-
CONTEXTO DE LA VIOLENCIA SOCIOPOLITICA Y EL
DESPLAZAMIENTO FORZADO
Este mdulo tiene por objetivo dar el marco contextual en el que
se expresa actualmente el desplazamiento forzado, sin perder de
vista los procesos estructurales y de larga duracin asociados a
ste. Hace un acercamiento al entendimiento del contexto de la
violencia sociopoltica en el pas teniendo en cuenta las distintas
explicaciones que se han construido. Presenta un anlisis de las
dinmicas y dimensiones del desplazamiento en el contexto de la
poltica de seguridad democrtica, teniendo en cuenta el debate en
torno a las cifras, las estrategias de la guerra y las nuevas
geografas y modalidades de las migraciones.
PARA EL DESARROLLO DE ESTE CAPITULO RECOMENDAMOS LEER:
ZULUAGA, Jaime. La guerra interna y el desplazamiento forzado.
En: Desplazamiento forzado: Dinmicas de guerra, exclusin y
desarraigo. ACNUR,Universidad Nacional de Colombia. 2004.
CODHES CONFERENCIA EPISCOPAL DE COLOMBIA. Desafos para construir
nacin. El pas ante el desplazamiento, el conflicto armado y la
crisis humanitaria. 1995-2005. CODHES, Bogot 2006. (Lectura
obligatoria pp.7- 61).
-
ROMERO, Marco. El desplazamiento en tiempos de seguridad
democrtica. En: PROCURADURA GENERAL DE LA NACIN- CONSEJO NORUEGO
PARA LOS REFUGIADOS. Territorio, patrimonio y desplazamiento
(seminario Internacional). Tomo 1. Cargraphics S.A., 2005, pp.
163-177.
I. DINAMICAS Y EXPLICACIONES DE LA VIOLENCIA SOCIPOLITICA Y EL
DESPLAZAMIENTO FORZADO
1. ASPECTOS HISTRICOS DEL DESPLAZAMIENTO EN COLOMBIA
En Colombia, contrario a lo que ocurre en muchos pases donde el
desplazamiento forzado est asociado a hechos de guerra especficos,
este fenmeno es un eje de pervivencia histrica, una realidad
recurrente y casi permanente de la historia nacional. El
desplazamiento hace parte de la memoria de familias y poblaciones y
se ha constituido en un eje vertebral de la conformacin territorial
del pas1. Autores como Hermes Tovar ubican este intermitente
movimiento forzado de gente desde el siglo XVI, cuando miles de
indgenas marchan lejos de las zonas disputadas por los
conquistadores, en busca de preservar su cultura. Desde entonces,
surge un mapa etnolgico confuso en el pas 2 .En el siglo XIX, la
guerra de independencia y las guerras civiles que enfrentan al dbil
Estado central con proyectos regionales, impulsan nuevas olas de
migrantes que intentan alejarse de las amenazas y la dominacin de
sus antagonistas. Una de estas olas migratorias significativas se
registra en 1898, bajo el marco de la guerra de los mil das 3.
Las migraciones forzadas se multiplican durante la violencia
bipartidista de mediados del siglo XX, cuando, segn algunos
investigadores, se desplazaron cerca de 400.000 familias
campesinas, fueron asesinadas aproximadamente 180.000 personas y
quedaron abandonadas cerca de 400.000 parcelas4. Se estima que 2
millones de personas huyen de las persecuciones y de la violencia
generada por los grupos armados legales e ilegales, que actan a
nombre de los partidos tradicionales 5. Esta migracin propicia una
modificacin
-
de la estructura agraria, basada en la expropiacin y la compra
de pequeas y medianas propiedades por parte de terratenientes y
empresarios agroindustriales 6. La Violencia genera desplazamientos
provenientes principalmente, de las zonas de minifundio en la regin
andina (Boyac, Cundinamarca, Santander, Tolima, Risaralda, Caldas y
Quindo) y de latifundio ganadero en la llanura del Caribe, hacia
las cabeceras municipales y las metrpolis urbanas7. Para la poca,
se registra una importante transformacin demogrfica en Colombia en
lo referente a la distribucin poblacional. Por primera vez, la
poblacin urbana sobrepasa a la rural, mientras que en 1938 la
poblacin rural era de 70.9 % del total, en 1951 baja a un 61.1%, y
ya en 1964 es menos de la mitad con un 47.2%8. Tambin se producen
desplazamientos hacia las zonas de frontera agraria: Magdalena
Medio, Urab, Casanare, Putumayo, Llanos Orientales, entre otras. A
las tasas de migracin provocadas por la violencia bipartidista
contribuyen adems, las migraciones de poblacin excluida por la
pobreza y atrada por los procesos de industrializacin y
modernizacin en las grandes ciudades. La ola migratoria de las dos
ltimas dcadas del siglo XX y la primera del siglo XXI, parece
superar (cualitativa y cuantitativamente) los anteriores procesos y
toma dimensiones de catstrofe humanitaria, emergencia social y
tragedia nacional9. La Conferencia Episcopal en 1994, advirti la
existencia de un promedio de 586.261 personas desplazadas entre
1985 y 1994, correspondiente al 2% de la poblacin nacional del
momento. Ante tal magnitud, el desplazamiento no se asimila dentro
de la normalidad migratoria del pas. Se empieza a considerar como
una violacin masiva y mltiple de los derechos humanos y una
infraccin grave del Derecho Internacional Humanitario10. El
desplazamiento forzado se constituye en un fenmeno extensivo,
diluido en el tiempo, recurrente y continuo; que combina xodos
aluviales -familiares e individuales-, silenciosos y no visibles,
con desplazamientos en masa11. La poblacin desplazada huye no por
la adscripcin a un partido poltico sino por la defensa de la vida
frente al terror instaurado por diversos actores, que en ocasiones
no son fciles de identificar. Entre los grupos generadores de
desplazamiento se cuentan las autodefensas, las guerrillas, las
milicias populares, el narcotrfico, los organismos del Estado, los
paramilitares y los terratenientes12. Adems, en estas dcadas huir
tiene implicaciones distintas a las migraciones de la Violencia, ya
que no hay destino seguro a donde llegar, ni mayores esperanzas
para retornar. Segn cifras de CODHES, desde 1985 hasta septiembre
de 2005, han sido expulsados de sus territorios 3.662.842
colombianos. Por su parte, la cifra gubernamental correspondiente
al periodo comprendido entre 1995 y noviembre
-
de 2005, registra 1.716.662 personas. Cabe anotar que la fuente
oficial no reconoce la existencia del flujo migratorio entre 1985 y
1995. De otro lado, ACNUR indica que de 1.098 municipios en
Colombia, entre 887 y 955 son afectados por el desplazamiento13. La
geografa del desplazamiento es tambin variable, no se presenta de
manera simultnea en las regiones, depende de las cambiantes
dinmicas blicas y marca como destino lugares que aseguren a la
poblacin proteccin y facilidad de mimetizarse 14.
Mapas tomados de: Desafos para construir nacin p 37 y 42 Los
desplazados, vctimas de diferentes actores del conflicto, son un
grupo heterogneo, diferenciado internamente. En su gran mayora son
campesinos pobres y personas pertenecientes a comunidades tnicas
afrocolombianas e indgenas y sectores de la poblacin excluidos
histricamente.15. Segn datos del RUT,16. En el 2006 el 50% de los
desplazados son menores de 15 aos y la edad promedio est entre 21,8
y 25,2 aos 17. Por su parte, las cifras del Sistema nico de
Registro (SUR), de Accin Social, sealan que para el ao 2006, 39,68%
de los desplazados son mujeres, 4,6% pertenecen a comunidades
negras y 2,1% a comunidades indgenas 18.
-
1.2. ALGUNAS EXPLICACIONES DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO
Las dimensiones alcanzadas por el desplazamiento forzado en
Colombia, han motivado una amplia produccin acadmica: trabajos
cuantitativos, estudios estructurales sobre las causas y los
efectos, reflexiones relacionadas con los impactos existenciales y
psicolgicos, trabajos con enfoques cualitativos, anlisis
jurdicopolticos, crnicas y estudios con perspectiva de gnero, entre
otras 19. Dentro de estos trabajos, uno de los aspectos que provoca
mayor discusin es el de los factores explicativos del
desplazamiento forzado. Algunos centran su argumentacin en
explicaciones relacionadas con las dinmicas de la confrontacin y
sealan a los actores armados, legales e ilegales, como los
causantes directos del fenmeno; otros plantean una explicacin ms
estructural para develar los intereses econmicos detrs de la
guerra; y otros trabajos intentan comprender el desplazamiento como
una forma de exclusin social. El presente apartado aborda estas
propuestas explicativas del desplazamiento, al considerarlas
complementarias ms que excluyentes. 1.2.1. Perspectiva
socio-poltica del desplazamiento Es indiscutible que el
desplazamiento forzado est determinado por las dinmicas blicas. El
conflicto afecta a la sociedad civil por medio de amenazas,
ataques, acciones militares, reclutamiento y toma de municipios
generando as el desplazamiento reactivo de la poblacin (ante un
evento concreto que haya afectado al hogar) o preventivo (para
evitar los eventos violentos relacionados con el conflicto armado)
20. El desplazamiento forzado tiene estrecha relacin con la
intensificacin del conflicto armado y las estrategias violatorias
del derecho internacional humanitario, generadas por los actores
armados. Se plantea que los desplazamientos forzados surgen
principalmente, en los territorios donde se incrementan las
acciones armadas que atentan contra la vida, la seguridad fsica y
las libertades personales de la poblacin civil 21. Algunos
analistas consideran que el desplazamiento es una especie de
consecuencia no buscada o no deseada
-
del conflicto, en la que la poblacin residente huira del fragor
de las batallas, de los bombardeos o ataques a las poblaciones y de
situaciones que entraan peligro por encontrarse entre dos fuegos22.
