ENTREVISTA EN PORTADA EL RINCÓN EDUCATIVO Miriam Alarcón, María Conesa, Vicente Giner y Alejandro Murcia Nª16 MAYO 2012 NOTICIAS DE ACTUALIDAD La mano dura reduce los casos de “bullying” a profesores en España ARTÍCULO DE OPINIÓN DEL MES Reflexiones sobre el actual debate educativo Pura Díaz. Coordinadora de enseñanza de CC.OO “Las condiciones de las aulas actuales no permiten las ratios tan exageradas que están implantando como mínimas” Tijeretazo, restricciones, ajustes, despidos…
Revista de actualidad educativa realizada por alumn@s de 1º de Grado de Primaria en la asignatura Sociedad, Familia y Escuela. Universidad CEU Cardenal Herrera, centro de Elche (Alicante).
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Transcript
ENTREVISTA
EN PORTADA
EL RINCÓN EDUCATIVO Miriam Alarcón, María Conesa, Vicente Giner y Alejandro Murcia
Nª16 MAYO 2012
NOTICIAS DE
ACTUALIDAD
La mano dura reduce los
casos de “bullying” a
profesores en España
ARTÍCULO DE
OPINIÓN DEL MES
Reflexiones sobre el
actual debate educativo
Pura Díaz. Coordinadora
de enseñanza de CC.OO
“Las condiciones de las
aulas actuales no
permiten las ratios tan
exageradas que están
implantando como
mínimas”
Tijeretazo, restricciones, ajustes, despidos…
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3. Editorial
4. Actualidad de la educación
19. En portada
33. Sociedad
35. Entrevista
41. Artículo de opinión del mes
44. Agenda
El rincón educativo Director: Miriam Alarcón, María Conesa, Vicente Giner, y
Alejandro Murcia. Realización y producción: Miriam Alarcón, María Conesa, Vicente Giner y
Alejandro Murcia.
SUMARIO 16
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Estimados lectores:
En esta edición número dieciséis de la revista ―El rincón educativo‖ hemos
decidido tratar el tema de los problemas que, en general, afectan a la educación y en
particular el problema de los recortes que afecta al sistema educativo.
Para la confección de esta revista hemos hecho una recopilación de artículos de
periódicos y de revistas. Esta antología de artículos nos sirve para tener una visión
clara de la información que nos interesa, y así saber qué novedades hay sobre este tema
y qué opinión tiene la gente que mantiene un continuado contacto con esta serie de
problemas.
Este es un problema que afecta a todos los estudiantes que estudian en
instituciones públicas, desde los estudiantes infantiles a los universitarios.
Dentro de todos estos problemas que recoge la revista, nos vamos a centrar
específicamente en el problema de los recortes en la educación.
Hemos elegido este tema porque nos parece bastante interesante, ya que los
recortes están a plena luz en la sociedad que nos rodea, y principalmente en el tema de
la educación que es el que más nos interesa.
Es un tema muy importante ya que estos recortes afectan muchísimo a la
educación, y esto es muy importante, ya que la educación es el principal futuro de la
sociedad.
La crisis es la causa principal de todos estos recortes que se están llevando a cabo,
pero realmente ¿los recortes en educación nos van a ayudar a salir de la crisis?
Esta es una pregunta que todos nos cuestionamos, pero todos llegamos más o
menos a la misma conclusión: saldremos de la crisis económica, pero nos adentraremos
en una crisis donde habrá un déficit académico, es decir, que se está rompiendo el futuro
Por: SECRETARIO DE LA COMISIÓN DE ENSEÑANZA Y CATEQUESIS
La elección de la enseñanza de la religión católica en las aulas españolas sigue
siendo mayoritaria, con un 71%. Un informe anual de la Conferencia Episcopal
analiza estas cifras e incide en la gran importancia de esta asignatura para el
crecimiento armónico de los alumnos.
El curso 2010-2011, la enseñanza
religiosa y moral católica vuelve a ser,
una vez más, la opción mayoritaria
escogida por tres de cada cuatro
alumnos. Según los datos del Informe
Anual sobre la Enseñanza de la
Religión en España, elaborado por la
Conferencia Episcopal, en la actualidad
cursan la asignatura 3.172.537 alumnos
sobre un total de 4.470.191, lo que
representa un 71%. En todas los niveles
educativos, exceptuando Bachillerato,
se mantiene esta mayoría de alumnos
que opta por Religión: Educación
Infantil 77%; Primaria 80%; ESO
58,9% y Bachillerato 42,7%.
Por tipos de centros, el porcentaje de
alumnos que cursan religión en la
Escuela Católica es del 99,2%. En los
de titularidad estatal, la media
porcentual entre todas las etapas es del
62,7% y en las civiles no religiosas el
75,8%. De este modo, la media total del
71% supone un descenso de sólo un 1%
en el porcentaje de alumnos con
respecto al curso anterior 2009-2010. La
valoración de estos datos por parte de la
Conferencia Episcopal ha sido muy
positiva si se tiene en cuenta las
dificultades a las que debe enfrentarse
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en su entorno la enseñanza de esta
asignatura. Entre ellas, enumeran en
el informe:
"la nula o escasa información a la
hora de matricular a los hijos", "el
menosprecio que se hace a la
actividad" y "el traslado del horario
de las clases de religión a primera o a
última hora, invitando a los alumnos a
no asistir". Ante la situación actual de
la educación, el Papa Benedicto XVI
ha calificado la enseñanza de la
religión como "urgencia educativa",
indicando que la discriminación que
está viviendo la enseñanza religiosa
escolar va "contra los derechos
fundamentales de los padres y
perjudica el auténtico, pacífico y
verdadero progreso humano,
espiritual y religioso del alumno".
