FLORA NATIVA
I. INTRODUCCION
Nosotros vivimos inmersos en un mundo de bacterias, se
encuentran por todos lados y nosotros no somos la excepcin.
Desde las pocas horas despus del nacimiento somos colonizados
por bacterias que vivirn con nosotros durante toda la vida, estas
bacterias colonizan toda la piel, tracto digestivo, vas
respiratorias altas, odos y algunos otros tejidos, pero la sangre,
el lquido cefalorraqudeo, los rganos y tejidos internos, estn
normalmente libres de microorganismos y su presencia en estas
localizaciones es evidencia de que el individuo est infectado.La
colonizacin microbiana del neonato comienza con su paso a travs del
canal del parto, donde se expone a la flora de la vagina de la
madre y contina, despus del nacimiento, con la exposicin a los
microorganismos del medio ambiente y de los que colonizan al
personal del hospital u otros individuos que se relacionan con el
recin nacido.
Despus de un corto tiempo, el nio desarrolla su propia flora
microbiana indgena. Esta flora indgena, tambin conocida como flora
normal, va a experimentar cambios, en funcin de los cambios en el
individuo como, por ejemplo: edad, tipo de alimentacin, y en funcin
del medio ambiente donde se encuentre.
La flora normal del hombre est constituida, principalmente, por
bacterias. Algunos hongos y protozoarios pueden encontrarse
formando parte de la misma, pero en un nmero mucho menor y de modo
habitual no se considera a los virus, porque su presencia en
algunos tejidos como flora es discutible.
Sin embargo, otros organismos son capaces de establecerse por
perodos largos sobre o en el cuerpo humano y el xito de esta
interaccin est dado por factores del microorganismo y del hospedero
como: la humedad, el pH, los nutrientes; la adherencia a las
superficies, las bacteriocinas, los fenmenos de fagocitosis, entre
otros.
Numerosas especies bacterianas habitan en diversas
localizaciones del cuerpo humano, sin causar dao, en una relacin
simbitica y pueden hasta resultar beneficiosas para el hombre; pero
cuando alguna de estas especies residentes de un determinado lugar,
invade otros sitios del cuerpo humano, normalmente estriles, como
tejidos o fluidos corporales, pueden producir enfermedad, y en ese
caso se consideran patgenos oportunistas.
II- DESARROLLO
FLORA MICROBIANA NORMAL
La flora microbiana normal, tambin denominada microflora o
microbiota, se refiere a los diferentes microorganismos que habitan
en las superficies internas y externas de los seres humanos
convencionalmente sanos. Dicho ecosistema microbiano est conformado
por una multitud de bacterias, hongos, protozoarios y otros
microbios que constituyen la flora normal (Mackowiak, 1982);
Asimismo, se localiza en ambientes especficos en el humano como
son: piel, orofaringe, tracto gastrointestinal y genitourinario,
entre otros.
La colonizacin es el proceso mediante el cual los
microorganismos se instalan en un determinado sitio, e inicia
inmediatamente despus del nacimiento. Esta colonizacin inicial es
fortuita, que depende del primer microorganismo que llegue a un
sitio particular, inicindose un proceso en el cual generalmente hay
un beneficio mutuo. Asimismo, participan varios factores como el
tipo de alimentacin recibida y el grado de exposicin al medio
ambiente (Van der Waij, 1989; Reid, 2004). En la mayora de los
casos, despus de algunos meses del nacimiento, la representacin de
especies microbianas en la flora neonatal es muy similar al patrn
de colonizacin en el adulto (Mackowiak, 1982). Sin embargo, las
bifidobacterias y otras bacterias productoras de cido lctico
constituyen la flora intestinal predominante en lactantes (Saavedra
y col.,
1994). En la tabla 1 se muestran los obstculos a vencer por los
microorganismos al intentar colonizar el cuerpo humano.
Tomado de Mackowiak, 1982.
