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George Novack, Para Comprender La Historia , 06-12-11

Jul 21, 2015

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Juan Cristobal

excelente estudio sobre la concepción materialista de la historia
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PARA COMPRENDER LA HISTORIAGEORGE NOVACK Con un apndice "La importancia de la interpretacin de Novack" y "Cuatro tesis sobre la colonizacin espaola y portuguesa", De Nahuel Moreno.

Edicin original Understanding History Pathfinder Press, Inc., New York Traduccin de Marta Campos

Ediciones Pluma, Buenos Aires, 1975 Printed in Argentina. Impreso en la Argentina Queda hecho el depsito que marca la ley 11.723

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INDICEINDICE .................................................................................................................... 2 NOTA DE LOS EDITORES..................................................................................... 3 INTRODUCCION .................................................................................................... 4 CAPITULO I ............................................................................................................ 8 PRINCIPALES TEORIAS DE LA HISTORIA DESDE LOS GRIEGOS HASTA EL MARXISMO............................................................................................................. 8 CAPITULO II ......................................................................................................... 19 LA PERSPECTIVA DE LA HISTORIA.................................................................. 19Cmo lleg la humanidad a la civilizacin .................................................................... 19 El curso principal de la historia norteamericana y su prxima etapa ............................. 31

CAPITULO III ...................................................................................................... 44 DE LENIN A CASTRO ........................................................................................ 44 El rol del individuo en el proceso histrico ...................................................... 44 CAPITULO IV ...................................................................................................... 51 DESARROLLO DESIGUAL Y COMBINADO EN LA HISTORIA MUNDIAL . 51El curso desigual de la historia..................................................................................... 51 El desarrollo combinado y sus consecuencias ............................................................. 61 Las desproporciones del desarrollo norteamericano .................................................... 69 Cmo aplicar una ley de la sociologa.......................................................................... 73 Respuesta de George Novack ..................................................................................... 74

CAPITULO V ....................................................................................................... 79 EL DESARROLLO DESIGUAL DEL PROCESO REVOLUCIONARIO MUNDIAL ............................................................................................................. 79 CAPTULO VI ...................................................................................................... 90 LAS FORMACIONES HIBRIDAS Y LA REVOLUCION PERMANENTE EN LATINOAMERICA .............................................................................................. 90 APENDICE............................................................................................................ 99 LA IMPORTANCIA DE LA INTERPRETACION DE NOVACK ...................... 99 CUATRO TESIS SOBRE LA COLONIZACION ESPAOLA Y PORTUGUESA.................................................................................................. 101

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NOTA DE LOS EDITORESEdiciones Pluma prosigue, con la publicacin de este libro, la difusin en los pases de habla castellana de la obra del estudioso marxista George Novack, Ya hemos presentado su Introduccin a la lgica marxista, en 1973, cuya segunda edicin ya est en plaza. "Para comprender la historia" es un conjunto de trabajos que el mismo autor reuni en un libro. La mayor parte de ellos se editan por primera vez en castellano. "La perspectiva de la historia" se edit por primera vez en ingls en 1960, como folleto, por Pioneer Publishers (New York). "La ley del desarrollo desigual y combinado ", editado por Merit Publishers en su idioma original en 1958, apareci en nuestro idioma en Estrategia (Buenos Aires, octubre 1965) firmado por W. Warde, y nuestra editorial tambin lo public en 1973. La versin que ofrecemos en Para comprender la historia es una nueva traduccin segn el original publicado por Pathfinder Press. "El desarrollo desigual del proceso revolucionario mundial" apareci en ingls en Fifty Years of World Revolution, en 1968, editado por Merit Publishers. "Las formaciones hbridas y la revolucin permanente en Amrica Latina" se public originalmente con el titulo "Hybrid Socioeconomic Formations and how to Detect them" en la edicin del 16 de noviembre de 1970 de Intercontinental Press. En castellano apareci por primera vez como "El carcter de la colonizacin latinoamericana. Su desarrollo desigual y combinado", en el nmero 4 de Revista de Amrica, Montevideo, 1971, con una introduccin de Nahuel Moreno que incluimos en el apndice. Pese a la variedad de los temas que abarcan los artculos, presentan una unidad fundamental definida por el mismo autor: "Todos ellos constituyen una aplicacin del mtodo marxista al anlisis de algunos de los problemas ms intrincados del proceso histrico". En el apndice incluimos la introduccin de Nahuel Moreno, ya mencionada, al ltimo de los artculos de Novack que reproducimos en este libro: "La importancia de la interpretacin de Novack" y otro trabajo del mismo autor: "Cuatro tesis sobre la colonizacin espaola y portuguesa". Ambos fueron publicados en Feudalismo y capitalismo en la colonizacin de Amrica. Buenos Aires. Ediciones Avanzada, 1972. Creemos que estos trabajos de Moreno no slo constituyen un buen complemento que esclarece sobre los problemas metodolgicos planteados por Novack: tambin profundizan sobre uno de los temas claves de esta coleccin: la colonizacin de Amrica. Caracterizarla no es una discusin acadmica. Tiene estrecha relacin con el carcter y la estrategia de la revolucin latinoamericana y con la particular combinacin de tareas democrticas y socialistas que se le presentan a la vanguardia obrera y popular en todos nuestros pases.

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INTRODUCCIONLos artculos recopilados en el presente volumen fueron escritos durante los ltimos quince aos, en distintas ocasiones y en respuesta a preguntas tericas y polticas planteadas en el seno del movimiento socialista. Cubren una amplia gama de temas, desde la interpretacin de la historia en su conjunto hasta la caracterizacin de las fuerzas sociales capaces de imprimir una nueva direccin a su curso. Todas ellas procuran aplicar el mtodo marxista de anlisis a algunos de los problemas del proceso histrico que crean ms confusin. El primer ensayo, "Principales teoras de la Historia desde los griegos hasta el marxismo", es una discusin de las teoras premarxistas de la historia, que rastrea los esfuerzos realizados por las mentes ms lcidas durante 2.500 aos para arrojar luz sobre el curso del acontecer humano y hacerlo inteligible. Este es asimismo el objetivo principal del mtodo marxista en sociologa. El materialismo histrico busca descubrir y formular las leyes que han regido las actividades y los logros de la humanidad desde el surgimiento de los humanoides hasta la actualidad. Es este lapso, que abarca ms de un milln de aos, demasiado colosal y complejo para ser comprendido al menos en sus principales lneas de evolucin? Hay muchos escpticos que, sobre una base u otra, afirman que el progreso de la humanidad desde la organizacin social ms primitiva hasta la era nuclear est ms all del alcance de la investigacin cientfica y debe permanecer por siempre cerrado al conocimiento humano. El materialismo histrico rechaza todas las variantes del escepticismo y del irracionalismo. desde el existencialismo hasta el positivismo, que en principio y apriorsticamente obstruyen la posibilidad o niegan la necesidad o la conveniencia de adquirir una percepcin profunda del proceso histrico. Como Vico, los partidarios del materialismo histrico creemos que, ya que la historia engloba y registra todo lo que hemos hecho, los seres humanos podemos finalmente averiguar mediante sucesivas aproximaciones lo que nuestra especie ha llevado a cabo. Y por qu. El anlisis de las ms importantes corrientes de la teora histrica desde los antiguos griegos indica que stos se preocupaban por indagar sobre las fuerzas motrices de la historia y por trazar el modelo de su desarrollo. Aunque los efectos de estas contribuciones a la ciencia de la historia no han sido tan trascendentales para nuestras vidas como los descubrimientos de las ciencias naturales, sus resultados han producido un efecto acumulativo y perdurable. Sus hallazgos vlidos sobre la filosofa de la historia en los ltimos 2.500 aos han sido evaluados e integrados crticamente a la' estructura del materialismo histrico, el instrumento ms seguro y completo para analizar y sintetizar las obras de la raza humana. "La perspectiva de la historia" ofrece un informe popularizado sobre la evolucin desde el pez hasta la raza humana, desde el salvajismo hasta la civilizacin, y desde la vida de los indios hasta el capitalismo contemporneo en los Estados Unidos. Es un bosquejo sumamente simplificado de ese inmenso e intrincado proceso de evolucin. Los hechos expuestos son ampliamente conocidos, pero la interpretacin que se presenta en estas pginas difiere de la que se ensea en las escuelas y universidades de la Amrica capitalista. Esta introduccin al estudio de la marcha de la humanidad desde el punto de vista del socialismo cientfico est dirigida especialmente a las mentes recin abiertas de la joven generacin, que se preocupan por los problemas fundamentales de la vida y buscan afanosamente esclarecerse sobre los principales problemas de la lucha social y poltica. Sus argumentos apuntan hacia dos nociones predominantes que pretenden reforzar los prejuicios antisocialistas y apoyan la conviccin de la santidad y eternidad del sistema existente. Una es la idea de que es imposible, indeseable y algo as como no cientfico buscar el curso central del desarrollo de la historia, sobre todo de la historia de la civilizacin; asociar sus etapas sucesivas y colocarlas en una secuencia correcta; distinguir lo inferior de lo superior e indicar la naturaleza del prximo paso adelante. El segundo prejuicio, aunque apoyado por el primero, es ms especfico: el supuesto de que el rgimen capitalista de los Estados Unidos encarna un tipo de organizacin insuperable.

