UNIVERSIDAD RAFAEL LANDÍVAR Facultad de Humanidades Departamento de Psicología “Prevalencia del Síndrome de Burnout en Médicos Residentes de tercer año del Hospital Nacional Pedro de Bethancourt” TESIS CINDY YOLANDA MARTÍNEZ RIVERA Carné 21055-06 La Antigua Guatemala, 18 de enero de 2012
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UNIVERSIDAD RAFAEL LANDÍVAR
Facultad de Humanidades
Departamento de Psicología
“Prevalencia del Síndrome de Burnout en Médicos Residentes de tercer año del Hospital Nacional Pedro de Bethancourt”
TESIS
CINDY YOLANDA MARTÍNEZ RIVERA
Carné 21055-06
La Antigua Guatemala, 18 de enero de 2012
UNIVERSIDAD RAFAEL LANDÍVAR
Facultad de Humanidades
Departamento de Psicología
“Prevalencia del Síndrome de Burnout en Médicos Residentes de tercer año del Hospital Nacional Pedro de Bethancourt”
TESIS
Presentada ante el Consejo de la Facultad de Humanidades
Por:
Cindy Yolanda Martínez Rivera
Previo a optar al título de:
Psicóloga Clínica
En el grado académico de:
Licenciada
La Antigua Guatemala,18 enero de 2012
AUTORIDADES UNIVERSIDAD RAFAEL LANDIVAR
Rector P. Rolando E. Alvarado López, S. J. Vicerrectora Académica Dra. Lucrecia Méndez de Penedo Vicerrector de investigación y Proyección P. Carlos Cabarrus Pellicer, S. J. Vicerrector de Integración Universitaria P. Eduardo Valdés Barria, S.J Vicerrector Administrativo Lic. Ariel Rivera Irías Secretaria General Licda. Fabiola de la Luz Padilla
AUTORIDADES DE LA FACULTAD DE HUMANIDADES
Decana M.A. Hilda Caballeros de Mazariegos Vicedecano M.A. Hosy Benjamer Orozco Secretaria M.A. Lucrecia Elizabeth Arriaga Girón Directora del Departamento de Psicología M.A. Georgina Mariscal de Jurado Directora del Departamento de Educación M.A. Hilda Díaz de Godoy Directora del Departamento de Ciencias de Ciencias de la Comunicación M.A. Nancy Avendaño Directora del Departamento de Letras y Filosofía M.A. Ernesto Loukota Representantes de Catedráticos Lic. Ignacio Lacleriga Jiménez Representante ante Consejo de Facultad Licda. Melisa Lemus
Asesora de Tesis Licda. Victoria Cabrera
Revisora de Tesis Licda. Cynthia Brenes
Dedico este logro a los cuatro pilares más importantes de mi vida: a mi padre, por fomentar en mí un espíritu de lucha, fortaleza e
independencia; a mi madre, por todo el amor, energía y carisma entregados incondicionalmente día a día; a mi hermano,
por su apoyo en todo momento, por cada palabra de ánimo, por llenar mis días con sonrisas y por todos sus cuidados; a mi hermana, por ser
cómplice y motivación en este y muchos otros retos, por su paciencia y positivismo�
a cada uno de ellos por mantenerse a mi lado, por ayudarme a culminar esta etapa y por demostrarme su amor a través de cada detalle.
Y especialmente a Dios, por ser el cimiento de este éxito, por otorgarme la sabiduría necesaria para triunfar,
por su fidelidad y sus bendiciones reflejadas en mi vida, pero sobre todo por su infinito amor.
“El que alguien toque mi vida es un privilegio, tocar la vida de alguien es un honor� pero el ayudar a que otros toquen
sus propias vidas, es un placer indescriptible.”
-Anónimo-
ÍNDICE
CAPITULO I Introducción............................................................................................... 2 Marco Teórico .......................................................................................... 3 CAPITULO II Planteamiento del problema ..................................................................... 21 2.1 Objetivos ............................................................................................ 22 2.1.1 Objetivo general .............................................................................. 22 2.1.2 Objetivos específicos ....................................................................... 22 2.2 Hipótesis ............................................................................................. 23 2.3 Variables de estudio ............................................................................ 23 2.3.1 Definición conceptual de la variable de estudio ............................... 23 2.3.2 Definición operacional de la variable de estudio ............................. 24 2.4 Variables intervinientes ...................................................................... 24 2.5 Alcances y limitaciones ...................................................................... 24 2.6 Aportes ............................................................................................... 25 CAPITULO III Método ..................................................................................................... 26 3.1 Sujetos ............................................................................................... 26 3.2 Instrumento ........................................................................................ 26 3.3 Procedimiento .................................................................................... 28 3.3 Diseño y metodología estadística ...................................................... 29 CAPITULO IV Presentación de resultados ...................................................................... 30 CAPITULO V Discusión de resultados ........................................................................... 40 CAPITULO VI Conclusiones ............................................................................................ 46 CAPITULO VII Recomendaciones .................................................................................... 48
CAPITULO VIII Referencias Bibliográficas ........................................................................ 50 ANEXOS Anexos ..................................................................................................... 56
R E S U M E N
El objetivo de este estudio consistió en identificar la prevalencia del Síndrome de
Burnout y determinar los niveles alto, intermedio y bajo de cansancio emocional,
despersonalización y realización personal que presentan los médicos residentes de
tercer año de las especialidades de medicina interna, gineco-obstetricia, pediatría y
traumatología del Hospital Nacional Pedro de Bethancourt de Antigua Guatemala
durante el 2011.
El presente estudio de tipo descriptivo, se llevó a cabo en un espacio de tiempo
determinado, y se utilizó como instrumento para la obtención de datos el cuestionario de
medición MBI -Maslach Burnout Inventory- autoaplicado a 20 médicos residentes de
diferente especialidad y sexo.
Posteriormente, los resultados fueron analizados, interpretados y presentados
por medio de tablas y gráficas, a través de los cuales se pudo concluir que no existe
prevalencia del Síndrome de Burnout en la población estudiada.