Si bien es evidente que la causa principal del desplazamiento es la
violencia originada por el conflicto armado, algunos autores
subrayan la importancia de observar los detonantes del
desplazamiento, es decir, los motivos que inducen a la movilizacin
inmediata de la poblacin. Desde esta perspectiva se ubica al
desplazamiento como parte de la estrategia de los actores armados
con propsitos de expansin y dominio territorial 23. A la vez,
conlleva preguntas profundas sobre las dinmicas y la historia de la
violencia en el pas, protagonizada por: el Estado o los
particulares que actan con apoyo del estado; grupos insurgentes que
combaten contra el Estado o contra el orden social vigente; o por
grupos de personas que impulsados por motivaciones ideolgico
polticas actan contra quienes tienen otras posiciones o
identidades24. La violencia poltica se caracteriza por constituir
un medio de lucha poltico social con el fin de mantener, modificar,
sustituir o destruir un modelo de Estado o de sociedad; o para
reprimir a un grupo humano con identidad dentro de la sociedad, est
o no organizado25. Numerosos trabajos dan cuenta de las races
ideolgicas y sociales del conflicto armado colombiano caracterizado
por la existencia de una insurgencia crnica26. y un Estado que ha
fracasado en la prevencin y la resolucin del conflicto 27. Los
analistas se remiten a los convulsionados aos sesenta cuando surgen
mltiples fuerzas guerrilleras en los pases latinoamericanos, entre
ellas el ELN y las FARC . Si bien varios autores explican el
surgimiento de las FARC como resultado del encuentro entre la
guerrilla campesina y el Partido Comunista, el mito fundacional de
esta guerrilla se remite a la ocupacin militar violenta de
Marquetalia y otras repblicas independientes- creadas por colonos
armados en Marquetalia, Riochiquito, el Pato, Guayabero, el Duda y
el Ariari- en 1964. As, este grupo guerrillero levanta la bandera
del programa agrario de lucha por la tierra. Por su parte, el ELN,
surge en 1964 en San Vicente del Chucur, como resultado de la
decisin de estudiantes, dirigentes sindicales y profesionales de
recurrir a una organizacin poltico militar, de inspiracin marxista
y cristiana, en busca de un proyecto poltico socialista para
transformar a la sociedad colombiana. Este proyecto es influenciado
por la Revolucin Cubana y definido a partir de la guerra popular
prolongada y el socialismo 28. En la dcada del setenta las FARC se
extienden hacia el oriente (por los frentes de colonizacin del
Meta, Caquet, Guaviare y Putumayo), a lo largo del ro Magdalena
(desde el Huila hasta la regin de Chucur) y crean un frente en
Urab.
-
El ELN se extiende tambin hacia el sur de Bolvar, el nordeste y
bajo cauca antioqueo, la frontera con Venezuela y la Serrana de San
Lucas 29. Sin embargo, en esta dcada las experiencias
insurreccionales del continente entran en crisis por la falta de
condiciones propicias para su xito. En el caso colombiano, la
crisis se ha explicado por la falta de estrategia de los grupos
guerrilleros para insertarse en el contexto social, las divisiones
internas, la falta de apoyo internacional, la visin de una
revolucin continental que no tuvo lugar y la subvaloracin de los
ejrcitos en la guerra contrainsurgente. Esta crisis se evidencia en
el xito de la Operacin Anor contra el ELN en 1973 y en la escasez
de frentes de las FARC 30. En esa dcada, los sectores militares,
polticos y empresariales ubican el conflicto colombiano como una
confrontacin tpica de la guerra fra, definida por el enfrentamiento
entre comunismo y democracia. La doctrina de Seguridad Nacional
marca las estrategias de respuesta al fenmeno guerrillero con base
en la destruccin de las estructuras polticas y sociales del
enemigo. De esta manera, se propone una guerra poltica, econmica y
psicolgica que mine las presuntas bases de colaboracin de las
guerrillas. Una forma de hacerlo es la accin violenta de fuerzas no
convencionales contra esta supuesta base social. Por tanto, se
inicia un periodo denominado guerra sucia, bajo el cual se
incrementan los niveles de violencia y los desplazamientos en las
reas rurales 31. La administracin Turbay (1978-1982), caracterizada
por sus polticas represivas y autoritarias, adems de la explosin de
demandas sociales, permite una reactivacin del fenmeno guerrillero
a finales de la dcada del setenta. Las FARC alcanzan a tener 18
frentes, el ELN inicia un proceso de expansin territorial, el EPL
desplega su accin en Urab y surgen nuevos grupos guerrilleros como
el M-19, el Quintin Lame, el Partido Revolucionario de los
Trabajadores (PRT) y el Movimiento de Izquierda Revolucionaria
(MIR) 32. En 1982, el entonces presidente Belisario Betancur , bajo
la premisa de unas causas objetivas de la guerra, plantea la
posibilidad de negociar las incompatibilidades histricas entre la
plataforma de la guerrilla y los postulados del establecimiento.
Sin embargo, los logros del proceso de paz propuesto por Belisario
Betancur, visibles en los acuerdos con el M-19, el EPL y las FARC,
parecen esfumarse en 1985 como resultado de la oposicin de algunos
sectores sociales externos al proceso (gremios, iglesia, clase
poltica, prensa y ejrcito) y los desacuerdos en temas como el
secuestro y el despeje 33. No obstante, en los gobiernos de
Virgilio Barco (1986-1990) y Cesar Gaviria (1990-1994) logran
concluirse algunos de los procesos iniciados por Betancur como las
desmovilizaciones del EPL, el M-19, el PRT, el Quintn Lame y la
Corriente de Renovacin Socialista. En estos casos las condiciones
de la negociacin son diferentes, no se trata de negociar los
programas de gobierno con la plataforma de la guerrilla sino de
abrir un espacio poltico a estos grupos para negociar con el poder
y sobre el poder. La dinmica de estos procesos marcados
-
por xitos polticos fugaces y el exterminio de los movimientos
polticos de los grupos desmovilizados 34, defraudan las
expectativas frente a la salida negociada 35. El fracaso del
proceso de paz marca una nueva etapa en la confrontacin. El ELN
desarrolla una lnea de frente de masas que busca combinar la lucha
armada con la movilizacin popular. Se trata de privilegiar lo
poltico sobre lo militar y generar mayor presencia en las zonas de
colonizacin y de enclave minero y petrolero, a travs del
desdoblamiento de los frentes existentes 36. Por su parte, la
estrategia de las FARC est determinada por el precepto de la
combinacin de las diferentes formas de lucha y por el nimo de
establecer relaciones ms directas con las reivindicaciones locales,
generar mayor compromiso poltico, desdoblar los frentes y
orientarse hacia una guerra de posiciones 37. As, profundizan su
influencia en las regiones de dominio tradicional y fundan nuevos
frentes en la regin central con el objetivo de acercarse a las
ciudades. Esta nueva etapa de la confrontacin esta caracterizada
adems, por el creciente accionar y la presencia de los grupos
paramilitares , definidos como grupos armados irregulares, que se
proclaman defensores del sistema, que justifican su existencia por
el propio carcter irregular del operar de la guerrilla y en directa
contraposicin a ella, que se proponen suplir las funciones
estatales y que actan en forma paralela a las instituciones
vigentes 38. Estas organizaciones adoptan inicialmente un carcter
defensivo y se ubican en zonas tradicionales y de frontera. En la
medida que reciben mayor patrocinio por parte de los tradicionales
y nuevos dueos de la tierra, adquieren movilidad y poder ofensivo,
dejan de ser organizaciones locales y empiezan a plantear una
organizacin nacional, mvil y centralizada 39. El crecimiento de los
grupos de autodefensa y de sus acciones de violencia motivan la
derogacin en 1989, del artculo 1 de la ley 48 de 1968 que los
legaliza. Esta prohibicin paradjicamente, est seguida de su
expansin mediante la disputa de territorios histricos a la
guerrilla. El proyecto paramilitar tras consolidarse en el
Magdalena Medio, se expande hacia el Meta (regin del Ariari),
Crdoba, Caquet, Putumayo y Urab, cobrando un elevado nmero de
vctimas40. Hacia 1987 los grupos paramilitares cuentan con
alrededor de 5 mil hombres en armas y utilizan dos corredores
importantes: Crdoba- Urab y Crdoba- Bajo Cauca Antioqueo. La nueva
etapa de confrontacin adems, est influenciada por las
organizaciones narcotraficantes. stas contribuyen no slo al
fortalecimiento financiero de las guerrillas sino tambin a la
expansin y consolidacin del paramilitarismo. La influencia del
narcotrfico facilita a su vez, el escalamiento y la degradacin del
conflicto 41.
-
Durante los primeros aos de la dcada del noventa, el ELN y las
FARC tienen un crecimiento y una expansin territorial, evidente en
el nmero de hombres y frentes (las FARC pasan de 3600 hombres y 32
frentes en 1986 a cerca de 7000 hombres y 60 frentes en 1995 y el
ELN en ese mismo periodo pas de 800 hombres y 11 frentes a 3000
hombres y 32 frentes) 42. A nivel geogrfico empieza a hablarse de 3
tipos de reas de presencia guerrillera: reas de refugio (municipios
donde adquiere presencia significativa antes de 1985); reas para la
captacin de recursos (zonas de aprovisionamiento logstico); y reas
preferentes para la confrontacin armada (municipios de expansin)
43. Durante la dcada del noventa la expansin territorial de la
guerrilla no puede explicarse por la existencia de condiciones
objetivas (ausencia del Estado, pobreza, etc.), sino por un
entramado de decisiones estratgicas a nivel econmico, poltico y
militar que permiten el avance de los frentes 44. As como la accin
de la guerrilla tiene un importante repunte en la dcada del
noventa, la accin de los paramilitares tambin se multiplica. En
1993 se menciona la existencia de 23 frentes paramilitares
compuestos por 80 grupos presentes en 373 municipios. A diferencia
de las guerrillas que nacen en zonas de colonizacin campesina
perifrica para proyectarse en regiones ricas e integradas, pero con
profundas desigualdades sociales (zonas de agricultura comercial y
de minifundio cafetero); los paramilitares se expanden desde zonas
ricas con poderes locales consolidados hacia la periferia, a los
municipios en donde la precariedad estatal es una constante, con el
objetivo de disputar territorios de cultivos de uso ilcito o
corredores geogrficos estratgicos45. En la segunda mitad de esta
dcada se evidencia la consolidacim como Autodefensas Unidas de
Colombia que agrupa tres grandes conjuntos: Crdoba- Urab, Magdalena
Medio y Meta y que se propone limpiar zonas rurales de supuesta
poblacin simpatizante de la guerrilla, romper las redes de apoyo
logstico de la guerrilla, integrar las organizaciones locales de
autodefensa y desarrollar un proyecto nacional poltico militar46.
Segn datos del CINEP, durante esta dcada las acciones violentas
crecen en un 109,6%, registrando los mayores picos en 1992 y 1993.