FACTORES QUE INFLUYEN EN LA COMPOSICIN DE LA FLORA NORMALLos
tipos de microorganismos presentes en la microbiota y su sucesin
tienen una regulacin multifactorial. Dicha regulacin es ejercida
tanto por el husped como por los propios microorganismos. Algunas
comunidades microbianas pueden ejercer influencia directa para
excluir a otros microorganismos de su hbitat, mientras que otras
pueden efectuar cambios en las funciones del husped que regulan la
microflora y de esta manera influir indirectamente sobre su
composicin y distribucin (Mackowiak, 1982). Las condiciones
intrnsecas de cada hbitat que influyen en la composicin de la flora
normal son temperatura, pH, motilidad, concentracin de oxgeno,
recambio epitelial y moco, entre otros (Savage, 1977; Hentges,
1986). Diversas influencias exgenas pueden afectar el balance
entre el husped y la flora normal; a nivel intestinal la dieta y el
ayuno son ejemplos de stas (Tannock, 1990) y a nivel urogenital las
duchas vaginales (Newton y col., 2001). Las enfermedades crnicas,
as como la debilidad general, son otras fuentes potenciales de
alteracin de la flora normal. De todas las influencias exgenas, los
antibiticos son capaces de causar los cambios ms rpidos y radicales
en la flora normal. Aparte de su habilidad para destruir
microorganismos de la flora normal, los antibiticos pueden
deteriorar su adhesin a las clulas epiteliales, aun al estar
presentes en concentraciones subinhibitorias. Debido a que ciertas
cepas de bacterias desarrollan resistencia a algunos antibiticos,
stas experimentan cambios concomitantes en sus protenas de
superficie, lo cual se asocia con una habilidad alterada para
colonizar clulas epiteliales. Los agentes antimicrobianos pueden
promover la colonizacin por ciertos microorganismos resistentes
inhibiendo el crecimiento de microorganismos competidores sensibles
(Mackowiak, 1982; Merk y col., 2005).
FUNCIN DE LA FLORA NORMAL: RESISTENCIA A LA INVASIN
El desarrollo de una flora normal en los seres vivos es de gran
importancia para la sobrevivencia, ya que estos organismos
desempean un papel importante en la prevencin de enfermedades (Reid
y col., 2004). Gran parte de la investigacin acerca del papel de la
flora normal en la resistencia a la infeccin tiene relacin con
estudios de su habilidad para limitar el crecimiento de
microorganismos patgenos, ya sea por la produccin de molculas o
simplemente por obstaculizar el crecimiento de los patgenos
potenciales (microorganismos oportunistas) que intentan colonizar
(Mackowiak, 1982; Hentges, 1983). El mecanismo que controla la
colonizacin por microorganismos patgenos y patgenos potenciales es
ejercido por las bacterias nativas. Este mecanismo, vital para
individuos inmunocomprometidos, es llamado resistencia a la
colonizacin o interferencia microbiana (Van der Waij, 1989;
Tannock, 1990).
Se ha observado que la eliminacin de bacterias que forman parte
de la flora normal, mediante la administracin de antibiticos
particularmente aquellos contra bacterias Gram-positivas, reduce
significativamente la resistencia a la invasin por patgenos
potenciales en los animales de laboratorio y muy probablemente en
los seres humanos, evidenciando el papel protector de la flora
normal intestinal contra la infeccin (Mackowiak, 1982; Hentges,
1983; Van der Waij, 1989). Sin embargo, cuando se altera el
delicado balance entre la flora normal y el husped, los
microorganismos nativos pueden agravar algunas infecciones actuando
como invasores secundarios y por lo tanto, complican ms que aliviar
el problema; tambin pueden ser la fuente principal de infecciones
oportunistas en huspedes inmunosuprimidos (Mackowiak, 1982)FLORA
INDGENA DE LAS DIFERENTES LOCALIZACIONESVamos a referirnos a los
microorganismos que con ms frecuencia se recuperan de las
diferentes localizaciones, porque el hecho de la dificultad en el
aislamiento de microorganismos individuales de una flora mixta,
unido a los cambios en la taxonoma y los cada vez ms sofisticados
sistemas de identificacin, hacen imposible el poder ofrecer un
listado actual y completo de la flora microbiana de cada
localizacin del cuerpo humano.1) PIEL
En la piel humana normal, el nmero de microorganismos
generalmente es de 103-104 microorganismos/cm2, pero en reas con
caractersticas de humedad, puede ser tan alto como
106 microorganismos/cm2.
