Daniel Alcides Carrion
http://es.wikipedia.org/wiki/Daniel_Alcides_Carri%C3%B3nDaniel
Alcides CarrinDaniel Alcides Carrin
Nacimiento13 de agostode1857Cerro de Pasco,Per
Fallecimiento5 de octubrede1885(28aos)Lima,Per
ResidenciaPer
CampoMedicina
Alma mterUniversidad Nacional Mayor de San Marcos
ConocidoporSer mrtir de la Medicina Peruana, en el estudio de la
enfermedad conocida comoVerruga peruana.
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Daniel Alcides Carrin Garca(*Cerro de Pasco,Per,13 de
agostode1857- Lima5 de octubrede1885). En la actualidad, se le
considera como mrtir de la medicina peruana al infectarse de sangre
contaminada con la bacteriaBartonella bacilliformisy contraer la
ahora conocida comoEnfermedad de Carrinoverruga peruana, a modo de
estudiar su desarrollo y evolucin en el infectado.BiografaDaniel
Alcides Carrin fue un estudiante de medicina peruano, hijo del
mdico y abogado ecuatoriano Baltasar Carrin Torres y de su esposa
Dolores Garca Navarro. A la edad de los 14 aos se traslad a la
ciudad de Lima e ingres alColegio Nuestra Seora de Guadalupe, donde
curs de 1874 a 1878, estudios de educacin secundaria y media con
calificaciones excelentes. Una vez alcanzado el ttulo de
bachiller(es un ciclo de estudios anterior a los estudios
superiores), se matricul en 1878, en la Facultad de Medicina de
laUniversidad Nacional Mayor de San Marcos, para cursar la carrera
de Medicina Humana (1-3)Durante sus estudios mdicos, manifest
inquietudes por conocer una enfermedad caracterstica de algunos
valles centrales peruanos: denominada "Verruga peruana", Llevado
por su espritu de investigacin y un nacionalismo cientifico, al ver
que cientificos chilenos desarrollaban investigaciones sobre la
verruga peruana (4), decide inocularse secreciones extradas de
verrugas de un paciente, con el fin de reproducir la verruga
peruana As, el 27 de agosto de 1885 acudi a la Sala de las Mercedes
del Hospital Dos de Mayo de Lima, y le solicit al Doctor Evaristo
Chvez que le hiciera la inoculacin de sangre macerada de una
tumoracin verrugosa de la enferma Carmen Paredes.1A los veintin das
sinti los primeros sntomas de la Fiebre de la Oroya, que continu
con su evolucin caracterstica, ante la angustia de sus profesores y
amigos. Carrin escribi personalmente su historia clnica hasta el 26
de septiembre, en que agobiado por lafiebrey por lasevera
anemia,entr en delirio quedando, a su solicitud, sus compaeros de
seguir el documento clnico que haba iniciado.Carrin, fue trasladado
a la clnica francesaMaison de Sant, el4 de octubrerecibi como
medida de ltimo recurso inyecciones de cido fnico endovenoso, entr
en coma y falleci (5,6)habiendo transcurrido cuarenta das desde la
inoculacin. Alcanz a expresar el deseo de que los estudios
siguieran adelante, consciente de haber contribuido al mejor
conocimiento de la dolencia que hoy lleva su nombre.
http://bvs.sld.cu/revistas/his/vol_1_95/his10195.htmDaniel
Alcides Carrin y su aporte al conocimiento clnico de la fiebre de
la Oroya y verruga peruana1IntroduccinUno de los objetivos
fundamentales de la historia de la medicina y quizs el ms grato a
los que nos dedicamos a ella, es el estudio del enfrentamiento del
hombre a las enfermedades, para su conocimiento y dominio, a travs
de los tiempos.Entre las enfermedades autctonas de Amrica que ms
atractivos ofrece, ninguna como la conocida con los nombres de sus
dos grandes formas clnicas, fiebre de la Oroya y verruga peruana,
pues ella se origin, se ha mantenido en tierras de nuestro
continente y ha dado oportunidad a ser estudiada con originalidad y
brillantez tal por los mdicos suramericanos, que la entidad y su
agente etiolgico llevan los nombres de dos de sus ilustres figuras:
Daniel Alcides Carrin y Alberto Barton.El presente breve estudio lo
dedicamos a destacar el aporte al conocimiento clnico de la
enfermedad llevado a cabo de una manera conmovedoramente dramtica
por el estudiante de medicina peruano Daniel Alcides Carrin, quien
se inmol para ello voluntariamente a la edad de 28 aos, al pedir y
ser inoculado con la sangre de un botn verrucoso, para dar al mundo
la ms completa descripcin de su sintomatologa, arrancada a los
sufrimientos que le provocaba la forma grave de la enfermedad que
lo llev a la muerte.A las puertas del 110 aniversario de su entrada
gloriosa a la inmortalidad de las ciencias, le ofrecemos este
modesto homenaje cubano de recordacin, de reconocimiento y de
eterna admiracin en nuestro Primer Congreso Nacional de Historia de
la Ciencia y la Tcnica.La Enfermedad de CarrinConocida por los
incas como sirki, los conquistadores espaoles le llamaron verrugas,
berrugas o tumores sangrantes y posteriormente en sus estudios, los
mdicos la denominaron verruga peruana, fiebre de la Oroya,
enfermedad de Carrin, fiebre grave de Carrin, anemia grave de
Carrin y bartonellosis.Geogrficamente su endemicidad se extiende
desde los 2 de latitud norte hasta los 13 de latitud sur, distancia
aproximada de 1 600 km, en general de menos de 150 km de ancho y
circunscrita an ms a una banda estrecha entre 750 y 2 500 metros de
altura sobre la vertiente occidental de Los Andes en Per, Ecuador y
Colombia.La enfermedad de Carrin1,2 es una infeccin general
exclusivamente humana, endmica, no contagiosa, inoculable al
hombre, trasmitida por phlebotomus y causada por laBartonella
bacilliformis. Su perodo de incubacin es aproximadamente de tres
semanas, aunque puede prolongarse hasta cinco. Los sntomas
iniciales son fiebre y dolores en los huesos, articulaciones y
msculos. Despus del estado inicial, el paciente desarrolla en
algunos das o meses una de las dos variedades tpicas y muy
diferentes de la enfermedad: la fiebre de la Oroya y la verruga
peruana.La fiebre de la Oroya es una variedad altamente letal,
caracterizada clnicamente por fiebre, dolores musculares y seos
difusos y severos y anemia hemoltica con prdidas globulares diarias
de 180 000 y an de 360 000 y en algunos casos, muy graves, puede
alcanzar cifras inferiores a 1 milln de eritrocitos por milmetro
cbico de sangre en cuatro o cinco das. Muchos de los sntomas y
signos son producidos por la hemlisis, rpidamente progresiva y a la
anemia resultante. Son tpicas la hepatoesplenomegalia y la infeccin
secundaria terminal por salmonella.La verruga peruana es una
variedad crnica no letal que se desarrolla ya sea en personas que
se han recuperado de la fiebre de la Oroya o bien en casos sin
evidencias clnicas previas de bartonellosis. Se caracteriza por la
presencia de verrugas angiomatosas localizadas o generalizadas que
varan en dimensin y grado de superficialidad. Pueden alcanzar el
tamao de un huevo de gallina y por su histologa aparecen con
frecuencia de color rojo brillante. Como manifestaciones clnicas
generales presentan fiebre, dolores generalizados y malestar,
aunque menos frecuente que en la fiebre de la Oroya. La erupcin
dura de meses a dos aos, con promedio de 4 a 6 meses.La infeccin da
como resultado una respuesta inmunolgica de diversos grados de
resistencia a la enfermedad e infeccin posteriores. Se piensa que
la fiebre de la Oroya ocurre en el individuo totalmente
susceptible, mientras que la verruga peruana, probablemente
signifique un estado de inmunidad parcial.En cuanto al control y al
tratamiento de la enfermedad de Carrin, a partir de los aos de la
dcada de 1940 el desarrollo de vacunas ces cuando se hizo evidente
que los antibiticos, como el cloranfenicol, penicilina y
tetraciclinas, eran curativos y que el vector poda controlarse
localmente por medio de DDT.Historia del conocimiento de la
enfermedad de CarrinLa verruga peruana era conocida por los incas,
los que tenan palabras para designarla y se le ha encontrado
representada en figuras de cermica (huacos) y los primeros espaoles
conquistadores y misioneros las padecieron, pero la fiebre de la
Oroya no se describi claramente hasta mediados del siglo XIX.3Los
relatos que han dejado los cronistas de Indias de las epidemias de
verrugas que sufrieron los conquistadores, principalmente, en el
valle ecuatoriano de Coaque, pueden considerarse, segn el notable
anatomopatlogo peruano profesor Pedro Weiss,4 como verdaderas
descripciones clnicas en las que se hacen resaltar los sntomas ms
caractersticos de la enfermedad.En ellas aparecen, la fiebre, los
edemas, las hemorragias, los dolores, como sntomas que caracterizan
a la infeccin verrucosa y trminos de la poca como tullimientos,
calenturas o hinchazones, son mencionados por Pedro Cieza de Len
enLa Crnica General del Per,Amberes, 1554; El Inca Garcilaso de la
Vega enComentarios Reales de los Incas, Lisboa, 1609 y su segunda
parteHistoria General de los Incas, Crdoba, 1617; Miguel Estete en
sus manuscritos transcritos por el Inca Garcilaso de la Vega;
Antonio de Herrera enHistoria general de los hechos de los
