GLOBALIZACION Y DERECHOS HUMANOS: ANALISIS DE SU IMPACTO Y CUMPLIMIENTO EN LATINOAMERICA Andrea Lobo Puente COD: 2008226043 Maira Mendivíl Pérez COD: 2008226054 ABSTRACT This work aims to determine the conflicts between human rights that are an extremely important factor in the development of populations in a dignified, humane and positive way , and globalization which is an inclusive phenomenon of all aspects to human life on planet, therefore involves social, political and economic aspects and framed them in an international environment that enables communication, technological processes and production itself by given the constant interaction between countries , populations and communities, but the problem is faced from the point of view of vulnerable populations without access to the benefits of globalization those are majorly belonging to Latin America, the European periphery and Africa, also economical violations and wrong policies are the result from this phenomenon and generate the constant flogging of human rights. It is therefore relevant to assess how international agencies such as CEPAL face these issues, which can become controversial among the member of this organization.
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Globalizacion y Derechos Humanos en La Ti No America Frente a Los Organismos Internacionales
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GLOBALIZACION Y DERECHOS HUMANOS: ANALISIS DE SU IMPACTO Y
CUMPLIMIENTO EN LATINOAMERICA
Andrea Lobo Puente
COD: 2008226043
Maira Mendivíl Pérez
COD: 2008226054
ABSTRACT
This work aims to determine the conflicts between human rights that are an
extremely important factor in the development of populations in a dignified,
humane and positive way , and globalization which is an inclusive phenomenon of
all aspects to human life on planet, therefore involves social, political and economic
aspects and framed them in an international environment that enables
communication, technological processes and production itself by given the
constant interaction between countries , populations and communities, but the
problem is faced from the point of view of vulnerable populations without access to
the benefits of globalization those are majorly belonging to Latin America, the
European periphery and Africa, also economical violations and wrong policies are
the result from this phenomenon and generate the constant flogging of human
rights.
It is therefore relevant to assess how international agencies such as CEPAL face
these issues, which can become controversial among the member of this
organization.
Key words: Globalization, Latin America, Human rights.
1. RESUMEN
Este trabajo tiene como objetivo determinar los conflictos que existen entre los
derechos humanos que son un factor de extrema importancia en cuanto al
desarrollo de las poblaciones de una manera digna, humana y positiva, y la
globalización que es un fenómeno incluyente de todos los aspectos relacionados a
la vida del ser humano en el planeta tierra, por lo tanto involucra lo social, lo
político y lo económico y lo enmarca en un ámbito internacional que permite que
las comunicaciones, procesos tecnológicos y la producción misma se dé mediante
la constante interacción entre países, poblaciones y comunidades; sin embargo la
problemática se ve planteada desde el punto de vista vulnerable de las
poblaciones que no tienen acceso a los beneficios de la globalización y que
pertenecen a Latinoamérica, la periferia europea y África subsahariana , al igual
que las violaciones económicas, y políticas que son producto de este fenómeno y
generan la constante flagelación de los derechos humanos.
Por esta razón es pertinente evaluar como los organismos internacionales como la
CEPAL enfrentan esta temática, que puede llegar a ser polémica entre los países
miembros de esta organización.
Palabras claves: Globalización, América Latina, Derechos humanos, CEPAL.
2. INTRODUCCION
El mundo globalizado ha generado cambios en todos los aspectos de la vida, es
decir tanto en lo social como en lo político, cada día vemos que es necesario una
integración tanto económica como de información, pues es vital para cada uno de
nosotros mantenernos contextualizados en la realidad actual, que es dinámica,
veloz y muy versátil, así medios como la internet, se convierten en herramientas
que facilitan la integración, sin embargo, y en muchas ocasiones, locaciones
donde la globalización, que se caracteriza por ser un fenómeno absorbente,
transforma de manera drástica aspectos culturales y psíquicos de las
comunidades, lo que les hace desligarse de los patrones de comportamiento de
las generaciones anteriores, perdiendo así, su identidad cultural. También cabe
mencionar que lugares a donde la globalización no ha penetrado, pues no poseen
ningún tipo de material objeto de interés, se encuentran excluidos del supuesto
desarrollo que brinda la transformación generalizada de este fenómeno, lo que sin
lugar a dudas viola los derechos humanos de estas comunidades.
Muchos autores definen a la globalización como un fenómeno envolvente, que no
es solo de carácter económico, influye igualmente en aspectos políticos y sociales,
y tiene amplias repercusiones en el ámbito informativo y de telecomunicaciones,
por ejemplo: María Esther de Villarroel, propone que la Globalización es un
proceso que se despliega del capitalismo en su afán de “expansión de capital” y
que afecta tanto económica como políticamente las naciones, sin embargo hace
énfasis en los aspectos culturales, que según su postura proporcionan una
sociedad desarraigada, por supuesto, de sus propias creencias y patrones
socioculturales, para convertirse en un grupo de individuos que sin preguntar ¿Por
qué? Siguen estándares culturales de los países centro globalizadores. De igual
forma hace una pauta en la exclusión de ciertas localidades, países o regiones
que simplemente por no poseer material que proporcione interés a los países
centro globalizadores por lo cual son descartados y excluidos de los adelantos
tecnológicos, capital extranjero y demás beneficios que la globalización puede
traer consigo, estos lugares según la autora son mayormente de África y
Latinoamérica, en donde comunidades enteras viven en la pobreza absoluta y con
situaciones de vida precarias, aunque menciona, que en países centro
globalizadores se ve el fenómeno de exclusión, donde pueblos enteros son
desolados por la pobreza pues, mecanismos propios de la globalización como, la
subcontratación han dejado sin empleo a muchos individuos.
También hace énfasis en la importancia de la tecnología dentro de la
globalización, pues es a través de este medio que nace la posibilidad de la
interconexión mundial y como afirma (Castells, 1998)1 la informática ha
1 Tomado de, María Esther de Villarroel. Globalización, Cultura y Exclusión Social. FERMENTUM Mérida - Venezuela - ISSN 0798-3069 - AÑO 11 - Nº 32 - SEPTIEMBRE - DICIEMBRE - 2001 - 470-476.
fundamentado la operatividad de la globalización, ha sido la herramienta con la
cual se han puesto en práctica los cambios y modificaciones requeridas por la
reestructuración económica y por la sociedad, así la capacidad tecnológica
de las sociedades y sus individuos, define aspectos tan importantes como el
poder, la economía y la cultura. Por lo tanto la tecnología se ha convertido en un
medio de dominación y de demostración de superioridad, lo que conlleva a la
fragmentación del mundo, es decir un lugar donde existen excluidos e incluidos
dependiendo sus recursos y no teniendo en cuenta las necesidades básicas de
todos los seres humanos.
