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 DEL KEIL & DELITZSCH
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Comentario Al Texto Hebreo Del Antiguo Test Amen To

Jul 21, 2015

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Ismael Oñate
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DELKEIL & DELITZSCHDELPENTATEUCO E HISTRICOSKEIL & DELITZSCHEDITORIAL CLIEC/ Ferrocarril, 808232 VILADECAVALLS (Barcelona) ESPAAE-mail: [email protected]: http:// www.clie.esCOMENTARIO AL TEXTO HEBREO DEL ANTIGUO TESTAMENTOPentateuco e HistricosTraducido y adaptado al castellano por: Ivo Tamm 2008 por Editorial Clie para esta edicin en castellanoISBN: 978-84-8267-461-2ISBN de la obra completa: 978-84-8267-419-6Printed in United StatesClasifquese:98 HERMENUTICA:Comentarios completos de toda la BibliaCTC: 01-02-0098-45Referencia: 224483NDICEPRLOGO A LA EDICIN ESPAOLA 7PREFACIO (IVO TAMM) 9PREFACIO (C.F. KEIL) 11PREFACIO A LA TERCERA EDICIN 13ABREVIATURAS 15INTRODUCCIN GENERAL A LOS CINCO LIBROS DE MOISS 17GNESISIntroduccin 29Comentario 33XODOIntroduccin 175Comentario 177LEVTICOIntroduccin 291Comentario 293NMEROSIntroduccin 375Comentario 377DEUTERONOMIOIntroduccin 473Comentario 479ANOTACIONES FINALES SOBRE LA COMPOSICIN DEL PENTATEUCO 567INTRODUCCIN A LAS HISTORIAS PROFTICAS DEL ANTIGUO TESTAMENTO 575JOSUIntroduccin 583Comentario 591JUECESIntroduccin 671Comentario 679LOS LIBROS DE SAMUEL 7591 SAMUELComentario 7672 SAMUELComentario 851LOS LIBROS DE LOS REYES 9211 REYESComentario 9292 REYESComentario 1017INTRODUCCIN A LOS LIBROS HAGIOGRFICOS 1095INTRODUCCIN A LOS LIBROS DE LA CRNICA 10971 CRNICASComentario 11152 CRNICASComentario 1199ESDRASIntroduccin 1269Comentario 1279NEHEMASIntroduccin 1315Comentario 1321RUTIntroduccin 1363Comentario 1367ESTERIntroduccin 1377Comentario 1385PRLOGO A LA EDICIN ESPAOLADisponer de una versin en espaol del famoso Commentary on the Old Testament delosalemanesCARL FRIEDRICHKEIL yFRANZDELITZSCH,esunantiguosueoque los profesores de seminario y estudiosos de la Biblia han acariciado por muchosaos.Aceptado como el comentario erudito por excelencia entre los comentarios bblicos,citado constantemente por otros comentaristas, lingistas y estudiosos de la Biblia entodaslasdisciplinasteolgicas,eltrabajmagistraldeinvestigacinrealizadoporKEIL y DELITZSCH se plantea como la obra ms seria y completa que se ha escrito so-bre el Antiguo Testamento y la mejor va de aproximacin al sentido de las palabrasusadas en el texto hebreo.Su principal virtud consiste en llevar a cabo este anlisis de una forma asequible in-cluso para quienes no tienen conocimientos previos del hebreo. Y al objeto de poten-ciar esta facilidad, la presente edicin espaola aporta la ventaja de incluir la traduc-cin de las numerosas citas en latn, tanto en lo que refiere a los Padres de la Iglesiacomo a las de los Reformadores, algo que no se tuvo en cuenta en las distintas edicio-nes en ingls y que lamentablemente excluye de acceder a la riqueza completa del co-mentario a todos aquellos que no dominan esa lengua.Consideradopormuchostelogosactualescomodetendenciaconservadoramo-derada y escrito desde una perspectiva totalmente interdenominacional el Comentarioal texto hebreo del Antiguo Testamento de KEIL y DELITZSCH, defiende la inerrancia his-tricadelasEscriturasysudivinainspiracincomoPalabradeDiosfrenteatodosaquellos que atacan tanto su origen como la autenticidad de sus autores.ElmensajedelNuevoTestamentoextiendesusracesenlasenseanzasdel Anti-guo Testamento, y en consecuencia una apreciacin justa y un entendimiento correctodel mensaje del Antiguo Testamento es esencial para todo aquel que pretenda aden-trarse en el estudio del Nuevo Testamento. Como lo expresara el propio Carl FriedrichKEIL al prologar la edicin original en alemn ...los Padres y maestros de la iglesia detodas las edades han estudiado profundamente las Escrituras del Antiguo Testamentoy han explicado las revelaciones de Dios bajo el antiguo pacto presentando a la comu-nidad cristiana las riquezas de la sabidura y conocimiento de Dios que contienen....Con este mismo propsito, la Editorial CLIE se siente honrada de poder ofrecer almundo cristiano de habla espaola esta obra monumental, tan til como herramientade trabajo para todos aquellos que desean profundizar en el mensaje de la Sagrada Es-critura.ELISEO VILAPresidente de la Editorial CLIEPREFACIOEl Comentario filolgico del Antiguo Testamento de Keil & Delitzsch ha marcadoun hito en la historia de la interpretacin bblica del Antiguo Testamento, no slo enAlemania, donde apareci el primer tomo en el ao 1872, sino tambin en el mundoanglosajn, donde se public su traduccin al ingls pocos aos despus de la segun-daedicinen Alemania,lacualhasidoreeditadacontinuamentedesdeelao1864.Este comentario fue el comienzo de la tradicin de grandes comentarios exegticos delAntiguoydelNuevoTestamento,tradicinqueaunhoysiguesiendoaplicada.Lapresentetraduccindelcomentariobblicosebasaenlaterceraedicindeloriginalalemn BiblischerCommentarberdasAlteTestament,presentandoalgunasampliacio-nes respecto a la segunda edicin, sobre todo en el comentario del Gnesis.JohannFriedrichCarlKeil(1808-1888)fuealumnodeErnstW.HengstenbergenBerln. Despus de su conversin a la fe personal en un movimiento confesional lute-rano se dedic a la edificacin de la iglesia luterana en el Bltico, en especial en la an-tigua regin de Dorpat, la actual Tartu (Estonia). Ejerci el cargo de profesor del Anti-guo Testamento en la facultad de teologa evanglica de la universidad en esta ciudad.En el campo acadmico su inters principal fue la superacin del racionalismo teol-gico contemporneo, al cual identificaba como fatal compromiso de algunos telogoscon el racionalismo, la refutacin de la crtica al pentateuco, que en ese tiempo estabasurgiendo, as como la defensa de la unidad de la Biblia. Se le cuenta entre los telo-gos neoluteranos.Franz Julius Delitzsch (1813-1890) es considerado uno de los ms importantes exe-getas del Antiguo Testamento en el siglo XIX. Fue profesor de Antiguo Testamento enLeipzig (1844), Rostock (1846), Erlangen (1850) y nuevamente en Leipzig (a partir de1867). Partiendo del movimiento pietista, al cual se convirti en el ao 1831, y contan-do con una profunda formacin cientfica uni, acriba filolgica y devocin personalcon la exgesis bblico-teolgica. Adems se le consideraba un amplio conocedor de laliteratura rabnica, reconocido tanto por eruditos cristianos como judos.Ambosautoresempiezansusrespectivasexgesisconunatraduccindelhebreodelpasajeacomentar,buscandosuapoyotextualentestigostextualesconocidosenese tiempo, tales como la Septuaginta y la Vulgata Latina. Comentan el texto no slo alaluzdelcontextobblicosinoquetambinincluyenensusanlisislosdescubri-mientos en reas cientficas cercanas a la exgesis del Antiguo Testamento como lo fue-ron la asiriologa y la arqueologa. Debido a que ambos presentan una traduccin di-rectadeltextooriginaltambinsehapartidoenlatraduccindelaobradeltextohebreo del Antiguo Testamento, no slo para presentar una lnea fiel al texto de parti-da, sino tambin para reflejar el espritu de los comentaristas.Con el presente comentario los autores trataron de posicionarse en contra de la po-sicin modernista-racionalista de ese tiempo, en especial en contra del comentario deL. Hirzel, A. Knobel, entre otros. Carl Keil