La limpieza adecuada de la piel puede reducir en un 90 % el
conteo bacteriano.
La mayor parte de la flora indgena de la piel se encuentra en el
estrato crneo y dentro de los folculos pilosos. Los folculos
pilosos y las glndulas sebceas sirven como reservorio de un pequeo
nmero de microorganismos, con los que remplazan los eliminados de
la piel por el lavado.
La flora microbiana del pelo es similar a la de la piel.
Las bacterias que predominan son los Staphylococcus epidermidis,
especies de Micrococcus, difteroides aerobios y anaerobios. Los
Staphylococcus aureus, y los estreptococos alfa y no hemolticos,
pueden encontrarse como colonizacin transitoria. Algunas
micobacterias acidorresistentes no patgenas colonizan,
ocasionalmente, reas ricas en secreciones sebceas como el conducto
auditivo, los genitales externos y las axilas.
En la piel habitan, adems, levaduras del tipo de la Candida
albicans, Torulopsis glabrata, Pityrosporum orbiculare y
Pityrosporum ovale.
2) CONJUNTIVACarece de una flora basal ya que no se dan
interacciones estables entre esta mucosa y los grmenes.
El saco conjuntival puede contener cierta cantidad de
microorganismos que proceden de la piel circundante o que provienen
de contactos mano-ojo. La secrecin lacrimal efecta un continuo
barrido de las partculas que se depositan en la conjuntiva. Esta
secrecin es rica en lizosima, enzima que destruye bacterias, en
especial Gram positivas.
El parpadeo, las pestaas y las cejas contribuyen a evitar el
ingreso de partculas al saco conjuntival.
Los grmenes que pueden encontrarse son Staphylococcus spp.,
Corynebacterium spp., Streptococcus hemolticos y Bacillus spp.
El uso de lentes de contacto se asocia a la colonizacin por
bacterias de los gneros Serratia y Pseudomonas. Los grmenes de la
conjuntiva pueden causar serias infecciones como lceras de crnea y
endoftalmitis. Estas, en general, estn precedidas de traumatismos
de la crnea o perforaciones del globo ocular
3) TRACTO RESPIRATORIO SUPERIOR
Excepto las fosas nasales y la nasofaringe, en el tracto
respiratorio superior existen mecanismos como el movimiento de los
cilios, la lisozima del moco y la actividad fagoctica de los
macrfagos alveolares, los cuales constituyen una defensa a la
instalacin de bacterias patgenas, que inhaladas por el aire o por
otros mecanismos, lleguen hasta esta zona.
La nasofaringe del neonato es estril al nacimiento, pero en 2 a
3 das se coloniza con la flora indgena de la madre y del personal
del hospital. Bacterias consideradas patgenas como el Streptococcus
pyogenes, Streptococcus pneumoniae, Neisseria meningitidis,
Staphylococcus aureus y Bordetella pertussis, pueden encontrarse
presentes en alguna proporcin en la poblacin bacteriana.
La flora bacteriana tpica incluye una mezcla de Streptococcus
viridans, estreptococos no hemolticos, Staphylococcus epidermidis y
especies no patgenas de Neisseria.
De la erradicacin de esta flora por el uso de antibiticos, puede
resultar una colonizacin por microorganismos gramnegativos como la
Escherichia coli, Klebsiella, Proteus y especies de
Pseudomonas.
4) CAVIDAD ORAL
En esta localizacin existen las condiciones ambientales
favorables (grado de humedad, nutrientes, pH y temperatura) para
permitir la colonizacin por los microorganismos, pero la deglucin
de los microorganismos con la saliva, que luego son destruidos por
el pH cido del estmago y la descamacin de las clulas epiteliales de
la boca, constituyen elementos importantes en la remocin de
microorganismos de esta cavidad.
La boca del neonato contiene los microorganismos que adquiere en
su paso por el canal del parto como lactobacilos, corinebacterias,
estafilococos, micrococos, bacilos entricos gramnegativos,
levaduras y estreptococos aerobios, microflicos y anaerobios. Esta
flora desaparece en 2 a 5 das y es remplazada por la flora de la
madre y del personal del hospital.