De igual forma en un ambiente de derechos humanos globales se presentan
estados con carácter coercitivo que hacen caso omiso de los mencionados
colocando entre dicho la validez de estos, además de la ineficiencia de los
procesos de los organismos internacionales que regulan el cumplimiento de ellos
en todos los rincones del planeta, en su artículo Democracia y Derechos Humanos
en la Globalización. Una Aproximación a Venezuela, José Antonio Rivas León
expone una evaluación de los derechos humanos frente al comportamiento de un
país en específico: Venezuela, y específicamente se refiere a que bajo el Gobierno
de Presidente Hugo Chávez se instauraron las medidas necesarias para proteger
y velar por los derechos humanos, pero paradójicamente bajo este gobierno se
han causado violaciones masivas a estos, y dejando sin repercusiones posteriores
a los autores de los mismos por lo que él afirma: “Las violaciones cometidas en
abril de 2002y posteriormente, en Venezuela han demostrado la fragilidad del
Estado de derecho y más todavía la ineficiencia de los tribunales y órganos del
Estado que no han juzgado diligentemente en la mayoría de los casos de
infracciones a los derechos humanos, ni se ha procesado ni condenado a
miembros de fuerzas de seguridad, militares u operadores de justicia por acciones
violatorias de derechos humanos, reforzándose así la evidencia de que la
impunidad es una política institucional”, sin embargo aclara, que la política de
estado no va dirigida a cometer violaciones generalizadas a los derechos
humanos. Cabe decir que en muchas ocasiones, es el mismo estado el que gesta
en su supuesto seno protector una represión generalizada que no permite el
desarrollo integral y homogéneo de las poblaciones por lo cual algunas se ven
sesgadas y violentadas por fenómenos como la insurgencia, que en nuestra
opinión son producto de un cumplimiento ineficiente de los derechos humanos
sobre las poblaciones.
3. GLOBALIZACION Y DERECHOS HUMANOS CONCEPTOS Y
GENERALIDADES
La globalización, término de origen anglosajón, entronizado en los años 80, a
partir de las Ciencias Gerenciales, ha convertido el mundo en un mercado global
(Mattelart, 1997: 12), donde las empresas multinacionales han unido sus
fuerzas mediante fusiones y alianzas estratégicas, dando como "resultado la
conformación de grandes emporios privados cuyas cifras de negocios, en 1998,
sobrepasan el PIB de naciones de mediano crecimiento: General Motors mueve
más dinero que toda Dinamarca, Exxon más que Noruega, Toyota más que
Portugal y cualquiera entre una docena de firmas más que Venezuela” (Márquez,
2000: A4).2
Este sin embargo es un proceso que data del (siglo XVI), que ha pasado por
varias etapas de desarrollo hasta llegar a la actual, lo que caracteriza hoy a
esta economía mundo es una ley básica, según la cual ella debe funcionar como
un sistema económico único en múltiples espacios territoriales distintos: los
estados-nación donde la cadena de mercancías como cadena de producción debe
circular para lograr la acumulación (Sonntag, 2000: 61)
El brasileño Octavio Ianni (1996) señala que la globalización debe ser pensada en
términos de integración/fragmentación, como proceso que abre múltiples
posibilidades y envuelve no sólo a relaciones entre naciones, sino a su gente; sus
ideas, sus formas de organización política y hasta su cultura.
2 Tomado de, 1. Migdalia Pineda (2002) “Globalización, tecnologías de la información y diversidad cultural: homogenización vs diferencias” Revista Latina de Comunicación Social, junio-septiembre, año/vol. 5, número 051 Laboratorio de Tecnologías de la Información y Nuevos Análisis de Comunicación Social Canarias, España.
Las consecuencias de la crisis mundial con los de la globalización, y a concebir a
esta última como un fenómeno unilateral (totalmente negativo), impuesto por las
empresas trasnacionales y el neoliberalismo en violación de los derechos de los
pueblos. Su formulación positiva más seria y coherente, es posiblemente la tesis
de la «desconexión» formulada por (Samir Amin, 1988)
A diferencia de la visión expuesta, una más objetiva y adecuada a los propósitos
planteados, debe comenzar por distinguir entre los propósitos subjetivos de las
empresas trasnacionales y gobiernos que instrumentan la marcha de la
globalización, de los aspectos más profundos del proceso mencionado, que
expresan necesidades irreversibles del género humano, abren nuevas
necesidades de desarrollo e imponen la necesidad de una mayor cooperación y
regulación mundial, (A. Dabat, 1994)
Por ese motivo, para algunos investigadores latinoamericanos el concepto de
globalización basado sólo en los cambios económicos y financieros ya no resulta
suficiente. Este fenómeno se expresa también con una dimensión política
que pone en cuestión las relaciones entre el Estado, el sector privado y la
sociedad civil, con sus correspondientes grupos y organizaciones, para
interrogar sobre la pertinencia del concepto de estado-nación, el cual
territorialmente está siendo des configurado para entretejer una relaciones
planetarias entre grupos sociales y culturales más allá de las fronteras geográficas
de los países, dando lugar a nuevas relaciones de participación democráticas
(Serbin, 1997: 44-50; Valenzuela, 1996: 216).3
Ianni (1973) en su libro Teorías de la globalización retoma la noción de aldea
global de MacLuhan, para explicar los cambios mundiales a los que ya no se
pueden interpretar en términos de las relaciones entre Estados, en sus
diversas facetas ya sean de “interdependencia, dependencia , colonialismo,
imperialismo , bilateralismo , multilateralismo” sino que ante el arribo de las
3 Tomado de, 1. Migdalia Pineda (2002) “Globalización, tecnologías de la información y diversidad cultural: homogenización vs diferencias” Revista Latina de Comunicación Social, junio-septiembre, año/vol. 5, número 051 Laboratorio de Tecnologías de la Información y Nuevos Análisis de Comunicación Social Canarias, España
transnacionales el planeta quedaba convertido en una “ ‘aldea global’, ‘fábrica
global’, ‘tierra patria’, ‘nave espacial’ o ‘nueva Babel’ ” donde el espacio se
transforma y el individuo pasa a segundo plano frente a la tecnología, el espacio
se reduce y las fronteras de la estructura mundial se diluyen. Giddens (1993), por
su parte, habla de la mundialización, en la que se produce una ruptura del
espacio real como consecuencia del avance tecnológico donde lo local y
lo mundial se funden, se interconectan y confunden. Habermas (2000), en
cambio afirma que “Las tendencias que hoy suscitan la atención general
bajo la rúbrica multiuso de ‘globalización’ están transformando una
constelación histórico caracterizada por el hecho de que Estado, sociedad
y economía son, por así decirlo, coextensivas dentro de los mismos límites
nacionales.” Por otro lado, autores como García (1999) parten de la
premisa que presenta la globalización como4
Una respuesta sencilla propone explicitar las maneras como se entiende o puede
entenderse la globalización, identificando las acepciones relevantes de la palabra
‘globalización’. Por ‘globalización’ se suele entender:
1. la recomposición pública y privada de la hegemonía mundial (hegemonía
militar y económica de los Estado Unidos, foros homologadores: Conferencias
Bilderberg [1954], Comisión Trilateral [1976], Grupo de los Siete, Davos)
