Malanima presentacion

The energy basis for early modern

growth, 1650–1820

Paolo Malanima, 2001

María Fernanda Cárcamo | 23 de abril de 2011

El ensayo intenta medir la importancia de las fuentes principales y conectar los cambios que tuvo el sector energético en Europa con el incremento de la población desde el siglo diecisiete.

Las fuentes y el consumo de energía en el siglo

dieciocho

Algunas estimaciones del consumo de energía en Europa en el siglo dieciocho se enfocan en:

1. Para los animales de trabajo, se consideran los animales como máquinas y el pasto como combustible

2. Para la fuerza de leña, se usan las cantidades de las mismas usadas por el hombre;

3. Para el agua y el viento, el trabajo hecho por los molinos y las velas;

4. Para el hombre, la energía que consumían en comida.

La combinación de estos cuatro elementos constituían el sistema energético europeo.

La agricultura de secado no hubiera sido posible sin los caballos y los bueyes. Grandes cantidades de estos animales eran lo que diferenciaba la agricultura europea con la del resto del mundo.

El consumo diario de comida de cada animal tenía un promedio de 20, 000 kcal.

Más o menos 14 milliones de caballos y 24 milliones de bueyes había en Europa; como un animal por cada cuatro personas. Esto significa que el consumo era aproximadamente 5,000 kcal per capita.

Pero en términos de producción, en el norte había mejor eficiencia que en el sur, ya que los caballos tenían más eficiencia que los bueyes: dos caballos eran más poderosos que tres bueyes.

ANIMALES DE TRABAJO

En términos de calorías per capita, en el norte de Francia, Alemania, Holanda y Reino Unido el consumo de combustible se mantenía más o menos en los mismos niveles que en el segundo período del siglo dieciocho, lo equivalente a 4 kg de leña.

En las regiones mediterráneas el promedio era mucho menor. En el sur y el centro de Italia se consumía alrededor de 1 kg de leña.

Asumiendo un promedio de contenido de calorías de 3,500 kcal per kg, el mínimo europeo podría haber sido 3,500 y el máximo de 30,000 kcal per capita per día.

CONSUMO DE COMBUSTIBLE

Sabemos que el consumo diario del cuerpo humano variaba, como hoy en día, entre 2,000 y 4,000 kcal por

día.

Por ende, el consumo annual en los 150 millones de europeos alrededor de 1750 puede ser estimado entre 82 y 109 milliones Toe (10 milliones de kcal). Para tener una mejor idea de lo que significa esto, el consumo annual de hoy en Europa es alrededor de 2.7 billiones y el consumo

mundial llega a 11 billion Toe.

LA ENERGÍA HUMANA

Norte y Sur

En un lugar muy al sur como Sicilia, el consumo diario de energía per capita no excedía las 5,000–10,000 kcal.

En Escandinavia, en cambio, muchos caballos permitían el transporte de más cantidades de leña. Esta demanda por la leña era subastecida fácilmente por la alta productividad y densidad de los bosques. Al mismo tiempo, una producción más rica de pasto mantenía un número relativamente alto de animales. La comida para el consumo humano también era más abundante porque había más producción de cereales lo cual permitía raciones diarias más ricas – particularmente en grasas de animales. La diferencia entre los niveles de consumo entre el norte y el sur pudo haber sido de hasta cinco veces.

Para extraer la energía de la tierra siempre se requería mayor esfuerzo en el sur que en el norte. En las zonas nórdicas el consumo de leña era mayor, y era más fácil criar animales capaces de cargar leña porque, gracias a las tierras mojadas, la producción de pasto era mayor. Las tierras pesadas eran más difíciles de cultuvar, pero porque había lluvias frecuentes la productividad era mayor que en el sur. En los ambientes del norte era posible criar más bueyes, no como fuentes de energía pero como fuentes secundarias de comida como leche, queso, carne, una manera relativamente cara de producir energía en comparación a la cultivación de cereal.

En el sur había más sol, y en el norte había más biomasa; es decir, que mientras en el norte tenían el factor limitante de radiación solar, en el sur era el volumen de la biomasa.

La capacidad de carga en 1600

Los hidrocarburos representaban el 10% del consumo. El incremento de éstos se debió principalmente a la inovación del nuevo sistema de energía bajo construcción durante los comienzos de la Europa moderna. Podemos agregar las otras fuentes de energía tradicionales, no-orgánicas, en especial agua y viento, para llegar a un 15%.

La influencia del carbón en la agricultura era casi inexistente. Aún la transformación de calor en energía mecánica en la máquina de vapor, que fue un avance importante en el uso de hidrocarburos, fue de poca importancia. El sistema antiguo de energía se estableció en Europa durante los finales de la edad media, remplazando el sistema mediterráneo. Lo novedoso se basaban en dos características: la introducción de animales a gran escala, los caballos específicamente en el norte; y el uso relavidamente amplio del agua y viento como fuentes de poder. Fue el establecimiento de este sistema nuevo de energía que permitió crecimiento económico durante la época medieval, en el norte y en el mediterráneo.