Los Streptococcus viridans y otros estreptococos constituyen del
30 al 60 % de la flora indgena de la boca. Estas especies se
adhieren especficamente a la mucosa oral y al esmalte de los
dientes. El Streptococcus mitior es la especie asociada, sobre
todo, a las clulas de la cavidad oral; el Streptococcus salivarius
est asociado con la lengua; y el Streptococcus sanguis y el
Streptococcus mutans al esmalte de los dientes y placas
bacterianas. La formacin de placas resulta de un conteo bacteriano
tan alto como 1011 microorganismos/g.
La mayora de la flora anaerobia aparece despus del brote de los
dientes y habitan las placas bacterianas y las grietas gingivales
(periodontitis), donde el nivel de oxgeno es menor que 0,5 %. Estn
presentes Bacteroides melaninogenicus, treponemas no patgenos,
Veillonella, Clostridium, Fusobacterium y especies de
Peptostreptococcus. El Actinomyces israelii es un patgeno
potencial, que habita normalmente en las encas.
La flora oral indgena vara de forma considerable en cada
individuo, a expensas de factores que pueden ser tan diversos como
el tipo de nutricin y los hbitos de higiene personal
5) TRACTO UROGENITAL
Los riones, urteres, vejiga, uretra superior y los testculos y
ovarios, estn habitualmente libres de microorganismos; pero la
uretra inferior, el meato, la vagina y la vulva, en el adulto, estn
colonizados por una gran cantidad de microorganismos.
El tracto urogenital del neonato es estril, pero en las primeras
24 horas posteriores al nacimiento resulta colonizado por una flora
compuesta por difteroides, estafilococos y estreptococos no
hemolticos.
La vagina del neonato es colonizada por lactobacilos. Las
condiciones alcalinas de la vagina antes de la pubertad, facilitan
el crecimiento de una variada flora microbiana; y en la pubertad,
los estrgenos condicionan la presencia de glucgeno, se produce un
medio cido y promueven el crecimiento de la flora tpica de la
vagina de la mujer adulta, que de manera notable est colonizada por
lactobacilos anaerobios, los cuales probablemente impiden la
colonizacin por otros microorganismos. Tambin se encuentran
difteroides, Staphylococcus epidermidis, estreptococos aerobios,
microaeroflicos y anaerobios, y especies de Ureaplasma. Es raro que
la flora vaginal de la mujer sana contenga bacterias entricas,
excepto en las proximidades del ano.
Hongos de los gneros Candida, Torulopsis y Geotrichum, y
protozoarios como la Trichomonas vaginalis, pueden hallarse en
pequea cantidad, sin causar dao; pero el aumento de la presencia de
estos microorganismos puede originar procesos patolgicos.
Aproximadamente el 15-20 % de las mujeres embarazadas, presentan
colonizacin de la vagina por Streptococcus agalactiae, que es un
patgeno potencial para el recin nacido.
Los Staphylococcus epidermidis, estreptococos no hemolticos y
difteroides, son los microorganismos que predominan en la porcin
distal de la uretra femenina y masculina. El Mycobacterium
smegmatis se encuentra, frecuentemente, en las secreciones
uretrales de las mujeres y de los hombres no circuncisos.
6) FLORA MICROBIANA DEL TRACTO GASTROINTESTINALLa flora
bacteriana del tracto gastrointestinal humano constituye un
ecosistema complejo, habindose identificado ms de 400 especies
bacterianas en las heces de un solo sujeto, aunque slo entre 30 y
40 especies son encontradas comnmente. Estos microorganismos se
pueden derivar principalmente de los alimentos, el agua, el aire e
incluso del tracto gastrointestinal superior (Savage, 1977; Goldin,
1990). Las bacterias anaerobias prevalentes son: Bacteroides,
Bifidobacterium, Fusobacterium, Clostridium, Eubacterium,
Pectococcus y Peptostreptococcus. Las bacterias de la cavidad oral
son deglutidas y en el estmago algunas son destruidas por el jugo
gstrico. Las bacterias ms comnmente aisladas del estmago son
microorganismos Gram positivos facultativos, tales como:
Streptococcus, Staphylococcus y Lactobacillus (Goldin, 1990).El
intestino delgado constituye una zona de transicin de la flora
bacteriana entre el estmago y el intestino grueso. La microflora
del duodeno y yeyuno es similar a la del estmago, pero la
concentracin de bacterias se incrementa a 103-104 unidades
formadoras de colonias por mililitro de contenido intestinal. Los
organismos ms comunes son aerobios Grampositivos, aunque los
coliformes y las bacterias anaerobias pueden ser aisladas en bajas
concentraciones. En el leon la concentracin de bacterias se
incrementa y las Gram negativas predominan sobre las Grampositivas.
