UNIVERSIDAD ABIERTA PARA ADULTOS UAPA Participante: Ana Iris De Jesús Peralta 15-9715 Asignatura: Las Tic y la Formación Docente Tema: Generalidades acerca de las Tic y la Formación Docente Facilitadora: Solanlly Martínez Santiago, Rep. Dom. 20 de Mayo del 2016
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UNIVERSIDAD ABIERTA PARA ADULTOS
UAPA
Participante:
Ana Iris De Jesús Peralta 15-9715
Asignatura:
Las Tic y la Formación Docente
Tema:
Generalidades acerca de las Tic y la Formación Docente
Facilitadora:
Solanlly Martínez
Santiago, Rep. Dom. 20 de Mayo del 2016
GENERALIDADES ACERCA DE LAS TICS Y LA FORMACIÓN DOCENTE
LAS 10 COMPETENCIAS QUE DEBE POSEER EL NUEVO DOCENTE SON:
1. Organizar y animar situaciones de aprendizaje
Implicar a los/as alumnos/as en la participación y/o desarrollo de investigaciones para
solventar sus necesidades.
A la competencia tradicional de conocer los contenidos de una disciplina y organizar su
enseñanza hay que sumarle la competencia emergente de saber poner en alto situaciones
de aprendizajes abiertas, que partiendo de los intereses de los alumnos les implique en
procesos de búsqueda y resolución de problemas. La competencia didáctica de partir de
los conocimientos previos de los alumnos y de considerar los errores como parte del
aprendizaje, se completa con la capacidad fundamental del saber comunicar entusiasmo
por el deseo de saber, implicando a los alumnos en actividades de investigación o
proyectos de conocimiento.
2. Gestionar la progresión de los aprendizajes
La competencia emergente es la de gestionar la progresión de los aprendizajes pero
practicando una pedagogía de situaciones problema. Al ser estas situaciones de carácter
abierto el docente ha de tener la capacidad de saber regular dichas situaciones,
ajustándose a las posibilidades del grupo. Para ello es necesario controlar los mecanismos
de las didácticas de las disciplinas y las fases del desarrollo intelectual. Al mismo tiempo, la
competencia específica de tener una panorámica longitudinal de los objetivos de la
enseñanza supera la visión limitada de los profesores que se centran en un solo ciclo. Por
medio de situaciones problema en relación a su realidad de cada estudiante, pero
controlando la disciplina y los fases intelectuales.
3. Elaborar y hacer evolucionar dispositivos de diferenciación.
Fomentar el trabajo en equipo en base a la tolerancia y el respeto a la integridad del otro.
Frente a una organización del trabajo de clase tradicional, frontal, la competencia
emergente consiste en asumir la heterogeneidad del grupo poniendo en funcionamiento
dispositivos complementarios propios de una pedagogía diferenciada. Una propuesta es la
de saber poner en funcionamiento el método de la enseñanza mutua. Hacer trabajar a los
alumnos en equipo es, sin duda, un nuevo desafío didáctico. Esta competencia pedagógica
implica el saber crear las condiciones de cooperación necesarias en las que se ponen en
juego determinados valores y actitudes, como la tolerancia y el respeto.
4. Implicar a los/as alumnos/as en su aprendizaje y en su trabajo.
Desarrollar la capacidad de autoevaluación.
el implicar a los alumnos en sus aprendizajes, desarrollando su capacidad de
autoevaluación y el hacer explícito los contratos didácticos en las clases a través del
Consejo de Alumnos, institución donde es posible hacer frente abiertamente a la distancia
entre el programa y el sentido que los alumnos dan a su trabajo. En la base de esta nueva
competencia está la voluntad de escuchar a los alumnos. También considera el autor como
competencia específica derivada de la motivación por el conocimiento, el favorecer la
definición de un proyecto del alumno.
5. Trabajar en equipo
Impulsar a fortalecer el rol del líder basado en la colaboración del grupo por medio de habilidades de moderación y de mediadores del docente.
La competencia clásica de trabajar en equipo, instalada en la profesión como una opción personal, se amplía hacia una nueva competencia de cooperación que deberá abarcar a todo el colectivo. El autor propone que en un futuro será deseable que todos los docentes estén preparados para organizar desde un sencillo grupo de trabajo a elaborar un proyecto de equipo. El ser competentes en esa faceta implica saber adoptar el rol de líder para dirigir las reuniones e impulsar y mantener el equipo. Esta competencia emergente se asienta en la convicción de que el trabajo en grupo es un valor fundamental.