castellanos en las islas y tierra firme del mar ocano,Madrid,
1729-1730; Agustn de Zrate enHistoria del descubrimiento y
conquista del Per, Madrid, 1749; Pedro Pizarro, el conquistador y
cronista que en suRelacin del descubrimiento y conquista de los
reinos del Per,escribi que "las berrugas dan grandes dolores en la
noche" y el famoso historiador Guillermo G. Prescott que en su
imprescindibleHistoria de la conquista del Per con observaciones
preliminares sobre la civilizacin de los Incas,Madrid, 1851,
refiere los padecimientos de la enfermedad por las tropas de don
Francisco Pizarro en 1531 y por las del pacificador don Pedro de
Gasca en 1546.5En 1870 se produjo un hecho de gran repercusin en la
historia de esta enfermedad, cuando las obras del ferrocarril de la
Ciudad de Lima a la Ciudad de Oroya alcanzaron la zona montaosa
endmica y se produjo una epidemia entre los obreros expatriados en
el Valle de la Oroya, que caus cientos de casos y la mortalidad
alcanz el 40 %. Esta epidemia marc el comienzo de los estudios
cientficos sobre la enfermedad y por primera vez los mdicos de Lima
tuvieron en las clnicas y hospitales un gran nmero de enfermos que
les permiti observar muchos aspectos hasta entonces desconocidos de
la infeccin.Junto a los casos habituales de verruga eruptiva,
conocidos desde la conquista, se producan otros, casi siempre
fatales, de una fiebre anemizante de extraordinaria gravedad y a la
que se dio el nombre de fiebre de la Oroya. Posteriormente se
observ la forma eruptiva de la enfermedad en algunos de los
sobrevivientes y tambin en individuos que no haban presentado la
fiebre. Las epidemias subsiguientes fueron muy similares y los
focos de actividad endmica notables por su estabilidad durante
aos.Todo ello hizo evidente a los mdicos peruanos, la unidad de las
dos formas clnicas en una sola entidad nosolgica, pero era
necesaria su confirmacin para que este concepto unicista fuera
aceptado por los mdicos de todos los pases y es en 1885 que se
produce dicha confirmacin cuando el estudiante de medicina peruano
Daniel Alcides Carrin, que vena dedicado al estudio de la
enfermedad para su tesis de grado y haba reunido algunas
observaciones importantes, pide ser inoculado con sangre de un botn
verrucoso para mejor conocer la marcha y la sintomatologa de la
entidad y como consecuencia, muere producto de un cuadro fatal de
fiebre de la Oroya, para demostrar con su sacrificio, que las dos
formas clnicas reconocan una misma causa y constituan una sola
enfermedad. A este inmortal aporte dedicaremos el acpite esencial
del presente ensayo.Con posterioridad a Carrin el doctor Garca
Rosel se infect accidentalmente con la sangre de un enfermo grave y
desarroll una forma febril benigna y muchos aos ms tarde el doctor
Maxim H. Kiecynski-Godard, residente en el Per, se inocul cultivos
del agente etiolgico y no adquiri la enfermedad.En 1909 el tambin
mdico peruano Alberto L. Barton observa por primera vez los
microorganismos causantes de la enfermedad en el interior de
eritrocitos en casos de fiebre de la Oroya y los considera de
naturaleza protozoaria. Este mismo investigador demostr que
microorganismos paratficos otros coliformes cultivados en sangre no
eran la causa de la enfermedad.Muy importantes fueron los estudios
realizados, cuatro aos ms tarde, sobre la histologa del botn
verrucoso y de algunas formas intracelulares del germen por el
profesor Emilio de Rocha Lima y despus por el profesor David
Mackehenie y si a esto agregamos la publicacin en 1898 del libro de
Enrique OdriozolaLa maladie de Carrinconsiderado la mejor fuente
escrita de observaciones clnicas, tenemos que aceptar que hasta la
segunda dcada del presente siglo el mayor conocimiento sobre la
enfermedad lo aportaron los mdicos suramericanos.En 1913 la
Universidad de Harvard, EUA, envi a Per una comisin presidida por
el eminente profesor Richard Pearson Strong e integrada adems,
entre otros, por los no menos importantes bacterilogos Tysser y
Sellards, la que confirm y ampli las observaciones de Barton y
consider que los microorganismos descubiertos por ste eran muy
similares a los encontrados en especies animales, clasificados hoy
comoGrahamella talpae, Haemobartonella murisycanisyEperythrozoon
coccoidesy en honor del bacterilogo peruano les llamBartonella
bacilliformis,nombre que conserva hasta el presente.Las bartonellas
son pequeas bacterias, gramnegativas, mviles y excesivamente
polimorfas que constituyen la nica especie dentro del gnero
Bartonella y el nico microorganismo de significacin mdica humana en
la actual familia Bartonellaceae.En 1927 el bacterilogo doctor
Telmaco Battistini logr cultivar y aislar por primera vez las
bartonellas e inocular la sangre proveniente de verrugas en
monos.Strong y la Comisin Harvard no encontraron las bartonellas en
cortes histopatolgicos de las verrugas y esto los llev a dudar de
la teora unicista de los mdicos peruanos. La idea predominante en
aquellos aos era que la fiebre de la Oroya constitua los perodos
iniciales de la verruga peruanas y que si el enfermo sobreviva a la
pirexia inicial muy grave, presentaba ms tarde la erupcin
caracterstica de verruga.Strong llev a cabo entonces la siguiente
experimentacin: un voluntario que se prest a ello fue inoculado con
extractos de verruga y 16 das despus present lesiones verrucosas
tpicas sin traza alguna de pirexia preliminar o de la anemia tan
caracterstica de la fiebre de la Oroya. Por esta experiencia la
Comisin Harvard neg las conclusiones de Carrin y estableci que las
dos tan diferentes formas clnicas respondan a etiologas distintas,
lo que fue aceptado por los principales centros mdicos de la
poca.En 1926 Hideyo Noguchi, eminente bacterilogo e investigador
japons, trabaj en New York con muestras enviadas desde el Per, aisl
microorganismos idnticos de muestras de sangre de personas con
fiebre de la Oroya y de verrugas extirpadas de pacientes con la
forma eruptiva de la enfermedad. Con microorganismos cultivados de
cualquiera de las dos fuentes pudo producir verrugas en monos y
reaislar el microorganismo en cultivos puros provenientes de las
lesiones de dichos animales. Con esta brillante aplicacin de los
principios de Koch actualizaba Noguchi el descubrimiento de Carrin.
Su trabajo fue confirmado repetidamente por numerosos
investigadores y se impuso de nuevo la verdad de Carrin en el mundo
de la ciencia.En busca de la forma de transmisin de la enfermedad
los mdicos peruanos haban estudiado las llamadas "aguas
verrucgenas" que la tradicin popular asociaba con el origen de la
entidad nosolgica. La Facultad de Medicina de Lima nombr a los
doctores Len y de los Ros para estudiar si dichas aguas producan la
enfermedad y el doctor Len se someti a la prueba experimental de
beber el agua y no slo no present sntoma alguno, sino que para
asombro de todos contrajo la enfermedad el doctor de los Ros que no
haba ingerido dichas aguas.Pero, no fue hasta 1913, que Townsend,
investigador norteamericano al servicio del gobierno peruano, asign
la transmisin de la enfermedad de Carrin a las titiras o moscas de
los valles de endemicidad, a las que clasific comoPhlebotomus
verrucarumy descart adems como posibles vectores las garrapatas,
chinches y otros ectozoos ordinarios humanos.Los estudios de
Townsend recibidos con dudas por los mdicos peruanos fueron
confirmados en 1929 por Noguchi, Shannon, Tilden y Tyler; en 1931
por Battistini y poco despus por M. Herting y A. Herrer. Hoy se
acepta que en condiciones naturales la infeccin se transmite de
hombre a hombre por picadura dePhlebotomus verrucarumen Per y
dePhlebotomus colombianumen Colombia, pero no han podido obtenerse
experimentos ms concluyentes y completos de transmisin debido a la
dificultad de colonizacin de phlebotomus en el laboratorio y a la
incompleta expresin de la infeccin porBartonella bacilliformisen
animales de laboratorio a pesar de la lista de experiencias que
incluye: en monos, con triturados de botones verrucosos (Kolle,
Seiffer, Jadassohn, Strong, Mackehenie), con cultivos puros
(Noguchi, Battistini, Mrquez de Cunha) y con sangre parasitada
(Battistini); se ha tratado de reproducir la fase hemtica en monos
normales (Battistini) y en monos esplenectomizados (Mayer y Kikuth)
y se ha logrado obtener granulomas locales, con estructura muy
semejante a la del botn verrucoso, en perros, conejos, cabras y
burros (Mackehenie, Arce y Ribeiro).En la amplia bibliografa
suramericana sobre el tema se destacan el ya citado libro de
Enrique OdriozolaLa maladie de Carrin(1898), fuente riqusima de
observaciones clnicas; la obra de Pedro WeissHacia una concepcin de
la verruga peruana(1927), en que se describe la enfermedad en
relacin con las lesiones anatomopatolgicas y los cambios
inmunolgicos de las diversas fases; la monografa de A. Hurtado, J.
