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Jos de San Martn Felipe Pigna (1778-1850) Jos Francisco de San
Martn naci en Yapey, hoy provincia de Corrientes, un 25 de febrero
de 1778. Yapey haba sido fundada en febrero de 1627 por los
Jesuitas y se transform con el tiempo en el ms importante centro
ganadero del Ro de la Plata, famoso sus zapateras cuyos productos
eran exportados a Chile y Per. Tambin se producan ah diversos
instrumentos musicales de gran calidad. Todo esto decay con la
expulsin de los jesuitas en 1767, pero Yapey sigui siendo una
ciudad importante dentro de la estrategia espaola para estas
tierras. As fue como el gobernador de Buenos Aires, Bucarelli,
encomend al Capitn don Juan de San Martn el cargo de teniente
gobernador de Yapey en 1774. All se instal don Juan con su mujer,
Gregoria Matorras, y sus hijos Mara Elena, Juan Fermn y Manuel
Tadeo. Poco despus nacern Justo Rufino y el menor de la familia,
Jos Francisco, quien pronto comenz a ser
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cuidado por una niera india, Juana Cristaldo que segn doa
Gregoria, lo consenta demasiado. Cuando Jos tena apenas tres aos,
toda la familia debi abandonar Yapey y trasladarse a Buenos Aires.
El virrey Vrtiz le orden a Don Juan hacerse cargo de la instruccin
de los oficiales del batalln de voluntarios espaoles. Los San Martn
vivirn en la capital del virreinato hasta fines de 1783, cuando fue
aceptado el pedido de Don Juan para regresar a Espaa. Se le encarg
la direccin de un regimiento en Mlaga y all se instal la familia.
Jos, que tena por entonces ocho aos, se supone que estudi en el
Seminario de Nobles de Madrid. All aprendi latn, francs,
castellano, dibujo, potica, retrica, esgrima, baile, matemticas,
historia y geografa. En 1789, a los once aos ingres como cadete al
regimiento de Murcia y en poco tiempo ya tomar parte activa en
numerosos combates en Espaa y en el Norte de frica. Entre 1793 y
1795 durante la guerra entre Espaa y Francia, el joven San Martn
tuvo una actuacin destacada en todos los combates en los que
particip, y ascendi rpidamente en sus grados militares hasta llegar
al de segundo teniente. En la guerra contra las fuerzas napolenicas
y ya con el grado de Teniente Coronel, fue condecorado con la
medalla de oro por su heroica
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actuacin en la batalla de Bailn el 19 de julio de 1808 El joven
Jos no olvidaba sus orgenes americanos y estaba muy al tanto de los
sucesos del Ro de la Plata. Al enterarse de los hechos de mayo de
1810, decidi pedir el retiro del ejrcito espaol para poner sus
conocimientos y experiencia al servicio de la naciente revolucin
americana. Haba tomado contacto en Espaa con crculos liberales y
revolucionarios que vean con simpata la lucha por la emancipacin
americana. Sali de Cdiz para Londres el 14 de septiembre de 1811.
Londres ya era por entonces la gran capital de la Revolucin
Industrial a cuya sombra florecan las ideas liberales, ante todo en
lo econmico, pero tambin en lo poltico. All prosperaban los grupos
revolucionarios como la "Gran Hermandad Americana", una logia
fundada por Francisco de Miranda, un patriota venezolano que se
propona liberar Amrica con la ayuda financiera de los ingleses.
Durante sus cuatro meses de estada en Londres, San Martn tomar
contacto con los miembros de la "Hermandad", sobre todo con Andrs
Bello y con personas vinculadas al gobierno britnico, como James
Duff y Sir Charles Stuart, quienes le hacen conocer el plan
Maitland. El plan, un manuscrito de 47 pginas,
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haba sido elaborado por el general ingls Thomas Maitland en 1800
y aconsejaba tomar Lima a travs de Chile por va martima. San Martn
tendr muy en cuenta las ideas del militar ingls en su campaa
libertadora. Finalmente en enero de 1812 San Martn emprende el
regreso a su tierra natal a bordo de la fragata inglesa George
Canning. Yo serv en el ejrcito espaol desde la edad de trece a
treinta y cuatro aos, hasta el grado de teniente coronel de
caballera. En una reunin de americanos en Cdiz, sabedores de los
primeros movimientos de Caracas, Buenos Aires, etc., resolvimos
regresar cada uno al pas de nuestro nacimiento a fin de prestarle
nuestro servicio en la lucha." Jos de San Martn. A poco de llegar
San Martn a Buenos Aires, logr que se le respetara su grado militar
de Teniente Coronel y que se le encomendara la creacin de un
regimiento para custodiar las costas del Paran, asoladas por los
ataques de los espaoles de Montevideo. As naci el regimiento de
Granaderos a Caballo. El propio San Martn disear los uniformes y
las insignias del nuevo cuerpo militar que se instala en el Retiro.
La situacin poltica en Buenos Aires era complicada, gobernaba el
Primer Triunvirato integrado por Feliciano Chiclana,
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Manuel de Sarratea y Juan Jos Paso. Pero el verdadero poder
estaba en manos del secretario de gobierno, Bernardino Rivadavia,
que vena desarrollando una poltica muy centralista que desoa todos
los reclamos del interior, cada vez ms perjudicado por la poltica
econmica de Buenos Aires que fomentaba el libre comercio y mantena
un manejo exclusivo del puerto y de la aduana. A poco de llegar,
San Martn entr en contacto con los grupos opositores al
Triunvirato, encabezados por la Sociedad Patritica fundada por
Bernardo de Monteagudo, y cre, junto a su compaero de viaje Carlos
de Alvear, la Logia Lautaro, una sociedad secreta cuyos objetivos
principales eran la Independencia y la Constitucin Republicana. San
Martn y sus compaeros se decidieron a actuar y el 8 octubre de 1812
marcharon con sus tropas, incluidos los granaderos, hacia la Plaza
de la Victoria (actual Plaza de Mayo) y exigieron la renuncia de
los triunviros en un documento redactado por San Martn que conclua
diciendo: "...no siempre estn las tropas para sostener gobiernos
tirnicos". Fue designado un segundo triunvirato afn a la Logia y a
la Sociedad
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Patritica integrado por Juan Jos Paso, Nicols Rodrguez Pea y
Antonio lvarez Jonte. Don Jos se haca tiempo tambin para la
diversin y poco a poco fue tenido en cuenta en las selectas listas
de invitados de las tertulias porteas. La ms famosa y agradable,
segn cuentan, era la de Don Antonio Escalada y su esposa Tomasa, en
la que sus hijas, Remedios y Nieves, no perdan de vista a ningn
nuevo visitante. Por all pas Don Jos y surgi el romance con
Remedios. Poco despus, el 12 de noviembre de 1812 se casaron. l
tena 34 aos y ella 15. El 3 de febrero de 1813 los Granaderos de
San Martn entraban por primera vez en combate frente al Convento de
San Lorenzo, en Santa Fe. El triunfo fue total y el prestigio del
ahora coronel San Martn creca sin cesar. Fue as que en 1814 se le
encomend el mando del ejrcito del Norte en reemplazo del General
Belgrano. San Martn acept el cargo pero hizo saber a las
autoridades que sera intil insistir por la va del Alto Per y que se
retirara a Crdoba para reponerse de los dolores causados por su
lcera estomacal y terminar de delinear las bases de su nueva
estrategia militar consistente en cruzar la cordillera, liberar
a
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Chile y de all marchar por barco para tomar el bastin realista
de Lima. Repuesto parcialmente de sus males, pero con el plan
terminado y aprobado, logr ser nombrado gobernador de Cuyo. En
Mendoza comenz los preparativos para su ambicioso plan sin
descuidar las tareas de gobierno. Foment la educacin, la
agricultura y la industria y cre un sistema impositivo igualitario
cuidando que pagaran ms los que ms tenan. Todo el pueblo cuyano
colabor segn sus posibilidades para armar y aprovisionar al Ejrcito
de los Andes. El propio gobernador dio el ejemplo reduciendo su
propio sueldo a la mitad. San Martn debi enfrentar en Cuyo la
oposicin la oposicin de los hermanos Carreras, exiliados chilenos
que haban abandonado su pas tras la derrota de Rancagua. Uno de
ellos, Jos Miguel haba sido presidente de la Junta de Gobierno de
Chile en 1814 y se opona a la alianza de O'Higgins con San Martn.
Los tres hermanos terminaron involucrndose en las guerras civiles
argentinas y murieron fusilados. El 24 de marzo se rene el Congreso
en Tucumn. San
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Martn, preocupado por la demora en sancionar la independencia
dirige una carta al diputado por Cuyo, Godoy Cruz. "Hasta cundo
esperaremos para declarar nuestra independencia? No es cosa bien
ridcula acuar moneda, tener el pabelln y escarapela nacional y, por
ltimo, hacer la guerra al soberano de quien se dice dependemos, y
permanecer a pupilo de los enemigos?" El 16 de agosto de 1816, naci
Mercedes Tomasa de San Martn, la nica hija de la pareja. A
principios de 1817 comenz el heroico cruce de los Andes. "Compaeros
del Ejrcito de los Andes: La guerra se la tenemos que hacer como
podamos: si no tenemos dinero; carne y tabaco no nos tiene que
faltar. Cuando se acaben los vestuarios, nos vestiremos con la
bayetilla que nos tejan nuestras mujeres y si no andaremos en
pelota como nuestros paisanos los indios, seamos libres y lo dems
no importa. Compaeros, juremos no dejar las armas de la mano hasta
ver el pas enteramente libre, o morir con ellas como hombres de
coraje.", Jos de San Martn. Durante muchos tramos San Martn debi
ser
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trasladado en camilla debido a los terribles dolores provocados
por la lcera. A poco de cruzar los Andes, el 12 de febrero de 1817,
las fuerzas patriotas derrotan a los espaoles en la cuesta de
Chacabuco, iniciando de esa forma la independencia de Chile. El 19
de marzo del ao siguiente las fuerzas patriotas sufrieron una
derrota en Cancha Rayada. Afortunadamente el General Las Heras logr
salvar a su cuerpo y en base a estos hombres pudo reorganizarse un
ejrcito de 5.000 hombres y vencer definitivamente a los realistas
en Maip el 5 de abril de 1818. Pocos das despus de Maip, San Martn
volvi a cruzar la cordillera rumbo a Buenos Aires para solicitar
ayuda al gobierno del Directorio para la ltima etapa de su campaa
libertadora: el ataque martimo contra el bastin realista de Lima.