Sin embargo, con respecto a los indicadores del Síndrome de Burnout que
presentan los médicos residentes de tercer año, el 15% se ubica en un nivel alto de
cansancio emocional, el 20% en un nivel alto de despersonalización y el 30% en un
nivel intermedio de realización personal, siendo en su mayoría sujetos de género
femenino quienes se ubican en estas escalas.
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I. INTRODUCCIÓN
Aunque desde hace más de treinta años se habla de lo que hoy se conoce como
Síndrome de Bournout, éste ha tenido un incremento significativo en la actualidad,
probablemente debido a la exposición permanente en la que el ser humano se
encuentra ante factores estresantes y emocionales relacionados íntimamente con el
trabajo diario y con el ritmo de vida acelerado.
Debido a que muchas personas ignoran lo que este término conlleva y
desconocen que pueden ser víctimas del Síndrome de Bournout y de sus
consecuencias físicas, mentales, emocionales, desde hace tiempo atrás se ha
generado un mayor interés en los estudios relacionados con este síndrome, los cuales
han revelado datos significativos que han puesto en alerta a los profesionales de la
salud, ya que se considera que son ellos las principales víctimas del Síndrome de
Bournout. (GeoSalud, 2007).
Los médicos desarrollan una función importante a nivel mundial, son reconocidos
por los amplios conocimientos que poseen sobre la salud y la enfermedad, y en
determinado momento el papel que desarrollan va más allá de simples personas con
batas blancas, más bien este papel implica una esperanza de vida para sus pacientes y
para los familiares del mismo, lo que puede generar en estos profesionales sentimientos
de logro, satisfacción, pertenencia, etc. Pero si en cambio de estos aspectos positivos,
el médico profesional inicia a experimentar sensaciones de desanimo, tristeza,
frustración y enojo con respecto a su profesión y al trabajo que un día realizaba tan
felizmente, se debe tomar como una señal de alarma y prestar atención a lo que ocurre.
Aunque pareciera que la vida de un médico es interesante, la mayoría de veces viene
acompañada de grandes niveles de estrés.
Además, al referirse a los médicos de Guatemala, se debe sumar a este estrés
cotidiano la idea de enfrentarse a diario con el tema de la muerte, aumento de la
demanda, el hecho de laborar en instalaciones no adecuadas para el trabajo que
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realizan, la falta de insumos para los pacientes, extensos horarios de trabajo,
inestabilidad económica que los lleva a múltiples trabajos que los alejan día a día de la
vida familiar y social, entre muchos otros factores, los cuales al integrarse generan un
nivel más alto de estrés que provocan en estos profesionales de la medicina un cambio
radical en la actitud ante su trabajo, realizando casi por obligación lo que un día hacían
por satisfacción, brindando una calidad de servicio muy por debajo de lo que los
pacientes esperan para poder sentirse comprendidos y de alguna manera recuperarse.
Y al pensar que las únicas personas perjudicadas con esta actitud son los médicos
mismos, se comete una equivocación, ya que aparte de los médicos se ven
involucrados sus familiares, colegas, jefes, personal que labora en la misma institución,
pacientes, familiares del paciente, etc. Es decir, que finalmente el Síndrome de Burnout
puede tener repercusiones en todo el sistema social del país.
Derivado de esto, y tomando en cuenta la importancia de la psicología como
herramienta para mantener el equilibrio en la vida del ser humano, nace la presente
investigación que aborda el tema del Síndrome de Burnout desde una perspectiva
particular.
El Burnout, aunque no con tal nombre, se definió al principio como una patología
psiquiátrica experimentada por algunos profesionales que trabajaban en instituciones
cuyo objeto de trabajo son las personas.
Bosqued (2008) señala que el término Burnout fue descrito por primera vez en
1974 por el psiquiatra Herbert Freudenberg, quien en su trabajo como voluntario en una
clínica para toxicómanos observó que la mayoría del personal que laboraba en la
misma, al cabo de aproximadamente un año del inicio de sus labores, experimentaba
algunos cambios en su actitud hacia su trabajo y en el desempeño de sus funciones,
entre éstas: pérdida de energía, desmotivación por el trabajo, agotamiento, cambios en
la manera de comportarse hacia los pacientes y/o clientes, agresividad, niveles de
ansiedad y depresión, entre otros; ante esto, Freudenberg definió estos síntomas como
Burnout.
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Posterior a esto, la Psicóloga Social Christina Maslach dio a conocer de manera
pública y oficial el término Burnout en la exposición del Congreso Anual de la
Asociación Americana de Psicología en 1976, el cual era empleado por los abogados
californianos para describir el proceso gradual de pérdida de responsabilidad
profesional y desinterés, refiriéndose a un conjunto de respuestas emocionales que
afectaban a los profesionales que brindaban un tipo de ayuda; derivado de esto,
Maslach determinó que los afectados sufrían una sobrecarga emocional. Luego de esto,
en 1981 Maslach definió el Síndrome de Burnout como: “un síndrome tridimensional
caracterizado por agotamiento emocional, despersonalización y baja realización
personal, que puede ocurrir entre individuos que trabajan en contacto directo con
clientes o pacientes” (Bosqued, 2008).
Según Bosqued (2008), dicho término ha sido traducido de diferentes maneras y
en diferentes lugares, por lo que también se le conoce como: el Síndrome del
Trabajador Quemado, Síndrome de Desgaste Profesional (SDP), Síndrome de
quemarse en el trabajo (SQT), Síndrome de Profesional Exhausto o Sobrecargado,
entre otros. De cualquier modo, el Síndrome de Burnout se considera como un
trastorno que se desarrolla en relación al trabajo y que posee una evolución que puede
dar comienzo con una ilusión por iniciar un nuevo empleo y terminar en el deseo de huir
de éste de forma desesperada y padecer una sensación de agotamiento y de
frustración que abruman al trabajador, lo que origina una reducción de la productividad
en el trabajo, pérdida de la motivación por desarrollar la jornada laboral y apatía.
El Síndrome de Burnout es un nuevo término para describir un viejo problema
que actualmente tiene mucha incidencia y que presenta un cuadro de desgaste
profesional, el cual puede afectar a todos los trabajadores que desempeñan funciones
de atención o ayuda a otras personas, las cuales pueden presentar diversos grados de
dificultad o funcionalidad; entre éstos se pueden mencionar de manera especial los
profesionales de la salud, los docentes, los magistrados y los policías, entre otros.
