sustancias asimilables. La ofrenda fortaleca el vnculo entre lo visible y lo invisible. Gracias a ella, la creacin se renovaba. Sesostris entr en el templo cubierto, accesible a un pequeo nmero de ritualistas encargados de representarlo. En aquel lugar cerrado a los profanos deban preservar la integridad divina y rechazar continuamente las fuerzas del caos, que intentaba destruir aquel espacio de Maat. Al fondo del santuario se encontraba el cerro primordial, hacia el que descenda el techo y ascenda el suelo. Emergido de las aguas originales en la primera maana, era el zcalo sobre el que el Creador edificaba su obra sin cesar. En la penumbra del Santo de los Santos se revelaba el paraje de luz 6 (I), cuyas puertas abra el faran. En pleno cielo de las potencias, el rey haca que renaciese el origen. Mientras el cosmos siga establecido sobre sus cuatro pilares - dijo el monarca a la Presencia, mientras la inundacin venga en el momento justo, mientras las dos luminarias, rijan da y noche, mientras las estrellas permanezcan en su lugar y los decanatos cumplan con su tarea, mientras Orin haga visible Osiris, este templo ser estable como el cielo. La animacin del templo retrasara la degradacin de la acacia de Osiris. La rodeara de ondas bienhechoras y edificara as un muro mgico que protegera el rbol de vida de nuevos ataques, sin suprimir la causa de la enfermedad. EI momento de proceder a una intervencin de otro orden se aproximaba. El rey reuni, pues, a los miembros del Circulo de oro de Abydos para tomar su decisin. Un solo jefe de provincia se niega a someterse record el spero general Nesmontu. Lancemos contra Khnum- Hotep una gran ofensiva para extirpar toda huella de rebelin. Cuando Egipto est realmente unido, la acacia volver a brotar. El viejo oficial, vigoroso an, no sola cuidar sus palabras. Indiferente a los honores, slo viva para la grandeza de las Dos Tierras. Y quin la encarnaba sino el faran Sesostris, al que se senta dispuesto a entregar la vida? Apruebo a Nesmontu declar el general Sepi. Aunque esa confrontacin produzca numerosas vctimas en ambos bandos, parece ineluctable. Sepi, alto, flaco y autoritario, haba sido el brazo derecho del jefe de la provincia de la Liebre, Djehuty, convertido en un fiel de Sesostris. En misin especial

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El akhet, palabra construida con la raz akh, ser luminoso, til.

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confiada por el Crculo de oro, el general haba convencido poco a poco a Djehuty de que evitara un conflicto de desastrosas consecuencias. A la cabeza de una de las ms brillantes escuelas de escribas del pas, Sepi nunca se precipitaba. Era reflexivo y ponderado, y detestaba los arrebatos. Temo la violencia reconoci el Portador del sello real, Sehotep, un treintaero elegante y apuesto, de ojos brillantes e inteligentes, pero soy de la misma opinin que Nesmontu y Sepi, pues Khnum- Hotep no se rendir. Con l, la negociacin parece condenada al fracaso. Aunque sea el ltimo jefe de provincia que mantenga sus posiciones, no reconocer su error y preferir derramar sangre para tratar de conservar sus privilegios. El Calvo se limit a asentir con la cabeza. Al superior de los sacerdotes de Abydos no le preocupaban demasiado las convulsiones del mundo exterior, pero le sorprenda la concordancia de puntos de vista entre personalidades tan distintas como Nesmontu, Sepi y Sehotep. El enfrentamiento se anuncia terrible predijo el gran tesorero Senankh, cuarentn floreciente, fino gastrnomo y riguroso administrador. KhnumHotep es rico, y su milicia, temible. De modo que su resistencia ser dura. Si creyramos que la victoria est asegurada de antemano, pecaramos de ingenuos. No pretendo lo contrario intervino el general Nesmontu, pero sa no es una razn para vacilar y dejar inconclusa la obra del faran. Estis seguro de que Khnum- Hotep maneja la fuerza de Seth y hace que se marchite la acacia de Osiris? intervino la reina. No cabe duda alguna, puesto que los dems jefes de provincia no eran culpables respondi Nesmontu. Su delirio de grandeza lo empuja a reinar en el Sur. Como nuestro soberano arruina sus proyectos, Khnum- Hotep se venga atacando el centro vital de Egipto. Y si tuviera cmplices? sugiri Sehotep. Es una hiptesis que hay que tener en cuenta deplor el general Sepi. Khnum- Hotep ha controlado durante mucho tiempo pistas comerciales que lo mantienen en contacto con Asia; tal vez haya encontrado aliados exteriores cuyo inters consiste en debilitar la institucin faranica. Simple suposicin objet Senankh. Es fcil de verificar afirm Nesmontu: derrotemos la milicia de KhnumHotep, capturmoslo e interrogumoslo. Creedme, nos dir la verdad. Conoce su majestad la opinin del nico miembro del Crculo de oro ausente debido a la misin secreta que se le encarg? No hablar en su nombre. Yo, que lo conozco bien, creo que habra abogado por la ofensiva declar Sepi. Tus reservas significan hostilidad? pregunt el rey a Senankh. De ningn modo, majestad. Pero pensar en la prdida de tantas vidas humanas durante una guerra civil me desespera. Sin embargo, s que es inevitable, y actuar del mejor modo para que la economa del pas sufra lo menos posible.17

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Como el Crculo de oro es unnime, preparmonos para atacar a KhnumHotep y para reconquistar la provincia del Oryx concluy Sesostris. Que la reina y el gran tesorero vuelvan a Menfis para encargarse de la administracin de los asuntos en curso. Si yo desapareciera durante el combate, la Gran Esposa real reinar y decidir mi sucesin con los supervivientes del Crculo de oro de Abydos de la Casa del Rey. Mientras se acercaba el conflicto que amenazaba con ensangrentar Egipto, Sesostris disfrutaba de la paz y el silencio de Abydos. Ciertamente, los turbaba la enfermedad de la acacia, pero an conservaban los recuerdos de la edad de oro, en que haba visto a los iniciados venciendo a la muerte gracias a la celebracin de los misterios de Osiris. Para salvar estos valores vitales, el faran deba acabar con la rebelin de Khnum- Hotep, someterlo y hacer que confesara. Si Sesostris consegua destruir aquel bastin de Seth y reunificar las Dos Tierras, dispondra de una nueva fuerza que, hasta el momento, le haba hecho mucha falta. En el muelle, la joven sacerdotisa recitaba las frmulas de proteccin del viaje ante el ojo completo, recientemente vuelto a pintar en la proa del navo real. Sobek el Protector controlaba personalmente la identidad de cada marino y registraba por tercera vez la cabina del monarca, justo antes de la partida. Cundo pensis regresar, majestad? pregunt la muchacha. Lo ignoro. La guerra se acerca, no es cierto? Osiris, el primero de los faraones, reinaba sobre un pas coherente cuyas provincias, todas ellas, sin perder su originalidad, vivan en la unin. Tengo el deber de proseguir su obra. Regrese yo o no, t debes llevar a cabo la tuya. Cuando el barco se alej del muelle, Sesostris no consigui apartar la mirada del incomparable paisaje de Abydos, moldeado por la eternidad de Osiris.