Obtiene la promesa de una ayuda de 500.000 pesos para su plan limeo
de los que slo llegarn efectivamente 300.000. San Martn regres a
Chile, donde obtuvo la ayuda financiera del gobierno y arm una
escuadra que quedar al mando del marino escocs Lord Cochrane.
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Mientras tanto, en Buenos Aires las cosas se complican.
Pueyrredn propicia la invasin portuguesa de la Banda Oriental para
combatir a Artigas y le ordena a San Martn que baje con su ejrcito
y encabece la represin de los orientales. San Martn se niega y le
aclara que "el general San Martn jams desenvainar su espada para
derramar sangre de hermanos". El 20 de agosto de 1820 parti desde
el puerto chileno de Valparaso la expedicin libertadora. La
escuadra estaba formada por 24 buques y conduca a unos 4.800
soldados. El 12 de septiembre la flota fonde frente al puerto
peruano de Pisco. Una divisin al mando del General Arenales se
dirigi hacia el interior del Per con el objetivo de sublevar a la
poblacin y obtuvo la importante victoria de Pasco el 6 de diciembre
de 1820. Por su parte San Martn orden bloquear el puerto de Lima.
As, el virrey De la Serna se vio acosado por todos los flancos y
debi rendirse el 10 de julio de 1821. Ese da entr victorioso el
general San Martn a la capital virreinal. El 28 de julio de 1821
San Martn declar la independencia del Per. Se form un gobierno
independiente que nombr a San Martn con el ttulo
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de Protector del Per, con plena autoridad civil y militar. En un
principio el general se haba negado a aceptar el cargo, pero el
clamor popular y los consejos de su amigo y secretario, Bernardo de
Monteagudo, le hicieron recordar que el peligro realista no haba
desaparecido, que las fuerzas del virrey se estaban reorganizando
en los cuatro puntos cardinales del Per y que por lo tanto su
presencia se haca imprescindible para terminar definitivamente con
el dominio espaol. San Martn aboli la esclavitud y los servicios
personales (mita y yanaconazgo), garantiz la libertad de imprenta y
de culto, cre escuelas y la biblioteca pblica de Lima. Debi
enfrentar graves dificultades financieras, lo que cre entre la
poblacin un creciente descontento. Pese a las dificultades San
Martn pudo controlar la situacin y lograr la rendicin de los
realistas del Sur y del Centro del Per. Mientras San Martn llevaba
adelante su campaa desde el Sur el patriota venezolano Simn Bolvar,
lo vena haciendo desde el Norte. El general Sucre, lugarteniente de
Bolvar, solicit ayuda a San Martn para su campaa en Ecuador. El
general argentino le envi 1600 soldados que participaron
victoriosamente
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en los combates de Riobamba y Pichincha, que garantizaron la
rendicin de Quito. Finalmente los dos libertadores decidieron
reunirse. La famosa entrevista de Guayaquil, en Ecuador, se realiz
entre los das 26 y 27 de julio de 1822. Haba entre ellos
diferencias polticas y militares. Mientras San Martn era partidario
de que cada pueblo liberado decidiera con libertad su futuro,
Bolvar estaba interesado en controlar personalmente la evolucin
poltica de las nuevas repblicas. El otro tema polmico fue quin
conducira el nuevo ejrcito libertador que resultara de la unin de
las tropas comandadas por ambos. San Martn propuso que lo dirigiera
Bolvar pero ste dijo que nunca podra tener a un general de la
calidad y capacidad de San Martn como subordinado. El general
argentino tom entonces una drstica decisin: retirarse de todos sus
cargos, dejarle sus tropas a Bolvar y regresar a su pas. Tras la
entrevista de Guayaquil San Martn regres a Lima y renunci a su
cargo de Protector del Per. "La presencia de un militar afortunado,
por ms desprendimiento que tenga es temible a los estados que de
nuevo se constituyen. Por otra parte ya estoy aburrido de or decir
que quiero hacerme soberano. Sin
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embargo siempre estar a hacer el ltimo sacrificio por la
libertad del pas, pero en clase de simple particular y no ms. En
cuanto a mi conducta pblica mis compatriotas dividirn sus
opiniones; los hijos de stos darn el verdadero fallo." Parti luego
rumbo a Chile donde permaneci hasta enero de 1823. Cruz por ltima
vez los Andes, estuvo unos das en Mendoza y pidi autorizacin para
entrar en Buenos Aires para poder ver a su esposa, que estaba
gravemente enferma. Rivadavia, ministro de gobierno del gobernador
Martn Rodrguez, le neg el permiso argumentando que no estaban dadas
las condiciones de seguridad para que San Martn entrara a la
ciudad. En realidad Rivadavia, que siempre le haba negado cualquier
tipo de ayuda a San Martn, tema que el general entrase en contacto
con los federales del Litoral. El gobernador de Santa Fe,
Estanislao Lpez, le envi una carta advirtindole que el gobierno de
Buenos Aires esperaba su llegada para someterlo a un juicio por
haber desobedecido las rdenes de reprimir a los federales y le
ofreci marchar con sus tropas sobre Buenos Aires si se llegara a
producir tan absurdo e injusto juicio. San Martn le agradeci a Lpez
su advertencia pero le dijo que no quera ms
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derramamiento de sangre. Ante el agravamiento de la salud de
Remedios, pese a las amenazas, San Martn decidi viajar igual a
Buenos Aires pero lamentablemente lleg tarde. Su esposa ya haba
muerto sin que l pudiera compartir al menos sus ltimos momentos.
Difamado y amenazado por el gobierno unitario, San Martn decidi
abandonar el pas en compaa de su pequea hija Mercedes rumbo a
Europa. Merceditas tena siete aos y recin ahora conocera de verdad
a su padre. San Martn comenta en una carta a su entraable amigo
Toms Guido: "Cada da me felicito ms y ms de m decisin de haberla
conducido a Mercedes conmigo a Europa y arrancado del lado de doa
Tomasa (su suegra). Esta amable seora con el excesivo cario que le
tena me la haba resabiado, como dicen los paisanos, en trminos que
era un diablotn...". En 1825 redacta las famosas mximas, una serie
de recomendaciones para su educacin en caso de que l no estuviera a
su lado. All le aconseja el amor a la verdad, la tolerancia
religiosa, la solidaridad y la dulzura con los pobres, criados y
ancianos; amor al aseo y desprecio al lujo. Tras pasar brevemente
por Londres, San Martn y su hijita se instalaron en Bruselas. En
1824 pasan a Pars para que Mercedes complete sus estudios.
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San Martn atravesaba en Europa una difcil situacin econmica. Del
gobierno argentino no poda esperar nada y ni el Per ni Chile le
pagaban regularmente los sueldos que le correspondan como general
retirado. Viva de la escasa renta que le produca el alquiler de una
casa en Buenos Aires y de la ayuda de algunos amigos, como el
banquero Alejandro Aguado que lo ayud para poder comprar su casa de
Grand Bourg. Pero el general segua interesado e inquieto por la
situacin de su pas. En febrero de 1829 llega al puerto de Buenos
Aires pero no desembarca. Se entera del derrocamiento del
gobernador Dorrego y de su trgico fusilamiento a manos de los
unitarios de Lavalle. Muchos oficiales le envan cartas a su barco y
lo van a visitar con la intencin de que se haga cargo del poder.
San Martn se niega porque piensa que tome el partido que tome tendr
que derramar sangre argentina y no est dispuesto a eso. Triste y
decepcionado decide regresar. Pasa unos meses en Montevideo y
finalmente retorna a Francia. En 1832 una epidemia de clera asol
Francia. San Martn y su hija Mercedes, fueron afectados por esa
grave enfermedad. Los trat un mdico argentino, Mariano Balcarce,
hijo de un viejo
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amigo y camarada de armas de San Martn, el general Antonio
Balcarce, vencedor de Suipacha. Mariano atendi durante meses a los
San Martn, aunque podra decirse que sobre todo prest mucha atencin
a Mercedes. Pero la cosa fue mutua y el 13 de diciembre de 1832
Mariano Balcarce y Mercedes de San Martn se casaron y se fueron de
luna de miel a Buenos Aires. En 1838, durante el gobierno de Rosas,
los franceses bloquearon el puerto de Buenos Aires. Inmediatamente
Jos de San Martn le escribi a don Juan Manuel ofrecindole sus
servicios militares. Rosas agradeci el gesto y le contest que podan
ser tan tiles como sus servicios militares las gestiones
diplomticas que pudiera realizar ante los gobiernos de Francia e
Inglaterra. Al enterarse del bravo combate de la vuelta de
Obligado, el 20 de noviembre de 1845, cuando los criollos
enfrentaron corajudamente a la escuadra anglo-francesa, San Martn
volvi a escribirle a Rosas y a expresarle sus respetos y
felicitaciones: "Ahora los gringos sabrn que los criollos no somos
empanadas que se comen as noms sin ningn trabajo". San Martn para
ese entonces estaba muy enfermo. Sufra asma, reuma, lceras y estaba
casi ciego. Su
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estado de salud se fue agravando hasta que falleci el 17 de
agosto de 1850. En su testamento peda que su sable fuera entregado
a Rosas "por la firmeza con que sostuvo el honor de la repblica
contra las injustas pretensiones de los extranjeros que trataban de
humillarla" y que su corazn descansara en Buenos Aires. Esta ltima
voluntad se cumpli en 1880, cuando el presidente Avellaneda recibi
los restos del libertador. San Martn y la poltica Autor: Felipe
Pigna. En marzo de 1812 Jos de San Martn lleg a Buenos Aires. El
Triunvirato pronto le encomend la creacin de un cuerpo de
Granaderos a Caballo, reconocindole el grado de teniente coronel.
Tal designacin tena por finalidad dotar a la revolucin de una
fuerza de caballera eficiente, capaz de defender las costas del ro
Paran, que sufran los ataques realistas provenientes de Montevideo.
