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fundamentos de ENFERMERIA
369

fundamentos enfermeria

Dec 18, 2014

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Wallis Ordoñez
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fundamentos de ENFERMERIA

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Acerca del autor:

María del Carmen Ledesma Pérez es profesora Decana de la Facultad de Enfermería y Obstetricia de León, Universidad de Guanajuato, México, universidad en donde estudió la Licenciatura en Enfermería y tomó cursos de especialización en Obstetricia y Médico Quirúrgica. En 1957 cursó la especialización de Educación en Enfermería en la Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia de la UNAM.

Ha sido profesora de Enfermería Médico Quirúrgica. Enfermería Pediátrica y desde 1958 es profesora de Nutrición y Dietética, Introducción a la Enfermería y secretaria académica de la mencionada Facultad de Enfermería y Obstetricia de León, Guanajuato.

Es miembro fundador y asesor del Colegio de Enfermería del Bajío, A.C.

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Fundamentos de enfermería

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Fundamentos de enfermería

María del Carmen Ledesma Pérez

LIMUSA

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i mi"' i, Mu dnlOnrmon ftmdmmntoi do onformerlal María del

i nim«n I fldiimn. México : Llmusa, 2009. A/:' p, : II. ; 23 x 15.5 cm. IMIIN 13:978-968-18-5406-5 Rúltloa.

I. Enfermería - estudio y enseñanza

Dewey: 610.73 | 22 / L4736f LC: RT71

LA PRESENTACIÓN Y DISPOSICIÓN EN CONJUNTO DE

F U N D A M E N T O S D E E N F E R M E R Í A

S O N PROPIEDAD DEL EDITOR. NINGUNA PARTE DE ESTA OBRA

PUEDE SER REPRODUCIDA O TRANSMITIDA, MEDIANTE NINGÚN

S I S T E M A O M É T O D O , ELECTRÓNICO O MECÁNICO (INCLU-

YENDO EL FOTOCOPIADO, LA GRABACIÓN O CUALQUIER SISTEMA

DE RECUPERACIÓN Y ALMACENAMIENTO DE INFORMACIÓN),

SIN CONSENTIMIENTO POR ESCRITO DEL EDITOR.

D E R E C H O S R E S E R V A D O S :

© 2 0 0 9 , E D I T O R I A L L I M U S A , S . A . D E C . V .

G R U P O N O R I E G A E D I T O R E S

B A L D E R A S 9 5 , M É X I C O , D . F .

C . P . 0 6 0 4 0

® 5 1 3 0 0 7 0 0

[ S ] 5 5 1 2 2 9 0 3

l¡musa@nor¡ega.com.mx www.noriega.com.mx

C A N I E M N Ú M . 1 2 1

H E C H O I N MI'XIOO

I S B N - 1 3 : 0 7 H D 0 H III

0.1

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CONTENIDO

P R E F A C I O 9

parte I. LA ENFERMERÍA COMO PROFESIÓN 11 ( 11 pitillo 1. La e n f e r m e r í a 13

Fi losof ía en l a enfermer ía —Fina l idad de l a enfe rmer ía —La ét ica en la en fe rmer í a 19

—-Desarrol lo histórico de la enseñanza de la en fe rmer í a Act ividades

capitulo 2 . La f o r m a c i ó n de la en fermer ía 27 La es tudiante de enfe rmer ía El p ro fesor en la fo rmac ión de la en fe rmera La escuela de en fe rmer ía El ambien te escolar C ó d i g o pa ra en fe rmeras Act ividades

l'AU'lli II. EL HOMBRE 35 < «pitillo 3. ¿Qué es el h o m b r e ? 37

— L a s neces idades h u m a n a s La salud, neces idad esencial Act iv idades

< ii|>ílulo4. Proceso sa lud-en fermedad 45 Per iodo prepa togénico Per iodo pa togénico Prevención Conduc ta preventiva en es tado de salud y de en fe rmedad Estrategia de a tención a la salud Enfe rmer í a de salud comuni ta r ia Act iv idades

I'AMII III 1.1. HOSPITAL, UNA NECESIDAD EN LA VIDA HUMANA 63 < tt|><Uilo5. El h o s p i t a l 65

Antecedentes Clasificación Estructura jerárquica ()rganlzación y funcionamiento Funciones Servicios Actividades

• ti|>(tiilo (>. Kl pactante c o m o pernoiui 75 l lpos (lo IngiCNo al hospital

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6

—Recepc ión del paciente —Unidad del paciente - R e c e p c i ó n del paciente en su unidad —Tendidos de cama ^ C a m b i o de colchón, con e l paciente en cama

—.Traslado del paciente a la camil la - - U s o de silla de ruedas

Actividades P A R T E I V . V A L O R A C I Ó N D E L E S T A D O D E S A L U D D E L P A C I E N T E 9 5 Capítulo 7. Valoración del paciente 97

Observación Formas de registro

—El expediente del paciente Uso del cárdex

—-Signos vitales Informe de la evolución del paciente Actividades

Capítulo 8. E x a m e n físico y recolección de muestras para estudio de laboratorio 121

Posiciones que el paciente puede adoptar para el examen físico

El examen físico Recolección de muestras para el laboratorio

^ - L a asepsia Actividades

P A R T E V . S U M I N I S T R O D E M E D I C A M E N T O S A L P A C I E N T E I47 Capítulo 9. Manejo de fármacos en el hospital 149

Órdenes médicas Presentación de los fármacos Vías de suministro Instrucciones para el uso de medicamentos Reglas generales para la preparación de medicamentos Tarjeta de prescripción médica y su manejo Preparación y suministro de medicamentos Abreviaturas empleadas en las ordenatas Actividades

P A R T E V I . N E C E S I D A D E S P A R A L A S U P E R V I V E N C I A D E L H O M B R E I69 Capítulo 10. Necesidad de higiene 171

Factores que afectan la piel Enfermedades de la piel Problemas comunes El día - paciente Medidas de prevención Aseo del paciento Actividades

Ctipí lu lo 1 1 . NITCNUIIMI de d< S< mino y u lu lo «le dolor L*>|

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El descanso El dolor Actividades

< 'npítulo 12. Necesidades de movimiento y ejercicio 201 Consideraciones sobre la movilidad del paciente Factores que alteran la función motora Problemas comunes en el cuidado de pacientes Asistencia de enfermería Objetivos de la acción de enfermería para el restable-

cimiento del paciente Actividades

< npítulo 13. Necesidad de seguridad y protección 207 Seguridad ambiental Afectación de la capacidad sensorial Asistencia de enfermería Actividades

I' \l< Hi VII. NECESIDADES BÁSICAS DEL HOMBRE 215 • npítulo 14. Necesidad de oxígeno 217

Función respiratoria Oxigenoterapia Aspiración de secreciones por boca y narinas Nebul ación Terapia pulmonar Actividades

i npítulo 15. Necesidad de alimentación 227 Importancia de los nutrientes Medidas preventivas de anorexia, náusea y vómito Atención al paciente con náuseas y vómito Sondeo gástrico Alimentación asistida Intubación gástrica Gavage Actividades

• .•(•linio 16, Necesidad de eliminación 239 Función digestiva I-actores que afectan la función intestinal Asistencia de enfermería Eliminación y control de excretas Instalación de sonda rectal Enema evacuante Eliminación vesical, estructura del aparato rectal Sondeo vesical en la mujer Sondeo vesical en el hombro Sonda a permanencia ActlvIdndcN

• M|tiinlo 17. Nocividad de lildrutlición 257

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8

Líquidos y electrolitos Venoclisis Gastroclisis Hipodermoclisis Clasif icación del grupo sanguíneo Transfusión de sangre Actividades

Capítulo 18. Neces idad de termorregulación 275 La temperatura corporal Mecanismos de regulación del calor Factores que afectan la temperatura corporal Problemas comunes de la regulación de la temperatura Valoración de las necesidades del paciente febril para su

cuidado Principios relativos a la regulación de la temperatura Medidas para reducir la producción de calor Calor y fr ío como agentes terapéuticos Actividades

Capítulo 19. Neces idades adquiridas 305 Cuidados especiales Succión gástrica Lavado gástrico Atención a pacientes con heridas (curación) Vendajes Actividades

P A R T E V I I I . A S I S T E N C I A D E ENFERMERÍA A L ENFERMO E N FASE TERMINAL, EN A G O N Í A Y DESPUÉS DE EXPIRAR 327

Capítulo 20. Asistencia al anfermo terminal y a su familia 329 El enfe rmo terminal Asistencia del enfermo en agonía Asistencia de enfermería al cuerpo de la persona que

expiró Actividades

Capítulo 21. Proceso de atención de enfermería, trabajo en equipo 345 La atención de enfermería Etapas del proceso de atención de enfermería Actividades

A P É N D I C E 35* B I B L I O G R A F Í A G E N E R A L 367

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PREFACIO

I ON avances de la enfermería en México durante los últimos veinte años, IKIII producido cambios que ejercen una gran influencia en la educación, II práctica y la investigación de enfermería. Los conocimientos y tecno-l"i'i.r. c|iie se requieren para brindar servicios de enfermería siguen acre-• i litando, prueba de ello es el presente libro en donde la maestra Ma. del 1 itrnirn Ledesma Pérez, responsable de la vigencia de la edición ante-II'O, NI' propuso hacer una restructuración total con el objeto de facilitar > I aprendizaje tanto de los estudiantes como del personal de servicio u HftlN disciplinas que así la consideren pertinente. Este texto nos da una jmttorrtmica general de la enfermería como una profesión social en donde • I M|I)(MO de estudio es el cuidado de la salud del hombre, considerándolo iiiinu una unidad biopsicosocial, que interactúa continuamente con el int ilio, quedando expuesto a estímulos a los que el individuo se adapta; pin luí motivo desde la PARTE III se manejan sencilla pero científica-MH iiir las técnicas y procedimientos necesarios para dar el "cuidado de MltMlieríu" que el paciente requiere.

I ii>y segura que el libro de la maestra Ledesma puede dirigirse no »iiln ii estudiantes en formación, sino como ayuda didáctica para los pro-jllOrek y aun para el paciente y sus familiares dado que está expresado » n términos científicos pero accesibles a la población, promoviendo así -ti iiiiliicuidado.

D R A . P A T R I C I A C A T A L I N A M A R T Í N E Z

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PARTE I I ,A ENFERMERÍA COMO PROFESIÓN

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Capítulo 1

¡Cuanto mayor sentido tiene ahora la vida! ¡Hay una razón para vivir! Podremos alzarnos sobre nuestra ignorancia, podremos descubrimos como creaturas de perfección, inteligencia y habilidad. Podremos ser libres! ¡Podremos aprender a volar!

JUAN SALVADOR GAVIOTA

RICHARD BACH

LA ENFERMERÍA

Profesión es una vocación, inclinación o disposición a ejercer una disciplina o carrera. Por lo general la profesión recurre a la ciencia y a otras fuentes del co-nocimiento, pero tiene bien definidos y clasificados los conocimientos propios. Pertenece a un grupo homogéneo organizado, cuyos miembros obedecen ciertas normas de conducta impuestas por la autoridad de un grupo profesional, utilizan un lenguaje común y desempeñan un servicio a la sociedad.

Criterios para identificar una profesión

1. Es intelectual: se basa en conocimientos. 2. Es práctica y dinámica; conlleva responsabilidad personal. 3. Es académica: requiere de un periodo relativamente extenso de forma-

ción. 4. Tiene habilidad técnica basada en principios generales. 5. Tiene bases éticas que norman la práctica. 6. Tiene organización interna: pugna por mejorar el servicio. 7. Tiene autonomía: el control se genera con elementos propios de regula-

ción. S. Es eminentemente social: por la calidad del servicio.

I ,a enfermería es una profesión dinámica, dedicada a mantener el bienestar fí-sico, psieosoeial y espiritual de las personas.

So ha considerado a la enfermería como arte, ciencia y profesión. Como arte, poique tequíete y menta con un conjunto de habilidades, que depende del sello

IJ

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14 La enfermería como profesión

personal de quien las realice. Como ciencia, porque requiere de los conocimien-tos de la propia disciplina. Mucho se ha discutido al respecto, y puede aseverar-se que la enfermería ya posee un cuerpo cognoscitivo uniforme y sistemático re-lativo a hechos o verdades; su desarrollo teórico conceptual se lleva a la práctica, pero aún se tiene que trabajar en forma sistemática, ordenada y consen-sual para buscar, confirmar y clarificar nuevos conocimientos. Como profesión, la enfermería requiere del conocimiento y apoyo de las ciencias físicas, biológi-cas, sociales y médicas; no obstante debe demostrar su capacidad de grupo, para reafirmar sus principios de solidaridad, que la caracterizan como identidad pro-fesional independiente.

La enfermería como profesión requiere de un trabajo especializado, median-te la aplicación de conocimientos específicos, debe ser práctica, académica, de-be incluir procedimientos uniformes basados en principios generales, debe tener bases éticas, organización interna y autonomía, de igual forma debe ser social bajo los principios establecidos por una autoridad reconocida.

La enfermería como profesión, requiere una guía moral para cumplir con el fin primordial de servir al bien común, mejorar la salud de nuestro pueblo y pro-longar la vida del hombre.

Para que una atividad se considere profesión deberá cumplir con los requisi-tos que hemos citado anteriormente. La enfermería los cumple a plenitud.

Consideraciones respecto a las características de la profesión de enfermería:

1. Es intelectual, se basa en conocimientos. • Posee una cultura general y cuenta con un conjunto de conocimientos

en el que se fundamenta la práctica de la profesión. • El empleo del método científico en la práctica, educación e investi-

gación constituyen la base para que la enfermería realice una aporta-ción importante a la sociedad.

• Utiliza los conocimientos con pensamiento analítico, crítico y creativo. • La enfermera profesional posee un bagaje de conocimentos y habilida-

des distintos al de otros profesionistas de la salud. 2. Es práctica.

• El rol de los profesionales no es estable, sino que cambia con las es-tructuras sociales. Éstos deberán crear formas propias en el ejercicio de su profesión.

3. Es académica. • La práctica de la enfermería de alto nivel se caracteriza por la solidez

de su formación teórica. • May una necesidad creciente de enfermeras capacitadas en cuidados in-

tensivos de pacientes agudos y de enfermeras eapiuvH de diagnosti-car y lomar decisiones. Asimismo, E S I H ' H ' M H I O que colaboren con

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La enfermería 15

los demás profesionales de la salud para mejorar la calidad de la atención a los usuarios, por lo que requieren de una amplia educa-ción de alto nivel académico.

4. Habilidad técnica que se basa en principios generales. • Gran parte de la práctica de la enfermería se apoya en principios o ba-

ses científicas, que con frecuencia se derivan de hechos o propuestas teóricas aceptadas de otras disciplinas.

• La enfermera profesional posee una educación diversificada de las di-ferentes áreas de la especialidad; posee, además, criterio y pericia basados en el conocimiento de principios científicos diversos.

• La enfermería requiere de bases científicas que guíen la práctica y, a su vez, proporcionen la base para la legitimidad y autonomía de la. pro-fesión.

5. Tiene bases éticas. • La enfermería se ejerce dentro de un marco ético, en cuyas normas y

valores verdaderamente se cree. Éstos constituyen una guía a la cual recurrirán cuando sea necesario. El código de enfermería concreta es-tos valores. No obstante, es necesario enfatizar que el código ético se integra, en gran medida, con el código personal, desarrollado en el contexto y en el curso de la vida de cada persona, e incluye los valores aprendidos en el hogar, escuela, grupos sociales, entorno laboral y en-señanza religiosa.

6. Tiene organización interna. • Esta profesión, como todas, reconoce la autoridad de un grupo profe-

sional que establece las normas de conducta y actuación. • La enfermería debe presentar un frente común, impedir que sea dividi-

da por desacuerdos internos. Ha de ser coherente en sí misma, tener un alto sentido de gremio y de identidad profesional, asumiendo la responsabilidad que lleva al logro de los objetivos de la profesión: • Asistencia de salud a usuarios, • Agente de cambio de usuarios y profesionales de la salud menos

calificados y educación de futuros profesionales. 7. Tiene autonomía.

• La enfermería, como profesión, controla sus propias funciones en el ambiente de trabajo.

• El ejercicio libre de esta profesión implica independencia y respon-sabilidad de los propios actos.

• La enfermería, mediante sus cuerpos colegiados, busca y mantiene la autodeterminación y su propia reglamentación.

H, Es eminentemente social. • líl propósito de la enfermería consiste en ayudar a que las personas

eotlNorven su salud para que puedan desempeñar sus actividades.

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16 La enfermería como profesión

Dicha disciplina abarca la promoción de la salud: mantenerla y restaurarla, y el cuidado al enfermo, lesionado, a pacientes termi-nales y moribundos.

• Mediante su función de asistencia, la enfermera ayuda al individuo a reconocer y manejar por sí mismo las funciones necesarias para man-tener y recobrar su estado óptimo de salud y, algunas veces, a en-frentarse a la muerte.

• El servicio profesional a la sociedad exige integridad y responsabilidad en la práctica ética y un compromiso de toda la vida.

• Conforme la enfermería obtenga mayor control sobre su práctica profe-sional, es decir, sea más autónoma, podrá ofrecer al público una ima-gen de enfermeras profesionales más competente.

• Existo una fuerte motivación o vocación en la elección de esta carrera, que sugiere un compromiso de la profesional al servicio de la so-ciedad.

• I II eiilenneiu debe ser sensible a las necesidades humanas y tener con-< t< tu in di mi le.ponsabllidnd al contribuir al bienestar de los demás.

t il i im n l a t'N l A l'NI'KMMIíWÍA

I I / . ' \ , ' / I , I I TU l>i)M|iinl.i del salu I " L-llinológieamenlc filosofía deriva del grie-)'i> flhM, "iimoi" y soJ(>\, "sabiduría", y literalmente quiere decir: "amor por el MIIM'I" SU estudio se encarga de los principios del ser, de todo lo que es, es de-cli, I )los, inundo y el hombre mismo. Es el medio por el cual el hombre trata de comprenderse a sí misino y al mundo en el que vive.

La filosofía también .se encarga del estudio del origen de la naturaleza y de la actividad de todo lo existente; no estudia fenómenos aislados, sino el uni-verso como un todo, la relación eterna e inmutable de las cosas entre sí y con el universo. Por tanto, la filosofía es la ciencia de todas las cosas a través de sus causas y razones últimas, tal como las descubre por sus propios medios, la razón natural; orienta los actos del hombre, por lo que la filosofía de éste debe ser sana y verdadera, ya que si no vive como piensa, pronto pensará como vive, por la falta de principios sólidos.

La filosofía, como ciencia de los principios, representa la unidad de las cien-cias en general, y dentro del dominio de cada una de éstas permite profundizar y aclarar cualquier tema; ayuda a formular sus problemas, a delimitar su campo de investigación y cooperar para que las ciencias desarrollen sus métodos.

La enseñanza-aprendizaje de la enfermería refleja la vida y la educación con-temporánea. Toda profesión estudiada correctamente depende de la compren-sión exacta del sentido y del propósito de la vida. El profesor, de enfermería debe comprensor claramente la finalidad general y las funciones de la educación en la vida y en la profesión de enfermería. !,a estudiante de enleimería (como

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La enfermería 17

toda persona) es un ser en proceso, en continuo cambio y desarrollo debido a! constante aprendizaje y adquisición de nuevas experiencias.

El conocimiento de uno mismo hace posible la realización personal. Al to-mar conciencia el individuo de lo que es y de lo que siente, surgen las preguntas sobre su propio ser y sobre el sentido de la vida: ¿qué soy?, ¿de dónde vine?, ¿hacia dónde voy?, ¿qué es el mundo para mí?, ¿cuál es mi lugar en el mundo?, ¿qué significado tiene para mí estudiar, luchar, gozar, trabajar?, ¿cuál es el sen-tido de la vida, del dolor, de la muerte y de todo lo que afecta al ser humano?

Si hasta el momento la estudiante de enfermería no ha tomado conciencia exacta de su propio ser, es ahora cuando debe reflexionarlo. El fin de esto es buscar y encontrar la actitud responsable que corresponde al ser humano. Debe conocerse a sí misma, conocer el mundo que la rodea y sus relaciones con él, conocer al Ser Supremo y las relaciones que lo ligan a él. Captar el sentido de U. vida y actuar en el mundo de acuerdo con ese sentido supone el conocimiento de la esencia del hombre y de su fin último.

Ser congruente con los sentimientos, emociones, ideas, valores, conductas y objetivos de la propia vida, es una condición para hacerla más humana y signifi-cativa.

Los valores son el resultado de la cultura, es decir, de la influencia familiar, escala religiosa y, en general, de las tradiciones vividas en la educación tempra-na que en la mayoría de los casos conlleva a integrar un sistema de valores.

La estudiante de enfermería comprenderá mejor que crecer, realizarse y fruc-tificar no sólo es un derecho, sino también un deber para con la familia, profe-sión, sociedad y para consigo misma. Este deber y derecho atañe a toda persona, pero al tratarse de la enfermera profesional, deben observarse bajo la áreas per-sonal, física, afectiva, social, espiritual, profesional, ética y política, porque cada una de estas áreas muestra aspectos reales que es necesario integrar como una forma unitaria de la esencia del hombre.

FINALIDAD DE LA ENFERMERÍA

La enfermería tiene como finalidad el cuidado de la salud individual, familiar y colectiva, por lo que enfocará sus acciones a investigar y analizar las causas rea-les que provocan enfermedades, sobre todo en las clases trabajadoras y las me-nos protegidas, que forman la mayoría de los habitantes; lograr la participación de la comunidad en la detección de sus necesidades y problema^ en la selección de alternativas para solucionarlas; asimismo, ayudar al grupo familiar a recono-cer su responsabilidad, como unidad social, de contribuir al bienestar de su pro-pia familia y de los demás; refrendar su papel en la atención del'usuario, respe-tarlo como sor humano, biológico, pensante y capa/, de sentir y participar a tiave.s de sus funciones específicas, en la dinámica que facilite el progreso indi vidual, familiar y comunltaiio,

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18 La enfermería como profesión

Considerada la salud como un proceso de crecimiento y desarrollo humano tranquilo y sin conflictos, la enfermera tiene que prepararse para promoverla, para que los individuos la conserven y mantcnegan en niveles óptimos y para participar en la restauración de la misma mendiante los cuidados específicos al enfermo, al lesionado y al moribundo.

En razón de esta dinámica social, la enfermería se enfrenta a nuevos retos para brindar servicios seguros y eficientes. Está presente la urgente necesidad de poseer una base de conocimientos y tecnología adecuadas para que la enfermera sea capaz de diagnosticar, tomar decisiones, trabajar en coordinación con otros profesionales de la salud, mejorar la calidad de atención a los usuarios, dar cui-dados intensivos a los pacientes agudos, y específicos a los pacientes crónicos, así como atender, en todo caso, a los familiares. Esto último es algo que no se hace por motivos obvios, pero puede considerarse que el origen de ello quizá sea la carencia de atención integral familiar, individual y comunitaria, es decir, no se vive la filosofía de enfermería.

La seguridad social atiende las necesidades que van surgiendo; entre éstas ocupa un lugar primordial la atención a la salud. Para cumplir con la satisfac-ción de esta necesidad se debe dar un servicio similar a todo el pueblo, ya que cada individuo tiene derecho a la prevención de enfermedades y conservación de la salud en beneficio propio, de los suyos y de la comunidad en que vive.

En este caso la enfermería tiene una gran tarea, y para afrontarla precisa de cualidades de cultura e inteligencia al servicio de una conciencia equilibrada. La enfermera ha de preparase para que dentro del contexto histórico, sociocultural y político, suministre atención de enfermería individual, familiar y comunitaria; considere y trate al hombre mismo en sus dimensiones biológica, psicológica, social y espiritual; participe con otros profesionales a nivel decisivo en los pro-gramas que conlleven a promover la salud, prevenir las enfermedades y compli-caciones; colabore en la curación y rehabilitación de pacientes, estimando las variantes del medio interno y extemo que pueden afectar o romper el equilibrio; elabore y participe en proyectos de investigación que ayuden a resolver los pro-blemas en relación con la salud; actúe como docente en la formación de recursos de enfermería, tanto en instituciones educativas como de servicio y en la comu nidad, y además, actúe como dirigente en la planeación, ejecución y evaluación de las diversas funciones de enfermería.

La enfermera ha de actuar siempre con base en los valores tic respeto a la vida, dignidad y derechos del ser humano para así enaltecer la profesión por la calidad del trabajo desarrollado en cualquier área específica de enfermería y en el ejercicio de las funciones inherentes a la profesión.

La enfermería es una de las profesiones que necesita dar y mostrar en su ac tuar diario, todo el entusiasmo, dinamismo, iniciativa, alegría y eficacia; no din apariencia contraria, que resultaría negativo para la propia vida profesional, peí sonal y social.

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La enfermería 19

I ,os objetivos de la enfermería conllevan una idea o meta: el servicio a la po-liliii ion, transformado éste en acciones que procuren o preserven la salud. El ftUmpIlmicnto de esta meta exige que cada enfermera sea consciente de su res-ponsabilidad como persona, como ciudadana y como profesional:

• Identificará los problemas físicos, emocionales, psicológicos, económi-ios y espirituales del-paciente.

• Valorará el estado de salud del paciente mediante los medios propedéuti-cos aplicables al caso.

• Interpretará y registrará las reacciones importantes, observadas. • Reconocerá la etiología, sintomatología, tratamiento y prevención de las

enfermedades de los pacientes a su cargo. • Planeará el cuidado de enfermería en base a la terapéutica indicada para

el paciente y el diagnóstico de enfermería. • Aplicará los principios de salud mental y física en el cuidado de los pa-

e¡entes de cualquier grupo etario. • Aplicará los principios o bases científicas al dar cuidado de enfermería al

paciente. • Aplicará sus conocimientos con precisión, rapidez, cortesía y seguridad

QOnforme a las necesidades de cada paciente. • I 'roülirará mantener un ambiente limpio, higiénico y seguro para el paciente. • Participará con otros colaboradores en los programas de salud, como

miembros del equipo de atención de la misma, ya sea preventiva, curati-va, familiar o comunitaria.

• l*iestará a la comunidad los servicios de salud que contribuyan al bienes-tai colectivo.

• Ai tuurá como educadora higiénica y consejera para buscar conjuntamen-te la solución a las necesidades de la familia.

• Mustiará comprensión a los problemas manifestados por la familia con el luí de orientar a la misma al autocuidado.

• I laborará y participará en proyectos de investigación que ayuden a resol-ví i problemas relativos a la salud.

• huíu ipará en la formación de recursos para enfermería.

I 11 I H \ 1 N I.A HNFI'JRMBRlA

l nln iinti\ iiluo tiene la facultad de elegir su profesión. Una vez elegida ésta, se II» ni 11 di liei de prepararse para su ejercicio técnico y de adquirir la conciencia di n pniiNiibllldad y solidaridad sociales, demandada por la profesión.

I a muíd] profesional es el conjunto de facultades y obligaciones que tiene el indi tiltil»i ti viilin! de la profesión que e |eue en la sociedad, I.a razón del prole llilliil > i« i vit a lii humanidad, y MI principal objetivo es el bieuesiai individual,

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20 La enfermería como profesión

familiar y social, basado en principios sólidos que le son propios, los cuales con-servará a pesar de los cambios sociales que pueda sufrir.

Cada profesión tiene sus exigencias particulares, pero todos los deberes pro-fesionales tienen un punto en común: cumplir con las exigencias sociales.

Los deberes profesionales son formas concretas de llevar a la práctica los valores de la veracidad, la valentía, la justicia, la lealtad, la templanza y otras virtudes del ser humano.

DESARROLLO HISTÓRICO DE LA ENSEÑANZA DE LA ENFERMERÍA

En México, en la época precortesiana, la partera recibía el nombre de Tlal-maqui-ticill; se ocupaba de la atención de la madre durante el embarazo y poste-riormente daba atención a ésta y al niño.

Tres años después de la conquista, en 1524, se fundó el Hospital de la In-maculada Concepción, conocido hoy en día como Hospital de Jesús.

Posteriormente, en 1531, se fundaron numerosos hospitales esparcidos por todo el país.

El primer colegio de tipo universitario fue fundado en 1536, llamado Impe-rial Colegio de la Santa Cruz en Santiago de Tlaítelolco, el cual se transformó en la Real y Pontificia Universidad de México, en virtud de la Real Cédula de Función, otorgada por Carlos V, el 21 de septiembre de 1551; sin embargo, la enseñanza de la medicina se inició hasta 1559, y fueron las órdenes religiosas las que prestaron atención a los enfermos . Había también enfermeras, que hacían las curaciones en hospitales y cárceles; eran mujeres de edad madura, solteras o viudas honestas. La carrera de partera estaba afiliada al protomedica-to, por la Cédula Real de 1750.

En la segunda mitad del siglo xix aparece, debidamente reconocida la profe-sión de partera, dependiente del Ministerio de Instrucción Pública.

En 1833, en el estado de Michoacán, se creó la cátedra de cirugía, con la Ley número 11, y fecha del 25 de mayo, en la cual se integra a las parteras y que, a la letra dice:

Capítulo I

De la Unidad de las Ciencias Médica y Quirúrgica

Artículo 18. Los flebotomistas y parteras serán examinados por vocales médico-ciru-jano y otro profesor que se sacará por suerte. Artículo 19. Las personas que hoy ejercen la flebotomía y obstetricia, KC examinarán por el Frotomedicato dentro de seis meses sin exigir roquillto nlguiui, uiiín (|iio la in strucción competente que acrcditurrt en el examen y Mu qui' piu'.ue ntrON derechos sino ION del eicribuno y papel lolludo.

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La enfermería 21

Artículo 20. Los exámenes de cirugía y medicina, farmacia, flebotomo y obstetricia que hiciera la facultad médica, serán con las formalidades, requisitos y derechos que establezca en sus estatutos. En 1848, fueron creados en el Instituto Médico-Quirúrgico, los estudios para partera y /armacéuticos, los cuales fueron aprobados por la junta de estudios. En 1852, el Gobierno del Estado expidió el decreto número 15 de fecha 2 de marzo, que abarcaba la enseñanza y ejercicio de las parteras que a la letra dice:

Número 1. El Congreso Constitucional del Estado de Michoacán decreta:

Artículo 1. Las mujeres que sin el título correspondiente ejerzan el oficio de parteras podrán ser admitidas a examen por la Facultad Médica del Estado, sin más requisito que el de la instrucción y honradez competente. Artículo 2. La misma Facultad designará el mejor tratado de Obstetricia de los que existen, para que sirva de texto principal de instrucción a las que en lo sucesivo quieran ejercer este arte. Artículo 3. El tratado de que habla el artículo anterior deberá estar escrito en térmi-nos claros y sencillos, compatibles con la decencia y, además de los conocimientos profesionales, contendrá las obligaciones de las parteras y las prescripciones u opera-ciones que se les prohiba verificar.

El primero de julio de 1853 fue expedido el reglamento que demanda el artículo 3o, que a la letra dice en algunos apartados:

Para el ejercicio de las parteras expedido en cumplimiento del artículo 3o de la Ley del 2 de marzo de 1852.

Artículo Io. Las parteras gozan de los derechos que corresponde a los demás profesionistas de las ciencias médicas, ejercen libre y exclusivamente sus facultades y tienen derecho de los honorarios que les da el arancel. Artículo 2o. Están obligadas: a prestar su servicio a cualquier parturienta por quien fueren solicitadas, sea a la hora que fuere.

En agosto de 1917 fue creada la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, agrupando a los planteles de enseñanza media y profesional, entre éstos la medicina, y como consecuencia, la enseñanza de parteras, aun cuando ésta no se menciona, tal vez en virtud de que era una dependencia de la Escuela de Medicina.

En San Luis Potosí, en 1877, en la universidad del estado comenzó la forma-ción de partera, dependiente de la Escuela de Medicina. La enseñanza teórico-práctica estaba a cargo del médico, teniendo como requisito de ingreso el 4o de primaria. Al egreso, la partera ejercía libremente su profesión.

A mediados del siglo XX se inicia la industrialización y el régimen de seguri-dad social, lo que provoca la movilización de la población rural al medio ur-bano. La Escuela de Enfermería modifica sus planos de estudio en tiempo y con-tenido, UNÍ como ÑUS requisitos de Ingreso,

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2 2 La enfermería como profesión

En el Hospital General de México, en 1903, las enfermeras alemanas Mande Dato y Gertrudich Iriedich, iniciaron el Primer Curso de Enfermería Básica para un grupo de 30 personas; posteriormente, el 9 de febrero de 1905, se fundó la Escuela de Enfermería, no solamente como beneficio para pacientes de dicho hospital, sino como factor de difusión de conocimientos útiles a la mujer en su vida diaria.

En esta escuela la carrera de enfermería debería cursarse en tres años con las siguientes materias:

Primer año: anatomía, fisiología y curaciones. Segundo año: curaciones en general e higiene. Tercer año: pequeña farmacia, curaciones y cuidados a los niños, parturien-tas y enajenados.

Los requisitos eran:

• Haber terminado la instrucción primaria; • tener buena salud; • tener buena moral, comprobada con un certificado de persona honorable; y • tener menos de 30 años de edad.

En 1910, la Escuela de Enfermería del Hospital General, se incorporó a la Universidad Nacional de México, hoy Autónoma, a través de la Escuela de Medicina, asumiendo la responsabilidad de preparar enfermeras profesionales; el único requisito era presentar el certificado de Educación Primaria. De 1927 a 1934 se instituyó el requisito de contar con una educación profesional de un año, al que se le llamó "preparatorio" en el que se estudiaba biología, matemáti-cas, física y química. En 1933, con motivo del primer Congreso de Enfermería y Obstetricia, se observó la necesidad de una mayor preparación y, a petición de los profesores y de las propias enfermeras, se solicitó incluso como requisito de ingreso, la enseñanza secundaria.

En 1945, la enfermería consumó la separación académica de la Escuela de Medicina y se constituyó en Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia de la UNAM; la carrera de enfermería, con tres años de duración tenía como requisito de ingreso la enseñanza secundaria, y ser para la carrera de obstetricia, se pre-sentó como requisito obtener el grado de enfermera.

El doctor Everardo Landa, primer director de la escuela, se esforzó por mejorar los planes de estudio y nombró a los jefes de los servicios como los primeros instructores.

En 1948 se nombró a la doctora Emilia Leyva Paz de Ortiz como directora de la Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia do la UNAM, quien realizó una importante reestructuración del plan de estudios

En 1949, del 12 al 18 de septiembre en San h".< de < oMn Míen, se llevó a

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La enfermería 2 3

cabo el Primer Congreso Regional de Enfermería, al cual fueron invitados los países del norte de la línea ecuatorial.

Uno de los temas de discusión fue el de "Enseñanza de Enfermería". Como resultado de las distintas comisiones de trabajo, surgieron las siguientes re-comendaciones:

1. Que los directores de las escuelas de enfermería sean enfermeras tituladas de una escuela reconocida, y especializadas en la educación de enfermeras, ya sean religiosas o laicas.

2. Que el gobierno de las escuelas de enfermería sea autónomo, bajo la direc-ción de enfermeras tituladas especializadas y que el financiamiento sea he-cho por una institución particular o por el gobierno del país.

3. Que se haga todo esfuerzo para aumentar el número de alumnos con en-señanza secundaria en las escuelas de enfermería de cada país.

4. Que en el último año del curso básico se incluyan asignaturas de métodos de supervisión y enseñanza para preparar a toda enfermera graduada para cumplir su papel de supervisora en su servicio.

5. Que las escuelas de enfermería sean anexas a hospitales generales que ten-gan por lo menos cien camas.

6. Que las escuelas adopten como programa mínimo las recomendaciones del Consejo Internacional de Enfermeras.

7. Que se establezca en cada país un Consejo Nacional de Educación de Enfer-mería, constituido por enfermeras tituladas para supervisar la enseñanza en las escuelas oficiales y particulares de enfermería.

8. Que se incluya en el curso de materia médica del programa de enseñanza de las escuelas de enfermería, el estudio del sistema métrico decimal y del sis-tema farmacéutico.

9. Que se establezcan escuelas o cursos de especialización para graduadas, anexos a las universidades de cada país, donde se efectuarán estudios de es-pecialidades de Enfermería, enseñanza, salubridad, psiquiatría, etc., con fa-cilidades para enfermeras del país y extranjeras con el fin de realizar inter-cambio entre ambas.

10. Que sean aumentados los presupuestos para el mantenimiento de las escue-las de enfermería, a fin de poder mejorar las normas de educación y aumen-tar el número de enfermeras.

11. Que después de verificado el congreso, se envíe al gobierno de cada nación aquí representada una síntesis de los principios básicos que rigen la escuela moderna de enfermería.

12. Que los gobiernos envíen enfermeras tituladas a otros países donde haya fa-cilidades de cspeciali/,ación como instructoras, para luego constituir el per-sonal docente de las escuelas de su país.

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2 4 La enfermería como profesión

En 1954 se realizó un Seminario de Educación en Enfermería en Zimapán, Hi-dalgo, auspiciado por la Secretaría de Salubridad y Asistencia, por la Universidad Nacional Autónoma de México y por OPS/OMS, del cual surgieron las siguientes sugerencias:

1. Que se formule el plan de estudios basados en la interpretación de los pro-blemas sanitarios de un país por medio de las estadísticas vitales.

2. Que se incluya la estadística y correlacionarla con materias afines. :V Que se establezcan dos tipos de escuelas de enfermería que exijan:

:U Bachillerato V2 Secundaria

'I Que la dirección de la escuela de enfermería esté a cargo de una enfermera profesional debidamente preparada.

^ Que den facilidades a las enfermeras profesionales para prepararse mejor, poi medio de cursos polibásicos o posgraduados, según sea el caso.

(Y (JIM KC n i otnleudc a la Asociación Nacional de Enfermeras llevar a cabo el estudio de métodos y medios para controlar: (> I I I funcionamiento y u|x:i iura de las escuelas de enfermería; o..' la ensenan/,a de enfermería; y f> \ el ejercicio de la profesión.

7. Que se establezcan cursos para auxiliares de enfermería. 8. Que las escuelas de enfermería colaboren en la plancación y desarrollo del

plan de estudios para cursos de auxiliares. 9. Que la enseñanza y dirección del personal auxiliar esté a cargo de las enfer-

meras profesionales. 10. Que se prepare al personal auxiliar que está trabajando actualmente por

medio de educación en el servicio. 11. Que se den facilidades a las auxiliares para que continúen sus estudios.

Posteriormente, la Universidad Nacional Autónoma de México, la Secretaría de Salubridad y Asistencia y la OPS/OMS, establecieron convenios para realizar los cursos de docencia en enfermería iniciados en 1950.

En 1955, la Secretaría de Salubridad y Asistencia, a través de la Dirección de Enfermería y Trabajo Social, con base en las recomendaciones del Seminario de Zimapán, a que las escuelas de enfermería deberían preparar a las enfermeras para que desempeñaran cargos en el campo sanitario y, en los hospitales fungieran como supervisoras e instructoras del personal auxiliar de enfermería.

En virtud de que las escuelas disponían únicamente de un reducido número de facilidades con las cuales hacer frente a las demandas, para que los planes de estudio de enfermería incluyesen instrucción en pediatría, obstetricia y psi-quiatría, se concibió un proyecto piloto para el mejoramiento de la educación básica de enfermería, nombrándose para ello a las cnlenueias < (incepción Oí tiz Eudavc, Ma. Teresa García Coniferas y Juana Nodiipii / Vela/que/, qulc

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La enfermería 25

nes, asesoradas por Esther Gilbertson, enfermera consultora del Instituto de Asuntos Interamericanos de la Administración de Cooperación Técnica de la Secretaría de Salubridad y Asistencia (SSA), iniciaron el estudio en siete po-blaciones seleccionadas de México: Chihuahua, Chi., Hermosillo, Son., León, Gto., Monterrey, N.L., Oaxaca, Oax.. San Luis Potosí, S.L.P., y Veracruz, Ver., a fin de estudiar las necesidades de la localidad concernientes a los ser-vicios de enfermería y sus funciones, recursos existentes para la preparación de las enfermeras, condiciones de las escuelas de enfermería, facilidades para ajustes y ampliar los problemas de educación de enfermeras y conocer el inte-rés de las autoridades docentes y sanitarias para el mejoramiento de los pro-gramas de educación.

Como resultado de este estudio, se logró la supera ;ión de las escuelas de en-fermería en el país: se inició la unificación de los planes de estudio, se llevó a cabo la selección de campos clínicos adecuados para las prácticas de enfermería, la continuación de cursos para fungir como instructoras de estudiantes de enfer-mería y maestras de las materias en la especialidad, la organización anual de seminarios para guiar a las instructoras en el desempeño de las actividades do-centes y en los nombramientos de enfermeras calificadas como directoras de es-cuelas de enfermería.

La práctica profesional de la partera y la enfermera sanitaria decreció en 1965, a la vez que, en las instituciones de salud del IMSS, el crecimiento fue considerable, proyectándose la práctica profesional de enfermería al segundo nivel de atención.

La educación en enfermería continuó su época ascendente y, en 1968, el Consejo Universitario de la UNAM aprobó las reformas a los planes de estudio y estableció la Licenciatura en Enfermería y Obstetricia, como carrera indepen-diente para perfeccionar y ampliar los estudios de la profesión.

En la década de los cincuenta, la política de salud se dirigía a controlar y erradicar las enfermedades transmisibles por medio de campañas de vacunación y de higiene, por ello se enfatizó en la preparación de personal de enfermería en el área sanitaria.

En los años setenta se celebraron dos eventos importantes: en 1972, la reunión de Ministros de Salud de las Américas, en Puente del Este, Uruguay, elaboraron el Plan de Salud para las Américas, señalando como estrategia la ex-tensión de la cobertura a través de los programas de salud rural; y en 1978, los ministros de Salud en Alma Atta acordaron, como meta política y social, brindar salud para todos en el año 2000 y se fijó la atención primaria, pidiendo a las in-stituciones formadoras de recursos humanos para salud que encauzaran sus pro gramas a la atención primaria, al trabajo comunitario, individual y grupal.

lisias políticas plantearon a la enfermería nuevos retos y la enfrentaron a las necesidades <lc salud de la mayoría y al Insólito desarrollo científico y lee nolóylco de la pilidien mddlcn, presunle en las instituciones de salud

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2 6 La enfermería como profesión

La mayoría de las universidades, a través de las escuelas de enfermería, a partir de los años setenta, han establecido la Licenciatura en Enfermería y Obs-tetricia con la cual la formación de enfermeras está acorde con las políticas edu-cativas establecidas en el país.

En 1992, son 28 las escuelas de Enfermería que ofrecían licenciatura y 10 las que ostentan la Licenciatura en Enfermería y Obstetricia, registradas en el desar-rollo de Universidades Académicas de Licenciatura de la Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Educación Superior de la República Mexicana.

A C T I V I D A D E S

1. Explicar los criterios para definir una profesión. 2. Discutir en el aula las características de una profesión. 3. Contestar y entregar copia de las respuestas a las siguintes interro-

gantes, o las que el profesor indique o formule: ¿Quién soy? ¿Qué es lo que más deseo en la vida? ¿Cuáles son mis características positivas? ¿Cuáles son mis características negativas? ¿Soy capaz de amar realmente a todos mis familiares? ¿Soy capaz de amar y comprender a mis compañeras presentes y futuras? ¿Por qué de-seo es tudiar enfe rmer ía? ¿ Q u é responsab i l idad considero tener hacia la sociedad? ¿ Q u é t iene pa ra mí la v ida? ¿Conozco y re-conozco el fin para el cual fui creada?

4. Discutir en grupo la guía del profesor, las respuestas más signi-ficativas, o bien, tomadas al azar, para adquirir mayor experiencia de la ref lexión sobre diversas respuestas.

5. Cada estudiante indagará políticas, finalidad y objetivos del Cole-gio de enfermeras de su localidad y del Colegio Nacional de En-fermeras.

ó. Se organizarán en equipos para discutir los aspectos que integran la finalidad y los objetivos.

7. Los equipos indagarán sobre la finalidad y objetivos del Conse jo Internacional de Enfermeras (CIE).

8. Cada equipo presentará al grupo sus conclusiones en relación con la finalidad y los objetivos de la enfermería.

9. Discut i r en grupo la re lac ión ent re la finalidad y objet ivos del Coleg io Loca l de Enfe rmeras , del Colegio Nacional de Enfe r -meras y del Colegio Internacional de Enfermeras .

10. Confrontar los Códigos con los l incamientos generales del Código aprobado por el CIE 1973.

11. En subgrupos, hacer una revisión del Código Deontológlco para Enfermeras del país y presentar por escrito la1. < oiu'luslonos a que se llegó, respecto a su alcance social, ét ico y luiuiuno

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Capítulo 2

El minuto que vive es el más importante de tu vida, donde quiera que te encuentres...

... Vive el momento presente, porque tu futuro depende de él.

Trata de aprovechar al máximo el momento que vives, sacándole

toda la utilidad que puedas, para tu perfeccionamiento.

MINUTOS DE SABIDURÍA C. TORRES PASTORINO

L A F O R M A C I Ó N D E L A E N F E R M E R A

LA ESTUDIANTE DE ENFERMERÍA

En la formación de la enfermera influyen varios factores como son: la estudiante misma, su ambiente familiar y nivel social, los profesores de las diferentes áreas del conocimiento, la institución educativa (incluidos los planes de estudio), el ambiente escolar, las instituciones de salud y la comunidad atendida por los ser-vicios de salud.

La estudiante de enfermería es una joven cuyas necesidades corresponden al último periodo de la adolescencia. Desea ser tratada como persona adulta, se enfrenta a la toma de decisiones en situaciones esperadas e inesperadas, y a asumir responsabilidades.

La estudiante de enfermería ha elegido por sí misma esta profesión. Es una persona con un potencial intelectual físico, emocional y espiritual, con necesida-des e intereses propios y comunes a las demás compañeras de estudio. Estas ca-racterísticas deben ser consideradas por el maestro, con el fin de ayudar y com-prender a cada una de las estudiantes.

lis necesario i|iie, especialmente a los docentes responsables de la formación de los alumnos de nuevo ingreso, se den n conocer los resultados de los exáme nes de i onocimientos y pslcomélricos en relación con lit'. carnelerístieas unís re

¿I

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2 8 La enfermería como profesión

levantes de las estudiantes, para que analicen y determinen la forma de estimu-larlas y a responsabilizarlas de su desarrollo profesional y personal.

Algunas escuelas ofrecen a las aspirantes cursos propedéuticos, para dar a conocer las generalidades de la profesión, su campo de acción, características requeridas para el desempeño profesional, mercado de trabajo, plan y métodos de estudio, normas que ayudarán a adquirir una disciplina de trabajo, entre otras. De esta forma las aspirantes reafirman su elección por la profesión.

La estudiante de enfermería ingresa a la escuela con su bagaje de conoci-mientos y con la ilusión y propósito de prepararse para ser útil a la sociedad; de-sea ayudar a los enfermos, a los minusválidos, a los pequeñitos y a los ancianos, es decir, muestra una disposición de apoyo y solidaridad hacia el necesitado de cuidados; lleva consigo además, angustias, temores, resentimientos; a la vez que muestra alegría por iniciar sus estudios profesionales y deseos de comunicarse afectivamente con nuevas compañeras y maestros; hace evidente su simpatía por ellos, se siente segura y optimista sobre sus expectativas, las cuales irá amplian-do y refrendando en el transcurso de su formación. En el transcurso de la carrera, irá adquiriendo una formación tecnicocienü'fica, humanística y metodológica, que le permitirá actuar como enfermera en cualesquiera de los niveles de atención de salud, al proporcionar una atención "libre de riesgos" al individuo, familia y co-munidad; asumir su responsabilidad como participante en el equipo interdiscipli-nario; como coordinadora en actividades de salud con otros sectores. Por lo ante-rior está obligada a la búsqueda y adquisición continua de nuevos conocimientos y valores que favorezcan su realización personal y profesional.

Como persona y futura profesionista de enfermería, es importante que posea o adquiera la capacidad de:

• Formar juicios sobre la realidad que la conduzcan a actuar con pleno cono-cimiento.

• Aprender por iniciativa propia en el presente y futuro. • Trabajar en equipo inter y multidisciplinario. • Servir y ayudar a quienes lo requieran. • Trabajar en situaciones emergentes con los recursos disponibles. • Comunicarse cordial y eficientemente con toda la gente. • Disciplinar y ordenar su vida: de estudiante y profesional. • Mostrar seguridad y confianza en sí misma. • Detectar las necesidades de salud familiar, individual y comunitaria. • Participar con organismos de influencia en el desarrollo de la profesión. • Realizar investigaciones con proyección social. • Asimilar, aplicar y demostrar el sentido y valor de las normas éticas y jurí-

dicas de la profesión.

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La formación de la enfermera 29

Se espera que tanto los profesores como las enfermeras ejerzan en la estu-diante su influencia para favorecer su desarrollo intelectual, social y moral.

EL PROFESOR EN LA FORMACIÓN DE LA ENFERMERA

I il cuerpo docente es uno de los factores más importantes en el prestigio de una escuela. El éxito o fracaso de ésta depende directamente de la competencia de sus profesores.

Para enseñar en la Escuela de Enfermería es necesaria una amplia prepara-ción educativa y profesional. La especialización de esta disciplina es una ense-ñanza importante que el maestro debe llevar a cabo.

Algunas cualidades y características necesarias que el docente debe cubrir son: sentido del deber, interés científico, humanístico y estético; capacidad de adaptación (equilibrio emocional), de colaboración y participación en tareas académicas y sociales de la institución, capacidad organizativa e intuitiva, de comunicación, comprensión y ayuda hacia el estudiante; además de un gran es-píritu de sinceridad y justicia.

Como requisito indispensable de los maestros de enfermería, además de ser excelentes profesionales, es que conozcan los problemas que enfrentan las estu-diantes y orientarlas en sus necesidades educativas. Él debe mostrar interés y en-tusiasmo por la enseñanza, amabilidad, comprensión y sentido del humor, hu-manidad, tolerancia, tener una apariencia limpia y atractiva, buena voz y un amplio repertorio lingüístico.

I il profesor de enfermería puede influir en la vida de la estudiante, hacer que ame y respete a la profesión y que modifique en forma positiva sus intereses, há-bitos y propósitos. El docente ayuda a pensar, planear y actuar.

La influencia de la personalidad del maestro es realmente importante en el desarrollo de la filosofía de la vida y de la profesión en la estudiante.

El papel del profesor de enfermería en la vida de la estudiante es decisivo, ya que ayuda a vencer desajustes y disipar preocupaciones, por ser él quien mantie-ne una comunicación más prolongada con la estudiante. A pesar de todas las nuevas concepciones pedagógicas, el profesor continúa siendo indispensable y fundamental en el proceso educativo, en la operación consecutiva de cambio de las generaciones tanto en el aspecto técnico como en lo social y cultural. Por lo general de él depende el éxito o fracaso de la estudiante.

De poco sirve tener edificios modernos, magníficas instalaciones, abundante material didáctico, si no está presente el "espíritu" del profesor para animar y dar sentido al proceso enseñan/, a-aprendiz aje.

Fundamentalmente, las buenas relaciones maestro-alumno deben promoverse poi el primero, porque el esta en condiciones de hacerlo, no sólo por su madurez, sino poi MI lesponsabilidad piofesiouul y piepartu ion dldactlcnpedngójuúcu.

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3 0 La enfermería como profesión

El profesor debe conocer a fondo el plan de estudios en el cual participa, có-mo se integra la asignatura que imparte en la estructura auricular para hacer un todo y considerar que para educar no basta enseñar una asignatura magisterial-mente, sino que es preciso otorgar comprensión, simpatía y justicia a la estu-diante.

LA ESCUELA DE ENFERMERÍA

La escuela es la institución social destinada específicamente a realizar la educa-ción intencional. Es el órgano de educación por excelencia, de ahí que toda su organización se dirija hacia la satisfacción de las necesidades sociales funda-mentales como meta.

La escuela como unidad educativa asume su responsabilidad mediante el co-nocimiento de los objetivos de la educación, ya que éstos son los que indican el rumbo, es decir, los puntos inicial y terminal, deseados, a los que deben centrar-se todos los esfuerzos: dirección, personal académico, administrativo, de inten-dencia y el de los propios educandos.

El conocimiento de los objetivos de la escuela otorgará significación a la en-señanza que en ella se dicte; si no existen o se desconocen, la acción educativa se reduce a una sucesión de clases impartidas o prácticas docentes, carentes de nexo con las necesidades sociales e individuales. Serán un simple pasatiempo para el educando y una carga inútil para la sociedad.

La Escuela de Enfermería es la institución académica qué, consciente de las necesidades de salud de la población en general y de la superación de sus egre-sadas, encauza sus propósitos y objetivos a lograr la meta de la enfermería: dar atención integral mediante la promoción y educación de y para la salud, protec-ción contra las enfermedades, recuperación y rehabilitación. Esta acción se ex-tiende a la población, teniendo como centro a la familia y grupos comunitarios, a pacientes hospitalizados de primero, segundo y tercer nivel de atención.

La finalidad de la Escuela de Enfermería, en todo caso, es preparar a la estu-diante para el ejercicio de esta profesión en las áreas sanitario-asistencial, ayu-dándola a desarrollar sus potencialidades como ciudadana y futura enfermera mediante la adquisición del conocimiento teoricopráctico que le permita alcan-zar en su vida y en la de los demás un grado óptimo de salud y de bienestar.

Para lograr esos objetivos se requiere alcanzar los puntos siguientes:

1. Despertar en cada estudiante el interés por el saber. 2. Propiciar la comprensión del significado de la vida y su relación con la

profesión. 3. Interesar a la estudiante en el conocimiento y dcsuiiollo do los valores es

pirilualcs, sociales y éticos que enriquezcan MI > unU ti < v poisonalldnd,

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La formación de la enfermera 31

4. Motivar a la estudiante a establecer y mantener buenas relaciones huma-nas y reconocer su importancia.

5. Concientizar a la estudiante de la relevancia de reconocer y valorar los es-tados de salud y de enfermedad individual, familiar y comunitaria, en rela-ción con los factores biológico, socioeconómico y psicológico.

6. Concientizar a la estudiante de la responsabilidad que tiene en la promo-ción y conservación de la salud propia y de la de los demás.

7. Propiciar en la estudiante la adquisición de los conocimientos necesarios para el ejercicio de la profesión en sus diferentes áreas.

EL AMBIENTB ÜSCOLAR

Como el ambiente familiar deja huella imborrable en las personas, cada estu-diante de enfermería lleva consigo un cúmulo de experiencias vividas en el ho-gar, así como del círculo social al que pertenece; algunas serán positivas, otras no pero, en todo caso, ambas han contribuido a formar y a organizar una escala de valores y de personalidad en la estudiante. Valores que en la nueva etapa de su vida persistirán o cambiarán, debido al ambiente escolar. Si éste es favorable, la estudiante se sentirá acogida, comprendida, estimulada y motivada a buscar su identidad y superación como mujer, como profesionista y como persona. Es responsabilidad de todas las personas involucradas en la escuela propiciar un ambiente psicológico adecuado, agradable, de respeto y comprensión mutua.

El ambiente físico de la escuela igualmente ejerce su influencia en el ánimo y afectividad de la estudiante ya que, a través de ello aprende a querer a su es-cuela, a cuidarla; en ella todo es orden, limpieza y agradable, lo que requiere e implica que cada persona que labore en la escuela realice su actividad con agra-do, prontitud y eficiencia. De este modo es factible contribuir al desarrollo ar-monioso y organizado de las diferentes actividades académicas.

Las instituciones de salud, con su extensión a la comunidad, son otro am-biente de formación de las futuras profesionistas. Es muy importante que ambas instituciones (educativa y de salud) tomen los acuerdos pertinentes y fijen las bases en relación con la práctica de las estudiantes, quienes darán a conocer en su oportunidad al personal correspondiente y a las propias estudiantes expresan-do por escrito los requisitos requeridos para realizar la práctica, en tiempo, espa-cio y nivel de aprendizaje, para lograr la congruencia entre la teoría y práctica y así seleccionar las experiencias significativas para cada estudiante. Es necesario que la estudiante encuentre la aceptación y apoyo del personal que labora en las instituciones de salud.

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3 2 La enfermería como profesión

CÓDIGO PARA ENFERMERAS

El código para enfermeras servirá de guía para el quehacer diario o durante la práctica profesional.

En julio de 1953, en la reunión del Gran Consejo Internacional de Enferme-ras (CIE) en San Paulo, Brasil, se adoptó por primera vez un Cóndigo Interna-cional de Deontología. El Gran Consejo revisó posteriormente el Código en la reunión de Frankfurt, Alemania, en junio de 1965.

El Código para Enfermeras fue elaborado por el Comité de Servicios Profe-sionales y lo adoptó el Consejo de Representantes Nacionales del CIE en la ciu-dad de México, en mayo de 1973.

El Código para Enfermeras es una guía de acción basada en los valores y exigencias de la sociedad. Debe ser comprendido, integrado a la vida y aplicado por las enfermeras en todos los aspectos de su trabajo.

Los puntos básicos del Código que se deben ahondar y reglamentar son:

1. La enfermera y el individuo. 2. La enfermera y el ejercicio de la enfermería. 3. La enfermera y la sociedad. 4. La enfermera y sus colegas. 5. La enfermera y su profesión.

La enfermera y el individuo

• Deberá atender, en primer término, a aquellas personas que necesiten de sus servicios profesionales.

• Durante el ejercicio de su profesión creará un ambiente en el que los valores, costumbres y creencias del individuo sean respetados.

• Mantendrá reserva sbre la información personal que reciba, y utilizará la ma-yor discreción para compartirla con alguien cuando sea necesario.

• Prestará sus servicios respetando la dignidad humana y al paciente como indi-viduo, sin tener en cuenta su situación económica o social, los atributos o la naturaleza de los problemas sanitarios de la persona.

• Salvaguardará el derecho del paciente a la privacía, protegiendo en forma le-gal toda la información de carácter confidencial.

La enfermera y el ejercicio de la enfermería

• Es personalmente responsable de su actuación profesional y de mantener váli-da su competencia por medio de una educación permanente

• Adaptará a la realidad de una situación espocílUu ln • ululad del liabajo de la enfermera y será en cada caso la más elevada |H »II• !•

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La formación de la enfermera 3 3

• Evaluará con espíritu crítico profesional la competencia de los individuos, siempre que tenga que aceptar y delegar responsabilidades.

• Asumirá la responsabilidad de sus juicios y actuaciones de enfermería a nivel individual.

• Mantendrá competencia en la enfermería. • En el ejercicio de su profesión, debe mantener una conducta irreprochable que

dé crédito a su profesión.

La enfermera y la sociedad

• Comparte con otros ciudadanos la responsabilidad de iniciativas y acciones tendientes a satisfacer las exigencias sanitarias y sociales de la comunidad.

La enfermera y sus colegas

• Cuando los cuidados que recibe un paciente son puestos en peligro por un co-lega u otra persona, debe tomar la decisión más adecuada y actuar en conse-cuencia.

• Actúa como defensora del paciente cuando los cuidados de la salud y la segu-ridad se ven afectados por la incompetencia y falta de ética o ilegalidad de la actuación de un colega u otra persona.

La enfermera y la profesión

• Contribuye activamente al desarrollo del acervo de conocimientos propios de la enfermería.

• Por medio de su asociación profesional, participará en el establecimiento y mantenimiento de condiciones de trabajo en enfermería que sean económica y socialmente justas.

• Colabora con los fines profesionales para que se lleven a cabo y mejoren las normas de la profesión.

• Participará en actividades que contribuyen al desarrollo continuo del cuerpo de conocimientos de la profesión.

• Participará en los esfuerzos que hace su profesión para que se establezcan y mantengan las condiciones necesarias de una práctica de alta calidad.

a Participará en los esfuerzos profesionales dirigidos a proteger al público de la dcsinlbrmnción y de las Interpretaciones equivocadas y a mantener la integri-dad de l.i profesión,

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3 4 La enfermería como profesión

A C T I V I D A D E S

1. Discutir en grupo, con asesoría de docentes de área: • La preparación actual de la profesional de enfermería para la

asistencia materno infantil • Cursos de actualizacón a enfermeras.

2. Presentar conclusiones al respecto. 3. Conocer el Códico Deontológico para enfermeras que dirige el

ejercicio de la profesión en el país y asimilar sus normas. 4. Consultar el Código de las Enfermeras de la Asociación de Enfer-

meras Americanas (ANA), 1976.

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PARTE II EL HOMBRE

Page 38: fundamentos enfermeria
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Capítulo 3

No pienses encontrar la perfección en los que te rodean.

La excelencia es difícil por lo tanto, si encuentras fallas

en las personas que admiras, no te desilusiones.

C. TORRES PASTORINO

¿ Q U É E S E L H O M B R E ?

Distintas corrientes filosóficas han dado respuesta a esta pregunta de acuerdo a factores predeterminados por el contexto particular y forma en que se enmarca la pregunta.

El hombre o ser humano es la unión de un cuerpo material y alma espiritual. Solamente en el orden natural, es un sujeto espiritural, porque sólo el ser huma-no está dotado de inteligencia y voluntad. No existe inteligencia, razón ni volun-tad sin una norma, una ley o un principio objetivo.

La actividad espiritual exige un sujeto intelectivo. Por tanto, el ser humano que comprende, razona y quiere, es existente; si existe es sujeto espiritual, con-forme a un principio objetivo comprendido y libremente aceptado por él mismo. Según dicho principio, él tiene la capacidad de conocer y realizar acciones mo-rales; por lo cual, debemos comprender al ser humano ante todo no sólo como ser biológico sino como persona, es decir, qué es en cuanto a individuo y perso-na.

Como individuo, es un ser real subsistente: uno, indivisible, y posee todo lo que le corresponde a su naturaleza.

El sujeto espiritual como tal es personal: posee razón, voluntad y facultades que constituyen la unidad que llamamos espíritu.

Persona es un individuo dotado de inteligencia, razón y voluntad. Por lo tan-to es un ser humano que tiene conciencia y conocimiento de sí mismo.

El sor humano descubre en sí y por sí mismo que su fin es el de constituirse en |H'isomt y que. en cuanto tal, r.i.i 01 ¡rutado n un íín superior. En el están los

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38 El hombre

principios de vida animal, que forman con la vida espiritual una unidad, un ser armónico.

Todos los principios vitales sensitivos y humanos constituyen su naturaleza de individuo; los espirituales constituyen su persona.

El hombre como persona racional, que piensa y es libre, capaz de tomar de-cisiones, tiene por lo mismo una dignidad esencial que lo eleva sobre toda la creación.

La dignidad humana tiene como base la creación. Dios creó al hombre a su imagen y semejanza, hombre y mujer los creó, los dos con el mismo derecho.

La libertad es una cualidad fundamental de la persona; el hombre está condi-cionado por los deberes y derechos con respecto a otras personas y al Creador, a esto se le llama libertad responsable. El hombre puede hacer todo cuanto quiera y pueda, pero con responsabilidad, pues libertad sin responsabilidad, no es liber-tad sino abuso de ella.

La condición de persona otorga al ser humano, una especial situación en el universo creado, lo domina y custodia; a la vez es un ser dueño de sí, ad-ministrador ante su Creador, se relaciona con los demás hombres por el cono-cimiento y el amor. A esta singular posición del hombre y a su valor como imagen del Creador se le designa con el nombre de dignidad de la persona humana.

La dignidad del ser humano radica en su naturaleza que es corpórea y espiri-tual; de ser una persona responsable, capaz de autogobernarse y de tener una in-trínseca exigencia moral (religiosa) así como estar llamado a un último fin so-brenatural.

L A S NECESIDADES HUMANAS

Según la teoría de la jerarquía de las necesidades de A.H. Maslow, psicólogo humanista, la motivación de las personas se basa en cinco tipos de necesidades: fisiológicas, de seguridad, de afecto, de estima y de autorrelación. Maslow dife-renció las necesidades inferiores como necesidades de déficit, y a las necesida-des superiores, como de desarrollo.

1. Necesidades fisiológicas: oxígeno, alimento, líquidos, eliminación de de-sechos corporales, actividad, descanso y sexualidad.

2. Necesidad de seguridad y protección: seguridad en el trabajo, económica, emocional, espiritual; protección personal, familiar, de sus bienes y de peligro y desastres.

3. Necesidad de afecto y afiliación: de amigos, compañeros, identificación con un grupo,'aceptación como miembro de un yrupo organizado, de un ambiente familiar hogareño, vecindario acogrtloi, piuiu Ipai con otros pu ra un fin común.

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¿Qué es el hombre? 3 9

4. Necesidad de estima y reconocimiento: de respeto, de confianza, de una buena opinión de los demás, de admiración, de confianza en sí mismo, apreciación y aceptación de sí mismo.

5. Necesidad de autodeterminación y autorrealización: realizar sus capaci-dades personales, de desarrollar sus posibilidades, desempempeñar la ac-tividad que desea en su propio estilo y manera particular, hacer aquello para lo que está capacitado. Descubrir la verdad, establecer el orden, pro-mover la justicia, crear la belleza en el arte.

Cuando las necesidades primarias no son satisfechas, la persona muestra un poder de motivación de la conducta,; cuando son satisfechas, las necesidades se-cundarias comienzan a adquirir un poder motivador para buscar satisfactores, es decir, una vez que la persona tiene alimento, agua, aire, etcétera, comienza a sentir otras: de seguridad, afecto, estima y autorrelación.

Maslow sugiere que el individuo actúa en niveles ascendentes, en los cuales las necesidades de un nivel deben ser satisfechas, cuando menos parcialmente, antes que la persona considere las de un nivel más alto.

Algunas veces, la persona considera que tiene necesidades de diferentes ni-veles, que deben ser satisfechas al mismo tiempo, no obstante que algunas de ellas son más importantes que otras.

Necesidades fisiológicas

Iintre las necesidades fisiológicas, la de oxígeno es la más importante. La de ac-tividad y descanso, considera además del descanso físico, el mental.

La persona debe poder satisfacer sus necesidades, pero en ocasiones hay pro-blemas, enfermedades o preocupaciones, que lo impiden por lo que es necesario conocer sus causas; por ejemplo, la irritación de la garganta, afecta la facultad de ingerir alimentos y líquidos, la pérdida de sueño puede deberse a alguna en-fermedad o preocupación.

Necesidad de seguridad y protección

En este grupo se incluyen las necesidades de seguridad económica y de trabajo, la seguridad emocional y espiritual, y la seguridad personal de protección en contra de peligros de cualquier índole.

Para satisfacer su necesidad de seguridad en el trabajo se han creado sindica-tos. que pugnan por la emisión de una legislación protectora para evitar la pérdi-da arbitraria de su trabajo.

I ,a persona que se siente segura enfrenta los problemas de la vida con ecua-nimidad y los resuelve con menor dificultad,

Toda persona lleno necesidad do confiar en algo o en alguien,

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4 0 El hombre

El sentimiento de seguridad es resultado final de haber satisfecho la necesi-dad de ser reconocido, de pertenecer y de comprensión.

Dispositivos de seguridad

Para la seguridad del paciente, las instituciones cuentan con dispositivos especí-ficos para diversas situaciones, que deben seleccionarse para cada persona de manera que su uso no implique peligro alguno: barandilla de la cama, para im-pedir que el paciente se caiga, marcos, soportes, chalecos de seguridad y cintu-rones para la inmovilización cómoda del enfermo y para evitar que caiga de la silla de ruedas; el cinturón de Posey permite girar en la cama sin caer; pasama-nos para evitar lesiones por caídas; andador, como apoyo y seguridad para per-sonas que deben deambular por los pasillos.

La prevención de accidentes con sustancias químicas se basa, principalmente, en el conocimiento y práctica de las normas y reglas especiales para evitar errores.

Los accidentes por lesiones térmicas se evitarán mediante el control y revi-sión periódica, por el personal de mantenimiento, de aparatos y dispositivos eléctricos y otras fuentes.

Los incendios pueden prevenirse mediante el control y vigilancia de materia-les, combustibles y calor. Como punto esencial se presenta la educación de pa-cientes, personal y público, de medidas de seguridad como:

• Letreros en ciertas áreas visibles sobre la prohibición de fumar. • Almacenamiento y distribución adecuada de líquidos volátiles. • Adiestramiento para el uso de extinguidores. • Adiestramiento al personal para el traslado de pacientes ambulatorios y en-

camados a un sitio seguro.

Necesidad de afecto y afiliación

Esta necesidad se manifiesta por el deseo de tener amor, consideración y afecto de otros, sentirnos parte de una familia o un grupo. Para satisfacerla, la persona debe sentir que es aceptada por otros, porque de esta manera se obtiene el presti-gio que le otorga el grupo como tal. Suele suceder que la persona desea ser miembro activo del grupo, pero teme a no ser aceptada, se aisla, por lo que se le debe ayudar a integrarse. La conducta amistosa de los grupos informales es una fuente de satisfacciones para esta necesidad.

Necesidad de estima y rconocimiento

Estas necesidades implican el deseo de ser respetado poi O I I O N Y N I mismo, De penden del nivel de maduro/, emocional que < mln «• I• un • h v del auto

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¿Qué es el hombre? 41

¡TCHpeto que se tenga. Toda persona desea saber qué se espera de ella, cuáles son NIIN responsabilidades y cómo las está cumpliendo.

Cuando se alcanza la madurez emocional esta necesidad se origina del senti-do de superioridad y capacidad tanto en el trabajo como en la vida diaria.

Como enfermera, se tiene un papel muy importante en ello: satisfacer las ne-cesidades de otras personas; la capacidad para satisfacerlas depende de la com-prensión y el ser comprendida. Si cree que nadie la comprende, su soledad y re-Kontimiento se transmite a los demás.

El deseo de ser alguien es saludable si se mantiene dentro de los límites nor-males; pero si se llega a exagerar, el individuo se interesa demasiado por sí mis-mo y poco por los demás.

Al sentimiento de amor propio y autoestima se correlaciona la necesidad de progreso personal, así como el de adquirir nuevos conocimientos para tener nue-vas ideas, resolver problemas más difíciles, y aprender otras habilidades y tener nuevas experiencias.

Algunas personas se conforman o se sienten satisfechas cuando realizan dia-riamente las mismas actividades; sin embargo, puede ser debido a tener inteli-gencia limitida o sentimientos de inferioridad e inseguridad.

Cuando la estudiante o la enfermera se hastían de bañar al paciente por creer que otros aspectos del cuidado son más interesantes, o quizá no sabe escuchar al paciente, cree que pierde el tiempo, necesita comprender que lo importante no es el baño o la charla, sino proporcionar bienestar al paciente y brindarle la oportunidad para que exponga sus problemas y así ayudarlo.

Necesidad de autodeterminación y autorrealización

El nivel más alto de las necesidades del hombre se refiere a la capacidad de cada persona a ser independiente.

Maslow considera a este nivel como el estado de ser uno mismo o de haber llegado a la madurez, de alcanzar la meta del proceso de llegar a ser, su esencia Implica comportarse en formas que tienden a realizar el potencial particular de cada persona.'

Conforme las situaciones y condiciones de la vida cambian, las necesidades también lo hacen, así como la forma de satisfacerlas se modifican, causando cambios visibles en el comportamiento que pueden o no ser aceptables según las normas de la sociedad.

Todas las necesidades son importantes y la enfermera debe reconocer las di-ferentes formas en que se manifiesta en los individuos, pacientes o colaborado-res. así como la forma de satisfacerlas, ya que cada persona difiere en la intensi-dad de sus diversas necesidades,

l,a necesidad es la fulla de algo, eslo es un estado deficitario para el cual de Iten buscniNc l• >•. salINIiictoie'<

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4 2 El hombre

LA SALUD, NECESIDAD ESENCIAL

La profesión de enfermería, tiene como fin cuidar de la salud individual, familiar y comunitaria, mediante acciones de promoción y prevención. Cuando la salud es afectada, las acciones de enfermería son dirigidas a la restauración de ésta a través de cuidados específicos, que van desde los más simples hasta los más complejos. La enfermera otorga el cuidado de la salud en forma integral, o bien como partici-pante con otros profesionales de la salud, cada uno con sus respectivas responsabi-lidades, que deben de realizarse de manera coordinada dentro de un marco de mu-tuo respeto entre sí y siempre y en todo caso con el debido al ser humano.

De esta forma, es lógico que la maestra de enfermería dirija su enseñanza primeramente a lograr que la estudiante tenga un concepto claro de lo que es la salud y qué implica el cuidado de la misma. La estudiante reafirmará estos con-ceptos durante su desarrollo profesional.

La profesional de enfermería desarrolla su práctica centrada en las necesida-des del individuo y de la población, para participar activa y conscientemente en la solución de sus problemas.

El significado de salud depende de la visión que se tenga del organismo vi-viente y de la relación de éste con su entorno. Luis Jorge González, en su libro Salud, expresa que la salud humana es un equilibrio dinámico en todos los nive-les de su ser; físico, mental y espiritual; de su relación con el medio ambiente, con los demás hombres y con su Creador. Lo que indica que la salud no es cues-tión estrictamente personal, aun cuando cada quien es responsable de la propia. La salud en sí misma es un fin; entendida como un componente indispensable de bienestar, es a la vez un medio para lograr el desarrollo económico del país.

El proceso de desarrollo a su vez busca como finalidad el bienestar indivi-dual y colectivo, lo que implica aumentar el nivel de salud, el cual se considera primeramente como una resultante de tres factores: la estructura económica, el nivel cultural y el grado de bienestar de la sociedad.

En consecuencia, la elevación del grado de salud requiere de una acción in-tegral que comprenda la utilización máxima de las fuerzas productivas, de la elevación de los niveles culturales y del otorgamiento y utilización de los servi-cios oportunos y eficientes.

La salud es un proceso dinámico, derivado de las interacciones del hombre y de la comunidad con su ambiente.

Dentro de esta concepción, para ser saludable, sobrevivir como ser humano y como individuo, el hombre deberá establecer una correspondencia adecuada con su ambiente, la cual entraña dimensiones ecológicas y sociales, culturales y tecnológicas que deben comprenderse integralmente.

El estudio de la salud como necesidad esencial, requiere » mu eliii a la salud como un valor social fundamental y no como un medio ¡MI I I I mln nado l'tmcio namicnto del organismo.

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¿Qué es el hombre? 4 3

Considerar la salud como necesidad esencial, requiere analizar las causas y mecanismos que deterioran el organismo humano más allá de sus manifestacio-nes biológica e individual; buscar la explicación social e hiátórica de los daños a tu '.alud de la población y verificar los niveles de satisfacción de las necesidades de vivienda, alimentación, educación y condiciones de los niveles de salud.

I ,a salud de una población depende de la satisfacción de sus necesidades esenciales, del acceso oportuno a los servicios de salud y al saneamiento del am-biente. La salud no es igual para todos en una población con marcadas diferen-cias sociales.

lín la conferencia de Alma Ata, en 1978, convocada por la Organización Mundial de la Salud, se proclamó a la salud como un derecho humano funda-mental y como un objetivo social muy importante en todo el mundo.

ACTIVIDADES

1. El origen y naturaleza del hombre. 2. ¿Por qué decimos que el hombre es persona?

¿El hombre tiene una libertad absoluta? 4. ¿De dónde deriva la dignidad de la persona humana? .*>. ¿Qué factores sociales, económicos y políticos pueden influir en la insa-

tisfacción de las necesidades fisiológicas? U. ¿Cómo pueden, o suelen manifestar las personas la necesidad de seguri-

dad y protección? 7. ¿Cómo pueden ser satisfechas las necesidades de afecto y afiliación en

las diferentes etapas de la vida: niño, adolescente, adulto, anciano? K, ¿Cómo manifiestan las personas la no satisfacción de la necesidad de

afecto y afiliación: en lo social y en lo fisiológico? ¿Qué factores pueden influir en la insatisfacción de la necesidad de esti-ma y reconocimiento?

10. ¿Cuándo pueden las personas percibir y aspirar a satisfacer sus necesi-dades superiores?

I I. ¿Qué implica comportarse en orden al realizar el potencial particular? 12. Indagar en la Ley General de Salud, cuándo fue elevada con rango cons-

titucional la salud como derecho del hombre y qué implica el hecho, tan-to al Estado como a los individuos.

I Discutir en grupos y exponer cómo puede manifestarse la salud en equi-librio físico, mental y espiritual.

M, Discutir en grupos y exponer curtí es la relación adecuada del ser huma-no en su ambiente ecológico, social, cultural y tecnológico.

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Capítulo 4

El hombre tiene derecho a luchar contra toda forma de enfermedad

a fin de vivir en el bienestar que comporta la salud.

ALBERTO VEGA PONCE

P R O C E S O S A L U D - E N F E R M E D A D

i iii Individuo sano es aquel que muestra y demuestra una armonía física, mental v Noi'iul con su ambiente, lo cual hace que pueda contribuir con su trabajo, de ni uerdo con sus habilidades, al bienestar individual y colectivo.

( orno la salud es un estado variable dependiente de la influencia del medio, ilamprc cambiante, ésta debe ser cultivada, protegida, y fomentada. En cambio, enfermedad es toda alteración del funcionamiento normal.

Si el hombre es un ser dinámico en sus dimensiones biológica, psicológica y Niiciul, cabe considerar a la salud-enfermedad como a un proceso dentro del cual M' da una interacción continua de elementos, cuya resultante puede afectar al ser humano en forma positiva o negativa.

No existen estados absolutos de salud o de enfermedad, sino procesos diná-micos complejos, en los cuales los factores biológicos de daño y recuperación l|li|dfin insertados en la vida social de acuerdo con las leyes propias de todo fe-nómeno social.

líl ser humano vive en sociedades específicas, en donde se dan relaciones so-imies de producción e ideológicas; lo que determina en buena medida su estado tli" salud-enfermedad, así como la forma de comprenderlo.

lil hombre vive en un ambiente compuesto de diversos factores, contenidos cu el mismo ambiente natural: las herencias biológica, cultural y social; los gru pos sociales, muchos de los cuales tienen influencia directamente en su lisíolo yin, talos como los nascs del alie que icNpira. los alimcntOM y líquidos que inyie o ID prolección de la vestimenta y de la vivienda

'10

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El hombre 4 6

¿o en consideración estos factores, los profesionales de la salud tie-W ^ p o de acción tanto en el estado de salud como en el de enfermedad,

nen sU ^ j^dividuo o de la comunidad, considerándolos dentro de su ambiente, ya sea b j iga a tomar en cuenta al paciente como un ser biológico, psicológico Bsto lo* 0D

y soC*a*vlcj2 humana y la salud son el resultado del equilibrio entre el hombre y ^ ent^' s o n P r o c* u c t o continua interacción del organismo y el am-

su aim &xte{no. La relación entre el ambiente externo y nuestro organismo; se

biente ^vés del ambiente interno o fisiológico constituido por todos los líqui-realiza a • os <je nuestras células, por el complejo mecanismo de tejido y órga-dos org ^ ^ COnexiones vasculares y nerviosas. nos y P .jiismo de adaptación que mantiene el equilibrio del ambiente interno

131 . . . en algunos casos se trata de la o las reacciones de un solo tejido u es múJ ^ o t r o s casos, participan a la vez varios sistemas: circulatorio, vasomo-órganoi ¡ etcétera. .or, r ^ Z c a s o , el organismo tiende a mantener en el ambiente interno la cons-

t^da como normal. tante a v^re , como todos los seres vivos, está constantemente sometido a la

^ , 0 tal forma que sus características fisiológica, psicológica e inmuno-variaci°n jmiten un modelo fijo. Existe una variación de lo normal respecto a lógica ^ ^ c i o n e s fisiológicas medibles, así como los estados físicos, mentales todas jes no medibles. y emoc ja s a i u ( ] a \a enfermedad comienza con un periodo silencioso de

& P , válido para todo tipo de enfermedades, que puede ser corto o largo e incubé - p r oceso es activo, pero no se cuenta con medios técnicos para des-incidió*0-cubrid0 ' ^gUnda etapa la enfermedad podría ser descubierta si las personas se

U f, del control periódico de su salud, así se podrían aplicar las técnicas preocup y j o s métodos científicos de que actualmente pueden disponerse, de labo ^fCera etapa los síntomas son más o menos manifiestos y el paciente

^ jar la importancia requerida a dichos síntomas. puede0 ¡a desadaptación provoca la reacción del órgano en tal forma

F ' n a ,§o patológico interfiere con la función normal del organismo y con q U e l d e T p > c i e n t e ' la vida e11fermedad son dos extremos en la variación biológica, son la resul-1 0 ^ r a c a s o organismo para adaptarse física, mental o social-tante oe ^ndiciones variables del ambiente. mente a , d

enfermedad es producida por una causa única, ya que siempre hay fancí^ concomitantes que favorecen el fenómeno,

circun¡>^^0 ( j e enfermedad o el estado do salud dependen do la interacción tic I1' |(,s de la llamada triada ecológica, Inii yiada |>oi el agento, el huésped

los ("le"1'11

yo I fli!)t,ienl0'

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Proceso salud-enfermedad 47

El agente factor causal de la enfermedad se define como un elemento, sus-tancia o fuerza, animada o inanimada, cuya presencia o ausencia seguida del contaco con un huésped susceptible bajo condiciones ambientales apropiadas, Hlrve como estímulo para iniciar o perpetuar una enfermedad.

Existen cuatro tipos de agentes causales de la enfermedad:

1. Biológicos: • Bacterias. • Hongos. • Metazoarios. • Protozoarios. • Rickettsias. • Virus.

2. Físicos: • Calor extremo. • Frío extremo. • Humedad extrema. • Radiación. • Intenso ruido.

3. Químicos: • Exógenos:

— Por ingestión. — Por inhalación. — Por contacto.

