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Coordinadores: Danú Alberto Fabre Platas Carmen Egea Jiménez
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Indignados en Egipto. La ola árabe o una geografía contagiada de revueltas

Mar 28, 2023

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Iñaki Zabaleta
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Page 1: Indignados en Egipto. La ola árabe o una geografía contagiada de revueltas

Coordinadores:

Danú Alberto Fabre Platas

Carmen Egea Jiménez

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La Indignación

Un desencanto en lo privado

y un descontento en lo público

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Danú Alberto Fabre Platas

Carmen Egea Jiménez

(coordinadores)

Granada 2013

La Indignación

Un desencanto en lo privado

y un descontento en lo público

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© LOS AUTORES.

© UNIVERSIDAD DE GRANADA Y UNIVERSIDAD VERACRUZANA

LA INDIGNACIÓN

ISBN: 978-84-338-0000-0

Depósito legal: Gr./0000-0000

Edita: Editorial Universidad de Granada y Universidad Veracruzana

Campus Universitario de Cartuja. Granada.

Fotocomposición: Francisco Vega Álvarez.

Diseño de la edición: Francisco Vega Álvarez.

Imprime: Imprenta Comercial. Motril. Granada.

Printed in Spain Impreso en España

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra sólo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográ$cos -www.cedro.org), si necesita copiar o escanear algún fragmento de esta obra.

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Contenidos

Gunther Dietz

Prólogo .........................................................................................................................................11

Danú Alberto Fabre Platas | Carmen Egea Jiménez

Indignación y protesta. Encuadre de manifestaciones diversas ...........................................17

Susann Hesse

La movilización social de los Indignados en Alemania.Un abordaje mediante análisis cualitativo de contenido de textos ......................................23

Pedro Antonio Vizcaíno Pina

La recuperación de espacios públicos como símbolo de poder.El caso del Movimiento 15M ....................................................................................................43

Laura Cañadillas Vallecillo | María Filippini Bentancur | Javier García Martín

La acampada de Sol: un mes para cambiar el mundo. Radiografía desde las necesidades humanas fundamentales ............................................................................................................63

José R. Collado Zafra | Francisco J. de la Serna Godoy | Rachid El Khamkhami

Los derechos demandados en el 15M. Del sentimiento convergentea la movilización social y asamblearia en la era posmoderna ..............................................85

Mirna Poljicak | Antonija Plazibat

Los Indignados en Croacia.Crónica de una marcha aglutinadora de descontentos .......................................................109

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Carla Melki | Elsa Silvestre | Mathiew Reinhart

El Movimiento de los Indignados en Francia. Perspectiva histórico-cultural de los movi-mientos sociales en Francia y el caso de los Indignados de París ......................................129

Angelo Codispoti | Tasselli Paolo

Los Indignados en Italia. Un movimiento nuevo en la antigua política ............................155

Aritz Tutor Anton

Indignados en Egipto. La ola árabe o una geografía contagiada de revoluciones ............179

Esther Santaella Rodríquez | Rocío Vega Aja | Yousra El Hmidi

El Movimiento 20F en Marruecos. La demanda de reforma de la Monarquía ................195

Francisco A. Muñoz | Juan Manuel Jiménez Arenas

Pensar la paz desde la virtud de la (in)dignación .................................................................209

Darin McNabb | José Antonio Hernanz Moral

Stéphane Hessel… O de cómo �losofar sobre la indignación y sus acciones ...................223

Mani�esto del Movimiento 15-M ..........................................................................................231

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Indignados en Egipto

La ola árabe o una geografía contagiada de revueltas

Aritz Tutor Anton1

El miedo ha cambiado de bando2

Introducción

Muchos analistas se preguntaban cómo era posible que delante de sus bruces explotará

una rebelión (que algunos, quizá muy prematuramente, se adelantaron a cali#car como

revolución) de una magnitud inconmensurable. El desconcierto no venía tanto por la di-

mensión de lo que ocurría, sino por la sorpresa que generó semejante movimiento en un

país tan importante en la región como Egipto. Algunos vieron señales o síntomas, pero

nadie atinó (ni siquiera en los despachos de más alto rango3) a vislumbrar el terremoto

político y social que se avecinaba en el estado más importante del mundo árabe. Este im-

previsto pilló con el pie cambiado a mucha gente y muchos gobiernos, que en los primeros

momentos no supieron cómo reaccionar.

