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El transeúnte

Apr 08, 2016

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el Transeúnte

la otra dimensión del periodismo, revista cultural
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La revista El Transeúnte está dise-ñada para destacar los hechos más importantes, personajes sobresa-lientes en el campo de las artes y las letras, retratar a través de la crónica a esos seres anónimos que forman parte de la vida íntima de nuestro municipio y analizar, sin pasiones, el manejo de la política y el desempe-ño de la administración municipal. Los temas relacionados con el que-hacer de la administración pública, serán tratados por profesionales idóneos que, además de hacer el análisis del problema, propongan alternativas de soluciones.

Como su lugar de origen es el Mu-nicipio de Soledad, iniciamos este ejercicio periodístico, sin pretensio-nes de competir, para convertirnos en esa especie de gitano que va con su carreta de pueblo en pueblo, no para leer cartas o hablar del futuro a través de las líneas de la mano, sino para registrar lo elemental de la grandeza de nuestra esencia Caribe, haciendo uso de la crónica como género periodístico, condi-mentada con la tranquilidad de un trabajo de investigación sin afanes, que sea capaz de hacernos sentir reflejados en cada edición. Al final de cuentas, el Caribe y el Ser Caribe es una mezcla sui géneris que nos consolida en la hermandad de la región, pero también nos identifica culturalmente como municipios. A eso le apuntamos en El Transeúnte.

Nos alejaremos de los intereses par-ticulares, políticos, religiosos, para ejercer un periodismo analítico, sin estratos sociales, y acudiremos adonde esté la materia prima o el insumo que nutrirá cada nueva

edición. Buscaremos las historias con el propósito de convertirlas en memorias sin tiempo, no estamos interesados en el periodismo noti-cioso y mucho menos nos desvela-rá la preocupación por obtener la “Chiva”, desde el punto de vista de la información. El Transeúnte, es “la otra dimensión del periodismo”, sin ataduras y respetuoso, donde la imparcialidad prevalecerá como uno de los principios que funda-mentan y sustentan su filosofía. No vamos a pregonar que seremos vigilantes de nada, porque El Tran-seúnte no es empresa que presta servicios de vigilancia y seguridad, sino un equipo de personas que se identifican por el compromiso que tienen con el periodismo, el ejerci-cio de escribir, la sociedad, la cultu-ra y el arte.

Para el logro de ese objetivo hace-mos uso de una herramienta: el pe-riodismo sin temporalidad.

Cada número que llegue a sus ma-nos, respetado lector, estará conce-bido bajo la premisa del respeto y la necesidad de hacer un periodismo diferente, alejado de pasiones co-merciales pero cargado de la pasión de hacer lo que nos gusta: comuni-car.

La historia del Municipio de Soledad será trabajada por entregas, para que sirva como documento didác-tico a profesores y estudiantes. Las historias de la cotidianidad las in-terpretaremos con la mayor intensi-dad, en aras de entregar un produc-to que vaya más allá de la crónica aunque, de alguna manera, refleja-rán realidades tratadas con el color,

El Transeúnte La otra dimensión del periodismo

equilibrio, el ritmo y la armonía que exige este género periodístico.

El Transeúnte sólo quiere hacer un periodismo cultural que aporte a la población, en general; estudian-tes, en particular, y sea un espacio periodístico que sirva como puente comunicante de nuestra esencia Caribe y el ser Caribe. Pretende visi-bilizar la identidad cultural del mu-nicipio de Soledad, sin olvidar las historias, personajes y las expresio-nes artísticas y culturales del Caribe colombiano.

No podemos cerrar este editorial, sin agradecer a los amigos periodis-tas: José Orellano Niebles y al doc-tor Gaspar Hernández C.,-amigos de vieja data en el ejercicio perio-dístico, allá por los años setenta-, a Nelson Pacheco Gutiérrez, Giovani Montero Mercado y Rodrigo Mar-tínez R., periodistas soledeños; Horacio Brieva, en Cartagena a Gus-tavo Tatis Guerra, a Moisés Pineda Salazar; y a los amigos Oscar Serpa y Hugo León Donado, quienes fungi-rán en calidad de colaboradores es-peciales. Gracias amigos, por recibir, con beneplácito, la invitación. Para la dirección de El Transeúnte, este gesto de ustedes, es una responsa-bilidad que asumiremos con mucho profesionalismo, teniendo en cuen-ta el compromiso que tienen con el periodismo, la sociedad, el arte y la cultura. Nos sentimos honrados al saber que contamos con la pluma y estilo de cada uno de ustedes, por-que, estamos seguros, que los lec-tores esperarán cada nueva edición de El Transeúnte, por la calidad de sus crónicas o artículos. Sean bien-venidos.

Editorial

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—Un abrazo, mi hermano —leo en la primera línea de un mensaje que, de celular a celular, me envía el conterráneo Fernando Castañeda García, a quien me unen sinceros lazos de amistad soledeña.

—Jose: estoy preparando la primera edición de la revista El Transeúnte —suelta a continuación Fernando en su mensaje y eso me llena de profunda satisfacción: otro impreso que nace. Y en el terruño, en mi cuna Soledad: ¡buen viento y buena mar!

—Quiero (que) seas uno de los periodistas que colabore con este proyecto —remata la invitación.

Un inmenso honor, no hay duda. Estado que mueve afectos y retrotrae emociones y se pasea por recuerdos de proyectos similares que murieron primero: por ejemplo, aquel onirismo profesional junto con colegas de la talla de Rafael Vega Jácome-Miami, Eduardo García-Cartagena y, desde Barranquilla, Neyía Vargas y Vilma Cepeda y el sociólogo-escritor Jairo Solano: soñábamos revistas, libros

y hasta producción panelera —que hoy día es “un producto mágico” y se cuela entre los más destacados gourmets del mundo—, que todo eso lo recreábamos en nuestras itinerantes tertulias, paseadas incluso por Soledad, en el decenio de los 70 del siglo XX.

Así, pues, convocatoria y reminiscencias que motivan a la aceptación sin palabras de la citada invitación, mientras el distrito capital dominical se va envolviendo en una de esas nuevas mañanas bogotanas: sol brillante, picante con frescor, brisa incluida, por momentos en ramalazos como de “loca” samaria, pero en general como ese estado del tiempo barranquillero de esos días en que, para exacerbar nostalgia, todo en La Arenosa y su entorno huelen y saben a Carnaval.

Después del mensaje, la llamada telefónica del amigo y colega soledeño, también otrora contertulio de sueños. Y esa llamada entró precisamente en el momento en que daba los retoques finales a la crónica “De Carnaval, ‘chikunguña’ que mata mi afro-disfraz y… algo sobre letanías” que escribía para zonacero.info, medio cibernético que, para mi satisfacción plena, siempre acoge mis relatos. Desde el otro lado de la línea, Fernando me puntualiza sobre liberalidad de temas, escribir no necesariamente bajo el concepto de “new” y me plantea una producción periodística sin apegos a la temporalidad, historias sin tiempos. Aun así, me propongo hacer reportería pura, misma con la que pretendo sostener mi página web Muelle Caribe (blog muelle-caribe.com) desde el 9 de febrero, Día del Periodista, en la ciberautopista.

Aproveché el voz a voz con Fernando y le comenté algo relacionado con lo que escribía, el instante preciso de

una retrospectiva que ponía en juego mi capacidad síquica para retener y recordar pasado, la necesidad de buscar en los recovecos de la memoria y puntualizar nombres de amigos entrañables. Le dije: “Espérate, Ferna, y te leo algo”. Y acto seguido comencé: “…Nada —ni la punzante evocación de mis batallas de flores en “guayabo eterno” por la avenida 20 de Julio con aquel extenso séquito femenino que me acompañaba, ni los deseos inmensos que tengo de ir a abrazar a un puñado de amigos y amigas integrales y entrañables: Bolaño, Caballero, Puerta, Castañeda, ‘El Chino’, Saad, Villarreal-Gravini, Paba, Vilma, Leonor, Mabel y Marimonda Albina, entre otros— me empuja a hacer crecer el número de colombianos diagnosticados con el virus: algo así como 113.400 al momento de “ultimar” o rematar esta crónica...”.

Tras esa lectura —ahora caigo en la cuenta de que no mencioné a Lara ni a Alix ni a Santiago ni a Patricia ni a Llanos—, puse a Fernando en contexto y él me pidió que le enviara la crónica a su correo electrónico para publicarla también en la página http://contrastes.com.co: “Periodismo de Conciencia; Análisis y opinión más allá de la noticia…”: contrastes.com.co o contrastes.co, de viaje expedito por la autopista web desde nuestra tierra natal, Soledad de Colombia adorada…

Cinco días después de la petición de Fernando Castañeda, envié la crónica a su correo. La publicó y, de esa forma, quedé definitivamente casado con la invitación. Y con dos medios periodísticos más, para incentivo de mi pasión prima: El Transeúnte y contrastes.com.co.

—Quiero (que) seas uno de los periodistas que colabore con este proyecto —me dijeron y a la

Yo, ¡transeúnte sin limitantes!

Por José Orellano

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El Transeúntecomplacencia me preparo, anímica y profesionalmente. Y desde una otoñal e inocultable vanidad, me digo interiormente: “Tengo que ser parte del número inaugural…” y, seguidamente, me cuestiono: “¿Y con qué debuto?”. Y me respondo, sin muchas vueltas de ojo, ni de hojas: “Tras ocho años ininterrumpidos de periodismo corporativo desde la Cámara de Representantes, pudiera ser algo que apunte hacía el Congreso o mejor: hacia los congresistas, para bien o para mal… Algo que has tenido en el refrigerador de las ideas desde hace más de un quinquenio… Sí, por ahí ha enfilarse tu debut en El Transeúnte”.

Transeúnte, siempre adjetivo, que cuatro acepciones conlleva, de acuerdo con RAE, y de las cuales tomo tres como soporte para mis elucubraciones, que de las tres significaciones que corresponden al verbo elucubrar me quedo con la que los sabios del idioma han mandado al ‘desuso’: “Trabajar velando y con aplicación e intensidad en obras de ingenio” (DRAE).

Para continuar con el ritmo de esta nota ‘sin apegos a la temporalidad’, preciso entonces que transeúnte significa:

—Que transita o pasa por un lugar…

—Que está de paso, que no reside sino transitoriamente en un sitio

—De duración limitada.

Y sobre este trípode gramatical, la gran reflexión en esta historia sin tiempo: “Hay que salir a romper esquemas: ¡nada de limitarse solo a pasar por un lugar!, ¡nada de no residir sino transitoriamente en un sitio!, ¡nada de duración limitada! Que tanto requeridores como requeridos asumamos la convicción y la responsabilidad de que El Transeúnte sea empresa que transite duraderamente “y permítaseme lo forzado que pueda sonar tal adverbio—, despojada de “cuandipuedismos” y del comodín-

lugar común que señala a un Ser Superior como culpable de ciertas discontinuidades: “¡Salimos cuando Dios quiera”, solemos excusarnos... ¡Nada de eso! Que El Transeúnte sea empresa que transite perdurablemente

“Y desde una oto-ñal e inocultable vanidad, me digo interiormente: “Tengo que ser

parte del número inaugural…

y que su periódica aparición tenga fechas fijas en el calendario. ¡Eso sí!”.

Y tras la larga introspección, encaminémonos ahora hacia el tema escogido para este debut: “Ese algo que apunte hacía el Congreso o mejor: hacia los congresistas, para bien o para mal”. Y así las cosas, vamos con “el ritmo de las palabras”, que este es el nombre de una columna mía, finalmente inédita, propuesta para un medio escrito que circula por oficinas y pasillos del Congreso y de otras muchas dependencias públicas y algunas privadas y cuyo director desechó quizá como consecuencia de los propósitos de que iba a ser opinión crítica de ciertos pasajes congresuales; sí, vamos con la oratoria parlamentaria, la actual oratoria en nuestro flamante foro de Padres de la Patria, como tema de la columna prima en El Transeúnte…

Pero al llegar a estos puntos suspensivos me detengo y reflexiono: si sigo con ese tema hoy, pico me extiendo… “¡Para aquí!”, me digo. Y enseguida tomo la decisión de anunciar el tema “Al ritmo de las palabras” como continuación de mi debut para la próxima entrega Por hoy dejémoslo todo en un “Yo, ¡transeúnte sin limitantes!”.

Hasta la próxima.

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La última vez que conversamos fue hace diez años, aproximadamente. El tema: la situación cultural de Soledad, la falta de formación de muchos “hace-dores de cultura”, el creer, en Soledad, que los grupos de danzas folclóricas son el motor cultural del municipio -sin restarle valor a ninguno de estos gru-pos, para quienes envío mis respetos-, del concepto de la cultura como simple acto de tarima; y de lo alejado que se está de la formación como estrategia fundamental en el fortalecimiento de las expresiones que constituyen nues-tra identidad cultural. Decidí visitarla.

El día que llegué a su casa estaba atendiendo a unas personas. Mientras esperaba, me preguntaba qué aspecto tendría, cómo le iba a encontrar su estado de ánimo, porque alguien me comentó, un día que pregunté por su salud, que ella no salía y tampoco que-ría que la vieran. Me pareció extraño. Cuando estuve frente a ella pude ver que el aureola de su capacidad inte-lectual seguía refulgiendo igual que cuando era profesora de inglés. No sé que superlativo utilizar para referirme a la profesora de inglés en el bachille-rato de la Universidad Libre, Yolanda Mejía, la misma que se ha entregado con cuerpo, corazón e intelectualidad a enseñarles, a muchos jóvenes sole-deños, a descubrir la importancia de sostener, en el tiempo, nuestras más caras expresiones culturales.

Sin temor a equivocarme, el nombre de Yolanda Mejía, en Soledad, es si-nónimo de danza-teatro, en el género de la comedia; estudiosa del folclor en todas sus manifestaciones que luego sintetiza en un montaje escénico, siem-pre regresando el tiempo para entre-gar a los espectadores unas estampas costumbristas, que van más allá de la fábula y cargadas de un exquisito humor al estilo de nuestros abuelos.