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Estas proposiciones son errneas en teora y totalmente reaccionarias en sus consecuencias prcticas. El socialismo tiene el mrito de explicar cmo y por qu el descontento creciente entre los oprimidos y los explotados y su lucha por una mejor forma de vida son razonables y se basan en premisas cientficas. El impulso de las masas trabajadoras hacia una reorganizacin fundamental de la estructura social y poltica capitalista armoniza con la tendencia del progreso humano. "De Lenin a Castro" trata sobre el fascinante y eterno problema del lugar y el peso del individuo en la historia. Las respuestas dadas a este problema van desde la omnipotencia hasta la nulidad. La primera y ms superficial concepcin de la historia elev al individuo, en la persona del sagrado monarca, al rol de dictador todopoderoso de la vida y el destino humano. Luego aquellos que se encontraban bajo el influjo del determinismo mecanicista, durante los siglos XVIII y XIX, despojaron al individuo de todo poder para forjar el curso de los acontecimientos. El materialismo histrico rechaza ambos extremos. Adopta un criterio dialctico sobre la accin recproca de los elementos objetivos y subjetivos del desarrollo histrico. Da prioridad a las fuerzas que estn por encima del individuo en los procesos mltiples de la determinacin histrica y sostiene que lo estrictamente personal es secundario. Dentro del contexto de condiciones objetivas, creadas histricamente, un individuo es capaz de imprimir su sello sobre el ritmo y el modelo de los acontecimientos. El grado de esa influencia puede variar desde el mnimo absoluto, pasando por el trmino medio ejercido por cualquier otro miembro de la misma poca o clase, hasta un impulso mximo. Las masas son los principales artfices de la historia. Pero un individuo puede ser de crucial importancia en momentos excepcionales del proceso histrico, cuando la intervencin o la inercia resultan decisivas para impulsar el movimiento de masas en uno u otro sentido. La experiencia del rgimen de Stalin en la Unin Sovitica, y luego la China Comunista bajo el "pensamiento de Mao Tse-tung". han dado una gran relevancia poltica a la cuestin de la funcin del individuo en la historia. Reaccionando contra el gobierno unipersonal de Stalin y el consiguiente culto a la personalidad, los idelogos soviticos de la actualidad han vuelto a la idea de que el pueblo es la fuerza decisiva en el desarrollo histrico e insisten en que el marxismo es incompatible con "la ciega adoracin a un gran hombre, supuestamente dotado de capacidad sobrehumana para hacer la historia a su voluntad". Este es un paso adelante con respecto a las aberraciones de la era estalinista. Sin embargo, falta an que los estudiosos soviticos presenten una explicacin materialista objetiva de la vuelta de su pas a la ideologa del despotismo oriental. El profesor Lewis Feuer describe sus entrevistas con ms de ciento cincuenta socilogos y filsofos durante una visita de dieciocho semanas a la Unin Sovitica en 1963. Cuando pregunt si los problemas sociolgicos y filosficos que surgen del fenmeno del culto les preocupaban en algn sentido, "la respuesta ms frecuente que reciba (era) 'eso no es problema mo' ". A pesar de esta candida desaprobacin, sta sigue siendo la cuestin ms urticante para la mayora de los ciudadanos soviticos. Desgraciadamente, los intelectuales comunistas no han podido aplicar el materialismo histrico para solucionarla. Se los ha impulsado a atribuir el culto a la personalidad a los errores y las caractersticas patolgicas de Stalin. Este procedimiento circular de explicar el culto al individuo mediante los actos de un individuo deja sin respuesta la cuestin bsica: Cmo pudo haber surgido y fijarse una supersticin as en una nacin esclarecida que haba triunfado sobre el capitalismo, haba adoptado el marxismo y estaba avanzando hacia el socialismo? Aquellos estudiosos soviticos que quieren ser fieles al marxismo no han asumido esta posicin insostenible por propia eleccin. Les ha sido impuesta por los sucesores de Stalin, que temen las consecuencias de permitir un examen exhaustivo de un asunto tan espinoso. Si las mentes crticas fueran a pensar en sus implicancias, eso los llevara a estar de acuerdo con las conclusiones tericas y polticas de los marxistas que se opusieron a la dominacin de la burocracia en los pases comunistas.

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El principal de ellos fue Len Trotsky, quien se preocup por el problema luego de la muerte de Lenin y le dedic muchas pginas durante su ltimo exilio. Este sigui el desarrollo del culto a Stalin paso a paso, exponiendo las razones de su preponderancia al mismo tiempo que lo combata. Trotsky demostr que su gnesis estaba en poderosos factores histricos objetivos. Sus races se podan encontrar en las derrotas de la clase obrera mundial a partir de 1918, la postergacin de la revolucin proletaria en los pases altamente industrializados, el prolongado aislamiento que sufri la primera repblica obrera, oprimida por el cerco imperialista, el atraso econmico y cultural heredado de Rusia, que entr en conflicto con su estructura poltica sumamente avanzada, el aplastante predominio del campesinado sobre el proletariado, el desgaste de las masas soviticas y su prdida de fe en las perspectivas inmediatas de la revolucin mundial. Las manifestaciones polticas y sociales de estos reveses fueron la burocratizacin del estado sovitico y el conservadorismo del Partido Comunista que lo encabezaba. Ocurrieron cambios profundos en su funcin, direccin y orientacin: la destruccin de la democracia sovitica y partidaria, el aplastamiento del ala leninista del partido y la sustitucin del internacionalismo por consideraciones estrictamente nacionales rusas. Esto cre las condiciones previas para la instauracin de una nueva aristocracia y para su dominacin desptica. La tirana de Stalin tuvo su origen en circunstancias econmicas e histricas especiales. La capacidad productiva sovitica estaba muy por debajo de lo que la igualdad y la abundancia socialista exigan, incluso estaba por debajo de los niveles de los pases capitalistas ms ricos. El sistema poda proveer bienes de consumo suficientes como para otorgar privilegios a unos pocos, pero no para elevar el nivel de vida de la masa. Dadas estas circunstancias de escasez, era un poder supremo quien tena que decidir quin iba a obtener qu cosa y cunto. Una vez extirpadas las instituciones por medio de las cuales las masas ejercan un control democrtico, los capitostes del partido monoltico, fusionados con la administracin estatal, monopolizaron todos los poderes de decisin y los medios de coercin para ponerlos en vigencia. Pero esta misma casta de advenedizos necesit un amo, un rbitro tan indiscutible como ellos mismos, pero que pudiera arreglar las disputas internas garantizando al mismo tiempo su poder soberano. La burocracia cre este promotor omnipotente y omnisciente de sus intereses a su propia imagen. Stalin, el individuo, fue elevado a la cima y all se lo mantuvo durante casi tres dcadas porque satisfaca las exigencias del conjunto de la nueva lite. El culto al individuo alimentado por el estalinismo era la antitesis del espritu y los principios del socialismo cientfico, y Trotsky lo explic aplicando las enseanzas y los mtodos de este ltimo. El desvo de la marcha de la revolucin rusa no se produjo a causa de algn pecado original (la sensualidad del poder) ni por los vicios inherentes al bolchevismo (sus supuestas tendencias totalitarias). Fue producto de una conjuncin especfica de circunstancias que viciaron los primeros pasos de la transicin de una sociedad de clases al socialismo. La interpretacin marxista de este hecho poltico de la vida sovitica tena un corolario lgico. Cuando las condiciones internacionales e internas que generaron y sostuvieron la autocracia estalinista y su ideologa correspondiente cambiaran, el culto se debilitara y sera dejado de lado. Este ha sido el significado del descrdito de Stalin y de las reformas que sus sucesores introdujeron bajo la presin de las masas. Hasta ahora, se han limitado a aquellas concesiones compatibles con la preservacin de los privilegios de la burocracia y el monopolio del poder poltico. Sin embargo, el proceso de desestalinizacin no puede ser arbitraria e indefinidamente cercenado para servir a las necesidades de la casta gobernante. Hay una tendencia irreversible a la confrontacin directa entre el rgimen y el pueblo, para decidir si la Unin Sovitica ser desburocratizada completamente y volver a la democracia. La utilidad prctica del materialismo histrico est ejemplificada en su capacidad para explicar tanto el predominio del culto a la personalidad como las razones para su anulacin. La posibilidad que ofrece el marxismo de penetrar en las fuentes del burocratismo en las sociedades poscapitalistas (y la centralizacin del poder soberano en un individuo, que puede ser el resultado del ahogo de la democracia obrera) es indispensable para combatir estas tendencias tan perjudiciales para el avance del socialismo.

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La serie de ensayos que le siguen, "El desarrollo desigual y combinado en la historia", presenta variaciones sobre un solo tema: la ley del desarrollo desigual y combinado, que Len Trotsky fue el primero en formular. Constituyen la discusin ms extensa de estos aspectos fundamentales y universales de la historia humana en la literatura, marxista o de otro tipo. Aunque los crculos histricos, sociolgicos y polticos no estn an familiarizados con esta ley, constituye una de las herramientas ms verstiles para descifrar problemas que de otra manera crean confusin en esos terrenos. Tomemos, por ejemplo, esta descripcin tipo camafeo del panorama de la India, tomada del primer capitulo del autorizado libro del fallecido Prof. D. D. Kosambi, Ancient India (La antigua India). Las diferencias culturales entre los habitantes de la India, incluso en la misma provincia, distrito o ciudad son tan amplias como las diferencias fsicas entre las diversas regiones del pas. La India moderna produjo en Tagore una figura notable de la literatura mundial. A muy corta distancia de la ltima residencia de Tagore pueden encontrarse santalos y otros pueblos primitivos analfabetos que todava no se han percatado de la existencia de Tagore. Algunos de ellos recin salen de la etapa de recoleccin de alimentos. Un moderno e imponente edificio urbano, un banco, un edificio pblico, una fbrica, o un instituto cientfico pueden haber sido diseados por algn arquitecto europeo o por su discpulo indio. Los infortunados trabajadores que lo construyeron usaron por lo general las herramientas ms rudimentarias. Su paga puede haberse efectuado en una suma global pagada a un capataz, que resulta ser, al mismo tiempo, el jefe de la cuadrilla y la cabeza de su clan. Por cierto que estos trabajadores rara vez pueden percatarse de la naturaleza del trabajo que las personas para lasque erigieron las estructuras llevan a cabo. Las finanzas, la administracin pblica, la complicada produccin mecanizada de una fbrica, y la misma idea de ciencia estn ms all del alcance mental de estos seres humanos que han vivido en la miseria, en la franja de tierras sobrecultivadas o en la selva. La mayora se ha visto empujada por el hambre de la jungla a terminar siendo la forma ms barata de mano de obra para trabajos pesados en la ciudad (pg. 2). En un mismo lugar, aparece toda una gama de tipos histricos, que van desde el recolector de alimentos, la etapa ms rudimentaria de la actividad social, hasta los cientficos, que representan el punto ms alto del desarrollo humano. Esta inmensa diversidad ha convergido en la construccin de ese instituto cientfico por mtodos que combinan la arquitectura y las instalaciones ms modernas con el uso de las herramientas ms rudimentarias, una fusin de control capitalista con supervivencias feudales y tribales en el proceso de produccin. He aqu una imagen vivida de la importancia del desarrollo desigual y combinado para comprender formas sociales y fenmenos histricos sumamente heterogneos. Estos ensayos explican los elementos de esta ley doble y muestran cmo se manifiesta en la historia mundial, en las sucesivas etapas de las revoluciones democrtico burguesas y en las revoluciones socialistas del siglo XX.

