Programa de entrenamiento de habilidades de comunicación Sesión 4: La comunicación paraverbal 1 SESIÓN 4 La comunicación paraverbal INTRODUCCIÓN Dedicaremos esta sesión al análisis de la comunicación paraverbal o paralingüística, donde trataremos principalmente el estudio de la voz. Nuestro objetivo, por tanto, será sacarle el máximo partido con el propósito de convertirla en nuestra aliada a la hora de comunicar. Un discurso bien elaborado puede quedar arruinado si no se sabe poner en escena adecuadamente, y en esta puesta en escena, la voz desempeña un papel fundamental. Por tanto, a lo largo de este capítulo intentaremos ofrecer las claves sobre el uso adecuado de la misma, en definitiva, conocimientos relacionados con la mejora de la locución y la dicción. No podemos olvidar que un buen comunicador debe ser como un actor que interpreta un determinado papel, sin llegar a perder, por otra parte, la naturalidad. Los contenidos que trataremos a lo largo de esta sesión son los siguientes: LA COMUNICACIÓN PARAVERBAL Guión de contenidos 4.1. La comunicación paraverbal 4.2. Objetivos de la comunicación paraverbal 4.3. Los componentes de la comunicación paraverbal: Algunos consejos para la práctica 4.4. Decálogo para una buena técnica vocal 4.5. Algunas técnicas de respiración 4.6. Anexo al dossier 4: Ejercicios de dicción y locución
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Programa de entrenamiento de habilidades de comunicación Sesión 4: La comunicación paraverbal
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SESIÓN 4
La comunicación paraverbal
INTRODUCCIÓN
Dedicaremos esta sesión al análisis de la comunicación paraverbal o paralingüística, donde
trataremos principalmente el estudio de la voz. Nuestro objetivo, por tanto, será sacarle el
máximo partido con el propósito de convertirla en nuestra aliada a la hora de comunicar.
Un discurso bien elaborado puede quedar arruinado si no se sabe poner en escena
adecuadamente, y en esta puesta en escena, la voz desempeña un papel fundamental. Por
tanto, a lo largo de este capítulo intentaremos ofrecer las claves sobre el uso adecuado de la
misma, en definitiva, conocimientos relacionados con la mejora de la locución y la dicción.
No podemos olvidar que un buen comunicador debe ser como un actor que interpreta un
determinado papel, sin llegar a perder, por otra parte, la naturalidad.
Los contenidos que trataremos a lo largo de esta sesión son los siguientes:
LA COMUNICACIÓN PARAVERBAL Guión de contenidos
4.1. La comunicación paraverbal
4.2. Objetivos de la comunicación paraverbal
4.3. Los componentes de la comunicación paraverbal: Algunos consejos para la práctica
4.4. Decálogo para una buena técnica vocal
4.5. Algunas técnicas de respiración
4.6. Anexo al dossier 4: Ejercicios de dicción y locución
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4.1. LA COMUNICACIÓN PARAVERBAL
Como recordaréis, la comunicación paraverbal o paralingüística abarca todos aquellos
aspectos relacionados con el lenguaje pero que no forman parte de las palabras, sino que
se relacionan directamente con el uso de la voz. Es decir, el lenguaje paraverbal se refiere al
“cómo se dicen las cosas” en lugar de a “lo que se dice”. Por ejemplo, el volumen de la voz,
la velocidad o el tono, son aspectos que no alteran el mensaje verbal pero que afectan
directamente al significado del mensaje y a cómo éste es recibido.
Así, en función de la combinación de señales vocales y de palabras, podemos obtener una
misma frase expresada con diferentes tonos de voz, o bien enfatizar determinadas palabras,
lo cual puede expresar mensajes muy diferentes, como ocurre en el caso de los sarcasmos
o ironías, por ejemplo.
Debemos tener presente que en la exposición de un tema no es tan importante el “qué” sino
el “cómo” se dice, ya que decir todo lo que uno sabe, puede provocar un gran aburrimiento
en el oyente. A veces se dicen cosas muy importantes, pero si no se saben expresar
adecuadamente, el resultado de la comunicación es pobre.
Por último, recuerda que distinguimos los diferentes componentes de la comunicación
(paraverbales, verbales y no verbales), sólo para su análisis. Lo cierto es que en la realidad
es mucho más compleja y estos elementos se encuentran interrelacionados.