2. la universalización de la ideología económica del mercado,
3. el proceso de desmantelamiento del estado-nación,
4. la corporatización de las relaciones políticas mundiales,
5. un gobierno mundial de facto,
6. un elemento transformador de la inteligencia y de los intelectuales,
7. la forma del control mundial totalizador,
4 Tomado de, Orozco, J.L. (1997) “Globalización”, en Orozco y Dávila (1997).
8. un paradigma que genera expectativas contrapuestas (por ejemplo, entre
neoliberales y neoconservadores). (Orozco.1997).
Una propuesta interesante es ésta (Beck. 1998)5. ‘Globalización’ hace referencia,
de manera ambigua, a tres tipos de fenómenos que merecen ser distinguidos: la
globalidad, el globalismo y la globalización (propiamente dicha). El fenómeno de la
globalidad (G1, en lo que sigue) es antiguo pues “hace tiempo que vivimos en una
sociedad mundial” de fuertes interrelaciones políticas, económicas y culturales,
compuesta por instituciones y regida por políticas y concepciones ideológicas de
alcance internacional que hacen ilusorios los “espacios cerrados” estatales o
comunitarios. ‘G1’ parece ser sinónima de ‘mundialización’. El fenómeno del
globalismo (G2) es otra cosa. Está motorizado por la ideología del liberalismo
económico, por su visión economicista e individualista, por la interpretación
unidimensional de la globalización y la idea de que “el mercado mundial substituye
o debe substituir el quehacer político”, de que lo económico prima (debe primar)
sobre lo político. Por fin, el fenómeno de la globalización (G3) se distingue de los
anteriores 4 porque, por un lado, es un fenómeno multifactorial, multidimensional,
constituido por las técnicas de la comunicación, la ecología, la economía, el
sistema financiero, la cultura, la sociedad civil, la organización del trabajo y de los
mecanismos de producción de bienes y servicios, etc.. Por el otro lado, G3 pone
en cuestión lo que se ha dado en llamar el principio del nacionalismo metodológico
(atribuido a Adam Smith). (E. Rabossi, 2007)
Un primer problema es el del carácter novedoso o añejo de la globalización. Es el
tema de la globalidad, de G1. La cuestión influye en la manera de conceptualizar
la globalización y de valorar los fenómenos asociados. También influye en la
manera de plantear la construcción de un sistema mundial deseable. Immanuel
Wallerstein (1979, 1984, 1991) toma los siglos XV-XVI como el punto de partida
del capitalismo y de los sistemas estatales, y concibe la globalización como la
institucionalización del mercado mundial. (E. Rabossi, 2007)
5 Tomado de, 1. Eduardo Rabossi (2007) Notas Sobre La Globalización, Los Derechos Humanos Y La Violencia, Universidad de Buenos Aires Conicet.
En el área cultural, la globalización se presenta como un proceso no homogéneo
sino diverso, descentralizado, multicultural, como un espacio donde tenderán a
ubicarse gran parte de los conflictos y contradicciones de la sociedad global del
próximo siglo (García Canclini, 1996: 13-40)6. Ha permitido que los ciudadanos del
mundo busquen nuevas formas de vivir la democracia, reclamando para sí no
solamente derechos civiles y políticos clásicos, sino derechos culturales, de
participación, de reconocimiento social, de no exclusión, como forma de
enfrentar cualquier intento de negación de las diferencias y un aumento de las
discriminaciones. De allí que la preocupación central de las sociedades
contemporáneas sea cómo reducir las brechas, las distancias y cómo lograr la
equidad dentro de las diferencias que seguirán separando las culturas, individuos
y ciudadanos de diferentes partes del mundo (Pineda, 1996: 106).
En América Latina se han adelantado medidas económicas para adaptarse al
esquema de la globalización y aunque algunas de ellas han mostrando ciertos
resultados favorables, estos han sido coyunturales no estructurales, todavía lo que
no han resuelto los Estados de la zona son los problemas de legitimación política y
de reformas sociales de esas propuestas neoliberales (Von Haldenwang, 1997:
34-43).
Desde la región latinoamericana, la globalización es vista con suspicacia por
los investigadores sociales, quienes se han empeñado en proponer otros
métodos frente a la globalización financiera y economicista, por considerar que
lejos de estar viviendo un proceso homogenizador desde el punto de vista cultural,
nos encontramos frente a un recrudecimiento de las diferencias étnicas,
lingüísticas y sociales que abren un espacio para la convergencia de grupos
diversos que sienten hoy más que nunca que el mundo es un lugar para la
convivencia, el respeto mutuo y la aceptación de las diferencias. (Pineda,2002)
Por otro lado, Los derechos humanos hacen absoluta y rotunda oposición a la
exclusión de los pueblos, y por lo tanto todos debemos ser tratados con igualdad y
6 Tomado de, 1. PINEDA, Migdalia (1996) “Telecomunicaciones, desequilibrios, globalización y diversidad cultural”, en Revista Opción. No. 19 (Abril). Año 12. Facultad Experimental de Ciencias/LUZ. Maracaibo-Venezuela. pp. 101-123.
respeto, él aclara la definición de derechos humanos y proporciona la siguiente
información: Los derechos humanos son aquel amplio conjunto de
prerrogativas, libertades y derechos inherentes a la condición humana sin
distinción de sexo, raza, credo o nacionalidad. Y afirma posteriormente, que estos
tienen características universales pues se aplican a todos los individuos del
planeta, son también, supra temporales, debido a que van más allá del tiempo, y
finalmente son eternos y progresivos, ya que se adaptan a las diferentes
situaciones históricas pero siempre para causar un buen impacto y beneficio sobre
el ser humano.