• Endógenos: — Productos de anomalías metabólicas. — Agentes de anomalías metabólicas.

4. Mecánicos: • Agentes punzo-cortantes. • Armas de fuego. • Fricción. • Estiramiento. • Otras fuerzas mecánicas.

El huésped es el organismo humano susceptible a la enfermedad.

Factores condicionantes:

1. Edad. 2. Sexo, y (liupo tflnlco,

'I Ocupación

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48 El hombre

5. Estado civil. 6. Características genéticas. 7. Características psicológicas. 8. Características socioeconómicas. 9. Hábitos y costumbres

10. Susceptibilidad.

Factores condicionantes del ambiente:

1. Físicos: • Clima. • Geografía.

2. Socioeconómicos: • Ingreso. • Habitación. • Promiscuidad y hacinamiento. • Facilidades para la salud.

3. Biológicos. • Animales (reservónos) • Vectores (animales que propagan una enfermedad, pero que no son

afectados por la misma).

La etiología de las enfermedades es siempre la continuación de múltiples causas; los factores etiológicos no actúan nunca aisladamente, de tal modo que es mejor hablar de influencias causales o etiológicas para referirse a los factores exógenos y endógenos que pueden intervenir en la aparición de la enfermedad como factores predisponentes o provocadores y mantenedores.

La salud y la enfermedad son los puntos extremos en una cadena de causali-dad, donde los agentes predisponentes de enfermedad pueden actuar también co-mo factor predisponente de salud.

La enfermedad, considerada como un proceso, presupone una serie de etapas sucesivas que Leavell y Clark han interpretado y esquematizado en un modelo ti-tulado "La historia natural de la enfermedad", que significa: la manera que tiene de evolucionar toda enfermedad cuando se abandona a su propio curso. En este modelo pueden diferenciarse dos periodos: el prepatogénico y el patogénico.

PERIODO PREPATOGÉNICO

Se establece la interacción entre el agente potencial de la enfermedad, el hués-ped y los factores ambientales; por ejemplo, el cólera: padecimiento infeccioso agudo producido por el Vibrio choleras, bacilo aerobio, (JIIIIII insalivo, líl reser vorio del Vibrio cháleme es el hombre, la posibilidad ailquiili la Infección

Page 51: fundamentos enfermeria

Proceso salud-enfermedad 49

Cuadro 4.1. La historia natural de la enfermedad.

Periodo prepatogénico Periodo patogénico Resultado

Interacción de: • Muerte

Agente de Huésped Horizonte Enfermedad Enfermedad Convalecencia • Estado onformedad humano clínico discernible avanzada crónico ¡

temprana- • Incapacidad mente 1 • Recupe- {

I i

ración

Factores ambientales que producen estimulos.de onfermedad

Patogénesis temprana

depende de las condiciones del agente de la enfermedad, de las ambientales sa-tisfactorias para su propagación y los hábitos y costumbres del hombre.

PRKIODO PATOGÉNICO

Se inicia a partir del momento en el que el agente penetra y se establece en el or-ganismo humano, originando cambios en su estructura y funcionamiento y ter-mina con la recuperación ,1a incapacidad o la muerte.

El desarrollo de la enfermedad está caracterizado por las respuestas.o reac-ciones del huésped ante el estímulo de enfermedad. Estas reacciones se dan a linvés de lodo el periodo patogénico y constituyen las etapas evolutivas del cur-so natural de la enfermedad, las cuales son:

1, Patogénesis temprana. 2. Enfermedad discernible tempranamente. y Enfermedad avanzada.

4, Convalescencia.

V Resultado final (recuperación, estado crónico, incapacidad o muerte).

I'lili VENCIÓN

Para interrumpir el curso de la enfermedad, es necesario conocer todos los tactores que la causan y mantienen.

I cól icamente, dsla puede prevenirse en cualquiera de sus fases, dependiendo de l<> que se conozca sobre la historia de la misma, a través de los niveles de prevención en sus tres modalidades:

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50 El hombre

1. Prevención primaria 2. Prevención secundaria 3. Prevención terciaria

Prevención primaria

Corresponde al periodo prepatogénico. Se puede prevenir mediante la promo-ción de la salud y la protección específica.

Tiene como propósito evitar que se produzcan los estímulos de enfermedad e impedir la interacción huésped-agente.

Prevención secundaria

Limitación del daño. Se refiere a la acción durante las primeras fases del perio-do patogénico, y se logra mediante el diagnóstico y tratamiento temprano.

Tiene como propósito interrumpir el curso de la enfermedad y prevenir la ocurrencia de futuras etapas en su evolución.

Prevención terciaria

Incluye mecanismos destinados a reducir la deficiencia física, psicológica y so-cial que inhabiliten al ser humano para el desempeño de sus actividades ordina-rias y de trabajo, y de esta forma reducir la incapacidad. La única forma de ac-tuar es a través de la rehabilitación adecuada.

El hombre, como individuo y miembro de una colectividad, depende en sus problemas de salud y enfermedad de las condiciones de vida en el trabajo, en el hogar, en el campo, en la escuela, etc. y de las oportunidades económicas y cul-turales que la sociedad ofrece a sus miembros.

CONDUCTA PREVENTIVA EN ESTADO DE SALUD Y DE ENFERMEDAD

Conocida la historia natural de la enfermedad y las medidas preventivas adecua-das, es importante identificar los factores que facilitan o impiden las acciones del mismo tipo.

Los factores clasificados como psico-socioculturales que impiden llevar a cabo una acción efectiva pueden ser: falta de interés por parte de la población, organización deficiente de las instituciones de salud o la carencia de servicios médicos a determinados grupos de población.

La conducta de la persona enferma o la sana en peligro de enfermedad, y la de los iñtegrantes del equipo de salud, se mueven en un contexto socio-econó-mico, político y cultural que las determina en gran medida

El contexto político, grado de dependencia económica V el • I* MHIOIIO históri co de las instituciones, no sólo explica los prohlennei de tlud • I• una población,

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P r o c o t o siilud cnlciiiK'diul 51

Cuadro 4.2. Niveles de aplicación de medidas preventivas en la historia natural de la enfermedad

Periodo prepatogénico

Prevención primaria

Promoción do la salud

Gduoación sanitaria.

Mininos estándares do nutrición ajudiados de las dllorontes bases iltil dosarrollo.

Atención al daíiarrollo de In pnrsonalidad.

Provisión de condiciones wlncuadas de casa, rocronclón y oondlclones de Irnbojo.

Genética.

I xrtrnones porlódfcos MilDCtlVOS,

Protección específica

Uso de inmuniza-ciones específicas.

Atención de la higiene personal.

Uso del sanea-miento ambiental.

Protección contra riesgos ocupa-cionales.

Uso de nutrientes específicos.

Protección contra carcinógenos.

Periodo patogénico

Prevención secundaria

Diagnóstico y tratamiento temprano

Medidas para encontrar casos, individuales y de grupo.

Exámenes selectivos

Encuestas de selec-ción de casos.

Objetivos:

Curar y prevenir la enfermedad.

Prevenir la difusión de enfermedades comunicables.

Prevenir complica-ciones y secuelas.

Acortar el periodo de incapacidad.

Limitación de la incapacidad

Tratamiento adecuado para de-tener la enferme-dad y prevenir complicaciones y secuelas futuras.

Provisión de facili-dades con el fin de limitar incapacidad y prevenir la muerte.

Prevención terciaria

Rehabilitación

Provisión de -facili-dades hospitalarias y comunitarias para adiestratamiento y educación para usar al máximo las capacidades rema-nentes.

Educación del pú-blico y de la indus-tria para utilizar al rehabilitado.

Trabajo como terapia en los hospitales.

Ubicación selectiva.

también la conducta del individuo, la familia, la comunidad y el equipo de salud líente a la salud y a la enfermedad.

La persona (sana o enferma) es parte fundamental del equipo de salud, ya que su participación es indispensable para obtener logros adecuados en las ac clones que en forma conjunta se realicen para el beneficio de su salud.

I ii conducta de los integrantes del personal de salud tiene gran importancia, pues la relación equipo de salud paciente puede Influir en lo adecuado o inade i mulo de sus decisiones en lu solución d<' un proceso morboso, o bien, en su de MU i olio y complicación,

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5 2 El hombre

Cuadro 4.3. Conducta preventiva en estado de salud y de enfermedad

Periodo prepatogénico Período patogénico

Prevención primaria Prevención secundaria Prevención

terciaria

Promoción de la salud

Protección específica

Diagnóstico y tratamiento

temprano Limitación de

la incapacidad

Rehabilitación

Conducta del hombre sano frente a acciones preventivas primarias

Conducta del hombre enfermo frente a acciones preventivas

secundarias

Conducta del hombre enfermo frente a acciones preventivas

terciarias

Participar efectivamente en el programa de salud

Consultar periódicamente al médico

Buscar información adecuada para el mantenimiento de la salud

Adoptar hábitos nutricionales adecuados

Consultar periódicamente al médico

Percibir correctamente los síntomas y definir adecuada-mente la propia enfermedad

Buscar ayuda médica competente

Adoptar en forma apropiada el papel de enfermo

Ajustarse al sistema social hospitalario

Abandonar oportunamente el papel de enfermo y paciente

Adaptarse a una nueva identidad

La conducta deseable de la población, sana o enferma, es diferente en cada uno de los niveles de prevención y tiene como propósito facilitar la aplicación efectiva de las medidas preventivas correspondientes.

Cada una de las categorías de la conducta preventiva presenta un conjunto de decisiones críticas que el individuo, bajo la orientación del profesional de salud, debe confrontar.

ESTRATEGIA DE ATENCIÓN A LA SALUD

Diversos documentos de la OMS/OPS señalan como un problema liecuentc el desconocimiento de las necesidades de salud de In población v. en consecuencia, del desarrollo de servicios congruentes con liilc». nn «nldndt

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Proceso salud-enfermedad 5 3

En la conferencia internacional "Salud para todos", efectuada en Alma Ata, URSS, 1978, se definió como una estrategia la atención primaria de salud para la asistencia sanitario asistencial de la población, basada en métodos y tecnolo-gías apropiados, aceptables, puestos al alcance de todos los individuos y fami-lias de la comunidad, mediante su plena participación y a un costo que la comu-nidad y el país pudieran soportar con un espíritu de autorresponsabilidad. La atención primaria, a la vez que constituye la estrategia primordial en el Sistema Nacional de Salud, forma parte del conjunto del desarrollo social y económico de la comunidad. Representa el primer nivel de contacto entre el individuo, la familia y la comunidad con el sistema de salud.

La atención primaria comprende actividades como educación para la salud, saneamiento básico, promoción de la nutrición, asistencia materno-infantil, va-cunación, control de enfermedades endémico locales, tratamiento oportuno de las enfermedades prevenibles por vacunación y traumatismos comunes y el su-ministro de medicamentos esenciales.

Asimismo, vincula directamente a la salud con el desarrollo social y econó-mico, estableciendo la conexión con la salud colectiva de la industria, la agricul-tura, la educación, la vivienda, las obras públicas, comunicaciones y transporte.

Si las condiciones de vida de la población actualmente marginada mejorara, hasta alcanzar la satisfacción de sus necesidades esenciales, y si toda esa pobla-ción tuviera acceso a servicios personales y no personales de salud, la mortali-dad general de la población se modificaría radicalmente.

Desde una perspectiva estratégica, para alcanzar un mínimo de bienestar en salud para toda la población, la atención primaria concebida ampliamente, inclu-yendo servicios no personales de salud, como lo hace la declaración de Alma Ala, merece la más alta prioridad. Esto es, un esquema en que se vincule con los otros niveles de atención y en el que la atención primaria personal sea prestada por personal altamente capacitado, para no caer en un sistema dual de prestación lie servicios en el que un sector de la población tenga acceso a todos los nive-les de atención y otro reciba un esquema con medicina simplificada.

Para satisfacer las necesidades esenciales de salud, es necesario reconsiderar el proceso salud-enfermedad. La primera condición es que toda la población dis-ponga de agua potable y alcantarillado, vivienda y abrigo adecuado, un nivel mínimo de educación, de empleo digno y salario remunerador, alimentación su-ficiente y balanceada, condiciones sin las cuales el nivel de salud y la calidad de vida de la población no puede mejorar.

La segunda condición es la extensión universal de los servicios no persona-Ir- de salud, que incluyan todas las medidas de promoción de este rubro de pre-vención de los daños en los cuales se establece una relación bilateral con la po-blación.

I ;i extensión universal de los servicios de salud constituye la tercera condi-lión por la que se debe conccdci que aún en condiciones sociales y ambientales

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5 4 El hombre

Cuadro 4.4. Conducta del equipo médico frente al hombre enfermo y sano

Periodo prepatogénico Periodo patogénico

Prevención primaria Prevención secundaria Prevención

terciaria

Promoción de la salud

Protección específica

Diagnóstico y tratamiento

temprano Limitación de la incapacidad

Rehabilitación

Conducta preventiva en estado de salud

Conducta preventiva en estado de enfermedad

Conducta preventiva en estado de incapacidad,

convalecencia o estado terminal

Conducta de los miembros del equipo con referencia a las acciones preventivas primarias

Conducta de los miembros de equipo con referencia a las acciones preventivas secundarias

Conducta de los miembros del equipo con referencia a las acciones preventivas terciarias

Transmitir información sobre salud a través de los canales más apropiados

Proporcionar medios adecuados y accesibles que permitan a la población tomar medidas preventivas

Lograr del paciente informa-ción suficiente y confiable.

Mostrar cordialidad e inspirar confianza al paciente.

Actuar firme e inequívoca-mente frente a los pacientes, a la familia y a los colegas, sin ser dominantes, pasivos o vacilantes.

Apoyar psicológica y social-mente la incorporción del paciente a su vida diaria.

Ayudar a la creación en el paciente de una nueva identi-dad, de acuerdo con su condición física, i

Ofrecer oportunidades para una rápida recuperación.

Entrenar a los pacientes para volver socialmente a una vida activa.

óptimas, el proceso de maduración y envejecimiento conlleva a la aparición de enfermedades crónico degenerativas. El énfasis debe darse a los servicios de ca-rácter preventivo, como las inmunizaciones, el examen periódico a población de alto riesgo, seguimiento y control del niño sano, de embaia/adas v puérperas y de enfermedades transmisibles y no transmisibles I ir. seivlt ios personales de

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Proceso salud-enfermedad 55

bcn contar con tres niveles de atención: medicina general y familiar; especiali-dades y subespecialidades, vinculados a un sistema de referencia y contrarrefe-rencia de pacientes para su control, y vigilancia epidemiológica.

La satisfacción de las necesidades de salud de la población sólo puede alcan-zarse mediante la atención de los daños a la salud, lo que supone la satisfacción de las otras necesidades esenciales y el acceso universal de la población a la to-talidad de los servicios personales y no personales en un sistema de salud en que participe activamente la población.

Para asegurar una cobertura real de la población, los servicios de salud deben satisfacer las condiciones de accesibilidad geográfica y económica de toda la po-blación, la disponibilidad y suficiencia de recursos físicos, humanos y financieros, la aceptabilidad del servicio por parte de la población y la continuidad de sus ac-ciones, las cuales, para ser congruentes, deben partir del estudio de las necesidades de salud de la población y plantear las actividades necesarias para satisfacer las necesidades, aun cuando algunas acciones no sean de su competencia directa.

Los servicios no personales de salud comprenden:

1. Organización de las personas en la comunidad. 2. Potabilización del agua. 3. Higiene de los alimentos y bebidas. 4. Higiene de los sitios de reuniones. 5. La fauna y flora nociva, depósito y manejo de los desechos. 6. Educación para la salud con enfoque al autocuid'ado. 7. Vigilancia epidemiológica de la población:

• Colectiva. • Individual. • Familiar. • Escolar. • Industriales. • Ambiental: domiciliar y peridomiciliaria.

La vigilancia epidemiológica es.la información para la acción, es la observa-ción y el análisis rutinario tanto de la ocurrencia y distribución de enfermedades, como de los factores que inciden sobre su control para que las acciones de pre-vención y control resulten oportunas y efectivas.

Para lograr esto, es fundamental que:

1. La vigilancia epidemiológica sea un componente imprescindible de los programas de control de las enfermedades; y que

2. Todas las actividades de la vigilancia epidemiológica se efectúan en to-dos los niveles de prestación de servicio (local, regional y central).

I ,ON servicios no personales de salud (Infraestructura) requieren de la asisten-cia de personal lntcrdinelpllimrio capacitado en dll'cronleN áreas y aspectos, es

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56 El hombre

decir, promotores educadores de salud, ecologistas, ingenieros sanitarios, técni-cos sanitarios y ambientales, nutriólogos, médicos, enfermeras y auxiliares co-munitarios y de salud pública.

Los servicios no personales se desarrollan principalmente en el ambiente donde la población realiza sus actividades: fábricas, orfanatorios, asilos, centros deportivos, cuarteles, cárceles, centros de reunión, viviendas y lugares donde se ubican los servicios públicos, expendios de alimentos, rastros, plantas de distri-bución de aguas, etcétera.

Estos servicios ofrecen unidades con laboratorios para estudios bacteriológi-cos del agua, los alimentos, contaminación ambiental, centros de investigación, centros de estadística, etcétera. Se estructuran en tres niveles de atención defini-dos e identificados de acuerdo con la complejidad técnica de los recursos físicos y humanos necesarios para el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades.

El primer nivel de atención de salud, de amplia distribución geográfica, debe estar en contacto directo con toda la población, ubicándose tanto en localidades rurales como en centros urbanos. Debe contar con servicios de medicina gene-ral, con profesionales de la salud, personal técnico y auxiliar y con laboratorios que apoyen sus labores.

El segundo nivel, de distribución más reducida concentrará los problemas de salud no resueltos en el primer nivel y los que no requieren de la complejidad técnica del tercer nivel. Ofrecerá las especialidades y subespecidalidades de ci-rugía general, pediatría, gineco-obstetricia, medicina interna, otorrinolaringolo-gía, oftalmología, dermatología, traumatología y ortopedia.

El tercer nivel, de distribución geográfica más limitada, contará con recursos téc-nicos especializados y debe ofrecer los servicios del resto de las subespecialidades médicas.

La propia comunidad establecerá su forma de organización y actuación en materia de salud, como comités de salud laboral, de salud en el medio rural, y de higiene.

La medicina social considera al individuo y a la colectividad en relación con los factores médico-sociales que condicionan los estados de salud y enfermedad y los efectos que producen en el grupo social. Considera al hombre en estado de salud o de enfermedad, pero dentro de una sociedad que lo está influyendo per-manentemente.

ENFERMERÍA EN SALUD COMUNITARIA

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha desarrollado un plan de ac-ción para los países de América, con el objeto de lograr la niela "Salud para to-dos en el año 2008".

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Proceso salud-enfermedad 57

Metas propuestas:

• Que ningún país en la región tenga expectativas de vida al nacer menor a 70 años.

• Que ningún país en la región tenga una tasa de mortalidad infantil mayor a 30 defunciones por cada 1000 nacidos vivos.

• Que ningún país en la región tenga una tasa de mortalidad mayor a 24 de-funciones por cada 1000 niños de uno a cuatro años de edad.

• Los servicios de inmunizaciones cubrirán 100% de los niños menores de un año contra las enfermedades principales de la infancia.

• Se extenderá al 100% de la población el acceso al agua potable y la dispo-sición de excretas.

• Se extenderá al 100% de la población el acceso a los servicios de salud.

Estas metas son factibles y constituyen un medio para lograr la justicia so-cial.

Puesto que cada persona tiene derecho al cuidado de la salud, ello implica que debe tener acceso a los servicios en cuanto al cuidado de la salud se refiere. No obstante, el acceso y la disponibilidad no es factible para la mayoría de la población, sobre todo de los que viven en zonas marginadas. La igualdad a ese derecho sólo es teórica, ya que no es una realidad social.

I -a enfermería asume su responsabilidad de ayudar al individuo a mantener mi estado de salud lo mejor posible y, ante situaciones específicas, a enfrentar los problemas de salud con el fin de mantener su estilo de vida, hasta donde sea posible dentro de lo normal, al coadyuvar a descubrir y desarrollar sus capacida-des para alcanzar el nivel de salud deseado.

Martha Rogers (1970), expresa que la enfermería se desarrolla a partir de la investigación científica y del análisis racional, pudiendo éste ser trasladado a la práctica.

Dentro de las diversas formas de abordar la atención de la enfermería se pre-sentan modelos, métodos, normas y procedimientos, pada uno basado en teorías que apoyan la práctica de la profesión con diferentes enfoques; se espera que al final se obtengan resultados óptimos.

A medida que la estudiante de enfermería avanza en su formación, compren-de mejor los procesos que la conducen a realizar su práctica, mediante la aplica-ción del conocimiento teórico práctico en el campo de operación, ya sea clínico o comunitario.

I ntre los procesos aplicables, cabe mencionar los siguientes:

1. De enfermería comunitaria. 2, De atención de enfermería (PAE),

De resolución de problemas, '1, Epidemiológico. v Administrativo,

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58 El hombre

La enfermería comunitaria es una disciplina de servicio que tiene como fina-lidad promover el nivel funcional óptimo del cliente, mediante la enseñanza y la prestación de cuidados, en colaboración con otros profesionales y la propia co-munidad.

Se usa el término cliente para indicar al individuo, y en el sentido genérico más amplio, se refiere a una familia o a grupos o a una comunidad, no enfermos, y que tienen derecho a esperar servicios. La familia o grupo, como cliente, se debe considerar como una unidad.

Las actividades de la enfermería comunitaria pueden centrarse en familias de diversos grupos de edad, estructura y funciones; por ejemplo, la familia joven que está procreando, la típica, la de edad madura y la de edad avanzada, etcéte-ra. Los servicios se suministran a domicilio, en viviendas, ancianatos, casas de pensión, asilos, escuelas, etcétera.

La enfermería comunitaria se ocupa de los casos no críticos y se responsabi-liza del mantenimiento y continuidad de los cuidados a través del establecimien-to de relaciones entre las instituciones, de manera que no se pierdan los usua-rios, en la referencia de éstas, de una institución a otra.

El funcionamiento interno de la familia es un extremo importante. La pérdi-da o la incapacidad de un miembro afecta profundamente a todos los demás.

La familia es reponsable de sí misma y de sus decisiones. En cambio, la res-ponsabilidad de la enfermera es suministrar a ésta o al individuo información sobre alternativas y sus posibles consecuencias.

Los clientes o usuarios deben intervenir activamente en la selección de op-ciones y evaluación de resultados, planes y programas.

La mayoría de los educadores de enfermería convienen en que la enfermería comunitaria es un componente esencial de los programas universitarios de la profesión. La enfermera egresada de un programa universitario está preparada para asumir una posición de primer nivel de enfermería en salud comunitaria. Ésta se ofrecerá ininterrumpidamente a través del programa, puesto que es impor-tante en todas las facetas el cuidado de enfermería, preparar necesariamente a las estudiantes para actuar en el futuro con estructuras rápidamente cambiantes del sistema político económico-social, que influyen ciertamente en el sistema de pres-tación de los servicios y cuidados de salud.

La preparación académica deberá incluir, además del desarrollo de las des-trezas, comunicación, relaciones humanas interpersonales, enseñanza-aprendiza-je, solución de problemas, toma de decisiones y actualización permanente del contenido de enfermería, entre otros.

La estudiante de enfermería debe primeramente adquirir los conocimientos que la capaciten para realizar las actividades correspondientes ni nivel de estu-dios que cursa.

La programación de las actividades académicas la mili/n el equipo do do-centes del área correspondiente. Generalmente. I" • suiduuiir di primer ingreso,

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Proceso salud-enfermedad 5 9

cree y espera ilusionada que de inmediato pasará a la atención clínica de pacien-tes, pero debe comprender que la enfermedad es sólo un episodio en la vida de las personas, que los pacientes que ingresan al hospital se alejan de su familia y comunidad, en ocasiones, hasta de su ciudad. Por tal motivo, es lógico ubicarse primeramente en la comunidad, en la familia, es decir, las personas que integran las familias, para conocer el medio del que proceden los pacientes, cómo está constituida y cómo se desarrolla la comunidad.

En febrero de 1984 apareció en el Diario Oficial una disposición que re-glamentaba la promoción y la educación para la salud, la cual a la letra dice:

TÍTULO SÉPTIMO Promoción de la salud

Capítulo 1 Disposiciones comunes

Artículo 110. La promoción de la salud tiene por objeto crear, conservar y mejorar las condiciones deseables de salud para toda la población y propiciar en el individuo las actitudes, valores y conductas adecuadas para motivar la participación en benefi-cio de la salud individual y colectiva.

Artículo 111. La promoción de la salud comprende: I. Educación para la salud.

II. Nutrición. III. Control de los efectos nocivos del ambiente a la salud. IV. Salud ocupacional.

La educación del profesional de enfermería debe ser congruente con el con-texto socio-político y con las necesidades de salud, así como con los principios de la educación.

I .a educación para la salud comprende una serie de actividades que tienen como finalidad la participación activa y consciente de los individuos para propi-ciar su propio desarrollo, el de su familia y el de la comunidad.

I il proceso de enfermería comunitaria requiere del conocimiento de la reali-dad concreta para comprenderla y transformarla.

I -a educación para la salud debe lograr que la comunidad sienta la obligación y el derecho de fomentar y cuidar la salud. Que la comunidad tome conciencia y participe en forma activa y responsable en la adquisición de un mayor conoci-miento de la realidad social y, el firme compromiso de cambiarla a ser más jus-tii. por lo que es necesario detectar los factores y condiciones económicas, polí-lleas, sociales, culturales y ecológicas en las que se desarrolla la comunidad o grupo, en la cual la estudiante va II realizar acciones de promoción y educación paia la salud

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6 0 El hombre

El enfoque del proceso comunitario no sólo es reconocer los problemas de salud y los recursos disponibles para resolverlos, sino también reconocer los va-lores sociales y culturales de la comunidad durante todas las etapas del proceso.

El proceso de enfermería comunitaria tiene una dinámica constante, la cual influye en el desarrollo de la comunidad y su autocuidado; el primero implica el logro de su desarrollo socio-económico, cuya meta es la autotransformación en función de sus propias necesidades que le impulsen a generar un sentido de res-ponsabilidad en el logro de su bienestar, que le compromete a actuar constante-mente en su desarrollo: el segundo, o sea el autocuidado, requiere que la comu-nidad esté capacitada para tomar decisiones basadas en el conocimiento y comprensión de los factores que afectan su salud y llevar a cabo las acciones adecuadas para manejarlo.

Para lograr los fines educativos de la escuela o facultad, ésta gestionará el acceso a las comunidades seleccionadas para realizar las actividades de educa-ción para la salud, promoción, prevención, etc. en las que las estudiantes aplica-rán los conocimientos teórico-prácticos con un doble fin: primero, participar en el desarrollo de la comunidad; y segundo, en su propio desarrollo profesional.

El proceso de enfermería comunitaria

Dicho proceso conlleva:

1. Seleccionar la comunidad, lo cual se realiza con base en los criterios de: • Accesibilidad geográfica. • Que cuente con centro o casa de salud. • Que tenga una población menor de 2500 habitantes.

2. Realizar el estudio de comunidad, el cual incluye: • Detección de líderes de la comunidad. • Levantamiento topográfico. • Recolección de datos demográficos, geográficos, económicos, históri-

cos, políticos, sociales, y otros. 3. Organizar la comunidad a través de:

• Recursos humanos. • Recursos institucionales. • Dirigentes comunales. • Recursos y potencialidades. • Estructura familiar. • Estructura social. • Organización social, económica, política v religiosa.

4. Establecer relaciones de amistad y confianza ion los habitantes de la comuni dad.

'< Identificarse ion los Inteicsc, de lit • onniiiiihd

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Proceso salud-enfermedad 6 1

6. Asegurar la participación del mayor número de personas para el trabajo comunitario.

7. Realizar el diagnóstico de salud de la comunidad a través de indagación, observación, evaluación y registro de datos correspondientes. • Naturaleza de la comunidad. • Observación de la comunidad. • Evaluación de la comunidad. • Datos demográficos. • Características del medio familiar, ambiental. • Características económicas. • Necesidades sanitarias. • Utilización de los servicios de asistencia sanitaria por la población. • Identificar los problemas de salud con base en el estudio realizado. • Comprender las causas de los problemas para proponer las posibles so-

luciones conjuntamente en la comunidad. • Planear con la comunidad y determinar las actividades apropiadas para

la resolución de los problemas. • Implantar el plan de acción. • Efectuar la evaluación.

H. l ilaborar el plan de acción. • Elaborar el calendario de actividades, con tiempo y espacio. • Realizar las técnicas idóneas a las características de la familia y comu-

nidad. l). Evaluación.

• Valoración de los resultados obtenidos. • Obstáculos. • Propuestas de solución a problemas encontrados. • Elaborar un proyecto de continuidad. • Establecer un proceso permanente de acción transformadora.

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6 2 El hombre

ACTIVIDADES

1. Enunciar los diez factores relacionados con el huésped que pueden deter-minar la presencia o ausencia de la enfermedad.

2. Enliste las variables de cada uno de los factores del ambiente. 3. Describa en pequeños grupos una enfermedad específica y sus niveles de

prevención dentro del esquema de la historia natural de la enfermedad. 4. Discuta en grupos la importancia de la participación del paciente, familia

y comunidad con el equipo de salud, en los programas de prevención en sus tres niveles.

5. Subdividirse en grupos e identificar las actividades de la atención prima-ria.

6. Enlistar las condiciones para satisfacer las necesidades esenciales de sa-lud.

7. Presentar en mesa redonda los beneficios que se obtendrían a través de la aplicación de la atención primaria como estrategia y su interrelación en los diferentes sectores.

8. Realizar, con apoyo de los docentes de las diferentes áreas y nivel de co-nocimiento: • El estudio de una comunidad. • Establecer el diagnóstico de salud y darlo a conocer a la comunidad. • Elaborar los programas correspondientes a su área. • Promoción de la salud y protección específica. • Atención materno infantil. • Crecimiento y desarrollo del niño en sus diferentes etapas. • Atención del adulto con problemas médico-quirúrgicos. • Establecer los mecanismos de vigilancia epidemiológica para el control

de los problemas de salud identificados. • Fijar el sistema de referencia y contrarreferencia de casos. • Realizar la evaluación inmediata y/o mediata de los programas apli-

cados.

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PARTE III EL HOSPITAL, UNA NECESIDAD

EN LA VIDA HUMANA

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Capítulo 5

El principio de solidaridad consiste en que el hombre debe contribuir con sus semejantes el bien común

de la sociedad, a todos los niveles.

ALBERTO VEGA PONCE

EL H O S P I T A L

ANTECEDENTES

I.II Organización Mundial de la Salud define al hospital como "parte integrante di* una organización médica y social cuya función es proporcionar a la pobla-ción atención de salud tanto curativa como preventiva, cuyos servicios externos '.r irradian hasta el ambiente familiar, es además, centro de información del per-sonal profesional en salud y de investigación biosocial".

La existencia de hospitales ha tenido en la historia una importante repercu-Nión en el desarrollo de los pueblos.

Los hospitales representaban lugares de asilo y ayuda para aquellos que re-querían ser internados, principalmente los guerreros heridos en las batallas. No oran excluidos los individuos con trastornos orgánicos o padecimientos fisioló-gicos que era necesaria su internación.

No siempre las acciones de los hospitales se dirigieron a la atención médica. I '.11 un principio, fueron centros de hospedaje de viajeros, también fungieron rumo escuelas.

lil hospital en su evolución ha llegado a representar una necesidad en la vida humana, en la actualidad, desde el punto de vista social, un hospital se proyecta r influye sobre su comunidad de igual forma que el ambiente influye sobre él, es decir, hospital y comunidad están interrelacionados y por ello son o debieran ser I ni orad uantes para influenciarse entre sí.

un

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6 6 l'.l hospital, una necesidad en la vida humana

CLASIFICACIÓN

La forma más común de clasificar a los hospitales es:

Por el número de camas

• Pequeños (hasta de 50 camas). • Medianos (de 51 a250 camas). • Grandes (más de 250 camas).

Por su localización geográfica

• Urbanos. • Semiurbanos. • Rurales.

Por el promedio día-estancia

• Agudos. • Crónicos.

Por su dependencia

• Gubernamentales. • Privados.

Por el servicio que presta

• Especializados. • Generales.

Por su construcción

• Verticales. • Horizontales. • Mixtos.

Por su zona de influencia

• Concentrados. • Adscritos. • Mixtos.

ESTRUCTURA JERÁRQUICA

Es un diseño organizativo que tiendo a l'acilitw ln udillhiHitu lón mediante la coordinación de las actividades o I'UIUIUIH •» <I« ¡» • i» m H IIH dii ii l >.ins son-

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El hospital 6 7

• upirvación de la salud, atención médica integral, general o especializada, re-Imhllitación médico-social, educación y adiestramiento del personal profesional v liVtiico, investigación médico-social y administrativa.

I ,u dependencia jerárquica correspondiente deberá señalar las medidas para (MOporcionar una asistencia médica y de enfermería de alta calidad, de acuerdo i un sus recursos.

lil personal que puede establecer y vigilar el cumplimiento de determinadas illiposiciones o criterios en las instituciones hospitalarias son:

• El director de la institución. • El subdirector médico y administrativo. • Los jefes de división. • Los jefes de unidad. • Los jefes de servicio, de departamento, de oficina y/o área. • El consejo consultivo y las comisiones.

Uno de los criterios para la elección o designación del director de un hospital <l« hería ser que dentro de su currículo presentara como punto imprescindible, lililí especialidad de administración en salud y experiencia en atención médica.

Cuerpo de gobierno: La administración de un hospital está encomendada al ('uerpo de Gobierno.

Formado por un grupo de personas de confianza con conocimientos técnico-lllddlco-administrativos que asesora a la dirección para la toma.de decisiones de tu uordo, y en base, a ias políticas señaladas por la institución,.

Los integrantes del Cuerpo de Gobierno de los hospitales son:

• El director (en el medio hospitalario el director siempre es médico). • Los subdirectores: médico y administrativo. • Jefe de enseñanza. • Jefes de departamento. • Epidemiólogo. • Jefe de enfermeras.

Funciones del cuerpo de gobierno:

• Colaborar con la dirección en la identificación de problemas que plantea el hospital a nivel operativo.

• Proponer alternativas de solución. • Contribuir en la planeación y elaboración de programas. • Estructurar sistemas de control, supervisión y evaluación. • Manlener un sistema de información comunicación con el director.

Para cumplir con estas funciones '.<• debenln programar Juntas de gobierno, leuniones periódicas de < <>iiu duración MUÍ ln P uin Ipneión de los INTEGRANTES del

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tul 70 l'.l hospital, una necesidad en la vida humana

cuerpo de gobierno. Éstas son de carácter informativo sobre las últimas noveda-des, y con base en ellas se toman decisiones que tiendan a un mejor funciona-miento del hospital.

Es importante destacar que como los hospitales difieren tanto en lo que se refiere a control, propietarios y tipo de servicios clínicos que proporcionen, su organización o plan de administración también es variable. Cada hospital tiene su propio plan de organización y todos siguen una pauta estándar: administra-ción.

ORGANIZACIÓN Y FUNCIONAMIENTO

La organización es un proceso que tiende a coordinar las actividades humanas, con los recursos materiales y humanos necesarios, y es capaz de resolver los problemas de la institución, cuyo objetivo es satisfacer las necesidades de salud de la comuni-dad.

Para la distribución de personal o servicios, el hospital traza diagramas, que se conocen como organigramas. Éstos representan la estructura de organización, ofreciendo en forma sintetizada un panorama general del funcionamiento inter-no de la institución. Establecen niveles jerárquicos, delimitan funciones, relacio-nes y coordinación entre los diversos puestos.

FUNCIONES

Sus funciones son: prevención, curación, rehabilitación, docencia e investigación. Función específica: prestar atención de salud de la mejor calidad a su comu-

nidad o zona de influencia. Prevención. Abarca la detección de enfermedades, el diagnóstico temprano,

el tratamiento oportuno y la protección específica de enfermedades. Incluye pro-gramas de control de salud, saneamiento ambiental, nutrición, educación sanita-ria, etcétera.

Curación. Comprende básicamente servicios de diagnóstico temprano, trata-miento oportuno y atención de casos de urgencia, así como proporcionar trata-miento médico y asistencia de enfermería, o bien, del equipo de salud.

Rehabilitación. Busca reintegrar al paciente a su medio familiar y social; li-mita en lo posible el daño y las secuelas originadas por la enfermedad.

Docencia. El hospital es el medio ideal de confrontación entre la teoría y la práctica en el área de la salud, permite la formación de diferentes profesionales, en la cual se incluye la educación para la salud a pacientes, personal y proyecta las acciones educativas a la comunidad en sus zonas de inlluencia a través de-programas específicos.

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El hospital 6 9

Investigación. Favorece el desarrollo de un pensamiento innovador y creati-vo, teniendo como fundamento la metodología científica que conlleva a incre-mentar el saber del profesional de la salud en la prestación de un servicio de ca-lillad.

SERVICIOS

Un hospital tiene como finalidad la atención integral al paciente a través de di-versos servicios médicos y administrativos, los cuales se agrupan en tres seccio-nes:

1. Sección de servicios médicos. 2. Sección administrativa. 3. Sección de servicios técnicos.

1. Sección de servicios médicos:

• Conservación de la salud. • Medicina y cirugía general. • Especialidades médico-quirúrgicas:

— Gineco-obstetricia. — Pediatría.

• Rehabilitación. • Investigación. • Educación.

Servicios auxiliares de diagnóstico y tratamiento

• Auxiliares de diagnóstico. — Anatomía patológica y laboratorios. — Radiodiagnóstico. — Electroencefalografía. — Electrocardiografía. — Endoscopia. — Audiometría. — Otros.

• Auxiliares de tratamiento. — Isótopos radioactivos.

Banco de sangre, Radioterapia,

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7 0 l'.l hospital, una necesidad en la vida humana

— Fisioterapia. — Terapia de rehabilitación. — Terapia ocupacional. — Anestesiología. — Unidad quirúrgica. — Urgencias médico-quirúrgicas. — Terapia intensiva. — Recuperación. — Otros.

Servicios que apoyan directamente a los servicios médicos:

• Enfermería. • Técnicas en rehabilitación. • Trabajo social. • Nutrición o dietética. • Farmacia. • Archivo clínico y bioestadística. • Admisión. • Otros.

2. Sección de servicios administrativos: 9 Contabilidad. • Compras y caja. • Almacén. • Inventarios. • Personal (recursos humanos). • Archivo.

3. Sección de servicios técnicos generales:

a) De mantenimiento.

• Casa de máquinas. • Talleres:

— Carpintería. — Plomería. — Electricidad. — Pintura. — Albañilería. — Mecánica,

Electrónica,

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El hospital 71

b) De personal:

• Intendencia. • Lavandería y ropería. • Vigilancia. • Transportes.

Otros servicios que pueden ser necesarios para la institución son:

• Comités. • Comisiones.

La asistencia médica y de enfermería que se proporciona a los pacientes den-tro de una institución hospitalaria se ofrece a través de la interrelación de los Ncrvicios ya mencionados.

El contacto inicial entre el personal de salud y el paciente se establece me-diante los servicios de consulta externa, urgencias médicas y hospitalización.

A continuación se describe cada uno de ellos. Consulta externa: el servicio de consulta externa se otorga a todo paciente o

persona que lo solicite. Para tener derecho a la consulta, generalmente se requie-re de la documentación necesaria vigente, cubrir la cuota correspondiente, o au-torización que le excente del pago.

El médico, de acuerdo con el caso, elabora una historia clínica por paciente. A través de esta consulta general o preconsulta se remite al paciente a la consulta de especialidad para que reciba la atención médica especializada, ya sea para iniciar tratamiento, control subsecuente de su padecimiento o terapia de rehabilitación.

Urgencias médicas: el servicio de urgencias es el encargado de atender casos médicos en que la vida del paciente está de por medio y una falta de atención médica prolongada e indebida puede agravar la enfermedad, dejar secuelas o provocar la muerte.

Este servicio tiene un horario que cubre las 24 horas del día durante todos los días del año.

La admisión del paciente a este servicio implica mantenerlo en observación, con el objeto de que al aplicarle los servicios médicos de diagnóstico y trata-miento mejore su estado de salud y pueda dársele de alta dentro de las siguientes 24 horas para continuar su atención médica en la consulta externa.

Cuando el caso requiere de intervenciones médico-quirúrgicas especializa-das, es trasladado a hospitalización o a otra institución por indicación médica o porque el paciente o familiar lo soliciten.

Cuando los pacientes tienen una situación legal y regular, la institución hos-pitalaria se pondrá de acuerdo con las autoridades correspondientes para que se encarguen de In custodia legal, y la institución de salud proporcione la atención mddlco social coi respondiente.

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7 2 l'.l hospital, una necesidad en la vida humana

Hospitalización: Para el tratamiento de pacientes en el área hospitalaria es necesario cumplir con los requisitos de admisión, trámites administrativos y consentimiento del paciente y/o sus familiares o personas responsables.

En hospitalización se cuenta con un expediente que contiene un estudio clí-nico del enfermo y funciona como un documento legal que justifica su interna-miento. En él se lleva un registro de la evolución del padecimiento y su terapéu-tica específica.

El paciente será egresado del hospital por diferentes causas, como curación, incurabilidad, mejoría, traslado (voluntario o por necesidad), alta voluntaria (fu-ga e indisciplina) o defunción.

Los servicios que apoyan estas áreas de atención médica son: admisión y egreso del paciente, trabajo médico-social, trabajo social médico, servicio de personal y departamento de educación, enseñanza, capacitación e investigación.

Admisión y egreso del paciente: se refiere a la aceptación del paciente para otorgarle asistencia médica, ya sea en la consulta externa, urgencias u hospi-talización.

El ingreso y egreso de los pacientes al hospital son siempre voluntarios. En el caso de que el paciente esté inconsciente, es necesaria la autorización de los familiares o de las personas responsables del tratamiento médico. En personas de edad avanzada o de menores, el ingreso se efectúa por autorización personal, a juicio de sus familiares o de quienes ejerzan la patria potestad.

En los casos de personas con perturbaciones mentales, el ingreso se llevará a cabo conforme a las disposiciones legales en vigor.

El egreso se refiere al hecho de dar por concluida la hospitalización del pa-ciente interno, con este acto cesa la responsabilidad del hospital en la atención del paciente.

De acuerdo con su capacidad y recursos, el hospital acepta a los pacientes y fija el término de su estancia hospitalaria, de acuerdo con el diagnóstico y las condiciones del hospital.

Trabajo médico-social: el trabajo médico-social es el que desarrolla el médi-co en el campo de la medicina con proyección social.

Algunos propósitos que constituyen este tipo de trabajo consisten en: 1. Analizar e interpretar científicamente las diversas variables que conforman la

situación médica, económica, familiar y social del paciente, para buscar la so-lución a los problemas que provocaron su desequilibrio físico, mental y social.

2. Planificar, desarrollar y evaluar programas de salud que contribuyan a elevar el nivel de salud y bienestar social del paciente y de la comunidad.

3. Promover la coordinación del equipo interdisciplinario formado por el trabajo social médico y el trabajo médico-social del hospital, cuyas acti vidades están encaminadas a alcanzar el completo bienestar del paciente.

4. Colaborar en la educación y enseflan/a de los pacientes y do la comunl dad, para mejorar su nivel de vida

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El hospital 7 3

Trabajo social médico: el trabajo social médico, busca el equilibrio de las re-Iliciones entre los individuos o entre los grupos sociales, en relación con las acti-vidades sociales, económicas y políticas, para alcanzar el bienestar social, in-dividual y colectivo. Proporciona orientación y educación al paciente, familia y público en general.

Como un aspecto esencial de este tipo de trabajo, se le orienta a todo indivi-duo o grupo humano que requiere de ayuda para resolver o disminuir los proble-mas que genera el desequilibrio entre él y el ambiente.

Dentro de una institución para la salud se estudian los casos de los pacien-tes, obteniendo información sobre su medio familiar y social para adaptarlo adecuadamente a su grupo humano y favorecer sus relaciones con el ambiente familiar.

Servicio de personal: el servicio de personal, o recursos humanos, constituye un mediador entre los trabajadores y la institución. Es el encargado de dar a co-nocer y hacer cumplir las normas que rigen la conducta laboral.

De este servicio cabe señalar con claridad los derechos y responsabilidades que legalmente corresponden al puesto que ocupa el trabajador.

El servicio de personal debe vigilar el cumplimiento de las normas regla-mentarias establecidas para los trabajadores que laboran en la institución hospi-talaria, respetando sus derechos y aplicando, si es necesario sanciones para con-servar el orden y cumplimiento del personal.

Para mantener las buenas relaciones entre el trabajador y la institución, ésta Última debe ofrecer prestaciones para el trabajador y su familia, servicios médi-cos y sociales, pensiones, etcétera.

En lo que se refiere a la salud y seguridad en el trabajo, la institución debe desarrollar programas para preservar y conservar la salud de los empleados que les permitan trabajar en buenas condiciones de seguridad.

Departamento de educación, enseñanza, capacitación e investigación: El departamento de educación, enseñanza, capacitación e investigación debe res-ponsabilizarse de incrementar el mejoramiento de la educación multidiscipli-naria para el personal del hospital y fuera de él. Para lograr un mejor funciona-miento, debe coordinarse con todas las áreas médicas, sociales, legales y otras no médicas.

I in las actividades de enseñanza es importante que este departamento colabo-re en la formación de profesionales, técnicos y auxiliares en el ámbito de la sa-lud con instituciones docentes de otras dependencias. Asimismo, modificar la planeación de los programas con base en una evaluación previa.

I ,os cursos sobre relaciones humanas al personal de los diferentes departa-mentos del hospital deberían ser permanentes. Las buenas relaciones interperso-nnloN entre varios miembros del personal de la institución ele salud nos permiten establecer un respeto mutuo, comprender y servir satisfactoriamente a los pa-cientes,

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Paro lograr los objetivos del hospital es importante dar a conocer el plan de organización en conjunto, así como la relación recíproca entre éste y el resto del personal del hospital.

La calidad más alta de los servicios o asistencia hospitalaria se logra median-te la coordinación de esfuerzos.

ACTIVIDADES

1. Discutir en grupo cada una de las funciones del hospital. 2. Explicar los aspectos que comprende la administración hospitalaria. 3. Discutir y analizar las responsabilidades del estudiante en una institución

hospitalaria. 4. Analizar la importancia de las relaciones humanas dentro de una institu-

ción hospitalaria.

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Capítulo 6

Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y dotados como están de razón y conciencia, deben

comportarse fraternalmente, los unos con los otros. (Artículo 1)

DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS

EL PACIENTE COMO PERSONA

Ninguna persona llega al hospital sin experimentar cierto grado de ansieda. El hospital y todo lo que lo rodea provoca ansiedad en muchas personas que concu-ii en allí por motivos de salud, en calidad de pacientes.

Además de la ansiedad que la persona siente por su propio estado, hay pro-blemas que el paciente lleva consigo al hospital, como la preocupación por lo que puede estar ocurriendo en su hogar, del cual se separó en forma inesperada.

1 lay pacientes que se muestran preocupados por el bienestar de sus respec-tivos cónyuges, en relación con la atención personal de las actividades del ho-gar, o bien, a negocios y se formulan varios cuestionamientos: ¿Qué haré si quedo imposibilitado físicamente para reanudar el trabajo habitual? ¿Qué hará mi familia si quedo imposibilitado para trabajar?

Cuando la enfermedad afecta a la persona y con ello interrumpe su trabajo, aunque sea en forma temporal, la reacción psicológica puede tener consecuen-cias graves, ya que los problemas económicos son en verdad una fuente de in-quietud. A pesar de tener seguro médico, sólo las personas que disponen de suficientes recursos económicos se sienten confiadas en hacer frente a una hospitalización más 0 menos prolongada. En general, la familia se ve obligada a recortar su presupuesto, inclusive para la educación de los hijos, con lo que la persona experimenta lina gran ansiedad.

()tro motivo de ansiedad suele ser cuando la persona ha desarrollado inde-pendencia de criterio y de acción, Al encontrarse repentinamente en el hospi-

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tal, reducido al anonimato, le produce un fuerte choque a su persona, sobre t u l do cuando descubre que ni siquiera su nombre es conocido por algunos mioi™ bros del personal que lo atiende y que se le designa como el ocupante de lililí cama o habitación, o por el padecimiento patológico o el tratamiento que OM|| recibiendo.

Cuando el paciente es sometido a exámenes y estudios de laboratorio, cuy ti propósito no alcanza a comprender, algunos le resultan desconocidos, otros ilo lorosos y unos más hasta llegan a intimidarlo, pero nadie le explica el significa! do, ni Je informa posteriormente de los resultados obtenidos y esto puede prodla cirle gran incertidumbre.

A todo paciente le gusta encontrar un apoyo en el hospital, que el personal hospitalario lo considere y trate como una persona, que demuestre interés por si i problema, que su comunicación sea afectiva, respetuosa y humana, para quo su permanencia en el hospital sea más reconfortante.

Para brindar al paciente el debido respeto y consideración, es imprescindible comprender que el cuerpo, la mente y la emoción constituyen una unidad. Si só-lo se trata la enfermedad y se descuida al hombre, puede suceder que no se logre curar la enfermedad, por lo que es necesario rehabilitar al paciente física, mental y emocionalmente.

En ocasiones, el clima hospitalario resulta frío e impersonal. Observaciones realizadas revelan que gran parte del tiempo y de la energía del personal hos pitalario está orientado a mantener en funcionamiento un elaborado sistema, en lugar de hacer algo con o para el paciente.

Los criterios que predominan en algunas instituciones se refieren casi exclu sivamente a asuntos que conciernen a mejorar el edificio, a las finanzas y a la organización del personal. En las juntas del cuerpo de gobierno se discute el nú mero de camas, en tiempo promedio en que los pacientes deben permanecer en el hospital, muebles, tipos de aparatos para diagnóstico y fines terapéuticos; nú mero de cirugías, abastecimiento central, número de departamentos y servicios; políticas administrativas y presupuestos.

En las reuniones de personal médico, enfermeras y otros miembros del equi-po de salud, se analizan temas: la enfermedad y sus tratarnientos, los nuevos procedimientos técnicos, las drogas, y sus aplicaciones, los cambios en la orga-nización, la capacitación profesional, etc., pero no se menciona al paciente como persona, con sus expectativas, intereses y problemas psicosociales que se inte-gran con los problemas físicos.

Para que el cuidado del paciente se extienda más allá del tratamiento de su enfermedad y de la incapacidad física, es necesaria la aplicación de criterios quo conlleven a considerar los aspectos psicosociales de los pacientes, en lugar de promedios estadísticos, normas hospitalarias y procedimientos.

En la medida en que los hospitales se ha» en miV. pandes y, a la par. su orgu nización más compleja, tiende a manííesiaiM > I auloiliarlsmo, la inl'lexíbllldad

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I

El paciente como persona 77

fu . la aplicación de normas y reglamentos, y el cuidado se brinda en su ||mi piulo con base en órdenes impersonales.

J |t| lu í lio tic hablar con los pacientes, de escucharlos y conocer mejor a los M M H I H D como personas, serviría para estimular el interés en ellos y evitar acti-i • • • iluias,

I m I«iinía en cómo un paciente es recibido cuando ingresa a un hospital pue-ImiH un profundo efecto sobre su percepción: como a un ser humano o sólo

}KHi" 11 portador de una enfermedad a tratar. I ii h admisión del paciente no sólo participan los administradores del hospi-

tal, ni' i la trabajadora social, enfermeras, médicos, psicólogo clínico, etc.; todos l l t H i i Ontribuir para reducir la ansiedad que puede sentir el paciente, propor-

ayuda psicológica positiva. m I.IIN onferinos que se hospitalizan son diversos en edad, en nivel social y es-

itii u pero no sólo en esa condición, sino también los afectados o perturbados lllltii Inunlmcnte.

Mih has veces se desconoce hasta el lugar de procedencia. Una pregunta Mi", ii la al respecto, al paciente le haría pensar que se tiene interés por él y le Miipoii ion aria seguridad y confianza.

| II'I m IIII INGRESO AL HOSPITAL

l'l ingrato programado es cuando el paciente requiere de asistencia hospitalaria, Bivio control de su padecimiento en ios diferentes niveles.

l'l Ingreso por urgencias es cuando el paciente requiere de asistencia inme-(jlili a debido a la aparición brusca de un padecimiento agudo o por un accidente.

t amoralmente, el paciente que ingresa al hospital ya ha pasado por los servi-i lifi de consulta externa, de diagnóstico y otros; cuenta con un estudio socio-»'i tntómico realizado por el departamento de trabajo social y tiene ya una histo-ilii i Itilica o (expediente) al cual se anexan los resultados de laboratorio y 'I|>I|»IIÓSIÍC0.

Verificados los trámites sobre cuotas de recuperación, la trabajadora social • i induce al paciente y familiar al servicio correspondiente; allí es recibido en la 11 un al de enfermeras por la jefe, la cual le da atenta acogida y lo presenta con la i iileimera de sala, dejándolo bajo su cuidado.

A la enfermera de sala corresponde realizar la recepción del paciente o reci-bimiento, lo cual incluye varias actividades como:

I Proporcionar al paciente y familiar toda la información pertinente; expli-car las normas del hospital, funcionamiento del equipo instalado, cama, barandillas, tomas de aire, de oxígeno, sistema de comunicación, uso de leliMono, televisor; Informal sobre los horarios de las comidas, cambios de guardias, visitas do medico1,, dalos milite lorimilai uis do i onsenlímicn

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to, etc.; material de uso básico para la atención física y terapéutica con-forme la prescripción médica, entre otras.

2. Facilitar al paciente y familiar su adaptación al medio hospitalario, de manera que sientan bienestar y seguridad; debe la enfermera cuidar de los detalles, saber escuchar y observar al paciente, contestar a sus pre-guntas de manera clara, precisa y sencilla.

3. Obtener información adecuada acerca del paciente, de esta forma su rela-ción con el enfermo será más efectiva.

RECEPCIÓN DEL PACIENTE

La enfermería como vocación y profesión, exige preparación, deducción y gran calidad humana, traducidas éstas en un servicio, que responda a criterios de cali-dad y control para su ejerció.

La función propia de la enfermería consiste en atender al individuo, sano o enfermo, mediante la ejecución de aquellas actividades que contribuyen a mantener su salud o su restablecimiento y efectuar las que él realizaría por sí mismo, si tuviera la fuerza, voluntad o conocimientos necesarios [...]

Virginia Henderson

Siendo el paciente la persona más importante en la atención de enfermería, ya sea en el hogar o en cualquier institución de salud pública o privada, la enfermera, como integrante de un equipo de salud, debe orientar su capacidad de observación, comprensión y enseñanza, hacia la organización de su trabajo diario para atenderlo y dar siempre un servicio seguro y eficiente a quien lo requiera.

Toda persona tiene derechos en el orden físico, moral, cultural, religioso, so-cial y político.

Los derechos de orden físico son:

• Derecho a la vida y a la integridad física. » Derecho a los medios suficientes e indispensables para un nivel de vida

digno: alimentación, vestido, vivienda, descanso, asistencia sanitaria y ser-vicios sociales.

• Derecho a la seguridad en caso de enfermedad, invalidez, viudez, vejez, desempleo y en cualquier pérdida de los medios de subsistencia por cir-cunstancias ajenas a su voluntad.

Los de orden moral:

• Derecho al debido respeto de su persona y a la buena reputación. • Derecho a la libertad para buscar la verdad y delendor sus ideas (liber-

tad de expresión). • Derecho a la información objetiva de I»»•. MU < '.te, pulilu os

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El paciente como persona 79

V i'l religioso es:

• Libertad religiosa y de la conciencia.

Al ejercicio diario de la enfermería le es inherente el respeto a todos estos ili o t líos, por lo que es imprescindible conocer primeramente al paciente, identi-tli m NUN necesidades, clasificarlas según prioridad y así poder planear la aten-\ |¿n requerida al paciente, en forma oportuna y eficaz.

I II mención al paciente como persona debe respetarse siempre; jamás hay i|iu i onsiderarlo como un caso patológico, ni siquiera como un enfermo intere-Miile, como contribución a la investigación y experiencia clínica, y menos aún • tiiiiii un número.

I H relación enfermera-paciente debe estar plena de respeto, aprecio, aten-i Mu. cortesía y amabilidad.

A todo paciente que ingresa a un centro hospitalario esta situación le parece iHrpi'flndente, extraña o alarmante. La asistencia del personal, especialmente la ilt lii enfermera, debe ser de apoyo y confianza, con el fin de reducir la ansiedad, \ lograr su colaboración en la información y en el tratamiento.

UNIDAD DEL PACIENTE

itf conoce como el área física equipada para la atención del enfermo, ya sea en > I hospital o en el hogar, y brindarle el máximo de seguridad y bienestar todo el ilt ñipo que sea necesario.

Kl mobiliario está integrado por: cama tipo hospital, colchón, cojín, mesa pílenle, buró, silla, cesto para basura; utensilios: jarra, vaso, cómodo, orinal y bandeja riñón; ropa de cama: protector de colchón, sábanas estándar (dos), co-bertor, colcha, fundas para cojín, hule clínico opcional, sábana clínica, toalla nlillpada, mampara y escalerilla; instalaciones: lámpara individual, línea de tint-ine o señales para llamar, tomas de aire para succión, oxígeno y de agua corriente, líeles o soportes para sueros.

I )ado el creciente número de pacientes y la situación económica de algunos hospitales, los utensilios de uso común (cómodo, orinal y riñón) son para varios pudentes, y permanecen en el cuarto séptico para cuando los necesiten.

("orresponde vigilar a la enfermera que la unidad del paciente esté limpia y ordenada; comprobar que el mobiliario esté completo, que las instalaciones fun-i limen correctamente, lo cual le proporcionará la seguridad que requiere para la ti«ÍMleucia oportuna al paciente. No olvidará manifestar su aprobación y agrade-i er a la encargada del aseo su esmero en el desempeño de sus tareas. Ésta, como otras personas, comparten diariamente ideas, sentimientos y motivaciones, con oMpfrilU de colaboración.

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RECEPCIÓN DEL PACIENTE EN SU UNIDAD

Acoger al paciente en la unidad en forma comprensiva y amistosa.

Objetivos • Conservar la individualidad del paciente. • Observar y valorar el estado del paciente. • Realizar las medidas diagnósticas primarias. • Acoger al paciente en el ambiente hospitalario.

Equipo

• Equipo de signos vitales. • Reloj con segundero. • Bata de hospital o pijama. • Bolsa de plástico.

• Carpeta porta expediente y hojas de uso de la enfermera.

Método • Recibir al paciente y presentarse con él. • Verificar que el expediente esté completo y comprobar si el paciente está

programado para intervención quirúrgica. • Presentar al paciente con sus compañeros de sala. • Invitar al paciente a cambiar su ropa por la del hospital (ayudarle si lo re-

quiere). • Depositar en la bolsa de plástico las pertenencias del paciente y entregarlas

al familiar. • Proporcionar al paciente y familiar toda la información requerida: área físi-

ca, normas del hospital, horarios, etcétera. • Solicitar al paciente o familiar los requerimientos de material y objetos pa-

ra su atención física y terapéutica. • Instalar al paciente en su cama, si así corresponde. • Medir signos vitales y hacer el registro de los mismos. • Avisar al médico de guardia, y al servicio de dietas el ingreso del paciente. • Colaborar con el médico en la exploración física. • Colocar tarjetas de identificación del paciente en el lugar determinado.

Si el paciente llega del servicio de urgencias, la enfermera procederá a:

• Solicitar información del estado y necesidade*. del paciente al servicio de urgencias.

• Preparar la unidad del paciente conluiiiie »<e i equipen,

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El paciente como persona 8 1

• Recibir al paciente, dejarlo cómodo en su unidad. • Verificar los datos del expediente. • Verificar el estado general del paciente y hacer el registro correspondiente. • < 'omprobar funcionamiento de venoclisis, drenajes, etcétera. • Dar aviso al servicio indicado para hacerse cargo de los valores del pacien-

te si él los portara (si al paciente no lo acompaña un familiar).

I'VALUACIÓN

• /,l)i atención a las necesidades físicas del paciente? • ¿Brindé ayuda a sus necesidades psicosociales? • ¿Mi actuación fue profesional, basada en el conocimiento científico? • ¿Hl'ectué completo el reporte escrito sobre el estado del paciente y la aten-

ción oportuna brindada, rubricándolo? • ¿Fue afectiva y efectiva mi relación enfermera-paciente y familiar?

I UNI >ll)OS DE CAMA

Si la enfermera quiere que su trabajo responda a criterios de calidad y control, i'hlc debe responder a principios de lógica, pertinencia, observación de lo reali-zado, aun de las tareas que parecen sencillas o menos interesantes. La simplici-dad puede hacer noble y atractiva cualquier actividad profesional.

Todo método tiene sus etapas en el proceso, sus objetivos, criterios precisos Instrucciones concretas,

liste describe o indica funciones, actividades y tareas que conllevan a su pla-nificación, organización, dirección y control. Tender una cama de hospital tiene NÚ lógica y pertinencia y contesta a las preguntas: ¿qué?, ¿dónde?, ¿quién?, , pura qué?, etcétera.

líl tendido de cama es la forma de arreglar o cambiar la cama, de acuerdo i'i>11 el modo requerido.

Lós tipos de tendido para cama son: cerrada, abierta, ocupada y postqui-i ilrgica.

( ' t u n a c e r r a d a

I ", la cama que permanece vacía hasta la admisión de otro enfermo (su arreglo M* efectúa después del aseo terminal de la unidad).

Objetivos

• Proteger al colchón y al cojín del polvo, * Propiciar un ambiente limpio al put lente

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Equipo

Sábana inferior o de esquinas elásticas, hule, sábana clínica, sábana superior, sa-rape, colcha y funda.

Método

1. Preparar la ropa de cama en orden de uso, llevarla a la unidad y colocarla en la silla sobre el cojín.

2. Separar un poco la cama y el buró de la pared si es necesario. 3. Colocar la sábana inferior con el doblez central a la mitad del colchón, ex-

tenderla al borde de la piesera, dejar el dobladillo ancho hacia la cabecera; si la sábana es de bordes elásticos, la esquina superior e inferior quedarán del lado proximal de la enfermera y las colocará sobre las esquinas del col-chón.

4. Si es sábana ordinaria, meter el sobrante de ésta bajo la cabecera del col-chón, hacer cartera, estirar y fijar el resto de la esquina.

5. Meter la parte lateral de la sábana bajo el colchón con las palmas de las manos hacia abajo.

6. Colocar el hule clínico en el tercio medio de la cama o en la zona que se requiera.

7. Colocar la sábana clínica 10 cm arriba del borde superior del hule, doblar-lo hacia dentro y fijar el extremo proximal bajo el colchón; pasar al lado opuesto.

8. Doblar el hule y sábana clínica en acordeón hacia el centro de la cama. 9. Tirar de la sábana inferior, hacer carteras en la cabecera, estirar y meter

sobrante bajo el colchón. 10. Meter parte lateral bajo el colchón, estirando bien la sábana. 11. Tirar el hule y sábana clínica y meterlas bajo el colchón para el lado

opuesto. 12. Colocar la sábana superior a nivel del borde superior del colchón y exten-

der hacia la piesera. 13. Colocar el sarape un poco debajo del borde superior del colchón y exten-

derla a la piesera. 14. Doblar el borde superior de la sábana sobre el sarape. 15. Tender la colcha al nivel del borde superior del colchón y extenderla a la

piesera. 16. Estirar las tres piezas hacia la piesera, hacer las carteras fijando el sobrante

bajo el colchón. 17. Meter los extremos laterales de la ropa bajo el colchón, 18. Doblar la funda hacia afuera, ponerla al cojín, apoyándose sobre la cama y

colocarlo en la cabecera con la abertura al lado opuesto de la puerta. 19. Colocar los muebles en su lugar.

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El paciente como persona 8 3

Mullidas de control y seguridad

• I (levar la cama lo más alto, para evitar que la enfermera se agache innece-sariamente.

• Lo enfermera ahorra tiempo y energía si termina de hacer un lado de la ca-ma, antes de pasar al otro.

• líl doblez central, longitudinal de la ropa, deberá colocarse en el centro del colchón.

• I ,a cama de hospital permanecerá cerrada mientras no se ocupe.

< <Miiii abierta

l 'i H arreglo de la cama para recibir al paciente, o para el paciente que deambula.

f Htfriivo

l'ioporcionar un medio adecuado para la comodidad y reposo del paciente.

li/lilpo

Nrilinnn inferior o de esquinas elásticas, hule, sábana clínica, sábana superior, sa-l»ipi\ colcha y funda

Método

I: Preparar la ropa de cama en orden de_uso, llevarla a la unidad y colocarla en la silla sobre el cojín.

2, Separar un poco la cama y el buró de la pared si es necesario. y Colocar la sábana inferior con el doblez central a la mitad del colchón,

extenderla al borde de la piesera, dejar el dobladillo ancho hacia la cabe-cera, si la sábana es de bordes elásticos, la esquina superior e inferior quedarán del lado proximal de la enfermera y las colocará sobre las es-quinas del colchón.

•I. Si es sábana ordinaria, meter el sobrante de ésta bajo la cabecera del col-chón, hacer cartera, estirar y fijar el resto de la esquina.

V Meter la parte lateral de la sábana bajo el colchón con las palmas de las manos hacia abajo.

(>. ( olocar el hule clínico en el tercio medio de la cama o en la zona que se requiera.

/, ('olocar la sábana clínica 10 cm arriba del borde superior del hule, do-blarlo hacia dentro y lijar el extremo proximal bajo el colchón; pasar al lado opuesto,

H I >ohlai el Imlc y sabana clínica en acordeón lutcía el centro de la cama.

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9. Tirar de la sábana inferior, hacer carteras en la cabecera, estirar y meloi sobrante bajo el colchón.

10. Meter parte lateral bajo el colchón, estirando bien la sábana. 11. Tirar el hule y sábana clínica y meterlas bajo el colchón para el lado opuesto, 12. Colocar la sábana superior a nivel del borde superior del colchón y exten

der hacia la piesera. 13. Colocar el sarape un poco abajo del borde superior del colchón y exten

derla a la piesera. 14. Colocar la colcha al nivel del borde superior del colchón, extenderla ha

cia la piesera; doblarla hacia dentro del sarape cubriendo su borde supe rior.

15. Hacer dos dobleces a la sábana; uno sobre sí mismo y el otro para cubrii sarape y colcha.

16. Hacer las carteras en la piesera. 17. Pasar al lado opuesto de la cama y hacer el arreglo indicado en la cabecera. 18. Tomar sábana, sarape y colcha de la cabecera y llevarla hacia la piesertt,

luego doblarla hacia la mitad de la cama y tirar del doblez inferior hacia la piesera.

19. Poner funda al cojín y colocarlo en su lugar. 20. Colocar los muebles en su lugar.

Cama ocupada

Es el cambio de ropa de cama, cuando el paciente debe permanecer en ella.

Objetivo

Proporcionar al paciente un ambiente confortable.

Equipo

El mismo equipo, incluyendo la ropa del paciente, tánico o bolsa para ropa su-cia, paño de aseo y bolsa de papel para basuritas y lanillas.

Método

1. Colocar la bolsa para ropa sucia en el respaldo de la silla, o bien, el tanl co cerca de la cama.

2. Aflojar la ropa de cama, comenzando por la cabecera, retirar el cojín sí el paciente puede estar sin él.

3. Quitar la funda al cojín y ponerla en la bolsa o tánico; el cojín, en la silla abajo de la ropa.

4. Doblar la colcha en sobre y depositarla en la bolsa 5. Doblar el sarape y ponerlo en la silla en orden de uso

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El paciente como persona 8 5

ft, Ayudar al paciente a deslizarse hacia el borde de la cama, vigilando que tenga un apoyo de sostén.

/ I >oblar en acordeón hacia el centro de la cama: hule, sábana clínica e infe-rior.

H Limpiar la parte expuesta del colchón con el paño húmedo, recogiendo los residuos en la bolsa de papel. ('olocar la sábana inferior, siguiendo las indicaciones para tendido de cama.

10, Extender el hule y limpiarlo con el paño, o cambiarlo si es necesario. 11. Arreglar la sábana clínica y fijarla bajo el colchón. I i, (Cambiar la ropa al paciente. I Colocar sábana superior sobre el paciente; si él puede la sostendrá, si no,

se le sostiene de los hombros y la sábana sucia se dobla hacia los pies pa-ra retirarla, doblarla y depositarla en la bolsa.

11, Pasar al enfermo al lado limpio de la cama. IV Quitar la ropa sucia, doblando pieza por pieza, depositándolas en la bolsa. 10, I limpiar el colchón, arreglar la sábana inferior, el hule y la clínica, en la

forma ya indicada en el punto 7. I /. Acomodar al paciente. Pasar al otro lado de la cama. IH, ('olocar el sarape un poco debajo del borde superior de la sábana. 10, Colocar la colcha un poco arriba del sarape y doblarla hacia adentro. 20, I lacer los dobleces a la sábana superior, cubriendo la colcha y sarape. '1,1 ín ambos lados, hacer cartera en la piesera. i P o n e r la funda al cojín y colocarlo en su lugar. ) i, Colocar al paciente en la posición adecuada, dejándolo cómodo, cuidan-

do que la ropa de cama no haga presión sobre sus pies. M, I )cjar en orden la unidad y retirar la bolsa de ropa sucia.

Melidas de control y seguridad

• Si el paciente está incapacitado para colaborar por inconsciencia, debilidad, obesidad, etc., se debe solicitar ayuda para sostenerlo o movilizarlo, con el Un de evitar accidentes o molestia excesiva.

• Seleccionar la ropa más práctica para el paciente. • Si el camisón es cerrado, meter primero las mangas y luego levantarle los

brazos para facilitar introducir su cabeza en el cuello del camisón. • Se evita malestar y presión, si las sábanas inferior y clínica se extienden

tensas y se fijan bajo el colchón. • I ¡vitar tensión a los pies haciendo un pliegue de la ropa de cama en la pie-

sera. - Tomar cu cuenta el pudor del paciente al cambiar la ropa personal y de cama. • SI la enfermera mantiene el dorso roclo evitará esfuerzos de los músculos

mrts débiles de esta zona.

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• Evitar siempre en todo caso tirar la ropa sucia al suelo. • Observar el estado de la piel y limitaciones del paciente.

EVALUACIÓN

• ¿El paciente se muestra cómodo y tranquilo? • ¿Se tomaron las precauciones para impedir contaminaciones cruzadas? • ¿Se aprovechó el tiempo para tener comunicación adecuada con el paciento

y familiar y dar la enseñanza necesaria en su caso? • ¿Se hizo el registro en el expediente sobre la observación hecha? • ¿Se utilizó la mecánica corporal correcta?

V Cama postquirúrgica.

Cama postquirúrgica

Disposición de la cama para esperar al paciente que ha recibido anestesia gene ral para intervención quirúrgica.

Objetivo

Proporcionar seguridad y bienestar al paciente durante su recuperación de la anestesia. Cabe destacar que no todos los hospitales cuentan con sala de recupc ración.

Equipo

Sábana, hule, clínica, plástico, toalla, snntpe ÍUIHIIIIII , salmua, sarape, coli ha, funda, bolsa para ropa sucia, Anexai lámpain de pie o bolsas paia agua ( aliente

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El paciente como persona 8 7

fttN mis cubiertas, pañuelos desechables o papel higiénico, riñón, bolsa de papel, I» ln iiijhesiva, esfigmomanómetro y estetoscopio, termómetro, torundas en alco-liitl. |nrlligas de 5 cc, agujas números 20 y 21.

mulo

I Preparar la ropa de cama en orden de uso, llevarla a la unidad y colocarla on la silla sobre el cojín.

[ .' Separar un poco la cama y el buró de la pared, si es necesario. I \ ('olocar la sábana inferior con el doblez central a la mitad del colchón,

extenderla al borde de la piesera, dejar el dobladillo ancho hacia la cabe-cera, si la sábana es de bordes elásticos, la esquina superior e inferior que-darán del lado proximal de la enfermera y las colocará sobre las esquinas del colchón.

-I Si es sábana ordinaria, meter el sobrante de ésta bajo la cabecera del colch ón, hacer cartera, estirar y fijar el resto de la esquina.

5 Meter la parte lateral de la sábana bajo el colchón con las palmas de las manos hacia abajo.

fi ('olocar el hule clínico en el tercio medio de la cama o en la zona que se requiera.

/ ('olocar la sábana clínica 10 cm arriba del borde superior del hule, doblar-lo hacia dentro y fijar el extremo proximal bajo el colchón; pasar al lado opuesto.

H I )oblar el hule y sábana clínica en acordeón hacia el centro de la cama. '» Tirar de la sábana inferior, hacer carteras en la cabecera, estirar y meter

sobrante bajo el colchón. ID Meter parte lateral bajo el colchón, estirando bien la sábana. II Tirar el hule y sábana clínica y meterlas bajo el colchón para el lado opues-

to. I ) Colocar plástico y toalla en la cabecera. I i Colocar el sarape auxiliar doblado por mitad sobre la clínica. I I Colocar la sábana, sarape y colcha en la misma forma que para la cama

abierta y hacer doblez sobre la piesera. I V Pasar al lado opuesto por donde entre la camilla e introducir los bordes la-

terales de la ropa bajo el colchón. Pasar al lado opuesto nuevamente. lo I Joblar en acordeón toda la ropa hacia el lado fijo. I /. Poner funda al cojín y colocarlo entre el colchón y la cabecera de la cama. IH ('olocar las bolsas con agua caliente bajo el sarape auxiliar o instalar la

lámpara de pie, enfocada al centro de la cama. I o | )lsponer el material y equipo en forma conveniente para su uso adecuado.

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Medidas de control y seguridad

• Recibir al paciente cuando llegue del quirófano y colocarlo en posición ade-cuada para evitar accidentes.

• Observar coloración de la piel, estado general y de la conciencia. • Verificar signos vitales, funcionamiento correcto de tubos, sondas y drenes

e indicaciones médicas. • Orientar al familiar sobre los cuidados que él pueda realizar. • Evitar, con el uso de termóforos, complicaciones como enfriamiento, bron-

co aspiración de secreciones o vómito.

En la actualidad, en algunos hospitales se han omitido algunos detalles, debi-do quizá al creciente número de pacientes por atender, a inexistentes recursos o lo que sería lamentable, a negligencia de enfermería.

Es responsabilidad de la jefe de servicio solicitar por escrito al almacén todo el material y equipo que precisa para la buena marcha del servicio y la atención de los pacientes.

CAMBIO DE COLCHÓN, CON EL PACIENTE EN CAMA

En la actualidad este procedimiento es menos frecuente, debido a la corta están cia del paciente hospitalizado. No obstante, hay pacientes que deben guardar re-poso prolongado en cama, o mantener determinada posición como parte de su tratamiento, lo que implica extremar los cuidados para evitar presión en la piel y puntos de apoyo. Ocasionalmente es necesario cambiar o voltear el colchón.

Objetivo

• Mantener la comodidad del paciente con el máximo de seguridad.

• Impedir las complicaciones por reposo duradero en cama.

Equipo

• Colchón y tres sarapes.

Método 1. Comentar al paciente lo que se va a hacer y solicitar su cooperación. 2. Llevar el equipo a la unidad. 3. Aflojar la ropa de cama. 4. Quitar el cojín y colocarlo en la silla. 5. Doblar y quitar colcha, sarape y sábana luperioi. 6. Enrollar la clínica, hule y sábana inferior lia* IU ION lados del paciente y tirai

del colchón hacia fuera del tambor pot mitad

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El paciente como persona 89

I Acercar al paciente a la orilla del colchón. N ('olocar los sarapes doblados longitudinalmente sobre el tambor y pasar al

paciente. U Vollear el colchón de la cabecera a los pies o cambiarlo apoyándolo en el

litmbor. |ll Pasar al paciente al colchón, ayudándose con la ropa enrollada. 11 Quitar los sarapes, doblarlos y ponerlos sobre la silla. I) ('olocar bien el colchón sobre la cama y dejar cómodo al paciente. I \ I lucer el tendido de cama.

r** Molidas de contrOly seguridad

• Solicitar ayuda si es necesario. • l'uode usarse la camilla para el paciente mientras se arregla el colchón. • SI el paciente sufre lesión raquídea, deberá poner rígido el tronco y pelvis. • Puede moverse el cuerpo del paciente hacia el borde de la cama o colchón

según proceda, conservando rígida la columna, colocarse los brazos sobre t'l pecho y girarlo.

I ' Al,DACIÓN

• ,,t Jbservé reacciones de ansiedad en el paciente? • ¿Hice el cambio de la manera más segura para paciente y enfermera? • ,, Mantuve al paciente en la posición física adecuada?

I |I \M «ADQLPEL PACIENTE A LA CAMILLA

I >i la acción de desplazar al paciente de su cama a la camilla para llevarlo a otro nlllo,

Objetivos

• I 'acllilar la transferencia del paciente en forma segura. • Ib indar al paciente la máxima comodidad posible.

I'.qulpo

t 'mullía vestida y con los aditamentos de seguridad (barandales, sujetadores y Miporte porta frascos)

Método

I I levar la camilla a la unidad. ' l'.xpllear al paciente loque <,e vnahaici v ',ollcltru su cooperación.

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9 0 l'.l hospital, una necesidad en la vida humana

3. Colocar al paciente en decúbito dorsal. 4. Retirar la Colcha, cobertor y sábana hacia la piesera. 5. Doblar la ropa de la camilla y colocarla en la silla. 6. Colocar la camilla paralela junto a la cama y frenarla. 7. Coordinar acciones con las personas que realizan el traslado. 8. Pasar el frasco de la venoclisis a la varilla (si es el caso), y dar atención II

otros tubos. 9. Aflojar la sábana clínica, enrollarla a los lados y ayudarse de ella para desli

zar al paciente a la camilla. 10. Retirar la clínica al paciente. 11. Cubrir al paciente con las ropas de la camilla. 12. Colocar los barandales y quitar los frenos a la camilla. 13. Trasladar al paciente despacio y con cuidado.

Medidas de control y seguridad

• Si el enfermo es muy pesado, se necesitan cuatro personas para moverlo: una se coloca en la cabecera de la camilla para sostener cabeza y hombros, otro se coloca a los pies para sostener piernas, las otras n uno y otro lado de la caim lia y de la cama.

• Si procede, fijar la camilla en ángulo recto con la i ama, todas las personas se colocarán en el mismo lado; metu Itm IHII/MN debajo del enfermo para sosle

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El paciente como persona 91

m i cabeza, hombros, tórax, cadera y piernas; en forma sincrónica llevar al pa-( i n t c al pecho y pasarlo a la camilla.

» Aplicar la mecánica corporal para evitar lesiones. 1 'll un objeto se conserva cercano a su centro de gravedad el esfuerzo para mo

verlo es menor. 1 I Ivitnr golpear la camilla contra puertas o paredes.

I aventar las ruedas en caso de salientes del piso o ascensor. I'oncr Cojín si es necesario o si el paciente lo desea.

I VALUACIÓN

• ¿Me aseguré que la camilla y barandales estuvieran en buenas condicio-nes? i

• ¿Evité molestias al paciente durante el traslado? • ¿Mantuve la vigilancia del paciente mientras permaneció en la camilla

bajo la responsabilidad de enfermería?

U NO DE SILLA DE RUEDAS

'.mi diversas las condiciones por las que el paciente hospitalizado hace uso de IIIIII silla de ruedas: para descansar de la posición de la cama, para desplazarse • I' un lugar a otro dentro del hospital, etcétera. Hay servicios de maternidad que llenen como norma conducir en la silla a la madre y su bebé hasta la puerta del lioupital al abandonar éste. En cualquier situación el objetivo es el mismo.

< >l)J(itlvo

l'mporcionar comodidad y seguridad al paciente que debe desplazarse en silla de ruedas.

Iü(|ulp<>

Silla de ruedas, cojín, dos sabanillas o sarapes auxiliares, bata y sandalias.

Método I Invitar al paciente a dejar la cama.

I elevar el equipo a la unidad. V Instalar la silla, paralela a la cama con el respaldo hacia la piesera, ponerle

el freno para que no so deslice. 'I Acojinar la silla, si os necesario.

Oohlni i'l descanto para los píos,

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9 2 l'.l hospital, una necesidad en la vida humana

para evitar que la silla se incline hacia adelante

6. Colocar una sabanilla doblada a la mitad sobre el asiento de la silla, echar la mitad hacia el respaldo.

7. Colocar la otra sabanilla doblada a la mitad sobre el respaldo. 8. Ayudar al paciente a sentarse en la cama; observar el pulso, respiración, co

loración, mareos, estado de ánimo. 9. Poner al paciente bata y sandalias.

10. Ayudar al paciente a bajar de la cama, colocándose frente a él, sosteniéndo-lo por las axilas.

11. Hacer girar al paciente hacia la silla, de manera que la parte posterior de las piernas quede cerca de la silla.

12. Sostener firmemente al paciente mientras se sienta. 13. Arreglar los descansos de los pies y conducirlos para que se apoyen. 14. Cubrir las piernas con la sabanilla inferior y el irsio del cuerpo con la superior, 15. Conducir al paciente al sitio indicado

A

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El paciente como persona 9 3

Medidas de control y seguridad

• Invite al paciente a apoyarse en'el respaldo, para evitar que la silla se incline hacia adelante.

• Si la temperatura ambiental es cálida, suprimir las sabanillas o cobertores, bastará la ropa usual del paciente.