4 Cada tres meses, la guardia encargada de vigilar los accesos a la ciudad de Kahun era renovada por completo. Los soldados se distribuan por las cuatro esquinas y slo dejaban penetrar en la ciudad a las personas conocidas y debidamente autorizadas a permanecer en ella. Iker, convencido de que sera detenido, ni siquiera intent cruzar las barreras, y se dirigi, con la frente levantada, hacia la morada de Heremsaf, su superior jerrquico. Antes de ser encarcelado, condenado a trabajos forzados, ejecutado incluso, Iker revelara a Heremsaf sus ms ntimos pensamientos. Sin duda sera un gesto intil, puesto que el alto funcionario serva a Sesostris, pero a fuerza de proclamar la verdad sobre el tirano se efectuaran tomas de conciencia y otro brazo armado conseguira suprimirlo.Digitalizado por el Portal Masnico del Guajiro Page 18

Para comparecer ante su juez, Iker se haba dotado de un soberbio material de escriba, regalo de su profesor, el general Sepi. Entregara a su acusador sus paletas, sus pinceles, sus rascadores, sus gomas y sus botes de tinta, y tachara as su pasado definitivamente. Heremsaf degustaba unos puerros gratinados, cortados en finas lminas, separndolos del queso fresco con ajo. Cuando Iker se present ante l, ni siquiera levant la cabeza y sigui concentrado en su plato favorito. Heremsaf, con el rostro cuadrado y el pequeo bigote perfectamente recortado, era uno de los personajes principales de Kahun. Intendente de la pirmide de Sesostris II y del templo de Anubis, verificaba todos los das las entregas de carne, pan, cerveza, grasas y perfumes, escudriaba los libros de los escribas contables, controlaba las horas suplementarias de los empleados y se aseguraba de que los alimentos fueran justamente repartidos. Madrugador, aunque se acostaba muy tarde, olvidaba la propia idea del reposo. Iker le deba su primer puesto y sus ascensos, acompaados por un consejo: Nada debe escapar a tu vigilancia. Ahora bien, en el transcurso de un trabajo que le haba confiado su superior, Iker haba encontrado el mango de un cuchillo que tena grabado el nombre de El rpido, el bajel que lo llevaba a la muerte. Simple casualidad o Heremsaf estaba manipulndolo? Al negarle a Iker la posibilidad de consultar los archivos demostraba su alianza con el alcalde, secuaz de Sesostris. Sin embargo, el escriba no tena nada concreto que reprocharle, pues no saba cul era su juego. Hoy, Heremsaf se quitaba la mscara. Su verdadera estrategia consista en tenderle trampas a Iker con la esperanza de que cometiera un error fatal. Dispona de informaciones decisivas, por lo que ahora poda dar el golpe de gracia. Tenemos que hablar, Iker. Estoy a vuestra disposicin. Pareces muy nervioso, muchacho! Preocupaciones? Eso debis decrmelo vos. Temes que critique tu balance, no es cierto? Pues bien, examinmoslo detenidamente. Has resuelto un delicado asunto de graneros, has desratizado la ciudad, rehabilitado unos antiguos almacenes y reorganizado, con increble rapidez, la biblioteca del templo de Anubis. Te parece correcto mi resumen? Nada que aadir. Una trayectoria fulgurante, no es cierto? Vos debis juzgarlo. Aunque hayas decidido mostrarte desagradable, no modificars mi opinin ni mi decisin. No era sa mi intencin. He aqu mi material de escriba. Heremsaf levant por fin la cabeza. Por qu quieres separarte de l? Iker se qued atnito. Debes saber, muchacho, que no acepto regalos de nadie. Deberas excusarte19

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por esa estpida accin, pero se no es tu estilo. Bueno, olvidmoslo... Si formulara el menor reproche contra el joven escriba ms dotado de Kahun, el alcalde me lo censurara. El privilegio que te concede me parece desorbitado, pero me veo obligado a doblegarme. Que no se te suba a la cabeza, de todos modos! No faltarn las envidias y, al menor error, no fallarn. S, pues, extremadamente prudente y no presumas de tu buena suerte. Mi buena suerte... A qu os refers? A tu traslado. El alcalde te ofrece una nueva casa, ms grande y mejor situada. Ya eres propietario. Por qu tanta generosidad? Ahora perteneces a la lite de los escribas de Kahun, muchacho, y todas las administraciones de la ciudad te estn con ello abiertas. Debo seguir encargndome de la biblioteca del templo de Anubis? Por supuesto, ya que nuevos manuscritos sern transferidos esta semana; eres el ms apto para clasificarlos. A mi entender, pronto sers llamado al ayuntamiento como consejero. Entonces, ya no ser tu superior y debers arreglrtelas solo frente a funcionarios que ocupan su lugar desde hace mucho tiempo. Desconfa de ellos: no les gustan los jvenes que pueden arrebatarles el puesto. Satisfecho de tu criado? De Sekari? Lo considero un amigo que trabaja en mi casa a tiempo parcial. Te lo atribuyo a tiempo completo. Tu domicilio debe estar siempre bien cuidado, tu reputacin depende de ello. Que tengas buena jornada, escriba Iker. T y yo tenemos mucho que hacer. Un sueo increble revel Sekari a Iker: estaba comiendo asno! Segn el intrprete de los sueos que he consultado, eso es excelente: ascenso asegurado para m o para uno de mis amigos. Tu sueo no te ha engaado: el alcalde me ha concedido una gran mansin. Sekari no pudo contener un silbido de admiracin. Caramba...! Te ests convirtiendo en alguien realmente importante en esta ciudad! Cuando pienso en los malos momentos que hemos pasado, se lo agradezco al destino. Para cundo el traslado? Inmediatamente. Preparemos tus cosas, pues! Los servicios de la alcalda se ocupan de ello. Iker, Sekari y Viento del Norte fueron al lugar indicado por Heremsaf, una limpia calleja situada en el ms hermoso Kahun, no lejos de la inmensa villa del alcalde. Es aqulla? se extra Sekari. Exacto. No es posible... Qu hermosa es, encalada y con un piso! Y has visto el tamao de la terraza? Aceptars, an, dirigirme la palabra? Claro est, puesto que t vivirs aqu como intendente. Qu cosas! Espera, no entremos como unos salvajes. Voy a buscar lo necesario.Digitalizado por el Portal Masnico del Guajiro Page 20

Sekari tard poco en regresar, y lo hizo con una jofaina llena de agua perfumada que deposit en el umbral. Nadie entrar en esta residencia sin haberse lavado las manos y los pies. Propietario, el honor es tuyo! En la estancia reservada al culto de los antepasados, Sekari olisque el aire. Han rociado los muros con ajo molido, pulverizado y empapado en cerveza advirti. Ni las serpientes, ni los escorpiones, ni los aparecidos nos molestarn. Una sala de recepcin, tres habitaciones, sanitarios nuevos, una amplia cocina, un stano digno de este nombre... Sekari, hechizado, recorri varias veces las estancias. Y... el mobiliario? Creo que est llegando. Varios empleados municipales acarrearon una impresionante cantidad de objetos. Bajo la atenta mirada de Viento del Norte, Sekari los oblig a lavarse los pies y las manos antes de depositar en los lugares adecuados los valiosos fardos. Cestos y cofres para guardar los alimentos, la ropa, las sandalias y los objetos de aseo que habran satisfecho a los ms exigentes. Rectangulares, oblongos, ovoidales o cilndricos, estaban hechos de tallos de junco atados con cintas de hojas de palma, o de madera, y tenan tapas bien ajustadas que se cerraban con cordones. En cuanto a las esteras, eran de calidad superior: briznas transversales de juncos cruzadas con briznas longitudinales de lino componan cuadrados y rombos de colores. Unas se extenderan en el suelo, las otras se colgaran de las ventanas a modo de cortina. Las mesas bajas y los taburetes de tres pies no carecan de elegancia ni de robustez, pero Sekari apreci, sobre todo, las sillas bajas de paja, con los pies de seccin cuadrada y el respaldo ligeramente curvado, para adaptarse a la forma de la espalda. Gracias a sus marcos, fijados por espigas incrustadas en muescas superpuestas en ngulo recto, duraran siglos. Y qu decir de las soberbias lmparas, compuestas por una base de calcreo y una columnilla de madera que imitaba un tallo de papiro en el que se haba depositado un recipiente de bronce destinado a recibir el aceite de iluminacin! Sin aliento, Sekari se sent en una silla. Acaso te han nombrado adjunto del alcalde? Y an quedaba lo ms sorprendente: tres camas, una para cada habitacin, provistas de un equipamiento como Sekari nunca haba visto. Palp suavemente los somieres fabricados con madejas de camo trenzadas y sujetas a un cuadro de madera decorada con figuras del dios Bes y de la diosa hipoptamo Tueris. Armados con cuchillos, blandan serpientes y protegan el sueo del que dorma. El criado pos la cabeza en los almohadones, rellenos de lana, y cay en xtasis cuando palp las sbanas de lino fino. - Iker, te imaginas dormir ah, sobre todo si las perfumamos...? Ni una moza se resistir! Ya las veo en...21