Los coliformes estn presentes consistentemente y las bacterias
anaerobias tales como Bacteroides, Bifidobacterium, Fusobacterium y
Clostridium se encuentran en concentraciones elevadas. Hay ciertos
tipos de bacterias que siempre estn presentes pero en
concentraciones variables (Goldin, 1990). Un resumen de la
distribucin y composicin de la flora gastrointestinal se presenta
en la tabla 2.
* Los organismos mostrados representan solamente las principales
especies aisladas de los diferentes sitiosTomado de Goldin, 19907)
FLORA MICROBIANA VAGINAL
La vagina representa un ecosistema dinmico que permanece en
equilibrio gracias a una fina interaccin de factores tales como la
flora normal bacteriana (ngeles-Lpez y col., 2001). La flora normal
vaginal est constituida en un 96 % por especies de Lactobacillus y
nicamente el 4 % por bacterias aerbicas potencialmente patgenas
(Staphylococcus aureus, Streptococci grupo B y Escherichia coli) y
micoplasmas (Eschenbach, 2001). En la tabla 3 se muestra la
frecuencia de microorganismos presentes en la flora vaginal
normal.Estudios basados en cultivos de bacterias, seguidos de
tipificacin molecular, han mostrado que Lactobacillus crispatus y
L. jensenni son los organismos predominantes en la mayora de las
mujeres sanas premenopusicas (Antonio y col., 1999). Un anlisis de
la microflora vaginal en el curso del ciclo menstrual ha mostrado
que el 22 % de las mujeres mantienen una flora bacteriana estable
en la que predominan los lactobacilos, mientras que el 78 %
restante sufren una alteracin de la flora. La receptividad de las
clulas epiteliales a la adherencia de los lactobacilos aumenta en
el pico de estrgenos a mitad del ciclo, aunque no es claro qu
factores causan tal alteracin (Schwebke y Weiss, 2001).Despus de la
menopausia, del 25 al 30 % de las mujeres an tienen lactobacilos
presentes, y stos pueden aumentar entre el 60 y 100 % mediante una
terapia de reemplazo con estrgenos por va oral o vaginal. Por lo
tanto, el riesgo de infecciones del tracto urogenital aumenta con
la edad y disminuye con la terapia antes mencionada (Reid y col.,
2004).Los lactobacilos son bacterias Gram positivas que constituyen
una pieza clave en la flora bacteriana vaginal normal. Algunas
especies de lactobacilos tienen la habilidad para producir cido
lctico, responsable de un pH cido en la vagina el cual inhibe el
crecimiento de la mayora de las bacterias patgenas. La produccin de
cido lctico es considerada como el mejor mecanismo protector de los
lactobacilos contra las infecciones vaginales. Algunos lactobacilos
producen perxido de hidrgeno (H2O2) en cantidades que exceden la
capacidad del organismo para degradarlo. Este compuesto puede
inhibir o eliminar otros microorganismos, particularmente aquellos
que carecen o tienen bajos niveles de peroxidasas o catalasas,
enzimas responsables de su degradacin (Eschenbach y col., 1989).