CRECIMIENTO ARMÓNICO
En el informe, además, se subraya "la
importancia de la formación religiosa
para las nuevas generaciones, tan
necesaria para el crecimiento armónico,
humano, espiritual y religioso de los
alumnos en edades tan cruciales del
crecimiento de la persona".
EN DEFENSA DE LA RELIGIÓN
La Conferencia Episcopal Española ha
denunciado en diversas ocasiones que la
Ley Orgánica de Educación (LOE) ha
introducido trabas inaceptables para que
los alumnos opten en igualdad de
oportunidades por la enseñanza de la
religión católica en los distintos tramos
enseñanza y ha destacado cómo, a pesar
de las graves dificultades, los padres y
alumnos ejercen cada año, voluntaria y
mayoritariamente, su derecho
fundamental de elegir la formación
religiosa y moral católica.
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10 Preguntas sobre la Asignatura de Religión
1. ¿Por qué hay enseñanza de religión en la escuela, si ya hay catequesis en las
parroquias?
Porque es una enseñanza necesaria para que el alumno adquiera una formación plena e integral, que
es lo que pretende la escuela. Para que el alumno alcance esta formación debe desarrollar todas sus
capacidades y entre ellas está la dimensión religiosa y moral que le aporta el sentido a su vida, las
respuestas a sus grandes preguntas.
2. ¿Por qué la Iglesia Católica tiene tanto interés en que se de religión en la escuela? Su interés no surge de un derecho de la Iglesia, es un derecho de los padres a que sus hijos reciban
la formación religiosa y moral que ellos deseen.
3. Si el Estado español es no confesional ¿por qué permite estas clases la escuela
pública?
Que el Estado sea no-confesional no quiere decir que esté contra cualquier clase de confesión
religiosa, sino que el Estado no tiene una confesionalidad religiosa propia y única.
4. ¿Qué leyes justifican la enseñanza de la religión en la escuela?
El derecho fundamental que tienen los padres a que sus hijos reciban la formación religiosa y moral
que esté de acuerdo con sus propias convicciones. Este derecho está frenado por la Constitución
española en el artículo 27.3. En consecuencia y por ser un derecho constitucional, el Estado está
obligado a garantizar que se cumpla en todos sus términos.
5. En la regulación de la formación religiosa ¿hay aspectos negativos?
Cuenta con varios aspectos negativos. Uno se refiere a la alternativa propuesta, generalmente
estudio u otra actividad sin evaluación alguna mientras que la religión es evaluable en las etapas
obligatorias.
6. ¿Existen estas clases de religión también en otros países?
En todos los países europeos existen las clases de religión, en todos los cursos de la enseñanza
obligatoria y equiparable a materia fundamental, con la sola excepción de Francia.
7. ¿Por qué la Iglesia establece lo que se debe aprender en estas clases? La Iglesia Católica es la única que puede garantizar que la formación religiosa que reciben los niños
sea la que han demandado los padres. Para ello, la Iglesia Católica, a través de sus obispos, dispone
los programas y los profesores idóneos para impartir esta enseñanza.
8. ¿Qué títulos se exigen al profesor para dar clases de religión? Se le exige una titulación, al menos, igual o equivalente al resto de profesores de otras materias,
más una especialización didáctica de la religión que supone 180 horas lectivas para Educación
Primaria. En Educación Secundaria es necesaria una licenciatura.
9. ¿No sería suficiente limitarse a dar cultura religiosa, el arte y el sentido de sus fiestas? Este tipo de enseñanza también se tiene en cuenta en la clase de religión católica pero da un paso
más allá que la meramente cultural. La formación religiosa responde a la necesidad más profunda
que tiene el ser humano: el deseo de infinito, la búsqueda de la verdad...
10. ¿En qué se diferencian la formación religiosa católica y la de cultura religiosa?
Tanto la formación religiosa católica como la enseñanza de cultura religiosa aportan a los alumnos
un conocimiento y comprensión de la cultura religiosa de su entorno. La formación religiosa
católica propicia además el encuentro con la Persona de Jesucristo, en el que el alumno puede
mirarse y encontrarse a sí mismo.
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D Augment de la desigualtat en el
desenvolupament de l'educació privada i en
la reducció dels serveis públics a França
Encara que el nostre lema
nacional parla de la igualtat com a
valor suprem, el liberalisme
desenfrenat l‘ataca ambtota la seva
força en el camp de l‘educació de
dues maneres diferents, encara que
correlatives, la més visible és el
desenvolupament de l‘educació
privada, l‘altra més insidiosa es
refereix a la privatització progressiva
de l‘educació pública.