1. Licenciado en Geografía por la Universidad del Pais Vasco. Máster en Estudios Territoriales y de la Población por la

Universidad Autónoma de Barcelona.

2. Editorial del periódico argelino “El Watan”.

3. Uri Avnery, activista por la paz israelí, escribió que “al muy festejado Mossad le pilló por sorpresa” (Baroud, 2011).

También es muy indicativo que Aviv Kochavi, general en jefe del Servicio de Inteligencia Militar de Israel, dijera en plena

revuelta que el régimen de Mubarak seguía siendo tan sólido y tan resistente como lo había sido siempre (Pappé, 2011).

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En opinión de Mario Vargas Llosa (2011):

es obvio que nadie podía prever lo que ha ocurrido en las sociedades autoritarias

árabes y que el mundo entero y, en especial, los analistas, la prensa, las cancillerías

y  think tanks políticos occidentales se han visto tan sorprendidos por la explosión

socio-política árabe como lo estuvieron con la caída del muro de Berlín y la desinte-

gración de la Unión Soviética y sus satélites.

Pero más allá de las impresiones externas, lo que realmente importa en esta cuestión

ha sido la capacidad del pueblo egipcio de desembarazarse (al menos en la forma4) de un

régimen que los más y los menos veían como sólido. La lección fundamental que hay que

sacar de estos hechos es la posibilidad real de un estallido abrupto sin necesidad de una

reacción gradual. Egipto nos ha venido a demostrar que en la historia y en los que la forjan

no valen acciones o previsiones progresivas; y que la in"exión de una sociedad, aunque

larvada tiempo atrás5, puede acaecer en una muy breve fracción de tiempo.

Durante décadas, el régimen egipcio ha sido mantenido y apuntalado desde Occidente

por aquellos que creían que un estado tiránico (al estilo de Arabia Saudí) era el mejor

cortafuegos contra el islamismo radical, pero en este giro histórico han podido más las

contradicciones internas que la presión exterior para mantener a un líder vegetativo y falto

de toda legitimidad y liderazgo.

4. Aunque haya habido elecciones libres y en junio se eligiera al primer presidente civil y democrático en mucho tiem-

po, el ejército tiene un enorme poder de presión y veto sobre el gobierno tal como se vio en la primera formación de

los ministerios hecha por el presidente Morsi, en la cual los ministros seguían siendo en muchos casos los mismos que

nombraron los militares.

5. En las semanas previas, el efervescente movimiento juvenil bullía y se intercambiaban opiniones, informaciones y

convocatorias, siendo internet una herramienta muy poderosa para la difusión.

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INDIGNADOS EN EGIPTO 181

A continuación veremos cómo se ha generado el proceso de empoderamiento popular,

que con fuerza e iniciativa �rme ha trastocado profundamente el status quo desde abajo;

también se trata la recuperación de dicho movimiento por los militares.

Antecedentes

El 70% de la población árabe tiene menos de 30 años y el 60% una edad media de 22.

Muchos, la mayoría, no tienen trabajo y por lo tanto perspectivas de futuro. Esa ha sido la

olla de presión que a base de hastío y hartazgo silencioso de los últimos años ha acabado

por reventar. Ahora los jóvenes no tienen miedo como antes sus padres si tenían; como

botón de muestra indicar que Hosni Mubarak nació hace más de 80 años y “su” pueblo

tiene una media de edad de 24.