Pons y C. MerinoLa anemia en la enfermedad de Carrin(1938), en la
que se define la anemia y se hace un amplio estudio de su patogenia
y la obra de conjunto de Ral RebagliatiVerruga peruana(1940), que
con muchas ideas propias, rene todo lo que se haba escrito sobre la
entidad hasta la fecha de su publicacin.En la dcada de los aos
1940-1950 con la introduccin del DDT como insecticida, se inicia la
campaa contra los vectores de la enfermedad con resultados muy
satisfactorios, y en la siguiente dcada de 1950-1960 con el
descubrimiento de la accin de la terapia antibitica contra las
enfermedades infecciosas, se aplic con xito en la curacin de la
enfermedad, primero la penicilina en inyecciones y luego la
streptimicina, el cloranfenicol y las tetracilinas; en nuestros das
la enfermedad de Carrin es una entidad nosolgica curable, evitable
y circunscrita a su zona histrica de endemicidad.6-10Aporte de
Daniel Alcides Carrin al conocimiento clnicode la fiebre de la
Oroya y verruga peruanaHijo natural del mdico y abogado ecuatoriano
doctor Baltasar Carrin de Torres y de doa Dolores Garca, naci
Daniel Alcides Carrin Garca en la ciudad de Cerro de Pasco,
provincia de Tarma, departamento de Junn, Per, el 12 de agosto de
1857,11Comenz sus estudios primarios en la escuela municipal de
Cerro de Pasco, pero la muerte accidental y trgica de su padre, al
escaprsele a ste un disparo de su propio revlver al montar en
brioso caballo, lo dej hurfano a la edad de 8 aos y lo hizo
continuar sus estudios en la ciudad de Tarma al cuidado de un
familiar de su madre.A los 14 aos de edad se traslad a la ciudad de
Lima e ingres en el Colegio Nacional Nuestra Seora de Guadalupe,
donde curs de 1873 a 1878 la enseanza secundaria y media con
excelente aprovechamiento.En posesin del ttulo de bachiller,
matricul en 1878, en la Facultad de Medicina de la Universidad
Mayor de San Marcos, Lima, para cursar los estudios mdicos, los que
realizar con notable xito, pero no sin grandes sacrificios
econmicos y a los que se unirn a partir del siguiente ao, las
dificultades producidas por la Guerra del Pacfico, entre Chile y
Per, que durar hasta 1883.12En parte de ella, actuar Carrin en el
ejrcito de su pas como practicante de medicina, desempendose con
abnegacin y patriotismo, sobre todo antes y durante la invasin de
los chilenos a la ciudad de Lima, donde particip en la batalla de
Miraflores, caracterizada por la desesperada resistencia de los
peruanos a las fuerzas chilenas y en la cual Carrin tuvo que poner
a prueba su experiencia ganada en los hospitales Dos de Mayo, San
Bartolom, la Maison de Sant (Hospital Francs) y en el Lazareto,
pues se vio en la necesidad de asistir a centenares de
heridos.13Terminada la guerra, triste y agotado, reanuda sus
estudios en la Universidad de San Marcos de Lima, y sus prcticas en
el Hospital Dos de Mayo, institucin sta donde va a tener la
oportunidad de estudiar a numerosos enfermos, febrisitantes y
anmicos, con las clsicas verrugas peruanas en diferentes perodos
evolutivos, en su mayora procedentes del Valle de la Oroya, los
que, le reafirman en su inters por esta enfermedad endmica de su
pas, la cual estudiaba desde casi dos aos antes y decide escribir
sobre dicha entidad como tema para su trabajo de tesis para optar
por el grado de bachiller en medicina.Con el ttulo deApuntes sobre
la verruga peruanaredact Carrin una minuciosa monografa que
comprende los siguientes acpites: sinonimia; definicin; etiologa;
sntomas; primer perodo; segundo perodo; invasin; dolores; fiebre;
pulso; orina; tercer perodo; erupcin; cuarto perodo; diagnstico y
tratamiento. Incluye adems, como casustica, nueve historias
clnicas.En este estudio Carrin demuestra que conoca en detalles la
evolucin de la entidad en sus cuatro perodos y estableca como
unidad nosolgica las dos fases de la enfermedad; la febril, con
toda su sintomatologa y la eruptiva o de verruga. Valor
certeramente sus complicaciones, especialmente la anemia grave, y
llama la atencin su opinin concerniente al pronstico.Y puesto que
admita en la enfermedad sus dos formas clnicas, de fiebre de la
Oroya y de verruga peruana, se dispuso demostrar su hiptesis, que
era tambin la de muchos mdicos peruanos, en su propia persona con
la autoinoculacin de la enfermedad.Con ese fin, cuenta el doctor
Leonardo Villar, jefe de clnica, que en varias ocasiones Carrin
trat de que le realizaran la inoculacin en su servicio del Hospital
"Dos de Mayo", aunque siempre haban podido hacerlo desistir de su
empeo, pero, el 27 de agosto de 1885, a las 10 de la maana, se
present en la sala Nuestra Seora de las Mercedes, perteneciente al
servicio del doctor Villar y trat de hacerse la autoinoculacin
alegando que "suceda lo que sucediere, no importa, quiero
inocularme".14El doctor Evaristo M. Chvez para evitar que Carrin se
hiciera un dao involuntario tom de manos del estudiante la lanceta
y le practic cuatro inoculaciones, dos en cada brazo, en el sitio
comn de la vacunacin. Dichas inoculaciones se hicieron con la
sangre inmediatamente extrada por rasgadura de un tumor verrucoso
de color rojo, situado en la regin superciliar derecha del paciente
Carmen Paredes, ingresado en la cama No.5. Segn el doctor Villar
este paciente "deba proximamente irse de alta a la calle [ ... ]
que era joven de 14 aos de edad aproximadamente, de buena
constitucin, exento de toda ditesis y que su verruga era discreta,
de la que slo tena dos en estado de atrofia, una en el carrillo
externo y otra en la extremidad externa del arco superciliar
derecho". Cuando ocurri la inoculacin estaban presentes el doctor
Villar y los alumnos de su servicio, interno Julin Arce y externo
Jos Sebastin Rodrguez.14Desde aquel mismo momento Carrin fue
escribiendo una minuciosa historia clnica de su enfermedad. El
propio 27 de agosto, despus de la inoculacin, escribira, "A los 20
minutos comenzaron a manifestarse algunos sntomas locales, tales
como una comezn bastante notable, seguida despus de dolores
pasajeros que desaparecieron a las 2 horas siguientes. No han
habido sntomas de inflamacin, todo ha desaparecido sin dejar
vestigio alguno."15Carrin continu haciendo su vida normal hasta
tres semanas ms tarde, en que pasado el perodo de incubacin con su
experiencia quedaba determinado, comenzaron a aparecer los primeros
sntomas. Sobre ello anot, "Hasta el 17 de septiembre en la maana,
no he tenido absolutamente nada; en la tarde de ese da he tenido un
ligero malestar y dolor de la articulacin tibio tarsiana izquierda,
que me molestaba la marcha. Durante la noche he dormido
perfectamente bien".15Dos das despus, el 19 de septiembre, se
manifestaba el perodo de estado de la enfermedad con todos sus
sntomas: calambres fuertes, fiebre con escalofros, decaimiento,
postracin, dolores generalizados en la totalidad del cuerpo, que l
va describiendo con brevedad y rigor cientfico, as como las
caractersticas del pulso, las deposiciones y la orina.Permanece en
su domicilio, la casa de su madrina, sin permitir que nadie lo
acompae de noche. El 22 de septiembre le aparece un tinte ictrico y
petequias en la cara, poliuria, hematuria, cefalea intensa, signos
y sntomas que van en aumento, con palidez considerable de la piel y
la mucosa. La anemia hemoltica haca su aparicin para agravar el
cuadro clnico.El 26 de septiembre su estado de postracin es tal que
escribe, "A partir de hoy me observarn mis compaeros pues por mi
parte confieso me sera muy difcil hacerlo".15 Desde entonces
continan la historia clnica sus fieles condiscpulos: Casimiro
Medina, Enrique Mestanza, Julin Arce, Mariano Alcedan, Manuel
Montero y Ricardo Miranda.Desde la cama dicta sus sntomas y sigue
el curso de la enfermedad. El 28 escriben sus compaeros, "Admirable
es en verdad la marcha tan rpida que en l ha seguido la anemia, que
a partir de este da domina por completo el cuadro sintomtico".15
Desde la noche del 30, no obstante la protesta del enfermo, lo
velan sus amigo. Cuando se siente mejor habla de su familia y
comenta, "S, lo que tengo es fiebre de la Oroya, aquella fiebre de
que muri Orihuela, mejor es no pensar en esto, fumemos un
cigarro".15El 2 de octubre dndose cuenta de su gravedad y valorando
certeramente su cuadro clnico le dijo a sus compaeros, "Hasta hoy
haba credo que me encontraba tan solo en la invasin de la verruga,
como consecuencia de mi inoculacin, es decir, en aquel perodo
anemizante que precede a la erupcin; pero ahora me encuentro
firmemente persuadido de que estoy atacado de la fiebre de que muri
nuestro amigo Orihuela; he aqu la prueba palpable de que la fiebre
de la Oroya y la verruga, reconocen el mismo origen, como una vez
le o decir al doctor Alaco".15 Y a los amigos que trataban de
convencerlo de que estaba en un error les recalc, "Les doy a
ustedes las gracias por su deseo y siento decirles no conseguirn
convencerme de que la enfermedad que hoy me acosa no sea la fiebre
de la Oroya".15El 4 de octubre, con su aprobacin, es trasladado a
la Maison de Sant (Hospital Francs) y todava en su domicilio le
dice al seor Isaguirre, alumno del primer ao de medicina que est a
su lado, "An no he muerto, amigo mio, ahora les toca a ustedes
terminar la obra ya comenzada, siguiendo el camino que les he