En lo referente a las acciones blicas registradas, las fuerzas
armadas ocupan el primer lugar con 38%, seguidas por las FARC 31%,
el ELN el 20%, otros grupos guerrilleros 10%, y los paramilitares
1%. Respecto a violaciones al Derecho internacional Humanitario los
paramilitares ocupan el primer lugar con 35% de las acciones, los
grupos guerrilleros FARC y ELN, el segundo cada uno con el 22%
seguidos por la fuerza pblica con el 13% y por otros grupos
guerrilleros con el 8% 47. Hacia finales de la dcada las cifras
oficiales registran como responsables del desplazamiento a los
paramilitares (45,67%), las guerrillas (12,32%), las Fuerzas
Armadas (O,65%) y dos o ms actores armados (19%) 48. Las cifras y
la ubicacin territorial de las operaciones armadas registradas
durante
-
esta dcada, llevan a algunos analistas a evidenciar el paso de
una guerra de posiciones y movimientos que busca un elevado grado
de articulacin con la poblacin, hacia una guerra de desgaste, en la
cual independientemente de los costos polticos, los grupos armados
intentan mostrar capacidad de desestabilizacin para sustentar
demandas de participacin en el poder 49. El decenio concluye con un
proceso de paz en medio de la confrontacin armada; del
fortalecimiento de las Fuerzas Armadas a travs del Plan Colombia; y
una agresiva expansin de los grupos paramilitares, crecientemente
cuestionados por la comunidad internacional. 1.2.2. El
desplazamiento en la perspectiva de los procesos de modernizacin y
acumulacin de capital El estudio de las dinmicas del conflicto
muestra que el desplazamiento ms que una consecuencia no buscada
del conflicto armado o un efecto secundario del mismo, constituye
una estrategia de guerra empleada por los actores armados para
fortalecer su control territorial, apropiar predios agrcolas y
desocupar territorios en donde existen recursos valiosos.
Estrategia desarrollada en alianza o con financiacin de grupos
privados cuyos intereses estaran induciendo el desplazamiento 50.
Detrs de las acciones de los grupos armados se esconden entonces,
intereses de ganaderos, narcotraficantes, capitalistas nacionales y
trasnacionales. De ah la afirmacin de algunos analistas en el
sentido de que no hay desplazados porque hay guerra, sino que hay
guerra para que haya desplazados 51. Desde esta perspectiva, el
desplazamiento es una estrategia histrica de bajo costo para ocupar
tierras. La geografa de la guerra muestra que los desplazamientos
no slo han tenido lugar en las zonas importantes a nivel militar
(corredores, zonas de repliegue, zonas de presencia tradicional),
sino que stos se han concentrado principalmente, en lugares con
recursos estratgicos y dinmicas econmicas importantes 52. La
apropiacin violenta de la tierra implica despojar a la poblacin de
su principal medio de subsistencia. Segn datos de la Conferencia
Episcopal, cerca del 60% de los hogares desplazados reportan algn
tipo de tenencia de tierra (propietarios, arrendatarios, terrenos
colectivos). La propiedad de la tierra no parece entonces prevenir
el desplazamiento, ya que los propietarios son desplazados con
mayor frecuencia por los paramilitares mediante la amenaza directa
como estrategia principal. En la mayora de los casos los campesinos
abandonan sus predios y slo en casos excepcionales (13%) logran
vender sus tierras a bajos costos. Con mayor frecuencia, los
pequeos propietarios son quienes reciben las amenazas de los grupos
armados ilegales puesto que son ms vulnerables por su capacidad
limitada para adoptar medidas de proteccin. Algunos autores sealan
que el 51% de las transferencias de grandes predios se realiza por
eventos violentos 53.
-
Este proceso de expropiacin violenta se ubica en (y se explica
por) un contexto en el que la estructura de propiedad y tenencia de
la tierra es desigual y bimodal, al favorecer la expansin del
latifundio y la fragmentacin de la mediana y pequea propiedad; un
contexto en el que el mercado de tierras es irregular al
caracterizarse por distorsiones en la formacin de precios,
inflexibilidad en la oferta y presencia de factores extra-econmicos
en la posesin y uso de la propiedad 54. Esta tendencia se ha
mantenido debido a la carencia de decisin poltica para reformar la
estructura agraria en funcin de objetivos de desarrollo y equidad a
largo plazo. Autores como Deininger, por ejemplo, sealan que entre
1960 y 1990, la concentracin de la tierra se mantuvo constante 55.
De acuerdo con el IGAC en el 2005, 231 mil propietarios (0.06%)
posean 44 millones de has. (53.5%) y 1.3 millones de propietarios
(35.8%) posean 345 mil has. (0.42%), en proporciones individuales
menores a 1 ha. 56
Esta estructura agraria se manifiesta diferencialmente en las
regiones y se ha acentuado por el proceso de consolidacin
neoliberal y de modernizacin del Estado. Algunos autores refieren
una crisis semipermanente de la agricultura que provoca la migracin
de miles de campesinos empobrecidos hacia las pequeas y grandes
ciudades del pas. Estas migraciones se explican no slo por factores
asociados a la violencia, sino tambin, por la miseria y la falta de
oportunidades en el campo. En un lapso pequeo de tiempo, la
poblacin que anteriormente se ocupaba en la agricultura ha pasado a
otros sectores econmicos como los servicios y el comercio. Esto
genera un proceso de descampesinizacin, que ha permitido una mayor
concentracin de la propiedad en el pas 57. El proceso de
modernizacin implica adems, una redefinicin del territorio y sus
relaciones de acuerdo con las nuevas necesidades de produccin y
comercializacin del mercado global. En nombre de la adecuacin al
mercado no slo se ha hecho inviable la economa campesina, sino que
tambin se han emprendido una serie de obras de infraestructura, que
implican la expulsin violenta de los habitantes de zonas de valor
estratgico. Tambin resultan estratgicas para el mercado global, las
zonas de alta biodiversidad, en tanto poseen recursos necesarios
para las industrias mineras o de productos farmacuticos, cosmticos
o alimenticios. Estos lugares con histricas dinmicas econmicas,
culturales y demogrficas se convierten inicialmente, en zonas en
disputa y luego, en territorios de dominio del actor que logre
imponerse, dando paso a acelerados procesos de transformacin
econmica. Por consiguiente, los habitantes ancestrales de estas
zonas (comunidades indgenas, negras y campesinas) son expropiados
de sus territorios u obligados a insertarse a las nuevas dinmicas
productivas, en calidad de jornaleros, recolectores o prestadores
de servicios de los nuevos contratistas.
-
A esta dinmica de adecuacin a los mercados globales se agrega el
auge del mercado de cultivos de uso ilcito, que conlleva mayores
presiones a las comunidades campesinas, debido a la demanda de
tierras para el lavado de capitales generados por la economa
ilegal, as como para el cultivo y comercio de coca y amapola. La
compra de tierras por parte de narcotraficantes para el lavado de
activos genera un proceso especulativo sobre sta, que obstaculiza
la capacidad de adquisicin al Estado y a los campesinos. Son
precisamente las regiones que registran el mercado ms dinmico de
tierras, las que presentan ms altos indicadores de violacin de los
derechos humanos. El narcotrfico no slo ha generado procesos de
expropiacin a favor de la consolidacin terrateniente, tambin ha
transformado las relaciones de poder y produccin en las regiones
marginales (condicin de marginalidad definida en tanto se
encuentran por fuera de los circuitos econmicos, sociales,
culturales y legales de la sociedad nacional). Por tanto, en estos
lugares se genera un aislamiento propicio a la instalacin de redes
de poder y de comercio, y a la produccin de uso ilcito, que si bien
genera alta rentabilidad para quienes procesan y comercializan,
profundiza la pauperizacin de quienes producen la materia prima.
Asimismo, algunas estrategias de la poltica antidrogas implican la
destruccin de los activos de los cultivadores y la generacin de
olas migratorias significativas. El desplazamiento no slo puede
interpretarse como una consecuencia de la confrontacin, tambin es
una estrategia de guerra que permite la apropiacin de territorios
para el establecimiento de grandes proyectos de inversin, el
desarrollo de economas ilcitas y el lavado de activos, entre otros.
Los recursos estratgicos mediante un aprovechamiento equitativo y
eficiente podran mejorar el bienestar de la poblacin, pero terminan
en manos del ms fuerte reproduciendo la histrica distribucin
desigual de la riqueza. Cifras de CODHES muestran que en los ltimos
15 aos, los grupos armados ilegales y los narcotraficantes han
arrebatado a los campesinos colombianos cerca de cinco millones de
hectreas (una tercera parte de la tierra en Colombia). En
consecuencia, el pas ha sufrido una transformacin radical en la
tenencia y el uso de la tierra rural y el suelo urbano, una
contrarreforma agraria que ha significado la expulsin de la
poblacin y la repoblacin de territorios. 1.2.3 El desplazamiento
desde la perspectiva de los procesos de exclusin social Algunos
autores definen al Estado colombiano como un Estado en vilo, en
tanto no logra constituirse en principio de orden, no es soberano
en toda la nacin, y tampoco tiene el monopolio de las armas, los
tributos, la cultura y el dominio territorial; asimismo, integra
desigualmente las regiones, protege eventualmente
-
los derechos de los ciudadanos y permite la existencia de rdenes
alternativos. El Estado colombiano aparece como un archipilago de
espacios diferencialmente integrados y afectados por el conflicto
armado 58. Existen entonces, unos territorios relativamente
integrados y sujetos a la autoridad pblica y otros, en donde la
comunidad nacional es un referente lejano. Son territorios
excluidos donde se dificulta el reconocimiento de los derechos
bsicos y la formacin de una conciencia nacional 59. A la vez, son
escenarios favorables para el establecimiento de rdenes
alternativos con pretensin soberana y en disputa con el orden
institucional. Vastos territorios del pas se convierten en lugares
de despliegue de estrategias de guerra por parte de actores que
encuentran propicias estas zonas como descanso, refugio, ataque,
movilidad, abastecimientos, reclutamientos o proteccin. Frente al
drama de la guerra, tales grupos sociales desarrollan diferentes
tipos de acciones como acomodamiento, invisibilizacin,
desplazamiento, resistencia o confrontacin 61 . Segn Pecaut "Los
desplazamientos forzados no afectan la existencia de individuos que
estaran asegurados por su calidad de ciudadanos, afecta en cambio,
a poblaciones acostumbradas a adaptarse en cada momento a las
formas de coaccin que pesan sobre ellos. Poblaciones que no ignoran
que son desde siempre desplazados en potencia 62. Son grupos
histricamente en desventaja y si son incluidos, es de manera
perversa en las dinmicas de apropiacin violenta, destierro y
despojo. Sus territorios ancestrales atraen las miradas de los
intereses multinacionales y nacionales, que ven en sus tierras
riquezas minerales y naturales o ventajas geoestratgicas. Estos
grupos sociales hacen el trnsito de vctimas histricas de los
procesos de exclusin a vctimas de los procesos de
desterritorializacin y despojo 63. Sin embargo, los desplazados
estn lejos de ser un grupo homogneo. Si bien el fenmeno afecta en
mayor medida a la poblacin rural histricamente excluida, toca
tambin a funcionarios pblicos, maestros, jueces, empresarios,
comerciantes, terratenientes y en general, a toda la escala social.