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El rebuzno de Viento del Norte interrumpi las idlicas visiones de Sekari. En el flanco oeste de la casa, el asno acababa de descubrir un huerto y un pequeo establo con el techo cubierto de hojas de palma. Lechos de paja confortable, comedero lleno de cereales, de legumbres y de un manjar incomparable, cardos: era evidente que a Viento del Norte le gustaba el cambio de domicilio. Tres fuertes mocetones se presentaron ante la puerta de la morada. El stano? pregunt el primero. Por qu razn? quiso saber Sekari. Traemos jarras de cerveza de parte del alcalde. Sekari vio pasar los recipientes hermticos, de cuello estrecho, de barro cocido en todo su grosor, y provistos de dos asas. Los tapones de limo garantizaban un brebaje de calidad. Bueno... seguidme. Apenas almacenadas las jarras apareci otro proveedor que llevaba taparrabos de lino crudo, formado por dos piezas simtricas cosidas por el centro. Es la ltima moda explic. Ese taparrabos llega hasta la pantorrilla y sube hasta el pecho. Las dos puntas ms largas del tringulo se anudan a la cintura. La ms pequea debe ponerse, de atrs hacia adelante, entre los muslos, y atarse en el abdomen con las otras dos. Si se coloca bien, el tejido da dos veces la vuelta al cuerpo. Iker lo prob inmediatamente y el resultado lo satisfizo. Me han dado esto para el criado. Sekari recibi una magnfica escoba de largas fibras de palma, dobladas y reunidas en manojo. Dos ligaduras sxtuples mantenan rgido el mango. Mientras el interesado probaba su nueva herramienta de trabajo, Iker contemplaba un objeto inslito que no habra tenido que figurar en su material de aseo: una cuchara para maquillaje que representaba a una nadadora desnuda, con la cabeza levantada, que sujetaba una copa oval en forma de pato. Ella, Nut, la diosa Cielo; l, Geb, el dios Tierra. De su unin dependa la circulacin del aire y de la luz, que hacan posible la vida en la tierra. Ella. Aquel pequeo objeto haca presente, de pronto, a la joven sacerdotisa, tan lejana, tan inaccesible. Simple error o signo del destino? Qu piensas hacer con eso? pregunt Sekari, divertido. Ofrecers esta cuchara a una de tus bellezas. An piensas en aquella mujer a la que nunca volvers a ver? Te presentar otras diez, hermosas y comprensivas. Con una casa como sta te has convertido en uno de los mejores partidos de Kahun. Iker pens en la piedra excepcional, la reina de las turquesas, extrada de la montaa. Gracias a ella haba contemplado el rostro de la mujer amada, que nunca podra ser sustituido por otro. Te torturas en vano insisti Sekari, y no aprecias tu suerte. Una morada semejante y un empleo de escriba de alto nivel, te das cuenta?Digitalizado por el Portal Masnico del Guajiro Page 22

No me hablaste del Crculo de oro de Abydos? Sekari frunci el entrecejo. No lo recuerdo, pero qu importancia tiene eso? Todos han odo esa expresin, que designa a unos iniciados en los misterios de Abydos. Nosotros no formamos parte de ellos, y es mejor as! Te imaginas una existencia de recluso, sin placer alguno, lejos del vino y de las mujeres? Y si ella perteneciera al Crculo? Olvdala y preocpate de tu carrera! Por qu tienes esa cara tan siniestra cuando dispones de todo lo necesario para ser feliz? Perdona, amigo mo, pero t no comprendes la razn de esta montaa de regalos. Sekari se sent en un taburete. Eres reconocido como un excelente escriba y gozas de las ventajas que estn ligadas a tu funcin! Qu tiene eso de extrao? Quieren comprarme. Divagas! Quieren impedirme que siga adelante con mis investigaciones y descubra la verdad. Un buen cargo, una hermosa casa, la abundancia material... Qu ms podra desear, en efecto? Hbil clculo, pero a m no me engaan. Nadie me detendr, Sekari. Visto de ese modo... Pero no estars exagerando? Represento un peligro para las autoridades de esta ciudad. Intentan cerrarme la boca. Supongamos que tienes razn. Si as fuera, aprovchate de las circunstancias! Si la verdad que buscas te conduce al desastre, por qu no renunciar a ella y contentarte con lo que te ofrecen? Te lo repito: nadie me comprar. Bueno, yo voy a hacer mi primera limpieza y, luego, a preparar el almuerzo. Iker subi a la terraza. No se senta en su casa all. Al intentar comprarlo, sus adversarios slo conseguan fortalecer su decisin. De su taparrabos, el escriba sac el cuchillo con el que matara a Sesostris y dej que el sol jugara con la hoja.

5 La viuda trabajaba duro: quera asegurar una existencia feliz a sus tres hijos. En sus aisladas tierras, al norte de Menfis, cultivaba hortalizas con dos obreros agrcolas y las venda en los mercados. Cierto da, mientras estaba amontonando unos magnficos calabacines en un capazo, un monstruo peludo se irgui ante ella. Aunque la viuda no era miedosa, hizo ademn de retroceder. Salud, amiga! Caramba, posees un hermoso dominio. Debe de ser muy23

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rentable. Y a ti qu te importa? Jeta- de- travs solt una maligna sonrisa. Soy un tipo amable y atento a las preocupaciones de los dems. Por eso me encargo de protegerlos, y t, sin duda, necesitas mi proteccin. Te equivocas. Oh, no! Yo nunca me equivoco! Lrgate! Cuando me hablan en ese tono, me irrito. No cuentes con tus obreros para defenderte, estn en manos de mis hombres. Por lo que se refiere a tus retoos, no les haremos ningn dao si te muestras comprensiva. La viuda palideci. Qu quieres? El diez por ciento de tus beneficios a cambio de mi proteccin. Y no intentes engaarme. En caso de que me mientas o de que opongas resistencia, me vengar en la pequea. La tcnica de Jeta- de- travs estaba ya muy rodada. Con su equipo de implacables truhanes pona bajo su dominio modestas explotaciones cuyos propietarios cedan ante su chantaje, por miedo a perder la vida o a ver cmo torturaban a sus familiares. La viuda no fue una excepcin a la regla. Jeta- de- travs no dejaba a sus espaldas cadver alguno, por lo que no llamaba la atencin de la polica. Puesto que comenzaba a administrar ya un buen nmero de protegidos, sus ganancias se hacan sustanciales. Era un simple comienzo, pero se felicitaba por sus progresos, y esperaba que el gran patrn estuviera satisfecho. Jeta- de- travs entr en Menfis por el arrabal norte, desde donde se divisaba la vieja ciudadela de blancos muros, obra de Menes el Estable, el primer faran. Dada la poblacin, all se pasaba fcilmente desapercibido. El gran patrn, el Anunciador, haba instalado su domicilio en un modesto alojamiento, sobre una tienda que llevaban sus fieles. Jeta- de- travs, nacido bandido y autor de diversos robos a mano armada, haba pasado varios aos en las minas de cobre del Sina y slo haba escapado de las de turquesa gracias a un ataque del Anunciador y de su pandilla. Poco inclinado a reconocer una autoridad cualquiera, el bandido haba admitido, de todos modos, que no encontrara un jefe mejor. Argumento decisivo: el Anunciador lo dejaba enriquecerse a su antojo, siempre que continuara siendo discreto y entrenara a su equipo de comandos con vistas a operaciones ms arriesgadas que la extorsin en granjas aisladas. Aquel animal degustaba plenamente su nueva existencia, cuya nica obligacin consista en ir con regularidad a Menfis para entrevistarse con el Anunciador y proporcionarle su golosina preferida. Fuera cual fuese la capital elegida por este o aquel faran, Menfis, con su gran puerto fluvial, segua siendo el centro econmico de Egipto. All llegaban las mercancas procedentes de Creta, del Lbano y de Asia, clasificadas y seleccionadas en vastos almacenes. Los innumerables graneros estaban llenos de cereales, los establos albergaban gordos bueyes y el Tesoro contena oro, plata, cobre, lapislzuli, perfumes, sustancias medicinales, vino, numerosas clases de aceite y gran cantidad de otras riquezas.Digitalizado por el Portal Masnico del Guajiro Page 24

