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Vazquez, Josefina Zoraida - Historia de La Historiografia

Jul 08, 2015

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  • 5/9/2018 Vazquez, Josefina Zoraida - Historia de La Historiografia

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    JOSEFINA ZORAIDA VAZQUEZ

    HISTORIADE LA ,HISTORIOGRAF IA

    EDICIONES ATENEO, S. A.Mexico, D. F.

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    Primera edici6nFelirerO de 191810000 ejemplares

    A Lotbur

    Derechos Reservados1918 Josefina Zoraida Vazquez1978 Ediciones Ateneo, S. A.Heroes 82. Mexico. D. F.

    ISBN 968 ,7 00 6,0 3-X

    Impreso en Mexico Printed in MexicoImpresora Galve. S. A. CJon. de S. Antonio Abad 39. M6:i:lco 8, D. F.

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    ",,'"La historia es de todas las ciencias la que mas se

    acerca a la vida. En esta relacion indestructible con lavida, reside para la historla su debilidad )' su [uerza.Haec oariables sus normas, dudosa SIl certidumbrc, peroal mismo tiempo le da su uniuersalidad, su im portancia,su gt aoedad ... "

    HUIZINGA

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    Introducci6nNada mtis dificil que in ten tar la explicaci6n de un conceptoconocido iY quien no sabe 10 que es historia? EI hombre,siempre amenazado por eso que Ie da tan hondo signifi-cado a la vida, la limitacion inexorable de la muerte, siem-pre ha guardado memoria de sus hechos, ha dejado noticiade su pasado. Y no s610 eso, sino que siempre ha contadocon ese pasado y, no obstante que gran des y pequeiioshombres hayan negado La existencia de un conocimientoque pueda aprehender ese pasado a 10 hayan rechazadocomo daiiino, el hecho es que este sigue presente y que,por otra parte, 10 que somos, nuestras actitudes oitales, estandeterminadas pot 10 que hemos sido, es decir, por nuestrahistoria.En uarios idiomas, y el nuestro entre ellos, la palabrahistoria, derivada de la istoria de H erodoto, sirue paradesignar principalmente dos cosas. En primer lugar, fo pa-sado, los hechos ocurridos, 10 que mas [n ecisarnente po-driamos llamar 10 historico, En segundo lugar, entendemostambien como historic el relato de esos hechos, la liistorianan-ada, 10 que nosotros denominaremos historiograila, esdecir, historia escrita. Nos quedaria para la palabra historiatodavia un ultimo significado, el concepto de ese pasadoen una forma total. De esta man era, entendemos que lahistoriografia intenta aprehender 10 historico y contienegeneralmente ese concepto total, que varia de epoca a epo-ca, segun las necesidades del momenta y la vision del mun-do y de la vida. Por eso resulta apasionante seguir el pro-ceso vivo de la historiogralia y obseruar en cada momentahist6rico a traues de ella las relaciones vitales que el hom-bre tuvo con sti pasado. Asi podemos entender el sentidoprojundo de la historia y fa importancia que ha tenido yque tiene, quiza ahora mas que nunca.

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    Y si el hombre ha contado siempre con su historia tieneesta que tenet una razon de ser poderosa. Al de~ir deCassirer, "es un organa de conocimiento de nosotros mis-mo,S, un instru mento indispensable para construir nuestrouruuerso humano", La historia, en ejecto, resulta la maxi-m~ formula de autoconocimiento; su objeto, aclarar ele~lg1~!aque es el homb~e, tratar de llegar a il por la unicauta ~e a~ceso de que disponemos, que es precisamente esa,la historia. Ortega y Gasset, con su afirmaci6n "el hombren.o ttene naturaleza, tiene . " historic", abrio un nuevo ho-TZ~o.nteen Laconcepcion liistorica, ddndole una importanciabdsica como clave de la explicacion del hombre. El hombrees historia, el resultado de todo ese pasado.Por eso el historlador no solo debe ser erudite debe ante~odo scr comprensivo y para serlo tiene que vivir y vivirintensa, hondamente. Podemos recordar La inmensa intui-cion ~e Vico, increible en el momenta en que le toco uioiral afl1"Tl:arque dado que ~ounico que el hombre ha hech~es la hisioria, es ello lo unico que puede verdaderamenteco~zocer con alguna garantia y no La naturaleza, obra dePIOS y, p,or tanto, sin relacion directa con el hombre. Sib~en es cierto qu_ea l con t ar con su vida personal el histo-!"lad?r corre el TZesQode perde.r, la objetiuidad inyecttuidolesus Ideas y sus pasiones, tambien es cierto que es el mediaque. Ie ~~uda a con:pre,!derl~; si .se ~u.mpliera aquella grana~pzraclOn de La historiograjia cientliica, de neutralizer lauida personal, de romper .el I!uente .entre el hombre queconoce )' su pasado, se priuaria al hzstoriador de La unicaref(ue;zcia. que tiene pr:ra juzgarlo. (Como juzgar otrasexpertencias humanas s~ no .se cuenta .con las propias?Al acercaruos a la historia de la historiograiin tenemospues, que apelar a nuestra ~a~ima com prension. y, desd~la m_adurez que ~ut)one. el vzvzr. en el siglo xx, tratar deexplicar las relaciones vztales de esa interpretacion con losm~me'!to,s .en que [ueron ~la~oradas. Asi, cada interpreta-cion historica nos expresara utuamente el inter es dominantey la cosmovisior:_ del historiador y de su tiempo, y aunwando el tamano del pensador puede darle un grado deoriginalidad, las inquietudes y La respuesta que de a estas10

    tendrdn siempre una estrecha relacion con in : de los pro-blemas y las vigencias del momenta en que tnoe. Tenemosque tener presente esto cuando analicemos una o~ra histo-riogrdiica; quizd para nuestro momenta parezca ~~adecua-da, pero habra que medir el grado. de captacion de laproblemdtica de su tiempo, que contiene y que valor tuvoen su propio contexto. "Realizar un esquema sintetico de la historiogralia OCCI-dental resulia verdaderamente atrevido, pero creemos queestti haciendo una aran [alta, sobre todo porque los intentosrealizados han pad~cido de dos caracieristicas qu.e ~os man-ti~nen alejad~s del publico gener.al y no ~spe~~~llzado: 0bien son eruditos, llenos de anotactones bibliogrdlicas y can-sadas aclaraciones 0 se eleuan, convirtiindose en verdaderosensayos de filosofia de La hi~toria. El presente iutento tieneuna ambicion limitada, quiere hacer un esquema generaldel proceso de la historiograjia, subrayando. sus gran.~esmomentos. Tiene solamente el papel de una introduccion,insistiendo en temas y problemas bdsicos que guien futurosestudios 0 llenen una curiosidad no erudita. Es claro queempeiio semejante ha tenido un obstdculo impo:ta!'-te, aueces parecerd que las. individuali4ades se ~an dzlU!d~ enel empeiio de caractenzar un. ~erzodo, 0 bien, e~ pe~lOdomismo parece no contener suflclentemente.~ los hIStOTl~do-res agrupados en al. Llamamos la atencion para que setenga ella presente y recordamos _que la exi~t~ncia de laperiodizacion ha nacido de Inn_e~fjslda_dde. [acilitar Laapre-hension del pasado. Por tradicion oisualizamos el pasadocomo una sucesion de epocas a las que encontramos dota-das de cierta individualidad -huella viva aun del legadocristiano- y aunque a medida que nos adentram?s en elanalisis mas hondo de' una epoca encontramos wan redu-cida es La validez de las periodizaciones, el hec~o es quelas epocas nos son familia res y as! son comp,renslbles paranosotros. Por extension, siendo tan complejos los hechoshumanos necesitamos no solo de epocas, sino aun de unaperiodiza~ion muchas ueces iniusta, pero que nos ayuda acomprender la comp!ejida~ del 1)as~~0. If emos tratado decaracterizar epocas y perzodos oalietulonos de los rasgos

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    m a s sallentes y profundos, aquellos que mejor reuelan lasmaneras de la vida humana.lniciamos nuestra historia de fa historiografia con losgnegos, , 'Q que a ellos se remonta la aparicion de la his-toriografa occidental. Antes de Hecateo que serla nuestrolimite, podriamos seiialar formas seudohi;toriogrtificas, peroaun los hechos humanos se explican miticamente, refiriendolos hechos a voluntades siempre ajenas a los sercs hu-manos,Herodoto es, en realidad, el que nos va a introducir enla .gran aventura del pensamiento, detener e} tiempo, ex-plicar el pasado, dar sentido a la sucesion cronologica dehechos, El hombre, aterrado ante el tiempo que limita suvzda y que parece pasar imperturbable sobre los hombresy ~a natura~eza, valientemente se enfrenta a _ e z y decide ex-plicar su oida ante su paso. H erodoto aun colinda con elmundo mitico y por 1 0 mismo nos introduce en un mundomaravilloso ', T'odaoia las guerras se explican por los raptosy las C?n.qulStas con los sueiios profeticos y, a despecho de

    su decidida uoluntad racionalista de averiguar la verdaddel pasado entre las leyendas, aun lo explica por un destinomexorable y unos dioses vengativos.Despues de Herodoto, un salto gigantesco: Tuddides.A pesar de que solo los separa una generacion, con estedesaparece t010 aquel mund? de maravillas para iniciarsela ~onceptuacl6n y la mecanzzacion de fa historia. La his-tor!,a u1l!versa~ ~e resume para Tuddides en la tragedia quea c. le toea vIDzr, la guerra del Peloponeso, que interpretacomo un resultado de todo el posado. Al preguntarse porI~ c~usas, TuCdides trata de euitar engaiiarse con las apa-nen,czas. Encuentra un metoda que postula como unicouehiculo de flegar a la verdad; este le conduce a inquirircada v,ez.mas profundamente hasta llegar a determinar facausa ultima de las guerras, la naturateza humana del hom-bre, su aNn de dominio.

    Grecin se desinte~ra y en su ultimo gran esfuerzo se re-nueua en la conquista del mundo. A] contacto con otras

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    ,... a)t'UT4/recuenfemente la humanidad, que camina. . . f H 'T la raz~n hacia el progreso. Esta clase de his-...n.. lUJ. F . desarrollarse en dos corrientes principales: laf r r it :n_eTa, 'deducida a priori, pensard que la realidad todaes racional y la historia imicamente una forma en que larazon encarna. El hombre realiza a la razon, por mediade la historia. La segunda postulara la historia como unproceso de un Lento caminar hacia una meta de progreso.