El conflicto parece no poner en
-
cuestin identidades o pertenencias sociales, regionales, tnicas,
polticas, religiosas, ideolgicas, culturales o de clase. Dentro de
la poblacin en situacin de desplazamiento se encuentran vctimas de
todos los actores del conflicto (guerrillas, paramilitares, grupos
privados, fuerzas estatales), despojados por toda una gama de
intereses particulares imbricados y confundidos con los asuntos de
la guerra pblica sin que sea posible establecer una lnea
diferencial entre lo poltico militar y lo individual privado 64.
Para los desplazados no siempre es claro quin es su agresor o cules
son las razones por las que son despojados o catalogados como
peligrosos 65. Los desplazados forman un grupo heterogneo con
diferencias marcadas y pocas cosas en comn, salvo el encontrarse en
una situacin lmite, producida de manera abrupta y forzada; una
situacin en la que quedan sin lugar, desarraigados de sus recursos
materiales y simblicos, obligados a habitar lugares de paso y
ajenos, donde son vistos como extraos. Los desplazados viven una
condicin de ruptura incesante (de sus reglas, pautas, acuerdos,
consensos, principios, creencias), desarraigo y readaptacin en
contextos que generalmente, resultan adversos 66. Igualmente,
sufren una cadena de negaciones sucesivas y acumulacin de estigmas,
que no slo actan sobre el desplazado como individuo, desde la
perspectiva de la dignidad humana; sino que lo involucra como actor
social. Se acenta la exclusin poltica, la privacin del derecho a
tener derechos, se condiciona su libertad, se lastima su dignidad y
se lo mantiene sin tiempo y sin espacio; sin ley, sin derechos, sin
pueblo y sin territorio, en esa zona gris e indefinida en la que lo
situ el evento trgico que lo oblig a huir. Los itinerarios y
lugares de destino de los desplazados se definen en algunas
oportunidades, por la existencia de anteriores relaciones de
colaboracin, lealtades y sociabilidades o por la bsqueda de lugares
en los que puedan mimetizarse o esconderse. El lugar de refugio es
el espacio de las oportunidades para la construccin de su
identidad, para reafirmar lo que les queda: la subjetividad, a
travs de mltiples estrategias de produccin, apropiacin, valoracin y
usos 67. Sin embargo, el desplazado encuentra una sociedad de
llegada que reconoce a aquellos que constituyen un factor de
enriquecimiento y desconoce a los dems por ser factor de
descomposicin o de riesgo. Las imgenes y representaciones del
desplazado oscilan entre el damnificado que activa diversos tipos
de solidaridades y el bandido que genera sospechas de culpabilidad
por su situacin y temor por la historia de enfrentamientos que
pueda traer consigo 68. La insercin de los desplazados en las
tramas socioculturales, econmicas y polticas que proporciona la
ciudad, desencadena el clsico conflicto entre establecidos y recin
llegados. Conflicto que implica la exclusin y la devaluacin de
quien llega al negrsele el derecho a tener derechos, la autonoma
para reconstruir su proyecto vital y la posibilidad de participar
de la ciudad. El
-
desplazamiento no slo acenta la condicin histrica de exclusin
sino que agrega una situacin de marginalidad, entendida como la
ruptura de los vnculos que unen a un sujeto con su comunidad de
origen. Resulta relevante la afirmacin de Robert Castel segn la
cual marginalidad y pobreza no son necesariamente sinnimos, un
pobre es un integrado al orden del mundo mientras que un marginal
es un extrao, en el sentido de ser extranjero al mundo, a la
comunidad 69. La marginalidad es una de las formas ms graves de
vulnerabilidad. Los desplazados se insertan en la ciudad en calidad
de pobres absolutos, hacen parte de la periferia de la periferia.
Los receptores, generalmente habitantes de barrios populares,
comparten con los desplazados situaciones de pobreza, exclusin e
inseguridad. Entre nuevos y viejos pobladores populares se generan
sentimientos de desconfianza y competencia, pero tambin relaciones
de solidaridad. El receptor tiene una historia distinta a la del
desplazado puesto que no ha sufrido los estragos de la violencia,
pero comparte la condicin de migrante pobre, de anonimato como
parte de la larga historia de exclusin 70. La exclusin y la
marginalidad son resultado de una sociedad que estigmatiza a la
poblacin ms vulnerable, a aquellos que no encuentran un lugar
reconocido en la organizacin social. El desplazamiento pone en
cuestin la condicin humana, la relacin existente entre la idea de
dignidad, derechos y solidaridad. Es posible entonces, explicar el
desplazamiento forzado como un mecanismo que impide la realizacin
de la vida y la ciudadana en una sociedad fragmentada y con enormes
desigualdades.
-
2. DIMENSIONES Y MODALIDADES ACTUALES DEL DESPLAZAMIENTO
FORZADO
Los hechos sucedidos en el ltimo ao de la administracin Pastrana
(1998-2002),
permiten que el tema de la seguridad cobre importancia en la
agenda nacional. El
agotamiento de la salida negociada, la incompetencia poltica del
gobierno frente al
manejo de la zona desmilitarizada, la persistencia de los hechos
de violencia, la
expansin de los grupos armados ilegales y la pretensin de las
Farc de urbanizar
la guerra, entre otros aspectos, terminan por frustrar a la
opinin pblica, que en
respuesta, acoge ampliamente la propuesta de seguridad con
autoridad del
entonces candidato presidencial, lvaro Uribe Vlez1. Con la
eleccin de este
candidato, el pas pasa de un modelo de dilogo entre Gobierno e
insurgencia,
que no era ajeno al escalamiento de la confrontacin, a uno de
profundizacin de la
guerra, acompaado de un proceso de dilogo entre Gobierno y
grupos
paramilitares1.
Uribe Vlez (2002-2006) presenta un Plan de desarrollo que
propone como objetivo
central: brindar seguridad democrtica, apoyado en argumentos de
su campaa
electoral (control del territorio, defensa de la soberana
nacional, fortalecimiento de
la justicia, desarrollo de las zonas de conflicto, proteccin de
los DDHH, poltica de
relaciones exteriores y cooperacin internacional). Segn algunos
analistas, se
trata ms de un documento de buenas intenciones, de un inventario
de ideas, que
de propuestas concretas2.
La estrategia de fortalecimiento estatal de Uribe descansa en la
premisa de que la
seguridad es responsabilidad no slo de las Fuerzas Armadas, sino
de las tres
ramas del poder, la comunidad internacional y los ciudadanos3.
La poltica de
Seguridad Democrtica busca entonces, recuperar el control
territorial a travs
de la creacin de batallones de alta montaa y tambin, de
estrategias como el
reclutamiento de los llamados soldados campesinos y la
conformacin de la red
de cooperantes. Estas medidas evidencian la necesidad tctica de
contar con la
poblacin para ganar la guerra. Sin embargo, asignar funciones
militares a la
1 Plataforma Colombiana de Derechos Humanos. Reeleccin: el
embrujo contina. (Segundo ao del gobierno de lvaro Uribe Vlez.
Bogot, septiembre de 2004, p. 163. 2 Francisco Leal. La poltica
de seguridad democrtica 2002-2005. Anlisis poltico No 57. Bogot
mayo-agosto, 2006, p. 7.
3 Francisco Leal. La seguridad durante el primer ao del gobierno
de lvaro Uribe Vlez Anlisis Poltico No. 50. Enero- abril de
1993.
-
poblacin civil borra la distincin entre civiles y combatientes,
y por consiguiente,
convierte a mltiples sectores sociales en blanco del conflicto
armado4.
La estrategia militar est acompaada adems, por una importante
campaa
meditica que busca mejorar la percepcin de la opinin nacional
sobre la
seguridad interna. Las Fuerzas Militares presentan informes
pblicos en los que
muestran resultados referidos a bajas, detenciones de actores
armados ilegales,
expansin territorial e iniciativa militar, entre otros. Estos
informes van de la mano
de la presin pblica al presidente para la obtencin de
resultados. As, el
presidente aparece con regularidad en los medios de
comunicacin5y la campaa
meditica personaliza en su figura el desarrollo y los logros de
la poltica de
seguridad.
A cinco meses de iniciado el gobierno Uribe se perciben tres
lneas de accin de la
poltica de Seguridad Democrtica, desarticuladas entre si: la
poltica de paz con
los paramilitares, la continuacin de la ofensiva contra las FARC
mediante el
fortalecimiento militar, y el establecimiento de polticas
puntuales como los
soldados campesinos, los estmulos a la desercin y el
establecimiento de redes de
informantes. A comienzos del ao 2003, el clima nacional refleja
cierto optimismo,
resultado de la recuperacin operativa de la fuerza pblica, la
poca contundencia
de las acciones de la guerrilla y las promocionadas acciones
gubernamentales de
prevencin contra el secuestro, el sabotaje y el terrorismo (la
toma de la Comuna 13
en Medelln y la seguridad armada para transitar las vas
nacionales durante el
periodo vacacional, entre otras acciones)6.
Sin embargo, la perspectiva de la opinin pblica sobre la
seguridad se afecta por
tres sucesos: el carro-bomba en el Club El Nogal, el 7 de
febrero del 2003, (36
muertos y 168 heridos); la casa-bomba en Neiva, el 14 de febrero
del 2003, (16
muertos, 30 heridos y 70 casas destruidas); y el derribo de un
avin militar
estadounidense durante el desarrollo de una misin de
inteligencia7. Frente a
estas situaciones, el gobierno desata una ofensiva diplomtica
que pretende
condenar a las FARC, enmarcar el conflicto colombiano dentro de
la lucha
mundial contra el terrorismo y ampliar la ayuda militar de EEUU
(generadora de
una importante dependencia a nivel financiero y tecnolgico).
Mediante esta
ofensiva se logran declaraciones contra estos hechos por parte
de los gobiernos 4 Banco de Datos. El talante autoritario. Derechos
civiles y polticos y DIH. En: Plataforma Colombiana de Derechos
Humanos. Op.cit.