Desenvolupament de sistemes
privats
El sector privat representa el 20% dels
estudiants a França. El finançament
de l‘ensenyament privat augmenta. La
llei ―Carle‖ sobre el finançament de les
escoles
privades obliga els municipis a finançar
les escoles privades d‘un altre municipi
si els fills en són residents (despeses de
funcionament). Presenciam el
desenvolupament dels camins de la
formació, altament privatitzats, en
detriment de la formació profesional
pública. Els centres de formació per a
l‘aprenentatge privats són el 95% quan
entren en
competició amb les escoles de formació
professional pública. El 65% de
l‗educació agrícola és privada. A
l‘escola secundària, l‘elecció de la
privada és una qüestió de classe,
sobretot per evitar la barreja social.
Serveis públics deteriorats
Paral·lelament, els mitjans dels serveis
públics disminueixen dràsticament,
tenint en compte que són els que
proporcionen una certa igualtat de
formació. Un funcionari de cada dos
que es jubila no és substituït. A
l‘educació nacional, 52.000 llocs de
treball s‘han reduït des de l‘any 2007.
Aquesta política és combatuda per
l‘SNES, això queda demostrat en la
unitat de la vaga que va tenir lloc el 27
de setembre de 2011. Durant la tardor
de l‘any passat, el nombre d‘estudiants
a les escoles secundàries ha augmentat,
cosa que contribueix a accentuar el
fenomen d‘augment de la ràtio de les
classes, sobretot en detriment dels
estudiants amb més necessitats socials i
acadèmiques. A l‘Institut (el primer
cicle de secundària) s‘estableix una
educació a dues velocitats, una amb una
base mínima de coneixements per a la
majoria i una més consistent i
diversificada per a uns quants. La
reforma de l‘ensenyament secundari
(segon cicle) està duent a terme una
reducció en l‘ensenyament de les
diferents disciplines a favor de les
activitats annexes (que requereixen
menys personal capacitat, més
transversal i intercanviables). Al mateix
temps, assistim a la privatització
progressiva de l‘educació pública, cosa
que augmenta l‘esperit de competició i
la competencia entre els estudiants,
entre els professors i que a amb l‘excusa
de l‘autonomia institucional, augmenta
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les desigualtats de l‘oferta de formació
per als estudiants.
Una privatització progressiva de
l’educació pública
De cada vegada més funcions del servei
públic són absorbides pel sector privat:
la tutoria, l‘orientació, l‘assessorament,
la preparació per a la competència a
l‘educació superior, la formació del
professorat (desapareguda pràcticament
de la funció pública), el finançament per
part d‘empreses privades de determinats
projectes educatius, de cuina,
manteniment, etc. L‘ús de suport o
classes particulars és discriminatòria
socialment, ja que són més propensos
els estudiants d‘entorns desfavorits a la
―reproducció social‖, en paraules de
Bourdieu. Una nova manera de gestió
de les institucions s‘ha concebut sobre
el model de l‘empresa privada i s‘està
adoptant. Els poders de la dirección del
centre es reforcen a tots els nivells, els
professors es converteixen en executors
i els organismos paritaris (els consells
escolars) están perdent la seva
influència sobre la gestió de les escoles.
Sota el pretext de l‘autonomia
institucional és cada vegada major la
competència entre les escoles i la
desigualtat d‘oportunitats en l‘oferta de
formació a partir de ―projectes‖
diferents de pròpia elecció de cada
institució educativa pels recursos
pedagògics assignats o dels contractes
específics realitzats amb els diferents
directors d‘acadèmia.
Per una altra política educativa
Sistemes d‘avaluació de competències
(sovint amb fins utilitaris) s‘apliquen a
tots els nivells: l‘avaluació del mèrit
dels directors de les escoles, de les
mateixes escoles (aprovar els exàmens,
per exemple), avaluació dels països
(PISA). El Ministre d‘Educació va
anunciar la seva intenció de modificar
l‘avaluació dels professors de
secundària, sobre la base d‘una
entrevista professional duta a terme pel
director cada tres anys. L‘SNES I
gairebé tots els sindicats d‘ensenyament
secundari convocaren la vaga el 15 de
desembre per a aturar el projecte, que en
realitat distorsiona el sentit de
l‘educació, converteix l‘ensenyament en
un negoci i condueix inevitablement a
salaris més baixos per a tots. Un altre
punt a tenir en compte és la lògica dels
resultats quantificables en una formació
de qualitat real dissenyada per formar
tant els treballadors, com les persones,
com els el ciutadans. Els empresaris
estan demanant als joves de perdre la
feina al final de l‘escola a través
d‘habilitats comercials i treballar per
assegurar que l‘educació estigui
directament determinada per les
necessitats del mercat de treball amb el
suport del govern. L‘SNES vol
combatre aquestes orientacions que
donen lloc a l‘augment de les
desigualtats socials, la transformació de
la professió docent, des del disseny fins
a la implementació i sotmeten
l‘educació als dictats del mercat. A
través de les seves accions i el seu
treball en les estructures, el contingut
del programa, l‘SNES s‘esforça a
promoure un sistema d‘educació més
igualitari, una educació de qualitat per a
tots, laica, que millori la solidaritat i la
participació democrática per l‘interès
general: en una societat laica.
