5. De comunitarios a gobunitarios: los medios alternativos en tiempos de revolución Raisa Urribarrí Ciudadano es su propio señor, aquel a quien no le escriben el guión en el seno de una comunidad política. Adela Cortina Antes de pasar a dar cuenta de la mutación que han sufrido los medios alternativos y comunitarios durante la última década en Venezuela, nos permitiremos unas líneas a modo de preámbulo. Quizás resulten demasiado gruesas, pues carecen de los pormenores que sin duda le hubieran conferido mayor profundidad al panorama que se intenta presentar. Sin embargo, una razón justifica su tosquedad y es que si bien el objetivo de este ensayo no es ponernos al corriente del complejo y todavía indescifrable contexto político en el que se inscribe esta transformación, consideramos necesario ofrecer unos “brochazos” que permitan ubicarla en perspectiva y dentro de una trama que le conceda cierta significación. Al menos la que le hemos ido encontrando mientras discurre. 1
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De comunitarios a gobunitarios:los medios alternativos en tiempos de revolución
Analisis de los llamados "medios alternativos" y "comunitarios" de venezuela, realizado por Raisa Urribarrí, en el que demuestra su poca autonomía y falta de independencia
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5. De comunitarios a gobunitarios:los medios alternativos en tiempos de revolución
Raisa Urribarrí
Ciudadano es su propio señor, aquel a quien no le escriben el guión en el seno de una comunidad política.
Adela Cortina
Antes de pasar a dar cuenta de la mutación que han sufrido los medios alternativos y
comunitarios durante la última década en Venezuela, nos permitiremos unas líneas a
modo de preámbulo. Quizás resulten demasiado gruesas, pues carecen de los
pormenores que sin duda le hubieran conferido mayor profundidad al panorama que se
intenta presentar. Sin embargo, una razón justifica su tosquedad y es que si bien el
objetivo de este ensayo no es ponernos al corriente del complejo y todavía indescifrable
contexto político en el que se inscribe esta transformación, consideramos necesario
ofrecer unos “brochazos” que permitan ubicarla en perspectiva y dentro de una trama
que le conceda cierta significación. Al menos la que le hemos ido encontrando mientras
discurre.
Dicho esto, comenzaremos por afirmar de entrada que, como en otros países de
América Latina, los medios alternativos y comunitarios en Venezuela gozan de una
extensa y sólida tradición. Surgidos al calor de los acontecimientos que marcaron la
historia política y las luchas reivindicativas de los sectores populares entre las décadas
de los sesenta y los setenta, la mayoría de ellos se mostraba dueño de un lenguaje y de
unos objetivos que los diferenciaban taxativamente tanto de los privados, como de los
públicos-estatales. En pocas palabras, tenían un perfil propio.
Expresión de diversidad de sectores, intereses y formas organizativas (obreros,
vecinales, culturales, ecologistas, estudiantiles, eclesiales de base, juveniles, de
organizaciones no gubernamentales, feministas…y un largo etcétera), a este conjunto
1
de medios, de desigual calidad e impacto, sin embargo, se les podía homologar gracias a
uno de sus rasgos, por lo demás prominente: su oposición a un poder excluyente
encarnado tanto por el sistema comunicacional privado como por el público-oficial,
ciertamente en aquella época1 fragmentado e integrado por medios de poco peso, pero
en líneas generales subordinados a los intereses de los gobiernos de turno que actuaban,
aunque no sin fricciones, en connivencia con el poder económico.
Allí radicaba su diferencia esencial y por ello el nombre de alternativos.
Alternativos a una hegemonía mediática y política que no dejaba -o dejaba muy poco-
espacio para la expresión pública de una diversidad de movimientos sociales que
disputaba su derecho a ejercer con libertad la crítica y el disenso, así como también el
de incidir en la formulación de las políticas que consideraban necesarias para el
desarrollo social. Los medios alternativos, puede sostenerse entonces, eran clara
manifestación de una demanda de democratización: del sistema de medios y de la
sociedad en su conjunto.
En Venezuela, estos esfuerzos –es necesario no pasar por alto hoy– también
tuvieron eco en algunos gobiernos en función de Estado. Como ejemplo podemos
mencionar el trabajo conjunto entre el Consejo Nacional de la Cultura (CONAC) y el
Instituto de Investigaciones de la Comunicación (ININCO) de la Universidad Central de
Venezuela (UCV) para la realización del Proyecto Ratelve, el cual tuvo lugar durante el
primer gobierno de Carlos Andrés Pérez (1973-1978), período en el que Venezuela
participó en la Primera Conferencia Intergubernamental sobre Políticas de
Comunicación en América Latina y El Caribe, en Costa Rica, donde temas como el
Nuevo Orden de la Comunicación y la Información (NOMIC), tuvieron suma
significación.
Diversas reuniones de carácter internacional pusieron de relieve el asunto en esta
época y el debate sobre la urgencia de democratizar el sistema de medios avanzó hasta
la UNESCO dando como resultado, en 1980, el llamado Informe Mc Bride (Un solo
mundo, voces múltiples) que asumió la defensa del derecho a la comunicación y propuso
algunos principios y acciones a favor del equilibrio mundial en este ámbito. Ambos
1 Los cuarenta años transcurridos entre 1958 y 1998, período que el Presidente Hugo Chávez ha bautizado como Cuarta República y que autores como Ramón Guillermo Aveledo prefieren nombrar como el de los gobiernos civiles y democráticos.
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informes, aún con plena vigencia hoy, lamentablemente han pasado a la historia como
objetos de estudio. Los hemos traído a colación en este recuento, pues tanto la
comunicación alternativa, como los afanes investigativos de ese entonces traducidos en
la formulación de políticas nacionales e internacionales de comunicación, se
corresponden a diferentes niveles de un mismo esfuerzo, el de enfrentar hegemonías y
democratizar la comunicación social.
En el transcurso de casi cuatro décadas este vigoroso movimiento se fue
transformando y, en consecuencia, también el perfil de los medios. Entre finales de los
setenta y durante la década de los ochenta, los gestores de los medios alternativos, que
en un principio tuvieron un objetivo “concientizador”, se sintieron interpelados y
obligados a modificar sus formas de trabajo, estrategias y lenguajes. Al ritmo que crecía
la bonanza económica y se fraguaba la paz en democracia, el “aquietamiento” y la
“desmovilización” social se fueron imponiendo y, aunque no sería apropiado decir que
todas las dificultades y los reclamos que les daban razón de ser se habían extinguido, se
comenzó a sentir la urgencia de cuestionar unas prácticas comunicacionales muy poco
eficaces, de las cuales emergían medios tan poco atractivos que no se podía obligar a
nadie a atender2.
Estos colectivos o movimientos, es necesario indicar, sin bajar el tono crítico
frente a los medios que se enseñoreaban en su hegemonía, y con posiciones
abiertamente cuestionadoras en relación con el statu quo vigente, comenzaron a
comprender, también como producto de la evolución del pensamiento en comunicación
durante esos años, 3que si alguna tarea les competía y era propia era la de recoger y
revelar el mundo de vida comunitario, una esfera tradicionalmente excluida de ambos
sistemas de medios. Es así cómo, desde una propuesta comunicativa basada en la
imposición a las comunidades populares de la “verdad” de una vanguardia iluminada, se
avanzó hacia otra cualitativamente diferente. Los medios dejan de tener objetivos de
2 Kaplún, Mario (1985). El comunicador popular. Ediciones CIESPAL, Quito.3 María Elena Hermosilla da cuenta de la evolución de las concepciones sobre comunicación y su impacto en los medios alternativos en “Comunicación para el Desarrollo en América Latina: ¿Tiene aún sentido?”,en revista Comunicación No. 137, Primer Trimestre 2007. Editada por la Fundación Centro Gumilla. Venezuela, pp. 5-8. Tanius Karam (2002) también aborda este asunto en “De las organizaciones populares a las civiles”, en revista Comunicación No. 117, Primer Trimestre 2002. Editada por la Fundación Centro Gumilla. Venezuela, pp. 2-13.
3
“agitación” o “contrainformación” y se inclinan por entrar en sintonía con el sentir de
las colectividades de las cuales intentaban ser expresión. Comunicación horizontal,
participativa o de base son los nuevos calificativos que las identifican y anuncian sus
nuevos derroteros. No se trata ya de medios para “ideologizar” a las masas, sino para
movilizarlas, partiendo de sus imaginarios, necesidades y experiencias.
