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Revista del Espacio Europeo de la Investigación Comisión Europea Número especial Abril de 2009 ISSN 1830-8007 El camino hacia la igualdad Mujeres y Ciencias
44

El camino hacia la igualdad

Jan 05, 2017

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Page 1: El camino hacia la igualdad

Revista del Espacio Europeo de la Investigación

Comisión Europea

Número especial – Abril de 2009

ISS

N 1

83

0-8

00

7

El camino hacia la igualdad

Mujeres y Ciencias

Page 2: El camino hacia la igualdad

edit

oria

l reseach*eu, la revista del Espacio Europeo de la investigación que pretende ampliar el debate democrático entre

la ciencia y la sociedad, está escrita por periodistas profesionales independientes. Presenta y analiza proyectos,

resultados e iniciativas cuyos actores, hombres y mujeres, contribuyen a reforzar y a federar la excelencia científi ca

y tecnológica de Europa. reseach*eu se publica en inglés, francés, alemán y español, a razón de diez números

al año, por la Unidad de Comunicación de la DG de Investigación de la Comisión Europea. research*eu

Redactor jefeMichel Claessens

Revisores de las versiones lingüísticasJulia Acevedo (español), Gerard Bradley y Tiia Raudma (inglés), Régine Prunzel (alemán)

Coordinación generalJean-Pierre Geets, Charlotte Lemaitre

Coordinación de redacciónChristine RugemerConsejera editorialMarina Marchetti

PeriodistasLise Barnéoud, Didier Buysse, Kirstine de Caritat, Christine Rugemer, Yves Sciama, Mikhaïl Stein

TraduccionesAndrea Broom (inglés), Martin Clissold (inglés), Silvia Ebert (alemán), Michael Lomax (inglés), Consuelo Manzano (español)

DiseñoGérald Alary (jefe de proyecto), François Xavier Pihen (paginación), Marie Goethals y Christophe Moloughney (coordinación y seguimiento de la producción), Daniel Wautier (corrección de pruebas en francés), Richard Jones (corrección de pruebas en inglés), Sebastian Petrich (corrección de pruebas en alemán), D. A Morell (corrección de pruebas en español)

IconografíaChristine Rugemer

Versión en líneaCharlotte Lemaitre

IlustracionesLaurent Durieux

ImpresiónBietlot, Gilly (Bélgica)

Producción generalPubliResearch

La tirada de este número es de 126.000 ejemplares.Todas las ediciones de research*info se pueden consultar en línea en la página web de la DG de Investigación:http://ec.europa.eu/research/research-eu

Editor responsable:Michel ClaessensTel. : +32 2 295 9971Fax : +32 2 295 8220Correo electrónico: [email protected]

© Communautés européennes, 2009Reproducción autorizada, si se menciona la fuente.

Ni la Comisión Europea ni ninguna persona que la represente son responsables del uso que pueda hacerse de la información que contiene esta publicación ni de los errores eventuales que puedan subsistir a pesar del esmero en la preparación de estos textos.

Las opiniones presentadas en este editorial, así como en los artículos de este

número, no comprometen de forma alguna a la Comisión Europea

Saber y Poder

Este número aborda un problema que supone un freno para la investigación europea:

la subrepresentación de las mujeres en el mundo de la ciencia, en particular, en sus

órganos de toma de decisión. Aunque hay que matizar esta afirmación, puesto que la

situación varía de un sector a otro y de un país a otro.

Pero los análisis y los testimonios reunidos en estas páginas, que abarcan geográfi-

camente desde el Atlántico hasta el Mar Negro y desde el Círculo Polar Ártico hasta el

Mediterráneo, parecen apuntar todos a las mismas preguntas: ¿La clave, en este domi-

nio, así como en muchos otros, no estará en otro nivel? ¿No podría ser que las razones

mencionadas más a menudo para explicar las dificultades que tienen las mujeres para

desarrollar una carrera completa en la investigación, ya se trate de factores relacionados con la vida personal

(maternidad, vida familiar, menor movilidad, etc.) o con el mercado laboral (perfiles masculinos, etc.), sean sólo la

punta del iceberg? Estoy obviando voluntariamente los argumentos basados en la biología, dado que la literatura

científica afirma que, entre ambos sexos, no existen diferencias estadísticamente significativas en la estructura del

cerebro o en el funcionamiento cognitivo.

Los artículos de esta revista nos recuerdan que las raíces de muchos problemas no son simplemente una selec-

ción sesgada, sino que parten de problemas culturales y de presiones sociales que atribuyen papeles particulares

a los géneros. Como botón de muestra, citemos los estudios sobre las aptitudes para las matemáticas que revelan

que dentro de un entorno sociocultural propicio para la igualdad entre hombres y mujeres, las chicas obtienen

mejores resultados. O también los estudios que destacan la influencia del contexto mostrando que la autoestima

y la interiorización de los estereotipos de género desempeñan un papel crucial en los resultados obtenidos en

diferentes tipos de pruebas.

Los mecanismos de exclusión que se aplican la mayoría de las veces a las mujeres – y no sólo en el sector de

la investigación – se explican actualmente por el entramado existente de lazos de solidaridad y de poder, así

como por los monopolios de los conocimientos. ¿Por qué nuestra sociedad, en absoluto igualitaria, iba a tratar

igual a las mujeres que a los hombres en la esfera científica?

Michel Claessens

Redactor jefe

También puede rellenar este formulario con letra

de imprenta y enviarlo a la dirección siguiente:

research*eu

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Boîte postale 2201

L-1022 Luxembourg

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lingüística determinada, puede enviar su formulario

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anteriores, envíe un mensaje por correo electrónico

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La revista research*eu es gratuita. Para abonarse, cambiar la dirección de envío, modificar las modalidades

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Asimismo, podrá pedir antiguas ediciones, también gratuitas.

Page 3: El camino hacia la igualdad

research*eu NÚMERO ESPECIAL | ABRIL 2009 3

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN

4 El camino hacia la igualdad

5 No salen las cuentas

ENTREVISTA

6 Volcada no sólo en la ciencia…

Susan Greenfield, política, directora de la

Royal Institution, es ante todo una científica

estrechamente vinculada a su laboratorio

de Oxford.

ESTADÍSTICAS

8 Las cifras hablan por sí solas

Hay muchas mujeres en las universidades.

Algunas entran en la investigación,

pero un gran número de ellas la abandonan.

Balance de esta situación.

INVESTIGACIÓN INDUSTRIAL

10 Ir más allá de las buenas intenciones

El 18 % de los investigadores y de los

ingenieros de las empresas europeas son

mujeres. Es una cifra baja. Muchos admiten

este déficit pero pocos están dispuestos

a transformar esta realidad.

EUROPA CENTRAL Y ORIENTAL

12 El difícil gambito de la dama

Las científicas, numerosas en los antiguos

países comunistas, pocas veces alcanzan

altos niveles de responsabilidad. Análisis

del informe europeo ENWISE.

14 Breves

15 Al diablo con los estereotipos

NEUROBIOLOGÍA

16 El cerebro, entre ciencia e ideología

Catherine Vidal, apasionada por las

cuestiones relacionadas con la ciencia

y la sociedad, particularmente con las que

estudian el problema del género, reflexiona

desde hace varios años sobre las relaciones

entre el sexo, el cerebro y el poder.

REPORTAJE

18 Pluralidad mixta

Una tarde en el CIRID, en Burdeos, donde

el carácter mixto es la norma y las

investigadoras tienen un lugar preferente.

FINLANDIA

20 La mejor alumna de la Unión Europea

Reportaje en Finlandia, país donde se

preconiza la igualdad de género, y donde las

mujeres tienen su lugar en la investigación.

GÉNERO

23 Puntos de vista masculinos

¿Qué piensan de las investigadoras sus

colegas o sus “jefes”? En todo caso,

no se dejan llevar por los prejuicios.

24 Breves

25 Entrevistas

COMPROMISO

26 Gerlind la tenaz

Gerlind Wallon dirige el programa “Women in

Science” de la EMBO. Un trabajo que le

apasiona y le permite compaginar su vida

profesional y su vida privada.

ALTA TECNOLOGÍA

28 Dos representantes de

la nanotecnología femenina

El grupo Women in Nano fue creado para

animar a las mujeres a dedicarse a la ciencia.

Entrevistamos a Annett Gebert y Ulrike

Wolff, dos de sus investigadoras.

SOCIOLOGÍA

30 La libre trayectoria

de una investigadora sueca

Boel Berner está interesada especialmente

por las profesiones tradicionalmente

masculinas y los expertos y los responsables

de las tecnologías. Análisis de este universo

bajo la perspectiva del género.

CIENCIA Y SOCIEDAD

32 Más allá de lo técnico

Christine Heller mira constantemente

más allá de su laboratorio o de sus clases,

teniendo múltiples centros de interés:

asociaciones, jóvenes investigadores,

impacto de las técnicas, ética...

34 Breves

35 Actuar donde están los problemas

ENTREVISTA

36 Los talentos de las científicas

Entrevistamos a Britta Thomsen, euro-

diputada danesa, autora de un informe

sobre el lugar que ocupan las mujeres

en las ciencias publicado por el Parlamento

Europeo.

BALANCE

38 Las políticas a prueba

Tres estudios publicados por la Unidad

“Cultura científica y cuestiones de género”

de la Dirección General de Investigación

arrojan luz sobre la cuestión del género en

el mundo científico europeo.

PREJUICIOS

40 La carrera de obstáculos

¿Por qué escasean las mujeres en las

ciencias? Veamos lo que va ocurriendo

desde la más tierna infancia. Los obstáculos

y los prejuicios se van encadenando,

uno tras otro.

42 Breves

Algunos proyectos apoyados por la Unión

Europea.

LA CIENCIA EN IMÁGENES

44 Los secretos de las gónadas

Page 4: El camino hacia la igualdad

INTERVIEW

4 research*eu NÚMERO ESPECIAL | ABRIL 2009

¿Cuál es el “peso” de las mujeres en la ciencia y la investigación en

Europa? Lo evaluamos, desde hace tan sólo una década, con esta-

dísticas que tienen en cuenta el género. Se puede ver hasta qué

punto están subrepresentadas gracias al Grupo de Helsinki, que rea-

lizó un monumental trabajo de recopilación de datos, en todos los Estados miembros,

para que se conociera la “cuota” femenina en la investigación. Todo empezó en 1999,

cuando la Unión lanzó su plan de acción “Mujeres y Ciencia”.

Estas cifras sacaron a la luz las tres principales trampas que se ciernen sobre las

investigadoras. Antes que nada, lo que se denomina en inglés “leaky pipeline” (“fugas

en la tubería”); es decir, al principio, las mujeres están muy presentes en el “pipeline”

de la investigación, pero luego esta tubería está llena de fugas y muchas de las mujeres

desaparecen. Cuando se mantienen, a menudo se topan con el segundo obstáculo,

denominado el “glass ceiling” (“techo de cristal”), invisible y real, ya que los mejores

puestos son para los científicos hombres. Paralelamente, pueden encontrar otro tipo

de traba, el “sticky floor” (“suelo pegajoso”), que las limita a tareas poco creativas,

cortándoles las alas.

Se han propuesto múltiples soluciones – poniéndose en práctica algunas, particu-

larmente a través de proyectos apoyados por la Unión Europea – para contrarrestar

estos obstáculos: cambio en la enseñanza de las ciencias, formaciones o becas espe-

cíficas para las mujeres, tutoría, creación de redes, etc. No obstante, la situación de

las investigadoras sigue siendo precaria y apenas están representadas en los pues-

tos de responsabilidad (con un promedio del 8 % de los puestos de docencia).

La conferencia Changing research landscapes to make the most of human potential

– 10 years of EU activities in “Women and Science”, organizada por la Comisión Europea,

hará un balance de esta década y evaluará el camino a seguir para acelerar este pro-

ceso de igualdad, así como los medios para conseguirlo. Se destacará la importancia

de la modernización de las universidades y de las instituciones de investigación, que se

está produciendo en numerosos países europeos. Este movimiento puede representar

una oportunidad muy especial para mejorar el entorno de trabajo de las investiga-

doras, así como de los investigadores.

Generalmente, cuando se anuncian políticas de cambio suelen aparecer algunas

palabras clave: autonomía, recursos financieros, competencia y excelencia, colabo-

raciones universidad-empresa, propiedad intelectual, etc. Pero pocas veces se men-

cionan los recursos humanos, y aún menos la igualdad entre los hombres y las

mujeres en estas profesiones. Ahora bien, aunque se esté debatiendo sobre la orga-

nización de la ciencia y de la investigación, lo que se tiene que replantear es el estatus

de todos los científicos. Las nuevas generaciones tienen toda una serie de aspiracio-

nes: el equilibrio entre la vida privada y la vida profesional, los permisos por materni-

dad o paternidad, las posibilidades puntuales de trabajo a tiempo parcial y/o de

teletrabajo y los horarios “aceptables”. Este tipo de estatus acabaría con los estereo-

tipos y los prejuicios que siguen trabando las carreras de las mujeres. Tal perspectiva

aborda el trabajo de los investigadores promoviendo la mezcla de géneros, como

garantía de un pensamiento plural y de una nueva igualdad.

Conferencia “Changing research landscapes”

http://ec.europa.eu/research/science-society

El camino hacia la igualdad

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hu

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Page 5: El camino hacia la igualdad

research*eu NÚMERO ESPECIAL | ABRIL 2009 5

No salen las cuentas

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hu

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“En la vida, no hay nada que temer, sino todo por comprender”.

Marie Curie,

Premio Nobel de Física (1903)

y de Química (1911)

Page 6: El camino hacia la igualdad

6 research*eu NÚMERO ESPECIAL | ABRIL 2009

Sus conocimientos en neurociencias le han

inspirado para escribir dos libros en los que usted

explora los fundamentos de la identidad humana.

Precisamente, en términos de identidad,

¿diría usted de sí misma: “soy una científica”

o más bien “soy una mujer científica”?

Usted no le haría esta pregunta – poco habi-

tual – a un hombre, y, según las normas del

rigor científico, debería adoptar la formulación

“neutra”. Pero sé también que se trata de una

definición muy formal. Sí, me considero antes

que nada mujer, es mi “marca de nacimiento”.

Porque, por muy importante que sea para mí

la ciencia, mi vida está también llena de otras

cosas. Por lo tanto, opto por la segunda posi-

bilidad: soy una mujer científica. Cuando

estoy en los medios de comunicación, así es

como me consideran. Por ejemplo, los perio-

distas se suelen interesar por mi vida familiar,

me preguntan si tengo hijos. No creo que

piensen tanto en este tipo de preguntas cuan-

do entrevistan a un hombre.

Reconocida a la vez como científica y como

mediadora de la ciencia, usted forma parte de

esta minoría de mujeres que han franqueado

el “techo de cristal”. ¿Cómo lo ha logrado?

Aquí siento la tentación de responder que

soy una mujer científica sin hijos, porque está

claro que los hijos son la cuestión más impor-

tante que se plantean las mujeres que tienen

una vocación científica. Las que son investiga-

doras y madres de bebés de seis meses, que

tienen entre veinte y treinta años – o más – se

ven confrontadas con un dilema permanente.

Aunque los hombres puedan ayudar mucho,

la responsabilidad ineludible de la maternidad

se añade a las angustias cotidianas del estatus

de joven investigadora, que depende la mayo-

ría de las veces de becas o de créditos tempo-

rales, que hay que renovar. Hay que responder

a convocatorias, presentar candidaturas a becas,

tratar de formar parte de equipos que propo-

nen proyectos y, además de eso, publicar con

frecuencia y sin demora. ¿Usted es joven inves-

tigadora, en los escalones inferiores de la inves-

A Susan Greenfield, neurofarmacóloga famosa por sus

investigaciones sobre las enfermedades de Alzheimer

y de Parkinson en su laboratorio de Oxford, le gusta salir

de los caminos ya trillados e implicarse en los asuntos que

atañen a la sociedad. Presente en los debates mediáticos

como Miembro de la Cámara de los Lores británica

– y poseedora del título nobiliario de baronesa –,

es también escritora de libros para el gran público,

en los que aborda la relación cada vez más íntima

de lo humano y lo tecnológico.

Volcada

ENTREVISTA

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tua

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lark

e

Susan Greenfield:

“Las neurociencias

no disponen de las

herramientas necesarias

para explicar la

existencia de la

mente, o el estado de

conciencia tan especial

del ser humano, pero

permiten estudiar, con

seriedad, su desarrollo,

su funcionamiento,

y los factores que

pueden influir en ella”.

Page 7: El camino hacia la igualdad

research*eu NÚMERO ESPECIAL | ABRIL 2009 7

tigación? Probablemente se quede usted ahí, ya

sea porque abandona temporalmente sus ambi-

ciones, o porque (si, a pesar de todo, decide

continuar) está en desventaja a la hora de pro-

gresar con respecto a sus colegas masculinos.

En todo caso, lo que le digo se da en el Rei-

no Unido. Hace tiempo, pasé un año en el Collè-

ge de France, en París, y me quedé sorprendida

de las facilidades que tenían las científicas fran-

cesas, por ejemplo, en lo que respecta a las guar-

derías o a la flexibilidad de horarios. Aquí, las

investigadoras tienen menos suerte. Europa es

un espacio que hay que visitar, para ver lo que

funciona mejor en otros lugares.

Cuando una científica decide tener hijos

y dedicarles el tiempo que necesitan, un aspec-

to esencial es la cuestión de su posterior vuelta

al trabajo. Hay que concebir nuevos sistemas.

Estoy pensando, por ejemplo, en lo que llama-

mos en inglés “ring fences”– fondos especiales

dedicados a la vuelta al trabajo de estas muje-

res. La Royal Institution ha atribuido una serie

de becas de este tipo en el Reino Unido, en el

marco de una cooperación con las iniciativas

de mecenazgo de la feminista empresa L’Oréal.

Pero sólo es una gota en el mar de obstáculos

a los que se ven confrontadas las científicas.

Uno de estos obstáculos es también el daño

provocado por el sexismo casi-institucional de

la ciencia. Yo creo que hay una tendencia no

declarada a infravalorar las responsabilidades de

las mujeres en la investigación, que las propias

mujeres contribuyen a agravar. Por ejemplo, com-

probamos que, en determinados campos como

la física, hay menos candidatas que candidatos

a los puestos ofrecidos.

Ése no ha sido su caso… Y, además de su

carrera de investigadora, usted acumula también

una doble responsabilidad política e institucional.

Para mí lo más importante es mi vida de

investigadora. Por nada del mundo deseo

renunciar a los días y a los trabajos que tengo,

cada semana, en mi laboratorio de Oxford.

Pero ya no soy una joven investigadora, una

luchadora aislada, como acabo de describir. Me

ayudan y puedo delegar. Cuando estos “señores

vestidos de gris” (como los llamo) me contac-

taron para presentar mi candidatura a la Cámara

de los Lores, para mí suponía una reflexión per-

sonal sobre la influencia mental que la ciencia

tiene y que tendrá cada vez más en la propia

identidad de los individuos. En esta asamblea no

hay muchos científicos, a pesar de que a menu-

do se traten temas relacionados con el lugar

de la ciencia y de las innovaciones. Pero estoy

también en la Cámara de los Lores (1) como

mujer, con un punto de vista femenino.

Los libros que usted ha escrito sobre esta

“influencia mental de la ciencia en el individuo”

describen un futuro un poco inquietante, que

puede llevar al pesimismo…

El campo que exploro depende de conoci-

mientos cada vez más profundos sobre el fun-

cionamiento del cerebro humano, sobre su

desarrollo, su plasticidad, su química y sus

conexiones, su forma de percibir, de interpre-

tar, de organizar los “mensajes” que le envían

sus sentidos y su propia historia, así como la

influencia de los genes. Precisamente estoy

reflexionando sobre el impacto de las tecno-

logías que rigen cada vez más la percepción

del mundo real que el cerebro, y el individuo

en el que está alojado, reciben de su entorno.

Al pasar de lo real a lo virtual, actuando sobre

la química de nuestras neuronas, manipulan-

do nuestras capacidades sensoriales, entramos

en una esfera que interviene en los elementos

constitutivos de la mente humana. Las neuro-

ciencias no disponen de las herramientas nece-

sarias para explicar la existencia de la mente,

o el estado de conciencia tan especial del ser

humano, pero permiten estudiar, con seriedad,

su desarrollo, su funcionamiento, y los facto-

res que pueden influir en ella. Es lo que trato

de relatar en mis libros, de forma muy libre (2).

Me han reprochado – no sin algo de razón en

cuanto a la primera de estas obras, Tomorrow’s

People –, que insisto en las amenazas inheren-

tes a las tecnologías que invaden el terreno de

la mente humana. No lo hago por pesimismo,

sino a modo de advertencia. Estoy convencida

de que la mente tiene una creatividad inago-

table, pero también veo su fragilidad.

¿Los filósofos, desde hace milenios, y los

antropólogos del siglo XX, no dijeron y escribie-

ron ya todo sobre este tema?

Lo que es nuevo, es que la ciencia puede

proponer, por sus propias vías, un enfoque

fisiológico que arroja una nueva luz sobre la

asombrosa y compleja alquimia del ser humano.

Esto me apasiona e intento explicarlo. En efecto,

se pueden dar reflexiones entrecruzadas. Hoy

en día, en lo que se refiere a la ciencia, la ten-

dencia sería ir en busca de los conocimientos

y las tecnologías más punteras del propio

campo, sin tomarse el tiempo para plantearse

las “grandes cuestiones”. No tenemos tiempo,

ya estamos lo bastante ocupados con la bús-

queda de financiación, las publicaciones espe-

cializadas (no siempre) que hay que escribir,

los equipos que hay que formar, etc. En lo que

a mí se refiere, eso no me basta. Estoy metida

de lleno en la ciencia, pero quiero expresar las

cuestiones que me evoca, aunque sepa que estas

cuestiones pueden molestar y que no tienen

respuesta forzosamente. La exigencia básica es

plantearlas bien.

Declaraciones recogidas por Didier Buysse.

(1) Susan Greenfield también es presidenta de la Royal Institution, a la vez museo y espacio de reflexión y de comunicación en el que se unen la ciencia y la sociedad. Esta noble institución está instalada en los talleres en los que Faraday inventó el electromagnetismo.