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Estudiantes, profesores y directivos de centros se
quejan de que la siempre cuestionada educación
pública española anda por el filo de una irreparable
pérdida de calidad y competitividad. La delicada
situación económica, traducida en recortes
presupuestarios, ha llevado a institutos y universidades
al límite. Ese malestar se ha trasladado a la calle en los
últimos meses. Y el problema planea ya sobre el
próximo curso.
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La educación no ha quedado fuera de la generalizada rebaja del gasto público que
sufre España. A los esfuerzos impuestos por los gobiernos autonómicos, hay que añadir
la fuerte reducción que el ejecutivo de Mariano Rajoy ha establecido en el presupuesto
del Ministerio de Educación para el 2012 (nada menos que un 21%). La enseñanza
pública se siente especialmente amenazada y los integrantes de la comunidad educativa
temen un deterioro de la calidad.
En escuelas e institutos aumenta el número de alumnos y se ha estancado o se
reduce el de profesores; muchos de estos han visto ampliado su horario, y disminuyen
recursos como las nuevas tecnologías o el apoyo a la educación especial. Estudiantes y
profesores, de secundaria sobre todo, han llevado su desazón a la calle durante el curso.
La reducción de recursos se plantea, además, en un marco poco satisfactorio: con
un país enfrentado al eterno reto de combatir un fracaso y un abandono escolares –que
mantienen a España a la cola de los países industrializados–, así como ante la necesidad
coyuntural de atender debidamente a aquellos jóvenes sin titulación a quienes la crisis
económica devuelve a las aulas.
El sistema universitario, abarrotado por el exceso de titulaciones y la falta de
diferenciación, se ve obligado, a la vez, a adaptarse al plan Bolonia y a llevar a cabo un
proceso de modernización e internacionalización. Docentes y estudiantes vigilan el
impacto de los recortes en las aulas y alertan de los riesgos que tiene para un país que la
educación no sea prioridad absoluta. El malestar crece y se augura un futuro de más
movilizaciones y protestas.
A pesar de este panorama general, el grado en que se están aplicando hasta ahora
los recortes, los niveles educativos afectados e incluso la reacción social ante las
medidas varían según las comunidades autónomas. Nosotros ofrecemos cuatro miradas
del problema desde Galicia, Catalunya, la Comunidad Valenciana y Madrid, así como
las opiniones de alumnos, profesores y directivos de institutos y universidades sobre el
impacto de los ajustes.
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Es fácil en Valencia encontrar el
instituto de educación secundaria (IES)
Lluís Vives. Está ubicado frente a la
puerta principal de la estación
ferroviaria en la calle Xàtiva, arteria
del centro de la ciudad, y a pocos
metros de la plaza del Ayuntamiento.
Son muchos los periodistas de toda
España y de fuera que se han acercado
a visitar a los responsables de este
centro esperando encontrar una
explicación a lo que sucedió frente a
sus muros en el mes de febrero.
Buscando la raíces de aquel
levantamiento de estudiantes de ESO y
bachillerato que sorprendió a todo el
mundo y que llegó a ser bautizado como
primavera valenciana.
Aún perdura el impacto de las imágenes
en que la policía cargaba con dureza
contra jóvenes alumnos, muchos
menores de edad, frente al Lluís Vives,
convertido en símbolo de la revuelta.
Hoy, en este instituto se rehúye a la
prensa y hay cierto hartazgo, pues no
fue la causa del movimiento, pero sin
pretenderlo ha captado la atención.
Pilar Guillem, estudiante universitaria
que participó en esas movilizaciones,
las recuerda como ―un momento en el
que despertamos nuestras conciencias
frente al acoso a la educación pública‖.
Ella, muy activa en las redes sociales y
que ejerce cierto liderazgo entre sus
compañeros de clase en la facultad de
Filología, estuvo en la mayoría de las
acciones en la calle y recuerda que ―al
inicio éramos pocos, algunos
estudiantes de IES y algunos
universitarios; pero, después, todo el
mundo comenzó a sumarse conforme se
divulgaron las cargas policiales‖.
Estefanía, estudiante de secundaria, dice
que ―saltó‖ a la calle ―porque había y
hay mucha indignación entre los
alumnos, en las familias, los
profesores… dicen que no hay dinero
para algunas cosas mientras aquí en
Valencia se ha derrochado en eventos
como la fórmula 1 o ese aeropuerto de
Castellón sin aviones. Somos jóvenes,
pero no tontos‖.
Visto con perspectiva, se comprende
que el movimiento surgió más por un
malestar que se ha ido generando
durante años que por hechos concretos
recientes. Es cierto, señala Francesc
Ruiz, director del IES Font de Sant
Lluís, que en el pasado otoño tres
realidades espolearon al sector. La que
más se divulgó fue la consecuencia que
tuvo en muchos centros la dificultad de
la Generalitat valenciana para pagar a
tiempo los servicios de mantenimiento
de los institutos de la comunidad:
electricidad, agua, calefacción, etcétera.