escribi los comentarios de Gnesis a Ester,Jeremas, Ezequiel, Daniel y los Profetas menores adems del comentario a los librosde los Macabeos. Delitzsch escribi los comentarios restantes, sobresaliendo, sobre to-do, el comentario del libro de los Salmos y el de Isaas que fueron reeditados diversasveces por Delitzsch mismo. La presente traduccin de este magnfico comentario exe-gtico tiene por intencin ofrecer al lector hispanoparlante acceso a uno de los mejo-res comentarios exegticos del Antiguo Testamento de todos los tiempos.IVO TAMMPREFACIOEl Antiguo Testamento es la base del Nuevo. Dios, habiendo hablado muchas vecesy de muchas maneras en otro tiempo a los padres a travs de los profetas, en estos pos-treros das nos ha hablado a travs del Hijo. La iglesia de Cristo est edificada sobre elfundamento de los apstoles y los profetas. Porque Cristo no vino a derogar la ley o alosprofetas,sinoacumplirlaconformedijoalosjudosEscudriadlasEscrituras,porque a vosotros os parece que en ellas tenis la vida eterna, y son ellas las que testi-ficandeMastambin,pocoantesdesuascensin,abrielentendimientodesusdiscpulos, para que pudieran entender la Escritura, y, comenzando con Moiss y to-dos los profetas, les explic todas las cosas que dijo (Luc. 24:27; 44s.). Con firme fe enla veracidad de este testimonio de nuestro Seor, los padres y maestros de la iglesia detodas las edades han estudiado las Escrituras del Antiguo Testamento y han explicadolas revelaciones de Dios del antiguo pacto en obras instructivas y edificantes, a fin depresentar a la comunidad cristianalasriquezasdelasabidurayelconocimientodeDios que contienen, y grabndolas en el corazn, para adoctrinar, para redargir, pa-ra mejorar y para instruir en justicia. El Desmo, Naturalismo y Racionalismo, que ga-naron tanta influencia en el ltimo cuarto del siglo XVIII, fueron los primeros en mi-nar la creencia en la inspiracin del primer pacto, y ahogar ms y ms esta fuente deverdad salvadora de modo que hoy en da la depreciacin de las Santas Escrituras delAntiguoTestamentosehaextendidotantocomolaignoranciadeloquerealmentecontienen, aunque durante los ltimos 30 aos la investigacin cientfica creyente hahecho mucho por la revelacin divina.Que el Seor conceda su bendicin a nuestras obras, y asista con su Espritu y po-der a una obra designada para promover el conocimiento de su Santa Palabra.Leipzig, 17 de agosto de 1861C.F. KEILPREFACIO A LA TERCERA EDICINDebido a que la continua demanda por este comentario me fortific cada vez msen la conviccin de que ste corresponde a su intencin, esto es, presentar a los estu-diantes, profesores y pastores una introduccin al Antiguo Testamento, he decidido norealizar grandes cambios en el plan y la realizacin de esta obra sino limitarme a in-cluir las obras ms modernas acerca del Gnesis como lo son la cuarta edicin del co-mentariodeFranzDelitzsch(1872)ylasegundadelcomentariodeKnobel,realizadapor AugustDillmann(1875)ascomoelamplioLehrbuchderBiblischenGeschichtedesAltenTestamentsde AugustKhler(1875)ydiversosensayosmenorescomoeldeEd.Riehm acercadeltrminoexpiacinenelAntiguoTestamento(1876)ademsdelasltimasinvestigacionesgeogrficasacercadePalestina,elSinayeldesiertorabe,presentadas en Oscar Fraas, Aus dem Orient 1867 y E.H. Palmer, der Schauplatz der vier-zigjhrigenWstenwanderungIsraels,traducidodelingls(1876)ademsdecompara-ciones cuidadosas a fin de revisar el comentario desde un punto de vista idiomtico,histricoyteolgicoy,encasodesernecesario,modificarlo,corregirlooexplicarlomejor. Por otro lado he perseguido con alto inters el continuo desarrollo de las pre-guntas geolgicas y naturales acerca de la formacin de la tierra y la situacin originaldelgnerohumano,comotambinlasinvestigacionesfilolgicasehistrico-arqueo-lgicas acerca del antiguo Egipto, Asiria, Babilonia y los dems pases semitas, a fin deentender correctamente y defender el relato bblico de la creacin y el diluvio, del pa-raso y el antiguo desarrollo de la humanidad frente a los argumentos de gelogos ynaturistas y aun de los historiadores, sobre todo los egiptlogos y los asirilogos. Con-forme a ello he revisado las partes correspondientes del comentario para tratar de ha-cerlo ms comprensible. Apesar de que actualmente todas estas investigaciones estnen desarrollo y hasta ahora slo han producido pocos conocimientos fundados acercade la formacin del mundo, el origen y el primer desarrollo del gnero humano, dan-do pocos puntos de apoyo para la explicacin de la tradicin bblica, los representan-tes de las ciencias naturales al igual que los fillogos e historiadores no se han dedica-doalahistoriaprimitivadelaBibliasinoquelahancriticado,basndoseenlosresultados de sus respectivas investigaciones. En vista de este proceder pareci nece-sariotratardeunamaneramsdetalladalapreguntaacercadelarelacindelasenseanzas de estos cientficos con la historia bblica e iluminar los principales argu-mentos presentados en contra de la veracidad histrica de las Escrituras en tratamien-tosespecialesafindepermitirqueellectortengalaoportunidaddeconocerlaopi-ninpresentadaporelnaturalismoyelpantesmo,ascomoporlaactualposicinmaterialista, la opinin de que la veracidad histrica del documento bblico acerca delacreacin,elparaso,eldiluvio,etc.yahubierasidorefutadoporlainvestigacincientfica y pueda formar una opinin propia y para mostrar cmo los hombres de laciencia todava no han podido solucionar ninguna de estas preguntas sino que, al con-trario, han sido llevados a abandonar sus posiciones por considerarlas insostenibles, apesar de que por mucho tiempo eran consideradas como verdad definitiva. Los vere-dictos de los gelogos Pfaff en la 2 edicin de Schpfungsgeschichte del ao 1877 acer-ca del plutonismo, en el cual se basan casi todas las nuevas teoras creacionales y Her-mann Credner acerca de los periodos de formacin geolgica y creacional son pruebaseclatantes de ello as como tambin la confesin de Brugsch en su nuevo tratado acer-ca de la historia de Egipto bajo los faraones acerca de la insostenibilidad de la crono-loga del antiguo reino de Egipto basada en las dinastas de Maneto.Debidoaltratamientomsdetalladodeestosyotrospuntos,ascomoporlaimpresinmenoscomprimidaellibrohaaumentadocasitrespginas.Esperoqueapesar de ello el lector acepte gustosamente esta nueva edicin.Leipzig, 15 de octubre de 1878CARL FRIEDRICH KEILABREVIATURASi.e. (id est) decirsc. (scire) aadircap. captulocf. (confere) compresess. siguientesver. versculoe.o. entre otrosop.cit. (opera citata) el mismo libro citado en la nota anteriorIbid. (ibidem) en el mismo lugarLXX Septuaginta, la versin griega del Antiguo TestamentoINTRODUCCIN GENERALA LOS CINCO LIBROS DE MOISS1. EL ANTIGUO TESTAMENTO Y SUS DIVISIONES PRINCIPALESLasSantasEscriturasdelAntiguoTestamentocontienenlasrevelacionesdivinasque preparan el camino para la redencin del hombre cado por medio de Cristo. Larevelacin de Dios comenz con la creacin de cielo y tierra, cuando el Dios trino lla-m a la existencia a un mundo lleno de organismos y de criaturas vivientes y organi-zadas, que con su vida y su ser proclamaban la gloria de su Creador; en tanto que, enla persona del hombre, que fue formado a la imagen de Dios, fueron creadas para par-ticipar en las bendiciones de la vida divina. Pero cuando la raza humana, cedi en susprogenitores a la tentacin del maligno, y abandon el camino