1 Terapia dietética en la hipertensión. (Dietary Therapy in Hypertension.) Por: Sacks, Frank M., M.D. y Campos, Hannia, Ph.D. Terapéuticas clínicas. The New England Journal of Medicine. Resumen Este trabajo comienza con una viñeta de caso que incluye una recomendación terapéutica. Le sigue análisis del problema clínico y el mecanismo de beneficio de esta forma de terapia. Se revisan los principales estudios clínicos, el uso clínico de esta terapia y los potenciales efectos adversos. Se presentan relevantes lineamientos, en caso de existir. El artículo concluye con recomendaciones clínicas del autor. Una mujer de 57 años se presenta en una clínica de atención ambulatoria para evaluación de hipertensión. No tiene historia o síntomas de enfermedad cardiovascular y reporta haber ganado 15 kg. en los últimos 30 años. Su presión arterial es de 155/95 mm Hg, su peso corporal es de 86 kg., su estatura es de 1,65 m. su índice de masa corporal (BMI, el peso en kilogramos dividido entre el cuadrado de la estatura en metros) es 31 y la circunferencia de su cintura es de 98 cm. Su nivel de triglicéridos en suero es de 175 mg por decilitro (2,0 mmol por litro), el colesterol de lipoproteínas de alta densidad es de 42 mg. por decilitro (1,1 mmol por litro), el colesterol de lipoproteínas de baja densidad es de 110 mg. Por decilitro (2,8 mmol por litro) y la glucosa es de 85 mg por decilitro (4,7 mmol por litro). Su perfil clínico es por tanto consistente con el síndrome metabólico. 1 Es no fumadora, sedentaria y consume una dieta que es alta en pan blanco, carnes procesadas y las meriendas y bebidas contienen azúcar y sodio y son najas en frutas y vegetales. Está interesada en adoptar un estilo de vida más saludable. EL PROBLEMA CLÍNICO La hipertensión es definida como una presión arterial sistólica de 140 mm Hg o más alta o una presión diastólica de 90 mm Hg o más alta. 2 Sin embargo, la morbilidad se incrementa entre las personas cuyas presiones arteriales están por encima de 155/75 mm Hg. La
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Terapia dietética en la hipertensión. (Dietary Therapy in Hypertension.) Por: Sacks, Frank M., M.D. y Campos, Hannia, Ph.D. Terapéuticas clínicas. The New England Journal of Medicine. Resumen Este trabajo comienza con una viñeta de caso que incluye una recomendación terapéutica. Le sigue análisis del problema clínico y el mecanismo de beneficio de esta forma de terapia. Se revisan los principales estudios clínicos, el uso clínico de esta terapia y los potenciales efectos adversos. Se presentan relevantes lineamientos, en caso de existir. El artículo concluye con recomendaciones clínicas del autor.
Una mujer de 57 años se presenta en una clínica de atención
ambulatoria para evaluación de hipertensión. No tiene historia o
síntomas de enfermedad cardiovascular y reporta haber ganado 15
kg. en los últimos 30 años. Su presión arterial es de 155/95 mm Hg,
su peso corporal es de 86 kg., su estatura es de 1,65 m. su índice
de masa corporal (BMI, el peso en kilogramos dividido entre el
cuadrado de la estatura en metros) es 31 y la circunferencia de su
cintura es de 98 cm. Su nivel de triglicéridos en suero es de 175 mg
por decilitro (2,0 mmol por litro), el colesterol de lipoproteínas de alta
densidad es de 42 mg. por decilitro (1,1 mmol por litro), el colesterol
de lipoproteínas de baja densidad es de 110 mg. Por decilitro (2,8
mmol por litro) y la glucosa es de 85 mg por decilitro (4,7 mmol por
litro). Su perfil clínico es por tanto consistente con el síndrome
metabólico.1 Es no fumadora, sedentaria y consume una dieta que
es alta en pan blanco, carnes procesadas y las meriendas y bebidas
contienen azúcar y sodio y son najas en frutas y vegetales. Está
interesada en adoptar un estilo de vida más saludable.