Prácticas comunicacionales de diverso corte, algunas ciertamente atípicas, pues
llegaron a insertarse dentro de medios masivos,4 lograron incluso articularse
nacionalmente a través de iniciativas como la Red de Reporteros Populares (Colectivo
Informa), la Agencia de Buenas Noticias (Escuela de Vecinos de Venezuela) y la
Escuela Andina de Comunicadores Populares "Mario Kaplún" (Colectivos El Convite,
Construyamos Juntos y Guarura), la cual tenía como objetivo capacitar a los grupos para
la comunicación alternativa.5 Durante esta etapa, signada además por el impulso
descentralizador que trajo como consecuencia la elección de alcaldes y gobernadores, se
promovió la realización de diagnósticos comunitarios participativos como estrategia
para capturar realidades que se reconocían complejas e inasibles; se estimuló la lectura
crítica de medios; se atendió a la necesidad de generar textos más profundos, elaborados
con base en la investigación de los temas que se proponían para el debate; se abogó por
el uso de un lenguaje fresco y cercano a la cotidianidad de los destinatarios pero, sobre
todo, se trabajó arduamente porque fueran éstos, a fin de cuentas, los emisores de sus
propios mensajes. Aunque no de manera sistemática, algunos profesionales de la
comunicación, escuelas y centros de investigación se ocuparon de “lo alternativo”,
vinculándose con sus hacedores, y se logró entablar un diálogo entre activistas y
4 Como fueron los casos de las separatas Construyamos Juntos y Convite, publicadas por el Diario de Los Andes, en Trujillo, y El Vigilante, en Mérida.5 En este proyecto es claramente perceptible la influencia del pensamiento de Mario Kaplún con cuyo nombre se bautiza la escuela. Sobre su estancia en Venezuela y su pedagogía educomunicativa recomendamos leer el esclarecedor trabajo de Jesús María Aguirre publicado en la revista Comunicación No. 131, Tercer Trimestre 2005. Editada por la Fundación centro Gumilla. Venezuela, pp.18-26
4
académicos que, aunque no exento de dificultades y prevenciones6, redundó en un
mutuo enriquecimiento de perspectivas.
Durante la década de los ochenta, bajo el impacto que produjo el llamado
“viernes negro”, este amplio movimiento germinó y fue fecundo, pero cuando las
medidas de ajuste macroeconómico se hicieron sentir con fuerza al inicio de los años
noventa, entre otros factores, estas iniciativas fueron perdiendo vigor. Como en otros
países de la región, las organizaciones comunitarias y ONG que les daban sustento y
proyección comenzaron a ejecutar algunos programas sociales convenidos por el Estado
con los entes multilaterales, lo cual implicó la realización de exigentes actividades de
carácter administrativo. Como consecuencia de esta situación, gran parte del tiempo y
de las energías de las organizaciones se volcaron hacia este tipo de trabajo, en desmedro
de la promoción de programas surgidos de su propio seno. A nuestro juicio,
probablemente temerario, allí podría ubicarse, al menos en parte, el origen del
desdibujamiento de su quehacer y de la pérdida de su significado y proyección en las
comunidades populares.
Ya a finales de los años noventa el país atraviesa por una delicada situación. Con
amplios sectores de la población en situación de pobreza generalizada y deslegitimados
los partidos que habían abandonado la responsabilidad de impulsar el bienestar
colectivo, el sistema político se encuentra gravemente en entredicho.
Se ha diagnosticado que esas cuatro décadas cerraron su ciclo a causa de la corrupción, un fenómeno que antecedió a la democracia y que la ha sobrevivido con una salud y una fortaleza que impactan al menos impresionable de los observadores. Creo que la verdad de su ocaso está más relacionado con el colapso del modelo rentista que no supo superar y con el alejamiento entre los partidos políticos y la sociedad toda, desde los actores organizados con intereses grandes, medianos y pequeños, hasta el pueblo llano y sus mismas bases.7
Independientemente de las interpretaciones que se puedan hacer hoy, lo cierto es
que el descontento popular se intensifica; la crisis de representación y de gobernabilidad 6 Según Rosa María Alfaro (2001), salvo excepciones, en el campo académico la comunicación popular ha sido subvalorada y cuando hubo un acercamiento fue desde el compromiso místico y la defensa afectiva; por su parte, los comunicadores populares se han negado casi absolutamente al quehacer teórico. En Venezuela destaca la atención que le ha prestado a este fenómeno el Centro Gumilla cuya revista Comunicación, con más de tres décadas de existencia, se identifica como “Estudios venezolanos desde una perspectiva crítica y alternativa”.
7 Aveledo, Ramón G. (2007). La 4ta. República. Editorial Libros Marcados, Venezuela.
5
se acentúa, y queda en evidencia la urgencia de emprender transformaciones políticas y
sociales de fondo que no son debidamente atendidas. El llamado “Caracazo” de febrero
de 1989 y los dos intentos de golpe de estado de febrero y noviembre de 1992 develaron
la gravedad de la descomposición social y la situación de desencanto y desesperación en
la que estaba sumida buena parte de los venezolanos que, por lo demás, actuaba sin un
liderazgo visible y de manera desorganizada. En 1993, por primera vez en la historia del
país, es llevado a juicio y depuesto de su cargo un Presidente en ejercicio (Carlos
Andrés Pérez) y un año después se alza con la Primera Magistratura quien retorna a la
arena política para encarnar (Rafael Caldera) una opción multipartidista que excluye a
los partidos tradicionales, incluso el que él mismo fundara (COPEI).
En 1998, ya por concluir el Siglo XX, nueve años después del “Caracazo” y seis
después de los dos intentos de golpes de estado, en medio de un clima de frágil
institucionalidad y en pleno auge de la “antipolítica”, es electo como Presidente de la
República el teniente coronel del ejército Hugo Chávez, uno de los protagonistas de la
sublevación militar de 1992 y quien, gracias a una breve aparición en televisión, se
convierte en el referente de las mayorías descontentas. Durante el primer año de su
gobierno se produce un hecho importante en el escenario político: la aprobación de una
nueva Constitución de la República que, en lo atinente a la participación, establece
nuevos organismos de corresponsabilidad ciudadana, como los consejos de
planificación local (municipal y parroquial), y mecanismos de control, tales como el
referéndum revocatorio del mandato a diferentes niveles del poder público.
No obstante, la ausencia de consultas para la escogencia de los candidatos a los
cargos de representación popular se comienza a hacer notar y, al igual que para la
escogencia de los miembros de la Asamblea Nacional Constituyente, los “electos a
dedo” por las nuevas cúpulas se presentan a la consideración de los votantes a través de
un método parecido al usado por la lotería. El kino electoral8, un anzuelo dirigido a
“facilitar la selección” de los candidatos promovidos por el grupo que asumía el poder
sin una organización política consolidada, fue fácilmente mordido por una población
que se conformó, según nuestra percepción de manera bastante acrítica, con la 8 El mecanismo fue diseñado por el profesor de la Universidad Central de Venezuela Nelson Merentes, PhD en Matemática de la Universidad de Budapest, quien luego ejercería en dos oportunidades el Ministerio de Finanzas. Gracias a este método el oficialismo obtuvo la mayoría de los escaños de la Asamblea Nacional Constituyente en 1999.
6
suplantación de un viejo liderazgo por otro que, al menos en las formas, se diferenciaba
muy poco de aquél. Lejos de responder a las aspiraciones de quienes clamaban por
mayor participación en la esfera pública y democracia en la toma de decisiones, los
nuevos actores que ingresaron a la escena política se encargaron muy pronto de desdecir
con sus actos los “buenos deseos” expresados en el texto con el que se intentaba
refundar la República:
Venezuela se constituye en un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y, en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político”9. (Las cursivas son nuestras).
Dueño de un verbo pugnaz y corrosivo que en ocasiones raya en lo soez, si
algún rasgo sobresale en la gestión de Hugo Chávez, caracterizada además por una
prominente influencia militar, es la severa polarización de la sociedad en dos sectores
supuestamente irreconciliables, una división falazmente simplificadora de la cual
emergen estereotipos y prejuicios que imposibilitan la convivencia y entorpecen la
búsqueda del equilibrio que demanda la edificación de un clima democrático. En líneas
generales puede afirmarse que su gobierno ha transcurrido en medio de una situación de
seria ingobernabilidad la cual tuvo su máxima expresión en el período 2002-2004
durante el cual se produjeron el golpe de estado, el paro petrolero, y el referendo
revocatorio que ratificó su mandato, eventos que, en ausencia de sólidas organizaciones
político-partidistas, las cuales durante esta misma década se fueron desvaneciendo con
celeridad, el sistema de medios privados no sólo aupó sino que prácticamente condujo.10
En paralelo, las torpes actuaciones de los partidos tradicionales e incluso de los
emergentes (como la renuncia a presentar candidatos a las elecciones parlamentarias,
entre otras) ponen seriamente en duda la capacidad de estos actores de reconocer y
enmendar los errores que les llevaron a perder espacios y la de conectarse con las
aspiraciones de los ciudadanos descontentos del pasado y decepcionados del presente.
9 Artículo segundo de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela sancionada por la Asamblea Nacional Constituyente en diciembre de 1999.10 Una documentación exhaustiva del comportamiento de los medios -particularmente los impresos- durante este período la ofrece el periodista Alejandro Botía en el libro Auge y crisis del cuarto poder. La prensa en democracia, publicado en el año 2007 en Caracas por la Editorial Random House Mondadori, SA. pp.263-312.
7
Es así como, a pesar de lo dispuesto por la Constitución, que consagra el pluralismo
(texto refrendado en la consulta del dos de diciembre pasado, pues la mayoría de la
población electoral no estuvo de acuerdo con su reforma)11, hoy nos conseguimos con
que una parcialidad política ejerce la hegemonía del Estado mediante el control de los
cinco poderes que lo conforman: Ejecutivo, Legislativo, Judicial, Ciudadano y Electoral.