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CAPITULO I PRINCIPALES TEORIAS DE LA HISTORIA DESDE LOS GRIEGOS HASTA EL MARXISMOLos materialistas histricos no seran fieles a sus propios principios si no consideraran-su mtodo de interpretacin de la historia como el resultado de un proceso largo, complejo y contradictorio. La humanidad ha estado haciendo historia durante un milln de aos o ms, mientras avanzaba desde su condicin de primate hasta la era atmica. Sin embargo, una ciencia de la historia capaz de determinar las leyes que rigen nuestras actividades colectivas a travs de las pocas es una adquisicin relativamente reciente. Los primeros intentos de obtener una visin de conjunto de la larga marcha de la historia humana, estudiar sus causas y establecer sus sucesivas etapas fueron realizados recin alrededor de dos mil quinientos aos atrs. Esta tarea, como tantas otras del campo terico, fue emprendida originariamente por los griegos. Tener sentido de la historia es un requisito previo para elaborar una ciencia de la historia. Esta no es una capacidad innata sino cultivada, generada histricamente. La discriminacin del paso del tiempo en un pasado, un presente y un futuro bien definidos tiene su origen en la evolucin de la organizacin del trabajo. La percepcin humana de la vida como resultado de la acumulacin de acontecimientos consecutivos y cambiantes ha adquirido amplitud y profundidad con el desarrollo y la diversificacin de la produccin social. El calendario no aparece entre los recolectores de alimentos sino en las comunidades agrcolas. Los pueblos primitivos, desde el salvajismo hasta las etapas superiores del barbarismo, se preocupan tan poco por el pasado como por el futuro. Sus experiencias y lo que hacen forma parte de una historia universal objetiva. Pero ellos permanecen inconscientes del lugar especfico que ocupan o del papel que desempean en el progreso de la humanidad. La misma idea de avance histrico de una etapa a la siguiente es desconocida. No tienen ninguna necesidad de investigar sobre las fuerzas motrices de la historia o de destacar las fases del desarrollo social. Su conciencia colectiva no ha alcanzado el punto en que aparece un criterio histrico o una comprensin sociolgica. El bajo nivel de su capacidad productiva, la inmadurez de sus formas econmicas, la estrechez de sus actividades y lo magro de su cultura y de sus relaciones se manifiestan en sus criterios sumamente restringidos sobre el curso de los acontecimientos. Los conocimientos histricos que posean las mentes primitivas pueden medirse en las siguientes observaciones realizadas por el sacerdote jesuita Jacob Baegert en su Account of the Aboriginal Inhabitants of t h e Californian Peninsula [Descripcin de los aborgenes de la Pennsula de California], escrito hace doscientos aos. "Ningn californiano est enterado de los acontecimientos que se produjeron en el pas antes de su nacimiento, ni siquiera sabe tampoco quines fueron sus padres si los ha perdido en su infancia [...] Los californianos [...] crean que California constitua el mundo entero, y que ellos eran sus nicos habitantes; porque no iban hacia nadie y nadie vena a verlos a ellos, mantenindose cada pequeo pueblo dentro de los lmites de su reducido distrito." En las pocas prehispnicas, notaban slo un acontecimiento repetido, la cosecha del fruto de la pitahaya. As, un lapso de tres aos era llamado tres pitahayas. "Sin embargo rara vez hacen uso de tales frases, porque casi nunca hablan entre ellos de aos, sino que simplemente dicen 'hace mucho' o 'no hace mucho", resultndoles totalmente indiferente si han pasado dos o veinte aos desde un determinado acontecimiento." Hasta varios miles de aos atrs, los pueblos daban por sentada su propia organizacin de relaciones sociales. Les pareca tan fija como el cielo y la tierra y tan natural como sus ojos y orejas. Los primeros pueblos ni siquiera se discriminaban a s mismos del resto de la naturaleza, ni trazaban una lnea definida de demarcacin entre ellos mismos y otras criaturas vivientes de su

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hbitat. Les llev mucho tiempo aprender a distinguir entre lo que perteneca a la naturaleza y lo que perteneca a la sociedad. Mientras las relaciones sociales permanecen simples y estables, cambiando con suma lentitud y casi imperceptiblemente durante largos lapsos, la sociedad se funde con la naturaleza. Las experiencias de una generacin no difieren mucho de las de otras. Si se rompe la organizacin familiar, con su tradicional rutina, la familia desaparece, o se reconstruye sobre el viejo modelo. Ms aun, las comunidades vecinas, en la medida en que son conocidas (y la familiaridad no se extiende mucho ni en el tiempo ni en el espacio), son muy parecidas. Antes de la llegada de los europeos, el indio norteamericano poda viajar desde el Atlntico hasta el Pacfico, o el nativo de Australia miles de millas, sin encontrarse con tipos de sociedad humana radicalmente diferentes. En esas condiciones, ni la sociedad en general ni el propio modo de vida es considerado como un objeto peculiar, digno de una atencin y un estudio especial. La necesidad de teorizar sobre la historia o el carcter de la sociedad no surge hasta que la civilizacin ha avanzado bastante y aparecen trastornos repentinos, violentos y trascendentes en las relaciones sociales durante el tiempo de vida de los individuos que entran en la capacidad de recordar de los mayores. Cuando se salta rpidamente de una forma de estructura social a otra, las viejas formas se destacan en marcado contraste, hasta en conflicto con lo nuevo. Por medio del comercio, los viajes y la guerra, los representantes del sistema social en expansin que estn viviendo su construccin o reconstruccin toman contacto con pueblos de costumbres bastante diferentes y que poseen niveles ms bajos de desarrollo cultural. En forma ms inmediata, las diferencias notorias en las condiciones de vida dentro de sus propias comunidades y los amargos conflictos entre clases antagnicas inducen a los hombres de pensamiento que tienen los medios para tales prcticas a especular sobre los orgenes de estos conflictos, a comparar las diversas clases de sociedades y gobiernos y a intentar ordenarlos por orden de sucesin o de importancia. El historiador ingls M.I. Finley plantea algo similar al resear tres libros recientes sobre el Antiguo Oriente en el nmero del 25 de agosto de 1965 de New Statesman: "La presencia o ausencia de un 'sentido histrico' no es ms que un reflejo intelectual de las amplias diferencias en el propio proceso histrico". Cita al estudioso marxista Prof. D.D. Kosambi, quien atribuye "la falta total de sentido histrico" de la antigua India al estrecho panorama de la vida aldeana, atada a su modo de produccin agrcola. "La sucesin de las estaciones tiene una importancia fundamental, mientras que se puede observar poco cambio acumulativo en la aldea de un ao a otro. Esto da la sensacin general del 'Oriente Eterno' a los observadores extranjeros." Los otros pueblos civilizados del antiguo Cercano y Medio Oriente carecan tambin del sentido de la historia. No hay nada, observa el Prof. Leo Oppenheim, "que atestige que los escribas eran conscientes de la existencia de un continuum histrico en la civilizacin mesopotmica". Esto est confirmado por el hecho de que "las ms largas y explcitas inscripciones reales asiras (...) eran enclavadas en los cimientos de un templo o un palacio, a buen resguardo del ojo humano y para ser ledas slo por la deidad a que estaban dirigidas". La transicin de la Edad de Bronce a la Edad de Hierro en las civilizaciones de Medio Oriente y el Mar Egeo cre entre los aos 1100 a 700 antes de la Era Cristiana las condiciones para el surgimiento de un criterio histrico en Occidente. Los reinos y las poblaciones agrcolas comparativamente autosuficientes fueron complementados o suplantados por activos centros comerciales, especialmente en los puertos fenicios y jnicos del Asia Menor. En ellos, las nuevas clases comerciantes, patrones de barcos, manufactureros, artesanos, navegantes- pasaron a un primer plano y desafiaron a las instituciones, las ideas y el poder de la vieja clase terrateniente. La esclavitud patriarcal se transform en una institucin en que los esclavos eran bienes muebles. Las relaciones mercantiles, el dinero metlico, la deuda hipotecaria, corroyeron las arcaicas estructuras sociales. Las primeras revoluciones democrticas y contrarrevoluciones oligrquicas se incubaron en las ciudades-estado.

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Los griegos jnicos que asentaron por escrito las primeras historias verdicas eran socios de los comerciantes, ingenieros, artesanos y viajeros. El pionero de los historiadores occidentales, Hecateo, vivi en la misma ciudad comercial de Mileto que los primeros filsofos y cientficos, y adhiri a la misma corriente de pensamiento materialista. El hecho de asentar la historia por escrito pronto engendr inters por la ciencia de la historia. Una vez que se estableci el hbito de considerar los acontecimientos en secuencia, surgieron los interrogantes: Cmo se desenvolvi la historia? Hubo algn modelo discernible en su devenir? Si fue as, cul fue?, cules fueron sus causas? La primera explicacin racional del proceso histrico fue dada por los notables historiadores griegos, desde Herodoto hasta Polibio. Fue la concepcin cclica del movimiento histrico. De acuerdo a este criterio, la sociedad, como as tambin la naturaleza, pas por idnticos patrones de desarrollo en ciclos que se repiten peridicamente. Tucdides, el destacado historiador griego, declar que haba escrito su crnica de las guerras del Peloponeso para ensear las lecciones que ellas dejaban, porque nuevamente ocurriran acontecimientos idnticos. Platn enseaba la doctrina del Gran Ao, al final del cual los planetas ocuparan las mismas posiciones que antes y todos los acontecimientos sublunares se repetiran. Esta concepcin fue expresada como axioma popular en el Eclesiasts: "No hay nada nuevo bajo el sol". La nocin del carcter cclico de las cuestiones humanas estaba estrechamente ligada a la concepcin de un Destino todopoderoso, inescrutable, inflexible, que lleg a reemplazar a los dioses como soberano de la historia. El Destino fue convertido en mito personificado en las Tres Parcas, y luego fue racionalizado por los eruditos como la ley ltima de la vida. La nocin de un trgico destino csmico, ante el cual el hombre no puede apelar y del cual no puede escapar, pas a ser el tema principal del drama griego clsico, as como el de las obras histricas de Herodoto. . Las comparaciones con otros pueblos, o entre los estados griegos en distintas etapas del desarrollo social, econmico y poltico produjeron, junto con los primeros indicios de avance histrico, una historia comparada. Ya por el siglo VIII A. C. el poeta Hesodo habl sobre la Edad de Cobre que haba precedido a la Edad de Hierro. Varios siglos ms tarde Herodoto, el primer antroplogo y padre de la Historia, reuni una valiosa informacin sobre las costumbres de los pueblos del Mediterrneo que vivan en el salvajismo, el barbarismo o la civilizacin. Tucdides seal que los griegos haban vivido antes como vivan los brbaros en su propio tiempo. Platn, en su Repblica, Las Leyes y otros escritos, y Aristteles en la Poltica, recopilaron especmenes de diversas formas de gobierno estatal. Les dieron nombres, los clasificaron y los analizaron. Buscaron determinar no slo el mejor modo de gobierno para la ciudad-estado, sino tambin el poder de sus formas de desarrollo y las causas de la variacin y revolucin poltica. Polibio, el historiador griego del surgimiento del Imperio Romano, consideraba a ste como un ejemplo inmejorable de las leyes naturales que regulaban la transformacin cclica de una forma de gobierno a otra. Crea, como Platn, que todos los estados pasan inevitablemente por las fases de la monarqua, la aristocracia y la democracia, que degeneran en sus formas conexas de despotismo, oligarqua y oclocracia. La generacin y degeneracin de estas etapas sucesivas de gobierno se deba a causas naturales. "Este es el ciclo regular de las revoluciones constitucionales y el orden natural en que las instituciones cambian, se transforman y retoman a su estado original", escribi. As como los pensadores griegos, tanto los materialistas como los idealistas, conocieron y dieron nombres a las formas principales de organizacin poltica desde la monarqua hasta la democracia, as dieron origen tambin a los tipos bsicos de interpretacin de la historia, que an perduran. Fueron los primeros en intentar explicar la evolucin de la sociedad en lneas materialistas, no obstante lo rudimentario y torpe de sus esfuerzos iniciales. Los atomistas, los sofistas y las escuelas hipocrticas de medicina presentaron la idea de que el ambiente natural era un factor decisivo para plasmar la humanidad. En sus expresiones extremas, esta corriente de pensamiento reduca los cambios histrico-sociales a los efectos del campo geogrfico y a su condicionamiento climtico. Polibio escribi: "Nosotros, los mortales, tenemos una tendencia irresistible a ceder a las