EL PROBLEMA CLÍNICO La hipertensión es definida como una presión arterial sistólica de
140 mm Hg o más alta o una presión diastólica de 90 mm Hg o más
alta.2 Sin embargo, la morbilidad se incrementa entre las personas
cuyas presiones arteriales están por encima de 155/75 mm Hg. La
presión arterial alta se asocia con un incremento en el riesgo de
accidente vascular, infarto al miocardio, insuficiencia cardíaca,
insuficiencia renal y deterioro cognitivo.2-4 La presión arterial
sistólica por encima de 115 mm Hg es el determinante más
importante del riesgo de muerte a nivel mundial,2 siendo
responsable de 7,6 millones de muertes cardiovasculares
anualmente.3
Desde 1960 hasta 1991, la presión arterial descendió en los estados
Unidos y después de los primeros 10 años de este intervalo, el
índice de muertes cardiovasculares descendió.2 La detección
efectiva de la hipertensión y su tratamiento fueron probablemente
las razones de estas tendencias beneficiosas. Sin embargo, desde
1990 hasta 2002, la presión arterial se incrementó.5,6 El consumo de
frutas y vegetales y la adherencia a patrones dietéticos saludables
descendieron durante este período7,8 y la prevalencia de obesidad
abdominal se incrementó9, tendencias ambas que han contribuido a
la hipertensión.
Entre la mayoría de las poblaciones de los países industrializados,
la prevalencia de hipertensión se incrementa drásticamente con la
edad, en los Estados Unidos se eleva desde alrededor de un 10%
en personas de 30 años hasta un 50% en personas de 60 años.6
Sin embargo, algunas personas, incluyendo las poblaciones de
vegetarianos estrictos,10-12 cuyas dietas consisten mayormente en
productos vegetales11,13 y aquellos con un consumo bajo de sodio13-
15, prácticamente no tienen un incremento de la hipertensión con la
edad.
ESTRATEGIAS Y EVIDENCIA Patofisiología y efecto de la terapia Hipertensión esencial es el nombre que se da a la hipertensión que
no puede ser atribuida a una enfermedad específica renal o adrenal,
tal como la insuficiencia renal crónica o un tumor adrenal; la
mayoría de los pacientes tienen hipertensión esencial. La
patofisiología de la hipertensión esencial es compleja, con mucho
3
todavía por ser descubierto (Fig. 1 y Sección 1 del Apéndice
Suplementario, disponible con el texto completo de este artículo en
NEJM.org). Las tres piedras angulares del tratamiento dietético de
la hipertensión –un patrón dietético saludable, reducido consumo de
sodio y reducida grasa corporal- influyen la patofisiología de la
hipertensión en muchos puntos de su control.
El alto consumo de sodio se correlaciona fuertemente con el
desarrollo de hipertensión.16-18 El consumo de sodio inicia una
secuencia auto-regulatoria que conduce a in incremento en el
volumen del fluido intravascular y a resultados cardiacos, resistencia
periférica y presión arterial. La elevación de la presión arterial trae
por resultado un fenómeno llamado natriuresis de la presión, en el
cual el incremento de la perfusión renal conduce a un incremento en
la excreción de fluidos y sodio. En la hipertensión arterial esencial,
sin embargo, la excreción de sodio se deteriora. Existen hipótesis
en el sentido de que en la mayoría de los casos, la hipertensión
esencial es un trastorno genético que involucra a muchos genes
individuales, cada uno de los cuales influye el manejo corporal del
sodio a varios grados18 y deviene expresado en el contexto de un
entorno dietético no saludable, particularmente uno caracterizado
por un excesivo consumo de sal.
Otros muchos factores contribuyen a la patofisiología de la
hipertensión. Especialmente en los ancianos, las grandes arterias
conductoras como la aorta y la carótida se vuelven rígidas y menos
distendida, lo que incrementa la presión arterial sistólica.19 La
proliferación de células del músculo liso y la disfunción endotelial
ocurren en los vasos de resistencia, incluyendo las pequeñas
arterias y arteriolas, lo que causa vasoconstricción e incrementa la
resistencia vascular periférica.20-22 Aunque el eje renina-
angiotensina-aldosterona sistémico a menudo se suprime en
presencia de una elevada presión arterial, la actividad de
angiotensina II se incrementa localmente en varios tejidos,
incluyendo los riñones, el endotelio vascular y las glándulas
adrenales.23,24 El incremento en la actividad del sistema nervioso
4
simpático puede ser también un factor.25-30 Tanto el
envejecimiento19, 31-33 como la obesidad25-30, contribuyen a la
patogénesis de la hipertensión a través de varios mecanismos (Fig.
1 y Sección 1 del Apéndice Suplementario).