Dedicado a formar esta nueva unidad en todos sus detalles (hasta en
el diseo de sus uniformes
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e insignias), San Martn no dejaba de asistir a las reuniones
clandestinas de la Logia (que por razones de seguridad se
realizaban en distintas casas particulares) y de inquietarse ante
el panorama poltico porteo. En el Triunvirato, la voz cantante era
llevada por Rivadavia, secretario de Gobierno y Guerra, en compaa
de Juan Martn de Pueyrredn, sustituto provisorio de Manuel de
Sarratea, quien haba sido enviado a la Banda Oriental para
disciplinar a Jos Artigas, y Feliciano Chiclana, el nico integrante
original del gobierno que segua en funciones. La poltica
centralista de Rivadavia, en provecho de los intereses porteos
ligados al libre comercio y el manejo de la aduana, estaba
perjudicando a las economas regionales del interior, donde se
levantaban reclamos desodos por el gobierno central. Pero lo que ms
inquietaba a los miembros de la Logia era la renuencia del
Triunvirato a dar nuevo impulso a la lucha emancipadora. La
estrategia oficial (si es que puede llamarse as) consista en ceder
terreno ante el embate de las fuerzas realistas. En octubre de
1812, la Logia decidi participar en las elecciones que deban
definir un reemplazante
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definitivo de Sarratea. El candidato de los hermanos no poda ser
ms irritativo para el gobierno: Monteagudo, que para colmo llevaba
las de ganar. El Triunvirato, en un anticipo escandaloso de los
tiempos fraudulentos, anul la eleccin y pretendi poner a dedo a su
propio candidato. Para completar el clima antigubernamental, por
esos das lleg a Buenos Aires la noticia de que Belgrano, en contra
de las rdenes recibidas, haba decidido presentar batalla a los
realistas en Tucumn y haba logrado la mayor victoria militar
obtenida por los patriotas hasta ese momento. As las cosas, el 8 de
octubre, San Martn llev a sus granaderos hasta la Plaza de la
Victoria (la parte de la actual Plaza de Mayo frente a la Casa
Rosada), actuando de manera coordinada con otras unidades militares
sumadas al movimiento. Su reclamo era claro: la renuncia de los
triunviros. Es muy significativo el texto del manifiesto que dieron
a conocer los lderes del movimiento, en cuya redaccin tuvo activa
participacin San Martn. Su frase final convendra ponerla en lugar
bien visible en todas las unidades militares argentinas. Deca que
se haban movilizado para proteger la voluntad del pueblo y para que
quedase en claro que no siempre estn las tropas, como regularmente
se piensa, para sostener los
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gobiernos y autorizar la tirana. El combate de San Lorenzo tuvo
una importancia ms poltica que militar, al mostrar la decisin de
hacer frente a las incursiones realistas. Desde das antes, en
Buenos Aires haba comenzado a sesionar la Asamblea General
Constituyente, que para hombres como San Martn y Belgrano anunciaba
la prxima declaracin de la independencia. Sin embargo, los
intereses porteos, cuyo principal representante era Carlos de
Alvear, pronto se encargaran de frustrar esa expectativa. Alvear y
sus partidarios se encargaban de concentrar el poder en un
ejecutivo unipersonal, el Directorio. Para lograr sus planes, el
joven nuevo hombre fuerte de la poltica portea, envi a San Martn a
relevar a Belgrano como jefe del Ejrcito del Norte. As lo recordara
sin medias tintas el propio Alvear: El coronel San Martn haba sido
enviado a relevar al general Belgrano y la salida de este jefe de
la capital que habase manifestado opuesto a la concentracin del
poder, me dejaba ms expedito para intentar esta grande obra. Poco
despus ser designado gobernador de Cuyo,
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donde se revel como un poltico, y de los buenos, y no slo el
militar ms capacitado que conocieron estas tierras. Como suele
suceder, lo segundo tena muchsimo que ver con lo primero. Como
gobernador, modific el sistema impositivo para que pagaran ms los
ms ricos e impuls las mejoras en la educacin, el sistema
penitenciario, la agricultura y la industria del vino. La
metalurgia, indispensable para fabricar las armas del ejrcito, fue
otra actividad que foment, con la ayuda de fray Luis Beltrn. La
fragua y los talleres montados en El Plumerillo fueron, en su
tiempo, el mayor establecimiento industrial con que cont el actual
territorio argentino: unos 700 operarios trabajaban en ellos. En el
gobierno del Per, San Martn aplic los mismos principios que haban
marcado su poltica en Cuyo y en Chile. Entre sus primeras medidas,
decret la libertad de los hijos de esclavos nacidos desde la
proclamacin de la independencia. Foment la lectura y la educacin.
Un dato significativo, es que la primera sede de la Biblioteca
Nacional fue el mismo edificio donde haba funcionado el Tribunal de
la Inquisicin en Lima, como forma de homenaje a los muchos
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mrtires de la libertad que haban padecido tortura, muerte y
silenciamiento entre esos muros. San Martn, el general de todas las
epopeyas Fuente: Felipe Pigna En un pas en el que se conmemoran las
muertes y no los nacimientos, y aun esas fechas se corren segn el
calendario turstico, es probable que pase bastante desapercibido
que hoy, 25 de febrero, se cumple un nuevo aniversario del
nacimiento del libertador, don Jos de San Martn. Como grande que
era, nunca busc el bronce, pero s la nica forma de inmortalidad
fehacientemente comprobada que es el recuerdo. Terminaba no pocas
de sus cartas con la contundente frase: Cuando no existamos, nos
harn justicia. Hay mucho de nostalgia en sus textos, de conciencia
de no reconocimiento, de hacer lo correcto en una soledad que se
empeaba en acompaarlo y que comparta con su compaero Belgrano,
quien le escriba poco antes de encontrarlo en la posta de Yatasto:
Mi querido amigo y compaero: Mi corazn toma nuevo aliento cada
instante que
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pienso que usted se me acerca; porque estoy firmemente
persuadido de que usted salvar a la patria y podr el ejrcito tomar
un diferente aspecto: soy solo, esto es hablar con claridad y
confianza; no tengo ni he tenido quien me ayude. En fin, mi amigo,
espero en usted compaero que me ilustre, que me ayude y conozca la
pureza de mis intenciones, que Dios sabe que no se dirigen ni se
han dirigido ms que al bien general de la patria y a sacar a
nuestros paisanos de la esclavitud en que vivan. Se neg
permanentemente a participar en nuestra larga guerra civil y le
escriba al Protector de los Pueblos Libres, Jos Gervasio Artigas el
13 de marzo de 1816. Cada gota de sangre americana que se vierte
por nuestros disgustos me llega al corazn. Paisano mo, hagamos un
esfuerzo y dediqumonos nicamente a la destruccin de los enemigos
que quieren atacar nuestra libertad. No tengo ms pretensiones que
la felicidad de la patria. 1 Antes de emprender aquella memorable
epopeya del cruce de una de las cordilleras ms altas del mundo,
hizo jurar a sus soldados el Cdigo de honor del Ejrcito de los
Andes, que no dejaba lugar a dudas
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sobre a qu tipo de militar quera legarle San Martn a la
patria.La patria no hace al soldado para que la deshonre con sus
crmenes, ni le da armas para que cometa la bajeza de abusar de
estas ventajas ofendiendo a los ciudadanos con cuyos sacrificios se
sostiene. La tropa debe ser tanto ms virtuosa y honesta, cuanto es
creada para conservar el orden, afianzar el poder de las leyes y
dar fuerza al gobierno para ejecutarlas y hacerse respetar de los
malvados, que seran ms insolentes con el mal ejemplo de los
militares. La Patria no es abrigadora de crmenes". A diferencia de
los generales genocidas de la ltima dictadura militar que quemaban
libros y destruan bibliotecas mientras se decan imbuidos del
espritu sanmartiniano, el portador legtimo de aquel espritu, el
verdadero San Martn, era un gran lector en francs, latn e ingls, y
a todas partes trasladaba su biblioteca personal. Trataba por todos
los medios de fomentar la lectura entre sus soldados y entre los
habitantes de los pueblos que iba liberando. Cuentan que en los
fogones del cruce les lea a los analfabetos fragmentos de obras
clsicas con las correspondientes explicaciones. En cada ciudad
liberada fundaba una biblioteca y en su
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primer testamento de 1818 decidi destinar sus libros para la
futura Biblioteca de Mendoza. Cre la biblioteca de Santiago de
Chile, donando para ello los 10.000 pesos que el cabildo de
Santiago le haba entregado como premio por la victoria de
Chacabuco. En aquella ocasin dijo el libertador: Las bibliotecas,
destinadas a la educacin universal, son ms poderosas que nuestros
ejrcitos para sostener la independencia. Parte de su biblioteca
personal fue donada a la Biblioteca Nacional de Lima. Fue entonces
cuando seal: Los das de estreno de los establecimientos de
ilustracin son tan luctuosos para los tiranos como plausibles a los
amantes de la libertad. Ellos establecen en el mundo literario las
pocas de los progresos del espritu, a los que se debe en la mayor
parte la conservacin de los derechos de los pueblos. La Biblioteca
Nacional es una de las obras emprendidas que prometen ms ventajas a
la causa americana. Todo hombre que desee saber, puede instruirse
gratuitamente en cuanto ramo y materia le convenga. 2 San Martn era
un claro defensor de la divisin de poderes y conoca el valor
central que ocupa el poder judicial en un Estado. En el Reglamento
de los
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Tribunales del Per, qued expresada una vez ms la categrica
conviccin sanmartiniana: "La imparcial administracin de justicia es
el cumplimiento de los principales pactos que los hombres forman al
entrar en sociedad. Ella es la vida del cuerpo poltico, que
desfallece apenas asume el sntoma de alguna pasin, y queda exnime
luego que, en vez de aplicar los jueces la ley, y de hablar como
sacerdotes de ella, la invocan para prostituir impunemente su
carcter. El que la dicta y el que la ejecuta pueden ciertamente
hacer grandes abusos, mas ninguno de los tres poderes que presiden
la organizacin social es capaz de causar el nmero de miserias con
que los encargados de la autoridad judicial afligen a los pueblos
cuando frustran el objeto de su institucin". 3 Parti hacia Europa
perseguido por los rivadavianos y slo quiso volver cuando gobernaba
su compaero del ejrcito de los Andes, Manuel Dorrego, y ofrecer sus
servicios a la patria que estaba en guerra con el Brasil. Al llegar
al puerto se enter de la desgraciada noticia el asesinato de
Dorrego por Lavalle. No quiso desembarcar, pero no se priv de
opinar en una carta dirigida a su amigo OHiggins: los autores del
movimiento del 1 de diciembre son Rivadavia y sus
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satlites, y a usted le consta los inmensos males que estos
hombres han hecho, no solamente a este pas, sino al resto de
Amrica, con su conducta infernal. Si mi alma fuese tan despreciable
como las suyas, yo aprovechara esta ocasin para vengarme de las
persecuciones que mi honor ha sufrido de estos hombres, pero es
necesario ensearles la diferencia que hay entre un hombre honrado y
uno malvado. Volvi a Francia donde aos ms tarde lo visitara
Sarmiento dejando una notable semblanza de aquella entrevista: No
lejos de la margen del Sena, vive olvidado don Jos de San Martn, el
primero y el ms noble de los emigrados... Me recibi el buen viejo
sin aquella reserva que pone de ordinario para con los americanos,
en sus palabras, cuando se trata de Amrica. Hay en el corazn de
este hombre una llaga profunda que oculta a las miradas
extraas...Ha esperado sin murmurar cerca de treinta aos la justicia
de aquella posteridad a quien apelaba en sus ltimos momentos de
vida poltica. 4 El general estaba cansado y enfermo. Tanta
ingratitud, tanta melancola, tanto extraar a su patria, a su
querida Mendoza haban hecho mella en el invencible.