Tiene una capacidad imaginativa y un gran sentido pedagógico para transmi-tir sus ideas, lo que facilita el montaje escénico, cuando de la danza- teatro, se trata. Su casa ha sido epicentro y sede de di-ferentes actividades que van desde lo social, especialmente en el trabajo con niños y jóvenes en la formación como Boys Scout, labor que estaba bajo la responsabilidad de su difunta hermana Melba Mejía; en lo artístico, Yolanda, ha dedicado cincuenta años de su vida, primero en el teatro y, desde hace 38 años, es la directora artística del grupo de danzas escénicas “Reminiscencias”, conformado por adultos mayores y jóvenes, siendo su casa la sede del grupo. Este experimento –de integrar adultos mayores y jóvenes- y la cali-dad de los montajes escénicos, ha sido premiado con cinco Congos de Oro, en el carnaval que organiza Barranquilla, el último Congo de Oro pertenece a la versión del carnaval, en este año 2015

El trabajo en la danza-teatro

Todo comenzó en el año de 1977, cuando le preguntó a Francisco “Pa-cho” Bolaño, “El Poeta de los Negros”, que si no le gustaría trabajar en el bachillerato de la Universidad Libre, en el campo de las artes escénicas,

concretamente en lo relacionado con el folclor. Desde ese mismo año, Yolanda, comenzó a interesarse en hacer danza-teatro con lo alumnos del “bachillerato de la libre” y, en 1987, un grupo de mujeres adultas, que forma-ban parte de la Casa de la Cultura de Soledad, deciden conformar el “Grupo de Artes Escénicas Reminiscencias”, entre ellas recuerdo a Lidia Montero y Yolanda Mejía, -en ese entonces yo era el director de la Casa de la Cultura- y las reuniones y ensayos se hacían en la Casa Campesina, donde vivía el Maes-tro Gabriel Segura con Lidia Montero y su hija Paola.

Constituido el grupo, cuyo objetivo ha sido siempre formar a los jóvenes en el valor que tiene la tradición, antropo-lógicamente, como uno de los pilares fundamentales de la identidad cultural, nombraron a la profesora Yolanda, directora artística de “Reminiscencias”. Al frente de la dirección artística ha escrito muchos libretos para el grupo, que han sido llevados a escena, entre los que podemos citar: ¡Ay, Que hu-manidad!, Diversión Carnavalera, El alcalde Calabaza, El Milagro de San An-tonio, ¡Ay Corazón de mi pueblo! y El Matrimonio. Comedias que se aproxi-man a la fábula, porque Yolanda Mejía hace uso de este género literario para contarnos historias de la tradición. Y algunas tienen un sello crítico. Hablamos de muchos temas, la dejé sentada en el mismo lugar donde, parece, se sienta a recibir las visitas, estudiar, pensar en temas del folclor popular y escribirlos, pero me quedó retumbando la opinión, de esta octo-genaria mujer que hoy es símbolo fe-menino de la intelectualidad soledeña, acerca del proceso cultural de Soledad: “Opacado, los hacedores de cultura se están acabando porque todo lo relacio-nan con el dinero”.

Pilar fundamental del folclor soledeñoHomenaje a Yolanda Mejía

Por Fernando Castañeda García

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200 años después Vida administrativa de “La Villa de la Soledad de Colombia”

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Tras el famoso Grito de Independencia, en 1810, en la Nueva Granada se orga-nizaron dos estados rivales: el de Cun-dinamarca y el de El Congreso de las Provincias Unidas. Estas dos organiza-ciones políticas tuvieron una confron-tación con respecto al sistema político que debía regir en el país: mientras Cundinamarca defendía un gobierno de carácter centralista, el Congreso de las Provincias Unidas apostaba por una nación federalista. Por la necesidad de conquistar el apoyo de los pueblos y parroquias, los gobiernos revoluciona-rios neogranadinos crearon numero-sos cabildos, razón por la cual, el día tres de Marzo de 1814, la Cámara de Representantes del Estado Soberano de Cartagena de Indias, condecoró a nuestro municipio, que entonces era un Sitio de Libres, con el título de Villa de la Soledad de Colombia, “A la cons-tancia en la defensa de la Independen-cia Americana”. Acto legislativo que fue refrendado por Manuel Rodríguez Torices, Gobernador del Estado Sobe-rano de Cartagena, el día 8 de Marzo de 1814, o el año cuarto de la Indepen-dencia.

Sin embargo, en el artículo sexto de dicho Decreto, el Supremo Poder Ejecutivo plantea la creación de una comisión escogida entre los vecinos, conformada por doce padres de familia, para que esa comisión propu-siera al Gobierno los medios y arbitrios con los que pudiese plantear su admi-nistración de policía interior, límites de su jurisdicción, y todo lo demás que contribuyera, para que a partir del pri-

mero de Enero del año 1815, la recién erigida Villa de Soledad de Colombia gozara, en toda su extensión, de sus peculiares derechos, fueros y prerroga-tivas.

En síntesis, 1815, fue el año del ini-cio de una nueva era administrativa, independiente, para Soledad. La que, doscientos años después, da la impre-sión de estar nadando en el sopor de la administración pública, y en lo más deplorable: la apatía de la población para participar en la toma de decisio-nes en la solución a los problemas que la afectan. Este año, político, además, es representativo en la historia del municipio y nada mejor que una buena participación ciudadana en la escogen-cia del alcalde para el período 2016-2019, para celebrar doscientos años de haberse iniciado un nuevo ciclo en la vida jurídica y administrativa de un municipio como éste, que está llama-do a liderar un proceso político en la franja oriental del Departamento del Atlántico.

Soledad reclama Independencia

La categoría de Villa, también se debe interpretar como una condición de independencia en lo administrativo y político para ejercer autonomía territo-rial. Doscientos años después, Soledad reclama esa independencia. Es impe-rativo, no ilusión, un grito de Inde-pendencia y el ejercicio de ella en lo público y en lo político. Este municipio reclama por una dirigencia capaz de liderar procesos políticos que puedan

hacer visible a Soledad, lograr que sea la ciudad sede de la Gobernación De-partamental, por ejemplo; y convertir-lo en el municipio que lidere y direccio-ne un proyecto político de la provincia en la franja oriental del Departamento del Atlántico. Visibilizar a Soledad y proyectarlo como el Municipio que debe conver-tirse en talanquera del expansionis-mo de Barranquilla, en lo político, es un deber porque, doscientos años después, no podemos estar frente al pelotón de fusilamiento, para recordar, como Aureliano Buendía, el día que el Municipio de Soledad desapareció y fue anexado a Barranquilla, sino somos capaces –dirigencia política y sociedad civil- de direccionar un proceso políti-co-social, como un solo ejército, para reivindicar la independencia y autono-mía territorial y política, para no estar sujetos a lo que decidan los varones políticos que residen en Barranquilla. La falta de un proyecto político serio, capaz de conseguir una o dos curules en la Cámara y el Senado de la Repú-blica –sin que esto implique cambiar de partido o grupo político, ni tradu-cirlo como una propuesta de izquier-da- mantendrá sometida a la dirigencia soledeña, que está siendo desplazada por foráneos que no son nativos de Soledad, no viven en Soledad, no tribu-tan en Soledad y para quienes, Sole-dad, es un apetitoso pudín que vienen a devorar.

200 años despuésPor Fernando Castañeda García

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EL CIUDADANO MANUEL RODRÍGUEZ TORICES Presidente Go-bernador del Estado de Cartagena de Indias a los habitantes de él, de cualquiera clase y condición que sean, hago saber: Que el Poder Legislativo del Estado legalmente congregado ha sancio-nado lo siguiente

“La cámara de Representantes del Estado de Cartagena de In-dias, considerando los importantes servicios, que en la presente guerra ha hecho el sitio de Soledad al distrito capitular, y depar-tamento de Barranquilla, y que su población numerosa, necesi-ta ya un establecimiento Municipal, y Jueces territoriales para su mayor decoro, pronta administración de justicia, y arreglo de su policía interior; en sesión de este día ha decretado, y decreta lo siguiente.

1. Que el Sitio de Soledad actualmente del distrito capi-tular, y departamento de Barranquilla sea condecorado con el título de Villa de la SOLEDAD DE COLOMBIA. 2. Baxo este respecto se establezcan en dicho Sitio todas las corporaciones anexas al rango de Villas con todos los fueros, y prerogativas que le corresponden por las leyes. 3. El Escudo de armas de Villa de Soledad, será un campo verde con cielo claro, orlado con una guirnalda de flores, y en

centro de dicho campo una columna blanca con esta inscripción A LA CONSTANCIA EN LA DEFENSA DE LA INDEPENDENCIA AMERICANA.4. Entre tanto se lleva al cabo, la organización interior de la Villa de Soledad, no se hará innovación alguna en sus relaciones administrativas, y económicas con la capital del distrito.5. Para dicha organización interior se verifique con la solidez, y acierto correspondiente, el Supre-mo Poder Executivo nombrará entre los vecinos una comisión compuesta de Doce Ciudadanos Padres de Familia.6. El objetivo de esta comisión será proponer al Gobierno los medios y arbitrios conque puede plan-tarse su administración de policía interior, límites de su jurisdicción, y todo lo demás que contribuya, a que para el primero del año venidero Mil Ochocientos Quince, la Villa de Soledad de Colombia goze en toda su extensión de sus peculiares derechos, fueros y pre-rogativas.7. Los anteriores artículos no derogan el regla-mento de elecciones, ni el plan de división de Departa-mentos que quedan en su fuerza y vigor.8. Comuníquese al Supremo Poder Executivo para su publicación y execución. Dado en el Palacio del Supremo Poder Legislativo de Cartagena de Indias a tres días del mes de Marzo del año de mil ochocien-tos catorce, quarto de nuestra Independencia—Pedro Gual, Prefecto. –Henrique Rodríguez, Sub-prefecto”.

En su consequencia ordeno, y mando a todos los Tribunales, Gefes, y Autoridades así Civiles como Militares, y Eclesiásticas, obedezcan, y hagan obede-cer cumplir, y executar en todas sus partes. Dado en el Palacio del Supremo Poder Executivo de Cartagena de Indias, a los ocho días del mes de Marzo del año de mil ochocientos catorce, quarto de nuestra Indepen-dencia--- Manuel Rodríguez Torices, Gobernador del Estado---Luis Carrasquilla, Oficial Mayor.

Nota: La transcripción se hizo textualmente, sin em-bargo dejamos claro los siguientes términos.Baxo—Bajo. Goze--- Goce. Prerogativas---Prerroga-tivas. Execución---Ejecución. Executivo---Ejecutivo. Quarto---Cuarto. Consequencia---Consecuencia. Ge-fes---Jefes. Executar---Ejecutar

Decreto de La Villa de la Soledad de Colombia 1814

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En su libro “Geografía Histórica y Estadística de la Provincia de Cartagena de Indias, descrita por Canto-

nes”, publicado en el año de 1839, el General Juan José Nieto se refiere a la antigua Villa y dice que, según la

tradición oral, Soledad fue fundada por Melchor Caro en el año de 1640. Esta misma historia la reto-

ma, Andrés Benito Revollo, en el libro “Geografía del Departamentode Barranquilla”, publicado en 1910, y se

enseñó como una verdad irrefutable e incontrovertible a varias genera-

ciones soledeñas, durante más de 75 años.

En el año 1987, el profesor José Agustín Blanco Barros, miembro de la Academia Colombiana de Historia, incluye algunos apartes de las actas de la visita del Oidor Real, don Juan de Villabona e Izubiaurre, en

el año de 1610, al poblado indígena de Paluato, actual corregimiento del Munici-pio de Galapa, de donde se deduce que los orígenes del actual Municipio de So-ledad, se remontan al año de 1598.De Melchor Caro, no se encuentran datos feha-cientes en los registros históricos. Se dice que

fue hijo expósito, criado

por un fraile de apellido Caro,

de Malambo; supues-tamente pudo ser administrador de la Porquera de San An-

tonio en el año 1640, cuando Francisco de

Lidueña era encomendero de Malambo.La teoría de la tradición oral,

acerca de la fundación de Soledad, por Melchor Caro en el año 1640, no tiene fundamento de peso porque ese el año de “la plaga de la Langosta”, que arrasó con los cultivos de maíz, yuca y demás sembradíos de pan coger; esta es sólo una razón para suponernos que ninguna persona o grupo, se arriesgaría a instalarse en un lugar desolado por la plaga de la Langosta, que arrasó todos los cultivos de la franja oriental del actual Departamento del Atlántico.

La historia de los orígenes de Soledad está signada por el maltrato y la explotación de los primeros indígenas de Paluato que construyeron la inicial “Porquera de San An-tonio”, y por la ambición comercial del Capitán español Antonio Moreno de Estupiñán, quien emprende, en 1598, la empresa de la cría y engorde de cerdos, para exportar el jamón y la manteca a España. Orígenes

Dos son los personajes que inciden en la historia de nuestro cuento y se relacionan, inicialmente, con una mujer cruel, despiadada y arpía, como todas las encomenderas y enco-menderos de la época de la colonia: María Carrillo, enco-mendera de Paluato.María Carrillo viajó urgentemente a España, para arreglar asuntos de orden familiar y dejó encargado de la adminis-tración de la encomienda, al Capitán Antonio Moreno de Estupiñán. Este encargo se la hace María Carrillo a finales de 1597.

Posiblemente, en la encomienda de Paluato, nadie mejor que el astuto Capitán conocía el territorio que comprendía ésta. Nos suponemos que dentro de las funciones del Ca-pitán Antonio Moreno de Estupiñán, estaba la de recorrer todo el territorio y observar y observar cómo marchaban los cultivos y crías de la encomienda. Conocedor del terre-

no, había encontrado un sitio excelente para montar su propio negocio; el sitio fue conocido con el nombre de “La barranca de Moreno” y fue allí donde establecería, al año siguiente, la porquera.

El Capitán Antonio Moreno solicita la licencia al Licenciado Muñiz De Nava, le conceda permiso para establecer un cria-dero de cerdos, que llevaría por nombre: “Porquera de San Antonio”. Esta solicitud la pudo hacer el Capitán en Diciem-bre de 1597 y le concedieron, posiblemente, la licencia en enero de 1598.

