Un mercado muy especial
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Un mercado muy especial
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Los hábitos de vida saludables no sólo están relacionados con conductas sanas: descanso,
ejercicio físico, higiene, alimentarias… Además, tienen mucho que ver con adoptar en las
relaciones diarias comportamientos generosos, de atención y escucha, solidarios, de respeto…
Para intentar interiorizarlo, vamos a realizar un trabajo en equipo.
Necesitamos: cartulinas, hojas, unas monedas de juguete y bolígrafos.
Todos nos imaginamos en un mercado. Cada equipo ha de buscar un nombre para ese
particular mercado.
Procedimiento:
(El coordinador del equipo ha de tener muy claro lo que viene a continuación. Será el
encargado de las tareas y el que controle que se sigan los pasos).
Vamos a pensar qué cualidades valoramos más en los demás para una convivencia positiva y
libre de peleas y enfados.
1º- Debéis imaginaros que vais al mercado de las cualidades y que podéis comprar cualquiera
de las cualidades escritas en la cartulina.
2º- Escribiréis, entre todos los miembros del grupo, cualidades como: honesto, sincero, guapo,
responsable, alegre, famoso, generoso, sincero, fuerte, valiente… y otras que se os
ocurran.Como mínimo debéis recoger diez cualidades que consideréis positivas.
3º- Existe una regla, los miembros de cada equipo sólo pueden escoger “comprar” una entre
todas las opciones posibles.
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Cada uno tendrá la misma cantidad de “dinero” y decidirá cuánto pagará por comprar esa
cualidad.
(El intendente y el ayudante de cada equipo serán los cajeros responsables del dinero de su
grupo).
Así que debéis pensar detenidamente cuál escogeréis y por qué. Discutidlo con respeto a
todas las opiniones. Es importante que a la hora de que cada uno exprese su opinión razone
su elección.
4º- El secretario anota en la cartulina la cualidad que el equipo ha considerado más deseable.
Luego, el portavoz de cada grupo la lee ante toda la clase.
5º- En el encerado vamos anotando la frecuencia de cada cualidad seleccionada por cada uno
de los grupos.
En una tabla las vamos anotando. Así comprobaremos que cualidades han salido en los
grupos. Con una marca señalamos la cualidad cada vez que salga seleccionada. También, lo
que se ha pagado por cada una de ellas.
6º- Abrimos un debate para dialogar sobre lo que nos sorprendió, no comprendimos, sobre el
trabajo del equipo… y cualquier aspecto que consideremos interesante.
Si nos queda tiempo, y para finalizar la dinámica, cada equipo recibirá una copia de los dos
cuentos que vienen a continuación.
Sus personajes tienen que ver con la alimentación. Uno está ambientado en un supermercado
y otro en una granja. De su atenta lectura se puede sacar alguna enseñanza.
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Lula y Lila eran dos plantas de espinacas que nacieron en un mismo huerto y habían sido
amigas desde entonces. Habían pasado juntas por los terribles fríos del invierno y los largos
días de sol, y siempre se habían apoyado mutuamente, en espera de llegar a aquel momento
mágico con que toda espinaca soñaba: el momento de servir de comida a un niño y
transmitirle toda su fuerza.
Así que cuando llegó la hora de la cosecha, fueron juntas y felices a la fábrica de preparado,
y de allí a la de envasado, y de allí al supermercado, donde fueron expuestas en uno de los
mejores estantes.
Ambas veían emocionadas pasar las señoras con sus cestas, fijándose en aquellas a las que
acompañaba algún niño. Pasó todo un día entero sin que nadie se acercara, pero justo antes
del cierre, una señora se acercó demasiado al estante, y sin darse cuenta golpeó la bolsa de
Lula, que cayó al suelo, justo antes de que uno de los pies de la señora la empujara bajo la
estantería.
Nadie se dio cuenta de aquello, y Lula pasó toda la noche llorando, sabiendo que se quedaría
bajo el estante hasta ponerse mohosa.