(Bosqued, 2008).
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Por otro lado, el Burnout se define como un síndrome de estrés crónico de
aquellos profesionales de servicios que se caracterizan por una atención intensa y
prolongada con personas que están en una situación de necesidad o dependencia, el
cual puede afectar a todas las profesiones asistenciales, pero esencialmente a los
servidores de salud y docentes. (No al maltrato y la violencia, 2008).
Ante esto, y el malestar padecido en los profesionales de la salud de algunos
hospitales por el proceso socioeconómico y el incremento de la demanda de asistencia
de la población, el Síndrome de Burnout en personal de salud se ha convertido en
objeto de numerosos estudios en los últimos años.
La revista electrónica Ser Médico (2011) y datos estadísticos, indican que el 76%
de los médicos tienen más de un empleo y una menor expectativa de vida que otras
personas con distintas profesiones. Asimismo, indican que ocho de cada diez médicos
sufren de agotamiento emocional y padecen de enfermedades diez veces más que
otros profesionales, como por ejemplo: los ingenieros. Y aunque existe una serie de
factores que se puede considerar como desencadenantes del estrés que se va
acumulando sin que la persona se de cuenta, los expertos han formulado una hipótesis
para explicar los problemas de salud que padecen quienes la asisten, la cual postula
que, debido a la intensa labor que realiza el personal médico, éstos se van desviando
de los parámetros de salud que promueven entre sus pacientes, llegando a lo que se
denomina Síndrome de Burnout.
Aunque todo trabajo conlleva un desgaste fisiológico y demanda diferentes
niveles de energía, el hecho de trabajar con personas implica una demanda mayor para
el profesional, y en el caso de los médicos, si los pacientes están gravemente enfermos,
la demanda es aún mayor.
Además, Gálvez, Moreno y Mingote (2009) señalaron que existen otros factores
como por ejemplo la necesidad de adaptación a los avances científicos y técnicos, la
presión asistencial, expectativas sociales sobre el trabajo médico, responsabilidades
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civiles y penales, entre otros; los cuales hacen aún más difícil la aplicación de
competencias profesionales y conlleva a lo que es el Síndrome de Burnout, provocando
no solo la grave limitación o pérdida de la idoneidad profesional, sino también trastornos
en la salud que pueden llegar a ocasionar desde trastornos funcionales hasta la muerte.
Por estas razones, y con el objetivo de abordar aspectos importantes respecto al
Síndrome de Burnout, han surgido diversos estudios realizados en Guatemala y que
pueden ser útiles como precedentes para la prevención, detección y/o tratamiento del
Síndrome de Burnout.
Al enfocarse en los estudios sobre la incidencia del Síndrome de Burnout en
profesionales y/o trabajadores que se relacionan con personas a quienes brindan un
servicio, se encuentran los docentes. Rodas (2004) llevó a cabo el estudio “El Síndrome
de Burnout en catedráticos de la Universidad Rafael Landívar, Facultad de
Humanidades del Campus Central”, cuyo propósito consistió en identificar la incidencia
del Síndrome de Burnout en dicha población; para lo cual se utilizó un diseño tipo
descriptivo. El proceso de dicha investigación consistió en encuestar a 216 catedráticos
humanistas de ambos sexos, comprendidos entre 29 y 58 años de edad, de diversos
estados civiles y con una experiencia laboral en la Universidad que variaba entre un
semestre y 20 años, a quienes se aplicó el cuestionario para medir el Síndrome de
Burnout, conocido como Maslach Burnout Inventory versión española, validado por seis
expertos nacionales. Luego de esto, se concluyó que los catedráticos de la Universidad
Rafael Landívar en la Facultad de Humanidades del Campus Central, presentan
incidencia de Síndrome de Burnout o Síndrome de Quemarse en tan sólo un dos por
ciento. Sin embargo, hubo hallazgos interesantes en cada una de las subescalas
medidas, ya que todas arrojaron un nivel intermedio de incidencia, que si bien no era
suficiente para diagnosticar el síndrome por su naturaleza tridimensional, se considera
significativo para tomar en consideración.
En la revisión de otros estudios sobre el Síndrome de Burnout, pero en casos
relacionados con médicos como parte de los profesionales de la salud en Guatemala,
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se encuentra el estudio realizado por Monzón (2005) “Diagnostico del Síndrome de
Burnout en los Médicos Residentes del Departamento de Medicina Interna del Hospital
Roosevelt”, en donde se establece como objetivo principal determinar si los médicos
residentes de género femenino de la Unidad de Medicina Interna del Hospital Roosevelt
presentan mayor nivel del Síndrome de Burnout que los de género masculino de la
misma unidad. Para ello se empleó un diseño transversal descriptivo y se trabajó con
una población de 23 médicos residentes participantes del programa de Medicina Interna
del Hospital Roosevelt, representando a la población masculina el 39.13% y a la
población femenina el 60.87% de la población total. Se llevó a cabo la aplicación del
Inventario de Burnout Maslach-Encuesta de Servicios Humanos en una versión
traducida, y una encuesta de datos demográficos para obtener información de la
población sujeta a estudio. A través de esto, los resultados indicaron que los médicos
residentes de género femenino tienden a presentar más signos del Síndrome de
Burnout en la esfera del cansancio emocional; en lo que se refiere a los signos de
despersonalización, ambos géneros presentan niveles bajos, por lo que no se
consideran significativos para hacer un diagnóstico de Síndrome de Burnout; en la
escala de niveles de satisfacción personal, ambos géneros muestran niveles
moderados, los cuales podrían tornarse altos o bajos si no se les presta la adecuada
atención.