-
Sufra asma, reuma y lceras y se haba quedado ciego. Se fue
dejando morir en silencio, no quera molestar. San Martn y su retiro
de la vida pblica En 1822, tras lograr la independencia de Chile y
de Per, San Martn intentaba concluir la ltima etapa de su plan
libertador. Mientras llevaba adelante su campaa desde el Sur, el
patriota venezolano Simn Bolvar lo vena haciendo desde el Norte.
Pero la causa independentista que sostena San Martn -que implicaba
la unificacin de los estados de Amrica en una gran nacin de
repblicas- era muy diferente a la que tenan en mente la elite
portea y los grupos de poder locales. Desde Buenos Aires, el
gobernador Martn Rodrguez y su ministro Bernardino Rivadavia
rechazaron los pedidos de fondos para nutrir al ejrcito que luchaba
en el Per. San Martn centr entonces sus expectativas en lograr un
acuerdo con Bolvar en vistas a unificar esfuerzos para derrotar al
espaol. La famosa entrevista de Guayaquil, en Ecuador, se realiz
entre los das 26 y 27 de julio de 1822. Pronto se hizo evidente que
haba
-
entre ellos diferencias polticas y militares. Mientras San Martn
era partidario de que cada pueblo liberado decidiera su futuro,
Bolvar consideraba necesario controlar personalmente la evolucin
polticas de las nuevas repblicas. Otro tema polmico surgi al
tratarse sobre quin conducira el nuevo ejrcito libertador que
resultara de la unin de las tropas comandadas por ambos. San Martn
propuso que lo dirigiera Bolvar, pero ste se neg aduciendo que
nunca podra tener a un general de la calidad y capacidad de San
Martn como subordinado. Mientras tanto, durante la ausencia de San
Martn, se produca en Per la destitucin de un hombre de su
confianza, Bernardo de Monteagudo, y creca el descontento. En carta
a Bernardo OHiggins del 25 de agosto San Martn manifestaba: Ya
estoy cansado de que me llamen tirano, que en todas partes quiero
ser rey, emperador y hasta demonio. Por otra parte, mi salud est
muy deteriorada. En fin, mi juventud fue sacrificada al servicio de
los espaoles, mi edad media al de mi patria, creo que tengo derecho
de disponer de mi vejez. San Martn tomaba as una drstica
decisin:
-
retirarse de todos sus cargos y dejarle sus tropas a Bolvar para
que este concluyera la campaa de independencia. Lanz entonces la
proclama del 20 de septiembre de 1822 dirigida a los peruanos, que
a continuacin transcribimos. Fuente: Felipe Pigna, San Martn. El
poltico I, San Martn, Universidad Nacional de San Martn, 2008
Pueblo Libre, 20 de septiembre de 1822 Presenci la declaracin de la
independencia de los estados de Chile y el Per; existe en mi poder
el estandarte que trajo Pizarro para esclavizar al imperio de los
Incas; y he dejado de ser hombre pblico. He aqu recompensados con
usura diez aos de revolucin y guerra. Mis promesas para con los
pueblos en que he hecho la guerra estn cumplidas: hacer su
independencia y dejar a su voluntad la eleccin de sus gobiernos. La
presencia de un militar afortunado (por ms desprendimiento que
tenga) es temible a los estados que de nuevo se constituyen. Por
otra parte, ya estoy aburrido de or decir que quiero hacerme
soberano.
-
Sin embargo, siempre estar pronto a hacer el ltimo sacrificio
por la libertad del pas, pero en clase de simple particular y no
ms. En cuanto a mi conducta pblica, mis compatriotas (como en lo
general de las cosas) dividirn sus opiniones. Los hijos de stos
darn el verdadero fallo. Peruanos, os dejo establecida la
representacin nacional. Si depositis en ella una entera confianza,
contad el triunfo; si no, la anarqua os va a devorar. Que el
acierto presida a vuestros destinos y que estos os colmen de
felicidad y paz. Jos de San Martn San Martn: Desde que volv a mi
patria, su independencia ha sido el nico pensamiento que me ha
ocupado Nacido en Yapey, hoy Corrientes, un 25 de febrero de 1778,
Jos Francisco de San Martn era el quinto hijo del Teniente
Gobernador del pueblo. Cuando Jos contaba con tres aos, la familia
se traslad a Buenos Aires y poco ms tarde se embarcaran hacia
-
Espaa, adonde llegara en marzo de 1784. Ah, obtendra una slida
educacin, que inclua latn, francs, castellano, dibujo, potica
retrica, esgrima, baile, matemticas, historia y geografa. A los
once aos, ingres como cadete en el Regimiento de Infantera de
Murcia. Pronto particip en diversos combates en Espaa y en el Norte
de frica. Su actuacin destacada le vali rpidos ascensos. Al
promediar los 30 aos, tena el grado de teniente coronel. Cuando se
enter de los sucesos de mayo de 1810, pidi el retiro del ejrcito
espaol. Por entonces, haba tomado contacto con crculos liberales y
revolucionarios que alentaban la emancipacin americana. Luego de
pasar por Londres, donde tom contacto con logias revolucionarias
que se proponan conseguir la ayuda inglesa para romper el vnculo
colonial espaol, en marzo de 1812 lleg a Buenos Aires, y logr que
se le respetara su grado militar y que se le encomendara la creacin
de un regimiento para custodiar las costas del Paran. As naca el
Regimiento de Granaderos a Caballo.
-
En la capital, San Martn se casara con Remedios de Escalada. En
1816 nacera Merceditas, la nica hija de la pareja. Las sucesivas
victorias militares alimentaron el prestigio de San Martn, quien
logr hacerse del comando del Ejrcito del Norte y luego de la
gobernacin de Cuyo, donde comenz los preparativos para su ambicioso
plan libertador. El cruce de los Andes comenz a principios de 1817
y en pocos aos, logr la liberacin de Chile y prepar el ascenso
hacia el Per, donde todava las fuerzas realistas comprometan el
proceso iniciado ya haca una dcada atrs. Desde all, mirando hacia
el Plata, se convenca de que un gobierno fuerte o una monarqua
constitucional -como tambin lo haba sugerido Belgrano- eran la
mejor opcin para las Provincias Unidas. Estaba convencido de que el
regionalismo y el atraso socioeconmico de muchos pueblos convertira
al proyecto federalista en el puntapi de la anarqua. Pero aun a
pesar de esta propuesta pragmtica, se preocupaba por dejar en claro
el contenido democrtico y antiabsolutista de su pensamiento.
-
Este pensamiento qued plasmado en su Proclama a los habitantes
de las Provincias del Ro de la Plata, lanzada desde Valparaso, el
22 de julio de 1820, una pieza magistral que aqu reproducimos,
donde anunciaba el inicio de la campaa al Per. All, preocupado por
las libertades y demandas democrticas, San Martn abjur del
federalismo, pero se neg a participar de una guerra civil contra
los gobiernos federalistas de las provincias y asegur: suponiendo
que la suerte de las armas me hubiese sido favorable en la guerra
civil, yo habra tenido que llorar la victoria con los mismos
vencidos. Fuente: San Martn. El poltico I, Unsam Edita, San Martn,
2008, pg. 117-119. Proclama. Cuartel general en Valparaso, 22 de
julio de 1820 A los habitantes de las Provincias del Ro de la Plata
Compatriotas: se acerca el momento en que debo seguir el destino
que me llama; voy a emprender la
-
grande obra de dar la libertad al Per. Mas antes de mi partida,
quiero deciros algunas verdades, que sentira las acabis de conocer
por experiencia. Tambin os manifestar las quejas que tengo, no de
los hombres imparciales y bien intencionados, cuya opinin me ha
consolado siempre, sino de algunos que conocen poco sus propios
intereses y los de su pas, porque al fin la calumnia, como todos
los crmenes, no es sino obra de la ignorancia y del discernimiento
pervertido. 1 Vuestra situacin no admite disimulo. Diez aos de
constantes sacrificios sirven hoy de trofeo a la anarqua; la gloria
de haberlos hecho es mi pesar actual, cuando se considera su poco
fruto. Habis trabajado un precipicio con vuestras propias manos y,
acostumbrados a su vista, ninguna sensacin de horror es capaz de
deteneros. El genio del mal os ha inspirado el delirio de la
federacin: esta palabra est llena de muertes, y no significa sino
ruina y devastacin. Yo apelo sobre esto a vuestra propia
experiencia y os ruego que escuchis con franqueza de nimo la opinin
de un general que os ama, y que nada espera de vosotros. Yo tengo
motivos para conocer vuestra situacin, porque en los
-
dos ejrcitos que he mandado me ha sido preciso averiguar el
estado poltico de las provincias que dependan de m. Pensar en
establecer el gobierno federativo en un pas casi desierto, lleno de
celos y de antipatas locales, escaso de saber y de experiencia en
los negocios pblicos, desprovisto de rentas para hacer frente a los
gastos del Gobierno General, fuera de los que demanda la lista
civil de cada Estado: es un plan cuyos peligros no permiten
infatuarse, ni aun con el placer efmero que causan siempre las
ilusiones de la novedad. Compatriotas, yo os hablo con la franqueza
de un soldado. Si dciles a la experiencia de diez aos de conflictos
no dais a vuestros deseos una direccin ms prudente, temo que,
cansados de la anarqua, suspiris al fin por la opresin y recibis el
yugo del primer aventurero feliz que se presente, quien, lejos de
fijar vuestros destinos, no har ms que prolongar vuestra
incertidumbre. Voy ahora a manifestar las quejas que tengo, no
porque el silencio sea una prueba difcil para mis sentimientos,
sino porque yo no debo dejar en perplejidad a los hombres de bien,
ni puedo abandonar
-
eternamente a la posteridad el juicio de mi conducta, calumniada
por hombres en quienes la gratitud algn da recobrar sus derechos.