Los lactobacilos productores de H2O2 tienen un efecto bactericida
in vitro sobre diferentes bacterias incluyendo Gardnerella
vaginalis, Prevotella bivia y Neisseria gonorrhoeae (Hillier y
col., 1993), y tambin se ha descrito un efecto antiviral en
combinacin con otros componentes de la vagina (Klebanoff y Coombs,
1991).Cuando se altera el complejo balance de la flora vaginal, los
microorganismos endgenos potencialmente patgenos que son parte de
la flora normal (Candida albicans, Gardnerella vaginalis y
bacterias anaerobias), proliferan a una concentracin que produce
sntomas. Tambin pueden favorecer la infeccin de los microorganismos
patgenos transmitidos sexualmente tales como Trichomonas vaginalis,
N. gonorrhoeae y Chlamydia trachomatis. (Eschenbach, 2001). La
interaccin in vitro de T. vaginalis con diferentes especies de
lactobacilos es capaz de modificar la virulencia del parsito
(Gamio-Arroyo y col., 2004). La infeccin por T. vaginalis
incrementa el riesgo de adquisicin o reactivacin del virus del
papiloma humano (VPH) y es un cofactor importante para amplificar
la transmisin del VIH, en donde un microambiente cervicovaginal
alterado juega un papel importante en la susceptibilidad a la
infeccin (Sorvillo y col., 2002; Watts y col., 2005).El cmo la
flora normal puede favorecer la aparicin de una vaginitis
bacteriana tan rpidamente es un misterio. Diversos factores pueden
estar implicados en el desarrollo de este cambio como son: el
recambio de las clulas epiteliales que genera la exposicin de
nuevas superficies de colonizacin por patgenos, y la fase del ciclo
menstrual o la contaminacin con enteropatgenos, los cuales pueden
generar cambios en el microambiente vaginal favoreciendo que los
patgenos colonicen debido a una rpida multiplicacin (Reid y col.,
2004).Diversos estudios han demostrado que la ausencia o disminucin
de los lactobacilos, asociado con un mayor crecimiento de patgenos
anaerobios causantes de vaginitis bacteriana resulta en un
incremento significativo en el riesgo de infeccin por el virus de
la inmunodeficiencia humana (VIH), virus del herpes simple, N.
gonorreae o Chlamydia. Las bacterias patgenas desplazan a los
lactobacilos, elevando el pH y creando un ambiente en el cual los
patgenos pueden sobrevivir e infectar al husped (Reid y col.,
2004).
Modificada de Hillier, 1993 y Eschenbach, 2001.PROBITICOS
El concepto de probiticos data desde hace ms de 100 aos y
recientemente se ha dado una definicin amplia a este trmino:
microorganismos vivos, no patgenos los cuales administrados en
cantidades adecuadas, confieren un beneficio saludable sobre la
salud del husped o su fisiologa (FAO/WHO, 2002). Debido a que los
lactobacilos constituyen una parte integral de la microecologa
gastrointestinal y urogenital en humanos, se cree que participan
activamente en la regulacin de la flora normal. Por lo que la
propuesta de aumentar las defensas microbianas comensales del
husped, usando organismos probiticos, tiene consecuencias tan
buenas para el intestino como para la vagina (Reid y col., 2004).
Los beneficios potenciales propuestos de los probiticos incluyen:
adherencia a las clulas; eliminacin o disminucin de adherencia de
patgenos; capacidad para formar una flora normal equilibrada;
produccin de cidos, perxido de hidrgeno y bacteriocinas que son
antagonistas del crecimiento de patgenos. Dichos beneficios
constituyen caractersticas seguras, no invasivas, no carcinognicas
y no patognicas (Otles y col., 2003).La frmula de infantes
suplementada con Bifidobacterium bifidum y Streptococcus
thermophilus redujo la incidencia de diarrea aguda asociada al
rotavirus (Saavedra y col., 1994). El probitico Lactobacillus
rhamnosus, cepa GG, es efectivo en nios al promover una recuperacin
ms rpida en la diarrea aguda (Guandalini y col., 2000), en el
tratamiento de la diarrea asociada a la administracin de
antibiticos (Arvola y col., 1999), y contra la respuesta
inflamatoria ms all del medio intestinal como lo es el eczema
atpico (Isolauri y col., 2000).