Por otro lado, el estudio hecho por Ocampo (2007) “Prevalencia del Síndrome de
Burnout en los médicos residentes de los Hospitales del IGSS de la Ciudad Capital” se
realizó con los objetivos de establecer la prevalencia del Síndrome de Burnout en los
médicos residentes de los hospitales del IGSS de la ciudad capital, indicar la
prevalencia del síndrome según especialidad médica, género, edad, estado civil y año
de residencia de los sujetos, así como determinar los niveles (alto, medio y bajo) de
cansancio emocional, despersonalización y realización personal en el total de la
muestra. Se planteó una investigación de tipo descriptiva y se utilizó como instrumento
de medición el cuestionario MBI (Maslach Burnout Inventory) dirigido a profesionales de
la salud, el cual se aplicó a una muestra de 187 médicos residentes de las diversas
especialidades, de ambos sexos, comprendidos entre los 23 y 40 años de edad,
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casados y solteros que se encontraban desde el 1ero. hasta el 5to.año de residencia. A
través de dicha investigación y de los resultados obtenidos, se pudo concluir que existe
prevalencia del Síndrome de Burnout en un 06% de la muestra estudiada, siendo mayor
en las especialidades de cirugía, que ocupa el 28% de la prevalencia, medicina interna
con un 27% y pediatría con un 18%; en relación al género, el Síndrome de Burnout
mostró mayor presencia en los hombres, solteros, médicos residentes de primer año
que se encuentran entre los 23 a 29 años.
Por medio de estos estudios se puede observar que existen algunos factores que
se encuentran íntimamente relacionados con el Síndrome de Burnout, entre ellos: el
sexo, ya que algunos estudios afirman que las mujeres son las más vulnerables debido
a que estás tienen un doble rol en la tarea profesional y familiar; asimismo, el estado
civil se encuentra asociado al síndrome, ya que al parecer las personas que se
encuentra sin una pareja estable y sin hijos son los más perjudicados, en cambio
aquéllos que tienen pareja e hijos poseen mayor capacidad para afrontar problemas y
conflictos emocionales y además gozan del apoyo familiar. GeoSalud (2007).
Como bien se sabe, el Síndrome de Burnout puede afectar a diferentes
profesionales de la salud, tanto enfermeras como médicos y otros, Valencia (2008)
realizó la investigación “Síndrome de Burnout en el personal médico y de enfermería
del Hospital Centro Médico, Zona 10 de Junio 2007 a abril 2008” cuyo objetivo consistía
en diagnosticar el Síndrome de Burnout y sus dimensiones en médicos residentes,
especialistas, subespecialistas y personal de enfermería del Hospital Centro Médico de
la zona 10. Esta investigación se realizó a través de un estudio diagnóstico, descriptivo
de corte transversal con 168 trabajadores del Hospital Centro Médico zona 10, a
quienes se les administró el cuestionario Maslach Burnout Inventory (MBI). Y de
acuerdo a los datos obtenidos, el 88.8% presentan agotamiento emocional en un nivel
bajo, el 86.9% bajo de despersonalización, el 22.5% de baja realización personal y por
el contrario, el 71.3% manifestó realización personal alta, lo cual demuestra que de
manera general en esta población no hay manifestaciones del Síndrome de Burnout de
tipo clínico.
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López (2009) llevó a cabo el estudio “Potencialización de recursos personales,
grupales e institucionales para el fortalecimiento de la salud mental en el Hospital
Nacional Hermano Pedro de Bethancourt San Felipe de Jesús, Antigua Guatemala,
Sacatepéquez”, el cual tuvo como objetivo general implementar un proceso para la
promoción de la salud mental y apoyo psicológico, en las áreas de consulta externa, al
personal que trabaja en los distintos departamentos y programas agregados al Hospital
Nacional Pedro de Bethancourt, utilizando para ello una investigación de tipo cualitativo,
con una población de 200 enfermeras de las cuales únicamente se tomaron como
muestra unas 50 personas aproximadamente, entre ellas Enfermeras profesionales y
Enfermeras auxiliares; utilizando como guía para la identificación de sintomatología y
población más afectada la Escala de Maslach comprendida por tres escalas: cansancio
emocional, despersonalización y realización personal. Finalmente, se concluyó que la
atención psicológica es una alternativa que propicia herramientas para sobrellevar las
vicisitudes elaboradas en los distintos contextos que influyen en la detección del
Síndrome de Burnout, sin embargo los prejuicios sobre la atención psicológica, la falta
de apoyo institucional, el desinterés, el miedo, la poca credibilidad y la falta de difusión
interfieren en un desenvolvimiento pleno y propician la deserción, aunado a un
panorama de inmadurez en el seguimiento de terapias grupales y no solo individuales.
Asimismo, Palacios (2010) lleva a cabo la investigación de tipo descriptivo
titulada “Prevalencia del Síndrome de Burnout en personal médico del Centro Médico
Militar” cuyo objetivo consistió en diagnosticar el Síndrome de Burnout en el personal
médico del Hospital-Escuela Centro Médico Militar y su comparación con el Centro
Médico de la zona 10. En dicha investigación se trabajó con una población total que
consta de un universo de 210 personas, a quienes se les administró una encuesta
elaborada por el investigador, la cual en su anverso recogía datos sociodemográficos y
en su reverso presentaba el Maslach Burnout Inventory. Y de acuerdo a los datos
obtenidos, si existe el Síndrome de Burnout como patología en el personal estudiado,
con una prevalencia del 17%; además, la prevalencia del Síndrome de Burnout en el
Centro Médico Militar comparada con la prevalencia en el Centro Médico Militar de la
zona 10 fue de 17% y 2.4% respectivamente; en cuanto a la relación del Síndrome de
10
Burnout y el cargo laboral, se encontró que el 48% de los portadores son médicos
residentes, 41% son médicos especialistas y 11% médicos supra especialistas; según
edad y género, se encontró mayor prevalencia en hombres entre 41 a 50 años y en
mujeres entre 20 a 30 años; y en relación al Síndrome de Burnout y estado civil, el 52%
son casados y el 48% restantes son solteros.