Dos intervenciones efectivas para reducir la presión arterial en
pacientes con hipertensión son reducir el consumo de sodio y
reducir el peso. La reducción de la sal en la dieta disminuye la
cantidad de sodio que el riñón tiene que excretar para restaurar el
volumen sanguíneo normal. La capacidad de distenderse de la aorta
y la carótida en los pacientes de edad más avanzada con
hipertensión mejora cuando el consumo de sodio se reduce.34 La
reducción del consumo de sodio también mejora la vasodilatación
arterial.21,22 La pérdida de peso modera la activación del eje renina-
angiotensina-aldosterona35,36 y el sistema nervioso simpático37,38 y
disminuye la retención de sodio.39 Los descensos en la grasa de las
vísceras abdominales también mejoran el funcionamiento tanto de
los vasos conductores como de los de resistencia.40
Además de la restricción del sodio y la pérdida de peso, otras
modificaciones dietéticas que son denominadas colectivamente “un
patrón dietético saludable” se ha demostrado que reducen la
presión arterial. Aunque los mecanismos de estas dietas no han
sido totalmente esclarecidos, la adherencia a estas dietas se ha
hallado que estabilizan la curva presión-natriuresis por lo que una
presión más baja es suficiente para excretar sodio y reducir el
volumen sanguíneo,41 reducir la rigidez de la aorta42 y mejorar la
vasodilatación en los pequeños vasos de resistencia.43,44
Comparado con las dietas estadounidenses típicas, los tipos de
patrones dietéticos que han probado que reducen la presión arterial
hacen énfasis en las frutas, los vegetales y los productos lácteos
bajos en grasa; incluyen granos enteros, carne de ave, pescado y
nueces; hacen uso de aceites vegetales no saturados y contienen
pequeñas cantidades de carnes rojas, dulces y bebidas que
contengan azúcar.45,46 Los ensayos clínicos sobre tales dietas no
han puesto el énfasis por lo general en la identificación de nutrientes
5
específicos o alimentos únicos que reduzcan la presión arterial, sino
que más bien han utilizado datos epidemiológicos para definir
patrones dietéticos, tales como las dietas estilo Mediterráneo47,48 y
las dietas vegetarianas.11,12 (ver Sección 2 del Apéndice
Suplementario para un análisis de los efectos de alimentos y
nutrientes específicos sobre la presión arterial).
Evidencia clínica Los patrones dietéticos saludables más cuidadosamente estudiados
y establecidos son la dieta Enfoques Dietéticos para detener la
Hipertensión (DASH, por sus siglas en inglés),45,49 variantes de
esa dieta46,50 y variaciones de la dieta Mediterránea.51,52 En el
ensayo DASH original,49 se reclutó a 459 adultos cuyas presiones
arteriales sistólicas estaban por debajo de 160 mm Hg y cuyas
presiones arteriales diastólicas estaban eran de 80 a 95 mm Hg. Un
subconjunto de 133 que tenían hipertensión fueron aleatoriamente
asignados a una dieta de control típica promedio de los Estados
Unidos, una dieta rica en frutas y vegetales o una combinación de
de dieta rica en frutas, vegetales y productos lácteos bajos en grasa
y relativamente bajos en grasas saturadas y totales. El consumo de
sodio y el peso corporal se mantuvieron a niveles constantes. Tras 8
semanas, entre los participantes con hipertensión, la dieta rica en
frutas y vegetales redujo la presión arterial sistólica y diastólica en
7,2 y 2,8 mm Hg más, respectivamente, que la dieta de control
(P<0,001 y P=0,01, respectivamente). La dieta combinada trajo por
resultados mayores reducciones (11,4 y 5,5 mm Hg,
respectivamente, comparado con la dieta de control; P<0,001 para
cada una). Los efectos fueron menos pronunciados entre los
participantes que no tenían hipertensión en la línea basal.
En un ensayo subsiguiente, se estudió el efecto de varios niveles de
consumo de sodio en el contexto de la dieta DASH en 312
participantes con niveles de presión arterial en el momento del
enrolamiento similares a los de los participantes en el ensayo DASH
original.53 Los pacientes fueron aleatoriamente asignados o bien a
6
una dieta DASH “de combinación” (a la que ahora de le llama
comúnmente dieta DASH) o a una dieta de control. A los
participantes en cada grupo se les dio entonces una dieta con
niveles o altos, o intermedios o bajos de sodio (3,5; 2,3 y 1,2 g por
día, respectivamente) por 30 días cada uno en orden aleatorio. El
peso corporal se mantuvo constante al ajustar el consumo calórico
total. La reducción del consumo de sodio trajo por resultado una
significativa reducción progresiva tanto de la presión sistólica arterial
sistólica como de la diastólica en ambos grupos (Fig. 2).