Jeta- de- travs soaba con apoderarse de ellas y convertirse en el hombre con la mayor fortuna del pas. Y el Anunciador alentaba aquel sueo, pues no contrariaba sus proyectos. Indiferente a las creencias, pero temiendo la crueldad del Anunciador, que superaba la suya, Jeta- de- travs slo pensaba en el resultado. Para su patrn, el mando; para l, la fortuna. Y si era preciso sembrar el terror ejecutando a todos sus oponentes, no le faltara ardor en la tarea. Mientras se acercaba al domicilio del Anunciador, Jeta- de- travs se sinti observado. Una red de centinelas descubra a los curiosos y avisaba a su jefe en caso de peligro. Un vendedor de panes por ah, un ocioso por ac, un barrendero ms all. Nadie le impidi entrar en la tienda, donde se amontonaban sandalias, esteras y tejidos bastos. Siguiendo las consignas de su maestro, los discpulos del Anunciador se convertan en honestos comerciantes, apreciados en el barrio. Algunos fundaban una familia, otros se limitaban a mantener relaciones pasajeras. Participaban en las numerosas fiestas celebradas a lo largo del ao, frecuentaban las tabernas y se integraban as en la sociedad egipcia. Antes de golpear a sus enemigos deban pasar desapercibidos. Cmo ests, Jeta- de- travs? le pregunt un pelirrojo. De maravilla, muchacho. Y t? Shab el Retorcido, brazo derecho del Anunciador, era temible manejando el cuchillo, y su especialidad era golpear por la espalda. Criminal fro, sin emociones ni remordimientos, absorba con delicia las enseanzas del enviado de Dios y era su ms fiel seguidor. Avanzamos. Espero que no te hayan seguido. Ya me conoces, Shab. Sigo teniendo buena mano. De todos modos, ningn husmeador llegar hasta aqu. Se dira que no has perdido ni un pice de tu desconfianza. Acaso no es la base de nuestro futuro xito? Los impos actan por todas partes. Algn da los exterminaremos. Jeta- de- travs asinti con la cabeza. Nada lo aburra ms que los discursos teolgicos. El Anunciador predica. Sgueme sin hacer ruido. Los dos hombres subieron al primer piso, donde unos veinte discpulos escuchaban atentamente el discurso de su maestro. Dios me habla revel. Yo, y slo yo, debo transmitir su mensaje. Dios se muestra dulce y misericordioso con sus fieles, pero implacable con los infieles, que desaparecern de la superficie de la tierra. Os impone a vosotros, los defensores de la verdadera fe, una terrible prueba al obligaros a mezclaros con el pueblo egipcio, que se revuelca en la lujuria y adora a los falsos dioses. No existe otro medio para preparar la gran guerra e imponer la verdad absoluta y definitiva de la que soy portador. Quienes se nieguen a reconocerla perecern, y su castigo nos llenar de gozo. Ejecutaremos a los blasfemos, comenzando por el primero de25

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todos ellos: el faran. No creis que sea imposible alcanzarlo. Maana, reinaremos sobre este pas. Luego, haremos desaparecer las fronteras para formar un solo imperio en toda la tierra. Ninguna hembra circular ya por las calles, ningn desenfreno ser tolerado, y Dios nos colmar con sus beneficios. Siempre el mismo discurso, pens Jeta- de- travs, a quien impresionaban la vehemencia del tono y la fuerza de persuasin. Aquel lder convencera a ms de uno. Una vez terminado el sermn, los discpulos se retiraron en silencio para volver a sus quehaceres cotidianos: panaderos, vendedores de sandalias... Como en cada uno de sus encuentros, a Jeta- de- travs le extra el podero fsico del Anunciador. Alto, fuerte, barbudo, con unos ojos rojos profundamente hundidos en las rbitas, los labios carnosos, los cabellos cubiertos con un turbante y vestido con una tnica de lana que le caa hasta los tobillos, aterrorizaba a los ms valerosos con su mirada de rapaz. Unas veces su palabra era cortante como una navaja de slex; otras, suave y hechicera. Todos sus fieles le saban capaz de dominar a los monstruos del desierto y de alimentarse con su temible fuerza. Me has trado lo necesario, Jeta- de- travs? Claro. Tomad. El velludo le tendi una bolsa al Anunciador. Shab el Retorcido se interpuso entre ambos. Un instante, lo comprobar. Por quin me tomas? replic el velludo. Las medidas de seguridad se aplican a todo el mundo. Paz, amigos mos intervino el Anunciador. Jeta- de- travs nunca se atrevera a traicionarme. Tengo razn, no es cierto? Evidentemente. El Anunciador abri la bolsa y tom de ella un puado de sal de los oasis. Puesto que no beba vino, ni cerveza, ni alcohol y muy poca agua, se satisfaca con esa espuma de Seth que se formaba en la superficie del suelo durante los grandes calores del esto. Excelente, Jeta- de- travs. De primera calidad; procede del desierto del Oeste. El vendedor no te minti. Nadie se burla de m. Satisfecho de tus negocios? Funcionan de maravilla! Los granjeros tienen tanto miedo que se doblegan ante mis exigencias. Ningn tozudo? Ninguno en absoluto, seor. Nada que temer de la polica? Nada. Al recomendarme que actuara as tuvisteis una gran idea. Obtendr buenos beneficios para la causa. - Siguen entrenndose tus hombres?Digitalizado por el Portal Masnico del Guajiro Page 26