Existen tres tipos de Derechos Humanos, los de primera generación, los de
segunda generación y los de tercera generación, cada uno de estos establece
normas que se fueron agregando paulatinamente a través del tiempo, los de
primera generación establecen el derecho a la vida, el derecho a la libre
expresión, derecho al honor, a la libertad de conciencia, a la intimidad, entre otros,
y ven al ser humano como un individuo que es autónomo y libre. Los de segunda
generación recogen una serie de derechos pero no del ser humano como individuo
sino de comunidades, pueblos, países, etc., y velan por las necesidades y la
protección de comunidades más vulnerables como los niños, los ancianos y el
desempleo. Los de tercera generación velan por derechos colectivos y se han
llamado los derechos de solidaridad, ya que por medio de la solidaridad los todos
los miembros de la sociedad, el estado y organizaciones no gubernamentales se
tiene acceso al derecho al medio ambiente, al desarrollo, a la paz, a tener un
patrimonio común de la humanidad.7
4. GLOBALIZACION VS DERECHOS HUMANOS: CONFLICTOS Y
VIOLACIONES.
Se está frente a un modelo de globalización principalmente de carácter
económico y jurídico, pero que no satisface el cumplimiento de las
necesidades básicas de los seres humanos. Por esa razón, no es de extrañar ver
7 José Antonio Rivas Leone / Democracia y Derechos Humanos en la Globalización. Una Aproximación a Venezuela- REFLEXIÓN POLITICA AÑO 10 Nº19 JUNIO DE 2008ISSN 0124-0781 IEP - UNAB (COLOMBIA).
como la pobreza en Latinoamérica como en el resto del mundo no cede, así en
el 2002 95 millones son indigentes. El 43.4% de los habitantes en América
Latina vive debajo de los niveles de pobreza, cifra que superó en nueve
décimas referente al 2001 indudablemente ello genera desplazamiento de
sus poblaciones. (Varela, 2003)
Existe un discurso de doble sentido frente a los derechos humanos, dado
que por un lado se aceptan y se firman convenios y/o tratados
internacionales para su cumplimiento, pero por otra parte las violaciones
de los derechos humanos y las medidas jurídicas restrictivas, como por
ejemplo la movilidad humana, son permanentes y crecientes. Señala
Ribotta que: “El ejemplo más claro de esta paradoja lo podemos
encontrar en la política de los Estados Unidos, el estado que se arroga el
deber-derecho de proteger al mundo de las violaciones de los derechos
humanos, pero desde el cual se vetan resoluciones del Consejo de Seguridad
y se vota en contra de resoluciones de la Asamblea General cuando son
condenados ellos o sus aliados” (Ribottta,2003)
Frente a esta realidad discordante con la calidad humana y los derechos
humanos, la sociedad civil organizada debe asumir roles de mayor
participación, acción y presión, asumiendo una actitud de denuncia y
divulgación de las violaciones de los derechos humanos,
concertando redes nacionales e internacionales que fortalezcan sus acciones, o
sea, es necesario la globalización de la sociedad civil organizada en procura de
defender sus legítimos derechos en el campo social, económico, cultural y político.
(Varela, 2003)
Lo paradójico de la globalización es su pugna por el libre tránsito por las
fronteras desde un contexto universal, pero para la movilidad
poblacional, dueños del capital humano, no opera de igual manera, donde la
legislación migratoria se vuelve más controlista, severa, selectiva, apelando
a una política de seguridad nacional, se da así la contradicción que
encierra la globalización, porque cuando se trata de personas, de
seres humanos, quienes también buscan crecer en lo personal, social y
económico, la eliminación de las barreras y la apertura de fronteras no
opera y son más rígidas e inhumanas. (Varela, 2003)
Como consecuencia de la globalización en los países del sur en su
relación norte-sur se da un proceso de ajustes económicos, tendientes a la
privatización de las instituciones públicas y/a su disminución operativa, así
como a la reducción del Estado benefactor, con lo cual el triángulo de la
exclusión social se arraiga, donde cada día son menos los incluidos y más
los vulnerables que pasan a ser excluidos. (Varela, 2003)
Junto a la globalización económica en sentido estricto, asistimos también a la
globalización de la ciencia, la tecnología y la información; la globalización de la
comunicación, tanto en los medios de comunicación masiva y multimedia, como
en las nuevas formas de comunicación a través de Internet; y, en una
dimensión más siniestra, la globalización' del crimen organizado tiende a penetrar
las instituciones de gobiernos en numerosos países, con efectos perversos
considerables sobre la soberanía y la legitimidad políticas. (M. Castells, 2000)
El nuevo sistema global que se constituye a partir de redes de intercambio y flujos
de comunicación es a la vez extremadamente incluyente y extremadamente
excluyente. Incluyente de todo lo que tiene valor según los códigos dominantes en
los flujos y excluyente de todo aquello que, según dichos códigos, no tiene valor
o dejar de tenerlo. (M. Castells, 2000)
Las bases descriptivas destacadas por Albrow8, son retomadas por CEPAL al
afirmar que la globalización “es un proceso amplio de transformación tecnológica,
institucional y de orientación que está ocurriendo en la economía, el fenómeno y
sus elementos constitutivos no están claramente delimitados y globalización es
tanto un proceso como una fuerza propulsora y un resultado” (CEPAL,
1996,19)9. Este proceso asegura CEPAL exige de América Latina abrir su
8 Albrow, M. (1997), The global age, Stanford University Press, California.9 Miguel Contreras (1999) Topografía De Procesos Y Conceptos: Globalización, Mundialización Y Kairos Transformacional, Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura, 1999, Vol. V, No. 1 (ene-jun), pp. 149-176
mercado interno a la competencia mundial y descentralizar el Estado nacional,
reduciendo el papel de éste como regulador y compensador social. Se
desmantelan así las estructuras de integración social que produjo el
desarrollismo, sin substituirlas por otras equivalentes. (M. Contreras, 1999)
Por el contrario, se afirma la centralidad del mercado mundial, como mecanismo
de regulación económica. La globalización, juntamente con los fenómenos
de liberalización y desregulación en los países desarrollados, ha conducido al
establecimiento de redes productivas transnacionales, asegura CEPAL. (M.
