Campus Cuautepec Lic. Arte y Patrimonio Cultural Preservación del arte teotihuacano Lara Magallan Roberto Ezequiel
Jun 15, 2015
Campus CuautepecLic. Arte y Patrimonio Cultural
Preservación del arte teotihuacano
Lara Magallan Roberto Ezequiel
México D.F., 14 de diciembre de 2009
Preservación del arte teotihuacano
Es perfectamente sabido por todos que las cuestiones culturales,
artísticas y patrimoniales no son ni remotamente un tema prioritario en la
política de nuestro país; basta con ver el presupuesto que se invierte en éstas
cuestiones (en suma, el presupuesto para la cultura en 2004 había descendido
ya un 14.54 %; y en 2007 bajó un 30% más respecto al 2006, equivalente a 2
mil millones de pesos menos1) no es de extrañar que frente a esto existan
grandes lagunas en las leyes que regularizan la preservación, gestión y
promoción del patrimonio cultural.
La zona arqueológica de Teotihuacan, uno de los mayores centros
turísticos de nuestro país, y el de mayor afluencia de personas (mayor aun que
en lugares como Monte Alban y Chichen Itzá), y que seria nombrada como
patrimonio de la humanidad por la Unesco en 1987, no se ha podido librar de
esas inconstancias en la legislación del patrimonio. Recientemente se han
llevado acabo eventos que atentan contra la ley de la preservación del
patrimonio. Dedicaré esta
investigación a señalar las
causas y los efectos
relacionados con los eventos,
así como posibles
consecuencias posteriores si
no se hace algo para reformar
las leyes que legislan el
patrimonio cultural de México.
Preámbulo sobre la cultura de Teotihuacan1 Felipe Calderón plantea drástico recorte presupuestal a la cultura, La Jornada, 7 de diciembre de 2006, México D.F.
Ilustración 1, Formación
piramidal en tablero-talud, Teotihuacan.
No se conoce con exactitud los inicios exactos de la cultura teotihuacana,
pero bien podríamos remontarnos hasta el milenio anterior a nuestra era.
Sabemos que la ciudad se constituiría como un gran centro ceremonial
alrededor del año 200 d.C. teniendo un crecimiento acelerado y muy
importante, y para el año 350 la población se calculaba en alrededor de 300
000 habitantes (Duverger, 2000); fue construida sobre el rio san Juan, el cual
desembocaba en el lago de Texcoco. Para el siglo III, la ciudad contaba ya con
sus dos imponentes centros ceremoniales, la pirámide del Sol y la pirámide de
la Luna. En general la ciudad se construyó tratando de de seguir un patrón, en
sincronía con las estrellas y el universo, y contaba además, con una extensa
red de túneles subterráneos.
El arte teotihuacano como perteneciente a la cultura nahua, logró un
estilo propio, y se constituyó como uno de los más influyentes durante la época
clásica. Su arquitectura y sus imponentes construcciones piramidales, estaban
conformadas por varias partes, una encima de la otra, haciéndose cada vez
más pequeñas, cada una con un acabado característico denominado tablero-
talud (ilustración 1). La pirámide era atravesada por unas escaleras centrales
limitadas por las anchas alfardas que acceden a la cima. En su escultura,
pintura mural y cerámica, también fueron destacados; para la época clásica se
utilizaban ya una gran variedad de
colores, como el verde, amarillo, azul,
turquesa, y el rojo, que era utilizado
regularmente para hacer los fondos
(ilustración 2); además de utilizar
técnicas de combinación de colores
para dar diferentes tonos. Su escultura
esta generalmente adherida a la
arquitectura, como las esculturas de
Quetzalcóatl, que adornan el templo de
éste dios (ilustración 3).
Durante los siglos VII y VIII la
ciudad comenzó a perder su poder,
algunos autores lo atribuyen a una crisis cultural. La gente comenzó a
Ilustración 2, Serpiente en mural de fondo rojo, Museo de sitio de Teotihuacan.
abandonar la ciudad, esto puede verse en la poca actividad cultural y artística
en esos años. Sin embargo la crisis se puede atribuir a diversos factores,
desde rebeliones internas en contra de la forma de gobierno, a una mala
administración y a la sobreexplotación de los recursos naturales, hasta
desacuerdos estéticos entre quienes hacían las obras que adornaban la ciudad
y quienes ostentaban el poder y trataban de imponer su visión y su forma de
entender el mundo a través del arte. Duelo
entre las diferentes posiciones culturales
que describe y propone John Thompson2, la
dominante, la intermedia, y la subordinada.
La caída de Teotihuacan como capital
nahua, trajo como consecuencia que otras
ciudades nahuas con las que se encontraba
en estrecha relación se vinieran abajo, tal es
el caso de Monte Alban y Cholula. Dando
paso al auge maya que venía
desarrollándose.
Legado cultural y artístico
Son pocas las civilizaciones del
periodo clásico de las cuales contamos con un legado cultural y artístico tan
basto como lo es de Teotihuacan. Acaso podríamos mencionar Monte Alban,
Cholula, o algunas ciudades mayas en Yucatán y Guatemala. Pero sin duda la
ciudad mesoamericana de mayor importancia e influencia en el clásico sería
Teotihuacan.
Los aztecas fueron la primera civilización en considerarse descendientes
de la cultura teotihuacana, y por lo tanto dueños directos de su legado
patrimonial, la ciudad llevaba 500 años abandonada cuando fue descubierta
alrededor del siglo XIII por los provenientes de Aztlan.3
2 Thompson, John, Ideología y cultura moderna, México, UAM, 2006.3 Susan, Ilan Vit, Teotihuacan, una ciudad para toda Mesoamérica, México, ed. Destino, 2005.
Ilustración 3, diosa Teotihuacana, Museo nacional de antropología e historia
Teotihuacan llegó a extenderse
alrededor de 21 km, pero en la
actualidad la zona arqueológica abarca
sólo unos 2 km (Duverger, 2000). En su
apogeo la ciudad contó con una basta
red de unidades habitacionales, de las
cuales hoy sólo vemos sus ruinas; todas
estas eran construidas de manera
uniforme, pequeñas cuartos sin
ventanas hechas alrededor de un
enorme patio central,4 incluso contaban
con sistema de drenaje.
Toda la ciudad, o al menos la
zona ritual y donde se concentraba el poder político y religioso estaba decorada
con coloridos murales; como hemos visto, dominaban varios colores, el verde,
amarillo, azul, turquesa, y el rojo. Al final del siglo III los murales de fondo rojo
fueron los que predominaron.
Generalmente se pintaban sacerdotes en
torno a deidades, figuras de animales
como el jaguar y el águila, y en algunas
ocasiones figuras de vida cotidiana. La
pintura también se utilizó para decorar la
cerámica, como los famosos vasos
teotihuacanos trípodes (ilustración 10).
4 Salicrup, Graciela, Arquitectura y pintura en Teotihuacan, México, ed, siglo XXI, 2002.
Ilustración 4, Dios viejo, Museo de sitio
de Teotihuacan
Ilustración 5, Brasero ceremonial, museo de sitio teotihuacan
La escultura aunque, como ya vimos,
estaba hecha para formar parte de las
construcciones arquitectónicas, no toda
era así. Tal es el caso de la estatua de la
diosa teotihuacana (ilustración 3),
denominada así porque es el único lugar
donde se han encontrado
representaciones de ella. Diversas
estatuillas del dios viejo (ilustración 4), y
los variados y multi decorados braseros
(ilustración 5) también forman parte del
arte escultural en Teotihuacan.
Pero quizá el legado más importante sea
el arquitectónico. Con sus tres imponentes centro ceremoniales de los cuales
se destacan las famosas pirámides del sol (ilustración 9) y de la luna,
construidas con el estilo tablero-talud ya mencionado antes. La pirámide de la
luna se levanta al final de una larga avenida de mas de 2 km de largo
denominada la Calzada de los muertos, y al otro extremo de esta se yergue el
tercer centro ceremonial de Teotihuacan, el templo de Quetzalcoatl, con sus
tableros adornados con estatuas de Quetzalcoatl (ilustración 7) y otra deidad
que algunos autores asocian con el mismo Tlaloc (ilustración 6).
Teotihuacan contemporáneo
Hoy en día la ciudad es uno de los mayores centros turísticos de México.
Sus enormes y deslumbrantes pirámides fascinan a visitantes tanto nacionales
como extranjeros. El sitio ha ayudado al desarrollo económico y social de la
comunidad, es por eso que resulta de suma importancia, se lleve acabo la
debida preservación y mantenimiento de la zona arqueológica y los diversos
vestigios histórico-artísticos que le pertenecen y nos fueron heredados.
Ilustración 6, Estatua
asociada con Tlaloc, Museo
de sitio de Teotihuacan
Con los últimos acontecimientos
ocurridos en Teotihuacan, tales como
una serie de espectáculos de luz y
sonido dentro de la zona arqueológica,
que han ido dañando de manera
significativa los monumentos (ilustración
8), así como la construcción de una
tienda perteneciente a una cadena
transnacional de supermercados a una
distancia relativamente cerca de la zona
ceremonial y que perturba el paisaje
visible, han provoca una serie de
manifestaciones por parte de los
habitantes de Teotihuacan, en disconformidad por el peligro que estos
acontecimientos representan.
Aunque algunos trabajadores del INAH, y el mismo gobernador del
Estado de México, Enrique Peña Nieto, dicen que estos eventos no
representan ningún riesgo para la zona y que por el contrario, servirían como
un incentivo al turismo y al crecimiento económico5, se han hecho
perforaciones en las mismas pirámides para poder colocar el cableado de los
espectáculos.
Pero el profesor-investigador de la Universidad Autónoma de la Ciudad
de México, Alberto Zarate, comenta que el espectáculo en Teotihuacan, es sólo
una trampa disfrazada de desarrollo y progreso: “habrá personas que opinen
que las perforaciones hechas en los bloques que integran los monumentos
arqueológicos de Teotihuacan no son graves, sin embargo, eso es pensar en lo
inmediato y en el precio monetario de una piedra. El valor real de esa pieza
reside en que es la materialización del patrimonio cultural de un pueblo; su
conservación es una obligación del Estado para que las generaciones
venideras puedan conocer las reminiscencias de su cultura, y esas
perforaciones aceleran el deterioro natural de lo que hace tangible el espíritu de
la nación”.
5 Se insistirá en el show para Teotihuacán: Peña, La Jornada, 30 de septiembre de 2009, México D.F.
Ilustración 7, Escultura del templo de Quetzalcóatl, Museo de sitio de Teotihuacan.
También nos dice que estas situaciones son sólo la punta del iceberg de
cómo se maneja el patrimonio cultural en México, ya que añade: “Cuando los
trabajos de la instalación del espectáculo en Teotihuacan supuestamente
habían sido suspendidos, de pronto el gobernador del estado de México
declara que el proyecto debe continuar porque traerá beneficios. Yo pregunto;
¿a quién beneficiará la privatización de este bien cultural?”.6
Pero increíblemente, revisando la Ley federal sobre monumentos y
zonas arqueológicas, artísticos e históricos, no se encuentra especificado en
ningún artículo la prohibición de estos eventos que atentan contra la
preservación. En efecto nuestra reciente reglamentación sobre el cuidado del
patrimonio cultural (reciente en términos de que es la última que se ha
publicado y data de 1972, dado al rápido crecimiento que ha habido en la zona,
seria prudente una
reforma) cuenta
con enormes
lagunas que
permiten la
realización de
estos eventos. Es
por estas razones
que es apremiante
una reforma en las
leyes de
preservación de la cultura del país.
El investigador Guillermo Bonfil Batalla nos propone que para obtener
una buena revaloración del patrimonio cultural, es necesario conocer en que
radica su importancia no sólo para el especialista, o el conocedor, sino, ante
todo, para el común de la gente.7 De esta forma se hace primordial incluir
dentro de la legislación del patrimonio a todos los actores de éste. Tanto
investigadores como conocedores y toda la gente a la que pertenece dicho
6 El espectáculo en Teotihuacan es una trampa disfrazada de desarrollo y progreso, Noticiario UACM, 1 de marzo de 2009, México D.F.7 Florescano Enrique, El patrimonio nacional de México I, México, FCE, 1997.
Ilustración 8, Uno de los miles de taquetes introducidos en las piedras ancestrales de Teotihuacan
patrimonio hacerse cargo de él, todos en conjunto. Como nos dice Francisco
Cruces, “El patrimonio es una herencia, en la misma medida en que el Estado
es una casa familiar”.8
Pero las zonas arqueológicas de México han sido victimas del gobierno
neoliberal que impera en el país, colocando siempre la inversión privada sobre
los interese del pueblo y de la nación. En 2004 la firma transnacional Wal-Mart,
abrió una tienda aproximadamente a dos kilómetros de la zona ceremonial de
Teotihuacan, provocando grandes protestas en contra por parte de los
habitantes de la zona.
¿Que hacer?
Muchos estudiosos dentro de la materia del patrimonio cultural han
hablado sobre la mala gestión y promoción de los espacios culturales en el 8 Cruces, Francisco, Problemas en torno a la restitución del patrimonio. Una visión desde la antropología, Salamanca, España, ed. Alteridades, 1998.
Ilustración 9, Pirámide del sol vista desde el frente.
país, por un lado, hay sectores significativos que son pobremente
promocionados y que sin embargo resultan importantes. El mismo museo de
sitio de Teotihuacan es muy poco conocido, hace poco visité la zona
arqueológica y me sorprendió ver el museo semivacío. Y por el contrario hay
zonas que de pronto me parecen sobreexplotadas, tal es el caso de las
pirámides, que siempre las veo inundadas de gente (ilustración 9).
Un cambio de fondo a la forma de
promocionar, gestionar, y legislar el patrimonio
cultural y artístico del país es lo que hace falta,
reformas a la Ley federal sobre monumentos y
zonas arqueológicas, artísticos e históricos, para
así evitar sucesos como las perforaciones a las
piedras ancestrales y el monopolio que trae
consigo la cadena wal-mart, que en muy poco
puede ayudar al desarrollo de una comunidad agrícola como lo es Teotihuacan,
y que al contrario, sólo puede traer consigo un retroceso económico a la
población de ahí, y que sólo vendría a agravar más el deterioro con el que
cuenta la zona arqueológica.
Bibliografía
Thompson, John, Ideología y cultura moderna, México, UAM, 2006.
Ilustración 10, vaso tripode con decorado, sala Teotihuacan
Susan, Ilan Vit, Teotihuacan, una ciudad para toda Mesoamérica, México, ed.
Destino, 2005.
Florescano Enrique, El patrimonio nacional de México I, México, FCE, 1997.
Cruces, Francisco, Problemas en torno a la restitución del patrimonio. Una
visión desde la antropología, Salamanca, España, ed. Alteridades, 1998.
Salicrup, Graciela, Arquitectura y pintura en Teotihuacan, México, ed, siglo XXI,
2002.
Duverger, Christian, Mesoamérica, arte y antropología, México, Conaculta,
2000.
Créditos fotográficos: Roberto Ezequiel Lara Magallan.