Esto significa que si no expresas adecuadamente con el cuerpo, difícilmente lo harás con la
voz. Es decir, es conveniente acompañar la palabra de ciertos gestos, movimientos y
expresiones ya que esto contribuirá a potenciar la voz, y nos ayudará a transmitir y
comunicar con mayor eficacia.
4.2. OBJETIVOS DE LA COMUNICACIÓN PARAVERBAL
En función del uso de la voz podemos conseguir los siguientes objetivos:
Precisar rasgos o ideas importantes de nuestro mensaje a través de la articulación
de la voz.
Enfatizar lo que queremos decir a través de la entonación.
Utilizar palabras y silencios para conseguir determinados efectos en el interlocutor.
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4.3. LOS COMPONENTES DE LA COMUNICACIÓN PARAVERBAL:
ALGUNOS CONSEJOS PARA LA PRÁCTICA
En la 2ª sesión estudiamos los elementos paraverbales de la comunicación ¿recordáis?
Presentamos a continuación un listado de los mismos y algunos consejos para la práctica.
COMPONENTES PARAVERBALES DE LA COMUNICACIÓN
1. Volumen de la voz
2. Tono
3. Timbre
4. Fluidez verbal
5. Velocidad
6. Claridad
7. Tiempo de habla
8. Pausas / silencios
1. Volumen de la voz:
En general, el volumen se debe adecuar al tamaño o dimensión del lugar donde estemos
hablando, y al número de personas con las que interactuamos.
La función más básica del volumen de la voz es hacer que el mensaje sea oído, pero
además, el volumen puede transmitir información básica acerca de nuestra personalidad o
nuestro estado de ánimo. Así, un volumen bajo puede señalar sumisión o tristeza, mientras
que uno alto puede indicar seguridad, dominio o extraversión. En término medio, un volumen
moderado expresa agrado, actividad y alegría.
Ten siempre presente que puedes utilizar los cambios de volumen para enfatizar puntos
importantes. De hecho, un discurso en el que el volumen no varía suele ser aburrido para el
que escucha.
2. Tono o entonación:
La entonación puede definirse como la curva melódica que la voz describe al pronunciar las
palabras, frases y oraciones. Cada persona tiene su tono de voz característico, es decir, la
nota que dentro de su registro individual se produce con más naturalidad y menos esfuerzo.
Alrededor de esta nota (denominada frecuencia fundamental), se suceden los movimientos
ascendentes y descendentes del habla de cada individuo.
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Para mejorar nuestra entonación, deberemos tomarnos el tiempo que sea necesario para
conseguir dominarla. ¿Cómo hacerlo? En primer lugar, aprendiendo que la regla de oro de
una buena entonación es la variedad. Todos hemos conocido a profesores/as que –pese a
su gran sabiduría- resultaban soporíferos, sencillamente porque entonaban con poca
variedad: eran “mono-tonos”.
En segundo lugar, la voz puede utilizarse para captar el interés de nuestros interlocutores
distorsionando las curvas de entonación hasta conseguir que tengan altos y bajos más
acusados y abundantes, como si se tratara de entonar interpretando un papel (sin perder la
naturalidad, por supuesto).
“¿Y cómo sabré el modo de distorsionar las dichosas curvas, en qué momentos debo subir y
en cuáles debo bajar?”. No te preocupes por eso, limítate a comprender lo que dices y habla
dotándolo de sentido. Convéncete de que lo que tienes que decir es verdaderamente
importante y “obsesiónate” con captar la atención del público.
Por otra parte, el empleo del tono y la inflexión de la voz sirven para comunicar sentimientos
y emociones. Piensa que puedes expresar una misma frase varias veces y transmitir a tus
oyentes mensajes completamente distintos en función de la entonación que utilices.
Por ejemplo, la frase “espero que me llames” puede adquirir matices distintos en función de
dónde pongas el énfasis al hablar (entonación):
- “Espero que me llames”: Transmite al otro: “Dudo que lo hagas, pero me gustaría”, o
también, “tengo confianza en que me llames”.
- “Espero que me llames”: Implica “no llames a nadie más, llámame a mí”.
- “Espero que me llames”. “No me envíes un e-mail, telefonéame”.
Por último, el tono de conversación contribuye mucho más que el contenido a moderar las
impresiones de las actitudes personales.
3. Timbre:
Como ya sabéis, el timbre es una de las cualidades básicas de la voz (junto con la
intensidad, el tono y la duración). Es el modo propio y característico de sonar la voz de las
personas, y por lo tanto, no está en nuestras manos modelarlo.