Un 25% de los jóvenes árabes están desempleados, según el Banco Mundial, aunque

las cifras son algo engañosas, porque no cuentan a los jóvenes que estudian. Las cifras

del Banco Mundial indican también, que los jóvenes árabes tardan tres años de media en

encontrar un empleo y que haría falta crear en la región cinco millones de empleos al año

para dar salida a la demanda juvenil e insertarlos en el mundo laboral; ahora sólo se crean

tres millones anuales6. Esta circunstancia provoca, como es lógico, mucha frustración; al

igual que en Europa muchos jóvenes no pueden progresar en la vida, no pueden formar

una familia, casarse o independizarse. Esta causa es común con los indignados europeos.

Jiménez (2011) resume que “esta exclusión di#culta y dilata extraordinariamente su inser-

ción productiva y social en un largo periodo de incertidumbre o de espera, con un riesgo

y frustración crecientes”. Los condicionantes económicos siempre son fundamentales a la

hora de entender estos movimientos populares y Egipto tampoco se abstrae de la norma,

pues no debemos olvidar que el 45% de la población es prácticamente analfabeta y el 40%

6. Se da una interacción entre factores demográ#cos y sociales (Jiménez, 2011).

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ARITZ TUTOR ANTON182

vive con menos de dos dólares al día. Las remesas que se envían desde el extranjero son

en esta coyuntura fundamentales para la subsistencia de muchas familias y suponen un

acicate clave para la economía en su conjunto (toda entrada de divisa lo es, hasta los 1300

millones de dólares que EEUU da a la cúpula militar).

La economía es el re�ejo de lo que ocurre en la sociedad. Así, en el país del Nilo, los

militares tienen un peso enorme y controlan grandes áreas productivas en la esfera civil

y económica. El arte pecuniario también es un factor explicativo para entender la forma

de estado, la naturaleza gubernamental. La tecnocracia se amolda a la economía, es el me-

jor resorte para mantener la política económica reinante hasta ahora en Egipto. Permite

liberalizar en lo económico sin perjuicio para la clase oligarca. La cleptocracia7 se vuelve

la norma y se institucionaliza. No es de extrañar pues que el rais haya hecho que el país

tenga que, por ejemplo, importar alimentos (Egipto fue en 2011 el mayor importador de

trigo del mundo)8, pese a sus fértiles llanuras. O que el depuesto gobernante liberalizara

la economía en provecho de una minoría, de una élite de empresarios, dejando que se

degradasen los servicios públicos y silenciando toda petición de mejora mediante el esta-

blecimiento de un estado de excepción.

La pobreza, el desempleo y, por ende, las desigualdades no se han reducido en estas

últimas décadas de protestas, incluso se han acrecentado. Si a ello le unimos que Muba-

rak perdió la con!anza de mucha población que adormecía con subsidios, en 2008 hubo

protestas por la subida del precio del pan, alimento básico para la población, gente9, y la

7. Entrevista a James Petras, sociólogo estadounidense. http://www.pintxogorria.net/index.php/opinion/idazleak-

mundua-autores-internacionales/294-james-petras/1178-egipto-un-imperio-de-70000-millones-de-dolares (Origina-

riamente en CX36 Radio Centenario de Montevideo) (consultado el 12 de junio de 2013).

8. http://www.americaeconomia.com/economia-mercados/comercio/egipto-compra-170-mil-toneladas-de-trigo-ar-

gentina-australia-y-eeuu (consultado el 12 de junio de 2013).

9. http://www.elmundo.es/especiales/2008/04/internacional/crisis_alimentos/situacion.html (consultado el 12 de junio

de 2013).

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subida de los precios del cereal llegó a ser del 80% en 2010 (Navarro, 2011), podremos

comprender la explosión social. Sintetizando:

Como el resto de las economías árabes, la desigualdad es otra de las señas de identi-

dad de Egipto. La política económica de los Gobiernos de Mubarak ha bene�ciado

a las élites y ha dejado al margen a las clases medias emergentes y a las masas. Ni

siquiera un crecimiento económico que en los últimos años ha oscilado entre el 4%

y el 5% o el reciente aumento de la inversión extranjera han sido su�cientes para dar

empleo a los cientos de miles de jóvenes que cada año entran en el mercado laboral.