Despus de la introduccin comercial de L. casei Shirota en Japn
en 1930, los siguientes probiticos descubiertos y estudiados
exhaustivamente fueron L. acidophilus NCFM (a mediados de 1970)
para intestino y L. rhamnosus GR-1 y L. fermentum RC-14 para el
tracto urogenital (1980 a 1985). Desde entonces varios grupos de
investigacin han tratado de identificar candidatos idneos para la
colonizacin intestinal y vaginal (Reid y col., 2004). Se ha
descrito que el yogurt y otros productos lcteos fermentados son
efectivos en el tratamiento de una gran variedad de desrdenes,
incluyendo colitis, constipacin, diarrea, flatulencias,
gastroenteritis, gingivitis, y recolonizacin del intestino con
patgenos despus del tratamiento con antibiticos, entre otros
(Gorbach, 1990 y Tannock, 1990). Se ha observado que la ingestin de
especies de lactobacilos tales como L. acidophilus, L. bulgaricus y
L. bifidus desempean un papel nutricional y teraputico, producen
enzimas y vitaminas, incrementan la digestibilidad de protenas,
lpidos y carbohidratos y la biodisponibilidad de calcio, hierro y
cobre (Gorbach, 1990) e inhiben significativamente a enteropatgenos
tales como Salmonella, Shigella y Vibrio (Shahani, 1989). Estos
lactobacilos no tienen efecto directo sobre parsitos como E.
histolytica ya que su capacidad para ser adheridos y fagocitados
por este protozoario in vitro es reducida (Anaya-Velzquez y col.,
1997).
Se ha sugerido que las bacterias utilizadas desde el punto de
vista nutricional y teraputico deben poseer ciertas cualidades
bsicas: 1) ser habitantes de la flora normal o ser capaces de
adaptarse al medio ambiente del husped; 2) sobrevivir el paso a
travs del intestino y ser capaces de establecerse en la regin de
inters; 3) llevar a cabo funciones favorables para el husped; y 4)
la adicin de estos cultivos no debe ir en detrimento de la calidad
de los alimentos o de la salud (Shahani, 1980). La tabla 4 muestra
algunos de los probiticos disponibles comercialmente.
III.- CONCLUSIONESLa flora normal bacteriana presente
principalmente a nivel intestinal y vaginal se encuentra en un
delicado balance con su hospedero, que regula su fisiologa y
representa un mecanismo para prevenir la coloniza- cin por
bacterias patgenas o virus. En base a las propiedades benficas
descritas de la microflora nor- mal, se han diseado probiticos, los
cuales estn conformados por microorganismos benficos y se es- tn
usando cada vez ms con el propsito de restaurar la flora bacteriana
normal de un sitio especfico del in- dividuo. Sin embargo, es
importante tener en cuenta que algunos miembros de la flora normal
bacteriana son capaces de modular la virulencia in vitro de proto-
zoarios patgenos (Entamoeba histolytica y Trichomo- nas vaginalis)
y potencialmente podran favorecer el desarrollo y evolucin de la
infeccin por estos parsi- tos, por lo que es necesario continuar
las investigacio- nes que aporten datos cientficos que orienten su
uso racional en la clnica o en la alimentacin.Por otro lado, debido
al inters de mejorar los m- todos diagnsticos, el tratamiento y la
prevencin de las infecciones, es importante entender el proceso de
infeccin y los factores clave asociados con el mante- nimiento de
la salud, resolver los problemas diagns- ticos debido a la
frecuencia de infecciones recurrentes y al surgimiento de bacterias
multirresistentes a fr-macos, as como sus efectos colaterales. Por
lo tanto, el concepto de un rol protector de la microflora encon-
trada normalmente en el ser humano es importante en la investigacin
sobre la aplicacin de bacterias benficas (probiticos) para el
cuidado de la salud y de sustratos (prebiticos) que faciliten el
crecimiento de dichas bacterias. Los probiticos no representan una
moneda mgica, pero la evidencia cientfica de su efecto benfico,
validar su uso para restaurar y man- tener la flora normal y as
favorecer el mantenimiento de la salud.IV.- BIBLIOGRAFIA
ngeles-Lpez, M., Garca-Cano E. y Aquino C. S. (2001).Hidrogen
peroxide production and resitence to nonoxil in Lactobacillus spp.
isolated from the vagina of repro- ductive age women. Revista
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