Además, al considerar importante también el análisis de los niveles del Síndrome
de Burnout en los futuros profesionales de la salud, quienes aún se encuentran en
preparación académica pero que de igual manera llevan a cabo el desarrollo práctico de
los conocimientos adquiridos, la investigación publicada por Goldschmidt (2010)
“Síndrome Burnout en estudiantes de medicina de una universidad privada de la ciudad
de Guatemala” tuvo como objetivo estudiar la incidencia del Síndrome Burnout en
estudiantes del primero al quinto año de la carrera de Medicina de una universidad
privada de la Ciudad de Guatemala, utilizando un diseño del estudio descriptivo y de
tipo transversal. Para su efecto, se tomó como población a la totalidad de los
estudiantes de la carrera de medicina, cursantes del primero al quinto año en una
Universidad Privada de la Ciudad de Guatemala. Los sujetos del estudio estuvieron
conformados por 206 alumnos, entre las edades de 17 a 27 años, de ambos sexos,
solteros y trabajadores y no trabajadores. El instrumento utilizado en dicha investigación
fue el Maslach Burnout Inventory -MBI- Encuesta de Servicios Humanos de Christina
Maslach y Susan E. Jackson (1986), traducido al español por la Licenciada Sara Sibony
y adaptada al contexto académico por la Licenciada Anabella Contreras Czech. Este
instrumento fue aplicado colectivamente, proporcionando datos y resultados de tipo
cuantitativo. Finalmente, el estudio concluye que no existe una diferencia significativa
en cuanto al año cursado y los niveles globales del Síndrome Burnout experimentado
por los estudiantes de Medicina.
Se considera importante un estudio tomando en cuenta este tipo de población,
ya que el cambio y lo transitorio, sumado al nivel de estrés que los seres humanos
manejan cotidianamente, pueden incrementar el riesgo de desadaptación académica y
laboral.
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Algunos estudios afirman que el Síndrome de Burnout no es tan significativo en
los estudiantes de medicina, así como en los médicos especialistas; sin embargo, es
relevante señalar que los estudiantes de último año de medicina cuentan ya con
compromiso con el quehacer laboral, equiparable con el de un médico profesional, y
por tanto, de igual manera se encuentran expuestos al estrés laboral y al desgaste que
éste pueda derivar; ante esto otros estudios afirman: “La medicina no sólo quema a los
médicos; los estudiantes de medicina ya empiezan a experimentar algunos síntomas de
lo que se conoce como síndrome de desgaste profesional o Burnout antes incluso de
empezar su vida laboral” (Borda et al., 2007)
Además, el extenso horario, el multiempleo y la tensión que genera la tarea de
asistir la salud no sólo afectan las relaciones familiares y la salud del futuro y/o
profesional médico, sino también afecta gravemente la salud del paciente. La revista
electrónica Ser Médico, indica que en el 2007 se realizó una encuesta en el
Departamento de Salud Ocupacional de la Facultad de Medicina, la cual fue aplicada
entre 800 médicos residentes, a través de la cual se detectó violencia, entendida como
agresión psíquica o física, en relación a los usuarios. Se obtuvieron resultados que
muestran que un tercio de los residentes se encuentra al menos ante una situación de
agresión al mes, la mayoría psicológica; lo cual en determinado momento puede
interferir de forma negativa en la relación médico – paciente.
Flores (2003), refiere que este síndrome se produce casi exclusivamente en los
médicos, que se enfrentan muy seguido a situaciones doloras de los pacientes y al
sufrimiento de los familiares, lo que muchas veces genera en ellos sentimientos de
soledad e impotencia para abordar las grandes demandas psicoafectivas del paciente.
Todo esto repercute en la comunicación médico – paciente, la cual es vital, ya que con
una buena comunicación se obtiene la confianza del paciente, se le brinda seguridad y
esperanza; además, se le evita la soledad y ese aislamiento que tanto puede angustiar
y deteriorar psíquicamente al paciente. Sin embargo, para conseguir estos objetivos, es
necesario que el personal médico se encuentre lejos del Síndrome de Burnout, puesto
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que este síndrome amenaza grandemente su propia seguridad psicológica e impide
transmitir comprensión, calor humano y cariño.
Derivado de los resultados obtenidos a través de investigaciones anteriores
realizadas en Guatemala, se puede concluir que no todos los profesionales de la salud
y/o docentes presentarán el Síndrome de Burnout, y que éste además, se verá
influenciado por factores específicos como edad, sexo de la población estudiada,
tiempo de servicio, ubicación jerárquica, entre otros.
Asimismo, se considera importante mencionar algunos de los estudios que se
han llevado a cabo en diferentes países fuera del territorio guatemalteco.
Gomero, Palomino, Ruiz y Llap (2005) en “El Síndrome de Burnout en personal
sanitario de los hospitales de la empresa minera de Southern Perú Copper Corporation:
Estudio Piloto” plantean como objetivo identificar los trabajadores sanitarios con
Síndrome de Burnout en dicho centro de labor y aportar las características
epidemiológicas que permitan una aproximación del perfil de riesgo en el personal
sanitario. Para el estudio se entregó el Maslach Burnout Inventory al personal sanitario
de los hospitales de una empresa minera del sur de Perú, previa explicación del estudio
y se obtuvieron los siguientes resultados: se recibieron 82 (63%) cuestionarios
debidamente llenados de los 130 entregados, de los cuales 26 fueron médicos, 35
enfermeros, y 21 auxiliares de enfermería, incluyendo ambos sexos; de los cuales sólo
un médico presentó puntaje alto para cansancio emocional (CE) y despersonalización
(DP) y bajo para baja realización personal (BRP). Por lo que se concluyó que en la
población estudiada se encuentra un médico con diagnóstico de Síndrome de Burnout,
quien se caracterizó por el desarrollo temprano del síndrome y no asociado a la
realización de turnos.
Entre otros estudios significativos, Moreno, Seminotti, Garrosa, Rodríguez y
Morante (2005) en “El Burnout médico: la ansiedad y los procesos de afrontamiento
como factores intervinientes” plantean dos objetivos centrales: evaluar el nivel de
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significación de la ansiedad y las estrategias de afrontamiento en el proceso
de Burnout, y clarificar la relación empírica entre ellas. En una muestra de 130
profesionales médicos de ocho hospitales públicos de Madrid se les administró los
cuestionarios Maslach Burnout Inventory (Maslach y Jackson, 1986), State-Trait Anxiety
Inventory (Spielberger, Gorsuch y Lushene, 1988), Ways of Coping Checklist (Lazarus y
Folkman, 1984) y el Cuestionario de Afrontamiento Médico Situacional (Moreno-
Jiménez y Seminotti, 1998). Las variables independientes fueron: género, estado civil,
grupo médico, experiencia clínica, edad y especialidad. Los resultados mostraron una
relación significativa entre las variables dependientes y el género, grupo médico y la
edad mediante análisis multivariante MANOVA. El análisis de regresión por pasos
mostró resultados relevantes para determinar un modelo teórico situacional del proceso
de Burnout.