designado por su Crea-dor, cayendo presa del pecado y de la muerte, y quedando envuelta toda la creacinterrenal en los efectos de su cada, la misericordia de Dios comenz la obra de restau-racin y redencin, la cual haba sido planeada en el consejo del amor trino antes dela fundacin del mundo para restablecer a la criatura cada, de salvar a la raza huma-na de muerte y perdicin. De aqu que, desde el principio, Dios no slo ha manifesta-do su eterno poder y deidad en la creacin, preservacin y gobierno del mundo y sushabitantes, sino que tambin revel por medio de su Espritu, su propsito y deseo debienestar para el hombre. Esta manifestacin del Dios personal sobre y en el mundoasumi, a consecuencia de la cada, la forma de un plan de salvacin, elevndose porencima de la providencia divina y el gobierno general del mundo, y llenando el ordende la naturaleza con poderes ms altos de la vida espiritual, para que el mal, que ha-ba entrado por el pecado en la naturaleza del hombre y pasado del hombre a todo elmundo, pudiera ser vencido, y que el mundo fuera transformado en un reino de Diosen el que la santa voluntad domina el desarrollo de las criaturas, y que la humanidadsea glorificada a la semejanza de Dios por la transfiguracin completa de su naturale-za. Estas manifestaciones de gracia divina, que, tal como lo comenta O. Zoeckler en suTheologia naturalis, 1860, tomo 1, p. 297 perfectamente, hicieron la historia del mundoun desarrollo de la humanidad hasta convertirse en reino de Dios bajo la superinten-dencia educacional y judicial del Dios viviente, culminaron en la encarnacin de Diosen Cristo para reconciliar el mundo consigo mismo.Por medio de este acto de amor insondable todo el curso de la historia del mundose divide en dos periodos: los tiempos de preparacin de la salvacin, y los tiemposdeefectuacinycumplimientodelasalvacinpreparadadesdeelprincipio.Elpri-mero se extiende desde la cada de Adn hasta la venida de Cristo, y tiene su puntoculminante en la economa del primer pacto. El segundo comienza con la manifesta-cin del Hijo de Dios en la tierra con forma y naturaleza humanas, y dura hasta su re-greso en gloria, cuando cambiar el reino de gracia en reino de gloria por medio delltimojuicioylacreacindeunnuevocieloyunanuevatierraapartirdelosele-mentos del antiguo mundo que se quema en las llamas del juicio del cielo y de la tie-rraactual(2P.3:10-13).Entoncessecompletarycerrarelcursodeluniverso,yeltiempo ser exaltado a la eternidad (1 Cor. 15:23-28; Ap. 20 y 21).Si examinamos las revelaciones del primer pacto, conforme nos han sido legadas enlas Sagradas Escrituras del Antiguo Testamento, podemos distinguir tres fases de des-arrollo progresivo de la salvacin: la preparacin para el reino de Dios en su forma delAntiguoTestamento;suestablecimientoporeloficiomediadordeMoiss;ysudes-arrollo y extensin por medio de los profetas. En todos estos periodos Dios se revel as mismo y su salvacin a la raza humana por medio de palabras y hechos. As comoel Evangelio del Nuevo Pacto no est limitado a las verdades y preceptos de la fe en-seados por Cristo y sus apstoles, sino que el hecho de la encarnacin de Dios en Cris-to Jess, y la obra de redencin completada por el Dios-hombre a travs de hechos ysufrimientos, muerte y resurreccin, constituyen la quintaesencia de la religin cristia-na, tampoco las revelaciones divinas del Antiguo Pacto estn restringidas a las verda-des proclamadas por Moiss, por los patriarcas que vivieron antes de l y los profetasquevivierondespus,respectoalaverdaderanaturalezadeDios,surelacinconelmundo, y el destino divino del hombre, sino que consisten incluso ms en eventos his-tricos por los que el Dios vivo y personal se manifest al hombre en su amor infinito,en actos de juicio y justicia, de misericordia y gracia, para as poderlos guiar de regre-so a l, la nica fuente de vida. De aqu que todos los hechos de Dios en la historia, porlos que se ha rechazado la creciente tendencia a la impiedad, y se ha promovido la mo-ralidad y piedad, incluyendo no slo los juicios de Dios que han cado sobre la tierra ysus habitantes, sino el llamamiento de hombres para ser portadores de su salvacin yla milagrosa direccin concedida a ellos, deben considerarse como elementos esencia-les de la religin del Antiguo Testamento, tanto como las revelaciones verbales, por lasque Dios dio a conocer su voluntad y consejo salvador por medio de mandamientos ypromesas a los creyentes, y esto no slo a travs de una inspiracin sobrenatural den-tro de ellos, sino sobre todo por medio de sueos sobrenaturales, visiones y teofanasen las que los sentidos externos aprehendieron los sonidos y palabras del lenguaje hu-mano. La religin revelada no slo ha sido introducida en el mundo por la interposi-cin especial de Dios, sino que es esencialmente una historia de lo que Dios ha hechopara establecer su reino sobre la tierra, en otras palabras, para restaurar una comuninpersonal real entre Dios, cuya omnipresencia llena el mundo, y el hombre que fue crea-do a su imagen, para que Dios pueda renovar y santificar a la humanidad mediante suEspritu, y exaltarla a la gloria de la vida en Su plenitud de vida.El camino para el establecimiento de su reino en la forma del Antiguo Testamento seinici con el llamamiento de Abram, y su eleccin para ser el padre de esa nacin, conla que el Seor quera realizar un pacto de gracia para bendicin de todas las familiasdelatierra.Laprimerafase delahistoriadelasalvacincomienzaconlapartidadeAbraham, en obediencia al llamamiento de Dios, de su tierra natal y de la casa de supadre, y alcanza hasta el momento en que la posteridad prometida al patriarca se hu-bo expandido en Egipto en las doce tribus de Israel. La revelacin divina durante esteperiodoconsistienpromesas,lascualespusieronelfundamentoparatodoeldes-arrollo futuro del reino de Dios en la tierra, y de esa direccin especial por la que el Se-or demostr ser, de acuerdo con estas promesas, el Dios de Abraham, de Isaac y Jacob.La segunda fase comienza con el llamamiento de Moiss y la liberacin de Israel dela esclavitud de Egipto, y abarca el establecimiento del reino de Dios del Antiguo Tes-tamento, a travs del pacto que Dios hizo con el pueblo de Israel en Sina, a quien ha-ba redimido con poderosos hechos de Egipto, y por la constitucin nacional que re-gulaba las condiciones de su relacin de pacto, dada en la ley mosaica al pueblo quehaba escogido como su heredad. En esta constitucin se presentan las verdades eter-nas y las caractersticas esenciales del reino espiritual real, en formas terrenales e ins-tituciones populares, y estn tan incorporadas en l, que las formas visibles son som-brasdeverdadesespirituales,ycontienenlosgrmenesdeaquelreinoespiritualyglorificado en que Dios ser todo en todo. En consecuencia del designio de este reino,siendo meramente para preparar y tipificar la revelacin plena de Dios en su reino, sucarcter predominante era el de la ley, para que, mientras produce una profunda y cla-ra intimacin en la pecaminosidad humana y la santidad divina, pudiera incitar unahonesta splica por ser liberados del pecado y de la muerte, y por la bendicin de vi-vir en la paz de Dios. Pero las leyes e instituciones de este reino no slo grabaron so-breelpueblolaimportanciadeconsagrartodasuvidaaDioselSeor,tambinlesabrieron el camino de la santidad y el acceso a