El país más poblado del mundo árabe tiene un problema crónico de desempleo. Uno

de cada dos jóvenes menores de 30 años -grupo que supone más de la mitad de la

población- no encuentra trabajo10.

La economía, como re�ejo de la sociedad, también es un campo de lucha donde se

materializan los cambios; donde se comienza a construir la nueva dimensión sociopolí-

tica. La insatisfacción por el sistema se lleva al ámbito del trabajo, al modo de producir y

ganarse el sustento; y se hacen huelgas y tomas de fábricas.

Como predecesores de esta revolución, y muestra de qué lo sucedido venía de tiempo

atrás, se puede citar la campaña de apoyo a la Intifada Palestina en 2000 o Kifaya11 (Basta

en árabe); pero también, y con énfasis, a la huelga del 6 de abril de 200812 que paralizó la

ciudad industrial de Mahalla. En esa ocasión una huelga de trabajadores textiles (algo no

muy usual en esas latitudes) demandó la mejora de la situación. Según reveló Wikileaks,

la embajada de EEUU en El Cairo redactó un informe en el que habla de la fuerza del

fenómeno y la interconexión e identi�cación de la sociedad egipcia con ello a través de

10. http://elpais.com/diario/2011/02/02/internacional/1296601206_850215.html (consultado el 12 de junio de 2013).

11. Movimiento creado en 2004 y formado fundamentalmente por jóvenes descontentos.

12. De este suceso proviene del nombre del Movimiento 6 de Abril.

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internet13. En aquel momento, al igual que ahora, los medios occidentales no prestan de-masiada atención a esta faceta de la revuelta, pero hay que tener presente que el origen está

en el activismo14. Y las cifras así lo atestiguan: desde 2004 ha habido más de 3.000 protestas

de trabajadores, se ha procedido a nacionalizar una empresa por primera vez15, en sólo

tres meses de 2011 ha habido más huelgas que en todo el año 2010, ya hay 150 sindicatos

independientes, cuando hace poco más de un año sólo había tres16, e incluso hay un Mo-

vimiento Socialista Libertario.

Como ya se ha indicado, la economía es donde se re�ejan y pivotan las transforma-

ciones y donde se deja sentir la evolución de la sociedad. Por eso es indicativa la negativa

inicial –provisional- de Egipto a recibir ayuda del FMI, por considerar que viene de un

organismo que promueve modelos de injusticia17. Esta medida es resultado de la presión

popular. De la misma forma es muy indicativo que las agencias cali�cadoras rebajasen la

nota se solvencia de la deuda de Egipto por el “malestar social”, “la volátil transición” o “las

continuadas turbulencias”. Esta medida es el resultado de la presión externa, que juega la

baza económica. Para seguir el curso de los acontecimientos pues es muy práctico ver los

cambios que se producen en el terreno de la economía, que es al �n y al cabo lo real y lo

importante. De igual modo, la sociedad se pronuncia en términos económicos. Si notan

13. Se reproduce el extracto de dicho informe: “Lo ocurrido en Mahalla es signi�cativo [...] ha irrumpido una nueva

fuerza orgánica de oposición que desafía etiquetas políticas y aparentemente no está relacionada con los Hermanos Mu-

sulmanes. Esto puede forzar al Gobierno a cambiar su guión. [...] Lo ocurrido el 6 de abril ha unido a diversas fuerzas

de la oposición con numerosos egipcios no activistas, a través de la llamada a la huelga en Facebook, que ha reunido

a 70.000 seguidores en la red, y ha cosechado una importante atención nacional. El nexo de los usuarios de Facebook

de clase media y alta con sus homólogos pobres de las fábricas de Mahalla ha creado una nueva dinámica”. http://www.

publico.es/internacional/361219/el-activismo-obrero-fue-el-origen-de-la-revuelta [consultado el 12 de junio de 2013].