Tomando en cuenta la importancia de la salud misma de los médicos y del poco
interés que éstos muestran en ella, Peralta (2006), a través del estudio “¿Están de
guardia o están en guardia los trabajadores-de-la-salud? Estudio psicodinámico-
exploratorio-descriptivo sobre el Síndrome de Burnout” plantea como objetivo conocer
cómo evalúan los trabajadores-de-la-salud su propia salud psicofísica, poniendo el
énfasis en el síndrome de Burnout como enfermedad profesional y planteando como
novedad la relevancia de los procesos de movilización subjetiva que caracterizan el
desempeño de los trabajadores-de-la-salud; utilizando un estudio exploratorio-
descriptivo y como marco teórico integrador la Psicodinámica del Trabajo de Christophe
Dejours. Asimismo, se administraron cuestionarios semiestructurados en una Guardia
de Día del Hospital Interzonal General de Agudos de Mar del Plata, complementando
con seguimiento de registros periodísticos en diarios locales, observación de campo y
análisis de entrevistas focalizadas con informantes clave (Jefes de Guardia y
Directivos). Los resultados del análisis muestran que, a pesar de las insalubres
condiciones y medio ambiente de trabajo que caracterizan a esta guardia, los
trabajadores se movilizan activa y grupalmente para alcanzar sus objetivos: atender los
pacientes de urgencia y salvar vidas. Estos esfuerzos requieren de procesos de
cooperación, reconocimiento, iniciativa y trabajo en equipo.
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López, González, Morales y Espinoza (2007) con su estudio “Síndrome de
Burnout en residentes con jornadas laborales prolongadas” establecen como objetivo
evaluar el síndrome de desgaste profesional o Burnout en médicos residentes con
jornadas laborales prolongadas y para ello utiliza un método de estudio analítico
transversal, por muestreo aleatorio simple de médicos residentes que trabajaron ≥ 80
horas a la semana (grupo de estudio) o menos (grupo control), adscritos al Instituto
Mexicano del Seguro Social en Veracruz, Veracruz. La medición se llevó a cabo con la
escala de Burnout de Maslach presentando los siguientes resultados: la muestra
obtenida fue de 143 médicos residentes (72 del grupo de estudio y 71 del control); la
edad promedio fue de 29.6 a 2.5 años; 65% era del sexo masculino y 51%, soltero; la
antigüedad promedio fue de 2.2 a 0.7 años y las conclusiones muestran que en los
médicos residentes analizados se encontró relación entre la presencia del síndrome de
desgaste profesional y laborar jornadas ≥ 80 horas por semana.
Por otro lado, y ampliando más la población que puede verse afectada por el
Síndrome de Burnout, Rodríguez et al., (2007) en el estudio “Síndrome de Desgaste
Profesional en Médicos Residentes, Ejecutivos y Obreros de una Empresa
Manufacturera” en Venezuela, evalúo 193 médicos residentes, 35 ejecutivos y 150
obreros de una empresa de manufactura, para determinar la prevalencia del síndrome
de desgaste profesional (Burnout) en los grupos en estudio; su distribución según sexo,
edad y condición socioeconómica. Las pruebas de Maslach y Jackson (cansancio
emocional, despersonalización y realización personal) fueron aplicadas para evaluar los
eventos más frecuentes según el sexo, edad y condición socioeconómica, para
determinar si existían diferencias significativas entre los grupos. Se realizó un estudio
descriptivo y transversal. La encuesta de Graffar-Méndez Castellano se aplicó para la
estratificación social. En los resultados se observó que el síndrome de desgaste
profesional presentó índices de 33,7%, 14,3% y 18% (p<0,01) en médicos, ejecutivos y
obreros, respectivamente; afectando más a los hombres menores de 32 años. No hubo
diferencias significativas (p>0,05) en cuanto a estratos sociales. En conclusión, el
síndrome de desgaste profesional afecta más a médicos que al resto del personal de
salud.
15
Como en otros estudios donde se analizan los factores de riesgo del Síndrome
de Burnout, Soriano (2007) en la investigación titulada “Síndrome Burnout. Principales
repercusiones institucionales en el sector salud en México” presenta como objetivo
principal determinar la prevalencia del SB, factores demográficos y laborales; buscando
la relación con el desempeño hospitalario dentro de las instituciones de salud en
México. Para ello realiza un estudio observacional, comparativo y transversal, mediante
la aplicación de cuestionarios (MBI, INNN) autoadministrados y anónimos a una
población de 90 médicos psiquiatras de diferentes instituciones del sector público y
privado en la Ciudad de México, comparando el desempeño hospitalario entre ambos
sectores y confluyendo que la prevalencia del SB en médicos psiquiatras es alta, las
instituciones con mayor riesgo pertenecen al sector público y que ser hombre
representa un factor de riesgo adicional. Ambos sectores presentan factores
organizacionales específicos a la prevalencia del SB, mismos que deben ser
controlados; demostrando así la relación entre el SB y el modelo administrativo y
dirección médica en salud por parte de las instituciones en México.