    El siglo XIX vio multiplicarse las interpretaciones histo-ric as, asi como bajo un intento de limiiacion del campodel conocimiento historico con la ambici6n de convertirlaen "ciencia" la historia se transjormo en un quehacerpreciso y definido. La historia cientifica careci6 de mu-chos defectos, pero es indudable que hizo grandes apor-taciones, se seiialo metas y pretendi6 ser fin en si nus-ma. Bajo su nombre se han cobijado muchos quehaceresmezquinos; con todo, su signijicacion es fundamental.Antes de terminar el siglo XIX, increiblemente fecundo,se originaron dos corrientes que aun siguen teniendo granvigencia: la interpretaci6n materialista de la historia y elhistoricismo, El historicismo era la culminacum de una co-rriente que venia desenooluiendose como reaccion al racio-nalismo y a la ilustracion. Su idea bdsica es simple: el sujetode la historia es la vida humana en su totalidad y multipli-cidad. Este tipo de historia no pretendia encontrar leyes, niformular sistemas, sino ahondar tanto como fuera posiblela infinita variedad de formas particulares. Antes del his-toricismo se pensaba al hombre como algo invariable, siem-pre fundamental mente el mismo. Con la aportacum his-toricista se llegaba a la concepcion de que el hombre noes una cosa hecha sino el resultado del proceso que essu pasado. En cada escalon de ese largo proceso el hom-bre ha tenido una forma peculiar de vida y pensamientoajustado a su circunstancia. La valoraci6n tiene que ser,entonces, relatioa al momenta en que un hecho 0 unaobra tuuo Lugar 0 [ue concebida. El materialismo histo-rico, por su parte, significo tambien una gran reuolucionen la interpretacion historica al dar por primera uez unpapel fundamental a las fuerzas economicas en la historia.14

    La historiograffa contemjJoranea ha pasahdo PIor unpa l :~:. . 0 ha de iado de aprovec ar as a arga crisis, jJero n _ . I' d la historiografia delt contradzctorlas ecciones et~7~nx~x El metoda cientifico se ha alinado, las fl~erzas

    ~!on6mi~as son consideradas en toda su z'!ljJo.rtancza? seutililzan . tambti,~e':npl: :r~:s~~~~:~~r d:n~~~ie~;n~;:ses::eza~~~y a mzsmo . ..limitaciones que le marcara el historicismo.

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    1. Historiograiia griegCOMORESULTA ya casi tradicional en las historias de lahistoriografia, podriamos empezar justificando nuestro in-tento de comenzar con la historiografia griega afirmandoque en ella se da el caso singular de la aparici6n de laconciencia hist6rica; pero, iestariamos seguros de ser jus-tos con las culturas no occidentales? Creemos que no. Portanto, empezaremos con los griegos s610 porque a ellos seremonta el nacimiento de la tradici6n hist6rica occiden-tal con caracteres definidos.La cultura griega, desarrollada en un marco geografico

    amplisimo que iba del Mar Negro hasta la peninsula iberi-ca, pudo absorber influencias de otras culturas y, a tra-ves del contacto cultural y mas tarde del choque violentocon otras civilizaciones, cobr6 conciencia de sl misma,En su mundo peculiar, amenazado por los cambios ba-

    sicos violentos, el griego empez6 luchando para sobreviviren un medio estrecho y adverso. Una vez cuando hubosobrevivido y organizado su vida, lanzandose al mar ycomerciando para compensar la tierra pobre que Ie ha-bia tocado, asombrado, empez6 a observar el mundo queIe rodeaba. Pero encontr6 que era muy dificil concluiralgo del espectaculo que tenia delante de si, todo cam-biaba violentamente, todo lIevaba un movimiento acelera-:do. Y el griego, en busqueda de 1 0 permanente en mediode ese continuo cambio, decidi6 intentar una maravillosaaventura del pensamiento: la conjuraci6n del movimicntepara explicarse el mundo en el que vivia,Para adentrarse en tan terrible problema, el hombre

    griego no contaba mas que con su vista, sensible y ra-cional, con la cual se decidi6 a uer bien para descubrir1 0 permanente.Lo prirnero que invcstig6 fue, por supuesto, el mundo

    natural; en el encontr6 un orden y postul6 una esencia17

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    fundamental, un algo real detras del cambio continuoaparente.Paralelamente a este -empefio que lIeva al descubrimien-

    to del conocimiento teoretico, las circunstancias historicascmpujaban a los hombres a reflexiones adicionales. Desdeantiguo, las colonias del Asia Menor tenian caracteristi-cas muy particulares; al contacto con numerosas culturas,algunas de elIas superiores, ponian a menu do a pruebalos fundamentos de la cultura griega. Los viajeros queoian los diversos mitos que trataban de explicar fen6me-nos similares, se iban haciendo escepticos,Este proceso lento se hizo mas evidente cuando en

    546 A.C. empezaron a caer bajo el yugo persa las ciu-dades griegas del Asia Menor y los ciudadanos libres pasa-ron a ser siervos de una cultura extrafia, de tradicion sor-prendentemente milenaria. El choque con esa realidad eraestimulante; sin embargo, la conmoeion interior Iue in-tensa al poner frente a frente las ingenues explicacionesde los griegos y las complicadas concepciones asiaticas. Elsentido critico se desperto y el griego se vio obIigado adesprenderse de sus creencias para iniciarse en la averi-guacion de la verdad. Asi, el hombre se introducia en elestudio de una cIase especial de movimiento, el movimien-to historico, que afectaba al mundo politico.Durante los siglos VI y V A.C., como una consecuenciadel escepticismo, aparecen los lIamados logografos, como

    Cadmo de Mileto, Acusilao de Argos, Caron de IJampsa-co, Hecateo de MiIeto, etc. En ellos notamos empenosmuy acusados. En primer lugar, hay una denuncia delos mitos griegos y, en su busqueda de la verdad, un in-tento de reparar los hechos humanos de las cosas divi-nas. En segundo lugar y para dar mayor fuerza a laseparaci6n de la tradicion, el abandono del verso porel uso de la prosa en sus narraciones, significando quecuentan "verdades".Hecateo de Mileto (fines del siglo VI A.C.) visito las cos-tas del Mar Egeo como soldado del ejercito persa. De su. experiencia escribio Viaje alrededor del mundo, descrip-18

    cion geografica del mapa de Anaximandro. Pero .su ob~amas critfca e interesante, como limite entre la eplc~/ ahistoria la constituye las Genealogias. Ap~rece ya ~ca-teo 0 inando en primera persona y utlh~ando su vistacomo Ptestimoni0 indubitable. Es ya este npo de ho~b~eue abandona todo para ir en busqueda de la ver. a ,; traves de la comparacion de los argumentos r:co~l.do,s.Con ello nos encontramos d.elante de un empeno., isto-rico: definir el pasado, explicarlo y dar una version deeste que nos parece la verdadera.

    HerodotoAunque dentro de la epopeya de Homero podriamos ~n-contrar huellas de interes vitalment.e h~mano} que podria-mos aceptar como origen de la historiograf'ia, y aun enLos trabajos y los dias de Hesiodo encontrariamos ya unadivision de las epocas de la historia en edad de o~o'. deplata de bronce y de hierro; como l o . ~ factores dlVmt?sinte~ienen y determinan el proceso, no podemos dccirque sea aun historia. Es ~erodoto e}~ncargado de separar,verdaderamente la histona de la eplca. .Nacido hacia' 485 A.C. en Halicarhas.o~ ciudad de la

    costa del Asia Menor, se encucntran, !10tlCla.Ss!lyas hasta420 A.C. Expatriado por causas poht!cas, vIaJo por granparte del mundo conocido, permaneciendo en ~tenas enla epoca de Pericles, donde trabo una gran amls,tad conSofocles, quien Ie dedico uno de sus dr~mas. Mas tardeparticipo en la fundacion de una coloma en la MagnaGrecia a donde perrnanecio hasta 413. Fue la suya u!1avida i~tensamente vivida y en u~ moment? tan cru.cIaIcasi podemos decir que las crrcunstancras Ie obhga-que hi ."ron a convertirse en "padre ~e. ~~ IstorIa.. .Su obra, conocida por la division de. los. sab~os alejan-drinos como Los nueue libros de la historic, tiene co~.otema central las Guerras Medicas (492-478 ~.C.). DIVI-dida como su nombre 10 indica, en nueve libros c

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    guir, sin embargo, tres partes diferenciadas por la mate-ria de que se ocupan. La primera trata de los reinadosde Ciro y Oambises; en ella, adcrnas de los hechos deconquista de estos monarcas, encontramos la descripci6nde Persia, Egipto, Asiria, Arabia, la India, es decir delAsia (Clio, Euterpe y Talia). La scgunda parte se ocupadel reinado de Dario y nos describe Europa; el libro cuar-to (Melp6mene) contiene una cuidadosa descripci6n desu concepcion del mundo; el quinto y el sexto libros(Terpsicore y Erato) conticnen ya los preliminares dela guerra. La tercera parte circunscribe su interes al Hela-de y a los acontecimientos de la guerra durante el rei-nado de Jerjes; el momento culrninante del libro septimo(Polimnia ) es el paso de las Term6pilas; el del librooctavo (Urania) es la batalla de Salarnina, y el ultimolibro (Caliope ), centrado en la batalla de Platea, parecehaber quedado incompleto 0 bien rematado curiosamente,ya que termina con el relato de los amores de Jerjes.AI primer vistazo pareceria una obra sin estructura ysolo de acumulacion, pero una vez que se penetra en ellapodemos percibir una composici6n a rnanera de drama.Primero presenta a los actores, desde luego mas larga ydetenidarnente al poderoso y extra no: los medas. En se-guida, una vez que hem os seguido el engrandecimientode los medas Ieyendo Ja descripcion de cad a nueva pro-vincia, nos introduce en la lucha y, por ultimo, nos presen-ta el desenlace, Es decir, la historia esta vista como unespectaculo del cual el historiador esta fuera.EI libro nos pinta dos culturas antag6nicas e irreduc-tibles, Siente a Grecia y a Persia como polaridades his-toricas, pero no le anima un patriotismo especial. El bar-baro con su tradici6n milenaria, sus riquezas y poderio, Iedeja sobrecogido. Asi le vemos tirnido ante los sabios sa-cerdotes egipcios y asornbrado ante Ia esccna de la re~istade Jerjes a sus tropas. Pero ante tal esplendor, el gnego,aunque pobre e ignorante, presenta una cualidad que su-pic sus deficiencias: Ia sagacidad.La obra tiene un aire de ingenuidad que encanta. He-rodoto fue rcsumiendo toda c1ase de cuentos, datos y ver-

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    siones a traves de sus viajes de muchos alios. Los depur6por medic de la comparacion 0 dandonos las versiones di-versas cuando no ha llegado a decidirse por una comola mas veraz,Aunque es critico exigente, aun cree en los dioses y portanto, ellos tienen su intervenci6n caprichosa a favor 0en contra de los hombres.Herodoto trata ya de encontrar Ia causa profunda dela guerra entre griegos y medas. Influido aun por lasIeyendas, remonta el problema a los .rapt?s de Euro~a,Helena Medea e 10. Piensa que la historia de los gne-gos rep'resenta, al fin, la reparaci6n de una injusticia Ill~yvieja, iniciada cuando los fenicios ~obaron la pnme~ rnujergriega. EJ cosmos de los gr!egos, 51 , re~o.rdamos la Idea deAnaximandro, estaba transido de jusncia, de manera queal suscitarse cualquier injusticia tenderia l.taturalmente asu reparaci6n. La guerra entre medos y g~leg~s. era, p~es,un conflicto inevitable para recobrar la jusncra perdida

    desde los viejos raptos.Herodoto nos pinta al protagonista de la historia, elhombre como un ser hambriento de gloria, victima tan-to de I; inexplicable fortuna como de los. dios.es.. Al es-caparsele el mecani~mo profu~do de l~ historia mtentaexplicarlo por medic de sueno~ y oraculos, los cualesdesernpefian el papel de causalidad sobrenatural. A l~pregunta eterna so~re la fclicidad, contesta que es casiinalcanzable. "La Vida del hombre es una sene de cala-rnidadcs". EI ideal seria mantenerse en el justo medioporque mucha fortuna anuncia des1Sracias futu~as. .No puede aun postular un sentido en la historia; Ieconmueve la inestabilidad, el drama de la guerra, perocomo no acierta a encontrar otro modo mejor de detenerel movirniento continuo, decide relatarnos todo 10 queviene a su conocimiento:

    Persuadido, pues, de la inestabilidad del poder humano yde que las cosas de los hombres t_lunca pennanecen co?,s-tantes en el mismo ser pr6spera m adverso, hare men c ionigualmente de unos Estados y de otros, grandes y pe-queiios. 21

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    I;fin de su relato es, pues, un intento de detener el~para que "no llegue a ?e~vanecerse con el tiem:Pl la memoria de los hechos publicos de los hombres, rnmenos a obscurecer las grandes y maravillosas hazafiascomo las de los barbaros",

    TucididesAntes de las Guerras Medicas las ciudades griegas goza-ban de una independencia bastante real, y aunque habiarelaciones muy cercanas y un sentimiento de unidad na-cional por raza, lengua, religion y cultura, no formabanun Estado unificado. La transformacion politica va a te-ner lugar al terminar 1.'1lucha que efectuan unidos losgriegos contra el imperio persa (492-479 AC.), dcspuesde la cual se perfilan dos poderes antagonicos que tardeo temprano lucharan por la suprcmacia: Esparta y susaliados y Arenas, que contaba para entonces con tribu-tarios.La guerra inevitable que tuvo lugar de 431 a 404 AC.,vino a significar 1.'1dcsinteg racion del sentimiento de uni-dad espiritual. Frente a esos grandes cambios en el mun-do griego, aparecc Tucidides, tal vez el mas importantehistoriador antiguo.Nacido hacia 460 A.C., de familia acomodada, gozo deuna educaci6n esmcrada en donde no tuvieron poca in-fluencia los sofistas. La primera parte de su vida la hizoen Atenas, moviendose en el medio politico. En 424 A.C.le fue confiado el mando de una expedicion naval y alIracasar fue desterrado, viviendo durante veinte alios ensus posesiones de Tracia. Retorno a Atenas despues de verla derrota de esta en 404 AC. Murio asesinado hacia396 A.C., cuando aun escribia la Historia de la Guerradel Peloponeso.Su obra cuenta con la ventaja de haber sido su au tor,actor y espectador a la vez. La primera parte de la guerrala vive Tucidides desde dentro, actuando en ella comopolitico y militar. Estar entre telones Ie permite conocer

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    todos los resortes que mueven los hech~s. La segundaparte de la guerra la va aver .desde lejos, en s~ des-tierro de Tracia, pudiendo ana!lzar con perspecnva yfrialdad los hechos y oir las versiones encontradas de losdos bandos. A esto y al caracter fund~mentalm~n~e. ra-cional y politico del autor, se debe el aire de objetividadque alcanzo el libro. . .Elige el tema pensando que es el acontccirrnento masimportante:

    El ateniense Tucidides escribio la guerra que tuvieron en-tre si los peloponenses y atenienses, comenzando ~esd~ elprincipio de ella, por creer que fuese la mayor y. mas dignade ser escrita que ninguna .de todas las anteriores, puesunos y otros Ilorecian en prosperidad. y tenian todos los re-cursos necesarios para ella y tambien porque todos losotros pueblos de Grecia se levantaron en favor y a.yudade la una 0 la otra parte... de las guerras an ten ores,especialmente de las mas antiguas, es imposible saber 10eierto y verdadero, por el largo tiempo transcurrido, y a10 que yo he podido aicanzar, por vanas conjeturas, no la~tengo por muy grandes, ni por los hechos de guerra, ruen euanto a las otras cosas.

    La obra consta de ocho libros, aunqu~ podemos disti~-guir en ella tres partes naturales. La p~lI~era parte .sena10 que se conoce como libro Arqueologico, es decir ellibro I. La segunda parte abarcaria desde el libro IIhasta el capitulo 25 del libro V, que llega a la paz deNiceas fin de la primera etapa de la guerra. Forrnandola tercera parte, el resto del libro. .Tucidides adolece de la limitacion inherente a los h~s-toriadores que hacen historia co~te~poranea, es decir,valorar exageradamente el acontecimiento que. se .~resen-cia. No obstante, en todos lo s otros aspectos slgmfl.ca u,navance tan gigantesco sobre He~odoto que parece mcrei-ble. Por fin son superados el rmto y lo~ ele~entos sobre-naturales. Tucidides se enfrenta a la historia con un es-piritu profundamente critico .y raciona!. Cree qu;. elmetodo historico tiene dos sencillas reglas: no dar credito

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    a 1 0 5 poetas que adulteran la verdad en busca de la be-lleza de expresi6n y acercarse con escepticismo a todaslas fuentes.Aunque a ratos su objetividad y seriedad le hacen can-sado, ya que no se permite ninguna clase de digresiones,como Herodoto, hay una cosa en la que es maestro: losretratos psicol6gicos.. Para ella historia es un proceso mecanico que se re-pite cons~ntemente, puesto que es producto de la natu-raleza mzsma del hombre. Tal naturaleza el afan dedominio, es la causa profunda de las guerras, problemafundamental de la historia, inevitable y necesaria, comoresulta?o. de la carrera :n~re los Estados para adquirirel dominio, Por ello, Tucidides no necesita de la fortunalos oraculos y los sueiios, para explicar la causalidadde los h~chos '. Todo puede .explicarse, todo es previsible,aunque hteranamente necesita valerse de un subterfugiop.ara encader:ar los hechos y explicar motivos e inten-crones: los discursos que pone en boca de sus personajes.E~ el .libro Arqu~ol6gico nos presenta un resumen dela historia de Grecia, desde los tiernpos primitives has-ta las Guerras Medicas, para describir el desarrollo delpoderio ateniense. En el realiza una hazafia: escribe node 10. que presencia, sino de 10 que imagina debi6 haberS';lC:dI~O. Reconstruye el desarrollo del poderio, segun suh.lpotesIs, rechazando tradiciones y leyendas. Ve la histo-ria de Grecia como la lucha por las tierras mas fertilessefialando la cultura y la economia como base para eidesarrollo del poder. Deshace las leyendas alrededor de

    Minos y !roya. Al prunero 10 explica lanzandose al marpor necesidad, La guerra de Troya originada por temory no por rapto alguno.E~ I?rimer acont~cimiento verdaderamente hist6rico paraTucidides 10 consu tuye el establecirnien to de las ciudades:antes no ha.bJa historia. Nos va sefialando c6mo despue~del as~ntamlento de los grupos helenicos van desarrollan,dose dlferent~s fonnas de poderio. Atenas llega a funda-mentar, venciendo la pobreza de sus tierras el poderioecon6mico. En cambio, Esparta llega a desa:rollar pode-

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    rio politico en sus tierras fertiles. AI enfrentarse con lacausa profunda de la guerra no se engafia ; apunta clara-mente que los insultos, violaci6n de tratados, etc., son s610pretextos. La causa verdadera es el miedo que Espartatiene del poderio ateniense. La guerra es, pues, lucha porel poder y conflicto entre dos form as de vida.Con Tucidides la historia cobra realmente importancia.No es ya un medio de detener el paso del tiempo, quiereser algo util, practice. Es educaci6n obligada para el po-litico. Dado que el hombre es igual en esencia, la historiaes algo previsible. Nuestro autor aspira a verdades uni-versales para alcanzar fines pragrnaticos. Causas parecidasproducen efectos sernejantes, pol' tanto, por medio de lahistoria podemos calcular para dominar el futuro.

    Historiografia de la decadenciaIndudablemcnte, las guerras intestinas que se sucedierona partir de la guerra del Peloponeso, provocaron una de-cadencia espiritual que se retrata claramente en la histo-riografia. Representativos de esta epoca van a ser Is6cratesy Jenofonte.Is6crates (436-338 A.C.) no f ue estrictamente un histo-riador, pero indudablemente merece un lugar en la his-toriografia, Aunque su empefro era Iormar politicos ensc-fiando el arte de la oratoria, sus discursos y pensamientosgiraron alrededor de temas hist6ricos; por eso incit6 asus discipulos a cultivar la historia, formando dos quehabian de ser celebres: Eforo y Teopompo.En Is6crates encontramos un empefio historico-politicooriginado por el impacto que Ie produce ver la decadenciade su patria, Atenas, y de todos los Estados griegos. Trata,a traves de sus discursos, de convencer a los griegos de lanecesidad de una nueva guerra contra Persia, facil de ven-cer ahora que se hallaba en decadencia. Crey6 que esaguerra seria el unico medio de lograr la consolidacion dela unidad griega, por encima de todo localismo. Is6cratespiensa que las guerras se ganan cuando la causa que las

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    ha movido es justa. Por ello, los griegos lograron veneera los pod~rosos medas. En cambio, las guerras intestinasno han dejado otra cos a que calamidades.Jenofonte, que ~ive ca:i la misma epoca (435-355 A.C.)y, por tant~, ~a rrnsma tnste situaci6n de Grecia, reaccionade mo?o distinto, Su educaci6n esmerada, sus encuentroscon ~ocr~tes, su carrera rnilitar que Ie ha permitido laexpene~cIa .de scrvir a Ciro el joven, le Ilevan a buscaren la historia algo diferente.Su obra mas !a:nosa y, por la cual aparecia junto aHerodoto y Tucidides en la Antigiiedad es el A ib .id bi ,na aSIS,conoci .a tam len como La expedici6n de los diez mil.Mernorias de sus aventuras en Asia Menor, Jenofonte laescn?c en tercer~ persona con uua frescura y agilidad ex-cepclO~ales. ,La clrop,edia, ensayo pedag6gico, intenta haceruna biograna de Ciro, mostrando cual fue la d .,que dio I d c e ucacion. , por r~su ta 0un gran hombre. Llamaba la aten-c~on de los gnego~ de su epoca hacia las costumbres sen-

    cillas, Pone de relieve las virtudes de su he' . Idado' 'I I roe como so-h b pa~a, e? e soldado es practicamente el verdaderoo,~ re, e. Unlc_oque logra veneer no s610 a Jos elementosy a e~emlgo, sino tam bien a sf mismo.,Am;n de otras obras (La canstituci6n de las lacedemo

    ~:o:~ . .os n;emo~ables, etc.), Jenofonte intent6 su obr~s onc.a mas seria en Las helinicas, que hoy resulta larnenos mteresante. En ella pretende continuar aT' "drclatando los sucesos del afio 411 al 362 S . UC~~Ies,acusad ' . . u mtenClOn es, amente pra~atJ~~, quiere instruir a sus lectoresrreocupado por la. situacion de decadencia moral y politic~f e su tJe:;po, escnbe para mostrar la educaci6n que puedeormar ombres rectos, sanos, que resulten buenosdada~~s ? .gobernantes. Politicamente Ie preocupa el ~;~-caso istonco de Esparta y busca en la hi t . -sas: t I is ona sus cau-, an e e panorama desoJador de la anar' .trata, por ultimo, de mostrar las ventajas l~,agogbz:ega,umpersonal que em . iernoci6n posibl~. pieza a aparecer Como la unica solu-