5 Francisco Leal. Op.cit.
6 Francisco Leal. La poltica de seguridad democrtica 2002-2005.
Anlisis poltico No 57. Bogot mayo-agosto, 2006., p. 6.
7 Ibd., p. 8.
-
centroamericanos y del Consejo Permanente de la OEA y la
afirmacin de cumplir
con la Convencin Interamericana contra el Terrorismo. Ms
adelante (en mayo de
2004), el Grupo de Ro solicita al Secretario General de la ONU
exigir a las FARC el
inici de los dilogos con el gobierno colombiano, bajo la premisa
del cese al fuego.
Esta bsqueda de apoyo lleva tambin al gobierno colombiano a
presentarse como
socio de la desprestigiada doctrina patritica del presidente
Bush, y a aceptar la
subordinacin de los intereses colombianos en materias clave como
los tratados de
derechos humanos, de libre comercio, la vigencia del Tribunal
Penal Internacional
y la poltica ambiental antidrogas, entre otras8.
De esta manera, el gobierno nacional construye un discurso
basado en la premisa
de que en Colombia no puede hablarse de conflicto armado, sino
de una amenaza
terrorista para la democracia. Esta postura es debatida
ampliamente, en la medida
que desconoce la historia y las causas del conflicto, justifica
el terrorismo de
Estado, antepone el orden sobre la libertad y la democracia, y
deja un amplio limbo
jurdico en lo referente a la tipificacin penal del
terrorismo.
La poltica de Seguridad Democrtica ha generado un proceso de
reestructuracin
del conflicto armado, caracterizado por la transformacin
progresiva de las
estrategias de la guerrilla, la expansin del paramilitarismo y
el escalamiento de la
ofensiva militar9.
En el nuevo escenario de conflicto, analistas como Camilo
Echanda, afirman que la
guerrilla se ha adaptado a la nueva situacin a travs del control
estratgico de
territorios (especialmente, en departamentos como Tolima, Huila,
Cauca, Nario y
Putumayo) y el agotamiento gradual del enemigo por medio de
emboscadas,
atentados, piratera terrestre, sabotajes, zozobra entre las
poblaciones y golpes de
moral a las tropas. As, mediante ataques aislados y la siembra
de minas en
corredores estratgicos la guerrilla intenta desgastar a la
fuerza pblica10. Adems,
segn analistas como Alfredo Rangel, busca distraer a sus
oponentes, dispersar y
debilitar la proteccin de reas centrales, liberar los corredores
de movilidad,
afectar la percepcin de seguridad de los grandes conglomerados
urbanos y
facilitar el retorno a zonas donde se han desmovilizado los
grupos paramilitares11.
8 Francisco Leal. La seguridad durante el primer ao del gobierno
de lvaro Uribe Vlez. Op.cit.
9 Plataforma Colombiana de Derechos Humanos. Op.cit. 10
Camilo Echanda y Eduardo Bechara. Conducta de la guerrilla
durante el gobierno de Uribe Vlez: de las lgicas de control
territorial a las lgicas de control estratgico. Anlisis poltico No.
57. Bogot, mayo-agosto, 2006, pp. 31-54. 11Fundacin Seguridad y
Democracia. Coyuntura de Seguridad, enero a marzo de 2005.
-
2.1 El debate de las cifras
Las fuentes oficiales sostienen que a travs de la poltica de
Seguridad Democrtica
se ha logrado una importante reduccin de los homicidios, el
secuestro, la toma de
poblaciones y el desplazamiento forzado. En cuanto a las tasas
de homicidio, el
gobierno registra las cifras ms bajas desde hace 16 aos. En el
2002, se registran
28.837 homicidios, cifra que desciende a 23.214 homicidios (21%)
en el 2003. El
descenso contina en el 2004 (20.167 homicidios), el 2005
(18.111) y el 2006
(17.179)12. Este ltimo ao los mayores ascensos de homicidio se
registran en
Crdoba, Caquet, Bolvar y Nario: y las cifras descendentes en
Antioquia, Valle
del Cauca, Cesar y Magdalena. El descenso se atribuye no slo a
la poltica de
Seguridad Democrtica, sino a polticas urbanas de respeto a la
vida, segn
analistas como lvaro Camacho13. Las fuentes oficiales(que no
incluyen los
secuestros simples y las desapariciones forzadas) sealan tambin
un descenso
continuo en el secuestro extorsivo (2.886 plagios en el 2002,
2.142 en el 2003, 1.440
en el 2004, 880 en el 2005 y 282 en el 2006)14. Entidades como
Pas Libre registran
un descenso en los secuestros masivos y un incremento en los
selectivos de tipo
econmico15. El mayor nmero de secuestros se reporta en
Antioquia, Valle del
Cauca y Cauca. Por su parte, Choc, Magdalena, Norte de Santander
y Tolima,
registran los mayores ascensos de plagios con respecto a los
indicadores de aos
anteriores.
Estos indicadores de seguridad contrastan sin embargo, con la
difcil situacin de
Derechos Humanos, denunciada por organizaciones no
gubernamentales, y
relacionada con el crecimiento de los homicidios polticos
(especialmente,
extrajudiciales por parte de las fuerzas de seguridad), las
desapariciones forzadas,
las detenciones arbitrarias y las amenazas16. La Alta
Comisionada de Naciones
Unidas para los Derechos Humanos en el Informe del ao 2005,
seala la existencia
de graves violaciones a los DDHH, que vulneran los derechos a la
vida, la
integridad y la libertad. Denuncia adems, ejecuciones
extrajudiciales de personas
en los departamentos de Choc, Norte de Santander y la regin de
la Sierra
Nevada de Santa Marta, donde los muertos son reportados como
guerrilleros en
12
Fundacin Seguridad y Democracia. Coyuntura de seguridad.
Perspectivas de seguridad 2006- Balance de seguridad 2005. Bogot,
Enero 2006. 13
Hechos del callejn. Desplazamiento Forzado: tragedia que an no
termina. Mayo de 2006. 14
Fundacin Seguridad y Democracia. Balances de seguridad anuales.
http://www.seguridadydemocracia.com 15
Hechos del Callejn. Evolucin del conflicto armado en cifras.
Julio de 2006. 16
Informe Anual de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para
los Derechos Humanos sobre la situacin de derechos humanos y
derecho internacional humanitario en Colombia, ao 2004.
-
combate. Varios de estos casos afectan a lderes sociales,
indgenas y personas
sealadas como auxiliadores o integrantes de la guerrilla17. El
tema de las
desapariciones forzadas se confirma con los hallazgos de fosas
individuales o
colectivas en Salazar y Sardinata (Norte de Santander), y en San
Onofre (Sucre)18.
Tambin con las denuncias de desapariciones forzadas atribuidas a
miembros del
ejrcito en Cesar y Putumayo, y a paramilitares en Bolvar, Meta y
Valle. Otros
casos se registran en Casanare y Guaviare. Las denuncias de
torturas y tratos
cueles se concentran en Antioquia, Nario, Norte de Santander y
Valle. Las
relacionadas con el creciente nmero de detenciones arbitrarias
por parte de las
Fuerzas Militares se presentan en Antioquia, Boyac, Arauca,
Norte de Santander,
Nario, Meta, Casanare, Cauca, Caquet y la regin de Sumapaz.
Estas
detenciones se han realizado con allanamientos ilegales,
especialmente en los
departamentos de Antioquia y Valle.
Los logros gubernamentales en el tema del desplazamiento forzado
tambin han
sido debatidos. El Sistema nico de Registro,(SUR) de la Red de
Solidaridad Social
(hoy Accin Social) registra en el ao 2003 un descenso en las
cifras de
desplazamiento forzado (221.455 desplazados) frente al ao 2002,
que alcanza la
cifra record de 425.067 colombianos desplazados. Segn el SUR,
este descenso
se mantiene en el ao 2004 (163.005 desplazados), asciende en el
ao 2005 (169.898
desplazados) y vuelve a descender en el 2006 (109.412
desplazados). Sin embargo,
los resultados oficiales difieren de las cifras reportadas por
organizaciones como
CODHES en los aos 2004 y 2005 (287.581 y 310.387 personas
desplazadas,
respectivamente). En aos anteriores, las cifras oficiales
ratifican e incluso superan
las cifras registradas por CODHES19.
El subregistro de los aos 2004 y 2005 se explica por
dificultades metodolgicas
propias de la medicin del desplazamiento (alta movilidad,
itinerarios multi-
17
Informe Anual de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para
los Derechos Humanos sobre la situacin de derechos humanos y
derecho internacional humanitario en Colombia, Ao 2006. 18
Tumbas a ras de tierra. Revista Semana 04/15/2006 19
Germn Piffano. Desplazamiento forzado interno en Colombia: El
falso debate de las cifras. En: Documentos Codhes 3: Cifras e
indicadores del desplazamiento forzado y Derechos Humanos en
Colombia. CODHES- OXFAM. Bogot, julio de 2005.
-
variables o baja visibilidad) y por diferencias conceptuales.
Accin Social por
ejemplo, no reconoce como desplazadas a las personas que huyen
de las zonas de
fumigacin o a quienes retornan a corto plazo. Esta limitacin en
la concepcin y
las cifras genera polticas ineficaces de prevencin, proteccin y
atencin20.
Sin embargo, no puede desconocerse que el subregistro de
personas desplazadas
tambin obedece a las dificultades generadas como resultado de
las nuevas
dinmicas de la guerra. De una parte, los actores armados tienen
mayor inters en
invisibilizar el desplazamiento y acuden a formas de intimidacin
y amenaza
para que no se informe sobre la situacin a las autoridades ni a
las organizaciones.
De otro lado, el desplazamiento ha adquirido nuevas modalidades,
menos visibles,
crecientes y ms difciles de medir como los desplazamientos
dentro de la misma
unidad territorial (interveredal, intercomunitario e
intraurbano), y los
individuales y unifamiliares, relacionados con la persistencia
de los asesinatos
selectivos, el aumento de las amenazas y la generalizacin de las
detenciones
arbitrarias21.
En el ao 2003 por ejemplo, se increment el confinamiento de
poblacin civil por
parte de los actores en disputa, consistente en la restriccin
mediante cercos
armados, a la libre movilizacin para salvaguardar la vida y la
integridad, a
solicitar o recibir ayuda humanitaria y a acceder a bienes
indispensables para la
supervivencia (alimentos, medicinas, combustibles, insumos
agrcolas y agua
potable)22.
