Tú ¿quién eres?
¿Dónde vas?
¿Vas realmente a
alguna parte?
Tú, ¿quién eres?
Yo, la tierra,
hoy te quiero
recordar …
Tus orígenes, hombre,
son pura fragilidad,
son barro y tierra …
Un día
unas manos cariñosas
–«eran las manos
creadoras de Dios»–…
esculpieron en el barro
tu figura,
y Dios empezó a sonreír.
Se acercó a su figura
de barro
y echó su aliento
sobre ella.
Desde entonces
una figura de barro
es aliento de Dios.
Tú, ¿qué sueñas?
¿Qué te crees?
Tú, ¿quién eres?
Yo, la tierra, hoy te
pregunto: ¿cuál es
la verdad de tu vida?
Tus orígenes son
pura fragilidad;
son barro, tierra.
Sólo las manos que te
hicieron, y el aliento
que te anima…
son tu verdad y tu
origen divino.
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