14. En este mismo sentido, “las manifestaciones en la plaza Tahrir no reclamaban solo la caída de la dictadura, sino que

comportaban igualmente un aspecto social” http://www.lahaine.org/index.php?p=54899&lhsd=4 (consultado el 12 de

junio de 2013).

15. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=128226 [consultado el 12 de junio de 2013].

16. Extraído del ejemplar impreso de máspúblico del 12 de mayo del 2012.

17. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=131320 (consultado el 11 de junio de 2013).

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INDIGNADOS EN EGIPTO 185

que los ingresos bajan, pronto aluden con nostalgia al régimen anterior18. Ciertamente

nunca llueve a gusto de todos, pero en gran medida las reacciones de simpatía o desafecto

hacia un modelo viene de la mano del bienestar o no que se tenga en cada momento. Por

eso no es raro encontrar a quien añora a Mubarak pues se ha dado un desplome de casi el

50% de los ingresos turísticos, entre otros sectores; y ello siempre fomenta radicalidades.

En Egipto, el alzamiento ha sido una especie de vanguardia de la población, ya que

aunque la iniciaron los jóvenes, mucha más gente los apoya; por ejemplo, la clase media19.

Por lo tanto, la falta de libertad20, junto con la economía, ha sido otro de los desencade-

nantes; falta de libertad de expresión política y de opinión, y falta de libertad en la vida

(el mínimo y básico derecho a la disidencia). Muchos de los apoyos que ha recibido el

movimiento han sido de gente con formación académica y moderadamente adinerada, no

gente de campo ni analfabetos o pobres. Emmert (2011) sentencia que

la revolución ha sido conducida por estudiantes moderados y con un aceptable nivel

de educación residentes en las principales ciudades. En contraste, el desempleo y la

pobreza son más severos entre la población rural y con menor nivel de educación

[…] los pací�cos manifestantes son los egipcios de clase media, que son los egipcios

de mayor educación y de relativamente mayor prosperidad económica21.

18. “Con Mubarak vivíamos mejor”. Disponible en http://internacional.elpais.com/internacional/2011/02/07/actuali-

dad/1297033201_850215.html (consultado el 11 de junio de 2013).

19. Al parecer millones de ciudadanos de clase media aplauden en silencio la revuelta en los barrios acomodados

de El Cairo. “Las ansias de libertad y el hartazgo del régimen han calado en los distintos barrios de esta megalópolis

en cuya área metropolitana se concentran 25 millones de personas” http://elpais.com/diario/2011/02/05/internacio-

nal/1296860402_850215.html (consultado el 11 de junio de 2013).

20. Hubo en vigor durante décadas una excepcional y restrictiva Ley de Emergencia.

21. Según él éste ha sido un estallido popular contra la intransigencia de un gobierno rígido y déspota.

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Sin embargo, los jóvenes han llevado la voz cantante en esta revuelta. Según Khouri “la

desesperación de los jóvenes ha sido el factor clave de las revueltas”22. Tenían las razones y

no tienen impedimentos, esto es, no tienen miedo; no tienen nada que perder. El acceso a

la información y el contacto con otras maneras de ver el mundo, así como la repercusión

de las revueltas vecinas, sirvió de revulsivo y catalizador para que naciera y para llevar

adelante el movimiento. Ha habido una catarsis colectiva que ha expulsado al dictador

Mubarak y ha hecho tambalear los cimientos del poder. Hasta el ejército ha temblado.

Son poseedores de la fuerza de la razón, y la voluntad colectiva les ha hecho fuertes y les

ha servido para crear su espacio y departir con su gente. Se sienten legítimos y dueños

del futuro, han visto que no están solos y han creado un signi�cado de lucha en torno a

eso. El andamiaje institucional que pretenden cambiar siempre ha sido ajeno a ellos, casi

no participaban ni tampoco les delegaban. Ahora en cambio ellos son los protagonistas,

sin partidos ni jerarquías. No hay subsidiariedad hacia ningún estamento superior en sus

decisiones y aprenden unos de otros, horizontal y transversalmente. Las muestras popu-

lares de rechazo y adhesión les son su�cientes y les hacen rea�rmarse en su meta y en su

dirección.