Contad conmigo! Mis muchachos estn ms fuertes y preparados que nunca. Cuando los necesitis, estarn listos. Esperadme, los dos. El Anunciador sali de la estancia, dejando frente a frente a Jeta- de- travs y a Shab el Retorcido. Penetr en un reducto lleno de cestos que contenan bastas esteras. Pens en la revuelta que haba provocado en la ciudad de Siquem, en el pas de Canan, y sonri. El ejrcito egipcio crea haberla sofocado, pero haba olvidado que las cenizas incubaban el fuego. Detenido y encarcelado, el Anunciador haba salido de prisin utilizando una estratagema: convencer a un tonto para que se hiciera pasar por l y hablara en su nombre. Al ejecutarlo, los egipcios crean haberse librado del agitador. Oficialmente muerto, el Anunciador actuaba en la sombra con toda tranquilidad. Hizo girar sobre s mismo el muro del fondo, donde se haba practicado un escondrijo, y sac un cofre de acacia, fabricado por un carpintero de Kahun, al que haba eliminado cuando lo amenaz con hablar ms de la cuenta. El esplndido objeto habra merecido figurar en el tesoro de un gran templo. Su interior guardaba escritos, figurillas mgicas y una piedra que manej con precaucin. El Anunciador regres a la gran estancia y mostr aquella maravilla a Jeta- de- travs y a Shab el Retorcido. He aqu la reina de las turquesas. Una joya de aquel tamao y de aquella calidad no tena igual. El Anunciador la expuso a la luz para que se recargara de energa. Gracias a ella provocaremos un cataclismo contra el que el faran ser impotente. Reconozco esta piedra coment Jeta- de- travs. Iker, un chivato de la polica, la extrajo del vientre de la montaa de Hator. Durante el ataque a la mina, result muerto y su cadver quemado. Contemplad este esplendor y gozad de este privilegio reservado a mis fieles lugartenientes. Pero el bandido no apreciaba demasiado la meditacin. Cules son vuestras consignas, seor? Debes coger ms granjas bajo tu proteccin, acrecentar tus beneficios, reforzar tu armamento y seguir formando a implacables guerreros. El tiempo corre a nuestro favor. Las instrucciones del Anunciador fueron del agrado de Jeta- de- travs, que sali de la tienda con varios pares de sandalias, como un comprador cualquiera. El Anunciador volvi a tomar un puado de sal. Segn el rumor, Sesostris se dispone a atacar al jefe de provincia KhnumHotep le dijo Shab el Retorcido. El enfrentamiento se anuncia tan sangriento como incierto, pues la milicia de la provincia del Oryx es numerosa y est bien equipada. Mejor as, amigo mo.27

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Tal vez Sesostris sea vencido y muerto. En ese caso... En ese caso, Khnum- Hotep tomar su lugar y se convertir en nuestro nuevo blanco. Hay que destruir la institucin faranica, no slo a los individuos que la hacen activa. Realmente confiis en Jeta- de- travs? A fuerza de enriquecerse podra volverse incontrolable. Tranquilzate, ese criminal ha comprendido que nadie me traiciona, so pena de ver cmo las garras de un demonio del desierto se hunden en su carne. Se interesa tan poco por la verdadera fe! As ocurrir con muchos de nuestros aliados, simples instrumentos de Dios. T eres de naturaleza muy distinta. Mi revelacin ha cambiado tu destino, y ahora caminas por los senderos de la virtud. La suave voz del Anunciador sumi a Shab en una especie de xtasis. Era la primera vez que le hablaba de ese modo, anclando definitivamente sus convicciones. Seguira hasta el fin a ese jefe de mirada ardiente y lo obedecera ciegamente. Necesito saber si nuestra organizacin de cananeos, implantada en Menfis, est dispuesta a actuar indic el Anunciador; vamos a confiarle una misin precisa para suprimir un obstculo importante que impide a un comando asitico infiltrarse en Kahun.6

Con diecisiete aos de edad, rpidos como el viento y flexibles como la caa, los dos exploradores del general Nesmontu no le tenan miedo a nada. Conscientes de la importancia de su misin, estaban decididos a correr todos los riesgos que fueran necesarios para obtener informacin sobre el sistema de defensa del jefe de provincia Khnum- Hotep. El xito del asalto dependera en gran parte de los datos que le proporcionaran a su superior. Primero, el Nilo. Desarmados y vestidos con un pobre taparrabos que ola a pescado, se hicieron pasar por pescadores. Y lo que vieron los asombr: Khnum- Hotep haba reunido ante el puerto de su capital una verdadera flotilla compuesta por embarcaciones variadas; a bordo, decenas de arqueros. Cuando un barco se lanz sobre su modesta barca, se guardaron mucho de huir. Por qu merodeis por aqu? interrog un oficial. Bueno... pescamos. Por cuenta de quin? Bueno... por la nuestra. Bien hay que alimentar a la familia. Ignoris las rdenes del seor Khnum- Hotep? Ninguna barca debe circular ya por esta parte del ro. Vivimos en la aldea, all, y acostumbramos a pescar aqu. En estos momentos est prohibido. Cmo vamos a comer, entonces? Id al puesto de control ms cercano, all os darn vveres. Si vuelvo a veros porDigitalizado por el Portal Masnico del Guajiro Page 28

aqu, os detendr. Los dos exploradores se alejaron sin apresurarse, como dos buenos pescadores molestos por el nuevo reglamento. Atracaron ante el puesto de control y se internaron en la espesura de papiro por la que pululaban serpientes y cocodrilos. Indiferentes a las picaduras de insectos agresivos, llegaron hasta el lindero de las tierras cultivadas. Tambin all Khnum- Hotep haba tomado sus precauciones. Ocultas por ramas cubiertas de tierra, haba profundas fosas excavadas que haran caer a los asaltantes. No eran campesinos los que ocupaban las cabaas de caa, sino soldados, y lo mismo ocurra con las granjas. Los dos muchachos descubrieron tambin algunos arqueros encaramados a los rboles. Prosiguiendo con su exploracin se sumergieron en un canal que conectaba con la capital y nadaron bajo el agua, cogiendo aire de vez en cuando. A buena distancia descubrieron slidas fortificaciones ocupadas por un imponente nmero de milicianos. El dispositivo de Khnum- Hotep no ofreca ningn punto dbil. Los exploradores saban ya bastante, pero quedaba lo ms difcil: regresar sanos y salvos y transmitir la informacin recogida. Entonces, oyeron silbar una flecha. En cuanto el rey cruz la puerta de su palacio, el ex jefe de provincia Djehuty sali a su encuentro. Vestido con un gran manto que atenuaba la penosa sensacin de fro que senta, el viejo dignatario quera olvidar su edad y su reuma y rendir homenaje al soberano, del que era fiel sbdito ya. Os aguardaba con impaciencia, majestad. Malas noticias? He reforzado las fronteras de la provincia y desplegado todas mis tropas para aislar a Khnum- Hotep, pero todos los das tema un intento por su parte de forzar el bloqueo. Puesto que su milicia es ms numerosa que la ma, yo no habra resistido mucho tiempo. La desgracia no ha sucedido, seguimos teniendo esperanzas. Soy pesimista an, majestad. No me fo demasiado de mis propios hombres. Muchos de ellos protestan ante la idea de luchar contra los hombres de KhnumHotep. Y os recomiendo que no otorguis confianza alguna a los soldados de las milicias que se han unido recientemente a la corona. Su compromiso es demasiado reciente, y la reputacin del jefe de la provincia del Oryx los hace temblar. La mayora piensan que saldrn vencedores de cualquier confrontacin. En realidad, slo podis contar con vuestras propias fuerzas. Gracias por hablarme con tanta franqueza. Sin duda sois el gran faran que nuestro pas tanto necesita, pero el obstculo que se levanta ante vos parece insuperable. Aunque venzis en este combate, las heridas sern imborrables. Djehuty se pregunt si el rey tomaba en serio sus observaciones. Reintegrar al regazo de Egipto las provincias rebeldes, a excepcin de la de Khnum- Hotep, haba sido toda una hazaa; sin embargo, la reconciliacin efectiva exigira29