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influencias climticas. Esta es la causa, y no otra, del origen de las grandes diferencias que predominan entre nosotros en cuanto a carcter, formacin fsica y complexin, as como es la causa de la mayora de nuestros hbitos, todo lo cual vara con la nacionalidad y la distancia que nos separa en-una misma localidad." Estos primeros socilogos ensearon que la humanidad haba ascendido desde el salvajismo hasta la civilizacin imitando a la naturaleza y mejorando el funcionamiento de la misma. El ms agudo exponente de esta concepcin materialista de la cultura grecolatina fue Lucrecio, quien hizo un brillante bosquejo de desarrollo de la sociedad en su poema Sobre la naturaleza de las cosas. Entre los pensadores griegos, sin embargo, predominaban los tipos de teoras que han sido desde entonces el latiguillo de los idealistas histricos: 1.- La teora de un Gran Dios. Los ms primitivos intentos de explicar el origen y el desarrollo del mundo y la humanidad son los mitos sobre la creacin de los pueblos prealfabticos. Con el que ms familiarizados estamos es con el que aparece en el Gnesis, que atribuye la creacin del cielo y la tierra a un Dios Seor que trabaj en base a un plan de seis das. Estas historias fantsticas no tienen ninguna validez cientfica. La materia prima para la escritura de la historia verdica fueron los primeros materiales recogidos en las crnicas de los reyes de las civilizaciones de los valles mesopotmicos del Cercano Oriente, la India y la China. La primera concepcin sinttica de la historia surgi de la fusin de elementos tomados de los viejos mitos de la creacin con un examen de estos informes. El resultado fue la versin de la historia del Gran Dios, que afirmaba que las cuestiones humanas y csmicas eran dirigidas por seres divinos. As como los dspotas reinantes dominaban las ciudades-estado y sus imperios, as la voluntad, las pasiones, los planes y las necesidades de los dioses eran las causas ltimas de los acontecimientos. El rey es el agente que garantiza la existencia del mundo combatiendo permanentemente con los poderes del caos. Esta teora teolgica fue elaborada por los sumerios, los babilonios y los egipcios antes de caer bajo el dominio de los griegos y los romanos. Fue expuesta en las Escrituras israelitas de donde fueron tomadas y reformuladas por las religiones cristianas y mahometanas y sus estados. Bajo las monarquas teocrticas de Oriente, la gua divina de las cuestiones humanas fue recubierta con la naturaleza deiforme del rey-sacerdote. En Babilonia, Egipto, el Imperio Alejandrino y Roma, la suprema fuerza gobernante del universo y el gobernante fuerte del reino eran considerados como igualmente divinos. El Gran Dios y el Gran Hombre eran uno mismo. 2.- La teora del Gran Hombre. El criterio teolgico absoluto de la historia es demasiado tosco y candoroso, est demasiado cerca del animismo primitivo, demasiado en conflicto con la ilustracin civilizada, para persistir sin crtica ni cambio excepto entre los ms ignorantes y devotos. Ha sido suplantado por versiones ms refinadas. La teora del Gran Hombre surgi de una disociacin de los componentes duales de la teora del Gran Dios. Los inmensos poderes atribuidos a los dioses se concentraron en alguna figura que encabezaba el estado, la iglesia u otra institucin o movimiento clave. Este personaje, que ocupaba una posicin excepcional, estaba supuestamente dotado de la capacidad para plasmar los acontecimientos a su voluntad. Este es el origen de la persistente creencia de que hay individuos inusualmente influyentes y capaces que determinan el curso de la historia. La adoracin fetichista al Gran Hombre ha pasado de los perodos de los reyes-dioses de la Mesopotamia a la adoracin a un Hitler. Ha tenido numerosas encarnaciones, segn los valores adjudicados en distintos momentos por distintos pueblos a los diversos terrenos de la actividad social. En la Antigedad stos abarcaron desde el monarca divino, el tirano, el legislador (Soln), el conquistador militar (Alejandro), el dictador (Csar), el emancipador-hroe (David), el lder religioso (Cristo, Buda, Mahoma). Todos estos varones a las mujeres no se les conceda tal preeminencia en las sociedades patriarcales eran ubicados en el sitial del Todopoderoso como causas primeras de la historia.

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El ms celebrado exponente de este criterio en nuestra era fue Thomas Carlyle, quien escribi: "La Historia Universal, la historia de lo que el hombre ha realizado en este mundo, es en el fondo la Historia de los Grandes Hombres que aqu han trabajado". 3.- La teora de la Gran Mente. Una variante filosfica ms sofisticada de la lnea de pensamiento del Gran Dios-Hombre es la nocin de que existe una fuerza ideal que arrastra o impulsa la historia para llevar a cabo sus fines concebidos de antemano. El griego Anaxgoras deca: "La Razn (Nous) gobierna el mundo". Aristteles sostena que el motor original del universo, y por lo tanto el impulsor esencial de todo lo que ste contiene, era Dios, quien era definido como una mente dedicada a pensar sobre s misma. Hegel fue el ms moderno exponente de la teora de que el progreso de la humanidad consista en concebir y consumar una idea. Escribi: "El Espritu, o la Idea, es el nico principio motriz de la historia". El objetivo del Espritu del Mundo, el resultado de su laborioso desarrollo, fue la realizacin de la idea de libertad. De la teora de la Gran Mente se pasa con facilidad a la nocin de que un grupo de brillantes intelectos, o incluso un genio, constituye la fuente principal del progreso humano. Platn enseaba que existen "algunas naturalezas que deberan estudiar filosofa y ser lderes del estado; y otras que no han nacido para filsofos y estn destinadas a ser seguidores antes que lderes". As, algunos racionalistas del siglo XVIII que crean que "la opinin gobierna a la humanidad" esperaban de un monarca iluminado que introdujera la necesaria reconstruccin progresiva del estado y la sociedad. Una manifestacin ms difundida de este enfoque opone a la chusma no pensante un estrato superior de la poblacin como el modelo de la razn, que es el nico al que puede serle confiado el liderazgo y el poder poltico. 4.- La teora del Mejor Pueblo. Todas estas interpretaciones estn imbuidas del prejuicio de que alguna lite, la Mejor Raza, la nacin favorecida, la clase gobernante, hace la historia por s misma. El Antiguo Testamento daba por sentado que los israelitas eran el pueblo elegido por Dios. Los griegos se consideraban el pinculo de la cultura, superiores en todos los aspectos a los brbaros. Platn y Aristteles consideraban a la aristocracia duea de esclavos como naturalmente superior a las clases bajas. 5.- La teora de la Naturaleza Humana. Ms persistente es' el criterio de que la historia ha sido determinada por las cualidades de la naturaleza humana, buena o mala. La naturaleza humana, como la naturaleza misma, era considerada fija e inalterable a travs de las generaciones. La tarea del historiador era demostrar cules eran los rasgos invariables del carcter humano, cmo el curso de la historia los ejemplificaba y cmo la estructura social estaba moldeada o deba ser remodelada en concordancia con ellos. Tal definicin de la naturaleza humana fue el punto de partida para la teorizacin social de Scrates, Platn y Aristteles y otros grandes idealistas. Pero tambin ha de encontrrsela en la filosofa social y poltica de las ms diversas escuelas. As, el empirista David Hume afirma categricamente en Ensayo sobre el entendimiento humano: "La humanidad es hasta tal punto la misma, en todo tiempo y lugar, que la Historia no nos informa de nada nuevo o extrao en ese particular. Su utilidad principal es tan slo descubrir los principios constantes y universales de la naturaleza humana". Muchos de los pioneros de las ciencias sociales del siglo XIX se aferraron a esta vieja doctrina de "los principios constantes y universales de la naturaleza humana". Por ejemplo E.B. Tylor, el fundador de la antropologa britnica, escribi en 1889: "Las instituciones humanas, como rocas estratificadas, se suceden unas a otras en series substancialmente uniformes por todo el globo, independientes de lo que parece ser las diferencias comparativamente superficiales de raza y lenguaje, pero conformadas por una naturaleza humana similar". Aunque pueden haber sostenido opiniones diferentes sobre cules eran las cualidades esenciales de la humanidad, tanto los pensadores idealistas como los materialistas han apelado a los principios permanentes de la naturaleza humana para explicar los fenmenos sociales e histricos. As, como M.T. Finley nos dice en su introduccin a Los historiadores griegos, el