En un análisis secundario a partir del ensayo del sodio, los efectos
de reducir la presión arterial del la dieta DASH y del bajo consumo
de sodio se acentuaban en la medida que la edad se
incrementaba54 (Fig. 3). La presión arterial sistólica era 12 mm Hg
más alta entre los participantes entre 55 y 75 años que entre los que
estaban en el rango de 21 a 41 años cuando se les daba la dieta
típica de Estados Unidos que era alta en sodio. Esta diferencia en la
presión sistólica es similar a la de la población de los Estados
Unidos cuando se comparan esos mismos grupos de edad.55 En
marcado contraste, la presión arterial sistólica era la misma entre
los participantes más viejos y más jóvenes cuando se les daba la
dieta DASH con un contenido bajo en sodio. Este hallazgo sugiere
que la elevación típica de la presión arterial que ocurre con la edad
durante la vida adulta puede ser evitada o revertida si se sigue la
dieta DASH baja en sodio.
Las mujeres, los negros y aquellos con un síndrome metabólico
tienen una ligeramente realzada reducción de la presión arterial en
respuesta a una dieta baja en sodio.53,.54,56,57 No es posible
identificar pacientes individuales para quienes la reducción de sodio
sea especialmente efectiva58 (ver Sección 3 del Apéndice
Suplementario).
Dos versiones con reducción de carbohidratos de la dieta DASH
fueron estudiadas en 164 adultos enrolados en el Ensayo de
Consumo Óptimo de Micronutrientes para Prevenir las Cardiopatías
(OmniHeart en inglés).46,50 Una dieta más alta en grasas no
7
saturadas y otra más alta en proteína se compararon con una dieta
similar a la dieta DASH estándar, pero ligeramente más alta en
carbohidratos. Comparado con la dieta alta en carbohidratos, la
dieta alta en proteína reducía la presión sistólica promedio en los
participantes con hipertensión en 3,5 mm Hg y la presión diastólica
promedio en 2,4 mm Hg (P=0,006 y P=0,008, respectivamente).50
Los efectos comparables de la dieta alta en grasas no saturadas
eran 2,9 y 1,9 mm Hg, respectivamente (P=0,02 para ambos). Al
igual que con la dieta DASH en sí, estos efectos eran menos
pronunciados en los participantes que no tenían hipertensión en la
línea basal.
La dieta Mediterránea tradicional47,48 tiene muchas similitudes con
los tipos de dieta DASH, especialmente con la dieta a partir del
estudio OmniHeart que era más alta en grasas no saturadas. En
ensayos controlados que involucran a pacientes con síndrome
metabólico51 o diabetes tipo 2,52 una dieta Mediterránea con una
reducción de carbohidratos disminuía la presión arterial y mejoraba
los niveles de lípidos en suero más que una dieta baja en grasa. En
estos ensayos, por el contrario de los ensayos DASH, el peso no se
mantuvo constante a través de un ajuste de las calorías en ambos
casos, los pacientes asignados a la dieta Mediterránea perdieron
más peso que los asignados a la dieta baja en grasa.
Los estudios epidemiológicos generalmente apoyan la evidencia
proveniente de ensayos clínicos sobre los efectos del manejo
dietético y también la de los programas de intervención basados en
la comunidad y en la clínica (ver Secciones 4 y 5 del Apéndice
Suplementario).
El efecto de añadir pérdida de peso corporal a la dieta DASH se
evaluó en 144 adultos en el estudio Intervenciones de Ejercicios y
Nutrición para la Salud cardiovascular (ENCORE, por sus siglas en
inglés).59 Los participantes fueron aleatoriamente asignados a una
dieta de control, a la dieta DASH solamente o a una modificación de
8
calorías reducidas de la dieta DASH. A los 4 meses, la presión
arterial se redujo en 3,4/3,8 mm Hg en el grupo de control, en
11,2/7,5 mm Hg en el grupo al que se le dio la dieta DASH
solamente (P<0,001 tanto para la presión sistólica como la
diastólica comparado con la dieta de control) y en 16,1/9,9 mm Hg
con la dieta DASH más manejo del peso (P=0,02 para la presión
sistólica y P=0,05 para la presión diastólica comparado con la dieta
DASH solamente).
Uso clínico
El manejo dietético es apropiado para todos los pacientes con
hipertensión. Además, los pacientes con pre-hipertensión (presión
arterial sistólica entre 120 y 139 mm Hg o presión arterial diastólica
entre 80 y 89 mm Hg) deben adoptar los mismos cambios
dietéticos, dado el beneficio de la terapia dietética a estos niveles de
presión arterial.