Contreras, 1999)
Simultáneamente, estas tendencias perversas tratan de ser contrarrestadas por
movimientos cívicos de resistencia articulados a nivel global que pugnan por la
transformación de un sistema inicuo que sumerge a los derechos humanos en
la espiral del cálculo coste/beneficio. (A. Campuzano, 2002)
El debate actual sobre la ciudadanía hunde sus raíces en la teoría de los derechos
humanos y tiene consecuencias de primer orden no sólo a nivel de su
configuración sistemática sino también en el terreno de su realización práctica.
Consecuencias que afectan directamente a la universalidad de los derechos
humanos y a los postulados modernos de libertad, igualdad y solidaridad.
Permanecer indiferente ante esta realidad sólo puede significar una suerte de
connivencia contramoderna con las tendencias perversas de un sistema que se
resiste a ser domesticado y que, a medida que se independiza, se rebela contra
los principios que lo constituyen. (A. Campuzano, 2002)
En esta encrucijada, los derechos humanos sufren acometidas de signo muy
diverso que constriñen severamente su universalidad y que colocan el debate
sobre su realización práctica en las coordenadas de la violencia . Así, las grandes
instancias económicas supranacionales y las fuerzas anónimas del mercado
global limitan la realización de los derechos humanos al recurrir a la violencia
estructural del sistema para imponer sus propias reglas; los Estados nacionales
recurren a su aparato coactivo para imponer las normas que impiden el acceso y
disfrute de muchos derechos a los que no ostentan la nacionalidad; y los
movimientos antiglobalización reivindican un escenario más favorable a la
realización de los derechos humanos acudiendo en ocasiones al uso de la
violencia. (A. Campuzano, 2002)
América Latina entró al proceso globalizador con una cantidad de rezagos
acumulados por varias décadas, y que hoy se convierten en las principales
limitantes para su incorporación al crecimiento y desarrollo. Su irrupción en la
globalización se dio al calor de la crisis internacional de la deuda, y de los
subsecuentes programas de ajuste y cambio estructural característicos de la
década de los ochenta; cuyos resultados desembocaron en dramáticos
panoramas sociales, resumidos en un empobrecimiento masivo y una mayor
concentración del ingreso y la riqueza que llevaron a cuestionar el aspecto de la
calidad de vida de la población. Justamente fue en esta década cuando la pobreza
extrema adquirió carta de naturalización en varios países de América Latina, como
resultado del estancamiento productivo y la caída de la ocupación así como de las
devaluaciones y el agravamiento de la inflación (Cordera, 2000).
La CEPAL propone medidas como la “internacionalización de empresas”,
insertarse en “cadenas mundiales de valor” y promover “alianzas plurinacionales”
En realidad ninguna de estas proposiciones son novedosas, es dudoso que
representen alternativas efectivas frente a la crisis global, y habría que ver su
utilidad para las urgencias latinoamericanas actuales. Estas propuestas son
funcionales, por ejemplo, a procesos de fusión, adquisiciones y acuerdos, donde
unas grandes corporaciones se expanden internacionalmente instalándose
directamente en los países vecinos, o absorbiendo compañías nacionales. La
orientación de ese proceso es ganar eficiencias de escala y reducir costos
atendiendo la rentabilidad corporativa, pero sus beneficios para las economías
nacionales son discutibles (se pierden empresas locales, hay caída de puestos de
trabajo, aumenta la concentración y extranjerización empresarial, etc.). (Eduardo
Gudynas ,2009)
En la primera mitad de la década de los noventa, el crecimiento económico de
América Latina tuvo una recuperación que alcanzó 3%, llegando en 1997 a un
máximo de 5.3%. Sin embargo, hacia finales de los noventa se registró una caída
a 2.5%; y prácticamente en el último año el crecimiento fue negativo afectando
principalmente a los países sudamericanos, que en los inicios del siglo XXI,
tuvieron una muy débil recuperación. Lo más preocupante de estas tendencias
que ha seguido el crecimiento económico, es que no se ha logrado un mejoría en
el empleo formal ni siquiera en los períodos que han registrado recuperación
productiva; por el contrario, el sector informal se ha ido incrementando en la región
debido a que:
“la pérdida de empleos producto de las reestructuraciones productivas ha
desvalorizado el capital humano en la medida en que su experiencia de trabajo no
encuentra cabida en ocupaciones de productividad media y alta y
consecuentemente no tienen más alternativa que debatirse entre el desempleo
abierto o la inserción en sectores de baja productividad (Perspectivas de América
Latina en el Nuevo Contexto Internacional, 2001).
En 1999, 50% de la fuerza de trabajo de Latinoamérica se encontraba en el
desempleo abierto o bien en sectores de baja productividad; porcentaje que para
las áreas rurales era mucho mayor. Así, la desocupación alcanzó alrededor de
8.6% (más de 18 millones de personas), al mismo tiempo que se dio un deterioro
en la calidad de los empleos, dado que siete de cada diez nuevas plazas se
generaron en el sector informal (Naciones Unidas, 2001).
En la búsqueda por mantener o incrementar la competitividad de la economía a
nivel internacional, la organización del trabajo en América Latina durante los
noventa, tuvo cambios significativos que se caracterizaron por la precariedad. En
este sentido, se acentuó la desregulación laboral mediante la reducción de los
costos de mano de obra, las contrataciones de corta duración, la reducción de las
indemnizaciones por despido y del derecho de huelga, entre otras cosas. Esta
precariedad, por supuesto, se vinculó con menores remuneraciones, mayor
vulnerabilidad y pobreza. (L. Mota, 2002)
En relación con el ingreso, al finalizar los noventa, la mayoría de los países de
América Latina siguieron presentando un perfil de distribución caracterizado por la
elevada desigualdad, lo que ha colocado a este continente como la región más
inequitativa del mundo. Tal situación se expresa, en parte, en la elevada
proporción del ingreso total captada por 10% de los hogares de mayores recursos,
que supera 19 veces la que recibe en promedio 40% de los hogares más pobres.