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materialista Tucdides crea que "la naturaleza humana y el comportamiento humano eran [...] cualidades esencialmente fijas, las mismas en un siglo o en otro". Durante muchos siglos despus de los griegos, la comprensin cientfica del mecanismo de la historia avanz poco. Bajo el cristianismo y el feudalismo la concepcin teolgica de que la historia era la expresin del plan de Dios monopoliz la filosofa social. En contraste con el estancamiento de la ciencia en Europa Occidental, los musulmanes y los judos llevaron adelante tanto las ciencias sociales como las naturales. El estudioso ms original de los procesos sociales entre los antiguos y los modernos fue el pensador del siglo XIV Ibn Khaldun, del Magreb, quien analiz el desarrollo de las culturas mahometanas y los orgenes de sus instituciones tpicas en la forma ms materialista de su poca. Este eminente estadista musulmn fue muy probablemente el primer erudito que formul una concepcin clara de la sociologa, la ciencia del desarrollo social. Lo hizo en nombre del estudio de la cultura. Escribi: "La historia es el registro de la sociedad humana o de la civilizacin mundial; de los cambios que ocurren en el carcter de esa sociedad, tales como el salvajismo, la sociabilidad y la solidaridad grupal; de las revoluciones y levantamientos de un grupo de gente contra otro, con los reinos y estados resultantes con sus diversos rangos; de las diferentes actividades y ocupaciones de los hombres, ya sea para ganarse la vida en las diversas ciencias y artes; y, en general, de todas las transformaciones que sufre la sociedad por su misma naturaleza". El siguiente gran avance en la comprensin cientfica de la historia lleg con el surgimiento de la sociedad burguesa y el descubrimiento de otras regiones del globo, que trajo aparejada su expansin comercial y naval. En sus conflictos con la jerarqua feudal gobernante y la Iglesia, los voceros intelectuales de las fuerzas burguesas progresivas redescubrieron y reafirmaron las ideas de lucha de clases que plantearon por primera vez los griegos, e instituyeron comparaciones histricas con la antigedad para reforzar sus reivindicaciones. Sus nuevos criterios revolucionarios exigan no slo una visin ms amplia del mundo, sino un sondeo ms profundo de los mecanismos del cambio social. Osados representantes del pensamiento burgus, tales como Maquiavelo y Vico en Italia, Hobbes. Harrington, Locke y los economistas clsicos en Inglaterra, Adam Ferguson en Escocia, y Voltaire, Rousseau, Montesquieu, Holbach y otros en Francia, ayudaron a preparar una imagen ms realista de la sociedad y una comprensin ms rigurosa de sus modos y etapas de desarrollo. En un plano mucho ms elevado del desarrollo social y cientfico, el pensamiento histrico desde el siglo XVII al XIX tendi a polarizarse, como en Grecia, entre las corrientes idealista y materialista. Ambas escuelas de pensamiento estaban animadas de un objetivo comn. Sostenan que la historia tena un carcter inteligible y que era posible determinar la naturaleza y el origen de sus leyes. Los intrpretes teolgicos, como el obispo Bossuet, continuaron viendo a Dios como el conductor de la procesin histrica. Aunque la mayora de los otros pensadores no discuta que la divina providencia plasmaba en ltima instancia el curso de los acontecimientos, estaban mucho ms preocupados por el funcionamiento terrenal de la historia. Giambattista Vico de Npoles fue el gran pionero entre estos pensadores. Afirm al comienzo del siglo XVIII que debido a que la historia, o "el mundo de las naciones", haba sido creada por los hombres, sus artfices podan comprenderla. Sealaba que los fenmenos sociales y culturales pasaban por una secuencia regular de etapas que tena un carcter cclico. Insista en que "el orden de las ideas debe seguir al orden de las cosas" y que el "orden de las cosas humanas" era "primero los bosques, luego las chozas, de all la aldea, luego las ciudades y finalmente las academias". Su 'Nueva Ciencia" de la historia buscaba descubrir y aplicar "los principios eternos y universales [...] en los cuales se basaron todas las naciones, y que todava conservan". En su interpretacin de la historia, Vico puso en el tapete la lucha de clases, especialmente en el perodo heroico en que estaba representada por el conflicto entre los plebeyos y los patricios de la antigua Roma. Los materialistas que sucedieron a Vico en Europa occidental buscaron en comarcas muy diferentes los "principios universales y eternos" que determinaban la historia. Pero ninguna escuela

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dudaba de que la historia, como la naturaleza, estaba sujeta a leyes generales que el filsofo de la historia estaba obligado a encontrar. El pensamiento clave de los materialistas ingleses y franceses de los siglos XVII y XVIII era que los hombres eran producto de su medio natural y social. Como lo expresaba Charles Brockden Brown, un novelista norteamericano de comienzos del siglo XIX: 'Los seres humanos son moldeados por las circunstancias en que se encuentran". De acuerdo con este principio, ellos acudan a las realidades objetivas de la naturaleza y la sociedad para explicar el proceso histrico. Montesquieu, por ejemplo, consideraba a la geografa y al gobierno como determinantes gemelos de la historia y la sociedad. El factor fsico fue ms influyente en las primeras y ms primitivas etapas de la existencia humana, aunque su efecto jams desapareci; el factor poltico pas a ser ms dominante a medida que avanzaba la civilizacin. Montesquieu y los dems materialistas de esa poca no tomaban en cuenta las condiciones econmicas que se alzaban entre la naturaleza y las instituciones polticas. La base econmica de los sistemas polticos y las luchas de las clases contrincantes que surgan de las contradicciones econmicas estaban ms all de su campo visual. A travs de sus estudios de las revoluciones inglesa y francesa, los historiadores franceses de comienzos del siglo XIX adquirieron una comprensin ms profunda de la forma en que la economa condiciona el proceso histrico. Observaron que la Revolucin Francesa recorra un ciclo completo que haba comenzado con el derrocamiento de la monarqua absolutista, pasaba por el rgimen revolucionario de Robespierre y la dictadura militar-burguesa de Napolen, y finalizaba con la restauracin de los Borbones. A la luz de estas vicisitudes, comprendieron el rol crucial que desempean las luchas de clases para impulsar la historia y sealaron los arrolladores cambios en la posesin de la propiedad como la causa primordial de los trastornos sociales. No obstante, no fueron capaces de revelar las determinantes de una reconstruccin y restitucin de las relaciones de propiedad, as como de las formas polticas. Muchos filsofos importantes de la era burguesa tenan una concepcin materialista de la naturaleza y de las relaciones de los hombres con el mundo que los rodeaba. Pero ninguno de ellos logr elaborar una concepcin materialista consecuente y amplia de la sociedad y de la historia. En un punto determinado de su anlisis se apartaban de las premisas y procedimientos materialistas, atribuyendo los factores causales ltimos a la naturaleza humana, a un intelecto humano de visin amplia, o a un gran individuo. A qu se deba su desviacin hacia explicaciones no materialistas en las reas de determinacin histrica y social? Como pensadores burgueses, estaban limitados por el horizonte capitalista. Mientras la burguesa ascendente estaba en camino a la supremaca, sus idelogos ms iluminados mantenan un apasionado y persistente inters en penetrar profundamente en las realidades econmicas, sociales y polticas. Una vez que la burguesa consolid su posicin como clase gobernante, sus idelogos no tuvieron el valor de continuar penetrando hasta el fondo de los procesos sociales y polticos. Se volvieron cada vez ms perezosos y cortos de vista en los campos de la sociologa y la Historia, porque el descubrir las causas de los cambios en esos terrenos no poda menos que amenazar la continuacin de la dominacin capitalista. Una de las barreras para un estudio serio de la ciencia social era el supuesto tcito de que la sociedad burguesa y sus instituciones corporizaban la mxima forma asequible de organizacin social. Todas las sociedades anteriores conducan a ese punto y se detenan all. Aparentemente no haba una salida progresiva del sistema capitalista. Es por eso que los idelogos de la burguesa inglesa, desde Locke hasta Ricardo y Spencer trataron de acomodar sus concepciones del significado de todos los fenmenos sociales a las categoras y relaciones de ese orden transitorio. Esta estrechez haca que les fuera igualmente difcil descifrar el pasado, llegar al fondo del presente y prever el futuro. Una cantidad de tericos, desde Leibnitz a Fichte, promovieron diversas interpretaciones idealistas de la historia. Hegel fue quien complet sus trabajos. En las primeras dcadas del siglo XIX, Hegel revolucion el modo de entender la historia mundial; la suya fue la perspectiva histrica ms amplia de la era burguesa. Sus contribuciones pueden resumirse de la siguiente manera:

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1.- Hegel enfocaba todos los fenmenos histricos desde el punto de vista de su evolucin, considerndolos como momentos, elementos, fases, en un nico proceso creativo, acumulativo, progresivo e incesante de llegar a ser. 2.- Debido a que el mundo que lo rodeaba, al que l llamaba "Idea Objetiva", era la obra del hombre, l, como Vico, estaba convencido de que poda ser explicado por la mente inquisitiva. 3.- Conceba la historia como un proceso universal en el cual todas las formaciones sociales, las naciones y las personas tenan su lugar adecuado pero subordinado. Ningn estado o pueblo aislado dominaba la historia mundial: cada uno sera juzgado por su rol en el desarrollo de la totalidad. 4.- Afirmaba que el proceso histrico era esencialmente racional. Este tena una lgica interna que se desenvolva de acuerdo a leyes definidas por el proceso dialctico. Cada una de las etapas del todo era un producto necesario de las circunstancias de su tiempo y lugar. 5.- Cada uno de los elementos esenciales de cada etapa se aglutinaban como componentes de un todo unificado que expresaba el principio dominante de su era. Cada etapa realizaba su propia contribucin original al avance de la humanidad. 6.- La verdad sobre la historia es concreta. Como escribi el pensador ruso Chernishevski: "Cada objeto, cada fenmeno, tiene su significacin propia y debe ser juzgado de acuerdo a las circunstancias, el medio ambiente, en el cual existe [...] Un juicio preciso puede ser pronunciado slo sobre un hecho preciso, luego de examinar todas las circunstancias de las que depende". 7.- La historia cambia de manera dialctica. Cada etapa del desarrollo histrico ha tenido suficientes razones para llegar' a producirse. Tiene una conformacin contradictoria, que surge de tres elementos diferentes. Estos son los logros duraderos heredados de sus predecesores, las condiciones especiales necesarias para su propio mantenimiento, y las fuerzas antagnicas que trabajan dentro de ella. El desarrollo de los antagonismos internos le aporta dinamismo y genera su crecimiento. La agudizacin de las contradicciones lleva a su desintegracin y a su eventual desplazamiento por una forma antittica y superior que se origina en ella mediante un salto revolucionario. 8.- As, todos los niveles de organizacin social estn enlazados en una serie dialcticamente determinada desde lo inferior a lo superior. 9.- Hegel puso sobre el tapete la verdad profunda desarrollada luego por el materialismo histrico de que el trabajo es impuesto al hombre como consecuencia de sus necesidades y de que el hombre es el producto histrico de su propio trabajo. 10.- La historia est repleta de irona. Tiene una lgica objetiva total que desorienta a sus ms poderosos partcipes y organizaciones. Aunque los jefes de estado apliquen polticas precisas y los pueblos y los individuos conscientemente persigan sus propios objetivos, la realidad histrica no se corresponde con sus propios planes. El curso y el resultado de la historia estn determinados por necesidades internas independientes de la voluntad y la conciencia de cualquiera de sus agentes institucionales o personales. El hombre propone... y la necesidad histrica de la Idea dispone. 11.- El resultado de la historia es el crecimiento de la libertad racional. La libertad del hombre no proviene de su intervencin arbitraria, voluntaria, en los acontecimientos sino de la creciente percepcin de las necesidades de los procesos contradictorios objetivos universales del llegar a ser. 12.- Las necesidades de la historia no son siempre las mismas; se transforman en sus opuestos a medida que una etapa sucede a la otra. En realidad, el conflicto entre las necesidades inferiores y las superiores es el generador del progreso. Una necesidad mayor y creciente trabaja dentro del orden existente, anulando las condiciones que lo sustentan. Esta necesidad se mantiene privando a la necesidad presente de sus razones de existencia, se expande a su costa, la vuelve obsoleta y eventualmente la desplaza. 13.- No slo cambian las formaciones sociales y sus principios dominantes especficos de una etapa a la siguiente, sino que tambin lo hacen las leyes especficas del desarrollo.