(2) Susan Greenfield, Tomorrow’s People, Penguin Books, Londres, 2004.Susan Greenfield, The Quest for Identity in the 21st Century, Sceptre, Londres, 2008.

no sólo en la ciencia…

ENTREVISTA

Page 8: El camino hacia la igualdad

8 research*eu NÚMERO ESPECIAL | ABRIL 2009

Tijeras y fugas en la “tubería” La situación global del carácter mixto de los

diferentes peldaños de la jerarquía de los estu-

dios y de las carreras se puede observar en un

sintético “diagrama de tijeras”. En la parrilla de

salida, las chicas están bien presentes. En 2003,

representaban más de la mitad de la población

universitaria y el 59 % de las estudiantes euro-

peas (UE-25 (1)) – considerando todas las disci-

plinas – acababan sus estudios universitarios

básicos (nivel de graduado, licenciatura, más-

ter), frente al 41 % de los estudiantes hombres

(véase el gráfico 1). Pero las tijeras se invertían

tan pronto como se entraba en la fase de pre-

paración para el doctorado y otros grados que

desembocaban en carreras académicas y la

investigación. No obstante, si se limitaba el

estudio a las ciencias naturales y la ingeniería,

el desequilibrio estaba presente desde la fase

de estudiante (véase el gráfico 2). Los índices

decrecientes de mujeres ilustraban las “fugas”

que se producían a medida que se iba subien-

do en los peldaños de la jerarquía académica.

En el nivel más alto (grado A), en las univer-

sidades y los centros de investigación, las muje-

res contaban con una sola representante (15 %)

por cada siete colegas masculinos (85 %).

Por lo tanto, el mundo académico europeo

contaba, en 2003, con el 15 % de profesoras. La

proporción era mayor en Rumanía (29 %) y en

Letonia (26,5 %), y menor, con alrededor del 9 %,

en Alemania, los Países Bajos, Austria y Bélgica.

El “grado A” (2004 – UE-25) variaba también

según las especialidades, existiendo más pre-

sencia femenina en las ciencias humanas

(23,9 %), las ciencias sociales (16,6 %) y las

ciencias médicas (15,6 %).

No obstante, si observamos más de cerca la

participación femenina en los campos de las

ciencias “duras” y en ingeniería, descubrimos

que no se daba ni siquiera el fenómeno de las

“tijeras”. A todos los niveles de las formacio-

nes, la proporción de las tituladas o de las estu-

diantes no superaba la mitad de los chicos. A lo

largo de los diferentes grados, las mujeres iban

abandonando la carrera y, en el grado máximo

de los puestos directivos, sólo quedaba una

mujer por cada nueve hombres.

El empleo femenino, motor de los recursos humanos

Según el último informe de la OCDE, el

empleo de los recursos humanos en ciencia

y tecnología (HRST) “sigue aumentando a un

ritmo mucho más rápido que el empleo total

en todos los países, al ritmo del 2,5 % anual,

por término medio, en los Estados Unidos,

y del 3,3 % en la UE-15 (2). Esta aceleración se

debe principalmente al aumento del empleo

femenino y a la expansión del sector servicios”.

Las cifras de Eurostat confirman esta dinámica:

según los países, en 2004, los efectivos de titu-

ladas de la enseñanza superior censados en el

empleo total en la mayoría de los casos eran

equivalentes o moderadamente inferiores a los

de los hombres. Entre 1999 y 2004, la propor-

ción de mujeres licenciadas en ciencia y tec-

nología creció más rápidamente (4 %) que la

proporción masculina (2,2 %).

Siempre según Eurostat, las “trabajadoras

cualificadas en CyT” ocupaban principalmente

los “servicios de alta intensidad de conocimien-

tos” en los que trabajaban la mayoría de los

licenciados superiores en CyT, a razón del 77 %

La prueba la aportan los

gráficos. Aunque hay

mujeres en la ciencia,

en su mayoría no son tan

“visibles” como sus colegas

masculinos.

ESTADÍSTICAS

Las cifras hablan por sí

1. Carácter mixto de todas las disciplinas

Niveles de estudios y de responsabilidades de investigación en el mundo académico

54

524448

46

41

56

59

4643 42

32

0

20

40

60

80

100

Hombres 1999Mujeres 1999Hombres 2003Mujeres 2003

ISCED 5A

Estudiantes

ISCED 5A

Licenciados

ISCED 6

EstudiantesISCED 6

LicenciadosGRADO C GRADO B GRADO A

15

44

38 37

30

13

56

62 63

70

87

54 57 58

68

85

2. Carácter mixto en las disciplinas de ingeniería y de ciencias naturales únicamente

7168 68

7074

83

92

91

77

7066

0

20

40

60

80Hombres 1999Mujeres 1999Hombres 2003Mujeres 2003

ISCED 5A

Estudiantes

Grado A: Puestos de dirección y decisión en el campo de la investigación

Grado B: investigadores experimentados

Grado C: investigadores postdoctorandos

ISCED 5A: licenciados o estudiantes de tercer grado (escuelas superiores especializadas)

ISCED 6: licenciados o estudiantes de tercer grado (nivel de doctorado)

ISCED 5A

Licenciados

ISCED 6

EstudiantesISCED 6

LicenciadosGRADO C GRADO B GRADO A

6466

70

30

34

32

3634

30

23

17

8

9

26

3032

29

Fuente: Informe She Figures 2006, Dirección General de Investigación.

% 100 %

Page 9: El camino hacia la igualdad

research*eu NÚMERO ESPECIAL | ABRIL 2009 9

de mujeres y el 56 % de hombres. En cambio,

en los sectores de alta tecnología con vocación

más específicamente industrial, que emplea-

ban a escala europea a más de 8,7 millones de

científicos e ingenieros en 2004, las mujeres

ocupaban sólo el 29 % de los empleos “de titu-

lados”. A este nivel, su presencia tendía a estan-

carse mientras que la proporción de hombres

aumentaba en un 2 %.

Más mujeres con el doctoradoEn 2003, el 43 % de los 88.000 doctorados

concedidos por las universidades europeas lo

obtuvieron mujeres, un número cada vez

mayor, y bastante impresionante si se lo com-

para, por ejemplo, con Japón dónde tan sólo

es del 25 %. Comparado con 1999, el aumento

de títulos de doctorado otorgados a mujeres

(7 %) fue mucho más elevado que en el caso

de los hombres, el 2 %. Los países que conta-

ban con las proporciones más elevadas de

mujeres que alcanzaban el nivel del doctorado

eran, en particular, los Estados miembros de la

Europa Central y Oriental, caracterizados por

un ámbito científico tradicionalmente de carác-

ter mixto.

En términos de especializaciones, estaban

más representadas en las ciencias de la vida

y menos en ingeniería (véase el gráfico 3). Sin

embargo, esta última cifra no siempre era baja

en todos los países: en Hungría, el 33% de las

mujeres tenían un doctorado de alguna rama

de ingeniería, en Finlandia y en Francia eran

el 25 %, frente a sólo el 7 % en Alemania.

¿Dónde estaban las investigadoras?Cerca del 30 % de los efectivos europeos que

trabajaban en el campo de la investigación eran

mujeres. Formaban más del tercio de los recur-

sos de “materia gris” de las universidades (y otros

centros de enseñanza superior) y de la inves-

tigación llevada a cabo en los numerosos labo-

ratorios públicos. En cambio, apenas estaban

presentes en los laboratorios privados, donde

tan sólo había una mujer por cada cinco hom-

bres (véase el gráfico 4). Cabe decir que, como

de costumbre, las diferencias nacionales

podían ser bastante importantes.

¿Será una cuestión de competitividad?Otra cuestión concierne a los índices de éxi-

to en materia de financiación de las investiga-

ciones. Allí también, las diferencias de género

son muy visibles, por razones que preocupan

a diferentes expertos. Un cuestionario sobre

esta problemática fue elaborado minuciosa-

mente por el Laboratorio Europeo de Biología

Molecular (EMBL, por sus siglas en inglés),

para su informe Gender and science, publica-

do en la revista Nature en 2007. El 76,6 % de

las mujeres encuestadas consideraban que el

sector de la investigación estaba dominado por

los hombres – opinión compartida por la mitad

de ellos. El 75 % de ellas, frente al 33 % de sus

colegas masculinos, pensaban que se les asigna-

ban sobre todo las tareas administrativas y subor-

dinadas, pero el 55 % de las investigadoras

también consideraban que las mujeres no

tenían las mismas bazas en términos de com-

petitividad, tanto para conseguir financiación

para la investigación como para obtener pues-

tos de alta responsabilidad (idea compartida

solamente por el 27 % de los hombres). Una

causa establecida es que las mujeres, debido a

sus cargas domésticas y familiares paralelas a

su vida de investigadoras, deben limitar más el

tiempo del que disponen para trabajar. Por otra

parte, los autores del estudio EMBO achacan

también el “menor éxito” de las mujeres en la

obtención de financiación para los proyectos,

al prejuicio cultural que impregna, consciente

o inconscientemente, al mundo científico y que

les deja un poco al margen de las ayudas pro-

fesionales y de las redes.

Para reequilibrar este aspecto, la Comisión

pretende aumentar en lo posible el número de

las mujeres implicadas en el funcionamiento

del programa marco de investigación. Y para

lograrlo, amplía su programa “Ciencia en la

sociedad” con acciones concretas de supervi-

sión, de gestión de los trabajos de investiga-

ción y de redes dedicadas a las científicas.

D.B.(1) UE-25: Estados miembros de la Unión Europea antes

de las adhesiones de Bulgaria y de Rumanía.(2) UE-15: Estados miembros de la Unión antes de

la ampliación de 2004.

ESTADÍSTICAS

solas

She Figures 2006

Estadísticas reunidas por la Dirección

General de Investigación

www.ec.europa.eu/research/science-

society/pdf/she_figures_2006_en.pdf

Science, technologie et industrie:

Tableau de bord de l’OCDE, 2007

www.oecd.org/sti/tableaudebord

Eurostat – L’emploi des femmes dans

les sciences et les technologies

http://epp.eurostat.ec.europa.eu/

cache/ITY_OFFPUB/KS-SF-08-010/FR/

KS-SF-08-010-FR.PDF

EMBO – Gender and Science

www.embo.org/publications/reports.

html

Ciencias

de la vida

Ciencias físicas Arquitectura

e ingeniería civil

Ingeniería-

industrial

3. Proporción de las mujeres titulares de un doctorado

en la Unión por grandes áreas científicas (2003)

Fuentes: D.G. de Investigación – Science in Society

Doctoras

Doctores

Investigadoras

Investigadores

Todos

los sectores

Centros

de estudios

superiores

Sector

gubernamental

Empresas

4. Proporción de las investigadoras activas en la Unión

por sector en 2003 (en % de los efectivos de CyT)

Fuentes: D.G. de Investigación – Science in Society

0

20

40

60

80

100 %

0

20

40

60

80

100 %

54 %

33 %31 %

17 %

46 % 67 % 69 % 83 %

29 %

71 % 65 % 65 % 82 %

35 % 35 %

18 %

Page 10: El camino hacia la igualdad

10 research*eu NÚMERO ESPECIAL | ABRIL 2009

El sentimiento general es que los avan-

ces son lentos, demasiado lentos y,

sobre todo, más lentos que en el sec-

tor académico. Y, no obstante, la situa-

ción está evolucionando: conocemos cada vez

mejor las razones que hacen que las mujeres

tengan dificultades en integrarse en los centros

de investigación privados y que desarrollen allí

su carrera profesional; las buenas prácticas van

emergiendo y difundiéndose; pero sobre todo,

las empresas empiezan a comprender que les

conviene más tener un personal de I+D mixto.

Más allá del principioDe hecho existen dos argumentos para

defender la idea de que las mujeres deben ocu-

par un lugar más importante en la investiga-

ción industrial. El primero es una cuestión de

principios: como la igualdad entre ciudadanos

forma parte de los valores fundadores de la

Unión Europea, los hombres y las mujeres, con

competencias comparables, deben tener un acce-

so igual a todos los empleos científicos, tanto

privados como públicos. La dificultad de esta

posición es que cuesta aplicarla. Tan legítimo

es que la acción pública se fundamente en estos

principios éticos, como difícil poder imponer-

los a las empresas; por supuesto, siempre que

no ejerzan ninguna discriminación ilegal. De ahí

que exista una segunda argumentación mucho

más pragmática: las mujeres deben ocupar un

lugar más importante en la investigación indus-

trial porque su participación permitirá mejorar

los resultados de las empresas y, por lo tanto,

la competitividad europea.

Un trayecto con numerosos obstáculosEn un contexto de envejecimiento de la

población que obliga cada vez más a las

empresas innovadoras a contratar a jóvenes

científicos con talento, la subrepresentación

femenina es un desperdicio, porque el nivel de

calificación de las mujeres avanza con rapidez:

representaban al 30 % de los doctores de cien-

cias en 1999 (el 38 % de todos los doctorados)

y el 34 % cuatro años más tarde (el 43 % en

todas las materias). Es pura aberración econó-

mica privarse de este vivero de competencia.

No obstante, es lo que está pasando, a medida

que avanzan sus carreras. Por desgracia, no

disponemos de estadísticas tan completas

como las de las trayectorias académicas, pero

sin duda alguna la “tubería” tiene fugas en

varios puntos.

Ruth Graham, del Imperial College de Lon-

dres, que realizó medio centenar de entrevistas

a mujeres de todas las edades que trabajan en

la investigación privada, identifica tres trampas

al menos. La primera es la autoexclusión que

lleva a determinadas mujeres a no presentarse

a puestos en sectores que saben que son mayo-

ritariamente masculinos, particularmente en

las tecnologías de la información y la comuni-

cación. La segunda es la dimisión o el cambio

a puestos no relacionados con la I+D cuando

tienen unos treinta años, la edad en la que sue-

len tener hijos. La tercera es menos conocida,

como reconoce Ruth Graham, que explica

“cómo se quedó asombrada por el número de

mujeres que se quejan de consecuencias

desastrosas para su carrera por su implicación

en programas o reflexiones sobre el tema

Las mujeres sólo representan

el 18 % de los ingenieros

e investigadores de las empre-

sas de la Unión Europea, y el

7 % de los autores de paten-

tes. Ya en 2003, la Comisión

Europea había comprobado

que estaban muy poco

representadas en la I+D

privada, como figuraba en

su informe “Women in indus-

trial research: A wake up call

for European industry” (“Las

mujeres en la investigación

industrial: despertemos

a la industria europea”).

Seis años más tarde,

¿cuál es la situación?

Ir más allá de las buenas intenciones

INVESTIGACIÓN INDUSTRIAL

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ck

Page 11: El camino hacia la igualdad

research*eu NÚMERO ESPECIAL | ABRIL 2009 11

‘Mujeres y ciencias’. Estas investigadoras a menu-

do se han visto apartadas, aisladas y marginadas

en la empresa, llegando en ocasiones a ser des-

pedidas o a dimitir”.

Uno de los aspectos más insidiosos de estas

desigualdades se refiere a la manera en la que

se atribuyen los ascensos. Así como explica

Irene de Pater, de la Universidad de Ámsterdam:

“Aparentemente, sólo se evalúa el mérito. Los

investigadores, ya sean hombres o mujeres, que

han llevado a cabo una misión delicada se ven

recompensados por la atribución de mayores

responsabilidades”. ¿Pero a quién se confían

estas misiones delicadas? ¡Mucho más a menudo

a los hombres que a las mujeres! “Las mujeres

están excesivamente presentes en los proyec-

tos que no se refieren directamente a la I+D

más básica, sino más bien a su acompañamien-

to comercial o a la relación con la clientela”,

confirma la economista Laure Turner, de la

Escuela Nacional de Estadística y Administra-

ción Económica de París. Las mujeres científicas

que consiguen superar los obstáculos que tien-

den a eliminarlas de las empresas se encuen-

tran así encerradas en estas “áreas más suaves”

como son los servicios de comunicación o de

gestión, lejos del centro estratégico de la I+D.

Auténtica pérdida para la sociedad, estos

abandonos o estas limitaciones en las carreras

son también perjudiciales para las empresas.

Las mujeres que dejan los centros de investi-

gación privados no lo hacen porque sean

menos profesionales que sus colegas masculi-

nos, sino porque la organización de la empresa

las obliga a escoger entre su trabajo científico

y otros aspectos de su vida, sobre todo del

ámbito privado. “Ante la importancia de las

inversiones en capital humano de las empre-

sas de alta tecnología, les conviene adoptar

medidas que permitan un buen equilibrio entre

la vida familiar y la vida profesional si quieren

mantener a sus trabajadores altamente cualifi-

cados de ambos sexos”, explica Daniela Del

Boca, de la Universidad de Turín.

¿En qué se basan los resultados?¿Podríamos ir más allá en esta argumenta-

ción económica y decir que una empresa

tiene mejores resultados cuando emplea

a numerosas mujeres? Los investigadores en

gestión de empresas están debatiendo mucho

este problema porque, en realidad, tiene dos

vertientes.

La primera es saber si se pueden relacionar

los resultados de una empresa con la propor-

ción de mujeres entre sus ejecutivos. Un estu-

dio de 2.500 empresas danesas – el mayor

sobre este tema en Europa – tiende a dar una

respuesta afirmativa pero con matices: ¿no es

posible que simplemente estas empresas ten-

gan una gestión más eficaz de los recursos

humanos, y que la consideración de las carre-

ras femeninas sea sólo un aspecto?

La segunda es saber si los equipos de inves-

tigación mixtos tienen mejores resultados que

los equipos constituidos mayoritariamente por

personas del mismo sexo. En esto también son

contradictorios los resultados, porque dependen

de la manera en la que la empresa gestione esa

“mezcla”, tanto en lo que respecta al género,

como al origen o la formación. Así, el grupo

petrolero Shell concluyó que: “La diversidad, par-

ticularmente la de géneros, tiene un efecto posi-

tivo sobre los resultados de un equipo si cada

uno de sus miembros se siente integrado, pero

un efecto negativo en el caso contrario”. Sea

como fuere, la gestión de los recursos humanos

desempeña un papel esencial en esta cuestión.

Por lo tanto, estas investigaciones no permi-

ten concluir claramente que exista un “autén-

tico argumento económico” a favor del empleo

de las mujeres en la investigación industrial –

lo que demuestra además que es esencial

defenderlo en términos de principios. No obs-

tante, estas investigaciones tienen el mérito de

destacar la importancia de una buena gestión

de empresa para que las mujeres puedan apor-

tar su contribución al éxito de la empresa ple-

namente. No se trata sólo de organizar en el

lugar de trabajo un sistema de guardería para

los niños – o el día de mañana, para los mayo-

res – ni de contentarse con “días de la mujer”

u otras iniciativas no mixtas que les permitan

conocerse y hablar libremente sobre sus dificul-

tades en el trabajo. Tales iniciativas son útiles,

pero no atacan el problema de raíz, a saber “el

funcionamiento de la esfera privada, que ha

sufrido un cambio radical en las últimas déca-

das, sin modificar apenas la organización de

las empresas para adaptarse a dicho cambio”,

como lo explica Margo Brouns, de la Univer-

sidad de Groningen. Y hay que añadir que “en

numerosas empresas, sigue prevaleciendo la

vieja imagen del ejecutivo que puede dedicarse

totalmente a su trabajo porque su esposa se

ocupa de los quehaceres domésticos”.

Schlumberger, Infineon, Intel y otras muchas

grandes empresas europeas son conscientes

de esta nueva situación creada por la aparición

de generaciones de mujeres científicas alta-

mente cualificadas, que no piensan sacrificar

su vida personal por su carrera. Multiplican las

soluciones (teletrabajo, trabajo a tiempo par-

cial, horarios adaptados) para que puedan

seguir sus carreras al mismo ritmo que sus

colegas, sobre todo en el período delicado de

la treintena. Quién sabe si los hombres, que

cada vez se ocupan más de sus hijos, no van

a terminar queriéndose beneficiar de dichas

medidas a su vez…

Mikhaïl Stein

INVESTIGACIÓN INDUSTRIAL

Página web de Women in Industrial

Research (WIR)

http://ec.europa.eu/research/

science-society/women/wir/

index_en.html

Informes publicados por la Comisión

Europea, que se pueden descargar

en Internet:

Informe del grupo Strata-Etan

– “Women in industrial research:

A wake up call for European industry”,

2003

http://ec.europa.eu/research/

science-society/women/wir/pdf/

wir-report_fr.pdf

WIR – Good practices in companies

across Europe, 2003

http://ec.europa.eu/research/

science-society/women/wir/pdf/

wir-best-practice_en.pdf

WIR – Analysis of statistical data and

good practices of companies, 2003

http://ec.europa.eu/research/

science-society/women/wir/pdf/

wir-ulb_en.pdf

WIR – Speeding up changes

in Europe, 2005

http://ec.europa.eu/research/

science-society/women/wir/pdf/

wir_proceedings_en.pdf

Women in Science and Technology

– the Business Perspective, 2006

http://ec.europa.eu/research/

science-society/pdf/wist_report_final_

en.pdf

Page 12: El camino hacia la igualdad

12 research*eu NÚMERO ESPECIAL | ABRIL 2009

Es la paradoja de Europa del Este.

Todos los países que entraron en la

Unión Europea desde el 2004 están

por encima de la media europea del

29 % de mujeres en las profesiones científicas

(salvo la República Checa, con el 28 %). Pero,

al mismo tiempo (a excepción de Rumanía)

son también los países en los que “la incidencia

del techo de cristal”, que mide las diferencias

entre las progresiones de las carreras científi-

cas de los hombres y de las mujeres, es la más

elevada. Para comprender las causas de esta

paradoja, el grupo de trabajo ENWISE (ENlarge

Women In Science to East), constituido por la

Comisión Europea en 2003 con la perspectiva

de la adhesión de estos países a la Unión, había

sugerido estudiar la larga historia de Europa Cen-

tral, los Países Bálticos o los Balcanes. Este estu-

dio se plasmó en el informe “Waste of talents:

turning private struggles into a public issue”.

Cruce de herencias Estos países tienen en común el haber estado

mucho tiempo bajo el dominio de un imperio

tradicionalista, ya sea el austro-húngaro, el ruso

o el otomano. Cuando accedieron a la indepen-

dencia, a menudo después de la Primera Guerra

Mundial, todos aplicaron una política audaz de

modernización que beneficiaba a las mujeres.

Obtuvieron el derecho al voto casi en todas par-

tes (treinta años antes que en Bélgica, Francia

o Italia) y representaban la cuarta parte de los

efectivos universitarios, dentro de un sistema edu-

cativo mixto, algo excepcional en otros lugares.

Aunque no todo era de color de rosa: excepto

una pequeña élite de la burguesía, las mujeres

no trabajaban apenas en los laboratorios, y el dis-

curso nacionalista tendía a confinarlas a su papel

tradicional de guardiana del hogar.