La terapia dietética juega un papel esencial en el tratamiento de la
hipertensión. El Séptimo Informe del Comité Conjunto sobre la
Prevención, Detección, Evaluación y Tratamiento de la Presión
Arterial Alta enfatiza que en pacientes para quienes la modificación
del estilo de vida incluyendo terapia dietética, actividad física y
moderación del consumo de alcohol) no lleva la presión arterial por
debajo de 140/90 mm Hg (o 130/80 mm Hg en pacientes con
diabetes o enfermedad renal crónica), debe implementarse la
terapia medicamentosa e irla modificando con el tiempo en la
medida que el paciente responda.2 Sin embargo, la medicación no
debe suplantar al manejo dietético, sino que debe considerarse a
las dos formas de tratamiento como complementarios. La dieta
DASH resulta efectiva en combinación con bloqueadores del
receptor de angiotensina.60 La reducción de sodio es altamente
efectiva en los pacientes de mayor edad con hipertensión y en
aquellos con hipertensión resistente que toman varios agentes anti-
hipertensores.62
9
Nosotros guiamos a los pacientes para que adopten una dieta
saludable con el uso de un diagrama o tabla como la que se
muestra en la Tabla 1. En términos simples, alentamos a los
pacientes a comer carne de ave, pescado, nueces y legumbres en
lugar de carnes rojas, los productos lácteos bajos en grasa y sin
grasa en lugar de productos lácteos de grasa entera, vegetales y
frutas en lugar de meriendas y postres ricos en azúcar, panes y
pastas hechos de grano entero en vez de los de harina blanca,
frutas en sí en lugar de jugo de frutas y aceites de cocina
polinosaturados y monosaturados tales como el de oliva, canola
(colza), de frijol de soya, maní, maíz, girasol o cártamo en lugar de
mantequilla, aceite de coco o aceite de palmiche.. La Tabla 1
provee información acerca de las veces a servirse y del tamaño de
las porciones para cada tipo de alimento que deben ser consumidos
en 1 semana.
Adoptar un enfoque dietético saludable significa hacer las
elecciones correctas en el mercado de modo que la mayor parte de
los alimentos saludables estén disponibles en el hogar. Las
recomendaciones de la Tabla 1 incluyen una guía de compra de
alimentos. En los Estados Unidos, es común colocar los alimentos
saludables en la periferia del mercado, la mayor parte de las
compras semanales debe concentrarse allí. El uso de alimentos
enlatados o procesados debe limitarse, a menos que su contenido
de sal haya sido reducido o virtualmente eliminado. Por
conveniencia, los vegetales bajos en sodio, congelados o enlatados
deben ser sustituidos por vegetales frescos, Las secciones del
mercado que contienen bebidas azucaradas, caramelos y galleticas
deben ser completamente evitados.
La restricción del sodio es esencial para el manejo dietético de la
hipertensión. Los pacientes deben familiarizarse con la lectura de
las etiquetas de los alimentos que especifican el contenido de sodio
de los alimentos empaquetados y procesados.63 Los alimentos
procesados a menudo son ricos en sodio. Una dieta baja en sodio
10
es en ocasiones menos agradable al paladar de los pacientes
acostumbrados a una dieta rica en sodio, sin embargo, la
adaptación es rápida y los estudios han mostrado que las dietas
bajas en sodio pueden resultar tan aceptables para los pacientes
como las dietas bajas en sodio.64 Las hierbas, especias, así como
los frutos cítricos (jugo o piel) u otros ingredientes ácidos tales como
el vinagre deben añadirse a los platos para compensar el bajo
contenido de sodio y pueden incluso llegar a preferirse a los
alimentos con mayores cantidades de sodio.
Los pacientes no deben saltarse comidas, deben consumir una
tercera parte de sus alimentos diarios en el desayuno y deben
limitarse de comer en restaurantes (no más de una vez a la
semana). El comer en muchos restaurantes subvierte el objetivo de
una dieta baja en sodio, ya que algunas sopas, emparedados, pollo
frito y pizzas pueden exceder en mucho al total recomendado de
cantidad diaria de sodio.65 La ley de reforma de atención de salud
incluye un requerimiento de que todas las cadenas de restaurantes
con más de 20 locaciones provea información a los consumidores
en lo que respecta a la cantidad de sodio y otros componentes
dietéticos de los platos de su menú.66
La conformidad con la terapia dietética es mejor y los índices de
éxito en cuanto a lograr un control de la presión arterial son más
altos cuando se acompañan de una guía activa o de asesoría a los
pacientes por parte de los médicos o personal con experiencia en el
manejo dietético,62-72 Nosotros siempre recomendamos que los
pacientes registren su consumo dietético por 1 ó 2 semanas y
analizamos este registro con un dietista, quien provee planes
específicos para las comidas. Esto es especialmente importante
cuando es necesario perder peso. El seguimiento con un dietista es
esencial, sea en citas individuales o de grupo. Además, numerosos
sitios Web73-76 y libros77-80 pueden ofrecer al paciente información
adicional y guía sobre dietas útiles.