Sin embargo, ante un timbre desagradable, que suele corresponder al especialmente agudo
(“voz de pito”), disminuir la velocidad del habla puede hacer que se mitigue el sonido que
resulta incómodo a los oídos de los demás.
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4. Fluidez verbal:
Como vimos en el dossier nº2, la fluidez verbal es la forma como vamos pronunciando y
emitiendo las palabras una tras otra, siendo lo correcto hacerlo sin repeticiones,
vacilaciones, balbuceo ni amonotamiento. Excesivas perturbaciones en el habla pueden
causar impresión de inseguridad, incompetencia, poco interés o ansiedad. Asimismo,
deberemos evitar el empleo excesivo de “palabras relleno” o muletillas, ya que trasmiten
nerviosismo e inseguridad.
Se considera que el orador presenta una carencia de fluidez verbal cuando abusa de las
repeticiones, tartamudeos, omisiones, palabras sin sentido, pronunciaciones erróneas, etc.
5. Velocidad:
Es necesario hablar con una velocidad adecuada a la receptividad del interlocutor,
comprobando en todo momento que nos está escuchando con interés y que nos está
entendiendo (mediante la retroalimentación o feed-back comunicativo).
Recuerda que si hablas muy lentamente los que escuchan pueden impacientarse, aburrirse
y dejar de atenderte. También, si hablas muy deprisa es posible que el público tenga
dificultades para entenderte.
Por otro lado, con el objetivo de aumentar la variedad, deberán pronunciarse unas frases de
forma más rápida y otras más lentamente. La velocidad de elocución mantiene una estrecha
relación con los estados anímicos del hablante y con el sentimiento que este quiere
despertar en los oyentes.
El suspense, el romanticismo, la admiración, la ira… se consiguen pronunciando más
pausadamente, incluso casi silabeando. En cambio, la tensión, la acción, la sensación de
rápidos movimientos, etc. se expresan mejor con una velocidad superior a la normal.
6. Claridad:
La claridad del habla está relacionada con la velocidad, pero también con la pronunciación,
articulación y vocalización de los sonidos. Cuando hablemos ante un público numeroso,
hemos de esforzarnos por pronunciar y, sobre todo, vocalizar con absoluta perfección, y
esto se consigue moviendo adecuadamente los labios, la boca y la lengua.
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7. Tiempo de habla:
Con respecto al tiempo de habla, sólo diremos que es necesaria una adecuada preparación
e incluso un cierto ensayo para adecuar el tiempo de habla al tiempo establecido para la
intervención.
Es un error común, acelerar el discurso cuando vemos que estamos agotando el tiempo
previsto y aún nos queda mucho por decir. A la carrera es muy difícil transmitir eficazmente
un mensaje. Por tanto, en estos casos, lo mejor es prescindir de las partes menos
relevantes del discurso o presentación, y centrarnos en aquellas de mayor importancia
empleando el ritmo adecuado. O sea, es preferible decir menos cosas y elegirlas bien,
buscando el énfasis y la rotundidad.
8. Pausas / silencios:
Las pausas son intervalos temporales de silencio dentro de una misma oración, o bien entre
el fin de una y el comienzo de otra. Se pueden identificar dos tipos:
- Pausas plenas: Aquellas en las que el emisor intercala vacilaciones o interrupciones en el
discurso, que rellena con vocalizaciones como “eh”, “ejem”, “mmm”, etc. Entre ellas se
incluyen los comienzos de frase fallidos, los tartamudeos, la repetición de palabras, etc.
Cuando este tipo de pausas son excesivamente frecuentes pueden transmitir al receptor
nerviosismo, despiste o falta de preparación.
- Pausas vacías: Son las producidas voluntariamente por el orador en aquellos puntos
exigidos por la estructura gramatical (puntos, comas, etc.). Es necesario realizar estas
pausas para que el discurso sea correcto y fácilmente entendible.
El uso bien planeado de las pausas facilita el ritmo, quita monotonía, da tiempo para
consultar de reojo el guión y estimula la curiosidad de los oyentes.
Asimismo, hemos de ser conscientes de la utilización de los silencios y emplearlos para
destacar ideas, dar tiempo a la audiencia para asimilar un concepto o idea, o bien para
romper la monotonía de la exposición.
Solemos tener miedo al silencio y no comprender el inmenso valor comunicativo que tiene.
