Reflexión Dominical - Ayuda Homilética Reflexión Dominical - Ayuda Homilética Reflexión Dominical - Ayuda Homilética PRIMERA Tomada del libro de LECTURA: OCT. 11/20 - TIEMPO CORRIENTE - PROPIO 23 - LEC. CICLO A - ED. AÑO 10 - No. 513 Te rogamos, oh Señor, que tu gracia siempre nos preceda y acompañe, para que continuamente nos dediquemos a bue- nas obras; que el Espíritu Santo nos conduzca al discernimiento para hacer siempre lo bueno que tu deseas de todos nosotros, por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén. COLECTA COLECTA Isaías 25 : 1 - 9 Señor, tú eres mi Dios; yo te alabo y bendigo tu nombre, porque has realizado tus planes admirables, fieles y seguros desde tiempos antiguos. Tú dominas el tumulto de los ene- 2 Has convertido las ciudades en montones de piedras, las ciuda- des fortificadas en ruinas; des- truiste los palacios de los enemi- gos, y no serán reconstruidos ja- más. 3 Por esto un pueblo violento te honra, las ciudades de gente cruel te temen. 4 Porque tú has sido un refugio pa- ra el pobre, un protector para el necesitado en su aflicción, refugio contra la tempestad, sombra con- tra el calor. El aliento de los hom- bres crueles es como una tempes- tad de invierno, 5 o como el calor en tierra seca. Palabra del Señor...!!! Congregación: Demos gracias a Dios +Ernesto Bulla Delgado. Obispo Misionero BOLETIN DOMINICAL BOLETIN DOMINICAL Iglesia Anglicana, Católica y Carismática en Colombia Iglesia Anglicana, Católica y Carismática en Colombia Personería Jurídica Especial No. 1617 de Octubre 5 de 2018 Ministerio del Interior www.iglesiaanglicancatolica.com = MIEMBRO FUNDADOR DE LA FEDERACIÓN DE IGLESIAS Y/O CONFESIONES ANGLICANAS DE COLOMBIA = 8 El Señor destruirá para siempre la muerte, secará las lágrimas de los ojos de todos y hará desapa- recer en toda la tierra la deshonra de su pueblo. El Señor lo ha dicho. migos como calmas el calor con la sombra de una nube. Tú obligas a los hombres crueles a guardar si- lencio. 9 En ese día se dirá: «Éste es nues- tro Dios, en él confiamos y él nos salvó. Alegrémonos, gocémonos, él nos ha salvado.» 6 En el monte Sión, el Señor todo- poderoso preparará para todas las naciones un banquete con ricos manjares y vinos añejos, con deli- ciosas comidas y los más puros vinos.7 En este monte destruirá el Señor el velo que cubría a todos los pueblos, el manto que envolvía a todas las naciones. Amados en el Señor: Jesús estaba tan decepcionado con las autoridades judías, que en la ultima parte del evangelio de San Mateo les dirige estas últimas parábolas para indicarles que lejos y cuan equivocados estaban frente a su relación con Dios, al cumplimiento de sus mandatos, y que tan distantes de aspirar al reino prometido. En la parábola de los trabajadores del viñedo, en el que a distintas horas salió a con- tratar trabajadores para su vid, les dice que los que ahora son los últimos, serán los primeros; y los que ahora son los primeros, serán los últimos. En la de los dos hijos les asegura que los que cobran impuestos para Roma, y las prostitutas, entrarán antes que ellos en el reino de los cielos. Luego en la de los labradores malvados les advierte: que a ustedes se les quitará el reino, y que se le dará a un pueblo que produzca ladebida cosecha. Y hoy en la del banquete de bodas les dice: “Porque muchos son los llamados, pero pocos los es- cogidos.” Todas ellas tenían un contenido especial: Los que piensan que tienen el reino asegu- rado,(los primeros) tienen que tener cuidado, porque de pronto puedan ser los últi- mos o definitivamente quizás no alcancen. Entrarán en el reino los convertidos los que escucharon su palabra y cambiaron sus vidas, los que aceptan los mandatos de Dios. En otra a aquellos a quien Dios de nuevo escogió como su viña y que ahora es nuestra responsabilidad, porque a los saco de su esclavitud, no le reconocieron y no dieron buenos frutos; y en esta última, aunque fue llamado inicialmente el pueblo escogido de Dios y no “quiso asistir” es decir no acepto participar de las bodas del hijo; se extendió la invitación a todos nosotros, buenos y malos. Pero en nuestra parábola de hoy, Dios nos muestra de nuevo su amor y compasión porque quiere que nadie se quede por fuera de la salvación, y nos indica cómo po- dremos entrar al reino de los cielos, extendiéndonos su invitación a buenos y malos, nos indicar que cuando lleguemos al banquete, tenemos que tener la vestimenta apropiada, para no ser echado fuera, a la oscuridad y no haya el crujir de dientes. ¡Pero cuál es la nueva vestidura, la especial para el banquete? Diríamos que la que al escuchar esa invitación que le continúan haciendo los criados de Dios (los pas- tores de su iglesia, sus papas, los buenos amigos) a través de la palabra de Dios, aceptemos su llamado y nos dispongamos a obedecerlo; recordemos que no hay una predestinación para ir al cielo o al infierno, porque todos somos invitados al ban- quete, lo único es que cada uno escogemos si le aceptamos o le damos prioridad a todas las cosas del mundo, que son las que nos alejan de su promesa; pero no basta solo la intencionalidad, sino que hay que poner manos a la obra de Dios, para que cuando lleguemos a Él, no solamente lo hagamos como simples creyentes, sino como verdaderos discípulos, aquellos que se preparan para conocerle, amarle y servirle, llevando el evangelio del amor de Cristo a todos los que lo necesiten, ayudando a otros a revestirse de bodas para que todos como Dios quiere, alcancemos el reino de los cielos. Amen Desde luego que estas fueron dirigidas a las autoridades Judías (Fariseos, Seduceos, Escribas) pero que sin duda Jesús también nos está hablando a nosotros, a ti y a mi para que pensemos y reflexionemos si estamos haciendo las cosas como Dios las desea, o estamos en la misma posición que tenían las autoridades y el pueblo judío. +Ernesto Bulla Delgado. Obispo Misionero