Yo serva en el ejrcito espaol en 1811. Veinte aos de honrados
servicios me haban trado alguna consideracin, sin embargo de ser
americano; supe la revolucin de mi pas y, al abandonar mi fortuna y
mis esperanzas, slo senta no tener ms que sacrificar al deseo de
contribuir a la libertad de mi patria. Llegu a Buenos Aires a
principios de 1812 y desde entonces me consagr a la causa de
Amrica: sus enemigos podrn decir si mis servicios han sido tiles.
En 1814 me hallaba de gobernador en Mendoza; la prdida de este pas
dejaba en peligro la provincia de mi mando. Yo la puse luego en
estado de defensa, hasta que llegase el tiempo de tomar la
ofensiva. Mis recursos eran escasos y apenas tena un embrin de
ejrcito, pero conoca la buena voluntad de los cuyanos y emprend
formarlo bajo un plan que hiciese ver hasta qu grado puede apurarse
la economa para llevar al cabo las grandes empresas. En 1817, el
Ejrcito de los Andes est ya organizado.
-
Abr la campaa de Chile y el 12 de febrero mis soldados
recibieron el premio de su constancia. Yo conoc que desde este
momento excitara celos mi fortuna y me esforc, aunque sin fruto, a
calmarlos con moderacin y desinters. Todos saben que, despus de la
batalla de Chacabuco, me hall dueo de cuanto puede dar el
entusiasmo a un vencedor. El pueblo chileno quiso acreditarme su
generosidad ofrecindome todo lo que es capaz de lisonjear al
hombre; el mismo es testigo del aprecio con que recib sus ofertas y
de la firma con que rehus admitirlas. Sin embargo de esto, la
calumnia trabajaba contra m, con una perfecta actividad, pero
buscaba las tinieblas porque no poda existir delante de la luz.
Hasta el mes de enero prximo pasado, el general San Martn mereca el
concepto pblico en las provincias que formaban la Unin y, slo
despus de haber formado la anarqua, ha entrado en el clculo de mis
enemigos el calumniarme sin disfraz y recurrir sobre mi nombre los
improperios ms exagerados. Pero yo tengo derecho a preguntarles: qu
misterio de
-
iniquidad ha habido en esperar la poca del desorden para
denigrar mi opinin? Cmo son conciliables las suposiciones de
aqullos con la conducta del Gobierno de Chile y la del Ejrcito de
los Andes? El primero, de acuerdo con el Senado y voto del pueblo,
me ha nombrado jefe de las fuerzas expedicionarias, y el segundo me
reeligi por su general en el mes de marzo, cuando, trastornada en
las Provincias Unidas la autoridad central, renunci el mando que
haba recibido de ellas, para que el ejrcito, acantonado entonces en
Rancagua, nombrase al jefe a quien quisiera voluntariamente
obedecer. Si tal ha sido la conducta de los que han observado de
cerca mis acciones, no es posible explicar la de aquellos que me
calumnian desde lejos sino corriendo el velo que oculta sus
sentimientos y sus miras. Protesto que me aflige el pensar en
ellas, no por lo que me toca a mi persona, sino por los males que
amenazan a los pueblos que se hallan bajo su influencia.
Compatriotas, yo os dejo con el profundo sentimiento que causa la
perspectiva de vuestras desgracias. Vosotros me habis recriminado
aun de no haber contribuido a aumentarlas, porque ste habra sido
el
-
resultado si yo hubiese tomado una parte activa en la guerra
contra los federalistas. Mi ejrcito era el nico que conservaba su
moral, y lo expona a perderla abriendo una campaa en que el ejemplo
de la licencia armase mis tropas contra el orden. En tal caso, era
preciso renunciar la empresa de libertar el Per y, suponiendo que
la suerte de las armas me hubiese sido favorable en la guerra
civil, yo habra tenido que llorar la victoria con los mismos
vencidos. No, el general San Martn jams derramar la sangre de sus
compatriotas y slo desenvainar la espada contra los enemigos de la
independencia de Sud Amrica. En fin, a nombre de vuestros propios
intereses, os ruego que aprendis a distinguir los que trabajan por
vuestra salud de los que meditan vuestra ruina: no os expongis a
que los hombres de bien os abandonen al consejo de los ambiciosos.
La firmeza de las almas virtuosas no llega hacia el extremo de
sufrir que los malvados sean puestos a nivel con ellas y
desgraciado el pueblo donde se forma impunemente tan escandaloso
paralelo! Provincias del Ro de la Plata! El da ms clebre de nuestra
revolucin est prximo a amanecer. Voy a dar
-
la ltima respuesta a mis calumniadores: yo no puedo hacer ms que
comprometer mi existencia y mi honor por la causa de mi pas. Y sea
cual fuere mi suerte en la campaa del Per, probar que, desde que
volv a mi patria, su independencia ha sido el nico pensamiento que
me ha ocupado, y que no he tenido ms ambicin que la de merecer el
odio de los ingratos y el aprecio de los hombres virtuosos.
San Martn de los Andes
Para los que tuvimos la suerte de conocer nuestra hermosa
provincia de Mendoza y acercarnos al pie de una de las cordilleras
ms altas del mundo, la frase San Martn cruz los Andes dej de ser un
versito escolar. Enternece y conmueve pensar en aquellos hombres
mal vestidos, mal montados, mal alimentados, pero con todo lo dems
muy bien provisto como para encarar semejante hazaa. Y detrs y
delante de ellos, un hombre que no dorma pensando en complicarle la
vida al enemigo y hacer justicia con la memoria de los que lo haban
intentado antes que l.
-
No lo ganaba la soberbia. Poda confesarle a sus mejores amigos:
lo que no me deja dormir no es la oposicin que puedan hacerme los
enemigos, sino el atravesar estos inmensos montes.
Haba que pensar en todo, en la forma de conservar la comida
fresca, sana, proteica y calrica. Entre los aportes del pueblo
cuyano, no falt la sabidura gastronmica expresada en una preparacin
llamada charquicn, un alimento hecho a base de carne secada al sol,
tostada y molida, y condimentada con grasa y aj picante. Bien
pisado, el charquicn se transportaba en mochilas que alcanzaban
para ocho das. Se preparaba agregndole agua caliente y harina de
maz.
Ante la falta de cantimploras, utiliz los cuernos vacunos para
fabricar chifles, que resultaron indispensables para la
supervivencia en el cruce de la cordillera.
Pocos meses antes de iniciar una de las epopeyas ms heroicas que
recuerde la historia militar de la humanidad, San Martn impone a
sus soldados y oficiales del Cdigo de Honor del Ejrcito de los
Andes, que entre cosas sentenciaba: La patria no hace al soldado
para que la deshonre con sus crmenes, ni le
-
da armas para que cometa la bajeza de abusar de estas ventajas
ofendiendo a los ciudadanos con cuyos sacrificios se sostiene. La
tropa debe ser tanto ms virtuosa y honesta, cuanto es creada para
conservar el orden, afianzar el poder de las leyes y dar fuerza al
gobierno para ejecutarlas y hacerse respetar de los malvados que
seran ms insolentes con el mal ejemplo de los militares. Las penas
aqu establecidas y las que se dictasen segn la ley sern aplicadas
irremisiblemente: sea honrado el que no quiera sufrirlas: la Patria
no es abrigadora de crmenes. 1
A pesar de las enormes dificultades, aquel ejrcito popular pudo
partir hacia Chile a mediados de enero de 1817. All iban el pobrero
armado y los esclavos liberados, todos con la misma ilusin.
El mdico de la expedicin fue James Paroissien, un ingls de ideas
liberales radicado en Buenos Aires desde 1803 y que haba acriollado
su nombre, convirtindolo en Diego. Cuando estall la Revolucin,
Paroissien ofreci sus servicios al nuevo gobierno y fue designado
cirujano en el Ejrcito Auxiliar del Alto Per. En 1812 se hizo
ciudadano de las Provincias Unidas y el Triunvirato le encarg la
jefatura de la fbrica de plvora de Crdoba. All San Martn lo invit
a
-
sumarse a sus planes y Paroissien fue el cirujano mayor del
Ejrcito de los Andes.
A poco de emprender la marcha, San Martn daba cuenta de lo
precario del aprovisionamiento de aquel ejrcito: Si no puedo reunir
las mulas que necesito me voy a pie slo los artculos que me faltan
son los que me hacen demorar este tiempo. Es menester hacer el
ltimo esfuerzo en Chile, pues si sta la perdemos todo se lo lleva
el diablo. El tiempo me falta para todo, el dinero dem, la salud
mala, pero as vamos tirando hasta la tremenda. 2
San Martn haba ordenado que dos divisiones, una al mando del
general Miguel Estanislao Soler y la otra dirigida por Bernardo
OHiggins, cruzaran por el paso de Los Patos. Una tercera, bajo las
rdenes de Juan Gregorio de Las Heras, deba ir por el paso de
Uspallata con la artillera. Otra divisin ligera, al mando de Juan
Manuel Cabot, lo hara desde San Juan por el portezuelo de la
Ramada, con el objetivo de tomar la ciudad chilena de Coquimbo.
Otra compaa ligera cruzara desde La Rioja por el paso de Vinchina
para ocupar Copiap. Finalmente, el capitn Ramn Freyre entrara por
el Planchn para apoyar a las guerrillas chilenas.
-
En total eran 5.200 hombres. Llevaban 10.000 mulas, 1.600
caballos, 600 vacas, apenas 900 tiros de fusil y carabina; 2.000
balas de can, 2.000 de metralla y 600 granadas.