Cuando somos novatos en lo que se refiere a hablar en público, la inseguridad y el
nerviosismo nos lleva a desear acabar lo antes posible. Así que no es extraño que
fácilmente nos precipitemos, olvidemos que el silencio es un arma tan valiosa como las
propias palabras y acabemos por comunicar con menor eficacia.
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El empleo adecuado del silencio no consiste en no hablar, sino en decir las cosas a su
tiempo y en callar cuando sea necesario. Por eso, los instantes en los que deben hacerse
pausas no están determinados por reglas fijas e inmutables, sino que dependen del
temperamento, del carácter, del sentimiento, del contexto, del público y del sentido con que
se quiera dotar la frase.
Para concluir este apartado, enumeramos una serie de consejos generales para mejorar
nuestra comunicación paraverbal:
Entiende previamente para poder después dar sentido.
Distorsiona las curvas de entonación.
No construyas el mensaje únicamente con oraciones enunciativas. Es mejor
combinarlas con interrogativas y exclamativas.
Varía la velocidad de elocución.
Subraya con la voz las palabras clave.
Pronuncia ciertas palabras de manera que suenen a lo que significan, especialmente
con el uso de adjetivos.
Utiliza las pausas y los silencios.
Pronuncia y vocaliza con claridad
Mantén un ritmo y una actitud adecuada para comunicar eficazmente.
4.4. DECÁLOGO PARA UNA BUENA TÉCNICA VOCAL
El hablar es siempre un arte. A pesar de que algunas personas posean esta habilidad de
forma natural, para la mayoría requiere el aprendizaje de una técnica básica. Aprender es
complejo, pero siempre posible, y requiere método y práctica constante. Por ello, animamos
a considerar el arte de hablar como una tarea inconclusa, cuyas mejores herramientas son
la observación y la práctica.
A continuación, exponemos algunas ideas necesarias para tener una buena técnica vocal
cuando se habla en público:
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1- Tener una voz limpia y emitir las palabras claras para que el oyente pueda entender lo
que se dice y no le cueste ningún esfuerzo prestar atención. La claridad (inteligibilidad) de la
palabra se consigue:
Moviendo la lengua como si bailase, evitando los movimientos exagerados de los labios
(muecas), que no sólo perjudican a la emisión vocal sino que provocan cansancio en la
persona que los realiza y risa en la que está enfrente. Cuando la lengua se mueve
correctamente, la sensación que se obtiene en la garganta es de un gran hueco. El
movimiento amplio dará no solo claridad a la palabra, sino además proyección a la voz y
elasticidad al tracto vocal.
Utilizando una fluidez adecuada a la personalidad de cada uno y al público que nos
escucha. No es recomendable hablar demasiado despacio, porque aburre al que
escucha y es más difícil mantener la máxima elasticidad.
Usando pausas claras para poder tomar aire, descansar y dejar procesar al que
escucha.
Usando frases cortas, 3 ó 7 palabras por frase.
No haciendo ruidos (de la respiración, voz ronca, carraspeos, toses, vocales repetidas –
“eeeeeh”, “ummmmh”- o frases hechas –“¿de acuerdo?, ¿vale?”–) mientras se habla.
2- Hablar sin ningún tipo de esfuerzo para que las palabras se comprendan mejor y se
favorezca el juego vocal, lo que permite una comunicación distendida y aumenta el interés
del otro por lo que se dice. Para hablar sin esfuerzo del cuello, ni de la zona abdominal,
procurando tener siempre una distensión muscular general y laríngea, será necesario:
Mover las manos y el cuerpo mientras se habla. El movimiento corporal proporcionará
una gran elasticidad al sistema fonatorio.
Dar al cuerpo el máximo de elasticidad: cuando hay una distensión general la voz se
transforma en un producto plástico que se puede modelar sin ningún esfuerzo y las
figuras que se van creando son muy atrayentes.
Hablar sonriendo o, al menos, como si sonriéramos, ya que esto elimina tensión y
produce un alivio en el que habla y en el que escucha.
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Adoptar una postura de mayor equilibrio corporal para obtener una lengua más suelta,
sin peso, más elástica, menos rígida... Esta postura puede ser dejar caer el cuerpo
hacia adelante como si fuésemos la Torre de Pisa, colocar la columna estirada como si
se alargara, lo que hará que el cuerpo y la voz pierdan peso, descender la laringe para
buscar una cavidad mayor o más hueca donde se pueda mover más la lengua... Cada
uno debe encontrar una postura que favorezca la soltura de la lengua. A veces, uno
puede convivir con grandes tensiones corporales sin darse cuenta.