(L. Mota, 2002)
La alta concentración de los ingresos existente en Latinoamérica se puede
constatar también a través del valor que alcanzan otros índices como el de Gini,
que permite comparar la situación distributiva entre distintos países y en diversos
periodos. Conforme a esto, al finalizar la década de los noventa dichos indicadores
mostraban que la distribución del ingreso per cápita tenía su concentración mayor
a nivel nacional en Brasil con un valor de 0.64, en tanto que Bolivia, Nicaragua y
Guatemala presentaban valores cercanos al 0.60. Sólo Costa Rica y Uruguay se
mostraron con menor desigualdad al exhibir un índice por debajo de 0.48.
(Naciones Unidas, 2001).
Su actual impacto es el resultado de la combinación de los cambios
ocurridos luego de la Segunda Guerra Mundial como los avances técnicos
científicos, la división internacional del trabajo, la transnacionalización el
capital, la revolución tecnológica, las innovaciones en las telecomunicaciones e
informática, en fin de la revolución del conocimiento. Así mismo, responde
también a la reestructuración del esquema fordista, al repunte de las políticas
de apertura y el final de la Guerra Fría. Todo esto trae como consecuencia
una mayor internacionalización, una nueva división internacional del trabajo,
una nueva configuración temporal y espacial que redefine las relaciones y
vínculos entre Estados y de los Estados con los demás actores
internacionales. Aunque la globalización no sólo abarca el ámbito económico,
éste ha sido su detonante y sus efectos están vinculados a él, propagándose
posteriormente a otras esferas de acción que son impactadas
directamente por los desequilibrios de la dinámica económica. (Villarroel P.,
Yetzy U, 2009)
En un mundo diseñado, en la práctica, bajo el parámetro de la desigualdad
entre países, la globalización adquiere diversos significados para
unos y para otros. Así como presenta facetas negativas también trae consigo
beneficios invaluables. Por esta razón dice Ugalde (1998: 102)10 que los
efectos “que provoca no son unilineales, sino que tienden a mover a las
sociedades en direcciones que aparentemente parecieran paradójicas y a
veces contradictorias”. Entre esas características que hacen de la
globalización una paradoja, señala Ugalde, el ser inclusiva y excluyente,
universalizadora y provocadora de nacionalismos, moderna y
desmodernizadora, uniformadora y diversificándola, democratizadora y
autocratizante, objetivadora y subjetivista. (Villarroel P., Yetzy U, 2009)
Según el profesor R. Falk, la estructura de la economía política global se
caracteriza por la extrema jerarquización y desigualdad en las circunstancias;
la privación aguda y la miseria masiva entre los pobres; y la erosión de la
autonomía del Estado como consecuencia de la acción de fuerzas no territoriales
del capital. Lo anterior llevó a Kohler, Susan George (1991), Ali Mazrui, Arjun
Makhijani (1992) y Thomas Schelling (1991)11, autores de análisis independientes
sobre la economía política global, a invocar el lenguaje del «apartheid
global» para definir uno de los aspectos esenciales de la estructura de la
economía mundial a partir de los primeros año de la década de los noventa del
siglo pasado. La metáfora del apartheid global es una advertencia y una
crítica que plantea la urgencia de adoptar medidas muy serias para superar la
división Norte-Sur. (L. Fernández, 2002)
El carácter negativo de esta dinámica consiste en imponer a los gobiernos la
disciplina del capital global de modo que estos promuevan la adopción de políticas
10 Tomado por, Villarroel P., Yetzy U. La globalización: efectos en el estado y el sistema internacional Aldea Mundo, vol. 14, núm. 27, enero-junio, 2009, pp. 55-62 Universidad de los Andes San Cristóbal, Venezuela11 Luis Fernández Briceño (2002) «LA GLOBALIZACIÓN DEPREDADORA. UNA CRITICA» Siglo XXI de España Editores Madrid 2002 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES.
economicistas en escenarios nacionales de decisión, subyugando las posiciones
de los gobiernos, los partidos políticos, los líderes y las elites, lo que a
menudo acentúa el sufrimiento de regiones y pueblos vulnerables y
desfavorecidos» Lo anterior produce la despolitización unilateral del Estado,
con lo que el liberalismo se convierte en «el único juego posible». La mentalidad
neoliberal se opone a los gastos sociales del sector público. La única reacción
general se ha expresado en forma de un renacimiento del apoyo al extremismo
nacionalista de derechas que acusa al gran capital y culpa a los inmigrantes del
alto nivel de desempleo y congelación de los salarios (L. Fernández, 2002)
La “globalización”, es, así, algo más que un concepto científico. De cierta manera,
hoy en día es un fetiche. Es decir, la palabra se utiliza con frecuencia sin ser
entendida en detalle, significando muchas veces lo opuesto, pero teniendo algo en
común: describe algo así como un poder oculto que agita al mundo, que determina
toda nuestra vida y que nos domina cada vez más. Sea como sea, prácticamente
no existe en la actualidad un problema social, ninguna catástrofe y ninguna
crisis, que no pudiera ser relacionada con la “globalización”. Al mismo
tiempo, se enlazan con ello tremendas esperanzas en un mundo unido, seguro,
pacífico; hasta se considera la posibilidad de un “gobierno democrático mundial”.
Es también bastante amplia la red de conceptos ideológicos relacionados con la
globalización, es, así, algo más que un concepto científico. De cierta manera, hoy
en día es un fetiche. Es decir, la palabra se utiliza con frecuencia sin ser entendida
en detalle, significando muchas veces lo opuesto, pero teniendo algo en común:
describe algo así como un poder oculto que agita al mundo, que determina toda
nuestra vida y que nos domina cada vez más. Sea como sea, prácticamente no
existe en la actualidad un problema social, ninguna catástrofe y ninguna crisis, que
no pudiera ser relacionada con la globalización”. Al mismo tiempo, se enlazan
con ello tremendas esperanzas en un mundo unido, seguro, pacífico; hasta se
considera la posibilidad de un “gobierno democrático mundial”. Es también
bastante amplia la red de conceptos ideológicos relacionados con la globalización:
se habla del mundo como de una “aldea global”, de una “sociedad mundial”
o aun de una “sociedad popular” (J. Hirsch, 1996)
Sin embargo, la creencia en la formación de una “sociedad mundial”, pacífica y
humana, es desmentida por todas las experiencias prácticas: proliferan tanto las
guerras entre naciones como las guerras civiles; se profundizan las divisiones
sociales tanto dentro de las sociedades particulares como también a nivel
internacional; el racismo, el nacionalismo y el “fundamentalismo” parecen devenir
cada vez más peligrosos y se despliegan movimientos de migración en masa, que
frecuentemente se topan con fronteras herméticamente cerradas, no solamente
aquella entre México y Estados Unidos. (J. Hirsch, 1996)
En medio del enredo de significados, ideologías y esperanzas, la tarea del análisis
científico es explicar con mayor claridad lo que debe entenderse por
“globalización” en tanto fenómeno sociopolítico, ubicar sus orígenes y determinar
sus consecuencias a largo plazo. Esto no es muy simple ya que se trata de
relaciones complejas entre factores técnicos, económicos, políticos e ideológico
culturales. Como ya se mencionó, sólo es posible una auténtica explicación de los
conceptos en el marco de una amplia teoría de la sociedad y su desarrollo. Me
refiero al tipo de análisis materialista histórico del capitalismo que se encuentra en
la tradición marxista. De acuerdo con mi forma de ver las cosas, este marco
teórico ofrece una posibilidad única para dar respuesta detallada a la pregunta
sobre los orígenes y el significado de la “globalización”. (J. Hirsch, 1996)
Las instituciones políticas se han globalizado a su manera, construyendo un
Estado red en el que los Estados nacionales se encuentran con instituciones
supranacionales como la Unión Europea o clubes de decisión como el G-8 o
instituciones de gestión como el FMI para tomar decisiones de forma conjunta.