En varios tramos del cruce, San Martn debi ser trasladado en
camilla a causa de sus padecimientos. Su salud era bastante
precaria. Padeca de problemas pulmonares producto de una herida
sufrida en 1801 durante una batalla en Espaa, reuma y lcera
estomacal. A pesar de sus achaques siempre estaba dispuesto para la
lucha y as se lo haca saber a sus compaeros: Estoy bien convencido
del honor y patriotismo que adorna a todo oficial del Ejrcito de
los Andes; y como compaero me tomo la libertad de recordarles que
de la ntima unin de nuestros sentimientos pende la libertad de la
Amrica del Sur. A todos es conocido el estado deplorable de mi
salud, pero siempre estar dispuesto a ayudar con mis cortas luces y
mi persona en cualquier situacin en que me halle, a mi patria y a
mis compaeros.
Los hombres del ejrcito libertador tuvieron que soportar grandes
cambios de clima. La sensacin trmica se agudiza con la altura. De
da el sol es muy fuerte y se llega a temperaturas de ms de 30
grados;
-
durante la noche, el viento helado, con mnimas de 10 grados bajo
cero, puede llevar al congelamiento. Durante la travesa, la altura
promedio fue de 3.000 metros, lo que provoc en muchos hombres
fuertes dolores de cabeza, vmitos, fatiga e irritacin pulmonar.
La orden era que todas las divisiones se reunieran del otro lado
de la cordillera entre los das 6 y 8 de febrero de 1817. Con una
sincronizacin matemtica, el 8 de febrero por la tarde, en medio de
festejos y gritos de viva la patria los dos principales
contingentes se reunieron del otro lado y fueron liberadas las dos
primeras ciudades chilenas: San Antonio y Santa Rosa. Se pudo
establecer una zona liberada, base de operaciones desde donde el
ejrcito libertador lanzar el fulminante ataque sobre Chacabuco, el
12 de febrero de 1817.
Sobre el campo de batalla quedaron quinientos espaoles muertos.
Las fuerzas patriotas slo tuvieron doce bajas y veinte heridos.
Fueron capturados seiscientos prisioneros y centenares de fusiles
pasaron a engrosar el parque del ejrcito libertador.
Cuando San Martn entr en Santiago se enter de que el gobernador
espaol, Marc del Pont, haba logrado
-
huir. De inmediato le orden a uno de sus hombres de confianza,
el fraile-capitn Jos Flix Aldao, que corriera a capturarlo. Era
fundamental evitar que Marc se embarcara hacia Lima.
En la noche del 15 de febrero, Aldao supo por sus informantes
que el gobernador prfugo y su comitiva se encontraban cerca de
Concepcin. Lleg hasta su refugio, lo captur y lo traslad detenido
hasta la comandancia del ejrcito libertador. De all fue enviado a
Mendoza y luego a Lujn, donde Marc del Pont morir el 11 de mayo de
1819.
En su correspondencia San Martn dej un crudo testimonio del
carcter salvaje y genocida de la guerra que hacan los ejrcitos
espaoles contra los americanos. En una carta a lord Macduff, San
Martn expresaba: Qu sentimiento de dolor, mi querido amigo, debe
despertar en vuestro pecho el destino de estas bellas regiones!
Parecera que los espaoles estuvieran empecinados en convertirlas en
un desierto, tal es el carcter de la guerra que hacen. Ni edades ni
sexos escapan al patbulo. 3
Al conde de Castlereagh le dice: Es sabida la conducta que los
espaoles han guardado con sus colonias: sabido es igual el gnero de
guerra que han adoptado
-
para volverlas a subyugar. Al siglo de la ilustracin, cultura y
filantropa, estaba reservado el ser testigo de los horrores
cometidos por los espaoles en la apacible Amrica. Horrores que la
humanidad se estremece al considerarlos, y que se emplea con los
americanos que tenemos el gran crimen de sostener los derechos de
la voluntad general de sus habitantes: en retribucin de tal
conducta los hijos de este suelo han empleado los medios opuestos.
4
Con aquellos medios opuestos y el gran crimen de sostener los
derechos de la voluntad general, el Ejrcito de los Andes, engrosado
por los patriotas chilenos, pudo ocupar Santiago. All, el 18 de
febrero de 1818 se convoc a un Cabildo Abierto que design a San
Martn director supremo. El general argentino rechaz el ofrecimiento
y propuso al patriota chileno Bernardo de OHiggins para ocupar el
cargo.
OHiggins acept y a poco de asumir envi esta nota al gobierno de
los Estados Unidos, al zar de Rusia y a diversas cortes europeas:
Despus de haber sido restaurado el hermoso reino de Chile por las
armas de las Provincias Unidas del Ro de la Plata, bajo las rdenes
del general San Martn, y elevado como he sido por la voluntad de mi
pueblo, a la Suprema
-
Direccin del estado, es mi deber anunciar al mundo un nuevo
asilo, en estos pases, a la industria, a la amistad y a los
ciudadanos de todas las naciones del globo. La sabidura y recursos
de la Nacin Argentina limtrofe, decidida por nuestra emancipacin,
dan lugar a un porvenir prspero y feliz en estas regiones.
El 19 de marzo de 1818 las fuerzas patriotas sufrieron su
primera y nica derrota, la de Cancha Rayada. Pero el general Las
Heras logr salvar parte de las tropas y as purdo reorganizarse un
ejrcito de 5.000 hombres. Los patriotas clamaban por la revancha
que llegara a los pocos das, el 5 de abril, al derrotar
definitivamente a las fuerzas enemigas en Maip.
La victoria fue total y Amrica empezaba a respirar otro aire
mientras los tiranos comenzaban a asfixiarse, como lo demuestra
este informe del virrey de Nueva Granada: 5 La fatal derrota que en
Maip han sufrido las tropas del Rey pone a toda la parte sur del
continente en consternacin y peligro.
El diario The Times de Londres, al informar sobre la victoria de
los criollos en Maip, se preguntaba Quin es capaz ahora de detener
el impulso de la revolucin en Amrica?.
-
Como bien dice Jos Luis Busaniche, el triunfo de Maip entusiasm
a Simn Bolvar y le dio nuevos nimos para proseguir su campaa:
Bolvar est en un rincn del Orinoco donde la independencia es apenas
una esperanza. En agosto llegan algunos diarios ingleses que
anuncian la victoria de San Martn en Maip. Y entonces concibe un
proyecto semejante al del paso de los Andes por el hroe del sur: el
paso de los Andes venezolanos, remontando el Orinoco, para caer
sobre los espaoles en Bogot y seguir si le es posible hasta el Per,
baluarte realista de Amrica. Bolvar escribe al coronel Justo
Briceo: Las gacetas inglesas contienen los detalles de la clebre
jornada del 5 de abril en las inmediaciones de Santiago. Los
espaoles, invadidos poderosamente por el sur, deben necesariamente
concentrarse y dejar descubiertas las entradas y avenidas del reino
en todas direcciones. Estimo, pues, segura la expedicin libertadora
de la Nueva Granada. El da de Amrica ha llegado. 6
A pesar de semejante gloria y las notables repercusiones, los
protagonistas del triunfo seguan sus vidas con la misma sencillez.
Cuenta Mitre que despus de Maip, el general Antonio Gonzlez
Balcarce fue al Tedeum con camisa prestada y concluye: Grandes
-
tiempos aquellos en que los generales victoriosos no tenan ni
camisa!. 7
Pocos das despus de Maip, San Martn volvi a cruzar la cordillera
rumbo a Buenos Aires para solicitar ayuda al Directorio para la
ltima etapa de su campaa libertadora: el ataque martimo contra el
bastin realista de Lima. Obtuvo la promesa de 500.000 pesos, de los
que slo llegarn efectivamente 300.000, ya que como admita el
director supremo Pueyrredn: Aqu no se conoce que hay revolucin ni
guerra, y si no fuera por el medio milln que estoy sacando para
mandar a ese pas, ni los godos se acordaran de Fernando. 8
Al regresar a Chile, San Martn se enter de que los triunfos de
Las Heras en Curapalige y Gaviln no haban logrado evitar que los
espaoles recibieran desde Lima 3.000 hombres de refuerzo,
desembarcados en el puerto de Talcahuano. La guerra contra los
realistas proseguira en el sur de Chile por varios aos.
Con la ayuda financiera del gobierno chileno, San Martn arm una
escuadra que quedar al mando del marino escocs lord Thomas
Cochrane. Cuando se dispona a embarcar a sus tropas para iniciar la
campaa al Per, el Libertador recibi la orden del
-
Directorio de marchar con su ejrcito contra el Litoral, para
combatir a los federales de Santa Fe y Entre Ros. San Martn se neg
a reprimir a sus compatriotas, desobedeci e inici la expedicin
contra los espaoles de Lima.
Jos de San Martn Preguntas: El cruce de los Andes 1) Por qu San
Martn decidi el cruce de los Andes? San Martn entendi que haban
fracasado todos los intentos de derrotar a los realistas por el
camino del Alto Per y, tomando muy en cuenta un plan elaborado en
1800 por el militar ingls Thomas Maitland, decidi que la estrategia
ms efectiva consista en cruzar la cordillera, con la ayuda de los
patriotas chilenos, liberar Chile y de all marchar por mar hacia
Lima y, en combinacin con Simn Bolvar, terminar con la base del
poder espaol en Amrica. 2) Qu era la guerra de zapa? As se llama en
trminos militares a las tcticas para desorientar al enemigo con
informaciones falsas y
-
estrategias de espionaje. San Martn utiliz mtodos de espionaje y
engao del enemigo -llamados "guerra de zapa"- durante sus campaas.