Finalmente, dentro de las nuevas dimensiones del desplazamiento,
es necesario
sealar el crecimiento del nmero de colombianos que han
solicitado el estatus de
refugiados y asilados en otros pases, debido a la persecucin
poltica, las
violaciones masivas a los derechos humanos, las infracciones al
Derecho
Internacional Humanitario y las situaciones de violencia
generalizada37. Entre los
aos 1999 y 2004, ms de 90 mil colombianos presentaron solicitud
de asilo en
Ecuador (28.742 personas), Estados Unidos (18.967), Costa Rica
(12.802), Canad
(10.844), Espaa (5142), Reino Unido (3.631), Venezuela (1.739),
Panam (853) y
otros pases (8. 67personas)23.
20
Ibd. 21
CODHES Conferencia Episcopal de Colombia. Desafos para construir
nacin. El pas ante el desplazamiento, el conflicto armado y la
crisis humanitaria. 1995-2005. CODHES, Bogot, 2006. 22
Ibd. 23
Ibd.
-
De esta manera, las dimensiones del desplazamiento son
superiores a las
reportadas por fuentes oficiales. La subestimacin e
invisibilidad del tema no
impide sin embargo, que Colombia sea el segundo pas del mundo en
nmero de
personas desplazadas, segn la Agencia de Naciones Unidas para la
Coordinacin
de Asuntos Humanitarios. Pese a la gravedad de la situacin: se
impone un
manto de silencio ante la opinin pblica para minimizar la crisis
de derechos
humanos, las alertas tempranas no funcionan, la ayuda no llega a
las victimas y las
misiones de acompaamiento a la poblacin en riesgo son tardas y
limitadas24.
24
CODHES. Navidad en medio del terror. Informe extraordinario de
CODHES sobre desplazamiento forzado, conflicto armado y derechos
humanos. Bogot, 21 de diciembre de 2005.
-
2.3. Dinmicas actuales del desplazamiento
Segn datos de la Conferencia Episcopal y CODHES, entre 1995 y
2005, el 87% de
los municipios del pas (982 de 1.119) han sido escenario de
expulsin y cerca del
4,4% de la poblacin colombiana ha sido desplazada. Departamentos
como
Bolvar, Antioquia, Caquet, Tolima, Meta, Putumayo, Cesar, Sucre,
Valle, Choc,
Nario y Guaviare concentran cerca del 50% de las expulsiones y
todos los
departamentos, incluido San Andrs y Providencia, han sido
receptores de
poblacin desplazada (799 municipios son receptores). Los que
presentan mayores
tasas de recepcin entre 1995 y 2005, son: Antioquia, Bolvar,
Caldas, Choc y
Sucre. Los ncleos de recepcin ms importantes corresponden a las
ciudades
capitales e intermedias: Bogot (donde llega entre el 10% y 25%
de los desplazados
de todas las regiones), Medelln, Santa Marta, Sincelejo,
Valledupar, Cartagena,
Buenaventura, Florencia, Cali, Barranquilla, Villavicencio,
Ccuta, Quibd,
Bucaramanga, Barrancabermeja, Montera, Soledad, Ibagu y Pasto.
Segn los
diversos sistemas de informacin predominan los desplazamientos
unifamiliares;
la mayora de personas han sido desplazadas una vez (92%), otras
dos veces (7%) o
ms de tres (1%)25.
La Conferencia Episcopal y CODHES brindan algunos datos que
permiten esbozar
un perfil sociodemogrfico de la poblacin desplazada. El promedio
de personas
desplazadas por hogar vara entre 4,9% y 3,7%. Son familias
conformadas por
jefaturas de hogar, cnyuges e hijos, con elevados ndices de
jefatura femenina
(entre 32% y 48%), debido a que los hombres son las principales
vctimas de las
violaciones a los derechos humanos y por consiguiente, hay un
elevado estado de
viudez entre las mujeres (55% se encuentra sin pareja). Por otro
lado, la poblacin
es extremadamente joven, cerca del 50% son menores de 15 aos (la
media de edad
oscila entre 21.8 y 25.2 aos). Asimismo, alrededor de la mitad
de las personas ha
cursado algunos estudios primarios y entre 13% y 21%, ha entrado
a secundaria
(un promedio de escolarizacin de 3,7 aos). Como lo muestra
CODHES, el
desplazamiento implica una notable reduccin del trabajo,
equivalente al 36% (de
3.104 trabajadores se pasa a 1.983). Esto quintuplica la
proporcin de personas que
buscan trabajo y reduce el ingreso familiar. En promedio, cada
hogar recibe un
25
CODHES Conferencia Episcopal de Colombia. Desafos para construir
nacin. Op.cit.
-
ingreso de $148.318 pesos mensuales, suma que equivale al 40%
del salario mnimo
mensual vigente26.
2.3.1 Geografa del desplazamiento
En aras de construir una geografa del desplazamiento CODHES
menciona:
Las zonas de expansin del conflicto
En los ltimos meses del 2004 y en el
transcurso del 2005, se observa una expansin
del conflicto armado hacia el oriente del pas,
especficamente hacia los departamentos de
Vichada, Vaups, Guana y Amazonas. La
Orinoqua y la Amazona colombianas han
tenido presencia histrica de las FARC debido
a la ubicacin estratgica para el trfico de
drogas y armas. La estrategia del gobierno
nacional, dirigida a fortalecer el control de la
fuerza pblica en esas zonas clave para el
abastecimiento y la retaguardia de la guerrilla,
adems de la reactivacin de la ofensiva
militar de las FARC en todo el pas, han generado un escenario
complejo de
guerra27. En el 2006, se destaca la situacin del departamento de
Vaups, por los
confinamientos de comunidades indgenas, la siembra
indiscriminada de minas
antipersonales y los combates que dan lugar a desplazamientos
masivos. Tambin,
la situacin de los pobladores del Vichada afectada por los
bloqueos, la escasez de
alimentos y la falta de energa y agua potable como resultado de
las acciones
adelantadas por los grupos armados28.
Adems, estos departamentos han recibido los efectos de las
estrategias de
seguridad nacional (Plan Patriota y Plan Colombia) aplicadas en
los departamentos
vecinos (Guaviare, Meta, Caquet y Putumayo). Entre estos efectos
se cuentan: el
traslado y concentracin de cultivos de uso ilcito, las
fumigaciones en la zona, las
estrategias de guerra orientadas a garantizar el control del
narcotrfico en el
territorio (campos minados), los procesos de colonizacin y
migracin, y las 26
Ibd. 27
CODHES. El conflicto colombiano cruz el lmite. Op.cit. 28
CODHES Ms o menos desplazados. Op.cit.
-
dinmicas propias de la radicalizacin de la guerra tales como el
confinamiento y
el reclutamiento forzado de jvenes. Estas estrategias de
seguridad por parte del
Estado se basan en restricciones a la movilidad y controles al
ingreso y salida de
alimentos, entre otras medidas29.
El oriente no slo se ha constituido en una zona de alta recepcin
de poblacin
desplazada por los efectos del Plan Colombia y el Plan Patriota,
sino tambin en
lugar de expulsin de poblacin indgena especialmente, debido a la
agudizacin
del conflicto y a las fumigaciones en el ltimo tiempo.
Las zonas de profundizacin del conflicto
En los territorios de la Costa Pacfica en los departamentos de
Nario, Cauca, Valle
del Cauca y Choc, se ha intensificado la confrontacin entre
guerrillas y Fuerza
Pblica, y paramilitares y guerrillas. Est en juego el control
estratgico de
corredores entre la zona costera y el centro y sur del pas; una
economa de la
guerra asociada al trfico de armas y drogas y las fumigaciones
de cultivos de
coca"30.
Los municipios de Barbacoas, Taminango, San Lorenzo, Policarpo,
Tumaco y Los
Andes presentan tasas crticas de desplazamiento debido a los
procesos que se
vienen desarrollando en el departamento de Nario en los ltimos
aos. Este
departamento se ha constituido en un territorio de repliegue de
las guerrillas ante
la ofensiva del Plan Patriota en Caquet y Putumayo. Hacia all se
ha trasladado la
economa de las drogas, tras la fumigacin masiva en el Putumayo.
Frente a estas
dinmicas, el Estado ha incrementado su presencia militar y ha
extendido los
programas de fumigacin masiva (sobre todo, en la costa Pacfica,
Tumaco, el
Charco y Bocas de Satinga y sus alrededores). Tambin se han
rearmado
estructuras paramilitares que desarrollan importantes
estrategias de control social,
poltico y econmico31. Por consiguiente, el departamento es uno
de los epicentros
de la crisis humanitaria, con nueve casos de xodo registrados en
el 2005, adems
de campos minados y combates frecuentes.
29
CODHES. Conflicto armado y crisis humanitaria sostenida.
Desplazados en el Limbo. Informe CODEES 2004. Bogot 1 de febrero de
2005. 30
CODHES. Por qu se van? . Boletn CODEES No 60. 19 de julio de
2005 31
Ibd.
-
Las cifras de desplazamiento y situaciones de confinamiento
tambin han crecido
en el departamento del Choc, donde se ha acentuado la disputa
entre guerrillas y
paramilitares por el control de corredores estratgicos para el
abastecimiento de
armas y el trfico de drogas. La confrontacin se ha intensificado
en Jurad,
Murind, Vigia del Fuerte y el Medio Atrato, en especial Bojay
(municipio que
pas de expulsar 46 mil personas por cada 100 mil habitantes en
el 2002, a cerca de
94 mil en el 2005; y de recibir poblacin desplazada de 0,07% a
46% de su
poblacin total). Las situaciones de amenaza y combates se han
registrado en
Jiguamiand, Cacarica, San Jos del Palmar, Sip, Condoto y Tad. De
otro lado,
cerca de 1.100 indgenas Wounaan han estado confinados en
poblaciones ribereas
del Medio San Juan32.
Como resultado de las fumigaciones en los departamentos vecinos,
en Choc han
crecido rpidamente los cultivos de uso ilcito (de 400 has en el
2003 a 2.300 en el
2005). Los municipios ms afectados son: Istmina, Bojay, Viga del
Fuerte
(Antioquia), Sip y Novita (en estos dos ltimos municipios se han
iniciado las
fumigaciones de cultivos). En el presente ao, el conflicto se ha
profundizado
particularmente, en la frontera entre Choc y Antioquia, situacin
evidenciada en
las agresiones sistemticas contra las comunidades de paz
existentes en la zona33.