Lejos queda el espacio nacional de representación democrática, mientras que los
espacios locales se construyen como resistencia más que como escalón
participativo. De hecho, los Estados nacionales no sufren la globalización, sino
que han sido sus principales impulsores, mediante políticas liberalizadoras,
convencidos como estaban y como están de que la globalización crea riqueza,
ofrece oportunidades y, al final del recorrido, también les llegarán sus frutos a la
mayoría de los hoy excluidos. (Manuel Castells, 2002)
El problema para ese horizonte luminoso es que la sociedades no son entes
sumisos susceptibles de programación. La gente vive y reacciona con lo que va
percibiendo y, en general, desconfía de los políticos. Y, cuando no encuentra
cauces de información y de participación, sale a la calle. Y así, frente a la pérdida
de control social y político sobre un sistema de decisión globalizado que actúa
sobre un mundo globalizado, surge el movimiento antiglobalización, comunicado y
organizado por Internet, centrado en protestas simbólicas que reflejan los tiempos
y espacios de los decisores de la globalización y utilizan sus mismos cauces de
comunicación con la sociedad: los medios informativos, en donde una imagen vale
más que mil ponencias. (Manuel Castells, 2002)
El desarrollo del moderno derecho internacional, los derechos y garantías
consagrados en las constituciones liberales, la democracia como forma de
organización del ejercicio del poder y de la resolución de conflictos, son logros
fundamentales. Pero lo auténticamente novedoso es la creación de un ámbito de
supranacionalidad como regulador del comportamiento estatal. En ese ámbito
habitan mecanismos, instituciones y organizaciones metanacionales constituidas,
paradigmáticamente, por los estados-nación. No son metaestados, sino “clubes”
en los que los miembros gozan de igualdad formal y se reservan para sí el poder
final de decisión. Pero cuando forman parte de organismos colegiados y cuando
aceptan y ratifican lo actuado por los órganos generales, quedan jurídica y
moralmente obligados ante la organización correspondiente. Se ha comparado la
importancia del nacimiento y desarrollo de la supranacionalidad con la de la
constitución del orden internacional clásico y la formación de los estados-nación.
Comparto el punto, y agrego: el fenómeno de los derechos humanos es el
acontecimiento paradigmático que se ha dado en su seno. (E. Rabossi, 2007)
Adviértase que hablo de supranacionalidad y no de transnacionalidad. Es un
error usarlos como sinónimos. La transnacionalidad, jurídicamente anómica,
caracteriza la versión actual de la globalización. Es horizontal y ajena a la idea de
un sistema-mundo organizado. La supranacionalidad, en cambio, caracteriza los
procesos de control del comportamiento estatal. Es vertical y consistente con la
idea de un sistema-mundo organizado. Por cierto que estamos muy lejos de contar
con mecanismos aptos que garanticen la paz, tanto en sentido negativo (control de
la violencia directa) como en sentido positivo (control de la violencia indirecta). Lo
que se ha logrado construir es joven (apenas unos cincuenta años de edad) y muy
imperfecto. Las grandes preguntas son, ¿cómo mejorar lo que tenemos? ¿qué
proponer en su lugar?, ¿sobre qué bases podemos diseñar, aunque sólo sea
hipotéticamente, un sistema-mundo deseable? (E. Rabossi, 2007)
Las posibilidades inherentes de la globalización y los enormes progresos de la
ciencia y la tecnología que la acompañan, los beneficios que aporta, pero
también las preguntas legítimas que suscita en cuanto a sus riesgos, desvíos o
posibles abusos, ponen de relieve un concepto que se encuentra en la fundación
misma del sistema de las Naciones Unidas, y por ende de la UNESCO: el de la
universalidad. En su significado actual, la universalidad se ha de percibir como
la expresión de la voluntad de los miembros de la comunidad internacional de
trabajar juntos para edificar un sistema que, por encima y más allá de la
política y la economía, se rija por consideraciones éticas. En efecto, la ética, o los
valores éticos, es lo que constituye el verdadero desafío de esta “globalización con
rostro humano” que tantos anhelan. La globalización es en primer lugar y ante
todo un proceso económico y financiero. Es además un proceso científico y
tecnológico, cuyas nuevas tecnologías de la información y la comunicación, que
han tejido alrededor del mundo una red de enlaces tan densos como
flexibles, ofrecen una imagen espectacular. Pero es también y sobre todo un
proceso cultural, razón por la cual es un tema de interés para la UNESCO.
La globalización está difundiendo e imponiendo una nueva economía y, por lo
tanto, una nueva forma de organización social, basada en el saber. ¿Cómo lograr
que este saber, que circula por todas partes y crea nuevas riquezas,
redunde en provecho de todos, en lugar de producir formas nuevas y
extremas de exclusión y marginación? ¿Cómo lograr asimismo que en este
universo de intercambios de información, conocimientos, signos y símbolos,
todos los individuos sean a un tiempo receptores, remitentes y productores?.
Koïchiro Matsuura (2000).
Siempre hubo “formas deliberadas y efectivas para encuadrar y guiar a las
personas comunes para que entiendan las oportunidades en la vida” (Winner, p.
67), y que cambiasen su modo de vivir en función de estas oportunidades.