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Este mtodo de interpretacin de la historia era mucho ms correcto, generalizador y profundo que cualquiera de sus predecesores. Sin embargo adoleca de dos fallas imposibles de eliminar. Primero, era incurablemente idealista. Hegel conceba la historia como el producto de principios abstractos que representaban distintos grados de la contienda incesante entre la servidumbre y la libertad. La libertad del hombre se realizaba gradualmente por el desarrollo dialctico de la Idea Absoluta. Tal lgica de la historia era una versin intelectualizada de la nocin de que Dios dirige el universo y que la historia es la realizacin de Su designio, que en este caso es la libertad de la humanidad. Tal como lo visualizaba Hegel, la libertad no se realizaba mediante la emancipacin de la humanidad de las condiciones sociales opresivas sino por la derrota de ideas falsas, inadecuadas. Segundo, Hegel cerraba las puertas a un desarrollo ulterior de la historia, ya que vea su culminacin en el reino alemn y en la sociedad burguesa de su propia poca. El exponente de una historia universal e incesante llegaba a la conclusin de que su agente definitivo era el estado nacional, un producto caracterstico de su fase burguesa. Y en su forma monrquica, modificada por una constitucin! Confundi una creacin transitoria de la historia por su corporizacin definitiva y perfecta. Poniendo as lmites al proceso del llegar a ser, violaba el principio fundamental de su propia dialctica. Estos defectos le impidieron a Hegel alcanzar la verdadera naturaleza de las relaciones sociales y las causas principales del cambio social. Sin embargo, los resultados trascendentales de su percepcin de los mecanismos internos de los procesos han influido en todo el pensamiento y los escritos subsiguientes sobre Historia. Con las indispensables revisiones, han sido incorporados a la estructura del materialismo histrico. Hegel, el dialctico idealista, fue el primer terico del proceso evolutivo. Los pensadores e historiadores sociales franceses llevaron la comprensin materialista de la historia de la sociedad tan lejos como podan en su propio tiempo. Pero aun dentro de sus propios campos, ambos se quedaron cortos. Hegel no pudo aportar una teora satisfactoria de la evolucin social, y los materialistas no penetraron hasta las fuerzas bsicas que mueven la historia. No fue hasta que los elementos vlidos de estas dos lneas contradictorias de pensamiento confluyeron en las mentes de Marx y Engels a mediados del siglo XIX que se present una concepcin de la historia basada en el desarrollo dialctico de las condiciones materiales de la existencia social desde el surgimiento del hombre primitivo hasta la vida contempornea. Todos los diversos tipos de explicacin histrica acumulados en la evolucin del pensamiento del hombre sobreviven en la actualidad. Ninguno ha estado permanentemente enterrado, por ms caduco, inadecuado o cientficamente incorrecto que fuera. Las ms viejas interpretaciones pueden ser revividas y pueden reaparecer con ropaje moderno para servir a alguna necesidad o a algn estrato social. Qu nacin burguesa no ha proclamado en tiempo de guerra que "Dios esta de nuestra parte"? La teora del Gran Hombre se pavoneaba bajo la svstica. Spengler en Alemania y Toynbee en Inglaterra ofrecen sus versiones del camino cclico de la historia. La escuela de geopoltica hace de las condiciones geogrficas la determinante fundamental de la historia moderna. La Alemania nazi, la Sud frica de Verwoerd y los supremacistas blancos del Sur exaltan la raza superior como dictadora de la historia. La concepcin de que la naturaleza humana debe ser la base de la estructura social es la ltima trinchera de los oponentes al socialismo as como el punto de partida para el socialismo utpico del psicoanalista norteamericano Erich Fromm y otros. Finalmente, la nocin de que la razn es la fuerza motriz de la historia es compartida por toda suerte de sabios. El antroplogo norteamericano Alexander Goldenweiser afirm en Early Civilization [Civilizacin Primitiva]: "As la totalidad de la civilizacin, si se la sigue paso a paso hacia atrs, se podra reducir, en ltima instancia, a trozos de ideas en las mentes de los individuos''. Aqu ideas e individuos son los factores creativos de la historia.

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Al describir su filosofa, el pensador italiano Croce escribi: "La Historia es el registro de las creaciones del espritu humano en cada terreno, tanto terico como prctico. Y estas creaciones espirituales estn siempre en los corazones y mentes de los hombres de genio, los artistas, los pensadores, los hombres de accin, los reformadores morales o religiosos". Esta posicin combina el idealismo con el elitismo, los genios que usan el espritu, o la minora creadora, como el agente que redime a las masas. Estos diversos elementos de la interpretacin histrica pueden aparecer en combinaciones sumamente incongruentes en un pas, corriente de pensamiento o en una mente individual determinada. El estalinismo ha aportado el ejemplo ms sorprendente de tal sntesis ilgica. Los adeptos al "culto a la personalidad" buscaron fundir las tradiciones y las concepciones del marxismo, la ms moderna y cientfica de las filosofas, con la arcaica versin del Gran Hombre del proceso histrico contemporneo. Excepto en la China maosta, esta extraa e insostenible amalgama de ideas ya se ha derrumbado. Sin embargo demuestra cmo el pensamiento generalizado sobre el proceso histrico puede hacer una regresin luego de haber dado un inmenso salto adelante. La historia de la ciencia histrica prueba a su modo que el progreso no es igual o persistente a travs de la "historia. Tucdides, el narrador de las guerras del Peloponeso en el siglo IV antes de Cristo, tena una concepcin mucho ms realista sobre la Historia que San Agustn, el exaltador de la Ciudad de Dios, en el siglo IV de nuestra era. El marxismo ha incorporado a su teora del desarrollo social los descubrimientos verificados de la moderna investigacin cientfica as como los resultados de la percepcin profunda de sus predecesores filosficos, ya sean materialistas, idealistas, o eclcticos, que hayan resultado vlidos. Actuar de otro modo sera burlarse del mandato de su propio mtodo, que ensea que cada escuela de pensamiento, cada etapa del conocimiento cientfico, es el producto de estudios anteriores, modificado y a veces revolucionado por las condiciones predominantes. La indagacin cientfica de la historia y la sociedad, como el proceso de la historia misma, ha dado resultados positivos, permanentes y progresivos. Al mismo tiempo, el marxismo rechaza todas las versiones de teoras anticuadas que no han podido aportar una explicacin adecuada o correcta de los orgenes y la evolucin de la sociedad. No niega que el idealismo histrico contiene importantes ingredientes de verdad y que ha habido momentos en que ha sido histricamente progresivo. Su avance, a partir de los griegos, ha ido desde el cielo a la tierra, de Dios al hombre, de lo imaginario a lo real. Los individuos influyentes o insignificantes, y las ideas, innovadoras o tradicionales, son esenciales a la sociedad; sus roles en el proceso histrico deben tomarse en cuenta. Los idealistas prestan atencin a estos factores y eso es correcto. Donde se equivocan es en adjudicarles una importancia decisiva en el proceso total de la determinacin histrica. Su mtodo limita sus anlisis a las capas externas de la estructura social y de este modo se quedan en la superficie de los acontecimientos. La ciencia debe ahondar en el ncleo central de la sociedad, donde trabajan las fuerzas reales que determinan la direccin de la historia. El materialismo histrico se aparta del Director Divino, del Gran Hombre, de la Mente Universal, del Genio Intelectual, de la Elite y de una Naturaleza humana inmutable para dar su explicacin de la historia. La formacin, reforma y transformacin de las estructuras sociales durante el ltimo milln de aos no puede entenderse recurriendo a ningn ser sobrenatural, a factores ideales, a mezquinas causas personales o a causas invariables. Dios no cre el mundo ni ha supervisado el desarrollo de la humanidad. Por el contrario, el hombre cre la idea de los dioses como una fantasa para compensar la falta de un verdadero control de las fuerzas de la naturaleza y de la sociedad. El hombre se hizo a s mismo actuando sobre la naturaleza y cambiando sus elementos para satisfacer sus necesidades mediante el trabajo. El hombre se ha abierto camino en el mundo. El desarrollo posterior y la diversificacin del proceso de trabajo desde el salvajismo a nuestra civilizacin actual han continuado transformando sus aptitudes y sus caractersticas.