Aquello provocó que se publicaran
fotos en las redes sociales y los medios
de comunicación de alumnos que
acudían a clase con mantas porque se
morían de frío. Imágenes que
provocaron la indignación de la
sociedad civil.
―Yo mandé entre octubre y noviembre
COMUNIDAD VALENCIANA
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un fax cada día a la consellería para
reclamar el pago de la deuda en nuestro
centro; debíamos 60.000 euros a
proveedores y amenazaban con cortar
suministros si no pagábamos‖, señala
Francesc Ruiz. A día de hoy, la
Generalitat ha resuelto ese problema y,
según consultas al sector, no hay ningún
IES sin electricidad.
En aquel contexto, a principios de año,
el Ejecutivo de Alberto Fabra anunciaba
un decreto de ajustes para ahorrar 1.000
millones de euros que afectaba al
personal funcionario de la
administración. Unas medidas que se
traducían en un recorte notable de los
ingresos de profesores –reducciones de
complementos como carrera docente y
de horarios de interinos, entre otras
medidas– calculado en 258 millones de
euros en el 2012.
El gobierno de Fabra, que ha heredado
de la nefasta gestión del president
Francisco Camps una administración
quebrada, subrayaba que estas medidas
eran conyunturales y que se retirarían
una vez se superara la crisis; pero el
sector encontró en el denominado
―decretazo‖ un motivo más que
alimentó su malestar.
Dicen Ruiz y otros profesores
consultados que ese malestar viene de
lejos, y que lo ocurrido estos meses ha
sido ―la gota que colma el vaso‖. Viene
el problema, aseguran, de un modelo de
educación en el que desde la llegada del
PP a la Generalitat en 1995 ―se ha
apostado claramente por la educación
concertada en detrimento de la pública‖.
Los datos avalan esta teoría: se ha
construido el doble de centros
concertados que públicos en los últimos
11 años (404 frente a 230).
El modelo, que impulsó con fuerza
Camps favoreciendo mucho a los
centros religiosos, ha creado
desequilibrios que se han agudizado por
la carestía de recursos que perjudica a la
enseñanza pública.
Desde presidencia de la Generalitat se
niega que haya, como afirman los
sindicatos, una campaña para atacar a la
educación pública. Se reconoce, eso sí,
que ―muchas cosas deben cambiar para
que todo funcione mejor, también en la
educación concertada‖.
―En este problema quien siempre sale
perdiendo es el alumno; porque la
educación está al servicio de los
intereses del sistema, de políticos y
profesionales, cuando debería ser al
revés‖, señala Ramón López, presidente
de la Confederación de la Federación de
Asociaciones de Padres de Alumnos
(Covapa).
La primavera valenciana, su
espontaneidad y fuerza, siguen estando
en el recuerdo, como también el temor a
que una nueva explosión del sector
vuelva a calentar los institutos, las
universidades y, al fin, la calle.
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MADRID
El profesor Pedro Tejero habla muy
rápido; aporta argumentos como si
temiera que su compromiso con la
escuela pública se pudiera escapar por
las rendijas de las palabras. Jefe de
estudios de un instituto del sur de la
ciudad de Madrid, su batalla por la
educación no se limita a lidiar a diario
con alumnos adolescentes. Y así lo
atestigua su indumentaria cotidiana:
camiseta amarilla o camiseta verde.
La primera representa la lucha por
que concluyan las interminables obras
de cinco escuelas. La otra camiseta es la
de la llamada marea verde, que ha
llevado a miles de docentes de la
Comunidad de Madrid a secundar este
curso hasta nueve jornadas de huelga y
participar en manifestaciones
multitudinarias.
Tejero pertenece a un colectivo de
profesores, directores, padres y madres
de alumnos, estudiantes y asociaciones
vecinales preocupado desde hace años
por un deterioro, que considera
evidente, de la enseñanza pública en
Madrid. Un grupo que ha galvanizado el
malestar y la preocupación surgidos
desde principios de curso por los ajustes
vividos en los institutos. El detonante
fue la decisión de la Consejería de
Educación de incluir, sin previo aviso,
en las instrucciones del inicio de curso
el alargamiento de las horas lectivas del
profesorado de 18 a 20 semanales. La
decisión acarreó la pérdida del trabajo
para 3.000 interinos, según cálculos
sindicales, amén de restricciones en la
atención a los alumnos de la inmensa
mayoría de los centros de secundaria.
―En mi instituto –afirma Ismael, que
pide que no se haga público su apellido
ni el centro donde trabaja, por ―miedo a
ser trasladado‖, como les ha ocurrido a
compañeros suyos–, las instrucciones
han significado el cierre de la
biblioteca, del laboratorio de física y
química, la suspensión de las
actividades extraescolares, la reducción
a la mitad de los desdoblamientos de
grupos de matemáticas y lengua… Las
clases están masificadas, en 2.º de
bachillerato hay asignaturas con 40
alumnos. Y ha empeorado la atención a
los alumnos con más dificultades‖. Las
quejas de los estudiantes son similares.
―Estudio el bachillerato de ciencias,
pero no puedo experimentarlas porque
el laboratorio de física, que se reformó
el año pasado, está cerrado por falta de
profesores‖, critica Luis, de 17 años,
ante las puertas de su instituto, el Juan
de la Cierva (en el distrito de
Arganzuela).