la gracia de Dios, de donde se podraderivar el poder para andar en rectitud delante de Dios, por medio de la institucin deun santuario que el Seor de cielo y tierra llenaba con su misericordiosa presencia, yde un altar de sacrificio al que Israel se podra acercar, y recibir all perdn de los pe-cados en la sangre de los sacrificios, y regocijarse en la comunin de su Dios.La tercera fase en la historia de la salvacin del Antiguo Testamento abarca el des-arrollo progresivo del reino de Dios establecido sobre el Sina, desde la muerte de Moi-ss, el legislador, hasta la extincin de la profeca al final de la cautividad de Babilo-nia. Durante este alargado periodo, Dios se revel como el Dios del pacto y el monarcade su reino, en parte por la proteccin especial que dio a su pueblo, en tanto que le fuefiel, o cuando regres a l despus de un tiempo de apostasa y busc su auxilio, bien18 INTRODUCCIN LIBROS DE MOISSlevantando hroes de guerra para combatir los poderes del mundo, o con desplieguesmilagrosos de su propia omnipotencia, y en parte por la misin de los profetas dota-dos con el poder de su Espritu que mantena su ley y testimonio ante las mentes delpueblo, denunciaba castigo sobre un gnero apstata, y predeca la salvacin mesini-ca a los justos, testificando de su misin divina, siempre que era necesario, por la rea-lizacindemilagrososhechos.EnlosprimerossiglosdespusdeMoisshubounapredominanciadeloshechosdirectosdeDiosparaestablecerelreinoenCanan,yexaltarlo en poder y distincin en comparacin a las naciones de alrededor. Pero des-pus de que el desarrollo de su poder y gloria culminara bajo el reinado de David ySalomn se inici la divisin del pueblo del Seor con la separacin de las diez tribusde la casa de David y el estado teocrtico se empez a disolver, Dios increment el n-mero de profetas para preparar por medio de las profecias la revelacin plena de susalvacin en el establecimiento del Nuevo Pacto.As que las obras de Dios fueron de la mano con su revelacin en las palabras de lapromesa, de la ley y de la profeca, en la economa del Antiguo Pacto, no meramentepreparando el camino para la introduccin de la salvacin anunciada en la ley y en laprofeca, sino como factores esenciales del plan de Dios para la redencin del hombre,como hechos que regulaban y determinaban todo el curso del mundo, y contenan enelgermenlaconsumacindetodaslascosas;laley,comounmaestroparallevaraCristo,entrenandoaIsraelparaquedieralabienvenidaalSalvador;ylaprofeca,proclamando su advenimiento con claridad que aumentaba, e incluso derramando so-bre las oscuras y mortecinas sombras de un mundo en enemistad con Dios los prime-ros rayos de aquella venida del da de salvacin, en que el Sol de justicia se levantarasobre las naciones con la salvacin bajo sus alas.Del mismo modo que la revelacin del primer pacto se divide de ese modo en tresetapas progresivas, tambin los documentos que contienen esta revelacin, los librossagrados del Antiguo Testamento, han sido divididos en tres clases ~ la ley, :s:. losprofetas, y ::-: a,te/,a|a los hagigrafos o escritos sagrados. Pero aunque esta tripleclasificacin del canon del Antiguo Testamento no slo se refiere a tres fases de cano-nizacin, sino tambin a tres grados de inspiracin divina, las tres partes del AntiguoTestamento no se corresponden con las tres fases histricas en el desarrollo del primerpacto. La nica divisin sostenida por los hechos histricos es la de la ley y los profe-tas.Estosdoscontienentodoloqueeraobjetivoenlarevelacindel AntiguoTesta-mento, y distribuido de tal modo que la Tor, como los cinco libros de Moiss son lla-mados incluso en las mismas escrituras, contiene la obra base del antiguo pacto, o larevelacin de Dios en las palabras y hechos que pusieron el fundamento del reino deDios en la forma del Antiguo Testamento, y tambin aquellas revelaciones de las eda-des primitivas y de la historia antigua de Israel que prepar el camino para este reino;en tanto que los profetas, por otro lado, contienen las revelaciones que ayudaron a pre-servarydesarrollarelreinoisraelitadeDios,desdelamuertedeMoisshastasudisolucin ltima. Los profetas tambin se subdividen en dos clases. La primera de s-tasabarcaalosllamados:.:s:s:.(primerosprofetas),esdecirloslibrosproftico-histricos (Josu, Jueces, Samuel y los Reyes), que contienen la revelacin de Dios con-forme se cumpli en la direccin histrica de Israel por jueces, reyes, sumos sacerdotesy profetas; la segunda, los :.:s :s:. (profetas posteriores), es decir los libros profti-cos de prediccin (Isaas, Jeremas, Ezequiel y los doce profetas menores), que contie-neneltestimonioprogresivodelconsejodeDios,entregadoenconexinconloshe-chosdeDiosduranteelperiododeladecadenciagradualdelreinodelAntiguoTestamento. Estos libros histricos estn situados entre los profetas en el canon del An-tiguo Testamento, no meramente porque narren los hechos de los profetas en Israel, si-no an ms, porque exhiben el desarrollo del reino israel de Dios desde un punto devistaprofticodelpuebloydelreinomuestraneldesarrollodelarevelacindivina.Las predicciones de los profetas posteriores, que no fueron compuestas hasta algunossiglosdespusdeladivisindelreino,fueronsituadasenlamismaclaseconstos,como siendo la constitucin del reino que contena la promesa del Rey celestial, quela cada de su pueblo y reino en el mundo no haba tenido lugar en oposicin a su vo-luntad, sino expresamente de acuerdo con ella, y que por lo tanto no haba abandona-do a su pueblo y su reino, sino que en un tiempo futuro, cuando su condicin internaINTRODUCCIN LIBROS DE MOISS 19lopermitiera,lorestauraranuevamenteenunnuevopoderygloriamsexcelsos(Auberlen, Jahresbibliothek fr deutsche Theologie III, 782).Los otros escritos del Antiguo Pacto estn agrupados en la tercera parte del canon ve-terotestamentario bajo el ttulo de :: -: ,a|:t a o Hagiografa, porque fueron compues-tos bajo la influencia del Espritu Santo. Los despus llamados hagigrafos difieren delos libros profticos tanto de historia como de prediccin en su carcter peculiarmentesubjetivo,yenlaindividualidaddesuspresentacionesdeloshechosyverdadesderevelacin divina; un distintivo comn de todos los escritos de esta clase, a pesar de sudiversidadenformayasuntosquetratan.Incluyen:1)loslibrospoticos:Salmos,Job,Proverbios, Cantares de Salomn, Eclesiasts y Lamentaciones de Jeremas, como testi-monio de los frutos espirituales de los justos en la fe, el pensamiento y la vida de los jus-tos por medio de la revelada religin del Antiguo Pacto; 2) el libro de Daniel, que vivi ytrabaj en la corte caldea y persa, con su rica despensa de sueos y visiones divinamenteinspirados, profetizando la historia futura del reino de Dios; 3) los libros histricos de Rut,Crnicas, Esdras, Nehemas y Ester, que presentan la historia del gobierno de David ysu dinasta, con referencia especial a la relacin que mantena el rey con el culto levitaen el templo, y el destino del remanente de la nacin del pacto, que fue preservado enla cada del reino de Jud, desde el tiempo de su cautividad hasta su regreso de Babilo-nia, y su reestablecimiento en Jerusaln y Jud. Ms acerca de la formacin, el orden yla historia del canon de las escrituras veterotestamentarias vase en mi Lehrbuch der his-torisch-kritishen Einleitung in den alltestamentlichen Text, 3 edicin, 1873.2. TTULO, CONTENIDOS Y PLAN DE LOS LIBROS DE