ARQUITECTURA MEDIEVAL
RODRIGO A LEMÁ N hilando en la sillería de la CATEDRAL DE PLASEN CI A. La documentación revela también la partic ipación de mujeres t n la construcción de catedrales.
CATEDRALES ~
EL CORAZON DE LA
CIUDAD LIGADAS SIEMPRE AL PODER POLÍTICO Y MERCANTIL, QUE SOLÍA FAVORECER r(t
LAS OBRAS, LAS CATEDRALES ERAN, ADEMÁS DE TEMPLO, UNA AUTÉNTICA
SEDE DE GOBIERNO URBANO. DESDE ELLAS, EXPLICA MIGUEL SOBRI NO,
SE ADMINISTRABAN LOS IMPUESTOS, SE IMPULSABAN LAS INICIATIVAS PARA
CONSTRUIR PUENTES Y CAMINOS Y SE CERRABAN TRATOS COMERCIALES
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MAGI EMOS QUE FUERA
posible tomar los distintos compone ntes de un foro romano para mezclarlos e n una cocte le ra: allí iría
a parar el templo principal de la ciudad , la basílica donde se hacían negocios y se administraba justic ia, las tiendas en las que se vendía todo tipo de productos, la curia donde se reunían los gobernantes, las bibliotecas (como las que había en e l Foro de Trajano) ... También deberíamos introducir en esa cocte lera e l mis mo espacio del fo ro, la plaza que servía para reunirse, pasear, impartir e nseñanzas, proclamar cargos políticos y celebrar procesiones y arengas. Si por fin agitásemos e l cóctel,
MIGUEL SOBRINO. DIBUJANTE Y ESCULTOR, AUTOR DE CATEDRALES. LAS BIOGRAF(AS
DESCONOCIDAS DE LOS GRANDES TEMPLOS.
para que todos esos elementos se mezclasen en un conjunto homogéneo, nos saldría ... una catedral.
Durante la Edad Media, la catedral era eso y mucho más. Ligada siempre al poder secular de los reyes, que solían preocuparse de favorecer las obras, la catedral era - además
Tambié n para beneficio del propio territorio: de las catedrales partían las inicia tivas (y los fondos) para construir puentes, arreglar caminos y fundar hospitales y centros de estudio; respecto a esto último, debe recordarse que la universidad es una invención medie
de l te mplo donde se e ncontraba e l trono del obispo, la cátedrauna auténtica sede de gobie rno. Desde e lla se administraban los impuestos recaudados en e l terri torio correspondiente, la diócesis, para revertidos en favor del cle ro catedralic io y de l mantenimie nto y e nriquecimien to de su sede.
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L A S CLA VES
CEMENTERIO. la. catedral era
el lugar pretendo para el enterra-
m1ento. Las personas comunes
cedfan sus prop1edades inmo-
b1lianas para lograr un hueco.
LUGAR DE REUNIÓN. los ar-
tesa nos usaban las capillas como
sedes gremiales y los claustros
acogfan fenas y mercados.
..IUEGOS. Era frecuente que los
f1eles acud1eran con an1males y
que los canón1gos fumaran o ju-
garan a la pelota en sus galerías.
val, surgida a partir de las escuelas catedralicias. Aunque hubo multitud de enfre ntamientos entre e l poder real y e l eclesiás tico, para los reyes las catedrales suponían casi siempre una ayuda a la hora de administrar y dominar e l te rri tOrio. Además, los monarcas en con traban e n e llas los ámbitos adecuados para escenificar »+
En la ciudad medieval, la construcción de un templo era considerado un proyecto colectivo compartido por eclesiásticos y seglares. fACHADA PRINCIPAL DE LA CATEDRAL DE ÁVILA en el siglo XV, antes de su reforma.
L.\AVE.~TlRA DE L.:\
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llJ»-+ sus principales celebraciones (coronaciones, casamientos) y, en ocasione , para custodiar con la debida dignidad sus resros.
En efecto, la catedral era el lugar más demandado para el enterramiento (una función que griegos y romanos desplazaban al exterior de las murallas) y, en
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propietarias de inmueble en las ciudades históricas. Buena parte del dinero que llegaba a las arcas catedral icia procedía del arrendamientO de esas po-e iones, así como al cobro de tasas a los
comerciantes que instalasen sus puestos en las plazas o en los espacios adyacente al templo. La fuente de fi
nanciación podían incluir asimismo los pontazgos y portazgos (siempre había un puerta y un t ramo de muralla que debía se r mantenido y, llegado e l caso, defendido por e l obispo) e, incluso, la venta de entradas a los baños públicos o balnearia perteneciente al cabildo.