El cruce de la cordillera se iba a hacer por los pasos de Los Patos
y Uspallata pero para ello se necesitaban los planos. Se decidi
enviar a Chile al mayor Jos Antonio lvarez Condarco -que dibujaba
muy bien y tena una memoria notable- por el Paso de los Patos, que
se supona, era el ms largo, con una copia de la declaracin de
Independencia de las Provincias Unidas para el gobernador espaol de
Santiago, Marc del Pont. El jefe realista, furioso, hizo quemar el
acta y mand a Condarco por el camino ms corto posible, que result
ser el Paso de Uspallata. El espa de San Martn regres sano y salvo
y pudo disear los mapas para el ejrcito libertador. 3) Cules fueron
las cifras del cruce de los Andes? A fines de 1816, el jefe militar
estaba "listo para la de vmonos", como l mismo lo dijo. Segn
Busaniche, el Ejrcito de los Andes tena 5200 hombres, 10.000 mulas
de silla y carga, 1600 caballos de pelea para maniobrar en el
llano, 600 reses en pie para ser faenadas en el camino, 900 tiros
de fusil y carabina, 2000 de can a bala, 2000 de metralla y 600
-
granadas. Adems, contaba con todos los aprovisionamientos ms
necesarios para la campaa. 4) Cmo era la relacin de San Martn con
el director Supremo Pueyrredn? San Martn necesitaba de todo para su
campaa de los Andes y una de las "vctimas" de sus pedidos era el
Director Supremo, Juan Martn de Pueyrredn, que as le contestaba a
uno de sus pedidos en noviembre de 1816: "Van los 200 sables de
repuesto que me pidi. Van las 200 tiendas de campaa, y no hay ms.
Va el mundo, va el demonio, va la carne. Y yo no s cmo me ir con
las trampas en que quedo para pagarlo todo, a bien que, en
quebranto me voy yo tambin para que usted me d algo del charqui que
le mando, y carajo! No me vuelva usted a pedir ms, si no quiere
recibir la noticia de que he amanecido ahorcado en un tirante de la
Fortaleza". 5) Quin fue el mdico del Ejrcito de los Andes? James
Paroissien era un mdico ingls radicado en Buenos Aires en 1803. De
ideas liberales, en cuanto estall la revolucin ofreci sus servicios
al nuevo gobierno y fue designado cirujano en el Ejrcito Auxiliar
del Alto Per. En 1812 se hizo ciudadano de
-
las Provincias Unidas y el Triunvirato le encarg la jefatura de
la fbrica de plvora de Crdoba. All San Martn lo invit a sumarse a
sus planes y Paroissien fue el Cirujano Mayor del Ejrcito de los
Andes. En varias ocasiones tuvo que atender al libertador afectado
por alguna de sus diversas enfermedades. 6) Cmo era la salud de San
Martn? La salud de San Martn era bastante precaria. Padeca de
problemas pulmonares -producto de una herida producida en una
batalla en Espaa en 1801-, reuma y lcera estomacal. A pesar de sus
"achaques" siempre estaba dispuesto para la lucha y as se lo hizo
saber a sus compaeros: "Estoy bien convencido del honor y
patriotismo que adorna a todo oficial del ejrcito de los Andes; y
como compaero me tomo la libertad de recordarles que de la ntima
unin de nuestros sentimientos pende la libertad de la Amrica del
Sur. A todos es conocido el estado deplorable de mi salud, pero
siempre estar dispuesto a ayudar con mis cortas luces y mi persona
en cualquier situacin en que me halle, a mi patria y a mis
compaeros". 7) Cmo se organiz militarmente el cruce? Dos
divisiones, una al mando del general Miguel
-
Estanislao Soler y otra al mando del general chileno Bernardo de
OHiggins cruzaran por el Paso de los Patos. Otra, al mando de Las
Heras, deba marchar por el camino de Uspallata con la artillera.
Otra divisin ligera, que cruzara desde San Juan por el Portezuelo
de la Ramada con el objetivo de apoderarse de la ciudad chilena de
Coquimbo, iba al mando de Juan Manuel Cabot. Otro destacamento
ligero deba cruzar desde La Rioja y ocupar Copaip cruzando la
cordillera por el paso de Vinchina. Por el Sur, el capitn Freyre
penetrara por el Planchn para apoyar a las guerrillas chilenas
lideradas por Manuel Rodrguez. 8) Qu coman los soldados del ejrcito
de los Andes? La comida era un problema y San Martn encontr la
solucin en una comida popular tpica de Cuyo el "charquicn", un
alimento basado en carne secada al sol, tostada y molida,
condimentada con grasa y aj picante. Prensado era fcil de
transportar y se preparaba agregndole agua caliente y harina de
maz. 9) Cmo transportaban el agua? No haba dinero para comprar
cantimploras y se resolvi usar cuernos de vaca para fabricar
recipientes individuales para cada soldado. Se dice que alguno
que
-
otro llevaba ms de un cuerno, uno con agua y otro con agua...
ardiente o vino para combatir el fro. 10) Cmo era la relacin de los
indios con San Martn? San Martn pensaba que los autnticos dueos del
pas eran los habitantes originarios de Amrica y se refera a ellos
como "nuestros paisanos los indios. Esto se expresaba, por ejemplo,
en el nombre dado a su organizacin poltica: La Logia Lautaro, que
tomaba su nombre de un guerrero araucano que encabez la rebelin
contra los espaoles. Antes de cruzar los Andes se reuni con
caciques pehuenches al pie de la cordillera y les solicit permiso
porque "ustedes son los verdaderos dueos de este pas". 11) Cul fue
la primera victoria de San Martn tras cruzar la cordillera? Del
otro lado de los Andes las tropas patriotas logran su primera
victoria el 12 de febrero de 1817 en la cuesta de Chacabuco. La
victoria de Chacabuco permiti la ocupacin de la capital chilena. El
18 de febrero de 1818 se convoc en Santiago de Chile a un Cabildo
Abierto que design a San Martn Director Supremo. Don Jos rechaz el
ofrecimiento y propuso
-
al patriota chileno Bernardo de O'Higgins para el cargo. 12) Cul
fue la nica derrota del Ejrcito de los Andes? El 19 de marzo de
1818 las fuerzas patriotas sufrieron su primera y nica derrota, la
de Cancha Rayada. El saldo fue muy negativo: 150 muertos,
centenares de heridos y la prdida de gran parte de la artillera.
Pero el General Las Heras logr salvar parte de la tropa y las armas
y pudo as reorganizarse un ejrcito de 5.000 hombres. 13) Cul fue la
batalla que decidi la independencia de Chile? San Martn logr
derrotar definitivamente a los realistas en Maip el 5 de abril de
1818. Este triunfo consolid definitivamente la independencia de
Chile. Varios das despus, cuando lleg la noticia del triunfo, en
Buenos Aires se organizaron bailes y festejos y la gente iba de
casa en casa felicitndose y abrazndose. 14) Cules eran los
pasatiempos preferidos de San Martn? Le gustaba mucho jugar al
ajedrez y era muy difcil
-
ganarle. Haba practicado desde chico en sus diversos destinos
militares y tuvo la ocasin de enfrentar con xito a grandes
jugadores. Tocaba muy bien la guitarra y en ciertas ocasiones,
cuando los avatares de la guerra lo permitan, daba improvisados
conciertos para sus "compaeros del Ejrcito de los Andes", como l
los llamaba. En Espaa haba tomado clases de guitarra con el gran
concertista y compositor Fernando Sor. 15) Cmo se consiguieron las
armas del Ejrcito de los Andes? San Martn saba que no poda esperar
que el gobierno central le mandara ms cosas. Necesitaba armas y
decidi montar una fbrica en el campamento del Plumerillo cerca de
la ciudad de Mendoza, al frente de la cual estaba el sacerdote Fray
Luis Beltrn, que fabric fusiles, bayonetas, caones y municiones con
la ayuda de los habitantes de Cuyo. 16) Qu problemas debieron
enfrentar San Martn y sus hombres durante el cruce de los Andes?
Tuvieron que soportar grandes cambios de clima. La sensacin trmica
se agudiza con la altura. De da el sol es muy fuerte y se llega a
temperaturas de ms de 30 grados y durante la noche el viento
helado, con
-
mnimas de 10 grados bajo cero, pude llevar al congelamiento. La
altura promedio es de 3000 metros, lo que provoc en muchos hombres
fuertes dolores de cabeza, vmitos, fatiga e irritacin pulmonar. 17)
De qu color era el caballo blanco de San Martn? San Martn, como el
resto de la tropa, cruz los Andes en burro y en mula porque los
caballos no resisten las condiciones de la cordillera. Segn parece
don Jos nunca us un caballo blanco, ni siquiera en el combate de
San Lorenzo. 18) En qu trminos se refera San Martn a sus soldados?
He aqu un ejemplo: Orden General del 18 de julio de 1819 Compaeros
del Ejrcito de los Andes: La guerra se la tenemos que hacer cono
podamos: si no tenemos dinero; carne y tabaco no nos tiene que
faltar. Cuando se acaben los vestuarios, nos vestiremos con la
bayetilla que nos tejan nuestras mujeres y si no andaremos en
pelota como nuestros paisanos los indios, seamos libres y lo dems
no importa. Compaeros, juremos no dejar las armas de la mano hasta
ver el pas enteramente libre, o morir con ellas como hombres de
coraje". Jos
-
de San Martn 19) A qu se llam la "genial desobediencia"? En
Buenos Aires, el director supremo Juan Martn de Pueyrredn, para
combatir al caudillo Jos Gervasio Artigas, favoreci la invasin
portuguesa de la Banda Oriental y le pidi a San Martn que se
hiciera cargo con su Ejrcito de la represin de los orientales. San
Martn se neg dicindole que "el general San Martn jams desenvainar
su espada para derramar sangre de hermanos" y se dispuso a
continuar con sus campaas libertadoras. 20) A qu se llam el "Acta
de Rancagua"? A principios de 1820 tras la batalla de Cepeda,
desaparece el poder central representado por el directorio. San
Martn era el General en Jefe de un ejrcito de un estado que ya no
exista. El 2 de abril de 1820, los oficiales del Ejrcito de los
Andes firmaron en Rancagua una declaracin en la que decan que la
autoridad de San Martn no caducaba porque "su origen, que es la
salud del pueblo, es inmutable". Gracias a este apoyo San Martn se
sinti con el suficiente poder para emprender la campaa del Per.