Álvaro Ferrer, presidente de la
asociación de estudiantes Canae,
advierte que ―la larga lista de recortes
que arrastramos supone un ataque
nefasto a la educación, que afecta a la
equidad‖. El líder estudiantil duda de
que estas políticas de ajuste ―sirvan para
solucionar los problemas de nuestro
sistema educativo‖.
La Consejería rechaza hablar de
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recortes y alega que el presupuesto para
este año en Educación incluso ha subido
un poco (el 0,84%). En comparación
con lo que vive sobre todo la enseñanza
secundaria, la situación en los campus
madrileños es más tranquila. Pero es
susceptible de incendiarse en cuanto el
ministro de Educación, José Ignacio
Wert, ponga cifra al anunciado
endurecimiento de los requisitos para la
concesión de becas y ayudas y la más
que probable subida de las tasas
académicas.
La Universidad Complutense es, sin
duda, la más afectada por la coyuntura
económica. Una deuda de 150 millones
de euros ha obligado a aplicar un severo
plan de austeridad. ―Hay mucha
preocupación‖, resume Antonio
Villarino, catedrático de la universidad
y responsable de universidades en el
sindicato CSI-CSIF. El grifo
presupuestario para infraestructuras está
cerrado desde hace años y parte de los
profesores asociados –ni existe un
cálculo– ha visto como su contrato no
se renovaba. ―El profesorado estable
tiene más carga docente y menos tiempo
para investigar, pero el gran impacto se
verá en septiembre cuando haya que
convocar plazas para profesores
contratados‖, dice Villarino.
A pesar del ambiente de preocupación,
Carlos Elías, catedrático de la
Universidad Carlos III, prefiere ver la
escasez de recursos como ―una palanca
para revisar la sostenibilidad‖ del
sistema universitario y lograr un
―modelo más racional‖. ―No somos un
país rico –señala–, así que estamos
obligados a apostar por la excelencia.
La situación ha de ser un acicate para
competir, para lograr recursos más allá
de nuestras fronteras‖.
En la enseñanza obligatoria, la marea
verde está en una encrucijada.
Desgastada por las protestas y la
ausencia de acercamientos del gobierno
de Esperanza Aguirre, se mantiene en
un compás de espera ante el temor
fundado de nuevas oleadas de recortes.
Pedro Tejero cree que la contestación ha
servido al menos ―para despertar
conciencias y sensibilizar sobre la
importancia de la educación‖. Ismael
apunta que entre sus compañeros hay
―desolación‖ y duda que convoquen
más huelgas. ―Lo mejor –dice– es que,
cuando estás en clase con los chavales,
no piensas en Aguirre ni en nada. Si
trabajas y les ayudas, te lo agradecen.
Las cosas funcionan por la
profesionalidad y buen hacer de los que
creemos en nuestra labor‖.
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CATALUNYA
Salvemos la universidad pública‖,
escribe una chica en el patio del edificio
histórico de la Universitat de Barcelona
(UB). Varios estudiantes preparan
pancartas de denuncia de los recortes
del presupuesto en educación, con una
gran tijera negra como símbolo
inequívoco. Es lunes y este grupo de
alumnos prepara las próximas
asambleas que decidirán el curso de las
protestas estudiantiles. Tiempo antes,
habían ocupado este edificio cinco días
como colofón de la multitudinaria
manifestación de universitarios del 29
de febrero.
―Se habla de una huelga indefinida en
los campus, de iniciar nuevos
encierros… veremos‖, avanzan
Santiago Martínez y Martín García,
estudiantes de Filología Inglesa y de
Literatura. Ambos forman parte del
núcleo duro de universitarios
indignados y participan muy
activamente en asambleas y protestas.
Su objetivo: ―frenar los recortes y
cambiar el rumbo de la universidad
pública‖.
¿Está en peligro la educación
superior? El rector de la UB, Dídac
Ramírez, teme que el recorte deje a las
universidades en desventaja respecto a
los centros punteros de Europa, lo que
debilitará a toda la sociedad. ―Invertir
en educación es invertir en futuro, ahora
se hace todo lo contrario, y lo
pagaremos caro‖, advierte. El
presupuesto de las siete universidades
públicas de Catalunya cayó en el 2011
un 16% respecto al año anterior, más de
140 millones de euros. Su financiación
directa (contando el plan de inversiones,
que se destina a infraestructuras) fue de
787,3 millones. La Universidad
Tecnológica de Múnich, con 30.000
estudiantes, tiene un presupuesto de más
de 900 millones.
El año 2012 no está siendo tan drástico
en recortes en la educación superior: un
1,9% de reducción. Pero los campus
arrastran el golpe del año pasado. En la
UB o la Universitat Pompeu Fabra
(UPF), las bibliotecas ya no abren en
periodo de vacaciones para ahorrar en
electricidad y seguridad. ―Nosotros no
cubrimos las jubilaciones de
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profesorado permanente de forma
automática, hemos prescindido de unos
200 profesores asociados, hemos
reducido los años sabáticos, las
promociones del personal… apuramos
al máximo sin tocar la médula de la
universidad, sin rebasar el límite que
comprometa la calidad de la
institución‖, explica el rector de la
Universitat Politècnica de Catalunya
(UPC), Antoni Giró. El método para
asumir los recortes –la UPC recibió 38
millones menos en el 2011 y la UB, 40–
es similar al aplicado en todas las
universidades.
