1 La “Revolución Libertadora”: Imágenes prohibidas, símbolos liberales (1955-1958) Así pues, lo que ha estado en juego desde siempre ha sido el poder mortífero de las imágenes, asesinas de lo real, asesinas de su propio modelo, del mismo modo que los iconos de Bizancio podían serlo de la identidad divina. (Jean Baudrillard, Cultura y Simulacros, 13) 1 “No estábamos realmente interesados en el cadáver porque teníamos cosas más importantes en que pensar dijo el almirante Isaac Rojas. No teníamos idea de cómo proceder, pero se resolvieron dos principios básicos: primero que no debía ocurrir ni la más mínima profanación y segundo que el cuerpo debía ser sacado inmediatamente de la política.” 2 Después de la caída del gobierno de Juan Domingo Perón, los militares vencedores encontraron en el cuerpo embalsamado de Evita en la CGT la presencia del fantasma que podían invocar los vencidos. El cuerpo transfigurado en símbolo encapsulaba toda una serie de imágenes, signos y consignas que se habían desplegado en el país por parte de aquellos que habían “profanado” los espacios políticos y los símbolos culturales de las viejas elites. 1 Jean Baudrillard, Cultura y Simulacro, (Barcelona: Editorial Kairos, 1978), 13. 2 Almirante Isaac Rojas refiriéndose al cadáver de Eva Perón, citado en Nicholas Fraser & Marysa Navarro Evita The Real Life of Eva Perón (New York: W.W. Norton& Company, 1996), 175. (La traducción es nuestra)
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La “Revolución Libertadora”: Imágenes prohibidas,
símbolos liberales
(1955-1958)
Así pues, lo que ha estado en juego desde
siempre ha sido el poder mortífero de las
imágenes, asesinas de lo real, asesinas de
su propio modelo, del mismo modo que los
iconos de Bizancio podían serlo de la
identidad divina.
(Jean Baudrillard, Cultura y Simulacros, 13)1
“No estábamos realmente interesados en el cadáver porque teníamos cosas más
importantes en que pensar dijo el almirante Isaac Rojas. No teníamos idea de cómo
proceder, pero se resolvieron dos principios básicos: primero que no debía ocurrir ni la
más mínima profanación y segundo que el cuerpo debía ser sacado inmediatamente de la
política.”2 Después de la caída del gobierno de Juan Domingo Perón, los militares
vencedores encontraron en el cuerpo embalsamado de Evita en la CGT la presencia del
fantasma que podían invocar los vencidos. El cuerpo transfigurado en símbolo
encapsulaba toda una serie de imágenes, signos y consignas que se habían desplegado en
el país por parte de aquellos que habían “profanado” los espacios políticos y los símbolos
culturales de las viejas elites.
1 Jean Baudrillard, Cultura y Simulacro, (Barcelona: Editorial Kairos, 1978), 13.
2 Almirante Isaac Rojas refiriéndose al cadáver de Eva Perón, citado en Nicholas Fraser & Marysa Navarro
Evita The Real Life of Eva Perón (New York: W.W. Norton& Company, 1996), 175. (La traducción es
nuestra)
2
En este capítulo analizaremos las relaciones entre política y cultura durante el
gobierno de la denominada “Revolución Libertadora.” De esta forma, nos
concentraremos en aquellos primeros fenómenos de destrucción de imágenes tras la caída
del peronismo. En segundo lugar, analizaremos la denominada política de
“desperonización” que incluyó la prohibición y destrucción oficial de todo tipo de
imágenes y símbolos justicialistas. Por último nuestra intención es realizar un análisis
más complejo dando cuenta de un fenómeno que no fue estudiado por la historiografía.3
De esta manera no sólo rastrearemos el movimiento de prohibición y destrucción de
símbolos peronistas sino que estudiaremos lo que denominaremos un “dispositivo
cultural” que buscó una vuelta a una tradición liberal recreando visualmente los símbolos
de la “Libertad.” El gobierno de la “Revolución Libertadora” se alegaba una genealogía
proveniente de la Revolución de Mayo de 1810 pasando por la batalla de Caseros de
1852 donde fue derrotado Juan Manuel de Rosas, para llegar al que se denominaba su
homólogo del siglo XX, Juan Perón.