En el caso del Valle del Cauca se ha denunciado la presencia de
nuevos grupos
paramilitares al servicio del Cartel del Norte del Valle, los
cuales libran una fuerte
disputa territorial por el control del narcotrfico en Florida,
Cali, Buenaventura,
Buga, Trujillo, Bugalagrande, Palmira y Tula. Finalmente, los
boletines de
CODHES registran eventos de desplazamiento en el departamento
del Cauca que
afectan especialmente, a la comunidad indgena NASA y a las
comunidades
campesinas de los municipios del Tambo, Jambal y Caloto34.
Las zonas de continuidad
Si bien se ha afirmado que la presencia militar garantiza la
seguridad, existen
algunas regiones que se han convertido en laboratorios de guerra
como
consecuencia de la aplicacin de las estrategias militares. En
estas regiones se
crean nuevos batallones, brigadas y unidades antinarcticos;
avanzan programas
de soldados rurales; crece la red de informantes; hay
bombardeos, detenciones
32
CODHES. Ms o menos desplazados. Op. cit. 33 CODHES. El conflicto
colombiano cruz el lmite. Documento CODEES 14 de junio de 2005
34
CODHES. Ms o menos desplazados. Op. cit.
-
masivas y fumigaciones. Estas estrategias se cruzan con paros
armados, bloqueos
alimentarios, ataques a bienes protegidos, minado de campos,
amenazas y
restricciones al ejercicio de derechos civiles y polticos, por
parte de todos los
grupos armados irregulares35.
Es el caso de los departamentos de operacin (Caquet, Guaviare,
Meta y
Putumayo) y extensin del Plan Patriota (Norte de Santander y
Arauca), confluyen
estrategias de confinamiento y desplazamiento de poblacin civil.
Algunas
capitales como Florencia se han convertido en importantes
receptores de
poblacin desplazada36.
Adems de la zona de influencia del Plan Patriota, zonas como el
Oriente
Antioqueo, registran alta intensidad en la confrontacin y
presentan eventos de
desplazamiento forzado. En los municipios de San Carlos, San
Francisco, Cocorn,
San Luis, Rionegro, San Rafael, Granada y Argelia, persiste un
duro
enfrentamiento entre Fuerza Pblica y guerrilla. Un panorama
similar se observa
en el Catatumbo (Norte de Santander), el norte del Valle del
Cauca y en la Sierra
Nevada de Santa Marta37. CODHES subraya adems, la situacin de
los
departamentos del norte del pas donde se han desmovilizado
grupos
paramilitares y en los cuales se esperaba menor intensidad del
conflicto. All sin
embargo, se mantienen los asesinatos selectivos, las amenazas
contra poblacin
civil y las acciones que pretenden garantizar el control social,
econmico y poltico
ante la ofensiva de las FARC. En estos lugares, las
organizaciones sociales se han
visto particularmente afectadas por la acusacin generalizada de
ser apoyo
logstico de la guerrilla38.
35
CODHES. Conflicto armado y crisis humanitaria sostenida.
Desplazados en el limbo. Op. cit. 36[
CODHES. Desplazamiento y conflicto armado: la poltica del
avestruz. CODHES INFORMA No 58. 1 de mayo de 2005 37
Ibd. 38 CODHES. Conflicto armado y crisis humanitaria sostenida.
Desplazados en el limbo. Informe CODEES 2004. Bogot 1 de febrero de
2005.
-
Para no concluir
Lamentablemente, la discusin sobre el desplazamiento est lejos
de llegar a conclusiones satisfactorias, ms an cuando el fenmeno
cambia y se agrava todos los das. En este sentido, es vlida la
reflexin de Alfredo Molano con respecto al reciente informe de
CODHES y la Conferencia Episcopal, que constituye una de las
lecturas obligatorias de este mdulo:
BIBLIOGRAFA OPCIONAL PRIMERA PARTE ALONSO, Manuel Alberto y VLEZ
RENDN, Juan Carlos. Guerra, soberana y rdenes alternos. Estudios
Polticos n 13, Medelln: Instituto de Estudios Polticos, Universidad
de Antioquia, Julio-diciembre de 1998, p. 41-75 BEJARANO, Jess
Antonio; Briceo, Luis Hernando. La guerra y la paz en la segunda
mitad del siglo XX en Colombia. Bogot. ECOE ediciones. 1999
CAMACHO, Alvaro; Leal, Francisco; (compiladores) Armar la paz es
desarmar la guerra:herramientas para lograr la paz. Bogot.
Fescol,CEREC,Iepri. 1999. CASTILLEJO, Alejandro. La potica de lo
otro. Ministerio de Cultura, ICANH,
-
COLCIENCIAS. 2000. COMISIN DE ESTUDIOS SOBRE LA VIOLENCIA.
Colombia, Violencia y Democracia. Bogot. Colciencias, Universidad
Nacional, IEPRI. 1995. CUBIDES, Fernando, OLAYA, Ana Cecilia y
ORTIZ, Carlos Miguel. La violencia y el municipio colombiano
1980-1997. Bogot. Universidad Nacional. 1998. CUBIDES, Fernando y
DOMINGUEZ, Camilo (eds.) (1999). Desplazados, migraciones internas
y reestructuraciones territoriales. Universidad Nacional de
Colombia. Observatorio socio-poltico y cultural, CES, Facultad de
Ciencias Humanas. Bogot. DAZA, Gisela; ZULETA, Mnica. Maquinaciones
sutiles de la violencia. Bogot. Siglo del Hombre editores,
DIUC-Universidad Central. 1997. DEAS, Malcon; GAITN, Fernando. Dos
ensayos especulativos sobre violencia en Colombia. Bogot. Fondo
Financiero de Proyectos de Desarrollo, DNP, Tercer Mundo Editores.
1995. GONZLEZ, Fernn (et al) Violencia poltica en Colombia. De la
nacin fragmentada a la construccin del estado. Bogot. CINEP. 2002.
LEAL, Francisco. La seguridad nacional a la deriva: del frente
nacional a la postguerra fra. Bogot. Alfa Omega editores. 2002.
PALACIOS, Marco. Entre la legitimidad y la violencia. Colombia
1875-1994. Bogot. Editorial Norma. 1995. PCAUT, Daniel. La perdida
de los derechos, del significado de la experiencia y de la insercin
social. A propsito de los desplazados en Colombia. Estudios
Polticos n 14, Medelln: enero-junio. 1999, p. 13-31. PEREZ, Murcia.
Luis Eduardo. Factores asociados al desplazamiento forzado en
Colombia. En: Desplazamiento forzado: Dinmicas de guerra, exclusin
y desarraigo. ACNUR, Universidad Nacional de Colombia. 2004 URIBE
DE HINCAPI, Mara Teresa. Las soberanas en vilo en un contexto de
guerra y paz. Estudios Polticos n 13. Medelln: diciembre 1998.
Bibliografa opcional segunda parte
-
CODHES. Colombia, entre desplazamiento y confinamiento. Julio 13
de 2004.
CODHES. Por qu se van? Julio 19 de 2005.
CODHES. Desplazamiento y conflicto armado: la poltica del
avestruz. CODHES INFORMA No 58. 1 de mayo de 2005
CODHES. Conflicto armado y crisis humanitaria sostenida.
Desplazados en el limbo. Informe CODEES 2004. Bogot 1 de febrero de
2005. CODHES. El conflicto colombiano cruz el lmite. Documento
CODEES 14 de junio de 2005 FUNDACIN SEGURIDAD Y DEMOCRACIA. Informe
especial: Uribe tres aos.
http://www.seguridadydemocracia.org/docs/pdf/ocasionales/uribe 3
aos.pdf
HUMAN RIGHTS WATCH. Las apariencias engaan: Informe de Human
Rights Watch sobre el paramilitarismo en Colombia.
http://www.planetapaz.org/documentos/biblioteca/HRW_paramilitares.pdf
LEAL BUITRAGO, Francisco. La Seguridad durante el primer ao del
gobierno de Uribe Vlez. No. 50. Enero/ Abril de 2004
http://www.analisispolitico.edu.co/pdf/articulo50.pdf
PIFFANO, Germn. Desplazamiento forzado interno en Colombia: El
falso debate
de las cifras en Documentos Codhes 3: Cifras e indicadores del
desplazamiento
Forzado y derechos Humanos en Colombia. CODHES- OXFAM. Bogot
julio de 2005
PLATAFORMA COLOMBIANA DE DERECHOS HUMANOS. El embrujo
Autoritario. http://www.plataforma-colombiana.org/
RANGEL, Alfredo. La sostenibilidad militar de la seguridad.
Ponencia presentada en el foro: Sostenibilidad de la seguridad
democrtica. Bogot, 23 de Febrero de 2005.
http://www.seguridadydemocracia.org/docs/pdf/ocasionales/ponenciaAlfredoRangel.pdf
SEMANA. COM. Profundizacin. Ley de Justicia y Paz
http://semana2.terra.com.co/archivo/articulosView.jsp?id=88179
-
BIBLIOGRAFA TEMTICA... VIDEO: El desplazamiento en Colombia: Una
historia que se repite. Universidad Nacional de Colombia, PIUPC,
2004 CITAS. 1. NARANJO, Gloria. Scripta nova N 94, 1 de agosto de
2001. http://www.ub.es/geocrit/sn-94-37.htm 2 TOVAR, Hermes.
Emigracin y xodo en la historia de Colombia en Migrations en
Colombie. Cahiers Alhim, No.3,- 2001.
http://alhim.revues.org/document522.html 3. Ibid. 4. ROJAS,
Cristina. Civilizacin y violencia. Bogot: Editorial Norma, 2001. 5.
OSORIO, Flor Edilma. Viejas y nuevas ruralidades a partir de las
migraciones internas; algunas reflexiones desde la realidad
colombiana. http://168.96.200.17/ar/libros/rjave/mesa1/osorio.rtf
6. ORTIZ, Carlos Miguel. Estado y subversin en Colombia. La
violencia en el Quindo en los aos 50. CEREC y CIDER. Bogot,
Colombia, 1985. Citado por OSORIO, Flor Edilma. Op. Cit. 7. REYES,
Alejandro. La violencia y el problema agrario en Colombia. Anlisis
Poltico N2 agosto-diciembre de 1987 8. Entre 1951 y 1964 se
registra por ejemplo, una taza de urbanizacin del 26 por mil.
KALMANOVITZ, Salomn. La agricultura en Colombia 1950-1972. Bogot :
DANE, 1974. p 374 9. CODHES CONFERENCIA EPISCOPAL DE COLOMBIA.