Contexto histórico

Uno de los factores determinantes para la consecución de esta serie de acontecimien-

tos en Egipto ha sido la singular coyuntura política que atraviesan los países de la zona.

Estados vecinos o del mundo árabe han visto cómo sus estructuras y jerarquías se venían

abajo a causa de una fuerza popular, en apariencia espontanea y sin líderes o una clara

organización, que se hacía dueña de la acción y de la historia. Todo ello ha sido favorable a

22. Entrevista a Rami Khouri, Experto en el mundo árabe de la Universidad Americana de Beirut. http://elpais.com/

diario/2011/02/07/internacional/1297033209_850215.html (consultado el 11 de junio de 2013).

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INDIGNADOS EN EGIPTO 187

movimientos a�nes en segundos y en terceros países, después de Túnez vino Egipto y más

tarde Libia, países próximos entre sí y en los cuales ha habido derrocamientos23. Alguien

dijo que la libertad es contagiosa, y en este caso se puede decir que el contacto y el cono-

cimiento del otro ha sido clave para la expansión del fenómeno; fenómeno que ha sido

bautizado como primavera árabe, una realidad compleja y caleidoscópica.

Otra característica común de los procesos árabes es la utilización de la no-violencia

como fuerza motriz de las movilizaciones. Los manifestantes se enfrentan con palabras a

soldados y policías, en una muestra de activismo estoicista, posibilitado por una inque-

brantable fe de que van en la dirección correcta, pero sobre todo justa. Cómo dijo Ben

Jelloun (2011)

las rebeliones en curso están dirigidas contra el padre autoritario (el clan, la tribu) de

la tradición árabe. No reclaman subidas de sueldos, sino que reivindican el individuo

y su derecho a la libertad y la dignidad. Esta es su gran novedad.

En el mismo sentido se expresa Almeyra

el motor de la revolución es el odio a los privilegios, a la violencia y la arbitrariedad

policiales de los gobiernos corrompidos, ladrones y agentes del imperialismo y es la

protesta contra las consecuencias de la crisis capitalista24.

23. En las pancartas de los manifestantes se aludía a lo que ocurría en los estados colindantes.

24. http://www.lahaine.org/index.php?p=51028 (Originalmente de La Jornada Quincenal) (consultado el 11/06/2013).

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Como ya se ha mencionado, otra característica común en las revoluciones árabes es

que se suceden desde abajo, sin ningún mentor o guía. Samara (2011) a�rma que

la democracia actual del pueblo árabe surgió de abajo hacia arriba, de las clases me-

dias populares y no impuesta por grupos elitistas de arriba hacia abajo […] [el pro-

ceso] continuará desarrollándose lenta pero profundamente, o las fuerzas contrarre-

volucionarias continuarán minándolas desde el interior y el exterior.

La soberanía ya no se interpreta por gobiernos coloniales o por posteriores estados

militares y autocráticos sino que esta función está dirigida y protagonizada por el pueblo

en sí. La libertad sin intermediarios, la libertad amplia (política, de conciencia, de dere-

chos...) para ellos mismos. Estos levantamientos tienen el sustrato compartido de tratarse

de emancipaciones que provienen del “hartazgo de regímenes fantoches” (Khadra, 2011).

Sea como fuere, la fuerza de las acciones y el empuje de las masas han hecho que todos

los gobiernos árabes hayan tenido que hacer alguna concesión, desde medidas económi-

cas (en materia de trabajo, vivienda y precios) o la recti�cación de los planes de sucesión

familiar en el caso de los regímenes de Argelia, Jordania, Libia, Kuwait, Marruecos, Siria

y Yemen buscando contener el efecto contagio; hasta la huída del presidente tunecino, el

derrocamiento del egipcio o la ejecución del libio.