MOISSLos cinco libros de Moiss ( E:|a:u,e; aadir te;, liber Pentateuchus, el libro encinco partes) son llamados en el Antiguo Testamento ~ t: Sefer hattor, el libro dela ley (Deut. 31:26; Jos. 1:8, etc.), o simplemente ~ , e |ee;, la Ley (Neh. 8:2, 7, 13,etc.), un nombre que describe ambas cosas, los contenidos de la obra y su importanciaen relacin con la economa del Antiguo Pacto. La palabra ~, un sustantivo deriva-do del Hifil de , demonstrare, docere, denota instruccin, enseanza. La ~ es el li-bro de instruccin, que Jehov dio a travs de Moiss al pueblo de Israel, y por tantoesllamado-~ ToratJehovah (2deCrn.17:9;34:14;Neh.9:3)y::-~ ToratMosheh (Jos. 8:31; 2 de Reyes 14:6; Neh. 8:1), o :: t: Sefer Mosheh, el libro de Moiss(2 de Crn. 25:4; 35:12; Esdras 6:18; Neh. 13:1). Sus contenidos son la revelacin divi-na en palabras y hechos, o mejor dicho, la revelacin fundamental por la que Jehovseleccion a Israel para ser su pueblo, y les entreg su norma de vida (|ee;), o cons-titucin teocrtica como pueblo y reino.Toda la obra, aunque dividida en cinco partes, forma, en plan y ejecucin, un todocuidadosamente construido, comenzando con la creacin, y llegando hasta la muertedeMoiss,elmediadordel AntiguoPacto.Conlacreacindelcieloydelatierraseprepara el terreno para la revelacin divina. El mundo que Dios cre es la escena de lahistoria de la salvacin entre Dios y el hombre, el sitio para el reino de Dios en su for-ma terrenal y temporal. Todo lo que el primer libro contiene referente a la primera his-toria de la raza humana y de la antigedad de Israel hasta los patriarcas de Israel semantiene en una relacin ms o menos inmediata con el reino de Dios, cuyo estableci-miento real lo describen los otros libros de tal manera que en el segundo se describe lainauguracin de este reino en Sina, en el tercero el orden espiritual y en el cuarto la or-ganizacin poltica del reino por medio de hechos y preceptos legales. El quinto reca-pitula finalmente toda la obra de Dios en un hilo hortatorio, abarcando historia y le-gislacin, y las imprime sobre los corazones del pueblo, con el propsito de levantarfidelidad veraz al pacto y asegurando su duracin fue establecida de ese modo la eco-noma del Antiguo Pacto y la revelacin de la ley cierra con la muerte de su mediador.La divisin de la obra en cinco libros fue lo ms sencillo y natural que podra habersido adoptado, de acuerdo con los contenidos y plan que hemos descrito. Los tres li-bros intermedios contienen la historia del establecimiento del reino del Antiguo Tes-tamento; el primero presenta la historia preliminar y el quinto la recapitula y confir-ma. Esta divisin en cinco libros no fue realizada por algn postrer editor, sino que sefundamenta en el plan completo de la Thora, y por tanto debe considerarse como ori-20 INTRODUCCIN LIBROS DE MOISSginal. Porque incluso los tres libros centrales, que contienen una historia continua delestablecimientodelateocracia,sedividenentresporelhechodequelaporcinin-termedia, el tercer libro del Pentateuco, est separado de los otros dos, no slo por suscontenidos,sinotambinporsuintroduccin,enelprimerverso,ysufrmulacon-cluyente, cap. 27:341.3. ORIGEN Y FECHA DE LOS LIBROS DE MOISSLos cinco libros de Moiss ocupan el primer lugar en el canon del Antiguo Testa-mento, no meramente por causa de su peculiar carcter como el fundamento y normade su contenido, sino tambin porque es el escrito ms antiguo de este canon y la ba-se de toda la literatura del Antiguo Testamento; todas las obras histricas, profticas ypoticas de los israelitas postmosaicas apuntan retrospectivamente a la ley de Moisscomo su tipo y fuente principal, y asumen la existencia no meramente de la ley en s,sino tambin de un libro de la ley, con el carcter y forma precisos de los cinco librosde Moiss. En todos los otros libros histricos del Antiguo Testamento no se encuen-tra trazo alguno de alguna expansin progresiva de, o adiciones subsiguientes a los es-tatutosyleyesdeIsrael;yaqueelrelatodeldescubrimientodellibrodelaleyeneltemplo durante el reinado del rey Josas (2 de Reyes 22 y 2 de Crn. 34), es decir delejemplar puesto al lado del arca, no puede construirse, sin una perversin voluntariade las palabras, para constituir una prueba histrica de que el Pentateuco o el libro deDeuteronomio fue compuesto en ese tiempo, o que fue sacado a la luz en esa poca porprimera vez2. Por el contrario, hallamos que, desde el tiempo de Josu hasta la pocade Esdras y Nehemas, la ley de Moiss y su libro de la ley eran el nico cdigo vli-do e inalterable por el que se regulaba la vida nacional, tanto en sus instituciones ci-viles como religiosas. Sin duda ocurren numerosos casos en que se infringieron dife-rentesmandamientosdelaley,yordenanzasparticularesfuerondescuidadas;peroincluso en los tiempos problemticos y anrquicos de los jueces, se realizaba la adora-cin pblica en el tabernculo en Silo por sacerdotes de la tribu de Lev de acuerdo alas instrucciones de la Tor, y los devotos peregrinaban peridicamente en las fiestasdesignadasalacasadeDiosparaadorarysacrificardelantedeJehovenSilo(Jue.18:31, cf. Jos. 18:1; 1 de Sam. 1:1-4:4). En el establecimiento de la monarqua (1 de Sam.8:10), el curso adoptado estaba de completo acuerdo con las leyes contenidas en Deut.17:14ss.ElsacerdocioyellugardeadoracinfueronreorganizadosporDavidySalomn en perfecta armona con la ley de Moiss. Josafat hizo provisin para la ins-truccin del pueblo en el libro de la ley, y reform la jurisdiccin de acuerdo a sus pre-ceptos (2 de Crn. 17:7ss., 19:4ss.). Ezequas y Josas no slo abolieron la idolatra in-troducidaporsuspredecesores,comolohabahechoAsa,sinoquerestauraronlaadoracin a Jehov, y festejaron la Pascua como una fiesta nacional, de acuerdo con lasregulaciones de la ley mosaica (2 de Crn. 29-31; 2 de Reyes 23 y 2 de Crn. 34 y 35).Incluso en el reino de las diez tribus, que se separ del reino de David, la ley de Moi-ss retuvo su fuerza no meramente en cuestiones de derecho civil, sino tambin en re-lacin con la vida religiosa de los devotos, a pesar de la adoracin establecida por Je-roboam en oposicin a la ley, como podemos verlo claramente por las obras de Elas yEliseo, de Oseas y Ams, dentro de ese reino y fue probado exitosamente por Hengs-tenberg, Beitrge zur Einleitung in das Alte Testament, tomo II, pp. 48ss. Adems, todoslos libros histricos estn ricamente equipados con alusiones y referencias inequvocasINTRODUCCIN LIBROS DE MOISS 211. La opinin presentada por Ewald, que el libro de Jasu sea el sexto libro del pentateuco (nota del traductor: lateora del hexateuco) y que la obra haya sido realizada por el autor final o por el editor para presentar una obra com-pleta que empieza con la creacin del mundo y finaliza con la conquista de Canan por los israelitas se basa en un des-conocimiento del contenido y la razn de la Thora.2. Cuando Vaihinger, buscando dar probabilidad a la idea de Ewald del crecimiento progresivo tanto de la legisla-cin mosaica, como del Pentateuco, durante un periodo de nueve o diez siglos, afirma: observamos en los libros dela ley de los antiguos Persas, en la Zendavesta, y en los escritos histricos de India y Arabia, que en el oriente se acos-tumbraba a reescribir las obras ms antiguas, y despus de un cierto tiempo el material era podado y suplantado pormaterial nuevo, permaneciendo su base. Los postreros