Continuará…

La historia de nuestro cuento (1)

Una historia de tradición oralPor Fernando Castañeda García

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Ahora viene a mi memoria, el año 1965, cuando el sello Tropical lanzó el disco SON RECUERDOS y el orgullo de la patria chica no cabía en las arenosas calles de Soledad porque, aquel pia-nista flaco, el hijo de Luciano Acosta y Sara Cervantes, escribía con letras de oro el nombre de esa tierra que tiene sabor a Merecumbé, Cumbia y Butifa-rra. Desde entonces, Alcibíades Alfon-so Acosta Cervantes, descendiente de la familia Cervantes, que en Soledad es sinónimo de música, no sólo con-quistó la fama y abrió las puertas del éxito, hoy es un hombre legendario y ejemplo de profesionalismo, para las nuevas generaciones de cantantes de este país y de la América de lengua castellana, porque es muy difícil man-tenerse vigente en el universo de la música durante más 50 años, como lo ha hecho el maestro Alcibíades Alfonso Acosta Cervantes.

Para hablar de la vida e historia artísti-ca de Alci Acosta no bastan una o dos cuartillas. Su vida es un libro de inte-resantes pasajes, por donde se camina cuando, él, comienza a desandar su camino, más allá del tiempo de su ju-ventud con Alfredo, el hermano mayor, mientras ayudaban a su padre en la fabricación de tacones, los que el viejo Luciano vendía en Barranquilla, y luego regresaba a las siete y media de la no-che, para compartir con su esposa Sara y sus hijos la comida que compraba en las inmediaciones del cine El Dorado, allá en la calle 30 con carrera 39, de La Arenosa, situación que Alci recuerda en una mezcla de alegría y tristeza, para después saltar a sus primeros pinitos en la música con la agrupación soledeña Los Sonoros Costeños, donde tocaba su tío Teódulo Cervantes, El Caribeño, y no recibía ninguna paga por su trabajo como pianista, pero le daban “cualquier cosita, cualquier cariño”, tal como lo expresara en una

de las tantas entrevistas que le hice para escribir una crónica de su vida, la que compilé en un libro titulado Alci Acosta: Su Voz y su Piano, muy pronto en circulación.

Sencillez y humildad

Es el típico hombre del Caribe colom-biano, un mamador de gallo, sencillo y humilde, a quien la fama no le subió los humos a la cabeza. Soledeño de pura cepa. Muy a pesar de su fama, ja-más ha pensado mudarse de Soledad,

Soledad en Sol Mayor (2)La humildad de un hombre legendario

generalmente asiste a las invitaciones culturales que le hacen en su tierra natal, donde ha sido objeto de muchos homenajes, y es común encontrarlo en el funeral de algún amigo. Se considera un buen amigo y respeta el valor de la amistad. Es un hombre que vive pen-diente de sus hermanos.Quienes conocen a Alcibíades Alfonso Acosta Cervantes, saben que es una persona tímida, alguien que no es muy dado a las fiestas, al trago ni al baile; dicen que, cuando en su casa hay fiesta, desaparece y se encierra en

Por Fernando Castañeda García

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el cuarto a ver televisión. Particular-mente, compartí con él muchas tardes acompañadas de un buen café, senta-dos en la terraza de su casa, durante las sesiones de preguntas y respuestas, sin ninguna rigidez, para el libro que recopila su biografía en una crónica periodística, porque la idea fue alejar-nos de los parámetros y rigidez de la investigación histórica, para no limitar los sentidos durante la narración, darle color a la misma e impregnarla con los olores, sabores, colores y texturas de ese viaje por los caminos de un hom-bre sencillo, humilde, que se convirtió en legendario y quien se jacta en decir que La Pollera Colorá, la interpretada por Wilson Choperena, con la orquesta del maestro Pedro Salcedo y que dio a conocer la cumbia a nivel internacio-nal, allá por 1959-1960, es el disco que más ha vendido, tocando el piano.

Tiene una memoria prodigiosa e hil-vana los episodios de su vida con una precisión absoluta, como si hubiesen sucedido ayer. Teje con paciencia, como las abuelas el crochet, cada

detalle de su carrera artística. Mien-tras cuenta la historia de su vida la condimenta con un toque de humor, para explicar por qué sus familiares y amigos le dicen “Pachi”, o cuando me dijo que “Con la orquesta del maestro Pello Torres yo tocaba el piano y, había un disco que hizo famoso el maestro Lucho Bermúdez y lo cantaba Matilde Díaz, se llamaba Secretico. La orquesta del maestro Pello Torres lo tocaba y yo lo cantaba, como era el único disco que yo cantaba, los vergajos de los músicos me clavaron Secretico”.

Como en un ritual, antes de salir al es-cenario, comentan las personas que lo conocen muy de cerca, que Alcibíades Alfonso se encierra en la habitación del hotel, o en el camerino cuando canta en algún teatro, para invocar a su alter ego, conocido en el mundo de la música y de los escenarios con el nombre de Alci Acosta, y sólo se separa de él cuando el piano y su voz quedan en silencio, se apagan las luces y el show termina. Luego, al regresar a casa asume, nuevamente, el papel

de Alcibíades Alfonso, seguro de haber hecho vibrar de la emoción a los segui-dores, de su ALTER EGO, sin perder la sencillez y la humildad que lo caracte-riza; y se sienta a mamarle gallo a sus amigos y a conversar con su familia, en la terraza de su casa, donde se respira una atmósfera de tranquilidad y da la sensación de ser como su Olimpo, sin que Alci tenga pretensiones de creerse un Dios.

Portada Alci Acosta su Voz y su pianoautor Fernando Castañeda Garcia

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Confieso, de salida, que este libro “ AQUELLOS AÑOS DEL BOOM...” me lo he leído, con el mismo gusto que he saboreado un “Frozzo Malt” en la Heladería Americana de “20 de Julio” a los once de la mañana de cualquier sábado barranquillero perdido en el año. Quiero decir, es una delicia conte-nida en las 900 páginas de un volumen de pasta dura. Su autor es el perio-dista español Xavi Ayén. El subtítulo es: “García Márquez, Vargas Llosa y el grupo de amigos que cambiaron todo”.

El libro me lo han traído desde Mede-llín, pues acá me dijeron que se había agotado, versión que no creo, amén que solo hayan enviado muy pocos ejemplares. Nunca lo vi en la vitrina de la Librería Nacional en Buenavista, la que visito con frecuencia de prejubila-do. Es una entrevista con el autor en la revista Arcadia que promocionaba la versión 2015 del Hay Festival en Car-tagena de Indias y recientemente una nota de Oscar Alarcón en su columna de El Espectador donde reseña, con una brevedad asombrosa, el periplo sentimental de Mario Vargas Llosa con las mujeres de su propia familia.

El libro tiene 25 capítulos, con un corto epílogo, un mapa o croquis de la ciudad de Barcelona para los años 60s y 70s y una buena cantidad de notas. Lo he leído a lo canguro, saltando de

un capitulo a otro, sólo guiado por el orden y de fotos de mis gustos. Y lo he leído en las madrugadas de este nuevo año, con la dedicación y disciplina de un paciente cardíaco. Lo he leído sorbo a sorbo, cuchara a cuchara, con el de-leite infantil que me provoca un helado de vainilla o el exclusivo Frozzo de la inolvidable Americana de esta Quilla que amo.

¿Y de dónde viene ese deleite me pre-gunto, para justificar mis encuentros furtivos, al alba, con estas páginas? Respondo: Es que contiene casi todos los chismes literarios, increíbles, de las vidas de los escritores del llamado BOOM de la novela latinoamericana en

Por Gaspar Hernández Caamaño.

El gran libro de los Chismes Literarios del “BOOM” de la novela Latinoamericana.

“Aquellos Años...”

la segunda parte del siglo pasado. Es un libro de anécdotas contadas con la gracia de un gran cronista de revista de señoras o de peluquería gays o unisex.No se le escapa nada. Comienza con la compra de un pedazo de carne, en una hamburguesería en la Plaza del Pala-cio de Bellas Artes en México, D.F.(el mismo Palacio en que en unos días

Santos rindieron honores a las cenizas de Gabriel García Márquez), para miti-gar el golpe que en el ojo izquierdo de Gabo le propinó Vargas Llosa, delante de medio mundo, exactamente la tar-de del 12 de febrero de l976. Puñetazo que clausuró un amistad de hermanos

LEER ES PODER

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y que, al parecer, pone punto final a la fiesta del Boom de nuestra novela. Ese episodio esta contado, con lujo de detalles, no solo en la primera página del libro, sino en el capítulo GABO Y MARIO: HISTORIA DE UN FRATICIDIO. Además con la fotografía donde el Nobel colombiano aparece con su ojo “colombiano”.

Señalare uno que otro de esos chis-mes, que no se registran ni en las bio-grafías ni en la historia académica de la literatura, solo para demostrar, no solo lo picante y pícaro del texto, sino lo sonriente y satírico de su lectura. Miren estos datos:

- Para Carmen Balcells, la mujer que le dio status económico a nuestros escritores y edifico el boom de nues-tra literatura, Gabo y Mario, que en sus manos ganaron el Premio Nobel con 20 años de diferencia, son sus hijos. Y sobre ellos dice: “ Mario es un intelectual, alguien con la cabeza muy bien amueblada, que atesora cono-cimientos eruditos sobre múltiples materia y, a la vez, es capaz de crear grandes obras. Su discurso intelectual es de gran altura, es el primero de la clase, un cum laude. Al contrario, Gabo es un genio en el sentido de que es un monstruo creador, una fuerza de la naturaleza, alguien tocado por la mano de Dios, que tiene un don, y no se dedica a elaborar teorías o análisis sobre la cultura. Yo estoy enamorada de ambos”(pág. 123).

Es además un libro que cuenta la his-toria de las ciudades donde el boom germinó como efecto de la presencia

de los novelistas en sus casas, biblio-tecas, editoriales, restaurantes, disco-tecas, librerías, calles y universidades. Uno de los atractivos de esta historia de los chismes literarios del boom de la novela latinoamericana en el siglo XX, es la crónica sobre ciudades como Barcelona, la mítica capital catalana donde habitaron Gabo y Mario y sus amigos; de Buenos Aires, donde se pública “CIEN AÑOS DE SOLEDAD” en

l967 impulsando el atropellado éxito del boom; de México D.F. donde se escribe esa novela con una historia ejemplar; Nueva York, con su poder en dólares y becas; Paris y su eterna fiesta. La Habana del Malecón y sus noches de parranda en la mansión de Gabo y del Comandante Fidel. Es pues también un libro sobre ciudades.

Pero el boom no tendría la resonancia que tuvo en sus años de estallido, sin el brillo y sin la sombra que provocó en pleno Siglo XX la explosión de la Revo-lución Cubana. Fueron los escritores del boom los propagandistas, en pro o en contra, de la Revolución triunfante.

Y ella fue objeto de un debate inter-minable. Así que las ciudades eferves-centes atrás citadas y la sonoridad de la Revolución Cubana son los ingre-dientes indiscutibles que alimentaron las mentes y los cinco sentidos no solo de Gabo y Mario sino de sus amigos como los difuntos Julio Cortazar, de cuya historia de su barba se habla en el libro; Carlos Fuentes, con su universo mexicano; Guillermo Cabrera Infan-te, de cuya viuda Mirian Gómez supe nuevamente en estas páginas; Jose Donoso. La revolución dio a conocer a Jorge Edwards, a Jean Paul Sartre, a José Lezama Lima, a Alejo Carpentier.

Así que en las páginas de este volumi-noso, como sabroso, libro, los segui-dores de las novelas y los escritores del Boom tienen, como diría El Gran Combo de Puerto Rico, un gran menú con muchas presas y buen caldo como para disfrutar no sólo en las tardes, sino en las madrugadas con las brisas como lo gocé yo. Un menú de chismes y anécdotas de esas que no saben los profesores de literatura Latinoamérica. Es una gran crónica de novelas y de la vida, no tan santa, de sus autores.

Este libro ganó el premio de Biografías y Memorias en el 2013. Búsquenlo. Y si lo encuentran los invito a compartir un Frozzo Malt, pura fresa y chocolate, en La Americana de “20 de Julio” un sábado a las 11 a.m. en la Barranquilla que amo.

[email protected]

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Es preciso señalar que a través de la Historia de nuestro país, hombres y mujeres ilustres han forjado sus idea-les apuntándole de que el verdadero desarrollo de nuestra nación está en la convivencia pacífica y un profundo amor a la patria, elementos que se complementaron para darle el carác-ter y la personalidad en la estructura de nuestra nación.Pero muy a pesar de que la sociedad nuestra cuestionó en otrora la participación de la mujer en los verdaderos escenarios que di-rimían el camino concreto de nuestro desarrollo, a fuerza de voluntad y de demostración notable de su capacidad, ellas se ganaron con derecho propio ese espacio que de manera injusta la historia les había quitado.

Heroínas colombianas

Vale la pena enunciar dentro de los próceres de nuestra riquísima historia, a mujeres heroínas que escribieron con sus actos aguerridos las más gloriosas páginas de nuestra independencia, que dejaron su sangre y su vida, como muestra palpable de su valentía, ca-rácter y amor a su patria, de inmediato nos salta a la mente la valía y liderazgo de Gregoria Policarpa Salvarrieta Ríos: nacida en Guaduas (Cundinamarca), 26 de enero de 1796, una mujer Virtuosa y digna heroína de la Independencia, Joven, bonita, de extracción humilde, viva e inteligente.

De igual manera se hace necesario subrayar el nombre de Manuela Bel-trán: “Misionera del movimiento de los comuneros de 1871”, nació en Socorro (Santander), “Heraldo femenino de la Libertad”, fue la primera mujer en la tierra colombiana que se atrevió a romper el símbolo de la dominación española en América.María Antonia Santos Plata: fusilada el 28 de junio de 1819. Heroína de gran ascendencia política y social de la provincia del So-corro. Nació en Pichote, Santander, el

11 de abril de 1782. De ella se recuer-da el Apotegma patriótico profético que pronunció en el patíbulo: “Antes de terminar este año, el suelo granadi-no estará libre de los que lo tiranizan vilipendiando la virtud y el mérito”.