También en la asunción de la presencia de conflictos como algo inherente a la realidad de cualquier colectivo. Por lo tanto, los docentes deberán estar preparados en cuestiones de dinámica de grupos así como capacitados para ser moderadores y mediadores
6. Participar en la gestión de la escuela
Desarrollar competencias de administración, coordinar y organizar los recursos y
componentes humanos para el desarrollo de un buen clima institucional.
Participar en la gestión de la escuela es una competencia novedosa en el sentido que
traspasa la organización del centro propiamente dicho. Supone trabajar no en circuito
cerrado, hacia dentro, sino abrirse hacia la comunidad educativa en su conjunto. Las
competencias específicas de administrar los recursos de la escuela, de coordinar y
organizar las posibilidades del componente humano de la comunidad educativa, las agrupa
el autor junto al desafío de elaborar y negociar un proyecto institucional.
Al ser la gestión de las escuelas públicas de Ginebra diferentes a las de nuestro sistema
educativo, las líneas Diez nuevas competencias para enseñar. De argumentación de estas
competencias emergentes se nos revelan de menor interés al no poder identificarlas del
todo con nuestra realidad.
7. Informar e implicar a los padres de familia.
Conducciones de reuniones de padres en la construcción de conocimientos por medio del
debate. No ocurre así con las argumentaciones de la competencia emergente en relación
con los padres en el que las coincidencias son exactas. Partiendo de que la irrupción de
los padres en la escuela ha sido uno de los logros educativos más relevantes del siglo XX,
hace la propuesta de ir más allá del hasta ahora al diálogo tradicional. Superando éste, la
colaboración, como construcción permanente, es la que enmarcaría la nueva competencia
específica de implicar a los padres en la construcción de los conocimientos. Para ello, un
componente previo es el de fomentar reuniones con los padres donde fluya la información
y aflore el debate. El docente, además, deberá estar preparado para el desafío de conducir
dichas reuniones. Ser competente en este espacio de diálogo es saber conceder un papel
más activo a los padres. En otras palabras, saber construir un espacio de colaboración.
Ver (http://revistas.um.es/index.php/educatio/article/viewFile/127/111).
8. Utilizar las nuevas tecnologías
Incorporar los métodos activos postmodernos por medio de competencias técnicas y
didácticas.
La relación con el saber ha cambiado de forma espectacular con la irrupción de las nuevas
tecnologías y la escuela no puede evolucionar de espaldas a estos cambios. Estas son las
ideas germen que generan las competencias de saber utilizar programas de edición de
documentos y de explotar los recursos didácticos de los programas informáticos y de
multimedia. Junto a los métodos activos tradicionales, los instrumentos tecnológicos
pueden incorporarse al aula como métodos activos postmodernos. El éxito de éstos
dependerá de la competencia del profesor en utilizar lo que la cultura tecnológica actual
nos ofrece para ponerlo al servicio de la enseñanza. Por lo tanto, los saberes que
comprende esta competencia pertenecen no sólo al dominio técnico sino al didáctico.
9. Afrontar los deberes y los dilemas éticos de la profesión.
Cultivar la competencia comunicacional para afrontar las regularidades del sistema social.
Y los saberes que pertenecen a esta competencia pertenecen al dominio de la ética. La
explicación de los dominios específicos emergentes del saber afrontar los deberes y
dilemas éticos de la profesión quedan reflejados en este noveno capítulo con múltiples e
interesantes sugerencias de reflexión. En el análisis que el autor nos presenta de una
sociedad en crisis, con ausencia de valores, la concreción de competencias éticas se
aprecia más como un ejercicio cercano a la utopía que como una tarea de consecución
próxima. En una escuela pública que ha de enseñar yendo contra corriente, afirmando una
serie de valores que se contradicen con la realidad social, son competencias
imprescindibles, o éticamente necesarias, la de prevenir la violencia en la escuela y en la
ciudad y la de luchar contra los prejuicios y las discriminaciones sexuales, étnicas y
sociales. Y también saber desarrollar el sentido de la responsabilidad, la solidaridad y el
sentimiento de justicia y el saber gestionar las reglas de la vida en común referentes a la
disciplina. El autor es consciente de que en determinados ambientes difíciles los dilemas
éticos de la profesión se acentúan, los desafíos aumentan y no se encuentran respuestas.
De ahí que exprese que la competencia de los profesores es concienciarse de una forma
clara de la situación, asumir sus responsabilidades sin sobrecargarse. También recuerda
que la negociación y la comunicación son competencias básicas para navegar en el día a
día entre las contradicciones de nuestros sistemas sociales.
10. Organizar la propia formación continua
Ser constantemente competitivo en un mundo globalizado.
Podemos destacar la labor integral del maestro/a en la vida del hombre, debido a que es
él, quien aproxima al discente al conocimiento de la sociedad actual, su labor es
indispensable para el entendimiento no sólo de materias sino de su desarrollo humanitario.
