Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EOl CA C 10!\ había co nt inuado con es te "destino". de tal manera que. a la llegada de Sa vage. un !)O brino - "Don" Anto- nio se hallaba a cargo del co ntr ol de calidad. y aún estaba tr abajando "Don" Chico, la primera per so na contratada por "Don" Edu ardo. Sa- vage describe el tejido de relaciones paterna les en tre "Don" Eduar do y sus tr es hi jo s. y los "Dones" padres de familias que tr abaj ab an en la fá br ica y asumían ese modo de vida co mo su "destin o" . La gerencia ta ylor is ta introduci da por los "D oc tor es" fu e contra pr o du cente co n los sentimien- tos de equipo. la pro du ctividad y el paternalismo anteriores, con el lógico r es ultado de hostilidad y creación de un vacío socia l, en tanto se pe rdía la identidad de los "dones". La s ub es- timación de los " padres de familia" - qu e, por expe ri encia y relación tr adicional de "done s" con los pa tr o- nos, oc up aban los puestos de más impo rtan cia en la ejecución de la producción- ge ne ró un co nfli cto social en el qu e se oponían los "Do c- tor es" y el Co mité Social, co n el cu al es tos intentaron suplir el teji do ant e- rior, y los tr a bajad o re s más enraiza- dos en las pr ác ticas ritua les. La solu- ción pr ovino de la r eo r ie ntación de la práctica ger encial, favor ecida por la interv ención de los o br eros nuevos - ll amad os en el es tud io "camah a- nes"- , al desarrollarse, básicamente, nu evas form as de lide ra zgo inform al , al qu e Savage alud e co mo un ele- ment o c atal iz ado r. La tercera sec- ción (págs. 151-208) pr esenta co mo una é poca de co nflicto la e xperimen- tada en la fá br ica de vestid os de "El Dandy", ya en un medio urban o perme ado por fen ómenos de migra- ción c ampesina, la Acción Católic a y su co ntraparte de sind icalismo e xtr e- moizquierdi s ta , y varias fo rma s de desa da ptación soci al. El de "El 90 Dandy" era un conflicto e ntre do s utopías: por un lado, la utopía empr e- sarial de un gerente qu e insistía en co mbinar los in ce ntivos ec onómi cos indi vi dual es con la "evangelización" de sus emple ados por medio de bole- tines. en qu e se mezclaban los ideales de paz social prop ios de las encíclicas pontificias con las esperanzas de crear una sociedad industrial ju s ta y efi- ciente, en la cual "lo me jor de lo mode rno se pudiera c ombinar con lo mejor de lo pa sado". Y por el otr o, la co ntraut opía de l os trabajadores -es pecialmente ho mbres- que a tra- vés de un a huelga de cien días qui sie- ron demos trar la manera de ac abar co n la "e xplotaci ó n" , lo cual logró tra sto rnar el s ueñ o del gerente pero, igualmente, co ndu ci r al fracaso de la e mpresa. En los dos capítulo s de la c uarta sección, el editor analiza las co ndi cio nes de l"ca mbio es tructural" en el c ont exto de la producc ión fabril en Am érica Lat ina. Una de la s con - tribu ciones más importantes del tra - ba jo allí res altada es des tacar que el co n oc imiento de la tradición c ultural y el respeto a la org aniza ción s oc ial de la pr o du cci ón ligada a ella s on req ui sito par a e l d es arroll o teóric o de la admini s tración del trabajo y sus perspectivas de apl ic ación. Co n la ob ra de Sav age - en d os añ os de difusi ón , poco co no cida en nues tr o med io- se c imenta una línea de investigación que, al parecer , no ha tenido ma yores ecos en la historia empresarial y del tr a bajo colombiano. Se po dría verific ar es to con los difíci- les intent os de apr o ximar se a la eva- luació n del impa cto en la c ultura y la organización social de la producción, ocasio nand o c on la ins tala c ión de enclaves fabriles co mo los de la mine- rí a, la agroindu stria o de plantas como las de manufacturas para ex por- RESEtVAS ta ción, para no c itar sino algunas de las más impo rtantes y reci entes. , , JOSE ERNESTO RAMIREZ ¿Dónde va la pobre coja? Educación y diversión Las rondas y los juegos infantiles: fo ldor y educación Octavio Marulanda Morales. Glad ys Gonzólez Arévalo (ílus trad o ra ) Secre taría E jec ut iv a del Convenio Andrés Be ll o, B ogot á, 1988 Se juega a estar vivo estando muerto , a bajar arriba o a s ubir bajando . El juego se enriquece con la imagina- ción y se instaura en el rito ; la traslo- c ación de escenario s y s ituaciones abre las puertas hacia dentro y hacia fuera. Las danzas circulares, los coros repetidos, los enigmáticos acertijos hablan de una historia que sucedió ha ce mucho tie mpo y en un lugar que no se sabe y que ocurre ahora en un es pacio conocido . El juego es, pues, placer , conocimiento y acción; como condici ón innata de la especie hay que entenderlo , como posibilidad c reati va ha y que utilizarlo , como vehículo de interacción es excelente. Jugando aquí y allá, rimando , ron- dando o cantando , en tierra caliente o tierra fría, con niños de ruana o de c amisa, Octavio Marulandaconstruyó es te libro pintando y anotando todo aquello que oía o que veía. Y el resul- tado fue notable : reunió a la gallina ciega y a las cometa s; al patico que va al agua porque tiene ganas de nadar y a la muñeca a quien dan jarabe con un tenedor; al señor don gato senta- dit o en su tejado con el materile-rile- rón; al pin uno , pin dos, pin tres con aquel que es redondito redondón sin tapita ni tapón . Porque , según dice el autor, tam- poco los juegos se le escapan a la his toria: Boletln Cultural y Btbhogr&li.co Vo l. 26 núm. 19 , 19 89