• Si el paciente puede valerse por sí mismo, el paso de la cama a la silla lo hará él, la enfermera sujetará firmemente la silla por el respaldo.

• Solicitar ayuda de otra persona siempre que sea necesario. Otra persona puede nyudar sujetando al paciente bajo las axilas, por la espalda, una más coloca los brazos debajo de las caderas y piernas, levantándolo para pasarlo más có-modamente a la silla.

• Bl esfuerzo es menor cuanto más cerca debe llevarse el peso.

I'VALUACIÓN

• /,I)i orientación al paciente sobre cómo colaborar? • ¿Hice el registro oportuno y completo sobre las observaciones hechas al

paciente? • ¿Apliqué las normas sobre uso de la mecánica del cuerpo?

ACTIVIDADES

I Indagar las horas de ingreso del paciente a las instituciones hospitalarias, número de ingresos por turno.

I Programar visitas de observación a diferentes hospitales con el fin de veri-ficar las necesidades físicas y psicológicas del paciente a su ingreso.

' Kxplicar por escrito cómo valora ella la recepción del paciente en la uni-dad en relación a una buena acogida y comodidad.

I Buscar, por iniciativa propia, el tiempo para practicar los tendidos de ca-ma en el laboratorio de enfermería y así desarrollar la destreza requerida.

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PARTE IV VALORACIÓN DEL ESTADO

DE SALUD DEL PACIENTE

Page 98: fundamentos enfermeria

Capítulo 7

No tengo ningún deseo de ser libre. Sólo quiero compartir lo que he encontrado, v

mostrar esos nuevos horizontes que nos están esperando.

JUAN SALVADOR GAVIOTA RICHARD BACH

V A L O R A C I Ó N D E L P A C I E N T E

1 MlMiU V A G Ó N

Hat ei la valoración del estado de salud del paciente se refiere a la observación ili los hallazgos de todos los sentidos sobre lo que se ve, escucha, siente al tacto \ luirle.

(lencralmente por observación, se aprecian los síntomas; éstos se dividen en kllh|ellvos y objetivos. Los primeros son los que experimenta el paciente; los se-gundos, lodos aquellos que pueden verse, sentirse o palparse, oírse u olerse, co-mo la mancha, el edema, la tos y el aliento fétido.

I a enfermera es la persona que pasa más tiempo con el paciente y por esta Hl/ón sus observaciones c informes verbales y escritos adquieren mayor impor-tancia,

I ¡i estudiante de enfermería adquirirá en forma gradual la capacidad de ob-'<11 vación para ir descubriendo los cambios en el estado físico y emocional de un |nn mile; la habilidad de discernir entre un hecho significativo y otro sin impor-tan la. Asimismo, irá adquiriendo la habilidad de escribir los informes en forma v» ni/ y concisa. Al principio, requerirá de la guía directa de sus maestras y del pei'tonal con experiencia de la institución de salud.

I .i estudiante mímenla su capacidad de obsei vacion poi los conocimientos teóri 11* prácticos v poi MI inicie1, peisomil en ln uleiu ion y eoiiipieiisión del paciente

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. 9 8 Valoración de? estado de salud del paciente

Si la enfermera es capaz de distinguir y descubrir la conducta normal y anor-mal del paciente a su cuidado, tanto en lo físico como emocional y mental, su contribución al diagnóstico médico es siempre reconocida como1 positiva.

La enfermera al servicio de la comunidad, necesita de un conocimiento espe-cífico de la normalidad en todas las edades con el fin de reconocer las desviacio-nes que presente cada miembro de la familia que atiende; debe observar y cono-cer las condiciones ambientales perjudiciales para la salud, para participar en l¡i solución de estos problemas.

La investigación médica y de enfermería se basa en observaciones hechas y registradas cuidadosamente en el expediente.

La enfermera, observa al paciente en cada aspecto de su personalidad, el es-tado general físico, emocional y mental; aprecia la normalidad de las funciones del individuo, en su actividad al trabajar, jugar, respirar, comer, excretar; al mo-verse, al mantener la postura normal y el tono muscular, al descansar y dormir, al aprender y comprender; también es importante reconocer los signos quo muestran anormalidades de las funciones.

La valoración general de un individuo principia por la observación de su constitución física, el tono muscular, la postura, la marcha, etc., que contribuyen a dar una impresión general de la personalidad y del estado de salud.

La observación del temperamento incluye los diversos estados de ánimo, reacciones emocionales frente a la vida, si el individuo es comunicativo y se in teresa por los demás habitualmente, se dice que puede ser de temperamento ex trovertido; si, por el contrario, el individuo se concentra en sí mismo, es de tem-peramento introvert ido. Una si tuación de estrés puede acentuar ambos temperamentos.

Para tener más elementos sobre el temperamento de un individuo es necesa rio conocer su relación con la familia, amigos, conocidos y extraños.

Otro punto que no debe soslayarse es el grado de orientación del paciente, Cuando una persona está despierta, pero no conoce a los que le rodean, ni sabe donde está, ni qué hora es, se dice que está desorientada en relación con las per-sonas, lugar y el tiempo. La profundidad y duración de los estados de incons-ciencia deben registrarse en el expediente.

El paciente que presenta dificultad al hablar, oír, ver, mantener su equilibrio o interpretar sensaciones táctiles, necesita ayuda especial inmediata, más aún

. cuando hay pérdida de la memoria en el paciente ambulante. Cuando hay disminución de la función motora, molestia o dificultad, puede

ser evidente alguna rigidez o tensión de todo el cuerpo o sólo de alguna parle de él, como lo es en las parálisis.

Se debe observar el movimiento de una extremidad, ojos, párpados, o la tliíi cuitad para hablar, deglutir, respirar, excretar u orinar, Asimismo, los moví mientos rítmicos, automáticos, el temblor, convulsiones y flexibilidad excesiva son síntomas motores,

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Valoración del paciente 9 9

I ('ualquier circunstancia que altere la respiración, el apetito o la eliminación, I t i " observarse y anotar si hay dolor o malestar al efectuarse estos actos.

I1 II general, la enfermera debe observar el funcionamiento anormal del orga-MIIIIIO,

h lll MAS DE REGISTRO

I (Id msliluciones para la salud generalmente utilizan diferentes formas para re-011110 e informes de sus actividades en relación con la atención a pacientes.

lili los hospitales se lleva un expediente o registro del paciente, el cual se li'flliulii de los hechos esenciales, para conformar una historia continua en un prlntlo determinado. Un informe es la comunicación oral o escrita de datos a nliii persona o grupo interesado en conocer esos hechos.

I liiy dos tipos de expedientes: el tradicional y el expediente médico orienta-IIH N problemas (EMOP). Hay gran similitud entre ambos; el propósito es el mis-•o obtener ,y mantener una relación escrita de los antecedentes y problemas de • uliid, medidas preventivas, diagnósticas y terapéuticas utilizadas para ayudar a Mli'.lhcer las necesidades de salud del paciente, así como su respuesta a las mis-lita* liste registro informa los acontecimientos ocurridos durante el período en ijw el paciente recibió cuidados en un hospital tanto de enfermería como de iiliu', miembros del grupo de salud.

I os datos del expediente constituyen la base para que el medico formule su diagnóstico y planee los regímenes terapéuticos para el paciente y, por su parte, In enfermera planee los cuidados de su incumbencia.

1,1 expediente es además un documento legal. La importancia que se ha con-• i illdo a los derechos de los pacientes manifiestan que el enfermo tiene derecho ii In Información contenida en él.

lil EMOP es muy útil para que todos los miembros del grupo de salud regis-in n no sólo los cuidados que ha recibido el paciente, sino la razón que los fun-damenta, ésta es una forma de comprobar la calidad de los cuidados que ha reci-Iiidii La evolución del paciente se va anotando sistemáticamente, de tal forma i|in i's fácil comprobar todos los cuidados realizados.

Los expedientes, además de ser un valioso material para investigación, son un instrumento muy útil en la educación de estudiantes de las disciplinas de sa-lud, ya que muestran un cuadro completo del paciente, de sus problemas y el pliiii de asistencia.

Los estudiantes del área de salud utilizan los expedientes como material de i un,sulla, lo que les permite experimentar la aplicación de conocimientos teóri-i os a situaciones prácticas.

Ll expediente médico se integra de cuatro partes:

I Dalos básicos con In información necesaria para el desarrollo de un plan completo de cuidados pala el páctenle

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. 1 0 0 Valoración de? estado de salud del paciente

2. Lista de problemas. 3. Planes e indicaciones iniciales. 4. Notas sobre el progreso.

Datos básicos: suelen incluir la razón de su ingreso a la institución de salud y principales molestias del paciente:

• Estado de salud actual y revisión de sistemas. • Antecedentes médicos y familiares del paciente. • Perfil del paciente. • Datos del examen físico inicial. • Datos básicos de laboratorio y estudios radiológicos. • Datos socio-económicos y familiares que pueden ser importantes para su

atención y rehabilitación.

Lista de problemas: el médico es responsable de elaborar la lista de proble-mas identificados y establecer la prioridad. La enfermera y otros miembros del grupo contribuirán a ello.

Se define como problema cualquier situación por la que el paciente re-quiere ayuda, incluidos los problemas psicosociales, económicos, demográfi-cos y físicos.

Planes o indicaciones iniciales: los planes para los cuidados del paciente se establecen en relación con cada problema. Este sistema ayuda a la enfermera y al grupo a comprender la razón que apoya el diagnóstico del médico y el régi-men terapéutico para el paciente, tratamiento y medicamento.

Notas sobre el progreso: todas las anotaciones hechas por el médico, la en-fermera y otros miembros del grupo, los informes de laboratorio y radiológicos, el registro de la intervención quirúrgica y otras medidas diagnósticas y terapéu-ticas, forman parte de las notas del progreso.

Cada enfermera debe conocer los reglamentos y normas de la institución donde trabaja, anotar los hechos con veracidad y precisión, inmediatamente des-pués de suministrar los tratamientos y medicamentos y registrar las observacio-nes específicas y características; ejemplo: si hay dolor, registrar tipo, localiza-ción, duración, causa, signos y síntomas que le acompañan.

Se deben hacer los registros en el'expediente con letra clara, de molde o ma-nuscrita, y rubricando el reporte con su firma, inicial y apellido.

EL EXPEDIENTE DEL PACIENTE

Es un documento legal que contiene la historia clínica del paciente.

Objetivo

Concentrar los datos más importantes aceren del paciente, la evolución y trata miento del padecimiento, pata la mejor icall/iu ion del plan lie cuidados

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Valoración del paciente 1 0 1

A groso modo el expediente del paciente tiene tres maneras tradicionales de I Ir nar y describir sus datos y tiene seis puntos.

1, Hoja de ingreso. 2, Hoja frontal.

Hoja de órdenes médicas. 4. Hoja de historia clínica. 5. Notas de las enfermeras. ó. Otros informes y registros, como los de laboratorio, radiológicos,

anestésicos, preoperatorios, quirúrgicos y los resultados de otras medidas diagnósticas y terapéuticas en el paciente.

Im hoja de ingreso contiene información precisa, esta hoja es confidencial, l lenen acceso a ella los profesionales de la salud.

I -a hoja de ingreso incluye un número que se utiliza para identificar al pa-• ionio y como base para catalogar los expedientes.

I .a información de la hoja de ingreso incluye datos de identificación:

1. Nombre completo del paciente. 2. Domicilio. 3. Fecha de nacimiento. 4. Sexo y estado civil. 5. Nacionalidad, raza, religión. 6. Ocupación empleo. 7. Número de clasificación. H. Unidad-fecha de ingreso. 9. Nombre del médico.

I(). Diagnóstico. 11. Familiares cercanos. 12. Responsabilidad financiera. 13. Ingresos anteriores.

1.a hoja frontal, tiene diversos usos, notas sobre alergias que se anotan al in-greso del paciente, también se registran los datos al darse de alta, esta hoja, ge-neralmente, la maneja el médico.

1.a hoja de órdenes médicas, contiene las instrucciones del médico para el liahunionto del paciente.

lisias hojas, la enfermera las revisa regularmente para verificar instruccio-nes Si el médico da por teléfono una orden, para ser ejecutada por enfermería, la enfermera lo nnola así en la hoja de órdenes, incluye el nombre del médico, lutia en que dio indicaciones y la firma, posteriormente el médico firma sus ór-denes telefónicas en el transcurso ele 24 horas,

la historia clínica contiene el registro do anlecodcnles personales y médicos del paciente; la llena el médico que lo atiende

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. 1 0 2 Valoración de? estado de salud del paciente

Con frecuencia el médico indica el régimen terapéutico para el enfermo anota su progreso después de cada visita.

La enfermera planea los cuidados de enfermería considerando esta referen»' cia.

Las notas de las enfermeras sirven como registro de la conducta observad! en el paciente que la enfermera considera importante para sus problemas dtt salud o que constituyen un problema en sí. Incluyen la acción del cuerpo, tono emocional, comunicación verbal y las reacciones fisiológicas.

Las notas pueden tener seis tipos de información:

• Medidas terapéuticas realizadas por miembros del grupo de salud. • Órdenes médicas realizadas por enfermería. • Medidas realizadas por enfermería para satisfacer las necesidades especííl

cas de un paciente, no ordenadas por el médico. • Observaciones de la conducta del paciente y otras importantes para su su* I

lud. • Respuestas específicas del paciente a la terapéutica y los cuidados de en

fermería. » Enseñanza dada al paciente.

Dentro de las notas de la enfermera está una hoja de enfermería que se maneja en la institución que contiene varios apartados, entre ellos la gráfica di" signos vitales.

Otros informes y registros, como laboratorio, radiológicos, anestésicos, preoperatorios, quirúrgicos y los resultados de otras medidas diagnósticas y tera-péuticas en el paciente: éstas son de gran utilidad como fuentes de información para la intervención médica a los diagnósticos y tratamientos al paciente.

De esta manera es obvio que debe existir una declaración o documento l'il mado por el paciente o familiares dando su consentimento para los tratamientos requeridos.

Este documento es un medio de protección legal tanto para el personal médi-co como para la institución hospitalaria.

U S O DEL CÁRDEX

Es un sistema de control seccional, útil en el registro del cuidado de enfermería del paciente.

Objetivo

Anotar las órdenes médicas, para evilai consullni continuamente el expediente Este sistema ayuda a lograr eíieieneia y economía al peicainr.se de las ne« esala des del paciente inmediatamente.

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Valoración del paciente 1 0 3

I I cárdex es indispensable en un servicio de enfermería, ya que se emplea en lyirdíímos, salas de tratamientos, departamentos de abastecimiento, servicio de fllllMUlta externa, etcétera.

I I cárdex es dinámico y ágil, económico; mantiene los expedientes ordena-din» y limpios y ayuda a prestar un servicio de enfermería completo si se usa co-lín i plan de cuidados; muestra gráficamente las actividades que realizará la en-fermera, organizada por horas y por días.

('ada tarjeta personal contiene las órdenes regulares para tratamientos, medi-i Büloncs, dietas y cuidados de enfermería, basándose en las necesidades físicas, nlúológicas y sociales del paciente.

M itnejo de la tarjeta del cárdex

I Plisar diariamente las órdenes médicas del expediente a la tarjeta del cárdex. líl cárdex debe compararse con el expediente y las tarjetas de medicación, para tener la seguridad que se mantienen al día.

I Registrar las prescripciones de medicamentos en la sección correspondiente. \ Anotar la dosis indicada, la frecuencia con que debe administrarse y la guía

que se va a utilizar. 'I Anotar los datos que exigen realización inmediata. 1 Describir en la sección de cuidados especiales el cuidado específico que re-

quiere el paciente. i> Kegistrar en la sección de observaciones alguna indicación o contraindica-

ción en el control del paciente. / Marcar con un signo convencional delante de la indicación si ésta fue efec-

tuada, rechazada o suspendida. M Kegistrar:

• El número de sala y cama en que se encuentra el paciente. • Apellido paterno, materno y nombre del paciente. • Número de registro del expediente.

Medidas de control y seguridad

• Hacer las anotaciones con lápiz para facilitar borrarlas y seguir utilizando la tarjeta durante más tiempo.

• I lacor las notas con letra legible o de molde.

SIGNOS VITALES

I I plan de estudios de c ada escuela de enfermería se estructura con base en de-terminados criterios, entre ellos, las necesidades de enfermería como profesión, avances soeloculturnles, tendencias en la prestación do servicio! de salud, pu

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. 1 0 4 Valoración de? estado de salud del paciente

diendo ser éste la atención primaria y participación de la comunidad, la cual reJ quiere de una atención integral al individuo, a la familia y a la comunidad.

Si la salud es un derecho social y precisa de la protección de la misma por igual a todo ser humano, las instituciones educativas adquieren un compromiso! con la sociedad en la formación de enfermeras capaces de asumir las responsa-bilidades de la profesión y participar, a través de sus funciones específicas, en el bienestar y progreso individual, familiar y comunitario.

La enfermera, dentro de sus funciones de asistencia, desarrollará sus habili-dades en los tres niveles de atención; en su actuación diaria le corresponde, en forma prioritaria, la valoración clínica del paciente hospitalizado y del hogar. La valoración demanda el reconocimiento de los factores que son importantes, como el ambiente físico y social, conducta, estado general del paciente y saber reconocer y diferenciar lo normal de lo anormal, con el fin de ayudar a las per-sonas a satisfacer sus necesidades básicas y adquiridas.

La valoración de los signos vitales ha sido un índice de la capacidad funcional del paciente. Éstos incluyen: temperatura, pulso, respiración y presión arterial.

Temperatura

Es ineludible que la enfermera conozca y comprenda la fisiología de la regula-ción del calor, pues no basta saber tomar la temperatura, sino conocer cuándo ésta rebasa los límites normales, qué medidas tomar para evitar una mayor ele' vación si ha subido, o cómo puede subirla si es subnormal.

La temperatura normal del organismo es el resultado de un equilibrio entre el calor producido y el perdido.

La temperatura corporal varía de acuerdo con las condiciones del clima, la ropa que cubre y estructura de los tejidos del cuerpo; el promedio normal de es-tas variaciones se ha considerado entre 36 y 38°C.

La temperatura oral de más de 38°C o menos de 36°C suele indicar presen-cia de alguna enfermedad. Las temperaturas superiores a la normal se llaman fe-briles; las que están por debajo de lo normal se denominan subnormales. Una temperatura alta y prolongada es siempre un índice de gravedad.

Las temperaturas subnormales pueden ser causadas por eliminación excesiva de calor, por sudoración profusa y pérdida de líquidos corporales; por disminu-ción de la producción de calor, debido a inanición o a reducción de la vitalidad; depresión extrema del sistema nervioso en choque o colapso y exposición p r o -longada al frío.

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Valoración del paciente 1 0 5

wftlh'itUi de la temperatura oral

I )h|H|vo • R i r v n r , comprobar y registrar en forma precisa las variaciones de la tempera-Una del paciente, para tener un índice de su estado de salud y proporcionar el i t i ldado de enfermería adecuado.

I > | i l l po

I oí in Pnsteur o charola foto con vaso con solución antiséptica y termómetros Minien, vaso con agua, torundas húmedas, bolsa de papel para desechar torundas likiiiliiN, hoja y lápiz o pluma para anotaciones.

M é t o d o

I I levar a la unidad el equipo y pedir al paciente su colaboración. I, Nacar el termómetro de la solución y limpiarlo del bulbo hacia la punta con

lina torunda. l'l Ineipio. Las soluciones químicas irritan la membrana mucosa.

' Vorificar que la columna de mercurio esté a 35°C. I Indicar al paciente que abra la boca y colocar el termómetro en la región su-

I(lingual descansándolo en la comisura labial, indicando al paciente que cie-' ríe los labios durante dos o tres minutos.

l'l Ineipio. Al mantener el bulbo contra los vasos sanguíneos bajo la lengua 11 ni labio cerrado, se obtiene una medida fiel de la temperatura del cuerpo.

> l'iHlrar el termómetro, limpiarlo de la punta hacia el bulbo con una torunda; depositar ésta en la bolsa. I'i Ineipio. La mucosidad en el termómetro dificulta la lectura exacta,

h I ciM el termómetro, sacudirlo hasta que marque 35°C y depositarlo en el va-NO con agua.

I Anotar en la hoja de la enfermera, la hora en que se tomó la temperatura, gra-dos y observaciones hechas. I'i Ineipio. El registro que hace la enfermera proporciona un índice de la salud del paciente.

M l avar los termómetros con jabón y agua corriente dejando el equipo arregla-do para la siguiente toma.

Medidas de control y seguridad

hila lomar la temperatura, dejar pasar quince minutos después que el paciente 1111 \ a tomado alimentos o líquidos fríos o calientes.

i uidtn de no ton un la temperatura oral a pacientes inconscientes, alineados o a nIlion v pacientes que tengan un padecimiento de nariz, o boca,

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. 1 0 6 Valoración de? estado de salud del paciente

Medición de la temperatura axilar o inguinal

Método

1. Llevar a la unidad el equipo y pedir al paciente su colaboración. 2. Sacar el termómetro de la solución y limpiarlo del bulbo hacia la punta con

una torunda. Principio. Las soluciones químicas irritan la membrana mucosa.

3. Verificar que la columna de mercurio esté a 35°C. 4. Secar la región axilar o inguinal. 5. Colocar el termómetro en la región elegida y sostener el brazo o pierna del

paciente durante tres minutos. 6. Retirar el termómetro, limpiarlo y hacer la lectura, manteniéndolo horizontal-

mente al nivel de los ojos. Principio. Sostener el termómetro al nivel de los ojos facilita la lectura.

7. Bajar el mercurio hasta que marque 35°C y depositarlo en el vaso con agua. 8. Realizar los pasos 7 y 8 del método de temperatura oral.

Medición de la temperatura rectal

Equipo

Charola con vaso con solución antiséptica y termómetros rectales, vaso con agua jabonosa, torundas húmedas, bolsa de papel, tubo con vaselina sólida, cua dros de papel, hoja y lápiz o pluma para anotaciones.

Método

1. Llevar el equipo a la unidad. 2. Sacar el termómetro de la solución y limpiarlo del bulbo hacia la punta, con

torunda húmeda. 3. Leer el termómetro horizontalmente, al nivel de los ojos. 4. Verificar que la columna de mercurio marque 35°C. 5. Poner vaselina en un cuadro de papel, lubricar el bulbo del termómetro dos

centímetros. Principio. Lubricar una superficie reduce la fricción.

6. Colocar al paciente en posición de Sims y al lactante en decúbito dorsal, lo mándolo de los tobillos, flexionándole las piernas.

7. Descubrir la región anal e introducir el termómetro dos centímetros, aproxi madamente, en el esfínter.

8. Sostener el termómetro durante dos minutos, 9. Retirar y limpiar el termómetro de la punta al bulbo, y con un cuadro «le pn

peí. Hacer la lectura. Principio, La fricción ayudn a desprentloi el ninlefifil eximido de una Nuperílcie.

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Valoración del paciente 1 0 7

III I lacer la lectura y bajar el mercurio a 35°C. Asear el termómetro con torun-da húmeda y depositarlo en el vaso con agua.

11 Informar en la hoja de la enfermera la hora de la toma y ^grado de la tempe-ratura, así como las observaciones hechas,

l ' l )cjar el equipo, limpio y ordenado en su lugar.

Mildldas de control y seguridad

l 'n casos de diarrea o de padecimientos del recto, tomar la temperatura, por otra vln

( 'abe destacar que la temperatura axilar ha caído en desuso, ya que en la ac-Inulidad es más frecuente el uso de aparatos electrónicos en algunas institu-• Iones de salud.

Temperatura rectal.

Page 109: fundamentos enfermeria

. 1 0 8 Valoración de? estado de salud del paciente

Registro de temperatura y otros

1. Escribir el nombre del paciente, números de sala, cama, y de registro, la lo cha y hora.

2. Indicar el día de admisión como el primer día de hospital. 3. Indicar el primer día de postoperatorio y los siguientes (en el servicio de ctfl

rugía). 4. Registrar la temperatura, pulso y respiración en el espacio conespondienlij

a la hora en que fueron tomados. 5. Marcar primero la temperatura; si el número de respiraciones o pulsaciono»

coincide con la temperatura, hacer un círculo alrededor del punto que indica la temperatura.

6. Registrar otras temperaturas fuera de la oral: temperatura rectal (R); tempe» ratura axilar (AX).

7. Observar y registrar en la hoja de la enfermera si la piel está seca, caliento, roja, fría o pegajosa.

8. Informar la frecuencia de escalofrío o de cualquiera otra sensación de la que el paciente se queje.

9. Observar y registrar signos de deshidratación que acompañen a la fiebre: re* sequedad de nariz y boca, labios resecos y agrietados, lengua saburral y de-colorada que dificulta la deglución.

10. Registrar las reacciones del paciente al control de la temperatura por medios físicos.

11. Anotar la presión arterial en el espacio indicado. 12. Usar otra hoja cuando la presión deba tomarse con frecuencia. 13. Registrar el peso y la talla en el espacio indicado. 14. Anotar el número de evacuaciones y de micciones de cada turno en el espa-

cio correspondiente (según código de evacuaciones) y características. 15. Anotar todos los exámenes y tratamientos especiales: venoclisis, transfusio-

nes, etcétera. 16. Anotar todas las medicaciones y la vía de administración en el espacio indi-

cado para ello. 17. Reportar si la dieta fue aceptada o no, y cuánto ingirió.

EVALUACIÓN

• ¿Comprendí los métodos para medir la temperatura? • ¿Observé al paciente y detecté alguna alteración en el ánimo salud? • ¿Mi comunicación con el paciente fue efectiva, hacia MIS necesidades? • ¿Tomé y registré en forma precisa la temperaturaV

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Valoración del paciente 1 0 9

l'tlllll

M fillllraerse el ventrículo izquierdo, la sangre pasa a través de las arterias de Jp|u • I cuerpo. Esta onda de sangre es el pulso, y el latido de la arteria se siente Mm palpación de ésta sobre una saliente ósea. 1 Al lomar el pulso la enfermera debe observar sus características: la frecuen-

cia, ''I ritmo, el tamaño o volumen y tensión. I u frecuencia es el número de latidos por minuto; varía según la edad, talla y

ii ulad física o emocional; en el adulto suele considerarse normal una fre-iiipiula entre 60 a 80 latidos por minuto. I l 'liando la frecuencia es de 100 latidos por minuto, el trastorno se llama ta-i"t' ardía y si el pulso es muy lento, menor de 60 latidos por minuto, se denomi-

na Inndicardia. l'l ritmo del pulso se refiere al tiempo que transcurre entre cada latido. Si es

JMni lalmente igual, se dice que el pulso es regular; cuando los latidos se pre-jUMllan a intervalos irregulares, se dice que el pulso es precisamente irregular o na. i ilútente.

I (I tamaño o volumen es determinado por la amplitud de una onda del pulso tlf Ivllcjn el volumen de sangre que se impulsa contra la pared arterial durante la • nuil acción ventricular. Normalmente, cada ventrículo bombea 70 mi de sangre hii i mía contracción, a pesar de que se presentan grandes variaciones del volu-IWMi, Si el volumen sanguíneo es normal, el pulso será lleno o amplio. Si éste URminuye, será pequeño, débil, filiforme o vacilante.

I ,a tensión del pulso suele clasificarse en alta o baja. Un pulso muy tenso es iliilo al tacto y la arteria es difícil de comprimir. Un pulso poco tenso es blando •il lucio y la arteria es comprimida con facilidad.

listo ocurre porque las arterias tienden a perder su elasticidad y a endurecer-le, ir,í es más difícil obliterarlas por la presión de los dedos al tomar el pulso.

I a presión necesaria para obliterarlas dependerá de la presión que ejerza la lia i /a de la sangre y la resistencia ofrecida por la pared arterial.

I',l pulso se valora por palpación en varios sitios del cuerpo por donde pasa la tilín in, haciendo una ligera presión contra una base firme ósea, con los dedos ín-dice y medio.

Pura tomar el pulso, los sitios que suele eiegir la enfermera son: arteria radial (en la cara palmar de la muñeca, encima de la arteria radial), arteria temporal l arriba y por fuera dol ángulo externo del ojo), arteria pedia (en el dorso del pie), ai loria carótida (a cada lado del cuello, enfrente del lóbulo de la oreja) y la arte-i ia femoral (en la ingle) (véase cuadro 7.1.).

I ,a enfermera utiliza con mayor frecuencia la arteria radial por ser un sitio ai cesible v conveniente tanto pura ella como para el paciente.

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Valoración del paciente 111

Wf9ñVÍ<U\ del pulso

Miniultius que se realizan para percibir la frecuencia, el ritmo, volumen y ten-huí ilt los latidos del corazón.

Mi t iiiioojr con rapidez cualquier cambio de ritmo y la calidad del pulso para trtltiMi el estado general del paciente y darle la ayuda que necesite.

I |lll|IO

Mi ln| ton segundero, hoja de registro, lápiz o pluma.

Mi ludo

I < 'olocur al paciente con el brazo apoyado sobre una superficie fija, con la nimio extendida y la palma hacia abajo,

f • olocur las yemas de los dedos índice y medio sobre la arteria radial, hacien-ilu ligera presión para percibir el pulso,

t ('oiilai el número de pulsaciones durante un minuto completo. I'i im lpio. La presión moderada a la arteria permite sentir su contracción y di-I.ti ación en cada latido del corazón.

• ll«|» Ovo

I I |IIIIMI> NC IKMVIIW on Itt mir» intonm (lo LN IMIFWH-it y en LII parlo Miporior del pie.

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. 1 1 2 Valoración de? estado de salud del paciente

4. Percibir ritmo, amplitud y tensión durante un minuto más. 5. Registrar en la hoja de la enfermera la hora en que se tomó el pulso y carac-

terísticas: frecuencia, ritmo, volumen y tensión.

Medidas de control y seguridad

Si el pulso tiene que medirse varias veces, debe dársele la explicación pertinente al paciente, para evitarle ansiedad.

EVALUACIÓN

• ¿Elegí adecuadamente el sitio para medir el pulso? • ¿Reconocí algún cambio en el pulso al tomarlo? • ¿Di apoyo firme al brazo del paciente para tomar el pulso? • ¿Hice el registro correcto y oportuno?

Respiración

La respiración es una característica de todos los seres vivos. Consiste en el inter-cambio de gases que se efectúa por medio de los sistemas respiratorio y circula-torio.

El hombre toma el aire atmosférico mediante la inspiración y lo expulsa, modificado por la expiración.

La inspiración introduce el oxígeno necesario y la expiración elimina el bió-xido de carbono, vapor de agua y materia orgánica; ambos movimientos tienen como resultado la transformación de la sangre venosa en sangre arterial,es decir, se produce la hematosis. A estos actos contribuyen los pulmones, nariz, laringe, tráquea, vías respiratorias en general y órganos auxiliares, músculos internos de la pared del tórax y el diafragma.

La respiración está regulada por el centro respiratorio y las fibras nerviosa! del sistema nervioso autónomo y la composición química de la sangre.

El centro respiratorio está situado en el bulbo raquídeo, el cual envía nervios motores que promueven la contracción de los músculos respiratorios.

El volumen de aire que ingresa en cada inspiración es de 500 cm3 y hasta 1500 cm3 en la inspiración forzada; el volumen de aire eliminado en cada cxpl ración es menor, quedando en los pulmones una cantidad de aire residual equi valen te a 1600 cm3.

Factores que afectan el ritmo de la respiración:

1. Cualquier situación que Inieiíleru con un U|HHIC I le oxígeno adecuado

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Valoración del paciente 115

2. La alteración de la presión atmosférica aumenta el ritmo respiratorio. 3. Cualquier circunstancia que aumente la tasa metabólica. 4. Cualquier esfuerzo aumenta el ritmo metabólico y estimula la respiración. !S. La exposición al frío aumenta la necesidad de oxígeno. (). La fiebre aumenta el metabolismo, por lo tanto, el ritmo respiratorio. 7. Las drogas aumentan el ritmo y la profundidad de la respiración K. El proceso digestivo aumenta el metabolismo, necesidad de oxígeno, por

lo tanto, el ritmo respiratorio. (>. Las emociones y el júbilo aumentan el metabolismo y las necesidades de

oxígeno. 10. La mayoría de las enfermedades aumentan el ritmo respiratorio.

Disminuyen el ritmo y profundidad de la respiración: la atmósfera rica en OHÍyenc), el descanso, el sueño, la disminución del ritmo metabólico, un ambien-lr ertlido no exagerado, las drogas depresoras de la respiración y la tranquilidad ili rtilimo.

La enfermera debe observar si aparecen signos de disnea (dificultad para res-pirar), o apnea (ausencia o cese completo de la respiración), que pueden afectar lii Inspiración y expiración, o ambas.

I .a disnea generalmente va acompañada de cianosis generalizada, la cual se «precia primero en labios. En casos graves, puede observarse en las extremida-ili debajo de las uñas y, finalmente, en todo el cuerpo.

Durante la permanencia de! paciente en el hospital o bajo la vigilancia de la puformcra en el hogar, los signos vitales se toman por lo menos dos veces al día; I» lo en situaciones criticas el pulso y la respiración se vigilan constantemente.

(Nutrición y valoración de la respiración

Non las maniobras que se realizan para percibir la frecuencia, ritmo y amplitud • li IÍIN respiraciones.

< ihjotivo

< Milcncr características de la respiración que indican el estado general del pa-i lente, con el fin de brindarle la atención indicada.

I (ti uípo

KeloJ con segundero, hoja de registro, pluma o lápiz.

MiMndo

I Muuli'iici ni paciente en reposo total, 1 SoNloneile la multaca como si se fuese n tomín el pulso,

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. 114 Valoración de? estado de salud del paciente

3. Contar el número de inspiraciones a cada elevación del tórax. 4. Anotar en la hoja de la enfermera la hora, número de respiraciones por minu

to y el tipo de respiración.

El número de respiraciones dentro de lo normal de acuerdo con la edad es:

• Recién nacido: 40 a 60 por minuto. • Preescolar: 30 a 35 por minuto. • Escolar: 25 por minuto. • Adulto: 16 a 20 por minuto.

Medidas de control y seguridad

• Tomar pulso y respiración mientras el termómetro marca la temperatura. • Retener en la memoria los resultados del pulso y respiración mientras se re

tira y lee el termómetro. • Hacer inmediatamente el registro de los signos vitales de cada paciente pn

ra evitar equivocaciones u olvidos. • Dar aviso al médico, si el número de respiraciones están fuera de los líml

tes normales.

Page 116: fundamentos enfermeria

Valoración del paciente 115

I \ Al (I ACIÓN

11 llliervé las características de la respiración, la expansión del pecho y ab-gomen?

• , Verifiqué la coloración del paciente? , Informé de alguna alteración de la respiración presentada por el paciente?

• l Hice el registro correspondiente?

f tMlrín a r t e r i a l

I H iiliiil depende de la conservación de la presión dentro de los límites nórma-la i n cualquier punto del sistema vascular.

I II presión arterial depende de la fuerza de las contracciones ventriculares, ili l volumen de la sangre que expulsa el corazón en cada contracción ventrícu-lo tle la elasticidad o tono de las paredes musculares de los vasos sanguíneos y ili I volumen total de sangre circulante y viscosidad de la misma, que a su vez ili |u ude del número de glóbulos rojos y la cantidad de proteínas en el plasma, litio factor es la resistencia de los vasos periféricos; la formación de depósitos m i l recubrimiento interno de los vasos sanguíneos disminuye su diámetro, au-tolllllliulo la resistencia y, en consecuencia, la presión arterial.

I a presión arterial es la fuerza ejercida por la sangre contra las paredes de ln>i vasos sanguíneos, a medida que pasa por ellos.

I \ presión sistólica es la presión máxima ejercida por la sangre contra las |MIM des arteriales, a medida que se contrae el ventrículo izquierdo e impulsa la IIMiire desde él hacia la aorta; de ahí llega a las grandes arterias, pasa a las más |ii ijucflas: las arteriolas y los vasos capilares. La medida normal es de 120 mm • • * mercurio en un adulto joven.

I n presión diastólica es la presión mínima o el punto en que ésta disminuye i maulo el corazón se encuentra en fase de reposo, inmediatamente antes de la • i mu acción del ventrículo izquierdo; normalmente es de 80 a 90 mm de mercu-rio,

l n estado de salud, la presión arterial baja durante los periodos de reposo fí-HltO y cuando el individuo está libre de problemas emocionales. Varía con el M no y con la edad, la posición, de un brazo a otro, de una hora a otra y de un día u nlio, baja durante el suefio y aumenta cuando el individuo es afectado por el ti ñu II o el enojo, además de con el ejercicio.

( unlquler enfermedad que afecte alguna parte del sistema circulatorio, cual-i|nii'i estado patológico de las glándulas endocrinas, las drogas, etc., puede ser la • IIIIMI <lc una presión arterial anormal.

< 'muido la presión arterial es excesivamente alta, siempre existe peligro de IIIIII hcmoirnjjlii por ruptura vascular, puesto que en la cavidad craneal hay me-iiiIN li igiu pina que los vasos se dilaten, y es común que se presenten ahí.

Page 117: fundamentos enfermeria

. 116 Valoración de? estado de salud del paciente

La hipotensión o presión baja puede ser habitual, temperamental o primaria: se observa en la enfermedad de Addison, en la desnutrición avanzada y como consecuencia de una infección aguda crónica.

Cualquier desviación marcada en la presión debe ser reportada inmediata-mente al médico.

Principio. Reconocer a tiempo los cambios en la presión arterial puede salvar una vida.

Medición de la presión arterial

Acto que se realiza para percibir la fuerza con la que el corazón impulsa la san-gre sobre las paredes de las arterias.

Objetivo

Verificar la medición de la presión arterial, tomando en cuenta los factores que pueden determinarla y ayudar así al diagnóstico y tratamiento.

Equipo

Esfigmomanómetro y estetoscopio, hoja de registro, lápiz o pluma.

Método 1. Explicar al paciente el procedimiento.

Principio. La reacción emocional, por desconocer el procedimiento, puede elevar la presión y no permitir una lectura precisa.

2. Colocar al paciente en posición cómoda (sentado o acostado), con el bra-zo apoyado en una superficie firme con la palma de la mano hacia arriba. Principio. La presión arterial es menor cuando la persona está acostada.

3. Colocar el esfigmomanómetro en posición tal que el nivel del mercurio pueda leerse. Principio. Colocar el esfigmomanómetro de manera visible asegura ln correcta lectura.

4. Colocar el brazalete del esfigmomanómetro alrededor del brazo, tres eni arriba del codo. Principio. De la correcta posición del brazalete depende la presión que ejerza sobre la arteria humeral.

5. Localizar el pulso humeral con los dedos índice y medio. Principio. Identificar el sitio de la pulsación más intensa facilitará la Ice tura de la presión sanguínea.

6. Colocar la cápsula del estetoscopio sobre la arteria humeral donde se ad virtió el pulso.

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Valoración del paciente 117

Principio. La transmisión del sonido a través del estetoscopio se produce en virtud de que las ondas sonoras pasan por vidrio, líquidos y sólidos.

7. Cerrar la válvula de la pera insufladora y bombear el bulbo del esfigmoma-nómetro hasta que el mercurio suba aproximadamente 20 mm más del pun-to donde se anticipa que se obtendrá la presión sistólica. Principio. La presión que ejerce el brazalete, evita que la sangre fluya a tra-vés de la arteria.

K. Aflojar el tornillo del bulbo para dejar salir lentamente el aire, observando el descenso del mercurio; leer el punto en que se escucha el primer ruido correspondiente a la presión sistólica o máxima. Principio. La presión sistólica es el momento en que la sangre es capaz de abrirse paso a través de la arteria humeral.

'), Continuar con la salida gradual del aire y leer en el esfigmomanómetro cuando se deja de escuchar el último ruido cardiaco, que corresponde a la presión diastólica o mínima; retener las cifras en la mente. Principio. La presión diastólica es el momento en que la sangre fluye libre-mente en la arteria.

10, Permitir la salida del aire que quedó en el brazalete. 11, Retirar el estetoscopio y el brazalete, enrollarlo y guardarlo en su estuche. I ', Registrar en la hoja de la enfermera la presión arterial.

Medidas de control y seguridad

• l Ivitar que la cápsula del estetoscopio toque el brazalete. • Repetir el método en caso de duda después de dos minutos. • l omar la presión arterial en el brazo izquierdo y en el derecho y hacer la com-

paración.

I'.VALUACIÓN

• ¿Expliqué al paciente en qué consistía el método de tomar la presión arte-rial?

• /,l Msminuí la tensión emocional del paciente antes de tomarle la presión ar-terial?

• i, 11 ice la lectura precisa de la presión arterial? • /.Notifiqué las alteraciones identificadas en las formas de registro clínico?

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118

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Valoración del paciente 1 1 9

IN FORME DE LA EVOLUCIÓN DEL PACIENTE

Objetivos

• Identificar las necesidades físicas, sociales, mentales y espirituales del pacien-te, para darle la atención requerida.

• Registrar diariamente en el expediente el tratamiento dietético, medicamento-so y quirúrgico, llevado a cabo durante la permanencia del paciente en el hos-pital.

Las anotaciones sobre la evolución de la enfermedad (hechas por el médico tratante y por la enfermera), dan una idea general de los canibios que presenta diariamente el estado de salud del paciente.

El personal de enfermería registra en el expediente los servicios impartidos conforme al plan de cuidados. Es importante que las anotaciones sean significa-tivas y útiles.

Normas para elaborar el informe de Enfermería:

1. Anotar la fecha al empezar el día. 2. Hacer las anotaciones en forma precisa, concreta y clara. 3. Usar la tinta correspondiente para cada turno según lo establecido por la

institución de salud. 4. Evitar el uso de símbolos químicos. 5. Usar las abreviaturas y los símbolos aceptados. 6. Usar el nombre genérico de los medicamentos. 7. Observar y reportar reacciones, signos y síntomas del pacienje. H, Poner un signo de interrogación (?) después de una observación dudosa. (). Llenar el encabezado de todas las hojas al abrir el expediente y cuando se

termine una hoja, para seguir con otra. I(), En caso de cometer un error, cruzar la errata con una línea y seguir adelante

(no borrar). I I. Es preciso anotar fecha y hora en que se da un tratamiento o medicamento. I2. Firmar las anotaciones con la inicial del nombre y el apellido completo en

el margen correspondiente.

Page 121: fundamentos enfermeria

120 Valoración del estado de salud del paciente

ACTIVIDADES

1. Indagar en libros de consulta y texto. 2. Tomarse la temperatura entre sus compañeras. Hacer lectura y registro

correspondiente. 3. Identificar errores durante el procedimiento y discutirlos en grupo. 4. Indagar medidas de control de la temperatura. 5. Indagar acerca del tema en libros de consulta. 6. Tomarse el pulso entre las compañeras e identificar sus características. 7. Manifestar en el grupo dudas y errores acerca del procedimiento. 8. Indagar sobre los factores que pueden producir variaciones en el pulso. 9. Tomarse el pulso y respiración entre las compañeras.

10. Verificar características de la respiración en cinco estudiantes al menos. 11. Hacer el registro en la hoja de la enfermera. 12. Hacer una consulta bibliográfica sobre el tema. 13. Practicar el procedimiento de tomar la presión arterial entre las estudian-

tes para adiestrarse en el manejo del aparato. 14. Indagar los factores que hacen variar la presión arterial. 15. Con apoyo del maestro, la estudiante aprenderá a identificar los ruidos de

la sístole y diástole, al tomar la presión arterial y hacer la lectura para su re-gistro.

Page 122: fundamentos enfermeria

Capítulo 8

La información es una técnica, la técnica hay que conocerla, hay que cumplirla, hay que

enriquecerla, ha de ajustarse a realidades objetivas.

CECILIO ESEVERRI CHAVERRI

E X A M E N FÍSICO Y R E C O L E C C I Ó N DE M U E S T R A S PARA E S T U D I O D E L A B O R A T O R I O

I ti • nfemcra como parte del grupo de salud debe conocer los aspectos de mor-til mortalidad más comunes de la región y prepararse para colaborar responsa-blemente en el cumplimiento de las metas propuestas en el plan de salud del ftttl*

< 'on la capacitación adecuada, la enfermera podrá ejecutar actividades con-• ftMit* ni cada uno de los programas de salud, específicamente en la solución de (•iiilili'iiuiK que comúnmente afectan a la población: hipertensión, diabetes, des-flMHUtón etcétera. Es imprescindible que la estudiante, en conjunto con sus Mim MIOH. analicen el plan de salud, la problemática y las metas propuestas como Itiltu lón a dichos problemas y desarrollar un gran número de actividades:

• l laborar una historia clínica. • I luí atención a la madre y al niño en los periodos prenatal, parto y posparto. • Vci lllcar el control del crecimiento y desarrollo. • i onlrol de pacientes con enfermedades crónicas. • I MI educación individual o grupal cu los aspectos de prevención, terapéuti-

• u y i ('habilitación. • Itloilltitear problemas socioeconómicos y su Implicación en las distintas cn-

ItimrilailiN

NI

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1 2 2 Valoración del estado de salud del paciente

La enfermera podrá participar en los programas de prevención, diagnóstico precoz, tratamiento y rehabilitación mediante actividades específicas para logran mayor cobertura y elevar la calidad de atención de la profesión.

POSICIONES QUE EL PACIENTE PUEDE ADOPTAR PARA EL EXAMEN FÍSICO

Actitud o postura en que se coloca un enfermo espontáneamente o con un fin determinado.

Objetivo

Proporcionar máxima comodidad, descanso y relajación muscular, para así faofl litar la exploración y aplicación de determinados tratamientos.

En el cuerpo humano podemos constatar una relación entre los sistemas OH quelético, muscular y visceral y sus asociaciones neurológicas.

La postura denota la disposición adoptada por las diversas partes del cuerpo, Ésta afecta al tamaño y a la forma de las cavidades toráxica, abdominal y

pélvica, y altera la posición de las visceras y la presión que sobre ellas hace o[ resto del cuerpo; determina la distribución del peso y, por lo tanto, la que Ni ejerce sobre las articulaciones.

La falta de balance y de equilibrio llega a producir tensión, afectando así luí sistemas nervioso y vascular.

Generalmente, en los exámenes de cabeza, cuello, tórax y pulmones, el pacionl te permanece sentado; la posición supina o dorsal es la adecuada para examilfl manos, corazón y abdomen; las extremidades pueden ser examinadas estando <4¡ paciente acostado, sentado o en pie; para el examen del recto, son adecuadas Id posición de Sims o la genupectoral; para exámenes y operaciones de vías urinaria o de reproducción en ambos sexos, se utiliza la posición de litotomía.

Posición anatómica

La posición normal es de pie, con el cuerpo erguido y los brazos extendidos Im cia abajo y a los lados.

Posición sentada

Debe mantenerse el cuerpo erguido, desde el cuello hasta las caderas; ainlun pies deben estar descansando firmemente en el suelo.

Al sentar al paciente en la cama, las rodillas deben estar flcxionadas rn Mi-guio recto respecto a las caderas, El tronco derecho proporciona apoyo para II» xionar cómodamente las rodillas.

Page 124: fundamentos enfermeria

Examen físico y recolección de muestras 1 2 3

Posición normal, de pie.

Principio. Al mantener recto el dorso no se exageran las curvaturas normales ili 11 IKX' ÍS al occipucio. Una buena postura sentada previene la compresión vis-I MI al,

l'oxirlóit dorsal

l lml/ontal, decúbito dorsal, supina. El paciente descansa sobre su espalda, con IIIM piernas extendidas y los brazos a lo largo del cuerpo.

Principio. La postura correcta de descanso eleva el pecho, alarga la parrilla • • •Miil y previene la constricción.

I'imitióil dv fowlor

'H nilirntadn, 1,11 espalda y muslos forman un ángulo de 135°, Las rodillas, lige-i iiim ule lluxionadaH y apoyadas s o b e almohadas o sobro alguna adaptación de lii i nuil

Page 125: fundamentos enfermeria

124 Valoración del estado de salud del paciente

Una buena postura previene ía compresión visceral.

Posición de semi-fowler

Semisentado. La cabeza y los hombros ligeramente elevados (respaldo un ángu lo de 25° a 30°) y las rodillas ligeramente flexionadas.

Principio. Al flexionar las piernas disminuye la tensión en la columna vct lc bral, en el abdomen y en las piernas.

Posición en navaja

En decúbito supino. Los hombros ligeramente elevados, los muslos IcvantlulON para formar un ángulo recto, el (ronco y las rodillas flexionadas apoyando lan piernas contra los muslos.

Principio. El centro de gravedad del cuerpo entrt en el punto en el cual MO concentra su peso lotal a nivel de la M E N U D A v^iielua M U •>»

Page 126: fundamentos enfermeria

Examen fís ico y recolección de muestras 125

m n> «lonnr las piernas disminuye la tensión en la columna vertebral, abdomen y piernas

Si NO innnileno rocto el dormí no NO cxa^cnin IIIN « til v n l i i n i N normultíH DEL HHVIN ni lu t lpm ln

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1 2 6 Valoración del estado de salud del paciente

Posición genupectoral

De rodillas. Los muslos deben estar verticales. La cabeza y la parte superior del tórax descansan en la cama y los brazos se cruzan por encima de la cabeza.

Principio. El funcionamiento de músculos y huesos para mover el cuerpo NC basa en el principio de las palancas mecánicas: los huesos y cartílagos son las palancas; y los músculos proporcionan la fuerza para el movimiento.

B1 m ú s c u l o en r eposo t iene raaci'irin uloullnn

Page 128: fundamentos enfermeria

Examen físico y recolección de muestras 127

| * IÍ«(I Ion luteral (derecha o izquierda)

l'n» i* mi- de costado, con la línea de las caderas ligeramente detrás de la línea |H*illa ild los hombros; una rodilla más flexionada que la otra.

Principio. El músculo en reposo tiene reacción alcalina.

I'm-Ii ion de Sims

jtjt |t nir acostado sobre su lado izquierdo; el brazo izquierdo debe estar extendi-tln -i lo largo por detrás de la espalda; la parte superior del cuerpo, girada, de Diluí" que el pecho descanse en la cama; la pierna izquierda, flexionada ligera-ini "i. iti derecha, en flexión total, de manera que cruce la pierna izquierda y la M«iiil.» descanse en la cama.

I'i liu Ipio. La posición de Sims permite la máxima relajación (muchas perso-IH* lii adoptan mientras duermen).

pM|i Ion de Trendelemburg

l'm li nii' acostado sobre sus espaldas. La piescra de la cama debe estar elevada, jtytllli'nloiido las piernas extendidas hacia arriba en ángulo de 45°. La cabeza y |n* lu iiuhros deben quedar en un plano inferior al de las caderas y piernas.

hliu Ipio. Los cambios de postura modifican la presión arterial. La posición É| M*rt "i cirugía ginecológica, shock y hemorragias.

I'i^li Ion de litotomía

|'m i» uir acostado sobre su espalda con la cabeza y los hombros descansando so-lí • In i ama; las piernas deben estar flexionadas en ángulo agudo, de modo que || miedos se proyecten contra el abdomen, los brazos a los lados o sobre el tó-

M« lan piernas, separadas. Mi l (lempo tic la posición se prolonga, es necesario un apoyo para las pier-

na "

h Un Ipio. I )ar al paciente seguridad y comprensión, facilita la exploración

I'h ii 1011 pi'onmlecúhito ventral l'rti i» na acostado sobre su abdomen, los brazos flexionados, extendidos hacia (IIIIba y lu cabeza vuelta hacia un lado. Se coloca una almohada debajo de la llHItiia v dos debajo de las piernas.

I'ilut Ipio. Colocar una almohada debajo de la cintura previene la hiper-ex-ii ii 'iun ile la espina dorsal. Colocar un cojín debajo de los pies permite la ílexi un di Id-i plomas y previene la presión sobre los dedos de los pies.

Page 129: fundamentos enfermeria

1 2 8 Examen físico y recolección de muestras 128

El centro de gravedad del cuerpo está a nivel de la segunda vértebra sacra

1 ' o N Í t ' i r í i i ( ¡ o n i i p o * IOIHI

Page 130: fundamentos enfermeria

129 Valoración del estado de salud del paciente

Posición de Sims.

Posición Trendelcmburg.

Page 131: fundamentos enfermeria

1 3 0 Valoración del estado de salud del paciente

Un cojín debajo del abdomen previene la hiper-extensión de la espina dorsal.

Posición de Rossiere

Paciente semisentado, con los hombros ligeramente levantados. Para fácil ilm distensión de la tráquea, se apoya la región escapular en una almohadilla.

Principio. La distensión de la tráquea favorece la ventilación pulmonar.

I'ONIUIÓII KHNNIOM-

Page 132: fundamentos enfermeria

Examen físico y recolección de muestras 131

Medidas de control y seguridad

• Cambiar de posición al paciente con frecuencia, por cómoda que parezca al principio, puede cansar si se mantiene por un tiempo prolongado.

• Mantener siempre la postura correcta del paciente; para ello, usar cojines, que proporcionan apoyo a hombros, cuello, cabeza, brazos, rodillas y pies.

• Facilitar la respiración, evitando la compresión torácica y abdominal.

I''.I. EXAMEN FÍSICO

I s la indagación que realiza el examinador, por medio de los sentidos solos, o humillándose de instrumentos, de las cualidades y circunstancias de una parte u (tl'Hluio del paciente, para diagnosticar.

líl examen físico general suele efectuarse de la cabeza a los pies, describien-tln cada uno de los hallazgos.

líl examinador hace uso de todos sus sentidos: vista, oído, tacto, olfato; y de i" < métodos más comunes: interrogatorio, inspección, palpación, percusión, aus-i Dilación, medición, punción y métodos de laboratorio.

I os métodos de exploración tienen como fin establecer y comprobar un diagnóstico, prescribir un tratamiento y predecir un pronóstico.

I I diagnóstico es el conocimiento de las alteraciones anatómicas y fisiológi-t n i«j*ii* el agente morboso ha producido en el organismo y se basa en los sínto-Htiin I nacionales y signos físicos.

I I tratamiento son los medios profilácticos, higiénicos, dietéticos y terapéu-HH»H I | IH I se indican para combatir la enfermedad.

i i pronóstico es la predicción de la evolución probable de una enfermedad. I I examen físico suele efectuarse en el servicio de consulta externa y en la

lilla il< imploración intra hospital, en la unidad familiar y en la comunidad a gru-i'" MHÍ olares, obreros, etcétera.

I a>. posiciones comúnmente usadas para el examen físico suelen ser: erecta, iki ilMlo dorsal, sedente, dorso sacra, Sims, fowler, litotomía, genupectoral, pro-liu I o ndelemburg y Rossiere. f Itni'n i idn. ()bscrvar para percatarse de cualquiera alteración patológica ex-

li in i ti|'ic( lahlc, así como también de la estatura y complexión del cuerpo. T M/wind/i. Tocar con las manos. Algunos órganos .son siempre palpables y

||i lian lit - variaciones de volumen, forma y consistencia. fSit n\i<>n. (iolpear una parte para determinar el estado de los órganos o teji-

II inii i ni IN poi el sonido que se produce. Este método se usa particularmente 11 < «ploi'Hi ion del'tórax y del abdomen.

4o i iltiHiiUi, lis el procedimiento de rHCuelinr ciertos sonidos que se pnxlu-• 11 mil mu del cueipo, apllt itnüo tlliet laiueilli' el oído a la ivutóli poi aus

Page 133: fundamentos enfermeria

cuitar o por medio del estetoscopio. Las pruebas para determinar la agudeza vi-sual y auditiva se incluyen en la mayoría de los exámenes.

Objetivo

Brindar atención, comprensión y seguridad al paciente durante el examen físico, para reducir su tensión emocional y obtener su cooperación.

Equipo y material

Báscula con estadiómetro para medir peso y talla; termómetro clínico, esfigmo-manómetro y estetoscopio; otoscopio para exploración de oídos y nariz; diapa-són para valorar la audición; oftalmoscopio, para examinar los ojos, y escala de Snellen para la visión; abatelenguas, espejo laríngeo y frontal para examinar la boca y garganta; martillo de percusión para estudiar los reflejos; cinta métrica para medir circunferencias; espejo vaginal si se va a practicar examen ginecoló-gico; torundas, aplicadores de algodón, lubricante, guantes de caucho estériles, recipientes o porta objetos para muestras.

Lineamientos generales

1. Preparación psicológica del paciente:

• Tratar al paciente con amabilidad y cortesía. • Explicar el procedimiento. • Solicitar su colaboración indicándole la forma de ayudar.

Principio. Explicar al paciente los procedimientos reduce el temor y facilita la exploración física.

2. Preparación física:

• Acompañar al paciente al lugar en que se realizará el examen. • Verificar que el paciente esté limpio y haya evacuado. • Pedir al paciente, si es necesario, que se quite su ropa y vista la adecuad.i

al procedimiento. • Medir peso y estatura y anotarlo. • Tomar los signos vitales. • Indicar al paciente la posición requerida. • Cubrir al paciente con sábana, y solamente descubrir el área por explorar, • Prestar ayuda al paciente para incorporarse de la mesa de exploración!

considerando la edad, estado mental y equilibrio del paciente. Principio. Existen factores externos que influyen en la salud del individuo

(caída).

133 Valoración del estado de salud del paciente

Page 134: fundamentos enfermeria

Examen físico y recolección de muestras 1 3 3

3. Acompañar al paciente a su unidad terminado el examen, si procede. • Explicar al paciente las indicaciones del médico, después del examen. • Reportar en la hoja de la enfermera:

— Hora en que se inició y terminó el examen. — Examen realizado y médico que lo efectuó. — Observaciones y datos obtenidos por la enfermera.

Responsabilidades de la enfermera en el examen físico

• Obtener el material y equipo necesario. • Preparar el cuarto de exploración o la unidad del paciente: se ordenan de man-era accesible los instrumentos y el equipo sobre la mesa portátil o charola de mayo. Algo de lo más importante es verificar las fuentes de luz, de preferencia la luz natural.

• Asegurar la privacidad del paciente y evitar enfriamientos. • Ayudar al paciente en el arreglo de su ropa, si es necesario. • Acomodar al paciente en la mesa de exploración, y al terminar ayudarlo

a levantarse, considerando la edad, estado mental y equilibrio del pa-ciente.

lCxamen de los ojos

Se efectúa estando el paciente sentado, con la cabeza apoyada en el respaldo de la silla. Para exploración de fondo de ojo, se emplea el oftalmoscopio.

liquipo

I ,ílmpara de mano, oftalmoscopio, tonómetro, medicamento indicado, torundas estériles, recipiente para material usado.

Método

I I 'reparar la sala de exploración (o la unidad). } I 'reparar el equipo. I I,levar al paciente a la sala y explicarle el procedimiento. I Sentar al paciente con la cabeza apoyada en el respaldo de la silla o en decú-

bito dorsal si el examen es simple. Principio. Los ojos reaccionan a los cambios de la luz.

1 Auxiliar al médico en lo que necesite al momento, ó Sostener la cabeza del paciente por detrás de él si es necesario. I Aplicar golas, si está indicado, a I >e|nr cómodo al paciente en su unidad.

Page 135: fundamentos enfermeria

1 3 4 Valoración del estado de salud del paciente

Examen de oídos

Se efectúa mediante inspección y palpación. Hay que explorar la presencia de exudados o de tumores. El cerumen puede interferir en el examen, por lo quo debe eliminarse mediante aplicadores o por irrigación. La agudeza auditiva se verifica en forma superficial con el diapasón.

Equipo

Otoscopio, espejos auriculares de varios tamaños, espejo frontal, diapasón, lo-rundas, hisopos de algodón, lámpara de mano, recipiente para material usado.

Método

1. Preparar la sala de exploración (o la unidad). 2. Preparar el equipo. 3. Llevar al paciente a la sala y explicarle el procedimiento. 4. Sentar o acostar al paciente, colocando la cabeza de manera que quede ex

puesto el oído a examinar. Principio. La correcta posición del paciente facilita la exploración.

5. Colaborar con el médico en lo que sea necesario. 6. Dejar cómodo al paciente en su unidad.

Examen de nariz, boca y faringe

Se examinan para ver si hay exudados, tumores o anormalidades del tabique nasal.

Para examinar la nariz, la boca y la faringe, se sienta al paciente en una si Hit, con la cabeza apoyada en el respaldo.

Equipo

Lámpara de mano, espejos frontal y bivalvo, rinoscopio, laringoscopio, abale lenguas y aplicadores, riñón, laminillas, medicamentos indicados, sustancias pu-ra probar el gusto y el olfato, recipiente para material usado.

Método

1. Preparar la sala de exploración (o la unidad). 2. Preparar el equipo. 3. Llevar al paciente a la sala y explicarle el procedimiento. 4. Colocar al paciente sentado o en decúbito dorsal 5. Colaborar con el médico en lo que sea tiet e,mirlo 6. Dejar al paciente cómodo en su unidad

Examen f ís ico y recolección de muestras 135

Principio. El uso de material estéril evita la infección y diseminación de los microorganismos.

I1 lumen de piel, pelo y uñas

I H piel de todo el cuerpo, en el examen físico general se va examinando a medi-da que progresa la exploración.

I Minen de cuello

pllf observación y palpación cuidadosa, el explorador busca deformidades o tu-mi a en, la dimensión de los ganglios linfáticos y glándula tiroides.

I> lumen de tórax

I'na el examen de las partes anterior y posterior del tórax, el paciente estará en di uilhlto dorsal con la cabeza sobre la almohada, se utiliza la percusión y aus-i dilución.

I os pechos se exploran por palpación, investigando la presencia de nódulos i* tumores.

fafliljJO

I lUMOHCopio, lápiz dermográfico, sábana clínica, pañuelos desechables, reci-|iii ule para material usado. \ l ¿torio

I I 'i epat ar la sala de exploración (o la unidad), í l'i íparar el equipo. i I levar al paciente a la sala y explicarle el procedimiento, t /\i'<unodar al paciente según lo indicado, i t ubi ir al paciente con la sábana clínica y descubrir el tórax.

Principio. Un órgano hueco, cuando está lleno de aire produce un sonido ca-laelerfstico de oquedad al ser golpeado; si el mismo órgano está lleno de lí-quido, el sonido es mate.

• - l *u tporcionar pañuelos desechables al paciente y recomendarle que al toser se i libra la boca. I *i inclplo, Cubrirse la boca al toser reduce la diseminación de microorganismos.

i I >e|ar cómodo al paciente en su unidad.

I IHIIIUII del abdomen

i i • caminador, por medio tic la inspección, descubre cicatrices, tumores y apre-• la Inima y (amallo del abdomen; busca por palpación nódulos o tumores y de-

Page 136: fundamentos enfermeria

136 Valoración del estado de salud del paciente

termina forma y volumen de los órganos; por percusión se descubre la presencia de líquido o gases; por auscultación se escuchan ruidos peristálticos.

Equipo

Pueden necesitarse báscula con estadiómetro, estetoscopio, cinta de medir, sába na clínica.

Método

1. Preparar la sala de exploración (o la unidad). 2. Preparar el equipo. 3. Llevar al paciente a la sala y explicarle el procedimiento. 4. Colocar al paciente en decúbito dorsal con las piernas ligeramente flexiond

das. Principio. Al flexional- ligeramente las rodillas se relajan los músculos ahilo minales.

5. Cubrir al paciente con la sabanilla, subir el camisón hasta el epigastrio y dni cubrir hasta la región suprapúbica.

6. Auxiliar al médico er. lo que sea necesario. 7. Cubrir al paciente y dejarlo cómodo en su unidad.

Examen de la columna vertebral

Con el paciente en posición erecta, se investiga la presencia de curvaturas anuí males; se utiliza una plomada.

Examen de los órganos genitales

Para este examen, la enfermera prepara el equipo y puede dejar solo al métln M si se trata de pacientes varones; la enfermera estará presente si se trata de peí MI na del sexo femenino. La presencia de la enfermera es de gran ayuda para 1| pii ciente que va a ser examinada por el médico, ya que ésta se tranquiliza.

El espejo vaginal permite examinar las paredes de la vagina y el cuello Morluí •

Equipo

Espejo de cusco, pinza de Bozeman, gasas, guantes, lubricante, material para l<i« ma de secreciones cervicales (portaobjetos), frasco con alcohol, etiquetas, luitli lámpara de pie, sabanilla, recipiente para material usado.

Método

1. Preparar la sala de exploración (o la unidad) 2. Preparar el equipo.

Page 137: fundamentos enfermeria

A

Examen físico y recolección de muestras 137

Llevar al paciente a la sala y explicarle el procedimiento. 'I. Verificar evacuación de la vejiga. '<. Acompañar a la paciente a la sala de exploración y explicar el procedimiento, f». Colocar a la paciente en posición de litotomía y cubrir sus piernas con la sa-

banilla. Principio. Cubrir adecuadamente a la paciente facilitará la exploración y le evitará situaciones penosas.

/, I >ítr bata, guantes y lubricante al médico. H, I )escubrir el área de exploración. 0, Abrir el equipo estéril.

II). I )irigir la luz hacia el área de trabajo. 11, Ayudar al médico en lo que necesite.

I \ Auxiliar a la paciente al terminar el examen y dejarla cómoda en su unidad.

I turnen de extremidades l'm Inspección se indagan deformidades o limitaciones; en los dedos, se verifi-i un color, consistencia y forma.

I minen neurológico

Además de la exploración general algunas veces se realiza el examen del siste-liui nervioso.

h'áulpo

Miiillllo de percusión, cinta métrica, torundas, alfileres, sustancias de olor y sa-ín ii es fuertes, algodón, frascos con agua fría y caliente, lámpara de mano, lápiz tli i laográfico, bata (si es necesaria para el paciente).

Mftodo

Principio. La cooperación del paciente durante el examen físico asegura resulta-llli't positivos. I I 'reparar la sala de exploración (o la unidad). i Preparar el equipo. 1 I levar al paciente a la sala y explicarle el procedimiento. I I 'edir al paciente cambie su ropa por el camisón, si procede. 1 Auxiliar al médico en lo que necesite, i* I )oJnr cómodo al paciente en su unidad, terminado el examen.

Page 138: fundamentos enfermeria

138 Valoración del estado de salud del paciente

EVALUACIÓN

• ¿Aseguré la privacidad del paciente? • ¿Ayudé al paciente, tomando en cuenta sus necesidades de seguridad física

y psicológica? • ¿Preparé con toda oportunidad el cuarto clínico? • ¿Auxilié con certeza al médico? • ¿Mi proceder se basa en conocimiento, aplicándolo a cada situación partí

cular? • ¿Hice las anotaciones correspondientes?

RECOLECCIÓN DE MUESTRAS PARA EL LABORATORIO

Generalmente, al efectuar el examen físico, el examinador suele solicitar luí pruebas de laboratorio y de diagnóstico que considera indispensables para la vil loración del estado de salud. Los estudios periódicos incluyen exámenes de san gre y general de orina.

En la mayoría de las instituciones hospitalarias, es la enfermera quien oblll ne las muestras de los pacientes, por lo que debe estar capacitada para ello coi el máximo de seguridad para el paciente. Las muestras que se recolectan col más frecuencia son: orina, esputo, heces fecales, sangre y jugo gástrico.

Para la mayoría de las muestras es necesario tener recipientes estériles y lo mar precauciones para no contaminar la muestra.

Para cultivo, la muestra se coloca en un recipiente estéril. La orina, sangrú líquido aséptico y similares suelen ponerse en tubos de ensaye estériles.

Si la muestra se recolecta para frotis, se requieren porta objetos limpios, en tériles y aplicadores con punta de algodón.

Para exudados de heridas, se preparan tubos de ensayo con aplicadores c.sitf riles; el aplicador se suspende del tapón que cierra el tubo. Al usarse, se qulli cuidadosamente el aplicador con el tapón, se toma el exudado y enseguida NI vuelve al recipiente estéril, tapándolo.

La muestra de esputo se recibe en un recipiente estéril de boca ancha o 01 una caja de Petri. El esputo se obtiene temprano por la mañana.

Cuando se toman heces para cultivo, normalmente basta sumergir el aplica dor en las heces.

Para el examen de amibas, se necesita enviar al laboratorio, aproximada mente 3 mi de heces, estando tibia.

El estudio microbiológico suele examinar secreciones, excreciones y cual quier exudado del paciente.

La secreción es el producto de una glándula (bilis); excreción es la elimina ción de una sustancia (orina); e x u d a d o « u n liquido liillamulorlo, como la pus

Page 139: fundamentos enfermeria

Examen físico y recolección de muestras 1 3 9

A «Monda de la enfermera

I • >l ilriicr el material y equipo necesario, completa y oportunamente. I, I aplicar al paciente el procedimiento y solicitar su colaboración. \ li muirla cantidad necesaria de la muestra en el momento indicado. I I i ilocar la muestra en el recipiente designado para ello. P «ulular el recipiente con nombre completo y número de registro del paciente, f toclla, número de cama (si está hospitalizado) y nombre del médico que soli-

i lió el estudio. I, V.-linear en la solicitud de laboratorio las pruebas que deban practicarse y

Itm datos sobre el paciente. I Anotar cualquier hecho relevante sobre el aspecto de la muestra.

IÍH ulvcción de orina

I Ilativo

i Ihlener una muestra de orina para descubrir posibles alteraciones en sus com-I"'drilles.

II ¡Hipo

i lililí ido u orinal, papel higiénico, recipiente para la muestra, membrete.

w,í lotfa I I' h pilcar al paciente la necesidad de que orine en el cómodo u orinal para to-

mar la muestra. ' Miillrur el cómodo y llevarlo al séptico. i I Opositar en el frasco una muestra de orina, taparlo, y membretarlo. I Anotar en la hoja de muestras de laboratorio los datos del paciente y estudios

ll realizar. * I uvlar la muestra y la solicitud al laboratorio.

INI lu stra para urocultivo

I i/iupo y material

i iimodo u orinal, equipo de aseo para genitales, guantes, cubreboca, recipiente • "i^ill y membrete.

MiUtulo

I I .levar el equipo a la unidad y solicitar al piá lenle su colaboración, ' l'oneise el eubroboen y dUponei id equipo v inaleilal eMérll

Page 140: fundamentos enfermeria

140 Valoración del estado de salud del paciente

3. Colocar al paciente en decúbito dorsal y colocarle el cómodo. 4. Realizar aseo de genitales. 5. Pedir al paciente que orine y tomar en el recipiente estéril la muestra <!» I

chorro medio. 6. Tapar perfectamente el frasco y membretarlo. 7. Retirar el cómodo u orinal y cubrir al paciente. 8. Anotar en la hoja de muestras del laboratorio los datos del paciente y CMH

dios a realizar. 9. Enviar la muestra y la solicitud al laboratorio.

Medidas de control y seguridad

• Recolectar la primera orina de la mañana. • Usar frasco limpio, sin residuos de sustancias azucaradas. • Verificar que el cómodo u orinal están perfectamente limpios. • Evitar que la orina se mezcle con materia fecal. • Evitar la contaminación de la parte interior del recipiente colector. • Enviar la muestra al laboratorio de inmediato.

Recolección de esputo

Equipo

Recipiente estéril, pañuelos desechables, cubreboca opcional, vaso con agua y i llina

Método

1. Explicar con anterioridad al paciente el método y su participación en ( I r pedirle que se enjuague la boca.

2. Destapar el recipiente sin contaminarlo para después proporcionarlo al pit ciente.

3. Pedir al paciente que acerque el recipiente a la boca, tosa profundo, expi't lili re y limpie su boca.

4. Tapar perfectamente el recipiente y rotularlo. 5. Anotar en la hoja indicada nombre del paciente y el estudio a realizar. 6. Enviar al laboratorio la muestra y la requisición.

Muestra de sangre

Equipo y material

Aguja hipodérmica número 20 y jeringa desechnble o agujas desmontable"», Hl bos de ensaye de acuerdo con el estudio JM>I realizar, ligadura, recipiente con lu rundas en alcohol.

Page 141: fundamentos enfermeria

wfll'l lo

Examen físico y recolección de muestras 141

I I Huponer el equipo, solicitar al paciente su colaboración y que tome la posi-' • lim adecuada. I Ni leccionar el sitio de punción. I • • ilocar la ligadura aproximadamente 10 cm arriba del sitio elegido. 1 I lijeluar la asepsia de la región con torunda alcoholada. | Inl inducir la aguja con el bisel hacia arriba en ángulo de 45° y extraer lenta-

mente la sangre. I l'i Huir la aguja y jeringa y hacer en el sitio de la punción ligera presión con

iini torunda alcoholada. I Mi Huir la aguja de la jeringa y verter lentamente la sangre por la pared del tu-

t'u de ensaye.

Anotar en la hoja de muestras del laboratorio los datos del paciente y estu-ilinH ii realizar.

II t nvlttr la muestra y la solicitud al laboratorio.

htnlnhis de control y seguridad,

t luí i ii so con oportunidad del tipo de estudio a realizar. i Imlli m ul paciente si debe permanecer en ayuno, i Verificar que la toma se haga en el tubo correspondiente. 1 V l | | l l t i r que el paciente no sangre en el sitio de punción, l Vi illlcnr el etiquetado de la muestra.

H»i «'ión de heces fecales

M l t o con tapadera, espátula de madera (o aplicador si se trata de cultivo), có-im«ii» y papel higiénico.

I I i pilcar al paciente el procedimiento y cómo puede ayudar. i I' 'i el cómodo para que evacúe en él. i l'i lu ai el cómodo, previo aseo con papel higiénico, y llevarlo al séptico. I l' Hilar con la espátula 5 g de materia fecal, depositarla en el recipiente mem-

luijlado y cerrarlo. I Anotar en la hoja de muestras del laboratorio los datos del paciente y estu-

illitN a realizar. II L iivlm la muestra y la solicitud al laboratorio.

Page 142: fundamentos enfermeria

1 4 2 Valoración del estado de salud del paciente

Medidas de control y seguridad

• Tomar la muestra de la primera evacuación de la mañana, evitando que mezcle con orina.

• Evitar contaminar la parte exterior del recipiente con las heces. • Enviar siempre una muestra fresca, reciente, sobre todo en el estudio de bar

rias o parásitos. • Verificar que el paciente no tome laxante, previo a la recolección. • Enviar de inmediato la muestra al laboratorio, correctamente etiquetada.

EVALUACIÓN

• ¿Di asistencia al paciente tanto física como psicológica o emocional? • ¿Actué con base científica siempre en los métodos efectuados? • ¿Rotulé correctamente las muestras, con el fin de evitar equivocaciones el

perjuicio del paciente? • ¿Apliqué los principios de asepsia en el manejo de material estéril? • ¿Observé y anoté las características de las muestras? • ¿Hice o dejé de hacer algo que debo corregir en mis próximas actuaciones'/

LA ASEPSIA

La asepsia es el método pitra prevenir las infecciones por la destrucción o ev| ción de los agentes infectivos, especialmente por medios físicos.

La asepsia se clasifica en: médica y quirúrgica. La asepsia médica se refiere a todas las tareas que se realizan para redueli

transmisión de microorganismos patógenos. La asepsia quirúrgica se relaciona con los métodos quirúrgicos y se reííei

estéril y no estéril.

Objetivo

Procurar la comodidad, seguridad y bienestar psicológico del paciente en problemas de enfermedades infecciosas tanto en la prevención como en el ci trol de las mismas.

Se dice que los objetos están limpios cuando no tienen microorganismos i produzcan enfermedades.

El aseo de la mayoría de los utensilios consiste en:

1. Lavarlos con agua fría para eliminar cualquier material orgánico. Principio. El calor coagula las proteínas haciéndolas más ndherenles

2. Lavar con jabón y agua cállenle, enjungui y seeai enseguida

Examen físico y recolección de muestras 135

Principio. La acción del jabón y del agua facilitan la eliminación de par-tículas sucias.

l Iesterilizar o desinfectar los artículos, según se requiera. Principio. La esterilización destruye toda forma de bacterias, esporas, hongos y virus.

l' «a atender con seguridad a los pacientes es esencial que el equipo y material Utie He va a usar en su cuidado esté limpio y estéril. En la actualidad, gran parte || I material como gasas, algodón, sondas, equipos, jeringas, agujas, etc., pueden «idqulrirse ya estériles, pero no todos los hospitales tienen suficientes recursos i«nu sostener el gasto de usar sólo material desechable. En todo caso, cada insti-laelón por modesta que sea cuenta con una central de equipos y esterilización, HI donde se preparan con eficiencia y eficacia los diversos equipos y materiales l' iia la asepsia quirúrgica y, aun cuando su preparación está a cargo de personal h't nlco o auxiliar de enfermería, la enfermera debe avezarse con los métodos de H*eu, técnicas de desinfección y esterilización, para brindarle una atención segu-lii a los pacientes.

I di minos usados comúnmente

• I ii desinfección y antisepsia son procesos por los cuales se destruyen microor-ganismos que causan infecciones o se evita su multiplicación. I íeiilnfectante. Es un agente químico que mata diversos tipos patógenos, pero no las esporas; se usa para desinfectar objetos.

• Antiséptico. Es la sustancia que evita el desarrollo y actividad de los gér-menes infecciosos como alcohol, fenol, cloro, timol, formaldehido, etc., pero no necesariamente los destruye.

• I .as sustancias bactericidas son las que matan las bacterias; si sólo impi-den su crecimiento, se denominan sustancias bacteriostáticas.

• I ísléril. Objeto carente de microorganismos. • Contaminado. Es todo lo que se ensucia o deja de estar estéril. • Infección. Presencia y desarrollo de microorganismos patógenos en algu-

nas áreas del cuerpo que producen síntomas de enfermedad. • Patógeno. Microorganismo que produce enfermedad. • Piógcno. Microorganismo que produce pus. • Sépsis. Infección pútrida. • Sópllca. Que produce la putrefacción.

i a esterilización se realiza por medio del calor o con sustancias químicas. El miloclnve es el método más eficaz para esterilizar los materiales del hospital.

I I equipo por esterilizar se lava, se seca, se envuelve de forma espedid de unido que eslé protegido hnsln su uso; al paquete se le adhiere una cinta lentigo* que al cambiar de color asegura su CMierlll/aclón

Page 143: fundamentos enfermeria

144 Valoración del estado de salud del paciente

La ebullición es otro método usual para eliminar microorganismos de dlftj rentes artículos. Se requieren de 10 a 20 minutos para que se destruyan los raciM tes patógenos, excepto esporas y virus de la hepatitis.

El calor seco es otro medio de esterilización, aun cuando es utilizado ron menos frecuencia. En el hogar, un horno puede ser útil para esterilizar algiami] materiales.

En la esterilización química es indispensable que el objeto quede perfflclM mente sumergido en la solución esterilizante por tiempo específico.

La luz solar directa durante seis u ocho horas es un medio eficaz para dcsllli fectar colchones, camas, sábanas, cojines, etcétera.

Normas de asepsia médica

• Manejar la asepsia médica se refiere a "limpio y contaminado". • Lograr una buena asepsia médica mediante la limpieza. • Estar bien informada de los principios científicos que se relacionan con lil

piel. • Cuidar de la limpieza diaria de la piel para mantenerla sana. • Adquirir el hábito de lavarse con frecuencia las manos. • Lavarse las manos adecuadamente, con bastante jabón y agua corriente I • Lavarse las manos antes de cada comida, después de ir al retrete y despinto

de manejar utensilios contaminados. • Aplicar loción y crema para mantener la piel lisa y flexible. • Ante cualquier cortadura, escoriación o señal de infección, deben tornátil

las precauciones necesarias para prevenir una mayor contaminación. • La enfermera debe tener especial cuidado para evitar que ella misma i mi

tagie al enfermo mientras lo atiende, puesto que los microorganismos y || mugre pueden adherirse al pelo y a los vestidos de las enfermeras.

• El uniforme de hospital no debe usarse fuera del lugar, dado que éste, (IR contacto con los microorganismos patógenos que se encuentran en luuuiufl y transportes públicos, se transforma en portador.

Asepsia quirúrgica

Es el método de prevenir las infecciones por la destrucción de los agentes inl» • ciosos, especialmente por medios físicos. La técnica de asepsia quirúrgica in-quiere que todos los materiales y equipos empleados en los métodos qulrÚFgl» II* estén estériles. Un objeto estéril es aquél en el que no se halla ningún inli nuil-ganismo vivo. Un paquete estéril debe abrirse sólo por su cubierta exterior \i • * tocado por una enfermera, quien no ha tomado las medidas adecuadas de CHlflfl lización debe considerarse contaminada.

Las pinzas estériles de transporte se usan para tomar apósitos y rhnieiinliH estériles. Las pinzas de iransporlc ><' sostienen con la punía hacia abajo ni uln

Examen físico y recolección de muestras 135

• Ii» antiséptica al sacar las pinzas del envase, se debe tener cuidado en no tocar ||)ft lados y la parte superior del envase, el extremo de las pinzas sólo debe tocar M líenlos o ropa estériles.

I .os agentes físicos y químicos son usados en la desinfección y esterilización ili> material equipo.

¡\ l illiejo de la pinza portaobjetos estériles

Wkjttivo

Manejar material u objetos estériles sin contaminarlos para evitar posibles infec-ciones.

Ht/Ul/w

ha/i» en solución antiséptica.

Mi^Oílo l Mantener la pinza portaobjetos en un envase con solución antiséptica.

Principio. Los agentes químicos son eficaces en la desinfección y esterili-zación.

) Sacar la pinza del recipiente, cuidando de no tocar los lados o la parte su-perior del envase. Principio. Cualquier contacto con una superficie no esterilizada contami-nará el material estéril,

i Sostener la pinza siempre con la punta hacia abajo. Principio. Los líquidos escurren en dirección de la fuerza de gravedad.