Sujetar desde la zona costal el aire que está saliendo. Hay que evitar empujar desde el
cuello, porque frena la voz y puede producir lesiones en las cuerdas vocales: todo el
apoyo de la voz debe ser realizado desde la musculatura costal. Comprender este
mecanismo es difícil porque los empujes no son directos sino a distancia, como ocurre
al utilizar una polea para mover una gran piedra. Cuando el empuje se realiza desde
abajo, la voz sale disparada hacia delante con una gran proyección y sin rozamientos.
Disminuir la rigidez de las paredes de la garganta (faringo-laríngeas), buscando una
postura más hueca mientras se habla.
3- Jugar continuamente con la voz. Este juego no puede ser repetitivo y debe adecuarse
al público que escucha. La melodía, el juego vocal, produce una gran sensación de libertad
al hablar. Este juego se alimenta de la expresión con el cuerpo (las manos, el tronco, pero
especialmente la cara y los ojos) y de las intenciones que genera nuestro cerebro.
4- Controlar la ansiedad que genera hablar en público, porque va a repercutir en la forma
de hablar (producirá una voz aguda - estridente, metálica, de pito-, temblorosa, palabras
más rápidas y poco inteligibles, perdida de agilidad de la lengua) y en la recepción del
mensaje (sensación de aceleramiento). El resultado final será una pérdida de la claridad de
palabra y un aumento de la monotonía porque se dificulta el juego vocal. Además, la
ansiedad reduce la agilidad mental del que habla produciéndole más dificultad de hilar ideas
a gran velocidad, favoreciendo la pérdida de memoria entre otros aspectos.
Para controlar este nerviosismo cuando se habla es conveniente realizar respiraciones
rítmicas voluntarias que aporten un mayor equilibrio mental, masajear el plexo solar o
respirar profundamente durante varios segundos. También nos servirá reírnos de nuestro
estado de ansiedad y comunicarlo al público o interaccionar con los oyentes. Hablar "con" es
más relajante que hablar "a", y esto ayudará a eliminar los nervios.
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5-Mirar al público, no contarse algo a sí mismo. Cuando se mira al otro se descubre cómo
está recibiendo el mensaje.
6- Hablar rápido pero marcando las pausas, lo que hará más fácil llevar la voz adelante,
a la zona dental, y así obtener una buena proyección que permita oír la voz a distancia
nítidamente sin hacer ningún esfuerzo.
7- Reírse y divertirse mientras se habla.
8-Respetar los ritmos de Atención-Distracción y practicar la sucesión de los ciclos
mediante interrupciones con anécdotas, historias, chistes... Además, con el juego vocal se
puede mejorar la atención, ya que es una magnífica herramienta para hacer que el que
escucha se sienta atraído por el mensaje. Es importante aprender a realizar paradas de
contenido para reforzar alguna idea o para favorecer la distracción y liberar a la mente de
trabajo mental.
9- Mantener el tracto vocal con el adecuado grado de hidratación. Estar bien hidratado es
fundamental para evitar el cansancio de la voz. Es necesario procurar una buena lubricación
del sistema respiratorio mediante una correcta hidratación corporal o humidificación
ambiental.
10. Buscar la belleza de la voz, sin copiar la voz de otro, porque nuestra voz, que es única,
tiene que adaptarse al estilo personal y a las condiciones anátomo-funcionales de cada uno.
No hay que olvidar que la belleza está en relación directa con la personalidad de cada uno.
Hablar con naturalidad, siendo uno mismo y no queriendo aparentar ni obtener cosas
ilegítimas con el discurso. Ser sincero, diciendo lo que sientes y no los sentimientos de
otros. Sé prudente y di menos de lo que tienes dentro, para que el otro tenga que imaginar.
Y, sobre todo, di lo que el otro quiere saber.
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4.5. ALGUNAS TÉCNICAS DE RESPIRACIÓN
En este apartado se presentan varias series de ejercicios encaminados a lograr que
aprendas a respirar no sólo con los pulmones, sino también con el diafragma.
Respirar de forma inadecuada (lo cual es muy común), hace que la voz no sea tan
agradable como podría y que puedan llegar a originarse disfonías al someter las cuerdas
vocales a una sobrecarga de trabajo.