consecuencia, para la exaltación pública de los notables, civil es o eclesiás ticos, que allí estuviesen sepultados. Había muchas modalidades de pago a la hora de procurarse un hueco para e l descanso e te rno en suelo catedralicio, en un escalafón que iba desde los reyes, nobles o al ros eclesiás ticos que se procuraban ámbi tOs eminentes (cerca del altar ma
MARCA DE CANTERO EN L A
Pendientes de la valoración inmobil iaria de sus posesiones, las catedrale costeaban muchos de los festejos ciudadanos que atraían mayor número de público; no sólo pro
CATEDRAL DE SALAMANCA. Los canteros dejaban huec os o piedras bastas para que los
escultores colocasen las efigies o ejecutaran las decoraciones.
yor o del coro) o fundaban nuevas capillas, hasta las personas comunes que recibían sepultura en el templo a cambio de legar sus propiedades inmobiliarias a la Iglesia.
Precisamente, sería absurdo creer que una catedral e ra, únicamente, e l edificio religioso que todos identificamos como tal. Durante el Medievo, e l templo funcionaba como una especie de plaza cubierta donde se rezaba, se comerciaba o se paseaba, pero la catedral rebasaba con mucho los límites de esa gran iglesia catedralicia para extender sus dominios por toda la ciudad. Gracias a las cesiones, las compras o las reconversiones de solares conventuales, las catedrales fueron las grandes
cesione que, como la del Corpus, mezclaban elementos religiosos y paganos, sino corridas de roros,jusras caballeresca y hasta repre en raciones teatrales, para lo que se contrataba a las más reputadas compañías de cómico . Igual que en la antigua Grecia, cuando el teat ro fue inventado a partir del cul ro a Dionisos, fue ron los auros sacramentales, celebrados dentro y fuera de los templo , los que revitalizaron e e arre a partir de la Edad Media.
EL TÓPICO DE LA EDAD MEDIA. Según lo que vamos viendo, cuesta cie rto esfuerzo creerse e l tópico que defi ende que las catedrales eran una suerte de oraciones en piedra, elevada hacia Dios por una civilización que saldría milagrosa y momentáneamente de la ignorancia y la barbarie para, en estado de trance, crear ed ificios in men-
os y de arre exquisitO. Ciertas novelas y pelí
cula , a las
_ - Detalle del dibujo, _- : LA CONSTRUCCIÓN DE
~~~~~i~~.._, UN TEMPLO en la Catedral de Ávlla. Al contrario que en la
Antigüedad, las obras las ejecutaban
equipos de obreros reducidos, muy
cua lificados y bien pagados.
L\ \\l'Tl R\ Of. l..\
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UNA CATEDRAL VIVIDA. El núcleo religioso de la catedral estaba formado por el coro (1) y el altar mayor (2); los fieles aslstfan a los oficios ordinarios que se celebraban en el trascoro (3). Era frecuente que las personas usasen las naves para atajar de una calle a
que es imposible enmendar la plana ~ebido a su imbatible pode r para difundir ideas equivocadas, han asentado la idea de que la Edad Media fue una época te rrible y cruel, de la que sólo se salvarían , como islotes en un mar de sangre, las catedrales, y hasta e ll as tendrían un trasfondo oscuro, pues no dejarían de ser productO de una devoción exaltada e incluso fanática, que dedicaría todos los fondos a la construcción de edifi cios in útiles mientras las muchedumbres morían de hambre.
otra, acompañados a veces de perros y otros animales (4); alqunos claustros, como los de Toledo y Sevilla, adjuntaron a su función funeraria y procesional la de servir para la celebración de mercados (5). A las puertas de los templos se administraba justicia (6)
y también era frecuente que se adhiriesen a sus muros tiendas y comercios (7). Los pereqrlnos visitaban las reliquias; las viqlllas nocturnas derivaban a veces en escá
peleas y " fornicaciones". Los obreros trabajaban en un luqar abierto y techado, la lonja o loqq/a (8) y no era Infrecuente que los maestros se retratasen en alqún punto de sus obras (9). Los poderes
civiles y las máximas
A:':-;.¡¡t-..f'll autoridades
Por supuesto, esos tópicos constituyen un auténtico disparate. La resistencia a ellos es un baremo bastante fiel de la auté ntica cultura: debemos desconfiar de los discursos que, en un claro signo de pereza cultural, utilizan e l Medievo como fácil paradig
parable; sobre todo, las artes de la const rucción. Por s upuesto que hubo infinitas gue rras, y epidemias terribles,
ma de todo lo malo. La Edad Media fue una época industriosa, pródiga e n invenciones técnicas y científi cas, en la que e ran habituales los via
eclesiásticas (el arzobispo y el deán) solían reservarse espacios de prl vlleqlo en las tribunas altas (10), conectadas muchas veces a los salones de aparato de los palacios (11), a si como luqares prl vlleqlados de enterramiento en capillas o criptas (12).