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tiempo, mucho tiempo. Al reclamar una victoria total, no se arriesgaba Sesostris al desastre? Pero, si se demoraba, se debilitara frente a Khnum- Hotep, que no dejara de sacar partido de ello. Sobek el Protector, jefe de la guardia personal de Sesostris y de todas las policas de Egipto, no dorma ya desde que el rey resida en la provincia de la Liebre. Atltico y nervioso, todava no dominaba los datos de la seguridad en aquel territorio demasiado vasto. Adems, tena que contemporizar con los milicianos de Djehuty y formar equipos mixtos que no le inspiraban mucha confianza. Al menos, impona con firmeza la presencia de sus mejores hombres en torno a los aposentos del soberano. Era evidente que Khnum- Hotep intentara eliminar al monarca antes de que ste llevara a cabo el asalto. Las tropas de Sesostris, privadas de su jefe, se uniran sin duda al adversario. Dnde y cundo se producira el intento de asesinato? En Khemenu, la capital provincial, la atmsfera se estaba volviendo sombra. Ninguno de los exploradores enviados por el general Nesmontu al otro lado del frente haba regresado. Sesostris ignoraba pues todo sobre el sistema de defensa de Khnum- Hotep. Atacar a ciegas slo poda conducir al fracaso. Desde el amanecer, Sobek registraba personalmente a los empleados de palacio. Desconfiaba incluso de los ancianos aparentemente inofensivos, y se diriga a las cocinas, donde los pinches probaban los platos en su presencia. Cuando se tom tiempo para comer una torta rellena de habas, uno de sus adjuntos se acerc vacilante, con la cabeza gacha. Algn problema? No, jefe, en realidad, no... Pero como nos ordenasteis que os lo indicramos todo. Explcate. Sobek dej su torta, que un perro, de patas cortas pero excelente observador, acechaba desde haca largo rato. El animal se apoder de su presa y corri para degustarla en algn rincn tranquilo. Habis visto, jefe... Estoy esperando. Bueno, es un incidente menor. El peluquero oficial de palacio entr anoche, un poco antes de que se pusiera el sol, y nadie lo ha visto volver a salir. Normalmente, debera haber terminado sus servicios antes del desayuno. Se ha ocultado, pues! Tranquilizaos, tengo su material. Nadie est autorizado a circular por palacio con una arma o un objeto peligroso. Imbcil, habr escondido una navaja en alguna parte! Sobek y su adjunto corrieron hacia los aposentos de Sesostris. En el corredor que llevaba a stos, el adjunto descubri al peluquero. Es l! El hombre se detuvo, aterrorizado; en la mano llevaba una pequea bolsa de cuero. Sobek se abalanz sobre l y lo tir al suelo. El adjunto le at las manos yDigitalizado por el Portal Masnico del Guajiro Page 30

los pies con una cuerda que se hundi en sus carnes. De modo, muchacho, que queras asesinar al rey! No, no, os juro que no! Vamos a verlo. Sobek abri la bolsa. En el interior no haba una navaja, slo un soberbio escarabeo de cornalina. Lo has robado? El peluquero agach la cabeza. S, es cierto. - A quien? - A una camarera. - Y te has ocultado, esta noche, para llevar a cabo tu fechora? - Pensaba que nadie me vera. Tenis que perdonarme, yo.., - Te prometo el mximo de aos de crcel. Mientras Sesostris examinaba el plan de ataque del general Nesmontu, Sobek los avis de que dos exploradores heridos, acababan de llegar a la primera lnea de infantera. Desconfiado, el jefe de la polica pidi a Nesmontu que identificara a esos hombres antes de que comparecieran ante el faran. Uno de los dos jvenes tena una punta de flecha clavada en el hombro izquierdo; el otro, la pierna derecha ensangrentada. Orgullosos de haber cumplido con xito su misin, se negaron a ser curados antes de ha- Mar con el monarca y el general, que los escucharon con atencin. Nesmontu los felicit y los ascendi al grado de oficial. Los dos hroes no pudieron contener una lgrima cuando el rey, que les sacaba ms de una cabeza, les dio un abrazo. Una vez hubieron sido transferidos al hospital militar, Sesostris reuni a su consejo restringido compuesto por los generales Nesmontu y Sepi, el Portador del sello real Sehotep y Sobek el Protector. Con gravedad, Nesmontu resumi las informaciones recogidas. Un largo silencio sigui a su exposicin. El dispositivo de Khnum- Hotep es infranqueable juzg Sepi. Necesitaramos un ejrcito tres veces ms importante para derribarlo, a costa de gravsimas prdidas. Y, en el actual estado de nuestras fuerzas, no hay posibilidad alguna. Reconozco que esta operacin ser delicada admiti Nesmontu. Sin embargo, no se trata de retroceder. Me pondr a la cabeza de mi unidad de lite y atravesaremos las defensas del adversario. Te batirs con valor concedi Sehotep, pero perders la vida. Cuando nuestros mejores soldados hayan desaparecido, qu esperanza nos quedar? Conocer las posiciones del enemigo nos procura una considerable ventaja. Si sabemos aprovecharla, tal vez el destino nos sea favorable. Vano sortilegio! protest Sobek. T mismo acabas de explicarnos por31

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qu estbamos vencidos de antemano. Intentemos negociar an propuso Sehotep. Me considero capaz de domesticar a Khnum- Hotep. Te tomar como rehn predijo el general Sepi. La cabeza de ese jefe de provincia es ms dura que el granito. Khnum- Hotep no negociar, pues no ceder ninguna de sus prerrogativas. Nadie contradijo a Sepi. No tenemos eleccin afirm Nesmontu. Sean cuales sean los riesgos, debemos atacar. De lo contrario, el prestigio del faran quedar mortalmente herido. Yo abogo por el statu quo dijo Sehotep. Aislemos a Khnum- Hotep, condenmoslo al hambre y obligumoslo a rendirse. Pura utopa! Su provincia es lo bastante rica para alimentarlo durante meses, aos incluso. Si renunciamos a actuar, actuar l. La seguridad del rey es prioritaria record Sobek el Protector. Durante la ofensiva, su majestad no deber exponerse. As lo creo yo asinti Nesmontu; yo me pondr a la cabeza de mis soldados. Sesostris se levant. La decisin ltima me corresponde tomarla a m. La conoceris maana por la maana, tras la celebracin del ritual en el santuario de Tot. 7 Vestida con una tnica plisada de manga corta y un corpio beige, la joven sacerdotisa salud al rbol de vida y toc para l el arpa porttil, aunque fuera muy difcil hacerla sonar armoniosamente. El instrumento, hecho de madera de sicmoro y de unos cincuenta centmetros de largo, estaba provisto de cuatro cuerdas. La intrprete apoyaba el extremo inferior en el hueco del hombro y lo mantena horizontal, para obtener un perfecto equilibrio, bajo la proteccin de dos pequeas estatuillas que decoraban el arpa: un nudo mgico de Isis y una cabeza de Maat. Hizo sonar una meloda muy lenta, pero con mucho ritmo, que apaciguaba las angustias y procuraba serenidad. Antes de proceder a la libacin, el Calvo aguard a que se apagaran las ltimas notas. - El cielo y las estrellas tocan msica en honor del rbol de vida record. Sol y luna cantan sus alabanzas, las diosas danzan en su favor. Un verdadero msico conoce el plan del Creador, percibe el modo como ordena el universo y pone en consonancia sus componentes. De este orden nace una msica celestial de la que podemos convertirnos en modestos intrpretes. Que tu arte sea un rito. Al llegar a Abydos, Gergu se senta deprimido. Testaferro del rico y poderoso Medes, secretario de la Casa del Rey, Gergu haba sido ascendido a inspectorDigitalizado por el Portal Masnico del Guajiro Page 32