editores a menudo aadan nuevas fuentes a las antiguas, has-ta que finalmente el crculo de leyendas e historias se cerraba, refinaba y transfiguraba. No se fij absolutamente en ladiferencia principal entre politesmo y mitologa pagana por un lado y entre monotesmo y religin revelada, sino queconfundi en diversas formas diferentes cosas.a la ley, las cuales proveen una prueba ms fuerte que la mencin del libro de la ley,de cun profundamente haba penetrado la Tor de Moiss en la vida religiosa, civil ypoltica de Israel. (Para pruebas, vase mi Introduccin al Antiguo Testamento, 37).Del mismo modo, los profetas derivaban su autoridad e influencia total de la ley deMoiss; porque todos los profetas, desde el primero hasta el ltimo, invariablementepresentaron la ley con sus preceptos y prohibiciones de la ley al pueblo. Ellos juzga-ron, reprobaron, y castigaron las condiciones, los pecados y los crmenes del pueblo deacuerdo con sus estatutos, resumieron y expandieron sus amenazas y promesas, pro-clamaronsusegurocumplimientoempleandoloseventoshistricosdeloslibrosdeMoiss con el propsito de reprobar o consolar, citando frecuentemente las mismas pa-labras de la Tor, especialmente las amenazas y promesas de Moiss en Lev. 26 y Deut.28, para dar fuerza y nfasis a sus advertencias, exhortaciones y profecas (compresela compilacin de algunas referencias de los profetas al pentateuco, basadas en Hengs-tenberg, Caspari, Drechsler e.o., en mi Introduccin, 38A). Y, finalmente, la poesa que flo-reci bajo David y Salomn tambin tuvo sus races en la ley, la cual no slo discierne,ilumina y consagra todas las emociones y cambios de una vida justa del creyente enlos Salmos, y todas las relaciones civiles de la vida en Proverbios, sino que se hace orde varias formas en el libro de Job y los Cantares de Salomn, y es incluso recomen-dadaenEclesiasts(cap.12:13)comolasumayesenciadelaverdaderasabidura(comprese mi Introduccin, 38B).Con este hecho indiscutible de que la Thora tal como lo comenta Delitzsch, Com-mentar zur Genesis, p. 11 de la 4 edicin es una obra tan antigua que toda la litera-tura y la historia mosaica lo presuponen para s. Harmoniza tambin la constitucininterna del libro de la ley en el cual no muestra rasgos de circunstancias y tiempos pos-tmosaicos sino que tiene la evidente estampa de un origen mosaico tanto en su conte-nido como en su estilo. Todo lo que ha sido aducido como prueba de lo contrario porel llamado criticismo moderno est fundado bien sobre una mala interpretacin, o so-bre una falta de aprehensin de las peculiaridades del estilo semita en los escritos his-tricos, o finalmente, en prejuicios doctrinales, en otras palabras, sobre un repudio detodas las caractersticas sobrenaturales de la revelacin divina de sus milagros y pro-fecas.Laevidenciadeestosedarenste,enlaexposicindelospasajesquesu-puestamentecontienenalusionesacircunstanciaseinstitucionesdeunaedadpos-tmosaicamstarda,contradiccionesyrepeticionesquesonirreconciliablesconelorigen mosaico de la obra (cf. mi Introduccin, 32 y 26-29). La Tor cumple con to-das las expectativas a las que podra llevarnos a formar una obra compuesta por l, enun cuidadoso estudio del carcter personal de Moiss. l fue uno de esos maestros, encuya vida se asocia la rica madurez de un periodo histrico con el creativo comienzode otro, en quien culmina un largo pasado, y se extienden las races de un futuro demucho alcance. En l se centran el final de la era patriarcal y el inicio del periodo de laley; en consecuencia esperamos hallarlo, como un historiador sagrado, uniendo la re-velacin existente con sus antecedentes patriarcales y primitivos. Como el mediadorde la ley, fue un profeta, y, ciertamente, el mayor de todos los profetas; esperamos del, por tanto, explicaciones profticas en los caminos de Dios tanto del pasado comodel futuro. l fue enseado en toda la sabidura de los egipcios; una obra de su manomostrara, en varias alusiones inteligentes, las costumbres, leyes e incidentes egipcios,la buena educacin egipcia (Delitzsch, op.cit., 99 pp.). Respecto a todo esto, la Tor noslo satisface de manera general, las demandas que un criticismo modesto y sin pre-juicios requiere de las obras de Moiss; sino que en una investigacin ms cercana desus contenidos, presenta tantas marcas no slo de la edad mosaica sino tambin del es-pritumosaico,queesapriori probablequeMoissseasuautor.Cunadmirable-mente fue, por ejemplo, preparado el camino para la revelacin de Dios en Sina, porlarevelacindescritaenGnesisdelostiemposprimitivosypatriarcales!ElmismoDios que, cuando hizo pacto con Abram, se revel a l en una visin como JEHOVque lo haba sacado de Ur de los caldeos (Gen. 15:7), y que despus, en su carcter deEL SHADAI, i.e. el Dios omnipotente, estableci el pacto que haba hecho con l (Gen.17:1ss.), dndole en Isaac, el heredero de la promesa, y guiando y preservando a IsaacyaJacobensuscaminos,seapareciaMoissenHoreb,paramanifestarsealasi-miente de Abraham, Isaac y Jacob en el significado pleno de su nombre JEHOV, al22 INTRODUCCIN LIBROS DE MOISSredimir a los hijos de Israel de la esclavitud de Egipto, y aceptndolos como el pueblode su posesin (Ex. 6:2ss.). Cun magnficas son las revelaciones profticas contenidasen la Tor, abarcando toda la historia futura del reino de Dios hasta su gloriosa con-sumacin al final del mundo! Aparte de promesas como las de Gen. 12:1-3; Ex. 19:5, 6y otras, que apuntan a la meta y terminacin de los caminos de Dios desde el comien-zo de su obra de salvacin; en la oda cantada en el Mar Rojo, Moiss no slo contem-pla a su pueblo introducirse en Canan, y a Jehov entronizado como el Rey eterno enel santuario establecido por l mismo (Ex. 15:13, 17, 18), sino que desde Sina (Lev. 26)y las llanuras de Moab (Deut. 28-30, 32!) mira el futuro de su pueblo, y la tierra haciala que estn a punto de marchar, y ve el todo de una forma tan clara a la luz de la re-velacin recibida en la ley, como para predecir a un pueblo recientemente liberado delpoder de los paganos, que seran esparcidos nuevamente entre los paganos por apos-tatar del Seor, y que la hermosa tierra, de la cual estn a punto de posesionarse porprimera vez, una vez ms sera dejada en ruinas. Y predice esto con tal exactitud, quetodos los otros profetas, en sus predicciones de la cautividad, basan sus profecas enlas palabras de Moiss, simplemente extendindolas a la luz arrojada sobre ellos porlas circunstancias histricas de sus tiempos3. Nuevamente, cun ricamente abundanlos cinco libros en alusiones delicadas y casuales a Egipto, sus eventos histricos, suscostumbresysuscondicionesnaturales!Hengstenberg haacumuladounagrancanti-dad de pruebas, en su Egypt and the books of Moses, del conocimiento ms exactopor parte del autor de la Tor, de Egipto y sus instituciones. Slo por elegir unas cuan-tas aquellas que son aparentemente triviales, e introducidas completamente por ac-cidente ya sea en la historia o en las leyes, pero que son tan caractersticas como con-clusivasmencionaremoslacostumbreegipciadeloshombresdellevarcanastassobre la cabeza, en el sueo del jefe de los panaderos de Faran (Gen. 40:16); el afei-tarse la barba (41:14), profetizar con la copa (44:5); la costumbre de embalsamar los ca-dveres y colocarlos en sarcfagos (50:2, 3 y 26); la cesta hecha de papiro y calafatea-da con brea y asfalto (Ex. 2:3), la prohibicin