El estudiante de Filología Inglesa
Santiago Martínez va ya por su segunda
carrera. Cursó Historia del Arte, pasó un
tiempo en Londres, buscó trabajo, pero
no encontró nada. ―Estoy en paro y por
eso decidí volver a estudiar‖, explica.
La precariedad laboral –el paro juvenil
alcanza el 50%–, la falta de expectativas
y la profunda crisis económica han
encendido los ánimos de los
universitarios. El descontento por la
difícil situación pesa sobre las protestas,
que van más allá del puro ámbito
educativo. Ejemplo de ello es el amplio
seguimiento de la huelga del 29-M en
las universidades. O los encierros y la
parada de clases en facultades de la
Universitat Autònoma de Barcelona
(UAB) los días previos a la huelga.
La primera carrera que hizo Santiago
Martínez era con el plan de estudios
antiguo, y la segunda, adaptada al
Espacio Europeo de Educación Superior
(plan Bolonia). ―La verdad es que
apenas noto diferencia‖, dice él. Con el
plan Bolonia el estudiante debe estar
―en el centro del proceso de
aprendizaje‖; las clases magistrales dan
paso a seminarios, a grupos reducidos,
hay evaluación continua, seguimiento
personalizado… Para ello hace falta un
número suficiente de profesores. ―Los
recortes han hecho que Bolonia no se
aplique de forma óptima en algunas
carreras‖, reconoce el rector de la UB.
Otra fuente de quejas entre los
estudiantes y profesores.
En diversas universidades, los
profesores han pasado de dar ocho horas
semanales de clase a 12. Jaume López,
profesor asociado de la UPF, cree que la
implantación de Bolonia en un contexto
de recortes provoca una ―pérdida de
calidad de la enseñanza‖. Puesto que el
número de profesores no ha aumentado
–dice–, los seminarios en grupos
reducidos se hacen a costa de una
disminución de las horas de teoría y, a
veces, con una gran reducción del
sueldo –este profesor ha visto bajar el
suyo un 60%–.
Los rectores temen que la sobrecarga de
los profesores haga caer la
investigación, cuando las universidades
catalanas destacan sobre el resto de las
españolas en calidad científica, según
todos los rankings. Catalunya es la
comunidad con más centros con el
distintivo de Campus de Excelencia
Internacional, el programa que inició el
gobierno socialista. Sus estándares de
calidad son semejantes a los de
universidades europeas con mayores
presupuestos, indican varios estudios.
―Esta eficiencia puede romperse si
perduran los recortes‖, coinciden los
rectores.
El departamento de Universidades
insiste en que los recortes no restarán
calidad y apuesta por aplicar un nuevo
modelo de universidad y preparar su
estructura para cuando la situación
económica mejore. La reforma de la
gestión, la reordenación de la oferta de
máster o el mayor contacto con la
empresa son puntos de renovación. Y
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asuntos que también generan conflicto
con los estudiantes y sindicatos. En
los últimos meses, se han repetido los
boicots a las juntas de gobierno y las
reuniones del Gobierno que trataban
estos asuntos y los recortes.
El último caballo de batalla de los
universitarios es el precio de la
matrícula. Ahora, pagan el 15% del
coste real de sus estudios, y el
departamento de Universitats quiere
subir el porcentaje al 25%, lo que
pondría el precio medio de las tasas
en 1.600 euros por curso, frente a los
1.000 actuales. La última palabra la
tiene el Ministerio de Educación, que
decidirá esta primavera. La polémica
ya está abierta entre los que lamentan
que un aumento de la matrícula
perjudicará a las clases medias y los que
defienden que el sistema actual no es
justo (porque paga tanto el que tiene
dinero como el que no). Estos últimos
sostienen que el esfuerzo de inversión
pública debe hacerse en la educación
obligatoria.
Ésta no se encuentra mejor que la
universidad. Un martes, una veintena de
profesores del instituto-escuela
Roquetes de Barcelona monta tiendas
para pasar la noche en el centro como
protesta. ―Cada vez cuesta más atender
a los alumnos con necesidades
especiales, no hay suficiente personal de
apoyo‖, dice una maestra. ―En mi centro
ya no podemos desdoblar grupos en 2.º
y 3.º de ESO‖, tercia otra.
Muchos maestros creen que la
consellera Irene Rigau ha sido hábil al
aplicar los recortes, pero temen que los
continuos tijeretazos pongan al límite a
escuelas e institutos. ―El malestar entre
el profesorado es alto, nos han bajado el
sueldo, nos hacen trabajar más horas,
tardan más en cubrir las bajas y tenemos
menos recursos para proyectos y
actividades; tememos por los
estudiantes con menos recursos; si los
recortes siguen y la escuela no es capaz
de limar desigualdades, la conflictividad
social crecerá‖, señala Antoni Aragón,
director del instituto-escuela. El fracaso
escolar es del 30%, y el Gobierno
autonómico se ha propuesto reducirlo a
la mitad en ocho años. Entonces se verá
si los recortes han pasado factura.
