Un anciano molinero en su lecho de muerte, llamó a sus tres hijos para repartir sus pertenencias: el primogénito heredó el molino, el mediano un burro y el más pequeño un gato que era lo único que le quedaba en las afueras de París.
”Mis hermanos pueden hacer una bonita vida juntando sus bienes, pero por mi parte, después de haberme comido al gato, y hacer unas sandalias con su piel, no me quedará más que morir de hambre.”
El gato, que oyó todo eso, le hizo ver que ambos
conseguirían sobrevivir, enseñándole también
valores e infundiéndole respeto hacia los
animales.
Por otra parte…
El mayor que era ingeniero, pudo diseñar a partir de ese molino un restaurante de comida mexicana, y junto al hermano mediano dedicarse íntegramente a la cocina. Pues descubrió que satisfacer a la gente con su cocina era su pasión y de esta forma recordarían siempre los orígenes de su padre.
Pero meses más tarde su público quedó reducido a la nada. De repente adquirió muy mala fama. Las malas lenguas decían que la salsa secreta contenía restos de orina del burro.
Para poner fin a los rumores
decidieron sacrificar al
animal, al que tenían poco
aprecio.
Enseguida llamaron a todos los periodistas para que saliera la noticia en las portadas de “Le Monde” o “Libération”.
El gato junto a su amo, contrariados por lo sucedido, se unieron a movimientos animalistas para luchar por sus derechos. Y convocaron manifestaciones mediante redes sociales para denunciar lo ocurrido con su amigo.
Los hermanos mayores intentaron buscar trabajo por todos los medios. Pero lo ocurrido trastocó de tal forma a los parisinos que no consiguieron nada. Suplicaron al dueño del prostíbulo que les hiciera un hueco en el oficio. Que harían lo que fuese para poder subsistir, pues estaban viviendo en condiciones míseras, ni siquiera podían cobrar el paro.
El director del Moulin aceptó firmar un contrato con ambos. Que se vieron obligados a hacer espectáculos vestidos de Drag Queen.
Después de este breve inciso, el gato y su amo vivieron la historia que ya todos conocen.
La valentía y astucia bien entendida del gato le llevará a conocer al rey. Entrelazando la historia del conejo, el río y el palacio del ogro.
El hijo pequeño del molinero a partir de ahora será el Marqués de Carabás, conocerá a la princesa y se casará con ella.