Inventar tipos de personas que van hacer uso de ella, o sea, viejas prácticas,
relaciones sociales, y hasta identidades deben cambiar. Muchos de los valores
respecto a la soberanía política, control de la natalidad, estructura familiar,
creencias y costumbres, derechos humanos y todo lo demás, necesitan ser
revistos para adaptarse a las sociedades post-industriales en un escenario de
globalización total. En resumen, estaríamos frente a nuevas tendencias, a saber
(segun Lamb, 1996, p. 68)12: Desigualdad de condiciones frente a decisiones
fundamentales respecto a lo que se va a desarrollar y porque.
. Estrategias orquestadas para encuadrar y dirigir la vida de las personas tanto en
relación a su trabajo cuanto a su consumo.
. La presentación del futuro de la sociedad como algo innegociable.
. El énfasis en la gratificación del individuo más que en la solución de los
problemas colectivos y en la definición de sus responsabilidades.
. Diseño de estrategias que ocultan y ofuscan importantes dominios de la
complejidad social.
Información, en última instancia, es el ingrediente-llave de toda esta nueva
ingeniería social en desarrollo. (A Carvalho, 1996)
En las últimas décadas las transformaciones del mercado de trabajo aumento
de la tasa de desempleo, de la informalidad, de la flexibilización laboral, la
caída de ingresos en un número creciente de hogares desencadenaron un
proceso de exclusión social que afecta a un número creciente de población
que reside fundamentalmente en las grandes urbes. Proceso que, a su vez,
inciden en la fisonomía de la ciudad como lo demuestra la segmentación socio
12 Tomado de, 1. Antonio Lisboa Carvalho de Miranda (1996) Globalización y sistemas de información: nuevos paradigmas y nuevos desafíos Ciência da Informação - Vol 3, número 3, 1996 - Ponto de Vista
espacial que hoy se observa en las principales metrópolis latinoamericanas. Sin
duda, que es el gobierno local el lugar más adecuado, por su proximidad y
capacidad para captar la variedad de riesgos a los que está expuesta la
población y, por lo tanto, para producir políticas que atienda a la población y que
reduzca las brechas que afectan la cohesión social. (Jordi Borja, 2002)
Cambios en la representación política. La participación ciudadana en los
procesos decisorios es un componente fundamental para crear las bases de
una gobernabilidad democrática en nuestras ciudades. Un bueno gobierno no es
sólo aquel que hace un uso responsable y eficiente de los recursos sino el que,
además, tiene en cuenta las formas como se procesan y atienden las demandas
ciudadanas. Es en el ámbito local donde la participación ciudadana tiene mayores
posibilidades de ser efectiva. Más aún, es en el barrio, donde las personas
acceden, en condiciones diferenciales, a bienes y servicios que conforman la
dimensión social de la ciudadanía. (Jordi Borja, 2002)
5. CONCLUSIONES
En toda la bibliografía que se pudo evaluar siempre se hayo el contraste de la
globalización salvaje y capitalista, que en nuestra opinión es en algunas ocasiones
exagerada y las bondades muchas veces ignoradas, sin embargo los estados
necesitan respetar los derechos humanos, que son inherentes a nuestra existencia
sobre la tierra y que deben ser cumplidos sin excepción, pues es esta una vía
confiable y con valores que puede solucionar muchos de los problemas sociales
que se ven en Latinoamérica, tales como, la pobreza extrema, la exclusión, la
marginación y la violencia. Sin embargo las bondades integrantes de la
Globalización pueden ser utilizadas de manera propia y no de forma egoísta y
centro capitalista como se ha venido utilizando comúnmente y estados coercitivos
que constantemente violan los derechos humanos por ejemplo el caso de
Venezuela el 2 de Abril del 2002 en el cual se puede vislumbrar que la falta de
sanciones a las personas que violan los derechos humanos pueden ser
sancionados correctamente por las organizaciones internacionales, creando así un
ambiente de solidaridad y respaldo a las poblaciones y países que han sido
flagelados.
Otros aspectos que deben ser tomados muy en cuenta son los factores culturales
que constantemente son bombardeados a nuevas generaciones que vislumbran
ideales y actitudes que no coinciden con los de su procedencia, sin embargo es
correcto decir que una conmoción culturalmente globalizadora ha permitido que
las interacciones entre culturas sean más naturales, y los shocks que se tienen en
el proceso de migración son disminuidos, por lo tanto, cabe decir que los métodos
globalizantes como la internet y las telecomunicaciones han creado parámetros y
modos de vida que hace muchos años no se podía concebir, y que dependiendo
de las medidas de los estados y del propio conocimiento cultural y humanístico la
Globalización como fenómeno incluyente de lo social, político y económico puede
brindar resultados positivos para América Latina y toda su población.
Se debe tener en cuenta de igual forma que el actual modelo económico ha sido
un factor fundamental en la violación de los derechos humanos pues, mecanismos
de integración altamente promovidos por la CEPAL como la transnacionalización
y la subcontratación han llevado a crisis económicas en regiones que se
respaldaban en empresas locales que por motivos de maximización de la
producción y maximización de las utilidades han cambiado sus locaciones o
subsidiarias a lugares donde se pueda aprovechar mejor los factores de
producción, esto ha tenido como consecuencia que en muchos lugares la
violencia, la prostitución, las enfermedades y el hambre extrema tengan una
amplia presencia dentro de la población.
Por lo anteriormente mencionado es preciso mencionar o preguntarse si los
organismos internacionales están cumpliendo su labor como entes
supranacionales que vigilan y evalúan el desempeño de las naciones en cuanto al
cumplimiento de las normas económicas legales, así como el cumplimiento de su
constitución y aun mas importante el cumplimiento de los derechos humanos,
pues podemos ver evidenciados en varios países de Latinoamérica como
Colombia y Venezuela en los que la violencia, el hambre y la delincuencia común
son una problemática diaria sin embargo no se controla, ni se mantiene planes
constantes para la erradicación de los mismos.
Para terminar es necesario recalcar muchas veces las posiciones hipócritas de los
estados y de las organizaciones internacionales, pues están a favor de un modelo
económico que solo trae miseria a las poblaciones ya vulnerables por la violencia,
el hambre y las condiciones geográficas de algunos territorios, el estado y las
organizaciones internacionales deben proveer a la sociedad las garantías para
vivir de manera digna y sobre todo respetando los derechos humanos que son una
parte importante de la utopía que sería una vida con necesidades satisfechas.
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