Los cambios en la agricultura eran insignificantes hasta el siglo diecisiete. No se introdujeron nuevos tipos de

cereales a gran escala hasta 1600. En los molinos y los barcos creció la eficiencia, pero el papel de éstos en el

presupuesto europeo se mantuvieron modestos. En cuanto a los animales, el progreso también fue marginal. La difusión de las fogatas y de la estufa añadieron poco a

la eficiencia del uso del fuego. Como consecuencia, el incremento de la población decreció durante este

período. La plaga era un factor externo que sin duda contribuyó fuertemente a la estagnación poblacional, pero no es la única explicación. Junto a las epidemias

frecuentes, la escacez de la energía, particularmente en forma de biomasa para el consumo del hombre, son

razones que constribuyeron al poco crecimiento demográfico.

Si asumimos una repartición improductiva de solamente 25% la tierra productiva se reduciría a 105 millioes de hectáreas. Aún con una estimación modesta de dos hectáreas de tierra fértil por persona para satisfacer las necesidades de todos, se necesitarían como 110 millones de hectáreas. Esto significa que la capacidad de carga era insuficiente, tal vez aún menos en el área central de Europa, incluyendo Italia, Francia, Alemania, Bélgica, Holanda, Reino Unido y Wales. Esto significa que el equilibrio óptimo estaba bajo restricciones como consecuencia de las presiones demográficas y la reducción de tierras forestales y prados.

Sabemos en en el área central de Europa mencionada se convirtió necesario, desde a mediados del siglo diecisiete, incrementar las importaciones de cereales, de animales y de leña desde las regiones con menos densidad poblacional como Estandinavia, el este de Europa, y el medio oriente.

Abastecer las necesidades enrgéticas en el área central del continente se convirtió en un problema mayor durante la segunda mitad del siglo sieciseis y la priemera del siglo diecisiete porque hubo una reducción del flujo de energía del sol durante la época llamada La Pequeña Edad de Hielo.

Para establecer un nuevo equilibrio entre la energía y los humanos la capacidad de carga tenía que incrementar 1.5 hectáreas o menos tenía que bastar para suplir las necesidades de energía per capita, en vez de dos o más. Si antes una hectárea producía en promedio 2.75 millioen kcal/año, ahora la misma hectárea tenía que producir más de 4 millones. Es por eso que era necesaria una intensificación en términos de energía por unidad de tierra.

4El nuevo sistema energético

La emergencia de el nuevo sistema estaba asociada con el crecimiento de la población durante las décadas finales del siglo siecisiete. En parte al menos esto fue un resultado de la desaparición de la plaga. La población de Europa, excluyendo Rusia, incrementó de 90 a 150 millioes entre 1600 y 1800, un 66% La densidad poblacional creció de 18 a 30 habitantes/km2.Durante el siglo dieciocho en Europa, se cultivaron nuevas tierras a costa de los bosques y pantanos. La reclamación de tierras avanzó en varias áreas.

Esta solución era la manera más sencilla de abastecer las nuevas necesidades. Otras soluciones fueron también improtantes. Cuando incrementaba la tierra fértil a costa de los bosques no había un incremento de biomasa. Usualmente esto conllevaba a la reducción en términos de calorías consumidas.

Al comienzo del siglo diecinueve los bosques en Europa cubrían un tercio del área. Había alertas en todas partes sobre su reducciñon. Solo al final del siglo fue que las tierras forestales comenzaron a incrementar de nuevo. Así que ne general la leña continuó siendo una fuente principal para cocinar y calentar.

Ocurrieron algunas innovaciones importantes para la producción de cereal que afectaron la producción por hectárea de los cultivos tradicionales y a difusión de nuevos cultivos. Con la introducción de cultivos leguminosos, aún desconocidos a comienzo del siglo diecisiete el espacio necesario para cada animal se reduciría y el espacio requerido para cualquier europeo se redujo y también incrementó el consumo de energía en la tierra en forma de nitrógeno y así incrementando la producción.

El crecimiento de papas, maíz, y con menos importancia, el arroz, fue otro paso hacia la reducción de hectárea per capita. En términos de calorías, las papas y el maíz producían al menos dos veces más que los cereales traducionales.

Bajo el sistema antiguo de energía cada individuo necesitaba al menos 2 hectáreas de tierra, mientras que bajo el nuevo sistema esta figura se redujo a 1.5 máximo. Pareciera que las improtaciones de energía del exterior, particularmente en forma de cereales, tuvieron el efecto de reducir el hambre, en vez de apoyar las necesidades de energía.

Los precios de agricultura incrementaron al más del doble a través de Europa desde 1740 a las primeras dos décadas del siglo diecinueve. El precio de la leña incrementó aún más. La hambruna comenzó a reaparecer desde 1760s y se convirtió particularmente devastadora durante el período Napóleonico Los salarons incrementaron muy poco en términos nominales y perdieron valor en términos reales. El consumo de calorías decrementó. Durante los finales de la época medieval y los comienzos de la europa moderna las condiciones de vida empeoraron, lo que va de la mano con el descenso poblacional, como consecuencia de la hambruna y las epidemias.

La impresión es que en el nuevo sistema, el cual emergió lemtamente desde la segunda mitad del siglo diecisiete, fue capaz de remover los obstáculos hacia el crecimiento económico y demográfico. La primera etapa de crecimiento económico moderno, respaldado por un nuevo sistema energético, luego terminó con un descenso desde finales del siglo dieciocho a la segunda década del siglo diecinueve. Una fase nueva y más rápida de crecimiento comenzó hasta 1820. Esta primera etapa, no obstante, permitió crecimiento extensivo y avances en la agricultura, sin el que el nuevo sistema de energía aún domindante hoy no hubiera podido ser posible.