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La historia no es la hazaa de individuos sobresalientes, por ms poderosos y dotados que sean o por ms estratgicamente ubicados que estn. Ya en la Revolucin Francesa, Condorcet protest contra este estrecho criterio elitista, que hace caso omiso tanto de lo que mueve a la masa de los seres humanos como de la forma en que las masas y no los jefes hacen la historia. Escribi: "Hasta ahora, la historia de la poltica, como la de la filosofa o la de la ciencia, ha sido la historia de slo unos pocos individuos: eso que realmente constituye la raza humana, la vasta masa de familias que viven en gran parte de los frutos de su labor, ha sido olvidada, y aun aquellos que ejercen profesiones pblicas y trabajan no para s sino para la sociedad, los que se dedican a la enseanza, a gobernar, a proteger o a curar a otros, slo los lderes han concitado la atencin del historiador". El marxismo construye sobre esta concepcin de que la historia es el resultado de las acciones colectivas de las multitudes, del esfuerzo de las masas que se extiende durante largos perodos en el marco de las capacidades productivas que han recibido y ampliado, y dentro de los modos de produccin que han creado, vigorizado y revolucionado. No son las lites sino el conjunto del pueblo el que ha sustentado la historia, le ha impartido una nueva direccin en los momentos crticos y ha elevado la humanidad paso a paso. Las ideas preconcebidas no han generado la historia ni han guiado su curso. Los sistemas sociales no han sido construidos por arquitectos, plano en mano. La historia no ha procedido de acuerdo a ningn plan. Las formaciones socioeconmicas han surgido de las fuerzas productivas disponibles; sus miembros han establecido sus relaciones, costumbres, instituciones e ideas de acuerdo con su organizacin del trabajo. La naturaleza humana no puede explicar el curso de los acontecimientos o las caractersticas de la vida social. Los cambios en las condiciones de vida y de trabajo son la razn fundamental del hacer y rehacer de la naturaleza humana. En la introduccin a la edicin inglesa de Del socialismo utpico al socialismo cientfico, Engels defini el materialismo histrico como "ese criterio sobre el curso de la historia que busca la causa ltima y la gran fuerza motriz de todos los acontecimientos histricos en el desarrollo econmico de la sociedad, en los cambios de los modos de produccin e intercambio, en la consiguiente divisin de la sociedad en diferentes clases, y en las luchas de estas clases entre s". Estos son los principios de los cuales deriva la teora marxista del proceso histrico. Provienen de dos milenios y medio de indagar en las leyes de la actividad humana y del desarrollo social. Representan su ms vlidas conclusiones. El materialismo histrico es en s mismo el producto sinttico de hechos e ideas elaborados histricamente, que tienen su raz en la economa y que alcanzan el fruto esperado en la ciencia de la sociedad.

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CAPITULO II LA PERSPECTIVA DE LA HISTORIACmo lleg la humanidad a la civilizacinEs mi intencin trazar en primer trmino la lnea principal del desarrollo humano desde nuestros remotos antepasados animales hasta el presente, en que la humanidad se ha convertido en el amo de la tierra, aunque todava no sea el amo de sus propias creaciones, y mucho menos de su propio sistema social. Luego tratar sobre el curso central de la evolucin en ese segmento especfico de la sociedad que ocupa la mayor parte de Amrica del Norte y representa la forma ms desarrollada de sociedad capitalista. Tratar de mostrar no slo cmo nuestra historia nacional est relacionada con el desarrollo mundial, sino tambin cmo nosotros, colectiva e individualmente, formamos parte del cuadro. Esta es una empresa amplia y audaz, una suerte de viaje a propulsin a chorro a travs de la estratosfera de la historia mundial. Nos vemos forzados a ello por la urgencia de entender todo el vasto abanico de acontecimientos y comprender cul es nuestro lugar especfico en ellos, as como por la misma dinmica de la teora cientfica en sociologa, que tiene su ms alta expresin en el marxismo. El movimiento basado sobre el socialismo cientfico, que se prepara muy enrgicamente para el futuro, debe igualmente sondear muy profundamente en el pasado. Comenzar por la historia poltica de un individuo. En enero de 1935, apareci un libro que sentaba el estilo para una serie de informes reflexivos sobre las tendencias de nuestros tiempos. Tuvo una considerable influencia sobre los intelectuales radicalizados de nuestro pas hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Ese libro, Historia personal, fue escrito por Vincent Sheean. Esta autobiografa fue un serio esfuerzo por indagar adonde se diriga la historia de su generacin y cul debera ser su actitud hacia su corriente principal y las contracorrientes. Sheean contaba cmo haba comenzado como un estudiante ignorante en la Universidad de Chicago al final de la Primera Guerra Mundial. Conoca tan poco sobre las fuerzas fundamentales que trabajan en el mundo como millones como l lo ignoran hoy, millones que estn encerrados en el mismo provincialismo. Como l sealaba: El sistema burgus haca todo lo posible por aislar a sus criaturas del conocimiento de los procesos del desarrollo humano, y en mi caso haba tenido un xito admirable en sus propsitos. Pocos hotentotes o habitantes de las Islas del Mar del Sur podran haber estado tan poco preparados para la vida en el gran mundo como yo a los veintin aos. Este norteamericano inocente fue al extranjero como periodista y aprendi de los grandes acontecimientos de la dcada del veinte. Observ los efectos de la Primera Guerra Mundial y la Revolucin Rusa; presenci las conmociones del Cercano Oriente, Marruecos y Palestina, precursoras de los ms vastos disturbios coloniales al cabo de la Segunda Guerra Mundial. Tambin fue testigo y jug un rol incidental en la derrotada segunda revolucin china de 1926. El colapso econmico del capitalismo en 1929 y la expansin del fascismo en Europa coronaron sus experiencias. Estos trastornos sacudieron a Sheean de su sopor, le abrieron los ojos y lo impulsaron hacia el marxismo y el movimiento socialista revolucionario. Fue arrastrado por el torrente tumultuoso de esa primera etapa de la bancarrota de la civilizacin capitalista, y comenz a reconocerla como tal. Los grandes acontecimientos sociales, econmicos y polticos dejaron al descubierto la decadencia de las ideas que le haban impartido sobre el mundo en su educacin de clase media en el Medio Oeste y lo impulsaron a descartarlas. Sheean encontr en el marxismo la explicacin ms convincente de los procesos de desarrollo social y las causas de los acontecimientos de su propia era. Se sinti inspirado por la posibilidad que brinda el marxismo de contestar a la pregunta que acosa a todo ser pensante: Qu relacin

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tiene mi propia vida con aquellos que me han precedido en esta tierra, todos mis contemporneos, y las incalculables generaciones que me seguirn? Las consideraciones cientficas, polticas y morales se combinaron para atraerlo a la ciencia del movimiento socialista. Admiraba el marxismo, sealaba, porque toma "una perspectiva de largo alcance". Esta no es una frase que acu l; la tom prestada de un participante en la lucha. Los marxistas, observ, se guan o deben guiarse no por perspectivas parciales y consideraciones episdicas, sino por el panorama ms amplio posible sobre el espectro de la evolucin biolgica y el logro humano. La sntesis totalizadora de la historia que ofreca el marxismo contrastaba agudamente con la perspectiva sumamente limitada que l haba recibido en el Medio Oeste. El interior de los Estados Unidos contaba con los ms modernos adelantos tecnolgicos, pero estaba dominado por ideas sumamente anticuadas sobre la evolucin social. Sheean haba captado uno de los rasgos sobresalientes de ese sistema de pensamiento que lleva el nombre de su creador. Karl Marx. El socialismo cientfico provee la doctrina ms coherente, multifactica y de ms largo alcance sobre la evolucin y la revolucin. "La perspectiva amplia" que presenta es la marcha de la humanidad vista en toda su extensin, su realidad actual y sus consecuencias finales, en la medida en que las limitaciones actuales lo permiten. Cul era esta perspectiva que atrajo a Vincent Sheean y a tantos millones antes y despus de l? Qu puede ensearnos una resea del proceso de evolucin, analizado por mtodos marxistas, sobre la forma en que cambian las cosas en este mundo? Podemos individualizar cuatro momentos crticos en el proceso de la evolucin. El primero fue la aparicin de nuestro planeta alrededor de tres o cuatro mil millones de aos atrs. El segundo fue el surgimiento de la vida en la forma de organismos simples, unicelulares, alrededor de dos mil quinientos millones de aos atrs. (Estas son slo fechas aproximadas, pero aceptadas en general por el conjunto de los cientficos en la actualidad). El tercero fue la aparicin de los primeros animales vertebrados alrededor de cuatrocientos a quinientos millones de aos atrs. El ltimo fue la creacin de la humanidad, aproximadamente en el ltimo milln de aos. Examinemos el tercer gran captulo de esta resea histrica: las primeras especies de peces. El Museo norteamericano de Historia Natural ha preparado un cuadro donde aparecen las principales etapas de la evolucin orgnica desde el primer pez hasta los seres humanos actuales, la forma ms perfeccionada de criaturas mamferas. La espina dorsal introducida por los peces fue una de las estructuras bsicas para una mejor evolucin posterior. El astrapis, como se denomina a uno de los primeros especmenes, vivi en la era paleozoica cerca de Canon City, Colorado, donde se encontraron sus escamas en depsitos de deltas. Este norteamericano nativo de hace cuatrocientos a quinientos millones de aos fue muy revolucionario para su poca. He aqu lo que una conocida autoridad, Bryan Curtis, dice sobre este progreso en "La historia del pez": Un animal con espina dorsal no nos parece extrao en nuestros das. Pero en el momento en que apareci el primer pez sobre la tierra, lo que por los informes geolgicos sabemos que ocurri ms o menos quinientos millones de aos atrs, debe de haber parecido una cosa milagrosa. Era el mismsimo ltimo modelo en diseo animal, un radical, casi podra decirse un experimento temerario, de esa fuerza que nosotros encontramos conveniente personificar como Madre Naturaleza, En qu consista su "radicalismo"? Porque ninguna criatura haba sido hecha jams con las partes duras en su interior en vez de en su exterior. Podra decirse que la Naturaleza haba enloquecido, haba abandonado todos sus mtodos anteriores y de la noche a la maana haba producido algo absolutamente nuevo y de lo cual jams se haba odo. Aunque el pez retuvo algo de su vieja caparazn externa, lo que fue decisivo desde el punto de vista de la evolucin fue su adquisicin de la espina dorsal. Esto convirti al pez en una criatura bsicamente distinta a cualquier otro ser viviente hasta ese momento. As, este nuevo tipo

