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Eduardo Hirohito Nakayama Rojas1
ANTECEDENTES HISTRICOS DE SALTO DEL GUAIR INTRODUCCIN
La hoy pujante ciudad de Salto del Guair guarda, detrs de ese
halo de reciente fundacin, una de las historias ms ricas de la
Repblica del Paraguay, donde el descubrimiento de nuestro pas por
tierra se adelanta incluso a la fundacin de Asuncin en ms de una
dcada.
La ciudad de Salto del Guair toma su nombre del accidente
geogrfico constituido por el maravilloso salto de agua producido
por el pronunciado desnivel en el cauce del ro Paran que en ese
punto se encuentra con la cordillera del Mbarakaj. Este grandioso
salto que comprenda siete cadas pero constituye un solo accidente
(de all que la palabra SALTO se encuentre en singular y no en
plural) se halla hoy totalmente inundado por el embalse producido
por la represa de Itaip. A su vez, el Salto del Guair toma su
nombre tambin de la geografa y toponimia regional, ya que el
espacio jurisdiccional comprendido entre el ro Paran al Oeste y la
lnea de Tordesillas y el Ocano Atlntico al Este reciba el nombre de
Guair o La Pinera, bajo bandera colonial espaola y que a lo largo
de los siglos se perdera a favor de Portugal. Casi la totalidad del
territorio del ancestral del Guair comprende hoy el Estado de Paran
(Brasil), limtrofe con el Departamento de Canindey (Paraguay).
Si bien la historia reciente registra principalmente el
espectacular desarrollo experimentado por esta ciudad fronteriza
desde 1959 cuando se instala la Colonizadora Salto del Guair,
muchos han sido los acontecimientos ocurridos a lo largo del tiempo
que llevaron a su fundacin en un lugar estratgico y clave para la
defensa de la soberana nacional, y al mismo tiempo, para la
integracin regional.
En el siglo XX podemos encontrar los primeros antecedentes en la
intencin del presidente Manuel Gondra que al asumir su segundo
mandato en 1920 mostr una postura determinante en dejar la secular
dependencia de la Argentina para buscar un aproximamiento con el
Brasil. Gondra, que haba sido Embajador Paraguayo en Ro de Janeiro,
mantena una cordial amistad con el Baro de Ro Branco, quien lo
respetaba y admiraba.
En aquellos tiempos se empezaba a esbozar la posibilidad de que
los intereses del Brasil y del Paraguay se encuentren y unan
fsicamente en ms de un punto a lo
1 Eduardo Nakayama es abogado, egresado de la Facultad de
Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Asuncin
con Posgrado Internacional en Direccin Estratgica por la
Universidad de Belgrano en Buenos Aires. Investigador histrico, ha
escrito trabajos sobre distintas etapas de la Historia Paraguaya
con nfasis en las relaciones bilaterales entre Brasil y Paraguay y
la Guerra de la Triple Alianza. Es miembro correspondiente de la
Academia Paraguaya de la Historia, del Instituto de Geografa e
Historia Militar del Brasil, del Instituto Histrico y Geogrfico de
Mato Grosso do Sul, del Instituto de Investigaciones Histricas y
Culturales de Corrientes (Argentina), y actual Presidente de la
Asociacin Cultural Mandu`ar de Asuncin (perodo 2013-2015).
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largo del curso del ro Paran, sueo que recin se concretara con
la construccin e inauguracin del Puente de la Amistad por parte de
los presidentes Alfredo Stroessner y Castello Branco. Tanto el
oeste del Estado de Paran como el Este del Paraguay se hallaban
casi totalmente despoblados, a excepcin de pequeos ncleos humanos
que aglutinaban obrajeros, mensualeros y otros trabajadores que
viviendo en un estado de semi-esclavitud, se hallaban completamente
aislados de las principales ciudades teniendo como nica va de
comunicacin el ro. Durante las sucesivas revueltas civiles que
azotaron al Paraguay y ms an despus durante la Guerra del Chaco
(1932-1935) se hizo clebre un poblador de Itanar (hoy Canindey),
Don Plcido Jara, especie de seor feudal al mando de su propia tropa
que pasaran a la inmortalidad como los macheteros de la muerte, que
con un sigilo nico asaltaban en las madrugadas los fortines
bolivianos sembrando el pnico y la desesperacin.
En la dcada del 40 durante el gobierno de Higinio Mornigo se
daran los primeros pasos para materializar la poltica de poblar
aquellos lejanos parajes y a travs de un acercamiento entre las
Fuerzas Armadas de Paraguay y Brasil, que adems, se vean en la
necesidad de delimitar la frontera que desde el Tratado
Loizaga-Cotegipe de 1872 y el Ibarra Mangabeira de 1927 haba
quedado de hecho suspendida durante la Guerra del Chaco. Ms de 900
hitos seran instalados en la zona de la cordillera en las dcadas
del 50 y 60 donde la figura del Ingeniero Militar Coronel Emilio
Meza Guerrero sera preponderante, en tiempos donde ambos pases
disputaran palmo a palmo el territorio a fin de quitar el mximo
provecho para la explotacin energtica ante el inmenso potencial que
se saba guardaban los Saltos del Guair.
El presente trabajo culmina con la firma del Tratado
Loizaga-Cotegipe de 1872 entre la Repblica del Paraguay y el
Imperio del Brasil y por el cual se ceden definitivamente al
Brasil, por imposicin de las clusulas contenidas en el Tratado
Secreto de la Triple Alianza de 1865, grandes extensiones de
territorio ancestral perteneciente al Paraguay, en una poca muy
difcil de nuestra vida nacional y donde nuestro pas se hallaba bajo
la presin de una ocupacin militar aliada que acogotando al mximo a
las autoridades, se valan constantemente de la ligereza moral de
las personas e instituciones a cargo del pas, materializando los
distintos despojos de los que fue objeto nuestro pas en ruinas.
Pero los antecedentes de Salto del Guair como punto geogrfico
importante se pierden en el tiempo, apareciendo en la historia
paraguaya desde los albores de su existencia poltica: como lugar de
trnsito de conquistadores, como asentamiento de poblaciones
espaolas y reducciones jesuticas y como punto de disputa permanente
entre la Corona Espaola y la Portuguesa. Creemos que estas
historias merecen ser contadas y conocidas por los actuales
pobladores y las futuras generaciones de Salto del Guair y
Canindey, en la inteligencia de que un pueblo que no conoce su
historia se halla desprovisto de identidad, y sin ella, no puede
proyectarse en el futuro como nacin, estando condenado a la
alienacin cultural extranjera, con la consiguiente prdida de la
soberana cultural y el grave peligro de perder luego, su soberana
material y real.
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Ciudad de Nuestra Seora Santa Mara de La Asuncin, octubre
dieciocho del ao dos mil catorce.
Eduardo Nakayama
DE ALEJO GARCA A LAS PRIMERAS FUNDACIONES PERMANENTES
El primer europeo en adentrarse en el continente sudamericano,
lejos de las costas fue el portugus2 Alejo Garca. Aunque los
distintos historiadores no se ponen de acuerdo sobre el trazado de
la ruta del conquistador Alejo Garca, se sabe con cierto grado de
seguridad que parti de la Isla de Santa Catalina en la actual costa
brasilea en direccin al centro del continente, lleg a las
estribaciones andinas y a su regreso fue muerto en lo que hoy
conocemos como la ciudad de San Pedro del Ykuamandyj.
Sobre la vida de Alejo Garca y su extraordinario viaje, muy
probablemente el trabajo ms acabado sea el realizado por el
historiador brasileo Paulo Pitaluga Costa e Silva3 , considerando
el anlisis de las fuentes directas (16 documentos y crnicas) de las
cuales pueden inferirse distintos indicios que si bien no nos
otorgan con certeza absoluta los lugares por donde pudo haber
pasado Garca, nos descartan algunos sitios por donde no existe
posibilidad alguna que haya pasado, siendo el mayor de los mitos el
que afirmaba que en su expedicin a los Andes, Garca habra pasado
muy cerca de Asuncin.
Cronistas, historiadores y estudiosos de las distintas
parcialidades guaranes que habitaban la regin del Guair coinciden
en la existencia de los Tap Avir o ancestrales caminos guaranes que
tejiendo una red impresionante de vas comunicaban a las distintas
comunidades y tribus guaranes hasta incluso las estribaciones
andinas. Se tienen adems referencias certeras de los sucesivos
xodos guaranes realizados a lo largo de la historia an antes de la
llegada de los europeos en Amrica. Las crnicas tambin se prestan a
la confusin desde el momento en que refieren que en muchos pasajes
la comitiva encabezada por Garca se abra paso entre las malezas, lo
que nos da a entender que no siempre siguieron los Tap Avir o bien
stos no se hallaban totalmente transitables, lo que tampoco
resultara difcil dadas las condiciones naturales de la regin donde
la vegetacin tropical y la humedad eran la constante.