I Mantener fija la vista en la punta de la pinza mientras se está usando. Principio. Los objetos estériles pueden tocar accidentalmente a los no es-tériles si no se está observando. I íestapar el recipiente que contenga material o instrumental estéril que se vaya a usar.

fi ('liando una tapa cubre algún recipiente, su superficie interna debe estar hacia abajo. Si se coloca la tapa en una mesa, la superficie interna debe estar hacia arriba.

/ Sacar con la pinza el material estéril.

^iiñviptos

>i luiegrldad de la piel y mucosas es la primera línea de defensa del organismo mili a la invasión de agentes infecciosos.

I os agentes infecciosos pueden ser transportados por diversos medios a una II I'IIIIIII sensible

Page 144: fundamentos enfermeria

146 Valoración del estado de salud del paciente

Las vías de transmisión de los agentes infecciosos varían según su puerta usual de entrada, ruta de salida y su capacidad para vivir fuera del reservorio.

Algunas personas son portadoras de agentes infecciosos, aun cuando no pre-senten signos ni síntomas clásicos de estarlo.

Los agentes infecciosos pueden destruirse por altas temperaturas, por agen-tes químicos, ebullición y otros medios.

EVALUACIÓN

• ¿Conozco las normas de asepsia del hospital? • ¿Aplico las normas en mi actuación diaria, para mi protección y la del pa-

ciente? • ¿Realizo mi trabajo en función de principios y bases científicas, con el fin

de evitar lo rutinario y desarrollar mi creatividad? • ¿Me esfuerzo por mi superación profesional y personal? • ¿Cometí algún error que pueda corregir para tranquilidad personal y bien

del paciente e institución?

ACTIVIDADES

1. Consultar bibliografía respecto a estos temas, para ampliar conocimientos 2. Discutir en grupo dudas respecto a los métodos. 3. Indagar en los laboratorios de instituciones de salud qué tipo de material

indican a pacientes externos para recolección de sus muestras de orina, heces y esputo, y qué instrucciones dan al respecto.

4. Realizar en el laboratorio de enfermería, junto con la maestra, alguna* prácticas de preparación de material y equipo para esterilizar.

5. Asistir con su maestra a la central de equipos y esterilización para cid tuar una práctica formal de preparación de equipos y su esterilización.

6. Efectuar en el laboratorio de enfermería en forma simulada, el manejo «Ii material estéril de paquetes grandes y chicos, para adquirir destreza y líl manejo correcto de la pinza portaobjetos.

Page 145: fundamentos enfermeria

P a r t e V SUMINISTRO DE MEDICAMENTOS

AL PACIENTE

Page 146: fundamentos enfermeria
Page 147: fundamentos enfermeria

Capítulo 9

La bondad del fármaco se centra en su acertada elaboración, su acertad

presentación su acertada prescripción, su acertada observación del resultado.

Enfermería no receta fármacos, pero administra, controla, observa, detecta su

resultado en los pacientes...

CECIIÍO ESEVERRI CHAVERRI

MANEJO DE FÁRMACOS EN EL HOSPITAL

I ,a estudiante de enfermería de primer nivel, durante su aprendizaje de promo-rlón de la salud y prevención específica a la familia y comunidad, recibe un cur-M> corto y específico sobre el cuadro básico de vacunas, el cual incluye técnicas y métodos de aplicación, así como las condiciones especiales requeridas de quienes deban ser vacunados.

De esta forma, la participación de la estudiante en la Campaña Nacional de Vacunación se espera que sea segura y eficaz.

I Jurante su práctica hospitalaria la estudiante de enfermería suele ser capaz ilc aplicar algunos medicamentos, pero sólo aquéllos que la responsable del ser-vido en coordinación con la maestra del grupo le permitan.

Posteriormente, la estudiante adquiere conocimientos sobre los fármacos y iu clón de los mismos en el organismo, que son ineludibles a toda enfermera.

I íl departamento de farmacia de las instituciones de salud cuenta con un for-mulario que incluye los medicamentos que están en uso en la institución.

I .os fármacos se expenden hasta con tres nombres, el nombre de patente o mmcu registrada por el fabricante: éste puede variar según la compañía farma-liulllcu que lo elabora y registra; el nombre químico del fármaco, que es una ili Hi'iIpclón de sus componentes químicos; y el oficial o general, que recibe en IIIN publicaciones oficiales, y es el que la mayoría de las inutltuciono» utiliza.

149

Page 148: fundamentos enfermeria

1 5 0 Suministro do medícame IIIOM ni pm lt>nli

ORDENES MÉDICAS

La prescripción es una orden escrita, con fecha y firma del médico. Toda onlrn debe incluir: nombre del fármaco, dosis exacta, vía y frecuencia de administra ción.

Las órdenes escritas pueden ser de tiempo limitado y dependen del estado di salud del paciente; en ella se indica el número de dosis y los días que debe ad ministrarse.

La orden inmediata, debe llevarse a cabo sólo una vez y, obviamente, de la mediato.

Las órdenes fijas son las que se siguen por tiempo indefinido; en algunas NO indica cómo debe administrarse, según sea necesario y quedan ajuicio de la en fermera, quien debe aclarar cualquier duda.

En los hospitales todas las órdenes para pacientes se escriben en la hoja dr órdenes médicas, de las cuales, la enfermera jefe del servicio, suele transcribía las a una libreta, o según sea el sistema de archivo de la unidad de enfermería o al plan de cuidados de enfermería, se llena una tarjeta para medicamentos que incluye: nombre completo del paciente, nombre del fármaco, dosis, vía de sumí nistro, frecuencia y horas en que debe administrarse, número de habitación y cío identificación de cama del paciente.

Las tarjetas de medicamentos y las hojas del plan de cuidados de enfermería deben compararse regularmente con las órdenes médicas, para mantenerlas ao tualizadas.

La enfermera que suministra los medicamentos debe revisar siempre las ór denes originales para verificar que la comunicación sea exacta.

Cuando un medicamento se ha suspendido, se escribe en el expediente: "sus-pender" y la fecha.

El registro de la administración de narcóticos, barbitúricos y otros medica-mentos controlados se hace en el expediente del paciente y en la forma especial de control. Se anota el nombre del paciente, nombre y dosis del narcótico, fecha y hora, nombre del médico que lo ordenó y firma de la enfermera que lo sumi-nistró. Si algún narcótico se desperdicia, debe anotarse el hecho.

Estos medicamentos de control se guardan bajo llave y se mantienen bajo es-tricta vigilancia.

En el cambio de cada turno se hace el recuento de los fármacos controlados, la cantidad distribuida sumada a la que queda en existencia debe ser igual a la cantidad total asignada a la unidad de enfermería, cualquier pérdida o irregulari-dad debe comunicarse posteriormente; además, debe:

• Conocer el plan total de atención de cada paciente y vigilar el efecto tera-péutico de los medicamentos prescritos.

• Advertir a la embarazada que no tome ningún medicamento, ya que la ma-yor parte atravesará la barrera placentaria y afectará al feto.

Page 149: fundamentos enfermeria

Mmtt |h ilc lAlliini <w ni el hospital 151

• Orlcnliir a los pncicntes hospitalizados, así como a los familiares que lo acompañan, que deben conocer la naturaleza del fármaco que ingiere, por qué los recibe, la dosis que debe tomar y sus efectos secundarios.

IMII'SI'NT ACIÓN DE LOS FÁRMACOS

I ,I»H medicamentos tienen diversas presentaciones: cápsulas, tabletas, trociscos, grageas y líquidos para la vía bucal, ampolleta, supositorio, ungüento.

• Las cápsulas contienen polvo, aceite o líquido, dentro de una cubierta de gelatina.

• I ,a tableta es un fármaco de polvo comprimido. • La gragea es una pildora pequeña cubierta de azúcar. • El trocisco es un preparado para chupar. • El jarabe es una solución acuosa concentrada de azúcar, con una sustancia

medicamentosa. • La emulsión es una preparación medicamentosa con diversas sustancias. • La ampolleta contiene medicamento líquido y presentada en vidrio sellado. • Un frasco de ámpula es un recipiente con tapón de caucho, el cual contiene

el medicamento en polvo. • El supositorio es un medicamento elaborado con base dura para aplicarlo

en un orificio del cuerpo. • El ungüento es una mezcla semisólida de aplicación tópica en las mucosas

o la piel.

El médico es el responsable de indicar la posología del fármaco según el peso, edad, sexo y estado físico del paciente.

VÍAS DE SUMINISTRO

I .as vías son los lugares por los cuales pueden administrarse los fármacos, y [Hieden ser: bucal, sublingual, inhalación, tópica o local: ocular, ótica, nasal, cu-tánea, rectal y vaginal; y parenteral: intradérmica, subcutánea, intramuscular e intravenosa.

INSTRUCCIONES PARA EL USO DE MEDICAMENTOS

• La jefe de servicio pasará las órdenes médicas del expediente al cárdex o al plan de cuidados.

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1 5 2 Sumiiii.stro de iiirdlunmeiitoM ni |>m Iriih

• Todo medicamento ordenado lo pasará del cárdex a las tarjetas. • Las tarjetas se colocarán en un tarjetero con índice de las 24 horas del día, (MI

el orden de la administración de los medicamentos. • La jefe del servicio revisará diariamente el botiquín. • La jefe de servicio asignará a la enfermera encargada de suministrar medica*

mentos; ésta debe ser una persona responsable y con espíritu de observación, • No administrar una droga si hay duda sobre su dosificación y efecto. • Nunca dar un medicamento de un frasco que no esté correctamente etiquetado. • No administrar un líquido si se observa algún cambio de color, o si hay sedi-

mento en un preparado cuya etiqueta no consigne "agítese bien". • Si la enfermera encuentra una prescripción extraordinaria, debe ratificarla con

la jefe o con el médico. • No regresar ningún medicamento al frasco cuando ya ha sido servido. • Evitar las interrupciones y distracciones mientras se prepara el medicamento. • La administración de los fármacos debe ser hecha por la enfermera que los

prepara. • No debe dejarse la droga al paciente, sino preparar una nueva dosis si el medí

camento será tomado posteriormente. • La enfermera encargada de los medicamentos es la que debe reportar su ad-

ministración en el expediente. • La enfermera debe conocer las abreviaturas y los símbolos usados en las órde-

nes médicas. • No administrar dos o más medicamentos a la vez, a menos que así esté ordenado. • Conocer las dosis mínima y máxima que se debe administrar. • Evitar que un paciente le administre medicamentos a otro. • Tener por separado los medicamentos de cada paciente en casilleros especia-

les (en instituciones particulares). • Conocer el efecto ordinario de cada medicamento que administra.

REGLAS GENERALES PARA LA PREPARACIÓN DE MEDICAMENTOS

• Familiarizarse con los fármacos que administra. • Suministrar solamente medicamentos prescritos por el médico. • Verificar que la prescripción incluya: nombre del fármaco, dosis, vía y horario

de administración. • Consultar en caso de duda a la jefe de servicio o al médico responsable. • Conservar los medicamentos en su envase original. • Verificar la fecha de caducidad. • Conservar en refrigeración los medicamentos que lo requieran para su conser-

vación (sueros, vacunas, insulina, etc.). • Preparar en el área específica los medicamentos.

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Mmic|u ilo lAiithti'iM on ol huipila! 1 5 3

• MIIIROLNR ION narcóticos, I I V | M I I I I únicamente los medicamentos del horario correspondiente, i I n i ntcnlamcnte las tarjetas de prescripción y verificar los cinco "correctos":

Irii maco, dosis, vía, hora y paciente. • lili indicar y ordenar los medicamentos correspondientes a cada paciente con

la tarjeta de prescripción. ; '(i el fármaco es tableta o cápsula, depositar en la tapa del frasco el fármaco

(iwicrilo y de ahí al vaso de medicamento. • Ni el fármaco es líquido, agitar si no hay contraindicación. Colocar el vaso

jjnwluado en una superficie plana y verter la cantidad exacta del medicamento |n ¿I, limpiar el borde del frasco antes de cerrarlo nuevamente. l odos los fármacos líquidos deben diluirse en 15 mi de agua, con excepción ile los jarabes, los aceites y antiácidos.

• Verificar que las diluciones o fracciones sean las correctas. • No tocar los medicamentos con los dedos. • Nunca regresar un medicamento del vasito al recipiente. • I )eben suministrarse con un popote los medicamentos que dañen o tifian el es-

malte dental. • Verificar que el material que se utiliza en la preparación de los medicamentos

tengan fecha reciente de esterilización. • No aplicar medicamentos de apariencia dudosa. • Verificar con el paciente algún antecedente alérgico. • Ante reacciones inesperadas al medicamento, notificar de inmediato al médico.

TARJETA DE PRESCRIPCIÓN MÉDICA Y SU MANEJO

I ,a tarjeta de prescripción médica es una forma impresa en donde la enfermera transcribe las órdenes médicas para tener una concentración de datos necesarios para el tratamiento completo y diario del paciente (esto varía según la institu-ción).

• Elaborar la tarjeta al ingreso del paciente y transcribir las indicaciones al término de la visita médica.'

• Revisar y actualizar en cada turno las tarjetas de prescripción de acuerdo con la hoja de órdenes médicas.

• Transcribir de inmediato los cambios a la tarjeta de prescripción médica cuando el médico modifique la prescripción en la hoja de órdenes.

• Al inicio del tratamiento, aplicar el medicamento de inmediato y posterior-mente ajustarlo al horario establecido.

• Cuando es dosis única, después de administrado se anota "suspendido". • Administrar de inmediato las indicaciones urgentes y registrarlas en la ho-

ja de la enfermera.

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1 5 4 Suiriintatro <lo mcdicnmontoN ni piu'leitlo

• Anotar en el renglón correspondiente los días acumulativos de aplicación de los antibióticos.

• Colocar las tarjetas en el lugar específico, en el cuarto clínico. • Llevar las tarjetas al área de preparación al preparar los medicamentos, • Colocar las tarjetas en el lugar indicado después de aplicados los medí

camentos. • Al egreso del paciente, destruir la taijeta de prescripción médica.

PREPARACIÓN Y SUMINISTRO DE MEDICAMENTOS

Acciones que se realizan para administrar fármacos al paciente, con fines pro ven ti vos, terapéuticos y diagnósticos.

Equipo

Carro de medicamentos, tarjetas de prescripción, medicamento, vasos gradua-dos, cuchara, gotero, popotes, mortero, abatelenguas, aplicadores, jeringas, agu jas hipodérmicas, torundas secas y torundas con alcohol, ligadura bandeja coa agua jabonosa, bolsa de papel, toalla de manos.

Instrucciones específicas para la preparación de medicamentos:

1. Lavarse las manos. 2. Reunir el equipo junto a la vitrina de medicamentos. 3. Tomar del tarjetero las taijetas correspondientes a la hora de los medica- I

mentos que se van a preparar. 4. Disponer las tarjetas en orden progresivo en número de sala y cama. 5. Leer la taijeta y tomar el medicamento indicado del botiquín. 6. Leer nuevamente la etiqueta del medicamento y servirlo. 7. Leer por tercera vez la etiqueta del medicamento y regresarlo a su lugar. 8. Tomar una tarjeta y servir la medicina; tomar la siguiente hasta terminar I

con ésta. 9. Servir la medicina y poner el medicamento con su tarjeta en el carro.

10. Transportar los medicamentos a la cabecera del enfermo. 11. Identificar al paciente: leer su nombre en la tarjeta, llamarlo por su nombro I

y pedirle que él mismo lo diga. 12. Preparar psicológicamente al paciente. 13. Administrar el medicamento. 14. Reportar en el expediente del paciente:

* Hora. • Medicamento administrado.

M n n o j o de II\I IUIU'ON cu el l iuspilnl 1 5 5

• Dosis. • Vía de administración. • Reacciones del paciente. • ()bservaciones hechas por la enfermera. • Medicamentos que fueron rehusados y omitidos.

I'' ()rdenar las tarjetas en el tarjetero en la hora indicada para administrar el si-guiente medicamento.

If», I )ejar todo el equipo limpio y en su lugar.

Medicamentos por vía bucal

Acciones que se realizan para administrar fármacos líquidos o sólidos y sean ab-sorbidos en el tracto gastrointestinal.

Hquipo y material: vaso para medicamentos, mortero, cuchara, gotero (si es t i caso), jeringa opcional, abatelenguas o agitador, toallas desechables.

MtUodo

Seguir las instrucciones específicas para la preparación de medicamentos:

1. Colocar al paciente en posición de fowler ó sedente. 2. Ofrecer agua o cualquier líquido permitido. 3. Administrar el medicamento y permanecer al lado del paciente. 4. Comprobar que el paciente haya deglutido el fármaco.

Medidas de control y seguridad

• Seguir las instrucciones. • Agitar las preparaciones líquidas antes de servirlas. • Al servir una medicina líquida poner la etiqueta hacia la palma de la mano. • Al terminar de servir la medicina limpiar la boca del frasco con una toallita de

papel. • Medir los líquidos procurando que la escala graduada se encuentre a la iltura

de los ojos para observar con exactitud la cantidad deseada. • Para obtener efectos favorables dar agua en abundancia junto con todos los

medicamentos empleados. Principio. Cuanto más diluido se administre un medicamento, más rápida será su absorción.

• Preferir bebidas calientes que favorezcan la absorción y acción del medica-mento.

• Administrar mediante un popote los ácidos diluidos y los preparados de hierro. • Para embotar el gusto, cuando los medicamentos deán de sabor desagradable,

dar un trozo de hielo antes y después de administrar la droga.

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1 5 6 Suniitil.Mfo (lo m c i l k n m r h l o * ni ¡motolito

• Orienlar al paciente cuando el medicamento no deba ser deglutido. < IUIII do el medicamento sea por vía sublingual o deba chuparse.

• Evitar la administración de fármacos por vía bucal a pacientes con MI» ción gástrica.

• Triturar los medicamentos cuando el paciente no pueda deglutir. • Medir con jeringa estéril las dosis menores de jarabes o suspensión»^ y

administrarlas directamente con la jeringa.

Medicamentos a los ojos

Equipo

Gasas 7.5 x 5 cm (paquete), recipiente con torundas secas, solución fisiológica y medicamento.

Método

1. Seguir las instrucciones específicas para la preparación de medicamentos. 2. Si tiene sus ojos vendados hablar al paciente antes de tocarlo. 3. Oscurecer el cuarto si tiene vendaje en los ojos. 4. Colocar al paciente en decúbito dorsal, o sedente. 5. Retirar el apósito si hay. 6. Limpiar las secreciones de los ojos con una torunda una sola vez, del ángulo

interno al externo.

Apoyar ligeramente la mano en la frente del paciente.

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Mime|<> ile IAIIMCIM en el luvipilul 157

I ( oIih .11 la cabeza del paciente hacia atrás y un poco de lado. N I ' Xominar que la punta del gotero no esté rota, 'i I'ornar en el gotero la cantidad cb medicamento indicada.

|ti SORtener el gotero con la punta inclinada hacia abajo. 11 l omar una gasa y hacer retracción suave del párpado inferior, indicando al

paciente que vea hacia arriba, i ' Apoyar ligeramente la mano en a frente del paciente. I \ Aplicar la dosis indicada sosteniendo el gotero perpendicularmente al ángu-

lo interno del ojo. I I Poner una torunda de algodón e;téril en el ángulo interno, para impedir que

el medicamento se drene por el tonducto lagrimal. IV Indicar al paciente que cierre ei ojo para que el medicamento se extienda

por todo él.

Ir» I .impiar el ojo con una torunda ? cubrirlo si es necesario.

Ungüento 1, Seguir las instrucciones específicas para la preparación de medicamentos. 2. Si tiene sus ojos vendados habla- al paciente antes de tocarlo. I ()scurecer el cuarto si tiene ventaje en los ojos. I, (Colocar al paciente en decúbito Jorsal, o sedente. V Retirar el apósito si hay. C». Limpiar las secreciones de los oos con una torunda una sola vez, del ángulo

interno al externo. 7. Colocar la cabeza del paciente lacia atrás y un poco de lado. K. Tomar una gasa y hacer retración del párpado inferior, indicando al pa-

ciente que vea hacia arriba. <). Aplicar una pequeña cantidad di pomada a lo largo del saco conjuntival.

II). Indicar al paciente que mueva d ojo con los párpados cerrados para ayudar a que el ungüento se extienda s<bre la superficie del globo ocular.

11. Limpiar el ojo con una torundar cubrirlo si es necesario.

Medicamento a los oídos

Equipo y material

Aplicadores con algodón y gasas de7.5 X 5 cm (paquete).

Método

1. Seguir las instrucciones específi<as para la preparación de medicamentos. 2. Colocar al paciente con la cabez; de lado y con el oído afectado hacia arriba.

Limpiar las secreciones con los splicadores (húmedos).

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1 5 8 Stimmi.Nirn de mocliuwnoiilnn ni pimiento

4. Tomar la cantidad de medicamento indicada en el gotero. 5. Probar la temperatura del medicamento en la cara interna del antebrazo (en

recomendable calentar el medicamento en "baño de maría" a una temperatü ra que sea igual a la del cuerpo).

6. Tirar del pabellón de la oreja hacia arriba y hacia atrás (si se trata de un adul to) y hacia abajo y hacia atrás, si es un niño.

7. Aplicar las gotas de tal modo que caigan a un lado del oído y se vayan resbí lando poco a poco.

8. Indicar al paciente que se quede con la cabeza de lado por espacio de 5 a 10 minutos.

Recomendación: cuando se aplican las gotas a un niño menor de cuatro años, proteger la punta del gotero con un tubo de goma corto.

Medicamentos a la nariz

Equipo y material

Aplicadores con algodón, pañuelos desechables, medicamento.

Método 1. Seguir las instrucciones específicas para la preparación de medicamentos. 2. Colocar al paciente en decúbito dorsal con un cojín bajo los hombros o se-

dente con la cabeza en hiperextensión. 3. Poner una toalla desechable bajo la nariz. 4. Tomar la cantidad indicada de medicamento en el gotero. 5. Aplicar la dosis del medicamento lentamente, sosteniendo perpendicularmen-

te el gotero sin que éste toque la nariz y de manera que la solución al caer pa-se a lo largo del cornete inferior.

6. Dejar al paciente en la misma posición por espacio de dos minutos. 7. Dejar al paciente correctamente acostado o sentado, de acuerdo con la posi-

ción que desee, y que no haya objetos que lo molesten.

Recomendación: Para poner gotas en las nariz de un niño, se debe proteger la punta del gotero con un pequeño tubo de goma.

Medicamentos a la garganta

Equipo

Abatelenguas, aplicador, pulverizador.

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Manejo do f(trumao* on el hospital 1t.u

A Hítalo

l Seguir las instrucciones específicas para la preparación de medicamentos. I ( olocar al paciente con la cabeza hacia atrás. \ Ua|ar la lengua del paciente con un abatelenguas. I Aplicar el medicamento con un hisopo o pulverizador.

Medicamento por vía sublingual

i . la forma de ingerir un medicamento que va por la boca, ya que el riego san-yuínco abundante que hay debajo de la lengua permite una rápida absorción. La lubleta deberá colocarse debajo de la lengua para que se disuelva.

l'Yínnucos por inhalación

Administración del medicamento por inhalación: procedimiento de suministrar-lo en estado gaseoso o de vapor, para que se absorban en el sistema respiratorio.

Medicamentos vía cutánea

/'.V/uipo

(loantes, aplicadores.

Método I. (Colocar al paciente en posición más conveniente.

Aplicar suavemente la pomada o ungüento sin ejercer presión sobre la piel.

Medicamentos por vía cutánea.

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160 Numinlulro de iiiedlottnantOl ni pnolcintr

3. Usar guantes para La aplicación de loción. 4. Cubrir la región según la indicación médica.

Medicamentos vía rectal

Equipo

Gasas de 7.5 x 5 cm (paquete), guantes.

Método

1. Retirar la envoltura del supositorio y colocarlo sobre una gasa. 2. Colocar al paciente en posición de Sims. 3. Colocarse los guantes. 4. Localizar el orificio anal e introducir suavemente el medicamento con el índl

ce, oprimir con firmeza los glúteos uno contra de otro durante unos minutos. 5. Limpiar el excedente de medicamento con una gasa. 6. Verificar que se contraiga el esfínter y quitarse los guantes.

Medicamentos vía vaginal

Equipo y material

Cómodo, equipo de aseo vulvar, jabón líquido, solución antiséptica guantes es-tériles, sábana, toalla obstétrica, toallas desechables.

Método

1. Colocar a la paciente en posición ginecológica y cubrirla. 2. Realizar aseo vulvar si es necesario. 3. Retirar la envoltura del óvulo o llenar el aplicador con la crema. 4. Ponerse los guantes. 5. Separar los labios con los dedos índice y pulgar de la mano izquierda y loca-

lizar el orificio vaginal. 6. Introducir con suavidad en el orificio vaginal hacia abajo y atrás el óvulo; en

la aplicación de cremas, introducir el aplicador en un plano más profundo, de modo que la crema se distribuya extensamente.

7. Mantener hundido el émbolo al retirar el tubo aplicador y permitir que los la-bios adopten su posición normal.

8. Colocar toalla obstétrica.

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Mmiejo <k> flUiiinco* on el h<wpítal 101

M I M I I C I I I I K I I I O N por vía parcntcral

MtUoíiü

I Seguir las instrucciones específicas para la preparación de medicamentos. ) I lacer descender el líquido, tomando la ampolleta del cuello y sacudirla. \ I -rotar la ampolleta con las palmas de las manos para entibiar y mezclar las

soluciones oleosas. •I I .impiar el cuello o tapa de la ampolleta y la sierra con una torunda con al-

cohol. V Abrir la ampolleta, apoyando el cuello de ésta sobre una torunda. ft Tomar la jeringa de la envoltura estéril y evitar contaminarla. / Adaptar la aguja a la jeringa. K, Sacar el líquido de la ampolleta. Si es ampolleta irasco, inyectar al frasco la

misma cantidad de aire que se requiere sacar de líquido. '), Mantener horizontalmente la jeringa hasta el momento de aplicar la inyec-

ción. 10. Conservar la aguja dentro de la ampolleta o sobre una torunda seca hasta el

momento de poner la inyección. 11. Con una torunda con alcohol, descubrir y limpiar, en una superficie de 7 cm

del área donde se pondrá la inyección. I C o n t i n u a r con la técnica indicada para cada vía de administración. 11 Poner las agujas y jeringas en la bandeja con agua.

Inyección intradérmica

lis la acción de introducir una solución inyectable, en pequeña cantidad, debajo de la epidermis con fines preventivos, de diagnóstico y terapéutico.

Sitios de aplicación

()ara anterior del antebrazo, región deltoidea y región subescapular.

Equipo y material

Jeringa de 1 cc graduada en 100 unidades con aguja de 17 x 27, recipiente con torundas alcoholadas, sierras.

Método

I. Hacer asepsia de la región con torundas y esperar a que el alcohol se eva-pore. Principio. Los gérmenes presentes en la piel pueden ser introducidos en los tejidos por la aguja.

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1 6 2 SumlniNlrn do modicmnonloK ni pnclonfe

2. Rcstirar la piel e introducir la aguja a la piel 2 muí, con el bisel hacia arriba en ángulo de 15° verificando que éste se transparente a través de la piel.

3. Introducir lentamente el medicamento el cual debe formar una pequeña prtpu la alrededor de la aguja.

4. Retirar la aguja y secar el excedente de líquido en piel, evitando dar masaje o presión en la zona.

5. Hacer el registro correspondiente en el expediente del paciente.

Inyección subcutánea

Es la acción de introducir una sustancia medicamentosa en el tejido celular sub cutáneo cuando se requiere que la absorción sea lenta.

Sitios de aplicación

Región deltoidea, cara anterior del tercio medio del muslo, región hipogástrica, región dorsal (cuadrante exterior de la región escapular).

Equipo y material

Jeringa de insulina o tuberculina graduada en 100 o 50 unidades con aguja de 17 x 27, recipiente con torundas alcoholadas y sierras.

Método

1. Hacer la asepsia de la región y esperar a que se evapore el alcohol. 2. Tomar la jeringa con el medicamento y expulsar el aire, dejando una burbuja. 3. Formar con los dedos índice y pulgar un pliegue en el área que se va a inyec-

tar. 4. Introducir la aguja, con el bisel hacia arriba en un ángulo de 30° a 60°; evitar

picar vasos sanguíneos o nervios. 5. Una vez que la aguja esté en su lugar, soltar el pliegue. 6. Aspirar, si no aparece sangre, inyectar lentamente el medicamento. En caso

contrario, cambiar la aguja de sitio. 7. Retirar la aguja y hacer presión con torunda en la región puncionada. 8. Hacer el registro correspondiente en el expediente del paciente.

Recomendación: Cuando se aplican frecuentemente inyecciones hipodérmi-cas a un paciente, se deben alternar los sitios inyectables.

Inyección intramuscular

Es la acción de introducir una sustancia inyectable en el tejido muscular, para lograr el efecto del fármaco en un corto tiempo.

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Millli |U <I• - lill llliU ON ('II « I tliwpillll 1 6 3

Sitios <h' aplicación

l 'rgldn deltoidea, región glútea ángulo inferior interno del cuadrante superior i tierno y cara anterior del tercio medio del muslo.

Posición: prona o decúbito lateral para inyección en glúteos.

lüjuipo y material

i' «Ingas y agujas hipodórmicas de número adecuado al medicamento; recipiente • mi torundas alcoholadas y sierras.

Método

I Seleccionar el sitio de la punción y darle al paciente la posición indicada líneas arriba. I lacer asepsia de la región.

\ Tomar la jeringa con el medicamento, expulsar el aire dejando una burbuja t|ue al ser inyectada sube a la superficie.

I ('on el dedo pulgar, índice y medio hacer presión sobre los tejidos, empujan-do hacia abajo en dirección del muslo.

1 Introducir la aguja con rapidez en un ángulo de 90". fi, Aspirar con la jeringa para verificar que no se ha puncionado un vaso, en

presencia de sangre, puncionar nuevamente. / Inyectar lentamente el medicamento y la burbuja de aire. H Retirar la aguja, manteniendo lija la piel con los dedos y colocar torunda al-

coholada en el sitio de punción, haciendo una ligera presión. I lacer el informe correspondiente en el expediente del paciente. Principio. El conocimiento del fármaco y sus efectos ayuda a proteger id pa-

ciente contra una administración de medicamento que le dañe.

Jin la punción intramuscular el conocimiento de anatomía y fisiología del Cuerpo, evita lesionar grandes vasos sanguíneos y nervios.

Inyección intravenosa

lis introducir un medicamento o producto biológico al torrente circulatorio a tra-vés de las venas, cuando se requiere de un efecto inmediato, o por resultar irri-llinte c ineficaz el medicamento por otra vía.

Sitios de aplicación

Venas cefálica o basílica, del antebrazo; vena radial, de la región del puño; vena Kafena, sobre el tobillo; vena yugular, femoral y poplítea; se usa en los lactantes.

Posición. Decúbito dorsal, sentado con el brazo apoyado.

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1 6 4 Sumlnixlro <lc medicniiionloM ni imcloiilc

Equipo y material

Jeringas hipodérmicas de 3, 5 ,10 y 20 mi, con aguja de 20 X 32, 21 x 32 y 22 X V de acuerdo al medicamento, recipiente con torundas alcoholadas, ligadura y '.n rras.

Método

1. Inspeccionar la región para verificar la consistencia de la vena y elegir el si tio de punción.

2. Fijar la ligadura aproximadamente 10 cm arriba del sitio de la punción. 3. Hacer la asepsia de la región. 4. Sacar el aire de la jeringa. 5. Introducir la aguja con el bisel hacia arriba, en un ángulo de 30°; al hacerse

presente el flujo de sangre, soltar la ligadura. 6. Inyectar lentamente la solución.

Principio. Las drogas inyectadas por vía sanguínea se absorben rápidamente. 7. Al terminar de pasar el medicamento, hacer presión con una torunda y reti

rar la aguja. 8. Flexionar o presionar el brazo del paciente para evitar hematoma. 9. Separar el émbolo de la jeringa y colocarla en agua si la jeringa no es desc

chable. 10. Dejar cómodo al paciente en decúbito dorsal o sentado, con el brazo apo

yado.

11. Hacer el informe correspondiente en el expediente del paciente.

Medidas de control y seguridad • Tener buena iluminación sobre la región que se va a inyectar. • Antes de extraer el medicamento hacer asepsia de la ampolleta. • Inyectar al paciente con aguja diferente a la que se empleó para preparar el

medicamento. • No puncionar zonas irritadas, infectadas o con dermatosis. • Elegir la longitud de la aguja de acuerdo al tejido adiposo del paciente.

ABREVIATURAS EMPLEADAS EN LAS ORDENATAS

Todas las enfermeras que administran medicamentos deben memorizar las abre-viaturas que se usan frecuentemente en las ordenatas.

aa a.c. ad. lib.

de cada uno. antes de los alimentos, como se desee.

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MlUlcjl) lio lArilllU'ON 011 ol l|ON|ulnl 1 6 5

nglt. agítese. lili hor cada tercer hora. b.i.d. dos veces al día. C. con. disp. dispénsese. gm gramo. gr- grano. m gotas. h.s. al acostarse. "h" por vía hipodérmica. I.M. intramuscular. iny inyección. O una pinta. OD ojo derecho. O.m. cada mañana. O.n. cada noche. os boca, vía oral. O S ojo izquierdo. O.V. en cada ojo. p.c. después de comer. p.o. por vía oral. p.r.n. cuando sea necesario. q.d. diariamente. q.i.d. cuatro veces al día. q.o.d. cada tercer día. q.s. en cantidad suficiente. q.I.(2, 3 etc.)h cada 1 (2, 3, etc.) hora, Sig. márquese. s.o.s. si se necesita. s.s. la mitad. stat inmediatamente. sub. cut subcutáneo. tab. tableta. t.i.d. veces al día. ung. ungüento. I.V. intravenosa.

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166 S u m i n i s t r o <lo modintmei i loN al p a d r i l l o

EVALUACIÓN

• ¿Me informé de las condiciones físicas, edad, alergia, etc., del paciente? • ¿Tomé las precauciones especiales conforme al estado físico o mental y

edad del paciente? • ¿Di información al paciente y familiar sobre el uso de sus medicmentos en

casa? • ¿Hice las observaciones sobre el efecto y acción de los medicamentos? • ¿Anoté con precisión en el expediente del paciente los medicamentos apli-

cados y observaciones pertinentes?

Las tarjetas de cartulina blanca deben medir 12 cm de largo por 8 cm de an-cho.

Tendrán en el extremo superior izquierdo el número de la sala; en la parte media, apellidos paterno, materno y nombre del paciente; en el extremo superior derecho, el número de cama. Enseguida, se anotarán los medicamentos prescri tos, dosis, vía de administración y horario en que deban administrarse, usando el color de tinta establecido por el hospital.

Se dispondrá de un tarjetero con un índice numérico que indicará las 24 ho-ras del día.

Las tarjetas serán colocadas en el tarjetero, comprobando la hora próxima en que deba administrarse el medicamento.

El uso de tarjetas blancas resulta más económico y ofrece completa seguri-dad si se observan las reglas y precauciones señaladas al suministrar las drogas.

Esta guía es útil: • Cuando no esté indicada expresamente la hora. • Cuando el horario de alimentos no interfiera. • Cuando la primera dosis pueda adaptarse al horario, sin perjuicio del paciente.

Recordar siempre que es más importante el reposo del paciente. • Cada hospital adopta un sistema definido para la administración de los medi-

camentos.

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Mullí'|o ilr l u imx iii en ¡ I luwpllnl 1 6 7

ACTIVIDADES

1. Consultar bibliografía sobre fármacos. 2. Hn el laboratorio de enfermería, realizar algunos métodos de aplicación de

medicamentos, pro con la asepsia requerida, e identificar errores en la apli-cación.

3. Discutir en grupo los errores y dudas respectivas. 4. Indagar los métodos que se siguen en instituciones de salud, para comu-

nicar las órdenes de medicamentos de los pacientes. 5. Indagar las normas de la institución para la administración de medicamen-

tos. 6. Verificar el equipo y métodos utilizados para preparar y suministrar los

medicamentos en un día ordinario en la institución. 7. Verificar en grupo las experiencias vividas.

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PARTE VI

NECESIDADES PARA LA SUPERVIVENCIA

DEL HOMBRE

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Capítulo 10

Sólo la gente tranquila puede ser eficiente, la agitación cansa y hace las coras mal...

La calma es el secreto de los que hacen las cosas bien.

A más trabajo, más calma. Conserva la serenidad y todo saldrá bien.

C. TORRES PASTORINO

NECESIDAD DE HIGIENE

1,11 buena higiene personal es necesaria para la salud general de una persona. En-de los primeros requisitos de la vida higiénica se cuentan los hábitos de aseo personal, que incluyen el aseo diario de la piel, las uñas, la boca, la nariz, el ca-bello y la ropa.

La limpieza es esencial para mantener un estado físico y mental normal. Una piel limpia y de buen color, influyen para que una persona se vea saludable.

La piel sana íntegra sin alteraciones es la primera línea de defensa del cuer-po contra infecciones y lesiones de los tejidos subyacentes. La buena salud de dientes, encías y boca es esencial para una buena nutrición.

La epidermis tiene cuatro capas en todas las áreas del cuerpo, excepto en las palmas de las manos y plantas de los pies, en las que hay cinco. La capa más ex-lerna de la epidermis se descama continuamente.

Por otro lado, existen tres tipos de glándulas cutáneas: las sebáceas, que se-cretan aceite y se encuentran donde hay pelo para conservarlo suave y flexible; las glándulas sudoríparas, más abundantes en las axilas, palmas de las manos, plantas de los pies y la frente. Su función es ayudar a conservar la temperatura corporal y a excretar productos de desecho.

El ejercicio mejora la circulación, ayuda al transporte de nutrientes de la san-gre hasta los tejidos superficiales y contribuye a la eliminación de los productos ile desecho a través del sudor, así como de otras vías de excreción; las glándulas ceruminosas, localizadas en el conducto externo, secretan cerumen, si éste se acumula en los oídos, puede impedir incluso la audición.

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172 Nm'f l ldml i 'N pit ia la MiipoivIvtMirln «leí I l u m i n e

FACTORES QUE AFECTAN LA PIEL

En toda persona, los factores genéticos determinan la naturaleza de es las |MIH del cuerpo; éstas sufren modificaciones ambientales, tipo de vida y euldadu i | | salud que se han tenido.

La piel recibe sus nutrientes de la sangre. Si la ingestión de alimentos y | { | quidos no son los requeridos, probablemente la piel muestre efectos patolóftli il|

La luz solar es un factor importante para la salud de la piel, pero la cxpiml ción excesiva al sol tiene efectos negativos.

La salud de la piel y anexos depende en gran medida de la higiene pf I'NOIHII

Las costumbres higiénicas varían en función de los patrones culturales, ctlm u ción familiar y de la idiosincrasia individual.

Hay personas que desconocen los efectos benéficos de mantener la piel lint pia para evitar infecciones y la importancia para la salud de conservar en b u f l estado los dientes y boca.

Muchas personas viven en condiciones insalubres y de hacinamiento; asi un puede practicarse la higiene personal. Al mismo tiempo, su dieta es defielcntl en cantidad y calidad, lo que contribuye a la aparición de caries;estos individuo! suelen descuidar su salud bucal, ya que no pueden pagar los servicios del don tista.

ENFERMEDADES DE LA PIEL

Hay enfermedades que inhiben las funciones fisiológicas como el lagrimeo, ln salivación o el sudor, que de alguna forma limpian al cuerpo. La dermatitis OH uno de los signos patognómicos de la pelagra,la cual es deficiencia nutricional Ciertas erupciones típicas son síntoma prominente de infecciones generalizada»!, como la escarlatina sarampión y herpes zoster; la urticaria es una respuesta líe cuente a proteínas extrañas de la alimentación, o bien, a medicamentos; una ten sión emocional intensa puede producir cambios en el calibre de los vasos san guineos y en los coloides de la piel, de manera que provoca la aparición do infecciones.

En los ancianos son comunes los eczemas, la ceborrea, las queratosis y tu mores de la piel.

La piel debe protegerse de peligros ambientales, como son las sustancias químicas irritantes, parásitos, microorganismos que pueden penetrar a través de la piel a los planos profundos, irritaciones mecánicas y temperaturas dañinas.

PROBLEMAS COMUNES

El problema más común que encuentra la enfermera, es la incapacidad de los pacientes para conservar la buena higiene personal.

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Nri i Milml (le lll)ili'lir 173

I h i MU Incapacidad se derivan serios problemas:

» I ti lalla de atención a las uñas de los pies puede originar que se enlierren o MU limen e Ineluso, dificulten la marcha.

I NI '.< descuida la piel, puede que se desarrollen áreas de presións, causando uiuu dolor y alteración de tejidos.

» I a unequedad excesiva del cuero cabelludo aumenta la caspa. • i liando la higiene bucal no ha sido adecuada, se forma una película de mo-

i o y bacterias (placa) y células (sano) en la superficie de los dientes. I I a inflamación de las encías (gengivitis), posible fuente de infección, puede

KM causa de desnutrición. I ii lengua saburral, que disminuye la capacidad gustativa de las papilas, es liiclor de una posible desnutrición.

• Si» pueden encontrar pacientes cuyo pelo y cuerpo estén infestados de pará-|1|0K. lisie problema es frecuente en escuelas, ya que la infestación se disemina irtpldainentc de un niño a otro.

Vnluruclón

I ii valoración sobre el estado de la piel, pelo, dientes y boca del paciente se basa nuil' lodo en la observación. En la valoración clínica inicial la enfermera puede ulili'iu'i información sobre la higiene del paciente, y es necesario que conozca I»»»» hábitos de higiene del enfermo. Debe conocer las capacidades motoras del |H. lente, valorar su estado nutricional y otros posibles problemas de salud que iilitrian la piel. Se debe lomar en cuenta el efecto de la edad en la piel, pelo, iilius y el estado de los dientes, encías y tejidos blandos de la boca. Los familia-ir»» del paciente son una buena ayuda de información y de asistencia en los cui-•I ii los de la higiene personal.

I'KIORIDADES DE LA ACCIÓN DE ENFERMERÍA

I II enfermera, desde el inicio de su carrera, debe vigilar y detectar alergias cutá-neas en sus pacientes. Debe buscar en la piel erupciones, lesiones, enrojecimien-to. áreas de exudación o esfacelo de los tejidos cutáneos e informarlo de inme-diato para que posteriormente se inicie su tratamiento.

Los pacientes que necesitan ayuda para realizar sus medidas de higiene son de principal prioridad. Si no se dan los cuidados básicos de la piel y la higiene Inical en forma regular y planeada, pueden presentarse problemas serios. La re-paración de los daños es un proceso lento que conlleva a grandes molestias y su-bimientos al paciente y mucho trabajo a la enfermera.

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1 7 4 NCCC.SLDMLR.I |mm lit miporvlvciuln tlrl Ilumine

EL DÍA-PACIENTE

La organización del hospital prevé que el día-paciente empiece temprano. I un procedimientos de limpieza que son adecuados para una persona sana puedi a modificarse para satisfacer las necesidades del enfermo.

Debido al gran número de pacientes que debe atender la enfermera al ini< im el día, ésta deberá tratar de saber quiénes son los que primero requieren su alelí ción y, en general, cuáles son las necesidades de cada uno.

Es más práctico bañar y tener listos a los pacientes antes de la visita matullim del médico.

Cuando se está enfermo, es más importante el descanso que la regularidad del horario. En el hogar, el sueño del paciente debe ser respetado hasta que den pierte.

Los cuidados matutinos incluyen, generalmente, toma de temperatura, pul,su y respiración; aseo, cambio de ropa y desayuno.

El grado de atención que la enfermera dé a la persona enferma o incapacita» da para su aseo personal, depende de su estado. La enfermera procura ahorrar cualquier esfuerzo al paciente que le pueda peijudicar, pero también debe esll mularle a que aprenda a cuidarse a sí misma.

MEDIDAS DE PREVENCIÓN

• El baño, además de su valor limpiador, estimula la circulación. • La sensación de estar limpio afirma en la persona el autorrespeto. • La enfermera debe ser escrupulosa en su limpieza personal. • La piel debe estimularse con masaje, calor, luz y aire corriente. • Las lociones que reduzcan la estimulación de los nervios cutáneos alivian el

prurito. • El prurito y el ardor deben tratarse atacando la causa y aplicar un alivio mo-

mentáneo. • Después de una noche de insomnio, un baño caliente, masaje y ropa limpia

produce (al paciente) un sueño reparador. • La piel agrietada se debe al lavado frecuente de manos; se previene con el uso

de agentes de reacción neutra. • El masaje es benéfico para activar la circulación, pero debe darse con aceite o

grasa y con suavidad. • La incontinencia de la vejiga o del recto, requiere de baños repetidos, para

evitar lesión a la piel.

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NCHWHÍ(IU(I <LC IIIBÍIMIO 175

AMO DHL PACIENTE

AMMI matinal

i ln limpieza de la cara, boca, manos y arreglo del cabello del paciente que de-i M permanecer en cama.

Objetivo

hoporcionar al paciente bienestar físico y mental, mejorando su aparaciencia |M rsonal y prepararlo para el desayuno y visita médica.

Pof lo general, los pacientes suelen realizar su aseo personal. En incapacita-dos, la enfermera ayudará o realizará estas actividades, incluido el rasurado en pudentes del sexo masculino.

¡¡(/Hipo y material

Mesa Pasteur o charola con: lavamanos, cubeta para el agua sucia, jarra con agua tibia, jabonera con jabón, toalla felpa, esponja, riñón, loción emoliente (rastrillo), recipiente para material de desecho, gasa de 7.5 x 5 cm (paquete); có-modo u orinal y objetos personales del paciente: cepillo y pasta dental, vaso con ligua y popote, peine y pañuelos desechables (vasijas y vaso de plástico para uso personal).

Método

1. Preparar el equipo en el cuarto de trabajo. 2. Llevar y disponer en la unidad el equipo. 3. Pedir al paciente su colaboración. 4. Ofrecer el cómodo u orinal y retirarlo. 5. Cubrir la cama con la toalla. 6. Lavar, enjuagar la cara, párpados, frente, mejillas, barba, nariz y orejas, se-

car y desechar el agua. 7. Lavar y secar las manos. 8. Retirar la toalla y colocarla sobre el pecho. 9. Lavar la cavidad bucal.

Principio: El aseo de la boca evita focos de infección que pasan a otras par-tes del cuerpo.

10. Lubricar la piel de cara y manos si así lo desea el paciente. 11. Peinar al paciente o ayudarlo si es necesario. 12. Dejar la unidad en orden y al paciente dispuesto para desayunar. 13. Dejar el equipo limpio y en su lugar.

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1 7 6 NucüHÍdftdoN pura la Nupc iv ivc iu 'la <I• I h o m b r o

14. Hacer el informe en el expediente del paciente: lecha, hora, micción, nildu dos efectuados, presencia de alteraciones en la cavidad bucal y reacción»». observadas.

Aseo de la boca y prótesis en pacientes conscientes

Generalmente, el aseo de boca se hace después de tomar los alimentos; a qulo nes permanecen en cama, se les proporciona el equipo para que ellos lo realicen o bien, se debe darles la ayuda necesaria.

Objetivo

Mantener limpia la boca y la prótesis en pacientes conscientes para prevenir lu« fecciones y evitar alitosis.

Equipo

Charola con: cepillo, dentrífico, vaso con agua, riñón, pañuelos desechables y toalla. Para casos específicos pueden necesitarse: estimuladores de encías, colu-torio, agua bicarbonatada, lanolina, popotes, abatelenguas, gasa, hisopos, torun-das y recipiente para desechos.

Método

1. Cubrir el pecho y los hombros del paciente con la toalla. 2. Dar al enfermo la posición adecuada. 3. Poner la pasta en el cepillo. 4. Humedecer el cepillo, dejando correr agua sobre él. 5. Enseñar al paciente (si es el caso) la manera en que debe cepillarse los dien-

tes; los dientes superiores con movimientos de arriba abajo, los dientes iníe riores con movimientos de abajo hacia arriba, movimientos circulares sobre los molares, cara externa e interna sacar el cepillo apoyándose sobre la meji-lla y lavar la cara interna de los dientes. Principio: La limpieza bucal ayuda a evitar la caries dental.

6. Permitir al paciente enjuagarse la boca las veces que sea necesario. 7. Sostener el riñón a una altura adecuada para que el paciente pueda vaciar có-

modamente el agua de enjuague. 8. Retirar el riñón y ofrecer pañuelo desechable. 9. Anotar los procedicimientos en la hoja de la enfermera.

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Ni I I «lililil I|C lil|'l* IH \n

MiuIkIiix íla control y seguridad

i i lacer el procedimiento con aplleadorcs dcsechables, o bien, con el dedo en-vuelto en gasa, con agua bicarboiiatada (si no tiene cepillo).

) Aplicar lanolina en los labios del paciente cuando los tenga resecos.

( Hulado de la prótesis

I Uocibir la prótesis en toalla desechable y colocarla en una bandeja. • I uvar la prótesis con cepillo y pasta al chorro de agua. \ t Xíecer la prótesis al paciente para colocarla nuevamente.

Medidas de control y seguridad

I Verificar que el paciente efectúe el aseo de boca en la forma indicada. } I .vitar golpear la prótesis al lavarla.

A N C O de la boca al paciente inconsciente

I impieza de la cavidad bucal a pacientes con pérdida de la conciencia.

Objetivo

I vitar la acumulación de secreciones y alitosis.

Híjuipo y material (1harola con: toalla, riñón, abatelenguas, aplicadores de madera con algodón, ga-na de 7.5 X 5 cm, solución antiséptica o agua bicarbonatada, lanolina pañuelos dcsechables y recipiente para desechos.

Método

I, Llevar y disponer el equipo en la unidad del paciente. ).. Colocar la toalla debajo de la barba, cubriendo los hombros del paciente.

Colocar el riñón debajo de la mejilla del paciente. «I. Enrollar la gasa en el extremo del abatelenguas, humedecerlo en solución bi-

carbonatada o antiséptica para hacer la limpieza. 5. Abrirle la boca al paciente y frotar la cavidad bucal y dientes cambiando la

gasa cuantas veces sea necesario. 6. Desechar abatelenguas usado en el recipiente. 7. Limpiar los labios y lubricarlos con un aplicador.

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178 Nocofiirindoii pin 11 la fliiporvlvonuln del h o m b r o

Medidas de control y seguridad

1. Hacer la limpieza tres veces al día o las veces que sea necesario. 2. Evitar lesionar al paciente. 3. Usar sustancias que no irriten la mucosa bucal.

Aseo de ojos, nar inas y oídos

Objetivo

Mantener limpias las cavidades para contribuir al bienestar físico y mental y it evitar posibles infecciones.

Equipo y material

Charola con: recipiente con agua tibia o solución salina, riñon, torundas, aplint dores, toalla felpa y recipiente para desechos.

Método para aseo de ojos

1. Colocar al paciente en decúbito dorsal y ubicar la toalla debajo de la cabeza. 2. Tomar una torunda, humedecerla con agua o solución salina y limpiar el ojo

distal, del ángulo interno hacia el extemo y desechar la torunda. 3. Secar el área con otra torunda, de igual forma, y desecharla. 4. Limpiar el ojo proximal siguiendo los movimientos anteriores.

Método para aseo de narinas

1. Tomar un aplicador, humedecerlo con agua o solución y proceder a limpiar con movimientos rotatorios la fosa del lado distal y desechar el aplicador.

2. Secar el área con otro aplicador en la misma forma y desecharlo. 3. Repetir las veces que sean necesarios los mismos movimientos en cada narina.

Método para aseo de oídos

1. Colocar al paciente acostodo con la cabeza de lado, sobre la toalla, dejando hacia arriba el oído a tratar.

2. Tomar un aplicador y humedecerlo en agua o solución salina y limpiar con movimientos rotatorios y desecharlo.

3. Secar en la misma forma con otro aplicador, y desecharlo. 4. Repetir las veces que sean necesarios los mismos movimientos . 5. Repetir el método en el oído opuesto.

Medidas de control y seguridad

1. No usar aplicador con punta.

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Ncirftlilud <lr Ini'ii iic

}. ( ISJII solución o agua a la temperatura corporal. I No usar sustancias que irriten la mucosa. I Notificar la presencia de secreciones patológicas.

AMMI de manos

Objetivo

hoporcionar limpieza para su bienestar y salud.

lufUipo y material

('harola con: lavamanos, jarra con agua tibia, jabonera con jabón, lubricante y toalla.

Método

I (üolocar al paciente en posición de fowler o la más adecuada al estado físico del paciente. lix tender la toalla sobre la cama a un lado del paciente y acomodar el lava-manos sobre ella.

I, Verter agua de la jarra al lavamanos. «I. Introducir las manos del paciente, enjabonarlas y friccionarlas para despren-

der la suciedad. V Iinjuagar las manos al chorro de agua. (>. Retirar el lavamanos y ponerlo sobre la charola. 7. Secar las manos con la toalla y lubricar si es necesario.

Medidas de control y seguridad

1. Si hubo contaminación, lavar las manos al paciente antes de cada alimento y después de efectuar las funciones de eliminación.

2. Recortar las uñas cuando sea necesario.

Rasurado de barba

Objetivo

Procurar que el enfermo tenga mejor apariencia y no se sienta deprimido.

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1 6 0 NCCCNUIIKICN pnrn la xiipprvlvoiu'ln riel h o m b r e

Equipo

Charola con: recipientes con agua tibia, jabón especial y brocha (o crema <ki ni surar), toalla, espejo, cuadros de papel suave, rastrillo, recipiente pjua desee lm* y loción emoliente.

Método

1. Arreglar el equipo en el cuarto de trabajo. 2. Llevar el equipo a donde se halla el paciente. 3. Dar al paciente la posición más cómoda y conveniente para él (decúbito

dorsal o semifowler, dependiendo de su estado de salud y conciencia) y para quien va a rasurar.

4. Cubrir con una toalla al paciente y a la ropa de cama. 5. Con agua tibia y brocha (o con crema) hacer abundante espuma de jabón y

aplicar a la barba. 6. Dejar pasar unos minutos. 7. Mantener la piel mojada y tensa. 8. Sujetar el rastrillo en ángulo de 25° respecto a la piel. 9. Rasurar con movimientos cortos siguiendo la dirección del vello.

10. Afeitar con cuidado las áreas sensibles (labios). 11. Limpiar el rastrillo con papel suave. 12. Lavar con agua tibia el rastrillo, si es de seguridad. 13. Terminar de afeitar, quitando el jabón de la barba. 14. Aplicar loción emoliente.

Principio: El alcohol endurece y fortalece la piel. 15. Dejar cómodo al paciente. 16. Asear el equipo y llevarlo a su lugar. 17. Hacer el reporte en la hoja de la enfermera.

Medidas de control y seguridad

1. Cuando el paciente está capacitado para afeitarse él mismo, colocar a su al-cance el equipo.

2. En el hogar, pedir a un hombre de la familia que lo rasure; en el hospital, se puede encargar de ello uno de los enfermeros.

3. La rasuradora eléctrica elimina el uso del jabón y brocha.

Aseo de genitales externos

Objetivo

Fomentar la higiene, para evitar infecciones e irritaciones, contribuyendo al bie-nestar de los pacientes.

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Noooniclad de III||ICIIO 1 8 1

/ »/«(/>íí v material

• limóla con: jarra o irasco con agua tibia, frasco con jabón, dos pinzas Forester ti (Ir anillos en solución, gasa de 10 x 10 cm (paquete), hule o plástico, clínica y

iluuillla, a pósito si es necesario, además cómodo, periódico y recipiente para ili M'CllOK.

Mftodo en el sexo femenino

I I .levar el equipo al lado del paciente. ') Solicitar su colaboración y dar posición en decúbito dorsal. \ (!ubrir a la paciente con sabanilla y correr las ropas de cama a los pies. •I (Colocar el plástico y clínica debajo de glúteos de la paciente. V Poner el cómodo bajo la paciente y el recipiente para desechos a un lado. f», Poner al descubierto la región perineal. /. Ponerse los guantes y verter agua sobre el pubis. K. l omar la gasa con la pinza verter jabón sobre el pubis, amortiguando la

caída con la gasa. Enjabonar haciendo movimientos con la pinza de arriba hacia abajo, sepa-rando los labios mayores de adentro hacia afuera, cambiando de gasa las ve-ces que sea necesario.

10. Verter agua sobre el pubis hasta quitar el jabón. 11. Secar suavemente la vulva y perineo con gasas. 12. Retirar el cómodo, cubriéndolo con periódico. 13. Arreglar la cama y dejar cómoda a la paciente. 14. Retirar el equipo y colocarlo, limpio, en su lugar. 15. Informar en la hoja de la enfermera: hora, reacciones de la paciente y las

observaciones hechas por la enfermera.

Medidas de control y seguridad

1. Pasar una sola vez por el mismo sitio las gasas. 2. Usar material estéril. 3. Colocar el apósito si es necesario. 4. Notificar la presencia de secreciones anormales o reacciones dermatológicas. 5. Verificar que las soluciones estén a temperatura corporal.

Método en el sexo masculino

1. Llevar el equipo al lado del paciente. 2. Solicitar su colaboración y dar posición en decúbito dorsal. 3. Cubrir a la paciente con sabanilla y correr las ropas de cama a los pies. 4. Colocar el plástico y clínica debajo de glúteos de la paciente.

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182 NCOCNÚIIKICN puní la m i p c r v l v c n o l a riel h o m b r o

5. Poner el cómodo bajo el paciente y colocar el recipiente para desecho* M un lado.

6. Poner al descubierto la región perineal. 7. Calzarse los guantes. 8. Hacer retracción del prepucio. 9. Tomar la gasa con la pinza y con solución jabonosa, realizar el lavado con

movimientos rotatorios. 10. Verter agua para quitar el jabón, de manera que escurra en el cómodo. 11. Secar la región con la gasa. 12. Retirar el cómodo, plástico y sábanas. 13. Arreglar la cama y dejar cómodo al paciente. 14. Informar en la hoja de la enfermera: hora, reacciones del paciente y obser-

vaciones de la enfermera.

Cuidados de la noche

Es la asistencia, que proporciona la enfermera, de limpieza y comodidad al pa-ciente antes de dormir.

Objetivo

Suprimir toda causa de inquietud e insomnio para disponer al paciente a dormir.

Equipo Carro o charola con: lavamanos, jarra con agua caliente, jabonera con jabón, toalla, crema o loción tibia; objetos personales del paciente: talco, peine, vaso con agua, cepillo dental, dentrífico, toalla, pañuelos desechables, rifión. Puede necesitarse además: sábana o clínica, vendas o ropas del paciente y equipo de aseo de genitales.

Método

1. Preparar el equipo. 2. Llevar el equipo a la unidad donde se halla el paciente. 3. Ofrecer el cómodo u orinal al paciente, retirándolo después de su uso. 4. Lavar la boca. 5. Lavar cara y manos. 6. Aflojar las ropas de cama. 7. Dar al paciente posición prona, si su condición lo permite. 8. Cubrir la cama con la toalla. 9. Friccionar la espalda con crema o talco.

Principio: La fricción con crema fortalece la piel, impidiendo las úlceras causadas por decúbito.

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N<uvnlilml <lo hijjlwm 183

lii I >111 especial cuidado a las parles enrojecidas. 11 ('amblar lit ropa de dormir, si está sucia (arreglar vendaje si es necesario). I ' Arreglar la ropa de cama. I \ ('epillar y peinar el cabello. I I Quilar, sacudir y mullir las almohadas, volviéndolas a acomodar. IV I )ejar el timbre y el botellón con agua al alcance del paciente. Ir», Retirar las flores. I /, I )ejar al paciente preparado para dormir.

Principios: Las necesidades de sueño y descanso varían según la edad. Iil sueño y el descanso le proporcionan al paciente bienestar físico y mental, así como relajación muscular.

IH. Apagar las luces. I'), Informar en el expediente: hora procedimiento efectuado y las observacio-

nes hechas por la enfermera.

Medidas de control y seguridad

1, Aislar con biombos la unidad del paciente. 2. I )ar cualquier cuidado especial que el enfermo solicite.

Dar estos cuidados durante la tarde a los pacientes que lo necesiten.

Fricción

Objetivo

Tomar en cuenta las condiciones físicas del paciente, para que el masaje sea más o menos intenso y benéfico a la piel.

Equipo

Charola con loción o crema, talco y toalla.

Método

1. Preparar el equipo en el cuarto de trabajo y llevarlo a la unidad. 2. Preparar psicológicamente al paciente. 3. Colocar al paciente en decúbito dorsal e indicarle que se dé vuelta en decú-

bito lateral o decúbito ventral. 4. Doblar las ropas de cama para descubrir la espalda y la cadera del paciente. 5. Extender la toalla sobre la cama a lo largo del cuerpo del paciente. 6. Verter un poco de loción en la palma de la mano. 7. Frotar espalda hombros y cadera con movimientos largos y firmes hacien-

do presión con la palma de la mano.

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1 8 4 Nt'oeiiiIndeA para I» mip rvivoncla «leí lioniluo

Principio: El talco o la humedad de un lubrícame disminuyen el roce. 8. Dar masaje en forma circular con las palmas de las manos en las 117.I011M

enrojecidas. 9. Aplicar talco en la espalda y frotarlo suavemente.

Principio: el área de las prominencias óseas está sometida a irritaciones V compresiones.

10. Retirar la toalla y arreglar las ropas del paciente y de la cama, dejándolo crt modo.

Medidas de control y seguridad

Al dar fricción, mantener el equilibrio con los pies firmes y separados.

Baño de esponja

Es la limpieza general que se hace al cuerpo del paciente con una esponja o Ion Ha fricción.

Objetivo

Eliminar de la piel las secreciones de las glándulas sebáceas, la descamación, el sudor, el polvo, el mal olor, así como estimular la circulación periférica, para proporcionar al paciente higiene y comodidad.

Equipo y material

Mesa Pasteur con lavamanos, una cubeta para el agua sucia, jarra con agua a 43°C, jabonera con jabón, bandeja chica con esponja, toalla de felpa, aceite mi-neral, tijeras, recipiente para desechos, torundas de algodón, aplicadores de ma-dera con algodón, guantes (si es necesario); cómodo, talco y paño húmedo; ob-jetos personales del paciente: crema, talco, loción, cintas para el pelo, corta uñas, peine o cepillo.

Método

1. Preparar el equipo y llevarlo a la unidad del paciente. 2. Solicitar al paciente su colaboración. 3. Colocar al paciente en posición de decúbito dorsal y ofrecerle el cómodo. 4. Disponer el equipo, de modo que los artículos queden en orden de uso y al

alcance de la mano. 5. Aflojar la ropa de cama, quitar la colcha y el sarape, doblarlas en cuadro y

colocarlas en el respaldo de la silla. 6. Quitar la ropa al paciente y dejarlo cubierto con la sábana superior. 7. Acercar al borde de la cama al paciente.

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Nere*iilml (Ir higiene III!.

N h o l u g n el cojín con una toalla y colocar otra en los hombros bajo la barba. W Vci Icr el agua en el lavamanos.

111 i feoiuar con aplicadores y torundas el aseo de los ojos, oídos y narinas. 11 Anear con la loalla fricción, cara, orejas y cuello, con movimientos suaves. I ' Proteger la cama con una toalla y miembro superior distal, comenzar por la

imiflcca, seguir con el antebrazo y axila, y terminar con la mano introdu-ciéndola al agua.

I \ (¡amblar el agua sucia por limpia y asear el miembro proximal. I l Colocar la tóalla sobre la sábana, a nivel del tórax y deslizaría hasta los

muslos y asear cuello, hombros, tórax y abdomen y, posteriormente poner el camisón al paciente.

i ' (lolocar la toalla debajo del miembro inferior distal, y el lavamanos sobre la loalla.

Ifi, I xvantar la pierna, tomándola de las prominencias óseas del tobillo y talón; meter el pie al lavamanos.

I /, I .nvar y secar separadamente cada pierna, iniciando por el pie, pierna, mus-lo e ingle poniendo especial cuidado en los espacios interdigitales.

IM. <lirar al paciente a decúbito lateral, colocar la toalla a lo largo de la espalda. I1), Cambiar el agua, lavar y secar nuca, hombros, espalda, región glútea, parte

posterior y superior de los muslos. .'() I 'riccionar con loción o crema la espalda del paciente; polvear talco.

I, Colocar al paciente en decúbito dorsal. 22. Colocar la toalla debajo de los glúteos y ayudar al paciente para asear geni-

tales (en caso de que el paciente no pueda hacerlo, la enfermera lo hará). , YS. Lubricar la piel y poner talco, bajar el camisón o poner pijama. ,VI. Peinar al paciente, protegiendo la almohada con la toalla. 25. I lacer el tendido de cama ocupada. 26. Dejar cómodo al paciente y la unidad en orden. 27. Asear el equipo y dejar todo en su lugar. 28. Informar en el expediente del paciente: hora, reacciones del paciente y ob-

servaciones hechas por la enfermera.

Medidas de control y seguridad

1. No bañar al paciente si hay contraindicación médica. 2. Notificar al médico la presencia de alteraciones dérmicas. 3. Lavar, enjuagar y secar bien todos los pliegues. 4. Evitar corrientes de aire. 5. Depositar en la bolsa de papel o recipiente para desechos, cabello, torundas y

demás basura.

r

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186 Nocoiidndofl puní I» .supervivencia del liiunlne

Aseo de cabello

Es la limpieza que se hace al cuero cabelludo y cabello del pacicnlc.

Objetivo

Contribuir al bienestar físico del paciente, manteniendo el cabello limpio y |>. i nado.

Equipo

Mesa Pasteur o charola con torundas de algodón, bandejita, jabón neutro o cliniip pú, peine o cepillo, recipiente para desechos, toalla o felpa, cojín de Kelly, plástico o toalla, ropa del paciente y ropa de cama cubeta, dos jarras con agua tibia.

Método

1. Preparar el equipo y nevarlo a la unidad del paciente y disponerlo con ve nientemente.

2. Aflojar toda la ropa de cama, quitar colcha y sarape y ponerlas sobre la 11 lia.

3. Retirar la almohada y colocar el plástico y la toalla sobre la cabecera. 4. Acercar a la orilla de la cama al paciente en posición dorsal. 5. Colocar una toalla sobre los hombros del paciente y proteger los oídos con

algodón. 6. Colocar la cubeta en el extremo donde se va a trabajar. 7. Poner aire al cojín de Kelly y colocarlo debajo de la cabeza del paciente,

verificando que el extremo quede dentro de la cubeta. 8. Extender el cabello hacia la cubeta y verter el agua hasta mojarlo. 9. Aplicar champú y lavar el pelo y cuero cabelludo con las yemas de los de-

dos. 10. Enjuagar y lavar las veces que sea necesario. 11. Retirar los algodones de los oídos. 12. Quitar el cojín y extender el pelo sobre la toalla extendida. 13. Frotar, suavemente, el cabello con la toalla. 14. Retirar el equipo de junto a la cama. 15. Cambiar la ropa al paciente y hacer cama ocupada. 16. Peinar al paciente y dejarlo cómodo. 17. Dejar el equipo limpio y en su lugar. 18. Informar en el expediente del paciente: hora del procedimiento, reacciones

del paciente y las observaciones hechas por la enfermera.

Si no se tiene cojín de Kelly, puede usarse una toalla enrollada y un hule clí-nico o plástico.

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NpccnIIIIMI (LE HIGIENE 187

fallidas de control y seguridad

t I' vluir rascar el cuero cabelludo. I I 'loleger al paciente de la humedad excesiva.

II atamiento de pediculosis

i la acción de destruir los parásitos de la cabeza.

Objetivo

I(vitar posibles enfermedades, ayudando al paciente a sentirse cómodo y seguro mediante buenos hábitos de higiene.

ISquipo

('harola con: plástico, campo simple, turbante, solución indicada (vinagre, alco-hol, vaselina con fármaco); spray, torundas, recipiente para desecho, peine, ri-ñón con antiséptico, bata y alfileres de seguridad.

Método

1. Preparar el equipo en el cuarto de trabajo. 2. Preparar psicológicamente al paciente. 3. Aislar al paciente (en el cuarto de aseo). 4. Llevar el equipo al lado del paciente y disponerlo convenientemente. 5. Tomar la bata y ponérsela al paciente. 6. Poner vaselina con una torunda alrededor de la línea del pelo. 7. Dividir el pelo y aplicar la solución con las torundas frotando suavemente,

pero con firmeza, el cuero cabelludo y el pelo. Principio: El enjuague con vinagre afloja las liendres del pelo, ya que di-suelve la sustancia adhesiva que las pega.

8. Dejar la cabeza cubierta con el turbante el tiempo requerido. 9. Recoger el equipo y dejarlo limpio en su lugar.

10. Preparar el equipo para lavado de cabello. 11. Peinar al paciente para eliminar los parásitos. 12. Lavar el cabello con jabón o champú o un baño ordinario. 13. Recoger todo el equipo y colocarlo, limpio, en su lugar. 14. Informar en la hoja de la enfermera: duración del tratamiento, condición del

cuero cabelludo, irritación de los ojos, reacción del paciente y resultado del tratamiento.

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1 8 8 NcccftidnricN p n m In Miipn v t v n i r i n del I lumino

Medidas de control y seguridad

1. Aislar al paciente de otros enfermos durante las cuatro horas después del luí tamiento.

2. En pediculosis del cuerpo, quitar la ropa del paciente, para lavarla, bailar ni enfermo antes de aplicar el fármaco.

3. Repetir el tratamiento hasta eliminar completamente los parásitos.

Baño de regadera

Es el aseo del cuerpo con jabón y agua corriente.

Objetivo

Promover y mantener hábitos de limpieza.

Equipo y material Silla, jabón o champú, lubricante, ropa limpia para el paciente, toalla o l'clpii, toalla fricción, peine y sandalias de hule del paciente.

Método

1. Trasladar al paciente y el equipo, en orden de uso, al baño. 2. Abrir las llaves del agua y regularlas a temperatura soportable para el pa

ciente. 3. Ayudar al paciente a quitarse la ropa (si así lo requiere). 4. Colocar la silla bajo la regadera (si lo requiere el paciente). 5. Auxiliar al paciente en su aseo cuando sea necesario y vigilarlo a intervalos. 6. Ayudarle (al paciente) a secarse, vestirse y acompañarlo a su unidad.

Medidas de control y seguridad

1. Verificar el funcionamiento de las llaves de agua fría y caliente. 2. Vigilar al paciente para evitar que sufra accidentes. 3. Proteger el área del baño con un tapete antiderrapante. 4. Verificar el uso de sandalias personales para evitar contaminación de una po-

sible infección por contacto con el piso.

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Nouonlllari do I I Í K Í O I I O 189

HVAI.U ACIÓN

• i Seguí el método indicado, haciendo una observación del paciente? • /.Aproveché el tiempo de acercamiento con el paciente para la enseñanza

Mohre salud e higiene? • / Identifiqué en el paciente cualquier tipo de problema físico, emocional o

Hoclal? • /,IIlindé la ayuda que el paciente requiere de acuerdo con mis posibilida-

des? • /,(Comuniqué verbalmente y por escrito cualquier situación anormal del pa-

ciente?

ACTIVIDADES

I, C Consultar bibliografía sobre el tema en libros de texto y de consulta. ) Indagar el tipo de baños que se dan en instituciones de salud, oficiales y

particulares y quién es el responsable de ello en la unidad hospitalaria. i Verificar promedio, días de estancia del paciente y medidas de higiene

personal que él realiza en esos días. 4, Organizar en el laboratorio de enfermería algunas prácticas entre compa-

ñeros siguiendo el método correcto o con algunos familiares invitados para ello.

5. Realizar (en el hospital) cuidados de higiene personal a pacientes que lo requieran, como un servicio y práctica en enfermería para adquirir la habi-lidad de observación.

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Capítulo 11

Todo bien es pequeño comparado con el supremo bien de la vida en compañía.

Im soledad es una condena; la soledad del corazón, su celda.

RABINDRANATH TAGORE

NECESIDAD DE DESCANSO

Y ALIVIO DE DOLOR

l'l, DliSCANSO

I a comodidad expresa un estado de bienestar, es sinónimo de descanso o relaja-rían e implica la liberación de tensión emocional y molestias físicas. El descan-so mental y físico es una necesidad fisiológica. Unos minutos de relajación com-pleta, en el curso del día, son útiles para conservar la energía mental y física, Aliviar la tensión nerviosa y evitar que se acumulen en el cuerpo los productos lie la fatiga.

Cuando una persona se encuentra cómoda, está tranquila consigo misma y con su ambiente.

El sueño se considera como el descanso por excelencia. Poder dormir duran-te un periodo ininterrumpido es una forma de la salud mental y física. A medi-da que disminuye la depresión y la ansiedad, la persona duerme por periodos más largos hasta recuperar su horario de sueño normal.

La superación del sueño tiene efectos internos de las capacidades funciona-les de la persona sana o enferma.

La incomodidad emocional puede tener múltiples causas; las personas enfer-mas temen con frecuencia a el dolor, la incapacidad y la muerte.

Las molestias físicas pueden causar incomodidad mental e interferir con el equilibrio psicosocial de la persona. Causan incomodidad: el dolor, las náuseas, el calor e incluso, un ambiente desordenado.

191

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1 9 2 NCCCNÍ«III<ICN pnrn lu xiipcrvivonuin <lrl Ilumine

Factores que menoscaban la comodidad, el reposo y el sueño

• La alteración de los hábitos afecta los patrones de sueño. • En un ambiente extraño es difícil dormir normalmente. • La excitación excesiva dificulta el sueño. • La falta de ejercicio puede ser otro motivo. Para algunas personas es dllli

dormir, ya que los músculos no están cansados. • La ingestión excesiva de alimento puede causar problemas digestivos e imptf

dir el sueño. • El hambre no permite que la persona descanse. • Una ingestión excesiva de líquidos antes de acostarse hace que la persona N0

levante a eliminar la orina. • El ruido y las luces hacen que la persona altere su patrón cíclico de sueño. • Los factores ambientales son un problema en los hospitales: la temperatura al

ta o baja de los cuartos, la dureza de las almohadas, las luces que se enciülw den o no se apagan, el ruido de la estación de enfermeras; los medicamento* suministrados por la noche o muy temprano.

• Las incomodidades, el dolor y las enfermedades también afectan el sueño.

Las personas enfermas deben dormir más porque necesitan secretar mayoi número de hormonas del crecimiento para promover la reparación de los tejidos,

El adulto sano promedio duerme aproximadamente siete horas por la noche, Las personas mayores de 65 años suelen dormir menos tiempo.

Problemas comunes del sueño

Los problemas más comunes del sueño son; el insomnio o imposibilidad de dor mir, el hipersomnio (sueño excesivo), narcolepsia (ataques repentinos de sueflo irresistible), sonambulismo (caminar dormido), enuresis (micción nocturna), y terrores nocturnos.

En su ronda nocturna, la enfermera tiene la responsabilidad de comprobar que todos los pacientes estén cómodos, descansen y duerman bien. Debe cono-cer las indicaciones médicas y condiciones de los pacientes para dar la atención requerida.

Las personas con cardiopatías o problemas respiratorios suelen dormir senta-das o semisentadas; la gente con fractura quizá tenga que permanecer en posi-ción dorsal.

La enfermera debe conocer el diagnóstico, tratamiento y medidas terapéuti-cas planeadas, además de los factores de estrés. El expediente le proporciona toda la información necesaria, que complementará con sus observaciones direc-tas y comentarios con el paciente. Así, podrá identificar el origen de su preocu-pación e incomodidad, para tomar las medidas necesarias para aliviarlas.

I

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NIH raiilml de* (IPMCHIIMO y nllvio «le dolor 103

I ti chlermeni debe hacer lodo lo posible para eliminar o reducir los Tactores i|ii< < iHiMiin Incomodidad, o alteran el reposo y sueño del enfermo. El problema de i tula pudente es individual, por lo que quizá requieran diferentes acciones:

- Solicitar al departamento de dietología algún bocadillo para el paciente an-ICK de dormir.

• (Mrecer al paciente el cómodo u orinal, si no puede levantarse o ayudarlo a Ir al baño, y a lavarse manos, cara y boca.

• Mullir la almohada, o permitir al paciente el uso de la suya. • I )ar la posición adecuada a la cama, elevando la cabecera, etcétera. • Dar un masaje a la espalda, ejercicios de relajación y arreglar las ropas de

cama, cambiarlas si es necesario y restirarlas. • Verificar el funcionamiento de sondas y drenes del paciente. • (Cambiar apósitos si fuera necesario. • Suministrar los fármacos antes de apagar la luz. • Desearle "buenas noches", apagar las luces directas y de los pasillos que no

son necesarias. • Bajar las voces, sonidos de aparatos y evitar los ruidos.

Preparación del paciente para el descanso y sueño

lis la intervención que se efectúa para satisfacer la necesidad de descanso y sue-no del paciente.

Objetivo

I )isponer al paciente para dormir y contribuir a disminuir la tensión muscular y nerviosa.

lü/uipo y material

Mesa Pasteur o charola con: lavamanos, jarra con agua tibia, frasco con jabón, toalla, crema, loción, cómodo u orinal, riñon; artículos personales: cepillo den-tal, dentífrico, peine, pañuelos desechables y crema emoliente.

Además puede necesitarse: sábana clínica, vendas, apósitos, gasas de 10 x 10 cm (paquete), guantes y equipo de aseo de genitales, ropa para el paciente.

Método

1. Llevar el equipo a la unidad y saludar al paciente. 2. Ofrecer el cómodo u orinal al paciente. 3. Asear los genitales externos (si es el caso), retirar el cómodo y lavarse las

manos.

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194 NoccflUltulon ¡muí ln «Upwvlvoiu'ltt *111 Ilumino

4. Verificar aseo de boca y manos del paciente. 5. Dar al paciente posición prona o Sims, si su condición lo permite. 6. Dar masaje en la espalda y puntos de apoyo con la loción o crema. 7. Dar cuidado a las zonas enrojecidas y hacer ejercicios pasivos.

Principio: el masaje y lubricación de la piel fortalece los músculos, impl diendo las úlceras por decúbito o presión.

8. Estirar las ropas de cama y cambiar la ropa que sea necesaria. Cambtd apósitos si se requiere.

9. Peinar el cabello. 10. Quitar, sacudir y mullir la almohada y acomodarla nuevamente. 11. Dejar el botellón con agua y el timbre al alcance del paciente. 12. Retirar flores y favorecer la ventilación, correr persianas o cortinas. 13. Dejar al paciente en posición cómoda para dormir.

Principios: la necesidad de sueño varía según la edad y persona. El sueflo y descanso proporciona bienestar físico y mental y relajación muscular.

14. Controlar la iluminación y dar las buenas noches al o a los pacientes. 15. Informar en el expediente: hora, procedimiento efectuado, observaciones

hechas.

Medidas de control y seguridad

• Infundir confianza y seguridad al paciente y mantener su privacidad. • Dar cualquier otro cuidado especial que el paciente necesite o solicite. • Den los fármacos indicados oportunamente para evitar despertarlo. • Suministrar sedantes sólo bajo prescripción médica. • Evitar causas de insomnio (ruidos, frío, calor, entre otros).

Masaje en la espalda

Es la fricción con alguna loción o crema emoliente con movimientos largos y uniformes.

Objetivos

Ayudar al paciente a relajarse antes de dormir, después del baño y en las ocasio-nes en que esté indicado.

Para prevenir daños a los tejidos aumentar la circulación en salientes óseas.

Equipo y material

Charola con: loción o crema emoliente tibia y toalla.

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Nrt ofthlml i le IIMUMIMM y a l i v i o <1. dolor

Método

1. Llevar el equipo a la unidad y solicitar al paciente su colaboración. 2. Pedir al paciente que se quite su ropa y adopte la posición prona o decúbito

lateral. 3. Doblar las ropas de cama, descubriendo la espalda y cadera. 4. Extender la toalla sobre la cama a lo largo del cuerpo. 5. Verter un poco de loción en la palma de la mano. 6. Frotar, el área de los hombros, con las palmas de las manos y punta de los

dedos; frotar el cuello con movimientos circulares hacia la línea del pelo. Principio: la humedad de un lubricante disminuye el roce.

7. Dirigir las manos hasta el área sacra con movimientos circulares con las palmas y dedos.

8. Posteriormente frotar hacia arriba del sacro al centro de la espalda hasta la línea del pelo con movimientos largos y uniformes, después sobre los hom-bros y repetir los movimientos. Principio: el área de las prominencias óseas está sometida a irritaciones y compresiones.

9. Continuar con movimientos circulares y ampliar hasta el extremo inferior de los gletos y sacro hasta que se estimule la circulación de la piel.

10. Retirar la toalla y arreglar la ropa de cama y del paciente.

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196 Nccciiidadcii puru In Nii|)crvlvc«iu'in del lionihio

11. Continuar con rodillas, codos, talones y cualquier otra saliente ósea. 12. Dejar cómodo al paciente y retirar el equipo. 13. Hacer el informe en el expediente sobre resultados y observaciones hechas.

Medidas de control y seguridad

• Durante la fricción, mantener el equiübrio con los pies firmes y un poco sepa-rados.

• No frotar zonas enrojecidas en muslos y piernas, para evitar la formación y desprendimiento de un coágulo.

• Comunicar la presencia de áreas enrojecidas en la piel, en particular, las que indiquen presencia de coágulo.

• Tener especial cuidado de usar crema o aceite en personas de edad avanzada, cuya piel es más seca y delgada.