De allí se desprenden otros nombres, que de la misma forma enaltecen la potencial riqueza de nuestra historia,

como Luisa Trilleras: de Natagaima, fusilada el 18 de septiembre de 1817, Dominga Burbano: de Pasto, fusilada el 13 de diciembre de 1812, Martha Tello: de Neiva, fusilada el 12 de no-viembre de 1817, REMIGIA CUESTAS: de Tiribitó, fusilada en 2 de diciembre de 1817, Salomé Buitrago: fusilada el 3 de diciembre de 1817, Evangelina Díaz: fusilada a los 22 años, el 19 de agosto de 1818, Antonia Moreno: de Neiva, fusilada el 19 de septiembre de 1817, Mercedes Loaiza: de Villavieja, Huila, fusilada el 16 de septiembre de 1817, Inés Osuna: de Bogotá, confinada y sacrificada el 6 de septiembre de 1817, Ignacia Medina: de Garagoa, fusilada el 9 de diciembre de 1817, Manuela Uscátegui: fusilada el 20 de diciembre de 1818, Rosaura Rivera: fusilada en Neiva el 26 de noviembre de 1816, en-tre otras, que también marcaron con letras de oro nuestra historia.

Pero no debemos olvidar muchas mujeres Indígenas anónimas que se

sacrificaron al arrojarse sobre agudas estancas para eludir la servidumbre de los conquistadores y otras, que se lanzaron desde altas rocas de Muzo, para morir antes de ser esclavas del déspota. Nos dejaron la enseñanza del heroísmo.

Al día de hoy

El reconocimiento que se da a las mu-jeres colombianas, no se trata de una graciosa concesión, lo han ganado con su destacada y valerosa participación, el camino no ha sido fácil y mucho menos el cambiar conductas sociales estereotipadas y romper paradigmas de trato desigual en distintos ámbitos, requieren de un esfuerzo constante de todos y todas, pero es este el camino que debemos seguir para madurar como sociedad y fortificar las posibili-dades de un verdadero desarrollo en todos los sentidos.

Los abusos de distintos sectores de la sociedad para con nuestras mujeres han sido atroces, pero la educación y su superación personal, les ha permiti-do el espacio de las cuales son dignas de merecer, desvirtuando la brutal acción del hombre, con su capacidad e inteligencia.

El hombre, en su manifiesto temor inerme de sus capacidades, la condenó a una prisión vitalicia que se reducía a las labores del hogar y la familia, pero las generaciones futuras de mujeres cambiaron ese escenario frio y letárgi-co, por un estado de acciones proposi-tivas, participativas y protagónicas en todos los contextos.

Andamos por el camino de la concien-cia y la intencionalidad de forjar un país más justo, igualitario y próspero, donde la mujer tenga las mismas alter-nativas y posibilidades que los hom-bres, el aserto de la diferenciación de inteligencia y capacidad para profundi-zar entre el hombre y la mujer es falso,

Por Iván Gómez Álvarez

La mujer protagonista en todos los tiempos

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no existe ningún argumento biológico ni natural que lo atestigüe, y aquel que siquiera lo considere, simplemente no pertenece a esta época.

A diario luchamos contra la discrimi-nación y las dificultades, la mujer co-lombiana ha emprendido el camino de cambiar su rol en la sociedad colom-biana, ese cambio surgió de la nece-sidad de asumir un papel protagónico

en el destino del país y de aportar con talento, iniciativa y perseverancia con el desarrollo y la construcción del país.Sin embargo, la mujer sigue tropezan-do con un dilema mayor, ¿cómo llegar a ser protagonista?, para cambiar el presente debemos conocer el pasado. A lo largo de la historia, en Colombia no se ha valorado el trabajo femenino, la mujer por lo general se ha dedicado al cuidado de sus hijos, sin que muchos valoren lo importante que significa construir capital humano.

En el crecimiento y en el fortalecimien-to de la sociedad, la mujer siempre ha sido determinante y aparece íntima-mente ligada con sus hijos y su familia (por la ternura, la abnegación, el sacri-ficio y el amor que no son comparables con nada). En cuanto a los aportes en el campo profesional y laboral, la so-ciedad los mira prácticamente como marginales y poco significativos.

Aparentemente la sociedad nunca ha tenido problema con que las mujeres trabajen. Sin embargo, el problema

surge cuando se trata de reconocer la importancia de ese trabajo y, en parti-cular, valorar el inmenso aporte que le hacen a Colombia las mujeres que tra-bajan y al mismo tiempo son madres.

Aunque el debate de las madres tra-bajadoras se ha dado en Colombia, los resultados de la discusión no han llevado a nada. Por el contrario, el país parece estancado en la polémica y no ha evolucionado al reconocimiento de

los aportes de la mujer al desarrollo de la sociedad y del país.

Me asiste la importancia de estudiar con detenida calma la profunda trans-formación del papel de la mujer en la historia de la economía y de los nego-cios en el país y hasta el primero de diciembre de 1957, mucho antes que las leyes y las costumbres reconocieran derecho alguno, las mujeres asumieron papeles de importancia en las empre-sas más importantes, a pesar de que a la mujer se le negará el reconocimien-to como ciudadana con todos sus de-rechos, vale la pena anotar que desde hace apenas medio siglo la mujer tuvo derecho al voto, porque antes de eso, hasta la democracia estaba cerrada para ellas.

Es reconocer el camino que, a pulso, han abierto las mujeres en el medio empresarial colombiano, como traba-jadoras, como gerentes o como empre-sarias. el deseo de ingresar al campo profesional, cuentan con posibilidades

para hacerse presentes en la sociedad, con todo su “genio femenino”.

La fundación Hábitat propende por el reconocimiento a la mujer

A través de nuestra Fundación Social Hábitat, hemos venido realizando un proceso de transformación hacia la conducta y las acciones de nuestra sociedad en saber reconocer la impor-tancia de la mujer en todos los escena-rios, valorando su capacidad de hacer empresa en nuestra sociedad, para la productividad y para la calidad de vida.

Las mujeres poco a poco van entrando al circuito productivo y por ello, tienen la posibilidad de abrir sus perspectivas y de contribuir a la apertura de espa-cios que brinden más oportunidades de progreso en diferentes roles: como mujer, madre, estudiante, trabajadora, líder política o religiosa, empresaria o profesional.A través de los diferentes programas que estamos desarrollando en nuestra fundación, los cuales ya sobrepasan las cifras de más de mil ochocientos soledeños capacitados y formados, con oportunidades labora-les y vinculación a la vida productiva, en su mayoría hace parte el género femenino con más del 70 por ciento, muestra palpable de la importancia que le hemos dado a la mujer dentro de nuestros procesos.

La presencia de la mujer motiva, incen-tiva e invita a otras mujeres a intentar caminos no tradicionales y a seguir sus metas, comprometiéndolas a que asuman el cambio del que está siendo protagonista, detectando las estructu-ras y los procesos sociales, culturales y económicos.

Hoy exaltamos el importante papel que por meritos propios tiene la mujer en nuestra sociedad y por ende vamos a seguir contribuyendo de manera directa para que estas iniciativas se sigan materializando en profundas realidades y por fin acabemos con los estigmas, estereotipos y discriminación que no permiten que la mujer sea lo que es, un hermoso ser protagónico de nuestra historia.

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La inversión social se refleja en un cambio de conducta ciudadana. Cuando se invierta en la gente, el resultado se traducirá en una actitud de “sentido de pertenencia” y se estará direccionando a la ciudad por el camino de un desarro-llo social sostenible. En Soledad es muy notoria la ausencia de inversión en obras de gran envergadura, que produzcan un impacto social positivo para el municipio. Hacerlo es un deber.Una ciudad, de la categoría de Sole-dad, no se puede dar el lujo de tener la tercera parte de sus barrios en condición de ilegalidad, son sesenta y ocho barrios; dos, de ellos, con más de cincuenta años: Ferrocarril y San Antonio, aún cuando cuentan con la prestación de servicios públicos (agua, alcantarillado, energía, teléfono, entre otros), pero en la gran mayoría de los barrios subnormales, como las famosas Villas, carecen de la prestación de muchos de estos servicios. Hacerlo es mejorar la calidad de vida de los habitantes de estos sectores que han sido marginados por las administra-ciones municipales, y hacer de Soledad una ciudad de propietarios.

La buena calidad de vida incluye la po-sibilidad de acceder a niveles más altos de educación, como la superior. Una

administración dinámica y progresista vislumbra una ciudad inteligente, y no por las antenas, sino mediante conve-nios con Universidades Públicas y Priva-das. Existe la infraestructura física para poner en marcha el tren de la educación superior y está ubicada en la autopista al Aeropuerto, que podría constituirse en el corredor universitario de Soledad, y lo conformarían los colegios, Inem, Itida, Caldas y Politécnico. Sólo se necesita ges-tión y voluntad para que nuestra juven-tud pueda profesionalizarse, tecnificarse y que el techo de sus metas no sea otra que conducir un motocarro, en el mejor de los casos.Urge la necesidad de construir un Hos-pital de cuarto nivel, complementado con la adecuación de la red existente y la dotación de una nueva sede de ese emblema, para cubrir el gran déficit que se tiene en materia de salud. Es una prioridad contar con un hospital don-de se atiendan y traten enfermedades catastróficas, que esté ubicado en el sur occidente de la ciudad. Pero también se hace urgente elaborar y desarrollar un Plan de Salud Preventiva que llegue a todos los rincones del municipio, para ir formando conciencia de la importancia que tiene la prevención en beneficio de una buena salud. Una alarmante inseguridad

No se puede hablar de una buena calidad de vida si, ésta, corre el riesgo de perderse por l acción delincuencial en nuestro territorio. Para nadie es un secreto que la inseguridad se ha dis-parado en el municipio y no se debe permitir que la sociedad sea presa del miedo, mientras la delincuencia actúa y anda a sus anchas. Se le debe exigir al señor Gobernador que los recursos que los habitantes de Soledad tributan en materia de seguridad, sean revertidos en el municipio, incrementando el pie de fuerza, dividiéndola en cuadrantes con estaciones debidamente dotadas y con personal suficiente para hacer de Sole-

dad una ciudad segura.Una sociedad deportiva y cultural Soledad tiene le ha aportado al deporte nacional –especialmente el fútbol- y también ha contribuido al enriqueci-miento del patrimonio artístico y cul-tural del país. En el fútbol profesional colombiano, los nombres del Dr. Teddy Pacheco Reales, Arturo Segovia, Ascanio “La Pulga” Araujo, Jairo Racedo, Félix Santiago “El sapito Martínez”, Luis Villa-rreal, Oscar “Muñeca” Donado, Eduardo “Cocholo” Herrera, Alfredo Stefanel, entre muchos más, para los que pre-sento mis disculpas por la omisión. Qué decir en el campo de las artes, donde resplandecen los nombres del Maestro Francisco “Pacho” Galán, Alci Acosta, Efraín Orozco Araujo, “Checo Acosta”, Javier Echeverría, Nuestra tradicional y legendaria Cumbia Soledeña- La Vieja-, Gabriel Segura Miranda, para cerrar con el poeta Gabriel Escorcia Gravini, porque la lista es larga.

Soledad es un municipio merecedor de buenos escenarios deportivos, don-de nuestra juventud pueda ejercer la práctica sana del deporte y adquiera disciplina en el desarrollo de las activi-dades escolares, familiares y sociales. En lo pertinente con la cultura, se debe fortalecer la identidad cultural del muni-cipio a través de procesos educativos en los campos de la educación formal y no formal. La condición de una ciudad con vocación deportiva y artística, demanda, además, de la construcción de esce-narios para grandes eventos artísticos, de carácter local, regional, nacional y hasta internacionales, en el campo de la música, las artes plásticas, la danza y el teatro, gestionar y crear la Escuela de Artes de Soledad, en nivel de Educación Superior, donde egresen maestros en artes plásticas, música y danzas escéni-cas: teatro-danza. De esta manera se les brinda la oportunidad a los jóvenes, con aptitudes artísticas, de profesionalizar-se. En este sentido, no sólo se le abren otras puertas de estudios superiores a la juventud, sino que se estaría alejando a nuestra juventud del ocio y el vicio, en aprovechamiento del mejoramiento de su calidad de vida.

Hacerlo es un deber

Por Yacip Vergel

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Retos de la mujer moderna

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Desde antaño nos enseñaron que nuestro género tenía obligaciones sólo en el hogar. Los sementales nos estig-matizaron creyendo que éramos de su propiedad, poseídos por las veleidades peculiares de una sociedad mayorita-riamente machista que aún coexiste en pleno siglo XXI y que no vence de raíz lo estereotipos subliminales con los cuales fuimos programados.

Incuantificables mujeres valientes del mundo, a través de grandes luchas so-ciales emprendieron la apertura de los espacios que hoy por hoy ha logrado nuestro género, es de caracterizar la ocupación de plazas laborales, políti-cas, culturales, religiosas y deportivas entre otras. No en vano Colombia figura en la historia entre los últimos países de Latinoamérica que otorgó derechos constitucionales a la mujer, de tal suerte que a mitad del siglo pasado con los derechos adquiridos de elegir, empezó ese camino hacia la liberación del yugo varonil que some-tió y aún lo hace a menor escala con nuestro género.

Gracias a esas luchas que nos pre-cedieron, la mujer actual en un alto porcentaje, ya no es sedentaria, se ha preparado y hoy contamos con una grata generación de mujeres líderes, competentes y autónomas que deli-nean nuestro derrotero hacia la bús-queda de una verdadera equidad de géneros, y que constituyen la fortale-za y el ejemplo paras las féminas de la sociedad actual.

Penosamente, pese a todos los avan-ces alcanzados y a la masiva difusión de derechos de la mujer, aún encara-mos prácticas violentas y discrimina-torias semejantes a las del medioevo. Los altos índices de feminicidio y los desenfrenados casos de violencia contra la mujer en todas sus manifes-taciones representan la radiografía real de cuánto nos falta por peregrinar para poder transformar concluyentemen-te el orden social acostumbrado que arrincona nuestro rol histórico desde todo principio.

No podemos seguir condenados a ser el resultado de la relación de géne-ro de nuestros antepasados, cuyos preceptos cristianos y culturales se amalgamaron con nuestros tiempos como negándonos el derecho a evo-lucionar y civilizarnos; y enviando un mensaje inadvertido a las presentes y subsiguientes generaciones donde los géneros competimos y no nos comple-mentamos.