2 Efram Cardozo asegura que Alejo Garca fue espaol segn las
ltimas investigaciones, sin ahondar mucho en detalle. En cualquiera
de los casos, haya sido portugus o espaol de nacimiento, queda
claro que se hallaba al servicio de la Corona Castellana, ya que
particip de la expedicin de Juan Das de Sols en 1515 cuando se
descubri el Mar Dulce como llamaron al Ro de la Plata. Junto a
otros navegantes y tripulantes naufragaron en las costas de Santa
Catalina y all quedaron asentados por aos, hasta que decidi formar
una expedicin con otros europeos y muchos indios guaranes para
llegar a la Sierra del Plata o Potos. 3 PITALUGA, Paulo. Aleixo
Garca, o homen e o mito, Carlini & Cariato Editorial, Cuiab,
2012.
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En cualquiera de los casos, el Salto del Guair4 sin lugar a
dudas fue siempre un referente importantsimo de las tribus locales
por su fcil localizacin, puesto que el gigantesco accidente
geogrfico generaba un estruendo que poda ser escuchado a kilmetros
de distancia, mucho ms de la impresin que ms al sur las Cataratas
del Yguaz causaran a su descubridor, el Segundo Adelantado don
Alvar Nez Cabeza de Vaca unas dos dcadas despus del viaje de Alejo
Garca. Varios Tap Avir se conjugan en el Salto Grande5, por lo que,
coincidiendo con la apreciacin de insignes historiadores nacionales
y extranjeros, no resulta arriesgado afirmar que Alejo Garca
descubri el Paraguay por tierra entre 1523 y 1524 por la zona del
Salto del Guair, que deba vadearse lgicamente por encima de las
grandes cadas de agua, para luego continuar su camino por el
territorio espaol del Itatin (actual Mato Grosso do Sul).
En mayo de 1534 Carlos V capitul en Toledo con Diego de Almagro,
Pedro de Mendoza y Simn de Alcazaba y Sotomayor: A Almagro se le
concedi la gobernacin denominada Nueva Toledo, que tendra por lmite
septentrional la gobernacin de Francisco Pizarro, en el paralelo
1405`43``, y se extenda doscientas leguas hacia el Estrecho de
Magallanes, alcanzando los 2531`26``; a Don Pedro de Mendoza,
Primer Adelantado del Ro de la Plata se le encomend el objetivo de
conquistar y poblar el territorio comprendido desde el sur de la
gobernacin de Almagro hasta el paralelo 3657`09``con costas en el
Mar del Norte (Ocano Atlntico) y Mar del Sur (Ocano Pacfico), cuyo
espacio se denominara Nueva Andaluca; mientras que desde el
paralelo en el que terminaba la jurisdiccin dada a Pizarro se le
otorgaban a Simn de Alcazaba y Sotomayor otras 200 leguas hacia el
sur llegando hasta los21 6,5' S, cuyo nombre sera Nueva Len. Sin
embargo Alcazaba y Sotomayor no pudo realizar la expedicin6.
Los Saltos, as como todas las zonas comarcanas, estaban ya
dentro de la soberana espaola que alcanzaba hasta la famosa Lnea de
Tordesillas pactada en 1494 para demarcar ambas jurisdicciones. Esa
Lnea coincida con el Meridiano 47, 32 56, 5, 0, de Greenwich y
estaba a ms de seis grados al Este de la zona de los Saltos. Cuando
en las Capitulaciones con Don Pedro de Mendoza se instituy
legalmente la Provincia del Ro de la Plata o Paraguay, la Corona
seal como frontera oriental de esta Gobernacin la misma Lnea de
Tordesillas. De modo que al nacer la Provincia Gigante de Indias
tena muy dentro de sus tierras a los Saltos del Guair7.
La capitulacin negociada con Don Pedro de Mendoza pretenda ser
una respuesta a posibles asentamientos portugueses en el Ro de Sols
o de la Plata para cerrar la va de acceso al ro Paran, desde donde
se procuraba llegar a la Sierra de la Plata. A pesar de las
dificultades de alistar otras expediciones (como la ofrecida a
Miguel de Herrera, Alcalde de Pamplona), la Corona de Castilla
insistir en que el Ro de la Plata forma parte de sus dominios y tom
las debidas precauciones, como la orden dada en 1531 al licenciado
Surez de Carvajal, funcionario del Consejo de Indias,
4 En singular, debido a que el accidente geogrfico se considera
uno solo aunque las cadas de agua sean varias. 5 Varios mapas y
crnicas se refieren al Salto del Guair como Salto Grande, quiz para
diferenciarlo precisamente de los distintos saltos que en otros
tributarios del Paran registran al sur como consecuencia del inicio
del Escudo Brasileo que cruza estos grandes cauces hdricos. 6 La
disputa por la tierra de Oscar Nocetti y Lucio B. Mir. 7 Los
derechos del Paraguay sobre los Saltos del Guair de Efraim
Cardozo.
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que reciba como testigos y tome declaracin a personas que hayan
estado con Gaboto en el Ro de la Plata, para guarda conservacin de
nuestro derecho.
Ahora bien, respecto a las principales motivaciones de la gran
expedicin de Mendoza, la finalidad perseguida por la Corona de
Castilla de controlar el Ro de la Plata no se fundaba en la
necesidad de proteger al Potos, como se ha afirmado, pues el rico
cerro recin sera descubierto once aos despus de la capitulacin
celebrada con Mendoza. La expedicin, pese a fracasar en sus grandes
objetivos, no debe interpretarse como una operacin totalmente
frustrada, pues algunos pobladores de la recientemente erigida
Buenos Aires deciden tomar el curso de los ros Paran y Paraguay y
fundan, el 15 de Agosto de1537, el fuerte de Nuestra Seora Santa
Mara de la Asuncin, situada sobre el lmite jurisdiccional de Diego
de Almagro. Este fuerte fundado por el Capitn Juan de Salazar y
Espinoza en la baha de los carios se erigira en la primera poblacin
espaola elevada a la categora de ciudad en el Ro de la Plata en el
ao 1541, convirtindose en cabecera y punta de lanza de la Corona
Espaola en el centro del Continente Sudamericano, vitalidad que le
valdra el mote de Madre de Ciudades a partir de la cual sel levaran
adelante ms expediciones, conquistas y fundaciones de las que
Castilla hubiera imaginado jams: Santa Fe, San Juan de Vera de las
Siete Corrientes, Santa Cruz de la Sierra, Concepcin del Ro
Bermejo, Santiago de Xerez, La Barranca o Nueva Asuncin y Puerto de
los Reyes, Ciudad Real del Guair, Ontiveros, Villarrica del Espritu
Santo, Buenos Aires, entre otras poblaciones dispersas por toda la
geografa de lo que luego se conocera como Provincia Gigante de
Indias8.
Pero a fin de comprender el proceso de reordenamiento
jurisdiccional desde las primeras concesiones reales que creaban
Nueva Toledo (tierras de Almagro) y Nueva Andaluca o Ro de la Plata
(Pedro de Mendoza) hasta su transformacin en la Provincia Gigante
de Indias, debemos referirnos a la capitulacin que la Corona celebr
con Don Juan de Sanabria en 1547 segn la cual se convena el
desplazamiento de la gobernacin del Ro de la Plata hacia el norte,
incluyendo consecuentemente a La Asuncin dentro de la nueva
jurisdiccin. Esta marcada vocacin expansiva le vali a Asuncin ms de
una tensin con las autoridades del Per, puesto que su capacidad de
conquista qued demostrada por la expedicin de Domingo Martnez de
Irala a las regiones metalferas, ya en las proximidades del Potos,
bajo cuyo segundo mandato la gobernacin del Ro de la Plata
recuperaba los lmites establecidos en la capitulacin del Segundo
Adelantado, Alvar Nez Cabeza de Vaca, es decir, desde 25 N a 36 S y
sus originales lmites en las costas del Atlntico y del Pacfico,
aunque al oeste, gran parte de su territorio se haba cercenado
desde 1548 por la expansin del eje chileno.
Durante mucho tiempo el Guair fue lugar de trnsito de las
expediciones que iban y venan de Espaa al Paraguay. Las armadas
recalaban en la Isla de Santa Catalina y luego se internaban
siguiendo la ruta de Alejo Garca que no era otra que la de antiguo
transitada por los guaranes en sus viajes inacabables.
8 Introduccin a la disputa territorial entre el Imperio del
Brasil y la Repblica del Paraguay de Grizzie Logan y Eduardo
Nakayama. Tercer Encuentro Internacional de Historia sobre la
Guerra de la Triple Alianza. Campo Grande, Brasil, 2011.