EVALUACIÓN

• ¿Mi comunicación con el paciente fue cordial y profesional? • ¿Valoré las condiciones psicológicas y físicas del paciente, para ayudarle a

reducir sus tensiones? • ¿Me interesé especialmente en hacer la observación requerida? • ¿Di información oportuna, clara y precisa, de cualquier situación de alarma? • ¿Fueron satisfactorios los resultados para el descanso y sueño del paciente?

EL DOLOR

El dolor es uno de los síntomas y signos más comunes de enfermedad, debido a la irritación y estimulación de los nervios que transmiten las sensaciones doloro-sas al cerebro.

El dolor representa un mecanismo protector para el organismo, generalmente anuncia la enfermedad o lesión de alguna parte del cuerpo. Puede observarse do-lor sin enfermedad o lesión, sin otros signos de enfermedad orgánica, y se le de-nomina funcional Cuando el dolor se asienta en alguna parte del cuerpo que no corresponde a la zona enferma se le denomina dolor referido.

El dolor puede ser causado por cualquier estímulo que cause daño tisular. Los estímulos pueden ser traumatismos mecánicos, temperaturas extremas, is-quemias, sustancias químicas irritantes y factores psicológicos.

Tipos de dolor

El dolor puede ser clasificado como superficial, profundo y visceral; el primero se percibe ardoroso o punzante y se presenta por estimulación de los nervios re-ceptores de la piel o mucosas.

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Ncconldttd i le r icwcni i f lo y a l i v i o dol do lor 1 9 7

I I dolor profundo depende de estructuras más profundas, como lo son el tutiliCUlo, tendones, articulaciones y aponeurosis; suele describirse como sordo, ll|M) calambre, o terebrante.

I',l dolor visceral puede percibirse en el órgano en sí o en otro sitio alejado de la viscera afectada.

I dolor en ocasiones es específico del órgano afectado como el del infarto til miocardio, que se describe como constructivo en tornillo o de compresión.

El dolor en órganos musculares huecos suele originar sensación de cólico, calambre o torcimiento. El dolor de úlcera péptica se percibe, por el paciente, POmo ardoroso o como puñalada.

I <a descripción de la naturaleza del dolor ayuda al médico a diagnosticar la causa del trastorno.

I -a capacidad del paciente para percibir el dolor depende de la integridad de las libras nerviosas que reciben, transmiten e interpretan los impulsos dolorosos. ('obsecuentemente, la lesión de los nervios sensoriales, las vías sensitivas de la médula espinal, el tálamo o las áreas sensoriales de la corteza cerebral, interferi-rán con la percepción del dolor.

En algunos procesos patológicos que afectan el sistema nervioso central, el Individuo se torna hipersensible a los estímulos dolorosos. La aplicación prolon-gada de estímulos dolorosos agota las vías neurales y los centros de percepción del dolor se vuelven hipersensibles.

La piel que rodea un área lesionada es muy sensible. La percepción del dolor se altera por el nivel de conciencia del individuo. Los enfermos inconscientes por anestesia general no sienten dolor.

Tanto la percepción como la reacción al dolor pueden alterarse por el estado emocional de la persona y el grado de atención que le preste. La reacción al do-lor tiene manifestaciones fisiológicas y conductuales.

Entre los signos y síntomas del dolor están la palidez, hipertensión arterial y aumentos de la tensión de los músculos estriados.

Las respuestas conductuales al dolor difieren de un individuo a otro. La reac-ción al dolor depende de diversos factores: la condición física, el cansancio y la debilidad disminuyen la resistencia y el control de las reacciones; el estado emo-cional, la ansiedad y el daño, agravan la reacción al dolor.

La enfermera debe valorar, en cuanto sea posible: calidad, localización, in-tensidad, hora en que se presenta el dolor y duración, factores precipitantes y medidas para aliviarlo. Debe observar las reacciones del paciente: expresión, postura, tensión muscular, contracción de los músculos faciales, inactividad, su-dación profusa, inquietud e hipersensibilidad a los estímulos del ambiente.

El dolor suele impedir que el paciente duerma o descanse cómodamente; por lo general, el problema se agudiza por la noche y puede haber insomnio.

Los objetivos de la acción de la enfermera en pacientes con dolor se diri-gen a:

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198 Nm\sidudo.s pura I» miporvlvcnoln del hombre

• Eliminar o reducir los estímulos que lo causan. • Aliviar el dolor. • Ayudar al paciente a superarlo.

Recursos para aliviar el dolor

Ayudar a quienes sufren el dolor por mucho tiempo, suele ser un reto para d'l personal de enfermería.

Ayudar al paciente a que encuentre un significado a su sufrimiento puede ayudarlo a soportar el dolor crónico.

El alivio del dolor es muy importante; es mejor evitarlo que tratarlo. La en fermera puede ayudar al paciente a eliminar o reducir las causas conocidas de dolor e incomodidad. Cuando el esfuerzo trae consigo dolor será necesario su-primir actividades; en el postoperatorio, éstas suelen restringirse en tanto cicatri zan los tejidos lesionados, pero el paciente operado debe moverse, respirar pro-fundo y toser aunque ello le produzca algo de dolor.

El cambio de posición alivia la tensión muscular y evita la presión de la le-gión. La alineación correcta del cuerpo o sus segmentos ayuda a evitar contac-taras dolorosas. Mantener al paciente seco y cómodo contribuye a eliminar estí-mulos que provoquen dolor. La satisfacción de las necesidades básicas elimina posibles fuentes de dolor. Asimismo el sueño y reposo son importantes.

Entre las medidas para aliviar el dolor se incluyen, entre otras, la distracción, que disminuye la atención del individuo a los estímulos dolorosos. Al paciente se le invita a que platique alguna experiencia vivida que le provoque gusto al compartirla; escuchar música y concentrarse en ella llevando el ritmo, cantar una canción sencilla pero grata; realizar ejercicios de respiración contando los tiempos, leer, ver televisión y platicar distraen la atención de sí mismo.

Entre otros recursos, los fármacos para aliviar el dolor se dividen en dos gru-pos: los específicos de ciertos trastornos como relajantes musculares; y los que tienen un efecto analgésico general como narcótico y el grupo analgésico antipi-rético.

La ayuda al paciente a superar el dolor consiste en proporcionar apoyo psi-cológico y una forma de mostrar un verdadero interés por él y su entorno fami-liar y social.

Page 196: fundamentos enfermeria

NCTI'NHIwI «le iloNcnnNo y alivio <lc dolor 199

ftV Al .DACIÓN

• /,('omprcndí la forma en que el paciente describe su dolor? • ¿Indcntiflqué la causa del dolor del paciente? • ¿Preguntó al paciente a qué atribuye la aparición o aumento de la intensi-

dad del dolor? • ¿Verifiqué algunos signos de dolor presentados por el paciente? • ¿Indagué las posibles causas de ansiedad o temor del paciente, con el fin

de proporcionarle algún apoyo? • ¿Utilicé medidas de apoyo psicológico y físico al paciente para reducir y

aliviar el dolor? • /.Comprobé que las necesidades básicas del paciente fueron satisfechas en

su totalidad? • ¿Efectué información sobre tratamiento y respuesta del organism del pa-

ciente?

ACTIVIDADES

1. Estudiar sobre el tema en libros de consulta de la biblioteca escolar. 2. Indagar en libros de texto sobre los medios que se practican en los hospi-

tales para proporcionar al paciente encamado comodidad y evitar posibles complicaciones, deformaciones, etcétera.

3. Discutir en grupo algunas situaciones concretas sobre problemas. 4. Indagar en hospitales oficiales y particulares la preparación que reciben

los pacientes para su descanso y sueño. 5. Verificar con los pacientes si duermen bien y si no, a qué lo atribuyen. 6. Indagar tipos de analgésicos empleados en las instituciones de salud y

efectos colaterales; enlistarlos. 7. Indagar sobre los fármacos sedantes más comúnmente usados para aliviar

dolores viscerales y musculoesquelético. 8. Discutir los resultados en el salón de clases e informar al grupo sobre la

actividad.

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Capítulo 12

Todo hombre tiene direcho a esperar que la sociedad respete su dignidad humana y le

permita mantener una vida de acuerdo a su dignidad.

S.S. JUAN PABLO N

NECESIDAD DE MOVIMIENTO Y EJERCICIO

( CONSIDERACIONES SOBRE LA MOVILIDAD DEL PACIENTE

1**1 movimiento es esencial en la vida del hombre. La pérdida de la movilidad disminuye la estima que la persona tiene de sí

misma; puede relacionarse con la incapacidad física del paciente o de personas discapacitadas que pierden la seguridad en sí mismos de manera que debemos ayudarles a superar sus problemas y, sobre todo, respetar su dignidad humana.

Si la persona posee la facultad de moverse, ésta es la mejor oportunidad que tiene para relacionarse con su ambiente y comunicarse con las demás personas.

La comunicación depende de las facultades motoras de hablar, escribir y de ejercer estas facultades y, además, de poder utilizar el lenguaje corporal.

La persona que debe guardar reposo en cama más de unos días o cuya movi-lidad se ve limitada por trabajo, edad, soledad, depresión, accidente, etcétera, requiere ejercitar las partes de su cuerpo que no están inmovilizadas por necesi-dad.

En la actualidad, algunos pacientes operados se levantan y caminan, con ayuda, unas horas después de la cirugía. Si tienen instalada una venoclisis o son-da de drenaje, la enfermera debe enseñar a pacientes y familiares, cómo mane-jarlas sin riesgo.

La ambulación temprana en el posparto, en pacientes operados y en enferme-dades agudas, ha tenido óptimos resultados en la prevención de complicaciones, así como en la pronta recuperación de los pacientes.

2 0 1

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202 NeccNÍdmlc,s pura la Kuporvlvonolft «l«*l honihic

La persona que 110 puede dejar la cama debe hacer ejercicio en ella, ya NtJftl con movimientos activos o pasivos en su arco de movimiento, según los t o l e r a ya que eso aumenta la eficacia del funcionamiento de todos los procesos corpo rales.

En la mayoría de las enfermedades, los pacientes deben iniciar el ejercicio casi inmediatamente después de la etapa de crisis.

La enfermera que atiende a pacientes que requieren varios días de cama, lie ne la responsabilidad, desde la etapa aguda, de planear los cuidados para eviini la degeneración de los músculos en desuso, así como evitar complicaciones quo puedan limitar la movilidad de la persona y así favorecer su pronta recuperación y el restablecimientos de su salud e integración a su vida activa.

El plan de cuidados se formula de acuerdo con las incapacidades específica', del individuo.

En cada caso, la tarea principal es fomentar la independencia máxima del pn ciente a lo largo de la etapa de su enfermedad; hacer que cada día recupere In confianza en sí mismo, valorando la salud como un bien.

En todo paciente deben valorarse los efectos incapacitantes de la enferme dad, con el fin de trazar un programa terapéutico para disminuir y eliminar- en lo posible cualquier efecto invalidante, precoz o tardío, leve o fuerte, físico o emocional.

La atención médica debe basarse en el reconocimiento de las necesidades humanas mediante la observación directa del paciente, y desarrollar un progra-ma terapéutico de las actividades esenciales de la vida de una persona: caminar, sentarse, levantarse, comer, vestirse, todo lo que pueda ejecutar por sí sólo, en cuáles actividades necesitará ayuda y cuáles es incapaz de realizar; el programa tendrá una meta: la independencia del paciente.

La persona puede poseer suficiente fuerza motriz y coordinación, y no obs-tante carecer de confianza en sí mismo.

Devolver al paciente el mayor grado de independencia y de respeto por sí mismo es parte del cuidado completo. Generalmente lá rehabilitación del pa-ciente hospitalizado puede empezar simultáneamente al tratamiento.

Hay dos maneras de considerar la rehabilitación: una consiste en restituir a pacientes incapacitados su utilidad óptima, desde el punto de vista físico, men-tal, social, profesional y económico; la otra, considerar el proceso de restaura-ción como parte del cuidado integral que debe proporcionar a toda persona.

Cuando un paciente sufre un trastorno motor, el médico y el fisioterapeuta valoran el grado de actividad muscular del enfermo y formulan el plan terapéuti-co. Para ello se usa: calor, frío, presión, luz, electricidad, ejercicios activos y pa-sivos, masajes, etcétera. Es un plan de reeducación en el cual el paciente tiene un papel activo.

Los fisioterapeutas tienen una preparación académica que les permite parti-cipar con éxito en los programas y planes de cuidado integral.

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NfOMidld ,,c m o v l m ) p n l o y ejercicio 203

l'iii ii plfliKUif ln ocupación p a r ^ a i 0 s pacientes se deben considerar: edad cro-iii.li>,<i( c lulclirdial, sexo, guslCo s > intereses,experiencias, prejuicios culturales, , niiilU'lán flllCft y cliHpOKiclón, ' " i l i n a c i ó n o actitud emocional.

I ti cnlfiiiui!» que se lia P ^ P ^ r a d o en cursos de rehabilitación física tiene la tipnilunIrinri dtt adquirir una gran variedad de habilidades de valoración de la ac-llvtilml muscular y de realizar M a s a j e s , ejercicios terapéuticos, radioterapia y i. flnoieraplo, entre otros

| ' AI ' I <)RRS O'»' ALTERAN LA FUN~ CIÓN MOTORA

• (,ii lesión de músculos, hueso articulaciones, nervios que inervan las estruc-turas mencionadas y a l te rac ión en la circulación que las nutre, afectan la ca-pacidad motora de diversas p a r t e s del cuerpo.

• I ,as enfermedades o p r o b l e m a congénitos afectan o deterioran la función mo-tora.

• Un esguince o fractura de un l i U eso , limita la movilidad de la región. • I ,a lesión ele la médula e s p i a ^ puede suprimir todos los movimientos debajo

de la lesión. • t Jn accidente cerebral suele d e t e n e r el riesgo sanguíneo de áreas motoras, con

pérdida de la función de un l a d o del cuerpo o deteriorarse la capacidad moto-ra para hablar.

• I j<is enfermedades graves de cualquier tipo disminuyen la fuerza y el tono mus-cular del paciente, el cual p u ^ j e e s t a r s e m i 0 completamente imposibilitado.

PROBLEMAS COMUNES EN EL C T J 1 D A D O D E PACIENTES

Entre los problemas comunes e n \ 0 s q u e j a enfermera debe ayudar, están las in-capacidades o limitaciones p a r a i e v a n t a r la cabeza, moverse por voluntad propia, en la cama, voltearse ae u n | a ( j 0 a otro; levantar la cadera estando acos-tados, usar el cómodo, sentarle, ponerse de pie o caminar y tomar objetos.

La enfermera desempeña u n p a p e i m u y importante en la rehabilitación del paciente si desde el principio tiene como meta ayudarle a mantener o recuperar su independencia, realizando i a s actividades comunes a la vida diaria, como son: respirar, comer, eliminar, dormir, moverse, vestirse, comunicarse satisfactoria-mente, etcétera.

La enfermera debe ser c a p a z de promover la participación total del paciente en su régimen higiénico diari0

Es de suma importancia procurar la seguridad del paciente, porque si no pue-de moverse bien, no podrá protegerse de los peligros ambientales.

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2 0 4 Noccflldadon puro la mipcrvl venóla del hombre

ASISTENCIA DE ENFERMERÍA

• Preparar un plan de cuidados para el paciente. • Informar en el expediente sobre el estado actual respecto a la capacidad moU¿

ra del paciente. • Conocer las restricciones de movilidad, como reposo en cama y prohibición

de ejercicios. • Verificar signos de aumento de la tensión muscular. • Observar movimientos de los músculos flácidos cuando el paciente rcall/,11

ejercicios pasivos. • Establecer prioridades de ayuda de los pacientes que no puedan moverse solo*

para efectuar las actividades diarias. • Programar el horario en que los pacientes deban voltearse o cambiar de posl

ción para evitar problemas de la piel.

Tomando firmemente el brazo del paciente y trasladándose con él mientras se sienta.

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• NcH'Mlilml «Ir movimiento y ejercicio 205

• I MI ayuda Inmediata a los pacicnlcs que necesitan el cómodo y orinal. « A» udlr oportunamente con los pacientes que necesiten levantarse, sentarse,

acornarse, pasar a la silla de ruedas, etcétera. • A Negurarse que los pacientes con problemas para satisfacer sus necesidades fi-

lo lógicas básicas, reciban la ayuda necesaria y oportuna. • l Unr de su juicio, para hacer la programación de sus actividades, aun cuando

algunas veces requiera suspenderlas para dar ayuda inmediata a quien lo soli-cite.

• Introducir las actividades de recreación y ejercicio, gradualmente, conforme aumentan las fuerzas y vuelve el interés.

• I vstimular y lograr la participación en grupo de pacientes deprimidos o hipoac-II vos.

( MIJKTIVOS DE LA ACCIÓN DE ENFERMERÍA

PARA EL RESTABLECIMIENTO DEL PACIENTE

• Restablecer, en cuanto sea posible, la fuerza y el tono de los músculos dañados. • Prevenir el deterioro de las capacidades funcionales del paciente y la limita-

ción de la movilidad.

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206 NoccJíflíIftclM |>uni lit mipci v¡veiicln ilrl liontt«<•

• Conservar o recuperar la independencia de las actividades de la vida dl.ii la ilu| paciente.

• Proporcionar el ejercicio adecuado dentro de las limitaciones y contrallan» ti ciones existentes.

• Evitar atrofia y favorecer un buen tono muscular mediante el ejercicio. • Favorecer el aumento de la circulación y su excreción. • Evitar formación de coágulos por estasis sanguínea. • Prevenir úlceras de decúbito, con degeneración de hueso, músculo y piel.

EVALUACIÓN

• ¿Elaboré el plan de cuidados del paciente con base en las indicaciones me dicas en el expediente y las necesidades del paciente?

• Efectué regularmente la movilización de los pacientes en relación con su* capacidades de movimiento?

• ¿Estimulé al paciente a progresar en su pronta recuperación? • ¿Puse toda mi atención en los movimientos realizados con el paciente, evl

tando toda distracción? • ¿Amplió mis conocimientos generales el ayudar que los pacientes resuelvan

sus problemas? • ¿Consigné, por escrito, en el expediente cualquier cambio observado en el

proceso de recuperación de la salud del paciente?

ACTIVIDADES

1. Indagar en libros de texto y de consulta, cómo puede la enfermera manejar o usar sus palancas, en la movilización del paciente.

2. Demostrar en el laboratorio de enfermería el uso de la mecánica corporal para ayudar a los pacientes a moverse en variedad de situaciones.

3. Efectuar junto con el paciente seleccionado, ejercicios de respiración y movimientos activos o pasivos para mantener el tono muscular, de miem-bros superiores e inferiores, así como tórax y pelvis.

4. Visitar en pequeños grupos, el departamento de fisioterapia y clínicas de rehabilitación para conocer los instrumentos de apoyo para la rehabilitaci ón y recuperación del movimiento de los pacientes.

5. Discutir e identificar en grupo en el salón, las actuaciones de Enfermería en el plan de cuidados diario y las que correspondan a personal especiali-zado y que deben ser referidos a esos servicios.

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Capítulo 13

La perfección de la naturaleza demuestra El supremo bien de la creación.

Cuidar, girar, proteger. ¡Qué enorme misión!

Cobra sentido la idea de quien nos creó a su imagen y semejanza.

RABINDRANATH TAGORE

NECESIDAD DE SEGURIDAD Y PROTECCIÓN

I UN necesidades de seguridad y protección incluyen las seguridades económica, ni el trabajo, emocional y espiritual; la protección personal y familiar, de peli-llos y desastres.

NHGURIDAD AMBIENTAL

I I ambiente es básico para el hombre como ser biológico. Hablamos de conta-minación de aire, ríos, agua, alimentos, etc., los cuales llevan al hombre a las Onlcrmedades adquiridas.

La responsabilidad de la enfermera sobre la seguridad ambiental ha ido en aumento, igual que en otras profesiones de la salud. La enfermería realiza inves-tigaciones sobre los factores ambientales que conllevan peligro para la salud en diferentes ámbitos de la comunidad, y se realizan acciones concretas a través de grupos o asociaciones para hacer que los diferentes ambientes comunitarios de tra-bajo sean cada día menos agresivos para la gente y lograr así una vida más sana.

Las diversas asociaciones y agrupaciones han expresado ya su preocupación, al referirse a la contaminación aérea, de ríos, lagos, playas; asimismo, de los riesgos en autopistas; de los suministros de alimentos, agua, leche, fármacos, cosméticos; y la presencia de plagas de insectos que transmiten enfermedades.

207

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208 NCITNIIIIMII". I'HIU lit Niipri v l v n u i n del lutniliir

Los ecólogos han solicitado a las autoridades que realicen programas y ( ciones a fin de eliminar los peligros ambientales para la salud.

La enfermería, en conjunción con la comunidad organizada, ha trabajado l»n identificar sus problemas de contaminación ambiental y reducirlos, o bien, elittll narlos.

En los cursos de enfermería de salud comunitaria, la estudiante se eoncil'nll za de los peligros ambientales de la comunidad y desarrolla habilidades )MIII identificar y realizar las acciones de enfermería para la protección de la sepiall dad de la persona, la familia y la comunidad.

Problemas comunes que disminuyen la seguridad ambiental

• Accidentes. Los tipos más comunes de accidentes que ocurren en casa, el luí bajo, la escuela, hospitales, etcétera, se deben a caídas y otras lesiones con objetos mecánicos del ambiente.

• Incendios y otros tipos de lesiones térmicas. • Lesiones químicas.

En instituciones de salud existen tres grupos de personas que pueden consi-derarse están bajo problemas de seguridad:

• Los pacientes, dada su condición, que requieren protección adicional. • El personal que por la naturaleza de su trabajo es vulnerable a diversas inl'ec-

Se presenta distención o torcedura de espalda por manejo incorrecto.

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Nn inidmlrM <!<• i f i i m U I y |>r«Mcc« <%H 2 0 9

Las lesiones accidentales también se dan por levantar a pacientes en forma incorrecta.

dones y lesiones accidentales; distensión o torceduras de la espalda por ma-nejo incorrecto de sus palancas y levantar a pacientes pesados en forma inco-rrecta.

• Los procedimientos diagnósticos suelen ser peligrosos para las enfemeras o personal, debido a posibles lesiones químicas y mecánicas.

• Existe el riesgo constante de incendios. La seguridad es importante para todos, en especial para los enfermos.

Prevención de accidentes en el ambiente hospitalario

• Prever e identificar accidentes mecánicos como: caída de cama, de silla, al ca-minar, entrada y salida de la tina de baño.

• Evitar situaciones peligrosas colocando avisos en los sitios en que el piso está húmedo y resbaloso.

® Retirar todo aquello con que puedan tropezar, como banquillos, cordones eléctricos, equipo que se deja en el piso, entre otros.

Page 207: fundamentos enfermeria

Necesidades para la supervivencia del h o m bre

ordenar la unidad, poner los objetos de uso cerca del paciente. • ^ pner correctamente los frenos a la camilla y silla de ruedas cuando el pacien-• la use.

Miminar frascos rotos de vidrio, hojas de afeitar, e intrumentos de fdo, en-• Sueltos en periódico, y en bolsas especiales.

v 'p caso de accidente, dar aviso inmediato. . F

positivos de seguridad p i /

X la seguridad del paciente, las instituciones cuentan Con dispositivos especí-Ptó'e, para diversas situaciones, que deben seleccionar^ para cada persona de f i e r r a que su uso no implique peligro alguno: b a r a n d a dc ia cama, para im-

que el paciente se caiga, marcos, soportes, chalec0s de seguridad y cintu-pe<J ,s para la inmovilización cómoda del enfermo y para evitar que caiga de la ron^ ^ ruedas; el cinturón de Posey permite gira r en la cama sin caer; s i l \p ianos para evitar lesiones por caídas; andador, con\0 a p 0 y 0 y seguridad pa-past r sonas que deben deambular por los pasillos. r a f y a prevención de accidentes con sustancias químicas se basa, principal-

'te, en el conocimiento y práctica de las normas y re g i a s especiales para evi-rne^jTores. t¿m ^ o s accidentes por lesiones térmicas se evitarán n\ediante el control y re-

4n periódica, por el personal de mantenimiento, de aparatos y dispositivos v i s í t e o s y o t r a s f u e n t e s -e l é ^ o s incendios pueden prevenirse mediante el control y vigilancia de materia-

combustibles y calor. Como punto esencial se pres^n t a la educación de pa-les, ^s , personal y público, de medidas de seguridad c o ^ o :

Letreros en ciertas áreas visibles sobre la prohibición de fumar. Almacenamiento y distribución adecuada de líqui(Jos volátiles. Adiestramiento para el uso de extinguidores. Adiestramiento al personal para el traslado de pac i e n t e s ambulatorios y en-camados a un sitio seguro

£TACIÓN DE LA CAPACIDAD SENSORIAL

pmbre se relaciona con su ambiente a través de sus sentidos. Las facultades 0 ^ r ía les de ver, oír, oler, gustar y tocar le permiten c o n o c e r \0 q u c s u c c t | c on s e n a d o exterior y comunicarse con otras personas. e l r ^ e ha reconocido que la estimulación sensorial es n n a necesidad bílsiea del

'pre para sobrevivir, ya que es esencial recibir e intevprotíU los con precisión botv

es un proceso complejo que se origina en los cinco sentidos: vista olfativo E ^ i l i v o , auditivo y táctil, g.isl'

Page 208: fundamentos enfermeria

Necesidades de seguridad y protección 2 1 1

La persona que ha perdido uno de sus sentidos está incapacitada, y debe cap-tar mayores estímulos de otras fuentes para compensarlo. Un ciego desarrollará mayor sensibilidad en sus dedos, lo que le permite leer en sistema Braile; apren-de también a diferenciar los sonidos con mayor precisión que los videntes. Las personas sordas aprender a leer en los labios de quien les habla, los sordomudos aprenden a comunicarse con señas, y desarrollan más el sentido de la vista para Interpretar la comunicación no verbal.

Si se afecta el habla, la persona debe escribir sus mensajes o depender de medios no verbales; la estimulación de las papilas gustativas influye en el apeti-to, el cual no recibe estímulo de la vista y el olfato cuando éstos se han perdido. Por lo tanto, si se pierde el gusto, disminuye el apetito y quizá no ingiera los nu-trientes que deben cubrir las necesidades nutricionales.

La pérdida del olfato limita la relación con el ambiente: el olor de las llores, tic la brisa, de alimentos y bebidas aromáticas y una desventaja mayor: no poder distinguir y diferenciar olores como el humo o gíis para advertir un peligro.

Por lo tanto, cuando una persona pierde el sentido del tacto en alguna parte de su cuerpo, es incapaz de notar cuándo se lesiona los tejidos. La pérdida de este sentido afecta la capacidad para percibir él dolor, el calor, el frío y la pre-sión. Una persona sin sentido del tacto no puede relacionarse por contacto con objetos o seres humanos respecto al área afectada.

Los principales factores que afectan el funcionamiento sensorial son: los am-bientales y los biológicos.

Los órganos de los sentidos, sus músculos, nervios y riego sanguíneo deben permanecer intactos para que la estimulación sea la correcta.

I .as alteraciones sensoriales más comunes son: supresión, sobrecarga y défi-cit sensorial.

I /t\ supresión sensorial es la falla o alteración de los impulsos que se transmi-ten en los órganos de los sentidos a los centros reflejos del cerebro; sobrecarga sensorial significa un bombardeo de estímulos que recibe la persona a la vez; y déficit sensorial es una falta o deficiencia de una de las facultades sensoriales.

L1 deterioro sensorial puede ser parcial o total. En cualquiera de los casos, se verán afectadas sus relaciones sociales, y su percepción sensorial deformada puede constituir un peligro potencial. Una persona con alteraciones de la vista puede caer; una que no oye, no puede escuchar la bocina de los vehículos cuan-do cruza la calle.

I ,as enfermedades que afectan los procesos mentales o lesionan el cerebro en M pueden alterar la función sensorial. Una temperatura muy alta puede causar alucinaciones visuales o auditivas: también pueden afectarse otros sentidos: el olíalo y el tacto,

Con frecuencia, después de un accidente cercbrovascular ve presenta paráli-sis, con o sin alteración del liahla y del oído,

l n personas con pinhlnnus del i oni/ón, se deteriora la cln'«ilación general y

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No i -<1<I11<I< h prtlu lo n i |« i vl\<'ii< in tlcl I tninlt i i1

puede haber disminución del riego sanguíneo cerebral, con trastornos do las lint ciones sensoriales por la falta de oxigenación a los tejidos cerebrales, I I gi.ulu de conciencia de la persona afecta su capacidad para recibir estímulos sensoria les y procesarlos.

Los fármacos que deprimen el sistema nervioso central producen las l ímelo nes sensoriales. Los alucinógenos y el LSD causan alucinaciones. Otros frtrmB eos de uso común pueden producir trastornos de la función sensorial, como vi-sión borrosa o zumbido de oídos, éstos como efectos secundarios específicos.

El estado emocional de la persona también puede afectar sus facultades sen-soriales.

En la adolescencia, el crecimiento cesa y se estabilizan las facultades sen,so* ríales. Al envejecer, la persona disminuye la función sensorial, y se necesita ma-yor estimulación para despertar el apetito; también disminuye la agudeza visual, ésta se deteriora por cataratas o degeneración de la retina; además, el oído tiende a perder su capacidad de escuchar.

En la vejez el estímulo y la respuesta son más lentos, por lo que la percepción Profunda y el sentido de posición disminuyen

Por lo tanto, el anciano tiene mayor riesgo de caídas. La enfermera debe conocer cuál es el estado usual y actitud del paciente en

dación con sus capacidades sensoriales; debe tener información sobre los pro-Memas de salud del paciente y el plan de tratamiento. Con esta información le será más fácil identificar los problemas o déficit sensoriales que hayan ocurrido, pasados y recientes.

ASISTENCIA DE ENFERMERÍA

• Reconocer los problemas reales o posibles de la función sensorial del paciente. • Proporcionar al paciente una adecuada estimulación sensorial. • Prevenir la deformación sensorial en los pacientes. • Verificar la alteración de la percepción sensorial del paciente causada por da

ños del tejido cerebral. • En personas ancianas, identificar la disminución que han sufrido en su función

sensorial. • Dar a cada paciente los estímulos adecuados a sus necesidades sensoriales:

ver, oír, oler, gustar y tocar. • Planear los cuidados específicos que cada paciente requiere para dar una aten

ción segura, libre de riesgos mayores. • Asegurar la ingestión de líquidos y alimentos con los nutrientes requeridos,

especialmente de proteínas. • Orientar al paciente y al familiar, sobre actividades que pueden desarrollar y

acerca de la prevención de accidentes por incapacidad sensorial respectiva.

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NtH!0Nl(lluli * • I• " nurhlrtil y |iriMon'lrtii

• 111 indar ln asistencia oporinna requerida, en relación con las llmlInclonoM y nucsldadcs fisiológicas.

• i'ioleger al paciente de caídas y traumatismos, mediante una CKtrecha vljil-límela y el uso de banderillas u otros aditamentos.

T VALUACIÓN

• /(Dusqu6 información suficiente sobre el estado actual del paciente antes de elaborar el plan de cuidados?

• /,('omprendí el estado emocional del paciente y le ofrecí los estímulos para su bienestar?

• /.Verifiqué la respuesta del paciente? • /.Consideré que en las limitaciones e incapacidades sensoriales, la enlenne

ra es la maestra y amiga que educa y ayuda? • /.Anoté la información en el expediente, sobre todo lo observado, < ainblos

fisiológicos y emocionales de progreso o retroceso?

A< T I V I D A D E S

I Elaborar una guía de observación para pacientes con limitación del I un cionamiento sensorial. Visitar un asilo de ancianos y hacer la observación de una o dos persona^ durante la jornada matutina o vespertina y discretamente tomar nota de lo observado. Llevar al salón los resultados de observación para informar al grupo sobre su experiencia en el asilo.

4. Entregar por escrito una historia simplificada del paciente observado: nombre, edad, sexo, gustos, ocupación anterior, motivaciones que propicia la institución, estado actual, etcétera.

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PARTE V I I

NECESIDADES BÁSICAS DEL HOMBRE

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Capítulo 14

El saber, si no está acompañado de piedad, estará muerto en sí mismo.

RABINDRANATII TAGORE

N E C E S I D A D D E OXÍGENO

F U N C I Ó N R E S P I R A T O R I A

Entre las necesidades fisiológicas del individuo, la de oxígeno es la más impor-tante.

Éste y el alimento son indispensables para cada una de las células del cuer-po, para que se realicen dentro de ellas los procesos químicos del metabolismo y puedan mantener las funciones del organismo.

Normalmente, el oxígeno lo toma el cuerpo del aire que respira. Cuando una persona tiene dificultad para satisfacer su necesidad de este elemento, de inme-diato lo nota, su respiración se ve afectada en frecuencia y profundidad, y mues-tra gran ansiedad.

En el proceso respiratorio normal intervienen cinco factores:

1. Disponibilidad de oxígeno en cantidad y calidad adecuada. El aire a nivel del mar contiene 20% de oxígeno y 0.04% de dióxido de carbono; esta concentración es la más adecuada para la respiración normal.

2. Mecanismos que regulan el proceso respiratorio. El mecanismo principal de control es el centro respiratorio, localizado en el bulbo raquídeo, que incluye los centros inspiratorio y expiratorio.

3. El paso del aire de la atmósfera a los alveolos pulmonares y de ellos a la atmósfera, el intercambio de gases de los alveolos pulmonares y el regre-so posterior del aire a la atmósfera se denomina en conjunto ventilación.

4. Difusión del oxígeno y el dióxido de carbono entre los alveolos y la san-gre y ésta a las células de los tejidos.

217

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218 Nccofli<lft(le« biiiíci»* del hombro

5. Transporte de oxígeno a las células y eliminación del dióxido de cnibonu de las mismas por el torrente sanguíneo.

Cualquier situación que afecte a cada uno de los cinco componentes <l< I proceso fisiológico de la respiración, afecta por consiguiente la función rOHplI ratoria.

La incapacidad para obtener oxígeno y controlar una función básica par» lli vida puede causar gran temor. Es esencial atender de inmediato esta neces iM para calmar la ansiedad y evitar que se agudice el problema, ya que ante todo, ON preciso conservar la vida.

La oxigenoterapia se emplea cuando existe una interferencia directa o indi-recta en la oxigenación normal de los tejidos. Las células del cerebro requieren oxigenación constante; si el aporte de oxígeno a las células cerebrales se inlo« rrumpe de cinco a siete minutos, se presentan cambios irreversibles en las mi* mas.

El oxígeno se emplea fundamentalmente para combatir la anoxia o falta é oxígeno, que se presenta en determinados padecimientos del aparato respiratorlu y del cardiovascular.

La enfermera debe permanecer alerta para observar los signos de la falta de oxígeno y consignarlos. Los signos de anoxia que debe valorar son: aumento de las pulsaciones, respiración superficial y rápida, ocasionalmente cianosis e in quietud en aumento, cefalea, dolor precordial y temblor muscular.

La oxigenoterapia es muy útil a los pacientes con insuficiencia cardiaca, con disminución del flujo de sangre arterial a los pulmones y en pacientes con edemn pulmonar. Cuando ha disminuido el número de glóbulos rojos, o su contenido en hemoglobina, existe una necesidad de oxígeno en la sangre.

La administración de oxígeno en la anoxemia hace que ésta disminuya o de saparezca por completo, que la frecuencia y caracteres de la respiración se apro-ximen a lo normal, o bien, se normalicen; como consecuencia de ello se produce disminución de los latidos cardiacos, puede bajar la temperatura en los pacienten febriles y se mejora el estado de angustia y ansiedad.

A mayor concentración de oxígeno durante el tratamiento, la supresión de éste debe hacerse en forma gradual. Durante el proceso de la supresión gradual de oxígeno, la enfermera vigilará constantemente las frecuencias del pulso y res-piración.

Si no aumenta la frecuencia del pulso ni la respiración al disminuir la con-centración de oxígeno, puede asegurarse que la condición general del paciente es satisfactoria.

La prescripción y administración del oxígeno se dosifican a cada paciente en forma específica.

La enfermera debe vigilar los signos de insuficiencia respiratoria inminente que incluyen: respiración rápida, superficial, pulso filiforme rápido, temor, in-

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NCCI'NKIIUII'N (lo oxítono

(|iiictud y confusión; además de comprobar que las vías respiratorias estén des-pejadas.

La permeabilidad de las vías respiratorias es esencial para la respiración ade-cuada. La aspiración, la posición y la tos son medidas para mantenerlas permea-bles, se hace para eliminar moco y otras secreciones de las vías respiratorias altas.

En pacientes inconscientes es necesario dar posición de Sims, sin almohada, con la mandíbula extendida hacia adelante y arriba, para permitir el drenaje de líquidos de la boca y evitar la caída de la lengua hacia atrás.

En enfermos conscientes, la posición de Fowler ayuda a expectorar el esputo por expansión máxima del tórax.

La tos es un medio para eliminar secreciones y material extraño. Para la apli-cación de oxígeno es esencial que las vías respiratorias sean permeables. El ob-jeto de la aspiración de la garganta es ayudar al paciente a que despeje sus vías respiratorias: nariz, boca y faringe, eliminando así las secreciones.

OXIGENOTERAPIA

Operación que se realiza para proporcionar oxígeno al paciente con insuficien-cia respiratoria.

Objetivo

Reconocer los problemas respiratorios del paciente para dar atención de enfer-mería en forma segura y eficaz, mediante la aplicación de una concentración te-rapéutica de oxígeno, ya que el oxígeno es esencial para la vida.

Equipo

Catéter nasal (horquilla nasal) humedificador, taijeta (aviso) "No fumar".

Método 1. Retirar los aparatos eléctricos y poner aviso de "No fumar".

Principio: el oxígeno mantiene la combustión. 2. Preparar físicamente al paciente en posición de Fowler. 3. Poner agua destilada en el humidificador hasta el nivel marcado o a la mi-

tad del frasco. Principio: Humedecer el oxígeno evita resequedad e irritación de las mu-cosas de nariz y garganta.

4. Conectar el catéter a la fuente de oxígeno. 5. Asear las narinas del paciente.

Principio: Las vías respiratorias están cubiertas de epitelio que secreta moco.

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220 NoCMldudofl ItitairiiN del linniliir

6. Abrir la llave de la fuente de oxígeno y regular el flujo de acuerdo < un prescripción médica. Principio: Una excesiva cantidad de oxígeno puede irritar la mucosa, ;

7. Colocar el catéter nasal de modo que los dispositivos queden dentro llfl las fosas nasales y ajustarlo alrededor de la cabeza del paciente. Principio: La falta de oxígeno por periodos prolongados puede causar <i < ño cerebral irreparable.

Aplicación de oxígeno.

8. Fijar el catéter al colchón, cerciorándose de que no quede doblado. 9. Anotar en la hoja de la enfermera: hora en que se instaló o retiró el oxíge-

no, litros por minuto, reacciones del paciente y las observaciones hechas por la enfermera. Principio: La capacidad del cuerpo para satisfacer sus necesidades de oxí-geno depende del adecuado funcionamiento de los sistemas cardiovascu-lar y respiratorio.

10. Una vez que se ha suspendido la administración, dejar el equipo limpio y en su lugar.

El oxígeno puede administrarse por mascarilla, inhalador y catéter. Indepen-dientemente del método seleccionado, el aparato humidificador debe conectarse a una fuente de oxígeno, bien sea una toma del sistema conductor de oxígeno o un tanque individual en el hogar.

Page 218: fundamentos enfermeria

NoítnIiIiuIcn tic oxígeno 221

I» did.iN (l« control y .Ne^iii-idad

No ¡iliiHlJir demasiado el catéler, para evilar lesiones en la piel y mucosas. I iiiiiblur el catéter cuantas veces sea necesario, para evitar obstrucción por se-iiroeión. Mtuilenor venülada.la habitación del paciente. I'oncr en un lugar estratégico el letrero de "No fumar". Preparar psicológicamente al paciente y familiares; al preparar al paciente dis-minuye su angustia y ansiedad, al no poder respirar, y colabora en su Untamiento; la familia también disminuye su preocupación de sentirse impo-lAIlte al no poder brindar ayuda.

• Asegurarse de que el paciente tenga un suministro adecuado de oxígeno. 1 «educir la ansiedad o angustia al mínimo. • l omar las medidas necesarias para conservar la temperatura corporal. • l'vitar la tensión emocional del paciente.

I {VALUACIÓN

• ¿Verifiqué los latidos cardiacos, temperatura y respiración del paciente? • ¿Observé el estado de ansiedad del paciente y proporcioné alivio a su an-

gustia? • ¿Verifiqué durante el tratamiento la concentración de oxígeno? • ¿Realicé en forma gradual tanto en reducción del tiempo de aplicación co-

mo concentración la supresión del oxígeno? • ¿Hice las anotaciones correspondientes en el expediente del paciente?

ASPIRACIÓN DE SECRECIONES POR BOCA Y NARINAS

Extracción de mucosas de las vías aéreas superiores con una sonda de caucho o de polietileno insertado al aspirador eléctrico.

Objetivos

1. Mantener las vías aéreas altas libres de secreciones para facilitar el intercam-bio de gases, mitigando la ansiedad del paciente.

2. Prevenir infecciones y complicaciones al paciente. 3. Extraer una muestra de secreciones con fines diagnósticos.

Page 219: fundamentos enfermeria

2 2 2 NQUMÍ(IA(1OII HÍTALCN* ilt«l ILUMINE

Equipo

Aspirador portátil o red central; charola con: sonda de aspiración, según ln cilittjl del paciente, número 14 a 18 (en niños 8 a 12); frasco con solución llslalójjlt n| gasas de 7.5 x 5 cm y recipiente para material usado; guantes.

Método

1. Probar la funcionalidad del aparato. 2. Adaptar la sonda. 3. Colocar al paciente en posición semi-Fowler, o la que facilite la asplflfl

ción, pidiendo al paciente su colaboración (si es factible). 4. Poner el guante derecho y encender el aspirador con la mano izquierda. 5. Sujetar la cabeza del paciente con la mano izquierda y con la mano deir

cha mojar la punta de la sonda ocluida e introducir 5 cm en la narina dislal. Principio: la humedad reduce la fricción y facilita la inserción.

6. Aspirar las secreciones con movimientos giratorios. No más de 15 segun-dos a la vez y retirarla suavemente con movimientos rotatorios.

7. Limpiar la sonda con una gasa y aspirar en la solución fisiológica, para mantenerla permeable. Principio: mantener la sonda permeable evita obstrucción de la vía y au-mento de hipoxia.

8. Dejar un periodo de reposo de dos minutos. 9. Introducir la sonda húmeda en la narina proximal y aspirar con suavidad,

igual como se hizo en narina distal. 10. Introducir la sonda a la orofaringe y aspirar de la misma forma; ayudar al

paciente a expulsar secreciones si es necesario. Principio: el contacto de algún cuerpo extraño en la orofaringe estimula el reflejo tusígeno o nauseoso.

11. Limpiar la sonda con gasa, aspirar la solución fisiológica y apagar el aspi-rador.

12. Dar posición prescrita al paciente y aplicar el oxígeno si es necesario. 13. Lavar la sonda de nelatón, para su esterilización, depositar la sonda de po-

lietileno en el cesto de desechos. Principio: la esterilización destruye los microorganismos.

14. Dejar el aspirador limpio y en su lugar.

Medidas de control y seguridad

• Aspirar secreciones cuando éstas sean audibles. • Evitar que la aspiración sea prolongada (no más de 15 segundos a la vez). • Aspirar inmediatamente después de efectuada la terapia pulmonar.

i

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N0QMÍ(1R<Ic"I ilo tmíumut 2 2 3

| I ' Huí din poMlelón de Trendelemburg al paciente cardiópata. i vlitii iiHplrnr a pacientes en el postoperatorio de amigdalectomía.

I A i |iiiiu sólo por comisura labial a niños en el postoperatorio de amigdalecto-toíit

I Al.II ACIÓN

• ¿( )hservé la reacción del paciente durante la aspiración? • ¿Previne cualquier situación (vómito, tos por estímulo, faringe), para auxi-

liar al paciente? • ¿< )bservó las secreciones extraídas, su cantidad, consistencia, color y olor? • ¿Realicé las maniobras con cuidado y seguridad, evitando lesionar la mu-

cosa? • ¿Hice las anotaciones en el expediente del paciente: fecha del tratamiento,

hora, observaciones, y firmé?

NHBULIZACIÓN

('onversión de un líquido en partículas finísimas que forman niebla y que se utili-zan para la aplicación de algún fármaco por medio del nebulizador, con mascari-lla.

< )l>jetivo

Proporcionar al paciente un ambiente húmedo con o sin medicamento, para fa-vorecer la fluidificación de secreciones y ayudarle a expectorar.

lüquipo

Mascarilla, medicamento, jeringa, riñón y pañuelos desechables.

Método

1. Explicar al pacient el tratamiento y cómo debe colaborar. 2. Instalar el nebulizador a la fuente de oxígeno y probar su funcionamiento.

Lavarse las manos. 3. Adicionar los fármacos indicados en el humidificador.

Principio: la humedad contribuye a fluidifear las secreciones, para que el pa-ciente pueda expectorar.

4. Dar al paciente posición de Fowler.

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2 2 4 NCICNKIIKICI IUIMI N- (LI<L IIIIIIIIHI

5. Aspirar secreciones conforme al método descrito con anterioridad. 6. Adaptar la mascarilla a la cara del paciente, cubriendo nariz y boca, para <|ii

el ajuste sea hermético; fijar la correa alrededor de la cabeza. 7. Verificar el flujo de oxígeno (6 a 8 litros por minuto). 8. Proporcionar al paciente un rifión para que expectore. 9. Suspender la nebulización a 15 o 20 minutos y repetir durante el día SCHOM

indicación médica.

Medidas de control y seguridad

• El tratamiento deberá administrarlo y vigilarlo la enfermera con conocimiento y habilidad en el uso del equipo.

• Para mantener el nivel de humedad, se deben conservar cerradas puertas y ventanas.

• Valorar signos de la eficacia del tratamiento. • Descubrir signos evidentes de que el paciente requiere del tratamiento.

TERAPIA PULMONAR

Tratamiento mediante cambios de posición, percusión, vibración del tórax y ejercicios respiratorios.

Objetivo

Eavorecer el drenaje de las secreciones de vías respiratorias, para evitar compli-caciones pulmonares.

Equipo y material

Almohada, charola con: riñon, vaso y popote, gasa de 7.5 x 5 cm (equipo de as-piración) y recipiente para desechos.

Artículos personales del paciente: cepillo de dientes y dentífrico, y pañuelos desechables.

Método

1. Explicar al paciente el tratamiento y solicitar su colaboración. 2. Dar al paciente posición en decúbito lateral o ventral, con apoyo en almohadas. 3. Elevar la pelvis del paciente con la cremallera y/o almohada. 4. Proporcionar al paciente pañuelos desechables y dejar el riñon al alcance de

la mano. 5. Pedir al paciente que inspire lentamente por la nariz y espire por la boca du-

rante el tratamiento.

Page 222: fundamentos enfermeria

NL 'tl'Mlllull'A ( lf OJIÍgOIIO 2 2 b

h l'lcciiijir puno percusión y vibración a la cavidad toráxica durante 15 minu-tos, pedirle que losa dos o tres minutos y expectore en el riñón.

7 Aspirar secreciones. N Al terminar el tratamiento, dar posición indicada al pacient, y verificar aseo

bucal.

Medidas de control y seguridad

• Informarse prioritariamente de la zona que debe ser drenada. • l vitar dar el tratamiento después de que el paciente haya tomado alimentos. • Aflojar la ropa del paciente antes de iniciar el procedimiento. • No prolongar el tiempo de aspiración. • Verificar el funcionamiento correcto del aspirador. • No prolongar el tiempo de las posiciones porque resultan estresantes para el

paciente. • I ívitar que la cabeza quede más baja que el resto del cuerpo.

EVALUACIÓN

• ¿Solicité al paciente su colaboración en el tratamiento? • ¿Verifiqué que el medicamento y ílujo de oxígeno fuera el prescrito? • ¿Hice la preparación física de la unidad antes y después del tratamiento? • ¿Observé la reacción del paciente al tratamiento después de cada nebuliza

ción? • ¿Hice el registro correspondiente en el expediente del paciente?

Page 223: fundamentos enfermeria

226 NeCl'Nlllwlt'N ItAsll II* <l(<l Ilumine

ACTIVIDADES

1. Consultar bibliografía sobre la necesidad de oxígeno en difcreillOt ti-pos de padecimientos, para discutir los aspectos y síntomas a coiMldi» rar por la enfermera en la valoración de la necesidad de oxígeno del paciente.

2. Describir las intervenciones factibles de enfermería en un paciente qrn» presenta anoxia.

3. Explicar el funcionamiento y cuidados que deben tenerse con el apaia to para oxigenación.

4. Consultar bibliografía pertinente al tema. 5. Conocer el aspirador portátil y su manejo. 6. Conocer el manómetro fijo a la red central y su manejo. 7. Discutir en grupo, situaciones previsibles y prevenibles. 8. Indagar las posibles infecciones causadas por secreciones nasofarin

geas no aspiradas. 9. Indagar que posibles complicaciones pueden presentarse por acumula

ción de secreciones en pacientes en el postoperatorio. 10. Consultar bibliografía referente al tema. 11. Elaborar un informe de lo consultado, con los aspectos considerados

útiles e imprescindibles en la asistencia de enfermería a pacientes con necesidad de expulsión de secreciones.

12. Usar disimuladores, para realizar terapia pulmonar efectuando corree tamente todos los pasos.

Page 224: fundamentos enfermeria

Capítulo 15

El mayor bien se encuentra en la felicidad de las cosas más sencillas de-la vida.

RABINDRANATH TAGORIÍ

N E C E S I D A D D E ALIMENTACIÓN

IMPORTANCIA DE LOS NUTRIENTES

i Los nulrientes son sustancias químicas que se encuentran en los alimentos: hi-dratos de carbono, proteínas, grasas, minerales, vitaminas y agua.

Los hidratos de carbono y las grasas son utilizadas por el cuerpo, principal-mente como fuente de energía; las proteínas tienen como principal función la construcción y reposición de tejidos corporales.

I .as vitaminas son necesarias para el crecimiento, la conservación y repara-ción de los tejidos y la regulación de los procesos orgánicos; los minerales Son elementos necesarios para que el cuerpo forme y conserve huesos, dientes y otros sistemas corporales.

La buena salud depende de varios factores: alimentación, higiene, ejercicio, herencia, hábitos, clima, etcétera, de los cuales la alimentación es el más impor-lante.

Una alimentación incorrecta tiene alguna relación con ciertas enfermedades como la diabetes, anemia, trastornos cardiacos, caries dentales, raquitismo y pe-lagra entre otras. El alimento es el combustible con el que funciona el cuerpo. Es necesario para el crecimiento, para la conservación de huesos y tejidos y para regular los procesos corporales.

Los requerimientos nutricionales se consideran en términos de nutrientes es-pecíficos y necesidades de energía, las cuales se expresan en calorías.

El gasto calórico varía de un individuo a otro en relación con la edad, sexo, ta-lla, actividad diaria y secreciones de las glándulas endocrinas. Se determinan por el gasto metabólico basal, el cual representa el requerimiento energético del cuerpo en

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228 Nocefl idmlc* lilbtlcMN«I»-1 hi ini l in

reposo, es decir, el trabajo interno del organismo determinado por (alia, nlml v sexo, agregando los requerimientos por la actividad diana y trabajo musculai

Los alimentos como fuente de nutrientes son de gran importancia. La enfermera necesita conocer los factores que afectan el estado nulriciOIDl

del paciente. El expediente incluye, generalmente, datos sobre su salud y problü mas actuales. Esta información le ayudará a planear y a buscar la forma de 8UÜÍ facer esta necesidad, mediante la dieta normal del hospital o por otros medloí», en caso necesario. Debe estar capacitada para ayudar al paciente, familia y co-munidad a desarrollar y conservar buenos hábitos dietéticos.

El estado nutricional correcto depende de:

• Cubrir las necesidades energéticas. • Ingerir los alimentos con los nutrientes requeridos y la eficacia de los pro-

cesos del organismo para absorber, almacenar, utilizar y escretar los desc chos.

Entre los factores comunes que afectan el estado nutricional están los econó-micos, físicos y psico-sociales.

La pobreza impide que las personas obtengan el alimento suficiente para sa-tisfacer sus necesidades nutricionales. Si la salud general está afectada o hay le -sión en la mucosa bucal o en las encías o hay deterioro dental, la ingestión de alimentos es inadecuada. El estado emocional también puede afectar la nutri-ción.

Los procesos patológicos, los problemas congénitos o lesiones del aparato digestivo pueden causar problemas nutricionales.

El paciente puede perder el apetito, tener intolerancia a líquidos y alimentos o quizá no los aproveche por vómito o diarrea. Esto implica la restitución de lí-quidos y nutrientes como parte importantísima de los cuidados terapéuticos.

La dieta terapéutica tiene como objetivo satisfacer la necesidad de alimenta-ción del paciente, la cual puede ser asistida o, en casos específicos, suministrada por sonda nasogástrica.

En su práctica diaria, la enfermera tiene que enfrentar diversos problemas, siendo los más comunes la dispepsia o indigestión. La que se caracteriza por do-lor y molestia en el epigastrio suele acompañarse de eructos y flatulencia, por la incapacidad o dificultad del cuerpo para procesar los alimentos que ingiere.

M E D I D A S P R E V E N T I V A S D E A N O R E X I A , N Á U S E A Y V Ó M I T O

La anorexia o pérdida del apetito, la náusea y el vómito son otras alteraciones del tubo gastrointestinal superior. Para que la prevención de estos trastornos sea realmente adecuada, se debe considerar al enfermo y su ambiente. Los olores,

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NcHTÍfllililí lie llllllll'MllK lull 2 2 9

liih escenas ncgnlivas y ruidos desagradables pueden contribuir a la anorexia, la ti A UNCU o el vómito.

I ln ambiente limpio y agradable estimula el apetito y previene la náusea y el vómito.

I ' I aseo personal es de suma importancia en personas con anorexia o con ten-dencia a las náuseas.

Si el paciente come estando en cama, la enfermera puede proporcionarle una mesa limpia, mantener el recipiente o riñón para emesis fuera de su vista, o de-jarlo al alcance de la mano, si el paciente se siente más seguro.

Para eliminar los aromas repugnantes, es importante que la habitación esté ventilada y quizás usar algún desodorante discreto. El vómito se tira de inmedia-to, después de observar sus características, para notificarlo en seguida en el ex-pediente.

Entre las medidas preventivas, se incluye el uso de tónicos o de antieméticos que mejoran el apetito; se administrarn de 20 a 30 minutos antes de las comidas, una o dos veces al día.

Estas drogas pueden producir cierta somnolencia como efecto secundario.

Principios

1. La ingestión de nutrientes esenciales y alimentos energéticos son indispensa-bles para tener una buena salud.

2. La pérdida de alimentos y líquidos por el vómito pueden alterar en grado im-portante el estado nutricional y el equilibrio de líquidos y electrolitos del or-ganismo.

3. Las necesidades nutricionales dependen de la edad, sexo, talla, tipo de activi-dad muscular diaria, secreciones de las glándulas endocrinas y estado de sa-lud del individuo.

4. Las necesidades nutritivas suelen alterarse durante la enfermedad. 5. Las creencias culturales, religiosas y morales influyen en los hábitos alimen-

ticios.

ATENCIÓN AL PACIENTE CON NÁUSEAS Y VÓMITO

Objetivo

Auxiliar al paciente con vómito y prevenir complicaciones por broncoaspira-ción. Equipo y material

Charola con: riñón, vaso con agua y popote, pañuelos desechables, cepillo y dentífrico.

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2 3 0 NOCCNÍIIIMIPN IIANICIIN del I lumine

Método

1. Dar al paciente posición de decúbito lateral o Fowler. 2. Proporcionarle el riñón y pañuelos. 3. Prestar la ayuda requerida y tranquilizar al paciente durante el vómito, 4. Retirar el riñón y observar el contenido, cantidad, color, olor, aspecto, huí

frecuencia y forma de presentación. 5. Proporcionar vaso con agua, cepillo y dentífrico al paciente para que se Q

juague y lave la boca si está consciente.

Medidas de control y seguridad

• Ayudar a quien vomita, sosteniendo el riñón debajo de la barbilla y sostenien do la cabeza y los hombros.

• Colocar al paciente de costado, si es posible o voltear la cabeza de lado. • Permanecer con el paciente mientras vomita. j Mantener la privacidad del paciente, corriendo las cortinas o cerrando lfls

puertas. • Facilitar el aseo de boca y manos una vez que ha dejado de vomitar. • Cambiar inmediatamente las ropas que se hayan ensuciado. • Ventilar la habitación y dejar que el paciente descanse.

S O N D E O G Á S T R I C O

Los pacientes que no toleran alimentos y líquidos por la boca o no los toman en cantidad suficiente, deben recibir líquidos por vía intravenosa. En algunos casos, es necesaria la alimentación con sonda nasogástrica. Este método de alimenta-ción se denomina gavage.

Otros pacientes con problemas gastrointestinales pueden necesitar aspiración gástrica por medio del aparato aspirador.

Las principales razones para introducir una sonda en el estómago o el intestino son:

• Drenar e» estómago por aspiración. Suele hacerse al paciente con obstruc-ción del tubo gastrointestinal o que se haya sometido a cirugía del mismo.

• Con fines diagnósticos, para identificar los constituyentes del contenido del estómago, células malignas o microorganismos, como el bacilo de la tuberculosis.

• Eliminar- el contenido gástrico, cuando el paciente ha ingerido sustancias venenosas, por medio del iavado gástrico.

• Establecer una vía para eliminar a los pacientes que no pueden nutrirse por la boca.

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Ni'i cMilml ilc iilimi'iiliiclúii 2 3 1

Al IMI1NTACI0NASISTIDA

lumtntHtro de alimento y líquido al paciente en reposo, para cubrir sus reque-• nuil niosnulrlcionalcs.

i Mljvllvo

i Mltvcr al paciente una dicta atractiva y que satisfaga sus necesidades alimenticias.

l',l|lli|M>

Mesa y silla, popotes, toallas desechables y charola con la dieta y cubiertos.

Mf todo

1. Preparar al paciente, poniéndolo en posición de fowler o semi-fowler, lavar-le las manos y proteger su ropa.

2. Colocar la mesa puente a una altura y distancia conveniente. 3. Verificar si la dieta es la prescrita. 4. Colocar la charola sobre la mesa y arreglar los platillos, de manera que el

paciente pueda manejarlos fácilmente. 5. Cortar el pan, la carne, servir los líquidos si el paciente requiere de ayuda. 6. Estimular al paciente a que coma, darle popotes para que tome los línnidos

si es necesario. 7. Dejar al paciente solo mientras come. 8. Antes de que retiren la charola, verificar la cantidad de alimento que tomó. 9. Retirar la mesa y dejar al paciente en la posición que desee.

10. Verificar boca y manos del paciente. 11. Hacer el registro en hoja de enfermería: tipo de dieta, cantidad consumida y

hora.

Medidas de control y segur idad

• Poner al paciente en posición cómoda: cabeza erguida sostenida con almoha-das, o en posición adecuada a su estado de salud.

• Proteger las ropas para no mancharlas. • Inspirar confianza al paciente, sentándose para alimentarlo si esto es nece-

sario. • Administrar los alimentos y bebidas a intervalos regulares al gusto del pa-

ciente. • Dar los líquidos con tubo, sosteniendo el vaso y el tubo con la mano. • Al dar el alimento, apoyar la cuchara o tenedor con firmeza en el labio inferior

y la lengua.

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2 3 2 Necc\ii<ln<lofi biMcnx del IIOIIIIHC

• Comunicar al paciente el cambio de alimento sólido a líquido. • Instruir al paciente sobre las necesidades de alimento y bebidas y cómo salín

facerlas. • Verificar en pacientes con enfermedades graves, las heridas y quemaduras que

le impiden emplear sus manos o que pierda el uso de brazos y manos, la ayu-da gradual que va necesitando hasta que se adapte a su invalidez y aprenda una nueva técnica para comer.

EVALUACIÓN

• ¿Vigilé que la dieta fuera la indicada por el médico? • ¿Observé o indagué qué alimentos prefiere el paciente y lo informé al

servicio de dietas? • ¿Calculé la cantidad de alimentos ingeridos y los reporté? • ¿Reconocí que toda persona normal prefiere comer sola? • ¿Di al paciente físicamente incapacitado o muy enfermo sus alimentos

en la boca? • ¿Enseñé a un familiar cómo dar los alimentos al enfermo? • ¿Propicié un ambiente agradable a la hora de comer? • ¿Consideré que la meta en enfermería es ayudar a que el paciente recu-

pere su independencia lo más pronto posible? • ¿Valoré el estado físico general del paciente? • ¿Indagué los problemas que pueden afectar su ingestión de alimentos o

su funcionamiento digestivo? • ¿Observé su estado emocional para dar el apoyo necesario? • ¿Verifiqué si está recibiendo la dieta adecuada? • ¿Observé la actitud del paciente hacia los alimentos ? • ¿Proporcioné al paciente la ayuda necesaria para comer? • ¿Observé la cantidad de alimento y líquidos que ingirió? • ¿Verifiqué si el paciente puede tomar y retener los alimentos y líqui-

dos primarios para sus necesidades nutricionales?

INTUBACIÓN GÁSTRICA

Introducción de un tubo a la cavidad gástrica a través de la nariz.

Objetivo

Extraer líquidos o gases con fines terapéuticos o de diagnóstico y suministrar alimentos.

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Nrtv.'wlml ilc iillincnlm'irin 233

llquipo y iniitiirinl

('hnroln con: equipo de aseo de narinas, pinza de Kelly, vaso con agua, vaso con Koluclón salina, asepto jeringa, gasa de 7.5 x 5 cm (paquete), sonda de Levin de Irtlex o descchablc de número de acuerdo con la edad del paciente, o la sonda in-dicada en recipiente con hielo, tela adhesiva o cinta microporosa, cinta de algo-dón opcional, toalla afelpada, imperdible, soporte y aparato de succión, guantes (opcional).

Método

1. Preparar el equipo en el cuarto de trabajo. 2. Explicar al paciente el tratamiento y solicitar su colaboración. 3. Llevar el equipo a la unidad. 4. Colocar al paciente en posición de fowler, con el cuello hiperextendido. 5. Asear narinas. 6. Colocar la toalla sobre el pecho y el riñón debajo del mentón.

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2 3 4 NCICNIIIIKION IILUTICITM ILI'L I l u m i n e

7. Ponerse los guantes (opcional). 8. Medir la sonda del puente de la nariz al lóbulo de la oreja y de ahí al iipén

dice xifoides; marcar con la pinza o con microporo. 9. Lubricar la sonda con solución salina.

10. Introducir la sonda por la fosa nasal a la nasofaringc posterior, dirigiéndola suavemente hacia atrás y abajo.

11. Ofrecer al paciente agua y seguir introduciendo la sonda hasta que la mauit indique que está en el estómago. Principio: la deglución facilita el paso de la sonda y disminuye el reflüjl > nauseoso.

12. Comprobar que la sonda está en el estómago, introduciendo el extremo de la sonda en el vaso con agua; no debe producir burbuja, o con la jeringa asepto aspirar contenido gástrico y observarlo.

13. Fijar la sonda con la tela adhesiva o con cinta microporosa a la nariz y a la mejilla, pasándola por detrás de la oreja.

14. Fijar la sonda con el imperdible a la ropa del paciente (hombro) e indicarle que tenga cuidado de no tirar de ella y/o fijar el tubo a la cama.

15. Dejar al paciente lo más cómodo posible. 16. Retirar el equipo innecesario y dejarlo limpio y en su lugar. 17. Anotar en el expediente: hora del tratamiento, reacciones del paciente, obser-

vaciones hechas por la enfermera y firma de la persona que instaló la sonda.

La deglución facilita el paso de la sonda, disminuyendo las náuseas.

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Nccrfllriml do nlliiiPiiInolóii 23R

Im l'ln/iir la Monda miles de extraerla y hacerlo con suavidad, rapidez y movi-miento continuo, el día indicado por el médico o cuando el paciente ya no lo necesite.

M. .lulas de control y seguridad

• l'< eordar bien la anatomía y fisiología del aparato digestivo. • SI el paciente presenta signos de disnea, tos, cianosis, retirar inmediatamente

1 ti sonda. • No íorzar la introducción de ta sonda si se observa obstrucción. • Realizar aseo bucal (recuente y lubricar labios y narmas para disminuir la'sen-

í(telón de resequedad. • I ornar medidas para evitar lesión e infección. • Facilitar la hiperextensión del cuello, colocando una almohada debajo de los

hombros. • I .evantar suavemente la punta de la nariz para exponer el orificio nasal con

mano libre; con la otra, introducir la sonda. • Verificar el paso de la sonda por la garganta e introducirla con rapidez al estó-

mago. • ('omprobar si existe el reflejo nauseoso. • (\ improbar en pacientes muy enfermos o semiinconscientes si pueden deglutir.

IÍVALU ACIÓN

• ¿Expliqué al paciente el procedimiento? • ¿Guardé la asepsia requerida, considerando lo sensible del tejido? • ¿Introduje la sonda con movimiento suave, firme y uniforme, mientras el

paciente deglutía? • ¿Observé las reacciones del paciente para evitar cualquier lesión? • ¿Di al paciente la posición adecuada antes y después del procedimiento?

GAVAGE

El gavage se hace cuando el paciente no puede recibir alimento por la boca; éste puede hacerse mediante el uso de una bureta que se colgará al lado y arriba del paciente, la enfermera gradúa el ritmo del flujo de la alimentación, según indica-ciones, o por alimentación a intervalos de cuatro horas con una jeringa asepto.

El médico es el que debe indicar el tipo de nutrición que requiere el paciente. La preparación típica puede incluir: leche en polvo, crema, cereal, carnes, ver-duras coladas, jugo de naranja, aceite de maíz, azúcar, sal yodatada, compuesto vitamínico y agua. Los preparados de consistencia líquida se mezclan en licua-dora.

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• • M B — I M 2 3 6 NCCCMÍ(IIKICN hltalcn* del Ilumino

Objetivo Conservar un estado nutricional sano mediante el suministro de una dieta mlt cuada y equilibrada que proporcione los nutrientes en cantidad y calidad rüqilflfl rida.

Equipo

Charola con: recipiente con la fórmula, alimentos licuados y colados, vaso con agua, bolsa desechable o jeringa asepto.

Método

1. Preparar el equipo para el gavage. 2. Verificar el contenido y volumen prescrito de las fórmulas alimentarias. 3. Calentar la fórmula y los alimentos a la temperatura ambiente.

Principio: el alimento suministrado por sonda, a temperatura ambiente favo- I rece una peristalsis normal.

4. Si no hay contraindicación colocar al paciente en posición de fowler. 5. Inyectar 30 mi de agua para comprobar permeabilidad de la sonda y ocluirla 1

doblándola, para evitar introducción de aire. Principio: el exceso de aire que penetra al estómago produce distensión y | malestar.

6. Tomar con la jeringa el alimento e insertarlo en la sonda e introducir lenta- I mente el alimento.

Principio: introducir el alimento lentamente, previene la distensión, náu-seas y peristalsis excesiva.

7. Suministrar los alimentos a intervalos, no forzar, si es necesario presionar, ligeramente, el émbolo o el globo de la jeringa.

8. Lavar la sonda introduciendo 30 mi de agua después de cada alimentación, para evitar que algún residuo se agrie.

9. Quitar la jeringa y obturar la sonda. 10. Dejar al paciente en posición cómoda, observando la aceptación del ali-

mento. 11. Limpiar y sustituir el equipo para la próxima alimentación. 12. Hacer la debida anotación en el expediente del paciente.

Medidas de control y seguridad

• Colocar al paciente en la posición adecuada. • Verificar la temperatura ambiente del alimento. • Suministrar lentamente el alimento. • Inyectar agua antes y después del gavage. • Observar cualquier signo de náusea en el paciente.

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Nim < Milml ile nllnicnlm ióii 2 3 7

RV Al .DACIÓN

• / ('< improbé la cantidad y calidad de la alimentación? • / hevine una posible distensión gástrica y malestar? • / Suministré la alimentación en el tiempo indicado, sin prisa? • '< improbé la consistencia de los alimentos para evitar oclusión en la sonda? - / Instruí al familiar sobre la alimentación requerida por el paciente? • ¿Efectué el reporte correspondiente en el expediente?

ACTIVIDADES

I Indagar en hospitales oficiales de seguridad social y en particulares el ser-vicio de dietas y los alimentos que sirven a los pacientes en la dieta nor-mal.

?.. Verificar las diferencias de las dietas servidas en estos hospitales en canti-dad y calidad. Indagar y comprobar procedencia y seguridad higiénica del agua o bebi-das que se sirven al paciente hospitalizado.

4. Presentar por escrito los resultados y comentarios de la indagación. 5. Consultar bibliografía referente a los temas correspondientes. 6. Usar simuladores entre compañeras para introducción de sonda nasogás-

trica. 7. Verificar correctamente todos los pasos con mínimo de error. 8. Pasar por sonda nasogástrica algún jugo y narrar la experiencia al grupo.

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Capítulo 16

¡Dentro de lo posible, demos más! Con una visita no solicitada, una atención no

equerida, una p dabra elemental, simple no técnica, un gesto amistoso... nada más;

curamos a veces más, que con una tonelada de antibióticos.

CECILIO ESEVERRI CHAVERRI

NECESIDAD DE ELIMINACIÓN

I'UNCIÓN DIGESTIVA

lil aparato digestivo está constituido por un tubo de 7.8 metros a 9.9 m de longi-tud, que comienza en la boca y termina en el ano. Los órganos que lo integran son: boca, faringe, esófago, estómago e intestinos delgado y grueso. Los órga-nos accesorios: lengua, dientes, glándulas salivales, páncreas, hígado y vesícula biliar, también contribuyen a la función digestiva.

La correcta masticación de los alimentos facilita la digestión. Mediante la deglución, los alimentos pasan de la boca a la faringe y estómago. El alimento permanece de tres a cuatro horas en el estómago el cual se localiza en la porción superior izquierda del abdomen y tiene dos aberturas: una entre el esófago y el estómago que se llama cardias; y la que se encuentra entre el estómago e intesti-no delgado, que se denomina orificio pilórico.

Los movimientos del estómago y el jugo gástrico transforman el alimento en una papilla semilíquida; luego, la perístalsis impulsa el alimento parcialmente digerido a través del píloro al intestino delgado; ahí continúa la digestión y se produce la absorción de los alimentos nutritivos.

La porción superior del intestino delgado se llama duodeno. A él llegan sus-tancias que contribuyen a la digestión a través de una abertura llamada ampolla de Vater, formada por la unión de los conductos pancreáticos y colédoco; el pri-mero lleva el jugo pancreático, y el colédoco lleva la bilis procedente del hígado y de la vesícula biliar.

239

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2 4 0 Neix.NHINDE.N I»A.NÍ< •>•. • I< I hiiiiilm

El duodeno se conecta con el yeyuno, porción inedia del intestino delgado, que conduce al íleon o porción final del intestino. En el intestino delgado es uh sorbida la parte utilizable de los alimentos, que pasa a los vasos linfáticos y snil» guineos. Los productos residuales son llevados del íleon al intestino grueso, lor mado por cuatro porciones: ciego, colon, recto y ano.

Los productos de desecho son llevados del ciego al colon, al que se le deilCH mina colon ascendente, transverso, descendente y sigmoides. El colon ascendotl te se dirige hacia arriba por el lado derecho; el transverso cruza en el abdomen, el colon descendente baja sobre el izquierdo y termina en el sigmoideo, llamado así por su forma en S.

Los productos de desechos llegan hasta el recto y después al conducto anal, última porción del intestino, el cual tiene 2.5 cm de longitud y está ocluido poi dos esfínteres: el interno, formado de músculo liso y es involuntario, el cual res-ponde a la distensión rectal; y el esfínter externo, formado por músculo estriado y se controla a voluntad.

El peristaltismo en el intestino grueso ocurre a intervalos poco frecuentes y es estimulado por la ingestión de alimento y líquido.

El volumen de las heces que se eliminan está formado por residuos digesti-vos y agua; los primeros incluyen alimentos no digeridos y no absorbidos; ade-más contienen los desechos de las células y moco del recubrimiento del tubo gastrointestinal; pequeñas cantidades de materiales secretados, bacterias y sus productos; por vía intestinal se eliminan el calcio y el hierro y parte del exceso de potasio del cuerpo, sales biliares; 10% de las heces está formado de bacterias vivas y muertas y sus productos, que normalmente residen en el intestino, a lo que se le llama flora intestinal normal.

Al pasar por el recto las heces toman forma tubular. La cantidad excretada depende de los alimentos ingeridos, y puede variar de 100 a 200 g por día en personas con una dieta de alimentos refinados, y hasta 300 a 400 g por día en dietas ricas en fibra.

El número de evacuaciones varía de una persona a otra, pero los límites nor-males son de una a tres veces por día, una cada dos o tres días.

Si los productos de desecho se expulsan muy rápido por los intestinos, las heces serán sueltas y líquidas, y la absorción de agua es deficiente. Si hay retra-so indebido de la evacuación, se absorbe un volumen de agua excesivo y las he-ces serán duras y secas.

FACTORES QUE AFECTAN LA FUNCIÓN INTESTINAL

El estilo de vida de las personas influye en su función intestinal; comer y defe-car a horas regúlales ayuda a conservar un patrón regular. El tipo de alimentos y el volumen de líquidos que consume la persona, influyen en la naturaleza y fre-cuencia de las defecaciones.

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No ruiluit (Ir rllmlllltrióll

I luí» cantidad adecuada de libra en la dieta es importante para proporcionar > i volumen suficiente para estimular la pcrístalsis. La ingestión insuficiente de ll(|til(l0H liará que la orina sea más concentrada y las heces más secas y duras.

I a ingestión adecuada de líquidos es indispensable para que las heces sean Itluudas.

I a Inactividad prolongada contribuye al estreñimiento; estar sentado mucho llompo causa hemorroides. Un poco de ejercicio diario ayuda a mejorar el tono muscular. El caminar después de las comidas ayuda a estimular la acción peris-táltica.

Tomar un vaso de agua caliente y jugo de limón o una taza de te o café cá-llenle antes del desayuno estimula la defecación. Muchos casos de estreñimiento NI* lian curado cuando la persona toma de seis a ocho vasos de agua al día.

I .os medicamentos pueden afectar la función intestinal, algunos son irritantes y pueden causar hipermotilidad y diarrea.

El estrés y la ansiedad pueden aumentar o disminuir la motilidad del tubo jjlistrointestinal.

Algunos alimentos forman gran cantidad de gas como la col, el nabo, la le-chuga y los frijoles. También afectan la función intestinal, las anormalidades unigénitas, lesiones y procesos patológicos.

Las anormalidades de la estructura y función del tubo gastrointestinal, impi-den la eliminación intestinal normal.

En pacientes con lesiones de la médula espinal, es posible la supresión del reflejo rectal, puede perderse el control de los músculos voluntarios que se rela-cionan con la defecación en pacientes con daño cerebral.

Entre los problemas más comunes que enfrenta la enfermera en la comuni-dad o en el hospital, se encuentran: estreñimiento, diarrea, distensión abdominal, llatulencia, dolor o molestia al eliminar, heces impactadas, incontinencia intesti-nal e infestaciones parasitarias.

Estreñimiento

I il estreñimiento se manifiesta por la permanencia de los productos de desecho en el tubo digestivo, por mucho tiempo. Es frecuente en personas de cualquier edad, sana o enferma. La causa más común es la alteración del reflejo condicio-nado para la defecación; se controla voluntariamente y está supeditado a horas de actividad de las personas; pero si se hace sistemáticamente, se pierde el refle-jo condicionado normal.

Otra causa es el tono excesivo de la musculatura circular intestinal. La debi lidad de los músculos intestinales por falta de vitamina B o electrolitos, princi -palmente potasio, es otra causa mecánica de estreñimiento.

Algunos procesos patológicos pueden alterar el pcristaltismo reflejo, inclu yendo inflamación de las visceras pélvicas o abdominales y los tumores.

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2 4 2 Ncc(.NKIIKIcn IHINI» rt.N ili l IKIIIIIHI

Los procesos patológicos del envejecimiento son: debilidad de los mihi voluntarios que controlan la defecación y de la musculatura abdominal, p< I o del diafragma.

Si las heces permanecen en el recto por mucho tiempo, puede formal M» ti masa grande, dura, difícil de expulsar o impacto fecal.

Los pacientes con estreñimiento suelen quejarse de cefalea, anorcxln y IMH sea y de tenesmo, esfuerzo doloroso con intentos infructuosos para defeca»

La distensión se debe al aire que queda en el intestino grueso y al llquli|||| que regresa a él cuando estos productos han permanecido durante mucho llcni|Hl en el intestino.

Los flatos se deben al aire deglutido, consumo de alimentos que forman MU* ses, o acción bacteriana en el intestino grueso.

Diarrea

Es la eliminación de los productos de desecho en heces líquidas, con paso Irtpl do por el tubo digestivo.

Las causas más comunes de diarrea son:

• Estimulación o irritación directa del sistema nervioso central o autónomo. • Inflamación de la mucosa intestinal por infección. • Irritación del tubo gastrointestinal, la cual puede ser mecánica, producida

por excesos en la dieta, o químicos, por alguna intoxicación debida a dro-gas o alimentos.

Algunos fármacos pueden causar hipermotilidad intestinal o por sufrir el sin drome de absorción defectuosa, debida a incapacidad para absorber agua y nu-trientes.

Si la diarrea es prolongada, el paciente mostrará signos y síntomas de pérdi-da de electrolitos, piel seca, baja de peso, sed, desnutrición, fatiga, debilidad y malestar general. La diarrea se acompaña a menudo de náuseas y vómito, con aumento de pérdida de electolilos.

Las personas con diarrea se quejan de dolor abdominal generalizado, que puede deberse a flatulencia con distensión consiguiente de los intestinos; dolor tipo cólico espasmódico, causado por contracción intensa de la perístasis. Puede ocurrir aumento del número de las evacuaciones, enrojecimiento y prurito anal por la constante irritación.

ASISTENCIA DE ENFERMERÍA

La eliminación es una necesidad fisiológica y básica de la persona: si está sana no hay problema, puede bastarse a sí misma; va al baño cuando su organismo lo

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NcirMilml <li cllnmiitrlúii

(|i H l i persona enferma, muchas veces necesita auxilio para ir al baño o si jtyiiiici <• en cama, puede requerir un cómodo. | «1*1 pacientes hospitalizados son propensos al estreñimiento por la falta de

•tyt li lo, alteraciones en su dieta y actividad diaria. W I i enfermera debe conocer y considerar la naturaleza del problema. En caso • »Mu nimienlo grave, suprimir de inmediato las molestias del paciente y pro-i ti. mli la defecación. I I ii enfermera debe estar atenta a las necesidades del paciente, estar vigilante • Hunos de alarma como: vientre abultado, duro, debido quizá a distensión ab-p l i l n a l o dolor causado por dificultad al defecar. En pacientes con diarrea, ||l«|ii Observar: frecuencia y consistencia de las heces, olor y presencia de srus-i nii us extrañas, alimentos no dirigidos, signos de irritación y prurito anal. Si la tJMMeii es prolongada, desequilibrio de líquidos y electolitos y desnutrición, qui-th MUI urgente reponer los líquidos y electrolitos perdidos.

I importante detectar signos de debilidad y fatiga, llevar un registro preciso ili In ingestión y eliminación del paciente, número de evacuaciones y el volu-Itttin aproximado de líquidos eliminados por heces, además de observar la capa-i lilad de tolerancia a los alimentos y líquidos.

I 'ara lograr la evacuación y aliviar molestias del paciente, puede suministrar-Í.I un laxante o aplicar un supositorio, una enema o irrigar el colon o, por extrac-11«Vi i manual de las heces.

Es conveniente suministrar laxante por la noche, al acostarse, para que actúe iil día siguiente por la mañana.

lüi pacientes con diarrea generalmente se utilizan medicamentos para aliviar, leoubrir y sedar la mucosa intestinal o reducir el espasmo muscular. La flatulen-t'la suele aliviarse insertando una sonda rectal.

En casos de infección, el médico prescribe el tratamiento adecuado para combatir al agente infeccioso. La oclusión completa del intestino es una urgen-cia médica que requiere cirugía.

I - I .IMINACIÓN Y CONTROL DE EXCRETAS

Se realiza mediante la colocación y retiro del cómodo, son maniobras que reali-za la enfermera para ayudar al paciente encamado a que efectúe sus funciones de eliminación.

Objetivo

Establecer y conservar el funcionamiento intestinal normal.

Equipo y material

Cómodo, papel sanitario, toallas desechables, cubre cómodo o periódico y equi-po de aseo de manos.

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244 NlHT.sidlllIf.N hlisll'ltfl lili ll«>1ll1 X c-

Método

1. Cubrir con una toalla dcsechable la parte del cómodo, que quede en conlaeltl con el paciente.

2. Elevar un poco la cabecera de la cama, si está permitido, y aislar al paciente, corriendo las cortinas.

3. Ayudar al paciente a retirar su ropa de la región lumbosacra, sin descubrirlo, 4. Pedir al paciente que flexione sus rodillas, se apoye sobre sus talones y eleve

su cadera. 5. Deslizar el cómodo debajo de los glúteos del paciente y dejarlo en buena po

sición. 6. Acercar el timbre, proporcionar el papel sanitario y dejarlo solo, si es pos i

ble, o vigilarlo. 7. Retirar el cómodo, pidiendo al paciente que eleve su cadera, y sin descubrir

lo, deslizar el cómodo hacia afuera, cubrirlo y colocarlo en el banquillo o es-calerilla.