El primer momento iconoclasta: Septiembre de 1955
Luego de los acontecimientos del 16 de Septiembre Perón buscó el asilo de las
autoridades diplomáticas paraguayas que le permitieron refugiarse en una cañonera de
dicho país. Las fuerzas anti-peronistas se agruparon en la Plaza de Mayo y diversos
3 Para una perspectiva general sobre el gobierno de la “Revolución Libertadora”, el estudio más completo
es el de María Spinelli, Los vencedores vencidos. El antiperonismo y la “revolución libertadora” (Buenos
Aires: Editorial Biblos, 2005). También puede consultarse, Daniel James, Resistance and Integration,
Peronism and the Argentine Working Class 1946-1976, (Cambridge University Press, 1993), en especial el
capítulo segundo que analiza la respuesta de los trabajadores ante los embates del gobierno de la
“Revolución Libertadora.” Otro interesante estudio es el de Beatriz Sarlo que analizó las diferentes
producciones que desde el campo literario y académico surgieron en el período post-peronista para
comprender el fenómeno del justicialismo y sus batallas culturales, Beatriz Sarlo, La batalla de las ideas
(1943-1973), (Buenos Aires: Emecé, 2006).
3
puntos del país para manifestar su apoyo al nuevo gobierno.4 En esas manifestaciones los
banderines con los colores argentinos de los adherentes tenían el símbolo de la “V” sobre
una cruz en plena referencia al slogan de “Cristo Vence.”5 Mientras el General Eduardo
Lonardi, representante del sector nacionalista católico dentro de las fuerzas armadas,
señalaba en un famoso discurso “que en esta lucha no hubo ni vencedores ni vencidos” se
repetían las escenas de luchas callejeras de aquellos que todavía sostenían la defensa de
Perón.6 En esos turbulentos días se dio un rápido fenómeno iconoclasta por parte de los
que se habían sentido humillados y ofendidos por el fenómeno peronista. Algunos
ejemplos pueden ilustrar este último punto. De esta manera, la imagen izquierda
(fotografía 1) es representativa del movimiento iconoclasta posterior a la caída de Perón
donde puede observarse a un hombre desde un balcón a punto de arrojar el retrato del
líder del justicialismo. De esta manera la información que está bajo la foto señalaba:
“Hasta ayer no más, en „La Prensa‟ (segunda época) se exaltaba con todos los recursos de
adulonería al general Perón. Horas después de triunfar la Revolución, los mismos
fabricantes de adulonerías colocaban en los balcones del edificio las banderas y arrojaban
el retrato…”7 Esta interpretación del fenómeno iconoclasta tomaba el caso arquetípico
del diario La Prensa que había sido intervenido por el gobierno justicialista y condensaba
para las antiperonistas las formas de arbitrariedad estatal. Ahora bien, un segundo
ejemplo del fenómeno iconoclasta puede encontrase en la fotografía de la derecha donde
4 Para las imágenes de los festejos anti peronistas véase La Nación 24 de Septiembre de 1955, 3 “El país
todo celebró el día de la libertad” con una gran fotografía de Plaza de Mayo y la página 4 de la misma
edición con las celebraciones alrededor del Cabildo. 5 Ernesto Salas “Cultura Popular en la primera etapa de la resistencia peronista (1955-1958) en Revista
Secuencia, Nº 30 septiembre-diciembre 1994 Instituto Mora, México, 151. 6 Para la crónica de las luchas en Buenos Aires y otros puntos del país véase La Nación 18, 20 y 23 de
Septiembre de 1955 y también la revista Esto Es, 27 de Septiembre de 1955 año III número 93. Para una
reproducción de parte del discurso de Lonardi, véase La Nación 23 de Septiembre, 2 “Que desaparezca
para siempre el odio, dícese al país en una exhortación.” 7 Esto Es, 27 de Septiembre de 1955 año III número 93, 35.