Por contraste, como señala Teodoro Petkoff, el Jefe del Estado ha logrado el
“milagro” de organizar a los sectores más empobrecidos:
Desempleados crónicos, amas de casa de hogares pobrísimos, trabajadores informales, vendedores callejeros, incluso gente que lleva vidas más o menos delictivas... El discurso chavista, animado por una cierta resonancia redentora, logró organizar a este sector y allí han surgido una miríada de organizaciones populares de distinto tipo que han creado centros de poder populares12
Este “milagro”, que algunos atribuyen a una exitosa estrategia de inclusión
simbólica, y otros al efecto de las misiones, también ha sido calificado como de una
interesada “burocratización del movimiento popular”. De acuerdo con Francisco Prada,
líder del Movimiento Tercer Camino,13 agrupación que participó por largos años en los
planes conspirativos que desembocaron en la insurgencia militar del cuatro de febrero y
que periódicamente ha manifestado cercanías y distancias con el llamado “proceso”, las
formas organizativas que promueve el “chavismo”, aparecen oportunamente “para
ejercer la verticalidad del mando cuando se imponga una eventual represión de la
protesta popular. Porque, independientemente de lo que se diga, hay quejas, protestas, la
gente siente los efectos de la globalización…”14
En efecto, la pobreza, la inseguridad, el desempleo, la inflación, la corrupción y
el deterioro de los servicios públicos, entre otros signos que denotan la baja calidad de
vida de la mayoría de los venezolanos, siguen presentes y las protestas de los sectores
populares se hacen sentir con una advertencia que no deja de resultar inquietante:
“somos chavistas, pero…”
11 Mayoría que aún no ha sido cuantificada. A la fecha de redacción de este texto, más de cinco meses después de la consulta, el Consejo Nacional Electoral aún no ha dado a conocer las cifras oficiales.12 http://www.letraslibres.com/index.php?art=1289313 Derivación de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), el movimiento Ruptura y el Partido de la Revolución Venezolana (PRV).14 Entrevista personal, publicada en http://periodistasandinos.blogspot.com/2007/11/la-reforma-garantiza-la-entrega-de-la.html
8
Más allá de los extremos y fuera de los márgenes, o dentro de ellos y a la vera de
viejos y ya no tan nuevos liderazgos que comienzan a perder el respaldo colectivo15, se
hace cada vez más visible una amplia y densa franja de venezolanos deseosos de
convivir pacíficamente y de disfrutar de las garantías de un sistema verdaderamente
democrático en términos de equidad, derecho y justicia social. Se trata de un conjunto
plural y heterogéneo que comienza -en medio de dificultades y contradicciones- a
actuar de forma relativamente coordinada, tanto del lado del gobierno, que se ha dado a
la tarea de crear y consolidar su propio partido, como de los grupos aliados a éste y de
sus opositores, que apuntan a la unidad en medio de la diversidad.
Los medios alternativos: ¿Un instrumento al servicio de la hegemonía?
Como señaláramos en los primeros párrafos, nos hemos permitido esta revisión, si se
quiere esquemática, porque es menester tener presente lo que ha sobresalido de bulto a
través de su larga tradición. Si alguna motivación ha estado detrás de los medios
alternativos, como hemos señalado, es una vinculada con la democracia informativa y
comunicacional. Las interrogantes que ahora surgen son: ¿Qué ha cambiado en esta
primera década del Siglo XXI? ¿Qué perfil muestran en la actualidad estos medios?
Puede decirse que durante la década de los noventa los medios alternativos eran,
si bien una realidad, apenas una bastante desteñida. Aunque entonces hayan surgido
algunos nuevos y se hayan mantenido vigentes aquellos vinculados con organizaciones
de larga data, como es el caso de Radio Fe y Alegría,16 la mayoría de las experiencias de
corte comunitario habían decaído ostensiblemente. Debido a las exigencias legales para
poder operar una frecuencia del espectro radioeléctrico, las emisoras de radio
comunitaria eran pocas; las de TV, aunque se contaba con casos interesantes, como
Teleboconó, la primera televisora del país que transmitió su señal en color y funcionaba
15 Como argumento a favor de esta tesis puede señalarse la derrota que sufrió el intento de reforma en diciembre pasado.16 Aún cuando algunas puedan tener un perfil comunitario, las emisoras del Instituto Radiofónico Fe y Alegría (IRFA) no son consideradas como tales, pues dependen del Movimiento de Educación Integral y Promoción Social del mismo nombre auspiciado por la Compañía de Jesús. Sobre la cobertura que hizo esta red durante los sucesos del 2002 es interesante leer las reflexiones de Javier Barrios y Belkis Urdaneta en la revista Comunicación No. 119,Tercer Trimestre 2002. Editada por la Fundación Centro Gumilla. Venezuela, pp. 27-31.
9
como una escuela, eran casi inexistentes. Los medios que mayormente se producían, por
su menor costo y dificultades técnicas para su elaboración, eran los impresos.
En junio del año 200017, tras la aprobación de la Ley Orgánica de
Telecomunicaciones (LOT) la existencia de las emisoras de radio y TV comunitarias es
reconocida. El Artículo 200, correspondiente al último capítulo, referido a las
disposiciones finales y transitorias, establece:
El Estado promoverá la existencia de estaciones de radiodifusión sonora y televisión abierta comunitarias de servicio público, sin fines de lucro, como medios para la comunicación y actuación, plural y transparente, de las comunidades organizadas en su ámbito respectivo”. (Las cursivas son nuestras).
De la misma forma se dispone que “su régimen, ordenación, características,
requisitos y limitaciones se determinarán mediante reglamento”, el cual se promulga en
noviembre de año 2001, casi un año y medio después. De acuerdo con su artículo
primero [Reglamento de Radiodifusión Sonora y Televisión Abierta comunitarias de
Servicio Público, sin fines de lucro] éstas tienen como objeto: “garantizar la
comunicación libre y plural de las comunidades”. (Las cursivas son nuestras).
A partir de esa fecha los medios alternativos cobran nueva vida. No obstante, su
renovado impulso no se debe a la apertura de alguna compuerta que hubiera sido sellada
ex profeso con el fin de coartarlos, sino a un suceso clave, como lo reconocen algunos
de sus hacedores:
La experiencia de la radio comunitaria en Venezuela se consolidó debido a los trágicos sucesos del golpe del 11 de abril de 2002. Es ahí donde empezamos a entender la necesidad de consolidar y fortalecer los medios comunitarios en todas las regiones a nivel nacional”. Indira Rivero, directora de la emisora Tamunangue Libre 95.3 F.M.Logramos que el mundo se enterara de lo que sucedía, a pesar de que los medios privados eran cómplices. Wilmer Peraza, director de Guachirongo 98.5 FM 18
17 La LOT, aprobada durante el régimen de transición del poder público, fue el único texto legal sancionado por el congresillo, presidido por Luis Miquilena, y tuvo muy buena recepción por parte del sector empresarial, especialmente de la Cámara de Empresas de Servicios de Telecomunicaciones (Casetel), gremio que elogió la gestión de Conatel al frente del cual estaba el actual gobernador de Miranda, teniente retirado Diosdado Cabello.18 http://www.mci.gob.ve/oficina-inf-reg/1/4572/el_13a_de.html
De acuerdo con Bisbal,19 el golpe de Estado del año 2002 señala el inicio de la
construcción del “Estado Comunicador”20. A partir de entonces, como destaca el
periodista Pablo Antillano21 , los medios de uno u otro bando (gobierno y oposición) se
convierten en máquinas de propaganda y arenas de combate, fenómeno del que los
alternativos no escapan. Por primera vez es posible observar que éstos actúan de
consuno y en sintonía con uno de los polos en confrontación, en este caso el gobierno,
abonándole a la polarización política.
Avanzar hacia la comprensión de los fundamentos que están en la base de este
giro supone un reto de extrema importancia, pero excede los propósitos de estas
reflexiones. Por los pronto nos interesa enfatizar su peculiaridad y sus implicaciones, en
particular porque de acuerdo con su tradición –recogida en la legislación vigente–22,
entre otros deberes, los medios comunitarios tienen los de garantizar el derecho a la
comunicación libre y plural, evitar la discriminación por razones de creencias políticas o
por cualquier otra condición, y abstenerse de transmitir mensajes partidistas o
proselitistas de cualquier naturaleza. Pero como tempranamente advirtiera Elías
Santana, a propósito de un encuentro de experiencias de comunicación alternativa
auspiciado por la Comisión Nacional de Comunicaciones (Conatel) en el año 2003, en el
cual prevalecieron medios pro-oficiales, los hechos hacen suponer que no sólo la
profusión, sino el amplio apoyo dado por el Estado a estos medios obedece a un
proyecto partidista. Suposición que brota con facilidad si se toman en consideración las
palabras del Presidente de la República, quien en el evento antes mencionado, luego de
una extensa crítica a los grandes medios comerciales y en especial a las emisoras de
televisión, vaticinó de forma por demás lapidaria: “algún día los alternativos serán
ellos”23, lo cual revela, además de sus propósitos, la concepción del Jefe del Estado
acerca de lo alternativo. Pero veamos.