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Ms al sur del Salto Grande pero an por el Guair (hoy Estado de
Paran, Brasil) pasaron los hombres del segundo Adelantado Alvar Nez
Cabeza de Vaca, quien el 28 de noviembre de 1541, tom posesin
solemne de la tierra, dndole el nombre de Provincia de Vera, que
expresamente le haba consignado la Corona como gobernacin aparte
para el caso de que Juan de Ayolas no hubiera muerto. Pero
comprobada la desaparicin de Ayolas, y posesionado Alvar Nez del
gobierno, toda la Provincia y dems comarcas hasta el Atlntico,
continuaron dentro del distrito del Ro de la Plata o Paraguay. Los
Saltos del Guair estaban incluidos, como es natural, en esa
jurisdiccin.
La primera noticia cierta que se tiene de una expedicin hasta
los Saltos es la que, segn Ruy Daz de Guzmn9, emprendi el
gobernador Domingo Martnez de Irala hacia 1552. Con esta expedicin
se inicia la conquista y colonizacin permanente del Guair. Cuenta
Guzmn que algunos caciques principales del Guair se allegaron a
Asuncin a solicitar auxilios contra sus enemigos los Indios tupes
de la costa del Brasil que "con favor y ayuda de los portugueses de
aquella costa" hostilizaban a los guaranes de la comarca. Irala
lleg, segn Guzmn, al ro Paran "a un puerto arriba del gran Salto,
en los dominios del Cacique Canendiy10 que entonces daba su nombre
al portentoso accidente natural. Pas luego a la otra orilla, en las
tierras del cacique Guair, tan poderoso como Canendiy (sic) y cuyo
nombre se impuso despus para bautizar a los Saltos y a toda la
regin. En Aemby fueron derrotados los tupes que prometieron no
hacer ms guerras a los guaranes vasallos del Rey de Espaa. Obtenida
esta victoria, Irala emprendi el regreso. Naveg el ro Piquyry, que
desemboca en el Paran un poco ms al Norte de los Saltos. Para
salvarlos, hizo conducir por tierra, a hombres de los guaranes,
alrededor de cuatrocientas canoas, hasta cuatro leguas ms abajo. Al
fin, despus de muchas peripecias, Irala repas el Paran y retorn a
Asuncin11. Fue a raz de esta expedicin, que Irala determin poner en
ejecucin su viejo proyecto de poblar el Guair hasta la costa del
Brasil, como nico medio de contener las incursiones de los tupes,
estimuladas, por los portugueses, que por entonces comenzaban a
poner su codiciosa vista en esa zona, de tan abundante poblacin
indgena, como fuente de provisin de los esclavos que luego vendan a
los ingenios del norte12.
La Corona de Castilla celebr una capitulacin con Jaime Rasqun en
1557 con el claro objetivo de poblar la costa atlntica cercana a la
controvertida lnea de Tordesillas, y as hace referencia a cuatro
poblaciones: una en San Francisco del Mbiaz, otra en el Puerto de
los Patos 30 leguas ms abajo, una tercera en Sancti Spiritus y la
ltima en San Gabriel. Prueba de las incesantes pretensiones
portuguesas es una carta dirigida al presidente del Consejo de
Indias por el Gobernador del Paraguay Domingo Martnez de Irala
quien declaraba: q los
9 Anales del descubrimiento, poblacin y conquista del Ro de la
Plata de Ruy Daz de Guzmn, primer historiador del Paraguay-Ro de la
Plata. Ediciones Comuneros, Asuncin, 1980. 10 Mucho se ha discutido
si la grafa correcta debe ser Canendiy o Canindey o an Kanendij o
Kanindej segn las nuevas reglas del guaran. En este prrafo hemos
preferido mantener la escritura original del historiador Efram
Cardozo Canendiy, ya que su normalizacin como Canindey es
relativamente reciente. 11 Los derechos del Paraguay sobre los
Saltos del Guair de Efraim Cardozo. 12 Ibidem
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portugueses pretenden ser la ysla de s. Francisco suia y estan
en propiso (propsito) de no dexarla poblar posible.seria q. ellos
lo quisiesen hazer antes q. su magestad proveyese la poblacion
della y seria aver confusion sino se probeyese declaracion dello.
Paresme q. su magestad debria dar alguna larga enesto para q. si
los portugueses estubiesen poblados o lo quisiesen hazer los
pudiesen echar della como de trra de su magestad
Irala comision al Capitn Garca Rodrguez de Vergara para que con
sesenta hombres fuera a fundar una poblacin de espaoles en el
Guair. Sali de Asuncin el ao 1554 y cumpli su cometido erigiendo la
Villa de Ontiveros en las tierras del cacique Canendiy, una legua
al norte de los Saltos. A esta fundacin sigui la de Ciudad Real,
hecha en 1556 por el capitn Ruy Daz de Melgarejo, en la otra banda
del ro Paran, a tres leguas al Norte de Ontiveros, y, en
consecuencia a cuatro de los Saltos. Esta vez la fundacin se hizo
en los dominios del otro gran cacique, llamado Guair. De este modo,
tanto Canendiy como Guair tuvieron su poblacin de espaoles. Los
Saltos del Guair quedaron slidamente defendidos contra las
incursiones depredatorias de los tupes por dos ciudades espaolas,
que llevaron a sus tierras los signos perennes de la civilizacin
cristiana.
Un gran salto hacia el oriente, prosiguiendo el plan de ocupacin
intensiva de las tierras de la soberana espaola dependientes del
Paraguay, fue la fundacin de Villa Rica del Espritu Santo, el
primer da de Pascuas del Espritu Santo (14 de mayo) de 1570. El
fundador fue el capitn Ruy Daz de Melgarejo y el sitio elegido las
tierras del Cacique Coracibera o Curacyber13, a sesenta leguas al
Este de Ciudad Real, entre las nacientes de los ros Piquyry y
Huibay. Pronto Villa Rica del Espritu Santo se convirti en el
centro del Guair, como asiento de sus tenientes gobernadores, sin
que fuera abandonada Ciudad Real, a la cual se incorporaron los
habitantes de Villa Ontiveros. En 1593 el capitn Ruy Daz de Guzmn,
que como su padre Alonso de Riquelme fue figura principal del
Guair, fund Santiago de Xerez en la provincia de los Noars, mucho
ms al norte de las anteriores ciudades. Con esta fundacin se cierra
el anillo de ciudades que defendan los Saltos al Sud, al Este y al
Norte14.
HERNANDO ARIAS DE SAAVEDRA. LA GRAN ADECUACIN JURISDICCIONAL DE
1617. EL DESTINO COMN DEL NUEVO ESPACIO PARAGUAY - GUAIR
El gobernador Hernandarias tena razn al sealar, a inicios del
siglo diecisiete que la Provincia del Paraguay era demasiado grande
para ser gobernada adecuadamente y defendida de manera apropiada
como parte del Imperio Espaol, puesto que entonces se extenda hasta
el paralelo de 14 S al norte, hasta el ro Negro al sur, hasta la
costa del Atlntico y la lnea de Tordesillas al este, y hasta las
estribaciones de los Andes y el Ocano Pacfico al oeste. Como
resultado de esta enorme extensin, la ayuda que Asuncin ofreca a
los habitantes de Ciudad Real y
13 Quiz Kuarajhyver? 14 Los derechos del Paraguay sobre los
Saltos del Guair de Efraim Cardozo.
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Villa Rica del Espritu Santo para detener las infiltraciones
portuguesas siempre llegaba demasiado tarde, es decir, cuando los
portugueses ya se haban retirado.15
La reorientacin que impuso Charcas a la gobernacin rioplatense
exiga redefinir la organizacin del espacio. Hernando de Montalvo,
sagaz observador de los acontecimientos del Paraguay-Ro de la Plata
y responsable de la Hacienda Real de Asuncin advierte, a fines de
1579 la imposibilidad de ejercer un efectivo control sobre tan
vasto territorio, y justifica la conveniencia de reinstalar un
antiguo proyecto de dividir la gobernacin rioplatense: Para ser
vuestra magestad mas aprovechado De tan grandes y fertiles
provinias como Lo son estas del rio de la plata es inposible de
ninguna ynposibilidad poderlas gobernar ni rrejir un solo
governador por ser provinias tan anpleas Es provinia que se puede
dividir en tres governaiones
Otro proyecto presentado y atribudo a Martn del Barco Centenera
hacia 1587 propone: importante, q V.M. diuidiesze aquella Gouer.on
en do. dando a la vna por Cabea a buenos ayres con S.ta Fe y
concepci pueblo nueuo enel Rio ypiti q. suena tanto como bermejo
con toda la Conquista de aquella Vanda del Rio qs hazia el estrecho
llamada los esares (Magallanes); A la otra puede. V. Mag. dar por
Cabea a la iudad dela Assumpci en el paraguay iubdad antigua y muy
poblada16
Cinco aos despus, Hernandarias asumira el cargo de Gobernador
del Paraguay y del Ro de la Plata, sera el primer espaol no
peninsular en ostentar esta autoridad. A su vez, su hermano de
madre, Fray Fernando de Trejo y Sanabria, nacido en San Francisco
del Mbiaz (actual costa So Francisco do Sul, Santa Catarina,
Brasil), quien se erigi como el primer obispo criollo paraguayo,
provincial de los franciscanos y fundador de la Universidad de
Crdoba, una de las Altas Casas de Estudios ms antiguas del Ro de la
Plata.