Supongo que sueles respirar tomando el aire por la nariz y llevándolo hasta los pulmones.
Esto es lo que técnicamente se denomina “respiración costal superior”. Este modo de
respirar sirve para sobrevivir, pero no es muy recomendable para las personas que viven de
la voz.
Lo ideal es inspirar el aire e introducirlo hasta el estómago (en realidad hasta el diafragma,
que es el músculo que separa la zona torácica de la abdominal). De esta manera, se evitan
los tres principales inconvenientes de la respiración costal superior:
- Forzar la garganta.
- Quedarse sin aire o fatigarse excesivamente.
- Mostrar una voz poco atractiva.
Al respirar con el diafragma, la laringe sufre menos ya que actúa únicamente como
instrumento vibrador del aire. En cambio, cuando hacemos respiración costal superior, la
laringe se ve obligada no sólo a vibrar, sino también a regular la salida del aire. Ese esfuerzo
extraordinario suele originar con el paso de los años afonías, disfonías y otras patologías.
Por otro lado, el diferente modo de respirar afecta a la cantidad de aire que utilizamos.
Cuando respiramos correctamente -con el diafragma- disponemos de casi el doble de aire
en cada inspiración, lo que permite inspirar menos veces, y por tanto, reducir la fatiga.
Además, al disponer de más cantidad de aire en el interior es más difícil quedarse sin él a la
hora de leer frases muy largas.
Finalmente, el aire que se introduce hasta el diafragma ha de salir a través del esófago.
Durante el proceso de espiración, el aire encuentra así una excelente caja de resonancia
que mejora la calidad de la voz, haciéndola más grave, más aterciopelada, en definitiva, una
voz con cuerpo y presencia. Es decir, con la respiración diafragmática, la caja torácica actúa
como una especie de bafle que, sin embargo, se desaprovecha cuando todo el esfuerzo
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foniátrico recae sobre la garganta. Esto es precisamente lo que ocurre con la respiración
costal superior: la voz (al margen de su timbre) se muestra plana, carente de volumen y un
poco más aguda.
Por otra parte, cuando somos bebé, todos utilizamos la respiración diafragmática. Observa
como los niños menores de un año respiran hinchando y deshinchando el estómago. Sin
embargo, este sano hábito suele perderse en cuanto consiguen ponerse de pie.
A continuación se presentan algunos ejercicios prácticos para mejorar la respiración. Diez
minutos diarios de práctica serán necesarios para incorporar el nuevo procedimiento en
pocas semanas, llegando a interiorizarlo y convertirlo en habitual.
A la hora de realizar los ejercicios, procura conseguir la mayor relajación posible de todo el
cuerpo. La postura adecuada es con los pies ligeramente separados y el peso del cuerpo
distribuido por igual entre ellos. La columna vertebral deberá estar alargada de cintura para
arriba, pero con los hombros relajados. La cabeza elevada pero elevando la nuca, nunca la
barbilla.
Ejercicios prácticos para mejorar la RESPIRACIÓN DIAFRÁGMICA: Posición básica
Túmbate en el suelo o en una cama y coloca una almohada bajo la cabeza. Al inspirar intenta que el
estómago se hinche; y al espirar que se deshinche. Ésa es justamente la respiración todos hacemos
de niños y cuando adoptamos la posición tumbada.
Posición básica:
Tumbado/a con una almohada bajo la cabeza. La mandíbula siempre relajada con la boca abierta
naturalmente. Coloca una mano sobre el pecho y otra a la altura del diafragma (parte superior del
estómago). Presiona ligeramente esta última para tener referencia con más claridad hasta donde
debes introducir el aire cuando inspiras.
Inspira profunda y lentamente y espira de igual forma. El ejercicio estará bien hecho si notas que la
mano que has colocado sobre el diafragma sube al inspirar. Si la que asciende es la colocada sobre
el pecho, entonces estarás realizando una respiración incorrecta (costal superior en lugar de
diafragmática), es decir, estarás utilizando sólo los pulmones.
Realiza esta serie durante un tiempo no superior a los cinco minutos, nunca después de las
comidas.
En esta posición básica, comienza a realizar los ejercicios de la serie A.
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RESPIRACIÓN DIAFRÁGMICA: Serie A
Una vez que has adoptado la posición básica:
1) Inspira por la nariz lentamente. Respira con suavidad, sin ruido ni tensión. Haz una inspiración
normal, no demasiado profunda: como si estuvieras apreciando un aromático guiso. Percibe en tu
mano como la zona diafragmática se infla lenta y suavemente. Mantén el aire cuatro o cinco
segundos.