Sin embargo, hubo un impulso que la llegada

al poder de los regímenes comunistas, después

de la Segunda Guerra Mundial, reforzó aún

más. La igualdad de los sexos se convirtió en

un objetivo político prioritario, acompañado de

medidas voluntaristas: incitación a las jóvenes

a realizar estudios universitarios, promoción de

las mujeres a los puestos de responsabilidad,

múltiples disposiciones colectivas para el cui-

dado de los niños... con buenos resultados.

Pero también tuvieron un efecto secundario

potencialmente devastador: a causa del empe-

ño político a favor de la igualdad de los sexos,

las sociedades se volvieron “ciegas a la cues-

Los antiguos países comunistas tienen los índices más

altos de mujeres en las profesiones científicas. Ahora bien,

como han demostrado las expertas que elaboraron el

informe ENWISE, pocas veces ocupan puestos prestigiosos.

Desde 2004, varias iniciativas se esfuerzan por volver

a poner la cuestión del género en el centro de la política

de investigación.

El difícil gambito de la dama

EUROPA CENTRAL Y ORIENTAL

© S

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ck

Page 13: El camino hacia la igualdad

research*eu NÚMERO ESPECIAL | ABRIL 2009 13

tión del género”, como escribieron las exper-

tas de ENWISE, dirigidas por Ene Ergma, física

y política estonia. “El techo de cristal existía,

pero ni las mujeres, ni los investigadores en

ciencias sociales lo veían, ni lo criticaban”,

sobre todo por la prohibición de los movimien-

tos feministas organizados de la preguerra, cali-

ficados de “burgueses”.

Las paradojas de la transición¿Cómo una herencia histórica tan compleja

iba a ejercer una influencia sobre el lugar de

las mujeres en la ciencia una vez desapareci-

dos los regímenes comunistas? Las expertas de

ENWISE estiman que durante los años de tran-

sición las mujeres no dejaron el mundo del tra-

bajo, aunque sólo fuera debido a las dificultades

económicas, por la necesidad de dos salarios en

la familia. Pero con el desplome de la inversión

en ciencia y tecnología, siendo éstos sectores

mimados de los regímenes comunistas, muchos

hombres dejaron los laboratorios de su país

para irse al extranjero y, sobre todo, hacia los

sectores mucho mejor remunerados de las

finanzas o del comercio. Las mujeres se que-

daron, incrementando aún más su presencia

en la esfera científica, sin que aumentara la

concienciación acerca de la desigualdad. Como

recogía el informe ENWISE – y es una triste

realidad que se aplica a toda la Unión Europea

– cuanto más invierte un país o un sector de

actividad en la investigación, menos se preocu-

pa por la presencia de mujeres.

Por lo tanto, la explicación de esta parado-

ja que se produce en Europa del Este se

encuentra en la historia del siglo XX: estos paí-

ses cuentan con más investigadoras, pero tam-

bién se dan allí más desigualdades entre

científicos hombres y mujeres. Esta historia ha

dado un nuevo giro con la adhesión a la UE,

en la que la igualdad entre géneros es una de

las piedras angulares de su política científica.

“Desde el 2004, en parte gracias a los esfuer-

zos de los diferentes proyectos financiados por

la Unión, los dirigentes políticos consideran la

cuestión ‘mujeres y ciencias’ como ‘aceptable’.

Tanto las diferentes agencias gubernamentales

encargadas de la política científica como el minis-

terio a cargo de la igualdad de las posibilidades

financian ahora iniciativas sobre este tema”, mani-

fiesta complacida Dora Groo, presidenta de la

Asociación de las Mujeres Científicas Húngaras

creada a finales de 2008.

La hora de las iniciativas…La Unión Europea ha apoyado numerosas

iniciativas para que esta cuestión sea tratada

a nivel nacional. Fue así como desde 2005 el

Central European Centre for Women and Youth

in Science (CEC-WYS), que reúne a equipos

checos, eslovacos, eslovenos y húngaros, ha

estado organizando sesiones de formación

sobre cómo integrar la cuestión del género en

los proyectos científicos europeos. También se

ha esforzado por integrar en el debate público

de estos países la cuestión de la igualdad entre

hombres y mujeres en la ciencia. “Esta cues-

tión era completamente marginal para los res-

ponsables políticos, los protagonistas de la

investigación y los periodistas”, testimonia la

socióloga checa Marcela Linkova, que dirigió el

CEC-WYS. “Y cuando se abordaba este problema

era para ver cómo las mujeres podrían conciliar

mejor el trabajo y la vida familiar. Las medidas

contempladas estaban previstas para que se

pudieran adaptar mejor a las carreras masculinas,

en lugar de intentar concebir de nuevo la propia

noción de carrera, para que se pudiera llevar

a cabo sin sacrificar la vida personal”.

Sin duda es uno de los frutos del paciente

trabajo de sensibilización llevado a cabo por

el CEC-WYS, aquel artículo del principal perió-

dico eslovaco que, en junio de 2007, se inquie-

taba por la pequeña proporción de mujeres en

las universidades del país. “Es un problema

porque, al igual que la política, es un área

importante de la vida pública en la que falta

el voto de las mujeres”, denunciaba el perio-

dista. O la publicación en Praga de un libro

titulado El gambito de la dama (1) – por el nom-

bre de la famosa jugada de ajedrez que hace

posible que la dama domine el centro del

tablero – que cuenta cómo, en los últimos

años, muchas jóvenes han emprendido una

carrera científica, con éxito. O también aque-

lla difusión en la televisión húngara de un

documental con el mismo tema.

… y de los cambiosUno de los desafíos decisivos es que en las

jóvenes generaciones aparezcan imágenes

positivas de mujeres científicas, para contra-

rrestar los estereotipos sexistas que siguen

vivos y la débil conciencia feminista. A pesar

de los esfuerzos de las asociaciones de inves-

tigadoras, la cuestión del género en la ciencia

queda a menudo como secundaria, incluso se

percibe como una manía “de Bruselas”. “Para el

público culto, la cuestión de la igualdad entre

los géneros se asimila a una problemática de la

época comunista, sin relación con la historia

cultural nacional, lo que contribuye a que se deje

de lado esta cuestión. Y, no obstante, la Asocia-

ción de las Mujeres Universitarias Búlgaras se

creó en 1924”, observa Nikolina Sretenova, filó-

sofa de las ciencias.

Como reveló un estudio del Baltic States Net-

work Women in Science and high Technology,

las investigadoras estonias siguen culpándose

a sí mismas si tienen carreras menos brillantes

que las de los hombres, sin ver que esto no se

debe a sus decisiones personales ni tampoco

a que tengan menos méritos, sino, en gran

medida, al propio funcionamiento del sistema.

La generación que conoció la época comunista

y su ideal declarado de igualdad empieza a ser

sustituida por una nueva generación con dife-

rentes aspiraciones y, a menudo, como reco-

nocía el informe ENWISE, sensible a los cantos

de sirena que preconizan la vuelta de las muje-

res a sus papeles tradicionales.

Ahora bien, los expertos del proyecto

Women in Science Debate, que sucedió al CEC-

WYS, temen que estas voces puedan tener cada

vez más influencia a medida que la investiga-

ción científica vaya recobrando prestigio en

estos países que se orientan a su vez hacia una

economía del conocimiento. “En los países de

la semiperiferia de Europa, ya se han observa-

do muchas veces tales vaivenes, y esta mezcla

variable de ideas progresistas y conservadoras

incluso forma parte de la cultura política local”.

La historia sigue estando presente.

M.S.(1) Queen’s Gambit. The Launch of a Research Career, Institute

of Sociology of the Academy of Science of Czech Republic Prague, Barbora Tupá (editores), Praga, 2007.

EUROPA CENTRAL Y ORIENTAL

ENWISE: rapport Waste of talents.

Podrá descargar este documento en:

http://ec.europa.eu/research/science-

society/women/enwise/enwise_

report_en.html

CEC-WYS:

www.cec-wys.org/html/

Women in Science Debate:

http://wsdebate.tetalap.hu/

Baltic States Netwok Women in

Science and high Technology:

www.basnet-fp6.eu/

Page 14: El camino hacia la igualdad

14 research*eu NÚMERO ESPECIAL | ABRIL 2009

BREVES

Los análisis de WIST

En el marco del grupo de trabajo

europeo Women in Science and

Technology y su estudio “WIST:

the business perspective”, Laure

Turner, profesora en la ENSAE

(Escuela Nacional de Estadística y

Administración Económica – París),

llevó a cabo un estudio sobre los

“challenging projects”, que supo-

nen desafíos). “Las mujeres están

mucho más presentes en áreas y

proyectos que no están considera-

dos como aportaciones esenciales

en los resultados, que eran preci-

samente el objeto de este estudio.

En consecuencia, se suele

subestimar el impacto positivo

de la diversidad en los resultados”.

El grupo WIST continuó sus estudios

en 2008, analizando las políticas

de armonización entre la vida

privada y la vida profesional

implantadas por una quincena

de compañías multinacionales,

especialmente en su departamento

de I+D. El informe final de este

análisis se publicó en el primer

semestre del 2009. Está disponible

en la página web comunitaria de

Ciencia y Sociedad.

http://ec.europa.eu/research/

science-society/pdf/

wist_report_final_en.pdf

¿Por qué no elegir la ingeniería?

Dos proyectos europeos, WOMENG

y PROMETEA, pretenden descubrir

las razones por las cuales tan

pocas chicas optan por las carreras

de ingeniería, y lo que podría

cambiar esta situación. Los siete

socios académicos de WOMENG

(2000-2005) centraron sus trabajos

en tres temas: las elecciones (o no

elecciones) de estos estudios; los

éxitos y los fracasos en las carreras

femeninas; la influencia de la

organización cultural y social

predominante en estas especiali-

dades. A lo largo del tiempo, en

esta triple temática se observaron

obstáculos comparables. Para

superarlos, los investigadores

sugieren numerosas pistas:

aumentar la autoestima de las

chicas durante su escolaridad y en

la universidad; comunicar “de otro

modo” sobre estas profesiones

y valorizar los servicios que

prestan a la sociedad en vez de

insistir en su aspecto de jungla

competitiva; dar más visibilidad

a las investigadoras durante los

días de puertas abiertas de los

laboratorios; introducir la multidis-

ciplinaridad en los estudios

(lenguas, ética, etc.) además de las

asignaturas técnicas; dar un nuevo

aire a las culturas de empresa

y de la investigación para que las

mujeres puedan desarrollar a la vez

una carrera y una vida familiar sin

que se vean perjudicadas por ello…

El proyecto PROMETEA tomó el

relevo a WOMENG con una finali-

dad similar: estudiar con deteni-

miento la situación de las

ingenieras y proponer recomenda-

ciones para el mundo académico

e industrial, así como para las

políticas de investigación nacionales

y europeas. PROMETEA organiza,

entre otras cosas, una serie de

acontecimientos propicios para los

intercambios de ideas y de reflexio-

nes. Entre ellos ha estado la primera

conferencia europea Gender and

Diversity in Engineering and Science,

celebrada en Dusseldorf (Alemania),

en septiembre de 2009.

www.womeng.net/intro.htm

www.prometea.info/

Las asiáticas y la informática

En la Facultad de Informática y de

Tecnologías de la Información de

Kuala Lumpur (Malasia), la decana

es una mujer, así como las respon-

sables de departamento. En la

Universidad de Penang, el 65 %

de los estudiantes de informática

son chicas. No ocurre lo mismo en

Europa o en los Estados Unidos.

Según Isabelle Collet, informática

e investigadora en ciencias de

la educación, las mujeres que

eligieron esta especialidad hablan

positivamente de la diversidad de

su trabajo, de la posibilidad de

actuar en diferentes sectores

profesionales, del aprendizaje

continuo, del trabajo en equipo.

¿Por qué no difundir esta visión

positiva de las profesiones relacio-

nadas con la informática en vez

de reforzar la imagen masculina

y guerrera del pirata informático?

Con esta idea, Isabelle Collet

escribió “L’informatique a-t-elle un

sexe ? Hackers, mythes et réalités”

(Editorial L’Harmattan, París, 2006).

resultados individuales, y colectivos,

obtenidos en equipos con distinto

grado de “diversidad”. Esta diversi-

dad se basaba en la proporción

entre hombres y mujeres dentro

del grupo. La encuesta se llevó

a cabo, entre el 2004 y el 2006, en

departamentos de investigación

de cuatro grandes empresas: Air

Liquide, EDF, Shell y Schlumberger.

Los resultados son significativos

en lo que respecta a los resultados

individuales. Fueron mejores en

el caso de las personas que

formaban parte de los equipos

más mixtos. Las conclusiones

también destacan el impacto

positivo de la diversidad en los

resultados de los proyectos. Laure

Turner señala que, según los datos

utilizados, hay más mujeres en los

proyectos relacionados con el

marketing y la comercialización

que en los que tienen una relación

directa con la I+D (los denominados © S

hu

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rsto

ck

Page 15: El camino hacia la igualdad

research*eu NÚMERO ESPECIAL | ABRIL 2009 15

Al diablo con los estereotipos

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2

“Es mejor dar más vida a los días que más días a la vida”.

Rita Levi-Montalcini,

Premio Nobel de Fisiología

y Medicina (1986)

a

Page 16: El camino hacia la igualdad

16 research*eu NÚMERO ESPECIAL | ABRIL 2009

Comencemos por una pregunta abrupta:

¿el cerebro tiene un sexo?

Paradójicamente, la respuesta científica es:

sí y no. Sí, porque el cerebro controla las fun-

ciones de reproducción. Por lo tanto, los cere-

bros de los machos y de las hembras no son

idénticos, y esto ocurre en todas las especies,

incluida la nuestra, ya que la reproducción

sexuada implica sistemas hormonales y com-

portamientos sexuales diferentes, controlados

por el cerebro.

Pero la respuesta también es no, porque si

se consideran las funciones cognitivas, obser-

vamos antes que nada una gran diversidad

cerebral, independientemente del sexo. De

hecho, para que emerja el pensamiento, el cere-

bro debe ser estimulado por el entorno. Cuando

nacemos, sólo el 10% de nuestras 100 mil millo-

nes de neuronas están conectadas entre sí. El

90 % de las conexiones restantes se van cons-

truyendo progresivamente a merced de las

influencias de la familia, la educación, la cultura

y la sociedad. De este modo, en el transcurso

de su desarrollo, el cerebro va integrando ele-

mentos externos asociados a la historia de cada

uno. Es lo que se denomina plasticidad cere-

bral. Por ello, cada persona tiene un cerebro

diferente. Y las diferencias entre los individuos

del mismo sexo son tan importantes que son

más significativas que las existentes entre los

sexos.

En realidad, su pregunta encierra el proble-

ma fundamental de determinar la parte innata

y la adquirida en los comportamientos – una

cuestión esencial discutida por los filósofos

y los científicos desde hace siglos. En la actua-

lidad sigue siendo un tema muy impregnado

de ideología y que interesa enormemente a los

medios de comunicación.

Precisamente, los medios de comunicación

a menudo se hacen eco de estudios según los

cuales la especialización cerebral es diferente en

los hombres y en las mujeres. Por ejemplo, según

ellos, sólo las mujeres realizan las funciones del

lenguaje con ambos hemisferios. ¿Qué piensa

usted de esto?

Las teorías sobre las diferencias hemisféri-

cas entre los sexos en el lenguaje empezaron

hace más de treinta años. No han sido confir-

madas por los recientes estudios de conforma-

ción de imágenes cerebrales que permiten ver

el funcionamiento de un cerebro activo. Estas

teorías a menudo se basaban en observacio-

nes realizadas con muestras muy pequeñas

(a veces, con una decena de personas)…

Seguimos citando estos estudios mientras que

existe otra realidad científica contemporánea

muy distinta. Así, los metanálisis, que sacan

conclusiones del conjunto de experimentos

publicados en la literatura científica y que se

refieren a varios centenares de hombres y de

mujeres, revelan que estadísticamente no exis-

te diferencia significativa entre los sexos en la

distribución hemisférica de las áreas del len-

guaje. Esto se explica porque las localizacio-

nes de estas zonas del lenguaje varían mucho

de un individuo a otro, y dicha variabilidad es

más significativa que una posible variabilidad

entre los sexos.

Otro prejuicio: el cerebro masculino sería

más apto para los raciocinios abstractos,

en particular, para los matemáticos.

Estas concepciones no tienen ningún fun-

damento biológico, como lo ilustran dos estu-

dios importantes publicados el año pasado en

la revista Science. Ya en 1990 se hizo una pri-

mera investigación en los Estados Unidos, y se

refería a una muestra de 10 millones de alum-

nos. Estadísticamente hablando, los chicos

tenían más éxito que las chicas en las pruebas

de matemáticas. Algunos habían interpretado

este resultado como la prueba de una ineptitud

del cerebro femenino en este campo. La misma

investigación, realizada en 2008 (1), reveló esta

vez que las chicas obtenían resultados tan

Catherine Vidal, neurobióloga, Directora de

Investigación en el Instituto Pasteur (Francia), no se

limita a sus trabajos fundamentales (sobre el dolor,

la memoria o las enfermedades neurodegenerativas,

entre otros). Esta especialista del cerebro también se

dedica a la divulgación de la ciencia y a las relaciones

de ésta con la sociedad.

El cerebro, entre ciencia e ideología

NEUROBIOLOGÍA

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Page 17: El camino hacia la igualdad

research*eu NÚMERO ESPECIAL | ABRIL 2009 17

buenos como los chicos. ¡No cabe imaginar

que hubiera habido, en menos de dos déca-

das, un cambio genético que les hubiera hecho

más dotadas para las matemáticas! Estos resul-

tados simplemente se deben al desarrollo de la

enseñanza de las ciencias y a la mayor mezcla

entre sexos en las ramas científicas. Otro estu-

dio (2), realizado en 2008 a aproximadamente

300.000 adolescentes de cuarenta países, reve-

ló que cuanto más favorable fuera el entorno

para la igualdad entre los hombres y las muje-

res, más chicas obtenían buenos resultados en

las pruebas matemáticas. En Noruega y en Sue-

cia, los resultados fueron comparables. En

Islandia, las chicas superaban a los chicos, pero

éstos ganaban en Turquía y en Corea.

A menudo se esgrime un argumento para

explicar la desigualdad de los resultados en

matemáticas: que los hombres realizan mejor las

tareas de tipo geométrico en las tres dimensiones

del espacio. ¿En qué se basa esta idea?

En efecto, una serie de trabajos de psicolo-

gía experimental revelan que obtienen mejo-

res resultados en pruebas de representación

mental de objetos tridimensionales. Pero no

precisan la influencia del contexto que deter-

mina estos distintos resultados entre hombres

y mujeres. Si, antes de realizar esta prueba en

una clase, se anuncia a los alumnos que se trata

de un ejercicio de geometría, los chicos gene-

ralmente obtienen mejores resultados. Pero si

se le dice al mismo grupo que se trata de una

prueba de dibujo, los resultados de las chicas

serán similares a los de sus compañeros. Estos

experimentos revelan claramente que la auto-

estima y la interiorización de los estereotipos de

género desempeñan un papel crucial en los

resultados obtenidos en este tipo de pruebas.

Finalmente, ¿cuáles son los desafíos de las

investigaciones sobre las diferencias cerebrales

entre hombres y mujeres?

La investigación de por qué se producen

estas diferencias, más allá de su simple des-

cripción, es algo apasionante. Puede explicar-

se por la biología, pero sobre todo por la

historia, la cultura, la sociedad… Uno de los

grandes avances de las investigaciones en neu-

robiología es haber revelado las extraordina-

rias capacidades de plasticidad del cerebro. Ya

no se pueden esgrimir las diferencias biológi-

cas entre los sexos para justificar la diferente

distribución de roles entre los hombres y las

mujeres en la sociedad.

Pero esta visión “predominantemente bioló-

gica” sigue gustando, porque representa una

especie de aprobación científica ante la exis-

tencia de manifiestas desigualdades. Así, ¿como

vamos a apoyarnos en la teoría de la evolución

para explicar que los hombres supuestamente

se orientan mejor en el espacio porque, en tiem-

pos prehistóricos, salían a cazar los mamuts

mientras que las mujeres se quedaban en la

cueva ocupándose de los niños? ¡Esta argumen-

tación es completamente especulativa: nadie

estaba allí para saber si esto era así! Y los espe-

cialistas de la prehistoria dirán que ningún

documento (fósiles, pinturas rupestres, sepul-

turas, etc.) revela tales precisiones sobre la

organización social y la distribución de las

tareas de nuestros antepasados.

¿Cómo explica usted que se haya reavivado

el interés por estas cuestiones, desde hace dos

décadas?

Primero, porque estos estudios pueden tener

visibilidad en los medios de comunicación, un

aspecto que por desgracia interesa a los edito-

res de las revistas científicas, incluyendo las

más prestigiosas. Segundo, por el desarrollo de

las técnicas de conformación de imágenes

cerebrales, que dio un nuevo aire a las viejas

teorías sobre la desigualdad entre los hombres

y las mujeres, explicadas por las diferencias en

sus cerebros. Pero, como ya he dicho anterior-

mente, cuanto más avanza la conformación de

imágenes cerebrales, más comprobamos el

papel crucial de la plasticidad del cerebro y la

variabilidad de su funcionamiento de un indi-

viduo a otro, independientemente de su sexo.

Siento que estudios cuyo valor científico es

discutible sigan teniendo tanta repercusión.

Pero otros elementos me hacen ser más optimis-

ta. Si el premio Nobel de Fisiología y Medicina

2008, que recompensaba el descubrimiento del

virus del SIDA, fue atribuido conjuntamente

a Luc Montagnier y a su principal colaboradora,

Françoise Barré-Sinoussi, es prueba de que las

mentalidades evolucionan. Antes sólo se

recompensaba al jefe del laboratorio... Recuer-

do a Rosalind Franklin, biofísica británica que

desempeñó un papel crucial en el descubri-

miento de la estructura de doble hélice del ADN,

pero cuyos trabajos fueron recuperados por

James Watson y Francis Crick, que obtuvieron el

Nobel de Fisiología y de Medicina en 1962. Esta-

mos ante una verdadera concienciación sobre

el papel de las mujeres en la investigación.

Pero esta evolución es lenta. Por desgracia, la

creencia de que se producirá un cambio es más

fuerte que el propio cambio…

Declaraciones recogidas por Mikhaïl Stein

(1) C.Guiso et al., Culture, Gender and Math, revista Science (2008), 320: 1164-1165.

(2) J.S. Hude et al., Gender Similarities Characterize Math Performance, revista Science (2008), 321: 494-495.