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    La ultima etapaHacia el tiempo en que muere Jenofonte, se efectua ungran cambio en el mundo griego: la unificaci6n de Greciaa traves de la conquista de Grecia y el Asia por Alejandroel Grande (334-323). Aunque efimero, el imperio de Ale-jandro trajo grandes cambios en la cultura y en la con-cepci6n de la his to ria. En primer lugar, la civilizaciongriega rebas6 las fronteras y se puso en vivo contacto conlas otras culturas. Esto dio como resultado que la rigidezde un mundo concebido como dividido en griegos y bar-baros se rompiera y abriera paso a un universalismo. Ade-mas surgi6 el interes por seguir un proceso de la historia,superandose la Iimitacion de hacer solamente historiacontemporanea. Con este nuevo empefio aparecio el me-todo lIamado de "autoridades", al considerarse que Iaindagaci6n directa ya era insuficiente.Durante el siglo siguiente (ill A.C.) iba a tener lugar elcarnbio mas importante del mundo antiguo: la fundaci6ndel Imperio Romano. Iniciada su gran expansion con lasdos primeras Guerras Punicas (264-241 y 218-202 A.C.),Roma se convirti6 en conquistadora. Durante el siglo II.\.C. derrota a las Iuerzas griegas y anexa sus territoriosal podcrio romano.Es esta la epoca que vivid el ultimo gran historiadorgriego, Polibio de Magal6polis (210-126 A.C.). Destacadoen la politica desde su juventud, fue entregado entre losmil ciudadanos griegos rehenes, que Roma exigi6 para ga-rantizar la paz. LJevado a Ja gran capital, le toc6 en suertevivir en la casa de Paulo Emilio, clonde tuvo ocasi6n deobservar de cerca la austera vida de los Escipiones: asi seinteres6 en la tradici6n patricia romana y en las institu-ciones del pueblo que se estaba haciendo duefio del mun-do. De esc impacto formidable iba a surgir su Historia, queoriginalmente constaba de cuarenta libros y de los cualess610 nos han llegado cinco.Es indudable que la hazafia historica que tenia lugarera tan trascendental que un temperamento despierto ibaa sentirse invitado a tomarla como tema. Polibio estaba

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    , , " oebiles sobrevivien tes de una calamidad ,(diluvio, hambre,consciente de la unportancia del periodo que nos relata, los , ) se organizan por necesidad; surge luego, - 220 168A C pestes, guerras , ' d IIcincuenta y tres anos entre y , "que sorpren- h b f te 0 una organizacion apropia a que evad h bi ' id I d un om re uer IIenternente a Ian perrrnti 0a os romanos someter to os , d d grandes hazafias y una vez que ega aI bl I domi R' I denci a esa SOCle a a , , I dos pue os a sus eyes y omimo. eitera a trascen encia ."" 1" d I gloria decae. Por eso la historia es a e u-d 11' I" ibi J ' . . l""'-s mutes e a , , be aque a epoca y exp ica como escri ir ustoria unioersai, ", , indible del hombre de accion. S10 em argo,d ' " d I h ' I d cacion imprescm "b Ia virtien onos a estrec ez en que, incurren os autores e t es muy dificil hacer conjeturas so re eh" 'I I I 'I d d encuen ra que b distorias parCla es, as cua es, para e, carecen e to 0 sen- E d n Por un lado porque "no sa emos na a.'d P d hi . d ib i I hi , sta 0 roma 0, , , "ti 0, reten e una am iciosa tarea: escn ir a istoria d ' . nes" por el otro por la comphcacJOn a qued d I d d " 'I h d e sus onge, ' II Ie to 0 e mun 0, trazan 0 en su conjunto a marc a e ha II d' sus instituciones. Quiza es por e 0 que e pre-I .'" II I I n ega 0 "os acontecirruentos , para. egar a panorama genera. t to el arnbiente de inmorahdad que empleza ad ' ocupa an I - I de su tlempo. t en au e a su alrededor: parece ser a sena e pe-No ha de dedicarse a analizar mas que una parte de la ~o ar de qu! a su admirada Roma Ie afecte rambien elhistoria de Roma, aquella desde el momento en que re- dgrtC?0 tal vez inexorable de todos los hombres,b ' I ' , I ' es In , 'asa el particu ansmo, no so 0 porque cree que no se ne-nen noticias creibles de los origenes roman os, sino, ade-mas, porque es el universalismo de su tiempo 10 que 10conmueve vcrdaderarnentc. Antes de tal epoca, los pueblosestan aislados, En cambio, a partir del momento que a elle in teresa, "la historia no forma, por decirlo asi, mas queun solo cuerpo" y "todo converge hacia un mismo fin",La historia para Polibio debe ser algo mas que la na-rracion ordenada del acontecer, porque "el simple relatode los hechos puede ser interesante, pero no es provecho-so"; mas si le agregamos la exposicion de las causas, en-tonces se convierte en algo util y obtendremos la Ieccionde que resultados han tenido condiciones semejantes a lasque nosotros vivimos, para actuar conscicn te y acertada-mente, Es decir, es una forma de preuer el poruenir, detornar las precauciones y llevar adelante, mas osadamente,una resolucion sobre las hue lias de nuestros antecesores,Para este historiador, la historia de Roma presenta dosfacetas importantes: eI analisis del "mas hermoso gobiernoque conocemos" y Ia lecci6n viva de c6mo la historia seha hecho universal, en apenas cincuenta y tres alios de laaccion sorprendente de una sola ciudad.Aunque Polibio es capaz de encontrar un sentido pro-fundo a la historia que relata, como representante delmundo antiguo no deja de ver en ella un proceso fataI-mente ciclico, repitiendose siempre. Las sociedades surgen28 29

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    II. Historio graiia romanaCON EL dicho de "Grecia cautiva, cautiv6 aRoma" suelepensarse en la cultura romana simplemente como derivadade lil:griega. No obstante la influencia evidente que tuvoCrecia sobre Roma, el genic latino, tan diferente del grie-go, y el desarrollo politico tan extraordinario que alcanz6Roma, habian de influir para constituir una cultura to-talrnente distinta y, por supuesto, una historiografia com-pletamente diferente.Lo que si resulta excepcional es que el pueblo que lleg6

    a ser capaz de realizar la Iantastica aventura de saltarde l~ pequeiia ciudad-Estado al imperio mas grande de laAntlgile~ad, no haya logrado una historiografia a la alturade las circunstancias, a pesar de ser la politic a el temaprincipal de la .~istoria en el mundo antiguo. La unicagran Interpretacion de la portentosa hazaiia cuando aunno estaba cumplida, qued6 en manos del griego Polibio.Los romanos, aunque tuvieron en sus manos un temade tan. grand~s p~oporciones, no nos han legado ningunagran Iigura historiadora. No es que necesariamente se de-b~era a falta de interes en el pasado; sabemos por Cicer6ncomo los nobles romanos gustaban verse ensalzados enpoesias que cantaban las hazafias de sus antepasados ycon que cuidado conservaban constancia de tocla clase dehechos en los anales. Seguramente se debe a 10 obscura-mente que surgi6 el pueblo romano, sin los elementos he-ro!cos de los cuales se habia desprendido la historiagnega. El elemento legendario de la historia romana esun producto artificial, elaborado tardiarnente bajo la ins-piraci6n de la mitologia griega, cuando iniciada la con-quista, del Mediterraneo, sintieron la necesidad de explicarsus ongenes.Por otra parte, la historiografia romana tropezo cons-

    tantemente con un gran obstaculo: sicmpre estuvo al ser-30

    vicio de La politica. Y hay que anotar que et pragmatismodel romano no busc6 la lecci6n que seiialaba la fatalidadcon que la historia repetia sus hechos. La tendencia prac-tica del ~omano convirti6 a la historia en un apoyo paralos estadistas y los oradores que querian justificar sus ac-ciones 0, las mas de las veces, en la necesidad que sentianlos historiadores de justificar la grandeza romana.De esta manera, el historiador se tuvo que enfrentar a

    su tare~ con un;; pauta preconcebida, el relato tenia queconducir necesanamente a colocar a Roma como corolariodel proceso hist6rico. Con ello la historiografia roman apracticamente da la idea de haber llegado a su meta: lagrandeza de Roma segun voluntad de los hados. Este em-pefio tan politico, que limit6 en muchos aspectos la histo-riografia hacia, sin embargo, que el heroe de las hazafiasfueran no ya los personajes particulares, sino el pueblo ro-mano en an6nimo.Ahora bien, si en cuanto a la interpretaci6n historica

    los historiadores romanos no alcanzaron la altura de losgriegos, y en el metodo resultaron menos rigurosos dadoque el valor dependia del grado de gloria que daban aRoma, en un aspecto lograron destacarse: la eleganciaen la expresi6n. Por clio, quiza, han sido leidos con tantaavidez en tiempos posteriores y han tenido gran influenciaen algunas epocas, como en el Renacimiento.

    EL despertar de La historiograjia romanaSegun vimos en el capitulo anterior, la historiografia grie-ga se desprendi6 de los poemas epicos, naciendo el sentidohist6rico de la critica aguda a las "falscdades" de las le-yendas. En cambio, Roma, nacida con un caracter su-mamente practice no tuvo epica original. La historiaromana se desprende de los anales aparecidos hacia el si-gl? IIIA.C. y 9u~ subsistieron. hasta fines de la republica.Dichos anales imitaban el registro de acontecimientos quellevaba el Pontifice Maximo con fines administrativos yreligiosos. Los anales empezaban siempre desde los orige-

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    nes de la ciudad y fueron escritos primeramente en griego,

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    debido a las necesidades politicas, Sin embargo, con MarcoPorcio Caton (234-149 A.C.) y sus Orlgenes, los analesempezaron a escribirse en latin.En el siglo IA.C., ante la atmosfera tensa de la ultima

    epoca de la republica y los choques personalistas, vemosaparecer un nuevo genero historiografico en el que ya noirnporta llevar el relato de los acontecimientos hasta losorigenes, sino cuyo interes se reduce a una epoca deter-minada 0 a un hecho en particular. En este tipo de histo-riografia sobresalen las figuras de Julio Cesar (100-44) yde Cayo Salustio (87-37 A.C.).Julio Cesar, el famoso general y dictador, nos ha legado

    una pieza literaria de relieve en sus Comentarios a las Gue-rras de las Galias. Bajo la inspiracion del Anabasis de Je-nofonte, Cesar trata de presentar la grandeza de sus haza-fias ante el pueblo romano. Habilmente narrados, con unafrescura y llaneza dignas de encomio, sin elogios directos,logra la impresi6n de objetividad, cumpliendo con ella elcometido politico para el cual fueron escritos. De menoscalidad, Cesar dejo tambien sus Comentarios a las GuerrasCiviles. .Salustio tambien tuvo una actividad politica de impor-

    tancia y bajo la proteccion de Cesar llego a ser proconsul;a la muerte de este, se retire a la vida privada y escribioentonces sus obras: la Guerra de Yugurta y la Conjuraci6nde Catilina. Hace historia ya que "de todas las ocupa-ciones que ejercitan la mente, ninguna tan uti! comorecordar los hechos pasados". Confiesa el objetivo prag-matico de conservar la memoria de los varones virtuosos,seguramente para presentarlos como ejernplo ante la so-ciedad de una epoca poseida de nuevos males, el arnor allujo, la riqueza, la corrupcion, En realidad, detras de suspropositos declarados de caracter moralizante, hay un in-tento vclado de defender a Cesar, atacando a Pompeyo.Aunque sin fonnar parte de los analistas, pero contem-

    poraneo, encontramos una figura notable, tal vez la masreprescntativa del pensamiento romano y que rnedito conprofundidad sobre la historia y la tarea del historiador.32

    Nos referimos, por supuesto, a Marco Tulio Ciceron(106-43 A.C.), que en su obra Didlogos del orador nosentrega su vision de la historia como: "testigo de los tiem-pos, luz de la verdad, vida de la memoria, maestra de lavida, mensajera de la Antigi.iedad".Se duele Ciceron de que la historiaescrita entre los ro-

    rnanos se desgasta en la elocuencia y cree que la historiadebe cefiirse a unas cuantas leyes:

    lQuit~n ignora que la prirnera ley de la historia es que elescritor no diga nada Ialso, que no oculte nada verdadero,que no haya sospecha de pasi6n y de aborrecimiento? .. Lanarraci6n pide orden en los tiempos, descripci6n de las re-giones, y como en los grandes sucesos 10 primero que se haconsignado es el prop6sito, 10 segundo el hecho y 10 postreroel resultado, necesario es que indique el historiador, no s61010 que se hizo y dijo, sino el fin y el modo como se hizo, ylas causas todas, dando a la fortuna, a la prudencia 0 a latemeridad la parte que respectivamente tuvieron, y no ha delimitarse a estas acciones, sino retratar la vida y costumbresde todos los que en fama y buen nombre sobresalieron. EI es-tilo debe ser abundante y sostenido, f!uido y apacible, sin laaspereza judicial ni el aguij6n de las contiendas Iorenses.