19 Bisbal, M. (2006). “El Estado-Comunicador y su especificidad. Diagnóstico inacabado y estrategias”en la revista Comunicación., No. 134, Segundo Trimestre 2006.Editada por la Fundación Centro Gumilla. Venezuela, pp. 60-7320 La importancia que se le otorga a los medios se manifiesta también con la creación del Ministerio de Información y Comunicación en octubre de 2002.21 Citado por Botía ,op cit p. 31022 Artículo 26 del Reglamento de Radiodifusión Sonora y Televisión Abierta Comunitarias de Servicio Público, sin fines de lucro.23 http://ipsnoticias.net/interna.asp?idnews=24449
11
A finales del año 2008, de ser ciertas las palabras del titular del Ministerio de
Comunicación e Información (MinCI), Andrés Izarra, en Venezuela se podrá
contabilizar cerca de 600 medios alternativos y comunitarios (en adelante MAC). A los
450 existentes a finales de 2007, habría que añadir los 20 (14 radios y seis televisoras)
habilitados durante el primer trimestre de este año y los 128 más que se espera
autorizar.24 Aunque en ausencia de datos más confiables25 nos hayamos tenido que
conformar con los ofrecidos por su despacho en boletines de prensa, es posible hacer
algunas inferencias con base en las cifras suministradas por Conatel, las cuales muestran
que hasta julio del año pasado se le había otorgado licencias a 227 emisoras de radio y
36 de TV. Si sumamos los medios impresos y digitales no es difícil suponer que las
estimaciones de Izarra se ajustan a la realidad. 26
Habilitaciones 2002-julio 2007
Radio Comunitaria
842
85
14 1959
227
050
100150200250
2002 2003 2004 2005 2006 2007 Total
TV Comunitaria
6 511
3 38
36
0
10
20
30
40
2002 2003 2004 2005 2006 2007 Total
Elaboración propia, fuente CONATEL
El tiempo, lamentablemente, no ha hecho sino corroborar las iniciales
aprehensiones de Santana. A través de unas declaraciones del actual titular del MinCI,27
24 Declaraciones ofrecidas en el acto de juramentación del jurado calificador del la III Edición del Premio de Comunicación Popular Alternativa y Comunitaria 2008.http://www.rnv.gov.ve/noticias/index.php?act=ST&f=2&t=6706325 Al momento de poner punto final a este texto la solicitud de una entrevista a Directora de Medios Alternativos y Comunitarios del MinCI, María Angélica Toro, no había sido respondida.26 A éstos habría que añadir otros no cuantificados, que reciben apoyo de entes del gobierno aún no estando habilitados, como es el caso de Radio Ondas Bolivarianas 96.7FM de Mérida que funciona en el Instituto Municipal de Cultura del Municipio Santos Marquina de Mérida y es dirigido por una militante del Partido Socialista Unido de Venezuela.27Las declaraciones de Izarra (a la periodista Laura Weffer) se produjeron durante su gestión como presidente de Telesur. Recordemos que éste había ejercido ya la cartera de Comunicación e Información durante casi un año, entre septiembre de 2004 y agosto de 2005, y que durante los sucesos del año 2002 se desempeñaba como gerente de información del Observador de RCTV, cargo al que renunció el sábado 13 de abril como
en enero del año pasado se conocieron las estrategias mediante las cuales el gobierno
garantizaría uno de sus objetivos en materia de comunicaciones: la hegemonía.
En la hegemonía comunicacional va a haber varios niveles: integración de los sistemas de los medios públicos, articulación de un plan estratégico que permita la orientación de esos medios públicos; la creación de un sistema nacional de medios comunitarios y alternativos; el impulso hacia una producción independiente. (El Nacional, 07 de enero de 2007) (Las cursivass son nuestras).
A un año de estas declaraciones, luego de que la propuesta de reforma
constitucional no fuera aceptada, el Jefe del Estado le encomienda nuevamente a Izarra
la cartera del MinCI, ente desde el cual se impulsa la alineación de todos los entes
comunicacionales del Estado en los que se incluyen los MAC.
Que el Estado se dé a la tarea, largamente postergada, de mejorar, consolidar,
ampliar y dotar de infraestructura y tecnología de punta a su sistema de medios no es, en
sí misma, una iniciativa criticable. Lo censurable es que, lejos de responder a un
saludable interés por democratizar las comunicaciones y promover un sistema de
servicio público, el esfuerzo se corresponda, como abiertamente lo ha dicho el ministro,
con la intención hegemónica de la parcialidad política que circunstancialmente ejerce el
poder. En tal caso, no sería válido, entonces, referirse a un Sistema Público de Medios,
sino a un Sistema Gubernamental de Medios del cual las iniciativas comunitarias
pasarían a formar parte. En consecuencia, al ser puestos al servicio de una facción y
constituirse en altavoces gubernamentales, los MAC vulneran los principios que les
otorgaban sentido y legitimidad.
Pero, ¿a través de cuáles estrategias se fragua su adhesión al gobierno? Dos
mecanismos destacan por su importancia. El primero, la legalización de su operación
mediante el otorgamiento de frecuencias; el segundo, el financiamiento para la compra
de los equipos, entre otros rubros de importancia no menor. En ese sentido, es necesario
recordar que en las décadas pasadas, salvo algunos gobiernos regionales o alcaldías, a
través de tímidos aportes, no existían instancias del Estado que estimularan medios con
perfil comunitario y la mayoría de ellos dependían del trabajo voluntario, de la
protesta por la censura impuesta por ese canal.
13
cooperación internacional e, incluso, de una publicidad artesanal que, más que de un
interés comercial, era expresión de solidaridad.
Hoy, por el contrario, el financiamiento público es considerable. A mediados del
año 2006 las cifras oficiales de Conatel permitían constatar que en apenas dos años
(2004-2006) un total de 108 emisoras de radio y TV comunitaria recibieron cerca de
cuatro mil millones de bolívares para la adquisición de equipos, capacitación,
adecuación de la infraestructura e, incluso, para la constitución de las fundaciones que
los gestionan.
Recursos ejecutados entre 108 Fundaciones por el Fondo para el Desarrollo de las Emisoras de Radiodifusión Sonora y
Televisión Abierta Comunitaria de Servicio Público sin Fines de Lucro. Período 2004 – 2006.
Aunque no se disponga de cifras actualizadas, el titular del MinCI anunció para
este año28 una inversión de ocho millones 256 mil bolívares fuertes, los cuales se
repartirían entre 180 medios, vale decir, el doble del bienio 2004-2006. Igualmente,
informó que 69 colectivos de producción audiovisual comunitaria habían recibido más
de un millón quinientos mil bolívares fuertes en equipos, provenientes de la corporación
cubana Copextel, dotación contemplada en el Convenio de Cooperación Integral Cuba-
Venezuela suscrito por su despacho en el año 2005.
A pesar de que tengamos como tarea pendiente un minucioso análisis de
contenido y un amplio monitoreo radioeléctrico que nos permita definir con precisión la
tendencia de los MAC, su mayoritaria adhesión al gobierno es un hecho bastante
notorio:
En esta hora clave de la vida nacional, en la que la lucha ideológica/comunicacional constituye el escenario fundamental en el que se libra la gran batalla por la defensa del proceso bolivariano y por la instauración de las bases de la sociedad socialista del siglo XXI, el Movimiento que integra y articula a los Medios Alternativos y Comunitarios
28 Vale apuntar que tal anuncio correspondería a Conatel, ente del cual dependen estos medios para su operación y financiamiento. Al MinCI sólo le compete su dirección estratégica.
14
tiene que erigirse en vanguardia comunicacional del pueblo venezolano. En cada comunidad, en cada localidad, en cada municipio y a nivel nacional, para abatir las pretensiones mediáticas, regresionistas y hegemónicas de las élites lacayas, de la oligarquía mediática traidora y del imperialismo estadounidense29.
De allí la confiada expresión del ministro Izarra quien, ante un comentario sobre
la “acriticidad” de los medios alternativos replicó: “¿Acríticos?...qué va, si ellos están de
frente con el proceso”.30 Esta perniciosa simbiosis entre los MAC y el gobierno se
expresa también con nitidez en gestos como los de este funcionario quien, desde que
retomó esta cartera a principios de este año, transmite su programa de radio
“Comunicación en Tiempos de Revolución” desde emisoras comunitarias.
Dentro de lo que el despacho de comunicación califica como “la nueva etapa del
programa”, que comenzó el 14 de febrero pasado, se han realizado hasta ahora (mayo
2008) seis emisiones. La primera se produjo desde Radio Chuspa 102.9 FM, en el
estado Vargas, y fue difundida en vivo por Radio Nacional de Venezuela y YVKE
Mundial. El martes 19 de febrero, apenas cinco días más tarde, le tocó el turno al
"Colectivo Radiofónico de Petare" 91.5 FM, en el estado Miranda. Durante los meses de
marzo y abril se realizaron sólo dos programas, uno por mes. El de marzo fue radiado
desde Guachirongo 98.5 FM, emisora ubicada en la comunidad de San Agustín en
Barquisimeto, estado Lara, el martes 11; el de abril se produjo desde Aborigen 92.7 FM,
con asiento en Güigüe, estado Carabobo. Luego de tres semanas de ausencia, en mayo
se produjeron dos emisiones. Una por la frecuencia de Radio Rebelde, 91.5 FM de
Caracas, en transmisión conjunta con el canal informativo de Radio Nacional de
Venezuela 6.30 AM y YVKE Mundial, el martes deis de mayo; y otra el lunes 12,
desde La Voz de Guaicaipuro 102.9 FM, ubicada en el municipio Carrizal del estado
Miranda.