Como futuros profesionales debemos cultivar el compromiso para con nuestra sociedad,
ser conscientes de nuestro rol, y el carácter imprescindible de nuestro trabajo esmerado
para cultivar una sociedad deseada.
Ser competentes en organizar la propia formación continua es la novedad en torno al
aspecto de la renovación e innovación pedagógica que propone el autor. La concreción de
los dominios específicos de este enunciado de competencia general no corresponde
exactamente con la organización de la formación continua de nuestro sistema, al estar
basada en otra realidad educativa. No obstante, el capítulo resulta interesante para
observar cuál es nuestro acercamiento o alejamiento en esta faceta a otras realidades. La
primera propuesta de competencia, saber analizar y exponer la propia práctica es una
primera modalidad de autoformación. También lo es la capacidad de saber elegir la
formación que se desea ante la oferta institucional. Otra competencia específica
interesante es la de saber negociar y desarrollar un proyecto de formación común. Es de
interés porque refuerza la cultura siempre necesaria de la cooperación
Ver (http://www.educando.edu.do/articulos/docente/competencias-del-nuevo-docente-del-siglo-xxi/).
CAMBIOS EN LAS CONCEPCIONES ACERCA DEL PROCESO DE
ENSEÑANZA – APRENDIZAJE
Según David Ausubel , el cambio educativo y el uso innovador de las TIC en la
enseñanza, en el paradigma cognitivo, se propone que:
“El profesor parte de la idea de un alumno activo que aprende significativamente, que
puede aprender a aprender y a pensar. El papel del docente, en este sentido, se centra
especialmente en la confección y la organización de experiencias didácticas para lograr
esos fines. Igualmente, su formación deberá orientarse en tal dirección. Las diferencias con
el profesor “tradicionalista” consisten en que no debe centrarse exclusivamente en la
enseñanza de la información, ni en intentar desempeñar el papel protagónico.”
En contraste con el paradigma tradicional de enseñanza-aprendizaje, ha ido emergiendo
un nuevo paradigma basado en tres décadas de investigación, que abarca los siguientes
conceptos sobre el proceso de aprendizaje:
El aprendizaje es un proceso natural.
El cerebro tiende naturalmente a aprender, aunque no todos aprenden de la misma
manera. Existen distintos estilos de aprendizaje, distintas percepciones y personalidades,
que deben tomarse en cuenta al momento de diseñar las experiencias de aprendizaje para
los alumnos individuales. El aprendizaje se llevará a cabo si se proporciona un entorno rico
e interesante y docentes que estimulen y apoyen a los alumnos
El aprendizaje es un proceso social
El contexto comunitario del aprendizaje y del conocimiento está comenzando a
redescubrirse, como lo demuestra el rápido crecimiento de los círculos de calidad y de los
trabajos realizados en colaboración a través de la computadora en el área empresarial,
gubernamental, de la medicina y de la educación superior. Las TICs brindan oportunidades
a docentes y alumnos de colaborar con otros individuos en cualquier parte del país o del
mundo
El aprendizaje es un proceso activo, no pasivo.
En la mayoría de los campos de actividad humana, los individuos se enfrentan al desafío
de producir conocimiento y no simplemente reproducir conocimiento. Para permitir que los
alumnos alcancen niveles óptimos de competencia, deben ser motivados a involucrarse de
forma activa en el proceso de aprendizaje, en actividades que incluyan resolver problemas
reales, producir trabajos escritos originales, realizar proyectos de investigación científica
(en lugar de simplemente estudiar acerca de la ciencia), dialogar con otros acerca de
temas importantes, realizar actividades artísticas y musicales y construir objetos. El plan de
estudios tradicional requiere que los alumnos únicamente recuerden y describan lo que
otros han realizado y producido. Si bien toda la producción de conocimiento debe estar
basada en la comprensión de un conocimiento anterior, la mera reproducción de
conocimiento
El aprendizaje puede ser tanto lineal como no lineal.
El método generalmente utilizado en las escuelas actuales parece estar basado en la
noción de que la mente funciona como un procesador en serie, diseñado únicamente para
procesar una unidad de información por vez, siguiendo un orden secuencial. Pero, en
realidad, la mente es un maravilloso procesador paralelo.
Las estructuras de conocimiento se guardan en la memoria semántica como esquemas o
mapas cognitivos. Los alumnos “aprenden” al ampliar, combinar y reacomodar un grupo de
mapas cognitivos, que muchas veces se superponen o están interconectados por medio de
una compleja red de asociaciones. Existen muchas formas distintas de obtener, procesar
información y asimilarla dentro de las estructuras de conocimiento ya existentes.