8. Observar las características de la evacuación: cantidad, consistencia, olor, co-lor, presencia de materias extrañas (pus, sangre, moco o parásitos).

Medidas de control y seguridad

• Observar si hay áreas enrojecidas para dar el tratamiento adecuado y prevenir úlceras por decúbito.

• Verificar el aseo de manos del paciente y lavar las propias.

INSTALACIÓN DE SONDA RECTAL

Es la introducción de una sonda al recto, dejándola por un corto tiempo.

Objetivo

Dar alivio al paciente, eliminando las molestias causadas por distensión abdomi-nal, debida a gases intestinales o líquidos retenidos en el colon.

Equipo

Sonda rectal (número de 22 a 28 adecuada a la edad) guantes, lubricante, gasas de 7.5 x 5 cm, tela adhesiva, papel sanitario, hule, clínica o periódico, puede ne-cesitarse un tubo largo de caucho y conexión, así como un frasco colector.

Método

1. Reunir el equipo y llevarlo a la unidad del paciente. 2. Pedir al paciente su colaboración.

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NctTfllllllll «lo l'liflliimclrtll 24b

l < Alocar al paciente en posición de Sims. -I I'rolegcr la cama en caso de no estarlo, i Ponerse los guantes. f> I aibrlcar la sonda aproximadamente 10 cm. / Separar los glúteos con los dedos índice y pulgar de la mano izquierda, para

visualizar el orificio anal; con la mano derecha, introducir la sonda suave-mente de 10 a 12 cm. Principio: el organismo funciona correctamente si elimina los gases y líqui-dos retenidos en el conducto gastrointestinal.

H, Fijar la sonda en la región glútea con tela adhesiva, o. Insertar la sonda al tubo que va al frasco colector si es necesario. Puede

usarse un orinal como colector de heces y gases. 10. ()bservar las reacciones del paciente. 11. Retirar lentamente la sonda al concluir el tiempo indicado y limpiar la re-

gión anal. Principio: dejar la sonda por tiempo prolongado disminuye la reacción de los esfínteres. -

12. Dejar cómodo al paciente, retirar el equipo y dejarlo, limpio, en su lugar. 13. Informar en el expediente: tipo de tratamiento, duración, resultado del mis-

mo y reacciones del paciente.

Medidas de control y. seguridad

• No dejar mucho tiempo la sonda puesta. • Repetir el procedimiento después de una hora en caso necesario. • Comprobar si el enfermo expulsa el aire, poniendo un poco de agua al frasco

colector. • Evitar instalar la sonda cuando el paciente presente diarrea. • Avisar al médico en caso de que el paciente continúe con distensión abdomi-

nal.

ENEMA EVACUANTE

Introducción de una solución en el colon a través del recto, para fines diagnósti-cos y tratamiento.

Objetivo

Ablandar las materias de desecho y estimular la contracción del colon, para lim-pieza del mismo, estudios radiológicos, preparación para intervenciones quirúr-gicas.

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246 NlHTfiidttdc.N llltoini'i drl ItiMili>1 <

Equipo

Charola con: equipo de enema evacuante o equipo dcsechable, solución cu i ,m tidad, presentar sonda de nélaton de número de acuerdo a la edad del pacíanla, lubricante, guantes, gasa 7.5 x 5 cm (paquete), papel sanitario, rifión, sabanilla, hule y clínica, cómodo con cubierta y periódico, tripié y equipo de aseo de mtl nos

Método

1. Preparar el equipo en el cuarto de trabajo. 2. Preparar la solución prescrita, mezclando perfectamente los ingredientes olí

el agua previamente calentada a 40°C. Principio: diluir perfectamente el medicamento, facilita su absorción.

3. Llevar el equipo al lado del paciente y solicitar su colaboración. 4. Aislar al paciente, cubrirlo con la sabanilla, bajar la colcha y cobertor haclfl

los pies, retirar la almohada. 5. Colocar al paciente en posición de Sims, a la orilla de la cama, si no hay

contraindicaciones. Principio: la fuerza de gravedad hace fluir los líquidos por el colon, en la posición de Sims.

6. Proteger el colchón y colocar el hule y clínica bajo los glúteos del paciente. 7. Ponerse los guantes y conectar la sonda al irrigador. 8. Purgar el aire sobre el cómodo y pinzarlo. 9. Lubricar la sonda rectal de 5 a 8 cm del extremo.

Principio: lubricar las superficies reduce la fricción. 10. Descubrir la región glútea, separar los glúteos con los dedos índice y pulgar

de la mano izquierda para visualizar el orificio anal y con la derecha intro-ducir suavemente la sonda de 8 a 10 cm. Principio: el recto mide 15 cm de longitud.

11. Levantar el depósito en el tripié a una altura de 60 cm arriba del nivel del ano. Principio: a mayor altura, mayor presión.

12. Quitar la pinza del tubo y dejar pasar lentamente la solución. Principio: la solución suficiente introducida en el intestino produce una ac-ción peristáltica vigorosa.

13. Pinzar nuevamente el tubo al terminar de pasar la solución. 14. Retirar la sonda, quitarla del tubo y colocarla en el rifión. 15. Colocar el cómodo al paciente, protegerle las piernas con un periódico o

ayudarle a llegar al baño, si le está permitido. 16. Vigilar al paciente, acercarle el timbre, proporcionarle papel sanitario y es-

perar de 5 a 10 minutos. 17. Retirar el cómodo, cubriéndolo con periódico y dejar limpio al paciente.

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Nri cudml di' < 11NIIII>I< MU 247

l ii Kollrar el hule, clínica, y la sabanilla y cubrir al paciente. I1 ' ( M'recer el equipo tic aseo de manos al paciente. M i Retirar el equipo y dejarlo limpio y en su lugar. ' i Informar en el expediente del paciente: hora, cantidad y solución adminis-

trada, efecto ile la enema, características del líquido expulsado y reacciones del paciente.

Medidas de control y seguridad

• l Uilizar preferentemente para la enema, equipo desechable, salvo indicación módica.

• Al usar enema desechable, seguir las instrucciones que tiene el equipo. • No forzar la introducción de la sonda. • Verificar la temperatura de la solución a 40°C. • Si al introducir la sonda ofrece resistencia el organismo, se deja pasar una pe-

queña cantidad de líquido y luego se sigue introduciendo. • Si el paciente siente molestia, pinzar el tubo hasta que la molestia haya pa-

sado. • Suspender el procedimiento en caso de dolor o presencia de reacción abdo-

minal. • Suspender el procedimiento si el paciente siente un fuerte deseo de evacuar. • Poner siempre un enema evacuante antes de uno de retención. • Conocer los diferentes tipos, usos y efectos del enema.

EVALUACIÓN

• ¿Preparé la solución para la enema en la proporción correcta con base en las órdenes médicas?

• ¿Verifiqué la temperatura correcta de la enema? • ¿Expulsé el aire del tubo antes de introducir la sonda al recto? • ¿Cerré el tubo con pinza antes de administrar toda la solución? • ¿Hice la anotación correspondiente sobre características de la evacuación,

cualquier dato anormal, resultados deseados y reacciones del paciente ?

ELIMINACIÓN VESICAL, ESTRUCTURA DEL APARATO RENAL

El aparato urinario normal se compone de dos ríñones, dos uréteres, una vejiga y una uretra. Los ríñones forman la orina a partir de los productos de desecho que toman de la sangre. La orina es transportada a la vejiga por los uréteres y poste-riormente pasa por la uretra para ser expulsada al exterior.

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2 4 8 Nmvtirimli'x bit,muí «LEÍ IHUIIIK

Los ríñones, que tienen forma de frijol, están situados en la reglón lnitil bajo del tórax, uno a cada lado de la columna vertebral. La cara anlerloi di t uno está separada del abdomen por el peritoneo y su porción posterior cslA pit gida por la pared del dorso. Los ríñones purifican constantemente la sangiv «I* I i ganismo, y a través de ellos circula un litro de sangre cada minuto aproXIuuulnj mente.

Cada riñón tiene una cavidad o pelvis en forma de embudo, que se va c*|f| chando a medida que se aproxima a su borde. La porción estrecha de la pel\ h forma el uréter. La mayor parte de la pelvis está rodeada de un tejido COIHH lili»

como médula, la cual tiene proyecciones en forma de cono llamadas pirámlih que se extienden hacia las divisiones en forma de copa, de la pelvis del rlflrtll llamada cálices.

La porción externa del riñón se conoce con el nombre de corteza o suMltin cia cordial. La corteza y la médula contienen muchas unidades pequeñísima» llamadas nefronas. Estas estructuras son las unidades funcionales en las cuales se filtran los desechos procedentes de la sangre. Cada nefrona tiene ües pai ten principales: glomérulos, cápsula de Bowman y tubo corneado. El glomérulo en un nudo de pequeñísimos vasos sanguíneos provenientes de la arteria renal y que entran en contacto con la parte superior de una esfera hueca llamada cáp sula de Bowman. El agua y las sustancias disueltas pasan de la sangre a ln cápsula y el líquido Huye hacia el tubo contorneado. Los productos que el or-ganismo puede utilizar de nuevo son reabsorbidos a lo largo de los tubos y gran parte del agua regresa al torrente circulatorio. El resto de los productos de desecho se incorporan a la orina conforme fluye a través de los pequeños tubos, los cuales verten su contenido en grandes tubos colectores, que se va-cían en la pelvis del riñón.

De la pelvis de cada riñón parte un tubo largo de 25 a 30 cm de largo por 4 a 5 cm de diámetro llamados uréteres, formados de tejido muscular liso y revesti-do de mucosa, y que llevan la orina hacia la vejiga por peristalsis.

La vejiga es un órgano hueco que se encuentra en la cavidad pélvica. Es una bolsa muscular elástica cubierta de mucosa idéntica a la de los uréteres. Sirve de reservorio para la orina: cuando ha acumulado 250 mi de ella, se siente la necesidad de orinar, el músculo liso en las paredes del órgano se con-trae y hace que ésta salga de la vejiga al exterior por la uretra. A este acto se le llama micción.

La uretra es un pequeño tubo provisto de revestimiento mucoso, que es la continuación del de la vejiga. La uretra en la mujer es más corta,ya que mide al-rededor de 3.8 cm, mientras que la del varón de alrededor de 20 cm. La uretra tiene dos esfínteres que la rodean e impiden el flujo continuo de orina. Estos es-fínteres se relajan cuando la vejiga se contrae y se lleva a cabo la micción. El orificio exterior de la uretra se llama meato urinario.

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Ni'i i iMiInd i llmlimciríii 2 4 0

IfhtH

j« niiilldnd do productos sólidos en la orina, en relación con la cantidad de |giH determina su peso específico, que representa la comparación entre el peso pi iiiliin y el de una cantidad igual de agua. Normalmente, la densidad de la ori-IM fluctúa entre 1010 y 1030; es un líquido más pesado que el agua debido a los (HMIIMI los sólidos que contiene, y los ríñones son los que regulan esa densidad.

I'il estado normal, la cantidad media de orina emitida por un adulto en 24 •TON fluctúa entre 1 200 y 1500 mi. [ Noli varios los factores que pueden influir en la cantidad diaria de orina: la ex-i m klrín de sudor, la cantidad de líquidos ingeridos o la temperatura ambiente.

1 UN enfermedades también pueden causar variaciones en la cantidad de orina M u l l i d a , como se ha comprobado en pacientes con diarrea, vómito, hemorragia y Mififfmcdades cardiacas, renales y de los vasos sanguíneos.

A la emisión de cantidades anormales elevadas de orina se le denomina po-Ihiiln. Si el volumen de orina emitida es inferior a la normal, se dice que existe ullguria. A la incapacidad del riñón para excretar orina se le denomina anuria.

(¡eneralmente la orina tiene una reacción ácida ligera y se presenta en color Itniirillo claro, el cual puede afectarse por la proporción entre agua y productos irtlldos de desecho.

La orina puede contener sustancias anormales que indican enfermedad del ii paralo urinario: albúmina, pus, cilindros, glucosa, cuerpos cetónicos y sangre.

La presencia de albúmina en la orina se conoce como albuminuria. La piuria o pus en la orina indica infección en las vías urinaria; los cilindros se forman e liando la albúmina u otra sustancia se endurece en los túbulos; la glucosuria puede indicar que el paciente ha ingerido más azúcar de lo que el organismo puede usar o almacenar rápidamente (también puede indicar altos niveles de azúcar en sangre a consecuencia de insulina deficiente o incapacidad del orga-nismo para utilizarla). A este trastorno se le llama diabetes sacarina; los cuerpos cetónicos indican que el organismo está utilizando las grasas de reserva como energía, en lugar de los carbohidratos que se ingieren; la presencia de sangre en la orina se le denomina hematuria, puede producirse por un trauma, inflamación o tumor de las vías urinarias.

El trauma, por su parte, puede ser causado por presencia de un cálculo renal que irrita los tejidos o la aplicación forzada de una sonda. También las neopla-sias pueden causar hematuria, así como algunos venenos y fármacos.

La nefritis destaca entre los procesos inflamatorios susceptibles de provocar hematuria.

Factores que alteran la función urinaria

Los factores que pueden afectar el volumen de eliminación de orina, el patrón de micción y las características de la orina son diversos. Tanto la ingestión de lí-

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2 5 0 NiH'i\NÍdmlt\N lirtxIcrtN <li'l lioinltrr

quidos como el volumen que se pierde por otras vías ¿declaró la cantidad y lii frecuencia de la eliminación urinaria.

• Una vez que la micción se controla voluntariamente, las personas pueden alterar sus patrones por diversas causas, como disponibilidad de saulta»' rios, presiones de trabajo, hora de comidas y similares.

• La dieta puede afectar los constituyentes de la orina, y en ocasiones, \m drogas cambiarán el aspecto de la orina.

• La ansiedad suele estimular el impulso de orinar con mayor frecuencia. III temor interno puede hacer que una persona orine en forma involuntaria.

• El dolor puede inhibir la micción. • Las infecciones son una causa común de alteraciones urinarias; otro facloi

predisponente es la estasis de orina en la vejiga por retención y la forma-ción de cálculos vesicales.

• Las alteraciones del sistema circulatorio también pueden afectar la fun-ción renal. Las cardiópatas y las enfermedades de los sistemas venoso y arterial suelen interferir en la circulación de la sangre por los ríñones y al-terar el funcionamiento renal.

• Las obstrucciones de las vías urinarias, el bloqueo de las vías urinarias, por afección maligna o cálculo, impide la eliminación; asimismo, los pro-blemas congénitos como las anomalías estructurales.

• Las alteraciones hormonales, como el mal funcionamiento de las glándu las suprarrenales o la hipófisis.

• Un traumatismo generalizado, como la hemorragia, quemaduras y cho-que.

• Cualquier trastorno muscular generalizado puede afectar la función de las vías urinarias, así como los factores neurológicos. Es posible que las dro-gas que deprimen el sistema nervioso central originen pérdida del control voluntario de la micción.

roblemas comunes

De los problemas localizados más comunes se encuentran: incontinencia urina-ria, disuria o dificultad para la micción, dolor o sensación de ardor al orinar, fre-cuencia, urgencia, nicturia, poliuria, distensión por retención urinaria, oliguria y sustancias extraídas en la orina.

La incontinencia urinaria es un problema común en los enfermos, ya que puede causar irritación de la piel del área anogenital.

La frecuencia, combinada con la urgencia, es común en personas con infec-ciones de vías urinarias.

La retención urinaria, en cambio, predispone a infecciones de la vejiga (cis-titis).

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NI'I i MIIDII ilr rlimlniu'liSii 2 5 1

I n falta total de orina puede indicar anuria renal. En ambos problemas, el paciente no puede orinar. En la retención, puede sentirse la vejiga simplemente ul laclo del abdomen. En la anuria, la orina no llega a la vejiga.

Para el buen funcionamiento fisiológico, es importante conservar una elimi-nación adecuada. En pacientes con dificultad de la micción hay varias medidas para estimular ésta, tales como hidratarlo, hacerle reír, hacerle deambular, entre otras. El sondeo se realiza por prescripción médica.

SONDEO VESICAL EN LA MUJER

I is la introducción de una sonda o catéter estéril a la cavidad vesical a través de la uretra.

Objetivo

Extraer la orina de la vejiga, con fines terapéuticos o de diagnóstico, en forma segura y eficiente.

ICquipo y material

Charola con: solución jabonosa, solución antiséptica, alcohol, dos pinzas en so-lución antiséptica, gasas estériles 10 x 10 cm, guantes estériles, jalea, sonda Fo-ley del número 10 a 12 para usarla en caso necesario, recipiente para material usado, frasco estéril para muestra, sabanilla; equipo de cateterismo estéril: ban-deja, compresa, pinza, vaso de aluminio o flanero, torundas, sonda rígida; equi-po de aseo de genitales, cómodo, riñón, lámpara de pie.

Método

1. Llevar el equipo al lado de la paciente y disponerlo para su fácil manejo. 2. Solicitar al paciente su colaboración. 3. Colocar a la paciente en decúbito dorsal y cubrirla con la sabanilla. 4. Bajar la colcha y el cobertor a la piecera de la cama. 5. Doblar sus ropas arriba de la cadera, flexionando las rodillas y cubrir las

piernas con los extremos de la sabanilla. 6. Colocar el cómodo, protegiendo el colchón si es necesario. 7. Hacer aseo de genitales externos según el método enseñado. 8. Retirar el cómodo y dirigir la fuente de luz al campo. 9. Hacer asepsia de manos con alcohol, sobre el cómodo.

10. Abrir el equipo estéril y colocarlo cerca de la paciente. 11. Ponerse los guantes. 12. Tomar el campo y colocarlo a nivel de los glúteos, sin contaminarse.

Principio: el uso correcto del material estéril evitará complicaciones e infec-ciones a la paciente.

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2 5 2 NcocviidndcN I>A,NI<UN dt I IIUIIIIHC

13. Poner en el vasito, antiséptico a tres torundas. 14. Lubricar 5 cm la sonda. 15. Con la mano izquierda, separar y levantar ligeramente hacia arriba ION

labios menores. 16. Tomar la pinza y limpiar de arriba hacia abajo la zona alrededor del incalo. 17. Secar de arriba a abajo, pasando la torunda una sola vez. 18. Colocar una torunda en el orificio vaginal. 19. Dar un toque con antiséptico en el orificio uretral. 20. Poner la bandeja entre los muslos de la paciente, cuidando que no se cierren

los labios menores. 21. Introducir la sonda de 5 a 5 cm hasta que empiece a fluir la orina. 22. Recibir la orina en la bandejita o frasco estéril.

Principio: los líquidos pasan de un área de mayor presión a otra de menoi presión.

23. Al terminar de evacuar la orina sacar lentamente la sonda. 24. Limpiar el meato con torunda seca y retirarla del orificio vaginal. 25. Retirar el equipo de la cama. 26. Arreglar las ropas de la paciente y de la cama, dejándola cómoda. 27. Dejar el equipo limpio y en su lugar. 28. Hacer el informe en el expediente de la paciente: hora en que se efectuó u

procedimiento, características de la orina y reacciones de la paciente.

Medidas de control y seguridad

• Obtener la colaboración de la paciente, inspirándole confianza y seguridad. • Tener buena iluminación. • Usar guantes estériles para tomar una muestra estéril y enviar de inmediato la

cantidad requerida, con el respectivo membrete. • No forzar la introducción de la sonda, si ofrece resistencia. • Para eliminar riesgo de infección, evitar introducir y sacar la sonda.

SONDEO VESICAL EN EL HOMBRE

Objetivo

Atender a las necesidades del paciente siguiendo las órdenes médicas.

Equipo y material El mismo utilizado en el sondeo vesical en la mujer, pero agregando una sabani-lla adicional y guantes.

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Ni't rftliliul do rliinlimctriii 253

Mtflml»

I I ,levar el equipo al lado del paciente y disponerlo para su fácil manejo. '/, Solicitar al paciente su colaboración. \, (lolocar al paciente en decúbito dorsal. •I. (lubrir al paciente con las sabanillas, quedando los bordes a nivel del pubis

y correr la colcha y sarape a los pies. 5. Quitar el pijama y plegar la ropa arriba del pubis. r>, Colocar el cómodo debajo de los glúteos, protegiendo el colchón. 7, Colocar los guantes y hacer aseo de genitales, según el método enseñado. H. Retirar el cómodo y dirigir la fuente de luz al campo. 9. I lacer asepsia de manos.

10. Abrir el equipo estéril y colocarlo sobre la mesa o sobre la cama. 11. Poner jalea en la gasa para lubricar la sonda de 20 cm. 12. Poner nuevamente los guantes. 13. Preparar una zona estéril alrededor del pene con la compresa para eliminar

riesgo de infección. 14. Sostener con la mano izquierda el miembro y echar hacia atrás el prepucio,

dejando visibles el glande y el meato urinario. 15. Asear el meato con solución antiséptica. 16. Sujetar suavemente con la mano izquierda el pene en ángulo de 60°. 17. Lubricar la sonda e introducirla de 15 a 20 cm aplicando presión suave y

continua. 18. Bajar el pene para que fluya la orina por gravedad hacia el exterior. 19. Recibir la orina en la bandejilla o en el irasco estéril. 20. Al terminar de evacuar la vejiga, retirar lentamente la sonda. 21. Limpiar el meato urinario con una torunda seca. 22. Retirar el equipo de la cama y arreglar las ropas, dejando cómodo al pacien-

te. 23. Dejar el equipo limpio y en su lugar. 24. Informar en el expediente del paciente: hora en que se efectuó el procedi-

miento, características de la orina y reacciones del paciente.

Medidas de control y seguridad

• Determinar en cada caso el calibre de la sonda y longitud de penetración. • El sondeo en pacientes masculinos será instalado por el médico o enfermero,

con el fin de evitar al paciente incomodidad por ser mujer la enfermera.

SONDA A PERMANENCIA

Es la instalación de una sonda por tiempo prolongado (sonda Foley).

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2 5 4 Neciwidmli'N IMÍMIUN <TI* 1 Ilumine

Método

1. Realizar los mismos pasos del método de sonda vesical. 2. Verificar que ha drenado la orina, inyectar con la jeringa y adaptador de agua

estéril, en la cantidad indicada por el conducto correspondiente al balón. 3. Hacer una tracción leve del extremo de la sonda para comprobar que esté si

tuada en la vejiga. 4. Conectar el extremo de la sonda al tubo de drenaje. 5. Fijar la sonda con cinta microporosa o tela adhesiva en la caía anterior del

tercio medio del muslo.

Medidas de control y seguridad

• Llenar el balón de acuerdo con su capacidad. • Mantener estéril la sonda y el tubo de drenaje cuando se desconecten. • Cambiar diariamente la bolsa colectora. • Mantener el receptáculo a un nivel que permita que el drenaje sea por grave-

dad. • Evitar hacer tracción de la sonda. • Dar aviso al médico cuando se tenga de tres a cinco días de instalada la sonda

para su cambio.

EVALUACIÓN

• ¿Logré la cooperación del paciente? • ¿Llevé a cabo el procedimiento sin dificultad o confusión? • ¿Utilicé y mantuve una técnica estéril? • ¿Tomé en cuenta la comodidad y pudor del paciente? • ¿Enseñé a), paciente cómo conservar el sistema de drenaje mientras deam-

bulaba y permanecía en cama? • ¿Hice saber al paciente la importancia de aumentar la ingestión adecuada

de líquidos? • ¿Identifiqué el color, aspecto y volumen de la orina? • ¿Observé la zona perineal para descubrir posibles signos de inflamación? • ¿Verifiqué que el funcionamiento del drenaje fuera eficiente? • ¿Comprobé que no hubiera malestar anormal del paciente y su comodidad?

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Nci rM<iu«i de eiiinlniclrtnn 2 5 5

A(TIVII)AI)IW

I Indagar sobre el tema en el manual de procedimientos de la Institución o en libros de consulta.

2. I )iscutir en grupo, los problemas o dudas relativos al cuidado de enferme-ría a pacientes con problemas de eliminación intestinal.

\ I lacer conclusiones del tema para valorar el aprendizaje. •I I ,eer sobre el lema en libros de consulta. '» I )iscutir en grupo las dudas surgidas para resolverlas. (> Realizar procedimientos por medio de simuladores, antes de realizar algu-

na práctica con enfermos. 7. Visitar el servicio respectivo en el hospital y hacer observaciones sobre la

asistencia de enfermería a estos pacientes. K. Presentar al grupo sus experiencias, incluida su relación con los pacientes.

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Capítulo 17

Vive el momento presente, porque tu futuro depende de él.

Trata de aprovechar al máximo el momento que vives, sacándole toda la utilidad que pue-

das, para tu perfeccionamiento.

C. TORRES PASTORINO

N E C E S I D A D D E H I D R A T A C I Ó N

I JQUIDOS Y ELECTROLITOS

1,1 agua se ha llamado el nutriente indispensable; entre 50 y 70% del peso total del cuerpo de un adulto está formado por agua y sus constituyentes disueltos. El sistema de líquidos tiene un papel esencial en el organismo. Sus principales fun-ciones son: el transporte de oxígeno y nutrientes a las células y eliminación de los productos de desecho de las mismas; y, el mantenimiento de un ambiente fí-sico-químico estable dentro del cuerpo.

En la segunda función, son importantes los electrolitos. La estudiante recor-dará de sus estudios de química que los electrolitos son compuestos que en solu-ción en agua se separan en partículas capaces de llevar una carga eléctrica.

El catión es una partícula de carga positiva; el anión, es una partícula con carga negativa. Los principales cationes de los líquidos orgánicos son el sodio, potasio, calcio y magnesio, en tanto que el cloruro, fosfato, bicarbonato y sulfa-to son los principales aniones.

Los electrolitos de los líquidos corporales son indispensables para las reac-ciones químicas que ocurren en las células también ayudan a regular la permea-bilidad de las membranas celulares, controlando así el paso de diversos materia-les a t ravés de e l l a s . Son i n d i s p e n s a b l e s pa ra c o n s e r v a r e l e q u i l i b r i o ácido-básico del cuerpo y para la transmisión de energía eléctrica dentro del mismo.

Los electrolitos son las diversas sales de sodio, potasio, calcio y magnesio que existen en solución en los líquidos corporales. Estas sales son necesarias pa-

257

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2 5 8 Nm\HÍ<U<l< N lirtulnis ILCL IIOIIIIHI

ra el metabolismo del cuerpo. Cuando se pierden líquidos también se ellinliuiil electrolitos corporales.

Los líquidos y electrolitos son necesarios para mantener una buena salud I ti circunstancias normales, el cuerpo conserva el preciso equilibrio de líquido', v electrolitos. Tanto el volumen como los constituyentes de los líquidos orgrtni» o* varían un poco de un día a otro y suelen regresar a un estado de equilibrio, po eos días después de cualquier alteración leve.

Diversos problemas de salud pueden causar un grave desequilibrio de líqul dos y electrolitos, como resultado de un exceso o una carencia.

En la vida diaria normal, una temperatura muy alta o una actividad cxtv.il va pueden alterar el equilibrio si no se mantiene la adecuada ingesta de agun y sal.

Una persona puede retener una excesiva cantidad de líquido en los tejidos y desarrollar edema, o bien puede perderlos en gran cantidad (por vómito peí sin tente) y deshidratarse. Siempre que los líquidos se pierden o retienen en canlidii* des excesivas, hay una pérdida o retención simultánea de electrolitos. Estos IUIH

tornos pueden tener graves repercusiones en el cuerpo, es probable que n< afecten las funciones de transporte y regulación del sistema de líquidos.

Siempre que hay un trastorno en el equilibrio de líquidos y electrolitos, el or ganismo intenta compensar la falta o el exceso, cualquiera que sea el caso, |x> niendo en juego varios mecanismos de adaptación; por ejemplo, una persona que transpira demasiado en un día cálido, siente deseos de ingerir líquido fxli'ii para restituir el que ha perdido por el sudor, sin embargo, el cuerpo cuenta con varios mecanismos de adaptación además de la sed.

Si el desequilibrio es muy grave, o persiste varios días, los mecanismos ili adaptación pueden no ser suficientes. En este caso, las defensas orgánicas sul'i'Olt un colapso y sobreviene la postración. Esto puede suceder, por ejemplo, cuando hay una pérdida continua de líquidos sin restitución o un repentina eliminación considerable, como en una hemorragia masiva.

Distribución de líquidos y electrolitos

El agua corporal total está distribuida en dos compartimientos: el intracelular y el extracelular; el primero, que se encuentra dentro de las células, varia de 40 n 50% del peso total del cuerpo. El líquido extracelular se encuentra fuera de lili células y está formado por dos tipos: uno se encuentra entre las células y se de nomina líquido intersticial, el cual corresponde a 15% del peso total del cuerpo de un adulto; el otro es el líquido intravascular, que se encuentra en los vasos sanguíneos y linfáticos, y constituye 5% del peso total del cuerpo del adulto.

El constante intercambio de líquidos de un compartimento hacia el otro cuín pie la función de transportar sustancias nutritivas y oxígeno hacia las células y

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Ni 11 nl.nl ili lililí'«lin mu

eliminar desechos y producios elaborados (|iic salen de las mismas, Kn el indivi dúo simo, es necesario conservar el volumen de líquidos en la sangre circuíanle, usí como el inlracclular.

rúenles de líquidos en el organismo

I lúa persona obtiene líquidos y electrolitos de tres fuentes principales:

• I íl líquido que ingresa como tal 1 (XX) a 1 5(X) ml • líl líquido que contienen los alimentos 900 a 1 (XX) ml • I I líquido producido por la oxidación de los alimentos 200 a 400 ml

Ingestión total diaria 2100 a 2 900 ml

Medios de eliminación de líquidos

1,1 cuerpo pierde agua por transpiración cutánea, espiración del íiire pulmonar y orina excretada por riñón. Además, por las heces se excreta un pequeño volu inen de líquido. La perdida total de agua del cuerpo en circunstancias normales es de aproximadamente 2 100 a 2900 ml, dependiendo principalmente del volu metí de líquido ingerido.

Eliminación por:

Kn estados anormales, se pierden líquidos por vómito, diarrea, fístulas, sudoración, hemorragia y exudados-.

H1 equilibrio entre los líquidos ingeridos y los excretados se mantiene dentro de límites muy estrechos. La ingestión suele igualar a la eliminación en un pe-riodo de tres días, aunque quizá no siempre sea igual en un lapso aislado de 24 horas.

Mecanismos que regulan el equilibrio de líquidos y electrolitos

l '.l mecanismo regulador más importante para conservar el equilibrio de líquidos del cuerpo es el renal.

Cuando la ingestión es insuficiente o hay una pérdida excesiva de líquidos del cuerpo, el volumen de orina que se elimina disminuye. Por el contrario, si se Ingresa un volumen excesivo de líquidos, aumenta la diuresis, debido a la resor-ción selectiva de agua en los tubos renales; el riñón también ejerce el principal

Orina I leces Piel Pulmones Total

1 000 a 1 500 ml/día 100 a 200 ml/día 600 a 700 ml/día 400 a 500 ml/día

2 100 a 2 900 ml/día

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260 NoccAÍdudoN IHVNHUN <lel lionil>t<

control sobre el equilibrio de sodio y potasio del cuerpo mediante su resorción selectiva en los tubos renales.

El tubo digestivo también ayuda a regular el equilibrio de líquidos y electro-litos. Su acción es similar a la de los ríñones, es decir, por la resorción selectiva de agua y solutos que se lleva a cabo principalmente en el intestino delgado.

La sed es otro de los mecanismos reguladores que permiten conservar el equilibrio de líquidos, consiste en el deseo de ingerir más líquidos y suele indi-car una necesidad fisiológica básica de agua, aunque en ocasiones ocurre por re sequedad de las mucosas de boca y garganta por otras causas, como en la respi-ración bucal.

La "sed verdadera", debida a una falta básica de agua, suele presentarse cuando se deshidratan las células del cuerpo, disminuye el volumen extracelular (como en una hemorragia), o se estimulan algunos centros del hipotálamo.

Los pulmones también son importantes para regular el equilibrio de líquidos y electrolitos. Generalmente, el volumen de agua que se pierde por la respira-ción es muy pequeño; sin embargo, siempre que aumenta su profundidad y fre-cuencia, también se incrementa el volumen de agua que se elimina por esta vía y puede constituir un factor de considerable importancia.

Puede ocurrir, por ejemplo, en el ejercico muscular intenso y la fiebre o cualquier trastorno en el que aumentan considerablemente las respiraciones o cuando el aire que se respira es muy seco, como cuando se administra inhalo-terapia. El oxígeno u otras sustancias que se dan por inhalación siempre deben humedecerse, para contrarrestar la pérdida de agua en la espiración.

Factores que afectan el equilibrio de líquidos y electrolitos

Ingestión insuficiente

Las fuentes de agua y electrolitos del cuerpo son la ingestión de alimentos y lí-quidos. Cualquier alteración de la nutrición se reíleja en el cuerpo. Las personas que no ingieren suficientes alimentos y líquidos, ya sea por falta de medios o por enfermedad, suelen presentar una alteración de equilibrio de líquidos y elec-trolitos, en particular si la ingestión insufiencicnte es prolongada.

Alteraciones del tubo gastrointestinal

El tubo gastrointestinal secreta un considerable volumen de líquidos en forma de jugos digestivos. Casi todo se reabsorbe durante el proceso de la digestión. Cualquier alteración de los procesos normales de secreción y resorción, puede causar un importante desequilibrio de líquidos y electrolitos.

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II... Milml ila lililí iiim lún

Alteración de la Junción renal

(!omo el riñón está relacionado con la regulación del equilibrio de líquidos y electrolitos, cualquier alteración de su función puede trastornarlo. El daño al ri-ñón en sí puede interferir con su capacidad para reabsorber agua y electrolitos en los tubos renales.

Sudoración o evaporación excesivas

[ Jno de los factores contribuyentes en la cantidad de agua que pierde el cuerpo diariamente, es el volumen de la sudaración que puede variar de cero a varios li-tros al día, según diversos factores como el grado de actividad física del indivi-duo, la temperatura del ambiente y la presencia de fiebre, entre otros.

Hemorragias, quemaduras y traumatismos del cuerpo

En las hemorragias, no sólo se pierde líquido, sino también una parte de los ele-mentos sanguíneos; disminuye el volumen circulatorio total y, si la hemorragia es considerable, los mecanismos de adaptación del cuerpo pueden reducirse y sobrevenir con ello un choque.

En el caso de quemaduras y en algunos traumatismos (incluidos los quirúrgi-cos), se pierden líquidos y electrolitos de la circulación general y tienden a acu-mularse en los espacios intersticiales: se eliminan líquidos del plasma, se agota el sodio, y se libera potasio en exceso de las células dañadas, al igual que se ago-tan las proteínas. En consecuencia, para restablecer el equilibrio no sólo es nece-sario restituir líquidos, sino también sodio, potasio y proteínas.

El equilibrio de líquidos se altera cuando se pierde un volumen importante de agua. La única manera de restablecerlo consiste en reponer el líquido que se ha perdido. Estas pérdidas se corrigen a través de la administración bucal, pa-renteral o combinada de alimentos y líquidos. Si la pérdida es por transpiración, también se pierden sales (sodio y potasio), por ello siempre se deben restaurar las sales, al igual que el líquido perdido. Si la pérdida es por vómito constante, el organismo pierde otros elementos como potasio y calcio, que necesitarán re-ponerse de inmediato. Cuando se ha perdido sangre por hemorragia, es necesa-rio restituirla con sangre total o plasma sanguíneo.

El agua es esencial para vivir, sin ella, sobrevienen la deshidratación y muer-te en un plazo más o menos breve. El agua es necesaria para cubrir la pérdida in-sensible de líquidos por evaporación cutánea y exhalación de aire húmedo de los pulmones. También es necesaria para que los rifiones puedan excretar en forma normal los desechos orgánicos.

Factores que influyen en las necesidades de líquidos y electrolitos

Los afetores que iníluyen en estas necesidades son: edad, grasa corporal, ejerci-cio, temperatura ambiente, estrés y salud.

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262 NCCOMIIIUICN hitftlciiN ILCL IUUIIIHI

El desequilibrio de líquidos y electrolitos puede originar problemas en nuil quiera de las áreas funcionales del cuerpo, que suelen necesitar inlerveiu loiim medicas o de enfermería.

El tipo de trastorno y los procedimientos correctivos dependen en gran pin lo de la naturaleza específica del desequilibrio y el grado de alteración.

Los problemas más comunes que encontrará la enfermera son los relaciona-dos con la deshidratación, edema y trastornos del equilibrio ácido básico.

Deshidratación. Trastorno en el que el cuerpo y los tejidos pierden agun Puede depender de múltiples causas: ingestión insuficiente o pérdida excesiva de líquidos u otros trastornos patológicos.

Edema. Retención excesiva de líquidos en los tejidos; puede ser generalizada o localizada y deberse a trastornos de la función renal o circulatoria.

Para valorar al paciente con problemas de líquidos y electrolitos, la enferme ra debe conocer los factores y antecedentes que suelen causar algún desequili-brio, verificar signos y síntomas, identificar los hallazgos de laboratorio que sean significativos, conocer y comprender el plan terapéutico del médico.

Los factores significativos en la historia del paciente que pueden alertar a la enfermera sobre la posiblidad de un desequilibrio de líquidos y electrolitos, in-cluye cambios recientes en los patrones individuales usuales de ingestión y eli-minación de líquidos o la presencia de cualquiera de los problemas de salud ya mencionados. La enfermera debe obtener información acerca de los hábitos normales de alimentación, ingestión y eliminación de líquidos del paciente, ya que esto le ayudará a planear la asistencia del paciente para evitar desequilibrio de líquidos y electrolitos o corregir los que ya se han presentado.

Es importante que la enfermera conozca el cuadro clínico normal que pre-senta el paciente, así como los signos iniciales de deshidratación.

Signos de huiratación adecuada

1. Peso estable día con día. 2. Membranas mucosas húmedas. 3. Orina de color paja. 4. Cantidad de orina excretada,

apropiada en relación con la ingesta de líquidos.

5. Turgencia tisular buena. 6. Orientación mental. 7. Sed satisfecha. Otros: sin evidencia de edema o dedeshidratación.

Signos de deshidratación

1. Pérdida importante de peso. 2. Mucosas secas. 3. Orina más oscura de lo normal. 4. Orina escasa.

5. Pérdida de turgencia tisular 6. Confusión mental. 7. Sed. Otros: lengua seca y sarrosa fatiga, pulso débil, hipotensión ar-terial, elevación de la temperatura

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Nenvililnil (Ir lililí alimón 263

I lis pruebas de diagnóstico para los pacientes con problemas de líquidos y • li ( iiolllos asnalmente incluyen el examen de laboratorio de muestras de orina y ilc sunjji'e.

1,08 trastornos en el equilibrio de líquidos y electrolitos pueden tener efectos tyliivcl en las funciones del cuerpo. La enfermera debe observar los signos tem-íanlos y síntomas de desequilibrio que deben informarse de inmediato al médi-I I» que atiende al enfermo, para que pueda asignar la terapéutica adecuada para • ni regir el desequilibrio antes de que se agrave.

I ,a enfermera debe dar prioridad a las medidas necesarias para conservar o i establecer el equilibrio de líquidos y electrolitos.

Medidas para mantener el equilibrio de líquidos y electrolitos

Procurar una ingestión adecuada de alimentos y líquidos. Generalmente el mé-dico indica la cantidad exacta de líquidos que debe ingerir el paciente. Algu-nas veces la enfermera es quien debe juzgar las necesidades de líquidos del paciente; si está deshidratado o ha perdido una excesiva cantidad de líquidos, HC le debe estimular a que ingiera líquidos; en algunos casos puede estar con-traindicado ingerir más líquidos, para evitar la sobrecarga al corazón.

La enfermera tiene la responsabilidad de orientar al paciente a comprender la restricción de líquidos y a planear su dieta.

La enfermera debe conocer los objetivos de la terapéutica médica para no forzar el ingreso de líquidos prescritos.

Vigilancia del ingreso y eliminación de líquidos. Én pacientes que tienen o pueden tener problemas de líquidos y electrolitos es indispensable que se vigile con precisión el ingreso y eliminación, mediante mediciones exactas de todos los líquidos que recibe por las diferentes vías, para lo cual generalmente, los hospitales tienen tarjetas para ello.

Para llevar el registro preciso del ingreso de líquidos del paciente se requiere de la cooperación de todo el personal del equipo de salud que le proporcione atención.

El registro exacto de la eliminación en pacientes con fiebre, lavados gástri-cos e irrigaciones vesicales, tubos de canalización, etc., es más difícil porque se requiere de experiencia y dedicación para observar y apreciar la cantidad esti-mativa de entrada y salida de líquidos, así como de sus características.

Observación de signos y síntomas. La enfermera debe estar pendiente de los primeros signos de algún desequilibrio, observar y registrar las valoraciones he-chas, y el grado de hidratación del paciente, en particular los signos iniciales de deshidratación o retención ael líquido.

Las observaciones tienen un objetivo, el registro de ellas es de utilidad para el médico, en el diagnóstico del estado del paciente, y la planeación del trata-miento.

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2 6 4 Necodiriluli'N bltoUnx ili'l luniiliii

Principios

1. El adulto promedio necesita entre 2100 y 2900 ml de líquido en 24 luí» ras.

2. La ingestión de líquidos normalmente equilibra la pérdida de líquidos, 3. Cuando se pierden o retienen líquidos en cantidades excesivas, hay muí

pérdida o aumento concomitante de los electrolitos. 4. Los signos y síntomas que acompañan el desequilibrio de electrolitos vu

rían según el exceso o deficiencia del electrólito específico. 5. Los electrolitos específicos que se eliminan del cuerpo por pérdida de li

quidos dependen de la vía por la que se pierden. 6. Los niños requieren mayor volumen de líquidos que los adultos, en pro

porción con su peso corporal.

Restablecimiento del equilibrio de líquidos y electrolitos

Normalmente se ingieren líquidos suficientes para cubrir las necesidades corpo-rales. Cuando la ingestión bucal es inadecuada, o no puede administrarse por esa vía, se usarán otros medios de suministro, sobre todo cuando han aumentado las pérdidas.

El médico indica el método de restitución de líquidos perdidos en relación con el estado del paciente; los métodos que suelen usarse son: venoclisis, trans-fusión de sangre, gastroclisis y la hipodermoclisis, aunque éste es el menos fre-cuente.

Normas generales pa ra el uso del catéter endovenoso

1. Lavarse las manos antes de iniciar el procedimiento. 2. Seleccionar el calibre de la vena. 3. Considerar la duración del tratamiento. 4. Considerar tipo de sustancias que se van a introducir. 5. Considerar el estado del paciente. 6. Seleccionar áreas que no sean de flexión. 7. Para lograr turgencia de la vena, ejercer presión evitando causar isquemia

del miembro. 8. Manipular el punzocat con habilidad y asepsia requerida durante el procedi-

miento. 9. Fijar las telas adhesivas, de manera que permitan visualizar el sitio donde

está localizada la punta del catéter. 10. Evitar multipunciones al paciente. La enfermera sólo debe hacer dos inten-

tos de canalización. 11. Retirar el catéter a la menor duda de infiltración.

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266 Netr.siilitilcN liftalutN del IKUIIINC

12. Verificar que el punzoeat no dure más de 72 horas en la vena. 13. Cambiar el venopak cada 24 horas.

14. Emplear solamente frasco estéril de preparación inmediata en cad» caígn

VENOCLISIS

Es el suministro directo de líquidos gota a gota al torrente circulatorio n iiuvA* de las venas, en un tiempo determinado, cuando el paciente no puede ingoi n luí»

Objetivos

• Reposición de líquidos perdidos para su absorción inmediata. • Restaurar y mantener el equilibrio de líquidos y electrolitos del organlflino,

cuando la ingestión bucal no es lo suficientemente adecuada. • Contar con una vía permeable para la administración de nutrientes y fármaco*,

Equipo y material

Charola con: punzoeat de varios calibres, venopak, recipiente con torundas alco-holadas, ligadura o torniquete, tela adhesiva, recipiente para desechos (riñón), tablilla o fruía, venda para sujeción (en caso necesario), portasueros.

Solución indicada, etiquetada con los siguientes datos: nombre del pacicntOi número de cama, fecha, hora de inicio, contenido (especificar fármacos agrega-dos con cantidad o unidades), gotas a pasar en un minuto, horas indicadas para pasar, hora programada de terminación, tira horario (marcador adhesivo coloca-do sobre el frasco de solución que facilita el control de la velocidad del flujo de infusión) y nombre de la enfermera que lo preparó.

Método

1. Preparar la solución con los fármacos indicados con técnica aséptica. 2. Introducir el extremo superior del cuenta gotas en el tapón del frasco. 3. Adherir al frasco la etiqueta membretada y la tira horario. 4. Trasladar el equipo a la unidad del paciente y solicitar su colaboración. 5. Colgar el frasco en el portasueros, purgar el aire del tubo sobre el riñon y

cerrar la llave reguladora. 6. Colocar al paciente en posición cómoda. 7. Cortar tiras de tela adhesiva del tamaño necesario. 8. Seleccionar la vena a puncionar.

Principio: el torrente circulatorio constituye un buen vehículo para el trans-porte de soluciones y/o medicamentos.

9. Apoyar el brazo sobre un plano resistente. 10. Colocar la ligadura aproximadamente 10 cm por arriba del punto de pun-

ción de la vena elegida; si es necesario, hacer presión para dilatar la vena.

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Nt ' ( C ' i l l l l l l l l i o l i l i l í ItlIU'IÓII

11 < oí» los dedos índice y medio, palpar con suavidad la vena. Escoger otra V C I I Í I si ¡IL palpar la seleccionada se siente dura. Favorecer la dilatación de la vena, cuando al palparla se perciba vacía por medio de ligeros golpes con el «ledo; pedir al paciente que cieñe y abra la mano varias veces.

I ' I .impiar la región de la vena escogida con una torunda alcoholada. M Hacer venopunción:

• Ucstirar bien, con el pulgar de la mano, la piel por debajo del sitio de punción para estabilizar la vena.

• Sostener el punzoeat (catéter) en un ángulo de 45 grados a 10 cm por debajo del sitio de punción, en dirección del flujo sanguíneo.

• Empujar el punzoeat a través de la piel hasta sentir resistencia, pero sin introducirla en la vena; reducir el ángulo de 15 a 20 grados y puncionar lentamente en el vaso; se debe percibir un crujido.

• Cuando se observa reflujo de sangre a través del catéter, dirigirlo leve-mente hacia arriba y seguir el trayecto de la vena para no pinchar la pa-red posterior.

• Ejercer presión sobre la vena por delante de la punta del catéter, para evi-tar escape de sangre y sacar la aguja,

• Aflojar el torniquete. 14. Conectar el venopak al punzoeat. 15. Abrir un poco la llave del venopak y verificar si la solución fluye libremen-

te o hay infiltración. 16. Fijar el punzoeat con las telas adhesivas y mantenerlo permeable. 17. Fijar la férula con telas adhesivas, inmovilizando la región (si es el caso). 18. Sujetar la férula a la cama en pacientes inconscientes. 19. Anotar en un fragmento de tela adhesiva: fecha, hora, calibre del punzoeat y

nombre de la enfermera, fijándolo en lugar visible. 20. Regular el goteo a velocidad indicada por el médico. 21. Brindar comodidad al paciente. 22. Retirar el equipo y dejarlo limpio en su lugar.

23. Efectuar las anotaciones respectivas en el expediente del paciente (en la ho-ja de la enfermera).

24. Vigilar periódicamente la permeabilidad y el paso de la solución. 25. Al terminar la solución, revisar indicaciones médicas.

Sitios de aplicación de la venoclisis (en adultos)

Para aplicar la venoclisis, se utilizan los siguientes sitios: venas cefálica y basíli-ca de la cara interna del codo, venas metacarpianas del dorso de la mano; algu-nas veces se utilizan las venas de los pies y de las piernas.

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268 Necesidades básicas del hombre

Sitio de la venoclisis.

Retiro de venoclisis

El cambio de catéter se efectúa:

• Al terminar el tratamiento. • Ante sospecha e infección o infiltración.

Método

1. Trasladar, a la unidad del paciente, una charola con un recipiente con loimi das alcoholadas.

2. Cerrar la llave reguiadora, humedecer las telas adheridas con alcohol y <l» »< pegarlas con cuidado.

3. Sacar el catéter con movimiento firme y rápido, colocando una torunda al> <• holada en el lugar de la punción.

4. Presionar ligeramente y solicitar al paciente, si está consciente, que iciciigl la torunda durante unos minutos.

5. Dar comodidad al paciente. 6. Efectuar las anotaciones correspondientes en la hoja de enfermería.

Medidas de control y seguimiento

1. Lavarse las manos antes de preparar la solución y siempre que sea m • • M rio.

2. Identificar bien los medicamentos al preparar la solución. No aplica» nu til camentos dudosos.

3. En caso de dificultad, durante el procedimiento, notificar al jefe Inmciliiiin II al módico.

4. Iin caso de reacciones inesperadas, avisar de iniucdiaio a la jclc o al mullí

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Necesidad de hidratación 2 6 9

5. Aplicar solamente las soluciones prescritas por el médico en el expediente. 6. Evitar introducir aire al torrente circulatorio (produce embolia gaseosa), que

el tubo se doble o que la aguja o el catéter se tapen y que la fijación haga mayor presión de la necesaria.

7. Estabilizar con una férula, la aguja o el catéter si el sitio de venopunción es-tá situado encima de una articulación o si el paciente está activo.

8. Verificar la posición correcta de la aguja, palpando de vez en cuando la vena. Revisar frecuentemente la velocidad del goteo.

10. Cambiar la venoclisis de vena cuando se presente alguna reacción local. 11. Anotar la fecha de colocación en la férula.

AVALUACIÓN

• ¿Expliqué al enfermo el procedimiento para conseguir su colaboración y disminuir su inquietud?

• ¿Identifiqué las necesidades del paciente durante la infusión intravenosa? • ¿Verifiqué la identidad del paciente, cotejando los datos con los del frasco

de la solución antes de su aplicación? • ¿Elegí el sitio adecuado de punción para la canalización ? • ¿Asumí la responsabilidad en la administración y mantenimiento de la tera-

péutica? • ¿Vigilé las relaciones anormales del paciente y el paso de la solución du-

rante el tratamiento? • ¿Brindé al paciente la asistencia adecuada para mantenerlo cómodo?

(lANTROCLISIS

Mi'Indo que consiste en alimentar o hidratar al paciente a través de una sonda l|tir NO introduce por boca o nariz hasta el estómago.

I )e esta forma se proporcionan alimentos o líquidos a los adultos que no pue-• ii a alimentarse por la boca o está contraindicado. L o s estados en que suele su-ministrarse la alimentación por sonda son: estado de inconsciencia, fractura de ItliiHllar, paladar hendido, etcétera. También está indicado en pacientes someti-• i", cirugía de boca, labios o garganta (véase capítulo 15, "Necesidad de ali-t i n i i i m ' i ó n " ) ,

HII'ODKUMOCUSIS

'<• o Iteren a la udinlillBtrnctón (le grandes volúmenes de líquidos en el tejido Milu manco l'sta uVnlm no es de uno frecuente, se emplea cuando un pariente

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2 7 0 Norntidmlcn lutoli i»i l i ' l liomlti»•

no puede reeibir líquidos por vía bueaJ, rectal o intravenosa, L lene como Itn MI ministrar al enfermo líquidos, electrolitos y en ocasiones nutrientes,

Los sitios usuales para administrarla son debajo de la escápula, la pared iii dominal arriba de la cresta ilíaca, la cara inferior de la mama y la parle antcrlQl del muslo.

Las soluciones e instrumentos deben ser estériles y la técnica debe clecluant con estricta asepsia. Debe comprobarse cuidadosamente la solución antes do emplear para prevenir equivocaciones y complicaciones graves.

La hipodermoclisis está contraindicada en caso de edema. Sus peligros son posibilidad de infecciones con formación de abscesos, punción de un vaso sangufr neo importante, necrosis y esfacelos del tejido porque el líquido no se absorbe.

CLASIFICACIÓN DEL GRUPO SANGUÍNEO

La sangre humana puede clasificarse en cuatro grupos principales: O, A, B y AM Los eritrocitos (hematíes) del grupo O no contienen aglutinógenos A ni B. Los hematíes del grupo A contienen aglutinógenos de tipo A y los del grupo

B, aglutinógenos de tipo B. Los eritrocitos del grupo AB contienen aglutinógenos A y B. La incompatibilidad sanguínea depende además del factor Rh, que existí* en

casi todos los eritrocitos presentes en 85%, independientemente del grupo san guineo.

Método para la clasificación del grupo sanguíneo

Para clasificar la sangre por grupo sanguíneo, se toman dos gotas de sangre; una de ellas se mezcla con una gota de suero tipo A y la otra con una de tipo B.

El grupo al que pertenece la sangre mezclada al suero se determina así:

1. Si en ninguna de las dos mezclas hay aglutinación, la sangre pertenece al grupo "O" (donador universal).

2. Si en las dos mezclas hay aglutinación, pertenecerá al grupo "AB" (re-ceptor universal).

3. Si sólo se aglutina en la mezcla que tiene suero tipo B, se trata de sangre del grupo "A".

4. Si sólo hay aglutinación en la mezcla que tiene suero tipo A, se trata de sangre perteneciente al grupo "B".

Prueba de compatibilidad

Una pequeña gota del donador se mezcla a dos o tres gotas del suero sanguíneo del receptor, el objetivo es conservar el volumen de sangre circulante dentro de los límites normales, para satisfacer las necesidades del organismo.

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N N < M i l d i l i l i l i l i l í M U Í i i ' u i 271

I ii ANSI MISIÓN DI! SANGRE

I la Introducción de sangre total o de los componentes de la sangre, como el plasma, suero, eritrocitos o plaquetas, al interior de la circulación venosa.

< MijHivos

• Restaurar el volumen sanguíneo después de choque operatorio, traumático o hemorrágico severo.

• Restaurar el nivel de eritrocitos para corregir anemias severas y crónicas y mantener los niveles de hemoglobina en sangre.

• Proporcionar los factores del plasma, como el factor antihemofílico (FAH), que controla la hemorragia.

• Aumentar la inmunidad a personas convalecientes (pre y postoperatorio).

Equipo y material

('harola con: bolsa con la sangre, equipo para transfusión (filterset), equipo para venoclisis (si es necesario), termómetro clínico, torundas con alcohol y porta-lucros.

Método

1. Verificar órdenes médicas. 2. Reunir el equipo en el cuarto de trabajo. 3. Comprobar en la tarjeta o membrete de la bolsa de sangre: nombre del pa-

ciente, tipo y grupo sanguíneo, número de cama, número de registro y fecha de caducidad.

4. Observar cuidadosamente la sangre antes de utilizarla, buscando cambios de color o burbujas de gas.

5. Llevar el equipo a la unidad del paciente. 6. Disponer el equipo en forma adecuada. 7. Explicar el procedimiento al paciente. 8. Tomar la temperatura al paciente, lo cual servirá como punto de referencia

para mediciones ulteriores. 9. Efectuar venopunción con catéter adecuados a la transfusión sanguínea,

considerando la edad del paciente y el estado de sus venas. 10. Abrir un poco la llave del venopak y verificar si la solución fluye libremen-

te o hay infiltración. 11. Fijar el punzoeat con las telas adhesivas y mantenerlo permeable. 12. Fijar la férula con telas adhesivas, inmovilizando la región (si es necesario). 13. En pacientes inconscientes, sujetar la férula a la cama.

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2 7 2 NITCSKIIKII 'I IIAXK UN ILI L IIIIMIUI'

14. Anotaren un fragmento de lela adhesiva: lecha, hora, calibre drl pun/ui >i i nombre de la enfermera, lijándolo en un lugar visible'.

15. Regular el goteo a la velocidad indicada por el médico. 16. Brindar comodidad al paciente. 17. Retirar el equipo y dejarlo limpio en su lugar. 18. Invertir suavemente la bolsa varias veces para mezclar eritrocitos, 19. Colocar el equipo de transfusión en la bolsa, purgar y cerrar llave regula»l< >i a I 20. Cerrar la llave del equipo de venoclisis, ponerle un tapón estéril y COIIIM LITF

el equipo de transfusión al punzoeat. 21. Dejar pasar los primeros mililitros de sangre lentamente. 22. Observar cuidadosamente al paciente durante el primer cuarto tic hora y illfl

frecuencia después. 23. Aumentar la velocidad del goteo hasta la indicada por el médico, si no I* n

reacciones negativas. 24. Adherir una etiqueta membretada con los siguientes datos: nombre del p •

cíente, número de cama, fecha, hora de inicio de transfusión, eatlidad • l• -componente sanguíneo, goteo por minuto, tiempo indicado para Uanslir.ion hora programada de terminación y nombre de la enfermera.

25. Retirar el catéter y proteger el sitio de la punción con una tira de In ii ln adhesiva o continuar con el esquema de soluciones ordenada por el médli n

26. Dejar al paciente cómodo y retirar todo el equipo. 27. Informar en el expediente del paciente: hora en que se inició y termino la

transfusión, cantidad de sangre trasfundida y reacciones del paciente.

Medidas de control y seguridad

1. Conocer las complicaciones que pueden presentarse al administrar la sutil gre, y tenerlas presentes al observar al paciente.

2. Identificar al paciente antes de iniciar la transfusión. 3. Tomar la temperatura durante la transfusión. 4. Asegurarse de que el número de identificación, el grupo sanguíneo v t'l

nombre completo del paciente escrito en la etiqueta sea la que le corre,spotj» da al paciente.

5. Evitar administrar sangre completa junto con glucosa al 5% (puede producir hemolisis).

6. Evitar emplear solución con calcio para iniciar la administración de sanará (los iones de calcio pueden hacer que la sangre se coagule).

7. Evitar emplear agua caliente para subir la temperatura de la síingre; el cilm excesivo destruye los glóbulos rojos.

8. Vigilar, en los pacientes con lesión renal, cardiaca o hepática, que la trailfl fusión sea lenta para evitar sobrecarga.

9. Desechar la bolsa de sangre si en la observación se detecta cambio de color y burbujas de gas.

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NT't 1 Mllilll til lililí nlllt túll 273

i < i Nimpender de ImnedlaU) la transfusión si el paciente presenta algún signo de cMcnlofrío, escozor de la piel, mareo, diaforesis, palidez, intranquilidad, et-cétera, y dar aviso al módico.

11 t toar la venoclisis existente si la luz del catéter es el adecuado. I ' l leglr una vena que no sea la del pliegue del codo para comodidad del pa-

ciente. I l (>bscrvar la transfusión regularmente. I I Examinar al paciente estrechamente para detectar cualquier reacción trans-

l'usional.

I ¡VALUACIÓN

• ¿Expliqué al paciente el procedimiento? • ¿( )bscrvé las reacciones del paciente durante los primeros minutos de la

transfusión? • /.Interrumpí la sangre cuando valoré la reacción anormal del paciente y no-

tifiqué al médico? • ¿Controlé durante la transfusión los signos vitales con frecuencia? • ¿Cotejé los datos del paciente con los de la sangre ?

ACTIVIDADES

1. Consultar bibliografía correspondiente al tema. 2. Realizar el procedimiento en el laboratorio de enfermería, llevando una

técnica estéril e identificar errores durante su aplicación. 1 Discutir en grupo errores y dudas sobre el lema. 4. Analizar en grupo los cuidados de enfermería requeridos en la asistencia a

pacientes con problemas de líquidos y electrolitos. *>. Indagar las normas y medidas específicas preventivas para la administra-

ción de venoclisis en las diferentes instituciones de salud. 6. Consultar en bibliografía correspondiente sobre las reacciones y compli-

caciones de las transfusiones sanguíneas en bibliografía correspondiente. 7. Discutir en grupo por qué es necesaria la determinación del grupo sanguí-

neo y pruebas cruzadas en donadores y receptores. X. Investigar las prácticas y procedimientos especiales que rigen la provisión

de sangre en los distintos hospitales. Tomar nota y presentar concluioncs en el grupo.

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Capítulo 18

Regale amor y comprensión a todos los que se le acerquen.

Haz como el sol, que sale para todos indistintamente, con sus bienhechores

rayos de luz y calor.

C. TORRES PASTORINO

N E C E S I D A D D E T E R M O R R E G U L A C I Ó N

I ,A T E M P E R A T U R A CORPORAL

I ,n temperatura corporal es el equilibrio entre el calor producido y el que pierde el organismo.

La temperatura superficial del cuerpo varía con los cambios ambientales, y el ser humano ha aprendido a protegerse lo mismo del calor que del frío; además lia desarrollado la capacidad para modificar su ambiente inmediato, con el fin de obtener la temperatura ambiental más cómoda. Respecto a la temperatura inter-na o central del cuerpo, las células requieren una temperatura corporal relativa-mente constante para que funcionen eficazmente. Si ésta se descompensa en ex-tremo puede sobrevenir la muerte.

El calor es producido por el cuerpo en forma constante a través del metabo-lismo de los alimentos y, especialmente, por la actividad celular de los músculos y de las glándulas secretoras, el ejercicio, los temblores y la tensión inconsciente ele los músculos también lo producen. Algunas enfermedades pueden aumentar o disminuir la temperatura corporal.

La piel es el órgano responsable de mantener la temperatura a nivel óptimo mediante la evaporación y la respiración.

Por lo general, los mecanismos de regulación del calor corporal conservan un equilibrio preciso entre su producción y pérdida. En esta forma se preserva la temperatura interna dentro de un margen muy estrecho, que no suele variar más de un grado en un día. El sistema de regulación del calor es uno de los mecanis-mos homeostáticos más importantes del cuerpo.

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N I I I M I L M L I > 1 LIRTTTI II'< . 1 . 1 H U I L L Í N I

t a elevación de la loinpcrntura es uno de los signos principales de oniiimwt dad, y con frecueacla, una de las primeras indicaciones observables de nlli ni clón de la fundón tcrmorreguladora.

I a conservación de una temperatura mayor que la normal impone muelu) • •• tuerzo a los mecanismos de adaptación del cuerpo y causa, por lo tanto, gt¡m *I* bllidad. El problema de la hipotermia (temperatura corporal baja) se debe, en Id mayoría de los casos, a la exposición prolongada a una temperatura ambiental Iría, por lo que se le debe dar cada ve/ mayor atención.

Durante siglos se han utilizado aplicaciones de calor y frío, tanto en el tu> (•> litl como en el hogar, para tratar diversos trastornos del cuerpo humano. Aniluit tienen efectos sistémicos o locales en los tejidos corporales y aún se utili/an »tía frecuencia como medios terapéuticos.

MECANISMOS DE REGULACIÓN DEL CALOR

I I organismo posee un mecanismo regulador de temperatura, que tiene por ob|o lo conservar el equilibrio entre la producción y la pérdida de calor, de m a n f l que la temperatura cotporal permanezca más o menos constante en 37°C. El»n lor, generado dentro del organismo (por actividad química), es contrarrestado tío manera eficaz por la pérdida corporal, lo cual se lleva a cabo de diversas mano ras. ( i radas a este mecanismo regulador la temperatura orgánica puede maulo nerse constante en el hombre, a pesar de la temperatura ambiental.

Con objeto de conservar la temperatura corporal normal, la pérdida de enloi debe aumentar en proporción directa a la cantidad de calor producida. El cu lor ganado o perdido por el cuerpo puede transmitirse mediante uno de los tu s métodos principales: por conducción o contacto con un objeto calentado para ganar calor, como bolsa para agua caliente o con un objeto frío para perderlo; por conversión o transmisión de calor de otra fuente, como el que se obtiene de una lámpara calorífica o el que pasa de los órganos profundos del cuerpo a piel o tejidos superficiales; y por conversión o transmisión de calor mediante co rriente eléctrica de alta frecuencia, como la diatermia.

Otros medios por lo que se pierde calor del cuerpo son:

• Evaporación cutánea por transpiración. • Espiración del aire pulmonar (liberación de C0 2 ) . • Calentamiento del aire inspirado. • Eliminación de orina y heces.

El centro regulador de la temperatura se localiza en el hipotálamo y actúa para mantener "normal" la temperatura del cuerpo, cuando las terminaciones nerviosas sensitivas de la piel envían señales para adaptarla.

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Nci cNidnil (l«i icrinorrcuuliuirtn

líl cuerno enema con diversos mecanismos de adaptación como: promover la producción de calor si la temperatura corporal disminuye mucho, o perderlo si M' eleva demasiado.

En el hombre, el mecanismo principal para enfriar el cuerpo es el aumento de la sudoración, ello facilita considerablemente la pérdida de calor por evapo-ración en la piel. Si la temperatura ambiente es mayor que la del cuerpo, la su-doración es el único mecanismo por el que la persona pierde calor.

PACTORES Q U E A F E C T A N L A T E M P E R A T U R A C O R P O R A L

En condiciones de buena salud, las diversas actividades y procesos fisiológicos normales alteran la temperatura corporal. Cualquiera de ellos que aumente el ín-dice metabólico, elevará la temperatura; por el contrario, la disminución del índice metabólico la reducirá.

Durante el ejercicio, la temperatura corporal puede elevarse considerable-mente como resultado de la actividad muscular. Este aumento se normaliza rápi-damente por interrupción del mismo.

Los extremos en los estados emocionales también elevan la temperatura corporal por estimulación del sistema nervioso simpático. Una simple emo-ción fuerte puede aumentarla, como el enojo o la ausencia de afecto en una de-presión.

La acción dinámica específica de los alimentos también altera la temperatura corporal. El índice metabólico se estimula con la ingestión de alimentos y per-manece así varias horas después de una comida. Los alimentos difieren en cuan-to a su calidad dinámica específica. Las proteínas aumentan el índice metabólico mucho más que las grasas y los carbohidratos.

La temperatura ambiental tiene un fuerte efecto en la del cuerpo; ésta no sólo aumenta o disminuye con los cambios bruscos, sino cuando el individuo pasa de un clima caliente a frío o viceversa.

La capacidad del cuerpo para soportar temperaturas ambientales altas depen-de de la humedad de la atmósfera. Cuando el aire es seco y hay suficientes co-rrientes de aire para eliminar el calor del organismo por convección, el indivi-duo puede soportar temperaturas muy altas con poco o ningún aumento de la temperatura corporal. Si la humedad falta, disminuye la cantidad de calor que se pierde por evaporación en la superficie del cuerpo y la temperatura corporal co-mienza a aumentar rápidamente.

De igual forma, un ambiente frío disminuye la temperatura del cuerpo. El clima húmedo enfría más que el seco, y cuando hay un gran movimiento de aire, se elimina del cuerpo una mayor cantidad de calor.

La ropa disminuye los efectos de la temperatura ambiental en el calor corpo-ral. Cubrir el cuerpo con ropa caliente y adecuada, disminuye el impacto de las temperaturas frías.

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2 7 8 Nci'c'wldmlt'N brtxii UN ilrl linmlm

La edad afecta a la temperatura corporal cu algún grado. El mecanismo regitt lador de la misma en un recién nacido es inestable. Como consecuencia, ¡ti Ih Ih le afecta la temperatura ambiente y se le debe proteger de los cambios extremo*

El índice metabólico basal disminuirá gradualmente con la edad, de tal loi ma que en las personas mayores de ambos sexos la temperatura corporal Huelo ser más baja que en adultos jóvenes.

La disminución de la eficacia de la mayoría de los sistemas corporales coa» comitante al envejecimiento también hace que los ancianos sean más vulnera bles a los efectos de los cambios ambientales de la temperatura.

Muchos ancianos, especialmente los mayores de 75 años, presentan riesgo de hipotermia (temperatura menor de 36°C) por varias razones como: tempera tura media de la habitación, dietas inadecuadas, pérdida del tejido graso suben táneo, la ausencia de actividad, etcétera.

Las constantes vitales como la temperatura y la tensión arterial del ser humii' no varían. Estas modificaciones aparecen cíclicamente dutante las 24 horas d( l día.

Las variaciones en el ritmo se deben fundamentalmente a los cambios en la actividad muscular y en los procesos digesüvos, que son mínimos por la maflfjflii y durante el sueño.

El sexo de cada persona también afecta a esta constante. El aumento de ln progesterona durante la ovulación incrementa la temperatura corporal de la mujer. Los estrógenos y la testosterona también aceleran el metabolismo ba sal, debido a que los estrógenos provocan un aumento del depósito de tejido adiposo.

Los procesos normales pueden causar variaciones leves de la temperatura corporal, muchas enfermedades la aumentan con mayor frecuencia. Las más co-munes son: infecciones, afecciones del sistema nervioso central, neoplasias y trastornos metabólicos.

El uso prolongado de algunas drogas como la morfina y el LSD también pueden causar fiebre.

PROBLEMAS COMUNES DE LA REGULACIÓN DE LA TEMPERATURA

Fiebre. Se denomina fiebre o pirexia a la elevación de la temperatura; la fiebre muy alta es denominada hiperpirexia o hipertermia es decir cuando ésta llega a 40.6°C. Existen tres tipos de fiebre: intermitente, remitente y reincidente.

Fiebre intermitente o continua es aquella en la que la temperatura corporal se eleva, por lo general en las primeras horas de la mañana pero vuelve a la norma-lidad en algún momento de las 24 horas del día.

La fiebre remitente es aquella en la que hay variaciones importantes de la temperatura durante las 24 horas del día, todas ellas por encima de lo normal.

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N C C C N I I I U I I ILC L I ' t l l l i i i u ' j í l l l n o l r t l l 2 7 9

lili la liebre rcluciilentC (recidivante), la temperatura puede ser normal uno o dos días y después aumentar por periodos variables. Los normales se mezclan de manera irregular durante la evolución de una fiebre de este tipo.

El nombre de fiebre héctica o séptica se refiere a una de tipo intermitente en la (|ue hay grandes variaciones de la temperatura.

Otro lipo de fiebre es la constante, en ella la temperatura permanece prácti-camente igual durante días o semanas.

I AI liebre puede también describirse según el tipo de comienzo y de termina-ción. Puede empezar gradual o súbitamente y volver a la normalidad rápidamen-te en un periodo de horas por crisis o progresivamente en días o semanas por li-Sis. liste fenómeno lo produce un aumento de la producción de calor, una disminución del mismo o una continuación de ambos.

I ,as etapas típicas de la fiebre suceden en respuesta a los procesos fisiológi-cos que ocurren en el cuerpo. Hay tres etapas diferentes: 1) fase de escalofríos, o periodo de aumento de la temperatura; 2) evolución de la fiebre, cuando la tem-peratura se conserva a un grado elevado; 3) terminación, o periodo en que vuel-ve a lo normal. Durante las tres etapas, actúan diferentes grupos de mecanismos, que originan los signos y síntomas característicos de cada una.

Los signos clínicos de la fiebre varían dependiendo del estadio, es decir, del comienzo, del curso o de la terminación. Los que se aprecian al comienzo son:

1. Escalofrío: el enfermo se queja de que tiene frío. 2. Temblor por contracciones musculoesqueléticas fuertes. 3. Palidez de la piel por vasoconstricción periférica. 4. La piel tiene aspecto de "carne de gallina", causado por la contracción de

los músculos pilíferos erectores. 5. Aumento de la frecuencia del pulsó por incremento del ritmo cardiaco. 6. Elevación constante de la temperatura rectal, aunque la cutánea sea fría.

La elevación no suele aparecer en el termómetro bucal hasta el final del escalofrío.

Los signos durante el curso son:

1. El enfermo no manifiesta tener frío o calor. 2. Se queja de dolor de cabeza. 3. Enrojecimiento cutáneo, debido a la vasodilatación periférica, que permi-

te eliminar calor. 4. Piel caliente al contacto. 5. Sudoración en algunos casos. 6. Irritabilidad o inquietud por la irritación del sistema nervioso central. 7. Desorientación y confusión con temperaturas extremadamente altas; en

los niños, se presentan convulsiones.

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280 NcCVNÍiIikIoN bitsI(UN (ll'l huillín r

8. Debilidad generalizada y dolor de los miembros. 9. Pérdida de peso si la fiebre se prolonga.

10. Anorexia, nausea y vómito. 11. Deshidratación de la piel y de las membranas mucosas, especialinenlr cu

bebés, niños y ancianos.

Los signos de la terminación son:

1. Diaforesis (sudoración abundante que permite la rápida eliminación «I* calor a través de la vaporización).

2. Enrojecimiento cutáneo debido a la vasodilatación. 3. Posible deshidratación.

Los mecanismos fisiológicos causales de la fiebre en todos los procesos pti tológicos se desconocen. Se considera generalmente que puede ser causada |wti anormalidades del cerebro mismo o por sustancias tóxicas que afectan la regula ción térmica.

Diversos estímulos activan los centros hipotalámicos, principalmente la* sustancias llamadas pirógenos, secretadas por bacterias tóxicas o producidas poi tejidos en degeneración. Se cree que estimulan la liberación de una segunda SIIH

tanda (pirógeno endógeno), de los leucocitos que han llegado al área enl'eim.i, la cual actúa en los centros termorreguladores.

Se ha comprobado que la fiebre causada por pirógenos tiene ciertos efecto* benéficos para ayudar al cuerpo a combatir la infección.

Se considera que la fiebre actúa en dos formas: crea una temperatura iñude cuada para la supervivencia de las bacterias y el aumento del índice melabrtlleo de las células incrementa la producción de cuerpos inmunes y su capacidad para fagocitar cuerpos extraños, evitando así la invasión bacteriana.

La fiebre puede presentarse en el postoperatorio, debido a diversas causal, Puede ser por la excesiva producción de calor como en el caso de una infección patógena pero usualmente es debido a una inadecuada eliminación de calor.

Los traumatismos craneoencefálicos se acompañan con frecuencia de llehie, que también se observa en pacientes con lesiones de la médula espinal. En estON casos, se cree que es provocada por presión o lesión, en el hipotálamo o en la* vías que van o vienen de los centros termorreguladores.

La deshidratación puede afectar también directamente a los centros del hi|Hi tálamo, de tal forma que la temperatura aumenta hasta causar fiebre. Parte de la elevación se debe a la falta de líquido que se elimina por sudoración, lo cual pr l va al cuerpo de uno de sus principales mecanismos para perder el exceso di-calor.

Hipotermia. Se refiere a la temperatura inferior a lo normal. El mecanismo fisiológico básico en la hipotermia es la constricción de los vasos sanguíneo* en los tejidos periféricos del cuerpo. Este fenómeno disminuye el flujo de san

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Nocmlilml» * ili li'iiiiDlK'UiiluclíSl) 281

|¡rc en el área y, en consecuencia, el suministro de oxígeno a los tejidos. La re-ducción del riego sanguíneo disminuye la sensación local (hay entumecimien-lo) y causa debilidad muscular; la piel se siente fría y se torna pálida; las pare-des de los vasos sanguíneos locales pueden lesionarse directamente por el frío, con el consiguiente escape de líquido de plasma hacia los espacios intersticia-les; el área se hace tumefacta. Posteriormente, la sangre de los vasos se concen-tra más y comienzan a aparecer pequeños coágulos que dan un aspecto motea-do típico a los tejidos. Por último, los coágulos ocluirán completamente los vasos, y el área se torna avasallar (sin riego sanguíneo). Es posible que ya no se sienta el pulso. La piel es el primer tejido que se enfría y puede lesionarse con mayor probabilidad.

Los vasos sanguíneos, nervios y músculos son también muy vunerables y se dallan fácilmente. Los huesos, el tejido conectivo y los tendones tienen mayor resistencia a las lesiones por exposición al frío. Las áreas del cuerpo más vulne-rables al frío son las más expuestas, como manos, cara, mejillas, nariz, orejas y pies. La parte afectada se torna blanca y brillante, en ocasiones con tinte azuloso.

Además de las reacciones locales al frío, las personas que se han expuesto a temperaturas bajas extremas pueden presentar: agotamiento; disminución en sus respuestas físicas y mentales; comienzan a perder su capacidad para mover los miembros en forma normal y tropiezan con frecuencia; su habla es limitada y se deteriora la visión. Es común que se prsenten calambres y contracciones muscu-lares y en tanto operan el mecanismo del escalofrío, aumentarán el pulso y la respiración. Con frecuencia se tornan somnolientos y fácilmente se dormirán. Si no se les atiende con prontirud, sobreviene la muerte.

La causa más común es la exposición prolongada a una temperatura ambien-tal fría.

La capacidad para soportar temperaturas frías varía entre cada persona. In-lluye el color de la piel, la edad avanzada y el mal estado físico. También son Importantes la cantidad y tipo de ropas que se utilizan para aislar el cuerpo.

El agua es buena conductora del calor y, en consecuencia, las ropas húmedas eliminan calor del cuerpo.

VALORACIÓN DE LAS NECESIDADES DEL PACIENTE FEBRIL PARA SU CUIDADO

('orno parte de sus labores diarias, la enfermera, por lo general, lo primero que hace al recibir a un paciente en una institución de salud es realizar una valoración del pa-ciente para determinar la necesidad de intervención del médico o de la misma enfer-mera.

Debe tomar los signos vitales. De hecho, la fiebre es un signo tan constante de enfermedad que es importante observar en todos los pacientes los signos y síntomas de alteración de la temperatura corporal. Para obtener datos basales

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que permitan juzgar si es mayor o menor de lo normal, es illil lomarla \ .HIMK días sucesivos a horas diferentes y anotar las lecturas y llevar una gráfica ello. Cualquier elevación de temperatura es significativa.

La enfermera debe estar pendiente de la presencia de signos y síntoma* < | i l | indican fiebre y medir la temperatura del enfermo si piensa que ha variado, Hl necesario valorarla en relación con factores como la temperatura normal iiMiitl del enfermo, hora del día, temperatura ambiente y procesos fisiológicos lioriHM les que pueden afectar la temperatura del cuerpo.

La historia clínica de ingreso y las observaciones hechas en el estudio»lililí4 del enfermo, anotadas en su expediente, contribuyen a la valoración que la • u fermera debe hacer. Para que ésta sepa qué debe buscar cuando observa al euti i mo y las preguntas que debe hacer al paciente o a los familiares, es nei es m.i que conozca el mecanismo de la fiebre, los tipos más comunes y sus etapus, atll mismo, debe comprender lo que sucede a los tejidos corporales afectados por i'l Mo y estar capacitada para efectuar las observaciones pertinentes.

PRINCIPIOS RELATIVOS A LA REGULACIÓN DE LA TEMPERATURA

1. La temperatura de la superficie del cuerpo varía con los cambios del iitttl biente.

2. La temperatura interna o central, se conserva dentro de un margen muy entlM cho, que nonnalmente no varía mis de un grado en un individuo determinado j

3. Se considera que los límites superior e infeiior de la temperatura del nmif l l para la supervivencia son de 46°C y 20°C respectivamente.

4. El calor se genera en el cuerpo por los procesos del metabolismo celuliii 5. El calor se pierde del cuerpo por los fenómenos de radiación, condin < IrilU

convección y evaporación. 6. La producción y pérdida de calor están controlados en forma tennostaili if.

en el hipotálamo. 7. El aumento de la temperatura es uno de los primeros signos de enfermedad 8. La persistencia de temperatura alta requiere un aumento del gasto de en t f l

gía del cuerpo. 9. Una temperatura corporal alta puede estimular por sí misma el aumeiiln iltti

la producción de calor. 10. Las células del cuerpo se lesionan con temperaturas internas o externa'. iiaiJ

altas. 11. Los tejidos del cuerpo se congelan cuando se exponen a temperalUla mu ]

biente muy baja y puede haber daño tisular irreparable. 12. Tanto los lactantes como las personas de edad avanzada son más H|u i<p||

bles a los cambios de la temperatura ambiental que otros.

No» r.siilml ili itniiinticgiilitdrtn 283

MIMHDAN P A R A REDUCIR LA PRODUCCIÓN DECALOR

\ i ll|iu prioridades para la acción de enfermería es necesario valorar la gravedad di I estado del paciente. Si la temperatura es anormalmente alta, hay que reducir-la de Inmediato. Debe encamarse al paciente si ha estado levantado, y notificarlo •il iiuMIco. Pueden utilizarse varias medidas para disminuir rápidamente la tem-|H lalura; por ejemplo, el uso de antipiréticos, que tienen acción sistémica, y cli-* 11 NIIK( técnicas para "enfriar la superficie" del cuerpo.

¡Urdidas generales. El paciente que tiene una temperatura elevada necesita ili m» anuo, lo cual disminuye el proceso metabólico y la actividad muscular y, por 10 lauto, el calor producido en el organismo. Por lo general, se les encama para llipilinlr sus actividades; sin embargo, el reposo implica más que sólo la restricci Ou de la actividad física también significa reposo mental. Algunas veces, el sim-ia» nelo de tomarle la temperatura puede provocar ansiedad en el paciente.

I Ina temperatura elevada puede implicar que se posponga la cirugía o se re-k t ül regreso a casa con la familia. Es necesario asegurar al paciente que se Hlrt haciendo ttxlo lo posible por su bienestar y que se encuentra en manos com-|n lentes. Anticiparse a sus necesidades le ayuda a relajarse.

I os enfermos con fiebre necesitan un ambiente tranquilo y fresco. Con fré-namela son irritables y pueden ser hipersensibles a los estímulos. Se debe hacer fl i 'ituerzo por reducir al mínimo el ruido y proporcionarle la oportunidad de ilt'Ni minar. Una habitación cómoda y fresca aumenta la eliminación de calor y ay uda a que reposen con mayor facilidad.

I n ocasiones se utiliza un ventilador para aumentar la circulación de aire en tu habitación y facilitar la eliminación de calor del cuerpo por conducción y con-in i lón; sin embargo, es necesario evitar que el paciente se enfríe. Las ropas de latina de las personas con fiebre deben ser ligeras y cómodas, ya que las pesadas impiden la eliminación de calor.