En lo global –o en lo mediterráneo, pues son dos orillas del mismo mar- el movimiento

ha contado con el apoyo de los indignados que se levantaron, en un principio, en el Estado

Español, después de los acontecimientos de Egipto. Si hablásemos de la geografía de las re-

vueltas, la cercanía de unas y otras con el mare nostrum como eje vertebrador debería ser

uno de los principales pretextos, sin desdeñar el efecto contagio o de propagación de las

rebeliones cívicas que esta circunstancia pueda tener. Sin embargo, la relación entre ambas

cosas no es necesaria, es cierto que comparten métodos y hasta el estrato demográ�co,

pero el abismo de diferencias sigue siendo mayor; Egipto no es homologable a Europa. No

se parte de una situación inicial idéntica, ni piden en consecuencia lo mismo, ni el tama-

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INDIGNADOS EN EGIPTO 189

ño de la lucha y la fuerza de los actores es la misma. El peaje en sangre que los árabes del

Magreb y del Machek han pagado para lograr un acercamiento a la democracia (al estilo

occidental) contrasta con la simbólica ocupación de plazas que tuvo lugar en el otro lado.

Los procesos, los factores, medios (quemarse a lo bonzo frente a la desobediencia civil) y

las razones, así como los resultados cosechados di�eren sustancialmente. En este último

aspecto podemos poner a contraluz el Movimiento 15M español con el Movimiento 25 de

Enero de Egipto. Los primeros han conseguido abrir el debate de los privilegios de los po-

líticos, parar algunos desahucios, una mayor concienciación en pro de una regeneración

y contra el bipartidismo, mayor transparencia y promulgar leyes a tal efecto y �nalmente

dar eco a los deseos de mayor democracia. Los segundos han logrado que Mubarak, en

el poder desde hace 30 años, lo deje, sea juzgado y su estructura militar sea parcialmente

desmantelada dando lugar a unas elecciones libres25. Vemos que la lucha se libra a niveles y

profundidades disimétricas. Tenemos pues, que relativizar, ya que pese a que tienen �ecos

parecidos, como no tener líderes, mostrar hastío respecto a la política y políticos tradicio-

nales o en que han sido una vanguardia26, como dice Buarque (2011)

todo es diferente, en sus causas y en sus perspectivas. El movimiento árabe es el co-

mienzo de una nueva época democrática. El movimiento europeo es el �n de una

época, de un modelo exitoso, aunque insatisfactorio. Por eso, si se habla de primavera

en Egipto, en las dos plazas españolas cabría hablar de otoño.

25. Según aparece en Máspúblico en su edición impresa del 12 de mayo de 2012.

26. En Europa los descontentos eran una expresión pequeña, y esta dimensión quedó patente por ejemplo en España al

ganar el PP, partido de derechas, las elecciones con mayoría absoluta (aunque hubo mucha abstención). En Egipto pasó

algo similar pues los jóvenes de Tahrir que empezaron la revuelta no se vieron representados en el partido que ganó las

elecciones y perdieron el control de la situación posterior.

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Y la protesta estalló…

Y cuando todo estalló los acontecimientos se sucedieron de forma rápida. El 25 de

Enero de 2011, de ahí el nombre Movimiento 25 de Enero, fue el pistoletazo de salida

para el movimiento que destronó a Mubarak. Ese día, nombrado como Día de la Ira, se

produjo la primera gran marcha contra el gobernante con miles de personas. El 27 y 28 de

enero se registran más protestas y choques y se restringe más el acceso a internet y a los

medios de comunicación. El 29 de enero Mubarak promete reformas y posiciona al jefe

del espionaje, Omar Suleimán, como vicepresidente (el primero en 30 años). En diferentes

enfrentamientos en varias ciudades mueren al menos 13 personas y son heridos más de

mil. El 31 de enero Suleimán se muestra conciliador y dispuesto al dialogo. El ejército cali-