Como consecuencia de esos espacios logrados, siendo que nos correspon-den desdoblarnos en una sociedad competitiva y que estimula el creci-miento y la experiencia profesional, surge otro debate que nos lleva a elegir o priorizar entre la procreación y las riendas del hogar o la necesidad de crecer profesionalmente; disyuntiva que coreada con el poder patriarcal discrimina a la mujer por la disminu-ción de tiempo destinado a la familia debido a la demanda de tiempo que arrastra la dinámica laboral.

Lo anterior, antes que elegir, nos pro-porciona un nivel de auto exigencia encomiable, sobresaltando nuestra multiplicidad de roles para sostener simultáneamente nuestro hogar y el trabajo; de tal azar que somos madres, esposas, compañeras, trabajadoras, estudiantes, maestras de nuestros hijos, enfermeras y administradoras del hogar.

Los retos de la mujer empiezan consigo misma, valorándonos por lo que somos y lo que podemos aportar a la socie-dad, no obstante al desequilibrio en condiciones y oportunidades, hemos demostrados generar óptimos resul-tados en la vida social. Las actuales circunstancias no indican que igual que nuestras valientes mujeres que abrie-ron las luchas en busca de libertades para nuestro género, esta generación también está haciendo historia, esta es la era de la mujer próspera, que rompe paradigmas y ha logrado la indepen-dencia, afianzando y reluciendo la im-portancia de la mujer en la sociedad.

Estamos llamadas a seguir siendo ejemplo, a seguir bregando y desenca-llando los prototipos que nos proscri-ben en una sociedad machista. Prove-yendo a la sociedad valores positivos, preparándonos, siendo autosuficientes y no compitiendo sino complementan-do, lograremos modificar primitivos hábitos que se cree están arraigados en nuestra sociedad moderna.

Teniendo en cuenta que Marzo es “El Mes Internacional de la Mujer”, felicito a las mujeres y, muy especialmente, a las soledeñas, para las que envío mis respetuosos saludos, mi deseo de prosperidad y le pido a Dios que las colme de bendiciones, les siga dan-do esa sabiduría y tesonería que las caracterizan como cabeza principal del núcleo familiar, para que no cesen en su tarea de guiar el hogar, formar en valores a sus hijos y, como Úrsula Iguarán, el personaje de Cien años de Soledad, continúen es implantando el orden en la casa.

Jackeline Reina Senior

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Este soledeño, abogado de profesión, especialista en derecho administrativo y finanzas públicas, es el nuevo presi-dente del Honorable Concejo Munici-pal de Soledad. Fue elegido concejal en su primera aspiración en el año 2007 y reelegido en el 2011 por el partido Cambio Radical, ha venido trabajando por el desarrollo y bienestar del muni-

cipio.

Ha desempeñado cargos públicos en la Contraloría Municipal de Soledad, Personería municipal de soledad y el Instituto Municipal de Deporte y Re-creación de Soledad y experiencia de más de nueve años en el ejercicio del derecho con la empresa privada.

Luis Antonio Espinoza Figueroa, “Lu-cho”, como familiarmente le llaman sus amigos, ahora está frente a un nuevo reto en su vida, como servidor público: Presidente del Concejo Municipal de Soledad, desde el 1 de Enero de 2015, cargo en el que se ha propuesto conti-nuar con la gestión adelantada por los presidentes que le antecedieron y, en gran parte, mejorarla. Se propone for-talecer la entidad edilicia a través de la

implementación y modernización del archivo de la entidad con las ayudas tecnológicas, la revisión sistemática de los procesos de elaboración de actas y aprobación del concejo; de igual ma-nera, gestionar ante la administración central recursos para la adecuación de las instalaciones del recinto del Con-cejo Municipal, dotar de herramien-

tas necesarias la sala de periodistas, porque es consciente de una mejor difusión de los actos del Concejo. ; realizar el control político respectivo a los temas de la municipalidad, y de los diferentes proyectos de Acuerdo de conformidad con los requisitos de Ley, y en general, hacer un seguimiento permanente a las facultades otorgadas por la corporación en concordancia al Plan de Desarrollo del alcalde Dr. Fran-co Asís Castellano Niebles.

Afirma que durante su permanencia al frente del Concejo se ejercerá un control político efectivo y responsable, haciendo un seguimiento al Plan de Desarrollo Municipal y exigir el cum-plimiento de los Acuerdos que sean aprobados, para impulsar un desarro-llo sostenible del municipio, más allá

de los intereses personales o partidis-tas, porque tiene claro que el compro-miso de los concejales es procurar un bienestar social y coadyuvar para sacar adelante al municipio, por encima de las ambiciones particulares, y exigirá la presencia de los diferentes secretarios de despacho, como mecanismo para interactuar y conocer de primera mano que está haciendo la administración

municipal desde cada una de sus de-pendencias en las posibles soluciones a los problemas que vivimos. Durante su permanencia en la presidencia de la corporación, conceptos como: eficien-cia, eficacia, celeridad, calidad, res-ponsabilidad, entre otros principios de la administración, deberán prevalecer para una mejor atención al público.

Desde El Transeúnte, le damos la bienvenida y le auguramos éxitos en el desempeño de su rol como presidente, tarea que no es nada fácil, teniendo en cuenta la diversidad de criterios parti-distas y, máxime, cuando este 2015 es un año de debate electoral.

Buena tiempo y buena mar.

Fortaleceremos la entidad ediliciaLuis Espinoza Figueroa

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“El éxito de un buen alcalde comienza con un buen gabinete técnico, de pro-fesionales idóneos, sin influencia polí-tica y con sentido de pertenencia para con el municipio y la población”, es el pensamiento de Javier Acuña Estrada, médico cirujano, con especialización en Gerencia en Salud, Auditoría Mé-dica, Alta Gerencia en Salud y Admi-nistración Pública, quien está al frente de la clínica Adelita de Char, clínica que estaba en primer nivel y durante su administración como gerente la ha llevado a convertirse en una clínica u hospital de cuarto nivel de alta com-plejidad.

Percepción acerca del Municipio

“Gerencial y administrativamente no está bien administrado. Soledad es noticia por las vainas malas, no hay confianza en la institucionalidad, la inseguridad es un grave problema que debe erradicarse, no sólo aumentan-do el pie de fuerza, sino brindándoles oportunidades de estudios a la pobla-ción juvenil, porque es una juventud que no tiene opciones de continuar sus estudios profesionales o técnicos, tenemos una malla vial en mal estado, un mercado público tomado por la de-lincuencia”, es la percepción que tiene del municipio.

Para cambiar esa imagen negativa de Soledad, considera que la población debe tomar conciencia de la impor-tancia que tiene el voto y de la res-ponsabilidad social que implica la es-cogencia de un mandatario que regirá los destinos del municipio, durante los próximos cuatro años. “Debe llegar a la alcaldía una persona que esté prepara-da para gobernar, porque Soledad ne-cesita un buen gerente y no un alcalde que sólo piense en su bienestar y lucro personal y familiar”, enfatizó.

Para Javier Acuña, Soledad necesita un modelo gerencial con una planeación estratégica, con metas y objetivos tra-

zados a corto, mediano y largo plazo, pero, sobre todo, necesita a una per-sona que genere confianza en las altas esferas del gobierno nacional y del departamental para conseguir recursos y hacer una buena inversión del pre-supuesto que contribuya a solucionar las necesidades más apremiantes del municipio y su población. De igual ma-nera, considera importante elaborar un plan de gobierno, de la mano de la comunidad para que no sea un plan de gobierno imaginario.

Debemos volver a mirar hacia el río

“No debemos seguir dándole la espal-da al río, todo lo contrario, se le debe mirar como un elemento importante para el desarrollo de Soledad, y pro-curar la construcción de un puerto alterno que permita generar empleos directos e indirectos, pero, especial-mente, hacer de él, un polo importan-te que genere un desarrollo industrial y comercial para el municipio, tenien-do en cuenta el Tratado de Libre Co-mercio. Frente a esta nueva realidad, no podemos ser inferiores”, manifestó. Es una necesidad apremiante la cons-trucción de un nuevo mercado público, donde se pueda asistir sin temores, y que la gente disfrute del paisaje na-tural mediante la construcción de un

malecón que permita la práctica de un turismo diferente y rescatar los cuer-pos de agua para impulsar el turismo ecológico en la ciudad.

Infraestructura para cultura, deporte y recreación

Se debe implementar un plan para la construcción de espacios destinados para la práctica del deporte y la re-creación, como también pensar en una infraestructura para las actividades culturales, donde los jóvenes puedan formarse y alejarlos del consumo de drogas y evitar que sigan siendo presa fácil de la delincuencia.”Soledad es un municipio que le ha aportado al en-grandecimiento deportivo y artístico del país, razón por la cual debemos trabajar para estimular las actividades deportivas y culturales en la pobla-ción”.

Transformación de Soledad

Asegura que se debe transformar a Soledad y convertirla en una verdade-ra ciudad donde todos participen con sus ideas, en beneficio de una mejor calidad de vida, y en cumplimiento del mandato constitucional de la Participa-ción Ciudadana en la toma de decisio-nes a la solución de los problemas que le afecten, por esa razón está dispues-to a trabajar de la mano con las Juntas de Acción Comunal, los jóvenes y mu-jeres para que participen activamen-te en la construcción de un modelo distinto de ciudad, también expresó su interés en el fortalecimiento del Banco de Proyectos, para jalonar recursos del orden nacional e internacional. Para Javier Acuña, la transformación social de Soledad implica el mejoramiento en la calidad de la educación, el esta-blecimiento de Puestos de Salud, la construcción de un hospital público de cuarto nivel y una universidad, que le sirvan a la población soledeña y de la banda oriental del Departamento del Atlántico.

Soledad necesita un buen gerenteNo se debe improvisar

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Aunque cada quien edifica su casa y hogar de forma personal, hay un esce-nario que recibe nuestra presencia antes de entrar a nuestras paredes y techo, es un territorio con nombre propio con un ambiente que se construye entre todos: el barrio. Con la gente del barrio se comparten espacios, sudores, alegrías, dificultades, juegos, asombros, benefi-cios, también las intranquilidades por las jugarretas de las empresas de servicios públicos, borracheras, fines de año, a veces dolores y tragedias, es la parte de la ciudad que más se siente de uno, cuando cualquiera lo menciona pareciera que tocaran nuestro hombro y nuestros intere-ses paran las orejas, como quien dice ¡eso es conmigo!

La vida de barrio es la que le da la diná-mica al fenómeno de la vecindad, con el que las personas compartimos espacios comunes y cotidianos, los vecinos son seres humanos a los que vemos crecer y desarrollar sus vidas mientras ellos ven crecer y desarrollar las nuestras; digamos que uno aún se puede embarriar mientras existan vecinos y no nos invadan las mo-les de edificios monstruosos en los que se

está apilando a la humanidad; para bien o para mal somos una parte del barrio y el barrio es una parte de uno, lo que nos ocurra en sus calles son tatuajes, cicatri-ces, que se integran a nuestros tejidos.

Como en los niños no existen fronteras mentales que le teman a la relación con los demás, ellos pueden andar donde y con quienes se les antoje, eso nos da una ventaja en la infancia; el barrio se goza mejor cuando se corre por él despreveni-damente, aprovechando sus escondites, jugando con quien se deja, subiéndose a los árboles, tirándose en las aceras de sus esquinas sin importar tiempo ni espacio,

los niños conocen entrañas del barrio porque se las recorren sin prevencio-nes, es la época de esplendor barrial, de integración vital. Cuando adultos esos cómplices de calle desarrollan cierto gra-do de hermandad y sus rostros familiari-zados durante años nos remueven épocas, traen lugares y episodios al presente que nos hacen reconocer al barrio como un ser vivo con el que hemos intercambiado experiencias vitales.

El juego, como necesidad biológica y espiritual, encuentra en los barrios el estadio más próximo, los jugadores más disponibles, con la misma cosquilla de la diversión. En los barrios se tiran y se re-

cogen piropos, se corre, se suda, se juega bola de trapo y pasean Maradonas, Ga-rrinchas, Messis, Ronaldinhos, también los mejores Renterías y * en el juego de la tapita de gaseosa (llamada chequita por estas latitudes) golpeada por un pedazo de palo, en fantásticas batallas lúdicas sin

más pretensiones que las de reírse mien-tras se suda; en las calles de los barrios giran frenéticos y alegres trompos, efec-tivos para otras curiosidades como partir frentes y vidrios de un segundo a otro, los aguaceros se gozan con la gente del barrio, en el peor de los casos, también se padecen con la gente del barrio.

Solidaridad, envidia, gratitud, hipocre-sía, apoyo, diversión, interés, vigilancia, chisme, alegría, vecindad, la vida barrial está nutrida de emociones y fenómenos vivos con los que la vida entrena nues-tro aprendizaje, nuestros reflejos en la realidad. El barrio, ahí está diciendo algo, todos los días se le ocurre un mundo de enbarriadas.

Los barrios: lugares con tonos y colores propiosHISTORIAS ENBARRIADAS

Por Nelson Pacheco Gutiérrez

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Después de lavarse las manos y mien-tras secaba, con un arrugado pañuelo, el sudor que corría por su frente, lanzó la frase que cambiaría, para siempre, el rumbo en la vida familiar: Gabriel tiene lepra. Transcurría el año de 1907. El médico le comunicó a los padres que el muchacho debía ser separado del resto de la familia, porque la lepra era considerada contagiosa y un problema de salud pública. Los enfermos eran confinados en leprocomios, como “Caño Loro”, en el departamento de Bolívar.

A Gabriel no se lo llevaron, gracias a la intervención del alcalde Luis De la Hoz C., quien le solicitó al doctor que no reportara el caso a las autoridades sanitarias y le permitiera a los padres construirle un cuarto en el patio de la casa, para aislarlo de la familia, con el compromiso, además, que no saldría de su casa. El médico aceptó.