Los proyectos puestos a consideracin de la Corona con las
recomendaciones de lograr una mejor administracin, sumados a los
problemas cada vez ms frecuentes que se presentaban por el
contrabando de metales preciosos a espaldas de las autoridades
virreinales del Per, y a la importancia cada vez mayor que cobraba
el puerto de Buenos Aires, que exiga que el Gobernador del Ro de la
Plata residiese ms tiempo all que en Asuncin, agregndose razones de
seguridad ante el gran riesgo y peligro en que quedauan las
ciudades de la Asumpcion, cauea de las dichas prouincias, sometidas
a ataques de los indgenas guaykures y payagus; acabaran trasladando
la capital rioplatense de Asuncin a BuenosAires.
Dadas las lgicas y muy fundadas razones expuestas por los
proyectistas sobre la imposibilidad de administrar espacios tan
vastos, y considerando que los territorios todos correspondan a la
Corona Espaola, la divisin era una necesidad improrrogable. En este
escenario fue que a fines de 1617 se consum la divisin de la
gigantesca provincia del Paraguay-Ro de la Plata, y as, por Real
Cdula de diciembre de 1617, Felipe III estableca que:he tenido por
vien que el dicho Gobierno se dibida en dos que el uno sea del Rio
de la Plata agregandole las iudades de la Trinidad Puerto de Santa
Maria de Buenos Ayres la iudad de Santa Fee la 15 Paraguay
1515-1870, una geografa temtica de su desarrollo de Johan Martin
Gerard Kleinpenning. Editorial Tiempo de Historia, 2011. 16 La
disputa por la tierra de Oscar Nocetti y Lucio B. Mir
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iudad de San Juan de Bera de las Corrientes la iudad de la
Concepion del Rio Bermejo y el otro Gobierno se yntitule de Guayra
y agregando a el por cabessa de su Gobierno la iudad de la
Asunpcion del Paraguay y la de Guayra Billarica del Espiritu Santo
y la iudad de Santiago de Xerez.
Al igual que Buenos Aires con el Ro de la Plata, que haba
recibido tres centros urbanos: Santa Fe, Corrientes y Concepcin del
Bermejo; Asuncin, como cabecera del Paraguay comprenda, al momento
de la desmembracin, tres poblaciones adicionales: Santiago de
Jerez, Ciudad Real y Villa Rica del Espritu Santo. Las dos nuevas
gobernaciones tuvieron cada una un obispado: el de Asuncin (el ms
antiguo del Ro de la Plata) y el de Buenos Aires.
La divisin desafortunadamente no permiti a los espaoles
defenderse mejor de la agresin portuguesa. Poco despus, como
veremos, los ataques aumentaron tanto en el Guair como en Jerez u e
Itatn y las tres poblaciones situadas en dichas regiones debieron
ser abandonadas.
LAS MISIONES JESUTICAS y LA EVANGELIZACIN DEL GUAIR
Antes de que se diera la divisin de 1617, el Consejo de Indias
haba solicitado a Ignacio de Loyola, Fundador y General de la
Compaa de Jess, una peticin para el envo de misioneros al Nuevo
Mundo. Loyola no lo consider oportuno en ese momento, y los
misioneros llegaran al Paraguay-Ro dela Plata recin treinta y un
aos despus de su muerte17.
El Superior de los Jesuitas dispuso en 1587 que las nuevas
misiones dependieran de la Provincia Jesutica del Per creada en
1568, y llamados por el Obispo de Asuncin, el 11 de agosto de 1588
llegaron provenientes del Brasil los padres Manuel Ortega, Thomas
Fields y Juan Saloni, que era el rector del grupo. Los tres
manejaban el idioma guaran o lingua geral por haber predicado antes
en el Brasil. Ortegay Fields se dirigiran a explorar el Guayr o
Pinera establecindose luego en la ciudad de Villarrica del Espritu
Santo18.
La Provincia Jesutica del Paraguay fue creada en el ao 1604 por
el Superior de los Jesuitas, Claudio Acquaviva, instalndose
primeramente en Asuncin, pero por los prolongados problemas
surgidos entre los sacerdotes de la orden y los vecinos de la
capital paraguaya, cuyas quejas llegaron a la Corte, se orden por
Real Cdula del 16 de marzo de 1608 dirigida a Hernandarias, que los
jesuitas se dirigieran al Paran, al Guayr o Pinera19 y a la regin
de los indios guaykures, donde quedaran eximidos del servicio de
encomienda. As, adems de las cabeceras espaolas en el Guair: Ciudad
Real y Villarrica, cuyos establecimientos ya se haban asentado y
donde primeramente se dirigieron los misioneros, se inicia un
17 Introduccin a la disputa territorial entre el Imperio del
Brasil y la Repblica del Paraguay de Grizzie Logan y Eduardo
Nakayama. Tercer Encuentro Internacional de Historia sobre la
Guerra de la Triple Alianza. Campo Grande, Brasil, 2011. 18 bidem
19 La Pinera era una forma comn de referirse a la regin del Guair,
debido a la particular flora donde como caracterstica principal
resaltan las araucarias o pinos.
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nuevo proceso de evangelizacin y fundacin de reducciones, sin
precedentes en la historia universal20.
Desde el Salto del Guair, el clebre sacerdote Antonio Ruiz de
Montoya envi a los padres Diego Ranonnier y Justo Vanfurk a
explorar la regin del Itat a pedido del Regidor de Santiago de
Xerez. En 1610 los jesuitas fundan las misiones de Nuestra Seora de
Loreto y San Ignacio Min, a orillas del ro Paranapanema; en 1622 la
misin de San Francisco Xavier sobre el ro Tibag; en 1625 la
reduccin de San Jos entre los ros Iva y Tibag, y Encarnacin en la
zona del Nivatingu; en 1626 la misin de San Pablo Apstol sobre el
ro Inia; en 1627 Siete Arcngeles en las tierras del cacique Tayaob,
Inmaculada Concepcin al atravesar el Tibag, San Miguel del Yvyangy
en esa regin, San Antonio en el Yvytyki y Santo Toms; en 1628 la
reduccin de Jesus Mara cerca del ro Iva, y San Pedro de los
Pinares. Esta ltima poca marca el fin de nuevas fundaciones a
consecuencia de los ataques bandeirantes que comenzaron a asolar el
Guayr21.
Pese a los reiterados ataques y avances bandeirantes, la
experiencia jesutica en los territorios espaoles signific el
ejercicio pleno de la soberana de Castilla en los vastos espacios
de la Provincia del Paraguay y Guair, adems del adoctrinamiento y
evangelizacin de los naturales, legado que an luego de la expulsin
de los soldados de Dios quedara a Espaa primero, y a las repblicas
independientes despus.
LA DESTRUCCIN DE LAS POBLACIONES EN EL GUAIR. LOS
BANDEIRANTES
Para comprender el movimiento expansivo portugus, debemos
recordar que el Brasil estaba dividido en Capitanas Hereditarias,
de una manera muy similar a las concesiones espaolas, con la
diferencia que las capitanas portuguesas constituan unidades
menores que las espaolas, todas ellas orientadas al Este volcadas
al Ocano Atlntico, y con la lnea de Tordesillas como lmite
occidental. Haban sido creadas por Juan III de Portugal en el ao
1534, y la administracin entregada a particulares, que por lo
general eran nobles portugueses. Aunque los territorios asignados a
cada Capitana eran ms pequeos que los espaoles, los espacios a ser
controlados presentaron los mismos inconvenientes y significaron un
fracaso, a excepcin de la Capitana de Pernambuco, entonces la regin
ms poblada del Brasil, y la de de So Vicente (costa de So Paulo), a
partir de donde se generaran los mayores dolores de cabeza para los
hispanos del Paraguay-Ro de la Plata22.
La Villa de So Paulo no pasaba de ser un pequeo poblado en la
meseta de Piratining, subordinada inicialmente a la Capitana de So
Vicente y a la cual rpidamente le rob protagonismo por los grandes
logros alcanzados que le valieron tornarse en nueva cabeza de la
Capitana en 1681. An as, y pese a que su influencia a principios de
1700 ya la eriga como la mayor unidad territorial dentro del
Brasil, slo en el ao 1711 sera elevada a la categora de ciudad.