principal de los graneros. Por este motivo, viajaba por todo Egipto y someta a chantaje a algunos propietarios, amenazndolos con represalias fiscales si no le concedan, con perfecta discrecin, parte de sus bienes. Gordo, gran bebedor y comedor, aficionado a las mujeres y tres veces divorciado, Gergu debera haber sido encarcelado por haber maltratado a su ltima esposa, pero Medes lo haba sacado de aquel mal paso, y le haba ordenado que slo tratara ya con profesionales. Gergu era supersticioso, tema los poderes ocultos de las divinidades y los magos, y no viajaba nunca sin una buena cantidad de amuletos. Sin embargo, al poner el pie en el embarcadero del territorio sagrado de Osiris se consideraba expuesto a las agresiones de lo invisible. Buen marino y experto cazador, detestaba el riesgo inmoderado, pero Medes se lo impona al enviarlo all de nuevo. Como nada poda negarle a su protector, regresaba con el pretexto de proporcionar a los sacerdotes gneros que figuraban en una lista oficial. El verdadero objetivo de su misin era, sin embargo, muy distinto: volver a ponerse en contacto con uno de los permanentes, corromperlo y transformarlo en un aliado seguro con la esperanza de apoderarse de los tesoros de Abydos. Como consecuencia de su ltimo encuentro, Gergu pensaba que la empresa era factible. Pero, cuanto ms pensaba en ello, ms presenta que aquel sacerdote estaba tendindole una trampa. Sin embargo, ningn argumento disuadi a Medes de insistir. Y slo varios litros de cerveza fuerte incitaban a Gergu a salir de su camino. Como en su anterior visita, le impresion el despliegue de las fuerzas de seguridad encargadas de vigilar el paraje. Qu ocurra en Abydos? Cada recin llegado era cuidadosamente registrado; cada barco, examinado de arriba abajo. Gergu no escap al reglamento. Al ver que se acercaban a l un oficial y cuatro fortachones provistos de garrotes comenz a sudar. Iban a detenerlo, a encerrarlo en una mazmorra y a interrogarlo! Documentos exigi el teniente. Aqu estn. Temblando, le tendi un papiro al militar, que se tom el tiempo de leerlo. Inspector de los graneros Gergu, en misin oficial, con un barco de mercancas perecederas... Verifiquemos si el contenido es el adecuado. El teniente lo mir con ojos extraos. No parecis sentiros muy bien. Debo de haber comido algo en mal estado. Hay un mdico de guardia en el puesto de mando. Si empeoris, no vacilis en consultarle. Mientras mis hombres examinan la carga, os llevar a mi despacho. Por qu? Porque he recibido consignas especiales sobre vos. Gergu sinti que las piernas le temblaban, pero consigui mantenerse en pie. Su suerte estaba echada, era evidente. Dado el nmero de soldados era imposible33

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huir. Resignado, sigui al oficial hasta una vasta sala donde trabajaban una decena de escribas. El teniente tom una tablilla de madera puesta en un anaquel y se la entreg a Gergu. Dada la frecuencia de vuestras visitas a Abydos, he aqu vuestra acreditacin temporal, aprobada por el responsable de los contactos con el exterior. Llevad siempre este documento encima cuando os desplacis por el paraje. No os autoriza a circular por el territorio prohibido a los profanos y no os dispensa de control alguno, pero una cara conocida facilita el procedimiento. Incapaz de decir una sola palabra, Gergu se limit a esbozar una sonrisa bobalicona. Os conduciremos al lugar de vuestra cita. Pasmado an, a Gergu le complaci esperar en el lugar habitual. Aquella espera le permiti recobrar el nimo untes de su encuentro decisivo con el sacerdote permanente que pareca dispuesto a la traicin. La duda lo asalt de nuevo: y si otro ritualista sala del templo cubierto para acusarlo de corromper a uno del os miembros de la cofrada ms cerrada de Egipto? Gergu tena la boca seca, y se atragant al beber un poco de agua. Y el hombre apareci. Era el mismo sacerdote, siempre tan severo y desagradable. Amargado al no haber sido nombrado superior de los permanentes de Abydos, Bega deseaba vengarse del principal culpable de su estancamiento, el faran Sesostris. Pero para conseguirlo necesitaba aliados, y cmo encontrarlos si permaneca confinado en el dominio de Osiris? La llegada de Gergu haba sido un verdadero milagro. A pesar de su mediocridad, Bega lo consideraba el emisario, le un poderoso personaje, decidido a conocer los misterios de Abydos, que enviaba a Gergu para saber si exista alguna grieta por la que pudiera introducirse. Y esa grieta era l, Bega. Negociara, pues, los servicios obteniendo su valor mximo y se enriquecera mientras llevaba a cabo su legtima venganza. Vuestro estatuto de temporal facilita nuestros contactos revel a Gergu. Naturalmente, continuar entregndoos listas de gnero que me habis de proporcionar y vos seguiris cumpliendo celosamente esa tarea. Claro est asinti Gergu. Antes de que llevemos a cabo nuestra colaboracin, me gustara basarla en una certeza: sois realmente capaz de procurarme las conexiones necesarias para dar salida a lo que tengo para vender? Sea cual sea la naturaleza de la mercanca, no hay ningn problema. As pues, sois un dignatario muy influyente, Gergu. Slo un intermediario. El que me emplea ocupa, en efecto, altas funciones.Digitalizado por el Portal Masnico del Guajiro Page 34

Forma parte, acaso, del entorno del faran? No estoy autorizado a deciros nada ms, antes es preciso que nos conozcamos mejor. En primer lugar, qu es eso tan valioso que tenis para vender? Venid conmigo. El estmago de Gergu se contrajo. No se tratara de una trampa? No temis le recomend Bega. Voy a concederos un favor que aprecian mucho los temporales que gozan de l. Vais a aproximaros a la terraza del Gran Dios. Con tanto miedo como asombro, Gergu descubri un gran nmero de capillas que flanqueaban un camino de procesin. Compuestas por un santuario precedido por un patio y un jardn con rboles, estaban rodeadas por una muralla. Quin obtiene el privilegio de ser enterrado aqu? pregunt Gergu. En realidad, nadie. Pero entonces... Visitemos uno de estos monumentos y lo comprenderis Los dos hombres cruzaron una puerta abierta en el muro y entraron en el jardn de una gran capilla. Al pie de un sicmoro, consagrado a la diosa del Cielo, Nut, haba una alberca en la que florecan los lotos. Al lado de las paredes, estelas, estatuas y mesas de ofrenda de diversos tamaos. Ningn cuerpo descansa aqu explic Bega. Sin embargo, muchos dignatarios estn presentes ante Osiris gracias a esos monumentos que fueron autorizados a mandar a Abydos y que los sacerdotes permanentes animan Mgicamente. As se efecta la peregrinacin del alma. Tener una estela o una estatua cerca de la terraza del Gran Dios es estar seguro de participar de su eternidad. A menudo, mis colegas y yo hacemos libaciones calificadas de divino roco y difundimos el humo del incienso, el que diviniza, sobre estas piedras sagradas. Los nombres de los afortunados elegidos quedan entonces regenerados. Gergu, fascinado por la majestuosidad del lugar, segua asustado. Muy impresionante, pero no veo... - - Mirad mejor. Gergu se concentr, pero slo descubri capillas y monumentos votivos. El valor de esas estelas, de esas estatuas y de esas mesas de ofrendas es incalculable seal Bega, pues fueron consagradas e impregnadas con el espritu osrico. Gergu no se atreva a comprender. No pensaris... Se lleva a cabo un control exhaustivo de todo lo que entra en Abydos, pero no de lo que sale. Sacar estas obras... No las estatuas, no las grandes estelas, no las de los dignatarios enviados en misin a Abydos por algn faran, sino slo las estelas pequeas. En ciertas capillas son tan numerosas que nadie advertir alguna que otra desaparicin. Vos deberis encontrar compradores para estos tesoros, cuyo poder protector es35