4
podemos apreciar en toda su potencia la quema de imágenes y símbolos peronistas de una
Unidad Básica en pleno Buenos Aires.8 La información que está bajo la foto señalaba que
“Esto ocurrió con el local de una Unidad Básica en la circunscripción séptima de la
ciudad. Pero, es posible que haya ocurrido en algunas otras más en los primeros
momentos. Rápidamente, el hidalgo sentimiento argentino se impuso. Y no hubo
vencidos…”.9 De esta forma los medios de información trataban de matizar la
destrucción de imágenes resaltando el slogan del General Lonardi “Y no hubo vencidos”
en referencia a la frase “ni vencederos ni vencidos.” Lo fotografía es más que elocuente
sobre la destrucción del local y además abre certezas sobre la persecución y destrucción
de símbolos peronistas durante esas semanas (“es posible que haya ocurrido en algunas
otras más en los primeros momentos”).
8 La quema de imágenes fue un fenómeno con una compleja simbología que remitía a otros casos históricos
como fue la Reforma durante el siglo XVI donde la destrucción de producciones visuales tenía una fuerte
impronta religiosa. “For example, when they submitted the debris to fire, this was partly because flames
symbolized the images‟ just deserts. Not only did the fire agree with the verdict of Isaiah, who assailed
idolaters for carving their abominations from the „residue‟ of firewood (Isaiah 44:17); it also invoked and
travestied the flames of purgatory.” Joseph Leo Koerner, The Reformation of the Image, (Chicago:
University of Chicago Press, 2008), 88. 9 Esto Es, 35. Para un relato sobre la destrucción de símbolos justicialistas desde una perspectiva peronista
véase Juan M. Vigo, Crónicas de la Resistencia. ¡La Vida por Perón! Memorias de un combatiente de la
Resistencia (Buenos Aires: A. Peña Lillo. Editor, 1973), 23-24.
5
1-Revista Esto Es, Septiembre 1955
Además de la quema de imágenes se dieron otras formas de subversión de los
símbolos peronistas muchas veces inmersos en una atmosfera que siguiendo a Mijaíl
Bajtín podemos señalar como carnavalesca.10
De esta manera la segunda fotografía
muestra a un grupo de jóvenes, probablemente estudiantes universitarios por sus
vestimentas, que sonríen victoriosos tomando los bustos de Eva y Juan Perón como
trofeos. La paradoja de la imagen se condensaba en que las burlas en tono popular eran
realizadas por parte de aquellos que se veían como los restauradores de los viejos
símbolos y valores estéticos que el peronismo buscó desplazar.
10
El crítico literario ruso Mijaíl Bajtín explicaba “Esto nos permite utilizar el adjetivo „carnavalesco‟ en
una acepción más amplia que incluye no solo las formas del carnaval en el sentido estricto y preciso del
término, sino también la vida rica y variada de la fiesta popular en el curso de los siglos y bajo el
Renacimiento, a través de sus rasgos específicos representados por el carnaval en los siglos siguientes,
cuando la mayoría de las formas restantes habían ya desaparecido o degenerado.” Mijaíl Bajtín La cultura
popular en la Edad Media y el Renacimiento. El contexto de François Rabelais, (Madrid: Alianza, 1987),
196.
6
2- Festejos luego de la caída de Perón Septiembre 1955 (Archivo General de la Nación)
El fenómeno iconoclasta creció de manera veloz en distintos puntos del país, así en la
ciudad de La Plata durante el 22 de Septiembre: “Muy pocos bustos y retratos de ex
gobernantes y otras personas quedan ya en las reparticiones, plazas y calles. Muchos han
sido retirados espontáneamente por los directores de las dependencias oficiales, y otros
por los manifestantes, así como las chapas nomencladoras de las arterias principales que
también llevaban aquellos nombres.”11
También en La Plata además de la destrucción de
imágenes, se dio una suerte de subversión de los espacios simbólicos dentro de los
edificios de los tribunales de esa ciudad. Así “En el Palacio de Justicia, donde ya la
víspera debió suspenderse la actividad, cuando muchas personas procedieron al retiro y
destrucción de retratos y bustos.”12
La crónica relataba como distintos profesionales
irrumpieron en los pasillos pidiendo la renuncia de varios magistrados y en especial los
11
La Nación, 23 de Septiembre de 1955, 5. 12
Ibíd.