Expúlsalo por la boca lentamente. No contraigas los labios. Suelta el aire lo más uniformemente que
puedas como si estuvieras pronunciando una larga S. Percibe en tu mano como la zona
diafragmática se desinfla lenta y suavemente.
2) Inspira por la nariz lentamente. Respira con suavidad, sin ruido ni tensión. Haz una inspiración
normal, no demasiado profunda: como si estuvieras apreciando un aromático guiso. Percibe en tu
mano como la zona diafragmática se infla lenta y suavemente. Mantén el aire cuatro o cinco
segundos.
Expúlsalo por la boca lentamente. No contraigas los labios. Suelta el aire lo más uniformemente que
puedas como si estuvieras pronunciando una larga A, sin sonido pero con la boca bien abierta. La
zona diafragmática se desinflará lenta y suavemente. Notarás con más facilidad que la musculatura
que acabas de tensar se expande y relaja.
3) Dependiendo de la capacidad torácica, de la corpulencia, de si es o no fumador y del sexo, cada
persona introduce en cada inspiración una cantidad variable de aire que oscila entre los tres y cuatro
litros. Parte de ese aire (algo menos de un litro) se mantiene en el interior a pesar de las
espiraciones: es lo que se conoce como aire residual. No debemos hablar nunca haciendo uso del
aire residual, pues la laringe sufre considerablemente. Ahora bien, conviene que seamos capaces de
detectar el aire residual y para ello sirve el siguiente ejercicio que parte de la posición básica anterior:
Expulsa el aire por la boca lentamente. Cuando tengas la impresión de haber realizado una
espiración normal, esfuérzate por seguir soltando todo el aire. Ése será precisamente el aire residual.
Si te miras en un espejo podrás observar que la yugular del cuello se tensa. Este ejercicio ayuda a
entender el concepto de aire residual, pero no olvides que jamás debes intentar hablar con aire
residual, ya que dañarás los órganos de fonación. Ten en cuenta que todos tendemos a cometer
este error cuando leemos frases muy largas.
Continuando con la posición básica, te propongo otros ejercicios de respiración diafragmática:
4) Inspira por la nariz rápidamente. La mano situada en la boca del estómago debe ascender
rápidamente pero no de forma violenta pues en este caso estaría haciendo un movimiento muscular
y no una actividad respiratoria. Mantén el aire cuatro o cinco segundos.
Expúlsalo por la boca rápida pero no violentamente. Procura que el aire no suene al salir de la boca:
suéltalo con naturalidad, sin soplar (si lo oyes salir es porque tu mandíbula no está relajada).
5) Inspira por la nariz rápidamente.
Mantén el aire cuatro o cinco segundos.
Expúlsalo por la boca rápidamente.
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RESPIRACIÓN DIAFRÁGMICA: Serie B
Esta serie se compone de los mismos ejercicios que la serie A, pero se realizan en otra posición
básica: sentado/a sobre una silla.
Después de unos días realizando la serie A, habrás conseguido hacer sin dificultad la respiración
diafragmática en posición tumbada. Ahora es cuestión de acostumbrarse a respirar también
diafragmáticamente pero en posición sentada.
Sitúa los pies ligeramente separados en posición cómoda. Una mano sobre el pecho y otra sobre el
diafragma. La mandíbula relajada y paralela al suelo.
Intenta a partir de ahora los ejercicios de la serie A procurando además que las inspiraciones y las
espiraciones tengan aproximadamente la misma duración.
No realices la serie después de las comidas ni durante más de cinco minutos. Descansa siempre que
sea necesario.
RESPIRACIÓN DIAFRÁGMICA: Serie C
Esta serie se compone de los mismos ejercicios que la serie A, pero se realizan en otra posición
básica: de pie.
Estira la columna vertebral. Ponte derecho/a pero sin exagerar. Estira la nuca y deja que la cabeza
se apoye naturalmente sobre la columna vertebral. Relaja los hombros y la mandíbula, y sitúala
paralela al suelo. Los pies han de colocarse igualmente separados y soportando por igual el peso del
cuerpo. Imagina que todo tu cuerpo está colgado de una percha por la nuca.
Al realizar esta serie notarás que la mano que se sitúa sobre el diafragma sube menos. Es lo normal.