    Y por supuesto que al quejarse tanto de no haber al-canzado la cultura romana a tener un Herodoto 0 un Tu-cidides, es porque encuentra que la historia es un conoci-miento de utilidad inmediata:

    Ignorar 10 que sucedi6 antes de nacer uno, es permanecersiempre nino. lQue sentido tendra la vida human a sin laposibilidadde conectar el pasado con el presente? Piensoque la rememoraci6n de las antiguas cosas y la exposicioade los ejemplos del pasado enriquecen al discurso y Ie pro-porcionan mucha autoridad.

    Aunque Ciceron llego a una concepcion profunda de Iahistoria e incluso postul6 las reglas necesarias de comodebia escribirse, no encontro discipulos, si bien inmedia-tamente despues de Ciceron aparece el historiador nacionalde Roma: Tito Livio.

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    La epoca de la gran historiografia romanaEl fin de la segunda Guerra Punica (202 A.C.) signific6el principio de la hegemonia romana en el mundo antiguo.Las conquistas que se sucedieron rapidamente, transforma-ron la sob ria y austera sociedad romana e iniciaron ladescomposici6n de sus instituciones y de sus costumbres.Los cambios fueron, en verdad, muchos. No s610 habiacambios econ6micos al pasar la agricultura de pequefiapropiedad a un segundo plano y aparecer el latifundio,habia tambien trastomos sociales con la entrada de milesy miles de esclavos y tambien una profunda transforma-ci6n espiritual, el contacto con multiples cultos nuevosprovocaron el escepticismo y la influencia helenica, tanimportante. Todo ello condujo a la descomposici6n de larepublica en el siglo IA.C., 10 que despues de un largoperiodo de luchas civiles conduciria al establecimiento delImperio.Cuando en el afio 27 A.C. Octavio Augusto restablecela republica, en realidad esta inaugurando la nueva epoca,aunque con buen cuidado que no parezca tal. Con la pazinterna, "paz Augusta", coincide un florecimiento de laciencia y las artes, ya con un marcado caracter nacio-nalista.Tito Livio (59 A.C.-17 D.C.) vive precisamente esta epo-ca. Al servicio de Augusto siempre mantuvo cierta dis-tancia y una actitud digna que nunca lleg6 al endiosa-miento del emperador. Representa, eso si, en la historia, elempefio de Augusto de moralizar la vida romana, cosa pordemas natural para Livio, que concebia la historia comouna fuente de educaci6n patri6tica y de ensefianza de lasvirtudes civicas.Se lanzo Tito Livio a la obra ambiciosa de abarcar todala historia romana en Desde La fundaci6n de la ciudad,con ciento cuarenta y dos libros, de los cuales desgracia-damente nos quedan 5610 treinta y cinco.En Desde La fundaci6n de laciudad encontrarnos aun,adernas del empefio de ir hasta los origenes, alguna huella34

    de los anaiistas, como el hecho de narrar los aconteci-mientos por consulados. Su estilo es claro y eiegante, 10que no era poco adelanto si atendemos a las acres criticasde Cicer6n en cuanto a la forma de escribir de los histo-riadores romanos.Indudablemente se acerc6 a toda clase de fuentes dis-ponibles, tanto documentos como literatura, aunque se dacuenta de que la mayor parte de los anales pontificios yotros documentos publicos se habian perdido durante elincendio de la ciudad. Trata las fuentes con un gran senti-do critico, a pesar de que a menu do nos parece excesiva-mente credulo, por ejemplo, respecto a las leyendas de losprimeros tiempos, que narra sin mayor selecci6n 0 critica,No hay que olvidar que ve en la historia una lecci6n ypor ello, hasta cierto pun to, un tanto intocable aun en 10inverosimil, como hoy dia cuando con piedad y sentidocivico mantenemos cuidadosamente algunos mitos. Sinatreverse a resolver el problema de los origenes, se limitaa decir que en su opini6n "el origen de una ciudad tangrande y el establecimiento de un imperio que sigue enpoder al de los dioses, se debio a los had os" .No solo no critica las leyendas, sino que en su historiafrecuentemente hace intervenir a los dioses y tienen cabidainnumerables prodigios y presagios, Pero ello se debe quizatarnbien al ernpefio que tuvo Augusto de tratar no solode moralizarv.sino de establecer la piedad en los romanos.Lo que si es indudable es que da a la fortuna un papelfundamental en la causalidad historica y tal vez por ellosu obra carece de intento por ahondar en las causas y sededica con entusiasmo al relato de episodios brillantes, es-pecialmente, y con predilecci6n, belicos. IlDesde La[undacion de la ciudad resulta por eso un cantoa la grandeza de Roma, destilando hondo patriotismo.Parece querer mostrar la superioridad de los romanos ycomo desde los principios habia portentos que anunciabanla misi6n que Roma cumpliria mas tarde, unificando elmundo civilizado. Tal vision confiere unidad al procesode la historia romana, asimilando pasado, prcsente y fu-turo.

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    Muy poco sabemos de la vida de Tacite fuera de IQC;Iue

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    S.u conc~pto pragmat~co. de la historia hace que TitoLIVIO conciba que el principal objeto deesta sea "ponerante la vista, en luminoso momento, ensefianzas de todogenero que parecen decirnos: esto debes hacer en provechotuyo o en el de la republica; esto debes evitar porque esvergonzoso pensarlo 0 vergonzoso hacerlo". De ahi que sino proporciona nada mas el escribir la historia, ya resultauna g~an sati~faccion "perpet'!ar la memoria de las gran-des cosas realizadas por el prImer pueblo de la tierra".Y a pesar de su gran seguridad :en la grandeza de su

    patria, piensa que vive en una epoca decadente. Comoalgunos otros, cree que la Edad de Oro fue el periodoentre la segunda y la tercera Guerras Punicas. Precisa-mente esa idea de la decadencia moral romana es el mo-tor que Ie hace escribir historia: quiere mostrar comolas virtudes llevaron a Roma a la grandeza.Pero su fe en Roma es total, es el centro unificador y

    "nunca existio republica ni mayor, ni mas virtuosa, ni masIecunda en buenos ejemplos, ni en la que tanto hayan tar-dado en penetrar la avaricia y la lujuria, ni donde tantotiempo fueran honradas la pobreza y la frugalidad ... "Livio parecia esperar la regeneracion de la moral me-

    diante la paz que, despues de las luchas fratricidas, ofreciael Imperio. Mas, la riqueza, las conquistas y el poderio deRoma habian desplazado para siempre las antiguas tradi-ciones de vida sencilla, EI Imperio continuaba su caminoy a pesar de la descomposicion espiritual que tenia lugar,aun se habia de vivir prosperidad y victorias durante pocomas de un sigio.En la epoca que cae entre los reinados de los Flaviosy los Antoninos surge el otro gran historiador romano,Cornelio Tacite (55-120). Vive la epoca de madurez delImperio en que ya se ha estabilizado su organizacion ymas que a la expansion, tiende a la consolidacion de lasconquistas. Tacite ya no escribira con cl optimismo auningenuo de Tito Livio. sino con un gran realismo y, desdeluego, con mayor pcnetracion.36

    el mismo nos cuenta. Sabemos si que su vida se m~Vi6 enla politica cercana a la corte. Nos ha dejado dos ebras,importantes, las Historias y los Anales, asi como algunasotras secundarias, como la Germdnica y la Vida agricola.Como historiador romano que es, su obra tiene una grancalidad literaria y, a pesar de su tono muchas vcces rc-torico, nunca nos suena falso.Como historia de acontecimientos contemporaneos, susfuentes muchas veces deben haber sido testimonios orales,Sin embargo, los maneja con gran habilidad y agudezacritica. Desde luego, conocio las obras importantes y es-tuvo cerca de la documentaci6n oficial, aunque no dicenada al respecto.El problema principal al que se enfrentaba Tacite, erala cercania a los acontecimientos que iba a narrar. Esto ledio una limitaci6n de perspectiva, como a Tucidides, yle hizo ocuparse demasiado de las pequciias intrigas poli-ticas de la corte romana y perder de vista el gran procesode la historia. EI cree que esta ante una materia historicadificil de ser tratada a causa de la falta de "grandes aeon-tecimientos", y asi dice:

    Muchas de estas cosas que he relatado, 0que he de relatar,tal vez parezcan menudas e indignas de quienes se ocuparonde la historia antigua del pueblo romano. f~stostrataban deguerras importantes, de asedios de ciudades, de derrotas ycapturas de reyes, 0 si trataban de asuntos interiores seofrecian a la libertad de sus disgresiones las discordias entrelos c6nsules y los tribunos, las leyes agrarias y del trigoy las luchas entre patricios y plebeyos. Mi trabajo es in-grato y limitado. Una paz constante y poco alterada, cala-midades en la capital, un emperador poco preocupado porextender sus dominios. Y, sin embargo, no seria infructuosoexaminar estos acontecimientos, sin importancia a primeravista, de los cuales con frecuencia se originan grandes cam-bios... Antiguamente, cuando gobernaba la plebe 0cuandolos parricios iban ganando ascendicnte, era preciso conocerla naturaleza del pueblo y los procedimientos para condu-cirla prudentemente, y aqueUos que mejor conocian el es-piritu del Senado y de los grandes eran considerados como

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    sabios y conocedores de su epoca. As!'ahora, cambiadas las La historiografia menor

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    cosas, cuando todo depende del dominio de uno solo, serabueno anotar y rcferir estos hechos, porque pocos son los ca-paces de distinguir 10 que honra de 10 que degrada, 0 10que es util de 10 que cs perjudicial: por 10 demas, aunqueesto sea provechoso, da muy poco deleite. La descripci6nde las costumbres nacionales, las vicisitudes de las batallas,las muertes de los grandes jefes, mantienen y reaniman elanimo de los lectores. Pero yo tengo que presentar una su-cesi6n de mandates riranicos, de acusaciones continuas, deamistades falsas, de condenas a inocentes, de hechos que tie-nen todos analogo desenlace, y he de luchar contra la mo-notonia y la fatiga.