11
Los costos asociados con el tratamiento dietético de la hipertensión
son relativamente modestos. En un estudio realizado en el área de
Boston en 2006, los costos del plan de comidas DASH era de 31
USD por semana en área con bajo estatus socio-económico y de 40
USD semanal en áreas con un alto estatus socio=económico; la
capacidad adquisitiva percibida era similar para pacientes
entrevistados en clínicas de ambas áreas.81 Una consulta inicial con
un dietista cuesta aproximadamente 150 USD y las de seguimiento
alrededor de 100 USD. La cobertura de este tipo de servicio
mediante seguros de salud o programas de empleadores varía.
Efectos adversos
Los eventos adversos generalmente ocurrían menos
frecuentemente en personas que seguían la dieta DASH y sus
variantes o dietas Mediterráneas49,52,53 (ver Sección 6 del Apéndice
Suplementario).
ÁREAS DE INCERTIDUMBRE
Un obstáculo crucial de la investigación dietética es la de
implementar y evaluar intervenciones efectivas conductuales
basadas en la comunidad. En los ensayos DASH, se estudiaron
modificaciones dietéticas en un breve lapso de tiempo y los
participantes fueron monitoreados cuidadosamente para
conformidad. La conformidad es un elemento esencial en la terapia
de tratamiento dietético a largo plazo para la hipertensión y tenemos
que aprender cuáles componentes de las intervenciones
conductuales conducen a adherencia.82 Además, no se han
realizado ensayos grandes, ni a largo plazo, de resultados clínicos
de estas dietas , aunque un estudio observacional a largo plazo de
un ensayo aleatorizado anterior y un ensayo aleatorizado
relativamente a corto plazo reportó un descenso en la incidencia de
eventos cardiovasculares con la reducción de sodio (ver Sección 7
del Apéndice Suplementario).83,84 Sin embargo, nosotros creemos
12
que no es necesario llevar a cabo un ensayo aleatorizado a gran
escala para abordar este asunto en vista de los beneficios
conocidos de las dietas saludables con vistas a la presión arterial y
otros factores de riesgo.
LINEAMIENTOS
Recomendamos los lineamientos de la American Heart Association
para salud cardiovascular y manejo dietético de la hipertensión.85,86
Estos lineamientos apoyan determinados alimentos y enfoques para
la dieta similares a los incluidos en la dieta DASH y citan un
consumo de 65 mmol o 1,5 g de sodio por día como óptimo.
Además, se recomienda como objetivo un BMI de menos de 25.
Finalmente, los lineamientos recomiendan no más de dos bebidas
alcohólicas diarias para los hombres y una para las mujeres y las
personas de peso más bajo. (Una bebida es el equivalente a 12
onzas de cerveza, 5 onzas de vino o 1,5 onzas de licor, los que
representan aproximadamente 14 g de alcohol etílico).
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
La dieta de la paciente descrita en nuestra viñeta es muy diferente
de las dietas saludables recomendadas para el manejo de la
hipertensión y por consiguiente resulta razonable asumir que el
cambio dietético pudiera normalizar la presión arterial de la
paciente. Al paciente deben dársele instrucciones por escrito sobre
cómo adoptar una dieta saludable tal como la dieta DASH, una
versión con reducción de carbohidratos de la dieta DASH o una
dieta estilo Mediterráneo. Las instrucciones deben incluir modos de
reducir sustancialmente el consumo de sodio. También
recomendamos una pequeña, pero consistente reducción diaria del
consumo calórico de 200 a 300 kcal diarias, aparejado con un
incremento de la actividad física. Su médico debe programar una
consulta con un dietista, incluyendo un programa regular de visitas
de seguimiento. El paciente debe monitorear su presión arterial en
13
el hogar, con una máquina automática al menos una vez al mes,
preferiblemente con mayor frecuencia. Es deseable un ensayo de
tratamiento dietético intensivo por 6 meses para tratar de alcanzar el
objetivo de presión arterial (presión sistólica <140 mm Hg, presión
diastólica <90 mm Hg) antes de que se introduzca medicación
alguna.