7
miembros de la Suprema Corte de Justicia. También en el edificio en construcción del
Colegio y la Casa de Jubilaciones de Abogados se derribó un cartel que atribuía la obra al
Segundo Plan Quinquenal peronista y se colocó un letrero que señalaba que el inmueble
“confiscado por el régimen, pertenece a los abogados libres.”13
Los primeros fenómenos iconoclastas llevaron a una suerte de revanchismo de
clase a través de la destrucción de símbolos de Perón y Evita como los signos que
condensaron la herejía social hacia las buenas costumbres por parte de la cultura popular
justicialista. Al mismo tiempo en estas formas de destrucción se escondía una ansiedad
más profunda por parte de la clase media, los estudiantes y otros sectores opositores al
justicialismo que buscaron generar un contra-punto ante la subversión de símbolos de alta
cultura que se había iniciado en las jornadas del 17 y 18 de Octubre de 1945.14
Poner lo
que se consideraba el “mundo trastornado” en su lugar manifestó las formas de acción
directa que guardaban ecos en otros casos históricos de destrucción de símbolos, pero que
a la vez constituían un nuevo fenómeno donde el fantasma del peronismo debía ser
exorcizado del cuerpo social.
El Gobierno de Lonardi: El estado comienza a borrar los símbolos peronistas
A pesar de su breve interregno, el General Lonardi inició los primeros pasos en
desarticular los símbolos peronistas. Más adelante el General Pedro Eugenio Aramburu y
13
Ibíd. El fenómeno iconoclasta era descripto por los vencidos, “En el Policlínico Evita y en el Juan Perón,
acá en Avellaneda, destruyeron los colchones y las sabanas y todo lo que dijera „Fundación Eva Perón.‟
Los quemaban y hasta los robaban. En Lomas, los bustos de Perón y Evita eran arrastrados por jeeps.
Todos estos actos y los asesinatos demostraban el furor homicida de estos tipos.” Testimonio citado en
Nomeovldes Memoria de la Resistencia Peronista 1955-1972, Liliana Garulli, Liliana Caraballo Noemi
Para un ejemplo de las comparaciones visuales entre la figura de San Martín y Perón, Mundo Peronista,
Julio 1 de 1955, año IV número 89, 8-9 “Romance de Perón el Conductor.” 38
La Nación, 16 de Mayo de 1956, 6 “Prohíbese el uso de una condecoración.”
18
La “Revolución Libertadora” tenía una política de “desperonizar” a la sociedad
argentina tanto en el plano simbólico como en el material.39
De esta forma el 3 Julio de
1956 los bienes de Perón pasaron a la propiedad del estado.”40
En el mismo mes los
bienes de la Fundación Eva Perón fueron confiscados por el gobierno.41
La manifestación
más extrema de borrar todo referente al pasado justicialista se condensaba en la
resolución de demoler la residencia presidencial del Palacio Unzué en 1956.
La crítica a la política cultural peronista y la recuperación de símbolos de alta
cultura
La “Revolución Libertadora” tuvo un claro objetivo de desperonización de la
sociedad argentina. De esta manera a través de la prohibición, persecución y destrucción
de símbolos peronistas se buscaba borrar su presencia del campo social. Ahora bien,
existió también otra dimensión del gobierno cívico militar que no fue explorada por la
historiografía. La problemática que queremos introducir está referida, en primer lugar, a
la lectura crítica que el gobierno realizó sobre la pasada cultura popular peronista y en
segundo término la política de recreación de alta cultura por parte de la “Revolución
Libertadora.”
De esta forma el mismo año que los militares tomaron el poder el renombrado
escritor Jorge Luis Borges fue designado como director de la Biblioteca Nacional. Al
mismo tiempo los espacios de producción cultural asociados a las viejas elites fueron
reivindicados por el nuevo gobierno. En un editorial del diario La Nación, puede leerse