NEUROBIOLOGÍA

Algunas publicaciones

de Catherine Vidal

Sexe et pouvoir, con Dorothée

Benoit-Browaeys, París, Editorial Belin,

2005. Esta obra está traducida al

italiano, al japonés y al portugués.

Féminin/Masculin: mythes et idéologie,

Paris, Belin, 2006.

Hommes, femmes: avons-nous le même

cerveau?, Paris, Le Pommier, 2007.

Cerveau, sexe et liberté, DVD Gallimard/

CNRS, colección “La recherche nous est

contée”, París, 2007.

Catherine Vidal: “En el transcurso de su desarrollo,

el cerebro va integrando elementos externos

asociados a la historia de cada uno”.

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Page 18: El camino hacia la igualdad

18 research*eu NÚMERO ESPECIAL | ABRIL 2009

Lejos de los muelles del río Gironda,

a algunos kilómetros del centro de la

ciudad, existen dos hospitales entre los

que está la Universidad de Burdeos 2

(Francia). Allí se estudian las ciencias de la

vida, las ciencias humanas y la salud. Y allí

también se llevan a cabo investigaciones fun-

damentales en colaboración con el mayor de

sus centros médicos, el Hospital Universitario

Pellegrin. El conjunto tiene aire de campus

urbano: edificios bajos y funcionales, amplios

aparcamientos de coches, algunos árboles. En la

primera planta del edificio 1, se encuentra el

CIRID (1).

En este complejo hay muchas mujeres. Dos

de ellas están a la cabeza de dos ramas de

investigación que estudian los sistemas inmu-

nitarios, y las células madre, correspondiente-

mente. Las investigadoras también ocupan

puestos de responsabilidad en diferentes

subgrupos. El carácter mixto y la igualdad pre-

dominan dentro de un clima de unidad, cuyo

carácter se debe mucho a la personalidad del

“jefe”, Jean-François Moreau.

Lo importante son las capacidades, no el género

Julie Déchanet-Merville, de 42 años de edad,

con tres hijos, dirige a los equipos que trabajan

en una de las dos grandes temáticas de investi-

gación, la inmunología. “Mi trayectoria de bió-

loga es muy corriente. Nunca he tenido

ninguna dificultad real para trabajar con hom-

bres y no puedo decir que nadie me haya fre-

nado por ser una mujer. Tanto los investigadores

hombres como mujeres desempeñamos un

trabajo comparable y las diferencias dependen

más de la personalidad que del género”. Según

Vincent Pitard, ingeniero biólogo, que trabaja

con Julie desde hace unos doce años y que ha

visto cómo ascendía: “El que nuestra jefa sea

una mujer no cambia nada. Está igual de dispo-

nible y presente de lo que estaría un hombre

y sus circunstancias personales no perjudican

en absoluto su vida profesional”.

El grupo de Julie estudia un virus que for-

ma parte de los herpes virus. “Estudiamos célu-

las del sistema inmunitario tratando de

comprender cómo actúan para luchar contra

este virus y cuáles son los mecanismos de reco-

nocimiento del mismo. Por lo tanto, trabajamos

mucho en coordinación con el hospital”. Pierre

Merville, profesor de universidad y médico

hospitalario, además de ser el marido de Julie,

también forma parte de este equipo. El carác-

ter mixto del CIRID tiene esto de especial, que

no se da sólo en términos de género, sino de

profesión.

La mayoría de los hombres que trabajan en

esta unidad proceden de centros hospitalarios

universitarios. Los médicos y los biólogos tie-

nen una visión diferente de la investigación.

Visitamos un viernes por

la tarde un laboratorio un

poco especial, en el que las

investigadoras no están

en puestos secundarios.

Pluralidad mixta

REPORTAJE

Page 19: El camino hacia la igualdad

research*eu NUMÉRO SPÉCIAL | AVRIL 2009 19

Para los primeros, es necesario tratar una cues-

tión precisa, un problema determinado, presen-

te en un paciente, y que exige llevar a cabo una

investigación para quizás darle una respuesta.

Para los segundos, se trata de una visión más

fundamental cuyo objetivo es aportar nuevos

conocimientos, desmontar mecanismos, correr

el riesgo de obtener resultados que les lleven

a tomar otros caminos. Estas diferencias de

enfoque enriquecen el trabajo.

Siempre buscando el equilibrio Según Charlotte Behr, jefa de equipo en la

rama de inmunología: “Los médicos en cierta

forma están en una situación comparable a la

de las mujeres con niños, a caballo entre el hos-

pital y la investigación, siempre hay que hacer

malabares porque tienen que ver a un pacien-

te, acabar algunas pruebas, teniendo la impre-

sión de no hacer jamás lo suficiente”. Charlotte,

de 46 años, con dos niños de 9 y 7 años de

edad, estudia una serie de células que podrían

desempeñar un papel importante en la elimi-

nación del parásito plasmodium, agente de la

malaria. Estuvo varios años en el Instituto Pas-

teur (París) antes de llegar a Burdeos, tenién-

dose que enfrentar allí con las dificultades

típicas de las investigadoras cuando tuvo que

participar en largas misiones en África. “Mi vida

privada frenó mi vida profesional, no tanto por

las cuestiones prácticas, que pude solucionar,

sino por razones psicológicas. A veces tene-

mos la impresión de ‘hacer todo mal’, y es un

conflicto interno permanente. El otro día, mi

hijo me dijo: ‘Eres la única mamá que no ha

estado en ninguna excursión de la clase’”. Pero

“hacer todo mal” no sólo se aplica a los niños.

“Los investigadores podrían trabajar día y noche.

Nada se acaba nunca, siempre hay que leer

informes, o escribir artículos, hacer experimen-

tos… Por lo tanto, se tiene siempre el senti-

miento de culpabilidad con respecto al trabajo”.

Diferencias y complementariedadesEn el Instituto Pasteur, Charlotte Behr estuvo

en un contexto mucho más masculino. Allí

empezó a hacerse una opinión sobre las dife-

rencias de comportamientos entre los investiga-

dores y las investigadoras, pero quiere precisar

que se trata de un punto de vista muy personal.

Para ella, los hombres tienen un espíritu más

pionero y aventurero, “están preparados para

avanzar sin pensárselo dos veces”, mientras

que las mujeres toman más en cuenta los ele-

mentos “externos” al trabajo, por ejemplo, las

dificultades personales que alguien pueda

tener en un momento dado. “Los equipos mix-

tos tienen la ventaja de equilibrar estos dos

tipos de sensibilidad”, estima. “Hacen falta

luchadores, si no, no se avanza y otros que

digan: ‘cuidado, vamos a pararnos un momento

y a pensárnoslo mejor’”.

En ese momento Giulia entra en el despa-

cho, un poco incómoda por haber abierto la

puerta sin llamar y encontrarse con una visita.

“Entra… El punto de vista de Giulia también

puede interesarle. Tiene una beca Marie Curie

y está en su tercer año de tesis”. Giulia Costa

está muy a gusto en el CIRID. “Tengo mucha

suerte de estar en un equipo donde podemos

actuar y expresarnos con gran libertad. En las

reuniones se escucha a todo el mundo, ya sean

hombres o mujeres, jefes de proyecto o estu-

diantes. No sé si llegaré a ser una buena inves-

tigadora, pero veo aquí a numerosas mujeres

que ejercen esta profesión y que tienen una vida

familiar y niños. Su ejemplo me da ánimos”.

El interés comúnUn poco más lejos está el espacio de los

“experimentos” donde se encuentra Vincent

Pitard. Antes de llegar a Burdeos, trabajó en el

servicio I+D de una PYME escocesa y en la

Universidad de Oxford. Cree que por regla

general “los hombres tienen más ambición por

destacarse y por que se les reconozca su traba-

jo. Las mujeres necesitan menos estar en instan-

cias de representación, lobbies o comisiones en

las que posiblemente podrían obtener algunos

beneficios. En Oxford, tuve un jefe que hacía

todo lo posible por encontrarse en el lugar pro-

picio para ‘mover sus fichas’ e impulsar sus

proyectos y su carrera. Con Jean-François, esto

se ve mucho menos, aunque una parte de su tra-

bajo sea la de obtener fondos y destacar nuestra

credibilidad científica”.

Jean-François Moreau, director del CIRID,

está ubicado en el mismo pasillo. Su despacho

no es más grande ni más suntuoso que el de los

investigadores. Tiene el espacio suficiente para

guardar una flamante bicicleta negra, afirmación

de su compromiso con la movilidad sostenible.

A la vez facultativo hospitalario y profesor de uni-

versidad, investigador desde hace 31 años, este

director está considerado como bastante atípico,

sabe estar a la escucha de los demás y tiene la

capacidad de delegar y de impulsar a la vez.

“Una excepción a la regla del poder”, resume

Charlotte.

Jean-François Moreau comparte su tiempo

entre el hospital, un lugar donde debe reinar

“una organización de orden militar”, y los labo-

ratorios del CIRID, donde el ambiente es muy

distinto. “No se consiguen investigadores

inventivos coaccionándolos y estresándolos.

Lo importante es que se impliquen libremente.

Hay que dejarles escoger sus caminos para que

pongan en práctica sus ideas”.

No obstante, estos investigadores e investi-

gadoras, en su búsqueda individual, forman

parte de equipos. “Creo que un grupo de hom-

bres forzosamente no tiene el mismo compor-

tamiento que un grupo que integre a mujeres.

El carácter mixto científico es positivo. Por

regla general, diría que las mujxeres están más

sensibilizadas sobre el interés común que los

hombres. Además, descubren más rápidamente

este interés común, mientras que ellos, a menu-

do, siguen aferrándose a sus ideas”.

Christine Rugemer(1) Véase el cuadro.

REPORTAJE

Inmunidad y pluripotencia

Las investigaciones llevadas a cabo por

el CIRID (Componentes Innatos de la

Respuesta Inmunitaria y de la Diferencia-

ción) asocian al CNRS (Centro Nacional de

Investigación Científica) con los hospitales

de la Universidad de Burdeos. Se centran en

cuestionamientos muy básicos en dos campos

punteros de la biología molecular. Una primera

rama de investigación estudia los mecanismos

de defensa – o de desarreglo – del sistema

inmunitario, que se basan en las “respuestas” de

los linfocitos T a las agresiones microbiológicas.

Los investigadores analizan con más deteni-

miento las defensas inmunitarias contra los

herpes virus y contra el plásmido de la malaria,

las respuestas a los carcinomas (cánceres de

la piel) y a los linfomas, y además estudian la

enfermedad autoinmune denominada lupus.

La segunda rama estudia la pluripotencia

y las primeras etapas de diferenciación de

las células madre.

www.umr5164.u-bordeaux2.fr

Page 20: El camino hacia la igualdad

20 research*eu NÚMERO ESPECIAL | ABRIL 2009

Con el 42 % de mujeres en su parla-

mento, un gobierno con mayoría

femenina, es decir, un parlamento

y un gobierno prácticamente parita-

rios y una mujer jefe de Estado desde hace casi

diez años, Finlandia es un ejemplo en materia

de igualdad de sexos para la mayoría de los

países europeos. Y no es nada nuevo: Helsinki

fue la primera capital del mundo que dio no

sólo el sufragio universal sino también dere-

chos políticos idénticos a las mujeres y a los

hombres, ya en 1906. Finlandia destaca en un

segundo terreno, a primera vista independiente

del primero: la inversión en la investigación.

Con el 3,75 % de su PIB dedicada a ella, y una

pro porción de 26 investigadores por cada 1.000

habitantes, el país está entre los primeros del

mundo, superando a los Estados Unidos y Japón

– por no hablar del resto de Europa...

Esta doble excelencia se traduce en un índice

especialmente elevado (el 23,5 %, el más ele-

vado de la Unión) de mujeres en los puestos

de responsabilidad de la investigación. Una de

ellas, Teija Kujala, es directora de la Cognitive

Brain Research Unit de la Universidad de

Helsinki y, a sus 45 años, afirma que “nunca se

ha sentido discriminada en el transcurso de su

carrera”. Fue la primera mujer de su laborato-

rio, y ahora son mayoría entre las 30 personas

de la unidad – una situación excepcional en

las neurociencias, disciplina tradicionalmente

Visita entre bastidores de

la investigación finlandesa,

una de las que más implica

a las mujeres en el “viejo

continente”.

La mejor alumna de la

FINLANDIA©

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Helsinki, la capital de un país ejemplar

en la cuestión de los géneros.

Pirjo Helena Mäkelä, bacterióloga, que

tiene ahora 78 años, fue la primera mujer

que entró a formar parte de la Academia

Finlandesa de las Ciencias, en 2003.

Page 21: El camino hacia la igualdad

research*eu NÚMERO ESPECIAL | ABRIL 2009 21

muy masculina. “No es que discriminemos a

los hombres, sino que nos interesa más este

campo”, sonríe.

La regla de la aperturaEn realidad todo el contexto de la investiga-

ción en este país ofrece condiciones particular-

mente favorables para las mujeres. La Unidad

de investigación espacial del Instituto Finlan-

dés de Meteorología, instalado en flamantes

edificios en el centro del campus científico de

Helsinki, es un magnífico ejemplo de ello. Sin

embargo, Tuija Pulkkinen, su directora, no tie-

ne nada de pasionaria feminista como cabría

esperar a la vista de su reputación y de su

popularidad entre sus estudiantes: con una

mirada tranquila y voz calmada, jamás respon-

de a una pregunta sin haberle dedicado un

breve tiempo de reflexión. Pero tiene las ideas

claras sobre las cuestiones de género. “Para mí,

es tan importante que un laboratorio de inves-

tigación esté abierto a las mujeres como a los

investigadores de otros países o de diferentes

edades. Es el tipo de diversidad que produce

la mejor ciencia”. Pero no por ello dice que las

mujeres tengan un modo diferente de investi-

gar al de los hombres: “En la física, hay que

resolver ecuaciones y encontrar leyes que no

tienen nada que ver con el género”, pero pre-

cisa que las mujeres son “cuidadosas, pacien-

tes, comprueban sus resultados y realizan

mediciones precisas”.

Tuija Pulkkinen (madre de un adolescente

de 15 años de edad) es consciente de que las

cargas familiares, que recaen principalmente

sobre las mujeres, reducen su disponibilidad

en determinados periodos. Más aún cuando en

Finlandia se puede prolongar el permiso por

maternidad, de ocho meses. Tuija considera

que estas “ausencias” se pueden gestionar y no

deben ser pretextos para la discriminación.

“Hay años en los que algunos científicos son

más productivos que otros, y luego el movi-

miento se invierte. Podemos adaptarnos a eso,

y hasta velar por que esta situación no perju-

dique una carrera, autorizando, por ejemplo,

que alguien firme publicaciones aunque su

aportación no haya sido esencial. La ciencia es

un trabajo en equipo. Nuestros proyectos espa-

ciales a menudo abarcan un periodo de diez

años o más. Por lo tanto, hay que juzgar la pro-

ductividad tomando en cuenta periodos así. Si

dejamos que alguien trabaje a tiempo parcial,

o en su casa durante un tiempo, estamos gene-

rando gratitud, compromiso y, en general, el inte-

resado lo compensa más tarde. Estoy convencida

de que la felicidad aumenta la creatividad”.

La perspectiva empresarialIncluso en Nokia, el gigante mundial de alta

tecnología, objeto de un auténtico fervor nacio-

nal, las condiciones planteadas a las investiga-

doras darían envidia a muchas europeas. Ello

no impide que la empresa sea líder mundial

de su categoría, en un entorno altamente com-

petitivo. Virpi Roto, de unos cuarenta años de

edad, dinámica y sonriente, es Principal Scien-

tist (o científica principal) en el centro de

investigación de Nokia de Helsinki, un impre-

sionante edificio de cristal donde el visitante

sólo puede entrar debidamente acompañado,

identificado, y sin cámara de fotos. Está espe-

cializada en la adaptación del Internet móvil a

las necesidades de los usuarios. Fue contrata-

da con un diploma de informática, obtuvo un

doctorado en ciencias sociales gracias al 10 %

de reducción de tiempo de trabajo que la empre-

sa otorga a todos sus asalariados que deseen per-

feccionar su formación. Trabaja 37,5 horas a la

semana, y cogió íntegramente sus dos permisos

por maternidad. Cuando las circunstancias fami-

liares exigen su presencia en casa (por ejemplo,

si su marido está de viaje), sus superiores

Unión Europea

FINLANDIA

Con la ayuda de la ley

El avance de las mujeres en la investigación finlandesa se debe ante todo a sus propios méri-

tos, pero nunca habría tenido tal envergadura sin una presión política continua, que se remonta

a los años ochenta. “Hubo una primera ‘Ley sobre la Igualdad de los Géneros’ en 1987, que era

principalmente un catálogo de buenas intenciones pero que, no obstante, supuso un avance”,

indica Liisa Husu, especialista de las cuestiones de género en la ciencia.

Sentada ante un chocolate caliente en el Café Engel, bien

conocido por los amantes de la repostería de Helsinki, la

socióloga todavía recuerda su experiencia como ayudante

del “Defensor del pueblo para la Igualdad”, una especie de

mediador de la República importante en Escandinavia, nom-

brado con ocasión de esta legislación. “En aquella época era

joven y estaba en un avanzado estado de gestación. Mi jefe,

que era un antiguo ministro, y yo nos presentamos en las oficinas de todos los decanos de uni-

versidad para incitarlos a promover y explicar la nueva Ley y el avance de las mujeres. ¡Tuvimos

mucho éxito!” Esta ley, que penaliza la discriminación, hizo posible una serie de juicios que, aun-

que fueran muy pocos, tuvieron una gran repercusión. Luego fue reforzada en 1995.

“Entre otras medidas, cada universidad tenía que presentar un ‘Plan para la igualdad de los

géneros’ y, lo más importante, todos los comités de dirección de la investigación debían contar

por lo menos con una proporción del 40 % de mujeres”. Según Liisa Husu, esta última medida

hizo mucho por la paridad. Desde aquellos años, en los que se produjo un cambio radical, el país

ha estado produciendo periódicamente un “Barómetro de la igualdad” que permite medir los

efectos de estas políticas. La edición de 2008 señala el aumento de la insatisfacción de las mujeres

con más estudios sobre las cuestiones de igualdad de géneros, al mismo tiempo que el nivel educa-

tivo de las mujeres se ha ido elevando globalmente. Según Liisa Husu, es la prueba de que queda

mucho por hacer, a pesar de los avances ya logrados, para conseguir verdaderamente aprovechar

el alto potencial científico de las finlandesas.

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ves

Sci

am

a

Liisa Husu

Page 22: El camino hacia la igualdad

22 research*eu NÚMERO ESPECIAL | ABRIL 2009

FINLANDIA

bacterióloga y primera académica finlandesa,

de 78 años de edad, “Ahora existen muchas

más mujeres científicas que en otros tiempos,

por lo que es un poco más difícil apartarlas,

pero los prejuicios siguen ahí. Lo peor es que

la mayoría de las discriminaciones se hacen de

forma inconsciente. Hay tanta gente insensible

a las aspiraciones y a los sentimientos de las

mujeres. Por eso yo sería más ‘feminista’ hoy

que cuando era joven…”

Aunque sea consciente de que se trata de

declaraciones políticamente incorrectas, Pirjo

Helena Mäkelä se cuestiona a veces los bene-

ficios de los largos permisos de maternidad,

ella que crió a cuatro hijos al mismo tiempo

que desarrollaba una brillante carrera acadé-

mica. “Si alguien se para demasiado tiempo,

puede dañar irremediablemente su trayectoria

científica”. No por ello hay que renunciar a la

vida familiar – una idea que con sólo oírla la

enfurece. ¿Cuál es la solución para poder com-

paginar todo? “Saber organizarse. Mientras los

hombres sólo tienen que planificar su día,

nosotras debemos planificar la semana entera,

no echar a perder nuestros experimentos para

no tener que volverlos a hacer...” Y concluye:

“Lo importante es que las mujeres no se con-

formen con puestos secundarios en los que

solamente hagan cosas interesantes de vez en

cuando. La verdadera ciencia implica tener un

fin y la voluntad inquebrantable de alcanzarlo”.

El futuro dirá si las científicas finlandesas

acabarán por superar los obstáculos que les

separan de los puestos de mucha responsabi-

lidad. Lo que es seguro, es que de este país,

que hace apenas medio siglo era pobre y rural,

ha salido una ola excepcional de mujeres con

estudios superiores, que ahora están presentes

en todos los sectores de la vida social. El

reciente estudio Pisa (1), llevado a cabo por la

OCDE, reveló que los alumnos finlandeses de

15 años tenían los resultados escolares cientí-

ficos más elevados del mundo. “Yo creo que

esto se debe al excelente nivel educativo de

sus madres”, anota Liisa Husu. “Reconozco que

aún no se ha demostrado esto. Pero es evidente

¿no?”. A decir verdad, sí.

Yves Sciama

(1) El Programa Internacional de la OCDE para el Control de los Conocimientos de los Alumnos (PISA) tiene por objeto evaluar con regularidad en qué medida quienes acaban la enseñanza obligatoria poseen los conocimientos y las calificaciones requeridas para desempeñar plenamente su papel en la sociedad. www.ocde.org

do los niños son pequeños, tienen carreras más

cortas y discontinuas. Este esfuerzo debería

estar más repartido entre ambos sexos”. Dicha

tendencia se está empezando a ver en Finlan-

dia, donde algunas jóvenes parejas de univer-

sitarios se reparten el permiso parental.

“Cuando voy a coloquios o seminarios en el

extranjero, mi marido se ocupa de los niños,

ya que viaja mucho menos”, relata otra cientí-

fica. Antes de suspirar: “Él lo sobrelleva, pero

la familia no lo ve con muy buenos ojos…”

También es necesario que las investigado-

ras no se autolimiten. Ahora bien, sabemos que

con frecuencia las mujeres tienden a tener

menos confianza en sí mismas y menos el refle-

jo de pedir un ascenso que los hombres. Lo

que confirma Tuija Pulkkinen: “Cuando quedó

vacante el puesto de vicepresidente de la Euro-

pean Geophysical Union, lo primero que pen-

sé fue: ‘ya tienes demasiado trabajo de por sí,

jamás lograrás hacerlo todo’. Luego reflexioné.

Me dije que al final seguramente iba parar a un

hombre, un hombre tan ocupado como yo pero

que pensaría ‘tengo todo el talento necesario

para llevarlo a cabo, soy capaz de hacerlo’. Así

que presenté mi candidatura para este puesto…

¡y lo obtuve!”