de acostarse con el ganado (Ex. 22:19; Lev.18:23; 20:15, 16), y otras perversidades poco naturales comunes en Egipto; la observa-cin de que Hebrn fue construida siete aos antes que Zon en Egipto (Num. 13:22),la alusin en Num. 11:5 a la comida ordinaria y favorita de Egipto; el modo egipcio deirrigar (Deut. 11:10, 11); la referencia al modo egipcio de azotar (Deut. 25:2,3); la ame-naza de los brotes y enfermedades de Egipto (Deut. 7:15; 28:27, 35, 60), y muchas otrascosas narradas especialmente en el relato de las plagas impuestas al faran y a su es-tado que concuerda tan estrechamente con la naturaleza de ese pas (Ex. 7:8-10:23).En su forma general, la Tor tambin responde a las expectativas que podemos es-perar en una obra de Moiss. En tal obra podemos esperar hallar la unidad de un planmagnifico,comparativaindeferenciaalosmerosdetalles,perouncomprehensivoydestacadoentendimientodelatotalidadydelospuntosdestacados;profundidadyelevacin combinada con la mayor sencillez. En la magnifica unidad del plan, detecta-remos al poderoso lder y gobernador de un pueblo que enumera cientos de miles; enla sencillez infantil, el pastor de Madin, que aliment las ovejas de Jetro lejos de lasvariadasescenasdeEgiptoenlasfrtileshendidurasdelasmontaasdeSina(De-litzsch, ibid.). Ya hemos mostrado la unidad del magnifico plan de la Tor en sus rasgosms generales, y la interpretaremos todava ms minuciosamente en la interpretacindeloslibrosporseparado.LasencillezinfantildelpastordeMadinseapreciamsdistintivamente en aquellas figuras y smiles extrados de la contemplacin inmediatade la naturaleza, que encontramos en las porciones ms retricas de la obra. Aesta cla-sepertenecenexpresionespoticascomocubriendoelojodelatierra(Ex.10:5,15;Num.22:5,11);smilestalescomoeste:comoelguardinllevaalniodepecho(Num. 11:12); como un varn lleva a su hijo (Deut. 1:31); como el buey come la hier-ba del campo (Num. 22:4); como oveja sin pastor (Num. 27:17); como las abejas(Deut.1:44);comovuelaelguila(Deut.28:49);ynuevamentelaformafigurativallevadossobrealasdeguila(Ex.19:4,cf.Deut.32:11);fuegoconsumidor(Ex.INTRODUCCIN LIBROS DE MOISS 233. SinembargonuncahallamosenlaspalabrasdeMoiss,oenelPentateucoengeneral,elnombredeJEHOVSABAOT, que era desconocido en la era mosaica, pero que estaba vigente en los tiempos de Samuel y David, y era fa-vorecido por parte de los profetas.24:17; Deut. 4:24; 9:3); cabeza y cola (Deut. 28:13, 44); una raz que produce hiel yajenjo (Deut. 29:18); la embriaguez quite la sed (Deut. 29:19), y muchos otros.Aesto podemos aadir el anticuado carcter del estilo, que es comn para los cincolibros, y los distingue esencialmente de todos los otros escritos del Antiguo Testamen-to.steaparecealgunasvecesenelusodelaspalabras,formasofrases,quesubsi-guientemente desaparecen del lenguaje hablado, y que o bien no vuelven a aparecer, oseutilizannicamenteaquyallporlosescritoresdeltiempoexlicoypostexlicolacautividad y despus de ella, y entonces son tomadas del mismo Pentateuco; en otrasocasiones, en el hecho de que las palabras y frases son empleadas en los libros de Moi-ss en prosa sencilla, las cuales, con el paso del tiempo retornaron nicamente en la poe-sa,ocambiaronsusignificadoporcompleto.Porejemplo,elpronombres yelsus-tantivo r . son empleados en el Pentateuco en el gnero comn (genus communis), entanto que las formas s y r. despus fueron empleadas para el femenino; mientras quela primera de estas slo aparece once veces en el Pentateuco, la segunda es nica. El pro-nombre demostrativo es s , despus ~ s ; el infinitivo constructo de los verbos amenudo se escribe o sin -, como :rGen. 31:38; :rEx. 18:18, s Gen. 48:11; la terce-ra persona plural de los verbos en su mayora mantiene la forma completa de , no s-lo en el imperfecto, sino aqu y all en el perfecto, en tanto que despus fue suavizada a.Tambinpalabrascomo:: s ,espigadetrigo;-: ~ : s saco; - : dissecuithostias; - : unapieza; . polluelo; :: un regalo; :: regalar; :: : una hoz; s. : una canasta; : algo vi-vo y existente; : : un velo, cubierta; r un retoo (aplicado a los hombres); s : Parien-tedesangre;formascomo: por : mas, :: : por :: : uncordero;frasescomo: r s: s . , reunido a su pueblo; y muchas otras que he presentado en mi Introduccin, 14.En vano se buscan en los otros escritos del Antiguo Testamento, mientras que las pala-bras y frases que se utilizan all, en su lugar, no se encuentran en los libros de Moiss.En tanto que los contenidos y forma de la Tor atestiguan que pertenece a la pocamosaica, existen declaraciones expresas al efecto de que fue escrita por el mismo Moi-ss. Ya en los libros centrales se dice que se han escrito ciertos eventos y leyes. Despusde derrotar a los amalequitas Moiss recibi rdenes de Dios de escribir el mandato deexterminar a Amalec, para memoria, en el libro (esto significa un libro designado paraapuntar los hechos del Seor en Israel, Ex. 17:14). De acuerdo con Ex. 24:3, 4, 7, Moi-ss escribi las palabras del pacto (Ex. 20:2-17) y las leyes de Israel (Ex. 21-23) en el li-bro del pacto, y las ley al pueblo. Nuevamente, en Ex. 34:27, leemos acerca de la or-denqueDiosdaaMoissdeescribirlaspalabrasdelpactorenovadoenelSina,locual sin duda hizo. Y finalmente, se declara en Num. 33:2 que escribi por orden divi-na un protocolo de las diferentes acampadas de los israelitas en el desierto, de acuer-do con el mandato de Dios. Es cierto que estas declaraciones no proveen evidencia di-recta de la paternidad Mosaica de toda la Tor; pero por el hecho de que el pacto deSina deba concluirse, y en realidad fue concluido, sobre la base de un documento es-crito de las leyes y privilegios del pacto, puede inferirse con tolerable certeza, que Moi-ss someti todas esas leyes a la escritura, las cuales serviran al pueblo como una re-glainviolabledeconductaparaconDios.Y porelrelatoqueDiosmandquesehiciera, de los dos eventos histricos ya mencionados, se deduce incuestionablemen-te, que era intencin de Dios que todas las manifestaciones ms importantes de la fi-delidad del pacto de Jehov fuesen entregadas por escrito, para que el pueblo de todoel tiempo futuro pudiera estudiarlas y guardarlas en su corazn, y que de ese modo sepreservara su fidelidad. Que Moiss reconoci esta intencin divina, y con el propsi-to de defender la obra que ya haba sido completada por medio de su oficio mediador,someti a la escritura no meramente toda la ley, sino toda la obra del Seor en y porIsrael en otras palabras, que l escribi toda la Tor en la forma que nos ha llegadoa nosotros, y que entreg la obra a la nacin antes de partir de esta vida, para que fue-rapreservadayobedecida,sedeclaradistintivamentealfinaldelaTor,enDeut.31:9, 24. Cuando hubo entregado su ltimo discurso al pueblo, y designado a Josu pa-ra que los dirigiera a Canan, a su heredad prometida, escribi esta Tor (-s ~ ) yla entreg a los sacerdotes, y todos los ancianos de Israel, con el mandato de que de-ba leerse al pueblo cada siete aos, en la fiesta de los Tabernculos, cuando vinierana presentarse delante del Seor en el santuario. Sobre esto se declara (vers. 24ss.) quesucedi,cuandoacabMoissdeescribirlaspalabrasdeestaleyenunlibrohasta24 INTRODUCCIN LIBROS DE MOISSconcluirse, dio rdenes Moiss a los levitas que llevaban el arca del pacto de Jehov,diciendo:Tomadestelibrodelaley,yponedloalladodelarcadelpactodeJehovvuestro Dios, y est all