39 Esto Es, 23 de Julio de 1956 año IV número 131“Dos Candidaturas post-Peronistas Frondizi y Bengoa.
¿Se debatirá entre ellas el voto de las mayorías? El subtitulo del párrafo reza: “La Desperonización, este es
el problema.” 40
La Nación, el 3 Julio de 1956 “Bienes de Perón al estado.” 41
La Nación, 15 de Julio de 1956 “Bienes de ex fundación patrimonio del estado”
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como el Gobierno de facto mediante un decreto del Ministerio de Educación firmado por
el presidente devolvía a las academias nacionales su autonomía. El decreto legitimaba a
las academias como “los órganos adecuados de la sociedad para manifestación, progreso
y acrecentamiento de las artes, las ciencias y las letras” dando cuenta de las formas de
patrocinar los espacios de alta cultura. Al mismo tiempo se criticaba al peronismo que “a
lo largo de su desastrosa actuación, evidenció su irreductible incompatibilidad con todos
los institutos y organismos superiores de cultura nacional (….).”42
De esta forma el
leitmotiv de la “Revolución Libertadora” era enfatizar en las denominadas formas de
implementar cultura popular por parte del justicialismo a “un régimen perverso, que se
proponía reemplazar todo eso con la imposición exclusiva de una dogmática doctrina
totalitaria y con la práctica desaforada y embrutecedora del ejercicio físico.”43
De esta manera coincidimos con las afirmaciones de la historiadora del arte
Andrea Giunta cuando señala el nuevo rol que desempeñó el estado con respecto a las
representaciones visuales.44
El concepto de reconstruir formas culturales previas a 1943
estaba orgánicamente vinculado con la idea de destruir toda la producción visual del
justicialismo, justificándose que: “Los cuadros y las estatuas eran retratos que estaban
destinados a divinizar a aquellos que, por su posición, más obligaciones, tenían que dar el
ejemplo de la austeridad. Y después de producida la Revolución Libertadora hubo que
destruirlos, porque significaban el oprobio para nuestra altivez democrática, al mismo
tiempo que un atentado contra el más elemental buen gusto.”45
Al peronismo se lo
42
La Nación, 5 de Diciembre de 1955, 4 editorial “Restauración de las academias nacionales.” 43
Ibíd. 44
Andrea Giunta, Vanguardia, Internacionalismo y Política. Arte Argentino en los años sesenta, (Buenos
Aires: Siglo Veintiuno editores, 2008). 68. 45
La Nación, 11 de Diciembre 1955, 4 “Hacia el renacer de nuestra cultura” el artículo también alegaba
falta de inversión del peronismo en museos y cuadros a diferencia de otros países tras la Segunda Guerra
Mundial.
20
consideraba como el “inventor de una cultura falsa a expensas de la cultura real”
llamándose a construir: “Sobre las ruinas de la dictadura, retomando nuestra preclara
tradición espiritual.”46
En el proceso de reconstrucción o mejor dicho de restablecimiento
de la antigua tradición liberal el gobierno de la “Revolución Libertadora” entabló buenas
relaciones con todos aquellos sectores de la alta cultura opuestos al peronismo.47
Las tensiones y contradicciones del proyecto de volver a las formas de alta cultura
se veían reflejadas en las críticas a los usos de la cultura popular en tiempos del
peronismo. Un claro ejemplo fue la supresión, por parte de la “Revolución Libertadora,”
de la enseñanza del bandoneón que había sido establecida en tiempos de Perón en el
Conservatorio Nacional de Música. El tango era estigmatizado como un género musical
menor con todas las connotaciones negativas por su falta de decoro y sus reminiscencias
plebeyas. De esta manera la política de desacreditar al bandoneón dentro de la enseñanza
oficial actuaba como una crítica general a los usos de cultura popular que había realizado
el peronismo (…) “durante estos últimos años no se ha pensado en fomentar la cultura
nacional sino en rebajarla.” La crítica continuaba con el lamento hacia un viejo símbolo
de las elites que pasó por un intento de resignificación como espacio de cultura popular
durante el pasado gobierno peronista. “Perfecto símbolo de ello fue el haberse impuesto
al teatro Colón, nuestro primer escenario nacional, la representación del Conventillo de la
Paloma o el haber exigido a la orquesta del mismo la ejecución de un concierto de
tangos.” El tono despectivo iba en crescendo recordándose que: “Había en todo ello un
46
Ibíd. 47
Un ejemplo sobre este punto puede encontrase en las memorias del escritor y amigo de Borges, Adolfo
Bioy Casares, miembro de la vieja elite argentina, que señalaba que en el contexto de la posible devolución
del anteriormente confiscado diario La Prensa, un grupo de intelectuales querían realizar un pedido al
gobierno para acelerar el proceso. “Como el anunciado decreto del gobierno de la Revolución Libertadora
se postergaba, pensamos que tal vez fuera oportuno que un grupo de escritores lo pidiéramos (aquel
gobierno nos escuchaba).” Adolfo Bioy Casares, Descanso de Caminantes, Diarios íntimos, (Buenos Aires:
Editorial Sudamericana, 2001), 38.