Felipe Gabriel Escorcia y Elizabeth Gra-vini, padres del joven poeta que nació el 14 de Marzo de 1892, le mandaron a construir, en el patio de la casa, un cuarto de madera, que él llamó: “mi celda cristiana”. Allí, se hizo auto-didacta, cultivó su trabajo literario, escribió sus versos más sentidos y su obra cumbre La Gran Miseria Humana. Murió el 28 de diciembre de 1920. Por prescripción médica, Gabriel, debió suspender sus estudios en el colegio dirigido por el profesor Luis R. Capa-rroso. Era un salón largo construido en paredes de bahareque y techo pajizo, ubicado en la parte norte de la man-zana diagonal al actual Museo Boliva-riano, donde funcionaron, por espacio de un siglo, las oficinas de la alcaldía municipal. Cursaba el segundo año de elemental. El poeta Escorcia Gravini, era un muchacho de quince años.

Poesía y Amistad

La vida le había deparado un amigo para que le hiciera sentir, menos difícil, el viacrucis de su existencia, se llamó José Miguel Orozco Solano, poeta soledeño autor del Himno de Soledad. Se conocieron desde niños y fue su condiscípulo en el colegio del profe-sor Luis R. Caparroso, siendo Gabriel, mayor que él, cuatro años. El poeta Orozco le llevaba, hasta su cuarto de

Uno de los grandes poetas Cantores de la MuerteGabriel Escorcia Gravini

Por Fernando Castañeda García

enfermo, libros, revistas, periódicos y charlaban hasta altas horas de la noche. Esas visitas fueron frecuentes. Fue su mejor amigo, editor y mecenas; gracias a su talante, parte de la obra de Escorcia Gravini pudo ser publicada. Indudablemente, esa amistad cómplice de la palabra traducida en poesía, es un referente de la amistad, como valor universal, y, José Miguel Orozco, ese amigo que para nada le importaba el posible riego del “contagio”, según el

parecer científico de la época, le hacía más liviano el peso de su destino.

En 1914, José Miguel Orozco, en compañía de Domingo Lecuona, hijo del dueño de la imprenta “Tipogra-fía Bolivia”, donde trabajaba, fundan un periódico: “AURAS”. En la edición número uno, sale a la luz el primero de los muchos poemas que le publicaron. Hasta su cuarto, el poeta Orozco lleva-ba los ejemplares del periódico con los poemas de Gabriel publicados, y éste le entregaba otros inéditos para las ediciones siguientes. En 1914, Gabriel Escorcia Gravini y José Miguel Orozco, tenían veintidós y dieciocho años, res-pectivamente.

Gabriel Escorcia Gravini, era muy fecundo. No conforme con las publi-caciones de sus poesías, solamente en el periódico, le pide a su amigo entra-ñable que le publique los poemas en folletos. El primero de esos folletos se llamó “Lanzas de Oro”, luego siguieron: Bosques de Laudo, Perlas Latinas, La Boliviada, Lilia Enamorada, Dianas de Rebelión, El Siglo de las Flores, y mu-chos más, siendo el último, publicado en 1918, titulado “Pétalos y Alfileres”, donde se dio a conocer, por primera vez, su poema La Gran Miseria Huma-na, escrito en décimas.

El nombre del poeta Gabriel Escorcia Gravini, se hizo popular y respetado dentro y fuera de su territorio natal. En la década de los años treinta, Porfirio Barba Jacob, quien admiraba la obra de Escorcia Gravini, por la unidad temática de su trabajo, la métrica, la retórica, la profundidad filosófica, la belleza y armonía estética de su poe-sía, la hizo conocer en México y otros países de Centro América, lo que le va-lió el título de “uno de los más grandes poetas cantores de la muerte”. Este 14

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de Marzo se cumplen ciento veintitrés años de su natalicio.

La Gran Miseria Humana: Más allá de la muerte, el amor y otras afirmacio-nes

Últimamente, se ha hablado de Ga-briel Escorcia Gravini, a quien siempre asocian con La Gran Miseria Humana, su poema cumbre, del que se afirma, es un canto al amor y a la muerte; que tuvo una novia que se llamaba Diana, para unos; para otros, Laurina Palma, como en el caso del profesor Lácides Martínez Ávila, según lo expresado en el artículo o crónica: “Del amor y la mi-seria humana”, escrito por Jhon Better, y publicado en la revista Latitud, de El Heraldo, el domingo 2 de noviembre de 2014, donde manifiesta que su abuelo estuvo en la casa del poeta, quien le prestó el poema para que lo transcribiera, y el título original era Laurina Palma, y, además, “Escorcia le contaría a don Lázaro que era Laurina Palma la inspiradora de aquellos lúgu-bres versos y no aquella mujer llamada Zoila Moreno, que algunos piensan fue la musa original”. Muy respetable la salvedad del profesor.

Sin embargo, analicemos la estrofa 12 del poema:

Aquí donde todo es calma,Contesta, cráneo vacío,¿Qué se hizo tu poderíoy el placer de tu alma?

¿Que fue de la aurina palmaque te dio el amor un día?

Tu altivez, tu bizarría, Tus sonrisas que mintieron

Dime, dime ¿Qué se hicieron?¡Oh calavera sombría!

Cuando el poeta pregunta: ¿Qué fue de la aurina palma—que te dio el amor un día?, no podemos imaginar a una mujer llamada Laurina Palma. En esos versos, nos deja claro que está pre-guntando acerca de la Palma, como cuarta acepción idiomática. …Palma. Figurado. “Gloria o triunfo de alguien o algo: obtener la palma en una compe-tición”… Larousse- Diccionario Enci-

clopédico. 2006. El término “aurina”, de áureo, se relaciona con el oro, o dorado. En ese sentido, podemos in-terpretar que, posiblemente, Escorcia Gravini, se refiere a la gloria y triunfos, de ella, obtenidos con el amor. Su glo-ria y triunfos de oro, no la representa-ción simbólica material o trofeo. Aquí la mujer no es objeto de deseo.

En La Gran Miseria Humana, Gabriel Escorcia Gravini, le da un tratamiento especial y nos presenta al género fe-

menino navegando entre lo humano y un simbolismo mitológico utilizado en la construcción poética, metáfora pura. Tomemos el ejemplo de Diana, que en la mitología romana representa a la Diosa de la caza y la naturaleza salvaje, y corresponde a la Artemisa griega, simbolizada con la luna. En este poe-ma, Escorcia Gravini, menciona ocho veces a la luna y en uno de los versos como… “Diana la novia del poeta”… En ninguna de las siete estrofas, el bardo soledeño hace relación a ella como si se tratase de una mujer. A pesar de lo explícito que resulta el tratamiento que el poeta Gabriel Escorcia Gravini, le da a la luna, en el mejor sentido figurado, muchos de los apuntes interpretativos escritos con relación a este tema, han asociado a la figura de la luna (Diana) con una mujer. Algunos aseguran que el poeta tuvo una novia o estuvo enamorado de alguien que se llamaba Diana, y la calavera, con la que habla en el ce-menterio, era el cráneo de esa mujer que en vida lo despreció con desdén, por su condición de hombre enfermo de lepra.

Aunque la muerte y el amor se en-cuentran presentes en La Gran Miseria Humana, como referentes universales, en el poema se entrelazan el miedo, el orgullo, la vanidad, el reproche y el cuestionamiento, con la cruel razón que le plantea la calavera. Es un poe-ma con profundidad filosófica, esté-ticamente bien concebido e invita a ha-cer un alto en el camino y reflexionar acerca de nuestra manera de actuar en la vida, porque desnuda esa realidad mediante la figura de la muerte.

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Estaban lo hicacos detrás de la gruta de la virgen, una custodia inmaculada que por el asombro y respeto que merece, no pro-metía un cerco fácil de franquear… de modo, que no tenía más alternativa que escarpar por la empedrada por el lado de atrás, sobre aquel montículo de piedras amarillas, que fingía la milagrosa cueva y me permitiría un ascenso directo a la enramada. Era un fascinante robo sobre el que prefería pensar; me aseguraba un indulto amoroso y considerado. El cole-gio “Eufemia Benedetti” aguardaba el sol de todas las tardes, matando a paso lento el inmisericorde color azul eléctrico con el que habían tenido el coraje de pintarlo, de suerte que blanqueado, hacia lucir la construcción republicana en la escolar inmensidad de su belleza con ese color tristeazul de cielos infinitos. Después de casi cuarenta años tendría que recordar la iglesia vista desde ahí, y el esplendor del palacio, albergue de Bolívar en antesala a su muerte, la bella construcción art-decó del teatro Olimpia y la magnífica man-sión de los Domínguez, que el tiempo y el olvido destrozaron sin quejas ni reclamos…

RECIBIMIENTO DEL HÉROE

Vuelvo de mi viaje por los años,miro cuesta abajo el paisaje de mis áreas,

ahí está mi pueblo amadodeslizándose en el polvorín ajeno de mis

recuerdos,decrépito en la tarde.

Busco por sus cuadras la bucólica hermosura

que mueve mi quimera extravagante,aturdiéndome con mi actitud de visitante

foráneo,insólito, desmedido, contemplativo y

cruel.

Las cosas han cambiado.

El amor remueve mis víscerasal percatar la presencia de mi madreen el umbral achicado de la misma

puerta,esperando al héroe de su vida que soy yo.

Con ella un séquito interminable en sumisa recepción.

El líder, el que cambiará las cosas, el libertador…

ese sigo siendo yo.El estudiado, el urbano, el señalado…

Las flores del jardín dispuestas sin antojos en el jarrón de siempre,

el suave mantel en nívea exposición,el olor tierno del caldo y el cilantro,y sobre todo sus manos de madre,

perfumadas orgullosas.Mientras yo: lejano, abstraído de aquella

vida,enviciado y remoto del alivio fresco de la

tarde,recibo honores con una flor roja que se

ahoga en mi garganta.

POEMA GALARDONADO POR LA UNIÓN HISPANOAMERICANA DE ESCRITORES, ESCOGIDO DE LOS BLOGS DE LOS USUARIOS DE ACUERDO AL TEMA, VALOR ARTÍSTICO E IMPACTO. SON PROPUESTOS POR EL STAFF DEL PORTAL Y EL CONSEJO CON-SULTIVO MUNDIAL DE LA UHE. UNION HISPANOMUNDIAL DE ESCRITORES.

SOLEDAD DE COLOMBIA ADORADA

¡Zafa ya! de esa Soledad maleada que arrincona tus entrañas

y tu instinto. De esa soledad que te embiste cada día

como si estuvieras solo.

Que ha deshecho tus sueños y esperanzas.

¡Zafa ya! de esa Soledad que no es la tuya,

en la que te abrumó y aisló el poderoso armamento del impío

malnacido.No es la misma Soledad que abarcaron

los ojos de Bolívaren su última partida,

no es la misma que arropa sus aguas en un manto violeta

de tarullas flor del río.La del atrio aromado de garzas y

barbules,no es la misma siembra de col y toronjil.La que amasa en las carnes su pimienta

en el ángulo recto del mesón.

Has de recoger los frutos otra vez del arado que te asiste.

has de desmanchar tu honra mal herida.Ya tú sabes quienes son los que te

ultrajan,ya lo sabes de sobra en indolencia,

el que exprime barato tu conciencia y le ofreces de paso tu razón.

Vuelvan ya los libertos corazones, el coraje, la lucha y el valor.

¡Zafa ya! No te dejes contar como elector.

“Hicacos para el dulce”Primer párrafo de mi libro

Poemas de Hugo León Donado.

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Cuentan que, durante varios años, la idea de conformar una agrupación mu-sical que interpretara la música repre-sentativa de la Costa Caribe, le quitó el sueño al viejo Desiderio Barceló, hasta que el 16 de julio de 1877 creó la Cum-bia Soledeña.

El éxito no demoró en sonreírle a la cre-ciente agrupación musical. Su originali-dad y calidad interpretativa la llevaron a pasearse orgullosa por muchos esce-narios internacionales: Estados Unidos, Francia, Venezuela, Perú, República Do-minicana, Ecuador, Puerto Rico y Gua-temala, fueron algunos de los destinos en los que el público se deleitó con sus canciones.

“Yo recibí la Cumbia Soledeña ya crea-da de parte de los maestros Antonio Lucía Pacheco, Alejandro Barceló, Al-berto Montero y Andrés Jiménez. Ellos necesitaban a alguien así como yo, que tuviera chispa para la música. Me nombraron algo así como un gerente, para que les buscara toques y cobrara, porque los tenderos los ponían a tocar de siete de la noche a cinco de la ma-ñana y no les pagaban”. Comenta, con una profunda emoción que galopa en su rostro, Efraín Mejía, director de la le-gendaria Cumbia Soledeña, “La Vieja”.

Con mucho cuidado, saca de la mochila una fotografía en blanco y negro en la que aparece tocando las maracas y en-

tonces habla de las antiguas ruedas de cumbia, mientras se arregla el sombre-ro vueltiao y dice que “Primero se colo-caba una guadua con una bandera roja, por eso es que yo digo que la cumbia es liberal (risas), en las cuatro esquinas de la Alcaldía, y toda la gente que iba al mercado a comprar la carne, la yuca, el plátano, porque antes en las tiendas sólo se vendían pendejadas, veía la guadua y sabía que había cumbia en la noche, ese era el aviso”.

De Ramayá a Ramayá

El viejo Desiderio Barceló, posiblemen-te, nunca se imaginó que la agrupación creada por él, con el transcurrir del tiempo, se convertiría en toda una ins-titución académica, de donde egresa-rían talentosos representantes de una de las expresiones musicales del Caribe colombiano, como la cumbia.

“Pa’ componé una canción…me encie-rro solo en mi cuarto…allí me entreten-go un rato y aprovecho la ocasión”

Con la música metida en la piel y el corazón, Pedro Beltrán, más conocido como ‘Ramayá’, reconoce que la Cum-bia Soledeña contribuyó enormemen-te a su crecimiento en el arte musical: “Aprendí mucho, especialmente el rit-mo de la cumbia, porque el que yo traía de Patico, mi pueblo natal, era comple-tamente diferente, un poco más rápido. Aprendí a interpretar la cumbia como era debido, lenta”.

La flauta es su compañera de todas las horas. Es tanta la identificación entre el hombre y el instrumento, que el uno no puede estar sin el otro. La canción ‘Mi Flauta’, es una especie de manifesta-ción de gratitud a la caña de millo.