Lila, muy apenada, se lamentaba de la suerte de su amiga, sin poder hacer nada. Al día
siguiente, cuando a media mañana se acercó una señora acompañada por un niño adorable,
dispuesta a comprar la bolsa de Lila, esta no podía alegrarse pensando en la desgracia de
Lula. Y en un momento de locura y amistad, hizo un último esfuerzo por ayudar a su amiga
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de la infancia: justo cuando el niño iba a agarrar la bolsa, Lila se dejó caer del estante y fue
a parar al suelo junto a Lula. El niño, sorprendido y divertido, se agachó y sin darse cuenta
cogió ambas bolsas.
Lila acabó con un par de tallos rotos, pero no le importó hacer aquello por salvar a su amiga.
Y cuando horas después compartía el plato del niño con Lula, se sintió la espinaca más feliz
del mundo por poder cumplir su sueño junto a su mejor amiga.
Fuente: http://cuentosparadormir.com/
Autor: Pedro Pablo Sacristán
Había una vez un precioso huerto sobre el que se levantaba un frondoso árbol. Ambos daban
a aquel lugar un aspecto precioso y eran el orgullo de su dueño.
Lo que no sabía nadie era que las verduras del huerto y el árbol se llevaban fatal. Las
verduras no soportaban que la sombra del árbol les dejara la luz justa para crecer, y el árbol
estaba harto de que las verduras se bebieran casi toda el agua antes de llegar a él, dejándole
la justa para vivir.
La situación llegó a tal extremo, que las verduras se hartaron y decidieron absorber toda el
agua para secar el árbol, a lo que el árbol respondió dejando de dar sombra para que el sol
directo de todo el día resecara las verduras. En muy poco tiempo, las verduras estaban
esmirriadas, y el árbol comenzaba a tener las ramas secas.
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Ninguno de ellos contaba con que el agricultor, viendo que toda la huerta se había echado a
perder, decidiera dejar de regarla. Y entonces tanto las verduras como el árbol supieron lo que
era la sed de verdad y estar destinados a secarse.
Aquello no parecía tener solución, pero una de las verduras, un pequeño calabacín, comprendió
la situación y decidió cambiarla. Y a pesar de la poca agua y el calor, hizo todo lo que pudo
para crecer, crecer y crecer...
Y consiguió hacerse tan grande, que el agricultor volvió a regar el huerto, pensando en
presentar aquel hermoso calabacín a algún concurso.
De esta forma las verduras y el árbol se dieron cuenta de que era mejor ayudarse que
enfrentarse, y de que debían aprender a vivir con lo que les tocaba, haciéndolo lo mejor
posible, esperando que el premio viniese después.
Así que juntos decidieron colaborar con la sombra y el agua para dar las mejores verduras, y
su premio vino después, pues el granjero dedicó a aquel huerto y aquel árbol los mejores
cuidados, regándolos y abonándolos mejor que ningún otro en la región.
http://cuentosparadormir.com/
Autor.. Pedro Pablo Sacristán
Pensad y debatid en el equipo:
¿En qué primer escenario o lugar transcurre la acción de la historia de Lula
y Lila?
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¿Cuál era su relación allí?
Una vez que llegó el momento de la cosecha ¿a dónde se dirigieron?
¿Qué le sucedió a Lula en el mercado?
¿Cómo reaccionó Lila?
¿Por qué crees que nuestras protagonistas sienten tanto cariño por los
niños?
¿Qué cualidades demostró tener Lila?
Y tú, ¿qué estarías dispuesto a hacer por un amigo?
¿Estáis de acuerdo con esta posible enseñanza del cuento? La amistad se
demuestra principalmente en los malos momentos.
¿Qué plantas debían compartir el agua del huerto?
¿Qué conflicto surgió?
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¿Qué decisión toman el árbol y las verduras?
¿Qué consecuencias trajo?
¿Cómo reaccionó el granjero ante la problemática situación?
¿Quién tomó la decisión de cambiar la situación? ¿Cómo?
Entonces, ¿qué decide hacer el agricultor?
Finalmente, ¿qué importante cosa aprendieron las verduras y el árbol?
¿Qué opináis del posible mensaje de este cuento? Para que las cosas
salgan bien, es necesario que todos colaboremos y cedamos un poco.
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Compañía de María, san Amaro, 18 (Ferrol)
Dolores A.