Así como se ha mencionado anteriormente, el Síndrome de Burnout no afecta
únicamente al personal médico, sino también al personal paramédico y de salud en
general, por ello Pereda, Celedonio, Vásquez y Zamora (2009) en su investigación
titulada “Síndrome de Burnout en médicos y personal paramédico” utilizaron un diseño
transversal comparativo y como instrumento una encuesta aplicada a su población, la
cual se construyó sobre variables sociodemográficas y laborales: edad, estado civil,
nivel académico, antigüedad laboral, antigüedad de adscripción al hospital, categoría,
servicio y turno laboral. Asimismo, se entregó el cuestionario MBI a 160 trabajadores del
área de la salud adscritos al Hospital General de Zona con Medicina Familiar 36 de la
Ciudad de Cardel, Veracruz, dicha encuesta, Para evaluar el síndrome de Burnout se
utilizó el cuestionario MBI en versión en española. Durante el periodo comprendido de
agosto a diciembre del 2006 se entregó el cuestionario a cada uno de los trabajadores
de la salud y se realizó una estadística descriptiva e inferencial, calculando que la razón
de momios e intervalos de confianza de 95% para medir la asociación entre los factores
16
sociodemográficos y laborales con el desgaste profesional. En conclusión, hubo una
prevalencia del síndrome de Burnout entre el grupo de médicos del 19.6% con al menos
una de las tres subescalas alteradas. Asimismo se observa que en todas las asistentes
médicas hubo alteración de un mínimo de dos subescalas.
Al abordar el tema del Síndrome de Burnout como un problema de tiempos
remotos, cuya incidencia ha aumentado actualmente y que afecta grandemente a
diversos profesionales, pero sobre todo a aquellos relacionados con la salud, se puede
observar que existe una serie diversa de factores que intervienen en el desarrollo del
mismo en quienes lo padecen, así como distintas manifestaciones que permiten
detectarlo a tiempo y proporcionar el tratamiento necesario, pero estar informados al
respecto puede ser aún más benéfico y ayudar a prevenir el Síndrome de Bournout.
Gálvez et al. (2009) señala que el Síndrome de Burnout es un problema de salud
pública, y para prevenirlo es importante tener una perspectiva amplia que incluya la
educación de administraciones y políticas sanitarias que promuevan información,
sensibilización, adecuada utilización de sistemas sanitarios, normas y regulaciones del
mismo, relevancia del trabajo médico y el cuidado de una imagen social con respecto a
esta profesión.
Asimismo, es necesario iniciar una formación que incluya aspectos relacionados
como con las ciencias sociales, comportamientos asociados al desarrollo de habilidades
clínicas, organización de trabajo, interacción con pacientes y compañeros de labores,
trabajo en equipo, entre otros temas que pueden ser relevantes para la preparación de
los futuros médicos profesionales, y sobre todo incluir información relacionada con los
riesgos psicosociales ante los que se pueden ver expuestos y sus posibles estilos de
afrontamiento, para así crear una ajuste entre éstos y las expectativas del trabajo diario
tanto en sus estudios universitarios, como periodos de residencia y practica profesional.
17
Con respecto a lo anterior, Bosqued (2008) proporciona una breve explicación de
los tres elementos fundamentales del Síndrome de Burnout:
• Agotamiento emocional: se origina como consecuencia de la disminución de los
recursos emocionales que emplea el profesional para enfrentarse a los distintos
retos que su trabajo implica, y se presenta como una fatiga continua que va en
aumento, tanto en los niveles mental, físico y emocional; caracterizado por
irritabilidad, malhumor e insatisfacción laboral y pesimismo con respecto a sus
tareas profesionales.
• Despersonalización: en algunos casos puede presentarse como un mecanismo de
defensa de la persona afectada que se ha involucrado mucho en sus tareas y al
sentir que sus recursos emocionales han disminuido, considera que no puede
continuar llevándolas a cabo con esa intensidad; por lo que entonces, dicha
persona decide de manera inconsciente crear una barrera entre el y el usuario del
servicio que proporciona, esto como una manera de autoprotección. Lo cual,
traducido puede interpretarse como una actitud de insensibilidad y
deshumanización.
• Baja realización personal: consiste en una sensación subjetiva que se origina como
consecuencia de los dos factores anteriores, Se caracteriza por la frustración que
presenta el profesional ante la manera en la que lleva a cabo su trabajo y los logros
alcanzados a través de éste, los cuales tienden a percibirse de forma negativa y
como resultado de una insuficiencia profesional, influyendo de gran manera en la
disminución del autoestima.
Los síntomas que presentan las personas que padecen este síndrome
generalmente se clasifican en:
• Fisiológicos: falta de apetito, cansancio, insomnio, dolor de cuello, cabeza y
músculos, úlceras gástricas, pérdida progresiva de la energía, fatiga y agotamiento.
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• Psicológicos: cambios negativos de actitud y respuesta hacia los demás,
irritabilidad ansiedad, depresión, sentimiento de frustración, y pérdida de
motivación hacia el trabajo y la competencia personal. Respuestas rígidas e
inflexibles a los intentos de cambiar en forma constructiva una situación.
• Conductuales: hostilidad e irritabilidad, incapacidad para concentrarse en el trabajo,
en el contacto con el paciente y aumento de relaciones conflictivas con los demás
compañeros de trabajo, incumplimiento del horario asignado, toma de periodos
largos de descanso.
Sin embargo, Aranda et al., (2005) menciona que entre las manifestaciones
clínicas más frecuentes ocasionadas por el daño laboral en los profesionales de la
salud, se encuentra el incremento de conductas adictivas, aparición de trastornos
psicológicos, manejo de diferentes niveles de ansiedad, tensión, irritabilidad, depresión,
fatiga, además de trastornos del sueño, cefaleas, acidez o ardor estomacal y síntomas
cardiovasculares como arritmias e hipertensión.
Y por otro lado, Quiceno y Vinaccia (2007) presentan una clasificación distinta en
relación a los síntomas del Síndrome de Burnout, divididos en los siguientes niveles:
• Nivel somático: fatiga crónica, cansancio, frecuentes dolores de cabeza, espalda,
cuello y musculares, insomnio, alteraciones respiratorias, alteraciones
gastrointestinales, hipertensión, etc.
• Nivel conductual: comportamiento suspicaz y paranoide, cierta inflexibilidad y
rigidez, incapacidad para relajarse, superficialidad en el contacto con los demás,
aislamiento, actitud cínica, incapacidad para concentrarse en el trabajo, quejas
constantes, comportamientos de alto riesgo como conductas agresivas hacia los
clientes, absentismo, consumo de sustancias psicoactivas, tranquilizantes y
barbitúricos.