TABLAS, FIGURAS Y GRÁFICOS
Figura 1. Mecanismos vinculados a incrementos en la presión arterial y efectos terapéuticos de los patrones de dieta saludables, la reducción del sodio y la pérdida de peso
Figura 1 A
Dieta rica en sodio, rica en calorías
Incremento de la actividad del sistema nervioso simpático
Las grandes arteria conductoras se vuelven menos distendidas
El alto nivel de sodio activa la angiotensina II local en el corazón y
las arterias
Incremento del ritmo cardíaco
Natriuresis de la presión anómala y retención de sodio
Incremento de la presión arterial
Incremento de la angiotensina II en los tejidos de los riñones y las
glándulas adrenales
Grasa anómala que incrementa la rigidez arterial, la actividad del
sistema nervioso simpático y los niveles de angiotensina II
Factores renales intrínsecos (genéticos y prenatales) regulan la
excreción de sodio
Proliferación y redistribución de las células del músculo liso
14
Disfunción de las células endoteliales en los pequeños vasos de
resistencia,
Incremento de la resistencia periférica.
Figura 1 B
Dieta baja en sodio y baja en calorías
La pérdida de peso reduce la actividad del sistema nervioso
simpático..
La pérdida de peso, el bajo consumo de sodio y la dieta saludable
reducen la rigidez de las grandes arterias conductoras.
Descenso de la presión arterial.
La dieta saludable mejora la excreción de sodio renal.
La pérdida de peso, el bajo consumo de sodio y la dieta saludable
mejoran la función de los pequeños vasos de resistencia y
disminuye la resistencia periférica.
15
Disminución de la grasa abdominal
Fig. 2 Reducción de sodio, la dieta DASH y cambios en la presión arterial sistólica
Presión arterial sistólica promedio
145
Dieta de control - 2,1 (-0,1 a -4,0) Sodio más alto a más bajo
140 - 8,0 (- 4,0 a -11,1) -6,0 (-4,0 a -7,9) Control: -8
-7,5 (-4,2 a -10,8) DASH: -7
135 Dieta DASH
-1,6 (0,6 a -3,8) -6,7 (-3,5 a -9,8)
130
-5,1 (-3,0 a -7,3)
125 DASH baja en sodio versus control rica en sodio- 15
0
Alto (3,5 g) Intermedio (2,3 g) Bajo (1,2 g)
Sodio dietético
La Figura muestra los efectos beneficiosos aditivos de la dieta
DASH y de la reducción del consumo de sodio sobre la presión
arterial sistólica en pacientes con hipertensión leve que eran
mayores de 45 años. Los participantes constituían un subgrupo de
los que estaban en el estudio sobre los efectos de la dieta DASH y
de reducciones en el sodio dietético,53 que fueron aleatoriamente
asignados a seguir dieta DASH (33 participantes) o a una dieta
típica de Estados Unidos (37 participantes) por 90 días. Durante ese
período, cada grupo consumió tres versiones de la dieta ajustada
para contenido de sodio diario. Los participantes de cada grupo
16
consumieron cada una de las dietas ajustadas por 30 días en un
diseño cruzado, el peso corporal se mantuvo constante. Las dos
flechas descendentes de la izquierda representan el efecto de un
consumo intermedio de sodio comparado con un consumo de sodio
más alto y las dos flechas descendentes de la derecha representan
el efecto de un más bajo consumo de sodio comparado con un
consumo intermedio. Las líneas verticales del centro y la derecha
muestran el efecto de la dieta DASH comparado con la dieta típica
de los Estados Unidos en cada nivel de sodio dietético. Las cifras
representan los cambios promedios con intervalos de confianza del
95%. Adaptado de Bray et al.54
17
Figura 3. Efectos de una dieta DASH baja en sodio sobre la presión arterial sistólica con el incremento de la edad
Presión arterial sistólica promedio (mm Hg)
145
Dieta típica rica en sodio
F-s 1 1140 1 1111135 1 r
1113011 1140
135
130
125
120 Dieta DASH baja en sodio
115 0 23-41 42-47 48-54 55-76 Un total de 412 pacientes fueron aleatoriamente asignados a seguir
una dieta DASH (208 participantes) o una dieta típica de Estados
Unidos (grupo de control, 204 participantes) por 90 días. Durante
ese período, cada grupo consumió tres versiones de la dieta
ajustada para contenido diario de sodio: alto (3,5 g), intermedio (2,3
g) y bajo (1,2 g). Los participantes de cada grupo consumieron las
tres dietas ajustadas para sodio por 30 días en un diseño cruzado;
el peso corporal se mantuvo constante. La presión sistólica
promedio (±SD) está representada para el grupo DASH durante el
período de bajo consumo de sodio y para el grupo de control
durante el período de alto consumo de sodio, de acuerdo a la edad,
18
al final de un período de 30 días; había de 45 a 58 participantes por
grupo en cada uno de los cuatro rangos mostrados. La pendiente
para el grupo de control durante el período de alto consumo de
sodio fue de 0,3 mm Hg por año, en un intervalo de 30 años. La
pendiente para lel grupo de dieta DASH durante el período de bajo
consumo de sodio fue de 0 mm Hg por año. Las barras denotan los
intervalos de confianza del 95%. Los datos provienen de Sacks et
al.53
19
Compras semanales y ocasionales de alimentos resomendadas para una persona que sigue una dieta saludable que contiene 2100 Kcal y 1500 mg de sodio diarios* Veces a servirse Tamaño Cant. total compra Recomendaciones Semanalmente porción por semana
Tipo de alimento Compras semanales Periferia del mercado
Vegetales†
Hojas verdes
Ensalada de verduras 4 1 taza 1-2 bolsas Lechuga, verduras de primavera mixtas, mazo espinaca (aprox. 1 lb.)