Desde su fundacin, el 25 de enero de 1554 realizada por doce
sacerdotes jesuitas que
20 bidem 14 y 15 21 bidem 14, 15 y 17 22 Introduccin a la
disputa territorial entre el Imperio del Brasil y la Repblica del
Paraguay de Grizzie Logan y Eduardo Nakayama. Tercer Encuentro
Internacional de Historia sobre la Guerra de la Triple Alianza.
Campo Grande, Brasil, 2011.
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avocaron el poblado al Apstol San Pablo, la villa no descansara
en su misin conquistadora23.
No caben dudas que entre los mejores servidores de la causa
portuguesa en trminos de conquista y expansin del territorio, as
como en la influencia lusitana en la Amrica del Sur estn los
Bandeirantes Paulistas: Portugueses, criollos, mestizos, mamelucos
y caboclos, en distintas proporciones segn la misin encomendada, se
internaban en territorio espaol siguiendo el curso de los grandes
ros tributarios del Alto Paran, devastando cuanta poblacin, villa o
misin castellana encontraran a su paso, empujando forzosamente las
fronteras hacia el oeste de la lnea de Tordesillas. Los
bandeirantes paulistas hablaban el guaran como segunda lengua,
llamndole lngua geral o nheengatu (e`engat), al igual que los
mancebos y criollos del Paraguay. Estos particulares bilingismos
(el primero con el portugus y el segundo con el castellano), si
bien surgieron espontneamente por el rpido mestizaje, luego fueron
fomentados por los jesuitas, presentes tanto en So Paulo como en
Asuncin y las distintas Misiones24.
Aunque todas las incursiones paulistas se conocen genricamente
como Bandeiras, no todas ellas lo eran. Existan las Entradas que se
diferenciaban de las Bandeiras en que las primeras eran financiadas
por el tesoro y las autoridades coloniales en nombre de la Corona
Portuguesa con la finalidad de expandir el territorio allende las
fronteras de Tordesillas, mientras que las Bandeiras respondan a
iniciativas particulares con el fin de obtener lucro, las primeras
realizadas, conocidas como bandeirismo ofensivo o de apresamiento
consistan en la captura y venta de indgenas, sobre todo en las
Misiones; mientras que las ltimas, conocidas como bandeirismo
minerador consistan en la exploracin del teritorio en busca de
minas y piedras preciosas en Minas Gerais, Goyaz. Tambin se conocen
los mones, que consistan en expediciones fluviales paulistas que
partan de Porto Feliz, en las mrgenes del Tiet. Tanto las Entradas
como las Bandeiras y an los Mones ampliaron las fronteras
portuguesas en forma sistemtica, bajo las precisas instrucciones de
Lisboa25.
Las Bandeiras que ms influyeron sobre la zona en litigio sin
lugar a dudas fueron las de Antonio Raposo Tavares, sin embargo, ya
en 1606 Manuel Preto emprenda su rumbo al sur, al frente de una de
las primeras expediciones paulistas de apresamiento, pese a la
prohibicin Real del ao 1595 que proscriba la esclavizacin de los
indgenas, y luego de varios aos de caza del indio, en 1619 se
decide a atacar las aldeas jesuitas de Jess y San Ignacio. Pese a
ello, los sacerdotes continuaran la evangelizacin, poblando parte
del actual territorio de Ro Grande do Sul y las regiones de Guayr y
Paran entre 1620 y 1630. En varias campaas que van hasta el ao 1633
Raposo Tavares y Manuel Preto destruyen varias reducciones del
Guayr.
La Ciudad Real del Guayr fue abandonada en 1632 y Santiago de
Jerez al ao siguiente. Asuncin y Villarrica continuaron como los
nicos centros urbanos de la
23 bidem 24 bidem 25 Introduccin a la disputa territorial entre
el Imperio del Brasil y la Repblica del Paraguay de Grizzie Logan y
Eduardo Nakayama. Tercer Encuentro Internacional de Historia sobre
la Guerra de la Triple Alianza. Campo Grande, Brasil, 2011.
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regin, aunque esta ltima fue reubicada en un lugar ms seguro
luego de 1632. Estos acontecimientos significaron que gran parte
del territorio que se extenda hasta la lnea de Tordesillas y el
Ocano Atlntico y pertenecan de iure al Paraguay, pasaran
paulatinamente a ser controlados por los portugueses que desde 1632
lo incorporaron a la capitana de So Vicente. A Consecuencia de esta
nueva desmembracin y la subsiguiente agresin portuguesa que condujo
al despoblamiento del Guair, Jerez-u e Itatn, la gobernacin del
Paraguay qued sin salida al mar
Ferno Dias Pais Leme, otro clebre bandeirante, acompa a Raposo
Tavares en varias campaas al sur ocasionando tantas prdidas y daos
que en 1639 la Corona Espaola, a pedido de la Compaa de Jess,
concede permiso a los indgenas para poder armarse y defenderse, y
un ao despus, a instancias del mismo Raposo Tavares los jesuitas
seran expulsados de So Paulo luego de los irreconciliables
problemas que surgieran aos atrs, el ms grave de todos el proceso
de excomunin a Raposo Tavares despus que l y otros poderosos
esclavistas paulistas tomaran por asalto la iglesia de los jesuitas
en Baruer. Las Bandeiras siguen, y Manuel Dias da Silva golpea
Santa Fe en 1673 y Francisco Pedroso Xavier destruye la nueva
Villarrica del Espritu Santo en 167526.
Mientras las Bandeiras Paulistas asolaban el lejano Paraguay,
los espaoles apenas se despertaban de la letargia y empezaban a
comprender que la amenaza portuguesa estaba golpeando las puertas
de su casa.
LA PRDIDA DEL GUAIR EN MANOS DE LOS PORTUGUESES. DEL TRATADO DE
MADRID A SAN ILDEFONSO
El eminente historiador paraguayo Efraim Cardozo es lapidario
con los espaoles en cuanto a la negligencia demostrada a la hora de
defender el territorio que le perteneca frente a la viveza
portuguesa. Asevera que no fueron los bandeirantes sino los
diplomticos los arrebatadores de nuestras tierras.
No, no fueron los "bandeirantes" los que generaron los ttulos
portugueses, heredados por brasileos. Ellos jams pensaron en ocupar
las tierras que asolaron. Fueron los diplomticos los que fabricaron
esos ttulos. El genial Alejandro de Guzmn convirti a los feroces
cazadores de esclavos, a los incendiarios de pueblos, a los
profanadores de Iglesias, a los hombres sin ley ni conciencia que
durante un siglo esparcieron el espanto y la muerte, en
descubridores de tierras que nunca descubrieron, en conquistadores
de tierras que nunca conquistaron, en pobladores de tierras que
nunca poblaron27.
Espaa estaba al promediar el siglo XVIII en plena decadencia
moral. Los Borbones, que gobernaban desde la Paz de Utrecht, eran,
por lo general, dbiles mentales, manejados por validos, favoritas y
esposas, casi siempre extranjeros. La Corte era centro de intrigas
internacionales donde poco era tenido en cuenta el
26 bidem 27 Los derechos del Paraguay sobre los Saltos del Guair
de Efraim Cardozo.
-
inters espaol. Del gran imperio de Carlos V slo restaba la
memoria. En 1750 reinaba Fernando VI. Haba heredado de su padre la
enfermedad entonces llamada de la "melancola", bajo cuyo nombre se
encubran las insanias. Desde 1729 estaba casado con Doa Brbara de
Braganza, hija del rey Juan V, soberano del Portugal. El nico
sentimiento que se le conoca al monarca era el amor a su consorte
que tena sobre l enorme influencia y que nunca dej de sentirse
portuguesa28.
Cuando se reunieron los plenipotenciarios de Espaa y Portugal
para fijar los lmites de sus dominios en Amrica, el Rey dej el
negocio enteramente en manos de su Ministro de Estado, Don Jos
Carvajal y Lancaster, figura mediocre y corrompida, cuya nica
aspiracin era ser grato a la todopoderosa reina. Su contendor era
el famoso Alejandro de Guzmn, uno de los ms brillantes diplomticos
lusitanos, con cabal concepto de lo que convena a su pas. Actuaba
desde bambalinas, pues el plenipotenciario portugus era otro. Llego
el momento de convenir las bases de la demarcacin. Fcilmente
Lancaster se dej persuadir que se dejara de lado, perpetuamente, la
Lnea de Tordesillas, que tan poco haba respetado el Portugal
horadndola en todas direcciones, y que se adoptara el principio
consagrado por los Tratados de Utrecht: el uti possidetis. De este
modo quedaran legalizadas las usurpaciones portuguesas que, a la
verdad, difcilmente Espaa hubiera podido corregir, ni siquiera por
las armas, dada su total postracin29.