    Aunque se queja de la materia, que le reduce a la pin-tura de personal idades, su penetraci6n psicol6gica es ex-traordinaria y sus retratos resultan magistrales en ocasio-nes, como el de Tiberio. Le toea vivir en una epocamon6tona si se compara con la que le cupo historiar aLivio y como los actos son pequefios, habra que distinguirlos que honran, de los que degradan. De tal forma, lahistoria se convierte para Tacite en supremo tribunal, cuyojuicio es implacable. Por esto, "el principal objeto de lahistoria es el no silenciar las virtu des y despertar el miedoa la reprobaci6n de la posteridad para las acciones y losdichos malyados",La historia es, entonces, una forma de suprema justicia

    y con una gran importancia pragrnatica como leccion. Perole salta un problema a Tacite: "Me pregunto con incerti-dumbre si las cosas mortales i se desarrollan segun la vo-luntad del destino y segun una necesidad inmutable, 0 bienal azar?" Profundo problema ante el cual todo historiadory fil6sofo con verdadera conciencia historica, ha tenido queenfrentarse. No se aventura a mayores meditaciones sobreel tema, no trata de penetrar hasta los resortes profundosdel acontecimiento y llegar a conocer la uerdad absoluta.Se confonna, fie1 representante romano, con presentamossu verdad util, como ejemplo y ensefianza,38

    Contemporaneos de Tacite encontramos a gos .hi~grafoscuya celebridad impide no mencionarlos: uno gnego, Phi-tarco (46?-120), el otro, romano, Sue~on_io.(75-16~) ..Habiamos mencionado como, al prmcipio, la historiaestaba narrada en funci6n del pueblo tratado. Las perso-nalidades estaban diluidas ante los hechos gloriosos deRoma. Pero con el Imperio y el papel cada vez de mayorimportancia que desempefiaba la figura del em~erador, elhistoriador fij6 mas su mirada en las personahdades. Yahemos dicho c6mo el mismo Tacite era excelente retratista.Cayo Suetonio Tranquilo, de noble familia, mediante laamistad de Plinio el Joven, entr6 al servicio del emperadorTrajano. Mas tarde sirvi6 al empe~ador Adriano en ladirecci6n de archivos, cargo que le dio acceso a toda clasede documentos de la historia romana. De esta maneraconoci6 la vida de la corte imperial bien de cerca, como1 0 prueban sus descripciones de las costu~bres de los en;-peradores y el mismo hecho de ~~ber caldo. en desgr~~Iacon Adriano por "haberse perrnitido demasiadas familia-ridades con la emperatriz". Al ser retira~o de la cor-te inici6 la composici6n de sus obras, quiza como unasiienciosa venganza hacia el emperador 9ue 1 0 habia re-tirado. Desgraciadamente no nos ha dejado los retratosde los emperadores que conocio y sirvi6,. e~ los cualespodriamos adivinar mas Iacilmente su parcialidad. Pareceser que escribi6 varias obras, pero solame~te nos han Be-gado Los doce cesares ' > : " algunas b.reves Vidas de, Lucano,Juvenal Persio Terencio y Horacia. Los doce cesares nospresenU: una pintura completa de las .c?;tumbres del im-perio romano, aunque le falta una VISIon~enera! de lahistoria debido sobre todo a que a Suetomo le mteresaunicam~nte un individuo, el emperador. Se entretiene entodo genero de minucias y detalles, relatando a_necdotas ychistes sobre cada uno de sus augustos personajes.La importancia de Suetonio estriba en que ~a tenidoposterioffilente mucha influencia; representa el tIPO de es-

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    critor que intenta divertir, aun a costa de la insistencia tentes desde los primeros rnomentos del Imperio, fueron

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    en toda c1ase de relatos desagradables. Los emperadoresresultan un buen tema; no se enjuician ni su acruacionni su importancia, pero sabemos como eran Iisicamente,cuales eran sus debilidades y costumbres, su grado de reli-giosidad, sus gustos, cuantos monumentos inauguraron ycuantas fiestas dieron para fomentar su popularidad entrela p~ebe. Escritor ya de una epoca de decadencia, insisteprecisamente en los hechos con que los emperadores im-presionaban al pueblo. Nos describe como Augusto diomuchas fiestas populares y construyo monumentales tem-plos; como Tiberio "no sefialo su imperio con ningunmonumento de valor y los unicos que emprendio los dejosin terminar"; asimismo, nos relata c6mo Tito "no cedi6en magnificencia a ninguno de sus predecesores y asi, des- ,pues de la dedicaci6n del Anfiteatro y de la rapida cons-trucci6n de los banos pr6ximos a este edificio, dio unespectaculo de los mas prolongados y mas hermosos enel cual hizo representar, entre otras cosas, una batalla na-val en la antigua naumaquia; dio tambien un combate degladiadores y present6 en un solo dia cinco fieras de todacspecie".Plutarco, cuya obra alcanzo tambien un exito sorpren-dente a traves de los tiempos, dej6 cincuenta biografiastrabajadas en pares de un griego y un romano ---excep~tuando cuatro personajes- conocidas bajo el nombre deVidas paralelas, En .el encontramos el afan moralizantetan tipico de 1a historiografia romana, pero sus Vidasconstituyen una buena muestra de 10 que significa unaverdadera biografia; cada personaje esta situado perfec-tamente en su epoca y presenta una muestra de un tipode papel humano ante la vida.Hacia la segunda mitad del siglo II el Imperio Romanoentr6 ya en una franca decadencia. Los factores que in-tervinieron en ella son multiples, como en todo aconteci-mien to humano. Tuvieron su papel, desde luego, la crisismilitar, la econ6mica y la espiritual. Estas crisis, ya pa-40

    causadas por la absorcion de toda c1ase de ideas, supersti-ciones y religiones ajenas que propiciaron el escepticismoy mas tarde abonaron el terreno para la expansi6n de lapredica cristiana.Junto con todas las Iormasculturales, la historiografiaentr6 en decadencia. Ya bien entrado el siglo II,encontra-mos una figura interesante de comentar, no como his to-riador, pero si como teorizador de la historia: Luciano deSarnosata (120-180), que en su pequefia obra, C6mo hade escribirse La historia, fija una serie de nonnas necesariaspara hacerlo, en las que ridiculiza los vicios que encontrabaen los. historiadores de su tiempo. Considera, desde luego,que debe abandonarse el relato de 10 fabuloso y buscar 10verdadero, ya que es esto 10 que puede ser util para "pro-ceder con acierto en 10 presente". Cree de mayor valor10 visto que 10 oido, p.orque piensa que en 10 posible elhistoriador debe haber sido testigo de los hechos que na-rra, y en cuanto se atenga a 10 relatado por otros debe ircon gran cuidado y sujetandolo a una critica incisiva, tra-tando de elegir los hechos mas pro babIes.. Pero en la historia romana ya era dificil encontrar unameta, a pesar de los consejos y las satiras de Luciano. Enel siglo IV Ammiano Marcelino (330-400) quiso continuarIa obra de Tacite, cubriendo el periodo de 96 a 378. Suobra no logro del todo su objetivo, pero sus dieciocho librosal menos son una Iuente de tradici6n romana, sobre unperiodo que conocemos casi exclusivamente par los escri-tores cristianos que la historiaban.

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    tante 10 cual significaba un cambio completo en la visi6n

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    Ill. Historiograji medieval

    A PARTIR del siglo III el Imperio Romano eI?tra ~n plenadecadencia. Las razones son tantas y tan discutidas queresulta casi inutil referirlas. No cabe duda que sus huellasson notorias en todos los campos de la actividad ~UI~ana;economia, politica, cultura y religi6n. Dos aconteclml~ntosaceleran la crisis que venia viviendo el mundo antiguo:la expansi6n del cristianismo y la invasi6n de los barbarosa partir del siglo IV. . . ,Los dos eventos resultan importantes en la constltu

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    cion de Dios, con tres momentos importantes: en el pasado,la creacion con el drama de la caida; en el presente, laredencion con el drama de la crucifixion, y en el futuro,el fin de los tiempos con el drama del juicio final.La historia esta adem as dividida en edades, cada una

    distinta en su valor y contenido. Con la venida de Cristose ha inaugurado, para algunos, la septima y ultima, queal fin purgara el mal y perfeccionara el universo. Mascon ella se vive en un mundo ya viejo, del cual se sabiasu principio y se experirnentaba con resignacion .la pro-funda conviccion de la cercania de su ocaso proximo.En suma, la historia, a pesar de la libert~d del hombre

    para pecar, ha sido total mente prcdetermlll.ada y comotodo se dirize a su fin, la historia se convierte en unalinea recta que conduce hacia un destino unico. ~si sedesenvolvia y terminaba el circulo ete:no ?e los ~ntIguos.Para el cristianismo el drama de la historia consiste, pre-cisamente, en que sucede solarnente una vez, no ~e :epitenunca. Tambien desaparece el azar ; los acontecirruentosestan dirigidos pOl' una inteligencia supe~or, la Providen-cia. No quiere decir que los eventos pierdan completa-mente su importancia, sino que la tienen solo como uneslabon del proceso iluminado hacia la figura de Cristo.El pasado todo, era el teatro de sucesos efimero~, 9ue

    no cobraban sentido sin relacionarlos a los acontecirmen-.tos historicos divinos, los unicos verdaderos. De esta ma-nera todas las manifestaciones del pasado contienen lapromesa de Cristo, 0 bien resultan consecuencia de suvenida,Antes del acontecimiento central, la redencion, existie-ron dos historias, la sagrada, que preparaba el adveni-mien to de Cristo, 0historia verdadera, y la profana, quecobra sentido solo en relacion con la sagrada. Despues dela venida de Cristo las dos historias constituyen ya unaunica historia, porquc ya no hay 'pueblo elegido,. ahoratoda la humanidad es pueblo elegido, el Evangeho am-para a todo el orbe sin impedimento alguno.44

    mtento de precision en cuanto a tiempo y espacio, porqueel acontecer en si no tiene importancia: ..su sentido 1 0 en-eierra solamente la referencia al plan divino. A pesar deello, la historia posterior Ie debe una gran aportacion a lahistoriograffa medieval: la cronologia, basada en el naci-rniento de Jesus y originada en el empefio de dividir los.tiempos de acuerdo con el punto central de Ia historiacristiana.

    La patrlsticaCon este nombre se conoce al periodo cultural cnstianodurante los ocho prirneros siglos de nuestra era. Los pri-meres padres de la Iglesia realizan la obra formidable dedefinir la posicion cristiana, sostienen polemic as, hacen laapologia del cristianismo y sistematizan sus conceptos.La historia se presento, en los primeros tiempos cris-

    banos, como un conocimiento practicamente imposibledentro de la nueva religion . .:Como justificar la dedicacional estudio de realidades roman as en el pasado, si esta vidaes meramente un transite hacia la verdadera? Dentro deestas limitaciones, la {mica historia posible era la sagrada,pero ella se mezclaba con la teologia. La defensa de laautonornia de la historia, frente a la nueva doctrina, sedebe tambien a uno de los Padres de la Iglesia.Eusebio de Cesarea (265-339), tambien conocido comoPanfilio, vive en el Bajo Imperio Romano en un periodoque empieza a sefialar la desintegracion de la unidad [9_man~ e~l se destacan los emperadores Dioclesianoy-c0nstan tmo.Co~ntino (emperador de 325-337) y el Concilio

    de Nicea, presidido pOl' el en 325, el cristianismo pasa de!a epoca de las persecuciones a la del afianzamiento de sufuerza. A Eusebio Ie toea vivir en un periodo de un cris-tianismo casi triunfante, hecho que no tiene poca influen-ria en su pcnsamiento, puesto que va a tener la vivencia

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    de que el fin de la historia se esta consumando con el 43~). Se ha dicho que es el Ultimo hombre antiguo y el

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    triunfo de Cristo y de su Iglesia.Eusebio nos leg6 dos principales obras: la Cr6nica (Ca-nones cronol6gicos y epitome de la historia universal delos griegos y barbaros) y la Historia Eclesidstica. Ademas,dej6 varias otras obras hist6ricas y un panegirico a lapiedad del emperador, en su Vida de Constantino. ,La Cr6nica contiene un resumen de la historia profana

    y unos cuadros que muestran paralelamente los hechosprofanos y religiosos desde Abraham hasta Constantino.Este libro sirvi6 de modelo durante toda la Edad Media.La Historia Eclesidstica se ocupa de la historia de la

    Iglesia, desde Cristo hasta la epoca de Constantino, prc-cedida de una introducci6n en el Libro I, en que exponelos antecedentes en el Antiguo Testamento.Como queda ya mencionado, la importancia de Euse-

    bio estriba en separar la historia de la teologia, el misrnose da cuenta de la novedad de su trabajo: .