Lo que queda por hacerSea como fuere, la historia no acaba ahí. El

avance de las mujeres (que sigue dándose)

parece ahora como ralentizado. Algunas inves-

tigadoras hasta evocan la aparición de una nue-

va generación “machista”, que se aprovecha de

que hay cierto relajamiento en la vigilancia de

la igualdad. Para Pirjo Helena Mäkelä, médica,

le autorizan a trabajar desde casa sin

que esto plantee el menor problema. No obs-

tante, matiza que si tuviera un puesto de respon-

sabilidad en la gestión de su departamento,

seguramente tendría menos libertad de movi-

mientos. Sin embargo, insiste en que no por

ello no ha querido aceptar este tipo de puesto

en repetidas ocasiones, sino porque lo que más

le interesa es la investigación. En Nokia la ges-

tión de empresa sigue siendo todavía una for-

taleza masculina.

Y ése es el mayor escollo, como ocurre en

toda la investigación académica, aunque en este

caso sea en menor medida. “Hoy en día, el prin-

cipal problema para las investigadoras es la

toma de responsabilidades”, estima Tuija Pulk-

kinen. “Mientras que en los laboratorios la pro-

porción de mujeres es del 50 %, representan sólo

el 20 % de los puestos directivos. Es un desper-

dicio de recursos. Bajo mi dirección, dos de cada

cuatro responsables de equipo son mujeres,

y trabajan muy bien. Consideran a sus subordi-

nados de forma más general que los hombres,

que se suelen limitar al plano profesional”. Tuija

reconoce que con la toma de responsabilidades,

el trabajo es menos científico, “pero estamos en

posición de facilitar y orientar la investigación,

lo cual es muy importante”.

¿Y los hombres?¿Qué se puede hacer para que las mujeres

suban en la jerarquía? Teija Kujala manifiesta:

“Una parte de la respuesta consistiría en que

los hombres se sensibilizaran más sobre las

cuestiones familiares, ya que son las mujeres

quienes generalmente dejan de trabajar cuan-

Bebé de un día del

que se mide, con

métodos suaves,

el funcionamiento

cerebral en la Cognitive

Brain Research Unit

de la Universidad

de Helsinki.

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Page 23: El camino hacia la igualdad

research*eu NÚMERO ESPECIAL | ABRIL 2009 23

Subjetividad

“Se diría que el principal problema es el

reparto del poder. Coordiné un proyecto sobre

las mujeres y la ingeniería, en el que había

investigadoras dedicadas a estudios sobre

el género por militancia feminista. Trabajar

en un equipo en el que la autoridad científica

estaba ejercida por un hombre constituía para

ellas una dificultad – e incluso una aberración.

La cuestión de la conciliación entre el

compromiso y el enfoque “puramente”

científico, que busca la objetividad,

seguirá suscitando debate”.

André Béraud, antiguo profesor en el INSA

(Francia), miembro del equipo de investigación

Eschil (INSA).

La “caja de desaparición”

“Nuestra investigación sobre la condición

de las mujeres en la CyT partió de una idea de

Carol Kemelgor, una de nuestras estudiantes,

que entrevistó a directores de grupos de

investigación, explorando la hipótesis de

considerar dichos grupos como si fueran

‘prácticamente empresas’. Su constatación

de que las mujeres se organizan de modo

más colegial y menos jerarquizado y saben

establecer límites en el tiempo de trabajo

para preservar su esfera privada, inspiró el

programa de investigación Athena Unbound.

La experiencia de Carol la había llevado

a formular que ciertos aspectos de la

organización de los grupos de investigación

se basan en artefactos culturales propios de

la experiencia masculina, en vez de en una

cultura universal para la realización de trabajos

científicos. Luego estudiamos, a nivel europeo,

la dimensión del género en las profesiones

relacionadas con las transferencias de

tecnologías, las incubadoras y el empresariado.

Esto nos llevó a identificar un mecanismo de

‘caja de desaparición’: mujeres muy formadas

que desaparecen de los canales académicos

y que luego ‘reaparecen’ en organismos de

transferencia tecnológica, en la interfaz entre

la ciencia y la economía”.

Henry Etzkowitz, Director de Creatividad

y Empresa, Newcastle University Business School,

Reino Unido.

Equilibrio

“El aporte de diversidad en un grupo de trabajo

se hace real cuando se cumplen determinadas

condiciones: debe construirse sobre un terreno

de igualdad, encontrarse el equilibrio de forma

natural a todos los niveles y hay que dar la

ocasión, los medios y el tiempo de que se

exprese. Viví este cambio en mi empresa en

primer lugar con la diversidad cultural y, desde

1994, la de los géneros, ambas con una fuerte

preocupación de igualdad de oportunidades

en las carreras. Más recientemente, trabajé en la

diversidad con grupos y en foros ampliamente

dominados por mujeres. Aprendí mucho y mis

ideas evolucionaron, pero siempre constaté

la ausencia de los hombres (por lo tanto,

de auténticos debates), es una lástima”.

Pierre Bismuth, Consejero Jefe – Recursos

Humanos, Schlumberger.

Poder

“La cuestión no se plantea tanto en términos

de número como de poder. Así, en los equipos

mixtos, cuando todos los líderes son masculinos,

es probable que haya resistencias para plantear

la cuestión del género de modo crítico. No se

trata de explicar esto por un determinismo

biológico, sino más bien a través de diferentes

posiciones sociales y distintas experiencias.

Añadiré que la mayoría de los equipos que

tienen un grupo étnico dominante se plantean

raramente cuestiones sobre la raza y la etnia

en términos críticos. Pero el dominio de una

categoría o de un grupo social suele ser algo

misteriosamente invisible para sus propios

miembros. Estos asuntos son especialmente

importantes cuando la propia investigación

se refiere a cuestiones de poder social,

de control de los recursos o de violencia”.

Jeff Hearn, profesor en la Hanken School

of Economics (Finlandia), la Universidad

de Linköping (Suecia) y la Universidad

de Huddersfield (Reino Unido).

Química

“En mi laboratorio, pude ver todas las

combinaciones posibles de mezcla de

géneros… No vi ninguna diferencia en lo que

se refiere a la química entre personas. A veces

hay alguien que no encaja muy bien con los

demás, pero puede ser tanto un hombre

como una mujer. Tampoco noté jamás típicos

comportamientos exagerados, como el que

las mujeres tuvieran puntos de vista más

cortantes. Varios de mis postdoctorandos han

contribuido enormemente en los trabajos del

laboratorio y, para ser preciso, se trata de dos

hombres y dos mujeres. Creo que los chicos

eran más tenaces a la hora de conseguir los

mejores puestos en las clasificaciones de las

publicaciones. Pero esta situación apenas

se dio, por lo que no estoy seguro que sea un

buen criterio de comparación”.

Frank Gannon, Director General de la Science

Foundation, Irlanda.

Breve sondeo a algunos profesionales que han vivido

y analizado la cuestión de la mezcla de géneros.

Puntos de vista masculinos

GÉNERO

Page 24: El camino hacia la igualdad

24 research*eu NÚMERO ESPECIAL | ABRIL 2009

BREVES

Las TIC con aire femenino

Los investigadores del proyecto

europeo WWW-ICT, que reúne

a siete países, quisieron comprender

por qué hay tan pocas mujeres

que se sientan atraídas por las

tecnologías de la información y de

la comunicación (TIC) en Europa

y qué argumentos se podrían

esgrimir para “atraerlas”. Examinaron

la situación de estas profesiones

sobre el terreno, entrevistaron

a 107 mujeres y a 33 hombres,

probaron las condiciones de

trabajo, la manera en la que la

profesión se presentaba a los

más jóvenes, etc.

En 2004 publicaron, entre otras

cosas, tres folletos de sensibilización

(en inglés y en francés) destinados

al ámbito empresarial y al docente,

así como a las organizaciones de

mujeres (asociaciones, sindicatos,

etc.). Uno de los argumentos

utilizados fue demostrar la diversi-

dad de oficios y disciplinas (ciencias

humanas, biotecnologías, edición,

medicina) donde las TIC desempe-

ñan un papel importante. Estos

documentos también presentan

las “formaciones transversales”

que ofrecen posibilidades de

reorientación profesional.

www.ftu-namur.org/www-ict/

Un estilo especial de gestión de empresas

Dos informes Women Matter,

publicados en 2007 y 2008 por la

consultoría McKinsey, analizan la

relación entre el carácter mixto

y los resultados de las empresas.

El primer estudio reveló claramente

el impacto positivo de las mujeres

en las instancias de dirección.

El segundo analizó las razones

de este fenómeno. Para realizarlo,

McKinsey se basó en una lista

“propia” de nueve comportamien-

tos de liderazgo que mejoran los

resultados de las empresas en

términos de organización. Sacó

a la luz que las mujeres adoptan

más frecuentemente actitudes

etiquetadas como “desarrollo de

los demás”, “expectativas y reco-

nocimiento”, “ejemplaridad”,

“inspiración” y “toma de decisiones

participativa”. Los hombres solían

adoptar más una actitud de

“control y acciones correctoras”.

Más allá de la práctica igualitaria,

McKinsey insiste sobre todo en

la ventaja competitiva que ofrece

el carácter mixto, a un alto nivel,

y hasta lo describe como “factor

de supervivencia” y estrategia que

permite adelantar a la competencia.

Por lo tanto, las ejecutivas de alto

nivel podrían ser muy codiciadas

dentro de poco…

Por otro lado, diferentes consul-

torías han realizado un estudio

sobre la representación femenina

en los puestos directivos de las

300 primeras empresas mundiales

cotizadas en bolsa. Las mujeres

representan menos del 10 % de

los miembros de las instancias de

control y dirección de estas

grandes empresas. Frente

a esta ausencia, los evaluadores,

en colaboración con el Women’s

Forum for the Economy and Society,

tuvieron la idea de crear The

Diversion Trophy, un premio

concedido a las empresas que

hayan aumentado el número de

mujeres en los puestos directivos,

pero también en sus equipos.

www.mckinsey.com/

locations/paris/home/

womenmatter_french.asp

http://womens-forum.com/

zzRestofsite/a_PastEditions.

php?edition=z06_06

¿Que el lenguaje es sexista?

Sin duda. En 1985, la administra-

ción federal canadiense publicó

una clasificación de la feminiza-

ción de los nombres de las profe-

siones. En 1995, el Comité para la

Igualdad de Oportunidades del

University College de Cork (Irlanda)

editó una guía sobre el lenguaje

no sexista: “Non-Sexist Language

– A Guide”. En cuanto a la UNESCO,

edita con regularidad su obra Pour

l’égalité des sexes dans le langage,

en francés y en inglés. Los autores

destacan particularmente la

persistencia del empleo del

masculino dominante (por ejem-

plo, “hombres”, con el sentido de

“seres humanos”, que podría ser

sustituido por “personas”) o de

estereotipos anticuados, del

estilo “la mujer de la limpieza”

y “el hombre de negocios”. Se pasa

revista a la feminización de los

de la consideración del análisis

según el género.

En cuanto al Observatorio para

la Igualdad de la Universidad

Autónoma de Barcelona (UAB),

propuso en 2008 una New Guide

to the Use of a Non-Sexist Language

at the UAB. Esta obra permite

encontrar la “palabra adecuada”

en catalán, español e inglés.

Sus autores tienen dos objetivos:

aumentar la visibilidad de las

mujeres en todas las áreas y todas

situaciones, y evitar el uso genérico

del masculino cuando sea posible.

Pour l’égalité des sexes dans le

langage, Guidelines on Gender-

Neutral Language, UNESCO, 3ª

ed., 1999. Documento que podrá

descargar en: http://unesdoc.

unesco.org/images/0011/

001149/114950Mo.pdf. Existe

una versión posterior de la guía

adaptada al español: “Recomen-

daciones para un uso no sexista

del lenguaje”, que puede descar-

garse en: http://unesdoc.unesco.

org/images/0011/001149/

114950so.pdf

New Guide at the UAB

http://selene.uab.es/

observatori-igualtat/Angles/

Index.html

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términos de profesiones. El libro

también permite esclarecer los

conceptos introducidos por el

inglés, como “género” (gender)

que, además de su primer sentido

gramatical, designa a partir de

ahora los rasgos socioculturales

considerados como propios de

los hombres y de las mujeres,

o también el mainstreaming,

o gender mainstreaming, que

quiere decir la sistematización

Page 25: El camino hacia la igualdad

research*eu NÚMERO ESPECIAL | ABRIL 2009 25

Entrevistas

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“Doy gracias por la suerte que tengo de haber podido ser cientí-fica. Poca gente en el mundo tiene la posibilidad de hacer cada día lo

que le gusta, como lo hago yo”.

Linda B. Buck – Premio Nobel

de Fisiología y Medicina (2004)

Page 26: El camino hacia la igualdad

26 research*eu NÚMERO ESPECIAL | ABRIL 2009

Esta observación de su superior marcó

el inicio de una trayectoria comple-

tamente atípica. Gerlind, nacida en

Kiel, a orillas del mar Báltico, des-

cubrió la química a los doce años de edad.

Ya entonces, fascinada por esta ciencia “que

explica el por qué y el cómo de las cosas”,

sabía que quería dedicarse a ella. Una vez obte-

nido su título de ingeniería, estuvo un año ana-

lizando las características químicas del asfalto,

yéndose luego a Boston donde, en 1996, defen-

dió su tesis de bioquímica en la Universidad de

Brandeis. Fue una experiencia particularmente

enriquecedora, que le hizo comprender que

los alemanes eran conservadores en un aspecto

determinado: “En los Estados Unidos, ya no era

nada excepcional el que una mujer ocupara un

puesto importante”.

El valor del ejemploDurante sus seis años de tesis, se codeó con

Susan Lovett, una científica que iba a ejercer

una gran influencia en el desarrollo posterior

de su carrera: esta mujer, responsable de labo-

ratorio, también era madre de dos niños. Un

ejemplo de que la vida profesional se podía

compaginar con la vida familiar. De vuelta

a Alemania, en mayo de 1996, Gerlind entró

en el célebre Laboratorio Europeo de Biología

Molecular (EMBL, por sus siglas en inglés) de

Heidelberg. Es allí donde entró en contacto

con la Organización Europea de Biología Mole-

cular (EMBO, siglas en inglés) (1), la institución

que la contrataría algunos años más tarde,

y que primero le ofreció una interesante beca

post-doctoral de dos años.

Pero la doctoranda que trabajaba horas

y horas en el laboratorio tuvo dos niños en esa

época. Eso inevitablemente atrasó sus investiga-

ciones. Entonces le pidió a la EMBO la posibili-

dad de prolongar su beca debido a su maternidad.

“Eso es problema suyo”, le respondieron. Por

suerte, su marido, también químico, era autó-

nomo. “Como trabajaba en casa, se hacía cargo

“Usted nos ha demostrado que también podíamos contratar

a ingenieras”. Esta frase, Gerlind Wallon jamás la olvidará.

Recién titulada en ingeniería química, la joven alemana

descubrió el mundo laboral en la empresa que la contrató.

“Descubrí sobre todo que, como mujer, no formaba parte

de los suyos, poco importaban mis títulos”.

Gerlind la tenaz

COMPROMISO

Gerlind Wallon: “La poca presencia

de las mujeres se debería más bien

a una presión social que dicta los

papeles familiares con arreglo

a los géneros”.

Page 27: El camino hacia la igualdad

research*eu NÚMERO ESPECIAL | ABRIL 2009 27

de una gran parte de las obligaciones familia-

res”, explica la científica, a menudo tachada de

“madre negligente” por su apretada agenda.

Luego, en el año 2000 se planteó si seguir

o no su carrera. Gerlind Wallon dudó: “No me

veía como responsable de un equipo y distri-

buyendo mi tiempo entre la investigación y el

trabajo administrativo. Acababa también de

tener a mi segundo hijo y ya no podía quedar-

me tanto tiempo en el laboratorio, por lo que

me sentía frustrada”. Entonces vio un anuncio

de la EMBO, donde buscaban a un científico

en biología molecular para supervisar los pro-

gramas y conceder las becas de este organismo

europeo. Un puesto que obtuvo en junio de

2000 y en el que sigue estando muy a gusto hoy

en día.

Los trabajos de la EMBOSe acabaron entonces las mesas de labora-

torio, los tubos de ensayo y las reacciones quí-

micas de todo tipo. Nuestra científica se centró

exclusivamente en la organización de la inves-

tigación dentro de la EMBO, sin que le pesara.

“Este trabajo me permite tener una visión más

amplia de la ciencia, tengo la impresión de

poder hacer aquí mucho más que delante de

mis pipetas…”. Su primera gran tarea fue

luchar contra la poca presencia de mujeres en

la investigación. Por ello, en 2001, creó el pro-

grama Women in Science, que pretende no

sólo evaluar y cuantificar las desigualdades de

género en las ciencias, sino también proponer

soluciones concretas para aumentar el porcen-

taje de mujeres en los puestos con cierto nivel

de responsabilidad (2). Una de las primeras medi-

das consistió en implantar lo que le habían

negado algunos años antes: ¡una prórroga de

tres meses de la beca post-doctoral en caso de

maternidad! “Lo más sorprendente, es que no

tuve que luchar para obtener esta prórroga. En

realidad, todos estaban de acuerdo, sólo que

nadie había pensado nunca en eso”. Entre otras

medidas para ayudar a las mujeres de forma

más eficaz durante su carrera, la EMBO ofrece

ahora la posibilidad de prorrogar hasta 36 meses

la duración de las becas post-doctorales para

poder trabajar a media jornada, una ayuda

financiera adicional para las investigadoras que

tienen a su cargo a niños menores de 6 años

o incluso un programa de ayuda específica

para quienes hayan interrumpido durante un

año su carrera por razones familiares.

Otro objetivo del programa Women in Science

consiste en recoger el mayor número de esta-

dísticas sobre el papel de las mujeres en la

ciencia. E intenta responder a una cuestión de

fondo: ¿por qué hay menos investigadoras con-

forme se van subiendo los escalones en la

jerarquía? De hecho, aunque más de la mitad

de los estudiantes europeos de biología sean

mujeres, tan sólo representan el 15 % de los

profesores de universidad. ¿Cómo se puede

explicar este “techo de cristal”, como algunos

denominan a este fenómeno? Esta cuestión

apasiona a Gerlind Wallon. Para responder a esta

pregunta, llevó a cabo una investigación origi-

nal con varios colegas dentro de la propia

EMBO (3). Se pretendía probar una hipótesis

muy difundida de la existencia de una selec-

ción sesgada que beneficia a los hombres.

La influencia de los rolesEn 2006, la EMBO decidió borrar cualquier

indicación del género en los documentos de

los candidatos en su proceso de selección de

becarios. Los examinadores sólo tuvieron acceso

a la trayectoria y a las publicaciones científicas

de los estudiantes para hacerse una idea de

ellos. El resultado fue sorprendente: a pesar de

esta selección a ciegas, los jurados siguieron

escogiendo mayoritariamente a hombres. El

índice de éxito de las mujeres no cambiaba,

con alrededor del 20 % menos de posibilida-

des de obtener una beca que sus colegas mas-

culinos. Por lo tanto, ¿qué elementos permiten

distinguir a los candidatos de las candidatas

que tienen la misma edad y experiencia seme-

jante?. Eso sí, las mujeres tenían muchas menos

publicaciones que los hombres. Entre 1999

y 2006, ellas publicaban por término medio seis

artículos frente a ocho en el caso de los hom-

bres. Sin embargo, la calidad de sus trabajos

era similar, como indica el factor de impacto

medio (4) de estas publicaciones.

De ahí que la cuestión se plantee bajo otra

perspectiva: ¿por qué las jóvenes investigado-

ras son menos productivas que sus colegas? Se

enviaron cuestionarios a todos los candidatos

para intentar comprender esta diferencia, que

arrojaron como resultado que las mujeres,

durante su carrera, suelen trasladarse más que

los hombres para seguir a sus parejas. Por lo

tanto, les cuesta más encontrar un laboratorio

en el que puedan ejercer sus competencias.

Además, la mayoría de los maridos trabajan

más de 46 horas semanales, lo que implica que

ellas deben hacerse cargo de la mayoría de las

obligaciones familiares.

“De esta investigación se desprende que la

poca presencia de las mujeres no se debería

a una selección sesgada sino más bien a un

problema cultural, a una presión social que

dicta los papeles familiares con arreglo a los

géneros”, concluye Gerlind Wallon. Las muje-

res suelen hacerse cargo de las obligaciones

parentales adaptando sus carreras para poder

ocuparse de su familia. Por eso tendría que

cambiar la cultura en general para romper este

“techo de cristal”. ¿Pero cómo? “Pidiendo pri-

mero a todos los centros científicos que hagan

un balance de la representatividad de las muje-

res, trabajando luego en la sensibilización

sobre esta diferencia entre los sexos, para ter-

minar animando a las mujeres a proseguir sus

carreras. También habría que incitar a los hom-

bres a que asuman más obligaciones paternas

y organizar permisos de paternidad y trabajo

a tiempo parcial para ellos también”.

En las conferencias que da sobre “gestión de

laboratorios” y en las que participan numerosos

estudiantes, Gerlind Wallon trata de enfocar

estos temas. A menudo, quienes la escuchan se

sorprenden al comprobar que todavía existen

estas discriminaciones. Otros afirman que todo

esto se explica por diferencias genéticas, afir-

mación que consigue sacarla de quicio…

Lise Barnéoud

(1) La Organización Europea de Biología Molecular (EMBO), con sede en Heidelberg (Alemania), fue creada en 1964 con el fin de promover esta especialidad en Europa. La EMBO está financiada por 27 países europeos y en ella trabajan más de 1.300 científicos (48 de ellos recibieron un Premio Nobel). Propone becas y programas a investigadores seleccionados con mucho rigor.

(2) Véase por ejemplo la conferencia SET-Routes que se celebró en Heidelberg del 9 al 11 de mayo de 2007: www.set-routes.org/conference/index.html

(3) Podrá descargar el estudio en la siguiente dirección: www.embo.org/gender/gender_study.pdf

(4) El factor de impacto (impact factor) sirve para medir la importancia de las revistas científicas. Evalúa la frecuencia media con la cual los artículos de una determinada revista son citados por las demás revistas indexadas, durante tres años.

COMPROMISO

Page 28: El camino hacia la igualdad

28 research*eu NÚMERO ESPECIAL | ABRIL 2009

Annett Gebert y Ulrike Wolff tienen

muchos puntos en común. Ambas

son químicas en el IFW de Dresde (1),

están a punto de cumplir cuarenta

años, están apasionadas por las nanociencias,

trabajan unas cincuenta horas a la semana

y dedican de buena gana el poco tiempo que

les queda a proyectos sociales, incluso si eso

significa trabajar cada día hasta muy tarde o los

fines de semana.