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olor a bailango suburbano, a miseria artística, a primitivez.” De esta manera se daba el
diagnostico sobre esos tiempos “Un pueblo se civiliza elevándose, descartando lo bajo o
lo pequeño, exaltando los valores más altos, despojándose de lo rudimentariamente
instintivo.” Finalmente se caracterizaba el peronismo y su acción cultural. “Esto es lo que
no quiso que se hiciera el régimen depuesto; necesitaba un arte descamisado, como quería
una muchedumbre que exhibiera los tiradores.”48
Un Museo de Arte Moderno, difusión de alta cultura en Buenos Aires y diatribas a
la cultura popular justicialista
Ahora bien, dentro de las formas de patrocinar alta cultura en Abril 1956 se creó
por resolución municipal el Museo de Arte Moderno de la ciudad de Buenos Aires. Su
primer director fue el crítico de arte Rafael Squirru que en un reportaje sobre el nuevo
espacio cultural señalaba:
-¿Qué motiva la creación del Museo?
-Sería necio atribuirse la paternidad de la idea de crear entre
nosotros el Museo de Arte Moderno. Trátese más bien de una
necesidad que hace rato está presente en nuestro medio artístico,
por lo que el actual gobierno, con la misma humanidad con que ha
previsto pulmotores a los atacados por la poliomielitis, decidió,
por intermedio de la Municipalidad de Buenos Aires, a través de
su dinámico secretario de Cultura, acudir en ayuda del orfanato en
que nos encontrábamos.49
La respuesta de Squirru -trazando un paralelismo entre la acción estatal en el campo de la
medicina con la ejecución de políticas culturales- equiparaba la situación artística legada
desde el período peronista con un mal que había dejado huérfano al medio artístico local.
48
Criterio 23 de Febrero de 1956 año XXVIII Nº 1254, 137 “El Bandoneón.” 49
Esto Es 26 de Abril de 1956 año IV número 118, 32 “El Museo de Arte Moderno de Buenos Aires.” Reportaje a director, el Dr. Rafael Fernando Squirru. Para una descripción más detallada sobre la creación
del Museo de Arte Moderno véase, Andrea Giunta, Vanguardia, Internacionalismo y Política, 76-78.
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El propósito del gobierno militar era difundir los valores de alta cultura. De esta
manera las autoridades buscaban encontrar espacios para la propagación de alegadas
formas superiores de representación. Dentro del imaginario oficial se describía que las
reuniones artísticas y culturales en las plazas públicas tenderían hacia una ornamentación
sombría, “con el fin de evitar las decoraciones monumentales, que –expresó- cohíben y
ahogan la personalidad individual.”50
De esta forma el gobierno de la “Revolución
Libertadora” buscaba inhibir los espacios monumentales en las celebraciones públicas,
subrayando una estética de decoro contra la alegada fastuosidad del peronismo.
El doble movimiento de diatribas contra la cultura popular justicialista y de
propuestas de decoro en los espacios culturales se repetía en diversos medios. En un
editorial del diario La Nación se criticaba la anterior concepción de la cultura peronista y
su forma de manipular la idea de la cultura “social” (popular) atacando la denominada
alta cultura. Las críticas también aludían a la anterior política justicialista hacia las
instituciones universitarias, laboratorios e institutos. Frente a ese panorama el editorial
reivindicaba la posibilidad de llevar la cultura a las plazas y clubs como “expresiones
puras del espíritu, el arte y el buen gusto.”51
En el texto, además de la propuesta de
difusión cultural subyacía un meta-discurso que escondía las ansiedades y tensiones de
clase en un alegato que todavía guardaba un fuerte rechazo a hacia el trastrocamiento que
produjo el peronismo en las costumbres, normas y gestos de deferencia.