Cmo determinar las posesiones? Lo ms prctico hubiera sido pedir
informes de las personas entendidas, de las muchas que en las
colonias conocan palmo a palmo los territorios ocupados por una y
otra Corona. Virreyes, gobernadores, oidores y multitud de expertos
podran dictaminar con suficiencia y hasta bien cabra enviar a
comisarios que sobre el terreno verificaran las posesiones. Se
desech uno y otro procedimiento. Ni siquiera se solicit el dictamen
del Consejo de Indias, la ms alta autoridad espaola en materia
americana, y que tena a su disposicin los papelea del Archivo de
Sevilla y los mapas del archivo de Simancas. Por iniciativa
portuguesa se decidi apelar a la cartografa con preferencia a
cualquier otro procedimiento aclaratorio. Pero no a la cartografa
oficial espaola, ni a la abundantsima de los grandes gegrafos de la
poca, como el famoso Sansn D. Abbeville, ni siquiera la
extraordinaria de los jesuitas, grandes transitadores de tierras,
conocedores de todos los recovecos del continente indiano, sino a
una cartografa de la particular invencin de los portugueses.
Alejandro de Guzmn perje el mapa que deba utilizarse como base
para la demarcacin. Tres cartas fueron enviadas al embajador
portugus en Madrid, Toms de Silva Tllez, negociador del Tratado,
para que pusiera el mapa "en el mayor secret en manos de la Reina
Doa Brbara. As se hizo y Fernando VI, en un arranque de amor a su
real esposa, orden a Lancaster, que aceptara el mapa y de acuerdo
con l conviniera las fronteras. As lo hizo sin pestaear. De este
modo surgi el famoso Mapa de las Cortes30.
28 bidem 29 bidem 30 Los derechos del Paraguay sobre los Saltos
del Guair de Efraim Cardozo.
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Se titula "Mapa dos confins do Brasil com as terras da Coroa de
Espaa en Amrica Meridional" y est datado en 1749. Las tierras
tienen tres colores conforme a las siguientes indicaciones: "O que
est de amarelo (amarillo) he o que se acha ocupado pelos
Portugueses; "O que est de color de roza (rosado) he o que tem
ocupado os Espanoles; "O que fica en branco nao est ate o prexente
ocupado.
Es un mapa grosero, sin ninguna de las caractersticas de la
profusa y afiligranada cartografa de la poca, mal trabajo
manuscrito de algn copista de Guzmn, hecho a ltima hora, con datos
fantasiosos, inventando nombres geogrficos, modificando el trazado
de los notorios accidentes geogrficos, ros y montaas sobre todo,
caprichosamente representados, con el nico objetivo de mostrar el
profundo adentramiento de las supuestas ocupaciones portuguesas en
todas y cada una de las provincias espaolas31.
Los errores del mapa son garrafales. Slo mencionaremos algunos
correspondientes al sector paraguayo, que es el que nos interesa.
La ciudad de Asuncin est mal ubicada. El ro Paraguay corre en
direccin N. E. a S. O., el ro Pilcomayo de Norte a Sur. En el Chaco
aparece, en su centro, una gruesa cadena de cerros. Entre los ros
Paran y Paraguay hay una distancia de 40 leguas, etc32.
Y lo que es estupendo: mientras en el Guair se inventan ros y
arroyos, no aparecen para nada los Saltos, y s la isla que est en
medio de ellos! Fue sobre la base de este Mapa que se suscribi el
Tratado de Lmites del 13 de enero de 1750 o Tratado de Madrid; a su
dorso pusieron tambin su firma los dos plenipotenciarios. El Mapa
qued agregado a Tratado. Se le complement con una "lnea vermelha"
(lnea roja) que representaba la frontera demarcada33.
El historiador argentino Pedro de Angelis, en el proemio que
hace sobre la publicacin comentada del tratado en el ao 1837 en
Buenos Aires critica el desconocimiento de los territorios a ser
demarcados, y afirma que: en vez de dejar esta cuestin intacta en
manos de los facultativos, la acometieron diplomticamente los
plenipotenciarios, y fijaron los puntos directores de la lnea de
demarcacin, sin tener noticias correctas de las localidades; as es,
que se equivocaron en varios detalles, que hicieron impracticable
la ejecucin del tratado34.
Pese a que el Tratado de Madrid35 sera anulado en 1761 por el
Tratado de El Pardo, los problemas de indefinicin de lmites entre
Portugal y Espaa
31 bidem 32 bidem 33 bidem 34 Introduccin a la disputa
territorial entre el Imperio del Brasil y la Repblica del Paraguay
de Grizzie Logan y Eduardo Nakayama. Tercer Encuentro Internacional
de Historia sobre la Guerra de la Triple Alianza. Campo Grande,
Brasil, 2011. 35 El Tratado de Madrid anulaba el obsoleto acuerdo
de Tordesillas, y adopt como regla para la fijacin de lmites la
ocupacin efectiva en muchos de sus puntos, lo que era ampliamente
favorable a Portugal.
Pona fin a las reclamaciones portuguesas por las Filipinas y
adyacentes ratificando el acuerdo de paz de
Zaragoza de 1529 sobre las Molucas, y entre otras disposiciones,
tambin estableca que Portugal ceda a
la corona de Espaa la Colonia del Sacramento y todo su
territorio adyacente, como tambin toda la
navegacin del Ro de la Plata, que pertenecera enteramente a la
corona espaola. Portugal renunciaba a
todo derecho que pudiera corresponderle por el tratado
provisorio de Lisboa de 1681 y de Utrecht de
1715, a la vez que Espaa ceda los Siete Pueblos de las Misiones,
y por ello se lo conoce tambin como
-
continuaran. La Gobernacin del Paraguay marcaba el confn norte
de las posesiones espaolas en el Ro de la Plata y mostraban un
lamentable panorama en cuanto a la preparacin para la defensa, en
momentos en que estas diferencias apeligraban estallar una guerra.
Por tal motivo, argumentando la improcedencia de la expansin
portuguesa, Espaa invoc las garantas del Tratado de Pars de 1763 y
se asegur el apoyo de Francia, a la vez que los britnicos no
tuvieron ms remedio que ser neutrales, absorbidos por la sublevacin
de sus colonias.
El ministro portugus Marqus de Pombal estimulaba la expansin
lusitana en el Ro de la Plata. Los portugueses aprovecharon la
indefensin de los indios de las Misiones, y extendieron sus
posesiones desde el Uruguay al Paraguay.
Una prueba latente de ello es el conflicto suscitado en Igatim
(hoy Mato Grosso do Sul, frontera con Canindey), donde los
portugueses buscaban instalarse en forma clandestina desde el ao
1767 en que se tienen noticias del asentamiento de Nossa Senhora
dos Prazeres de Igatim , al norte de San Isidro del Curuguaty,
antigua cabecera de Canindey. El gobernador del Paraguay Carlos
Morphy actuara con gran diplomacia y cautela, guardando el debido
cuidado de la prescripcin que le prohiba a los gobernadores tomar
las armas en tales casos, y realiz un intercambio epistolar con el
jefe de la poblacin, Joo Martins Barros, que ostentaba los ttulos
de Capitn Mayor, Regente y Comandante de la expedicin y donde pudo
comprobarse que realizaba una Entrada por orden del Capitn General
Luis Antonio de Sousa Botelho Mouro36.
Morphy haba enviado al Teniente General de Curuguaty, Jos
Gonzlez Vejarano a inspeccionar el lugar, y debi frenar a los
lugareos quienes queran juntarse para pasar en persona a echar
estos fanfarrones a los antpodas, pues no convencieron sus excusas
de que estaban esperando el fruto de sus chacareos antes de
continuar viaje. De hecho, la situacin se volva tensa al recibirse
noticias de la fortificacin de la poblacin, por lo que Morphy exige
explicaciones al ya mencionado gobernador de So Paulo, Luis Antonio
de Sousa Botelho Mouro, haciendo notar que por la anulacin del
tratado de lmites de 1750 (que haba amparado la ocupacin efectiva),
los terrenos de Igatim pertenecan a la Corona de Espaa37.