Hasta este punto del balance, que podría apenas ilustrar el intenso recorrido de
un “servidor público” interesado en consolidar una de las puntas de lanza de su gestión,
el Sistema Público Nacional de Comunicación Popular, Alternativa y Comunitaria, no
tendríamos nada que objetar. Sólo que, si analizamos su determinación a la luz de lo
29 Declaración de la Asamblea Nacional Constituyente del Movimiento Nacional de Medios Alternativos y Comunitarios. Caracas, 09 de marzo de 2008. http://alainet.org/active/22894&lang=es30 Entrevista realizada el 22 de febrero en el programa “Diálogo Abierto” conducido por Jorge Arreaza en Venezolana de Televisión.
15
que persigue - según un documento difundido por el ministerio- “hacer consciente a
nuestro pueblo del logro de la Revolución Bolivariana”31, es preciso señalar que tal
objetivo contraviene lo establecido en el Reglamento de Radiodifusión Sonora y
Televisión Abierta Comunitaria de Servicio Público, sin fines de lucro (Decreto No.
1.521 del 8 de enero de 2002) el cual en su artículo 26, numeral 6, señala que las
mismas se abstendrán “absolutamente de transmitir mensajes partidistas o proselitistas
de cualquier naturaleza”.
Aunque pudiera pensarse que el propósito esbozado en el citado documento del
MinCI es sólo declarativo, y aún así sería grave, al escuchar los programas, disponibles
en el portal del ministerio, así como la divulgación que se hace de ellos a través de
boletines de prensa de carácter oficial, es legítimo pensar que estamos frente a algo más
que sólo intenciones. Durante el primer programa, transmitido desde Radio Chuspa
102.9 FM, el ministro alabó la estupenda labor de la emisora en la Parroquia Carruao
del Estado Vargas pues allí había ganado el Sí (se refería al proyecto de reforma) con un
67,19 por ciento de los votos, a lo que su interlocutor replicó complacido: “De hecho,
fue Agustín Camacho, Secretario General de la Fundación Comunitaria, el que liderizó
la campaña porque es el delegado del PSUV en la parroquia que está compuesta de ocho
batallones”.
Al parecer, tanto el ministro como los gestores de la emisora desconocen o hacen
caso omiso a lo dispuesto en el artículo 22 (de las incompatibilidades) del Reglamento
de Radiodifusión Sonora y Televisión Abierta Comunitaria de Servicio Público, sin
fines de lucro, el cual establece que:
No podrán ser autoridades u órganos de dirección, administración y control de las fundaciones comunitarias, así como tampoco intervenir en las mismas en forma directa o indirecta las siguientes personas: 1. Funcionarios públicos que ostenten cargos de alto
31 El documento del cual se extrajo esta cita, titulado “Sistema Público Nacional de Comunicación Popular, Alternativa y Comunitaria” y que supuestamente recoge los resultados de una consulta pública realizada por el MinCI a través de 13 Encuentros Regionales realizados durante el mes de marzo, estuvo disponible en el sitio web del ministerio la última semana de abril y fue súbitamente retirado. A finales de mayo a través de la misma dirección http://archivos.minci.gob.ve/doc/doc_sncpacvf.doc se accede a otro evidentemente más elaborado. Esta nueva versión establece que el Sistema “no está destinado a promover versiones oficiales, ni procura la institucionalización de los proyectos comunicacionales, sino a favorecer la decisión de particulares, de comunicadores populares en su pluralidad, para la construcción del poder comunicacional del pueblo”, y se propone “el fortalecimiento de la organización social como medida para la creación e impulso de mecanismos de interrelación de los actores, a fin de construir una comunicación revolucionaria y de respuestas efectivas ante la arremetida del imperio y la guerra mediática”.
nivel. 2. Militares activos. 3. Dirigentes en cualquier nivel de partidos políticos o grupos de electores…” (Las cursivas son nuestras).
Y el de Radio Chuspa un caso único. El presidente de la Fundación Minumboc
que opera Radio Minumboc 104.9 de Trujillo, Antonio Torres, es precandidato a la
alcaldía de Carache en las filas del PSUV y no hace falta traspasar la puerta de la
emisora para identificar su parcialidad. Cuestionado sobre la incompatibilidad que
supone el ejercicio de ambos roles, responde que renunciará a la presidencia de la
fundación “en caso de ser nominado”, pero en su condición de Presidente de la Red
Venezolana de Medios Comunitarios advierte que impulsarán la reforma del reglamento
porque lo consideran excluyente: “la militancia política no puede restringir nuestros
derechos; además, una cosa es que yo sea dirigente del PSUV y candidato a alcalde y
otra que use la emisora para hacer propaganda”.32 Por lo pronto, es legítimo registrar
que el texto legal se está vulnerando y, sobre todo, preguntarse ¿qué ente vela por su
cumplimiento?
Pero terminemos la revisión de los programas del titular del MinCI. El quinto se
produjo el martes seis de mayo y estuvo especialmente dedicado a analizar el referendo
sobre el estatuto autonómico del departamento boliviano de Santa Cruz. En vivo se
sacaron al aire, sin ningún tipo de matiz y/o contraste, opiniones como las de Miguel
Faría, de la radio comunitaria “Nuevo Día” quien alertó (tal y como lo sugirió el
Presidente Chávez en el Aló Presidente de ese domingo) que una “situación similar
podría estar enfrentando nuestro país en los estados Zulia, Mérida y Barinas, razón por
la cual es necesario fortalecer las alcaldías y gobernaciones de esas regiones”, lo cual
dio pie al ministro para agregar: “Al gobernador cipayo del estado Zulia –de la
organización Rumbo Propio– le advertimos que no logrará su cometido. Señores, no se
equivoquen: El único rumbo es la Revolución Bolivariana”.
Como vemos, los argumentos que permiten sostener la tesis de que los MAC han
sido puestos o están (el resultado es el mismo) al servicio del proyecto hegemónico del
gobierno son abundantes y abrumadores. Pero esa es sólo una de las aristas de un
problema no sólo complejo, sino difícil de analizar mientras ocurre. Nos valdremos
justamente de lo que ocurre en Bolivia para plantear otros dos asuntos que no queremos
32 Entrevista personal, 31 de mayo de 2008
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pasar por alto al analizar la intervención oficial en los medios comunitarios: las
reacciones que ello provoca en los colectivos que los agrupan y el reclamo por una
comunicación alejada de simplificaciones.
Las corrientes de fondo
De acuerdo con Erick Torrico33, periodista boliviano que preside la Asociación
Latinoamericana de Investigadores de la Comunicación (ALAIC), a las tradicionales
emisoras comunitarias de su país, cerca de 350 que venían operando clandestinamente y
eran resultado de un auténtico esfuerzo de grupos sociales y comunitarios, se les cambió
“el lugar de enunciación” al ser legalizadas mediante concesiones y agrupadas en una
red que recibe apoyo financiero del gobierno.34 Según el investigador, de las 30
anunciadas sólo han sido creadas cinco que, por lo demás, no son reconocidas como
comunitarias por sus pares.
Estas señales de resistencia, afortunadamente, comienzan también a presentarse
en nuestro país. A pesar de la voluntad y del empeño del gobierno, en este sector es
posible distinguir diversas tonalidades y algunas emisoras comienzan a expresar sus
deseos de autonomía. Puesto que dependen, como el caso de las radioeléctricas, de la
habilitación de Conatel para operar la frecuencia del espectro y, en casi la totalidad de
los casos, también del financiamiento estatal, no es difícil deducir que ello no les resulte
sencillo, pues como apunta Alfonso Gumucio35, cuando el Estado proporciona el apoyo,
también condiciona los contenidos y/o ejerce una censura velada o abierta. Como
hemos dicho en párrafos precedentes, la falta de un diagnóstico exhaustivo nos impide
afirmar que éste sea el caso de los venezolanos, al menos como directriz uniforme,
aunque su mayoritaria adhesión al gobierno -como hemos sostenido- sea un hecho
notorio y luzca, por decirlo de alguna forma, como un “pacto de mutua conveniencia”.
33 Delgado F., Carlos (2007). “Comunicación y desarrollo entre preguntas abiertas”, en la revista Comunicación No. 137 , Primer Trimestre 2007. Editada por la Fundación Centro Gumilla. Venezuela, pp.90-94.34 Del gobierno boliviano y del venezolano.35 Gumucio, Alfonso (2006). “La televisión comunitaria. Ni pulpo, ni púlpito: pálpito”, en Etcétera (56-67).
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Sin embargo, los contradictorios grises, aunque imperceptibles en un principio,
siempre emergen como evidencia de las complejidades de unos escenarios que algunos
preferirían imperturbables, sin corrientes de fondo. Mientras el gobierno pone énfasis
en la cohesión de los MAC en torno a sus propósitos, gestores de algunos medios de
larga tradición empiezan a expresar diferencias que se advierten, incluso, en los
términos que se utilizan. Por ejemplo, algunos en vez de referirse a comunicación
comunitaria o alternativa, prefieren hablar de una comunicación de intermediación
social36 .