CATEDRAL DE SANTIAGO DE
COMPOSTELA, hacia fines de la Edad
Media, mientras se construla la
Torre del Reloj.
pero e qué época se libra de e llas? Jamás se han come tido tantas a trocidades como e n e l siglo XX, y en otros cam-
jes (y, por tanto, los inte rcambios de ideas) y en la que las artes se desarrollaron con una bri llantez incom-
TRINOUIVAL, CARRO PARA EL TRANSPORTE DE PIEDRAS. Orqullosos de contribuir a la empresa, los habitantes de la ciudad prestaban a la obra
maromas, carruajes y bestias de carqa.
pos tambié n debemos reajustar nuestros prejuicios: muchas famosas matanzas, como las de l Saqueo de Roma o la oche de San Barro lomé, tuvieron lugar du rante e l refi nado Re nacimie n to, y los más sonados procesos por bruje ría (igual que los de Galileo y Bruno) ocurrie ron durante la Edad Moderna.
A partir de la Contrarreforma, los templos a lcanzaron los lími- D--.-
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»-+ tes de la desmesura -basta pensar en la Basílica Vaticana o e n la catedral londinense de San Pabl~. pero entonces eran ya un producto directo del poder, donde e l pueblo llano quedaba al margen si no era para arengarlo con prédicas, como en las grandiosas fundaciones jesuíticas. Por el contrario, en la ciudad medieval, la construcción de la catedral era entendida como un proyecto colectivo. Dentro del templo había espacios destinados en exclusiva a quienes gobernaban la diócesis, e l obispo y e l cabildo - el coro y el altar mayor, donde tenían lugar los oficios solemnes, la sacristía o la sala capitular, donde se reunían los canónigos para decidir los asuntos económicos y políticos .. . - , pero el resto del edificio era compartido por eclesiásticos y seglares, que lo util izaban con bastante más desenfado del que pudiéramos hoy supone r. Los artesanos usaban las capillas como sedes gremiales, donde se celebraban reuniones y se honraba al santo protectOr del oficio, los comercian-
Ruina del seoundo cimborrio de la CATEDRAL DE SEVILLA en 1888, cuando el edificio, aún Inconcluso, mostraba claros
síntomas de debil idad.
tes hacían sus traros bajo las bóvedas y los claustros servían a veces como emplazamiento de ferias y mercados. También e ra frecuente que los fieles acudie-
sen al templo acompañados de sus animales o que los canónigos fuesen amonestados por fumar en e l coro o jugar a la pelota en las galerías claustrales.
Entre los canónigos, uno de los que tenían mayor responsabi lidad era e l fabriqu ero, responsable de las obras de construcción y reparación del templo. De acuerdo con e l maestro mayor, que d irigía las obras, el fabrique ro solía supervisar los dibujos de los distintOs proyectos, así como vigil ar la calidad de los trabajos y de los materiales e mpleados. En estas obras había muchas veces un ansia de superación, aunque e l in t ento de lograr grandes magnitudes no se debía tanro al deseo imposible de alcanzar a la divinidad como a la competición entre ciudades, que espoleaba a maestros y comitentes para obtener, como en Sevilla, el templo mejor y más grande. En este deseo, la Edad Media fue depurando los sistemas cons tructivos, hasta llegar a una racionalización extrema de la construcción. Las bóvedas góticas no sólo
CONSTRUCCIONES RÉCORD La comparación entre la moderna carrera espacial y la construcción de las catedrales medievales no es casual: igual que la cosmonáutica ha estado jalonada de logros junto a no pocos accidentes y desgracias, la edificación medieval alcanzó ciertas cumbres dejando por el camino un
nutrido rastro de ruinas y derrumbes. En aquellos tiempos no había cálculo de estructuras, por lo que el único método eficaz para saber si algo se podía construir o no, era, aparte del sentido común, comprobar si segura en pie al retirar las cimbras y los andamios. En su intento de lle-
gar a mayor altura que ninguna, la nave de la Catedral de Beauvais (A), de 46 metros, se desplomó, tuvo que ser reforzada y, por fin , quedó inacabada. La máxima anchura alcanzada en el Gótico se encuentra en la Catedral de Gerona (C), cuya nave única mide más de 22 metros. Mayor
o L:\ AVF.,'Tl RA O t. I..A
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mérito que las anteriores tiene la Catedral de Palma de Mallorca (8 ): flanqueada por dos naves menores también inmensas y apoyada en pilares esbeltísimos, la nave mayor de Palma se queda solamente a 2 metros de aquellas magnitudes: tiene casi 20 metros de ancha y 44 de alta.
Comparación entre las secciones de las catedrales de BEAUVAIS
(A), PALMA (8) y GERONA (C). En su Intento de llegar a mayor
altura, la nave de la primera, de 46 m etros, se desplomó.