    Porque siendo nosotros los primeros en acometer este asuntointentamos ahora avanzar por lIT! camino nuevo, no trilladotodavia por ningunos pasos, esperando y deseando que ha deacornpafiarnos el mismo Dios en calidad de guia de nuestroviaje y que nos ha de ayudar el poder de Cristo... Meparece haber emprendido este trabajo impulsado POT ciertanecesidad, puesto que me es de sobra conocido que hastaaqui ninguno de los escritorcs eclesiasticos ha emprendidoesta clase de escritos.

    La Figura de Cristo es la base de su comprension de lahistoria universal. La historicidad de Dios-Hombre justi-fica su interes por el pasado; asi, todo esta visto en fun-ci6n de la redenci6n. La historia marcha, por supuesto,hacia el triunfo de la Iglesia y su finalidad es, como enlas batallas, la "defensa de la verdad y de la religion, masbien que para proteger la pat ria y los hijos".No obstante la importancia que Eusebio tiene para lahistoriografia cristiana, la Figura mas destacada de la pa-tristica es la del Obispo de Hipona, San' Agustin (354-46

    prImer acabado cristiano, afirmaci6n que no deja de tenermucho de verdad, ya que el traz6 una verdadera lineadivisoria entre los dos mundos y contribuy6 notablernentea la construcci6n organica de la religion cristiana.Nacido en Numidia se educ6 dentro de la cultura cla-

    sica. Durante su juventud se adhiri6 a la secta maniqueay en Milan se convirti6 a la nueva religion por interven-ci6n de San Ambrosio. Al volver al Africa se orden6 yalcanz6 la jerarquia de obispo. Muri6 en su ciudad du-rante el asedio de los vandalos a Hipona, habiendo vistola ~aid~ ~e. Roma ~n poder de! :-risigdolarico, que pa-recia significar el fin de los VleJOSnempos y el anunciode la llegada de la nueva epoca, de la verdadera victo-ria de la Iglesia.San Agustin presenci6 las acusaciones que los miembros

    de los viejos grupos filos6ficos lanzaron contra el cristia-nismo como causante del gran desastre. Ello Ie hizo escri-bir su libro La Ciudad de Dios, en el cual, con los ele-mentos de la cultura clasica, iba a rebatir las acusacionesde los gentiles a la religion cristiana.

    En el entretanto, Roma Cuedestruida por la invasi6n e im-petu arrollador de los godos, acaudillados por Alarico. Losadoradores de muchos dioses falsos, cuyo nombre, corrienteya, es el de paganos, ernpefiados en hacer responsable dedicho asolamiento a la religion cristiana, comenzaron a blas-Iernar del Dios verdadero con una actitud y un amargordesusados hasta entonces. Por 10 cual, yo, ardiendo en elcelo por la casa de Dios, tome por mi cuenta escribir estoslibros de la Ciudad de Dios contra sus blasfemias 0errores.

    Precisamente en bu~ca de las pruebas con que defendera los cristianos se introduce a la historia. La obra tieneveintid6s libros, de los cuales los diez primeros son de ver-dadera polernica para combatir las blasfemias de los gen-tiles. Sostiene San Agustin que el desastre no puede deberseal cristianismo, porque Roma habia padecido numerosascalamidades antes de la vcnida de Cristo. Por otra parteprecisa: "no llamarlas calamidades sino mutaciones e~

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    ~a~cir, r e f I e : j o s de la voluntad divina. La historia entera la comunidad tcrrena, aquella que prefiere los bienes deeste mundo a la verdad, Con Cristo y la Redencion la

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    est! detenninada por la Providencia". "La historia, antesde realizarsc en el tiempo, ha florecido en la eternidad,en el consejo de los pensamientos divinos." EI discursode la historia es misterioso, pero hay suficientes seiialesque nos permiten conocer la voluntad de la Providencia.Par~ e! es claro .que la grandeza de Roma perseguia

    una Iinalidad especial: favorecer con la unidad existentela predica de la fe cristiana.Los ultimos doce libros abarcan la parte historica, desdeI~ creacion hasta el fin de los tiempos. Los primeros cuatro

    libros de esta segunda parte explican el origen de las ciu-dades, primero en el cielo con la rebeli6n de los angelesy mas tarde en la tierra con el asesinato de Cain. Ahi seinicia la cxistencia de dos comunidades: la Ciudad deDios y la Ciudad Terrena, las cuales coexisten mezcladasy a cuya dualidad se debe el mecanismo profundo de lahistoria.P~:a .el obispo de Hipona el hombre, es un ser especial:

    eqUl,hbno entre d?s ~aturalez.as contra~las, la angelica y labestial; .1 0 cua,l ~I bien c~nvlerte su vida en una agonia,Ie permite decI~lr su destino, Con tal concepci6n se creandos problemas Imp?rtant~s par~ San Agustin, EI primeroes exphcar el, fUnC!Ol:amlento slm~1tan~o de libertad per-sonal y prooidencialismo en la historia, Explica queelhombre, como persona, es Iibre de tomar el camino de lav.en;lad 0 el del pecado, pero escoja uno u otro, contribuyesiempre a la realizacion de la voluntad divina. EI segundoproblema es el de la existencia del mal, que podia inter-pretarse como una imperfeccion de la obra divina. SanAgustin afirma que el mal no ha sido creado sino queaparecio con el hombre cuando este no supo g~bernar sunaturaleza bestial por medio de su naturaleza angelica, Lamuerte es el castigo a su falta, aunque no es una muerteverdadera, sino un trdnsito a la otra vida, la vida ver-dadera.En los Iibros XV a XVII describe el autor el discurso

    de las dos ciudades. Paralelamente se desarrollan lavida de la comunidad de Dios. 1'1 pueblo de Israel, y48

    humanidad entera se convierte en pueblo elegido; la dias-pora representa el cambio de la naturaleza de la historia,con ella esta palpable que la gracia ya alcanza a toda lahumanidad. Solo queda pendiente un hecho hist6rico, eltriunfo compJeto de la Iglesia, para concluir el procesodel plan divino de la historia.Los ultimos cuatro libros nos Bevan a la metahistoria,

    a la liquidacion de la humanidad y la separacion de lasdos ciudades hacia el cumplimiento de sus destinos.EI proceso mismo de la historia se llevara a cabo ensiete edades, tantas como dias de creacion, La primera"se cuenta desde Adan hasta el diluvio". La segunda,desde el diluvio hasta Abraham. Una tercera, desde Abra-ham hasta David. La cuarta, hasta el cautiverio de Ba-bilonia. La quinta, desde tal hecho "hasta el nacimientotemporal de Cristo". La sexta "transcurre ahora y nodebe ser cortada a un numero determinado de generacio-nes, por razon a estas palabras: No os corresponde a uos-otros conocer los tiempos que el Padre tiene reseroadosa su Poder. Tras esta, Dios descansaria como en el diaseptimo".

    Basta decir que la septima sera nuestro sabado, que no ten-dra tarde, .que concluira en el dia dominical, octavo dia ydia eterno, consagrado por la resurrecci6n de Cristo y quefigura el descanso eterno, no s610 del espiritu, sino tarnbiendel cuerpo. Alii descansaremos y veremos; veremos y arna-remos; amaremos y alabaremos. He aqui la esencia del finsin fin, y ique fin mas nuestro que arribar el reino que notendra fin!

    Historiografla bizantinaDesde el siglo IV, cuando ya los barbaros empezaban apresionar sobre las fronteras, Teodosio decidio dividir elImperio Romano para su mayor defensa. A pesar de ello,el Imperio de Occidente cay6 en poder de sucesivas ondas

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    de invasores germanicos a principios. del siglo v. La orga-nizaci6n romana fue destruida y aunque parte de la cultura trucci6n del Imperio, efectuado por Justiniano (527:56~),

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    iba a sobrevivir la {mica instituci6n que resisti6 la inva-si6n fue la Iglesia, Por ello, en Occidente,su supremaciafue tan grande cuando los reinos germanos. se empezarona formar, La Iglesia, que les llevaba ventaja en la e~pe-riencia administrativa heredada a su vez de la orgamza-ci6n imperial roman;, logr6 sujctarlos. ~o s610 relig.io.s~-mente sino aim politicamente. EI dominio de la religioncristiana produjo una sujeci6n de la cultura clasica. enforma total; subsisti6 s610 aquello que la nueva doctrinamisma asimil6.En cambio, en el Imperio de Oriente se logr6 res!stir

    la invasi6n de las tribus barbaras, No hay que olvidarque Constantinopla no cay6 ?ajo un poder inv~sor hastael siglo xv (1453). EI Impeno RO.mano d~1 Onent~, quesiempre habia tenido una mayor .mfluencla del ~nego yde la cultura griega, una vez desmtegrada la umdad, sefortaleci6. Pero ademas de esta diferencia hubo algunasotras importantes, tanto en el aspecto politico como en elcultural.El cristianismo se extendi6 tarnbien por el Imperio delOriente, pero el dominio sobre ~as almas no s!gnific6el dominio politico, porque la 'Iglesia no se encontro, comoen el Occidente, sobreviviente organizada Y , fuerte ante unvacio politico-religioso, sino por cl contra~lO, frente ~ .l~sinstituciones bizantinas estructuradas a base de la tradicionromana. La Iglesia, por tanto, tuvo que pl~garse al ~oderdel Estado. De ahi, no s610cl diferente rnatiz de relacionesentre el Estado y la Iglesia,. sino el hecho. mismo de quela cultura chisica se mantuviera presente vivarnente, aun-que con las transformaciones obligadas por la aceptaci6nde la doctrina cristiana.El contacto con la tradici6n historiografica griega dio

    por resultado una evidente superioridad critica y adernasse mantuvo mas apegada a intereses mundanos.El principal hist~ri.ador bizantino ('s. Procopio de Cesarea(siglo VI), que viviendo durante eJ mtento de la recons-50

    fue secretario de uno de sus grandes generales, Bel~san

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    el religioso. Por ello la producci6n medieval es un tantopobre y se reduce ados formas: las cr6nicas y los anales,en donde se hacia un registro de los acontecimientos masimportantes del afio, a la manera de los registros que sellevaban en la epcca de los romanos.Pero los acontecimientos mismos hicieron que el hom-bre volviera otra vez a centrar sus miradas en su personay en este mundo. Las luchas entre la Iglesia y el Estado,tanto como el contacto mas cercano entre los diversosgrupos europeos, iban a empujar el progreso de una nuevahistoriografia profana.