trazado".15Unos momentos despus de su ingreso una junta mdica
formada por los doctores Villar, Romero, Flores y Chvez discuti el
estado de su enfermedad y no obstante la opinin de la mayora en
favor de la transfusin sangunea, para lo cual todo se hallaba
preparado , -un transfusor de Or, que el doctor Villar haba llevado
y uno de sus compaeros decidido a donar la sangre necesaria- la
indicacin se pospuso para el prximo da, quedando el enfermo
sometido al tratamiento siguiente: inyecciones intravenosas de cido
frrico y 20 centgrados de albuminato de hierro cada 2 horas; se
continuaron las inhalaciones de oxgeno y las pulverizaciones de
cido frrico; como lquido , agua gaseosa y como alimentacin caldo y
polvos de carne.Estas seran las ltimas indicaciones que se le
prescribieron a Carrin, pues al da siguiente, 5 de octubre, entraba
en coma, interrumpido en algunos momentos por quejidos
entremezclados con palabras incomprensibles. Sus compaeros
terminaran ese mismo da su historia clnica con estas sentidas y
hermosas palabras: "A las 11 de la noche lanz su ltimo suspiro
breve y profundo, que fue para los que le rodeaban la seal de que
este mrtir al abandonarnos iba a ocupar en lo infinito el sitio que
el Todopoderoso tiene reservado para los que como l ejercen la
mayor de las virtudes: la Caridad".15El doctor Luis A. Len
connotado tropicalista e historiador mdico ecuatoriano, conocedor
profundo de la enfermedad de Carrin, ha sealado los siguientes
factores que su juicio determinaron la muerte del estudiante
peruano:"1.A que el organismo de l deba haber estado dbil por los
trabajos forzados a que haba sido objeto meses antes, con motivo de
la invasin de las tropas chilenas a la ciudad de Lima y las
correspondientes privaciones alimenticias.2.A que las cuatro
inoculaciones practicadas en sus brazos con sangre extrada de la
verruga del paciente Carmen Paredes equivalan a centenares de
picaduras, con condicionese normales, por mosquitos flebotomos
infectados, lo cual acort el perodo de invasin y agrav la
virulencia del proceso infeccioso.3.A que las defensas inmunolgicas
de Carrin eran escasas o nulas, factor muy importante que se
observa en las zonas endmicas de la enfermedad.4.A que esta
enfermedad en los brotes epidmicos ha sido causante de una alta
mortalidad, como se registr en la Baha de Coaque, Manab, en el
Valle de la Oroya y en el Valle del Guitara en Colombia.5.A la
falta de atencin oportuna y a la carencia de entonces de una
medicacin especfica. La administracin prolongada e ineficaz de
sulfato de quinina, as como tambin las inyecciones de cido frrico,
deban haber agravado la enfermedad del paciente".16Un ao despus de
la desaparicin fsica de Carrin sus compaeros, los que continuaron
las anotaciones, publicaban en Lima (1886), en un pequeo volumen
susApuntes sobre la verruga peruanay la historia clnica de su
enfermedad llevada por l. Este libro, que constituye hoy un
documento clsico de la historia de la medicina mundial, desconocido
para la inmensa mayora de los mdicos de Amrica, debera ser, en
ediciones actuales, lectura obligatoria de todos los estudiantes de
medicina latinoamericanos.Reconocimiento de su aporte a la
medicinaDesde el momento de su muerte Daniel Alcides Carrin fue
reconocido como mrtir consciente de las ciencias mdicas y la prensa
de Lima se hizo eco de la trascendencia de su sacrificio en aras
del conocimiento de una de las enfermedadees endmicas de ms alta
mortalidad en su pas.Su sepelio fue una sentida manifestacin de
dolor popular, pero sobre todo del estudiantado y de los mdicos
peruanos. En el cementerio levantaron sus voces conmovidas dos
profesores notables de la Facultad de Medicina, los doctores Macedo
y Almenara y dej escuchar sus palabras entrecortadas por el llanto
el estudiante Manuel I. Galdo.El nombre de Carrin ha pasado a ser
no slo un smbolo de la nacin peruana, sino tambin de la medicina
latinoamericana y de la infectologa mundial, citado en todos los
grandes libros de texto de microbiologa, medicina tropical,
medicina interna e historia de la medicina.En La Habana, en el
Museo de Historia de las Ciencias Carlos J. Finlay, un hermoso
busto nos recuerda a todos los cubanos este singular mrtir, que
ofrend su vida para demostrar la unidad nosolgica de la fiebre de
la Oroya y la verruga peruana y darnos una descripcin clnica
acabada de la enfermedad que lleva su nombre.Enfermedad de
CarrinLaenfermedad de Carrin,fiebre de la Oroyaoverruga peruanaes
unaenfermedad infecciosacuyo agente etiolgico es
labacteriaBartonella bacilliformis. Se debe su nombre aDaniel
Alcides Carrin.1Historia[editar]
Huaco de AncashNumerosas representaciones artsticas en arcilla
(llamadas "huacos") de la fase crnica de la enfermedad han sido
encontrados en yacimientos arqueolgicos pertenecientes a zonas
endmicas. Los cronistas espaoles y peruano, entre ellos elInca
Garcilaso de la Vega, describieron una enfermedad caracterizada por
verrugas en los primeros soldados espaoles que llegaron en la poca
de la conquista del Imperio Inca, en Coaque,Ecuador. Durante mucho
tiempo, se pens que la enfermedad era endmica solo en Per y que
tena slo una fase conocida como "verruga peruana".2En 1875, un
brote caracterizado por fiebre y anemia inici su aparicin entre los
trabajadores, la mayora forneos, de la construccin del tren
entreLimayLa Oroya,3presentando una alta mortalidad. A esta
enfermedad se le llam "Fiebre de la Oroya".4En agosto de
1885,Daniel Alcides Carrin, un estudiante de medicina peruano, se
inocul con la ayuda del Doctor Evaristo Chavez, la secrecin tomada
de una verruga de la paciente Carmen Paredes. Despus de 3 semanas
desarroll los sntomas clsicos de la "fiebre de la Oroya", por lo
que se estableci un origen comn de las dos enfermedades. Carrin
llev un diario con anotaciones detalladas de sus sntomas hasta los
ltimos das de su enfermedad en que se agrav su estado clnico y
falleci de la enfermedad el 5 de octubre de 1885. Por su
sacrificio, fue reconocido como mrtir de la medicina peruana y en
su honor se celebra el 5 de octubre, como el da de la medicina
peruana.En 1905,Alberto Bartonun microbilogo peruano, se dedic a
estudiar la Verruga Peruana en el laboratorio del Hospital
Guadalupe del Callao. Al examinar placas con sangre de dos de sus
pacientes, observ en loseritrocitosestructuras que semejaban
bacilos, dando a conocer su hallazgo ese ao.5En 1909, en un trabajo
publicado en la revistaLa Crnica Mdica, denomin a estas estructuras
"elementos endoglobulares" o "elementos X". Posteriormente, en
1913, un equipo de la Escuela de Medicina de laUniversidad de
Harvardinteresado en el trabajo de Barton, conformado por los
mdicos estadounidenses Richard Pearson Strong, Ernest Edward
Tyzzer, Charles Thomas Brues y Andrew Watson Sellards, al cual se
sum el mdico peruano Julio Gastiabur, se dirigi a Lima donde
confirm sus hallazgos67y se llam en honor a Alfredo Barton
comoBartonella bacilliformis.Agente etiolgico[editar]VaseBartonella
bacilliformis8Epidemiologa[editar]La enfermedad de Carrin solo se
encuentraPer,EcuadoryColombia.9Es endmica en algunas reas dePery es
causada por la infeccin de labacteriaBartonella bacilliformisy
transmitida pormosquitoshembra delgneroLutzomyia.10Sntomas y signos
clnicos[editar]Los sntomas clnicos de bartonelosis son pleomrficos
y algunos pacientes de reas endmicas pueden ser asintomticos. Las
dos presentaciones clsicas son la fase aguda y la fase crnica,
correspondiendo a las dos clulas invadidas por la bacteria
(eritrocitos y clulas endoteliales).Fase aguda:(enfermedad de
Carrin) los hallazgos ms comunes son fiebre (usualmente no
sostenida pero con temperaturas no mayores a los 39 C), palidez,
malestar general, hepatomegalia, ictericia, linfadenopatia y
esplenomegalia. Esta fase es caracterizada por anemia hemoltica
severa e inmunosupresin. La tasa de mortalidad de pacientes que no
reciben tratamiento es de ms del 40% y puede llegar al 90% si se
asocian infecciones oportunistas por enterobacterias como
Salmonella spp.
verruga peruanaFase crnica:(verruga peruana) es caracterizada
por una fase eruptiva, en el cual los pacientes desarrollan una
reaccin cutnea producida por una proliferacin de clulas
endoteliales y se le conoce como "verruga peruana". Dependiendo del
tamao y las caractersticas de las lesiones, hay 3 tipos: miliares
(1-4 mm), nodulares o subdrmicas y miliares (> 5 mm). Las
lesiones miliares son las ms frecuentes.Los sntomas ms comunes son
sangrado de las verrugas, fiebre, malestar, artralgias, anorexia,
mialgias, palidez, linfadenopatia y
hepato-esplenomegalia.Diagnstico[editar]
frotisPara el diagnstico durante la fase aguda se usa el frotis
de sanfre perifrica contincin de Giemsa, el hemocultivo
enAgar,inmunoblot,InmunofluorescenciayPCR. Para la fase crnica, el
diagnstico es fundamentalmente clnico y epidemiolgico pero se usan
cultivos, con tincin de Warthin-Starry de la biopsia de las
verrugas y pruebas de inmunoblot.Tratamiento[editar]El tratamiento
de eleccin para la fase aguda son las Quinolonas o Cloranfenicol
para los adultos y Cloranfenicol ms beta lactmicos para nios.11Para
la fase crnica, Rifampicina o macrlidos son la droga de eleccin
para adultos y nios.