#ca de legítimas las reivindicaciones del pueblo y a#rma que no disparará. El 1 de febrero

se realiza una huelga general y Mubarak anuncia que no se presentará a las elecciones

de septiembre pero que pilotará la transición. El 2 de febrero partidarios de Mubarak se

enfrentan duramente con sus detractores. El ejército se interpone y se denuncia que los

“incontrolados” que atacan a los manifestantes reciben órdenes policiales e incluso están

compuestos por policías. La lucha deja al menos 3 muertos y 600 heridos, tras reventar

la policía la pací#ca protesta. El ejército termina pidiendo a los manifestantes que vuel-

van a casa y los Hermanos Musulmanes renuncian a involucrarse activamente27. El 3 de

febrero prosigue la batalla. El 4 de febrero, la UE exige reformas inmediatas y comunica

que revisará su política exterior28. La movilización masiva se mantiene en la Plaza de la

Liberación, el día que han bautizado como el de la Despedida. Para evitar más violencia el

ejército se ha aplicado a fondo y los propios manifestantes controlan las entradas a Tahrir.

Los predicadores insisten en que la revolución “no es religiosa” y “pertenece por igual a

27. Mubarak había anunciado el peligro islamista si él caía; intentaba, igual que en el pasado, mantener su inmunidad

intacta.

28. El partido de Mubarak, el PND, había sido expulsado días atrás de la Internacional Socialista, otra acción más para

aislar internacionalmente a Mubarak.

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musulmanes y cristianos, hombres y mujeres”29. El 5 de febrero la colectividad vuelve a la

Plaza para exigir el �n de Mubarak y rechazar la transición ordenada que tiene el bene-

plácito de EEUU. Una explosión en un gasoducto corta el suministro a Jordania30. Dimite

toda la cúpula del partido de Mubarak (PND), incluido su hijo y posible sucesor, pero él se

mantiene en la cúspide. La opción de la democracia controlada que Mubarak experimen-

tó en las elecciones del �nal del 2010 (asegurándose el control del parlamento) se disipa.

Obama saluda estos cambios porque van en la buena dirección, en pos de implementar un

proceso gradual y supeditado. El 6 de febrero Suleimán, el interlocutor de EEUU e Israel

y el hombre fuerte, militar, del régimen se reúne con la oposición. Discuten un documen-

to gubernamental donde se ofrece ampliar la libertad de prensa, liberar a los presos “de

conciencia”, establecer una comisión sobre la reforma de la Constitución y levantar en el

futuro el estado de excepción (vigente desde 1981 y que se prorrogó por dos años más en

2010). El 7 de febrero la muchedumbre continúa acampada intentado hacer la máxima

presión. Algunos duermen entre las ruedas de los vehículos militares para evitar que se

vayan ya que presuponen protección. El gobierno subirá el sueldo de los funcionarios un

15%. El 8 de febrero es liberado el ejecutivo de Google Wael Ghonim, tras 12 días deteni-

do. Es el símbolo de la represión del régimen contra el acceso a la información31. Las ONG

contabilizan 300 muertos en las protestas. El 10 de febrero Mubarak a�rma que no cederá

a la presión, dejando entrever una supuesta conspiración extranjera contra su persona.

Por �n, el 11 de febrero y 18 días de batallas después, Suleimán anuncia el abandono de

Mubarak y la cesión del poder al ejército32. La plaza Tahrir se desborda de alegría y algu-

nos manifestantes abrazan a los soldados, dejando patente su júbilo.

29. http://internacional.elpais.com/internacional/2011/02/04/actualidad/1296774001_850215.html (consultado el 11

de junio de 2013).

30. El Sinaí se volvió muy inestable en estos días, con ataques frecuentes a las infraestructuras energéticas. La muerte de

16 soldados egipcios en agosto del 2012 es parte del mismo problema.

31. Los matones atacaron a periodistas que transmitían lo que sucedía, para silenciar las protestas.

32. http://elpais.com/diario/2011/02/14/internacional/1297638001_850215.html (consultado el 11 de junio de 2013).

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Ramy Raoof (2011) Soldados en la Plaza Tahrir

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Protestas del Movimiento 20F