La pérdida por completo de la visión no ha sido obstáculo para que Juan Herre-

Una historia para contarLa Cumbia Soledeña

Por Giovani Montero Mercado

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ra, ex integrante de la Cumbia Solede-ña, vaya alegremente por las calles de su Soledad natal, explicándole a todo el que se encuentra en el camino, por qué, al igual que a Pedro Beltrán, le di-cen ‘Ramayá’: “Jorge Varón presenta en la televisión en blanco y negro a Afric Simone con su éxito ‘Ramayá (en este punto se encorva, salta y, finalmente, adopta la posición de un guitarrista). “Yo me aprendí la canción, pero nun-ca pensé que la grabaría en ritmo de cumbia”. A los 65 años, Herrera hace alarde de sus conocimientos musicales.

Asegura que nadie le echa vainas cuan-do de hablar de la Cumbia Soledeña se trata. Deja de reírse, se ajusta los gafas negras y con aire de solemnidad dice: “de todas las presentaciones que hice, la que más recuerdo fue en la que al-ternamos con La Fania, La Sonora Ma-tancera y Alejo Durán, el 14 de julio de 1977 en el Madison Square Garden de Nueva York”. Una dinastía marcada por la tragedia

Es imposible hablar del Carnaval de Ba-

rranquilla, sin hablar de La Cumbia Sole-deña. Composiciones como ‘El Mapalé’, ‘Congo Grande’ y ‘La Puya Loca’, entre otras, a pesar del paso irreversible del tiempo, continúan vivas en el gusto de los amantes de las tradicionales fiestas, generando el derroche de alegría y pro-piciando el reencuentro con nuestras raíces.

Pero detrás de la exitosa trayectoria de la reconocida agrupación folclórica, se esconde el rostro de la tragedia: la misma extraña enfermedad que acabó

con la vida del flautero Diofante Jimé-nez, y que también se llevó a la tumba a sus hijos Luz Helena, Zunilda, Edinson y Eduvijes, amenaza extenderse a los de-más integrantes de una dinastía que, a pesar de los ataques del destino, lucha por preservar su legado cultural.

Sentada en una vieja silla de hierro, se recoge el largo y mono cabello. Pasa la mano derecha mojada por su cara y empieza a hablar de la enfermedad que le quitó al hombre que amaba.

“Recuerdo que el empezó a caminar como si se le fuera el cuerpo. Me decía que cuando iba a brincar un charco, no podía, porque parecía que las piernas se las encogían para atrás y termina-ba cayendo en el agua. Yo le decía que eso era un resfriado, pero no, qué va, esa fue una enfermedad que primero la tuvo el difunto, el papá de él”.

La tristeza que se siente en la voz de Zunilda De Alba, se convierte en alegría cuando cuenta cómo el padre de sus nueve hijos, Diofante Jiménez, compu-so la canción que lo mantiene vivo des-pués de muerto y despierta la locura colectiva en el carnaval: ‘La Puya Loca’.

“Eso fue una inspiración de él, ya esta-ba enfermo. Empezó a tocar la flauta y le salió el son de la `Puya Loca’, me pre-guntaba qué si me gustaba, para gra-barla, y yo le decía que sí, y así fue que decidió grabarla”.

Miguel escuchó con atención el relato de su mamá. Para calmar la ansiedad que le produce hablar de su vida mu-sical, toma, sin descansar, agua en un vaso azul de plástico, y cuando se refie-re a la forma como su papá tocaba la flauta, se llena de sentimiento, quizás por aquello de que la sangre llama, y la timidez que le caracteriza desaparece en el momento.

“Cuando estoy interpretando la caña me acuerdo mucho de mi padre, por-que el tocaba un estilo diferente al de ‘Ramayá’. El estilo de mi papá me lle-gaba más, tenía como más sentimien-to, llegaba a lo más profundo de mí. Las figuras que hacía cuando aspiraba la flauta hacia adentro, cómo la hacía roncar”.

Después de escuchar estos testimo-nios, no me cabe duda que, en cual-quier lugar del mundo, donde suenen, en perfecta armonía, la flauta de mi-llo, el llamador, la tambora, el alegre y el guache, estará presente la herencia musical de la Cumbia Soledeña, un pa-trimonio que no envejece, porque se ganó la confianza del tiempo.

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Rodolfo Ucrós Rosales, nació en Soledad el 3 de marzo de 1972. Administrador de empresas, en la Universidad Autónoma del Caribe en 1998. Diplomado Gestión Financiera, Sector Privado y Público, en la Universidad del Atlántico en 1999, cul-minó una especialización en Finanzas en la Universidad del Norte en el año 2000, donde también se graduó como magis-ter en Administración Pública en el 2003.Luego la vida le deparó un nuevo reto, la comunidad lo eligió concejal de su muni-cipio, con una importante votación, para el periodo constitucional 2012-2015. Como concejal de Soledad (2012-2015), se ha destacado por ser uno de los ediles más propositivos de la corporación, aportando sus conocimientos en finan-zas y otras áreas para estudiar de mane-ra profunda los distintos proyectos que han cursado por el cabildo local.

Lo Social y lo financiero, propuestas y soluciones.Para Rodolfo Ucrós, la labor de un conce-jal se ve limitada, cuando al final las deci-siones las toma el ejecutivo, moldeándo-las al criterio del gobernante, sin lograr la mejor solución para los problemas que padece la comunidad. Es por ello, que tiene un profundo deseo de trasladar su experiencia, conocimiento y sensibilidad social, a un escenario donde exista una verdadera inversión social para los sole-deños y la recuperación institucional y administrativa del municipio de Soledad.

Propone:

Plan Inmediato de cobertura total para redes de acueducto y saneamiento básico, Incrementar de manera sig-nificativa los rubros del presupuesto municipal que tengan relación directa con los temas sociales, según su criterio es inadmisible que hoy aún exista un porcentaje considerable de la población, que no posea el servicio de acueducto y un número importante de los barrios del municipio carecen del sistema de alcan-

tarillado, por eso dentro de su propues-ta, cree conveniente, desarrollar el Plan Inmediato de cobertura total para redes y saneamiento básico.

Universidad Pública en Soledad: En lo que hace referencia al sector educativo, la propuesta de crear la Primera Uni-versidad Pública Municipal, otorgaría la posibilidad a miles de soledeños de ac-ceder a estudios superiores, abriendo el abanico social para aquellos bachilleres que ven truncadas sus aspiraciones con los pocos cupos que cuentan las actuales instituciones del estado en la educación superior.

Construcción del Puerto Alterno para Soledad Aprovechar los siete kilómetros del Río Grande de la Magdalena que recorren nuestro municipio, haciendo extensiva las obras que viene desarrollando Ba-rranquilla, con los cambios significativos en el puente Pumarejo, que permitiría embarcaciones de mayor calado y Sole-dad no debe estar ajeno al desarrollo y progreso. Esto generaría más de cinco mil empleos directos e indirectos, así como el fomento a la economía agrícola y piscícola, recuperación total del Mer-cado Público de Soledad y el aumento productivo del comercio, sin dejar atrás la construcción de la avenida al Río.Tarifas preferenciales del servicio de transporte Público Logar descuentos de hasta un cincuenta por ciento en los pa-sajes del servicio público de transporte para el adulto mayor y la población estu-diantil y así minimizar el fenómeno de la deserción en las instituciones educativas,

Me desvela lo social y lo financierocorporaciones o centros universitarios.Soledad, ciudad de propietarios

Materializar un verdadero programa de legalización de predios en nuestra muni-cipalidad, permitiendo que la inversión social llegué hasta esos sectores, con la legalización se beneficiaría el dueño de cada uno de los predios, mejorando su calidad de vida y favoreciendo de paso al municipio por vincular a un nuevo contri-buyente de impuesto predial.

Distrito Especial de PolicíasCon esta iniciativa se triplicaría el actual pie de fuerza de los agentes de policía en la municipalidad, desarrollando progra-mas donde la comunidad se involucre acompañando a las fuerzas del orden en los diferentes acciones, minimizando el alto impacto de inseguridad que agobia a la ciudadanía.

Fortalecimiento de la atención primaria en salud y construcción de un hospital de alta complejidadEs importante señalar que para nuestra población cercana a los ochocientos mil habitantes, se necesita ampliar la red hospitalaria de primer nivel con la construcción de por lo menos el doble de las instituciones o centros de salud que actualmente posee la municipalidad, sirviendo de plataforma a un hospital de alta complejidad con la mejor dotación, quirófanos, UCI neonatales y adultos, además de la atención especializada.

Reducción de las altas tarifas en los ser-vicios públicos para los estratos 1 y 2Es oportuno trabajar en la implemen-tación de las acciones pertinentes para controlar las altas tarifas que cobran las empresas prestadoras de servicio públi-co, no es justo que estratos 1y 2, estén pagando servicios con valores similares o superiores a estratos 3 y 4. Se debe tra-bajar en una política de compromiso con estas empresas para concertar el mejor acuerdo sin afectar a la comunidad.

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Mientras la agenda cultural en el res-to del departamento del Atlántico es nutrida y sustanciosa, en el municipio de Soledad las actividades artísticas son pírricas y brillan por su ausencia; podría asegurarse que efectivamente están en coma y -dadas las circunstan-cias- con pocas esperanzas de supervi-vencia.

Esto se debe principalmente al hecho de que el Instituto Municipal de Cul-tura de Soledad IMCS se encuentra en una especie de limbo en el que no genera absolutamente nada más que gastos por concepto de nómina; se debe también a la falta de escenarios que faciliten la labor de los empresa-rios culturales y se debe también a la indiferencia de la empresa privada y de las grandes industrias que consideran

saldada su deuda con el gentilicio al consignar sus impuestos en una bolsa que va a dar a los bolsillos de quienes manejan corruptamente el tema cultu-ral a nivel publico administrativo.

Por lo anterior, la iniciativa indepen-diente tampoco es opción; en los últimos meses los habitantes de esta municipalidad -cuya riqueza cultural es consabida por el país entero- no han tenido ningún programa u actividad lúdica de la cual disfrutar o apreciar en materia cultural a pesar de la existen-cia de grandes iniciativas con las cuales explorar las diferentes manifestaciones artísticas que obviamente debe tener un municipio de casi un millón de habi-tantes. Inobjetablemente la dependen-cia de la administración municipal es también un mal que intoxica el desem-peño cultural de la ciudad.

Los gestores culturales del centro his-tórico, como debemos llamarlos, se han referido al tema como la muerte de la cultura soledeña -y aunque sue-na algo dramática la aseveración- lo cierto es que ese sector del acontecer municipal se encuentra en medio de la crisis más profunda que haya enfrenta-do.En ese punto no resulta descabella-do pensar que la cultura pasa, rápida y

Por Guillermo León Pantoja

literalmente, de sus últimos estertores a un verdadero deceso que hay que analizar con mucho detenimiento. Comenzando por aceptar que no po-demos seguir denominando “cultura soledeña” a las actividades que en ese sentido se desarrollan únicamente en el centro de Soledad.

Los gestores culturales del centro his-tórico, como debemos llamarlos, se han referido al tema como la muerte de la cultura soledeña -y aunque sue-na algo dramática la aseveración- lo cierto es que ese sector del acontecer municipal se encuentra en medio de la crisis más profunda que haya enfren-tado.

La cultura es intangible y por lo tanto no muere, podrían afirmar algunos, pero hablar de la muerte de la cultura

raizal soledeña y representar tal acon-tecimiento con todo el histrionismo del entierro de Joselito, tal y como lo apreciamos el pasado fin de semana cuando, en un desfile con urna y todo a bordo, centenares de artistas y ges-tores culturales protagonizaran un verdadero funeral, es lo menos que podría esperarse por parte de quienes ven con absoluta preocupación cómo

“El soledeño raizal se va extinguien-do a la par de su cultura y no hay herramientas que permitan vislum-brar una salida a esa tragedia”.

¿Verdaderamente ha muerto la cultura soledeña?

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se les hace imposible mantener vivas las tradiciones vernáculas del munici-pio.

Para colmo de males el aparato cul-tural no ha sabido crecer al ritmo de la ciudad y se encuentra enconchado en un espacio físico cuyas limitaciones más que geográficas son mentales. Aun así se podría hablar de la delimita-ción de la cultura soledeña, confinada únicamente al casco central a expensas de una oferta muy limitada dentro de

un mercado cuya demanda para nada le ayuda.

El soledeño raizal se va extinguiendo a la par de su cultura y no hay herra-mientas que permitan vislumbrar una salida a esa tragedia.

El carnaval como elemento de unión

Quizás lo único que ha mantenido co-hesionado a este deshilachado bastión cultural es el carnaval en virtud del cual se redescubren y se reinventan año tras año, para irse consumiendo a la larga en una hoguera que no ofrece otras salidas artísticas, otras vertientes u opciones que oxigenen la expresivi-dad de nuestra cultura que va mucho más allá del tambor, la flauta y la po-llera, aunque estos últimos también estén sujetos a la temible guadaña de un presente que si bien no desdeña del

ayer tampoco luce dispuesto a luchar por mantener sus orígenes.

La verdad es que por la forma desafo-rada en la cual se asaltó durante años el erario cultural se podía adivinar este desenlace fatal. Era de esperarse que “muriera la cultura”, si se dilapidaron cientos de miles de millones de pe-sos mientras debían conformarse con migajas quienes verdaderamente se encargan de prolongar la vida de las diferentes expresiones culturales de un

municipio al que terminó tragándoselo el sincretismo cultural.

En Soledad, debido a la conurbación y a la llegada de miles de emigrantes internos, se ha consolidado un espacio urbano pluricultural, cuyo arraigo y decadencia, cada día resulta más elo-cuente, se aprecia en situaciones tan sencillas como la lenta -pero segura- desaparición de las cumbiambas, que por sus indumentarias costosas y mi-nuciosos preparativos ceden inexora-blemente ante el bullicio y el facilismo de las comparsas de marimondas, por ejemplo.

¿Ha muerto la cultura soledeña?