Desafos para construir nacin. El pas ante el desplazamiento, el
conflicto armado y la crisis humanitaria. 1995-2005. CODHES, Bogot,
2006. p.9 10. CODHES CONFERENCIA EPISCOPAL DE COLOMBIA. Op. Cit. p
14 11. NARANJO, Gloria. Op. Cit. 12. TOVAR, Hermes. Op. Cit.
http://www.mediosparalapaz.org/index.php?idcategoria=44 14.
NARANJO, Gloria.. Op. Cit. 15. BELLO, Martha. El desplazamiento
forzado en Colombia: acumulacin de capital y exclusin. En:
Desplazamiento forzado: Dinmicas de guerra, exclusin y desarraigo.
ACNUR, Universidad Nacional de Colombia, 2004. 16. Sistema de
informacin de la Conferencia Episcopal, creado en 1997, registra a
las familias que se acercan a las parroquias para enfrentar su
situacin de desplazamiento. 17. Codhes Conferencia Episcopal de
Colombia. Op. Cit. p67 18. Estadsticas de poblacin desplazada en
pgina web de Accin Social:
http://www.accionsocial.gov.co/contenido/contenido.aspx?catID=383&conID=556
19. Algunos estados del arte sobre la produccin en el tema son:
PREZ, Luis Eduardo. Factores asociados al desplazamiento forzado en
Colombia. En: Desplazamiento forzado: Dinmicas de guerra, exclusin
y desarraigo. ACNUR, Universidad Nacional de Colombia. 2004; URIBE,
Mara Teresa et.al. Desplazamiento forzado en Antioquia. Volumen 0:
Aproximaciones tericas y metodolgicas al desplazamiento de poblacin
en Colombia. Bogot, Secretariado Nacional de Pastoral Social, 2000;
OIM Universidad Javeriana. Desplazamiento Interno y Atencin
Psicosocial: El reto de reinventar la vida, Un estado del arte.
2002; RAMREZ, Ana Carolina. Desplazamiento Interno en Colombia.
Produccin acadmica y poltica pblica en la academia y el sector
rural. Universidad Nacional de Colombia- FCE. Primera Edicin,
Bogot, septiembre de 2004.
-
20. IBEZ, Ana Maria y QUERUBIN, Pablo. Acceso a tierras y
desplazamiento forzado en Colombia. Documento CEDE. Bogota :
Universidad de los Andes, CEDE; mayo 2004. p 10 21. Ibid. p.10 22.
URIBE Mara Teresa. (Directora de la investigacin).Desplazamiento
forzado en Antioquia. Vol. 0 Aproximaciones tericas y metodolgicas
al desplazamiento de poblacin en Colombia. 1a Ed. Bogot: Secretara
Nacional de Pastoral Social. Conferencia Episcopal de Colombia,
2000, p44. 23. Ibid. p44. 24. BANCO DE DATOS DE DERECHOS HUMANOS Y
VIOLENCIA POLTICA. Marco conceptual. p 3 25. Ibid. p 3 26. Trmino
utilizado por PIZARRO, Eduardo. Insurgencia sin revolucin : la
guerrilla en Colombia en una perspectiva comparada. Santa Fe de
Bogot: Tercer Mundo Editores, IEPRI, 1996. 27. PROGRAMA DE LAS
NACIONES UNIDAS PARA EL DESARROLLO (PNUD). El conflicto, callejn
con salida : Informe Nacional de Desarrollo Humano para Colombia -
2003 - Informe Nacional de Desarrollo Humano para Colombia 2003,
Bogot, Editorial PNUD, 2003. 28. ZULUAGA, Jaime. La guerra interna
y el desplazamiento forzado. En: Desplazamiento forzado: Dinmicas
de guerra, exclusin y desarraigo. ACNUR, Universidad Nacional de
Colombia. 2004. 29. PROGRAMA DE LAS NACIONES UNIDAS PARA EL
DESARROLLO (PNUD) . Op. Cit. Captulo 2 30. Ibd. Captulo 3 31.
MEDINA Gallego, Carlos. Autodefensas, paramilitares y narcotrfico
en Colombia : origen, desarrollo y consolidacin. El caso "Puerto
Boyac. Bogota: Editorial Documentos Periodsticos, 1990. 32. PIZARRO
LEONGMEZ, Eduardo.; PEARANDA, Ricardo. Las FARC (1949-1966): de la
autodefensa a la combinacin de todas las formas de lucha. (Prlogo
de Pierre Gilhodes). Bogot, Colombia: UN, Instituto de Estudios
Polticos y Relaciones Internacionales; Tercer Mundo Editores,
(Sociologa y Poltica), 1991. 245 p. 33. PARDO, Rafael. 10 aos de
acuerdos, 20 aos de procesos de paz, 40 aos de conflictos en
CEPEDA, Fernando (Ed.). Seminario: Haciendo paz, reflexiones y
perspectivas del proceso de paz en Colombia. Ancora editores. 2001.
34. Uno de los ejemplos ms relevantes es el de la , partido poltico
legal creado en 1985 en el marco de las negociaciones de paz, del
cual fueron asesinados cerca de 2000 miembros entre sus cuadros y
militantes. 35. Ibid 36. AGUILERA, Mario. ELN: entre las armas y la
poltica. IEPRI. Nuestra guerra sin nombre. Transformaciones del
conflicto en Colombia. Bogot, Norma, 2006 . p223-229 37. PIZARRO,
Eduardo. Las FARC-EP repliegue estratgico, debilitamiento o punto
de inflexin? En IEPRI. Nuestra guerra sin nombre. Transformaciones
del conflicto en Colombia. Bogot, Norma, 2006. p182-184 38.
CUBIDES, Fernando. Los paramilitares como agentes organizados de
violencia: su dimensin territorial en CUBIDES, Fernando; OLAYA ,
Ana Cecilia; ORTIZ , Carlos Miguel. La violencia y el municipio
Colombiano (1980-1997). CES. Bogot, 1998. p.202 39. Ibid. p 201-211
40. RANGEL, Alfredo (Ed.). El poder paramilitar. 1 ed., Bogot:
Fundacin Seguridad & Democracia : Editorial Planeta, 2005. 41.
Ibid. 42. RANGEL Suarez. Colombia la guerra irregular en el fin de
siglo. Anlisis Poltico No28, 1996. citado por PALACIOS, Marco. La
solucin poltica al conflicto armado 1982-1997. En: Armar la paz es
desarmar la guerra. CEREC. Bogot, agosto, 1999. p376
-
43. ECHANDA, Camilo. Evolucin reciente del conflicto armado en
Colombia: La guerrilla en Las Violencias: inclusin creciente. CES.
Bogot, 1998. 44. Ibid. 45. CUBIDES, Fernando; OLAYA , Ana Cecilia;
ORTIZ , Carlos Miguel. La violencia y el municipio Colombiano
(1980-1997). CES. Bogot, 1998. 46. ECHANDA, Camilo. Cambios
recientes en el conflicto interno y sus implicaciones en el proceso
de violencia. Ponencia seminario Internacional de resistencia
civil. Bogot Agosto 2003 47. GONZLEZ, Fernn; BOLVAR, Ingrid;
VZQUEZ, Tefilo. Violencia poltica en Colombia : de la nacin
fragmentada a la construccin del estado. Bogot : CINEP, 2002. 48.
BELLO, Martha. Op.Cit. p. 24. 49. ECHANDA, Camilo. Evolucin
reciente del conflicto armado en Colombia: la guerrilla en AROCHA
,Jaime; CUBIDES, Fernando; JIMENO, Myriam. Las violencias :
inclusin creciente Santa Fe de Bogot : Facultad de Ciencias Humanas
UN, 1998. 50. URIBE ,Maria Teresa. Op.Cit. p.45. 51. MONDRAGN,
Hector. Relatifundizacin, megaproyectos y campesinos en Colombia.
1998. www.gratisweb.com/ciclocrisis/latifundio.htm 52. FAJARDO,
Daro. Para sembrar la paz hay que aflojar la tierra. Universidad
Nacional de Colombia. 2002 53. IBANEZ, Ana Maria. QUERUBIN, Pablo.
Op. Cit. Pg. 60 54. MACHADO, Absaln. Tenencia de la tierra,
problema agrario y conflicto. En: Desplazamiento forzado: Dinmicas
de guerra, exclusin y desarraigo. ACNUR, Universidad Nacional de
Colombia. 2004. 55. IBANEZ, Ana Maria. QUERUBIN, Pablo. . Op. Cit.
p.60 56. IGAC-CORPOICA, 2001. Zonificacin de los conflictos de uso
de las tierras en Colombia. Bogot. 57. FAJARDO, Daro. Los cultivos
proscritos, el campo y la guerra. En: Para sembrar la paz hay que
aflojar la guerra. Universidad Nacional de Colombia. Bogot, 2002.
58. URIBE, Mara Teresa. Las soberanas en vilo en un contexto de
guerra y paz. Estudios Polticos, N 13, Medelln: diciembre 1998, p.
20. 59. NARANJO, Gloria. Scripta Nova, N 94, 1 de agosto de 2001.
http://www.ub.es/geocrit/sn-94-37.htm 60. Ibid. 61. Ibid. 62.
PECAUT, Daniel. Guerra contra la sociedad. Captulo 7: A propsito de
los desplazados en Colombia. Bogot : Espasa, 2001. p 257-277 63.
BELLO, Martha. Op. Cit.. 64. NARANJO, Gloria. Op. Cit 65. OSORIO,
Flor Edilma. Recomenzar vidas, redefinir identidades En:
Desplazamiento forzado: Dinmicas de guerra, exclusin y desarraigo.
ACNUR, Universidad Nacional de Colombia, 2004.
-
66. PEREZ, Manuel. De campesinos desplazados a excluidos urbanos
BELLO, Martha; VILLA, Martha. El desplazamiento en Colombia:
Regiones, ciudades y polticas pblicas. REDIF. Medelln, octubre del
2005. 67. Ibid. 68. NARANJO, Gloria. Op. Cit 69. Citado por PEREZ,
Luis Eduardo. Poblacin desplazada: entre la vulnerabilidad, la
pobreza y la exclusin. Red de Solidaridad Social. Bogot. 2004. p 33
70. BELLO, Marta y MOSQUERA, Claudia. Desplazados, migrantes y
excluidos: actores de las dinmicas urbanas .En: CUBIDES, Fernando y
DOMNGUEZ, Camilo (Eds). Desplazados, migraciones internas y
reestructuraciones territoriales. Santaf de Bogot: Observatorio
Sociopoltico y Cultural, Centro de Estudios Sociales, Facultad de
Ciencias Humanas, Universidad Nacional de Colombia, 1999.