Medidas para reducir al mínimo los efectos de la fiebre en el cuerpo. La 11 aipeiatura superior a lo normal causa tensión en los mecanismos orgánicos de tiiliipiaelón, El paciente usualmente se siente incómodo, pierde más líquidos de lo animal y utiliza más energía de la usual durante la temperatura corporal elevada. I II i mi,secuencia, la acción de enfermería debe dirigirse a aliviar la incomodidad V»niiMervar la hidratación y el estado nutricional del paciente.

Medidas de comodidad. La buena higiene es importante para la salud y co-IIIMIIIIIÍKI del paciente. Una intensa diaforesis cuando hay fiebre es muy incómo-da Iinflar al paciente, cambial- de camisón y ropas de cama para que esté limpio \ mu i» son contribuciones importantes para su bienestar físico.

i oí no en la axilas y alrededor de los genitales son más numerosas las glándu-la* sudoríparas, estas zonas necesitan especial cuidado al bañar al paciente. Con li» i mínela, en las camas de pacientes que sudan profusamente se utilizan sábanas ili limióla, por su mayor absorbencia, en lugar de las usuales de algodón.

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284 NiHTNiilutlrN blblloJM <l<l IHUIIIHI

Conservación de la hidratación. La hidratación del enfermo es un aspet lo muy importante. La diaforesis y pérdida excesiva de líquidos por el mímenlo di| la respiración incrementa la cantidad de líquido eliminado del cuerpo y es ur< v sario restituirlo. Además, durante la fiebre aumenta la formación de produiim metabólicos de desecho que hay que eliminar.

Este hecho, aunado a la necesidad de expulsar cualquier sustancia tóxica que pueda encontrarse, realza la importancia de los líquidos.

Por lo general, se considera aconsejable ingerir 3000 mi de líquidos al día NI el enfermo no puede tomarlos por vía bucal en cantidad suficiente, pueden Oftli narse por venoclisis.

Es necesario llevar un registro preciso del ingreso y eliminación de líquido* del paciente. Los primeros deben incluir todos lo que reciben por vía bucal y pa renteral. Al valorar la eliminación, hay que medir con precisión la diuresis v anotar el grado de sudación y la pérdida de cualquier líquido por vómito o día rrea. Asimismo, se suma el volumen de los líquidos aspirados.

Es necesario vigilar cuidadosamente al paciente en busca de signos de deslil dratación. Cuando el paciente se deshidrata en el curso de una liebre, su piel suele tomarse seca y escamosa. La aplicación de crema ayuda a conservarla etl buen estado; también suele causar grietas en los labios, la lengua o la mucosa bucal. Es esencial una buena higiene bucal para evitar infecciones y contribuir a la comodidad del enfermo.

Hay que asear, hidratar y lubricar la boca y los labios. Si el paciente es inca paz de lavarse los dientes con un cepillo, debe ser ayudado por la enfermera, uit lizando un abatelengua con gasa y un enjuague bucal.

La ingestión frecuente de líquido ayuda a conservar la hidratación de la cavi-dad bucal. El lavado de la boca con agua (o enjuagues bucales) y mascar chicle (goma) ayudan a conservar la hidratación.

Si el enfermo no puede realizar estas actividades, la enfermera cuidará de limpiar la boca con una torunda y dar "toques" de glicerina, limón o leche de magnesia.

Los labios pueden lubricarse con cremas o vaselina. Si el paciente no puede hacerlo solo, la enfermera debe aplicarle vaselina estéril en los labios. Es ncee« sario que sea estéril porque a menudo las grietas producidas por la fiebre pío porcionan una vía de entrada para infecciones.

Conservación del estado nutricional. Como el aumento del índice metabóli-co y la desnutrición tisular son con gran frecuencia concomitantes de la fiebre, es necesario administrar proteínas y carbohidratos. Las primeras ayudan a la for-mación de tejidos corporales; los carbohidratos suministran la energía necesaria. Regularmente, estos elementos se proporcionan en líquidos por vía bucal o pa renteral. Es necesario vigilar el peso del enfermo a intervalos frecuentes y que el médico conozca su estado nutricional, de tal forma que puedan aplicar el trata-miento adecuado.

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No t Niilml tli I r i i i i n i i r i i i i l f t o l r t n

i l reposo es esencial para reducir al mínimo las necesidades de energía del enfermo. La actividad Tísica debe ser mínima. Durante la etapa de convalecen ría, la actividad se aumenta en l'orma gradual para evitar un cansancio indebido.

Una función importante de la enfermera es vigilar cuidadosamente el esludo nutricional del paciente y anotarlo con precisión para comunicar sus observado IK S a otros miembros del grupo de salud.

Fármacos antipirépticos. Estos fármacos, como el ácido acelllsalii íllco. se prescriben con frecuencia para reducir la fiebre; sin embargo, aunque tienen a< el On específica en los centros de regulación térmica, no eliminan la causa de la liebre. Su administración puede indicarse a horas específicas a criterio <l< Iti cu tronera. No es raro que se ordenen cuando la temperatura llena 11 IH 0"(' Si un enfermo con fiebre recibe antibióticos, suele administrarse a Inrcivulos h (Milu íes, con el fin de conservar su concentración terapéutica, En palíenles< on luli < clones, los antibióticos reducen la fiebre, eliminando la causa di *l« i cuerpo.

Baño templado con esponja. Cuando se considera aconsejable dhiiiluuli ni pldamente la temperatura del paciente, puede utilizarse el baño templado di i ponja. Es una medida sencilla y segura de enfermería, que es posible leall/ui ni casa o en el hospital, y se hace cuando lo indica el médico, El pnn eso HC l>ii»<a • n ijiie el cuerpo pierde calor a través de los mecanismos de conducción a uiiii u lancia más fría, en este caso, al agua templada.

Antes del baño, se toman la temperatura, el pulso y la respiración, L's IIII|MH Imite valorarlos para después verificar la eficacia del procedimiento. Hay lint chas formas de dar un baño templado con esponja.

Después del baño de esponja, cada 20 minutos se toman la temperatura, el pulso y la respiración. El baño suele repetirse hasta que la temperatura del enlei mo haya llegado al grado indicado por el médico. Si sus indicaciones no incluye el grado de temperatura, debe interrumpirse el tratamiento, antes de llegar a la normal; cabe esperar que haya una disminución adicional después de interrum pirlo.

En ocasiones, se indica un baño de alcohol porque se evapora a una tempera-tura más baja que el agua y, en consecuencia, se acelera el proceso de enfria-miento.

Un procedimiento muy drástico que sólo se utiliza en casos excepcionales consiste en utilizar una sábana húmeda y un ventilador para aumentar la elimi nación de calor del cuerpo. El paciente se cubre sólo con una sábana humedecí da en agua. El ventilador se dirige de forma tal que haya movimiento constíuile sobre la sábana. Esta medida promueve la evaporación y convección y en conse-cuencia, aumenta la pérdida de calor del cuerpo.

Aparatos para hipotermia. Diversos hospitales cuentan con aparatos de hi-potermia que se utilizan para disminuir con rapidez la temperatura del cuerpo, Pueden utilizarse en pacientes con temperatura de 39.4°C o mayores cuando se

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286 N o » ('.NMIIKICN IXTOIUIM CLRL IIOIIIINI '

piensa que es esencial disminuirla rápido o se han (Inflado los ceñiros n n lnal< reguladores de calor y resulta necesario conservar el enfriamiento arlllli lal dl|i| rante mucho tiempo.

En esta técnica se utilizan los fenómenos de radiación y conducción. I I p » cíente se coloca sobre mantas para enfriamiento o entre ellas, las Cuales se t o I nectan a un aparato de refrigeración.

Los cobertores contienen serpentines por los que circula el refrigerante, \a que se pierde una cantidad considerable de calor del cuerpo por conducción di recta a la substancia enfriadora y por radiación de las ondas de calor a las IIMM tas de enfriamiento. Como a algunas personas les produce escalofríos la tipil» a ción del cobertor para hipotermia, en ocasiones se administran fármacos patN reducirlo.

Los pacientes que reciben tratamiento de hipotermia con frecuencia netcnL tan que se les tranquilice y explique esta terapéutica. Es un método muy lia o modo, a decir de quienes lo han experimentado.

EVALUACIÓN

• ¿Observé signos y síntomas de alteración de la temperatura corporal en el paciente?

• ¿Medí la temperatura del paciente considerando la hora del día, las activl dades del paciente y otros factores fisiológicos que pudieran causar una desviación ligera o temporal de la temperatura?

• ¿Tomé por días sucesivos y a horas diferentes durante mi servicio la tem-peratura corporal del paciente, según indicación médica?

• ¿Hice la lectura correcta de la temperatura? ¿Llevé una gráfica de la tempe-ratura?

• ¿Proporcioné al paciente medidas para disminuir los efectos de la fiebre en el organismo?

• ¿Observé las reacciones del paciente con temperatura corporal baja? • ¿Averigüé las circunstancias por las que el paciente presenta lesiones por

clima frío?

CALOR Y FRÍO COMO AGENTES TERAPÉUTICOS

Las aplicaciones de calor y frío se usan en medicina física como parte de las me-didas de rehabilitación (baño de parafina y baño de torbellino), siempre bajo la responsabilidad del médico. Tienen como objeto favorecer los procesos de repa-ración y cicatrización de los tejidos y pueden hacerse de forma seca o húmeda. El tipo de aplicación suele depender de su objetivo y de las características de la herida; por ejemplo, el uso de una bolsa con agua caliente o un cojín eléctrico en

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NIM oMi l i td i l r l i i n u i r r e g u l n i ' l r t n 2 8 7

IM I *«< Ii (OH CH una medida conocida. La aplicación de hielo para detener una It» ni*•inicia nasal {epistaxis) es una maniobra terapéutica común en el hogar.

i lis aplicaciones de calor aumentan la temperatura de una parte del cuerpo, aili niins que las de frío la reducen.

I 1 empleo de calor local y la forma de aplicación depende de varios factores:

• finalidad de la aplicación. • I ídad del paciente y estado de la piel. • Salud física general del paciente. • Área del cuerpo afectada. • I )uración del tratamiento. • Equipo del que se dispone. • (Yilerio del médico.

!*• liu ípios relativos en ei uso terapéutico del calor y frío

I I ;,l calor se distribuye en todo el cuerpo por la sangre circulante y por conduc-ción directa a través de los tejidos.

2, El cuerpo pierde calor principalmente por conducción, convección y evapo-ración en la superficie de la piel.

\ I ,a cantidad de calor que se pierde del cuerpo es directamente proporcional al volumen de sangre que circula cerca de la superficie de la piel.

I El volumen de sangre que circula cerca de esta superficie depende de la dila-lación y constricción de las arteriolas periféricas.

V La aplicación de calor y frío influyen en la dilatación y constricción de los vasos sanguíneos periféricos,

o, La humedad conduce mejor el calor que el aire. 7. La capacidad de las personas para tolerar el frío y el calor es variable. Los

individuos en edades extremas —los muy viejos y los muy jóvenes— son particularmente sensibles al calor y al frío.

8. Las personas se hacen menos sensibles a las aplicaciones repetidas de calor y frío. (). El tiempo de exposición a temperaturas extremas afecta la tolerancia del

cuerpo a las mismas.

Aplicación de calor

La aplicación directa de calor eleva la temperatura tisular y reduce el proceso in-flamatorio, ya que causa vasodilatación e incrementa la circulación local, lo que a su vez aumenta la leucocitosis, supuración, drenaje y cicatrización; también eleva el metabolismo tisular, disminuye el dolor causado por espasmo muscular y reduce la congestión de visceras profundas.

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288 N o t v . s u l n i l r * Ititoicu.s de l hu t i i l i r c

El calor se puede aplicar en forma seca (cojín eléctrico) o en forma húflf" <M (compresa caliente). El calor húmedo ablanda costras y exudados, pendía mili que el seco, no reseca la piel, produce menos sudoración y suele ser más cómo do para el paciente. El calor se aplica para producir un efeelo local o sistéma o, o ambos. El efecto local es aquel cuya acción se limita a una zona especíliea di I cuerpo, por ejemplo, un dedo o una herida. El efecto sistémico es aquel que nv I be el organismo en conjunto (un baño caliente de todo el cuerpo)

Los efectos cuando se aplica calor en piel pueden ser muy variblcs; al lnu el lo colocando una botella o bolsa con agua caliente en el área afectada, la reni ción no sólo se limita a ese sitio, sino que se extiende a partes distantes u ói ga nos internos.

La acción fisiológica del calor depende de factores como método de aplica ción y estado del paciente; si el calor es húmedo o seco, depende de su iniciad dad, temperatura de aplicación, periodos breves o prolongados y superficie cor poral que abarcará la aplicación.

El efecto del calor en el cuerpo resulta de la acción sobre el sistema nervioso central (mecanismo regulador de temperatura) y el aparato circulatorio (vasodl lalación y vasoconstricción).

El calor se aplica por varias razones:

• Para aliviar los espasmos musculares. En la contracción muscular dolorosn, la aplicación de calor sobre la zona puede relajar el músculo que sufre el es pasmo y aliviar el dolor.

• Para ablandar los exudado. Cuando un exudado, producido por la respuesta inflamatoria de los tejidos del cuerpo, se seca, se endurece pudiendo formar una costra que queda adherida a la piel, membrana, mucosa o herida. El ca-lor húmedo en forma de compresas calientes ablanda el exudado, permitien-do su retirada.

• Para acelerar el proceso de supuración. Al aplicar calor sobre una zona in-fectada, el aumento de circulación aporta defensas adicionales contra la in-fección, esto es la leucocitosis (glóbulos blancos), además se lleva las toxi-nas que se han producido. El pus que se ha formado se consolida en la zona y a continuación puede ser absorbido en la circulación o drenar al exterior del cuerpo.

• Para acelerar la cicatrización. La aplicación de calor sobre el cuerpo pro-duce la vasodilatación de las arteriolas de la zona, que permanecen dila-tadas. Como consecuencia de ello, aumenta la nutrición de las células de los tejidos y apresura la cicatrización.

• Para calentar una parte del cuerpo. Se aplica calor (normalmente calor seco) pitra calentar una zona del cuerpo especialmente fría; por ejemplo, un pa-ciente con yeso en una pierna puede sentir frío en el pie debido a la falta de ejercicio y al hecho de que no puede ponerse calcetines ni zapatos.

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N i i IMIIIIII ( l o l o i n u i i t c y i l l i o l r t l l

• Para reducir la congestión de un órgano Interno, El calor aumenta la circula-ción sanguínea de la superficie sobre la que se aplica reduciendo el calor de zonas congestionadas más profundas. El calor no penetra más que 2 ram, pero establece una acción refleja.

• Para reducir la presión producida por la acumulación de líquido (edema). El calor puede facilitar la eliminación de líquidos acumulados en un tejido o articulación. El calor aumenta el aporte de sangre a la zona y los capilares son capaces de absorber el fluido. De esta manera el líquido acumulado ab-sorbido con mayor facilidad por la circulación.

• Para aumentar el peristaltismo. Las bebidas o alimentos calientes aumentan la fuerza de las ondas peristálticas, lo cual puede utilizarse para ayudar a los pacientes a establecer hábitos regulares de defecación.

• Para proporcionar bienestar y relajación. La aplicación de calor sobre el cuerpo es reconfortante y relajante para muchas personas. Un baño caliente relaja los músculos esqueléticos y suele emplearse para favorecer el sueño.

Medidas de control y seguridad

• Evitar la aplicación de calor directo cuando hay posibilidad de hemorragia y en pacientes con neoplasia maligna comprobada o probable, porque puede fa-vorecer la multiplicación celular.

• Evitar la aplicación durante la fase aguda, ya que la vasodilatación aumenta el dolor y la tumefacción del esguince.

• Evitar la aplicación directa de calor en estados en los que se acompaña la in-flamación aguda, como la apendicitis.

• Aplicar el calor directo con precaución si la persona sufre trastornos funciona-les renales, cardiacos o respiratorios, arteriosclerosis y aterosclerosis y dismi-nución de la sensibilidad, así como en personas muy jóvenes o ancianos.

• Aplicar con cuidado el calor directo sobre regiones sensibles al calor, como tejido cicatrizal o estomas.

Método de aplicación de calor

Calor húmedo: 1. Baño de asiento (sediluvio). 2. Baño caliente (baño parcial). 3. Baño terapéutico. 4. Compresas y fomentos.

Calor seco: 1. Bolsa con agua caliente 2. Cojín eléctrico 3. Lámpara de calor: Lámpara de pie

Lámpara infrarrojo.

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2 9 0 N M \ s i < l a < l » * N IU INU-UN ( I D I I O I I I I H C

Baño de asiento (sediluvio)

Es la inmersión de la región pélvica en agua tibia o caliente.

Objetivos • Proporcionar calor húmedo, aseo y comodidad al área perineal. • Disminuir la inflamación y el dolor de los órganos pélvicos provocando vaso

dilatación para mejorar el riego sanguíneo y aliviar el espasmo muscular. • Estimular la micción.

Equipo y material

Tina o lavamanos, cubeta para agua caliente, jarra con agua fría, termómetro para agua, toalla afelpada, clínica; optativos: portasueros, silla de ruedas y apósitos.

Método

1. Revisar las órdenes del médico y valorar el estado del paciente. 2. Preparar el equipo y llevarlo al lugar donde se vaya a dar el baño. 3. Explicar el procedimiento al paciente. 4. Disponer convenientemente el equipo. 5. Cerrar bien puertas y ventanas. 6. Poner en la tina el agua a 40°C. 7. Retirar y desechar cualquier apósito sucio; si está adherido a la herida, de-

jarlo remojar. 8. Lavarse las manos. 9. Llevar al paciente a la tina.

10. Ayudar al paciente a sentarse en la tina. 11. Cubrir al paciente con la clínica (piernas y espalda). 12. Elevar gradualmente la temperatura del agua hasta que el paciente pueda

soportar de43°Ca48°C. 13. Comprobar frecuentemente la temperatura del agua con el termómetro para

agua. 14. Dejar pasar de 15 a 20 minutos. 15. Observar cuidadosamente al paciente durante el baño. 16. Ayudar al paciente a levantarse y vestirse. 17. Colocar sobre la herida el apósito, si es necesario 18. Instalar cómodamente en su unidad al paciente. 19. Retirar el equipo y dejar el cuarto en orden. 20. Asear el equipo y guardarlo limpio y en orden. 21. Informar en el expediente del paciente: Hora y duración del baño, tempera-

tura y tipo de solución, reacciones del paciente, estado de la herida antes y después del baño.

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N i ' i i v i i i l i u l i l c ti l MU PI n )Mi ln i ii «ti

Medidas de, control y seguridad

• Preparar l:i temperatura del agua antes de sentar al paciente. • I .vitar corrientes de aire y enfriamiento. • l JlIIizar equipo y solución estéril cuando sea ordenado por el médico. • Vigilar al paciente durante el procedimiento. • Vigilar cuidadosamente el pulso del paciente durante el baño, pues refleja de

modo directo la tolerancia para el tratamiento. Principio: el pulso irregular o acelerado puede indicar estrés cardiovascular.

• Suspender inmediamente el baño si el paciente presenta signos de agotamien-to y sacarlo.

¡laño caliente (baño parcial)

Medida terapéutica que consiste en sumergir una parte del cuerpo en agua o so-lución medicinal caliente.

()bjctivos

• Proporcionar calor para aseo de un área del cuerpo. • Acelerar un proceso supurativo. • Asear una herida abierta (quemadura) o aplicar una solución con medicamen-

to en un área determinada. • Mejorar el riego sanguíneo local y la circulación.

Equipo y material

Jofaina o palangana para brazos o pies, termómetro para agua, agua estéril o so-lución prescrita a la temperatura indicada, si no se ordena una temperatura espe-cífica, se suele usar 40.5 a 43.3°C, bandejita, jarra con agua, protector de ropa de cama (hule clínico o plástico), toallas afelpadas, gasas y otros materiales de curación si se necesitan.

Método

1. Revisar las órdenes médicas y valorar el estado del paciente. 2. Preparar el equipo y trasladarlo a la unidad del paciente. 3. Explicar al paciente el procedimiento y solicitar su colaboración. 4. Cerrar puertas y ventanas para la privacidad del paciente. 5. Lavarse las manos. 6. Colocar la jofaina o palangana sobre una base firme para evitar derrama

mientos.

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2 9 2 NeCMldndo* bltolcn* tlol hombro

7. Dar posición adecuada al paciente: si es un brazo, sentar al paciente deie cho; para tratar una pierna o pie, indicarle que se acueste y ílexione la rodi lia correspondiente; para la inmersión de un pie, sentar id paciente en la silla o al borde de la cama.

8. Colocar protector y toalla bajo la región por tratar, pitra absorber el liquido derramado.

9. Descubrir la región por tratar. 10. Quitar los apósitos. 11. Acomodar la palangana bajo el área por tratar, apoyándola en la cama o

suelo según convenga. 12. Verter el líquido en la palangana. 13. Sumergir gradualmente el miembro superior o inferior en la solución. 14. Procurar que la solución cubra bien la región. 15. Vigilar que el paciente esté cómodo y en posición correcta para evitar fatiga

y distensión muscular. Principio: el calor relaja los músculos y alivia la fatiga.

16. Comprobar la temperatura de la solución con el termómetro para agua cada cinco minutos.

17. Sacar parte de la solución con la bandejita si la temperatura desciende del límite indicado, levantar el brazo o pie del recipiente para evitar quemadu-ras y añadir agua o solución.

18. Mezclar bien el líquido y comprobar la temperatura. 19. Sumergir de nuevo el brazo o pierna. 20. Observar en el paciente si aparecen signos de intolerancia tisular: enrojeci-

miento local excesivo, exceso de exudado, hemorragia o maceración. 21. Suspender el tratamiento si se presentan signos de intolerancia tisular o se

queja de dolor. 22. Contar de 15 a 20 minutos o el tiempo indicado para el tratamiento. 23. Elevar el brazo o la pierna y retirar la palangana. 24. Utilizar técnica estéril si el paciente tiene herida abierta. 25. Secar el miembro con una toalla. Si hay herida, secar alrededor sin tocarla. 26. Retirar las escamas o costras flojas con gasa. 27. Vigilar el aspecto general de la región tratada: grado de tumefacción, des-

bridamiento, supuración y cicatrización. 28. Si es necesario, cubrir la lesión con apósitio. 29. Retirar la toalla y el protector de ropa de cama. 30. Dejar cómodo al paciente. 31. Retirar el equipo y dar los cuidados posteriores a su uso. 32. Efectuar registros en el expediente del paciente: fecha, hora y duración de la

inmersión, región tratada, tipo y temperatura de la solución, aspecto de piel y herida antes, durante y después del tratamiento y tolerancia a éste.

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Nt'l'OXlilml (le ll'llll(IMl'|Mlll»l'H>ll

Medidas de control y seguridad

• Tratar las regiones amplias y sobre todo quemaduras, en un tanque de remoli-no o en uno de Hubbard.

• Usar la solución indicada por el médico. • Manejar técnica estéril cuando se trate de heridas, quemaduras u otras lesiones

cutáneas. • Remojar los apósitos antes de quitarlos para evitar lastimar los tejidos. • Suspender el tratamiento si el paciente presenta signos de intolerancia tisular o

se queja por dolor.

Baño terapéutico

Es la inmersión del cuerpo en una tina de baño con agua tibia y medicamento o aditivo terapéutico.

Objetivos

• Dar calor, asear y aplicar medicamentos. • Reducir la inflamación y mitigar el prurito. • Ablandar y retirar costras, escamas y medicamentos que llevan mucho tiempo

en aplicarlos. • Calmar y relajar al paciente.

Equipo y material

Tina de baño, toallas para fricción (2), toallas afelpadas (2), bata de algodón pa-ra el paciente, termómetro para agua, aditivo terapéutico (bicarbonato de sodio, almidón, harina de avena, aceite, etc.) dispositivo medidor, colador o cedazo pa-ra la harina de avena, tapete, crema o pomada lubricante, si está ordenado esto último.

Método

1. Revisar las órdenes del médico y valorar el estado del paciente. 2. Reunir el equipo y trasladarlo a la unidad del paciente. 3. Preparar la tina de baño, previamente aseada y desinfectada; llenar hasta dos

tercios o una altura de 15 a 20.5 cm con agua a una temperatura no mayor a 35 a 38°C, medir y agregar la cantidad exacta de aditivo terapéutico, según la orden del médico o las instrucciones del envase y mezclarlo con agua.

4. Colocar el tapete cerca de la tina de baño (para evitar caídas). 5. Explicar al paciente el procedimiento y pedirle que orine.

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2 9 4 NorciitliiilcN liA.sidi-, .1.1 hmiilitt

6. Llevar al paciente al baño según sus condiciones (silla de ruedas). 7. Llevar el equipo al baño y colocarlo en el orden que se va a usar cerca de l<t

tina. 8. Cerrar las ventanas y puertas para evitar corrientes de aire. 9. Ayudar al paciente, si es necesario, a quitarse la ropa y a meterse en la lina

de baño. 10. Indicar al paciente que se estire en la bañera y se sumerja hasta la barbilla,

si le es posible. 11. Proporcionar una toalla fricción para que se aplique la solución suavemente

sobre el rostro y otras partes no sumergidas. 12. Indicarle que no se frote la piel, para evitar irritarla más. 13. Agregar agua caliente conforme sea necesario, para mantener una tempera

tura agradable. 14. Dejar en el baño al paciente durante 15 a 30 minutos. 15. Vigilar cualquier reacción. 16. Permanecer dentro del cuarto de baño, a distancia prudente que le permita

oír cuando sea llamada por el paciente. 17. Ayudar a salir de la tina y secar mediante suaves toquecitos con la toalla. 18. Aplicar crema o pomada lubricante si está indicado. 19. Proporcionar bata o pijama holgada de algodón al paciente y ayudarlo a

vestirse. 20. Acompañar al paciente a su cama y dejarlo cómodo. 21. Retirar el equipo y dar los cuidados posteriores a su uso. 22. Registrar en el expediente del paciente: hora, fecha y duración del baño,

temperatura del agua, tipo y cantidad de aditivo; aspecto de la piel antes y después del baño, tolerancia para el tratamiento y su eficacia.

Medidas de control y seguridad

• Bañar al paciente solamente bajo indicación médica. • Evitar corriente de aire y enfriamiento. • Observar el estado del paciente. • Cuidar que la temperatura del agua sea la adecuada para el paciente. • Vigilar que no sufra accidentes y reinstalarlo cómodamente en su cama. • Dejar solo al paciente como medida para proteger su intimidad. • Aplicar el baño terapéutico antes de acostarse, o según órdenes médicas. • Evitar el uso de jabón durante el baño terapéutico, pues su efecto secante con-

trarresta su acción emoliente. • Evitar cubrir o vestir al paciente con prendas muy calientes, ya que el sudor

empeora el prurito. • Evitar expresiones no verbales y gestos que manifiesten repulsión. • Evitar frotar la piel, pues la fricción aumenta el prurito.

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Ni 'H 'Mi I t l i l <!• ti LIIIIIIirfinlat IÚII 2 9 5

• Minir a los ojos durante la conversación y no lijar la vista en la piel enferma. • Aconsejar al paciente no use ropa ajustada, ya que los materiales ásperos o

sintéticos pueden empeorar los trastornos cutáneos al causar fricción y au-mentar la sudoración.

• Indicar al enfermo que no se rasque, para evitar escoriaciones e infección.

Compresas y fomentos

Las compresas son gasas o vendajes húmedos que normalmente se aplican sobre las heridas abiertas.

Equipo y material.

Recipiente para la solución: solución a la temperatura prescrita por el médico; termómetro para comprobar la temperatura de la solución; gasas para empapar con la solución y aplicar sobre paciente; plástico para aislar las compresas, para mantener el calor y la humedad; una toalla aislante, para mantener la temperatu-ra constante de las compresas; una bolsa de agua caliente o un cojín eléctrico (opcional) para conservar el calor de las compresas; y vendas para fijar las com-presas en su sitio.

Medidas de control y seguridad

• Retirar los apósitos de la herida, si es necesario. • Empapar las gasas en la solución para compresas calientes. • Escurrir las gasas para eliminar el exceso de líquido. • Aplicar la gasa sobre la zona indicada y amoldarla al cuerpo. • Fijar la compresa con vendas. • Cubrir la gasa con el plástico y toalla aislante para conservar el calor y la hu-

medad. • Aplicar una bolsa de agua caliente cubierta o cojín eléctrico, para mantener el

calor. • Utilizar material y equipo estéril: (recipiente, solución, termómetro, gasas,

toalla, guantes y pinzas), para mantener la asepsia referida en el caso de com-presas estériles.

Bolsa con agua caliente

Es la aplicación de una fuerte de calor seco en una región del organismo.

Objetivo

Aliviar el dolor, disminuir el edema, aliviar los espasmos musculares, la conges-tión o la inflamación y provocar vasodilatación para mejorar el riego sanguíneo.

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2 9 6 N c t T N i d m l c N IMINII UN d e l I IOI I I IH I

Equipo y material

Charola con: jarra, termómetro para agua, bolsa de hule con su tapadera, cublof ta para bolsa, venda para fijación (si es necesario).

1. Preparar el equipo en el cuarto de trabajo. 2. Llenar la jarra con agua caliente. 3. Comprobar la temperatura del agua con el termómetro. 4. Llenar 2/3 de la bolsa con agua caliente. 5. Sacar el aire, poniendo la bolsa sobre una superficie plana y apretando la

parte inferior hasta que el agua llegue al cuello.

6. Poner firmemente la tapa. 7. Secar bien la bolsa y cuidar que no escape agua por alguna parte. 8. Cubrir la bolsa.

Principio: las quemaduras producidas por descuido o negligencia son causa común de demanda legal contra los hospitales.

9. Llevar la bolsa a la unidad donde se encuentra el paciente; explicarle el pro-cedimiento y colocarla, fijándola, si es necesario.

10. Verificar periódicamente que la temperatura sea la adecuada. Principio: el calor dilata los vasos de la piel. Los órganos internos son afec-tados por la aplicación de calor en la piel.

11. Cambiar el agua de la bolsa cuantas veces sea necesario. 12. Retirarla al terminar el lapso indicado en la orden médica. 13. Dejar cómodo al paciente. 14. Cuidar el equipo después de usarlo: vaciar el agua, lavar la bolsa con agua y

jabón y secarla. Colgar la bolsa con el cuello hacia abajo, para que escurra

Bolsa con agua caliente.

Método

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NCIVMllllll lio ll'l mi II Il'/Mlllll irni

el agua que hubiese quedado. Dejar la bolsa con aire, taparla y guardarla en lugar fresco.

15. Hacer anotaciones en el expediente del paciente', motivo y hora en que se aplicó y retiró la bolsa, temperatura del agua, área de aplicación y reaccio-nes del paciente, las personas más sensibles al calor y al frío son los ancia-nos y los niños; observaciones hechas por la enfermera, y nombre de la en-fermera que aplicó y retiró la bolsa.

Medias de control y seguridad

• Vigilar la temperatura del agua:

• Poner la bolsa sobre los cobertores cuando se aplica a personas inconscientes o lactantes.

• Llenar la bolsa cada dos horas o menos en el tratamiento continuo. • Evitar aplicación de calor en apendecitis o en infecciones del oído. • Evitar que escurra agua a la cama o al paciente. • Cerciorarse que la bolsa esté en buenas condicionas. • Vigilar la presencia de rubor excesivo.

Cojín eléctrico

Con frecuencia se utilizan cojines y cobertores eléctricos para proporcionar ca-lor seco. Tienen la ventaja de ser ligeros, amoldarse con facilidad al cuerpo y dar calor constante. Su desventaja se relaciona con el aseo y el peligro de corto circuito, en particular cuando se utilizan con equipé de oxígeno. Los cojines ca-loríficos que se utilizan en hospitales se recubren con frecuencia con un plástico que puede asearse con facilidad y eficacia.

Medidas de control y seguridad

• Evitar doblar o aplastar los cojines para que su funcionamiento sea correcto. • Evitar el uso de alfileres, podrían tocar los alamares y producir una descarga. • Evitar usar los cojines en medio húmedo o mojado, si no están protegidos por

material impermeable y aislante. • Graduar bien el calor; sólo se permiten cojines dle control automático. • Cubrir el cojín con una franela u otra cubierta nO muy gruesa. • Lavar la cubierta del cojín después de haberla «sado con un paciente y antes

de aplicarla a otro.

Niños menores de dos años: Niños mayores de dos años: Adultos:

40° a 46°C (105°-115°F) 46° a 65°C (115o-125° F) 51° a 65°C (125°-159° F)

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2 9 8 NrccNÚlmlcN I I Á N Í C U . V del L I O M H R

Lámparas de calor

Las lámparas de calor se emplean para aplicar calor seco sobre zonas pequeña* del cuerpo con una herida abierta y también se utilizan para favorecer la clcuiii zación de úlceras por decúbito.

Los dos tipos de lámpara de calor más comúnmente utilizados son: la lámpa-ra de pie articulada con una bombilla de 50 watios; y la lámpara de infrarrojos. Estos dos tipos de lámparas tienen uso y acciones similares.

Los rayos infrarrojos sólo penetran 3 mm en los tejidos del cuerpo, por lo que fundamentalmente proporcionan calor sobre la superficie de la piel o las membranas mucosas. Antes de utilizar una lámpara de calor, la zona que va a ser tratada se debe limpiar y secar, ya que esto reduce el riesgo de quemaduras. Las lámparas de calor con bombillas de 60 watios o las de infrarrojos pequeños deben situarse a unos 45 a 60 cm del paciente. Las lámparas de infrarrojos gran-des se colocan a 60 o 75 cm. El tratamiento suele durar de 15 a 20 minutos, siempre que el paciente resista el calor.

Se debe comprobar cada cinco minutos si el paciente sufre molestias, que-maduras u otras reacciones anormales. Es importante indicar al paciente que no toque la lámpara de infrarrojos y que no se debe cubrir con ropas de cama debi-do al riesgo de incendio. Al primer signo de enrojecimiento cutáneo o molestias, se debe interrumpir el tratamiento y registrar y notificar la reacción del paciente.

Aplicación de calor con lámpara.

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NIM i'Niilutl ilc icriuorrtfuiiliu'lrin 2 9 9

A pll iudón de frío

I ii aplicación de liío estimula la vasoconstricción; inhibe la circulación local, supuración y metabolismo tisular; alivia la congestión; hace más len,ta la activi-dad bacteriana en las infecciones; disminuye la temperatura corporal; y actúa mino anestésico temporal.

Puesto que el frío también mitiga la inflamación, evita el edema; y detiene la hemorragia, es eficaz como tratamiento inicial después de traumatismo (lesión Ocular, distensión muscular, esguince, contusiones y espasmos) y se recomienda como medida de primeros auxilios en caso de quemaduras. El fríono reduce el edema ya formado, puesto que inhibe la resorción del líquido en exceso.

El frío se emplea con fines sistémicos y locales. Se aplica frito en forma Mlstémica para reducir el metabolismo del cuerpo como preparación para ciertos li|X)s de intervenciones quirúrgicas y reducir la temperatura corporaj cuando se mantiene elevada durante un periodo prolongado. Las razones para, aplicar frío tic forma local son:

1. Reducir e interrumpir las hemorragias. El frío constriñe las arteriolas y aumenta la viscosidad de la sangre. Por tanto, puede actuar controlando y previniendo la hemorragia.

2. Anestesiar y reducir el dolor. Las aplicaciones de frío reducen la sensibi-lidad de los tejidos y producen una sensación de entumecimiento. Por lo tanto, el frío, se puede utilizar como anestésico local durante periodos cortos. Es importante recordar este hecho al aplicar frío ya q uc debido al entumecimiento, el paciente puede no darse cuenta de que k )S tejidos es-tán resultando dañados.

3. Reducir la inflamación. El frío reduce el proceso inflamatoria y hace más lento el supurativo al causar la vasoconstricción y la reducción del meta-bolismo tisular local.

4. Controlar la acumulación de líquido. El frío constriñe las arteriolas retra-sando la acumulación de líquido en los tejidos corporales. Pw esta razón se aplica frío para evitar la hinchazón, debido a esguinces ^ traumas de los tejidos.

Factores que influyen en la aplicación de frío

La temperatura empleada en la aplicación de frío depende del fin de la aplica-ción, de la extensión de la zona sobre la que se aplica y de la duración del trata-miento. Los factores que determinan el empleo de aplicación de frí^ Son:

1. Amplitud de la zona del cuerpo. Cuanto mayor sea la zona del Cuerpo, mayor debe ser la temperatura de aplicación de frío.

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3 0 0 Nei'cvdtlndoil INÍ-JIIIIN <1*1 l i u i i i l m

2. Empleo de frío húmedo o seco. El frío húmedo pondrá mejor que »I lili» co, por tanto la aplicación húmeda no requiere una tcinpcrnlura lau hala • o mo la seca.

3. Edad y estado del paciente. Los pacientes ancianos y las personas mu lou tornos circulatorios toleran menos el frío que la gente joven con biienn » n • m lación.

Medidas generales de control y seguridad

• Considerar las necesidades del paciente y las razones por las que debe fipllt ni se frío.

• Analizar los efectos primarios y secundarios del frío para que su aplica» lóa '«I paciente sea terapéutica.

• Evitar la aplicación local de frío si el paciente manifiesta síntomas de I I I I M O I

nos de circulación cutánea y si el área por tratar está lesionada o herida. • Evitar la aplicación de frío en estados de anemia y en algunos trastornos >'rt*

trieos, ya que el frío puede tener efectos nocivos en la digestión. • Evitar la aplicación de frío en pacientes demasiados sensibles al frío o que UüVfl

mucho tiempo enfermos, ya que pueden reaccionar de manera desfavorable. • Aplicar frío a lactantes o a niños muy pequeños y a personas de edad avan/a

da puede producir estados de choque. • Al aplicar frío a un paciente demasiado nervioso o el llamado neuraslénleo,

éste puede reaccionar en forma desfavorable.

Medidas de aplicación de frío

• El frío húmedo puede aplicarse mediante compresas de hielo. Se utilizan con frecuencia para detener una hemorragia nasal (epistaxis) o proporcionar frío hri medo a los ojos. • La compresa helada suele hacerse con gasa helada u otra tela. Se enfría sobre trozos de hielo, se exprime y enseguida se aplica. Se cambia una vez que se cu lienta. • Observar la piel del enfermo en busca de los signos de efectos indeseables del frío. La vasoconstricción prolongada puede causar congestión venosa y la ano-xia tisular subsecuente. Si la piel conserva un aspecto azuloso amoratado varias horas, hay el peligro de dañar las células en forma permanente. • La bolsa o el gorro con hielo y el collar de hielo son medios comunes para aplicar frío seco al cuerpo. Un collar de hielo es una bolsa de caucho o plástico, larga, estrecha que se ajusta alrededor del cuello. • Las bolsas para hielo suelen tener una abertura por la que se introduce éste en trozos pequeños. • Cuando está colocada, la presión de la bolsa no debe interrumpir la circula-ción. Al primer signo de entumecimiento y un aspecto azuloso amoratado de los

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3 0 1

h llilo'i, so quila y se le comunica al médico, lisios signos pueden deberse a l'río 0 |H< don de los tejidos.

/ti ilsa ron hirió

1 n la aplicación de frío seco en una región del organismo.

I MHiuinuir la temperatura, la inllamación, el dolor y la irrigación sanguínea en una región determinada.

I fau i po y material

( limóla con: recipiente o cubos de hielo, bolsa y pinza para hielo, cubierta para la bolsa, toallas de papel y venda para fijación si es necesario.

Método

1. Preparar el equipo en el cuarto de trabajo. 2. Llenar dos terceras partes de la bolsa con cubos de hielo o hielo picado. 3. Expulsar el aire, apretando la bolsa, y cerrarla bien. 4. Cuidar que la bolsa no tire agua. 5. Colocar la toalla de papel entre la bolsa y la cubierta, para absorber la hu-

medad y evitar quemaduras al paciente. Principio: el frío intenso de adentro condensa la humedad del aire de su su-perficie externa.

6. Llevar la bolsa de hielo a la unidad del paciente, explicarle el procedimiento y colocarla, fijándola si es necesario.

()b|elivo

Bolsa con hielo

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3 0 2 Nc»TNHIIUIC.N I I A M U I V del linliilitr

Principio: la aplicación de frío en una zona disminuye el dolor al dlsmlnuli la presión, congestión, y circulación.

7. Vigilar periódicamente la cantidad de hielo en la bolsa y cambiarlo cuando sea necesario.

8. Retirar la bolsa al terminar el lapso indicado en la orden módica. 9. Dejar cómodo al paciente.

10. Cuidar del equipo después de usado: lavar y secar bien la bolsa, colgar la bolsa y dejar escurrir el agua que haya quedado, llenar la bolsa de aire y eo locarla en un lugar fresco.

11. Anotar en el expediente del paciente: tiempo de aplicación, área en que fue aplicada, observaciones hechas por la enfermera, reacciones del paciente y nombre de la enfermera. Principio: la aplicación prolongada de frío produce enfriamiento, piel azu losa y entumecimiento de la zona tratada.

Medidas de control y seguridad

• Evitar que escurra agua fría a la cama o al paciente. • Cerciorarse que la bolsa esté en buenas condiciones. • Vigilar la presencia de manifestaciones de congelación local. • Elegir la bolsa que se adapte a la zona sobre la que se va a aplicrr. • Para evitar quemaduras, mantener seca la piel y cubrir bien la bolsa. • Pasar el hielo por agua para quitarle las puntas, si éste es picado. • Observar la piel cada hora o con mayor frecuencia. • En aplicación prolongada, alternar con periodos de reposo. • Renovar el hielo cada vez que sea necesario. • Fijar la bolsa con un vendaje; si fuera necesario, sostenerla; por ejemplo en la

región precordial.

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NlM • Milil'l tía t(Mllllll(0||llllU'lón 303

EFECTOS COMPARATIVOS I)E LAS TEMPERATURAS FRÍAS Y CALIENTES

¡'¡ferio de aplicaciones breves de frío (Tonificante )

I Vasoconstricción periférica (piel pá-lida).

?, Sensación de escalosfrío y tensión.

V Aumento del flujo sanguíneo en cada latido del corazón. Puede pre-sentarse taquicardia o bradicardia.

4. Aumento de profundidad y frecuen-cia de la respiración.

5. Aumento de la presión sanguínea.

6. Tiritamiento que conduce a un au-mento de calor, y "reacción" al frío, que dura de 20 a 30 minutos. Efectos de la fase de reacción. • Vasodilatación periférica con enroje-

cimiento de la piel. • Sensación de calor y relajación. • Disminución de la frecuencia pul-

sátil con aumento del aporte san-guíneo.

1 Disminución de la frecuencia respiratoria.

• Caída de la presión sanguínea.

Efecto dé aplicaciones breves de calor (Atónico)

1. Vasodilatación periférica (enrojecimiento de la piel).

2. Sensación de calor y relajación gene-ral, que se acentúa a medida que se prolonga el baño.

3. Probable disminución del flujo san-guíneo en cada latido del corazón, la frecuencia del pulso se acelera 10 golpes en cada grado Farenhcit que se eleve la temperatura cor-poral.

4. Aumento de la frecuencia respi-ratoria. La caída del bióxido de carbono alveolar puede producir al-calosis.

5. Caída de la presión sanguínea, aun-que este efecto varía.

6. Disminución de la producción de calor y sudoración profusa.

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304 NOT I .NiCluril'N llAflll 11'i lll'l llltlllllli 1

EVALUACIÓN

• ¿Me guié específicamente por las órdenes del médico para aplicar el traía miento?

• ¿Me aseguré de que no hubieran síntomas que contraindicaran la ¡iplk li-ción de frío o calor?

• ¿Expliqué al paciente el propósito del tratamiento? • ¿Tomé las precauciones necesarias para protegerlo de daños? • ¿Comprobé que la región o miembro a tratar se sumergió bien? • ¿Dejé al paciente seguro y cómodo durante el tratamiento? • ¿Comprobé que la aplicación de calor o frío estuviera produciendo el efcc

to fisiológico deseado?

ACTIVIDADES

1. Leer sobre el tema en libros de consulta. 2. Indagar cuáles son las principales metas de la acción de enfermería en la

atención del paciente con fiebre. 3. Indagar las reacciones que presentó el paciente con disminución de la

temperatura corporal. 4. Discutir en grupos cuáles de las medidas estudiadas son factibles de

aplicarse a pacientes atendidos en el hogar. 5. Presentar y discutir en grupos las conclusiones. 6. Consultar bibliografía sobre el tema "Calor y frío como agentes terapéu-

ticos". 7. Indagar en instituciones de salud oficiales y particulares qué medidas te-

rapéuticas utilizan para la aplicación de frío y de calor. 8. Indagar sobre las respuestas fisiológicas al calor y las respuestas al frío,

en pequeños grupos. 9. Discutir los factores que debe tener en cuenta la enfermera al aplicar ca-

lor o frío, en pequeños grupos. 10. Identificar a los pacientes que reciben aplicación de frío o de calor, sus

efectos y las razones. En el hospital. 11. Discutir en grupo, las medidas de termorregulación factibles de aplicarse

en pacientes atendidos en el hogar por enfermera y por familiares. 12. Presentar conclusiones al grupo.

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Capítulo 19

No te dejes abatir por la tristeza-El dolor acaba; espera que te llegue el alivio del tiempo, con sus manos llenas de bálsatno.

C. TORRES PASTORINO

N E C E S I D A D E S A D Q U I R I D A S

CUIDADOS ESPECIALES

l ili diversas circunstancias, el paciente llega a necesitar de cuidados especiales con el fin de solucionar problemas urgentes o emergentes, como pueden ser in-toxicaciones por inhalación de gases, envenenamientos por ingestión de cual-quier sustancia venenosa, quemaduras de primero, segundo y tercer grado; estado de choque por causas múltiples, ahogamiento por alimento, hemorragia nasal o hemorragia extema causada por herida, incisiones causadas por cualquier instru-mento cortante, vidrio u objeto filoso; fracturas cerradas o expuestas, etcétera.

Generalmente, las personas suelen estar informadas de las instituciones a las que pueden acudir para su asistencia inmediata como son: centro de salud más próximo en horas hábiles, el servicio de urgencia del hospital y Servicios de las clínicas del Instituto Mexicano de Seguro Social; asimismo, las del ISSSTE y los servicios de la Cruz Roja Mexicana. Para casos más o menos sencillos de re-solver, las personas han adquirido de la experiencia familiar qué hacer en esos casos; en ciertos niveles culturales, los jóvenes han tenido la oportunidad de re-cibir en su escuela cursos sobre "primeros auxilios" o "qué hacer mientras el médico liega" o "enfermería en el hogar".

Como ya se mencionó anteriormente, hay casos en que se hace necesaria la asistencia del médico y de la enfermera pitra solucionar la gran variedad de pro-blemas que presentan los pacientes, a los que llamamos necesidades adquiridas.

En todo caso, la enfermera no debe perder la oportunidad de dar la informa-ción requerida, oportuna y convincente sobre la salud tanto al paciente como al familiar.

305

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3 0 6 N('I'(<MÍ<IIMII'N ITRTXIUI* ILI L LIUIIIL.N

La enfermera mantendrá una actitud tranquila, amable y cortés para transml tir confianza, seguridad y una sensación de bienestar al paciente. Debe adeinAn, comprender y atender las limitaciones físicas y tensionalcs del paciente para ayudarle a reducir su ansiedad.

Este capítulo sólo presenta algunos aspectos de la asistencia a pacientes que requieren de cuidados especiales, por considerar que los demás, corresponden ¡< la enfermería avanzada.

Uno de los cuidados especiales de la necesidad adquirida es la intubación o sondeo gástrico, vista ya en el capítulo 15, en los segmentos "sondeo gástrico" y "gavage"; la estudiante puede remitirse a ellos con el fin de recordar el método, y clarificar y afirmar el conocimiento.

Las sondas utilizadas para tal efecto son las de Levine, Mills, Abbot y Hanis. La descompresión gástrica (succión) es la extracción del contenido gástrico, ali-

mentos, líquidos o gas, por medio de una jeringa o aparato eléctrico de aspiración.

para producir aspiración.

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Ncccftlilntlefl H < I I | I I Í I I < I Í M 3 0 7

El gavagc es el método de alimentación artificial por medio de una sonda na-sogás trica.

Por otro lado, el lavado gástrico es la administración y evacuación por sifón de una solución a través de un tubo (sonda) que se introduce al estómago.

La succión gástrica está indicada como medida para aliviar o evitar la disten-sión abdominal y el vómito, extraer sangre en el postoperatorio y el contenido gástrico en pacientes con oclusión gastrointestinal, o bien, limpiar el estómago antes de cirugía gástrica. Puede ser continua o constante (como su nombre lo in-dica) e intermitente cuando se interrumpe a intervalos. La manera de llevar a ca-bo la succión dependerá del equipo de que se disponga.

May cuatro formas básicas de succión gástrica: la primera se efectúa median-te un aparato de aspiración eléctrico portátil, que permite regular el grado o in-tensidad de aspiración. Es fácil llevarlo a la cabecera del paciente cuando no se cuenta con la red instalada, asimismo para la asistencia de enfermería en el ho-gar; la segunda consiste en el aparato de aspiración en hospitales. En la cabecera de la cama, hay lomas para la aspiración, en la cual la presión de ésta puede ser regulada por la enfermera responsable de la asistencia del paciente; en la tercera forma se utiliza el principio de desplazamiento de agua, cuya técnica no rotlUiciv de electricidad, ya que el sistema puede prepararlo fácilmente la enfermera, I luy sistemas de dos y de tres frascos, y el funcionamiento es sencillo: el agua cite por gravedad del frasco B al A. Se provoca vacío en el frasco B. Si éste se cu necta directamente a la sonda gástrica del paciente, se transmite el vacío u MI « tómago y como resultado, Huye su contenido al frasco B, es decir, puMlt <l< un área de mayor a menor presión. Si el frasco B se conecta a un frasco (' v OMi a la sonda gástrica, el contenido del estómago se recibirá en el frasco ('

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3 0 8 NCITMIIIKII-N LIIBMM ILRL LI<MILH<

La cuarta forma ilc aspiración consiste en la bomba Icrmólica (lomeo, <|iic opera con electricidad pero sin motor. La bomba efectúa aspiración intermitente pc r 'a contracción y expansión alterna de aire.

SUCCIÓN GÁSTRICA

Es la instalación de un sistema de aspiración que permita extraer el contenido gástrico y duodenal con fines terapéuticos y de diagnóstico.

Objetivos

Prevenir distensión en operación abdominal (gases y secreciones) y aliviar la compresión del tracto gastrointestinal en íleo paralítico.

Équipo y material

Charola con: bandeja con la sonda indicada en hielo, riñón, vaso con suero fisio-lógico, conexión de plástico o vidrio, cinta microporosa, tela adhesiva, alfiler de seguridad, toallas deseehables. Pueden necesitarse: guantes estériles, jalea lubri-cante, xilocaína spray al 2% y soporte para los frascos.

Método

1. Preparar el equipo en el cuarto de trabajo y trasladarlo a la unidad del pa-ciente.

2. Explicar al paciente el procedimiento y solicitar su colaboración. 3. Dar al paciente posición semifowler, si su estado lo permite. 4. Aplicar xilocaína spray a la garganta del paciente (en caso necesario).

Principio: la xilocaína inhibe los reflejos tusígenos y nauseosos. 5. Lubricar la sonda con el suero fisiológico. 6. Introducir la sonda por la fosa nasal (previo aseo de narinas), dirigiéndola

hacia abajo y hacia atrás. 7. Introducir el extremo de la sonda en el vaso con suero y observar si no pro-

duce burbujas; la sonda está en el estómago. 8. Ofrecer agua al paciente (opcional) y seguir introduciendo la sonda hasta la

marca que indica que ya está en el estómago. 9. Conectar la sonda al aparato de succión por medio del tubo de conexión.

10. Fijar la sonda, con micropor, a la nariz y a la mejilla, pasándola por detrás de la oreja.

11. Comprobar la succión y regularla si es posible. Principio: los líquidos y gases se movilizan de un área de mayor presión a otra de menor presión.

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NIVONl<LL»(LI \ s IL< LI|LIII í (LILN 3 0 9

12. Pyar los tubos del aparato aspirador a la ropa de cama con alfileres de segu-ridad.

13. Dejar al paciente lo más cómodo posible. 14. Retirar el equipo innecesario, dejarlo limpio y en su lugar. 15. Vigilar periódicamente la efectividad de la succión. 16. Anotar en el expediente del paciente: hora de iniciación de la succión, reac-

ciones del paciente, características del líquido succionado, cantidad, color, olor, consistencia, otras observaciones hechas por la enfermera y firma de la persona que instaló el sistema de succión.

17. Al terminar el tratamiento retirar lentamente la sonda.

Medidas de control y seguridad

• Recordar bien la anatomofisiología del aparato digestivo. • Emplear correctamente los instrumentos, aplicando los principios físicos que

gobiernan su usos. • Comprobar que la sonda no ha penetrado a un bronquio; si al introducir el ex-

tremo de la sonda en el suero produce burbujas, retirar la sonda. • Vigilar la permeabilidad de la sonda, lavándola cuantas veces sea necesario o

esté indicado. • Restituir la succión cuando ésta cese, mediante la aspiración e irrigación con

jeringa y agua bicarbonatada. • Vigilar el funcionamiento del aparato de succión mediante el indicador de luz

roja (foco piloto) del aparato bomba Gomco, o bien verificar su funciona-miento sosteniendo el extremo abierto del tubo, junto a la oreja, con el fin de escuchar el sonido de paso del aire, si es que funciona bien.

• Valorar el líquido aspirado y anotar la cantidad y calidad las veces que sea ne-cesario.

• Dar cuidado especial y adecuado a las narinas, labios y boca del paciente por irritación, resequedad y mal sabor.

LAVADO GÁSTRICO

Vaciamiento de la cavidad gástrica, mediante introducción y drenaje de un gran volumen de solución, con el fin de distender los pliegues estomacales para que la solución llegue a toda la mucosa.

Objetivos

Extraer el contenido gástrico con fines terapéuticos o de diagnóstico, en envene-namientos o sobredosificación de drogas; extraer alimento no diferido, por alte-ración digestiva (obstrucción).

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3 1 0 N o i H ' . s i d n t l c M IIIÍSICH.'I d e l 1TT»MLTT <>

Equipo y material

Carro o charola con: bandeja con hielo, sonda de Fouchel de calibre adecuado, riñón, vaso graduado para la solución (agua bicarbonatada), pañuelos desecha-bles, depósito para los pañuelos usados, plástico protector y toalla felpa, periódi-co y cubeta para el líquido de retorno.

Método

1. Preparar el equipo en el cuarto de trabajo. 2. Colocar la sonda en el hielo. 3. Llevar el equipo a la unidad del paciente y disponerlo. 4. Explicar al paciente el procedimiento y solicitar su colaboración, si es posible. 5. Dar la posición adecuada al paciente. 6. Proteger la ropa del paciente con el plástico y con la toalla, lijándolos con

alfileres de seguridad. 7. Proporcionar pañuelos desechables y el riñón al paciente. 8. Sobre periódico, colocar cerca la cubeta. 9. Tomar medida con la sonda, entre la punta de la nariz al apéndice xifoide y

marcar el nivel hasta dónde debe introducirse la sonda. 10. Introducir la sonda por la boca hasta llegar a la marca:

• Levantar el extremo de la sonda por arriba de la cabeza del paciente. • Extraer con la pera de la sonda el aire del estómago. • Verter, lentamente, 250 mi de solución, para evitar el vómito. • Bombear la pera y simultáneamente invertir el embudo para que salga el

contenido; llenarlo nuevamente antes de que quede vacío. Principios: el bicarbonato de sodio empleado en el lavado gástrico neu-traliza la acidez; la administración de un álcali ligero contrarresta un ve-neno ácido.

11. Continuar el lavado hasta que el líquido de reflujo sea claro, o hasta termi-nar la cantidad de solución indicada.

12. Cerrar la sonda con pinza o llave. 13. Extraer con movimiento rápido la sonda y colocarla en la bandeja. 14. Dar al paciente algún líquido para enjuagar la boca. 15. Dejar al paciente lo más cómodo posible. 16. Retirar el equipo de la unidad del paciente. 17. Dejar el equipo limpio y en su lugar. 18. Informar en el expediente: fecha y hora del tratamiento, tipo de sonda utili-

zada, naturaleza y cantidad de solución empleada para el lavado, volumen y características del líquido de reflujo, reacción del paciente durante y des-pués del tratamiento y otras observaciones hechas por la enfermera así como la firma de la persona que hizo el tratamiento.

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N C C O N I I I I K I C M iult|uíi idas 3 1 1

Mvdidus du control y seguridad

• Dejar la sonda entre hielo durante 15 a 20 minutos (el tubo rígido y frío pasa más fácilmente).

• Utilizar la sonda sin enfriar en caso de urgencia, lubricándola ligeramente (con jalea). Principio: el lubricar la sonda reduce la irritación y facilita el paso de la misma.

• Preparar la solución a una temperatura de 38°C a 42°C, la cantidad varía de cuatro a ocho litros.

• Evitar forzar la entrada del tubo. • Usar sonda nasogástrica de Levine, si el paciente no coopera, y aspirar e insta-

lar el líquido con asepto-jeringa. • Rectificar el trayecto de la sonda, en caso de presentarse los intensa, disnea y

cianosis. • Evitar efectuar lavado gástrico en pacientes que hayan ingerido sustancias co-

rrosivas (sosa cáustica o preparados para la limpieza doméstica) la sonda pue-de perforar el tubo gástrico.

EVALUACIÓN

• ¿Preparé el carro o charola, con el equipo necesario con el fin de dar la atención requerida al paciente y ahorrar tiempo?

• ¿Seguí con seguridad y pericia el método en pasos sucesivos? • ¿Me aseguré de la correcta instalación y conexión de sonda y tubos a los

frascos colectores? • ¿Comprobé la efectividad de la succión durante el tiempo que me respon-

sabilicé del paciente? • ¿Registré en la hoja de la enfermera, del expediente del paciente, las obser-

vaciones efectuadas?

ATENCIÓN A PACIENTES CON HERIDAS (CURACIÓN)

Cuidado de las heridas

Generalmente la enfermera participa en la asistencia al paciente que ha sufrido lesiones internas o externas producidas por un agente exterior, con el fin de re-parar los tejidos lesionados, favorecer la cicatrización y evitar un proceso infec-cioso.

Las heridas suelen clasificarse atendiendo al tipo de lesión:

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3 1 2 NQCCAI iI ikIc .H 1)rt.SU'H.N del llOllllHt

Por su asepsia: • Limpia. La herida provocada por intervención quirúrgica. • Contaminada. Por intervención quirúrgica a través de piel contaminada (anal,

vaginal, intestino grueso, etc.).

Lesión tisular:

• Superficial. Insiciones que sólo afectan la piel, tejido subcutáneo y en algunos casos, las facias.

• Profunda. Incisión que afecta cavidades en grupos musculares y vasos sanguíneos importantes.

Integridad de la piel:

• Cerrada. Herida en tejidos, órganos sin lesión de piel o mucosas (contusiones).

• Abierta. Lesión en piel o mucosas.

Por la forma en que ocurre:

• Quirúrgica o intencional. • Todo tipo de incisión programada.

Traumática, herida que por un accidente lesiona generalmente los tejidos corporales:

• Cortante. Por instrumento cortante (cuchillo, vidrio, metales). • Abrasión. Por resultado de raspadura o abrasión. • Contusa. Por instrumento romo (piedra, mazo) sin ruptura de la

piel. • Lacerante. Por instrumentos dentados (alambre, púas, sierra)

que causan bordes irregulares y desgarrados. • Penetrante. Por instrumento punzocortante (arma blanca y pro-

yectil de arma de fuego). • Punzante. Por instrumento punzante fino (clavos, picahielo, es-

pinas).

Curación de heridas

Maniobras que se efectúan con la asepsia requerida, sobre una herida, para favo-recer la cicatrización y evitar infecciones.

Objetivos

• Proteger la herida de lesión mecánica. • Absorber líquido de drenaje.

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N C I T N H I I I I I C ' I ml(|iiiii(ln.*I 313

• Observar y evaluar el proceso de cicatrización. • Prevenir o reducir la infección. • Observar y registrar aspecto y características del líquido, drenado, dolor, fie-

bre, etcétera.

Equipo y material

Carro para curación con artículos estériles: medicamento o pomadas, soluciones antisépticas: solución salina o agua estéril, jabón líquido, alcohol, tinturas (merthiolate, benjui, violeta, benzal, etc.); drenis (tubo pen-rose, dedos de guan-te, etc.), guantes del número apropiado, abatelenguas, jeringas de 5, 10 o 20 cm, imperdibles, hisopos, compresa de gasa, apositos, equipo de curación, tijeras, pinza portaobjetos en solución germicida, material necesario para irrigar.

Artículos no estériles: vendas de diversos tipos, tela adhesiva, cinta quirúrgi-ca microporosa, algodón, riñón o cubeta para desechos y cubreboca.

Método

1. Preparar el equipo en el cuarto de trabajo. 2. Explicar al paciente el procedimiento y solicitar su colaboración. 3. Llevar el equipo junto al paciente. 4. Preparar físicamente al paciente: darle una posición adecuada, y

descubrir la región del paciente donde se encuentra la herida. Principio: un amplio campo facilita la curación y evita contaminaciones.

5. Retirar la venda exterior que sostiene el apósito, si la hay. 6. Lavar o desinfectarse las manos, si es necesario, ponerse bata para proteger

el uniforme del exudado de la herida e impedir la contaminación a otras personas. Principio: lavarse las manos con agua y jabón elimina los microorganismos.

7. Colocar el equipo de curación en lugar accesible y abrirlo, quedando así un campo estéril. Principio: un amplio campo facilita la curación y evita contaminaciones.

8. Sacar del equipo las pinzas y, con ellas, el material estéril que se usará, de-jándolo sobre el campo.

9. Levantar el apósito usando pinzas, teniendo cuidado de no lastimar la herida. Principios: al manejar el apósito con pinzas se disminuye el peligro de que la enfermera se contamine de gérmenes. Los traumatismos de la herida interfieren en el proceso de cicatrización.

10. Desechar en el riñón o cubeta el apósito usadeta. 11. Calzar los guantes y limpiar la herida con cuidado, con una gasa y el anti-

séptico indicado por el médico o por el hospital. Principio: el alcohol (al 70%) coagula la albúmina de las bacterias y las des-truye.

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314 N C ( V N Í ( I U ( I I ' . N IHÍMI U'I <li I hiiniltii'

12. Desechar la gasa usada, una vez que se pasó por la herida. Principio: una herida limpia puede convertirse en contaminada.

13. Tener cuidado de colocar al paciente en una postura que permita al líquido escurrir de la herida hacia una bandeja limpia colocada debajo de la herida, si el médico ha ordenado una irrigación. Principio: los líquidos escurren según la fuerza de la gravedad.

14. Irrigar abundantemente la herida con la solución indicada por el médico asegurándose que el líquido llegue a todas las oquedades de la herida. Principio: la irrigación de una herida ayuda a eliminar los productos de de-secho del proceso supurativo.

15. Efectuar la asepsia del centro a la periferia, con el antiséptico indicado. 16. Limpiar con antiséptico la piel que rodea la herida, teniendo cuidado de que

el agente limpiador no penetre en la herida. Principio: la presencia de cueipos extraños pueden obstaculizar la curación de una herida.

17. Secar bien la herida. 18. Aplicar los medicamentos prescritos.

Principio: el óxido de zinc, en pomada o polvo, ayuda a evitar irritación de la piel por secreción excesiva de la herida.

19. Untar ungüento blanco sobre la piel que rodea inmediatamente la herida, si es que hay secreciones.

20. Cubrir la herida con un apósito estéril y sostenerlo en su lugar por medio de tela adhesiva o de vendas. Principio: el apósito protege la herida.

21. Dejar cómodo al paciente y retirar el equipo. 22. Cuidar el equipo después de usado:

• Depositar los apósitos sucios en el lugar indicado para ello. • Lavar las pinzas y entregarlas a la central de equipos. • Limpiar el carro de curaciones y dejarlo listo para emplearlo nuevamente.

23. Anotar en el expediente del paciente fecha y hora en que se efectuó la cura-ción, condiciones de la herida, medicamentos y cuidados administrados, reacciones del paciente.

Medidas de control y seguridad

• Lavarse las manos cuantas veces sea necesario. • Vigilar si existe hemorragia a través del apósito. • Observar las características de la herida y describirlas en la hoja de la enfer-

mera. • Notificar al médico la presencia de reacciones inesperadas (fiebre, dolor, aber-

tura de herida, eventración). • Descubrir la herida sólo por indicación médica.

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Curación de heridas:el apósito se levanta usando pinzas, teniendo culdadn de no lastimar la herida.

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3 1 6 N C I O N Í I I I K I C N I U Í N U N I il< l l u i m l m

• Usar un equipo estéril para cada paciente. • Vigilar estrechamente la evolución de las heridas. • Retirar los puntos, si el médico lo indica. • Informar inmediatamente al médico cualquier anormalidad relacionada con tu

herida. • Diferir el horario si el paciente lo solicita. • Evitar que la persona que realice la curación tenga infecciones repiralorias o

de otro tipo. • Evitar corrientes de aire. • Mantener los mangos de instrumentos fuera del campo estéril. • Limpiar las bocas de los frascos con solución y derramar una pequeña canti-

dad antes de hacer salir la que se necesita para curar. • Evitar que la boca del frasco toque directamente la esponja estéril al poner la

solución. • Colocar con pinza estéril, en el campo estéril, gasa, torundas o apósitos que

deban usarse en la curación. • Evitar platicar durante la curación. • Si el paciente es alérgico a la tela adhesiva, usar otro medio de fijación. • Usar una charola, en caso de no disponer de carro. • Revisar la fecha de caducidad de cada paquete esterilizado y ver que no pre-

sente desgarros. • Revisar las órdenes médicas por si hay instrucciones específicas para curar la

herida. • Indagar alergia del paciente a la tela adhesiva, a soluciones o medicamentos

tópicos.

EVALUACIÓN

• ¿Mitigué los temores del paciente en relación con la herida? • ¿Apliqué correctamente las reglas de asepsia antes, durante y después de la

curación? • ¿Previne al paciente sobre la presión que ejercen las suturas en los tejidos

cuando él hace movimientos, tose o respira en forma profunda? • ¿Humedecí el apósito adherido, con suero fisiológico para facilitar su reti-

ro? • ¿Observé la herida para descubrir signos de inflamación e infección (enro-

jecimiento, hinchazón, dolor, color, mal olor y disíunción de la región cor-poral?

• ¿Proporcioné comodidad al paciente? • ¿Hice el registro correspondiente de lo observado en la herida y estado ge-

neral del paciente?

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• I'vitar emplear torundas de algodón, ya que pueden dejar libras en la lesión y causar irritación, infección o adherencia.

VENDAJES

Aplicación de vendas para sostener una cura o apósito, o un tópico en una parte del cuerpo.

Objetivos

Crear presión sobre un área del cuerpo para:

• Detener una hemorragia. • Proporcionar apoyo a la pared de los vasos sanguíneos varicosos. • Aliviar la congestión local. • Favorecer la absorción de líquidos exudados. • Evitar y combatir el edema. • Inmovilizar una parte del cuerpo o restringir su movimiento. • Proporcionar sostén y protección a los huesos y articulaciones lesionadas. • Corregir una deformidad.

• Mantener en su lugar apósitos quirúrgicos y aplicaciones medicinales,

lateriales empleados en el vendaje .as vendas son tiras de tela empleadas para envolver el cuerpo; pueden tener di-

versas anchuras, las más comunes son de 1.5 a 7.5 cm; para facilitar su aplica-ción se presentan en rollos.

Los vendajes de sostén son un tipo de vendas especiales. Consisten en un trozo de tela de algodón fuerte, resistente y durable, diseñado para una parte es-pecífica del cuerpo; por ejemplo, los vendajes triangulares se adaptan al brazo. Los vendajes de sostén se emplean para sujetar zonas extensas del cuerpo, como el abdomen, brazo o pecho.

Los materiales utilizados en los vendajes dependen del fin que se persiga. Vendas de gasa. La gasa es uno de los materiales más utilizados, es ligera y poro-

sa y se adapta fácilmente al cuerpo; se utilizan para sujetar los apósitos sobre las heri-das, así como para inmovilizar o sujetar los dedos, manos y pies.

Venda elástica. Ilecha de algodón con un entretejido elástico, se usa a menu-do como venda tensora para aplicar presión; es la más usada en la actualidad y su ancho varía de 5 a 25 cm; puede lavarse y ser usada de nuevo.

Venda elástica adhesiva. Este tipo de venda cuenta con una cara con pega-mento. Se aplica para fijar y/o aplicar presión, así como para inmovilizar una re-gión.

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Venda adhesiva plástica. Es un vendaje a prueba de agua con una cara atlhe siva. Es algo elástico y puede usarse para aplicar presión y, al mismo llempo, conservar seca una zona.

Venda de huata. Confeccionada en algodón, es poco resistente; se ullll/a principalmente como vendaje previo a la aplicación de vendas de yeso; propoi ciona protección al epitelio, ya que absorbe la humedad y proporciona calor.

Venda de yeso. Es una venda de gasa con un recubrimiento de yeso que se Uti-liza principalmente en pacientes con fracturas, o con lesiones óseas o de tendones; sirven para mantener inmovilizada una extremidad por tiempo prolongado.

Tipos de vendaje

En los vendajes se utilizan cinco vueltas básicas: espiral, circular, espiral inver-sa, recurrente y en forma de ocho. Frecuentemente se utilizan en combinación para vendar las distintas partes del cuerpo.

Vendaje en espiral. Las vueltas en espiral se emplean para vendar una parte del cuerpo que tenga más o menos el mismo perímetro a todo lo largo. Las vuel-tas se hacen con un ligero ángulo de aproximadamente 30°, y cada vuelta se su-perpone sobre la anterior en unos dos tercios de la anchura de la venda.

Se usa vendaje espiral en dedos, brazos y piernas.

Vendaje circular. Las vueltas circulares se emplean principalmente para ini-ciar y rematar vendajes. También se utilizan para vendar una parte cilindrica del cuerpo, como por ejemplo el dedo meñique. Se envuelve la venda alrededor de la parte del cuerpo de forma que cada vuelta cubra completamente la anterior. Para rematar un vendaje se realizan dos vueltas circulares que no se suelen apli-car directamente sobre una herida debido a las molestias que podrían causar.

Vendaje en espiral.

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Vendaje en espiral inversa.

Vendaje en espiral inversa. Las vueltas de espiral inversa se utilizan puní vendar partes del cuerpo cilindricas que no tienen un perímetro uniforme: peí ejemplo, la pantorrilla de una persona musculosa. Para realizar una espiral IIIVI i sa, se debe girar la venda hacia arriba aproximadamente 30°, y colocar el pulpal de la mano libre sobre el borde superior de la venda. Desenrollar la venda .ipn i madamente 14 cm e inclinar la mano que sujeta el rollo, doblando la vciid.i

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3 2 0 Ni'tTNhlmlcN liikuwti ili'l 11 * • 1111 >> >

continuando hacia arriba del miembro. Cada vuelta de espiral Inversa debe cubrli a la anterior en dos terceras partes de la anchura de la venda y al mismo Angulo,

Vendaje recurrente. Las vueltas recurrentes se emplean para cubrir los extre-mos distales del cuerpo como la mano, el dedo o un muñón tras una amputación, En primer lugar, se fija el vendaje con dos vueltas circulares sobre la zona pro-ximal del cuerpo, se dobla y se pasa por el centro del extremo distal. A conti-nuación se lleva hacia la parte inferior, donde se sujeta con la otra mano y se vuelve al extremo, pero esta vez a la derecha del vendaje, cubriendo un tercio tic la anchura de éste. Se vuelve a pasar la venda por el lado izquierdo. Se continúa vendando de izquierda a derecha, cubriendo todo el vendaje, excepto la primer a vuelta. Finalmente, se fija el vendaje con dos vueltas circulares que se sujetan en el borde de éste.

Vendaje recurrente.

Vendaje en forma de ocho. Las vueltas en forma de ocho se emplean normal-mente para vendar codos, rodillas o tobillos. El vendaje se fija con dos vueltas circulares sobre el centro de la articulación. A continuación se pasa la venda por la parte inferior de la articulación, por encima de ésta y por su parte superior, haciendo ochos. En cada vuelta se cubre la anterior dos tercios de su anchura. Se fija mediante dos vueltas circulares sobre la articulación.

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Vendaje en forma de ocho.

Además de estas vueltas básicas que se utilizan para vendar la mayor parte del cuerpo, existen vendajes especiales para ciertas partes del cuerpo como crá-neo, oído y ojos.

El vendaje en espiga. Corresponde en forma exacta a la lécnica de vendaje en ocho, excepto que por lo regular cubre una superficie mucho mayor, como el muslo.

Vendaje de sostén. Los cinco tipos de vendajes de sostén más utilizados son: triangular, de pecho, escultetus, abdominal y en forma de T (simple o doble).

Vendaje triangular. El vendaje triangular, está hecho de tela de algodón gruesa (muselina). Se puede aplicar de diversas formas, pero normalmente se

Cabestrillo hecho con un pañuelo triangular.

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322 N«mv.sulmlc'N Inisu iri (It l l inmlm

coloca como un triángulo para formar un cabestrillo que sujete el brazo, el codo y el antebrazo.

Vendaje de sostén de pecho. Los vendajes pectorales .se emplean para aplicar presión sobre las mamas; por ejemplo, cuando se quiere suspender la lactancia, o después de una intervención quirúrgica.

Este vendaje es una pieza rectangular de algodón de forma parecida a la del pecho femenino. Suele tener tirantes que pasan sobre los hombros y se fijan al vendaje por delante.

Vendaje de sostén de escultetus. Se emplea para sujetar el abdomen y, en al-gunos casos, para sujetar apósitos. Normalmente es de franela o de algodón. La ventaja de este vendaje es que se ajusta perfectamente al contorno del cuerpo.

Vendaje de sostén abdominal. El vendaje de sostén abdominal es una pieza rectangular de algodón, lo suficientemente larga como para rodear el abdomen del paciente, sobrando entre 5 y 7.5 cm en el adulto, o 2.5 cm en los niños. Debe ser lo suficientemente ancha para cubrir desde el pliegue de los glúteos hasta la

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NCI'CNMIIIIICN n i l q u i f i d i t M 323

cintura. Se abrocha en el centro y se adapta al cuerpo del paciente, poniendo im-perdibles en los lados.

Vendaje en T (simple o doble). Los vendajes en T suelen ser de tejido de al-godón y se emplean para sujetar los apósitos perineales.

Equipo y material

Charola con: vendas clásticas de ancho variado, tela adhesiva o imperdibles, compresas de gasa o aldogón absorbente (equipo estéril de curación si es nece-sario).

Método

1. Preparar el equipo en el cuarto de trabajo. 2. Trasladar el equipo junto id paciente. 3. Explicar al paciente el procedimiento.

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324 Not'CMUluilCN l ) l l . N l l U N < Ir I I m i l l l i K

4. Quitar el vendaje contaminado, cortándolo o desenrollándolo. Desecharlo para lavarlo o incinerarlo.

5. Lavar perfectamente las manos antes de aplicar el vendaje. 6. Colocar al paciente en posición cómoda. La zona por vendar debe colocarse

en la posición que ha de conservar. Flexionar el brazo al aplicar un vendaje sobre éste. Sostener apropiadamente las partes que se van a vendar, ayudán-dose de almohadillas y soportes. Principios: los vendajes y las fajas pueden dar lugar a una infección (si se aplican sucios sobre una herida o una abrasión de la piel). Al colocar y sostener la parte del cuerpo que va a ser vendada en su posición funcional normal, previene las deformaciones, evita la incomodidad y facilita la circulación de la sangre en el área involucrada.

7. Observar si hay hinchazón. La inflamación puede necesitar adaptación cons-tante del vendaje.

8. Limpiar y secar bien la parte que ha de vendarse de: secreciones, sudor, y adhesivo.

9. Proteger la herida (si la hay) con apósito estéril. Principios: La corriente de la sangre a través de los tejidos disminuye a causa de la inmovilización y la presión sobre los vasos sanguíneos. La bencina es un disolvente del material adhesivo, tiene acción antiséptica y se evapora rá-pidamente. Los vendajes suelen emplearse para proteger heridas quirúrgicas contra infecciones, sujetar apósito quirúrgico o aplicaciones locales de medi-camentos.

10. Disminuir la fricción de la piel con la aplicación de talco. 11. Poner algodón absorbente enüe los dedos, en las axilas, debajo de los senos,

detrás de las orejas, en las articulaciones, prominencias óseas, ingles, plie-gues del codo, hueco poplíteo, etc., para evitar que las superficies de la piel se rocen. Principios: el calor y la humedad prolongados sobre la piel deterioran las células epiteliales. Cuando dos objetos se mueven en dirección contraria, la fuerza de fricción destruye o lesiona las células epiteliales de la piel.

12. Empezar el vendaje con dos vueltas circulares para sujetar el extremo ini-cial del vendaje.

13. Continuar el vendaje con el método de aplicación elegido o requerido; por ejemplo, vendaje circular, en espiral, en espiral con inverso, en ocho, en es-piga o recurrente.

14. Aplicar presión uniforme a cada vuelta para que no quede muy apretado o muy flojo.

15. Dejar caer cada vuelta sobre la anterior, cubriendo la mitad o las dos terce-ras partes de su anchura y evitar vueltas innecesarias. Principios: en cada vuelta de un vendaje circular, la presión ejercida aumen-ta casi el doble.

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N c i W N l l I n r i f N ll<l(|lllti<lilN

• I ,a habilidad para aplicar vendajes se obtiene solamente con la práctica. • l In vendaje apretado puede obstaculizar la circulación y producir la muer-

te de los tejidos. • Un vendaje flojo se desplazará y resultará ineficaz en su propósito. • Las vueltas innecesarias producen presión excesiva y desigual.

16. Vendar siempre las extremidades hacia el tronco para evitar la congestión e hinchazón de la parte distal.

17. Dejar más flojos los vendajes colocados sobre una herida. Principios: si la circulación en los tejidos se interrumpe o decrece de mane-ra marcada, el proceso de cicauización y las células tisulares pueden morir. Las células tisulares pueden morir como resultado de una irrigación sanguí-nea inadecuada.

18. Dejar descubiertas las puntas de los dedos de las extremidades para obser-var cualquier alteración circulatoria.

19. Terminar el vendaje con circulares. Fijarlo con imperdibles, lela adhesiva o atándolo con un nudo seguro, en el lado opuesto a la herida. Principios: dejar las puntas de los dedos descubiertos permite apreciar la temperatura, coloración y movilidad de estos. Fijar el vendaje en el lado opuesto a la herida evitará presión sobre la zona afectada.

20. Registrar en el expediente del paciente: fecha, hora de colocación y retiro de la venda, sitio tratado, tamaño de la venda, tipo de vendaje, estado de la piel antes de colocarlo, cualquier complicación e intolerancia para el trata-miento.

Medidas de control y seguridad

• Evitar aplicar un vendaje húmedo. • Evitar cruces o reveses indebidos sobre articuaciones mal cubiertas o superfi-

cies inflamadas. • Elevar la extremidad vendada durante 15 a 30 minutos para facilitar el retorno

venoso. • Revisar la circulación distal una o dos veces cada ocho horas, pues un vendaje

elástico muy ceñido puede ocasionar daño neurovascular, • Levantar el extremo distal de la venda y valorar el color, temperatura e inte-

gridad de la piel. • Renovar el vendaje cada ocho horas o siempre que se afloje y enrede. • Cambiar la venda por lo menos una vez id día. • Retirar el vendaje elástico sólo por indicación médica, y no en forma regular

cada ocho horas cuando esté aplicado sobre una extremidad después de inter-vención quirúrgica, como extirpación de venas, o que lleva puesta una férula para inmovilizar una fractura.

• Desenvolver cada vuelta y recogerla, pasando de una mano a otra al retirar el vendaje.

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3 2 6 Nt'n 'KulmliliilMmi •!•• t litiinlin

EVALUACIÓN

• ¿Procuré la comodidad del paciente para la aplicación del vendaje? • ¿Limpié y sequé la región, de secreciones, sudor y adhesivo, para la reno-

vación del vendaje? • ¿Apliqué el vendaje con el mélodo requerido? • ¿Cuidé que la presión de cada vuelta fuera uniforme? • ¿Observé que la circulación fuera satisfactoria en caso de vendaje en exüe-

midades? • ¿Evité hacer mayor presión sobre la herida?

ACTIVIDADES

1. Consultar bibliografía referente al tema. 2. Identificar diferencias entre los métodos y objetivos, intubación gástrica,

succión gástrica y gavage. 3. Efectuar una succión (simulada) con sistemas de dos y tres frascos y ex-

plicar al grupo la diferencia entre ambos sistemas. 4. Efectuar mediante "simuladores" en el laboratorio de enfermería, la técni-

ca para adquirir habilidad en el uso de equipo y material estéril. 5. Seleccionar, con su maestra, a los pacientes que necesitan cuidado de he-

ridas, para efectuar la curación requerida. 6. Adquirir experiencia por iniciativa propia, asistiendo en días y horas li-

bres, a servicios de urgencia y Cruz Roja. 7. Realizar entre compañeras cada uno de los diferentes vendajes varias ve-

ces hasta adquirir la habilidad satisfactoria (mano, codo, hombro, guante-lete, clavícula, pie, rodilla, tobillo y pierna, monóculo, binóculo, capelina, tórax, etcétera).