Hasta inicios de este año, la mayoría de los ellos se agrupaba en dos redes: la
Red Venezolana de Medios Comunitarios (RVMC), constituida en 1999 y hasta hace un
año representante de Venezuela en la Asociación Mundial de Radios Comunitarias
(AMARC) 37y La Asociación Nacional de Medios Comunitarios, Libres y Alternativos
(ANMCLA), creada en el año 2002.38 Aunque ambas organizaciones mantenían un
perfil propio, habían venido actuando sin fricciones hasta que el otorgamiento de cinco
mil millones de bolívares ofrecido por el Presidente de la República a finales del 2002
abre una fisura entre ellos. Mientras la RVMC sostenía que el aporte financiero, de
acuerdo con lo dispuesto en el Reglamento, sólo debía otorgarse a los medios
debidamente habilitados, la ANMCLA proponía que se asignara una proporción para
aquellos que, aún sin habilitación, se inscribían “en lo que hemos llamado junto al
Compañero Presidente y el MINCI, el Sueño Bolivariano”. 39
36 Término acuñado por José Ignacio López Vigil, conocido, entre otros aportes, por la construcción de la Red Latinoamericana de Radios para una Cultura de Paz y por publicaciones de alto impacto en el movimiento de medios comunitarios como el Manual Urgente para Radialistas Apasionados y Ciudadana Radio. López Vigil estuvo en Veenzuela en octubre del año 2005 para dictar un taller de Producción Radiofónica a 50 colectivos del occidente del país. En esa oportunidad subrayó la importancia de que los medios auspiciados por el Estado no fueran emisoras privadas con fines de lucro, ni voceros exclusivos del gobierno, sino instancias de la colectividad con capacidad crítica.37 La AMARC es una organización no gubernamental internacional sin fines de lucro al servicio del movimiento de la radio comunitaria fundada en 1983. En América Latina y el Caribe comenzó a operar en 1990 y en la actualidad cuenta con representación en 18 países. LA RVMC perteneció a AMARC hasta el mes de abril de 2007 cuando, según Antonio Torres, una declaración inconsulta de ésta en relación con el caso RCTV los llevó a renunciar a su membresía. Ver la declaración de AMARC en http://www.wacc-al.net/noticias/carta_amarc.html38 Según documento disponible en su sitio web http://www.medioscomunitarios.org/ ANMCLA es un movimiento social revolucionario, una instancia organizativa que fomenta, articula y defiende procesos de comunicación comunitaria, libre y alternativa.39 http://www.medioscomunitarios.org/pag/index.php?id=33&idn=76
A partir de ese impasse y de las acusaciones en contra de la RVMC, cuyos
directivos fueron descalificados con epítetos como los proferidos por el Presidente de la
Republica en contra de sus opositores (escuálidos, golpistas, etc.), los afiliados a ésta
divulgaron un comunicado en el cual, aunque reafirman su adhesión al “ideal
bolivariano”, desmarcan posiciones40:
Somos radios comunitarias y ciudadanas y nos oponemos a ser el brazo de partido político alguno (…) Rechazamos el pensamiento único, el centralismo democrático y el foquismo político e intelectual (…) La Red Venezolana de Medios Comunitarios reafirma su apego y apoyo al ideal bolivariano que signa el proceso político venezolano y reitera su indoblegable búsqueda por integrar a todas las radios y televisoras comunitarias en un solo movimiento de movimientos por y para Venezuela.41
Pero las divergencias no se observan sólo entre estas dos organizaciones. A lo
interno de la ANMCLA también comienzan a percibirse orientaciones encontradas.
Hace un año, en ocasión de una revisión que hiciéramos para un ensayo sobre esta
misma cuestión42, en su portal un afiche alusivo a la “victoria popular” del presidente
Hugo Chávez ocupaba lugar destacado. Hoy, aunque allí sea posible encontrar
innumerables declaraciones a favor del “proceso”, también se ha hecho evidente una
corriente que comienza no a esquivar los intentos de control sino a reclamarlos para sí.
Una imagen con el lema “Construyendo un sistema público de comunicación en manos
de las comunidades” es el vínculo hacia una serie de videos que llaman la atención
sobre la necesidad de incidir en la reforma de la ley orgánica de telecomunicaciones que
“el gobierno intenta hacer sin consultarnos”.
En una entrevista, Francisco Pérez, representante de Radio Activa FM de La
Vega, reclama para los MAC mayor acceso a dos preciados bienes, el espacio
radioeléctrico y la pauta publicitaria del Estado: el 33,33 por ciento de cada uno. Sus
palabras incluso tienen un acento retador:40 http://www.comcosur.com.uy/edi_anter_Recosur/2005/16-05/recosur_bol_otros.htm41 De acuerdo con sus estatutos, la RVMC es una ONG que tiene como finalidad asumir la coordinación, consulta, intercambio y promoción de las actividades llevadas a cabo por los medios de comunicación comunitarios venezolanos. Tiene como misión promover la consecuente democratización de las comunicaciones para favorecer la libertad de expresión, información y opinión, y contribuir al desarrollo equitativo y sostenible de la sociedad venezolana. En la actualidad cuenta con 87 asociados, agrupados en nueve redes regionales: Bolívar, Nueva Esparta, Barinas, Zulia, Lara, Yaracuy, Trujillo, Mérida y Táchira. Según Antonio Torres, su presidente, se asumen como el gremio interlocutor de las asociadas con los entes gubernamentales.42 Urribarrí, R (2007). “Medios comunitarios: el reto de formar (se) para la inclusión”, en revista Comunicación No. 137, Primer Trimestre 2007. Editada por la Fundación Centro Gumilla. Venezuela, pp. 48-53
20
Esto es una lucha de poder. Nosotros defendemos nuestra construcción desde las comunidades y las televisoras del estado defienden su construcción política desde el Estado. ¿A quiénes se les aplican las políticas? A la población en general, por lo tanto nosotros tenemos derecho a revisarla, a contradecirla, a reformarla, por algo somos poder constituyente, no somos poder constituido (…) Ellos tienen el poder, nosotros queremos construirlo, queremos que se nos oiga, que se nos tome en cuenta (…) No nos nieguen los espacios porque de una u otra forma nosotros vamos a conseguir nuestros objetivos.43
Adicionalmente, otro signo de diferenciación se suma. En marzo del año 2007,
con el argumento de que se había convertido en una suerte de “cartel burocrático”, un
número importante de medios y colectivos decidió separarse de la ANMCLA. Reunidos
en Charallave, redes de emisoras comunitarias de Mérida, Carabobo, Nueva Esparta,
Trujillo, Anzoátegui, Falcón y Miranda divulgaron un comunicado en el que abogan
por un sistema público de telecomunicaciones “en manos de las comunidades como
plataforma de lucha social impulsado desde las bases, por encima de instancias
formales, conservadoras y hegemónicas que pretenden administrar el esfuerzo y las
luchas de nuestro pueblo, en beneficio de intereses que excluyen, deforman y secuestran
el poder genuino y constituyente” 44
Según el manifiesto, la ANMCLA marcha por un modelo en el que prevalecen
vicios y distorsiones como el manejo discrecional de los beneficios y por ello
los firmantes no avalan “ningún tipo de documento, acción, acuerdo, convenio o alianza
con organismos o instituciones publicas o privadas, nacionales o internacionales para
presentar proyectos y obtener recursos, beneficios o prebendas, utilizando el trabajo de
las fundaciones, medios impresos, emisoras comunitarias y redes responsables de esta
declaración”.
Al igual que en su oportunidad hiciera la RVMC, también este conjunto de colectivos marca distancia:
Nos negamos a reproducir en el seno de nuestras organizaciones populares toda forma de relación de poder que combatimos; repudiamos la costumbre de perseguir y destruir a quienes nos adversan, por ser una intolerable negación a los principios de la democracia de calle que nos unieron; luchamos por una organización de base sin intermediación burocrática y sin representaciones arbitrarias que pretenden administrar todas nuestras luchas castrando la iniciativa y la creatividad de activistas comunitarios y colectivos con arraigo territorial; es una responsabilidad y un deber con nuestros compañeros propiciar una revisión participativa y crítica, región por región, con el concurso de las redes,
estado por estado, para fortalecer las experiencias logradas sin desdibujar el rumbo social que nos convocó.
Una de las organizaciones signataria de este documento es la Red Interactiva de
Radio Comunitaria de Mérida (REIRME) que agrupa doce emisoras ubicadas en diez
municipios de este estado. Uno de sus voceros es David Berríos, educador y periodista,
miembro fundador del colectivo “El Convite” en 1985, y de la Escuela Andina de
Comunicadores Populares “Mario Kaplún”, en 1988; ex titular de la Dirección Nacional
de Medios Comunitarios del MinCI en el período 2004-2005 y actualmente coordinador
del programa de Comunicación Social de la Universidad Bolivariana de Venezuela,
núcleo Mérida.
Con amplio conocimiento de los MAC, Berríos45 no duda en afirmar que en ese
sector “se observa una degeneración”, pues “quienes creemos en la comunicación como
instrumento para legitimar, promover y consolidar la organización popular no podemos
estar supeditados a los intereses de quienes tienen la potestad de otorgar licencias y
financiamiento”.