-
17 de agosto de 1850 - Muere Jos de San Martn El 17 de agosto de
1850 mora en Francia Jos de San Martn. Tras pelear en Espaa contra
las tropas napolenicas, regres a su patria en 1812. Tuvo su primera
victoria a favor de la causa de la independencia de Amrica en el
combate de San Lorenzo, al frente de los Granaderos a Caballo. Ms
tarde, como parte de su estrategia de liberar Chile y Per del
dominio espaol, asumi la gobernacin de Cuyo y organiz el Ejrcito de
los Andes. Tras cruzar la Cordillera, obtuvo las victorias de
Chacabuco, en 1817, y de Maip, en 1818, que aseguraron la
independencia de Chile. En julio de 1821 entr en Lima, Per, y el 28
de ese mes declaraba la independencia de ese pas. Tras la
entrevista con Simn Bolvar en Guayaquil y como consecuencia de las
desavenencias con el gobierno de Buenos Aires decidi marchar hacia
Europa. A continuacin, transcribimos un fragmento del libro
Historia de San Martn y de la emancipacin Sudamericana de Bartolom
Mitre. Los hombres de accin o de pensamiento que, como San Martn,
realizan grandes cosas son almas
-
apasionadas que elevan sus pasiones a la potencia del genio y
las convierten en fuerzas para obrar sobre los acontecimientos,
dirigirlos o servirlos. Ellos marcan las pulsaciones intensas de
una poca, de las que se deduce una ley positiva, reveladora de las
leyes morales en actividad, y de percusin de las ideas circulantes
en la corriente humana. Manifestaciones de una vida mltiple y de
una potencia individual, condensadores o generadores del movimiento
fecundo, obran sobre su tiempo como una accin eficiente o se lanzan
en las corrientes permanentes, y de este modo su influencia se
prolonga en los venideros como hecho durable o como pensamiento
trascendental. As como cada pueblo tiene un rasgo principal, del
que todos los dems se derivan, y como las partes componentes del
pensamiento se deducen de una cualidad original, as tambin en los
hombres que condensan las pasiones activas de su poca, todos sus
rasgos y cualidades se derivan y deducen de un sentimiento
fundamental, motor de todas sus acciones. En San Martn, el rasgo
primordial, el sentimiento generador de que se derivan y deducen
las cualidades que constituyen su ser moral, es el genio del
desinters, de que es la ms alta expresin en la revolucin
-
sudamericana, ya sea que medite en su limitada esfera
intelectual; luche, destruya, edifique, segn sus alcances; mande,
obedezca, abdique y se condene al eterno silencio y al eterno
ostracismo. Segn este criterio y esta sntesis puede formularse su
juicio pstumo, sin exagerar su severa figura histrica, reducida a
sus proporciones naturales, ni dar a su genio concreto, de
concepciones limitadas, un carcter mstico, al reconocer que pocas
veces la intervencin de un hombre fue ms decisiva que la suya en
los destinos de un pueblo, explicando a la vez la aparente
contradiccin y fluctuacin de sus ideas y principios guiadores en
medio de la lucha, por la inflexible lgica del hombre de accin en
presencia del pasado y del presente, bajo la luz en que le vieron
los contemporneos y lo contemplarn los venideros. Como lo hemos
dicho ya, la grandeza de los que alcanzan la inmortalidad no se
mide tanto por la magnitud de su figura ni la potencia de sus
facultades cuanto por la accin que su memoria ejerce sobre la
conciencia humana, hacindola vibrar de generacin en generacin en
nombre de una pasin, de una idea, de un resultado o de un
sentimiento trascendental. La de San Martn pertenece a este nmero.
Es una accin y
-
un resultado que se dilata en la vida y en la conciencia
colectiva, ms por virtud intrnseca que por cualidades inherentes al
hombre que las simboliza; ms por la fuerza de las cosas que por la
potencia del genio individual. San Martn concibi grandes planes
polticos y militares, que al principio parecieron una locura y
luego se convirtieron en conciencia que l convirti en hecho. Tuvo
la primera intuicin del camino de la victoria continental, no para
satisfacer designios personales, sino para multiplicar la fuerza
humana con el menor esfuerzo posible. Organiz ejrcitos poderosos,
que pesaron con sus bayonetas en las balanzas del destino, no a la
sombra de la bandera pretoriana, ni del pendn personal, sino bajo
las austeras leyes de la disciplina, inculcndoles una pasin que los
dot de un alma. Tuvo el instinto de moderacin y del desinters, y
antepuso siempre el bien pblico al inters personal. Fund repblicas,
no como pedestal de su engrandecimiento, sino para que vivieran y
se perpetuaran por s, segn su genialidad libre. Mand, no por
ambicin, y solamente mientras consider que el poder era un
instrumento til para la tarea que el destino le haba impuesto.
Fue
-
conquistador y libertador, sin fatigar a los pueblos por l
redimidos de la esclavitud, con su ambicin o su orgullo. Abdic
conscientemente el mando supremo en medio de la plenitud de su
gloria, si no de su poder, sin debilidad, sin cansancio y sin
enojo, cuando comprendi que su tarea haba terminado, y que otro
poda continuarla con ms provecho para la Amrica. Se conden
deliberadamente al ostracismo y al silencio, no por egosmo ni
cobarda, sino en homenaje a sus principios morales y en holocausto
a su causa. Slo dos veces habl de s mismo en la vida, y fue
pensando en los dems. Pas sus ltimos aos en la soledad con estoica
resignacin, y muri sin quejas cobardes en los labios, sin odios
amargos en el corazn, viendo triunfante su obra y deprimida su
gloria. Salvador de la independencia de su patria en momentos en
que la Repblica Argentina vacilaba sobre sus cimientos, fund dos
repblicas ms, y cooper directamente a la emancipacin de la Amrica
del Sur. Es el primer capitn del Nuevo Mundo, y el nico que haya
suministrado lecciones y ejemplos en la estrategia moderna en un
terreno nuevo de guerra, con combinaciones originales inspiradas
sobre el terreno, a travs de un vasto continente, marcando su
itinerario militar con triunfos matemticos y con la creacin de
-
nuevas naciones que le han sobrevivido. El carcter de San Martn
es uno de aquellos que se imponen a la historia. Su accin se
prolonga en el tiempo y su influencia se transmite a su posteridad
como hombre de accin consciente. El germen de una idea por l
incubada, que brota de las entraas de la tierra nativa, se deposita
en su alma, y es el campen de esa idea. Como general de la hegemona
argentina primero y de la chileno-argentina despus, es el heraldo
de los principios fundamentales que han dado su constitucin
internacional a la Amrica, cohesin a sus partes componentes y
equilibrio a sus Estados independientes. Con todas sus deficiencias
intelectuales y sus errores polticos, con su genio limitado y
meramente concreto, con su escuela militar ms metdica que
inspirada, y a pesar de sus desfallecimientos en el curso de su
trabajada vida, es el hombre de accin deliberada y trascendental ms
bien equilibrada que haya producido la revolucin sudamericana. Fiel
a la mxima que regl su vida: Fue lo que deba ser y antes que ser lo
que no deba, prefiri no ser nada. Por eso vivir en la
inmortalidad.
-
Cronologa de Jos de San Martn -1778 Nace el 25 de febrero, en
Yapey, Argentina 1783. San Martn comienza sus estudios en el Real
Seminario de Nobles de Madrid y en la Escuela de Temporalidades de
Mlaga en 1786. -1808 Es distinguido por sus acciones contra los
franceses, fue ascendido a capitn del regimiento de Borbn. Su
principal actuacin fue en la gran victoria de la batalla de Bailn,
del 19 de julio. -1812 Regresa a Buenos Aires y es recibido por los
miembros del Primer Triunvirato, quienes le reconocen su grado de
teniente coronel y le piden que cree un cuerpo de caballera, que
llam Regimiento de Granaderos a Caballo. Contrae matrimonio con
Mara de los Remedios de Escalada, de 14 aos. Funda junto a Carlos
Mara de Alvear la Logia Lautaro, una organizacin secreta que se
propona luchar por la l -1813
-
El 3 de febrero de 1813 y ante el desembarco de 300 espaoles, se
libr el Combate de San Lorenzo, frente al Convento, a orillas del
ro Paran. Luego de esta victoria, San Martn fue designado para
hacerse cargo del Ejrcito del Norte -1814-16 El Director Supremo
Gervasio Antonio de Posadas lo nombr gobernador de Cuyo, con sede
en Mendoza. El 23 de agosto de 1816 naci en Mendoza su nica hija,
Mercedes Tomasa. -1817 El 12 de enero se inici el Cruce de los
Andes en direccin a Chile: 4.000 hombres y 1.200 milicianos de
tropa de auxilio para conduccin de vveres y municiones. El 12 de
febrero se libr la batalla de Chacabuco y el Ejrcito de Los Andes
obtuvo la victoria sobre los realistas. -1818 Derrota en Cancha
Rayada el 19 de marzo y victoria en la batalla de Maip 5 de abril.
Se asegura la independencia de Chile.
-
-1820 Se inicia Expedicin Libertadora del Per. La expedicin
estaba constituida por alrededor de 4.500 hombres, pertenecientes
al Ejrcito libertador de los Andes y al Ejrcito de Chile. El 28 de
julio se declara la independencia de Per y San Martn es nombrado
Protector del Per con autoridad civil y militar. Se realiza la
Entrevista de Guayaquil, donde se rene con Bolvar y le cede la
conduccin. -1823-25 Muere Remedios de Escalada. Al llegar a Buenos
Aires, San Martn es acusado de conspirador por lo que decidi
marcharse del pas con su hija. Luego de un breve perodo en Escocia,
se instalaron en Bruselas y poco despus en Pars. -1823-25 Muere
Remedios de Escalada. Al llegar a Buenos Aires, San Martn es
acusado de conspirador por lo que decidi marcharse del pas con su
hija. Luego de un breve perodo en Escocia, se instalaron en
Bruselas y poco despus en Pars. -1829-31
-
Intenta regresar a Buenos Aires, pero su negativa a participar
de una guerra civil lo hizo desistir y regres a Europa. -1831 Se
radica en Francia, cerca de Pars y luego en Grand Bourg. -1832-47
En su exilio recibe la visita de personalidades de la Argentina:
Juan Bautista Alberdi y Domingo Faustino Sarmiento, entre muchos
otros. En 1839, Rosas nombra a San Martn ministro plenipotenciario
de la Confederacin Argentina ante la Repblica del Per. En 1846 San
Martn le escribe a Rosas felicitndolo por el coraje demostrado por
sus tropas en el combate de la Vuelta de Obligado contra las tr
-1848-50 Al estallar la revolucin, se traslada a la ciudad costera
de Boulogne-sur-Mer. All falleci a la edad de 72 aos, a las tres de
la tarde del 17 de agosto de 1850.