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inigualable. No hay dificultad alguna pens Gergu, y har subir al mximo los precios. En el futuro prosigui Bega tendr otras mercancas ms valiosas an para negociar, pero ya hablaremos de eso ms tarde. No os fiis de m? - Juego fuerte si no quiero perder. Antes de seguir adelante veamos cmo tratis este primer asunto. No quedaris decepcionado! Mi patrn es eficaz y discreto. Eso espero. Por qu hay tantos militares y policas alrededor de Abydos? pregunt Gergu. Esa es una de las informaciones que voy a venderos. Tal vez hayan circulado algunos rumores, pero slo los permanentes y los ntimos del faran conocen la verdad. Puesto que los hechos son de extrema gravedad, estn sometidos al ms estricto secreto. Un secreto que vos estis dispuesto a violar? Bega se volvi ms glido an que de ordinario. Ya veremos. Los dos hombres se alejaron lentamente de la terraza del Gran Dios. El silencio era tan profundo que apaciguaba los nervios de Gergu. En vuestra prxima visita os entregar una primera estela en miniatura dijo Bega. De qu modo procederemos? No os inquietis. Si la operacin comercial me resulta satisfactoria, exigir conocer a vuestro patrn. No s yo si... Vos, y l a travs de vos, sabis quin soy. Yo debo saber, pues, quin es l, para que nuestros vnculos sean indestructibles y nuestra asociacin duradera. Le transmitir vuestras exigencias. He aqu la lista de gneros que deben librarse, prximamente, a los permanentes. No os precipitis y esperad un tiempo prudencial antes de volver. Al regresar a su barco, Gergu advirti que no era sometido a control alguno. Conocido ya como temporal, fue saludado por los guardias, y uno de ellos lo ayud, incluso, a llevar su bolsa de viaje. A Gergu le extraaba la audacia y la determinacin de aquel sacerdote; era preciso que hubiera acumulado mucho odio y mucho rencor para traicionar as a los suyos. Pero qu ocasin fabulosa... Ni siquiera en sus ms locos sueos hubiera imaginado nunca Medes tener semejante aliado en el corazn de Abydos. 8 Rudi, un flamante treintaero, era uno de los policas ms temidos de Menfis. Nombrado por Sobek el Protector para un puesto especialmente delicado, elDigitalizado por el Portal Masnico del Guajiro Page 36

atltico supervisor de la inmigracin asitica llevaba a cabo su tarea con extremado rigor. Trabajador, meticuloso y de naturaleza desconfiada, Rudi segua sin digerir la revuelta cananea de Siquem, durante la que haba muerto su mejor amigo. Encantado con la eliminacin del cabecilla, un loco que se haca llamar el Anunciador, el supervisor no dejaba por ello de estar alerta. Cada vez que una caravana de extranjeros solicitaba autorizacin para entrar en Egipto, l se encargaba personalmente del asunto y consultaba el expediente de cada comerciante. En caso de sospecha acuda al puesto de aduanas situado al norte de Menfis, donde se retena a los sospechosos, a quienes interrogaba. A Rudi no le gustaban los cananeos ni los asiticos; a su modo de ver, rivalizaban en bellaquera y eran excelentes en la mentira y los golpes bajos. As pues, rechazaba a cuantos poda, con la certeza de contribuir al mantenimiento de la seguridad necesaria para vivir. Jefe lo llam su adjunto, hemos interceptado a dos tipos sospechosos cerca del templo de Ptah. Dicen que son mercaderes de sandalias, pero no llevan ninguna para vender. Me encargar de ellos en seguida. Jefe, es la hora del almuerzo! Primero el deber. El camino parece libre estim Shab el Retorcido. Precediendo al Anunciador por el ddalo de las callejas situadas detrs del puerto de Menfis, Shab se comportaba como una fiera cazada. Intentaba percibir el menor peligro, y nadie que lo siguiera habra logrado esquivar su vigilancia. Adems, apreciaba la capacidad de su jefe para transformarse en rapaz y desgarrar las carnes del adversario. Shab se detuvo frente a una casa destartalada y examin los alrededores. No haba ningn sospechoso a la vista. Llam con cuatro golpes a una pequea puerta. Desde el interior le respondieron con uno solo. El Retorcido dio dos golpes ms, muy seguidos. La puerta se abri. Desconfiado an, Shab fue el primero que entr en una estancia con el suelo de tierra batida sobre el que estaban acuclillados dos hombres con barba. Consider que no haba peligro e hizo una sea al Anunciador, que entr a su vez. La puerta se cerr con sequedad. Ve a buscar a los dems orden el Anunciador al portero. Cuatro hombres imberbes, de unos treinta aos de edad, no tardaron en aparecer, y se postraron ante su jefe. Por qu se han dejado crecer la barba estos dos? Seor respondi el inquilino oficial del lugar, nuestros compaeros no consiguen acostumbrarse al modo de vida de esta maldita ciudad. No escatiman esfuerzos, pero ver circular libremente a todas esas mujeres impdicas est por encima de sus fuerzas. De modo que prefieren permanecer aqu y respetar37

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nuestras costumbres. Y qu resultados has obtenido t? No mucho ms satisfactorios, me temo. Mis compaeros y yo nos hemos hecho estibadores, pero los egipcios nos miran con malos ojos. Beben alcohol, cuentan historias licenciosas, se ren en voz muy alta y se divierten con mujeres de mala vida. Cmo ser amigos de esa gente? Nos repugnan! Deseamos regresar a Siquem, en Canan, y reanudar all la lucha contra el opresor. Shab el Retorcido tuvo ganas de escupir al rostro de aquel intil, pero era el Anunciador quien deba tomar una decisin. Comprendo vuestros tormentos dijo con dulzura. Egipto es una tierra depravada que hay que devolver al camino de la virtud. Todos se sentaron y el Anunciador se lanz a una larga prdica en la que fustig la lujuria, la escandalosa libertad de las mujeres y la institucin faranica que Dios le haba ordenado destruir. Varias veces, los cananeos inclinaron simultneamente la cabeza. Permaneciendo firmes en sus posiciones, su jefe los reconfortaba. Venceremos predijo, y seris los primeros en llevar a cabo una hazaa de la que hablar con orgullo todo el pas de Canan. Las miradas se levantaron, dubitativas. Para propinar un golpe mortal al tirano es indispensable que una caravana en la que vayan nuestros aliados llegue a Kahun explic. Ahora bien, un funcionario egipcio llamado Rudi est levantando un obstculo insuperable. Vosotros, mis valerosos discpulos, seris los encargados de eliminar este obstculo. De qu modo? pregunt uno de los barbudos. Tenderemos ua trampa al tal Rudi de la que no saldr vivo. Y el mrito de esta hazaa ser vuestro. Los cananeos escucharon con atencin las explicaciones del Anunciador. Hasta que yo os ordene entrar en accin exijo silencio absoluto concluy. Si uno de vosotros abriera la boca, todos estaramos en peligro. No nos moveremos de aqu prometi un barbudo y obedeceremos estrictamente vuestras rdenes. Shab el Retorcido inspeccion la calleja. Nadie. El Anunciador poda salir de la madriguera de los cananeos. Cuando regresaban a su domicilio, el Retorcido no pudo morderse la lengua por ms tiempo. Son unos cobardes y unos incapaces, seor. A mi entender, no debis contar con ellos. No te equivocas. Pero... Acabis de confiarles una misin de gran importancia! Es cierto, amigo mo, pero va a ser la nica. De modo que sois mercaderes de sandalias dijo Rudi. Los dos detenidos se arrodillaron.Digitalizado por el Portal Masnico del Guajiro Page 38

Eso es respondi el de ms edad. Mi hermano es mudo, por lo que yo hablar por los dos. Intenta no seguir mintiendo, de lo contrario perder los nervios. Os juro que... No te obstines. Cmo has entrado en Egipto? Por los Caminos de Horus. De modo que has dejado huellas de tu paso en uno de los fortines. Cul? No lo recuerdo ya. T y tu cmplice habis entrado fraudulentamente en nuestro territorio. Con qu intencin? Egipto es rico, nosotros somos pobres. Esperbamos hacer fortuna. Vendiendo sandalias... Eso es, eso es. Fabricndolas t mismo? Claro est. Voy a llevaros a los dos a un taller y all vais a mostrarme cmo lo hacis. De acuerdo... No sabemos nada de sandalias. Volvamos a empezar desde el comienzo, muchachos, y esta vez no quiero ni una sola mentira. De lo contrari