Sinonimia.-Verruga de sangre.- Verruga blanda.- Verruga andcola
(Dr. Salazar).- Verruga de Castilla, de zapo o de quinua.- Verruga
mular.Definicin.-La verruga es una pirexia anemizante de forma
irregular, endmica y n contagiosa; caracterizada principalmente por
estar acompaada de dolores y contracciones musculares (calambres);
artralgias con infarto y ostalgias ms o mnos intensas; produce una
erupcin polimorfa; tiene una evolucin cclica, de duracin en general
larga, aunque variable, que no es influenciada por el tratamiento;
es adems susceptible de numerosas complicaciones.Etiologa.-La accin
del agente verrucoso es limitada al lugar de su nacimiento.La edad,
sexo, raza, etc., no tiene la menor influencia en la produccin de
la verruga; no obstante har saber que as como hay personas
refractarias ella, hay tambin predisposiciones individuales que
favorecen en alto grado su desarrollo y las que vienen a agregarse,
las fatigas, el estado de debilidad en que se encuentran algunas
personas, sea por su propia constitucin, sea por enfermedades
anteriores y por ltimo la falta de aclimatacin en las localidades
en que reina la enfermedad.Ni an los animales escapan a los ataques
de este mal; tal sucede a los del gnero bovino, a los cerdos y mas
que todo al ganado caballar; de aqu el nombre de verrugamularque se
ha dado a las manifestaciones de la enfermedad en dichos
animales.Sntomas.-La evolucin de esta enfermedad comprende cuatro
perodos bien distintos que son: 1 Perodo de incubacin; 2 Perodo de
invasin, subdividido en primer perodo prodrmico y segundo perodo de
invasin perodo de invasin propiamente dicha; 3 Perodo de erupcin y
4 Perodo de desecacin, regresin atrofia, mortificacin, segn sea la
marcha que siga el tumor verrucoso.Primer perodo.- Incubacin.-Es
difcil, en el estado de nuestros conocimientos a este respecto,
marcar con alguna precisin este primer perodo de la enfermedad;
pero si esto es verdadero, no lo es menos que tan lamentable
incertidumbre desaparecer, cuando la prctica de las inoculaciones
extienda su esfera de accin a la docencia de que nos ocupamos. Sin
embargo de todo, se puede adelantar en vista de algunas
observaciones, que este perodo es de 8 30 40 das.Segundo
Perodo.-Invasin.- Como ya lo hemos indicado, esta segunda etapa de
la enfermedad, comprende dos sub-perodos, que son:1 Prodrmico.-
Constitudo por malestar, abatimiento, curbatura, laxitud, bostezos
y repugnancia a todo movimiento; agregndose a veces a lo dicho, los
sntomas del embarazo gstrico; y2 De invasin propiamente dicha. Esta
es por lo general, gradual, marcndose por la acentuacin de los
fenmenos ya sealados como prodrmicos, mas los que pasamos a
describir.Dolores.-Los dolores seos y artrlgicos, as como la
raquialga y los dolores contusivos en casi todo el cuerpo, son el
fenmeno esencialmente revelador de la verruga, son tambin el signo
ms caracterstico y ms constante de la enfermedad desde su
principio.Estos dolores por lo general son reumatoides y con
exacerbaciones nocturnas; invaden las articulaciones una una
comenzando ordinariamente por una de las rodillas por las pequeas
articulaciones del pi de la mano. Su intensidad y extensin son
ordinariamente proporcionales al grado de violencia de la
enfermedad, a la mayor menor duracin tiempo del brote y al clima en
que se encuentra el individuo atacado, observndose que en los
lugares fros, los dolores son atroces.La raquialgia y las
miosalgias, que vienen en segundo lugar entre lasalgias, son a
veces tan intensas que dan lugar a rigidez de ciertos msculos,
producindose entnces torticolis, opisttonos y contracturas mas
menos permanentes de los miembros tanto superiores como inferiores,
que unidas a las artralgias que inmovilizan el juego de las
articulaciones hacen permanecer a los enfermos en posiciones
forzadas.Muchos de ellos no pueden soportar sin gritos no quejas la
atrocidad de los dolores en los casos algo fuertes; cada
exacerbacin de stos, provoca asi mismo, nuevos y muy vivos
sufrimientos.Existe tambin cefalalgia en el mayor nmero de
casos.Los dolores anteceden, coinciden, o siguen a la
fiebre?Fiebre.-Precisar la elevacin de la temperatura al principio,
esto es, cuando apnas se manifiestan los primeros fenmenos de
reaccin, es cosa bien difcil; primero, porque si se observa la
enfermedad en Lima, ya es tarde, puesto que los ms de los enfermos
no llegan a esta Capital, sino despus de haber permanecido muchos
das y a veces meses, en los lugares donde han tomado la verruga; y
segundo, porque an en estos ltimos, es todava muy arduo, ya porque
se carece de medios, ya porque se toman por intermitentes ya en fin
porque en muchas ocasiones, la enfermedad no d lugar a que se
sospeche siquiera su existencia.Es solo desde que comienzan a
unirse los dolores artrlgicos la fiebre por lo general irregular de
la verruga que se puede apelar al termmetro y en este caso se nota
tambin mucha variedad en su tipo, an cuando la enfermedad se
presente sin complicacin alguna. As he observado en muchos casos la
forma intermitente con sus variedades, pero por lo general, toma el
tipo de la forma hctica, pues en los ms he tenido ocasin de notar
lo siguiente: desde las 12 h. m. 2 h. p.m., comenzaba un
decaimiento y descomposicin del cuerpo, segua esto, escalofros mas
menos intensos y luego una fiebre ligera durando junto con los
dolores que se despertaban instante por instante, hasta las 12 h.
p. m. 4 h. a. m. en que apareca un sudor ms menos copioso, que
aliviaba los dolores, suprimindolos muchas veces completamente.En
cuanto al grado de temperatura que alcanza la fiebre, podemos
adelantar que oscila entre 39 y 40 cetgrados, sobrepasando pocas
veces esta cifra.En caso de complicaciones, siendo estas muy
diversas, independientes unas de la enfermedad y provocadas otras
por el desarrollo del proceso en distintos rganos, la fiebre toma
tambin un tipo bastante variado.Pulso.-Aumenta de frecuencia,
proporcionalmente al grado de temperatura alcanzado por la fiebre;
en muchos casos y especialmente al fin del perodo que nos ocupa, se
presenta pequeo, blando y algo depresible. Estos caracteres se
hacen ms apreciables, si la anemia que se manifiesta en esta
segunda etapa de la enfermedad adquiere cierta intensidad.Orina.-La
orina es de color subido, generalmente de reaccin cida y deja por
el enfriamiento un depsito rojizo ms o menos oscuro de uratos. En
cuanto al anlisis qumico del lquido de que nos ocupamos, h aqu los
resultados obtenidos por el Dr. Jos S. Barranca.Resultados
Analticos de la Orina de los Enfermos Atacados de la Enfermedad
Indgena conocida con el Nombre de Verruga"Dedicado desde algunos
aos al importante estudio de la orina en diversas enfermedades bajo
el punto de vista clnico, me ha llamado seriamente la atencin de
los afectados de verrugas por la aparicin de principios anormales
de la ms alta importancia para la prctica mdica; no siendo mis
esfuerzos estriles, pues son coronados del mejor xito.Las orinas
analizadas han sido tanto de la prctica civil, como tambin de los
hospitales Santa Ana, San Bartolom y Dos de Mayo, donde han sido
recogidas por los estudiantes de medicina, seores Yataco, Carrin y
Ripalda; tomando las precauciones debidas para evitar toda causa de
error.Los casos observados han sido en nmero de doce; obteniendo
constantemente los mismos resultados, a saber, la presencia del
indigo y de la glucosa en la parte lquida de la orina y el fosfato
de amonaco magnsico en los sedimentos.La presencia del indigo es
variable; su proporcin aumenta como crece la intensidad de los
sntomas de la enfermedad y disminuye como decrecen stos.La glucosa
se ha encontrado cuatro veces en proporciones alarmantes, simulando
una pseudo-diabetes sacarina; en otra n, en muy poca cantidad.En
los sedimentos que se forman despus de la emisin de la orina, se
encuentra invariablemente el fosfato amoniaco magnsico; con esta
diferencia que la proporcin es mayor, en los sedimentos que se
depositan poco despus de la emisin sea en orinas muy putresibles y
muy poco en las orinas que se descomponen con lentitud, pero en
todos los casos no ha faltado, siendo muy reconocible por su forma
cristalina caracterstica (couverclede cercueil) la cual no puede
confundirse con otras del mismo sistema.Hoy por hoy, me limito solo
a publicar estos resultados que no dejan de tener alguna
importancia para el diagnstico; sobre todo en una enfermedad como
sta, tan oscura durante el perodo de incubacin; reservndome para
mas tarde dar a conocer en detalle mis observaciones, despus de
ensanchar mas el crculo de mis experiencias y de haber compulsado
los ltimos trabajos hechos en afecciones anlogas.Pasemos ahora a
ocuparnos de otros sntomas no menos importantes y que completan el
cuadro sintomtico caracterstico del perodo de invasin propiamente
dicho.El agente verrucoso ataca indudablemente la sangre, puesto
que la nutricin en los enfermos atacados de este mal, se altera
profundamente, hasta producir la caquexia. Manifistase sta por la
anemia que se desarrolla ms o menos violentamente y con mayor menor
energa, segn los individuos. Desgraciadamente no conozco
experiencia alguna que d a conocer la cifra a que asciende el total
de glbulos rojos destrudos por el ya mencionado agente.La piel toma
una coloracin plida y terrosa, las mucosas y especialmente la
palpebral y la gingibo-labial se decoloran, tomando el aspecto de
la cera.El pulso presenta los carcteres que ya hemos indicado y a
los que he olvidado agregar, que en ciertos individuos en lugar de
ser frecuente, se nota por el contrario retardado.El corazn late
dbilmente, percibindose, en la mayora de casos, en su base y en el
primer tiempo, un soplo suave ms menos intenso.Los movimientos se
hacen languidecentes, sin fuerza ni precisin; la marcha es
vacilante.Hay zumbidos de odos, aturdimiento, deslumbramientos
insomnio.Sufusiones serosas suelen presentarse en muchas ocasiones,
con mayor o menor rapidez.El bazo en los mas, es considerablemente
aumentado de volmen, desciende a veces hasta la fosa iliaca
izquierda (tal sucede en el enfermo de la historia N 9; es adems
duro y fcil de limitar por la palpacin si no hay ascitis. El hgado
se presenta tambin en muchos casos infartado.La anemia se acenta ms
y ms, a medida que la enfermedad sigue su curso.Para terminar
haremos notar, que en la mujer sobrevienen en este perodo,
trastornos menstruales.Tercer perodo.- Erupcin.-La erupcin comienza
a presentarse en una poca que se encuentra comprendida entre los 20
das siguientes al envenenamiento invasin, hasta los seis y an ocho
meses posteriores.La erupcin se muestra por los miembros, la cara,
etc., extendindose en seguida al resto del cuerpo invadiendo
igualmente algunas mucosas.Durante este perodo los sntomas
generales se aminoran considerablemente, sobre todo si la erupcin
es algo rpida y completa. Solo la anemia puede persistir y
aumentar, especialmente, cuando las hemorragias que se suceden a la
ruptura de los tumores verrucosos, se repiten con alguna
frecuencia, cosa que es muy comn.Es constante la erupcin? Si, tanto
como la de las otras fiebres eruptivas, constituyendo por
consiguiente el fenmeno mas caracterstico, el sistema patognomnico
mas acabado de la enfermedad. Es adems notable por su constancia,
su duracin, su terminacin y en fin, por otras muchas
particularidades que mencionaremos mas adelante.Entrando pues ahora
al estudio de los tumores verrucosos en todas sus faces, diremos
desde luego, que su forma, desarrollo y sitio en que verifican su
aparicin, es de lo mas variado. Ya se presentan en la superficie de
la piel, ya bajo de ella constituyendo la forma subcutnea y
correspondiendo ambas variedades, a lo que podemos llamar laerupcin
externade la enfermedad; tipo en el que tambin est comprendida la
que tiene lugar sobre la superficie de las mucosas, tales como la
bucal, nasal y culo palpebral.Otras veces los tumores hacen su
aparicin en las paredes u rganos encerrados en las cavidades
esplnicas, articulares otras, como la orbitaria por ejemplo.