Otras verduras 4 ½ taza 1-2 mazos Col rizada, berza, mostaza parda o de la India (aprox. 1 lb.)
Secas 8 ¼ taza 1 bolsa Ciruelas pasas. albaricoque, uva moscatel, cerezas (aprox. ½ lb.)
Jugos 4 1 vaso (8 oz.) 1 qt Naranja, toronja, zanahoria no endulzada Hierbas, alliums y otros Uso libre Tomillo, jengibre, cebolla, hoja de laurel, zumo de limón
condimentos
Carnes, aves, pescado
Pescado y mariscos 2 6-8 oz. 1 lb. Bacalao, róbalo, mero, salmón enlatado o fresco, atún o sardinas,
Moluscos, camarones, cangrejo Aves 2 6-8 oz. 1 lb. Pavo, pollo, embutidos bajos en sodio
Carnes rojas 1 2-4 oz. ¼ lb. Carne de res, cerdo, carnero, embutidos bajos en sodio Productos lácteos
Leche 10 1 vaso ½ galón Elegir productos bajos en grasa o desgrasados Yogurt 3 1 taza 1 recipiente Elegir productos bajos en grasa o desgrasados (aprox. 32 oz.) Queso 4 1 lasca ¼ lb. Suave o duro
Alimentos procesados∫ Elegir sólo productos bajos en sodio¶
Frutos de cáscara dura 10 1 oz. 1 bolsa o jarra Nueces, almendras, maní (aprox. ½ lb.)
Legumbres 3 1 taza 1 lata o bolsa Garbanzos, lentejas, frijoles negros (aprox. 1 lb.)
Mantequilla 16 1 cucharadita 1/3 taza Suave, basada en aceite, libre de grasas transgénicas
Aderezos para ensalada 21 1 cucharadita ½ taza Elegir artículos bajos en sodio
y mayonesa
Azúcares 24 1 cucharadita ½ taza Azúcar, jalea, miel, sirope de maple (arce)
Postres 1 ½ taza ½ taza Helado, sorbetos, yogurt helado, otros (4 oz.)
Huevos 3 1 3 Huevos grandes
Sal 7 1/3 cucharadita 21/3 cucharadita Sal para cocinar o añadida en la mesa
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* Los pacientes deben observar las siguientes recomendaciones
generales: no saltarse comidas y consumir una tercera parte de
de su consumo de calorías diario en el desayuno así como elegir
comidas con un bajo contenido de sal –sólo una rebanada de
pizza, un emparedado de pavo o un plato de pasta pueden
fácilmente contener 2000 mg. de sodio. Ejemplos de conversión
a partir de medidas métricas estándar: 1 oz. equivale a 28 g., 1
cucharadita a 5 g., 1 taza de vegetales verdes con hojas,
alrededor de 75 g.
† Los vegetales congelados o enlatados pueden ser sustituidos
por vegetales frescos.
‡ Elegir al menos cuatro tipos diferentes de vegetales de esta
categoría
∫ Visitar los estantes de alimentos procesados en la categoría de
compras menos frecuentes.
¶ Buscar los artículos bajos en sodio, sin sal o con contenido
reducido de sal. Comparar las marcas y elegir aquellas con
menor contenido de sodio.
║ Se dan autorizaciones semanales para artículos que se
compran por lo general menos de una vez a la semana. Las
cantidades para el consumo semanal deben ponerse en
recipientes individuales para saber con más facilidad cuánto se
consume.
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