Preguntaba Danny Zora Silvera, “La Revelación de la Décima”, en un tono de enorme tristeza y desesperación: “¿Qué podemos hacer para dar res-

puesta a aquellos “gestores culturales” que dicen que la cultura soledeña está muerta? Que decepción son esas pro-nunciaciones que ha hecho esta gen-te... Ayúdenme a darle otra imagen a mi municipio...”

No se me ocurre otra cosa que contes-tarle, con toda sinceridad, que tiene tanta razón como quienes señalan el fallecimiento de la cultura soledeña. Al ser la cultura la base y el fundamento de lo que somos y siendo la naturaleza

de la vida el irse haciendo a sí misma, resta sólo decir que la cultura no mue-re: ¡Se transforma!

Soledad se ha transformado en una ciudad pluricultural y complicada, que requiere de todos sus artistas para se-guir recordando lo que alguna vez fue antes de ser lo que es ahora, debemos tener claro que lo que queramos ser en adelante lo decidimos todos y cada uno de nosotros. Sentemos hoy las bases de un mañana, culturalmente hablando.

¡Ha muerto la cultura, viva la cultura!

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Tal como ha ocurrido en otros países una vez que las situaciones de tensiones políticas internas generadas por situacio-nes propias de las dictaduras armadas, la sociedad se ha hecho las mismas pre-guntas.¿Hacia dónde orientar el gasto militar?¿Qué hacer con el pie de fuerza y los re-cursos humanos formados, disciplinados y organizados para atender las contin-gencias de un conflicto interno?¿Cómo transformar unas FFMM dedi-cadas a hacer la guerra, en unas FFMM para La Paz?

¿Cómo CIVILIZAR el aparato militar?

La respuesta tiene que ver con la deci-sión de asumir funciones estratégicas de la SEGURIDAD HUMANA, hacia las cuales orientar el gasto en el sostenimiento de contingentes humanos y la logistica y en los cuales aprovechar las ventajas de las estructuras altamente jerarquizadas.Veamos algunos ejemplos y argumentos para explicar lo que se propone.Los recientes problemas presentados en materia de conflagraciones forestales en todo el territorio nacional, las estructu-ras de atención y mitigación de desastres y la fase superior de planeación de la

Gestión del Riesgo, revelan en Colombia tres problemas críticos:

1- El rezago tecnológico. Los recursos dis-ponibles para enfrentar situaciones dele-téreas cuando no existen, son escasos o presentan unos niveles desactualización tan pronunciados que, antes que una solución, o una ayuda, se convierten en factores de riesgo adicional que agravan el problema y elevan los niveles de vul-nerabilidad de personas, comunidades e instalaciones. El país, superado el conflicto armando interno, puede orientar el gasto militar hacia la modernización de la logistica para atender incendios, inundaciones, terremotos, desastres, tsunamis, y cala-midades en el mar; manejo de desastres asociados con sustancias peligrosas, rescate submarino, desastres aéreos, remociones en masa etc..

2- Los recursos humanos y técnicos disponibles, además de precarios, se encuentran dispersos por todo el te-rritorio nacional, en medio de unas competencias y atribuciones cruzadas y de recursos, mínimos, dispuestos en un entramado político administrativo que hace que ni siquiera se pueda ser efi-ciente en el manejo del incendio de una ferretería. Si de algo adolece Colombia es de un sistema actualizado, moderno para enfrentar las nuevas amenazas- naturales y antrópicas- muchas de ellas asociadas con el ordenamiento y los usos del suelo urbano. El país no puede seguir diseñando e implementando soluciones con fun-damento en la existencia de ciudades, conglomerados humanos cuya única po-sibilidad de desastres proviene del hecho de que una persona se durmió con un

cigarrillo encendido.Un sistema único y centralizado en materia de gasto público en tecnológica y en logistica como el de las FFMM, es el que necesita Colombia para enfrentar las amenazas que en materia de SEGURI-DAD HUMANA.

3- La adscripción voluntaria ha sido el recurso que el Estado ha asumido para garantizar la respuesta oportuna en situaciones de calamidad pública a cargo de bomberos, defensa civil, socorristas etc...

Esta manera de responder por las obligaciones y consecuencias propias de un servicio público, es una conducta irresponsable por parte del Estado que, frente a las nuevas amenazas y las limita-ciones para responder adecuadamente, colocan en situación de vulnerabilidad extrema a las personas y a las ciudades en las que habitan. Por eso una estructura PROFESIONAL, JERARQUIZADA, con una CADENA DE MANDO UNIFICADA, que permita maxi-mizar el uso de los recursos disponibles, es lo que se requiere para que la GES-TION DEL RIESGO, la CAPACIDAD DE RES-PUESTA y la MITIGACIÓN DE LOS DAÑOS, mejore la competitividad del país.

Por eso, pensando en unas FFMM para La Paz, considero que organizaciones como los Bomberos, Rescatistas y Socorristas deben pasar a manos de las FFMM. Igualmente, la GESTIÓN DEL RIESGO debe ser una atribución de unas FFMM dedicadas, ahora, a servir a la PAZ y a la SEGURIDAD HUMANAS en campos y ciudades.

Fuerzas Militares para la paz

Por Moisés Pineda Salazar

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El paquete de buenas intenciones polí-ticas y propuestas de gobierno, para el desarrollo del municipio de Soledad, se está promocionando desde el mes de octubre del año pasado. Los pre-candi-datos a la alcaldía –porque todavía no se ha proclamado, oficialmente, ninguna candidatura—están compitiendo en una carrera maratónica, algunos, para con-seguir el aval y posicionar sus nombres; otros, que se sienten seguros del aval político, están trabajando en diferentes frentes, entre los que podemos citar el de las coaliciones políticas y el social. Es un derecho constitucional el de “elegir y ser elegido”; y todo ciudadano colombia-no tiene derecho a postular su nombre para una elección popular, pero sin pasar por encima de lo establecido por el Consejo Nacional Electoral.

En esta contienda electoral, por la con-quista de la alcaldía, no se le volverá a aparecer la virgen a ningún candidato, porque este será un debate de amarres políticos: dinero y coaliciones. Jugará un papel preponderante la astucia de los candidatos, desde el punto de vista de las estrategias, por lo de las coaliciones; y la astucia para financiar su campaña. Los candidatos no pueden esperar la aparición de la virgen, como sucedió en el debate pasado, porque en aquella ocasión la gran mayoría de la población salió a votar con la única intención de castigar a un “nombre político”, más no por un programa de gobierno. Ahí está la vaina.

Una población decepcionada y defrau-dada

Este será un debate de maquinarias, como todos los debates, pero con la diferencia que los candidatos deberán presentar propuestas serias, viables, capaces de convencer a una población decepcionada, defraudada, que salió

a castigar políticamente a un gamonal venido de otros lares y se creía el rey. Esa población, posiblemente, no salga a votar para derrotar a ningún “nombre político”, y se respira en el municipio un ambiente de frustración. Podría reinar la abstención, lo que significa que los trabajadores de la burocracia deberán ponerse las pilas para multiplicarles los votos a sus jefes políticos y, los candida-tos que no cuenten con ese respaldo a presentar propuestas serias, unos, y su-ponemos que otros se meterán la mano a la mochila. En todo caso, la astucia política de los candidatos es determi-nante para estar en el ranking de los tres más opcionados para ganar la alcaldía. Amanecerá y veremos.

El interés por el debate electoral no es exclusivo de los candidatos, no podemos olvidar que también está el de mucha gente que aprovecha estas contiendas electorales para hacer su “octubre” con la comercialización de los votos, sea por la venta directa o a través de materiales para construcción, lotes, becas, medici-nas, etcétera, etcétera, etcétera. Lo cier-to es que un buen número de personas se apuntan y obtienen sus beneficios. Pero, ¿será que la gente saldrá a votar por obra y gracia del espíritu santo? No lo creo. Tampoco me sorprendería que la abstención sea muy marcada, que el voto en blanco suba en relación a los porcentajes de anteriores elecciones y el nuevo alcalde para el período 2016- 2020, salga elegido con una votación que no alcance los cuarenta mil votos.

La Virgen se mudó de Soledad

Los soledeños no deben seguir repi-tiendo los mismos errores y dejar de creer en campeonatos de futbol, en los días de recreación y de “integración de la comunidad”, no pueden dejar volar, como cometas al aire, sus derechos

constitucionales de elegir y ser elegidos, para seguir como borregos a esa especie de culebreros que atontan a las personas con “Margarita” la culebra que mantie-nen sedada y a la que nadie se le atreve a acercar por temor a una mordedura. Esa actitud apática frene a la problemáti-ca social es aprovechada por la dirigencia política, que se presenta, cada vez que hay debates electorales para sacar su tajada de votos incautos y luego desa-parece, como por arte de magia, de los sectores marginales, adonde regresarán, nuevamente, cuatro después, a jugar con la necesidad de la gente.

Este año, la gente recibirá el billete, los materiales de construcción, las drogas, los kits escolares y cuanta baraúnda de caramelos engañosos le entreguen, y, por qué no, hasta les hagan “Mamola”, a los candidatos que pretendan conquistar la alcaldía sin ninguna propuesta seria, coherente con las necesidades de la ciudad, que las prioricen sobre la base de lo viable y darles soluciones definiti-vas. La gente se mamó de tanto engaño. Así que, señores candidatos, a trabajar y presentar un programa de gobierno se-rio que pueda convencer a esa pequeña franja que, posiblemente, saldrá a votar, y no esperen la aparición de la virgen.

No esperen la aparición de la virgen Por Fernando Castañeda García

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“Erradicar la pobreza extrema y el ham-bre”, es el primer objetivo del milenio, por el cual se comprometieron todas las Naciones de mundo hasta el año 2.015 en suprimirlos de su contexto socio-es-pacial, y construirnos un mundo mucho mejor y más digno para las actuales y nuevas generaciones. Parece ser que las ciudades como Manila en Filipina, el Cairo en Egipto y Soledad en Colombia, se les “olvido por completo que existe un compromiso obligatorio con la huma-nidad y la justicia para cumplirlo en su totalidad. Éste objetivo en las tres ciu-dades referenciadas, fueron “borrados literalmente” de sus agendas en la cons-trucción de políticas públicas, e irres-ponsablemente harán que sus respec-tivas naciones, incumplan la obligación asumida con la ONU para erradicar por completo la debilidad social que afecta a las ciudades frágiles y fallidas.

Manila es una de las ciudades de Filipina más poblada, con aproximadamente 1.700.000 habitante en su área urbana, y más 20.000.000 millones de personas en su área Metropolitana pisan su suelo dia-riamente en la lucha por la superviven-cia. Muy a pesar que en los últimos años la ciudad ha realizado cambios sustancia-les en su estructura urbana y ambiental, que la han “fortalecido” enormemente en su producción económica, segrega inhumanamente a más de 6.000 familias que pernoctan y viven en el cementerio de Navotas, ubicado en la Bahía de Ma-

nila, donde hombres, mujeres y niños, familias enteras, llevan años viviendo entre tumbas sin el más mínimo asomo de solución parcial o total para su déficit habitacional, hacia estas personas que conviven con los muertos y sus sueños de desesperanza en condiciones paupé-rrimas de existencia .Al igual que Manila en Filipina, el Cairo es la ciudad más poblada de Egipto, donde el 60% de sus 8.000.000 millones de habitantes aproximadamente, viven en el umbral de la pobreza absoluta, de los cuales 2.000.000 de personas apro-ximadamente, se hacinan entre tumbas y mausoleos en la Necrópolis santa, situada al pie de las colinas Mokattam al suroeste de la Capital Egipcia, ins-

talándose allí ante la ausencia de otro sitio donde establecer su hogar, ante el desplazamiento causado por la violencia bélica contra Israel en la guerra de los mil días y la especulación urbanística de los empresarios privados de las construc-toras de vivienda. La mayor parte de la población residente en el sector, son los responsables de convertir esta Necrópo-lis en toda una metrópolis con servicios público y comercial ilegales, creando puestos ambulantes de comida y café en su interior, e instalando tendidos eléctri-cos y de agua potable en forma clandes-tina, que mitigan en algo sus necesida-des primarias.

La Necrópolis data de finales del siglo XVI y principios del XV, comenzando a ser poblada en el siglo XIX con la llegada de la pobreza y el olvido del Estado.

Sobre las sombras de la eternidad.

Por Arq. Oscar Camilo Serpa Reyes.

A diferencia de Manila y el Cairo, Sole-dad no ha llegado al colmo de la necesi-dad urgente en ocupar de forma per-manente, sus sagrados campos santos donde reposan los restos humanos de la memoria urbana que nos antecedió con mucho honor, pero igualmente, aunque parezca coincidencial, ha depredado de igual forma los suelos urbanos y rurales menos indicados para vivir de manera digna, equilibrada y justa como los hicie-ron Manila y el Cairo.

La Huella urbana en nuestro territorio al igual que las otras ciudades descritas, ha sido lacerante y significativa en impactos negativos, 44.000 personas residen en la ciudad en Zonas de alto riesgo, aproxi-madamente el 8% de su población total, diseminadas en las orillas de los cuerpos de agua de los arroyos el Platanal y Sa-lao, como también en los humedales de la llanura fluvio deltaica identificadas en el POT, las riberas del Rio Magdalena, así como el morar bajo los tendidos de las redes eléctricas de Transelca, el área de intensidad sonora del Aeropuerto Ernes-to Cortissoz y las tuberías de conducción del gas domiciliario.

Lo que sí es cierto y preocupante hasta el extremo fatal, es que las tres ciudades mencionadas, ante la indiferencia guber-namental de su política pública estatal, más la enorme pasividad de la ciudada-nía en todo sus aspectos de organización y participación social, están muy distan-tes de cumplir con la meta propuesta en el primer objetivo del milenio, si no erra-dican esos lunares cancerosos que de-gradan la ciudad hasta volverlas fallidas, y si no fluye el interés social por mejorar las condiciones de vida deprimente en la cual nos encontramos inmersos, estare-mos predeterminados, al decir de Gabo, “condenados a no tener una segunda oportunidad sobre la tierra…”

Urbi et Orbi

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En el día de la mujer

El Honorable Concejo Municipal de Soledad rindió homenaje a las consejales Astrid Barraza, Dóris Cáceres, Ruby Puente