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    IV. Historiografia del RenecimientoLAS CRUZADAS(1096-1270), promovidas inicialmcnte conun ferviente prop6sito cristiano, significan, a la vez quela culminaci6n de la vigencia de las creencias cristia-nas, la iniciaci6n de la crisis de las mismas. El hombreeuropeo entraba en contacto con la vida bizantina, quehabia mantenido el gusto por los refinamientos mundanosy se asomaba a otras culturas, 1 0 que Ie despertaba unanueva curiosidad por los hombres y el mundo.En la historiografia podemos seguir el proceso de inte-

    reses cada vez mas y mas humanos. Las Cr6nicas iniciadasantes, desde la creaci6n del hombre, empiezan a ser substi-tuidas por historias de reinos y ciudades. Las hagiografias,que antes centraban su relato en la milagreria, vienen a scrreemplazadas por simples biografias. Un ejemplo muy elo-cuente de la -revolucion que se efectuaba en el criteriocon que se empezaba a trabajar la historia, 1 0 representa elrey Alfonso X, el Sabio (1221-1284), que organiza equi-pos de colaboradores para estudiar toda clase de fuentesbiblicas, arabes, medievales, necesarias para realizar laredacci6n .d~ la Primera cT7.nica general de Espana.El movnrnento lento de despego de Dios" se va a ace-lerar a partir del siglo XVI, notandose cad a vez mas acusa-damente un individualismo y un interes grande en la na-turaleza y el mundo. El individualismo es evidente en elhecho de que empiezan a desaparecer las obras an6nimas.Ahora un pintor, escultor 0 escritor deja siempre su firmaen la obra, muestra de que ya no esta enteramente diri-gida a Dios, sino a los otros hombres. E1 gusto por la na-turaleza, pecaminoso para el cristiano, empieza a justifi-carse como interes por "la obra de Dios".~a sec_ularizaci6n de la c~ltura hace que aparezcan lossabios laicos, que ya no se mteresan en temas religiosos y

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    que centran mas y mas interes en .el hombre y sus. ~?sibi-lidades en este mundo. El gusto rmsmo J>C?r1~,An~guedad toricos romanos, marcadamente moralizante, presentando

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    no solo va a ser consecuencia de la admiracion, _8lno unanecesidad de volcarse a una epoca no contaminada ?ecristianismo. Tales ideas hacen que el pensamlent? hi~-torico cambie totalmente. En primer lugar, la historiapierde su caracter de mostracion de Dios p~ra. volve: aser practica, (It!l, c~n 10 que. s~ devuelve la dlgmd~d cice-roniana a la historia, Se elimina desde luego la Idea deque la provide~cia ?etermina el curso de laohis~oria, parabuscar un sentido mmanente al proeeso historico huma-no. Tambien se excluye el universalis?Io cristiano paravolver a un interes particular. Por ultimo, s.e cree. ~n laverdad 10 que se pone en dud a es el cammo utilizadohasta ~hora para encontrarla. En realidad, el problem.amas importante de ,los tiempos mode:nos va a ser precI-samente este la busqueda de un metodo adecuado, yaque no se du'da de que la razon sea capaz de alcanzar laverdad.

    El humanismo. Los precursoresItalia con su caracteristica fisonomia de unidad espiri-tual ~ division politic a, sus ciudades ~ro~peras y su I:asadograndioso, va a ser la cuna del movirruento que sefialarala entrada a los tiempos modernos.Toea a Francisco Petrarca (1304-1374) iniciar el caminode renovacion de la historiografia, ~us obras, H ?mbresilustres y De las cosas memorable~> tienen ya un intentosecularizante, a la vez que una busq~eda del pasado porFuentes que no son las Sagrad~s Escrituras, Todo 10 co~-trario, una gran par.te .de su vida fue, oeupada en la revi-si6n de archivos y bibliotecas en la busqueda de las obrashist6ricas clasicas perdidas. Su finalid~d era c0l}0cer me-jor el pasado de grandeza de su patna, c~nsolandose enesa forma de la division y "anarquia floreciente" que erala Italia de su tiempo. Su tono es, como sus model os re-54

    siempre los hechos del pasado como ejemplos.Petrarca hizo un discipulo que significo un nuevo avanceen la iniciacion de los intereses de la cultura, Juan Bo-ccaccio (1313-1375). Como historiador nos dej6 tres obras,Vida de Dante, Vida de Petrarca y Mujeres ilustres. Esteultimo libro, que pretendia ser 1111 complemento del dePetrarca, no menciona mujeres hebreas, ni santas cris-tianas, mostra:ndo abiertamente su deseo de absoluta in-dependencia de la religion. Tarnbien Boccaccio dcdicolargos desvelos a la busqueda de escritos perdidos, tradu-ciendo, asimismo, la Cuarta decada de Tito Livio, taninspiradora de la historiografia renacentista.

    El marco hist6ricoEI siglo xv, ya plcnamente renaccntista, presentaba uncuadro interesante. Frente a la unidad cristiana de laEdad Media, Europa despertaba a un individualismo na-cional en que se gestaban los estados modernos. Despuesde la larga guerra de Cien Afios, Inglaterra y Franciaentraban en un periodo de hegemonia monarquica conun sentimiento nacional. Espana, que termina durante esemismo siglo con los siete de invasion musulmana, practi-camente unificada en 1479, iniciaba su expansion po-litica.Italia presentaba un aspecto diferente, dividida en p e _quciios estados florecientes y, a pesar de los multiples

    intereses encontrados, en paz hasta poco antes de terminarel siglo. La calma reinante, aunque aparente, permitiouna magnifica floracion espiritual, 10 que no fue obstaculopara que ltalia fuera el botin codiciado por los dos fuertescstados colindantes.Maquiavelo

    En ese escenario de transite, de grandes cambios y dondebajo las apariencias de una frivolidad y optimismo des-55

    bordantes hullian grandes inquietudes; va a vi.....r Nicolas giiistica y cultural para hacer un Estado. Lo que faltaha

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    Maquiavelo. , .Nacido en 1469, comenzaha su carrera politica en elgobierno de la Comuna, a raiz de la caida de Savonarola.Ahi tenia oportunidad de ver de cerca las fuerzas q~e mo-vian no s610 a Florencia sino a la Europa de su tiempo,sobre todo porque estuvo encargado de varias misionesdiplomaticas dentro y fucra de Italia. Producto de esasexperiencias habian de ser sus dos libros, Retrato de lascosas de Francia y Retrato de las cosas de Alemania, dondeya destaca su peculiar agudeza para analizar el caracterde los hombres. En las mismas misiones habia de conocery tratar de cerca a Cesar Borgia, que Ie causaria un granirnpacto con sus definidos puntos de vista y ambicionessobre Italia.Convencido de que la debilidad politica de Florencianecesitaba de una fuerte personalidad, apoy6 la politicade Soderini. De tal modo que, a la caida de este en 1512,Maquiavelo caeria tambien en desgracia. No s610 fue de-puesto sino que, acusado de conspiraci6n, fue torturado.Comprobada su inocencia se Ie permiti6 retirarse a SanCasiano, donde para refugiar sus frustraciones politicas sededicaria a escribir. Ahi irian surgiendo sus obras, desdeuna novela, La mandragora, pasando pOl' sus escritos poli-ticos, Discurso sobre la primera decada, de Tito Limo, Delarte de la guerra y El pr inc ipe, hasta sus obras historicas,Vida de Castrucio Castracani e Historia de Florencia. Des-pues de lograr volver a Florencia, muri6 en 1527.De inmediato se advierte que la preocupaci6n de Ma-

    quiavelo es la situaci6n politica de Italia. Su actuaci6nIe perrrpte formular una doctrina politica, pero cuandoen la practica esta parece fracasar, para demostrarse a simismo que no esta equivocado, se lanza a la historia enbusca de pruebas para apoyarla. La amplitud de su visi6nhist6rica y su maravilloso don para reconocer las grandesconexiones historicas le permitieron darse cuenta del Ie-norneno que estaba teniendo lugar en su tiempo: el nac.i-miento del Estado modemo. Se cia cuenta de que Italiacuenta con todas las condiciones de unidad racial, lin-56

    segun sus calculos, era un hombre fuerte capaz de rea-lizarla .. Obsesionado, analiza las causas que obstaculizanla realizaci6n de sus suefios. Para Maquiavelo una de lasmayores trabas para la consolidaci6n del Estado es laexistencia de tropas mercenarias. Encuentra en la Primcradecada de Tito Livio el relato de c6mo se constituv6 elejercito romano y Ie sirve, de base para una serie de I~edi-taciones alrededor de la necesidad de un ejercito nacional.Su experiencia politica Ie permi te_tarnbien desarrollartoda una teoria de c6mo debe ser un buen gobernante.

    Ante todo, el principe tendra que ser fuerte; no importaque no sea amado, si es temido. Debe perseguir, sin im-portal' los .m~d!os, la grandeza del Estado, que para eles algo casi divino. EI gobernante malo es aquel que diri-ge tod?s su~ es~uerzos hacia su propio engrandccirniento;pero Sl la Iinalidad del ernpefio es la patria, no importaya que clase de medios e instrumentos se usen, todo eslicito y el principe es bueno, porque es "patriota".Hayen Maquiavelo, por tanto, una cierta identifica-ci6n entre historia y politica, puesto que es en esta ultima

    en donde el hombre logra su plenitud. La historia vuelvea ser la escuela del poder, algo practice y util. En el estu-d.io ~e su~ complicados proce~os aprendemos en las expe-ricncias ajenas, 10 cual es posible porque hay siempre unarepetici6n. Tal repetici6n se debe a que la indole human aes siempre la misma; por debajo de sus actitudes deter-minadas por la civilizaci6n subyace una esencia en elhombre, sus instintos de conservaci6n y sus impulsos voli-tivos de dorninio,De la limitaci6n del hombre de desear siempre muchoy poder alcanzar poco surgen la violencia, el movimiento,del cual sobreviverr s610 los mas fuertes y mejor dotados:los heroes. Son estos los que cumplen verdaderamente sudestino, dominar sus impulsos para dirigirlos mediante clcon.trol de suovoluntad racional. EI hombre, pues, debeaspirar a realizarse en esta tierra.Esta ya d:~inida la con~raposici6n a la Edad Media, ya

    ha hecho cnSIS,y se ha afirmado la terrenalidad del hom-57

    bre. L~ historia empieza a ser historia natural no dirigida 14?7), con su Historiade Alfonso I, rey de Napoles. EIpnmero, aunque dentro de la corriente humanista explo-

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    GuicciardiniFrancisco Guicciardini naci6 tarnbien en Florencia en~483, y ;nuri6 .en 1540. De menor talla como pensado~, suinfluencia fue irnportante a traves de su Historia de ltaliaya que la Historia Florentina fue mantenida en secret~hasta ~l siglo XIX. Aunque mas apegado a la politica enpe9ueno que a la de altura, a la -:;ue era aficionado Ma-quiavelo, a menudo es capaz de juicios mas certeros.Una .de su~ grandes intuiciones fue el lograr sobrepasarel particularismo a que obligaba la historia humanista

    haciendo historia de todo aquel conglomera do de estadosque era la, I.talia de su tiempo. Aunque aun conserva laforma analitica para tratar los hechos sus razonamientospoIi.t~cos}e quitan pesadez y Ie dan agilidad. Su preocu-paclOn gira constantemente sobre dos ternas: politica yguerra. Pero a pesar de que tiene cuidado de mantenerse~n. ~iertos limites,. c?mo buen diplomatico, su agudeza de]UlCIO y su conocirruento de los movimientos politicos quele fueron contemporaneos Ie hacen entregarnos una pin-tura muy completa de su tiempo.

    La historiografia humanista en Italia[uera de FlorenciaEn Florencia la historiografia se desarrollo libremente ypor un llamado de caracter patri6tico. En cambio, en lasotras partes de Italia, fue hecha a menudo por encargode los gobernantes.E.n ~al??les, por ejemplo, la historiografia se vio antela limitacion de tener que defender los intereses dinasti-cos. Entre los principales historiadores napolitanos tene-

    mos a Lorenzo Valla (1407-1457), autor de la Historiade Fernando I, rey de Aragon y a Bartolome Facius (1407-58

    t6 la