Constituyen entonces lo que se designa con el nombre deerupcin
interna, que es menos frecuente que la anterior y con la cual
pueden coexistir. No es menos variable como ya lo hemos indicado la
forma y desarrollo que afecta el neoplasma verrucoso. Limtase en
ciertas ocasiones a alcanzar el tamao de una pequea arveja y
terminar rpidamente por desecasin y descamacin, sin dejar vestigio
alguno y sin comprometer los das del paciente; desarrollndose en
otros casos hasta adquirir el volmen de una naranja ms, rompiendo y
mortificando la piel, ocasionando graves desrdenes en los rganos
donde radican, mortificndose ellos mismos y produciendo en fin
vastas heridas y abundantes hemorrgias, que acaban por producir tal
estado de aniquilamiento del enfermo, que la muerte se hace su
terminacin necesaria.Delineada as a grandes rasgos la marcha tan
distinta seguida por las dos veriedades mas opuestas del tumor
verrucoso, pasemos a describir con algunos detalles y en cuanto lo
permitan nuestros muy limitados conocimientos, la evolucin ms o
menos regular que ofrecen las dos formas ms comunes de erupcin
externa.Comenzaremos por lo tanto por la que toma nacimiento en la
superficie de la piel.Haremos notar antes que nada, que la erupcin
en esta primera forma, se verifica por procesos sucesivos y que por
consiguiente los dos ltimos perodos en que hemos dividido la marcha
de la enfermedad, se realizan refundidos en uno solo. As pues
mientras que en unos puntos principian aparecer los neoplasmas en
otros donde erupcionaron primero, est ya en va de desecacin y
descamacin.Al principio y en los sitios donde v a tener la erupcin,
se presentan alguna veces pequesimas manchas rojas y otras (es este
el caso ms general) globulitos vesiculitas muy diminutas,
brillantes y enteramente semejantes a lo que en Patologa se llama
sudamina blanca; en ambos casos la piel es un sitio de comezn
bastante notable. Poco a poco estas manchas o vesculas se
transforman en papulitas de un color rosado mas o menos intenso,
adquiriendo un tinte cada vez mas subido, hasta llegar al rojo,
escarlata. Las pocas que llegan a romperse, ms que por la distensin
del epidermis, por la fricciones rascaduras que se practica el
enfermo acosado por la comezn, dan lugar a ligeras hemorragias y
toman en seguida un color rojo oscuro o casi negro, debido en gran
parte a la costra formada por la sangre desecada. Al cabo de
algunos das, desaparecen, dejando no una verdadera cicatriz, sino
ms bien una manchita blanquecina escamosa, que a su vez dura muy
poco tiempo.Las que no se han desgarrado continan desarrollndose,
hasta alcanzar cuando mas el volmen de una arveja, su color es
entonces un rojo de los ms intensos; son adems por regla general,
sesiles.El calor y el fro, influyen notablemente en el volumen de
estos tumores, as bajo la accin del primero, aumentan de volmen, se
llenan de sangre, toman un tinte mas y mas subido y llegan a veces
a romperse por el mas ligero contacto, el fro al contrario lo hace
disminuir de tamao, los pone ms plidos y mas duros.Un esfuerzo
prolongado parece tambin aumentarlos de volumen, volvindolos mas
rojos; presentan pues por lo que se v, algunos de los caracteres de
los angionomas erctiles.Algunas veces los enfermos acusan dolores
al nivel de los tumores, comparando sus sufrimientos a los que
produciran pinchazos de alfiler.Pasemos ahora a la forma
sub-cutnea. Esta forma no puede apreciarse en su principio sino por
el tacto; as haciendo una presin ms o menos metdica y con alguna
fuerza en los lugares de eleccin de esta especie de tumores, se
siente rodar bajo los dedos unos tumorcitos duros, renitentes,
movibles, lisos, del tamao de una arveja de un garbanzo, sin
adherencia con la piel, no produciendo alteraciones de ella, ni
llamando para nada en esta poca la atencin de los enfermos; son
adems en su mayora indolentes y sin repercusin ganglionar. Pueden
permanecer en este estado hasta la curacin completa de la
enfermedad, desapareciendo luego por reabsorcin o atrofia.Cuando la
erupcin es abundante, se observa entonces abotagamiento o
tumefaccin de la piel.Pero no es ese el fin que se les espera a
todos, si no que aumentando de volumen distienden, adelgazan e
inflaman crnicamente la piel, dando lugar a comezones ms o menos
fuertes, a adherencias y en fin a la aparicin clara del tumor.Su
evolucin es pues, muy variable, pudiendo unos desaparecer por
reabsorcin y otros crecer incesantemente.Cuando la distensin es muy
grande, aparecen con claridad un tumor de consistencia y volumen
variable, encerrado todava por la piel rojiza, violcea o negruzca y
que una vez mortificada, cede, producindose la salida de una pequea
cantidad de sangre o pus, aunque generalmente es un pus
sanguinolento; otras veces sin salida de estos lquidos, se presenta
simplemente el tumor subcutneo con una coloracin rojiza al
principio, como si fuera formado por yemas carnosas y que toman
luego distintos aspectos hasta el punto de presentarse a veces bajo
la forma de una ulceracin de color gris sucio o negruzco con surcos
y exhalando un olor desagradable, debido a la snies que se derrama
en su superficie. La piel que rodea al tumor, es roja lustrosa,
distendida y como extrangulando el tumor, a veces a tanto extremo,
que se pediculiza y crece a la manera de un hongo. Otras veces el
tumor se reblandece antes de romper la piel y simula perfectamente
un abceso. El tumor sigue aumentando de volumen, sea que se
pediculice o n, hasta adquirir dimensiones notables. El tamao de
estos tumores se halla comprendido entre el de una arveja y el de
una pequea naranja. En ocasiones varios tumores prximos perforan la
piel, ya simultneamente o en pocas distintas, formando por
consiguiente extensos tumores ulcerados, que derraman una abundante
cantidad de snies de olor en extremo desagradable.Los sitios de
predileccin de esta clase de tumores, son: las rodillas, los codos,
las partes anterior interna y externa de la pierna, la parte
posterior de los maleolos y excepcionalmente otras partes del
cuerpo. Su duracin es indeterminada.A la larga las verrugas pueden
por distensin no solo distender, ulcerar e inflamar la piel, sino
tambin gangrenarla dando lugar a hemorragias graves.Cuarto
perodo.-La terminacin de la enfermedad vara con la marcha segida
por el tumor.Diremos pues algunas palabras acerca de la manera como
termina el neoplasma verrucoso en sus diversas formas.Cuando la
erupcin tiene lugar en la superficie de la piel, el tumor alcanza
cuando ms, como ya lo hemos indicado, el tamao de una arveja.
Adquirido este volumen permanecen algn tiempo en estado
estacionario, para decrecer en seguida con suma lentitud, empleando
a veces varios meses en desparecer completamente; su color se
modifica al mismo tiempo, pasando de rojo vivo que era, a un rojo
negruzco muy pronunciado. Continuando la regresin o reabsorcin,
llegan al nivel de la piel donde ya no se manifiestan sino por
pequeas manchas negruzcas muy parecidas a los lunares, que
sucesivamente pasan al amarillento, decolorndose en seguida ms y ms
hasta que quedan reducidos a pequeos espacios blanquecinos, bien
distintos del resto de la piel y recubiertos de escamas que no
tardan en desaparecer sin dejar seal alguna.En cuanto a los tumores
voluminosos que desgarran y mortifican la piel motivando su
ulceracin, diremos que generalmente son ennucleados por el
Cirujano, siendo esta operacin algunas veces fcil, por encontrarse
el neoplasma sostenido tan solo por un estrecho pedculo.La
terminacin de la enfermedad, est en este caso, ligada a los
desrdenes producidos por el tumor, as como al estado general del
individuo.Diagnstico.-El diagnstico de la enfermedad en su
principio es tan difcil de establecer, como fcil de verificar en el
perodo de erupcin. Y en efecto, frecuentemente vemos a prcticos
experimentados tomar por un ataque de paludismo en sus variadas
formas, o por un reumatismo articular, muscular seo, lo que no es
sino el primero segundo perodo de la Verruga Peruana.Desde luego y
como una de las principales dificultades para hacer el diagnstico
diferencial entre esta enfermedad y la malaria, har presente, que
la distribucin geogrfica de la verruga me ha dado a conocer que en
la mayor parte de los lugares donde ella existe, domina tambin el
paludismo, haciendo ambas enfermedades sus ataques aislada o
simultneamente.En el estado actual de nuestros conocimientos, solo
existe en mi humilde concepto un solo dato seguro y fiel que pueda
hacernos sospechar la existencia de la Verruga, antes de su
erupcin, me refiero al conocimiento del lugar lugares por donde ha
estado pasado el individuo enfermo. Si pues observamos, fiebre, ya
sea contnua, remitente intermitente, dolores articulares y
musculares acompaados de calambres, en un individuo que viene de
Matucana por ejemplo podemos asegurar casi sin temor de
equivocarnos, que es la verruga la que tenemos a la vista.Sin
embargo, sensible me es decirlo, la sintomatologa del perodo de
incubacin de esta pirexia indgena de nuestro suelo, es todava muy
deficiente para el prctico que desea establecer su diagnstico desde
los primeros momentos, a fin de oponerle una teraputica
conveniente. Estas oscuridades, estas incertidumbres, dejarn de
existir, estoy seguro, el da en que la prctica de las inoculaciones
se domicilie entre nosotros; inoculaciones que por otra parte nos
harn conocer muchsimas otras particularidades importantsimas acerca
de la naturaleza ntima de la patologa del agente
verrucoso.Patogenia.-La verruga a mi modo de ver, es una enfermedad
miasmtica, probablemente parasitaria. La deficiencia de estudios
serios a este respecto, hacen todava dudar acerca de su naturaleza
ntima; sin embargo, procurar en cuanto me sea posible hacer un
ligero anlisis de las diversas opiniones que existen sobre este
punto Tratamiento.-El tratamiento de la enfermedad que venimos
estudiando, abedece a las dos indicaciones principales siguientes:
1 Favorecer la erupcin; 2 Combatir por los medios ms activos la
anemia que se manifiesta en el segundo y tercer perodo de la
dolencia. Obedeciendo a la primera, se registra generalmente el
agua del monte con chancaca sola, y la infusin o cocimiento de la
planta conocida en la sierra, con el nombre de Ua de Gato. Estas
sustancias son casi los nicos medicamentos que toman los indgenas
atacados de verruga. Nuestros prcticos usan tambin la primera,
asociada al vino emtico.Respondiendo a la segunda, se hace uso de
los preparados de fierro, vino y buenos alimentos.