Mientras, las pancartas se han
convertido en un elemento común en
centros educativos de todos los niveles.
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GALICIA
Lucía, una alumna, enumera las
consecuencias de la supresión de siete
plazas de profesores este curso: ―Hay
menos horas de biblioteca, menos clases
de apoyo y grupos más numerosos‖. A
su lado, otro adolescente destaca la
parte ―buena‖, según su particular punto
de vista, pues la reducción del número
de docentes ―provoca que haya menos
vigilancia‖. Entre los dos dibujan el
cuadro de los efectos de las
restricciones presupuestarias, que
causan un descenso de la atención al
estudiante y un potencial aumento de la
conflictividad.
La pancarta de Tomiño parece cansada
porque la lucha contra los recortes en la
educación pública gallega es de largo
recorrido, en una comunidad con un
ciclo electoral propio, que hizo que el
cambio de Gobierno, que deparó el
retorno del PP al poder, se produjese ya
en el 2009. ―Llevamos tantos años de
ajustes en la enseñanza que ya forman
parte de la realidad, que se va
agravando curso a curso, mientras se
deteriora la calidad‖, comenta Anxo
Louzao, secretario general de educación
en el sindicato nacionalista CIG.
La versión gubernamental coincide en
la perspectiva temporal, aunque con un
contenido totalmente distinto. ―En
Galicia ha habido ajustes en la
educación, como en todas partes,
aunque con una incidencia mucho
menor, porque la Xunta los hizo con
previsión, de forma que hemos podido
compaginar la racionalización de los
recursos con el aumento de la calidad‖,
asegura Román Rodríguez, diputado del
PP y portavoz de Educación.
La Consejería de Educación dispone de
un presupuesto de 2.383 millones de
euros, un 7% menos que en el 2010, el
primer ejercicio completo del Gobierno
de Núñez Feijóo. Es una reducción
inferior a la del conjunto del
presupuesto de la Xunta, que cayó un
17%, por efecto de una política de
austeridad más sostenida en el tiempo
que en otras comunidades.
La tijera presupuestaria se nota en los
institutos, aunque en grados distintos, y
bajo un manto de silencio. No resulta
fácil encontrar equipos directivos que
quieran explicar la magnitud de los
recortes y sus efectos. ―Rige la ley de
silencio que aplica la Consejería, que
propicia que muchos directores no
quieran aparecer en la prensa, por temor
a represalias‖, dice José Manuel
Fuentes, responsable de enseñanza
pública de CC.OO. de Galicia.
Emilio Romero, director del IES de As
Neves, cuenta que este curso tiene dos
profesores menos, que se suman a otros
dos eliminados en el 2008, sobre un
total de 43. Es un centro pequeño, rural,
con problemas de falta de calefacción
en el polideportivo y de filtraciones en
algunas aulas. Romero lamenta la
campaña ―de desprestigio del docente‖
y el deterioro de la enseñanza pública,
―que es la garantía de la libertad de
oportunidades‖. ―Los institutos no
pueden convertirse en un simple
contenedor de chavales‖, añade.
En Tomiño, a 42 kilómetros de As
Neves, los recortes se notan más. El
claustro informó a los padres al
comienzo de curso de que la plantilla
pasaba de 71 docentes a 64; el número
de alumnos por profesor subió en la
ESO de 23,7 a 27,8 y en el bachillerato,
de 19,7 a 28,5. Las plazas para clases de
apoyo cayeron de 75 a 30, las guardias
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se reducían en un 25% y las horas de
biblioteca, en un 70%.
La mayor masificación se da en
primero de ESO. Según la jefa de
estudios, Isabel Novoa, están en el
máximo legal, con 30 alumnos por
clase. En el aula, los estudiantes tienen
opiniones contrapuestas. ―Las clases
son peores, hay más interrupciones y
menos posibilidades de intervenir‖,
comentan dos chicas, sentadas en
primera fila. De los pupitres del fondo
llega otra versión: ―Lo pasamos mejor.
Hay más barullo‖, dice un chaval.
Los datos de la primera evaluación del
curso indicaron que ha aumentado la
conflictividad en el centro y que el
rendimiento académico se ha reducido,
según el vicedirector, Carlos
Villanueva. ―En este centro ya teníamos
una tasa de fracaso escolar elevada, del
50%, que duplica la media gallega. Hay
muchos alumnos que proceden de
hogares con un capital cultural bajo, con
mayores necesidades‖, apunta Novoa.
―Con tanta gente en el aula, te distraes
más‖, cuentan Rodrigo y Dani, alumnos
de primero de ESO, para los que la
masificación de su clase actual contrasta
con los grupos muy reducidos del
colegio rural del que proceden. Maruxa,
estudiante de cuarto de ESO, afirma
notar ―bastantes diferencias con otros
cursos. Antes, con menos alumnos por
aula, las clases eran más participativas‖.
En la puerta, la pancarta fatigada
aguarda las previsibles nuevas protestas
al inicio del próximo curso.
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Los recortes desbocan el déficit de las grandes universidades