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vertebrado surgi del viejo y lo super. Pero esto no es todo. Pas luego a conquistar nuevas regiones para su existencia y actividad. La caracterstica ms revolucionaria del pez fue que se convirti en el punto de partida para toda la jerarqua de criaturas vertebradas que ha culminado en el hombre actual. Estos primeros peces vertebrados avanzaron posteriormente convirtindose en anfibios (que vivan tanto en el agua como en tierra), luego en reptiles, y finalmente constituyeron la nueva rama de criaturas de sangre caliente: las aves y los mamferos. La humanidad es el punto culminante del desarrollo mamfero. Hasta este punto todas las autoridades cientficas estn de acuerdo. Pero estas ideas y hechos, tan comunes hoy, fueron los pensamientos subversivos de ayer. Nosotros adoptamos sin dificultad este criterio cientfico de la evolucin orgnica, sin damos cuenta de que este mismo acto de aceptacin es parte de una reversin en el pensamiento humano acerca del mundo y las criaturas que lo habitan que ha ocurrido a escala masiva recin durante el siglo pasado. Recurdese, por ejemplo, el predominio, en el mundo occidental, del mito bblico de la creacin hasta unas pocas generaciones atrs. Hay dos aspectos de los vertebrados que merecen una discusin especial. Primero, la transferencia de las partes seas del pez del exterior al interior entraaron una forma cualitativamente nueva de estructura orgnica, una grieta en la continuidad del desarrollo hasta ese momento, un salto a un nivel de vida superior. Todos los bilogos reconocen este hecho. Pero esto tiene una significacin ms profunda, que nos dice mucho sobre los mtodos de cambio evolutivo en general. Demuestra cmo, en el punto crtico de la acumulacin de cambios fuera y dentro del organismo, los elementos en conflicto que lo componen hacen trizas la vieja forma de existencia y la formacin progresiva pasa, de un salto, a un estado cualitativamente nuevo e histricamente superior de desarrollo. Esto es cierto no slo para las especies orgnicas sino tambin para las formaciones sociales, as como para los sistemas de pensamiento. Este vuelco radical es innegable en el caso del nacimiento y evolucin del pez y su superacin final por especies superiores. Pero para mucha gente es mucho ms difcil aceptar tal conclusin cuando se trata de la transformacin de una organizacin social inferior en una organizacin social superior. Esta renuencia a aplicar consecuentemente las enseanzas de la evolucin a todas las cosas, y sobre todo a la organizacin social en que vivimos, parte del empeo por defender poderosos, pero obsoletos y estrechos, intereses de clase contra fuerzas opuestas e ideas rivales que tienden a crear un orden de cosas autnticamente nuevo. El segundo punto que hay que acentuar es el hecho de que el pez, como el primer vertebrado, ocupa un lugar especfico en la secuencia evolutiva de los organismos. Es un eslabn en la cadena de las manifestaciones de vida que se extiende desde el protozoario unicelular hasta los organismos ms complejos Esta primera criatura con espina dorsal surgi despus de una hueste de criaturas que nunca haban tenido una estructura sea as y a su vez dio origen a rdenes superiores que tenan eso y mucho ms. Contradictorio como es, muchos estudiosos y cientficos que dan por sobreentendido el orden de evolucin de las especies orgnicas, se resisten tozudamente a extender la misma legitimidad a las cambiantes especies de organizaciones sociales. No quieren admitir que ha habido, o puede haberla, alguna secuencia definida y discernible en el desarrollo social de la humanidad anlogo a las etapas del avance desde los invertebrados hasta el pez, pasando por las criaturas reptiles y mamferas, hasta el advenimiento de la humanidad. Este escepticismo en sociologa es especialmente pronunciado en el siglo actual, y en nuestro pas y sus universidades. Los pensadores de este tipo, por supuesto, saben que ha habido muchos cambios en la historia, que en los campos de la antropologa, la arqueologa, la Historia, la sociologa y la poltica aparecen muy diversas formaciones. Lo que ellos niegan es que estas manifestaciones tpicas de vida social pueden o incluso debieran- ser ordenadas de acuerdo a cualquier tipo determinado de desarrollo histrico en el cual cada una tenga su lugar determinado desde el comienzo al fin, desde el ms bajo al ms alto. Ellos ensean que las diversas formas de cultura son meramente dismiles unas de otras y que es

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imposible o innecesario intentar descubrir cualquier secuencia regular o cualquier parentesco legtimo en su surgimiento como realidad social. Este criterio y este mtodo son completamente antievolucionistas, anticientficos y esencialmente reaccionarios. Pero es explicable. Negar la posibilidad de descubrir el orden de progreso en las estructuras sociales proviene -si me permiten la analoga- de la resistencia que ofrecen los invertebrados de hoy a los vertebrados venideros que representan una forma superior de organizacin y estn destinados a suplantarlos en la lucha por la supervivencia social. El registro mismo de la evolucin, comenzando con el ascenso desde el pez, refuta rotundamente a este conservadurismo recalcitrante. Al primer vertebrado le siguieron otros seis tipos progresivos de pez en los siguientes cien millones de aos. El ms avanzado fue una especie carnvora de agua dulce y de tamao mediano cuyos fsiles han sido hallados en Canad. Aunque este espcimen viva mucho tiempo en el agua, haba adquirido muchas de las funciones necesarias para vivir en la tierra. El pez, como es sabido, habitualmente se siente cmodo en el agua, respira por branquias y tiene aletas. Era impropio para la naturaleza establecida del pez que los primeros anfibios se levantaran del agua y se arrastraran a la tierra, respiraran por pulmones y se movieran sobre piernas. Imaginemos un pez (si seguimos desarrollando la fantasa) que mirara hacia atrs en vez de hacerlo hacia adelante, como hacen algunos. Este pez podra exclamar ante los anfibios que se mueven hacia adelante: "Nosotros, los peces, los habitantes ms viejos, jams hemos hecho estas cosas; no se pueden hacer! Y cuando los anfibios persistieran, chillara: " Estas cosas no se deben hacer, subvierten el orden establecido!" Sin embargo, la resistencia de la inercia no impidi a algunos habitantes del agua transformarse en animales terrestres. La vida animal continu avanzando a medida que las especies se modificaban y se transmutaban en respuesta a cambios decisivos en sus constituciones genticas y hbitats naturales. Los anfibios pasaron a ser reptiles que tenan cerebros mejor desarrollados, respiraban por las costillas, ponan huevos, tenan miembros de locomocin y ojos bien desarrollados. El reino de los reptiles evolucion gradualmente hacia el mamfero, con tipos transicionales que tenan caractersticas comunes, hasta que una vez ms un nuevo orden completo irrumpi en el mundo. Alrededor de 135 millones de aos atrs surgi el prototipo de animal que dio origen a nuestro propio antepasado, habitante de los rboles. Era una criatura similar a un roedor, que dio otro gran salto en la adaptacin y actividad evolutiva al pasar de la tierra a los rboles. La vida en los rboles durante seiscientos mil aos alter tanto a nuestros antepasados animales de la cabeza hasta los dedos de los pies, desde las funciones prensiles hasta cambios en los dientes, que se elevaron a formas de monos antropoides. El parentesco de los ltimos con nuestro propio gnero es tan cercano que es difcil distinguir un embrin de antropoide superior del de un ser humano. Al fin estaban dadas las condiciones naturales para el surgimiento de la humanidad. Parece probable que los cambios producidos en el clima y en las condiciones climticas relacionadas con la primera glaciacin hayan hecho que ciertas especies de primates descendieran de los rboles, salieran de los bosques y fueran a las llanuras. Una serie de importantes cambios anatmicos abrieron el camino para la aparicin de la raza humana. El acortamiento del hueso de la pelvis posibilit al primate permanecer erguido, diferenciar los miembros delanteros de los traseros y liberar las manos. Se agrand el cerebro. La visin binocular y los rganos vocales posibilitaron la vista y el habla humanas. El rgano biolgico central para la transformacin en hombre fue la mano. Las manos pasaron a oponerse a las piernas y el pulgar a los otros cuatro dedos. Esta oposicin entre el pulgar y los otros dedos ha sido una de las ms fructferas y dinmicas de todas las uniones de opuestos en la evolucin de la humanidad. La capacidad del pulgar para contraponerse a cada uno de los otros dedos dio a la mano posibilidades excepcionales para agarrar y manipular objetos y la dot de suma flexibilidad y sensibilidad. Esta adquisicin hizo posible la combinacin biolgica de manoojo-cerebro. Combinada con el prolongado perodo de cuidado del hijo por parte de la madre, estaban dados los requisitos previos para la vida social.

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A esta altura es necesario decir algo sobre al argumento ms comn contra el socialismo: " Usted no puede cambiar la naturaleza humana!" Qu consistencia tiene este argumento? Una vez que se aceptan los datos sobre la evolucin orgnica, una proposicin, por lo menos, se desprende de ello: La naturaleza del pez puede cambiar! Se ha convertido en anfibio, reptil, ave, mamfero y finalmente en naturaleza humana. La sal que contiene nuestro cuerpo es una prueba, entre muchas otras, de que somos descendientes del bisabuelo pez que habitaba los ocanos siglos atrs. Esto plantea los siguientes interrogantes a los que se resisten al cambio social: si el pez puede cambiar, o puede ser cambiado, hasta tal punto, sobre qu bases se pueden imponer restricciones mezquinas a la capacidad de cambio de la humanidad? Nuestras especies perdieron su plasticidad, sus potencialidades para la alteracin radical, en el trayecto de la transicin del primate al ser humano? Todo lo contrario. En el pasaje a la humanidad, nuestra especie no slo retuvo todas las aptitudes para el cambio progresivo inherente a la animalidad sino que las multiplic a un grado infinitamente superior, elevndolas hasta una dimensin completamente nueva, creando previamente modos y medios desconocidos de progreso evolutivo. Se necesitaron entre cuatrocientos y quinientos millones de aos para crear las condiciones biolgicas necesarias para la generacin de los primeros protohumanos. Esto no se produjo por la premeditacin o la perspicacia de nadie, o segn algn plan, o para llevar a cabo algn fin preconcebido. Ocurri, podemos decir, como resultado legtimo de una serie de cambios ciegos y accidentales en las formas de la vida natural, estimulados por la lucha por la supervivencia, que finalmente culmin con la produccin de una clase especial de primate equipado con las aptitudes de adquirir otras facultades aparte de las animales. En esta coyuntura, hace ms o menos un milln de aos, tuvo lugar la ms radical de todas las transmutaciones de la vida sobre este planeta. El surgimiento de la raza humana dio cuerpo a algo totalmente diferente que se convirti en la raz de una lnea singular de desarrollo. Qu fue? Fue el pasaje del separatismo animal al colectivismo humano, de modos puramente biolgicos de comportamiento al uso de aptitudes sociales adquiridas. De dnde provenan estas aptitudes artificiales agregadas que han diferenciado a la naciente especie humana de todas las otras especies animales, que han elevado nuestra especie por encima de los otros primates, y han hecho de la raza humana el orden dominante de la vida? Nuestra dominacin es indiscutible porque dominamos el poder de destrozamos a nosotros mismos y a todas las otras formas de vida, y lo que es ms, el poder de cambiarlas. Las aptitudes fundamentalmente nuevas que la humanidad ha adquirido fueron las de produccin, la de asegurar los medios de sustento por medio del uso de herramientas y el trabajo conjunto, y la de compartir los resultados entre s. Yo no puedo menos que sealar especialmente cuatro de los factores ms importantes de este proceso. El primero fue las actividades asociadas para obtener alimento y repartirlo. El segundo fue el uso y posteriormente la manufactura de implementos para ese fin. El tercero fue el habla y el razonamiento, que surgi y fue estimulado por el vivir y el trabajar juntos. El cuarto fue el uso, la domesticacin y la prod