Existen unas redes –denuncia– que “no son ni alternativas ni comunitarias sino
parapetos diseñados con el fin de obtener recursos económicos”. En Caracas -asegura-
“tres o cuatro personas manejan cerca de 20 medios impresos que sólo son pretextos
para facturar publicidad; lo que insertan allí son boletines de prensa de los ministerios y
nada que tenga que ver con comunidades porque esos medios no obedecen a ningún
trabajo comunitario”.
Aunque se confiesa “casado irrestrictamente con el proceso revolucionario”, el
vocero de REIRME no deja de cuestionar las políticas del MinCI de las cuales, además,
le tocó ser promotor: “Allí me di cuenta de que una cosa es el poder que se maneja en
Caracas, en el ministerio y en las organizaciones que se mueven allá, surgidas muy de
repente, y otra muy distinta lo que uno vive en la provincia donde tiene años
trabajando”, opinión compartida por Carlos Krisch, fundador de la emisora Pedregal
107.5 FM de Mérida, quien se inclina por una organización como la RVMC, “donde
existe mayor pluralismo y la provincia está mejor representada a través de las
coordinaciones regionales”.46
45 Conversación personal, 17 de mayo de 2008.46 Conversación personal, 24 de mayo de 2008.
22
A juicio de Berríos, “nuestro trabajo no se reconoce y el gobierno no entiende
que lo que hacemos tiene un profundo sentido político”. Cuando se le pregunta si no
considera esa presunción un tanto ingenua, no concede ni refuta; prefiere subrayar que
lo importante, en todo caso, es que “la apertura ha permitido la toma de conciencia de
mucha gente que se ha apropiado de su voz”.
Para la red que representa, los MAC tienen el deber de contribuir con la
transformación de la sociedad y de hacerla inclusiva, lo cual en el campo de las
comunicaciones significa hacer realidad cotidiana el artículo 19 de la Declaración
Universal de los Derechos Humanos, “lo cual no les impide ser solidarios con el
proceso bolivariano”.
La óptica de este comunicador y educador, como es lógico deducir por su
trayectoria, se corresponde con las enseñanzas de Mario Kaplún, fuente de inspiración,
no sólo del colectivo “El Convite” sino de muchos otros grupos populares de
comunicación venezolanos y de América Latina. De hecho, unos de los propósitos de
REIRME es desarrollar planes de capacitación en comunicación educativa, los cuales
“no tuvieron acogida en el MinCI, al menos en los términos como nosotros los
planteamos”.
La obra de Kaplún, sin embargo, efectiva en cuanto al propósito de promover la
apropiación de mensajes y medios por parte de las comunidades populares, como vía
para la transformación de las relaciones sociales, como señala el investigador Jesús
María Aguirre47, deja algunas incógnitas sin resolver que hoy, a la luz de esta
exploración y en contraste con este tipo de discursos, claramente nos interpelan: la
contraposición poder-comunidad, pues “sin una teoría social y política al respecto que
distinga el poder como dominación del poder como servicio, el término queda
satanizado y la única acción posible sería no ya la del contrapoder, sino la del puro
antipoder”; y la que esboza en forma de una interrogante que invita a la reflexión: “¿Son
transferibles las condiciones igualitarias del diálogo interpersonal y/o grupal, propicias
para la convivencia comunitaria, a otras escalas de la dinámica social?”
47 Aguirre, Jesús M. (2005).” De la práctica comunicativa a la educomunicación para la ciudadanía: El periplo venezolano de Mario Kaplún”, en revista Comunicación No. 131, Tercer Trimestre 2005. Editada por la Fundación Centro Gumilla. Venezuela, pp. 18-26.
23
No es éste el lugar para las disquisiciones que supondría ahondar en estos
asuntos, pero sí el de anotar que mientras algunos alejamientos ocurren también se
producen cercanías. Entre ellas la del Instituto Radiofónico Fe y Alegría (IRFA) y la
RVMC, organizaciones que en el año 2006 decidieron unirse para concebir juntos un
proyecto comunicacional que apuesta por la democratización de los medios y la
vigencia del derecho a la libertad de expresión. El proyecto, que sería avalado por la
Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica y AMARC, incluía talleres de
formación, programas y materiales radiofónicos que serán trasmitidos por ambas redes.
Al momento de redactar este texto conocimos48 que la ruptura de la RVMC con
AMARC había abortado esos planes, aunque el presidente de la RMVC no descarta que
se puedan concretar “entre nosotros, sin la mediación de AMARC, porque reconocemos
la solvencia del IRFA”. Este hecho, por demás lamentable, no sólo revela los acuerdos
y diferencias que se viven en el seno de los MAC, sino que permite vislumbrar otro tipo
de experiencias, como la de Radio Pedregal 107.5 FM de Mérida, que se han ganado sin
mezquindades el respeto de sus pares.
Esta emisora, cuyo lema es “Todas las voces por la paz”, fue la primera
comunitaria en recibir habilitación por parte de Conatel el 01-08-2002 y, según nuestra
apreciación, una propuesta interesante debido a las estrategias organizativas y de
producción que desarrolla, estrechamente vinculadas con la comunidad de la zona,
especialmente con los jóvenes y los niños.49 Aunque se denomina “Fundación
Comunitaria Radio Fe y Alegría 105.7 El Pedregal”, legalmente no es miembro de esa
red. Su vinculación con el movimiento viene dada por la huella que éste dejara en
Carlos Krisch, uno de sus fundadores. A pesar de que recibe un importante apoyo
consistente en equipamiento, espacio físico y pago de una parte de su personal, Pedregal
no sigue las directrices de Fe y Alegría. Como señala Javier Barrios, “se inspira en
nuestra filosofía y la coloca en la comunidad de manera autónoma”.
¿La alternativa? Un servicio público de calidad
48 Entrevista a Javier Barrios, Coordinador de la Comisión de Acción Pública del IRFA.49 Entre sus proyectos destaca el de voceros escolares, gracias al cual niños de quinto y sexto grado de cinco escuelas de la zona, con la ayuda de sus docentes y la capacitación radiofónica a cargo de la emisora, realizan programas radiales que son transmitidos cuatro días de la semana.
24
Pero en otro orden de ideas, más allá de la postura político-partidista a la que adhieran
los MAC, otro elemento que cobra importancia en estas reflexiones es uno
estrechamente vinculado con la formación de sus hacedores: la calidad. Hace cuatro
años un diagnóstico realizado por Cristóbal Alva50 puso sobre el tapete este punto. De
acuerdo con nuestra lectura, con un titular en forma de interrogación (“Las redes de
comunicación popular en Venezuela ¿populares? ¿alternativas? ¿comunitarias?”), el
periodista, aunque tibiamente, cuestiona la parcialidad que profesan justamente por las
consecuencias que trae, entre ellas la simplificación del discurso. De allí, suponemos, la
exhortación que hace para “profundizar modos de tratamiento de los contenidos que
permitan aproximarse más a las ricas valoraciones presentes en las culturas populares,
orientación hasta ahora algo relegada por la beligerancia política (neurosis de la
coyuntura)”. (Las cursivas son nuestras).
De las consideraciones de Alva es posible inferir que existe conciencia acerca de
la necesidad de ofrecer información no sólo más cercana al mundo de vida comunitario,
sino responsable y de calidad, independientemente de los compromisos políticos que se
puedan tener. Porque una cosa es esgrimir una postura política, por demás legítima; y
otra, muy distinta, la mediocridad, según aprecia un lector/autor como Rafael Uzcátegui,
quien desde su pertenencia a una iniciativa de corte alternativo se pregunta con
preocupación: ¿Son alternativos los medios alternativos?
Para Uzcátegui, “de nada sirve tener medios propios para difundir lo que otros
omiten, si los contenidos no son cualitativamente diferentes”. Como resultado de un
despiece del seguimiento que hizo el portal rebelion.org sobre el asesinato del fiscal
Danilo Anderson, Uzcátegui concluye que los MAC tienen una cuenta pendiente por
saldar: “una discusión seria y de nivel sobre si deseamos hacer un periodismo realmente
distinto –con todo el compromiso que se quiera– (…) o solamente utilizar las noticias
como armas para legitimar a toda costa la expresión política que sustentemos”.51
En medio de la situación de grave polarización que padecemos, es válido hacer
extensivo el reclamo de Uzcátegui al periodismo en general, pues las perniciosas
prácticas que cuestiona, entre otras: la falta de contraste entre versiones encontradas, la
50 Alva, Cristóbal (2004). “Las redes de comunicación popular en Venezuela ¿populares? ¿alternativas? ¿comunitarias? “, en http://gerenciasocial.org.ve/bsocial/bs_03/bs_03_pdf_point/jueves/redes_ca.pdf51 http://lists.indymedia.org/pipermail/cmi-venezuela/2005-February/0214-o9.html
argumentación de puntos de vista con base en consignas, la reducción deliberada del
lenguaje, la contextualización sesgada o tendenciosa, la selección de fuentes de acuerdo
con un filtro ideológico, la carencia de investigación, el nulo seguimiento de las
denuncias y, sobre todo, la renuencia de los comunicadores a aceptar críticas sobre su
desempeño, no son -lamentablemente- únicamente atribuibles a los medios
comunitarios.