Ahora, repite los ejercicios de la serie A. Recuerda que no debes prolongarlos durante más de cinco
minutos.
Practica las tres series durante un par de semanas y poco a poco introdúcelas en las tareas
cotidianas del día: mientras ves la TV, cuando lees, en el autobús, etc.
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RESPIRACIÓN DIAFRÁGMICA: Serie D
Esta serie tiene como finalidad que aprendas a calcular la cantidad de aire que utilizas
habitualmente. Puedes realizar los ejercicios en cualquiera de las tres posiciones anteriores:
tumbada, sentada o de pie. En este orden es el procedimiento más lógico.
1) Inspira profundamente, procurando, como siempre, enviar el aire hasta el diafragma. Hazlo en dos
tiempos, intentando que en cada uno se introduzca una cantidad similar de aire. Te ayudará hacer
una breve pausa con la que marcarás la diferencia de los dos tiempos. Espira también en dos
tiempos, procurando que sean de igual duración.
2) Haz lo mismo que en el ejercicio anterior pero en este caso fracciona la inspiración y la espiración
en tres tiempos lo más iguales que puedas. Una vez que lo consigas, inténtalo también con cinco
tiempos. De esta manera te acostumbrarás a controlar el volumen de aire que aspiras y a regular las
espiraciones.
3) Inspira diafragmáticamente por la nariz, con la boca cerrada. Cuenta mentalmente y despacio
hasta 5. Interrumpe la inspiración y mantén el aire mientras vuelves a contar hasta 5. Suelta el aire
de golpe por la boca.
4) Inspira diafragmáticamente por la nariz, con la boca cerrada. Cuenta mentalmente y despacio
hasta 5. Interrumpe la inspiración. Expulsa el aire por la boca intentando que la espiración dure lo
mismo que la inspiración y pronunciando “pu-pu-pu”.
5) Repite el ejercicio pero en posición de tendido y colocando un peso sobre el diafragma.
6) Repite el ejercicio pero caminando.
7) Repite toda la serie D pero en lugar de espirar contando hasta 5, hazlo contando hasta el mayor
número que puedas y detente antes de recurrir al aire residual.
Ejercicios prácticos para mejorar la RESPIRACIÓN LATERAL
1) En posición tumbada, coloca las manos en el pecho, ligeramente situadas hacia las axilas. Haz
inspiraciones profundas hasta ensanchar las costillas laterales. Procede de la misma forma que en la
respiración diafragmática, contando hasta 10 y soltando el aire según los modos anteriormente
indicados.
2) Realiza el mismo ejercicio pero de pie.
Programa de entrenamiento de habilidades de comunicación Sesión 4: La comunicación paraverbal
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Ejercicios prácticos para mejorar la RESPIRACIÓN NASAL
1) Inspira lenta y profundamente apoyando un dedo en el lateral derecho de la nariz.
2) Espira apoyando el dedo en el lateral izquierdo y dejando salir el aire por el derecho.
3) Repite varias veces esta operación y también su inversa aumentando paulatinamente los números
que cuentas mentalmente.
RESPIRACIÓN COMPLETA
1) Inspira de modo que el aire baje hasta el diafragma y lo llene completamente. Continúa la
inspiración hasta que el aire se extienda por el tórax y finalmente por las zonas laterales. Es decir,
inspira tan profundamente que no puedas introducir más aire. A continuación, realiza la inspiración
unas veces contando hasta 10, otras pronunciando “pu-pu-pu-pu”, caminando, etc.
2) Inspira profunda y rápidamente, contando verbalmente hasta 5, y suelta el aire muy lentamente
contando hasta 20.
3) Inspira profunda y rápidamente, contando verbalmente hasta 5. Contén la respiración contando
hasta 5 y suelta el aire muy lentamente mientras cuentas hasta 20.
4) Todos los días, lee durante unos minutos a media voz con respiración diafragmática y controlada.
Hazlo lentamente, sin precipitarte, tomándote en las pausas todo el tiempo que necesites para
inspirar y conducir el aire siempre hasta el diafragma.
Para saber más:
- “Curso práctico de técnicas de comunicación oral”. Arturo Merayo (1998). Editorial
TECNOS. (Capítulo VII; pp. 205-261).
- “El libro de las habilidades de comunicación”. Carlos J. van-der Hofstadt (2003). Madrid:
Editorial Díaz de Santos.
- “El arte de hablar. Oratoria eficaz”. Instituto de Tecnologías Educativas. Ministerio de