Los reclamos de Morphy por la va diplomtica seran estriles, dada
la actitud portuguesa demostrada en las respuestas de Sousa, que
estaba dispuesto a pelear cualquier palmo de tierra, y no sera
hasta el gobierno de Agustn Fernando de Pinedo que las cosas se
compondran conforme a derecho. Pinedo primeramente mantuvo la
cautela observada por su antecesor Morphy, pero al recibir las
instrucciones del flamante primer Virrey del Ro de la Plata Pedro
de Cevallos quien vendra a tomar satisfaccin de las injurias que
las armas del Rey Fidelsimo haban cometido contra los dominios de
su Rey, bajo la paz, abusando de la magnanimidad y escrupulosa
buena fe, tres brigadas compuestas por Jos Antonio Yegros, Salvador
Cabaas y Jos Espnola, de unos quinientos hombres cada una,
totalizando mil quinientos, ms quinientos ms entre peones para
caballera y Tratado de Permuta. 36 Introduccin a la disputa
territorial entre el Imperio del Brasil y la Repblica del Paraguay
de Grizzie Logan y Eduardo Nakayama. Tercer Encuentro Internacional
de Historia sobre la Guerra de la Triple Alianza. Campo Grande,
Brasil, 2011. 37 bidem
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cargueros, marcharon sobre la plaza y ante el pedido de rendicin
de Espnola, los portugueses realizaron una descarga que hiri de
muerte a Tom Nez, quien result la nica baja antes de que se tomara
pacficamente la plaza, y diez das despus se retiraran con sus
bienes y armas. Un total de ochenta personas decidieron fijar
residencia en el interior del Paraguay, que era lcita eleccin,
mientras que el resto retorn a So Paulo38.
El aventurero paulista Manoel Cardoso de Abreu escribi en 1783
sobre este mismo episodio en un manuscrito que permaneci indito por
ms de un siglo hasta que fue descubierto en Lisboa y publicado en
la Revista do Instituto Histrico e Geogrphico de So Paulo en el ao
1902 bajo el nombre de O Divertimento Admirvel. Cardoso se refera
al hecho relatando: No anno 1766 para o de 1767 mandou o Exmo. D.
Luis Antonio de Souza Botelho Moro, que ento era General da
Capitania de S. Paulo, huma expedio de trezentos etantos homens ao
rio Yguatemi aestabelecer h Prezidio, o qual sendo estabelecido,
efortificado com Artilharia etropas reguladas alem de algunas
companhias de Aventureiros, se conservou nesta figura daquelle anno
te o dia 26 de Outubro de 1777, que por neste mesmo dia eanno foi
tomado pelos Castelhanos asociados com o Gentio Cavalleiro
denominado Guaicur: O embarque desta expedio foi feito na referida
Freguezia de Araraytaguaba, como tambem Della se extrahiro Ocuro
pelo mesmo rio Tietm eoutros amaneira dos comerciantes, de que
trata aprezente narrao, poiz deixo o mais deste ponto em silencio
para em seu lugar referir39.
Efraim Cardozo se pregunta, considerando que no haban
posesiones, ni siquiera inventadas sobre el papel en el Mapa de las
Cortes: cul fue la razn "convincente" que movi al plenipotenciario
espaol a aceptar el trazado de la frontera que dejaba el Guair
dentro del Portugal? Pues, ya cabe suponer: las correras de los
"bandeirantes". Pero esas invasiones estaban despojadas de toda
validez jurdica. Los "bandeirantes'" destruyeron ciudades, no, las
fundaron; lograron lo desocupacin del Guair, pero no lo ocuparon.
En sus correras no obedecan propsitos polticos, sino a la infame
codicia de carne humana. El Guair dej de interesarles cuando ya no
tuvo ms poblacin que esclavizar. Y adems, ellos no reconocan
soberana alguna en el Portugal y hasta llegaron en 1661 a proclamar
rey a Amador Bueno. Un viajero de fines del siglo XVII, as describe
a San Pablo: "Es una especie de Repblica originariamente compuesta
de toda especie de gente, sin fe ni ley, mas a quien el instinto de
conservacin forz a tomar una forma de gobierno. Pretenden ser
libres los paulistas y no quieren ser sbditos de los portugueses.
La tirana de los gobernadores del Brasil dio origen a esta pequea
Repblica, tan celosa de su libertad que no soporta que algn
extranjero pise sus tierras'40.
Y sobre todo stos en la poca de las principales invasiones del
Guair, el Portugal dependa de Espaa. Fusionadas ambas coronas en
1580 bajo la unin Aeque Principalliter, el Rey de Espaa lo fue
tambin del Portugal hasta 1640, en que el
38 Introduccin a la disputa territorial entre el Imperio del
Brasil y la Repblica del Paraguay de Grizzie Logan y Eduardo
Nakayama. Tercer Encuentro Internacional de Historia sobre la
Guerra de la Triple Alianza. Campo Grande, Brasil, 2011. 39 bidem
40 Los derechos del Paraguay sobre los Saltos del Guair de Efraim
Cardozo.
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Portugal recuper su independencia. Y los "bandeirantes", como
sbditos de Espaa, mal podan generar derechos en contra de Espaa y a
favor de un Estado que por entonces no exista con atributos de
soberana e independencia.
Al decir de Alfredo Ellis Junior, un eminente historiador
brasileo y uno de los que ms eruditamente se ha ocupado del
"bandeirantismo en obras como "Raposo Tavares e sua poca",
"Captulos de historia social de Sao Paulo, "O bandeirismo e o recuo
do meridiano, "Meso sculo de bandeirism sustent la tesis de que los
bandeirantes no tuvieron como finalidad, en sus arremetidas
sertonistas, inclusive contra el Guair, "eliminar los monumentos
posesorios castellanos y jesutico - guaranes y conquistar tierras
para la Corona lusitana, a cuyos intereses expansionistas fueron
extraos". Reconoce que el movimiento Bandeirante no tuvo otro
objetivo que la captura de esclavos amerindios coma actividad
exclusivamente lucrativa. Otro historiador brasileo, Mario Monteiro
de Almeida, en su obra "Episodios da Formaao Geogrfica do Brasil",
considera que las razones lgicas en que el eminente escoliasta
fundament su tesis, "se presentan como impresionantes e
irrecusables".
Ante los ltimos acontecimientos ocurridos en el Paraguay y en el
Ro de la Plata, que desataron varios enfrentamientos entre espaoles
y portugueses en plena etapa de negociacin en la pennsula ibrica,
finalmente, en Madrid se convino el Tratado de San Ildefonso el 1
de octubre de 1777 que tendra una importancia fundamental para
fijar las fronteras de ambos imperios, al menos en los puntos ms
sensibles, y que haban sido objeto principal del conflicto. Segn
este Tratado, los portugueses quedaban eliminados de las riberas
del Ro de la Plata y la Colonia del Sacramento volva a la soberana
de Espaa, que finalmente cedi a Portugal las Misiones Orientales y
las tierras sobre las mrgenes del ro Yacuby, Ro Grande, adems de
parte del Guayr y el Mato Grosso. Carlos III expidi la Real
Instruccin del 6 de junio de 1778, dictada con la aprobacin de las
cortes de Madrid y Lisboa, por la cual una comisin mixta deba
trasladarse a Amrica para fijar las fronteras y poner fin de esta
manera a la secular disputa entre los dos reinos. Sin embargo, solo
dos comisiones trabajaron conjuntamente y el resultado final fue
muy deficiente41.
Para la fijacin de lmites en el Paraguay, la Corona Espaola envi
en 1781 a Flix de Azara como uno de los comisarios encargados de
fijar los lmites hispano-lusitanos en el Paraguay; y en 1784 al
marino Juan Francisco Aguirre, como jefe de la cuarta partida
demarcadora. Estos dos demarcadores desarrollaran una gran labor
cientfica y dejaran un legado invaluable que cobran mayor
importancia desde el momento en que San Ildefonso sera el ltimo
tratado vigente entre ambas coronas al momento del estallido de la
Guerra de la Triple Alianza en 1864, cuando la continuacin poltica
de las coronas seran el Imperio del Brasil y la Repblica del
Paraguay. Los otros comisarios espaoles que intilmente aguardaron
la llegada de sus contrapartidas portuguesas fueron Manuel Antonio
Flores y Diego de Alvear42.
41 Flix de Azara: El Darwin espaol, artculo de Eduardo Nakayama
para la Asociacin Cultural Mandu`ar, 17 de octubre de 2014. 42
bidem
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Puesto que el trabajo de demarcacin iniciado luego del Tratado
de Madrid haba quedado inconcluso por los enfrentamientos que se
sucedieron, Flix de Azara lo volvi a revisar y analizar, hallando
un sinnmero de errores, los cuales explica con mucha claridad y
sentido, ms an considerando que incluso en Europa su prestigio era
ya muy reconocido, tornndose clebre a su regreso por sus obras
publicadas en Pars, entre ellas: Essais sur lhistoire naturelle des
Quadrupdes (1801) y su obra maestra Voyages dans lAmrique
mridionale, par don Flix de Azara (1809) en cuatro volmenes. Sus
Memorias sobre el Estado Rural del Ro de la Plata en 1801, obra
pstuma publicada por su sobrino don Agustn de Azara, Marqus de
Nibbiano y Caballero de la Orden Real de Carlos III en Madrid, en
el ao 1847, contiene las anotaciones sobre los lmites espaoles y
portugueses en el Alto Paran y en el Alto Paraguay43.