Bartonelosis (Fiebre de la Oroya o Verruga Peruana) Enfermedad
ocupacionalRESUMENLa Bartonella bacilliformis es un parsito
bacteriano intracelular facultativo de los eritrocitos humanos y de
las clulas endoteliales. La enfermedad de Carrin, fiebre de La
Oroya y Verruga Peruana son todos trminos que describen las
consecuencias patolgicas de la infeccin humana por Bartonella
bacilliformis. (1)Aunque las infecciones que involucran especies de
Bartonella, tales como Bartonella henselae y Bartonella quintana,
ocurren en todo el mundo, la enfermedad de Carrin es endmica
nicamente en Sudamrica. (14)Las infecciones por B. bacilliformis
son un problema de salud en numerosas reas rurales de Sudamrica y
para los viajeros que visitan esas regiones. Se han reportado
brotes de bartonelosis en las regiones montaosas de Per, Ecuador y
Colombia. (1)La Lutzomyia verrucarum es el principal vector para la
transmisin de la bacteria al ser humano; la hembra del mosquito
transmite el patgeno durante su alimentacin nocturna de sangre
humana. Presumiblemente el insecto se alimenta de sangre de un
individuo infectado y disemina el patgeno por medio de su saliva
durante la siguiente ingesta de sangre. La bacteria no es
contagiosa entre humanos. (1)Presentamos un enfoque laboral de la
enfermedad en trabajadores que realizan desplazamientos continuos a
zonas endmicas y analizamos sus posibles consecuencias.Palabras
claves:Bartonelosis, enfermedad de Carrin, verruga peruana,
lutzomyia, bartonella, laboral, zonas endmicas
HistoriaLa bartonelosis conocida como enfermedad de Carrin o
Verruga Peruana constituye una endemia ancestral que afecta a la
poblacin de valles interandinos y algunas reas de selva alta. Esta
enfermedad fue conocida por culturas precolombinas, tal como se ha
podido determinar en algunos huacos y monolitos de la poca. (1)En
la conquista de Amrica las tropas espaolas sufrieron las fiebres y
verrugas de Coaque, siendo diezmados muchos de ellos.En la poca de
la Repblica (1870-1906) se registra una grave epidemia durante la
construccin del ferrocarril Lima La Oroya (el ms alto del mundo),
en ella participaron miles de trabajadores (chilenos, chinos,
bolivianos, etc.) de los cuales fallecieron ms de 7,000 siendo la
enfermedad conocida como Fiebre de la Oroya; en algunos
sobrevivientes aparecieron erupciones drmicas rojizas, a las que se
dio el nombre de verruga peruana. Esta epidemia motiv un gran
inters de investigacin en la comunidad mdica internacional. (1)En
1885, el estudiante de medicina peruano Daniel Alcides Carrin
investiga y establece la unidad clnica existente entre la fiebre de
la Oroya y la verruga peruana, constituyndose as en el mrtir de la
medicina peruana.En 1905, el mdico peruano Alberto Barton aisl y
describi a la Bartonella bacilliformis como agente etiolgico
responsable de la enfermedad de Carrin o verruga peruana.En 1913,
Townsend identific a la Lutzomyia verrucarum como el vector
responsable de la enfermedad.La enfermedad de Carrin siempre fue
considerada una enfermedad histrica, anecdtica y enigmtica, y ha
sido estudiada no slo por peruanos sino tambin por extranjeros,
algunos de los cuales se han especializado en este
microorganismo.Distribucin geogrficaLa enfermedad de Carrin
constituye una enfermedad endmica en Sudamrica y slo se ha
reportado en el Per (Ancash, Cajamarca, Lima, etc.), Ecuador
(Loja), Colombia (Nario); en Tailandia y Sudn se han descrito
cuadros similares.La bartonelosis humana requiere condiciones
especiales para su desarrollo y presentacin; en el Per, las reas
verrucgenas se dan en una extensa rea entre los 2 de latitud norte
y 13 de latitud sur de la vertiente occidental de los Andes; se
estima una poblacin de 1686,236 habitantes que residen en estas
reas endmicas, las cuales abarcan un rea de 144,496 Km2.Clsicamente
los nichos verrucgenos se localizan entre los 500 3,200 m.s.n.m.,
pero debido a cambios ecolgicos y otras variables epidemiolgicas la
enfermedad se ha encontrado en reas de la costa y selva.
(7)BacteriologaLa Bartonella bacilliformis es una bacteria aerbica
Gram negativa intracelular pleomrfica mvil, con especial tropismo
por el glbulo rojo.Para su observacin se emplean tcnicas de
coloracin Giemsa o Wright, se requiere de medios de cultivos
especiales, siendo la temperatura ptima de desarrollo de 25C a
28C.En estos cultivos se ha visto que la bacteria posee flagelos
unipolares; a la ME, dichos flagelos poseen una longitud de onda de
800nm; se sabe que los filamentos flagelares estn compuestos de
polipptidos de 42 K-Da, y esta disposicin determina su movimiento
como tirabuzn, el cual le permite penetrar con facilidad a los
glbulos rojos. (10)TransmisinLa bartonelosis en el humano es
transmitida por la picadura de mosquitos hematfagos del gnero
Lutzomyia (Lutzomyia verrucarum, peruensis, serrana, etc.),
conocida popularmente como titira o manta blanca. La Bartonella
bacilliformis se multiplica rpidamente en reservorios humanos
durante la fase aguda de la enfermedad y permanece durante periodos
prolongados en las personas convalecientes. No se ha demostrado la
existencia de reservorios silvestres, siendo el hombre enfermo y no
tratado el nico reservorio conocido. (2)La Lutzomyia verrucarum,
vector principal de la verruga peruana, es una especie propia del
Per; se encuentra en los valles occidentales e interandinos de los
Andes peruanos, tambin en las casas (dormitorios), en los ambientes
peri domiciliarios y en menor cantidad en el campo abierto.Tiene un
patrn estacional, el cual obedece a las diferentes condiciones
climticas de las zonas; aumenta en nmero a partir del mes de marzo
a junio.Las Lutzomyias reposan de da y a partir de las 6 de la
tarde en adelante salen a alimentarse; no se conoce el lugar de cra
y presentan cuatro estados larvares, la temperatura ptima flucta
entre los 19C 23C; el tiempo de vida del mosquito es en promedio de
50 a 60 das. (3)ClnicaLa Lutzomyia verrucarum introduce el husped
la Bartonella bacilliformis; estos microorganismos se localizan
principalmente en los endotelios capilares y linfticos (clulas de
Strong) y luego penetran activamente a los glbulos rojos,
residiendo dentro de ellos (endoglobulares); ello estimula el
sistema retculo endotelial, haciendo que los linfocitos y macrfagos
produzcan una intensa eritrofagocitosis del complejo
hemate-bartonella, lo cual puede llevar a una severa anemia de tipo
hemoltico y extravascular.Una vez que un paciente susceptible es
picado por el insecto transmisor, este puede cursar sin sntomas o
desarrollar diferentes y variados sndromes clnicos.Clsicamente se
han descrito tres periodos: la fase aguda anemizante, le sigue el
perodo denominado intercalar, usualmente asintomtico y de duracin
variable, y luego de meses a aos, la fase eruptiva o crnica ms
conocida como verruga peruana.Estudios recientes han demostrado que
los pacientes peditricos y adultos jvenes son los ms afectados; en
relacin al sexo predomina el masculino en ambas fases; respecto al
tiempo de enfermedad, la mayora de los pacientes en fase aguda
presentan un menor tiempo de enfermedad y un mayor tiempo los
pacientes de fase eruptiva.El perodo de incubacin clsicamente han
sido considerados 21 das, pero segn nuestros estudios, la media es
de 2 meses. (13)A) FASE AGUDADe inicio brusco o insidioso, dura
aproximadamente cuatro semanas. Los sntomas de la fase aguda son
diversos, destacando los de un proceso infeccioso general, tales
como fiebre, malestar general, palidez, hiporexia; desarrollando
anemia severa, hepatomegalia, ictericia, linfoadenomegalia; en
ocasiones pueden presentar derrame pericrdico, anasarca,
convulsiones.La depresin transitoria de la inmunidad celular
durante la fase aguda explica la presencia de algunas infecciones
oportunistas, como son la reactivacin de la toxoplasmosis. Las
complicaciones mas frecuentes son las producidas por los
microorganismos oportunistas (parasitarias, bacterianas y
micticas), tales como Salmonellas tficas y no tficas, Plasmodium
vivax, Mycobacterium tuberculosis, Pneumocystis carini, Toxoplasma,
Histoplasma, etctera (2)B) FASE ERUPTIVALa fase crnica eruptiva
conocida como verruga peruana es muy frecuente a nivel peditrico;
muchos nios preescolares y escolares de las zonas endmicas
presentan en cara, extremidades superiores e inferiores diversas
formas de verrugas. (12)
Las formas descritas son:Miliar (pequeas), mular (grandes) y
nodular (subdrmicas); estas muchas veces curan solas en 3 a 6
meses; ocasionalmente se ha detectado en algunos pacientes (13%)
con verruga peruana, presencia de Bartonellas en sangre sin cuadro
anmico severo.
Los signos y sntomas que destacan son: sangrado de las verrugas,
palidez leve, fiebre, malestar, prurito, dolor articular,
linfoadenomegalia.
La letalidad es excepcional en esta fase. Las lesiones eruptivas
se confunden con tumores cutneos, tales como: granuloma piognico,
angiomatosis bacilar, varicela, molusco contagioso, sarcoma de
kaposi, hemangioma, tumor de Spitz, fibrosarcoma, etc.