La pérdida de credibilidad de los medios de comunicación, tanto públicos-
estatales como privados, obliga a quienes gestionan a los MAC a una revisión de fondo
sobre su quehacer a la luz de uno de los aspectos que destacan de su larga tradición,
como es el de poner en la agenda pública temas que pasan desapercibidos para los
demás medios, independientemente de las razones: desde la falta de espacio hasta la
existencia de intereses subalternos. A nuestro juicio ese es un punto clave: la agenda
temática. Pero además de ello, de interrogarse sobre si responden o no a las
expectativas informativas y a las necesidades de comunicación de las comunidades en
las que se insertan (o deberían insertarse) y dicen ser expresión, deberían también poner
una lupa sobre sí mismos y examinar con honestidad si están construyendo, con
profesionalismo y ética, discursos verdaderamente alternos, pues el deber de los medios
-de cualquier medio, vale acotar- y de los comunicadores “es enriquecer la información
que se brinda a los públicos, ayudarlos a desarrollar sus propias capacidades y
habilidades para usar la información y, principalmente, impulsar su capacidad
argumentativa para formarse una opinión propia y sustentada”52
En algún pie de página hicimos mención al divorcio entre académicos y
activistas señalado por la investigadora peruana Rosa María Alfaro. En Venezuela, la
explosión de los MAC obliga a una investigación rigurosa del fenómeno. Por lo pronto,
tanto el Programa de Comunicación Social como el de Gestión Social del Desarrollo
Local de la Universidad Bolivariana de Venezuela, a través de la unidad curricular de
Comunicación Alternativa y Medios Comunitarios, lo ha incluido como objeto de
estudio. Aunque los programas adolezcan de una bibliografía exhaustiva y pertinente, y
esbocen consideraciones un tanto falaces y arbitrarias, debemos reconocer que plantean
un reto significativo, pues independientemente de la perspectiva que esgriman al menos
52 Camacho, Carlos (2007).” Cultura de transparencia: El derecho humano a la información en el desarrollo de la ciudadanía comunicativa en Bolivia (1997-2007)”, en http://www.geocities.com/carcam2000
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proponen el registro, sistematización y análisis de las experiencias en curso a fin de
conocer su impacto en los procesos de participación ciudadana. Universidades de larga
data, como las católicas Cecilio Acosta y Andrés Bello, la primera con la carrera de
comunicación social mención en desarrollo social, y la segunda con un programa de
maestría en comunicación y desarrollo; así como también la UCV, que ofrece tanto la
especialización como la maestría en esa misma área, ciertamente tendrían mucho que
aportar en esa dirección. Sin descontar otros programas de comunicación social, como el
la Universidad de Los Andes, que cuenta con cátedras afines como electivas.
Consideraciones finales
En primer lugar queremos subrayar que, aunque son puntos cardinales, en estas
reflexiones hemos dejado fuera los atinentes a la sostenibilidad económica, técnica y
organizativa de los MAC, vinculados con la legislación (vigente y por discutir), un
entramado complicado cuyo abordaje implicaría un análisis pormenorizado y, por
supuesto, otro espacio
También queremos dejar constancia de que no sólo es muy difícil comprender
los hechos mientras transcurren, sino colocarse frente a ellos de manera absolutamente
neutra. El sesgo que se observa en los medios alternativos venezolanos nos lleve a
coincidir con la investigadora peruana Rosa María Alfaro53, quien ha advertido que el
sujeto popular debe ser interpelado desde sus valores y prácticas, pues en palabras de
Mario Kaplún: “tan mal lo aman quienes, desde sus castillos de élite, ignoran y
desprecian sus profundos valores, como quienes exaltadamente lo declaran depositario
de todas las virtudes y poseedor de toda la sabiduría” 54
Ciertamente, nos encontramos en medio de un proceso político y sociocultural
pleno de contradicciones donde agudas tensiones tienen lugar, pero en medio de ese
contexto resulta esperanzador que al menos algunos colectivos, de cara a las urgentes
demandas sociales que no cesan, sigan manifestando el compromiso que les dio origen y
53 Caracas, enero de 2007.54 En Aguirre, JM. Op.cit., pp. 23.
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se propongan cualificar su quehacer a través de estrategias de formación para la cuales,
indudablemente, necesitan de un acompañamiento calificado.55
Especialmente en medio de un clima de polarización como el que padecemos, la
formación es una tarea urgente, sobre todo si la entendemos no sólo como la
capacitación en aspectos instrumentales, sino como “la posibilidad de entender al otro
desde sus puntos de vista”56, de lo cual emerge la necesidad de que los protagonistas de
estas experiencias, como ya hemos dicho, reflexionen seria y honestamente sobre sus
prácticas comunicativas en cuanto a su equilibrio y equidad.
Cualesquiera sean las causas que originan el giro que se observa en los MAC
venezolanos éste resulta inconveniente. No sólo porque al actuar como propagandistas
retroceden a prácticas comunicacionales ya superadas por improductivas (al menos en el
contexto y con los fines que venimos aludiendo), sino porque tanto desde la reflexión
teórica como desde la experiencia ganada en otros contextos que bien podrían servirnos
como referencia,57 en medio de la crisis que estamos viviendo, marcada por la
desintegración social, se vislumbra la necesidad de promover estrategias
comunicacionales dirigidas a crear y a fortalecer los lazos sociales, en vez de mayor
fragmentación.
Creemos que uno de los principales desafíos que tienen por delante los MAC es
el de repensarse y reinventarse en atención al contexto en el cual se insertan y actúan, un
entorno altamente marcado por lo mediático donde, gracias a la explosión tecnológica
que ha multiplicado las fuentes de emisión, se generan y se fundan nociones claves para
la convivencia democrática como la de ciudadanía, entendida como el ejercicio de una
política cotidiana que tiene lugar en distintas dimensiones de la vida social.58
55 Uno de los propósitos de la Dirección de Medios Alternativos y Comunitarios del MinCI es el desarrollo de planes formativos, pero de acuerdo con las tendencias que hemos detectado no es difícil pensar que puedan responder más bien a un propósito ideologizador.56 Gadamer, H-G. (1998). Arte y verdad de la palabra. Editorial Península. España57 Nos referimos concretamente al colombiano donde el movimiento de medios comunitarios ha sido forjado desde la base social y no como el nuestro, auspiciado por el Estado-gobierno. Una de las redes más activas e interesantes es Sipaz http://www.sipaz.net/sobrenos.shtml animada por el colectivo Colombia Multicolor 58 Ideas esbozadas por Ramos, José (2006) “La radio comunitaria en México: lecciones aprendidas y claves para el futuro”. Santiago de los Caballeros (República Dominicana): Coloquio internacional sobre medios comunitarios, participación, sostenibilidad e identidad., en http://www.c3fes.net/
Tomando en cuenta la evolución de las concepciones sobre comunicación,59 nos
parece conveniente sugerir un cambio de denominación y referirnos a estos medios, no
ya como alternativos o comunitarios, sino como ciudadanos60, en el entendido de que
deben estar orientados a promover el desarrollo de nuevas y activas formas de
intervención en los asuntos públicos a través de una acción política dirigida a la
transformación de las instituciones, pues se trata de promover “una comunicación que
ayude a forjar otros equilibrios empoderando al ciudadano”61.
En esa dirección, si alguna tarea les es propia a los MAC venezolanos es la de
aprovechar la tierra yerma, no abonada adecuadamente ni por el Estado ni por el sistema
privado, y constituirse en una verdadera alternativa de servicio público, tal y como lo
establece el Reglamento que los regula. Medios con apoyo del Estado, pero sin sujeción
a los intereses de ningún gobierno. Medios con capacidad de influir en la definición y el
cumplimiento de políticas públicas ligadas a las demandas e intereses de la colectividad
- con base en un trabajo de búsqueda, tratamiento y divulgación de información serio y
responsable, vinculado con las localidades, pero en resonancia con entornos más
amplios- lo cual supone también el fomento de una sana cultura deliberativa dirigida a
impulsar la resolución de los conflictos y la generación de acuerdos que redunden en el
bienestar de las mayorías. De actuar según estos principios, consideramos que los MAC
conjurarían el riesgo de prestarse para inclinar la balanza hacia alguno de sus lados y
actuarían como el fiel de ella, situándose en el centro de los esfuerzos que animan la
construcción de una democracia plena basada en la justicia y la paz social.
59 Al respecto se recomienda leer el texto de Luis Ramiro Beltrán “La comunicación para el desarrollo en Latinoamérica, un recuento de medio siglo” en el cual se pasa revista al campo de conocimiento (comunicación alternativa, para el desarrollo y para el cambio social, entre otras denominaciones) dentro del cual se estudian las experiencias comunitarias, en htpp:// www.portalcomunicación.com/both/temas/lramiro.pdf60 Término acuñado por Clemencia Rodríguez (2001). Según la misma autora (2004), gracias al impacto que produjeron los sucesos de Chiapas y Seattle se produjo un renovado interés sobre los medios de comunicación ciudadanos, pero lamentablemente los investigadores y activistas que trabajan en este campo permanecen aislados, no sólo de los movimientos sociales, sino de los grupos que analizan las transformaciones que han traído las tecnologías de información y comunicación.61 Alfaro, Rosa María (2001). “Culturas populares y comunicación participativa: En la ruta de las redefiniciones”, en http://www.ourmedianet.org/papers/om2001/MariaAlfaro.om2001.pdf