En su Quinta Disputa contenido en sus Memorias sobre el Estado
Rural del Ro de la Plata publicado en 1801, Azara hace una clara
mencin a la demarcacin de los lmites en la zona de Salto del Guair
diciendo: El mapa manifiesta bien ambas lineas, y el espacio que
creen debe quedar neutro entre ellas. Pero yo creo que ser mejor
lnea la que, sin dejar neutral, corre desde cualquiera de los dos
San Antonios aguas abajo del Yguaz hasta el Paran, y aguas arriba
de este hasta el Salto Grande. Porque la lnea complicara la
demarcacin sin utilidad; porque los trozos del Yguaz y Paran
mencionados, no pueden navegarse en la mayor parte por sus saltos y
furiosas corrientes, y porque el terreno que la lnea dejara neutro,
lo ser siempre por malsano, y por muy distante de otros
establecimientos sin franca comunicacin por ros.
DEL PERODO INDEPENDIENTE AL TRATADO LOIZAGA-COTEGIPE
Antes y durante el primer perodo independiente, sin lugar a
dudas la Villa de San Isidro Labrador de los Reyes Catlicos de
Curuguaty fue la poblacin canindeyuense ms importante de la
regin.
Para conocer el protagonismo de esta ciudad y la de sus
curuguateos, descendientes ancestrales de los guaireos de Ciudad
Real, Ontiveros o Villa Rica, es preciso realizar un repaso desde
incluso la expulsin de los portugueses del Fuerte de Nuestra Seora
de los Placeres de Ygatim, la participacin de los delegados de la
Villa en los diferentes acontecimientos polticos en los albores de
nuestra nacin independiente, el lugar de residencia y asilo
concedido por el Dr. Jos Gaspar Rodrguez de Francia al prcer
uruguayo Gral. Jos Gervasio Artigas, entre otros acontecimientos
histricos de gravitacin nacional.
La regin de los saltos quedara sin embargo despoblada del lado
paraguayo durante el perodo de tiempo comprendido entre la
independencia nacional y la Guerra de la Triple Alianza, por cuya
consecuencia a raz de lo estipulado en el Tratado Secreto de la
Triple Alianza, grandes extensiones del territorio nacional al
norte de los actuales departamentos fronterizos de Canindey,
Amambay y
43 Introduccin a la disputa territorial entre el Imperio del
Brasil y la Repblica del Paraguay de Grizzie Logan y Eduardo
Nakayama. Tercer Encuentro Internacional de Historia sobre la
Guerra de la Triple Alianza. Campo Grande, Brasil, 2011.
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Concepcin pasaran a pertenecer al Brasil. Cabe manifestar sin
embargo que la apropiacin de estos territorios ancestralmente
paraguayos por herencia de la Madre Patria y por justos ttulos, se
produjo en el ao 1872 bajo ocupacin militar aliada en Asuncin, por
lo que del arreglo se infieren graves indicios de vicios de la
voluntad, que en el Derecho Civil constituyen vicios insalvables
que hacen anulable la convencin como si se hubiera firmado un
contrato bajo presin o fuerza irresistible.
Mucho no habrn podido hacer nuestros gobernantes de turno, pero
an as vale resaltar el comportamiento honorable de algunos
pro-hombres que con su ejemplo demostraron su leal servicio a la
Patria, como fue el caso del plenipotenciario Don Jos Falcn, que se
retir de las negociaciones con Cotegipe y renunci a sus plenos
poderes. Realiz antes unos descargos diciendo que como estaba a la
vista de todo el mundo, no han existido poblaciones antes de la
reciente guerra, que (pudiesen) dar derecho al Brasil, como seal de
posesin sobre el territorio controvertido. Agreg que el Imperio
haba tentado muchas veces crearse un derecho que no tiene, con las
poblaciones clandestinas en las tierras disputadas, y de donde
fueron lanzados cuantas veces lo han hecho. Al concluir, expuso lo
siguiente: Hoy con motivo de la guerra y del triunfo que alcanzaron
sus armas sobre nuestra desgraciada patria, habrn puesto ya (los
brasileos) sus establecimientos, para venir a imponernos en el
tratado definitivo que se espera, la obligacin de reconocerles como
propios del Brasil, toda la derecha del Apa, y aun en las presentes
circunstancias en que se encuentra el Paraguay, podrn pretender
hasta el corazn de la Repblica, para que de este modo queden
perfectamente cumplidas las escandalosas estipulaciones del tratado
secreto de 1 de mayo de 1865 Si desisten los aliados de las inicuas
estipulaciones de dicho tratado secreto, bienvenidos sean! que les
esperamos con un abrazo fraternal; pero si obstinados pretenden
llevarlas a la letra, prevalidos de nuestra situacin: en hora
buena, reprtanse de nuestros despojos; pero no encontrarn un solo
paraguayo que quiera poner su firma ignominiosamente, para darles
el colorido de legalidad a sus actos.
Lamentablemente, hubo paraguayos que se prestaron al despojo y
firmaron y ratificaron el Tratado, pero el viejo Falcn dej su
impronta en la Historia del Paraguay en su misma nota de renuncia,
la cual devino en fecha 9 de enero de 1872: No pudiendo avenirme
con esta declaracin, que es el cumplimiento de lo estipulado en ese
tratado secreto para la conquista del Paraguay () y por
consiguiente, considerando que firmando un tratado con tales
condiciones, atraera sobre mi nombre la maldicin eterna de nuestra
posteridad; (...) no concordando con mi colega el seor Loizaga, me
veo en la penosa pero indeclinable necesidad de pedir a usted (el
vicepresidente Jovellanos) se sirva exonerarme de los plenos
poderes que me ha confiado, as como de la cartera del Ministerio a
mi cargo, porque como miembro del Gobierno tampoco podr firmar en
contra de mi conviccin cuando llegasen a realizarse dichos tratados
en los trminos propuestos44".
Cotegipe, veterano de luchas provinciales y nacionales,
hbilmente consigui que luego de un breve intercambio de notas,
Brasil se quede con tres mil trescientos
44 Jos Falcn: Escritos Histricos. Edicin y estudios preliminares
de Thomas L. Whigham y Ricardo Scavone Yegros. Editorial
Servilibro. Asuncin, 2006.
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veinticuatro leguas cuadradas o sesenta y dos mil trescientos
veinticinco kilmetros cuadrados del territorio situado entre las
cordilleras de Amambay y Mbaracay y al norte del ro Apa. Los tres
tratados firmados en 1872 fueron el acuerdo general de paz y lmites
(09 de enero); el de extradicin (16 de enero); y el de amistad,
comercio y navegacin (18 de enero).
Juan Bautista Gill, presidente del Senado, junto con Brizuela,
urdieron la trama para rpidamente arrancar y entregar al Brasil
tanto suelo paraguayo an cubierto con la sangre y los sueos de
tantos soldados y ciudadanos de bien45. Gill, quien segn sus
contemporneos dominaba a la mayora de los legisladores por medio de
la persuasin o amenaza, reuni en su casa a los miembros del
Congreso, ignorantes de que Cotegipe estaba agazapado en una
habitacin contigua, siguiendo cada momento de la reunin, quien
apareci en el momento justo para, con una sonrisa, garantizar que
su nacin se opondra a cualquier reclamo de tierra de parte de la
vecina Argentina46.
Los tres tratados fueron ratificados casi sin ninguna objecin el
6 de febrero del mismo ao por el Paraguay, y el 26 de marzo de 1872
por Su Alteza Imperial la Princesa Regente Isabel del Brasil.
A cambio de que Brasil no obligue al Paraguay a pagar una
compensacin de guerra que podra superar los $300.000.000 pesos oro,
segn el ministro americano John L. Stevens, la Argentina pagaba el
precio de haberse unido al Brasil para destruir al Paraguay. Tambin
mencionaba la urgencia de que las repblicas del Ro de la Plata se
unan para poder formar un frente compacto contra la torpe y
engolada civilizacin del Imperio, unin que era uno de los fantasmas
de las relaciones exteriores brasileas.
Fue as como el Paraguay accedi a no ceder el Gran Chaco a la
Argentina, cuya cuestin qued primeramente bajo arbitraje
internacional del Presidente de los Estados Unidos de Amrica
Rutherford Birchard Hayes en su laudo arbitral entre el Paraguay y
la Argentina y despus a prueba de guerra durante la defensa
nacional en la nuevamente sangrienta Guerra del Chaco que tuvo que
enfrentar a un todava dbil Paraguay contra Bolivia entre los aos
1932-1935.
FIN
45 Paraguay y la Triple Alianza, la dcada de la posguerra
(1869-1878) de Harris Gaylord Warren. 46 bidem