Annett Gebert, la primera, oyó hablar de una

convocatoria de proyectos de la Comisión

Europea sobre el lugar de las mujeres en la

ciencia por una colega rumana, Mariana Calin.

Ulrike Wolff se les unió justo después, seguida

de otras nueve investigadoras de alto nivel en

el área de las nanociencias. “Muy rápidamente,

nos surgieron muchas ideas sobre las acciones

que podríamos llevar a cabo en nuestra especia-

lidad”. Y finalmente, se convirtió en un grupo de

doce mujeres, de nueve países europeos, que

lanzó en octubre de 2005 Women in Nano (2),

bajo la dirección de este consorcio inédito:

Annett y Ulrike.

Trayectorias poco convencionalesSin embargo, nada hacía presagiar que estas

dos investigadoras iban a implicarse en la lucha

Dos investigadoras que representan a un grupo

de una docena de mujeres (todas ellas, excepto

una socióloga, investigadoras en el campo de

las nanociencias). Un grupo cuyas acciones

excedieron la esfera de su especialidad para

impulsar la cuestión del género en toda Europa.

Dos representantes de la nanotecnología femenina

ALTA TECNOLOGÍA

Annett Gebert (a la izquierda) y Ulrike Wolff: “Muchas mujeres abandonan su carrera después de su post-

doctorado porque no tienen suficiente confianza en sí mismas y porque no saben cómo ‘vender sus méritos’”.

Page 29: El camino hacia la igualdad

research*eu NÚMERO ESPECIAL | ABRIL 2009 29

contra la discriminación de las mujeres en la

ciencia. Su trayectoria parecía ya trazada, desde

la facultad de química hasta su puesto actual

en el IFW, pasando por una tesis obtenida en

Dresde, un post-doctorado durante el cual des-

cubrieron las nanociencias, así como un año

en el extranjero. En ningún momento se sin-

tieron perjudicadas a causa de su sexo. “Posi-

blemente, incluso nos beneficiamos de

determinadas discriminaciones positivas”, aña-

de Ulrike. Sin embargo, no vacilaron un segun-

do en entrar en un proyecto cuyo objetivo

precisamente era apoyar y animar a las mujeres

a trabajar en las ciencias. ¿Por qué? “¡Porque

sabíamos que nuestra trayectoria profesional

no era la más habitual!”, responde Annett. “Había-

mos oído hablar de la situación de colegas nues-

tras, sobre todo fuera de Alemania, que tenían

más dificultades por ser mujeres. A través de

Women in Nano no quisimos defender nuestros

propios derechos sino mejorar una situación

global en absoluto igualitaria”.

En un primer momento, las doce embajado-

ras de Women in Nano se esforzaron por exami-

nar la situación de las mujeres en las nanociencias

y por intentar comprender por qué había tan

pocas. Realizaron varias encuestas, tanto en

centros de investigación como a científicos.

Pero los resultados fueron decepcionantes,

incluso inexplotables. “Las nanociencias abar-

can un área muy amplia. Nos fue difícil iden-

tificar a todos los grupos de investigación en

un sector tan interdisciplinario y encontrar a la

persona de contacto adecuada. Por otro lado,

las pocas respuestas que recibimos no fueron

satisfactorias, probablemente por falta de tiempo

o de interés”. Aún así, el estudio revela que las

diferencias entre países, en términos de planes

de carrera y de estructuras de promoción, tienen

poca incidencia sobre el lugar de las mujeres en

la ciencia. Todo apunta a que los aspectos cul-

turales desempeñan un papel mucho más

importante.

Mujeres y jóvenes Entonces llegó la segunda fase del proyec-

to, dedicada a atraer el interés de los jóvenes

por las nanociencias y a animar a las mujeres

a continuar su carrera: actividades con escolares,

participaciones en acontecimientos públicos,

pero sobre todo, organización de una universi-

dad de verano (en Comarruga, España) y una

de invierno (en Kranjska Gora, en Eslovenia).

“Estos dos talleres fueron los mejores recuer-

dos que tengo de esta campaña”, cuenta Ulrike

Wolff. “Las participantes eran muy entusiastas

y querían aprender lo más posible…”. El obje-

tivo de estas “universidades fuera del campus”

era no sólo ofrecer clases de alta calidad sobre

diferentes temáticas de las nanociencias, sino

también mejorar la capacidad de las estudian-

tes de presentar sus resultados científicos, de

forma tanto oral como escrita.

“Muchas mujeres abandonan su carrera des-

pués de su post-doctorado porque no tienen

suficiente confianza en sí mismas y porque no

saben cómo ‘vender sus méritos’”, precisan

ambas científicas. A menudo las mujeres tienen

menos autoestima que los hombres y proyectan

esa imagen relativamente negativa a su futuro

jefe. Por lo tanto, para subsanar este punto

débil y aumentar la confianza en su trabajo,

hicieron ejercicios sobre la presentación de sus

resultados. Por ejemplo, una de las clases se

refirió exclusivamente al modo de comportar-

se delante de un auditorio. “Gracias a nuestro

profesor, descubrí que, en el momento de las

presentaciones científicas, los hombres gene-

ralmente estaban bien erguidos, mirando a sus

interlocutores a los ojos mientras que las muje-

res no tenían aplomo, se movían sin parar y

no miraban apenas a los oyentes”, precisa

Ulrike. En las sesiones de presentación de los

resultados posteriores, los progresos fueron

increíbles. “La confianza en sí mismo es algo

que se aprende”, confirma Annett. ¡Y de eso ella

sabe mucho! Al poco tiempo de su regreso de

su último año post-doctoral en la escuela poli-

técnica de Montreal (Canadá) le propusieron

hacerse cargo de la dirección del grupo Electro-

chemical Properties of Functional Materials en

el IFW de Dresde. “¡Me daba pánico aceptar

tanta responsabilidad! Pero la verdad es que hay

que tirarse al agua para ir ganando autoestima”.

Las superdotadas de la organizaciónEstas universidades de verano y de invierno

representaron también un lugar de debate

sobre cuestiones sociales, particularmente sobre

los problemas de desigualdad entre hombres

y mujeres. En esos debates surgió una pregunta

recurrente: ¿realmente es posible compaginar la

vida familiar con la carrera científica? Difícil

para Annett y Ulrike de responder a esta cues-

tión, puesto que no tienen hijos. “No ha sido

por mi profesión”, asegura Ulrike. “Sin duda ha

sido en parte por mi carrera, pero no sólo por

eso…”, responde por su parte Annett. En todo

caso, las dos afirman que es posible conciliar

ambas. Prueba de ello es que más de la mitad

de las doce científicas del equipo consiguen

compaginar su vida familiar con una carrera de

alto nivel. “Probablemente, hace falta organizar-

se mejor en el trabajo diario”, admite Ulrike.

“Sobre todo, hay que crear las condiciones para

facilitar la vida de las mujeres que tienen hijos”,

señala Annett. Por ejemplo, en el IFW los direc-

tores de laboratorio son completamente cons-

cientes de las dificultades que pueden tener los

jóvenes padres y madres, y dan más flexibilidad

a los científicos que se encuentran en esa situa-

ción. El Instituto también ofrece facilidades

para encontrar una plaza en una guardería.

En el marco del proyecto Women in Nano

se organizaron reuniones con altos responsa-

bles universitarios, industriales y políticos con

el fin de evocar las estrategias de igualdad de

los sexos a implantar. ¿Qué medidas de acom-

pañamiento podrían ser útiles para las mujeres?

¿Es necesario conceder fondos especiales para

hacer posible que las investigadoras continúen

sus carreras? ¿Cómo se puede transformar el sis-

tema educativo para que anime a las jóvenes

a optar por las carreras científicas?

Es difícil responder a estas preguntas con

una respuesta concreta y breve. El consorcio

Women in Nano recibió la financiación de la

Comisión Europea por un periodo de treinta

meses que finalizó en marzo de 2008, en un

último taller dedicado a la difusión de los resul-

tados. Pero la aventura no acaba ahí y este año

ha empezado un nuevo proyecto (3). Implicará

a 11 países europeos y durará tres años. Tiene

como objetivo reforzar la posición de las muje-

res en los puestos científicos de toma de deci-

siones, pero también mejorar la solidaridad y la

implicación de los hombres en la lucha por la

igualdad de los sexos. Esta vez, se espera que

participen sus colegas masculinos. Pero Annett

y Ulrike ya no lo harán. Para estas dos científi-

cas de alto nivel era difícil seguir sin la menor

pausa, dedicando de nuevo tanto tiempo y ener-

gía al margen de su trabajo…

L.B.

(1) Leibniz-Institut für Festkörper- und Werkstoffforschung Dresden (Instituto de Investigación sobre los Cuerpos Sólidos y los Materiales).

(2) www.womeninnano.de (3) Improving the gender diversity management in materials

research institutions.

ALTA TECNOLOGÍA

Page 30: El camino hacia la igualdad

30 research*eu NÚMERO ESPECIAL | ABRIL 2009

Para Boel Berner, se diría que el tiem-

po nunca se para. Esta socióloga de

la Universidad de Linköping no deja

de plantearse nuevas preguntas. Hija

de un ingeniero y de una profesora de idiomas,

vivió desde pequeña en un ambiente lleno de

debates. No hay que olvidar que creció en Suecia,

un país avanzado en lo que respecta a la igualdad

de género. Allí las mujeres, cuando luchan por

sus derechos, se ven respaldadas por una tradi-

ción de igualitarismo, autonomía y una lógica

de resolución de los conflictos. “Mi madre era

una persona comprometida y, gracias a ella

y a muchos amigos de mis padres, de menta-

lidad abierta, siempre tuve la impresión de que

las mujeres eran importantes para construir una

sociedad moderna. Tenían que desarrollar sus

conocimientos y participar en la vida pública”.

En Lund, Boel cursó un bachillerato cientí-

fico interesándose a la vez por las ciencias

sociales y humanas. Luego se fue a la London

School of Economics y seguidamente estuvo

algunos años en París, donde descubrió, entre

otras cosas, las enseñanzas del filósofo y soció-

logo Nicos Poulantzas. Su marido por enton-

ces era doctorando en genética en Oxford. Esas

circunstancias le hicieron conocer los contras-

tes entre Francia y el Reino Unido y entre los

universos de las ciencias “duras” y las “blandas”.

Durante esos años conoció a unas francesas (1)

con quienes entabló una larga amistad y que,

como ella, reflexionaban sobre el nuevo papel

de las mujeres en la evolución de una sociedad

sacudida por los movimientos estudiantiles

y obreros de mayo del 68.

La técnica sigue perteneciendo al universo masculino.

Desde los ingenieros industriales de los últimos siglos

hasta los expertos y los responsables de las tecnologías

más avanzadas actuales, Boel Berner analiza el mundo

de las “máquinas” bajo la perspectiva del género.

La libre trayectoria de una investigadora sueca

SOCIOLOGÍA

Boel Berner: “Siempre hay un desequilibrio

de poder en las decisiones y en la gestión de

la mayoría de los sistemas técnicos que estructuran

nuestras vidas”.

Page 31: El camino hacia la igualdad

research*eu NÚMERO ESPECIAL | ABRIL 2009 31

La ingeniería, todo un símbolo En 1975, participó en una primera investi-

gación internacional para el informe Women

in science and technology solicitado por la

administración sueca de enseñanza superior.

Luego entró a formar parte de la primera aso-

ciación de mujeres científicas de su país, par-

ticipando en los primeros estudios sobre las

mujeres de la Universidad de Lund. Este campo

de investigación quedó englobado luego en un

departamento de estudios sobre el género – toda

una primicia en Suecia, en aquella época – que

Boel Berner dirigió por un breve periodo más

tarde.

En 1981, defendió una tesis socio-histórica

sobre el universo de los ingenieros suecos. Un

campo que le era familiar, puesto que su padre

ejercía esta profesión considerada como pres-

tigiosa. Los estratos de la empresa estaban cal-

cados a los de la jerarquía militar. Lo que

interesó a la joven doctoranda fue estudiar el

mecanismo de funcionamiento de este poder

reservado a los hombres, su monopolio de los

conocimientos prácticos y científicos que les

daban las claves de la modernización económi-

ca, e igualmente, como otra cara de la moneda,

el lugar dejado a las mujeres en el mundo

industrial de los siglos XIX y XX. “Me pregunté

por qué las mujeres estaban excluidas, pero

también por qué los hombres tenían tan asi-

milado este papel y por qué eran mayoritarios

en los sectores de la ciencia y la tecnología”.

Boel Berner, historiadora y socióloga, analiza

el poder de estos conocimientos en la socie-

dad y la industria y la manera en la que fun-

cionan las redes sociales masculinas, desde la

universidad, y luego en el transcurso de toda

la carrera. Si hasta el año 1921 las mujeres no

pudieron estudiar ingeniería, fue sobre todo

porque se pensaba que la formación para este

oficio, que implicaba movilidad y el ejercicio

de responsabilidades, utilizaba métodos peda-

gógicos que no les convenían. “Estos estudios

se desarrollaban en un entorno que favorecía

la emergencia de la solidaridad entre los hom-

bres y un sentimiento de destacarse, no sólo

con respecto a las mujeres sino con respecto

a quienes tenían un nivel menor de formación”.

Estos modelos de poder masculino no han

desaparecido. En el año 2000, Suecia publicó

un Libro Blanco sobre la igualdad de los sexos

que revelaba que este país, a pesar de su ima-

gen, estaba lejos de ser el paraíso de la igual-

dad de géneros. Basándose en estos datos,

Boel Berner coordinó un estudio que reveló

cómo la distribución del trabajo explica las

diferencias de situación económica entre los

sexos. Aunque las mujeres estén haciendo ofi-

cios “masculinos” (desde ingenieras hasta mecá-

nicas especializadas), las empresas prefieren

contratar a hombres para estas especialidades.

“La aptitud para dirigir está aún asociada con

cualidades masculinas y los hombres consiguen

los puestos más altos. Esta tendencia está refor-

zada por el hecho de que, tradicionalmente,

los hombres pasan más tiempo en el trabajo

y menos en casa”. Un prejuicio contraprodu-

cente para los propios hombres puesto que

quienes “dan la impresión de conciliar la vida

familiar con la profesional tienen una carrera

más brillante que los solteros”.

Los enfoques de la técnicaBoel Berner, actualmente profesora en la

Universidad de Linköping, jefa del departamen-

to de Tecnología y cambio social, sigue inves-

tigando (2), explorando las relaciones entre la

tecnología y el género: la identidad masculina

y femenina en estos campos, los cambios socia-

les provocados por las evoluciones técnicas,

el papel de las mujeres en esta transformación,

la evolución de la enseñanza científica, la per-

sistencia de las barreras del género y de los

símbolos vinculados con la técnica…

Por ejemplo, estudió las relaciones entre las

evoluciones técnicas y la ideología que preva-

lecía en los hogares a partir del año 1900. “Toda

una serie de consejos y manuales respaldaban

los conocimientos de higiene exigidos a las

mujeres de la clase media. El significado de la

limpieza se puede relacionar con ‘el miedo al

bacilo’ difundido por la ciencia del siglo XIX,

pero también con el deseo de distinción y de

respetabilidad de la clase media. Reencontra-

mos ahí el modelo de una burguesía patriarcal

en la cual las mujeres deben tener habilidades

en todas las tareas domésticas, siendo comple-

tamente dependientes de sus maridos en lo

económico”.

Al estudiar un período más reciente, Boel des-

cubrió también que las mujeres, a menudo apar-

tadas del proceso de decisión en las cuestiones

tecnológicas, desempeñan un importante papel

de “observadora externa crítica”. Reaccionan ante

determinadas opciones sensibles, como la uti-

lización de las armas de destrucción masiva,

la contaminación medioambiental o el desarro-

llo de las biotecnologías. Sin embargo, cree que

los hombres y mujeres siguen siendo desiguales

en la técnica: “Creo que siempre hay un desequi-

librio de poder en las decisiones y en la gestión

de la mayoría de los sistemas técnicos que

estructuran nuestras vidas (sólo hay que ver la

energía o las comunicaciones), así como en un

gran número de proyectos prestigiosos en cam-

pos tales como el espacio, las biotecnologías

o las tecnologías militares. Son importantes

esferas de poder principalmente masculino. En

cambio, es interesante comprobar que los nue-

vos campos de investigación relacionados con

la medicina, la biología o el medio ambiente,

son menos masculinos porque no pertenecen

al mundo tradicional de las máquinas. En ellos,

las mujeres encuentran más fácilmente su lugar”.

Nuevas generaciones, otras culturasLa unidad de la que es responsable Boel

Berner presenta un ligero desequilibrio a favor

de las mujeres, en cuanto a los doctorandos

y paridad entre ambos en el profesorado.

Varios investigadores hombres trabajan en las

temáticas “género y tecnología”. “Nuestro

departamento es multidisciplinario. Las dife-

rencias de enfoque y de sensibilidad vienen

más del bagaje intelectual y/o de la personali-

dad de cada uno que de su sexo”.

Boel Berner se siente muy a gusto en este

ambiente universitario que escogió como vida

profesional. “Esta vida plantea desafíos, pero en

el sentido positivo, porque favorece la aparición

de nuevas iniciativas y de nuevas ideas. Desde

mi tesis, siempre quise seguir enseñando

e investigar a la vez”. En Linköping, los estu-

diantes sugieren enfoques a veces inesperados,

a los doctorandos se les considera como cole-

gas, están contratados y participan activamente

en la vida cotidiana del departamento, los pro-

fesores son tutores. “En lo personal, es muy

estimulante supervisar a alguien, y ver cómo va

ganando confianza en sí mismo y adquiriendo

madurez intelectual”.

Christine Rugemer

(1) Boel Berner tradujo numerosos textos sociológicos, publicados en Francia y desconocidos en su país. Escribió, con Elisabeth Elgán y Jacqueline Heinen, una obra sobre el poder económico femenino (Suède: l´égalité des sexes en question, Les Cahiers du Genre, l’Harmattan, París, 2000) y continúa una actividad transnacional a través del grupo MAGE (Mercado laboral y género en Europa www.mage.cnrs.fr/).

(2) www.tema.liu.se/tema-t/medarbetare/berner-boel?l=en

SOCIOLOGÍA

Page 32: El camino hacia la igualdad

32 research*eu NÚMERO ESPECIAL | ABRIL 2009

Hasta la edad de 13 años, Christine

Heller del Riego se sentía muy

estadounidense. Creció en los

Estados Unidos hasta la adolescen-

cia y posiblemente se le quedó una impronta

de su vida en el Nuevo Continente: “Por ejem-

plo, creo que soy más pragmática en el enfoque

de mi trabajo y más directa en mis relaciones

profesionales”.

Christine es ingeniera, como su padre, que

siempre la animó a que siguiera la vocación

que ella sentía también. “Mi madre es artista

plástica. Ella siempre quiso que mi hermana

y yo tuviéramos una profesión más segura que

la suya, para que por lo menos fuéramos inde-

pendientes en el plano económico”.

En 1985, cuando empezó a estudiar inge-

niería en la Universidad Pontificia Comillas de

Madrid (que pertenece a la orden de los Jesui-

tas), sólo el 4 % de los estudiantes eran chicas.

Hoy en día y ahora que es profesora en esta

universidad, esa proporción ha subido al 25 %.

“Durante mis estudios universitarios, tuve

a profesores muy condescendientes y paterna-

listas, y a otros que hacían bromas y comenta-

rios sexistas. Pocas mujeres enseñaban en esa

época, excepto en química y en matemáticas,

pero jamás daban clases técnicas”.

“A menudo, las mujeres

se sienten obligadas

a adaptarse a su entorno,

con el riesgo de hacerse más

duras que los hombres…”

Entrevistamos a Christine

Heller del Riego, ingeniera,

profesora de universidad,

que siempre consiguió evitar

lo que le parecía “un gran

escollo profesional”.

Más allá de lo técnico

CIENCIA Y SOCIEDAD

Christine Heller del Riego: “Olvidamos

fácilmente que la finalidad del desarrollo

tecnológico es dar respuesta a las necesidades

de la sociedad y no sólo a los intereses del

mercado”.

Page 33: El camino hacia la igualdad

research*eu NÚMERO ESPECIAL | ABRIL 2009 33

París y EuropaRecién obtenido su título de ingeniera,

Christine quiso ampliar sus horizontes. Obtuvo

una beca europea (Human Capital Mobility

Programme) y permaneció tres años en París

(1993-1996). Cursó una especialización en la

Universidad Pierre et Marie Curie, obteniendo

un doctorado en ingeniería eléctrica. En esos

tres años, también se apasionó por la cultura

francesa y se interesó por la política científica

europea. Christine se implicó de lleno en la Marie

Curie Fellowship Association (1) que acababa de

crearse y que reagrupaba a los beneficiarios de

esta beca de movilidad. Entrar en contacto con

investigadores de diversas disciplinas, de dife-

rentes países y orígenes, que habían vivido una

situación “de expatriados” comparable, le daba

“la impresión de pertenecer a una nueva gene-

ración de europeos”. La asociación organizaba

debates, discusiones, seminarios en los que los

investigadores contaban sus experiencias, así

como sus problemas. Los obstáculos encontra-

dos por los jóvenes científicos se tomaron en

cuenta en un documento publicado por la

Comisión, en 2005, que reunía dos vertientes:

la Carta Europea del Investigador y el Código

de conducta para la contratación de investiga-

dores (2). “Es muy alentador ver cómo nuestros

esfuerzos se plasmaron en algo concreto”.

Las preocupaciones de Christine Heller del

Riego van mucho más allá de la ingeniería eléc-

trica, de la que es especialista y profesora en la

Universidad Pontificia Comillas desde hace doce

años. Además, se plantea cómo se pueden trans-

mitir mejor los conocimientos. “A veces es difícil

saber cómo motivar a los estudiantes para que

se esfuercen por asimilar conceptos complejos.

Por eso es importante tener una buena relación

con ellos y asegurarse de que se establece una

dinámica constructiva de grupo”. En determi-

nados casos, la tutoría sirve para que algunos

estudiantes comprendan una asignatura. “Sería

un primer paso. Luego, se les puede ayudar más

allá de las clases. Es muy instructivo, sobre todo

cuando se puede acompañar a un alumno en

las diferentes etapas y en su éxito profesional”.

