Recomendaciones convivencia covid19

Recomendaciones convivencia confinamiento Pág. 1 de 4

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RECOMENDACIONES PARA LA BUENA CONVIVENCIA DURANTE EL CONFINAMIENTO COVID-19 Después de una larga temporada confinados en casa por el COVID-19, algunos vivís solos y otros estáis compartiendo todo el tiempo con la familia o compañeros de piso... Todos bajo un mismo techo, a veces sin espacio de intimidad y con limitación de movimientos y actividades. Cualquiera de las situaciones que estamos viviendo es muy compleja y difícil de gestionar. Las últimas noticias nos dirigen a una situación en la que se inician las diversas fases de desconfinamiento, sin embargo, los plazos no son todavía definitivos, y los niños no dispondrán de escuela hasta el mes de septiembre.

Las vivencias de las últimas semanas nos han afectado a todos anímicamente de una manera o de otra. Muchos de nosotros hemos estado preocupados por la salud de nuestros familiares y gente querida, hemos perdido a personas cercanas o conocidas, o hemos sufrido frustración por haber tenido que abandonar proyectos personales, laborales o incluso médicos. La situación económica con todos los riesgos implicados, también nos genera mucha tensión e inquietud. Por otra parte, el estado de alarma y el confinamiento, nos ha obligado a compartir en casa todas las vertientes de nuestra vida, que normalmente realizamos en espacios diversos (obligaciones laborales, familiares, educativas y personales). Estar cerrados nos hace perder nuestra sensación de libertad y sentir un espesor de emociones negativas como la ansiedad, miedo, tristeza, frustración, desesperación, cólera, etc. Y con toda esta casuística nos toca convivir todas las horas con la incertidumbre que nos ha llevado este nuevo Coronavirus. Evidentemente, todo esto condiciona nuestro estado de ánimo, nuestra actitud y nuestra gestión en la convivencia.

Debido a la estrecha relación entre las personas que conviven, la conducta de cualquier miembro afecta directamente al resto, y por tanto aumentan las probabilidades de mayor número de conflictos, disputas y malentendidos. En todas las unidades familiares existen los conflictos. Estos en sí no son negativos, si permiten consolidar mejoras relacionales, pero si están mal gestionados, nos llevan a un resentimiento o distanciamiento.

Por todo lo descrito existen unos factores de riesgo que debemos tener presentes, para prevenir posibles conflictos y si se dan, poder resolverlos. Presentamos el esquema del contenido que detallaremos a continuación:

RIESGOS

PREVENIR LOS CONFLICTOS

OCASIÓN FAMILIAR ÚNICA – ACTITUD POSITIVA – ORGANIZACIÓN – MANTÉN CALIDAD EN EL ENTORNO CUIDAR LA RELACIÓN Y COMUNICACIÓN CON LOS DEMÁS – RELACIÓN CON LOS NIÑOS Y ADOLESCENTES

RESOLVER LOS CONFLICTOS

IDENTIFIQUEMOS LOS MOMENTOS RAZONABLES – MANTENER UNA ESCUCHA ACTIVA – SEAMOS EMPÁTICOS TRANSMITAMOS MENSAJES CLAROS Y POSITIVOS – SEAMOS RESOLUTIVOS – HAGAMOS PREGUNTAS ABIERTAS

RESPETEMOS PERCEPCIONES – TRANSFORMEMOS LAS QUEJAS EN PROPUESTAS – CONOZCÁMONOS IDENTIFIQUEMOS LA FUENTE DE CONFLICTO – CUIDÉMONOS – ANALICEMOS Y RELATIVICEMOS

COMPARTAMOS OPINIÓN SOBRE LOS CONFLICTOS Y LA CONVIVENCIA

PEDIR AYUDA



RIESGOS ● Percepción de pérdida de libertad personal, desencadenando angustia y comportamientos más irritables con más probabilidades de generar conflictos. ● Sensación de invasión personal y espacial. ● Descontrol de nuestra capacidad de autorregularse emocionalmente. ● Dificultades relacionales, por visiones diferentes de un mismo evento, malentendidos o creencias diversas. ● Resentimiento y/o culpabilidad por la deficitaria gestión de los conflictos. ● Constantes discusiones y enfados causados por problemas de comunicación. ● Dificultades para encontrar tiempo de ocio y trasladar nuestra angustia al otro. ● Despertar conflictos anteriores no resueltos.