La “Revolución Libertadora” señalaba el objetivo de difundir las viejas normas de
“buen gusto al espacio de la ciudad” que, en los ojos de la elite, había sido desordenada e
invadida por las masas peronistas. De esta forma existieron diversos proyectos que
50
La Nación 28 de Junio de 1956, 6 “Proyectos de la Municipalidad de Orden Cultural.” 51
La Nación 30 de Junio de 1956, 4 “Reivindicación de la Cultura.”
23
buscaban modernizar la arquitectura y espacios de la capital argentina como fue el del
joven arquitecto Antonio Bonet de renovar bajo un estilo modernista sectores de Buenos
Aires bajo una nueva concepción urbanística.52
Ante el anhelo de la vuelta a lo que Ángel
Rama denominó como “la ciudad letrada” el gobierno de la “Revolución Libertadora”
buscaba desperonizar una urbe que había sido el centro del teatro político de las masas
peronistas y darle una nueva impronta de modernización.53
Ahora bien, la construcción de una nación desperonizada implicaba enfatizar la
idea de una sociedad donde los viejos valores liberales tuviesen un lugar central. Diversos
proyectos culturales acompañaron este proceso. Uno de ellos fue la creación en Agosto
de 1956 de la denominada “Cátedra de la Libertad” en la Facultad de Filosofía de la
Universidad del Salvador donde se organizaron disertaciones y la clase inaugural estuvo a
cargo del profesor italiano Michele Federico Sciacca.54
Además de las iniciativas
universitarias se organizaron eventos de difusión de música clásica en contraposición de
géneros populares como el tango. De esta manera en la ciudad de Rosario en Agosto de
ese año se organizó el festival Mozart, dando cuenta de la regeneración de los elementos
de alta cultura.55
El corolario de esta política de fomento de alta cultura era la posibilidad
de un Instituto de Arte Moderno dentro del Teatro San Martín.56
52
Esto Es, 13 de Agosto de 1956 año IV número 134, 22 “La futura ciudad de Buenos Aires”. 53
La estructuración de un espacio de poder y saber a través de las urbes latinoamericanas desde el período
colonial hasta el siglo XX fue analizado por Ángel Rama en The lettered City, (Durham NC: Duke
University Press, 1996). 54
Esto Es 20 de Agosto de 1956 año IV número 135, 25 “La Cátedra de La Libertad” El artículo incluye un
reportaje donde se revaloriza a la idea de democracia. 55
Esto Es 27 de Agosto de 1956 año IV número 136, 38 “Rosario ya tiene su festival Mozart” se muestra la
regeneración de elementos de alta cultura. 56
Esto Es 15 de Septiembre 1956 año IV número 143, 22 “Buenos Aires Tendrá un gran Instituto de Arte
Moderno.”
24
Una vuelta a las imágenes de la Argentina liberal
Uno de los principales recursos dentro del nuevo dispositivo cultural que la
“Revolución Libertadora” buscaba consolidar era la vuelta a las imágenes de la tradición
liberal del siglo XIX. De esta manera diversas representaciones artísticas daban cuenta de
una particular estética donde se manifestaban los valores y significados políticos previos
a 1943. Si bien la producción cultural del gobierno de la “Revolución Libertadora” fue
menor en su cantidad de imágenes -comparada al período justicialista- es importante dar
cuenta de las formas creadas por el gobierno de facto.
Un primer ejemplo de la vuelta al ideario liberal está representado en el sello
postal extraordinario que la Dirección General de Correos y Telecomunicaciones realizó
en adhesión al gobierno con la leyenda conmemorativa: “Revolución libertadora del 16
de Septiembre de 1955” (figura 1) La crónica periodística explicaba la imagen en estos
términos: “La viñeta presenta la Libertad rompiendo las cadenas que la aprisionaban, y
de la emisión serán puestos en venta diez millones de ejemplares, de un valor de $1,50
cada uno.”57
57
La Nación 11 de Octubre de 1955, 4 “Sello Conmemorativo de la Revolución.”