Ir más allá de lo técnico Además de las cuestiones técnicas, Christine

siempre ha sido una apasionada de la filosofía

y la psicología, que ha integrado en su vida

profesional, desde 2005, colaborando en la

Cátedra de Ciencia, Tecnología y Religión de

la Universidad Pontificia Comillas. “Esta cátedra

proporciona una educación holística a los inge-

nieros, incluyendo temas como la ética (parti-

cularmente de cara a las nuevas tecnologías,

como las de la información y de la comunica-

ción), la deontología, el desarrollo sostenible

y el respeto al medio ambiente, la responsa-

bilidad social, etc. Estos enfoques son muy

importantes y apenas están incluidos en los

cursos ofrecidos a los ingenieros. Se trata

entonces de asignaturas optativas con pocos

alumnos, al preferir los estudiantes las clases

de gestión de empresas, propuestas desde que

la industria lo requirió. Olvidamos fácilmente

que la finalidad del desarrollo tecnológico es

dar respuesta a las necesidades de la sociedad

y no sólo a los intereses del mercado”.

Christine Heller del Riego canaliza sus pre-

ocupaciones también en su participación en la

asociación Euroscience (3). Fue miembro del

comité de dirección del Euroscience Open

Forum (ESOF 2004) donde coordinó el grupo

de trabajo sobre el desarrollo de las carreras

de los jóvenes científicos. En el último foro del

ESOF (Barcelona, 2008) organizó una sesión

titulada Mind, human perception and social

evolution, así como una exposición y un debate

sobre el tema Constructive Engagement of

Science and Humanities – reflexión que espe-

ra poder continuar a través de un proyecto

europeo multidisciplinario, cuyo objetivo es

aumentar la visibilidad de las ciencias sociales

y humanas. “Estas actividades internacionales

son importantes. Me han permitido integrarme

en una red y me dan la posibilidad de trabajar

en temas que van más allá de las posibilidades

ofrecidas por un sólo departamento de la uni-

versidad”.

El escollo de la adaptaciónEstar en un entorno predominantemente

masculino no siempre ha sido tarea fácil para

esta ingeniera, pero no cree que su personali-

dad haya cambiado por eso. “A menudo, las

mujeres se sienten obligadas a adaptarse a su

entorno, con el riesgo de hacerse más duras

que los hombres… Esto siempre me ha pare-

cido un gran escollo profesional que hay que

evitar, aunque eso implicara cierto aislamiento

de cara a los propios colegas de trabajo. Creo

que las mujeres pueden elegir una carrera con-

siderada ‘masculina’ sin cambiar de personalidad.

Christine Heller habla con conocimiento de

causa sobre este tema, que ha tratado en diver-

sos talleres y encuentros. Así, en la conferencia

Speeding up changes in Europe (4), organizada

por la Comisión en 2003, participó en el taller

“Cómo motivar a las jóvenes a emprender una

carrera profesional en la investigación industrial”.

En una Europa en la que faltan ingenieros

y científicos, en un mundo en el que el desa-

rrollo económico conlleva la omnipresencia de

la tecnología, le parece indiscutible que hagan

falta las aptitudes de las mujeres. “Las chicas

que deciden estudiar ingeniería a menudo

obtienen buenos resultados en la universidad.

Las mujeres pueden tener éxito en una carrera

de ingeniería, llegar hasta un nivel muy alto, pero

(como siempre) se ven más obligadas a demos-

trar su talento que los hombres que se encuen-

tran en situaciones comparables”.

Desde el nacimiento de su hija Angelina, en

2006, Christine ha optado por trabajar a tiempo

parcial. Una decisión que no considera en

absoluto como un paso hacia atrás a nivel pro-

fesional. “Recuerdo haber visto estadísticas sor-

prendentes que revelaban que las científicas

que tenían hijos conseguían mejores resulta-

dos que las que no los tenían, o eran solteras.

También leí muchos testimonios de mujeres

que decían que, al tener una familia, se con-

centraban más en su trabajo, por la sencilla

razón de que no tenían tiempo que perder.

Ahora puedo afirmar que es verdad. El equili-

brio y la integración de estas dos dimensiones

son importantes para el desarrollo personal.

Nunca es fácil, pero le da a una más recursos

y despierta la creatividad…”.

C.R.

(1) http://mcfa.eu(2) www.europa.eu.int/eracareers/europeancharter

– Puede descargarse este documento en la dirección: http://ec.europa.eu/eracareers/pdf/eur_21620_en-fr.pdf

(3) www.euroscience.org(4) Podrá descargar este documento en:

http://ec.europa.eu/research/science-society/women/wir/pdf/wir_proceedings_en.pdf

CIENCIA Y SOCIEDAD

Page 34: El camino hacia la igualdad

34 research*eu NÚMERO ESPECIAL | ABRIL 2009

BREVES

Miguel y Silvana, dos investigadores con dos hijos

“Conocí a Silvana en Suecia,

cuando participábamos en una

universidad de verano. Éramos

los dos post-doctorados en física,

yo lo había obtenido en Berlín

y ella en París. Un año más tarde,

conseguí un trabajo de asistente

en Portugal y Silvana obtuvo un

puesto fijo en París. Tratamos

de encontrar una solución para

trabajar en el mismo lugar y,

tras haber pasado algunos años

viviendo a caballo entre París

y Portugal, finalmente obtuve un

puesto en Lyon y nos fuimos allí.

El ser una pareja de investigadores

tiene sus complicaciones, puesto

que generalmente hay que cam-

biar de ciudad o de país cada dos

años antes de conseguir un puesto

fijo – y antes de obtenerlo en el

mismo lugar… Suele ocurrir en

torno a los 35 años y la mayoría de

las veces (como ocurre en muchas

otras profesiones) son las mujeres

las que siguen a sus maridos

y se ocupan de los niños.

En nuestro caso no ha sido así.

Silvana y yo hemos conseguido

trabajar en el mismo laboratorio

y en la misma oficina.

Colaboramos en muchos proyectos

y en numerosas publicaciones,

aunque queremos seguir siendo

independientes en algunas líneas

de investigación específicas.

Nos estimula el poder hablar de

nuestro trabajo, aunque mi mujer

opina que exagero a veces y que

sólo hablo de física en casa…

En nuestro caso, no creo que

pudiéramos hacernos la compe-

tencia ya que trabajamos juntos.

Es más interesante colaborar

y ayudarnos recíprocamente.

Samuel tiene tres años y cursa

preescolar en el colegio inglés de

Lyon. Sara tiene un mes y medio,

pero irá a la guardería infantil

cuando tenga tres meses. Desde

que Samuel nació, nos hemos

mudado seis veces. Habla cuatro

lenguas, aunque todavía no las

hable muy bien… No podemos

decir que sea una vida tranquila.

Viajamos mucho, no tenemos

familia ni amigos en Lyon que

puedan ayudarnos con los niños,

así que les llevamos a veces al

trabajo o a conferencias…

Me ocupo de ellos tanto como

su madre.

Miguel Marques, LPMCN,

Universidad de Lyon

Integración en Zurich

Si acaban de nombrarle profesor

en la ETH de Zurich (Escuela

Politécnica Federal) y llega desde

el extranjero con su familia,

si usted no sabe dónde estarán

escolarizados sus hijos y a su

esposa o marido le gustaría

encontrar trabajo… el servicio

Dual Career (DCA) se ocupa de

todo. Se esfuerzan por que los

profesores puedan conciliar sus

horarios con su vida privada

y adaptarse a la cultura. No hay

ningún problema con los niños:

la ETH posee tres guarderías

infantiles. “Facilito la integración

de toda la familia en Zurich”,

señala Madeleine Luethy, respon-

sable del DCA. Aquí no reciben

ayudas financieras pero sí un

servicio que vale su peso en oro.

www.dca.ethz.ch/index_EN

La ayuda del tutor

Aparentemente, una de las

soluciones más eficaces para

que las investigadoras encuentren

un valioso asesoramiento en los

momentos clave de su carrera es

el consejo de un tutor. Aunque los

tutores les ayuden a resolver las

dificultades prácticas relacionadas

con la organización de la vida

académica y la realización de su

proyecto científico, también esta

relación les estimula en su propio

trabajo y en su implicación social.

Diversas asociaciones de tutoría

han creado redes para establecer

contactos europeos y tratar

las cuestiones planteadas a los

tutores y a sus “asesoradas”

a través de una visión más

internacional.

TANDEMplusIDEA es el primer

programa de este tipo y está

apoyado por la UE durante

el periodo 2007-2010. Reúne

a universidades británicas,

holandesas, suizas, alemanas

y francesas. Pretende promover

el alto potencial científico de

las investigadoras y aumentar

su número en los puestos

estratégicos, particularmente

como profesoras. Acabará con

una evaluación de sus objetivos

de desarrollo de carrera y con

la difusión de buenas prácticas

sacadas de sus conclusiones.

EUMENT-NET (European network of

mentoring programmes for women

in academia and research), proyecto

más reciente, está formado por

cuatro socios (Austria, Bulgaria,

Alemania y Suiza). En él se refuerza

este aspecto de “red” para favorecer

las conexiones entre los tutores,

así como las relaciones entre

investigadoras de distintas

generaciones.

www.eument-net.eu/

default.aspx

www.idealeague.org/

tandemplus

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Page 35: El camino hacia la igualdad

Actuar donde están los problemas

“Que la ciencia sea un campo por explorar con la única finalidad

de aportar algo beneficioso para la humanidad”.

Françoise Barré-Sinoussi,

premio Nobel de Fisiología

y Medicina (2008)

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research*eu NÚMERO ESPECIAL | ABRIL 2009 35

Page 36: El camino hacia la igualdad

36 research*eu NÚMERO ESPECIAL | ABRIL 2009

¿Cuáles fueron sus motivaciones cuando,

en el año 2008, hizo un balance sobre la situación

de las mujeres en las ciencias?

Creo que debemos reformar un mercado

laboral tan marcado por las desigualdades de

género. Como punto de partida tenemos una

constatación: en la Unión Europea, más de la

mitad de los estudiantes de enseñanza superior

son chicas. En la vida profesional de los inves-

tigadores y de los científicos, este porcentaje

desciende al 35 % en el sector público. Y si

observamos el número de mujeres presentes

en los altos puestos de las universidades, apenas

alcanzan el 15 %. ¿Qué ocurre en la vida de estas

mujeres? ¿Dónde desaparecen? Es el tan cono-

cido fenómeno denominado en inglés “leaky

pipeline”, es decir, “fugas en la tubería” que

simboliza el hecho de que las investigadoras,

relativamente numerosas al principio, van des-

apareciendo en el transcurso de la carrera cien-

tífica. Escogen otras opciones, o se estancan

en un momento dado y quedan apartadas de

los puestos más interesantes y de los órganos

de toma de decisiones.

Ahora bien, en lo que se denomina “una

sociedad del conocimiento”, el acceso a dicho

conocimiento es fundamental. El tratado de

Ámsterdam y la estrategia de Lisboa destaca-

ron la necesidad de garantizar la igualdad entre

los hombres y las mujeres en este punto. Esto

no es así, en absoluto, y no deberíamos acep-

tar la situación actual simplemente porque no

es democrática… La persistencia de la des-

igualdad me llevó a profundizar en este tema

y a hacer propuestas.

Pero cuando se habla de sociedad del

conocimiento, existen segundas intenciones

económicas…

De hecho, el otro motivo que justificaría una

mayor presencia de las mujeres en la ciencia

y la investigación sería de tipo económico.

400.000 investigadores europeos se encuentran

en los Estados Unidos mientras que en Europa

hacen falta más científicos. Europa va a tener

que contratar a 700.000 investigadores más en

los próximos años. En ese caso, ¿realmente

podemos prescindir de la mitad de nuestros

cerebros? Si no actuamos para hacer frente a la

competencia mundial, tendremos problemas de

recursos humanos. Al final es una cuestión de

sentido común.

En torno al año 2000, la Unión Europea

publicó numerosos textos sobre la cuestión

“Mujeres y ciencia”. Diez años más tarde,

tenemos la impresión de que la situación apenas

ha evolucionado. ¿Por qué?

¡Porque no tenemos la legislación necesaria!

La Unión Europea tiene multitud de ideas, pla-

nes de acción, pero no una auténtica legislación

sobre la materia. El desafío, hoy en día, consiste

En 2008, la eurodiputada danesa Britta Thomsen redactó

un informe de propia iniciativa sobre el lugar que ocupan

las mujeres en las ciencias. Un área donde persisten la

discriminación y la subrepresentación, a pesar de que las

instancias europeas llevan años esforzándose por cambiar

la situación.

Los talentos de las científi cas

ENENENENNNENNNTRTRTRTRTRTRTRTRTT EVEVEEVEVEVEVVVEVEVVEEVEVVEVVVVE IISSSSSSISISISSSSSSSSSTATATATATATATATATATAATATTAATATAAAA

Britta Thomsen: “¡Hay que encontrar medidas que

contrarresten el sistema actual y sus tradiciones que,

la mayoría de las veces, discriminan positivamente

a los hombres!”

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hu

tte

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Page 37: El camino hacia la igualdad

research*eu NÚMERO ESPECIAL | ABRIL 2009 37

en inscribir estas propuestas en la realidad, pero

de una forma eficaz.

Le pongo un ejemplo. Personalmente, estoy

a favor de una política de cuotas porque com-

probamos que la situación de desequilibrio no

ha cambiado. En Noruega, el ministro encar-

gado de establecer las cuotas para los órganos

de dirección de las empresas me repite que los

hombres maniobran para que las mujeres estén

fuera de estas instancias, pero igualmente las

mujeres, por su parte, dudan a la hora de asumir

estas responsabilidades. Por lo tanto debemos

decirle también a las mujeres (lo antes posible,

desde que son escolares) que necesitamos sus

talentos.

Lo que nos lleva a la cuestión de los

estereotipos sexistas…

¡Estamos inmersos cotidianamente en estas

percepciones, tan arraigadas en nosotros! Estos

estereotipos incitan a la conservación de

papeles específicamente masculinos y feme-

ninos y a la segregación entre hombres y muje-

res en el trabajo. Según estos prejuicios, las

características típicamente masculinas consis-

tirían en el interés por las cuestiones técnicas,

las habilidades analíticas, la prioridad dada a la

carrera, la ambición profesional, la capacidad

de hacerse oír, la dominación, el egoísmo, el

deseo de “impresionar la jerarquía”… En cam-

bio, entre las especificidades atribuidas a las

mujeres, estarían que les gustan los niños, se

interesan por la familia, privilegian la armonía

y son comprensivas, emotivas y altruistas.

Para preparar a las jóvenes para una carrera

científica debemos trabajar en estas percepcio-

nes desde su más tierna infancia. El apoyo y los

estímulos de sus familias, así como de sus pro-

fesores, constituyen una baza importante para

conseguirlo. Además, observamos con frecuen-

cia que las estudiantes en ciencias e ingeniería

tienen un padre (incluso los dos) que trabaja

en estas disciplinas.

¿No se está poniendo de relieve esta cuestión

de la presencia de las mujeres en la ciencia?

Y de no ser así, ¿qué se tendría que hacer para

que se incluya dentro de las prioridades?

No creo que esta cuestión se manifieste clara-

mente a todos los niveles… En esferas profesio-

nales fuertemente dominadas por los hombres,

como determinadas facultades universitarias, no

es fácil sensibilizar sobre la existencia de este

problema de subrepresentación femenina. Esta

cuestión no forma parte de su mundo. Por lo

tanto, la primera etapa, la sensibilización, no es

en absoluto algo trivial.

Además, creo que hay que reservar algunos

fondos de investigación o becas a las mujeres.

Otra propuesta crucial, que se encuentra en

el informe votado por el Parlamento Europeo,

es actuar en la composición de los grupos de

evaluación y de los comités de selección. Éstos

deben contar con el 40 % de mujeres como

mínimo. El impacto se hará sentir en términos

de contratación y de carrera. Actualmente,

como decía, muy pocas mujeres alcanzan un

puesto de profesor titular porque muchas

abandonan por el camino, por falta de posibi-

lidad de ascenso. Esta medida de cuotas es

también una forma de ejercer una influencia

sobre el entorno de trabajo, y de ahí sobre las

mentalidades. Vemos los efectos en algunos

países. Por ejemplo, en Italia, las investigado-

ras de física son muy numerosas mientras que

en Dinamarca esta área es aún tan sexista que

las mujeres no dudan en abandonarla…

Asimismo, se tendría que actuar para cam-

biar la definición de lo que se considera como

excelencia y las dotes de un “buen investiga-

dor”. Las investigadoras con frecuencia contri-

buyen en el mundo científico aportando

perspectivas diferentes y con temas de inves-

tigación que les son propios, por los que los

hombres no suelen interesarse. De ahí que

aporten diversidad a la investigación.

En resumidas cuentas, estoy a favor de las

medidas de discriminación positiva con respec-

to a las mujeres, aunque no sean una finalidad

en sí misma. ¡Hay que encontrar medidas que

contrarresten el sistema actual y sus tradicio-

nes que, la mayoría de las veces, discriminan

positivamente a los hombres!

¿Algunas de las ideas presentadas en su

informe van a figurar en el próximo programa

marco?

Todavía no se ha preparado el Octavo Pro-

grama Marco de investigación, que formará

parte de la próxima legislatura. Pero es eviden-

te que la dimensión del género estará muy pre-

sente. Tendremos que fijar reglas y reservar

una parte de la financiación para mejorar la

situación y hacer posible que haya más muje-

res que encuentren su sitio en la investigación

y se sientan a gusto en este ámbito.

Kirstine de Caritat

ENTREVISTA

Las pistas del Parlamento Europeo

El 21 de mayo de 2008, la Comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad de Género del Parla-

mento Europeo aprobó el informe sobre las mujeres y la ciencia de Britta Thomsen.

Este informe, que hace balance de la situación de las mujeres científicas, destaca que el principio

de igualdad dista mucho de ser una realidad, aunque haya habido avances desde 1999, año de una

resolución sobre la mujer y la ciencia del Consejo Europeo.

El nuevo informe del Parlamento Europeo enumera una serie de ideas y de propuestas para

acabar con los prejuicios sexistas y cambiar la cultura en los órganos de decisión de las instituciones

de investigación. Se proponen diversas orientaciones. Algunas pretenden facilitar las carreras de las

investigadoras con el fin de que puedan ocuparse de sus hijos sin verse penalizadas, entre otras

cosas, añadiendo más flexibilidad a sus horarios y permitiendo interrupciones en sus carreras.

Asimismo, se insta a los centros de investigación a que no tengan diferencias salariales entre hombres

y mujeres. Otras orientaciones pretenden reforzar la idea de los role models (o modelos a seguir), estas

científicas “ejemplares” que podrían animar a las chicas que acaban de emprender estudios de

ciencia o de ingeniería. Modelos que se pueden encontrar en las redes de investigadoras, que la

Comisión y los Estados miembros deberían reforzar. Estas redes son esenciales para atraer al mayor

número de mujeres hacia las carreras científicas e incitarlas a participar en el debate político

y a mejorar su evolución profesional.

Página web del Parlamento Europeo:

http://www.europarl.europa.eu/news/public/default_fr.htm

Página web de la Comisión sobre derechos de la mujer e igualdad de género

del Parlamento Europeo:

www.europarl.europa.eu/activities/committees/homeCom.do?language=FR&body=FEMM

Page 38: El camino hacia la igualdad

38 research*eu NÚMERO ESPECIAL | ABRIL 2009

El “Grupo de Helsinki”, llamado así por

el lugar en el que se constituyó, en

noviembre de 1999, es una estructura

pionera que se sumergió de lleno en

la cuestión de la representación de las mujeres

en la ciencia (y, por primera vez, con un baremo

de comparación a escala europea). Para hablar

de semejante problemática, antes que nada, era

necesario recopilar datos concretos, por lo que

los estadistas nacionales que componían el gru-

po se dedicaron a elaborar un censo, tomando

en consideración el género.

Esta recopilación y el tratamiento de datos

nacionales heteróclitos y aislados se realizaron

porque Europa se estaba sensibilizando sobre la

necesidad de mejorar el lugar de las mujeres en

la ciencia y la tecnología. El Grupo de Helsinki,

que se reunía dos veces al año, (y que suponía

también un foro permanente de intercambios

y debates), consiguió reconstituir, pieza a pie-

za, el mosaico de las diversas situaciones en

las que se encuentran las científicas en toda

Europa, así como de las medidas para favore-

cerlas.

Un balance decenalEn el 2008, el Grupo publicó un importante

estudio comparativo, titulado Benchmarking

policy measures for gender equality in science,

que constituye el panorama completo, país por

país (miembro o no de la UE), no sólo de la

evolución de los datos estadísticos disponibles,

sino también de todos los dispositivos existen-

tes para fomentar la presencia de las mujeres

en la investigación y la enseñanza superior. Lo

que más destaca de este panorama es la gran

variedad de situaciones particulares, tras las

últimas ampliaciones de la Unión Europea.

El porcentaje de mujeres en las estructuras

científicas de los antiguos países comunistas es

tradicionalmente el más elevado – aproximada-

mente, del 30 al 50 % de los empleos en el

sector de la I+D, frente al 20 – 35 % en los países

de la Europa de los 15. En cambio, los presu-

puestos de investigación van en sentido con-

trario: la mayor presencia femenina en los

nuevos Estados miembros se acompaña a menu-

do de medios muy limitados.

Diez años después del primer plan de acción

“Mujeres y Ciencias” y de la creación del Grupo

de Helsinki, lanzados en 1999 por la Comisión

Europea, ¿qué resultados se han obtenido y cuáles

son los nuevos ejes políticos de la lucha contra

la subrepresentación de las mujeres en el Espacio

Europeo de Investigación? Tres estudios recientes (1)

arrojan luz sobre esta doble cuestión.

Las políticas a prueba

BALANCE

Page 39: El camino hacia la igualdad

research*eu NÚMERO ESPECIAL | ABRIL 2009 39

Sin embargo, visto lo que ocurre en los paí-

ses más comprometidos en el Espacio Europeo

de la Investigación, el informe subraya en sus

conclusiones que “no cabe esperar en absoluto

que la elevación del nivel de las ciencias y las

tecnologías, resultado de un crecimiento del

desarrollo económico, aporte una solución a los

problemas de las desigualdades relacionadas

con el género. Porque si sólo actuaran las

‘fuerzas del mercado’ se produciría lo contrario.

Por ello, si se desea impedir que aumenten las

discriminaciones de género, se tendrá que hacer

hincapié en las políticas en este campo que

acompañen el desarrollo económico”.