PREVENIR LOS CONFLICTOS

Ø ACTITUD POSITIVA ● La actitud que tomamos ante los obstáculos de la vida nos condiciona a nosotros mismos y a la gente de nuestro alrededor. Viktor Frankl definía que "nuestra mayor libertad es la de elegir nuestra actitud". Muy acertado para esta época en la que nos sentimos privados de nuestra libertad, y donde tenemos que ser sumamente resilientes. Pensemos que es un gran momento para practicar la paciencia, la comunicación, la negociación y la empatía.

Ø OCASIÓN FAMILIAR ÚNICA ● En general, disponemos de poco tiempo en familia, y esta situación excepcional nos permite una mayor convivencia. Nos interesa que ésta sea de calidad con todos los miembros de la familia. Aprovechemos para tener conversaciones profundas, importantes sobre el funcionamiento familiar, hagamos que nuestros hijos participen y, especialmente si son adolescentes, se sientan valorados. Compartamos inquietudes y hablemos del COVID-19, si hay temas que les preocupa, no olvidemos la omnipresencia de esta enfermedad. Se recomienda escribir un diario emocional del confinamiento. ● Planifiquémonos no sólo actualmente, sino pensemos conjuntamente en el futuro. ● Durante el confinamiento tenemos más emociones desagradables que de costumbre. Aprender a afrontarlas puede ser una oportunidad de crecimiento personal. Y con todo esto también damos un ejemplo a nuestros hijos. Que las emociones sean desagradables no significa que sean negativas. Serán positivas conforme nos permiten adaptarnos a las situaciones. ● Tenemos la oportunidad de aprender en familia, pues se reduce el estrés escolar, aumentan los ratos de ocio, relax y convivencia. Los niños tienen unas elevadas capacidades de adaptación al entorno. Las ejercitan constantemente, pero no siempre tenemos la ocasión de estar presentes, de compartirlas. Podemos lograr un empoderamiento, una mayor autonomía, y por tanto, un ascenso de la autoestima, siempre que permitamos que desarrollen su creatividad, compartamos experiencias, tiempo de juego, y la posibilidad de ser resolutivos. Aprenderemos de ellos. ● Afortunadamente, este confinamiento lo realizamos por el bien general de la población, y esto es un factor protector en la vivencia del confinamiento. Nos podemos sentir solidarios globalmente, por seguir todas las normas, o incluso personalmente, para aplaudir, hacer un dibujo o escribir a un enfermo hospitalizado.

Ø LA ORGANIZACIÓN ● Debemos preparar horarios, especialmente para los pequeños de la familia. Será fundamental disponer de ratos de trabajo y otros de ocio, y diferenciar los días laborables y fines de semana. Se recomiendan rutinas lo más normalizadas posibles, aprovechar para hacer actividades que nos gusten, de las que normalmente no tenemos tiempo, en nuestra planificación o la de nuestros hijos. Actualmente, hacer deporte en el exterior o salir a pasear con los pequeños. ● Debemos encontrar espacios para hablar con calma y compartir el funcionamiento de la logística y el engranaje familiar. Todo el mundo tiene derecho a opinar y sugerir, aunque los padres decidan. ● Readaptar las tareas domésticas y de colaboración en función de las necesidades.