El aprendizaje es integrado y contextualizado.
En Ciencia y valores humanos, Jacob Bronowski (1990) demostró que descubrir la
conexión entre lo que previamente parecían ser dos hechos aislados es, en sí mismo, un
acto creativo, ya sea en el campo de la ciencia como del arte. Él lo llama el acto de
unificar. Esto no es algo que alguien pueda hacer en lugar de los alumnos; nadie puede
realizar estas conexiones en la mente de otro. Puede brindarse la información e incluso
establecer cuál es la conexión, pero aun si los alumnos logran repetir la información de
forma efectiva, no puede asumirse que realmente ha sido aprendida. Los alumnos deben
descubrirla por sí mismos. Esto no significa que deben hacer este descubrimiento sin
ayuda de ningún tipo. El rol del docente es ayudarlos de diversas maneras a realizar estas
conexiones y a integrar el conocimiento.
El aprendizaje está basado en un modelo que se fortalece en contacto con las habilidades, intereses y cultura del estudiante.
Sobre la base del trabajo de Howard Gardner y otros autores, las escuelas están
comenzando a tomar en cuenta las habilidades y los intereses específicos que los alumnos
traen al entorno educativo, y están diseñando actividades que construyen a partir de esas
habilidades, en lugar de concentrarse únicamente en “corregir sus debilidades”. Además,
las escuelas tienden cada vez más a concebir la diversidad en los salones de clase como
un recurso y no como un problema.
El aprendizaje se evalúa según los productos del proceso, la forma en que se completan las tareas y la resolución de problemas reales, tanto por parte de cada estudiante como del grupo.
El concepto tradicional del proceso de aprendizaje está centrado principalmente en el
profesor, quien habla la mayoría del tiempo y realiza la mayor parte del trabajo intelectual,
mientras que los alumnos se conciben como receptáculos pasivos de la información que se
les transmite. Esto no significa que el método tradicional de las clases
magistrales carece de todo valor, ya que permite que el profesor transmita una gran
cantidad de información en poco tiempo, y es la estrategia más efectiva para el aprendizaje
memorístico y basado en la repetición. Sin embargo, este método no es el más efectivo
para ayudar a los alumnos a desarrollar y hacer uso de habilidades cognitivas superiores
para resolver los complejos problemas del mundo real.
Educar es ayudar a las personas a transformarse, a realizar su potencial máximo, a liberarse de trabas y grilletes que impiden el florecer natural de los talentos de cada persona. Educar es proporcionar a cada uno la posibilidad de escribir bien, y en libertad, su “libro de la vida”. Cuatro aprendizajes para el futuro, verdaderos pilares de la escuela del siglo XXI:
aprender a ser, aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos.
Aprender a ser: surge como una prioridad intemporal, ya presente en el Informe Faure de
1972, que elige el viaje interior de cada uno como el proceso de densificación espiritual y
vivencial que confiere significación a la vida y a la construcción de la felicidad. Solo el
camino de la búsqueda de la verdad a través del descubrimiento continuado del ser
estimula los aprendizajes transformacionales que están en la base de la metanoia
personal.
Aprender a conocer: constituye un aprendizaje plenamente implantado en el área del
progreso científico y tecnológico. El principio apela a la necesidad urgente de responder a
la multiplicación de fuentes de información, a la diversidad en los contenidos multimedia, a
nuevos medios de saber en una sociedad en red, al desdoblamiento de “comunidades de
práctica de aprendizaje”.
Aprender a hacer: Da indicios del terreno favorable al nexo entre conocimientos y
aptitudes, aprendizajes y competencias, saberes inertes y activos, conocimiento codificado
y tácito, aprendizajes generativos y adaptativos. Aprender haciendo y hacer aprendiendo
encierra una importante clave de solución para enfrentar la creciente incertidumbre del
mundo y la naturaleza mutante del trabajo.
Aprender a vivir juntos: Enuncia el reto extraordinario de redescubrir la relación
significante, de elevar los niveles de la cohesión social, de hacer viable el desarrollo
comunitario sobre cimientos sostenibles. En él se vierten los valores nucleares de la vida
cívica y de la construcción identitaria en contexto de múltiple participación y pertenencia.
El proceso evolutivo que al final se encuentra en la génesis de la sociedad educativa
puede ser comprendido por la consideración conjugada de tres ejes: cambios de
paradigma; modos de prestación o formas de distribución; fuerzas motoras. A su vez, cada
uno de estos tres parámetros debe ser declinado longitudinalmente, a lo largo del tiempo.
Consecuentemente, esos parámetros se desdoblan en cada una de las tres dimensiones