Señalar el laberinto con balizasPor lo tanto, ya es hora de volverse a movili-

zar a escala europea tomando como referencia

el balance de una década, en el transcurso de la

cual se han llevado a cabo múltiples iniciativas,

estudios y creación de redes, y, en diversos Esta-

dos miembros, se han aplicado medidas políticas

nacionales específicas (cuotas, permisos de pater-

nidad, presupuestos reservados a las mujeres,

etc.). Un grupo de expertos denominado Women

In Research Decision Making (WIRDEM), creado

por la Comisión, se dedicó a analizar, en los dife-

rentes países y organismos europeos de inves-

tigación, todas estas acciones positivas que

pretendían subsanar la escasa representación

de las mujeres en los órganos de decisión cien-

tíficos, en particular, en los niveles más elevados.

En 2008, el grupo publicó su informe Mapping

the maze, que propone un cambio de perspec-

tiva sobre la cuestión del “poder de decisión

en el ámbito científico”.

Del análisis emergen tres temas. Primero, la

exigencia democrática de una distribución más

equitativa de la presencia de las mujeres en la

“gestión de los flujos financieros de la investiga-

ción”. Este objetivo clave – Follow the money –

consiste en llegar a un umbral equitativo de

por lo menos el 40 % en términos de represen-

tación en las instancias de selección y de deci-

sión de atribución de los presupuestos de

investigación. Una segunda pista política se basa

en la cuestión de una participación mucho más

igualitaria y transparente de las mujeres en “los

procedimientos de nombramiento y contrata-

ción”. A medida que se asciende en la jerar-

quía de los poderes de decisión, hay que

luchar contra numerosas prácticas basadas muy

a menudo en redes informales y de cooptación

entre “homólogos” mayoritariamente masculi-

nos. Y finalmente, el tercer paradigma en el

que insisten los autores de Mapping the maze

es considerar la gestión de la igualdad de los

sexos como un elemento integrante de la “ges-

tión de la calidad”. “La igualdad del género tie-

ne que ser una prioridad para los altos cargos

de las organizaciones de investigación, no sólo

en los discursos sino también en los hechos.

Es algo vital”.

Transparencia para los “guardabarreras”

A partir de las recomendaciones de WIRDEM,

se creó un nuevo grupo, Gender and Excellence,

para que realizara un inventario sistemático

y analítico de esta cuestión de la transparencia

en el acceso de las mujeres a la financiación de

las investigaciones. Sus conclusiones, presenta-

das en la Conferencia de Praga (2) con el título

The Gender challenge in research funding, ana-

lizan la dimensión y la dinámica del género en

todos los mecanismos de financiación públicos,

nacionales e institucionales, desde la investiga-

ción básica hasta los proyectos aplicados, pasan-

do por las becas individuales para los

investigadores. Este estudio abarcó 33 países

(los 27 Estados miembros y seis países asocia-

dos – Croacia, Islandia, Israel, Noruega, Suiza

y Turquía).

En este panorama financiero europeo, un

primer grupo de “buenos alumnos” nórdicos –

Finlandia, Noruega, Suecia, Dinamarca e Islandia

– destaca por sus políticas “proactivas” sobre

el género. Pero la situación va cambiando en

varios países donde la representación de las

mujeres hasta ahora era pésima. El estudio

señala los cambios aportados por medidas polí-

ticas recientes en Austria, Alemania, Suiza, Paí-

ses Bajos y España. No obstante, en numerosos

Estados aún se nota la escasez de iniciativas.

Los procesos de decisión en la financiación

de la investigación están controlados por “guar-

dabarreras”, incorporados a los consejos de

investigación, a los consejos de administración

y a los equipos ejecutivos, y presentes entre

los miembros de los comités y de los grupos

de evaluación. Los expertos de Gender and

Excellence destacan que, en general, todas

estas instancias “siguen estando dominadas por

hombres, incluso de forma desmesurada. En

muchos países, aún existen órganos de selec-

ción formados sólo por hombres, aunque la

representación de las mujeres sea bastante ele-

vada. Tampoco son claros los procedimientos

de contratación, en particular el de los encar-

gados de las revisiones por evaluadores, cuyas

decisiones pueden ser determinantes”.

El que hubiera más mujeres en los mecanis-

mos de selección no significaría automáticamen-

te que la proporción de las mujeres seleccionadas

fuera a aumentar. Existen también otros obstá-

culos a nivel de los criterios de elegibilidad,

que no tienen en cuenta las limitaciones de

tiempo familiares (maternidad y cuidado de

niños), a las que se enfrentan las investigado-

ras a la hora de organizar su carrera científica.

Aún así, los autores añaden que, por lo

menos, “un mejor equilibrio en la composición

de los ‘guardabarreras’, además del acceso que

eso permite a las decisiones sobre la agenda

de las investigaciones, garantizará a las muje-

res un lugar propio en el sistema de su finan-

ciación. Así tendrán más posibilidades de

aprender cómo funciona dicho sistema y de

integrarse en las redes más importantes”.

Didier Buysse(1) Véase información a seguir.(2) “Changing research landscapes to make the most of human

potential – 10 years of EU activities in “Women and Science”. Conferencia organizada por la Unidad “Cultura científica y cuestiones de género” de la Dirección General de Investigación - Praga (República Checa) – 14-15 de mayo de 2009.

BALANCE

Benchmarking policy measures for

gender equality in science

2008 – Informe del Grupo de Helsinki

http://ec.europa.eu/research/science-

society/document_library/pdf_06/

benchmarking-policy-measures_en.pdf

Mapping the maze: getting more

women to the top in research

2008 – Informe WIRDEM

(Women In Research Decision Making)

http://ec.europa.eu/research/science-

society/document_library/pdf_06/

mapping-the-maze-getting-more-

women-to-the-top-in-research_en.pdf

The Gender challenge in research

funding

2009 – Informe del Grupo Gender and

Excellence

http://ec.europa.eu/research/science-

society/document_library/pdf_06/

gender-challenge-in-research-funding_

en.pdf

Page 40: El camino hacia la igualdad

40 research*eu NÚMERO ESPECIAL | ABRIL 2009

Vista a un bebé de azul, llámelo

Adán. Coja luego al mismo bebé,

póngale ropa rosa y llámelo Eva.

Preséntelo a un grupo de adultos

y tome nota de lo que digan. En el primer caso,

dirán que es “muy vivo” y que es “vigoroso”, en

el segundo caso dirán que es “linda” y “femeni-

na”. Se han llevado a cabo múltiples experi-

mentos de este tipo que llevan a las mismas

conclusiones: nuestras expectativas y nuestra

imagen mental de un niño, desde su naci-

miento, están muy orientadas por su género.

La naturaleza y los efectos de este contexto

social sobre la relación de las mujeres con la

ciencia se están empezando a estudiar en pro-

fundidad. Todas estas reflexiones apuntan a que

las mujeres, durante todo su desarrollo, desde

su más tierna infancia hasta la edad adulta, están

inmersas en una serie de opiniones y de creen-

cias sociales que contribuyen a condicionar su

futuro.

Infancia y adolescenciaRosalind Barnett, del Woman Studies Research

Center de la Universidad de Brandeis (Estados

Unidos), se expresó así en una conferencia orga-

nizada por la asociación SET-Routes (1): “Los años

preescolares y el ciclo de primaria constituyen

una base sobre la cual actúan luego otras

influencias”. La investigadora se apoya en estu-

dios diversos que muestran diferencias notables

de trato según los sexos. Así, cuando se graba

en vídeo a un grupo de niños en un museo

científico, los chicos y las chicas pasan aproxi-

La carrera de obstáculos

PREJUICIOS

Desde las prácticas de sus

profesores a los prejuicios

de sus directores de investi-

gación, una multitud de

frenos ponen trabas a la

carrera científica de las

mujeres.

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Dicen que las chicas

no se interesan por las matemáticas?

El mero hecho de repetírselo

es la mejor forma de que pierdan

el interés.

Page 41: El camino hacia la igualdad

research*eu NÚMERO ESPECIAL | ABRIL 2009 41

madamente el mismo tiempo delante de cada

elemento expuesto, pero los padres dedican el

doble de tiempo a dar explicaciones a sus hijos

que a sus hijas. Por lo tanto, se pueden condi-

cionar precozmente el interés y la aptitud por

la ciencia. Y el prejuicio corriente en virtud del

cual las mujeres tendrían menos facilidad para

estas asignaturas (especialmente para las mate-

máticas) puede generar lo que los anglosajo-

nes denominan “the self-fulfilling prophecy”.

Esta “profecía que se cumple por sí misma”

consiste en que el niño integra una opinión

compartida por los adultos – padres y profe-

sores – que termina siendo “verdad”.

Asimismo, en estos primeros años se van

forjando otros rasgos de la personalidad, entre

otras cosas, algunas actitudes que luego serán

decisivas en una carrera científica. Los autores

de Athena Unbound (2) relatan cómo, en una

clase de primaria, los chicos interrumpen al pro-

fesor con comentarios ocho veces más a menu-

do que las chicas. Sin embargo, se les

reprende más a estas últimas, y se les pide que

levanten la mano antes de hablar. En general,

la educación valoriza la autoafirmación y las

actitudes competitivas entre los chicos mientras

que las chicas tienden a ser recompensadas por

su modestia y su buen comportamiento colec-

tivo. Henry Etzkowitz añade: “Cuando llega la

pubertad, estos mensajes culturales acumulados

se ven reforzados por la imperiosa necesidad

de verse aceptadas y aprobadas por sus seme-

jantes”. Esto demuestra lo realmente difícil que

es escapar de los estereotipos sociales…

No obstante, un artículo firmado por dife-

rentes investigadores de la universidad finlan-

desa de Turku (3), que estudió a chicos y chicas

de 12 años de edad, reveló que los alumnos de

ambos sexos sacaban notas más o menos equi-

valentes en una prueba de matemáticas, pero

que los chicos, antes de recibir sus resultados,

en general eran más optimistas sobre su puntua-

ción que las chicas. Parece ser que la mayoría de

las mujeres científicas también experimentan esta

falta de seguridad en sí mismas. El estudio tam-

bién afirmaba que las estudiantes se sienten

desorientadas más rápidamente por las dificul-

tades y que para ellas es más importante la

figura del tutor. Numerosas investigadoras

recuerdan cómo tal o cual profesor o director

de tesis desempeñó un papel clave en su carre-

ra profesional gracias a los estímulos o los con-

sejos que les dio en etapas decisivas. Este tipo

de relación suele ser determinante para evitar

el síndrome de las famosas “fugas en la tube-

ría” (the leaky pipeline), metáfora que ilustra

las numerosas “fugas” (es decir, los abandonos)

que se producen en cada etapa de la trayecto-

ria profesional de las científicas, desde la uni-

versidad hasta la obtención de un puesto de

responsabilidad.

Techo y suelo Por su parte, Annalisa Casini, psicóloga

social en la Universidad Libre de Bruselas, estu-

dió el famoso fenómeno del “techo de cristal”,

es decir, la barrera invisible que bloquea a las

mujeres en su carrera (4). Es evidente que el

sexismo tiene mucho que ver. “Pero también

entran en juego otros factores que relegan a las

mujeres a las tareas subalternas como, por

ejemplo, su tendencia a la especialización

excesiva, que hace que sean indispensables allí

dónde están y menos capaces de trasladarse.

Hablamos entonces de ‘suelo pegajoso’”, precisa.

Catherine Marry, socióloga francesa y directora

adjunta del grupo MAGE (Mercado del trabajo

y género) nos da la respuesta: “Los éxitos pro-

fesionales más frecuentes de los investigadores

hombres están relacionados con su mayor

capacidad de delegar en otros – la mayoría de

las veces, mujeres – las preocupaciones de

organización práctica: tanto en la esfera priva-

da como en la profesional”.

Según estos trabajos, estamos prácticamente

ante las normas de la división tradicional de los

papeles, que vinculan a las mujeres al espacio

privado (la familia) y a los hombres a la esfera

pública (el trabajo). Por lo tanto, el deseo de

excelencia y la ruda competencia, sobre las que

se basan las meritocracias y, entre otras, la cien-

cia al más alto nivel, corresponderían más a los

modelos masculinos.

Parejas y redesPero otra amenaza se cierne sobre su vida pro-

fesional, es el denominado en inglés “two-body

problem” que se da en las parejas en las que

ambos quieren desarrollar su carrera – a veces

se trata de parejas de científicos. Un estudio de

la EMBO, publicado en 2007 (5), revela que el

lugar donde se establecen generalmente

depende de la carrera del hombre, que escoge

el postdoctorado y luego el empleo que mejor

corresponde con sus habilidades o intereses,

mientras que a su esposa o pareja no le que-

da otra que adaptarse. Por lo tanto, ella corre

el peligro de no encontrar el centro de inves-

tigación que mejor le convenga, de publicar

menos y en revistas de menor importancia. Las

carreras siguen desequilibrándose tras el naci-

miento de los hijos. Las mujeres a menudo

cogen dos o tres meses de descanso por per-

miso de maternidad, mientras que los hombres

no interrumpen su trabajo. Llegamos así a la

sorprendente conclusión de que las investiga-

doras no sólo tienen carreras menos interesan-

tes que los investigadores, sino que tienen, por

término medio, menos hijos…

Una ventaja masculina adicional parece ser

la aptitud de entrar a formar parte de redes.

Ahora bien, según Henry Etzkowitz, el éxito

científico es el resultado de una conjunción

entre el “capital personal” (las cualidades indi-

viduales) y el “capital social” (las redes). Los

científicos de alto nivel (hombres casi siempre)

se presentan en cierto modo como los “ban-

queros del capital social”. Cuando encuentran

a un joven prometedor, lo incorporan a su

“grupo”, con el compromiso de que este último

les devuelva el favor cuando haya progresado

en su profesión. Estos “mandarines” confían más

en los hombres prometedores que en las muje-

res – lo que explica, entre otras cosas, que los

hombres obtengan mejores puestos.

Por lo tanto, no hay que extrañarse de que,

incluso en un área como las ciencias de la vida,

en la que la mitad de los doctorandos son

hombres y la mitad mujeres, del 15 al 20 % de

los puestos de profesorado sean atribuidos

a mujeres. Una cifra que Franck Gannon, ex

presidente de la EMBO y actual director gene-

ral de la Science Foundation – Ireland, califi-

caba de “flagrante injusticia” en un editorial

titulado The women issue (5). Antes de advertir

que este tema de debate no va a “desaparecer

sin más ni más; quedará ahí, atormentándonos,

hasta que desaparezca la desigualdad”.

Yves Sciama

(1) www.set-routes.org www.set-routes.org/conference/pdf/procedures.pdf

(2) Henry Etzkowitz, Carol Kemelgor y Brian Uzzi, Athena Unbound: The Advancement of Women in Science and Technology, Cambridge University Press, 2000.

(3) Anu Nurmi, Markku Hannula, Hanna Maijala & Erkki Pehkonen, On Pupils’self confidence in mathematics : gender comparisons- Puede descargarse este documento en la siguiente dirección: www.eric.ed.gov/ERICDocs/data/ericdocs2sql/content_storage_01/0000019b/80/3d/5c/f9.pdf

(4) M.Sanchez Mazas & A.Casini, Femmes au pouvoir... mais quel pouvoir ? Le plafond de verre en question. in S. Stoffel (Ed.), Femmes et Pouvoir, Université des femmes, Bruselas, 2007 – Otras publicaciones: www.ulb.ac.be/is/gps/frameanna.htm

(5) www.nature.com/embor/journal/v8/n11/pdf/7401100.pdf

PREJUICIOS

Page 42: El camino hacia la igualdad

Todos los proyectos financiados en el transcurso

del Sexto Programa Marco, mencionados

a continuación, acaban de terminar o están en su

último año de funcionamiento. El 7PM también

apoya otras iniciativas, que están empezando,

por ejemplo, los proyectos IRIS y PRAGES.

BREVES

Proyectos apoyados por

42 research*eu NÚMERO ESPECIAL | ABRIL 2009

Género e investigación

UPGEMComprender el rompecabezas del

género en Europa: el éxodo de los

cerebros en ciencias físicas a través

del espejo de la cultura.

www.dpu.dk/site.aspx?p=8581

KNOWINGConocimiento, instituciones y género:

un estudio comparativo entre el Este

y el Oeste.

www.knowing.soc.cas.cz/

PROMETEAFavorecer las carreras de las

ingenieras en la industria

y la investigación académica.

www.prometea.info

CEC-WYSEuropa Central – Centro para las

mujeres y los jóvenes en el área

de las ciencias.

www.cec-wys.org/html/

UNICAFEEncuesta comparativa sobre la carrera

universitaria de las mujeres en las

ciencias de la vida y las disciplinas

técnicas.

www.unicafe.ee

WOMENCORELas mujeres y la elaboración

de la investigación científica.

www.women-core.org/web/

news.php

GB MANAGEMENTLa gestión presupuestaria,

un medio de promover la

igualdad de oportunidades en

las organizaciones científicas bajo

la perspectiva del género – El caso

de las universidades.

www.neww.org/en/description/

index/0.html

Educación

ROBERTA EULas chicas descubren los robots.

www.roberta-home.eu

Roberta, los robots y las chicas

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GENDER BASICPromover la consideración de las

cuestiones de sexo y de género en

la investigación europea, en el área

de las ciencias de la vida.

www.genderbasic.nl/

ELSAExcelencia en el área de las

ciencias de la vida: integración

de la dimensión del género.

http://ki.se

TRANSGENPretende fomentar la consideración

del género en la investigación y las

políticas del sector del transporte:

establecer una base de conocimientos

e identificar las buenas prácticas.

www.sociology.ku.dk/

koordinationen/transgen/

WOSISTEREnfoque de “género” en el ámbito

de las científicas implicadas en I+D

tecnológico.

www.fpi.lu.se/en/research/wosister

Papel de las científicas

WONBITMujeres y biotecnologías:

enfoques científicos y feministas.

www.wonbit.net

WS DEBATEPara estimular el debate político

sobre la cuestión “Mujeres y Ciencia”

en Europa Central.

http://wsdebate.tetalap.hu/

PRAGESCon el fin de aplicar en la práctica la

igualdad de los géneros en la ciencia.

www.cfa.au.dk/da/forskning/

forskningsprojekter/prages/

EUROWISTDOMEl lugar de las científicas en las series

de televisión europeas.

www.euroscience.org/

eurowistdom.html

IFACCarreras femeninas en ciencia,

ingeniería y tecnología.

http://ifac-project.eu/ifac-project

Investigadora en biología de

la reproducción del Instituto

pluridisciplinario Hubert Curien

(Francia) extrayendo sangre de

un pingüino real en el Archipiélago

de Crozet.

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Page 43: El camino hacia la igualdad

BREVES

research*eu NÚMERO ESPECIAL | ABRIL 2009 43

Elección de una carrera

WOMENGCrear culturas de éxito para las

ingenieras.

www.womeng.net

IRISLos avances de la investigación sobre

la educación inclusiva en los centros

escolares.

www.irisproject.eu

Tutores, modelos y redes

TANDEM PLUS IDEAEstablecimiento de un desarrollo

estratégico internacional entre

universidades técnicas europeas

cuyo fin es aumentar el número de

profesoras de ciencias naturales

e ingeniería.

www.idealeague.org/

ADVANCEFormación avanzada para las mujeres

en la investigación científica.

www.advance-project.eu

ENCOUWOMSCISeminarios de formación para

científicas.

www.cews.org/encouwomsci

PLATWOMSCIPlataforma europea para las

científicas.

www.epws.org

SET-ROUTESRed de científicas.

www.set-routes.org

WOMENINNANOReforzar el papel de las científicas

en las nanociencias.

www.ifw-dresden.de

DIVALa ciencia de otra manera.

www.irpps.cnr.it/diva/

PALLAS ATHENEEmbajadoras para las mujeres y la

ciencia. Las mejores prácticas para

reforzar la situación de las mujeres

en la investigación.

www.dkfz-heidelberg.de/en/pallas/

EUMENT NETRed europea de programas de tutoría

para las mujeres en las carreras

académicas y la investigación.

www.eument-net.eu/default.aspx

BASNETRed de los Estados bálticos: mujeres

y ciencia en alta tecnología.

www.basnet-fp6.eu

NEWSRed sobre las científicas y el carácter

étnico.

www.newscientist.ulb.ac.be/

divers/a_propos.htm

Change research landscapes

El 14 y 15 de mayo de 2009, se celebró la conferencia

“Changing research landscapes to make the most of

human potential – 10 years of EU activities in Women

and Science”, bajo los auspicios de la Comisión Europea

y de la presidencia checa. Se hizo el balance de diez

años de las actividades “Mujeres y Ciencias” apoyadas

por la Unión Europea y se debatieron pistas para

mejorar la igualdad en la investigación. Diferentes

ponentes europeos hablaron de sus experiencias

sobre la problemática del género. Se organizaron tres

sesiones paralelas sobre la cuestión de las ciencias en

la escuela, así como sobre las medidas nacionales

e institucionales que pretenden introducir cambios

en las organizaciones y el entorno profesional de

la investigación.

http://ec.europa.eu/research/[email protected]

la Unión EuropeaGAPPSensibilización al género en

los procesos de participación.

www.gendergapp.eu

Innovación y empresas

ESGIEstudios estadísticos y analíticos

europeos sobre el género

y las invenciones.

www.esgi.eu

FemStartEl lugar de las mujeres en las

empresas start-ups creadas en el

seno de las universidades.

www.femstart.eu/

WISTLas mujeres en la innovación

científica y tecnológica.

http://wist.ncl.ac.uk/index.htm

Banco de datos

DATAWOMSCIBanco de datos sobre las científicas.

www.cews.org/cews/en/prokoo.php

Investigación sobre nuevos

materiales catalíticos para

aplicaciones de química sostenible.

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Page 44: El camino hacia la igualdad

LA CIENCIA EN IMÁGENESK

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Los secretos de las gónadasObservación a través de un microscopio de un corte histológico de ovario

embrionario de ratón. Un protocolo de immunohistoquímica que utiliza

anticuerpos específicos asociados a marcadores fluorescentes logra

resaltar las proteínas específicas de este tejido. La imagen obtenida

permite caracterizar el sexo y el estadio de diferenciación de la gónada

utilizada. Esta investigación la lleva a cabo el Instituto de Genética

Humana de Montpellier (Francia) con un equipo dirigido por una

mujer y compuesto por nueve personas, de las cuales seis son mujeres.

Esta observación ha sido realizada por Brigitte Moniot, bióloga, cuyas

investigaciones están basadas en el estudio de la expresión de los genes

y de las proteínas en el transcurso del desarrollo y del posicionamiento

de las gónadas.