Ø MANTÉN CALIDAD EN EL ENTORNO ● Requerimos de un espacio confortable, donde nos sintamos bien y nos sintamos respetados respecto a nuestras necesidades. El mismo debe darse por las personas que conviven con nosotros. Debemos hablar de las necesidades de cada uno para poder empatizar con el otro. Un miembro de la familia puede volverse obsesivo con el orden y otro estar muy nervioso con esta situación. ¡Hablemos! ● Debemos encontrar espacios de descanso que sean justos y equitativos, y estén consensuados con los demás. ● Debemos reconocer nuestros límites, y no exigirnos más de lo que podemos.

Ø CUIDAR LA RELACIÓN Y LA COMUNICACIÓN CON LOS DEMÁS ● Demos ejemplo cumpliendo con todo aquello con lo que nos hemos comprometido. ● Proporcionemos un refuerzo positivo con un comentario agradable, cuando hayan ejecutado lo que se había pactado. ● Comparte la disparidad de criterio, cuando no estés de acuerdo con la manera de gestionar, o la falta de gestión del otro. Se aconseja hacerlo en un momento de calma, y no en el momento en el que nos sentimos afectados o nerviosos. ● Flexibilidad ante todo, la situación lo requiere. ● Compartamos tiempo juntos con cualquier tipo de actividad que implique a todos (hacer deporte, bailar, hacer karaokes, juegos de mesa, escape rooms, mini yincanas, películas, etc.). ● Todos detectamos cuando el nivel de tensión sube. Es el momento de encontrar la calma, no de hacer la guerra: desconcertar, cambiar los planes, hacer uso del sentido del humor.

Ø LA RELACIÓN CON LOS NIÑOS Y ADOLESCENTES ● Rabietas, quejas, conductas regresivas, irritabilidad, se dan a menudo entre los niños en situación de confinamiento. Debemos ser empáticos teniendo presente la excepcionalidad de la situación. ¡Dejemos que se expresen sin contagiarnos! ● Los niños dependen más del entorno cercano para regular sus emociones y conductas. Por esta razón los adultos tenemos que dar ejemplo, y necesitamos espacio para liberar tensiones, autorregularnos, autocurarnos. Los niños nos necesitan con buen estado anímico. No debemos tener miedo de enseñarles que nosotros mismos tenemos que trabajarnos. Nos podemos sentir incómodos, dar un espacio a este sentimiento y seguir adelante, como siempre. ● Los adolescentes tendrán mayor tendencia a cerrarse y retraerse conectándose con las redes sociales. Debemos entender sus necesidades, pero a la vez hacerlos participar de la vida familiar. ● La comunicación y el diálogo son fundamentales para razonar. Para hacerlo adecuadamente, hay que mantener la calma. A menudo nos encontramos con más discusiones entre hermanos. Nuestra posición no debe ser partidista, sino que debe ayudar a encontrar soluciones. Siempre manteniendo la calma, y distanciándose un rato si fuera necesario. ● Los videojuegos y pantallas suelen ser un elemento de discrepancia en la mayoría de las familias. Los pequeños pueden integrarlos en sus actividades diarias siempre y cuando se hayan cumplido sus responsabilidades académicas, de cuidado personal, de colaboración, de descanso, actividades familiares compartidas y comunicación social. Esto ya limita el tiempo de dedicación. No olvidemos que la segregación de dopamina asociada a éstos, y especialmente a los videojuegos online, generan adicción y agresividad. Podemos ofrecerles una autorregulación cumpliendo estos parámetros, pero a los niños les resulta muy difícil. Y los padres somos las personas responsables de dirigir a nuestros niños.

RESOLVER LOS CONFLICTOS Ø IDENTIFIQUEMOS NUESTROS MOMENTOS RAZONABLES Todos tenemos momentos donde la conversación es gestionable y otros donde no atendemos a razones. Es imprescindible identificarlos. También debemos respectar si nuestros momentos coinciden con los adecuados para el otro.

Ø MANTENGAMOS UNA ESCUCHA ACTIVA Permitamos que los demás se sientan cómodos al hablar. No interrumpamos. Generemos un espacio de confianza para que se expresen a pesar de que no compartamos la misma postura. No descalifiquemos nunca. Todos sabemos lo que nosotros pensamos, lo que sentimos, pero no cómo se siente el otro o qué necesidades tiene.



Ø SEAMOS EMPÁTICOS Pongámonos en la piel del otro miembro de tu familia o compañero. Querremos que ellos también lo hagan con nosotros. 4

Ø TRANSMITAMOS MENSAJES CLAROS Y POSITIVOS Seamos claros y evitemos malentendidos con mensajes ambiguos. Intentemos ofrecer mensajes positivos siempre que tengamos la ocasión. Respetemos nuestro interlocutor como nos gustaría que nos respetaran a nosotros. Pensemos que transmitimos mucha información de manera no verbal. No debemos pensar sólo en lo qué decimos, sino en cómo lo hacemos (gestos, movimientos, posición, tono...). Incluso con los silencios comunicamos. Razonemos sin imponer.

Ø SEAMOS RESOLUTIVOS Para trabajar conflictos debemos centrarnos en la raíz del problema y ser resolutivos y positivos. Centrarnos en la persona nos desvía de la solución y nos encalla en las dificultades relacionales.

Ø HAGAMOS PREGUNTAS ABIERTAS Cuando realizamos preguntas que requieren una respuesta breve, sencilla, que se pueda responder con una afirmación o negación, no facilitamos la comunicación. Se aconsejan preguntas abiertas que los impliquen emocionalmente y permitan una conversación fluida. No es lo mismo preguntar a un niño, si la reunión virtual con la maestra ha ido bien, o preguntarle cómo se ha sentido, si necesita algo, etc.

Ø RESPETEMOS PERCEPCIONES La experiencia es siempre subjetiva, no todo el mundo tiene las mismas percepciones o emociones ante la misma vivencia. Tampoco llevamos todos el mismo bagaje, que siempre nos condiciona.

Ø TRANSFORMEMOS LAS QUEJAS EN PROPUESTAS No olvidemos que es muy diferente la recepción que puede tener nuestro interlocutor ante una propuesta, que ante una queja. Todos preferimos plantearnos retos a superar con un entorno contenedor y paciente.

Ø CONOZCÁMONOS Hay que tomar conciencia de cuándo estamos alterados anímicamente, de cuándo superamos nuestros límites o estamos de mal humor.

Ø IDENTIFIQUEMOS LA FUENTE DE CONFLICTO ¿Estamos alterados por el confinamiento? ¿Sufrimos un estrés espectacular? ¿No podemos dar toda la atención que nuestros hijos o compañeros requieren? ¿Tenemos objetivos o expectativas diferentes? ¿No sabemos poner límites o alcanzar el rol que nos toca? Conocer la fuente nos ayudará a encontrar la solución con más rapidez y efectividad.

Ø CUIDÉMONOS Si estamos bien física y emocionalmente afectará positivamente en el otro. Hay que darse este espacio. Es imprescindible.

Ø ANALICEMOS Y RELATIVICEMOS Debemos saber cómo una discusión nos afecta y qué sacaremos de positivo. Hay que observar qué hacemos que pueda reanimar o mitigar el conflicto.

Ø COMPARTID OPINIÓN SOBRE LOS CONFLICTOS Y LA CONVIVENCIA Todos los miembros de la familia o compañeros de piso requieren encontrar un momento para discutir abiertamente sobre las dificultades, para ser positivos y encontrar soluciones. En los hogares donde existían conflictos previos es difícil que los resuelvan en momento de confinamiento. Pactad espacios, mínimos de convivencia, cordialidad y respeto. Transmitid vuestra vulnerabilidad sin miedo, para buscar empatía.

PEDIR AYUDA Si todo esto no funciona y nos sentimos desbordados, hay que pedir ayuda profesional a un psicólogo/a de confianza, tanto para trabajo individual, familiar, como de pareja. Y seguir caminos eficaces para alcanzar una mejor convivencia y felicidad.

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