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• Nivel emocional: agotamiento emocional, expresiones de hostilidad, irritabilidad y
odio, dificultad para controlar y expresar emociones, aburrimiento, impaciencia e
Quiceno, M. y Vinaccia, S. (2007). Burnout: “síndrome de quemarse en el trabajo
(SQT)” Acta Colombiana de Psicologia. [Revista Electrónica] 10(2), 117–125.
Disponible en http://portalweb.ucatolica.edu.co/ easyWeb2/acta/pdfs/ v10n2/art-11_117-
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Rodas Arreola, Vivian Lissette (2004). El Síndrome de Burnout en catedráticos de la
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Rodríguez, Y., Rodríguez, D., Rueda, Y., Ruiz, Y., Manero, R., Linares, I., y Guevara, H.
(2007). Síndrome de Desgaste Profesional en Médicos Residentes, Ejecutivos y
Obreros de una Empresa Manufacturera. Informe Médico, [Revista Electrónica] 9(2),
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55
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Tesis inédita, Universidad Mariano Gálvez, Guatemala.
Vargas Sabadías, Antonio. (1995). Estadística Descriptiva e Inferencial. España:
Servicio de Publicaciones de la Universidad de Castilla-La Mancha.
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Anexos
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CONSENTIMIENTO INFORMADO
“Prevalencia del Síndrome de Burnout en Médicos Residentes de tercer año del
Hospital Nacional Pedro de Bethancourt”
Número: _______
El siguiente test corresponde al trabajo de investigación “Prevalencia del Síndrome de Burnout en Médicos Residentes de tercer año del Hospital Nacional Pedro de Bethancourt” a realizarse por la Srita. Cindy Yolanda Martínez Rivera, Estudiante de Licenciatura en Psicología Clínica de la Facultad de Humanidades de la Universidad Rafael Landívar, el cual se llevará a cabo en dicho Centro Asistencial durante el periodo comprendido del 01 de octubre al 31 de diciembre del 2011.
El objetivo de dicha investigación consiste en identificar la prevalencia del Síndrome de Burnout y su incidencia en los Médicos Residentes de tercer año de las especialidades de gineco-obstetricia, pediatría, medicina interna y traumatología del Hospital Nacional Pedro de Bethancourt; así como, ampliar el conocimiento sobre el Síndrome de Burnout en el personal médico del Hospital Nacional Pedro de Bethancourt y contribuir con la información obtenida a la elaboración de programas de intervención dirigidos al personal médico.
Los datos obtenidos a través de este test serán utilizados únicamente con fines estadísticos, académicos y científicos; los cuales no serán divulgados o compartidos con otras instituciones sin previa autorización de los autores y de las autoridades del Hospital Nacional Pedro de Bethancourt de Antigua Guatemala. La aplicación de este test es de carácter voluntario y únicamente le tomará diez minutos de su tiempo. Yo _______________________________________________________________________, Médico Residente de tercer año, de la especialidad de _________________________, con No. de Cédula ________________________________ consiento la aplicación del siguiente test, ya que los datos obtenidos pueden ser de utilidad científica; y autorizo a que los mismos sean utilizados de manera exclusiva para los fines expuestos anteriormente, siempre y cuando se me garantice el más absoluto respeto a mi intimidad y anonimato. Firma de la persona evaluada: _________________________________
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Ficha Técnica del Instrumento
Maslach Burnout Inventory
El Maslach Burnout Inventory (MBI) es un a escala validada por Maslach y Jackson, apareciendo su versión definitiva en 1986. Inicialmente tenía una escala de frecuencia de siete grados y una escala de intensidad de ocho grados; sin embargo, al obtener una correlación intensa entre ambas se decidió retener sólo la de frecuencia. Se utilizó una versión española que ha sido traducida y validada de la original y que ya ha sido utilizada en numerosos estudios, dicha escala tiene una alta consistencia interna y una fiabilidad cercana al 0.9. Se trata de un cuestionario de veintidós afirmaciones sobre sentimientos y actitudes del profesional en su trabajo y hacia sus pacientes. De forma autoaplicada mide el desgaste profesional y se complementa en diez a quince minutos. Contiene una escala de Likert de 0 a 6, lo cual da 7 opciones de respuesta: 0 = Nunca 1 = Una vez al año 2 = Una vez al mes 3 = Mas de una vez al mes 4 = Una vez a la semana 5 = Varias veces a la semana 6 = Todos los días Mide los tres aspectos del Síndrome de Burnout: Subescala de cansancio emocional: consta de nueve preguntas y valora la vivencia de estar exhausto emocionalmente por las demandas del trabajo. Puntuación de 27 o superiores serán indicativas de un alto nivel, intervalos de 19 a 26 corresponderán a puntuaciones intermedias y puntuaciones por debajo de 19 son indicativas de niveles bajos. Puntuación máxima 54 puntos. Subescala de despersonalización: esta formada por cinco afirmaciones y valora el grado en que cada uno reconoce actitudes de frialdad y distanciamiento. Puntuaciones superiores a 10 serán indicativas de un alto nivel, intervalos de 6 a 9 corresponderán a puntuaciones intermedias y puntuaciones por debajo de 6 son indicativas de niveles bajos. Puntuación máxima 30 puntos. Subescala de realización personal: se compone de ocho afirmaciones y evalúa los sentimientos de autoeficacia y realización personal en el trabajo. Su puntuación funciona en sentido opuesto a las anteriores, puntuaciones de 0 a 33 indican una baja
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realización, intervalos de 34 a 39 corresponderán a puntuaciones intermedias y más de 40 puntos reflejan una alta sensación de logro. Puntuación máxima es de 48 puntos. Estas tres escalas tienen una consistencia interna, considerándose el grado de agotamiento como una variable continua con diferentes grados de intensidad medidos por la escala de Likert. Las puntuaciones de cada escala se obtienen al sumar los valores de los 22 ítems. Se consideran que las puntuaciones altas en las dos primeras subescalas y baja en la tercera subescala, definen el Síndrome de Burnout. Las afirmaciones correspondientes a cada escala son: