METAFICCION Y POSMODERNIDAD EN EL JUEGO DEL ÁNGEL, DE CARLOS RUIZ ZAFÓN Por Matilde Pettengill Carlos Ruiz Zafón nació en Barcelona en 1964. Desde el año 1992 reside en Los Ángeles, California, Estados Unidos y también es el año en el cual comienza a escribir y publicar sus escritos. Primero escribió tres novelas juveniles, El príncipe de la niebla (1993), El palacio de medianoche (1994) y Las luces de septiembre (1995). Después, en 1999, publicó Marina, novela híbrida juvenil/adultos. Finalmente, publicó tres novelas para adultos que forman parte de una serie llamada El cementerio de los libros olvidados y que son, La sombra del viento (2001), El juego del ángel (2008) y El prisionero del cielo (2011). Esta serie constituirá una tetralogía, ya que, según declaraciones del autor, está escribiendo la cuarta novela que completará la saga. También escribió algunas narraciones cortas y guiones cinematográficos. Todas sus novelas para adultos se han traducido a varios idiomas y se han vendido numerosos ejemplares alrededor del planeta, especialmente en alemán y en inglés, seguido del español, ya que se vendieron en mayor proporción en Alemania y en Estados Unidos. También, recibió muchos premios por parte de varias editoriales y asociaciones. Carlos Ruiz Zafón utiliza en sus novelas elementos de la metaficción para mostrar los valores morales de la sociedad española en la posmodernidad 1 . La teoría de metaficción que utilizo en este análisis corresponde a la de Ana Dotras, quien en su libro La novela española de metaficción, señala cuatro características básicas que forman parte de la metaficción, a saber: el 1 La palabra “posmodernidad” la utilizo en referencia a la época cultural que se da a continuación de la modernidad, que no debe confundirse ni usarse en el sentido de “modernismo” que se refiere a un movimiento literario.
Este trabajo trata de los elementos de metaficción que se destacan en la novela "El juego del ángel", de Carlos Ruiz Zafón.
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METAFICCION Y POSMODERNIDAD EN EL JUEGO DEL ÁNGEL,
DE CARLOS RUIZ ZAFÓN
Por Matilde Pettengill
Carlos Ruiz Zafón nació en Barcelona en 1964. Desde el año 1992 reside en Los
Ángeles, California, Estados Unidos y también es el año en el cual comienza a escribir y publicar
sus escritos. Primero escribió tres novelas juveniles, El príncipe de la niebla (1993), El palacio
de medianoche (1994) y Las luces de septiembre (1995). Después, en 1999, publicó Marina,
novela híbrida juvenil/adultos. Finalmente, publicó tres novelas para adultos que forman parte de
una serie llamada El cementerio de los libros olvidados y que son, La sombra del viento (2001),
El juego del ángel (2008) y El prisionero del cielo (2011). Esta serie constituirá una tetralogía,
ya que, según declaraciones del autor, está escribiendo la cuarta novela que completará la saga.
También escribió algunas narraciones cortas y guiones cinematográficos. Todas sus novelas para
adultos se han traducido a varios idiomas y se han vendido numerosos ejemplares alrededor del
planeta, especialmente en alemán y en inglés, seguido del español, ya que se vendieron en mayor
proporción en Alemania y en Estados Unidos. También, recibió muchos premios por parte de
varias editoriales y asociaciones.
Carlos Ruiz Zafón utiliza en sus novelas elementos de la metaficción para mostrar los
valores morales de la sociedad española en la posmodernidad1. La teoría de metaficción que
utilizo en este análisis corresponde a la de Ana Dotras, quien en su libro La novela española de
metaficción, señala cuatro características básicas que forman parte de la metaficción, a saber: el
1 La palabra “posmodernidad” la utilizo en referencia a la época cultural que se da a continuación de la modernidad,
que no debe confundirse ni usarse en el sentido de “modernismo” que se refiere a un movimiento literario.
Pettengill 2
anti-realismo, la autoconsciencia, la auto-referencialidad y el papel del lector. Estas
características de la metaficción se destacan en El juego del ángel, porque alude al proceso de la
escritura, desde cómo se concibe la ficción, hasta cómo se lee y se interpreta. También, en El
juego del ángel se vislumbra un aspecto lúdico2 a través del uso del lenguaje. Hay figuras de
pensamiento de retórica, como paradojas y alusiones, como por ejemplo, en el título de la obra.
Es evidente que el título de esta obra, El juego del ángel, es una alusión a un juego. Se podría
decir que hay una invitación al lector para participar en un juego dentro de la novela o también
ser simplemente testigo de dicho juego. Además de analizar la metaficción que se desprende de
esta novela, doy un panorama de la sensibilidad posmoderna y del género de la Novela Negra
Española en las cuales está inserta la obra de Ruiz Zafón.
El propósito de este trabajo es demostrar, a través del intra-autor, los elementos de la
metaficción, la captación de la sensibilidad posmoderna, varios géneros literarios y la
multiplicidad de voces narrativas en El juego del ángel, novela negra o detectivesca que
representa el conjunto diverso de la sociedad española, a modo de caleidoscopio, con el
propósito de entretener al lector.
La novela está dividida en tres partes a las que llama “acto”. Cada acto tiene un título y el
narrador, que es el intra-autor, utiliza una dialéctica de tesis, antítesis y síntesis que corresponde
a cada acto. La importancia del intra-autor en este trabajo será analizada más adelante. Esta
dialéctica corresponde a distintos momentos de la creación de la obra: en primer lugar, David,
que es el intra-autor y el narrador, manifiesta su deseo de querer escribir una novela; luego, se
2 Para el concepto de lúdico me baso en los rasgos de Jean Duvignaud que sitúa el juego junto al azar, lo inesperado
y lo discontinuo, como así también en el de Rawdon Wilson quien dice que funciona por medio de “una serie de
trampas, enigmas, aporías, paradojas, juegos de palabras, alusiones, citas intertextuales y significación ambigua de
conceptos ” (76).
Pettengill 3
enfrasca en la escritura de un libro con todos los inconvenientes y dificultades que esto le
ocasiona; y, al final, él es el lector y crítico de su propia obra, que es la que estamos leyendo
nosotros, los lectores reales. Cada acto, a su vez, está subdivido en capítulos numerados con
números arábigos en forma progresiva. El primer acto, titulado “La ciudad de los malditos”,
incluye 25 subcapítulos (pp. 9-197) y conforma el planteamiento de la novela. El segundo acto,
“Luz Aeterna”, tiene 41 subcapítulos (pp. 201-483) y contiene el grueso de la novela,
desarrollando el nudo. El tercer acto, “El juego del ángel”, cuenta con 25 subcapítulos (pp. 487-
655) y comprende el desenlace. Al concluir los tres actos hay un corto epílogo (pp. 659-667), en
donde el narrador reordena sus pensamientos.
En cuanto al tiempo como duración, la novela abarca un período de doce años en sus tres
partes, o actos, para saltar quince años en el epílogo que dura unos pocos días. Comienza en
1917: “Mi primera vez llegó un lejano día de diciembre de 1917.Tenía por entonces diecisiete
años” (9). Termina en 1929, dos semanas después de haber concluido la Exposición Universal en
Barcelona: “El gran palacio de la Exposición Universal y los restos de los demás pabellones
habían sido clausurados apenas dos semanas antes” (635), se sabe que se refiere a la Exposición
de 1929 porque luego dice que “el teleférico fue construido para la Exposición Universal” (637),
aunque en la realidad se habilitó en 1931; por lo tanto, en este dato carece de verosimilitud. El
epílogo indica que transcurre en 1945, año en que finaliza la Segunda Guerra Mundial. Estos
acontecimientos históricos proveen a la novela de un telón de fondo en donde el 99 % de la
acción transcurre en un momento de apogeo de la sociedad barcelonesa, esto es, 1917-1929, que
se menciona en la novela, correspondiendo el período de salto de 1929 a 1945 del epílogo, a
guerras internas y externas, como lo fueron la Guerra Civil Española entre 1936 y 1939 y la
Segunda Guerra Mundial, 1939-1945. Este silencio, o salto en la novela, lo aclara al comienzo
Pettengill 4
del epílogo cuando dice que “han pasado quince largos años desde aquella noche en que hui para
siempre de la ciudad de los malditos. Durante mucho tiempo la mía ha sido una existencia de
ausencias, sin más nombre ni presencia que la de un extraño itinerante” (659). El oxímoron3
formado por las palabras existencia/ausencia enfatiza una vida vivida sin memoria, sin recuerdos,
utilizando como punto de partida esta dualidad se explicaría que las palabras “existencia” y
“ausencia” son utilizadas en la obra posmoderna tanto en su sentido literal como conceptual.
En cuanto al espacio geográfico, la obra se ubica en Barcelona, España, por lo tanto, se
trata de una novela urbana. La mención específica de algunos lugares de la ciudad le da un
carácter de verosimilitud. A veces es tan resaltante la descripción de esos lugares que pareciera
que la ciudad misma es un personaje. Se destacan edificaciones tales como la basílica Santa
María del Mar, el Colegio San Ignacio4 y el parque Güell. Algunos espacios interiores que se
mencionan en la novela hablan de la vida cultural en Barcelona, como por ejemplo, el bar Casa
Almirall, que efectivamente sirvió de lugar de reunión a artistas de diversas artes. En la novela,
el narrador dice que se encontraba con algunos personajes “[…] en el bar Almirall en la calle
Joaquim Costa, donde tenía cuenta y mantenía una tertulia literaria los viernes por la noche”
(89). En ese bar se reúne con sus amigos para celebrar su cumpleaños vigésimo octavo, por lo
que en apenas diez capítulos del primer acto ya transcurrieron doce años. Otros lugares,
recurrentes en las otras novelas de Ruiz Zafón, son las comisarías, los hospitales, la estación de
trenes y el cementerio. Estos lugares contribuyen a agregarle un ingrediente de verosimilitud.
Los detalles incluidos en la obra son de suma importancia porque contribuyen a la construcción
del mundo imaginado, o figurativamente dibujado, en la mente del protagonista y narrador.
3 El oxímoron es una figura literaria de dos ideas opuestas que se utiliza también en la posmodernidad, ya que es una
época en donde “todo vale”, en el sentido que los juegos lingüísticos son propios de esta sensibilidad. Para más
información, véase Turco 6.
4 El Colegio San Ignacio es donde Ruiz Zafón hizo sus estudios primarios y secundarios.
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Dicho de otra manera, los detalles crean un mundo verosímil. En este sentido mientras el lector
tiene que distinguir entre lo real y lo ficticio del protagonista, la situación se complica por el
hecho de que los nombres y descripciones lo hacen todo más real. Dicho conflicto interior del
lector es parte del concepto de autorreflexidad de tanta importancia en la obra posmoderna, el
cual fue elaborado por Jairo Restrepo Galeano en su tesis titulada “Autorreflexividad e
investigación en la literatura metaficcional”. Explica así:
La autorreflexividad está ligada a la presencia; el sujeto, narrador, autónomo, construye
mundos coherentes, verosímiles, entendibles, lógicos en su interior; como tal está
expresando un significado, una visión del mundo, y lo contiene. El arte moderno
considera la realidad como base ontológica, el posmodernismo impone la realidad como
un referente construido más que como un estado “natural” de la existencia. Ello implica
una forma de pensar sobre la representación y la historia que niega la existencia
trascendente: no hay hechos sino interpretaciones, textos. (124)
Por otro lado, los adjetivos que acompañan a Barcelona, dan una ambientación de un género
narrativo gótico y detectivesco5 de la novela, ya que suele decir ‘tenebrosa Barcelona’,
‘Barcelona de portentos’, y también, una serie periodística que escribe el protagonista que se
llama “Los misterios de Barcelona”.
El narrador es el protagonista, David Martín, cuya función es hacer un recuento de la
memoria de los años 1917 a 1929, además de una reflexión en 1945, y también proporciona las
claves de interpretación de las intrigas de la trama de la novela. También, el narrador reconstruye
el pasado de varios personajes que aparecen en la primera novela del autor, La sombra del
viento. Esas referencias también contribuyen a la metaficción de la obra. El hecho de que Ruiz
Zafón muestra el poder del narrador de no ser solamente la voz de su obra, sino un personaje
omnipresente que ve a todos, incluso a los que no son parte de la obra, es muy importante.
5 Más adelante enumeraré las condiciones que requiere el género detectivesco a diferencia del policial que se
relaciona al sistema de la policía como institución.