8. Organizar un concurso, con jurado calificador, que verifique la calidad de cada uno de los vendajes, con el fin de mejorar y corregir errores.

9. Invitar a personas (niños) para efectuar los vendajes en el concurso.

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PARTE VII I

ASISTENCIA DE ENFERMERÍA AL ENFERMO EN FASE TERMINAL,

EN AGONÍA Y DESPUÉS DE EXPIRAR

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Capítulo 20

La vida humana es derecho primero y fundamental del hombre-en el que

precisamente se sientan todos los demás.

D o c . S o c . DE LA IGLESIA.

A S I S T E N C I A A L E N F E R M O T E R M I N A L Y A SU FAMILIA

La estudiante de enfermería ha acumulado diversidad de experiencias. En la asistencia de las necesidades básicas de los enfermos en el hospital, quizá ha te-nido el gozo compartido con el paciente y sus familiares y personal de enferme-ría, de ver que el enfermo regresa a su hogar en plena recuperación de su salud.

Uno de los actos que vive el hospital con mayor intensidad es ver la salida de los enfermos, por estar curados o haber mejorado. La enfermería cree que éste es el acto cumbre de toda asistencia. Es como un acto social trascendente, que conduce a actuar con decisión y responsabilidad.

La enfermera da instrucciones precisas al paciente y familiar sobre indica-ciones médicas, qué medicamentos debe seguir tomando, qué alimentos puede ingerir y cuáles suprimir, qué ejercicio realizar y cuáles evitar; orienta al fami-liar respecto a los documentos necesarios del enfermo al ser dado de alta y po-der salir sin mayor dilación: ofrece su apoyo para cualquier aclaración, le re-cuerda en nota escrita qué día tendrá su próxima visita, etcétera. Es el momento de renovar amistad, de dar y recibir alecto, de un apretón de manos, de desearle bienestar en su hogar... un "Dios le bendiga" y "cuídese". Si es posible se puede acompañar al paciente dado de alta hasta la puerta de salida o al menos hasta el elevador o escalera. Con la salida del paciente en franca recuperación se cierra un ciclo, un proceso.

Hay que plantear la llegada de otro paciente con sus problemas... a quien se debe acoger como visitante distinguido, mejor aún, como un nuevo amigo nece-sitado de afecto y seguridad.

329

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3 3 0 A s l f l l o n d n D E onforMorÍQ ftl c u l c i i n o en I U S E lormlnnl , «MI ftj|()liín y I I C N | I I M \ S de expiitii

No siempre lodo sucede como quisiéramos que fuese, sino como un proceso irreversible, muy penoso que hay que asumir con valor y decisión. I .a estudiante en su proceso de formación es otro factor más en el escenario, no sólo como especia dor, sabe que se está entrenando para actuar con serenidad y reflexión, que cada ex periencia es nueva, jamás se repetirá porque cada persona es una e irrepetible.

Se considera de suma importancia que la enfermera tenga presente algunos lincamientos del Comité Episcopal para la Defensa de la Vida (CEDV), porque debe tomar una actitud de certeza y rectitud en el ejercicio de su profesión, el cual dice:

Desde el primer instante hasta el postrero, por el mismo hecho de darse tal vida, en la realidad tiene derecho a ser defendida y obligación de respetarse.

El hombre es el administrador de su propia vida, no su dueño absoluto. Re-conocerse como persona es abrazar la propia vida como un regalo del amor de Dios, aceptar que en el origen de la existencia no está el caos o la casualidad, sino el amor.

En virtud de su unión sustancial con un alma espiritual, el cuerpo humano no puede ser reducido a un complejo de tejidos, órganos y funciones, ni puede ser valorado con la misma medida que el cuerpo de los animales, ya que es parte constitutiva de una persona que a través de él se manifiesta.

El enfermo tiene el derecho de rechazar todos aquellos tratamientos que no ofrecen una esperanza razonable de beneficio, que no pueden obtenerse y recibirse si no es con gran sufrimiento o con gastos o inconvenientes graves, aun cuando sus gastos sean sufragados por el erario público o una compañía de seguros.

Toda eutanasia por acción o omisión, esto es, activa o pasiva, pedida por el paciente o aplicada sin su consentimiento, es una grave falta deontológica.

El paciente tiene un deber ético de preservar su vida y de aceptar los trata-mientos para salvarla, si se trata de medios que ofrecen una esperanza razonable de beneficiarle y que puedan obtenerse y aplicarse sin un grave inconveniente, dolor o gastos.

EL ENFERMO TERMINAL

La enfermedad terminal se define como el estado clínico que provoca expectati-va de muerte en breve plazo. Se llega a esta situación como proceso evolutivo de enfermedades crónicas progresivas cuando se han agotado los tratamientos disponibles.

Las entidades más frecuentes que cursan hacia la enfermedad terminal son: procesos neurológicos, enfermedades degenerativas del sistema nervioso central, cirrosis hepática, enfermedad pulmonar obstructiva crónica y arterioesclerosis.

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A'II'IICIM ni itl e n f e r m o I c i i n i i i i i l y MI l i i i n i h i i

Como la situación del enfermo terminal se acompaña de una serie de sínto-mas producidos por distintas etiologías, se pensó en hacer referencia al síndrome terminal de enfermedad, con los siguientes criterios:

1. Enfermedad causal de evolución progresiva. 2. Estado genend grave. 3. Pronóstico de supervivencia inferior a un mes. 4. Insuficiencia de un órgano. 5. Ineficacia comprobada de los tratamientos. 6. Ausencia de tratamientos alternativos útiles. 7. Complicación irreversible final.

Enfermedad causal de evolución progresiva

Se define como cualquier fenómeno o hecho que permita cambios en el medio interno, que den por resultado la pérdida progresiva o paulatina de la función celular, por las que pasa una enfermedad desde su origen hasta su terminación.

Estado general grave

Periodo de una enfermedad en el cual los síntomas tienen mayor intensidad, que afecta a la totalidad del organismo y que pone en peligro la vida.

Pronóstico de supervivencia inferior a un mes

Juicio más o menos hipotético acerca de la terminación probable de una enfer-medad, especialmente de un individuo determinado en el que se ha prolongado, por algún tiempo, la vida ceular después de la muerte general.

Insuficiencia de un órgano

En un paciente con enfermedad oncológica, la insuficiencia del órgano depende del lugar predominante de la metástasis: el hígado, el pulmón, cerebro, etcétera; las metástasis óseas, peritoneales, ganglionares, así como de otras localizaciones no pueden ser por sí mismas incompatibles con la vida, pero implican inmovili-dad, permanencia en la cama, dificultad para la alimentación, hidratación paren -teral, etcétera, que se acompañan de alta morbilidad debido a complicaciones como flebitis, escaras e infecciones.

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3 3 2 A u d i e n c i a de enfermer ía al e n f e r m o on l a i e terminal , «• 11 adunia y <I< |nn *. 11< ex | i i ini

Ineficacia comprobada de los tratamientos

Mientras no se hayan agotado los tratamientos disponibles, no puede hacerse el diagnóstico de enfermedad terminal.

La existencia de tratamientos opcionales con probabilidades de producir me-joría puede condicionar el diagnóstico de enfermedad terminal hasta observar si hay respuesta a los mismos. Hay situaciones en las que existe un tratamiento es pecífico, pero no puede ser administrado por la afectación general del paciente.

Ausencia de tratamientos alternativos útiles

Sin posibilidad de algún medio higiénico, farmacológico o quirúrgico para la curación o alivio de la enfermedad.

Complicación irreversible final

Es el aspecto más delicado del diagnóstico del síndrome terminal de enferme-dad, ya que existen imprecisiones clínicas. La prudencia médica aconseja man-tener una actitud expectante, ya que la enfermedad terminal puede pasar reversi-blemente a un estado crónico de duración imprevisible, donde todavía exista algún tratamiento. La complicación irreversible final no tiene posibilidad de re-cuperación en el contexto de enfermedad terminal.

Dentro de estas complicaciones intratables que proporcionan criterios de irreversibilidad se incluyen: fallo respiratorio, embolia pulmonar, coma metabó-lico, hemorragia grave y abdomen agudo.

Cuando se cumplen los criterios del síndrome terminal de enfermedad no se debe indicar el tratamiento quirúrgico, el uso de ventilación artificial u otras ma-niobras en función de su ineficacia, impracticabilidad del método y riesgos inhe-rentes al mismo.

Es conveniente hacerse cargo de la situación y advertir a los familiares del enfermo sobre la contraindicación o imposibilidad de las maniobras terapéuti-cas.

Necesidades del enfermo terminal

Uno de los derechos del enfermo es no sufrir un dolor físico innecesario durante el proceso de su enfermedad. El paciente en fase terminal experimenta, además del dolor físico, un sufrimiento psíquico o moral intenso, provocado por la coli-sión entre la proximidad de la muerte y la esperanza de seguir viviendo que alienta en su interior.

La obligación del médico es suprimir la causa del dolor físico o al menos ali-viar sus efectos, pero el ser humano es una unidad y al médico y personal de en-

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ANIMICIIIÍII NI i'tilciiiin II Iiiniiiil y MI llllllllllt

leonería compotc, junio con los familiares, la responsabilidad de dar consuelo moral y psicológico al enfermo que sufre.

Frente al dolor físico el profesional de sanidad ofrece la analgesia; frente a la angustia moral, ha de ofrecer consuelo y esperanza.

La medicina paliativa es una forma civilizada de entender y atender a los pa-cientes terminales. La medicina paliativa es saber que cuando ya no se puede curar, aún se puede cuidar; es cuando se debe iniciar ese cambio: si no puedes curar, alivia; si no puedes aliviar, por lo menos consuela.

Las necesidades que los pacientes terminales presentan son las necesidades físicas, psicológicas, espirituales o religiosas y sociales.

Las necesidades físicas derivan de las graves limitaciones corporales y, so-bre todo del dolor, especialmente en enfermos con cáncer, presente en 80% de los enfermos terminales.

Las necesidades psíquicas son evidentes. El paciente necesita sentirse seguro, confiar en el grupo de profesionales que le trata, tener la seguridad de su compa-ñía que lo apoya y no lo abandona, lo cual afianza su autoestima.

Las necesidades espirituales son indudables, el creyente necesita de Dios. Es una grave irresponsabilidad civil y política que la atención religiosa de los en-fermos 110 esté claramente presente en todas las clínicas e instituciones hospita-larias.

Las necesidades socioeconómicas del paciente terminal no son menos im-portantes para dar sociego al penoso trance. La enfermedad terminal produce a quien la padece y a su familia gastos, y no pocos desajustes.

Cu ida r al enfermo terminal en casa

¿Por qué morir en casa?:

• Se conserva la dignidad y el respeto. • El enfermo se siente querido. • El familiar siente que se le necesita. • El propio enfermo, puede influir sobre la calidad de la asistencia. • En el hogar hay más tiempo pitra prepararse interiormente para afrontar la

muerte. • Se ahorran molestias de salir id hospital. • La comida es más fresca y nutritiva. • Por modesta que sea la casa, el familiar y el enfermo la prefieen sobre el

hospital.

Toda persona tiene derecho de morir con dignidad. El enfermo es libre de elegir entre morir en su casa o en el hospital. En su

casa, una persona es ella, y no sólo el paciente del cuarto 211.

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3 3 4 A.ii.sleni'ln de enfermer ía al e n f e r m o en 1'une l e imlna l , en a f o n í a y ile^pues de expi ta i

El pacicnle toma la decisión o da su apoyo para que todos los involucrados tomen la mejor decisión posible.

Él toma en cuenta: su propio estado de salud, cuidado de los hijos, la parte económica, disponibilidad y asistencia de personal de salud.

La decisión puede no ser definitiva y pensar en una casa de reposo; algunas veces es necesario, en un asilo o en el hospital.

En la mayoría de los casos se puede aliviar el dolor y otras molestias en la casa tanto como en el hospital, con la ayuda de una enfermera.

Llevar a casa a un enfermo desauciado es una manifestación de amor, es ase-gurarle que se le quiere y no se le va a abandonar. Estar en casa alivia la sole-dad. Se ha de tranquilizar al enfermo para que no piense que es una carga, sino parle de la vida familiar, en la que igual se acepta amor y cuidados, todo es im-portante, dar y recibir.

Preparativos para el regreso a casa

• Una vez que el enfermo y los familiares han tomado la decisión, hay que orga-nizar la casa, la cual le parecerá el mejor lugar del mundo, lleno de paz; el en-fermo se sentirá tranquilo, satisfecho y contento de estar en casa y disfrutarla.

• Hacer una lista de todo lo que se vaya a necesitar. • Elegir el cuarto más cómodo y conveniente, con capacidad de moverse, de ac-

ceso fácil al baño y cocina, además de ser el mejor espacio de convivencia. • Acondicionar un cuarto bien ventilado, alumbrado y alegre, si existe la posibi-

lidad. • Rentar una auna de hospital, silla de ruedas y andadores, si es necesario. • Disponer la cama de manera que se facilite el acceso por ambos lados, pitra

ciunbiar al enfermo de posición y asearlo. • Disponer una mesa de noche pitra toallas desechables, equipo de curación, ga-

sas, hisopos, aplicadores, bandejas, medicinas, jarra con agua, vaso y popotes flexibles.

• Arreglar la disponibilidad de sábanas suficientes, protector de hule para cama, cobijas, camisón, pijama, batas de cama, suéteres, cómodo, orinal, baño por-tátil, bandejas para baño, jarra para agua, toallas, calcetines, pantuflas, loción, crema rasuradora, proveerle televisor, libros, revistas, llores o maceta, etcé-tera.

Cuándo llamar a un médico

Es necesario contar con la asesoría del médico en padecimientos específicos. La visita médica puede ser periódica y dependerá de diversas circunstancias. Suele llamarse id médico cuando no se sabe qué hacer y hay temor, en caso de dolor,

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ANIMI'III'III u l n i l o r i l l o l e í i i i i m t I y MU IIIIIIIIIH a a» ,

constipación, problemas con el catéter, si el paciente lo pide, si es inminente la formación de llagas.

I a enfermera puede ponerse en contacto con el médico y recibir instruccio-nes respecto a medicamentos o asistencia. A los enfermos que sufren dolores es importante proporcionarles id i vio para que vivan plenamente hasta que sobre-venga la muerte. El secreto para controlar el dolor crónico es la regularidad. De-be darse el remedio a intervarlos regulares, antes de que el dolor aparezca. Cada persona reacciona al dolor de manera diferente, porque es el individuo comple-to, en lo físico, emocional, mental y espiritual, quien lo experimenta.

Cómo asistir me jor al enfermo terminal

Respetar y consultarlo, no forzarlo a comer ni a sonreír ni a ser sociable. Se debe preguntar siempre: ¿puedo ayudar en algo más?

Si se le cuida con sentido común, con procedimientos básicos personales, con especial atención a sus problemas y necesidades físicas, el enfermo y la la milia podrán afrontar las crisis emocionales, con un amigo a su lado, que cuida de su alimentación, higiene personal y tareas específicas.

Para el familiar, estar con el enfermo puede ser una satisfacción personal, es importante compartir sentimientos, los sucesos de la vida presente, es el alarde cer o al anochecer cuando él quiere hablar, es muy importante escucharlo, co-mentar lo que quiere decir y hay que vivir plenamente cada momento. Todo en la vida puede ser una meditación.

No descuidar otras actividades como preparar algún bocadillo, dar un paseo corto, salir de compras, escribir cartas, arreglar flores; comer y dormir lo mejor que se pueda, si el enfermo necesita atención constante, si requiere de más peí sonas con quién turnarse para dormir. Dar oportunidad a otros familiares y ami-gos de compartir su amor y delicadeza.

Dejar que el enfermo siga participando en los asuntos familiares es una ma-nera de demostrarle que se le toma en cuenta. Compartir decisiones, jugar, leer juntos, ver televisión, hacer recuerdos de los tiempos compartidos, rezar y orar, hacer que cuente la historia de su vida, es vivir plenamente.

Es muy importante hacer un programa de todo lo que se tenga que vigilar y que se cumpla, como: horario de medicamentos, diela, cuidados personales, per-sonas de guardias si el cuidado se realiza entre varios.

Cuidar a alguien significa procurarle comodidad tanto a sus sentidos corpo-rales como a sus sentimientos, mente y alma.

La caricia es una manera de compartir el amor y la atención que el corazón puede dar. Se sigue amando a la persona, aun cuando su físico haya dejado de ser atractivo.

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3 3 6 A.NÍNIOIICÍU de enfermería ul e n f e r m o en la.se terminal , en ii|ton(ik y t l e ^ a u s iIi expl iat

• Dar masaje en la cabeza, manos, cuello, pies, espalda y en lodo el cuerpo; las manos y los pies tienen terminaciones nerviosas de todos los órpno-i del cuerpo, dándoles masajes se estimula el cuerpo entero,

• Recortar las uñas para evitar que se arañe. 8 Rasurar es importante si el enfermo es varón. • Cambiar las sábanas siempre que se ensucien, mojén o suden. • Proveer y mullir los cojines para apoyar al enfermo, al cambio de posición,

proteger rodillas de úlceras por fricción, roce y humedad. • Usar la silla de ruedas para el enfermo que no puede caminar, así se le

puede proveer de gran movilidad para cambiar de escenario. • Preguntarle qué olores prefiere, si flores, aire fresco, sábanas limpias, luz,

sol, incienso, etcétera; todas las personas gustan de oler cosas agradables. • Brindar bienestar al enfermo, bañarlo regularmente si él no puede hacerlo.

Si el baño es en la cama, cuidar de calentar el cuarto y evitar enfriamientos, untarle crema o loción para evitar que la piel se reseque y poner talco en el área genital, para evitar salpullidos.

- No todos los enfermos terminales pierden el control de los esfínteres. Si él puede y quiere ir id baño se le puede ayudar. En incontinencia, poner pañal desechable y cambiarlo cada vez que sea necesario; después de cada eva-cuación, lavar la zona con agua y jabón, secar muy bien y aplicar talco o crema.

• Seleccionar su descanso y recreación (televisión si le interesa algún programa). • Tocar la música que prefiera, que puede ser, por ejemplo, inmortales de la

música, la flauta es el sonido del alma, es bueno el sonido de las palabras del amor o disfrutar del sonido del silencio, el canto de pájaros, la risa de los niños, etcétera.

• Proporcionar un momento de tranquilidad mientras escucha una agradable lectura.

• Vivir los mejores sentimientos de fe, amor y esperanza.

Procurar la asistencia oportuna a sus necesidades espirituales. La fe permite sentir paz y alegría, aunque a veces no se entienda qué está sucediendo en lo ín-timo del ser. Respetar la fe de la persona sin importar cuál sea ésta.

La esperanza, el sostén de toda la vida es muy importante id finid. Un enfer-mo desahuciado guarda algún grado de esperanza, él experimenta cambios en la manera de enfrentar su propio problema: primero espera recobrar la salud, luego vivir un poco más y posteriormente, tener una muerte tranquila.

El amor da la oportunidad de apreciar los propios valores y de equilibrar el hacer con el ser. De esta forma la vida muestra su significado, su misterio y emoción y ayuda a obtener la fortaleza necesaria para asistir a la persona próxi-ma a morir.

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A'iimIi'mi i>< ni i nli Milu ii i mi nal y su liiiiillln

El amor da al moribundo la certeza de que Dios lo ama, y es un punto de apoyo saberse amado por los que le asisten.

La muerte en el hogar o en el hospital ha de tener lugar enmedio de la com-prensión, de la benevolencia y del citrino, nunca en el abandono, desprecio o su-frimiento gratuito.

Es necesario reconocer que en los hospitales la asistencia técnica se da en buena medida, en tanto que la asistencia humana es bastante pobre. Quizá en ocasiones también los capellanes de las distintas religiones se limiten a una actuación ritual o sacramental, pero sin crear un clima de diálogo con la persona enferma.

Durante las horas que transcurren hasta el momento de las exequias, se vela el cuerpo del difunto. La oración en común alimenta y expresa nuestra le y avi-va la esperanza en la resurrección y nos une en la caridad mutua con los que ya partieron.

Cuándo no es apropiado que el enfermo muera en casa

• Cuando la familia no puede encargarse de la persona. • Cuando el hospital puede darle un servicio que mejore la calidad de la vida. • Cuando el enfermo prefiere que lo mantengan vivo con base en sueros. • Cuando en casa no hay recursos para contratar a una persona que lo cuide.

ASISTENCIA DEL ENFERMO EN AGONÍA

Es la atención esmerada que se da a la persona cuando los signos y síntomas in-dican el proceso inevitable de su muerte.

Objetivo

Valorar los signos y síntomas a medida que suceden cambios orgánicos y sensi-tivos pitra proporcionar la asistencia a las necesidades emocionales, físicas y es-pirituales, así como confortar a los familiares.

Equipo y material

Dependerá del tratamiento establecido para la persona, además del indicarlo conforme a los cíunbios orgánicos.

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I III A'IIHII'III'IM lio i'llli'lllli'l lit til t'llll'l lll>l t'lt llll'i l< lllllllill t il IIHillllll V <li'H|llli7l tic l<A|t||lll

Cuadro 20.2. NKCKNIDADKN 1)141, I NH UMO

EMOCIONALES CUIDADOS PRINCIPIOS

Malestar general Mantener informados a los familiares y amigos del es-tado del paciente.

La actitud y comportamien-to de la enfermera pueden calmar- al paciento aterro-rizado.

Inquietud Dar seguridad al paciente permaneciendo cerca de el.

Ansiedad Permitir a un familiar o a un amigo permanecer con el paciente.

Temor

Angustia

Permanecer tranquila la enfermera y familia, sin alterarse.

Ayudar a cumplir los deseos expresados por el paciente (negocio, testamento, etcétera). Aliviar la preocupación y temor mentales, así como proporcionar con precisión todos los cuidados que el paciente requiera.

Las emociones demasiado intensas tienden a entorpecer la capacidad para comuni-carse.

El estado mental del pa-ciente puede variar desde inconciencia completa hasta coma.

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AfliNlciu'tu ni enfermo terminal y MI l'uinílin 3 3 9

C u a d r o 2 0 . 3 NECESIDADES ESPIRITUALES

CUIDADOS PRINCIPIOS

Consulta con el represen-tante de su Iglesia.

Recepción de sacramentos

Llamar al representante de su Iglesia para atención y consuelo espiritual del pa-ciente.

Informar al paciente que será visitado por el repre-sentante de su Iglesia.

Presentar al Sacerdote, Pastor, Rabino, etc., cuan-do el paciente esté cons-ciente.

Preparar los objetos nece-sarios para impartir los sa-cramentos: bautismo, con-fesión, comunión y un-ción de enfermos.

Las creencias de un indi-viduo pueden influir en su comportamiento.

Las visitas de un ministro pueden proporcionar for-taleza al paciente mori-bundo.

C u a d r o 2 0 . 4 NECESIDADES FÍSICAS

CUIDADOS PRINCIPIOS

Pérdida del tono muscular:

H1 cuerpo se afloja, la mandíbula se cae, el enfer-mo respira por la boca, los labios se hacen lláci-dos. Las mejillas se hun-den, falta capacidad para deglutir, el habla se difi-culta, se relajan los esfín-teres (recto y vejiga).

Dar posición adecuada y apoyo por medio de al-mohadillas.

Aspirar frecuentemente las secreciones acumuladas en la cavidad bucal.

Se humedecen los labios y se dan pequeños sorbos de agua.

Mantener cómodo y seco al paciente, instalando sondas rectal y vesical.

Todas las necesidades hu-manas están relacionadas; un trastorno en un área causa reacciones recíprocas en otra.

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3 4 0 Axifttoiiclu de enfermería al enfermo on la.se torminal, cu almila y llegan** «le ojipiiai

C u a d r o 2 0 . 5 DETENCIÓN PROGRESIVA DE I.A PKR1STALS1S

CUIDADOS PRINCIPIOS

Pérdida del apetito, deshidratación de la mu-cosa bucal, náuseas, acumulación de gases en el intestino.

Instalar sonda rectal para expulsar los gases acumu-lados (si no está contra-indicada).

La putrefacción es un pro-ceso químico en el que las proteínas se descompo-nen por acción de los hi-dratos de carbono y se for-man var ios productos ga-seosos.

C u a d r o 2 0 . 6 DISMINUCIÓN DE LA CIRCULACIÓN

CUIDADOS PRINCIPIOS

Enfriamiento de las extre-midades inferiores, supe-riores, orejas y nariz, su-doración profusa, cianosis. Hipotensión. Hipotermia.

Calentar al paciente por medios físicos. Limpiar el sudor con fre-cuencia. Tomar signos vitales.

La muerte puede sobreve-nir de manera lenta o sú-bita, con decadencia pro-gresiva de las funciones vitales.

C u a d r o 2 0 . 7 DIFICULTAD RESPIRATORIA

CUIDADOS PRINCIPIOS

Disnea

Respiración rápida, super-ficial o muy lenta.

Respiración ruidosa (estertor de la muerte).

Aspiración de secreciones.

Cambio de posición.

Adminisüar oxígeno. Todas las células del orga-nismo necesitan un apor-te adecuado de oxígeno.

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ANINII'IM ni ni t'iilnrmo Icrniliml y MI liiiniliii

Cuadro 20.H PIÓRDIDA DI. L08 SENTIDOS

CUIDADOS PRINCIPIOS

Los ojos hundidos y semi-cerrados.

Los reflejos desaparecen gradualmente. Las pupilas no reaccionan a la luz.

Visión borrosa.

El oído es el último sen-tido que se pierde.

Signos de muerte: Cesa la respiración. Posteriormente deja de funcionar el corazón.

Mantener iluminada y ven-tilada la habitación del paciente. Proporcionar un lugar pri-vado al paciente y a los familiares.

Hablar con claridad al pa-ciente y evitar cuchicheos.

Anotar en el expediente el momento exacto en que la respiración cesa y el corazón deja de funcionar.

La vista, el oído, el olfato, el gusto, el tacto y la di-ferenciación de la tempe-ratura, información al orga-nismo del ambiente externo.

Medidas de control y seguridad

• Evitar ruidos innecesarios. • Usar desodorante aerosol para evitar olores desagradables (si procede). • Proteger y protegerse de traumatismos y accidentes. • Evitar dar información no autorizada por el médico a los familiares.

ASISTENCIA DE ENFERMERÍA AL CUERPO DE LA PERSONA QUE EXPIRÓ

Son los cuidados que se proporcionan al cuerpo después de la muerte para con-servarlo en el mejor estado posible para su traslado a la sala indicada.

Objetivo

Preparar el cuerpo para ser trasladado a la capilla ardiente o al anfiteatro.

Equipo

Carro o charola con: lavamanos y cubeta, jarra con agua, jabonera con jabón, toallita, esponja y toalla, pinzas, algodón, apósito, tela adhesiva, éter, alfileres

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3 4 2 ANÍAIOIU'ÍII «lo CNLCTiitcifa al o n l o t i i a i IMI la,NO I c i n i i n a l , on a l m i l a v 'LT «IHIÍ'N <lc i x | m a i

de seguridad, mortaja y sábanas, ropa personal para el cambio y etiquetas tle identificación.

Método

1. Comprobar que el paciente ha dejado de respirar. Principio: la muerte es la desorganización de la materia viva que hace defi-nitivamente imposible todos y cada uno de los fenómenos vitales.

2. Informar inmediatamente (Je ello íil médico residente, si no se halla presente. Principio: el enfermo es considerado legalmente muerto, hasta que el médi-co certifica su fallecimiento.

3. Bajar el respaldo de la cama, si está elevado; retirar todas las almohadas, excepto una, dejando la cabeza apoyada en ella. Principio: mantener la cabeza del difunto más elevado que el resto del cuer-po evitará la congestión de la cara.

4. Cerrar los ojos tirando de las pestañas, para bajar con suavidad el párpado superior sobre el ojo.

5. Estirar las extremidades y alinear el cuerpo correctamente. 6. Retirar las sondas que tuviera: gástrica, vesical, rectal, así como los aparatos

de aspiración, oxígeno, etcétera. 7. Colocar la dentadura postiza (si tiene) y cerrar la boca ahuecando la mano y

aplicando alguna presión en el mentón. 8. Ordenar el pelo, rasurar si es necesario y darle al difunto un aspecto natural

de dormido. 9. Bajar las persianas a la mitad de la ventana y abrir un poco ésta.

Todo esto puede ser realizado antes de que el médico certifique el falleci-miento, cuando es imposible que se presente de inmediato.

10. Reunir el equipo de aseo y llevarlo a la unidad. 11. Quitar las alhajas, incluyendo anillo de bodas. Hacer un paquete con todos

los objetos de valor como: monedas, anteojos, cartas, para ser envegados a la dirección junto con la lista detallada del contenido.

12. Entregar los artículos de valor a un miembro responsable de la familia; in-vestigar los deseos de la familia respecto a que si quieren que se le deje al difunto el anillo de boda.

13. Proceder al aseo o baño completo del cuerpo; aplicar algodón en los orifi-cios, para evitar la salida de secreciones por relajamiento. Principio: todo difunto debe ser tratado con respeto y dignidad.

14. Quitar la tela adhesiva con éter. 15. Cubrir cualquier herida con apósito limpio y sujetar con tela adhesiva. 16. Sustituir las ropas sucias por otras limpias, o las personales. 17. Colocar en una de las muñecas una etiqueta de identificación con su nom-

bre, servicio, fecha y hora de la muerte y nombre del médico. 18. Disponer la mortaja diagonalmente sobre la cama.

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ANIAICIICÍII ni e n f e r m o leíinlliitl y MI litmíllii

19. Colocar al difunto cnmeclio coi* los brazos cruzados sobre el pecho. 20. Doblar la parte superior de la sábana para formar la capucha, sujetándola

con alfileres de seguridad. 21. Envolver el cuerpo, haciendo los pliegues necesarios y metiendo los extre-

mos de la sábana alrededor del cuerpo. 22. Doblar el extremo inferior sobre los pies ordenando los pliegues y fijándo-

los con alfileres de seguridad. 23. Terminar de envolver el cuerpo con el extremo distal de la sábana, ordenan-

do los pliegues con estética y lijándola con alfileres. 24. Fijar la otra etiqueta a la altura del tórax. Si el cuerpo no se amortaja por

disposición de los familiares seguir el paso 25. 25. Colocar el cuetpo en una camilla, sujetarlo y cubrirlo con una sábana para

ser trasladado al mortuorio, con discreción y respeto. 26. Recoger el equipo y dejarlo limpio en su lugar. 27. Anotar en la hoja de la enfermera: hora en que dejó de respirar, nombre del

médico que lo declaró muerto y firma de la enfermera. 28. Enviar el expediente a la oficina de archivo; llenar otras formas requeridas y

enviarlas a las oficinas respectivas. 29. Dar aviso de suspensión de dieta y tratamiento a los respectivos servicios, 30. Regresar todo el equipo que se haya usado (aspirador, manómetro, tanque

de oxígeno, etc.) para revisarlo y arreglarlo. 31. Dejar el cuarto o unidad listo para la limpieza.

Medidas de control y seguridad

• Recordar que es ilegal preparar al difundo antes que el médico haya declarado oficialmente la muerte.

• No oprimir los ojos para evitar deformación en la expresión. Poner algodón en nariz, oídos y boca, en caso de que haya salida de secreciones.

• Pedir a uno de los familiares que se haga cargo de recibir las ropas y pertenen-cias del difunto y esté presente mientras las recogen. Conservar una lista fil-mada de recibo.

• Sujetar con tela adhesiva el anillo de matrimonio, si es la voluntad de los fa-miliares que lo conserve.

• Escribir con claridad las tarjetas de identificación con el nombre completo del difunto, número de cuarto, cama, registro, fecha y hora de la muerte y nombre del médico.

• Preparar psicológicamente a los familiares para ver el cuerpo. • Utilizar una toalla doblada para mantener el mentón en su lugar durante el

tiempo en que aparece la rigidez cadavérica. • En casos de defunción por enfermedad infectocontagiosa, respetar los regla-

mentos especiales del Departamento de Salubridad (los cuerpos deben colo-carse rápidamente en el ataúd, que debe sellarse de inmediato).

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3 4 4 Af lwlcnc in «lo c i i l ermet í i i al onlVriuo cu Iiihc i c i m i n a l , on a f o n í a y iIcniiik'n <lc «<npliai

• Conocer los aspectos legales relativos con la disposición del cuerpo (autop-sia). La enfermera informada id respecto coopera más inteligentemente con quienes prodigan atenciones necesarias al moribundo o al difunto. La agencia funeraria jamás puede hacerse cargo del cueipo ni hacer preparati-vo alguno para su entierro mientras no se haya certificado oficialmente el fa-llecimiento y notificado a los familiares.

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Capítulo 21

Al momento de ayudar, no tengas preferencias entre sabio o ignorante, rico o

pobre... Ama a todos, sin hacer preferencias, y encontrarás la paz que tanto oxpt'l'ds,

C. TORRIÍS l'ASTOMINO

P R O C E S O D E A T E N C I Ó N D E E N F E R M E R Í A , T R A B A J O E N E Q U I P O

LA ATENCIÓN DE ENFERMERÍA

La asistencia de enfermería en equipo es un sistema de prestación de cuidados de enfermería en el que un grupo de personas integrado por personal profesional y personal no profesional trabajan coordinadamente para proporcionar un cuida do global a un paciente o grupo de pacientes.

La asistencia de enfermería en equipo puede efectuarse en el hospital, en un centro comunitario y en el hogar.

Las actividades del personal de-los diferentes departamentos del hospital, lo-man parte en la responsabilidad de la asistencia de los pacientes. Uno de los oh jetivos de las instituciones de salud es proporcionar una buena asistencia. Cada una de las personas en sus diferentes actividades debe reconocer su contribución al bienestar del paciente y estar dispuesta a trabajar en colaboración y coordina ción con otros departamentos, para así lograr que los servicios del hospital sean provechosos y oportunos para el paciente.

La enfermera jefe de piso es la responsable de planear, dar, supervisar y va-lorar el cuidado de enfermería; coordinar los recursos del hospital y de la comu-nidad en beneficio de cada paciente; tomar decisiones haciendo uso de su buen juicio, cuando la necesidad se presente; trabajar en armonía y saber comunicarse con todas las personas y con la mayor eficacia posible. Es imprescindible que conozca y aplique los principios básicos de la administración, dirección, supei visión y enseñanza en su trabajo individual y de grupo para poder lograr una constante superación en su práctica profesional.

345

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3 4 6 A t e n c i ó n <le enfermería ni e n f e r m o on fiwo lermimtl , en nuonfn y (IcNpm'M tle explrni

El éxito del trabajo en equipo depende de una buena comunicación, oral y es crita, que debe ser clara y precisa por la responsabilidad que de ella emana, y comprende: la asignación por escrito de los cuidados del paciente, "plan de coi dados" (su desarrollo y valoración), celebración de reuniones frecuentes, para re-visión de los cuidados otorgados a los pacientes, comunicación diaria al equipo sobre logros obtenidos o retrocesos en la asistencia terapéutica.

La j e f e de piso conoce y comprende, en principio, el objetivo de la tera-péutica médica de cada paciente, y la atención de enfermería que necesita, sea ésta simple o compleja, por la valoración hecha, de las necesidades de cada paciente. De la misma manera, la enfermera ayuda a otros a comprender esas necesidades y la forma de planear cómo satisfacerlas mediante la asis-tencia de enfermería.

Una de las principales responsabilidades de la jefe de piso es saber delegar, reconociendo que aun cuando lo haga en la asistencia del paciente, tiene la obli-gación de proporcionar y propiciar una eficaz asistencia de enfermería, con do-minio de las técnicas; el trabajo de su unidad será más eficiente si concede al cuerpo de enfermería a su cargo una mejor supervisión, incluida la enseñanza y apoyo mientras trabajan; además, valora las actividades de su personal tanto en forma individual como de grupo.

Una planeación razonable y delegación le permitirá dedicar tiempo a los pa-cientes para corroborar el diagnóstico de enfermería y coordinarse con los servi-cios del hospital, asistir a las reuniones Clínicas y administrativas sin preocupar-se de su unidad, porque conoce y valora la experiencia y potencialidad de su grupo de enfermeras.

La je fe de enfermeras debe propiciar el espíritu de cooperación dentro del grupo, indispensable para la comprensión recíproca en todo trabajo en equipo, para que cada persona sea capaz de aportar y recibir ideas para la mejor asisten-cia de enfermería. El trabajo de grupo de cada unidad es la contribución que ca-da persona ofrece al bienestar del paciente.

La jefe de enfermeras realiza la asignación de su personal por equipo, el cual se responsabiliza específicamente de alguna sección.

La enfermera asignada se encarga de varios casos —no más de seis pacien-tes— ella elabora el plan de cuidados y con su equipo ejecuta el plan, administra los medicamentos, lleva a cabo los tratamientos prescritos, se comunica con el médico y otros profesionales de salud e informa del estado del paciente. La en-fermera técnica, auxiliar de enfermería y estudiantes asignadas ayudan en la prestación de los cuidados.

La enfermera profesional que trabaja como líder del equipo debe conocer a fondo el proceso de atención de enfermería, y sus técnicas. Debe desarrollar su aptitud de comunicación en todas direcciones; la capacidad de decisión en la ac-tuación de enfermería para la solución de problemas y compromiso de centrar la atención en el paciente.

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I ' M H V N O lio nlcnriói i tic ci i loi inci l i t , tiul)it|o cu C « | I I I | H I

I ,a enlamera es la responsable de la coordinación de lodos los cuidados Tísi-cos y emocionales, de llevar a cabo el tratamiento y de la enseñan/,a id paciente y familiar, además de efectuar la valoración diaria del estado de salud del pa-ciente mediante los resultados esperados. Al verificar el proceso del paciente ha-cia el logro de los objetivos, la enfermera puede valorar con mayor facilidad la efectividad de los cuidados de enfermería.

El equipo tiene mayor autonomía y responsabilidad en el ejericio de enferme-ría, coadyuvando al progreso profesional porque requiere la adquisición de nuevos conocimientos y habilidades, sobre todo respecto a la toma de decisiones.

La valoración es necesaria, ya que abarca diversos aspectos del estado de sa-lud del paciente, principalmente: aspecto general y funcional del cuerpo, sínto-mas específicos, estado emocional, capacidad psicomotora y estado de la con-ciencia.

Es la jefe de piso la persona a la que puede acudir la estudiante de enferme-ría cuando se le presenta algún problema que no puede resolver. Estos proble mas suelen relacionarse con la identificación de las necesidades del paciente, con los cuidados de enfermería requeridos o con la valoración de los resultados de la asistencia dada.

La estudiante de enfermería necesita ayuda especial antes de que adquiera cierto grado de experiencia. Cuando realiza su práctica hospitalaria como parle de su aprendizaje, entonces es asignada a los servicios, en los cuales puede ad quirir mayor y mejor experiencia.

Toda enseñanza debe planearse en función de las necesidades de la estudian te. En los primeros años necesita obtener habilidad en la realización de técnica de enfermería, en los que es aconsejable que pueda formar equipo con estudian-tes de grados superiores a las que se les pueda asignar la realización de alguna parte de la asistencia del paciente, bajo el plan de cuidados de enfermería. Así aprenderá a trabajar con otras personas y a coordinar su trabajo para la atención individualizada y .global al paciente.

La calidad de la asistencia que recibirán los pacientes en el futuro, dependerá en gran medida de la formación que la estudiante obtenga en el presente, con el apoyo de su compañera, de la maestra clínica, la jefe de piso y otros profesiona-les del equipo. A la estudiante debe dársele la oportunidad de adquirir y practi-car las habilidades en la planeación, dirección y supervisión, y reconocer la im-portancia de las buenas relaciones humanas.

La maestra clínica es la persona indicada para dar a conocer a la jefe de piso los objetivos de la educación de enfermería, independientemente de que la di-rección educativa lo haga como trámite oficial a la dirección de los servicios asistenciales, porque suele suceder que la información se quede en ese nivel y las personas que están regularmente más en contacto con las estudiantes los des-conozcan.

La jefe de piso y la maestra clínica podrán planear una buena enseñanza para

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3 4 8 A t e n c i ó n de enl'orttierfu ul e n f e r m o en t'iwe lermlnnl , en it|!oiiln y de explriir

las estudiantes si comprenden a londo los objetivos tic la educación en enferme ría y le brindan todo su apoyo para que conozca, comprenda y adquiera las cua-lidades requeridas para ser una profesional.

Las actitudes de la estudiante hacia la profesión de enfermería y el desempe-ño profesional son en gran parte fruto de las experiencias vividas durante su en-trenamiento.

La maestra clínica comprende que hay situaciones en que la designación de la estudiante puede cambiarse de un momento a otro para atender una situación inesperada, y que el interés primario del personal de enfermería es la asistencia inmediata del paciente. Por lo tanto, siempre existirá la disposición de colaborar ante estas posibilidades, de las que la estudiante podrá adquirir una buena expe-riencia.

La maestra clínica debe trabajar con la estudiante para identificar las necesi-dades de los pacientes, planear su asistencia, inclusive ayudarla para adquirir la habilidad de coordinar el plan de cuidados en trabajo de grupo y valorar la efica-cia de su propia actuación de liderazgo.

ETAPAS DEL PROCESO DE ATENCIÓN DE ENFERMERÍA

La asistencia a los pacientes es una función prioritaria en la enfermería, que in-cluye los aspectos físico, psicológico, social y espiritual de la persona y no sólo dirige su atención al estado de salud, cuyo diagnóstico ha emitido el médico.

La enfermera actúa en diferentes espacios: en el hospital, centro comunita-rio, en el hogar, centros escolares, en industrias y trabajo con pacientes ambula-torios y otras personas que solicitan su ayuda. Se ha considerado que la función asistencial comprende tres tipos de funciones: las independientes, que incluyen el diagnóstico y tratamiento de enfermería mediante:

• La valoración del paciente, a través de la historia clínica y la exploración fí-sica para verificar el estado de salud.

• El diagnóstico de las necesidades o problemas que requieren la actuación de enfermería.

• La selección de acciones de enfermería que conlleven a restablecer y mante-ner la salud.

• Brindar al paciente y familia la orientación y conocimientos que le ayuden a cambiar en forma positiva sus actitudes hacia su salud.

• Referir al paciente a otros miembros del equipo de salud cuando esté indica-do y sea de su competencia.

• Valoración de las respuestas del paciente al tratamiento terapéutico.

Las funciones interdependientes las desarrolla junto a los otros miembros en uabajo de equipo.

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I'masito de nlriiriún ili< onfciMU*I(tt, itiilnt|ii en ri|iil|Mi

LHM funciones dependientes son las actividades que desarrolla con base en las indicaciones del módico, como el suministro de medicamentos y tiatainlen tos específicos.

En la actualidad, en enfermería existen muchos modelos y tendenciasxle me-todología asistencial, todas muy buenas y enriquecedoras para la profesional y provechosa para el paciente; (odas siguen un método.

Todo método tiene sus etapas en el proceso: objetivos, que enmarcan la in-tención, criterios precisos, determinados por un juicio de valor e instrucciones concretas sobre las actividades a realizar, y todo conlleva al proceso de atención al paciente que implica la consecución de datos del enfermo; uno o más diag nósticos, objetivos a lograr y tratamiento, plan de cuidados y evaluación de los resultados.

La Asociación de Enfermeras Americanas (ANA) utiliza el proceso de enlei mería como directriz en el desarrollo de los códigos del ejercicio de la enfermería y ha sido incorporado al marco conceptual de la mayoría de los planes de estudio El objetivo principal del Proceso de Atención de Enfermería (PAE) es constituí! una estructura, es decir, una forma ordenada que pueda cubrir individualmente las necesidades del paciente, la familia y la comunidad.

El PAE es la aplicación del método científico en la atención de enfermería, es el ordenamiento lógico de las actividades a realizar por la enfermera para pro porcionar atención individual, familiar y comunitaria.

Los elementos indispensables en el PAE son la planeación, la cual se centra en el paciente, orientada a sus problemas, cómo ayudarle a solucionarlos y, illrl gida hacia el logro de objetivos concretos.

El PAE incluye básicamente cinco etapas: recolección y selección de dalos; diagnóstico de enfermería, planeamiento de la asistencia al paciente, ejecución del plan de cuidados de enfermería y eviduación del plan de atención de enfei mería.

P r i m e r a e t a p a : r e c o l e c c i ó n y s e l e c c i ó n d e d a t o s

Esta fase o etapa va dirigida al registro de hechos, fenómenos o datos que permi-tan conocer y analizar lo que realmente sucede id individuo, familia o comuni-dad en relación con su salud, lo que permite a la enfermera prever y planear sus acciones acordes con una realidad.

La recolección de datos implica obtener información sobre el paciente, con el fin de indagar sus necesidades, problemas, preocupaciones, expectativas y ac-titudes.

Es necesario contar con una guía previamente elaborada para la recolección y registro de los datos, ya que permitirá revisar y evaluar con la frecuencia re-querida su contenido y compararlo con los planes formulados para la atención de enfermería; asimismo, dicha guía facilita al equipo de salud, conocer los olí-

Page 346: fundamentos enfermeria

3 5 0 Atención de enfermería id enfermo en tii.se lennlnid, en ii^imiíh y <t*«w|nti .N de expinu

jetivos de la atención de enfermería, lo que se ha hecho y lo que se está hacien-do, con la posibilidad de efectuar los cambios necesarios.

Las fuentes directas pitra la obtención de la información son: el paciente, la familia, la comunidad, el equipo de salud; las fuentes indirectas: historia clínica (expediente, cárdex), impresos, libros, revistas, documentos y diarios.

Los datos se recogen mediante entrevista, examen físico, datos de laborato-rio y otras fuentes que ayuden a obtener la valoración física sociocultural y espi-ritad del paciente. Los medios e instrumentos para obtención de la información son la observación, el uso de los sentidos (vista, oído, olfato), la entrevista, la comunicación, la visita domiciliaria, encuesta, cuestionario, guías, entre otros.

En la etapa de recolección de datos, registro y análisis, los conocimientos científicos y experiencias previas de la docente juegan un papel muy importante en la formación de la estudiante en el proceso enseñanza-aprendizaje; le ayudíui a descubrir la causa o causas de las necesidades o problemas y, de esta manera, podrá llegar más fácilmente a formular el diagnóstico de enfermería.

En la información obtenida se tienen datos de naturaleza permanente que no cambiarán, como el uso de alguna prótesis; otros datos tienen relación directa con el estado actual del paciente, el cual puede cambiar; por ejemplo, los signos vitales.

Toda institución de salud utiliza formas para registrar por escrito la informa-ción que la enfermera obtiene del paciente en la entrevista con él, así como la obtenida en sus observaciones y examen físico y la valoración de la capacidad funcional del paciente.

Los datos obtenidos ya registrados o por registrar comprenden:

• Aspectos sociales básicos: nombre, estado civil, fecha de nacimiento, reli-gión, lugar de nacimiento, ciudadanía, domicilio, idioma, dialecto, escolari-dad, empleo y pasatiempo.

• Datos fisiológicos: talla, peso, visión, audición, mano dominante, comuni-cación, historia de salud, estado de la movilidad, patrones de la vida diaria, (para descubrir problemas posibles y reales) patrones usuales de descanso, nutrición, eliminación, higiene, tabaquismo o alcoholismo, entre otros.

• Factores ambientales: residencia, zona habitacional, problemas, miembros que integran la familia u otros y ambiente de trabajo.

• Percepción del paciente sobre su estado de salud, expectativas y preocupa-ciones.

La ANA (1965), describe un método ordenado para reunir información sobre la conducta fisiológica, psicológica y social de un paciente e identificó 13 áreas funcionales para verificar las capacidades del individuo: estado social, mental y emocional; estado de la temperatura corporal, de la piel y sus apéndices; estado de su función respiratoria, circulatoria, nutricional, de eliminación y reproduc-ción; percepción sensorial, capacidad motora, de reposo y sueño.

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l 'niivNii ilc uli'iii'lñn ilc i'iilciiiit'iiii, ! i i i lm|n ni i'i|iii|Hi

lis necesaria la valoración completa del paciente para llegar a mi diagnóstico y asistencia de enfermería.

La estudiante deberá adquirir un bagaje de conocimientos en diversas mate rias en relación con las ciencias médicas, del comportamiento y sociales, entro otras. Tiene que dominar los conceptos básicos de anatomía, fisilogía, química, nutrición, microbiología, psicología, sociología, comunicación, etcétera, con el fin de que pueda hacer la valoración del estado fisiológico y psicosocial del pa cíente, que será la base para poder comprobar los cambios en valoraciones poste riores, en relación con los problemas y necesidades detectados.

Un problema de salud es cualquier trastorno o situación en el qucel paciente necesita ayuda de la enfermera. Ésta muestra la dificultad o necesidad que sulív la persona. La necesidad indica el tipo de intervención de enfermería que resol vería el problema.

Para planear los cuidados de enfermería y decidir las intervenciones más adecuadas, es indispensable identificar los problemas del paciente tanto los ai tuales como los futuros posibles.

Si el paciente tiene dificultad respiratoria y necesita de oxigenoterapla. el problema es la dificultad de la respiración; la necesidad, la oxigenoterapla; un posible problema podría ser congestión pulmonar.

Establecimiento de. prioridades y jerarquización de problemas

Una vez identificados, los problemas se enlistan en orden de importancia; no se rá posible atenderlos a todos al mismo tiempo, por lo que es importante decidir cuáles deberán atenderse primero.

Los problemas de máxima prioridad que requieren intervención inmediata (aun sin plan de asistencia escrito), son los que amenazan la vida, tales como el paro cardiaco o respiratorio, aumento de la presión intracraneal y los problemas potenciales que amenazan la vida. Normalmente las necesidades fisiológicas lie nen mayor prioridad que las demás.

Dentro de las categorías diagnósticas de enfermería, las necesidades para la supervivencia son las más importantes:

• Alteración de la adecuada nutrición relacionada con la anorexia y otras. • Alteración del intercambio gaseoso relacionados con obstrucción de las

vías. • Cambios de volumen de líquidos, relacionado con vómitos continuos. • Alteración de bienestar, relacionado con elevación sostenida de la tempera-

tura. • Trastornos de la eliminación intestinal, relacionada con diarreas y otros. • Cambios del patrón del sueño y descanso, relacionados con ruidos y presio-

nes.

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3 5 2 A t o n c l ó n de iMitcrmorfii ol o n l o n i i o o i i liwi" icriuliud, <'ii «yoníu y <I*1 N|*iit H de e* | i lui i

• Atención del bienestar por dolor, relacionado con espasmos musculares, ab-dominales, piernas y cadera.

• Afectación de la movilidad, relacionada con incapacidades. • Alteración de la percepción sensorial, relacionada con lesiones tic los cen

tros nerviosos.

El modelo jerárquico de Malow ayuda al establecimientos de prioridades. Se intenta cubrir en primer lugar las necesidades relacionadas con la supervivencia antes de atender a las de seguridad o estima. El paciente puede tener necesida-des insatisfechas en más de un nivel id mismo tiempo. Es conveniente tener pre-sente que no hace falta tener resueltas las necesidades de los niveles bajos pitra dar atención a las de niveles superiores.

Segunda etapa: diagnóstico de enfermería

Pitra formular el diagnóstico se requiere de un proceso mentid, el cual estará in-fluido por los conocimientos científicos, por sus experiencias anteriores de en-fermería y su concepto muy personal sobre la profesión.

El proceso de diagnóstico inicia tan pronto como el paciente esté bajo el cui-dado de enfermería y continúa hasta que ya no necesite de ese cuidado.

Flora Kron, Kozier y Du Gas definen el diagnóstico de enfermería, como "identificación de los problemas del paciente..." Mary Durand y Rose Mary Prince consideran que "es la conclusión sobre las condiciones del paciente me-diante la investigación..." y Sally Spell Monken dice que el diagnóstico de en-fermería "es el juicio o conclusión que se obtiene como resultado de la valorad ón de enfermería'.

Las tres conclusiones coinciden en señalar que el diagnóstico es la conclu-sión que se hace sobre la situación de las condiciones del paciente, mediante la investigación, valoración e identificación de los problemas y necesidades del pa-ciente.

Al diagnóstico se llega mediante la selección de información sobre la condi-ción médica del paeienie, de la información en relación con hechos psicológicos evidentes del paciente y de la información concerniente al paciente corno persona. Es la síntesis del conocimiento del paciente como ser biopsicosocial y espiritual.

El proceso de elaboración del diagnóstico de enfermería requiere además de los conocimientos teóricos, de la capacidad de análisis y una actitud abierta dis-puesta para explorar todas las posibilidades.

El diagnóstico de enfermería es el eje de lodo su proceso de atención, ayuda a decidir sus objetivos y actuaciones.

El diagnóstico médico se centra solamente en la patología, en tanto que el de enfermería abarca las respuestas del paciente a la asistencia física, psicológica, espiritual y social.

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H N C V N O (le ali'iit'liSn tic cnlcrnicrlii, ln»lw|II «MI I<«|III|MI

I I diagnóstico se caracteriza por ser dinámico, puesto que generalmente cambia de un día para olro con las variaciones de la enfermedad, con el cambio de actitud y el de las condiciones del paciente. Va indicando las respuestas sig-nificativas del paciente durante las diferentes fases de su enfermedad a cada pro-blema. Esta reflexión individualizada sobre los progresos del paciente permite que el diagnóstico de enfermería sea útil en el trabajo diario, hospitalario y co-munitario.

Las características de un diagnóstico bien enunciado son: que sea específico y que se centre en el paciente.

El diagnóstico de enfermería establece un punto de partida, una base para la asistencia de enfermería; significa el planteamiento cuidadoso de todo lo ucee sario para su actuación.

T e r c e r a e t a p a : p l a n e a m i e n t o d e l a a s i s t e n c i a a l p a c i e n t e

La planeación significa decidir con anterioridad lo que se va hacer.('nadare 11 usar el pensiuniento reflexivo antes de actuar, es una parte del proceso admlnh trativo. Sin planeación no puede haber organización, dirección ni control.

. La planeación de la atención de enfermería id individuo, familia y cornual dad requiere de una coordinación entre los integrantes del equipo de salud pnru que todo el equipo conozca qué se va a hacer, cómo, cuándo, por qué, dónde u quién y quién lo va a hacer.

El plan de cuidados permite un acercamiento más útil hacia el paciente, hace ver y tratar id enfermo como persona, hace pensar en la asistencia que se ticlw dar al individuo en relación con la promoción, prevención y restauración de la salud.

El plan de cuidados de enfermería es el instrumento que dirige en forma or denada y continua las actividades de la profesión hacia el logro de objetivos es tablecidos específicamente pitra cada persona.

El plan debe ser elaborado por la enfermera, el personal no profesional y la estudiante de enfermería pueden participar en la elaboración del plan, pero es la enfermera quien lo elabora, interpreta, coordina, evalúa y delega las actividades que implica la asistencia.

La planeación comprende los siguientes elementos: selección de prioridades y formulación del diagnóstico, planteamiento de objetivos (resultados espera dos) especificación de la actuación de enfermería y registro.

La planeación como proceso continuo verifica los problemas del paciente, l is-tos continúan o se resuelven con rapidez, o bien, se agudizan y surgen otros. Esto exige que la planeación de la asistencia de enfermería se revise continuamente.

Como cada persona es individual, única, los cuidados de enfermería deben adaptarse a las necesidades de cada paciente y determinar los resultados espera-

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3 5 4 Atención de enfermería al enfermo en la.se torminal, on agonfa y dexpui1* do expiiai

dos. Se basan en principios no sólo en la aplicación de técnicas sitemáticas o es-tándares. Un principio indica un hecho científico, una ley de la ciencia o una teoría de aceptación general.

La enfermería es una ciencia aplicada, sus bases teóricas provienen de otras disciplinas que incluyen ciencias médicas, biofísicas, ciencias sociales, etcétera.

Los resultados finales esperados, siempre deberán describir una conducta ob-servable y medible; se describe la conducta que se espera que logre el paciente.

El planteamiento de los resultados esperados, proporciona los medios para valorar el progreso del paciente y los efectos de la acción de enfermería.

Los objetivos escritos en términos de resultados finales de conducta esperada ayuda al demás personal, al paciente y familia a conocer con mayor facilidad lo que debe lograrse.

Los objetivos proceden de las necesidades y problemas prioritarios expresa-dos en el diagnóstico; debe diseñarse, además, para que sean alcanzables, de acuerdo a los recursos con que se cuenta como: material, equipo, tiempo dispo-nible y personas del equipo de salud que pueden colaborar.

Formular los objetivos no debe ser conflicto para la estudiante o personal de servicio, si se toma en cuenta que la finalidad del plan de cuidados indica lo que la enfermera y el paciente quieren lograr. Es importante lomar siempre en cuen-ta al paciente y a su familia, ya que sin su participación es difícil satisfacer sus necesidades y resolver sus, problemas.

Bases para establecer objetivos

• Identificar las necesidades prioritarias en el diagnóstico. • Los objetivos deben ser específicos para cada situación. • Deben formularse en función de cambios observables en el individuo, familia

y comunidad (para poder verificar en qué grado se alcanzaron). • Deben estar acordes con la situación social y económica de las instituciones

de salud (recursos materiales y humanos).

Isabel Ugalde expresa que los objetivos deben contestar a las preguntas: ¿Qué? Lo que se pretende hacer.

¿Cuánto? El grado de cambio que se intenta alcanzar. ¿Quién o quiénes? El paciente o grupo de pacientes a quien va dirigido el

objetivo, y las personas que realizarán las acciones para el logro de los objeti-vos.

¿Dónde ? Se refiere al lugar geográfico, donde se cumplirán los objetivos. ¿Cuándo? Se refiere al tiempo en el cual se espera lograr los objetivos. Los objetivos del plan de cuidados deben ser congruentes con los objetivos del hospital y del Departamento de Enfermería.

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I ' I M CM» (le ídem I D I I ILC e i i l c i I I I C I L U , I | I I I M | I > C U C I | U I | H I

Acciones del /tlan de cuidados

L Í L S acciones de enfermería expresadas en el plan de cuidados son intervencio-nes específicas que van dirigidas a ayudar al paciente al logro de los rcsuliados esperados. Se basan en la etiología del diagnóstico de enfermería e indican las actividades precisas que se llevarán a cabo para eliminar los factores que contri-buyen al problema.

Las acciones indicadas en el plan de cuidados son propiamente las órdenes de enfermería que se deben realizar.

Criterios básicos para establecer las acciones del plan

Las acciones se escriben con el fin de ordenar y proveer continuidad en la alen ción de enfermería, por lo que deben estar expuestas y tener fácil acceso a ellos las personas que intervengan en la atención del paciente.

Las acciones deberán responder a la condición del paciente, familia y coilill nidad; deben ser extensivas al hogar, ya que la atención no debe centrarse única mente a la fase de curación, sino que debe abarcar todas las etapas del pro< eso salud enfermedad.

El plan es un instrumento dinámico y llexible. Empieza con el primer con tacto con el paciente, continumnente ha de adaptarse a medida que cambie la si tuación del paciente. Debe extenderse a los aspectos de promoción, prevención, curación y restauración de la salud.

La adecuada planeación de la asistencia de enfermería proporcionará beneli cios tales como:

• Considerar al paciente como persona y asegurar una atención integral. • Dirigir la actuación de enfermería al logro de objetivos, lo cual permite la

evaluación de la atención dada.. • Determiníir la intervención de enfermería que requiere el paciente en forma

coordinada con el equipo de salud. • Asegurar el aprovechamiento de los recursos disponibles. • Proporcionar una base para el control y evaluación de la calidad de atención

de enfermería.

No es necesario sujetarse a un formato estándar, ya que las características tic un plan permiten la adaptación de cualquier situación en el paciente, mantenien do siempre los lincamientos básicos descritos.

Para fines didácticos la escuela de enfermería, debe proveer a la estudiante un formato del plan de cuidados para facilitar la práctica del manejo de un plan de cuidados al cual hacer los ajustes pertinentes con la orientación directa de la docente de enfermería.

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3 5 6 Atención <lo enfermería al enfermo en la,te terminal, en agonfa y <ICN|HI<IN ile expirar

C u a r t a e t a p a : e j e c u c i ó n d e l p l a n d e c u i d a d o s d e e n f e r m e r í a

La ejecución del plan de cuidados de enfermería consiste en verificar y/o dele-gar las actividades para lograr los objetivos de la atención planeada.

Las instrucciones u órdenes de enfermería deben ser lo bastante detalladas y específicas para que todo el personal que proporciona los cuidados, los realice en la misma forma y a la hora indicada.

Las acciones deben estar basadas en principios científicos para que propor-cionen una atención de calidad.

Los cuidados de enfermería incluyen una gran variedad de intervenciones es-pecíficas. A medida que la estudiante progresa en su aprendizaje, podrá partici-par en diversos tipos de intervenciones que le aportarán experiencia.

En la etapa de ejecución se buscan alternativas posibles y se toma la decisión sobre la mejor alternativa de ejecución. La toma de decisiones conlleva a esta-blecer las condiciones necesarias para llevar a cabo el plan de atención. De esta manera la enfermera dispone razonablemente de sus propias capacidades y del personal que colabora.

La toma de decisiones de cada enfermera estará influida por el conocimiento de su responsabilidad en la atención de los pacientes, ya que la práctica de en-fermería está siempre influenciada por la filosofía y la teoría de enfemería, la fi-losofía de la educación y la de la vida de quien realiza la atención.

Cuando deban delegarse algunas actividades, es necesario seleccionar a la persona capaz de ejecutar la acción correspondiente, considerando no sólo al pa-ciente y sus problemas, sino a la persona que participará y sus capacidades.

Para que el proceso de atención de enfermería sea efectivo, es básico el esta-blecimiento de responsabilidades, claramente definidas, para todas las activida-des y así evitar su duplicación.

Se debe indicar con claridad el momento adecuado pitra realizar las diversas actividades descritas en el plan y asegurarse que la persona comprende su ejecu-ción. En todo caso la enfermera que delega actividades se queda con una res-ponsabilidad en el cuidado de estos pacientes, y así evita la aplicación parcial del plan.

Existen ciertas condiciones para que estas actividades se lleven a la práctica: es necesario un continuo dominio de las relaciones humanas que permitan esta-blecer una comunicación y coordinación con el paciente y equipo de salud, ca-pacidad de observación de signos y síntomas qiie se desvían de lo normal y ha-bilidad de prever posibles complicaciones.

El máximo aprovechamiento del personal, de los recursos disponibles, pre-viendo crisis y complicaciones del paciente, dará como resutado favorecer el de-sarrollo de la creatividad y proporcionar mayor satisfacción en el personal de enfermería. De esta manera asegura la máxima electividad del plan de atención.

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Proemio tic iiii'iu lrtii ilr c i i l c m u T Í a , i in l tn |n •*n IM|>II|H» \ut

( J u b i l a o l i i p n : e v a l u a c i ó n (U'l p l a n d e a t e n c i ó n d e c n f c n m T Í u

La valoración o evaluación es el proceso para determinar el grado en que se ni zanzaron los objetivos. Para apreciar los resultados del plan de enfermería, se requiere utilizar un sistema de control para conocer cuánto se logró, quó impidió la realización efectiva del plan y en general de todas las etapas del Proceso de Atención de Enfermería.

La evaluación es medir el logro de los objetivos fijados siguiendo las activi-dades correspondientes a los cuidados brindados al paciente y apreciar sus reac ciones a los mismos. La evaluación deberá ser continua, y en relación a los re sultados se hacen los ajustes en cada fase del proceso para relroalimcntai la atención de enfermería.

La enfermera muestra su capacidad de valoración al verificar la respuesta del paciente a la atención dada, así como la comprobación del logro de los objeli vos. Estos criterios le indicarán si la atención es de calidad.

Los resultados de la evaluación indican si se deben continuar con el minino plan y sus acciones o si debe hacer cambios pertinentes, los cuales de enleinie ría están indicados cuando en la identificación de necesidades del individuo, i-i milia o comunidad, hay error; si hay cambios en la situación del individuo, la milia o comunidad; no hay progreso en la satisfacción de las necesidades o problemas; se detecta que los objetivos no fueron realistas.

La enfermera valora la eficacia de los cuidados de enfermería por sus obsci vaciones al paciente en relación con los resultados finales esperados.

La enfermera debe ir observando pequeños cambios de conducta, que ayudan a valorar que los objetivos se van alcanzando, lo cual conlleva a intensificar los esfuerzos, o en caso necesario, a modificar parte del plan. Muchas veces el logro total de un objetivo es a largo plazo, lo cual dificulta la observación inmediata de los resultados finales, lo que indica que es indispensable evaluar cada una de las etapas y no esperar hasta tener un producto final.

Primeramente hay que contar con una información fidedigna para poder ha-cer juicios. El Departamento de Enfermería debe registrar específicamente sus actividades y percepciones del paciente. El registro preciso de estos datos en el cuidado del paciente ayudarán a la profesional a establecer sistemas de evalua-ción y conocer en qué porcentaje está cumpliendo con su función de asistencia del paciente, que es su razón de ser.

La evaluación es un proceso continuo que permite conocer aciertos, hay con-ciencia de los errores y sugerir medios para superarlos. Es necesario que todo el personal del equipo de salud, incluidos el paciente y familia, conozcan los propó-sitos que se persiguen, para que la evaluación se realice en forma efectiva.

La evaluación bien hecha se refleja en la superación del personal de enfer-mería, que al utilizar su pensamiento reflexivo y su juicio crítico, permite la concientización de su papel.

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3 5 8 Atenc ión «le enfermería al e n f e r m o en fu/te lermlnal , en agonfa y <l«N|)tnta «le oxpirai

La evaluación es un incentivo para mejorar la enseñanza y el desarrollo del personal de enfermería. De una buena evaluación se espera que el pacicnle, fa-milia y comunidad reciban una mejor calidad de atención de enfermería.

La enfermcra'examina críticamente la solidez del plan desarrollado:

• ¿El plan fue consecuencia lógica de los problemas identificados? • ¿El plan es compatible con el tratamiento módico? • ¿Los objetivos esperados son lógicos y alcanzables? • ¿Se indicaron claramente las instrucciones de enfermería? • ¿Se tuvo suficiente información? • ¿Se estableció prioridad de los aspectos más importantes que se debían aten-

der? • ¿Qué factores interfirieron o contribuyeron al éxito del plan? • ¿Se han resuelto algunos problemas? • ¿Qué problemas nuevos han surgido? • ¿El plan es actual?

La valoración significa un nuevo estudio y obtención de más información, lo que implica identificar nuevos problemas, modificar el plan de cuidados y pla-near nuevas intervenciones.

ACTIVIDADES

1. Elegir a un paciente de reciente ingreso a la unidad, en donde está obte-niendo su experiencia clínica.

2. Leer la historia del paciente y verificar la apreciación clínica inicial. 3. Obtener otros datos que serían útiles para planear la asistencia de enfer-

mería. 4. Enlistar los problemas que pueden ser identificados. 5. Identificar y enlistar los problemas prioritarios. 6. Elaborar un diagnóstico de enfermería con base en los problemas. 7. Indicar los objetivos finales esperados de la atención de enfermería. 8. Hacer el plan de atención de enfermería requerido para el paciente. 9. Describir cómo valorar la eficacia del plan.

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APÉNDICE

D E C Á L O G O D E L A E N F E R M E R A

I. AMAR A MI PRÓJIMO, como a mí mismo. II. TENER ESPECIAL CARIÑO A MI PROFESIÓN, por la cual puedo mu

nifestar mi compromiso de servicio a mis semejantes. III. APLICAR TODO MI ENTUSIASMO EN LA ATENCIÓN INTIÍC ¡l< Al

DEL ENFERMO, para que recupere su salud. IV. ESTUDIAR CONSTANTEMENTE, a fin de que mi práctica pi'Ofl' al

esté guiada por la certeza en el conocimiento, haciendo que Kca ellelenle V. CONOCER Y ACEPTAR MI RESPONSABILIDAD, con volmiUltl <1.«l

dida, para cumplirla en cualquiera de las funciones y áreas en que <!• » m peñe mi trabajo.

VI. SER DISCIPLINADA EN EL SERVICIO, amable con lodos y leal < mi la institución en que trabajo.

VII. REFLEJAR MI PULCRITUD FÍSICA Y ESPIRITUAL, en mi ambiente trabajo, compañeros y enfermos.

VIII. MANTENER Y PROYECTAR LA ALEGRÍA EN MI TRABA.K ), |MH la comprensión al individuo, familia y comunidad, para que su loríale/.a no decaiga ante la adversidad.

IX. COMPRENDER SIEMPRE QUE EL ENFERMO SUFRE, tanto listen, psíquica y quizá en lo moral y espiritual, por lo que debo atender su euei po y animarlo para confortar su espíritu.

X. RESPETAR COMO COSA SAGRADA LA VIDA DE LA PERSONA HUMANA, obra máxima del Creador en la Tierra.

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3 6 0 Apéndice

DERECHOS HUMANOS

Los derechos y libertades fundamentales son iguales para todos los hombres, porque derivan de la naturaleza humana.

Estos derechos son inalienables porque 110 los puede quitar nadie: ni el Esta-do ni persona alguna, sin daño a la dignidad del ser humano.

Todo derecho conlleva una obligación llamada deber. Los principales derechos fundamentales son:1

1. Derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de la persona. 2. Derecho a la integridad física y moral. 3. Derecho a los medios suficientes e indispensables para un nivel de vida digno:

alimentación, vestido, vivienda, descanso, asistencia sanitaria, servicios sociales.

4. Derecho a la seguridad en caso de enfermedad, invalidez, viudez, vejez, desempleo y en cualquier eventual pérdida de los medios de subsistencia por circunstancias ajenas a su voluntad.

5. Derecho al debido respeto de su persona y a la buena reputación. 6. Libertad religiosa, de la conciencia y en el pensamiento. 7. Libertad de manifestar y defender las ideas propias (libertad de expresión), de-

recho a la cultura y a tener una información objetiva de los sucesos públicos. 8. Derecho a la educación, y en relación con él, a la libertad de enseñanza. 9. Derecho a la libre elección de estado y derecho a fundar una familia (el

matrimonio). 10. Derecho al trabajo, a la libre elección del oficio o profesión y al salario

justo. 11. Derecho a la propiedad privada, sin excluir los bienes de producción. 12. Derecho de reunión y asociación. 13. Derecho a la huelga y libertad sindical. 14. Libertad de residencia, de circulación y de emigración. 15. Derecho a la participación activa en la vida pública. 16. Derecho a participar personalmente en la consecusión del bien común. 17. Derecho a la defensa jurídica de los propios derechos. 18. Derecho a la nacionalidad.

Comité Estudiantil Mexicano Pro Naciones Unidas

Declaración Universal de los Derechos Humanos Aprobada y proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948.

1 Cf. León XIII, Encícl. Reruin novarum, n. 21, § 2; Juan Pablo II, Discurso a la XXXVI Asamblea General de la ONU, 2-X-1979, n. 13

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A | » ' I H I I I I

lil 10 de diciembre de 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó y proelamló la Declaración Universal de los Derechos Humanos, cuyo texto completo aparece en las siguientes páginas. La Asamblea recomendó a lo-dos los estados miembros que publicaran el texto de la declaración y procuraran que fuese "divulgada, expuesta, leída y comentada, principalmente en las escue-las y demás establecimientos de enseñanza sin distinción alguna, basada en la si-tuación política de los países o de los territorios".

Oficina de información pública de las Naciones Unidas.

Declaración Universal de los Derechos Humanos (preámbulo)

CONSIDERANDO que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tiene por ba-se el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalie-nables de todos los miembros de la familia humana;

CONSIDERANDO que el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la hu-manidad; y que se ha proclamado, como la aspiración más elevada del hombre, el advenimiento de un mundo en que los seres humanos, liberados del temor y de la miseria, disfruten de la libertad de palabra y de la libertad de creencias;

CONSIDERANDO esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo re-curso de la rebelión contra la tiranía y la opresión;

CONSIDERANDO también esencial promover el desarrollo de relaciones amis-tosas entre las naciones;

CONSIDERANDO que los pueblos de las Naciones Unidas han reafirmado en la carta, su fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana y en la igualdad de derechos de hombres y mujeres; y se han declarado resueltos a promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto más amplio de la libertad;

CONSIDERANDO que los estados miembros se han comprometido a asegurar, en cooperación con la Organización de las Naciones Unidas, el respeto universal y efectivo a los derechos y libertades fundamentales del hombre; y

CONSIDERANDO que una concepción común de estos derechos y libertades es de la mayor importancia para el pleno cumplimiento de dicho compromiso:

La Asamblea General proclama:

La presente Declaración Universal de los Derechos Humanos como ideal co-mún por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse, a fin de que tanto los individuos como las instituciones, inspirándose constantemente en ella, pro-muevan, mediante la enseñanza y la educación el respeto a estos derechos y liber-tades, y aseguren, por medidas progresivas de carácter nacional e internacional, su

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3 6 2 . Apdndlc

reconocimiento y aplicación universales y efectivos tanto entre los pueblos de los estados miembros como entre los de los territorios colocados bajo su jurisdicción.

Artículo 1. Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y de-rechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse frater-nalmente los unos con los otros.

Artículo 2. Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier índole, origen nacional o social, posición econó-mica, nacimiento o cualquier otra condición.

Además, no se hará distinción alguna fundada en la condición política, jurí-dica o internacional del país o territorio de cuya jurisdicción depende una perso-na, tanto si se trata de un país independiente, como de un territorio bajo admi-nistración fiduciaria, no autónoma o sometida a cualquier otra limitación de soberanía.

Artículo 3. Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguri-dad de su persona.

Artículo 4. Nadie estará sometido a esclavitud ni servidumbre; la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus formas.

Artículo 5. Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhu-manos o degradantes.

Artículo 6. Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimien-to de su personalidad jurídica.

Artículo 7. Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley. Todos tienen derecho a igual protección contra toda discriminación que infrinja esta Declaración y contra toda provocación a tal dis-criminación.

Artículo 8. Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo, ante los tribu-nales nacionales competentes, que la ampare contra actos que violen sus dere-chos fundamentales reconocidos por la constitución o por la ley.

Artículo 9. Nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado. Artículo 10. Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a

ser oída públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial, para la determinación de sus derechos y obligaciones o para el examen de cual-quier acusación contra ella en materia penal.

Artículo 11. Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en juicio pú-blico en el que se le hayan asegurado todas las garantías necesarias para su defensa.

Nadie será condenado por actos u omisiones que en el momento de cometer-se no fueron delictivos según el derecho nacional o internacional. Tampoco se impondrá pena más grave que la aplicable en el momento de la comisión del de-lito.

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A|* miIM i' 3 6 3

A rífenlo 12. Nadie será objeto de ingerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales in-gerencias o ataques.

Artículo 13. Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado.

Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio y a regresar a su país.

Artículo 14. En caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asi-lo, y a disfrutar de él, en cualquier país.

Este derecho no podrá ser invocado contra una acción judicial realmente ori-ginada por delitos comunes o por actos opuestos a los propósitos y principios de las Naciones Unidas.

Artículo 15. Toda persona tiene derecho a una nacionalidad. A nadie se privará arbitrariamente de su nacionalidad ni del derecho a cam-

biar de nacionalidad. Artículo 16. Los hombres y las mujeres, a partir de la edad nubil, tiene dere-

cho, sin restricción alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión/a casar-se y fundar una familia; y disfrutarán de iguales derechos en cuanto al matrimo-nio, durante el matrimonio y en caso de disolución del matrimonio.

Sólo mediante libre y pleno consentimiento de los futuros esposos podrá contraerse el matrimonio.

La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene dere-cho a la protección de la sociedad y del Estado.

Artículo 77. Toda persona tiene derecho a la propiedad, individual y colecti-vamente.

Nadie será privado arbitrariamente de su propiedad. Artículo 18. Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de

conciencia y de religión, este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.

Artículo 19. Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expr-esión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limita-ción de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Artículo 20. Toda persona tiene derecho a la libertad de reunión y de asocia-ción pacíficas.

Nadie podrá ser obligado a pertenecer a una asociación. Artículo 21. Toda persona tiene derecho a participar en el gobierno de su

país, directamente o por medio de representantes libremente escogidos. Toda persona tiene el derecho de acceso en condiciones de igualdad, a las

funciones públicas de su país.

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3 6 4 Ap4fl(ll(w

La voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder público; esla vo-luntad se expresará mediante elecciones auténticas que habrán de celebrarse pe-riódicamente, por sufragio universal e igual y por voto secreto u otro procedi-miento equivalente que garantice la libertad del voto.

Artículo 22. Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación in-ternacional, habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad.

Artículo 23. Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo.

Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por trabajo igual.

Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y sa-tisfactoria, que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana y que será completada, en caso necesario, por cualesquiera otros medios de protección social.

Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de sus intereses.

Artículo 24. Toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una limitación razonable de la duración del trabajo y a vacaciones perió-dicas pagadas.

Artículo 25. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimenta-ción, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesa-rios: tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad.

La maternidad y la infancia tiene derecho a cuidados y asistencias especiales. Todos los niños nacidos de matrimonio o fuera de matrimonio, tienen dere-

cho a igual protección social. Artículo 26. Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe

ser gratuita, al menos en lo concerniente a la instrucción elemental y fundamen-tal. La instrucción elemental será obligatoria.

La instrucción técnica y profesional habrá de ser generalizada; el acceso a los estudios superiores será igual para todos, en función de los méritos respectivos.

La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad huma-na y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fun-damentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos; y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz.

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A | M M L I I I

I .os padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que ha-brá de darse a sus hijos.

Artículo 27. Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso cientí-fico y en los beneficios que de él resulten.

Toda persona tiene derecho a la protección de los intereses morales y mate-riales que le correspondan por razón de las producciones científicas, literarias o artísticas de que sea autora.

Artículo 28. Toda persona tiene derecho a que se establezca un orden social e internacional en el que los derechos y libertades proclamados en esta declara-ción se hagan plenamente efectivos.

Artículo 29. Toda persona tiene deberes respecto a la comunidad puesto que sólo en ella puede desarrollar libre y plenamente su personalidad.

En el ejercicio de sus derechos y en el disfrute de sus libertades. Toda perso-na estará solamente sujeta a las limitaciones establecidas por la ley con el único fin de asegurar el reconocimiento y el respeto de los derechos y libertades de los demás, y de satisfacer las justas exigencias de la moral, del orden público y del bienestar general en una sociedad democrática.

Estos derechos y libertades no podrán en ningún caso, ser ejercidos en oposi-ción a los propósitos y principios de las Naciones Unidas.

Artículo 30. Nada en la presente declaración podrá interpretarse en el sentido de que confiere derecho alguno al Estado, a un grupo o a una persona, para em-prender y desarrollar actividades o realizar actos tendientes a la supresión de cualquiera de los derechos y libertades proclamados en esta Declaración.

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co, 1991.

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LA EDICIÓN, COMPOSICIÓN, DISEÑO E IMPRESIÓN DE ESTA OBRA FUERON REALIZADOS BAJO L A SUPERVIS IÓN D E G R U P O N O R I E G A E D I T O R E S .

B A L D E R A S 9 5 , C O L . C E N T R O . M É X I C O , D . F . C . P . 0 6 0 4 0 1 2 7 1 0 2 0 0 0 0 3 0 9 5 1 8 D P 9 2 4 1 1

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IN11IODUCCIÓN A LA ENFERMERÍA I (xluainn Póroz, María del Carmen

l *iln obra os un auxiliar indispensable para el estudiante de untmmoría. Muestra los procedimientos que se deben seguir en ni ouldado diario y continuo del paciente. Además, contiene con-onptos y técnicas de enfermería básicos para poder satisfacer IftH nocosidades elementales del enfermo.

CÓMO ACERCARSE A LA MEDICINA Viniegra Velázquez, Leonardo

Aporta elementos necesarios de comprensión, análisis y reflexión. Rosalta aspectos que resultan fundamentales para entender cómo y de qué manera influye la sociedad en la práctica de la Medicina. La obra pretende superar ciertas concepciones que no por ser las más comunes, son las más apropiadas para comprender la situación de la Medicina en México.

CALIDAD DE LA ATENCION MÉDICA Bases para su evaluación y mejoramiento continuo Aguirre Gas, Héctor Gerardo

La obra desarrolla el tema de las instituciones prestadoras de servicios de salud, los cambios a los que se han sometido durante las últimas décadas, así como su responsabilidad de satisfacer las necesidades de la sociedad, y lograr la conciliación de sus dere-chos, intereses y expectativas, con el conocimiento científico actualizado, los medios tecnológicos apropiados y los recursos financieros pertinentes.

CURSO RÁPIDO DE TERMINOLOGÍA MÉDICA Smith, Genevieve Lowe, et al.

Este texto programado ha sido diseñado especialmente para que usted trabaje a su propio ritmo. Le proporciona objetivos de apren-dizaje y pruebas para que usted mismo evalúe su avance.

Mediante un sistema de construcción de palabras, aprenda a reconocer los prefijos, sufijos, raíces y morfemas griegos y latinos que son básicos para comprender la terminología médica moderna.

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ÁREA: CIENCIAS MÉDICAS ISBN 9 7 8 - 9 6 8 - 1 8 - 5 4 0 6 - 5 NORIEGAEDITORES

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Esta obra presenta un panorama general de la enfermería como una profesión social, en donde el objeto de estudio es el cuidado de la salud del hombre, considerándolo como una unidad biopsicosocial, que ¡nteractúa continuamente con el medio, quedando expuesto a estímulos a los que el individuo se adapta. Por tal motivo, se tratan de manera sencilla, pero científica, las técnicas y procedimientos necesarios para dar el cuidado de enfermería que el paciente requiere.