(8)HistopatologaLa reaccin histolgica de la verruga peruana se
caracteriza por la proliferacin de clulas endoteliales y monocitos
macrfagos; el nmero de mitosis es variable, en algunos casos son
numerosos y estn asociados a atipias celulares, dando una imagen
histolgica similar a una neoformacin maligna. (4)Arias Stella
revela en estudios patolgicos intensa proliferacin de capilares
neoformados y marcada hiperplasia endotelial; dentro de estas
clulas existen inclusiones de Rocha Lima de color rojo o violceo,
constitudas por el citoplasma de estas clulas. (5)Estudios
inmunohistoqumicos realizados por Pierard y Arrese, con anticuerpos
monoclonales y policlonales, han permitido conocer mejor la
composicin celular del verrucoma; as la lesin eruptiva est
compuesta por dos poblaciones celulares:Clulas endoteliales y
dendrocitos drmicos, en estrecha interrelacin anatmica, juegan un
rol importante fagocitario en las infecciones bacterianas como la
verruga peruana. (6)La presencia de estas poblaciones celulares
sita a la verruga peruana dentro del grupo de las angiomatosis
dendrocticas.DiagnsticoUno de los aspectos ms importantes en el
diagnstico de la enfermedad es el antecedente epidemiolgico; si
bien desde hace varias dcadas se sabe que la mayora de los
pacientes que desarrollan la fase aguda son forneos, en los ltimos
aos cada vez ms personas nativas presentan esta fase; esto es de
particular importancia en los rebrotes de la enfermedad.En la fase
aguda de la bartonelosis el diagnstico es bsicamente a travs del
frotis sanguneo, en el cual se observa un 100% de parasitismo de
los glbulos rojos, que muestran formas bacilares (jvenes), cocoides
(viejas) o cocobacilares.El hemograma muestra leucocitosis con
desviacin izquierda, la gran mayora desarrollan anemia severa
(Hcto.< 20%) de carcter hemoltico.Como respuesta a la mayor
destruccin hemtica se da una hiperplasia del tejido eritropoytico
de la mdula sea y eventualmente de otros rganos, como el bazo.El
hemocultivo y el mielocultivo en medios especiales son tiles para
confirmar el diagnstico.El anlisis de las pruebas hepticas revela
un compromiso importante en los pacientes en fase aguda; 60% de
estos pacientes tienen valores aumentados de las bilirrubinas, con
predominio de la bilirrubina directa.Se demuestra que la prueba de
ELISA cuando se analiza toda la fraccin de la bacteria tuvo alta
positividad (95.2%), al igual que el Western Blot: el 100% de las
muestras fueron positivas.Recientemente se han utilizado la tcnica
de PCR para detectar la bacteria, en especial cuando hay poco
parasitismo en sangre.ltimos estudios de Western Blot realizados
por Kosek y cols. Demuestran que esta prueba tuvo mayor positividad
en los pacientes eruptivos que los agudos. (11)TratamientoLa
mortalidad fue ms del 90 % en la era pre antibitica; actualmente la
letalidad es de 8.8%, pero sigue siendo un problema de salud
pblica.El tratamiento en la fase aguda es muy efectivo con
antibiticos como Cloranfenicol solo o combinado con penicilinas; el
uso de Ciprofloxacino es de gran utilidad.Clsicamente en la fase
eruptiva se us para el tratamiento la Estreptomicina, pero se ha
demostrado que la Rifampicina logra en un menor tiempo disminucin y
desaparicin de las verrugas; en los ltimos aos Ciprofloxacino
tambin se ha usado con xito. (13)Prevencin y controlClsicamente, la
principal y nica medida de control ha sido la fumigacin con DDT, la
cual produjo una disminucin importante de los casos, pero
ltimamente la enfermedad se ha mantenido e incluso han existido
rebrotes en algunas zonas endmicas, probablemente por resistencia
al DDT. (1)ConclusionesEs de imperiosa necesidad llamar la atencin
en el mundo cientfico internacional sobre la importancia de esta
enfermedad, que en verdad tiene caractersticas especiales.Es
bifsica, con dos estados muy dismiles; slo ataca a la especie
humana, sin que hasta hoy se conozca el reservorio animal de los
grmenes causantes; produce en la piel y algunas mucosas un modelo
singular de reaccin tisular, que es morfolgicamente diferente a las
reacciones inflamatorias usuales; el agente transmisor es un
mosquito hematfago (hembra) del gnero Lutzomyia, que es
cosmopolita; durante la primera fase de invasin sangunea, con
anemia hemoltica severa, hay depresin de la inmunidad; en fin, la
distribucin est en sitios muy limitados, seguramente en relacin con
la confluencia de factores ecolgicos hasta ahora desconocidos.Desde
pocas anteriores muchos investigadores pensaron y plantearon que la
enfermedad estaba controlada e iba camino a la desaparicin, pero
ello no ha sucedido, la enfermedad de Carrin sigue siendo un
problema de salud pblica, contina causando decenas de muertes y
todava existen muchos vacos en su epidemiologa, su patogenia y en
la clnica.Se requieren nuevos estudios longitudinales y a largo
plazo para conocer mejor la historia natural de la bartonelosis.La
enfermedad de Carrin, como se menciona en las crnicas, afectaba
normalmente a obreros forneos que acudan a zonas endmicas a
realizar trabajos; este fenmeno se da en la actualidad con el
desplazamiento constante de trabajadores como mineros,
agricultores, construccin civil, profesores, etc., y por la falta
de inmunidad estn en grave riesgo de hacer la enfermedad luego de
varios meses.No existen registros del tiempo de permanencia de los
trabajadores, pero si hay evidencias que son desplazamientos
continuos por motivos laborales.Segn la definicin de enfermedad
ocupacional, diremos que es toda afeccin directa o indirectamente
causada, condicionada, mantenida o agravada por todo aquello que
sea utilizado en la actividad profesional o exista en el ambiente
de trabajo. (9)Basados en este concepto planteamos que sera til y
necesario que los organismos competentes reconozcan a la
bartonelosis como una enfermedad ocupacional.Actualmente Per,
Ecuador y Colombia son pases endmicos de esta enfermedad y debido a
la crisis econmica que sufren, muchas personas emigran a otros
pases con mayor frecuencia a Estados Unidos y Europa
(Espaa).Reportamos esta enfermedad con un enfoque laboral, siendo
importante el conocimiento de la enfermedad en estas comunidades
ante la posibilidad de registrarse algn caso de bartonelosis en la
poblacin de
inmigrantes.http://www.rpp.com.pe/2011-07-11-verruga-peruana-que-es-y-como-se-trata-noticia_383822.htmlVerruga
peruana: Qu es y cmo se trataDesde el 2004 no se haban reportado
casos mortales de la enfermedad, sin embargo autoridades
confirmaron la muerte de un joven de 19 aos a causa de la Verruga
Peruana en Chiclayo. Especialista recomienda no acampar despus de
las 5 de la tarde en zonas rurales. La presencia de fiebre y anemia
puede indicar el contagio del mal.
Esta enfermedad se asocia al campo, las picaduras se dan al
anochecerCiro Maguia, infectlogoDesde el 2004 no se haban reportado
en el pas casos mortales de la enfermedad,sin embargo las
autoridades de salud de Chiclayo confirmaron la muerte de un joven
de 19 aos a causa de la verruga peruana o enfermedad de Carrin. Al
respecto el reconocido mdico infectlogo, Ciro Maguia,explic en qu
consiste la enfermedad. "La fase que mata es la fase aguda es
decir,a uno le pica un mosquito y despus de dos meses el paciente
puede hacer fiebre, anemia, se complica y fallece".La prevencin es
clave para evitar la picadura de mosquito transmisor de la verruga:
"Esta enfermedad se asocia al campo, las picaduras se dan al
anochecer por lo que se recomienda no pernoctar a partir de las 5
de la tarde en zonas agrestes", seala Maguia.Existen zonas endmicas
y de presencia del mosquitollamado "Manta Blanca" como Piura,
Cajamarca, Cusco, Ancash, y Lima, por ello el especialista recomend
la aplicacin de repelente, el uso de polos y pantalones de manga
larga y mosquiteros para evitar el contagio.Maguia enfatiz
nuevamente el medio "rural" de la enfermedadal precisar que el
mosquito vive en casas abandonadas y huecos de piedras y rboles.La
presencia de fiebre y anemia puede indicar el contagio del mal,por
ello Maguia recomend acudir de inmediato a un puesto de salud u
hospital para el tratamiento precoz, las primeras dos semanas son
decisivas.
http://medicina.ufm.edu/index.php/Enfermedad_de_Carri%C3%B3nEnfermedad
de Carrin Tambin conocida como lafiebre de la Oroya o verruga
peruana, es una enfermedad infecciosa causada por la bacteria:
Bartonella bacilliformis y transmitida por el gnero Lutzomyia.Fu
descrita inicialmente por Daniel Carrin, estudiante de medicina
peruano, quien padeci el mismo la enfermedad y la describi en
detalle hasta su muerte (por la misma causa) en 1885, es por ello
que ahora lleva su nombre. No fue sino hasta 1905 que Alberto
Carton, un microbilogo peruano identific el agente etiolgico dentro
de los eritrocitos.La enfermedad ha sido conocida desde tiempos
pre-incaicos, endmica en Per, donde fue inicialmente descrita, pero
tambin se ha identificado en Ecuador y Colombia.Los sntomas son muy
variados, y algunos de los pacientes pueden ser asintomticos, las
dos presentaciones clsicas son la fase aguda y la fase crnica,
correspondiendo a las dos clulas invadidas por la bacteria
(eritrocitos en el caso agudo, y clulas endoteliales en el caso
crnico).Fase aguda:Fiebre (no sostenida pero mayor a 39 C),
palidez, malestar general, hepatomegalia, ictericia, linfadenopatia
y esplenomegalia, anemia hemoltica severa e inmunosupresin.
Mortalidad sin tratamiento: 40% a 90% si se asocian infecciones
oportunistas.Fase crnica:Fase eruptiva, proliferacin de clulas
endoteliales que se conoce como "verruga peruana". Hay 3 tipos de
lesiones: nodulares, subdrmicas y miliares. Los sntomas ms comunes
son sangrado de las verrugas, fiebre, malestar, artralgias,
anorexia, mialgias, palidez, linfadenopatia y
hepato-esplenomegalia.El diagnstico durante la fase aguda se hace
mediante un frote perifrico con tincin de Giemsa, hemocultivo en
cultivos de agar Columbia-sangre, inmunoblot, IFI y PCR. Para la
fase crnica el diagnstico es fundamentalmente clnico y
epidemiolgico pero se usan cultivos, tincin de Warthin-Starry de la
biopsia de las verrugas, PCR de inmunoblot.
El tratamiento de eleccin para la fase aguda son las Quinolonas
o Cloranfenicol para los adultos y Cloranfenicol ms beta lactmicos
para nios. Para la fase crnica, Rifampicina o macrlidos son la
droga de eleccin para adultos y nios.