G
VIsta de la construcción de la CATEDRAL DE GRANADA dude el mirador de la casa de DIEGO DE SILOt, desde donde el maestro burc¡alés podía contemplar a diario la evolución de su obra maestra.
aligeran los edificios, también favorecen el ahorro de materiales, que redunda en un volume n mucho menor de piedra labrada y un aparato de c imbras y apeos de madera - imprescindibles para sustentar los edificios mientras no estuviesen acabados- muy inferior al que demandarían los pesados templos románicos. Incluso e l perfil apuntado de los arcos góticos contribuía a estabilizar los edificios, ya que reducía mucho los empujes laterales respecto a los arcos de medio punto de l Románico y de la Antigüedad.
Cuando re lacionamos las alturas del Gótico con la idea de "alcanzar a Dios" deberíamos pararnos a pensar acerca de nues tra propia época, pródiga en ciertos objetivos desaforados que son, s in embargo, los que nos hacen avanzar. En un mundo tan lleno de injusticias y desigualdades, gastamos sumas ingen tes en lanzar telescopios al Espacio o en mandar naves para explorar el planeta Marte; bajo parámetros similares, hay que reconocer que la construcción de las catedrales fue la "carrera espacial" de la Edad Media, en un ambien-
práctica e n un ambie nte de auténtica efervescencia.
Hasta e l siglo XJV no hubo posibilidad de hacer dibujos muy precisos para los proyectos arquitectónicos y, aun con e llos, los edificios estaban sujetos siempre a posibles cambios e improvisaciones, que convertían e l proceso constructivo en algo muy rico y estimulante. Es bien conocido el caso de la Catedral de Flore ncia, donde Arnolfo di Cambio planteó e l crucero sin te ner idea de cómo habría de cubrirse un á m-
brada, rellenándose e l hueco inte rmedio con los cascotes que sobraban del trabajo de los canteros, mezclados con mortero de cal. En la construcción tenían un cometido fundamental los carpinteros, que con sus estructuras provisionales preparaban el trabajo de los albañiles y cante ros; éstos, a su vez, dejaban huecos (repisas, hornacinas ... ) y piedras bastas para que los tallis tas y escultOres colocasen las efigies o, en su caso, ejecutasen in siru las decoraciones. Por fin , los pintores y vidrieros cubrían por completo muros y ventanales, dotando a los edificios de un aspecto multicolor q ue hoy apenas podemos imaginar.
PRESOS PARA LOS TRABA
JOS MÁS DUROS. Hay una fó rmula que sirve para en
tender la diferencia fundamental entre la arquitectura medieval y la romana: en Roma, con sus muros y bóvedas masivos de lad rillo y hormigón, los edificios estaban concebidos para ser construidos por mano de obra abundante y sin cualificación, mientras que los de la Edad Me dia eran ideados y ejecutados por equipos de pocos obreros muy cuali fi cados. Aunque en algunos casos se utili zaban presos para los trabajos más duros, la documentación da cuenta de las cuadrillas de veinte o treinta
homb res - y muj e res: su
LA CONSTRUCCIÓN DE LAS CATEDRALES FUE LA "CARRERA ESPACIAL:' DE LA EDAD ~lEDIA, EN NA PCGNA ENTRE CrUDADES QUE ESPOLEABA A MAESTROS Y COMITENTES
participación en las construcciones medievales va siendo revelada por la docu mentación- que, comandados por el maes tro
te co mpetitivo que no se quedaría atrás respecto al que existe en nuestro tiempo e ntre las diferentes pote nc ias por lograr a lardes científicos o sonadas misiones espaciales. Las catedrales e ran los laboratorios donde resultaba posible probar soluciones atrevidas y novedosas; también e ran escuelas de todas las artes, a las que iban a trabajar los mejores maestros y donde se formaban los aprendices que recogían y luego divulgaban esos conocimientos, transmitidos y puestos en
bito tan inmenso ... un reto que, algo más de un siglo después, sirvió para que Brunelleschi demostrase su genio. En la apertura de las zanjas para la cimentación y, en general, en los trabajos menos cualificados, era común que partic ipasen los habitantes de la c iudad, orgu llosos, como consta en Segovia, de contribuir a la gran empresa; también era frecue nte que prestasen a la obra lo que fuese útil, desde maromas a carruajes y bestias de carga. Los muros se hacían con dos hojas de piedra la-
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mayor, eran capaces de erigir esas moles grandiosas. Se trataba de operarios bien pagados (y, de no serlo, no dudaban en organizar protestas y huelgas), favorecidos con exenciones fiscales e instalados por lo común en las viviendas que les facilitaba e l cabildo. Hasta en eso, como ejemplo del perfeccionamientO de las técnicas y de la misma consideración de los trabajadores, podemos ver la catedral como una destilación mejorada de algunos aspectos de l legado de la Antigüedad. •