por testigo contra ti, etc.. Este doble testimonio de la autoramosaica de la Tor es confirmado por el mandato en Deut. 17:18, de que el rey que se-ra elegido despus deba hacer que se escribiera una copia de esta ley en un libro porlos sacerdotes levitas, y que deba leerlas todos los das de su vida, y por las repetidasalusiones a las palabras de esta ley que estn escritas en este libro, o en el libro dela ley (Deut. 28:58, 61; 29:21; 30:10; 31:26); porque el primer mandamiento y las pos-treras alusiones no son entendibles en ninguna otra suposicin que no sea la del he-cho de que Moiss se comprometi a escribir el libro de la ley, y quiso entregarlo a lanacin de una forma completa, antes de su muerte; aunque este pudo no haber esta-do terminado cuando se escribi el mismo mandato y se pronunciaron las palabras encuestin, sino, como Deut. 31:9 y 24 lo afirman distintivamente, puede haberse com-pletado despus de su discurso al pueblo, poco tiempo antes de su muerte, por el arre-glo y revisin de las primeras porciones, y la adicin del ltimo libro.Sin embargo, la validez de esta evidencia no debe restringirse al quinto libro de laTor nicamente; sta se extiende a los cinco libros, es decir, a toda la obra en su uni-dad, por cuanto no puede demostrarse exegticamente en el Deuteronomio que la ex-presin,-s~ serelacioneencadapasajedellibro,desdeelcap.1:5hastael31:24 con el llamado Deuterosis de la ley, o nicamente al quinto libro, y que el Deute-ronomio haya sido escrito antes que los otros libros, cuyos contenidos presupone in-variablemente.Nitampocopuededemostrarsehistricamentequeelmandamientorespecto a la copia de la ley que deba hacerse para el futuro rey, y las regulaciones pa-ra la lectura de la ley en la fiesta de los tabernculos, haya sido entendido por los ju-dos como refirindose nicamente al Deuteronomio. Flavio Josefo no dice nada res-pecto a algn lmite, sino que habla, por el contrario, de la lectura de la ley en general(e a,t::u;... a|a,t|c-: eu; |eeu; vact, Antigedades Judaicas 4:8, 12). Los rabi-nos tambin entienden las palabras -s - , en Deut. 31:9 y 24, como relacionn-dosecontodalaTordesdeGen.1hastaDeut.34,yslodifierenenopininenloreferente a si Moiss escribi toda la obra de una sola vez, despus de su ltimo dis-curso, o si compuso los primeros libros gradualmente, despus de los diferentes even-tos y la publicacin de la ley, y luego complet todo escribiendo Deuteronomio y ane-xndolo a los cuatro libros ya existentes4.Es incluso menos probable que esta evidencia pueda ser dejada de lado o se duda deella por la objecin ofrecida por Vaihinger (ibid.) de que Moiss no pudo haber relatadosu propia muerte y sepultura (Deut. 34); y sin embargo el relato de esto forma una parteesencial de la obra, conforme la poseemos ahora, y el lenguaje y estilo mantiene un pare-cido muy estrecho con Num. 27:12-23. Las palabras en el cap. 31:24, cuando acab Moi-ss de escribir las palabras de esta ley en un libro hasta concluirse, son prueba suficien-tedequeelrelatodesumuertefueaadidoporunamanodistinta,sinnecesidaddedeclararlo distintivamente5. Adems, el argumento retiene toda su fuerza, aunque no s-lo en el cap. 34, la bendicin de Moiss en el cap. 33, cuyo ttulo demuestra ser un apn-dice de la Tor, y el canto en el cap. 32, estn incluidos en el suplemento aadido por unamano diferente, incluso si los suplementos comienzan en el cap. 31:24, o, como DelitzschINTRODUCCIN LIBROS DE MOISS 254. En la 4 edicin de su comentario de Gnesis, pp. 20 y 55, tambin Delitzsch reconoci que la tradicin juda entien-de -s ~ en Deut. 17:18; 31:10ss. no slo el libro del Deuteronomio, como asuma antes, sino el pentateuco comple-to. Cf. La explicacin especfica en mi reedicin de Hvernick, Handbuch der Einleitung in das Alte Testament, tomo I,2, pp.24ss. (de la 2 edicin) y en mi Manual de la Introduccin historico-crtica del Antiguo Testamento (3 edicin, pp. 96s.).5. La debilidad del argumento contra la paternidad literaria mosaica de la Tor, fundado sobre la muerte y sepulturade Moiss, puede verse en el caso anlogo citado por Hengstenberg en su Beitrge II, p. 80. En el ltimo libro de Commen-tarii de statu religionis et republicae Carolo V. Caesare [Comentario sobre el estado de la religin y de la repblica del ReyCarlos V], por J. Sleidanus, habiendo abdicado y partido a Espaa el relato de Carlos sigue escribiendo: Octobris die ul-timo Joannes Sleidanus, J. U. L., vir et propter eximias animi dotes et singularem doctrinam omni laude dignus, Argentorati e vitadecedit, atque ibidem honorifice sepeltitur [El da ltimo de octubre, Juan Sleidanus, J.U.L., varn digno de toda alabanza por las exi-mias dotes del espritu y su doctrina singular, Argentorati muri y fue sepultado all con honor]. Este relato de la muerte y se-pultura de Sleidan se da en cada edicin de sus comentarios, que contienen el libro 26 que el autor aadi a los 25 librosde la primera edicin, de abril de 1555, con el propsito de proseguir con la vida de Carlos V hasta a su abdicacin enseptiembre de 1556. Incluso en la primera edicin, se aade en la primera edicin Argentorati 1558, y es insertado en latabla de los contenidos como una parte integral del libro, sin dar la ms mnima seal de que ha sido otra mano. Sinduda que el que aadi estas palaabras pens que era completamente innecesario distinguirse a s mismo del autor dela obra, ya que todo el mundo sabra que es imposible que un hombre pueda escribir el relato de su propia muerte y se-pultura.supone, en el cap. 31:9. Porque incluso en el ltimo caso, los preceptos de Moiss sobre lalectura de la Tor en la fiesta de los tabernculos del ao de la redencin, y sobre la pre-servacin de la copia al lado del arca, haba sido insertado en el original preparado por elmismo Moiss antes de haber sido depositado en el lugar designado; y la obra de Moisshabra sido concluida, despus de su muerte, con el anuncio de su muerte y entierro. Elsuplemento en s, sin duda fue aadido, no slo por un contemporneo, sino por un hom-bre que estaba ntimamente asociado con Moiss y que ocupaba una posicin prominen-te en la comunidad israelita, de modo que su testimonio estaba a la altura del de Moiss6.4. CARCTER HISTRICO DE LOS LIBROS DE MOISSEl reconocimiento de la credibilidad histrica de los hechos anotados en los librosde Moiss requiere una admisin previa de la realidad de una revelacin sobrenaturalde Dios. El ampliamente extendido naturalismo de los telogos modernos que deduceel origen y desarrollo de las ideas religiosas del Antiguo Testamento de la naturalezade la mente humana, necesariamente debe remitir todo lo que se dice en el Pentateucocon relacin a las manifestaciones o hechos de Dios sobrenaturales, a la regin ficticiade las sagas y mitos, y rechazar la verdad y realidad histrica de milagros y profecas.PerotalopinindebejuzgarsecomoalgoquenosurgedelaverdadniconducealaverdadsobrelasimplebasequeestendiscrepanciadirectaconloqueCristoysusapstoles han enseado en el Nuevo Testamento con referencia al Antiguo, y tambincomoalgoqueconduceyaseaauninspidodesmooaunpantesmosinconsuelo,que, por un lado, ignora el obrar de Dios, y, por el otro, la naturaleza ms secreta de lamente humana. De la realidad de las revelaciones divinas, acompaadas por milagrosy profecas, el cristiano, i.e. el cristiano creyente, ya tiene una promesa en el milagro dela regeneracin y la obra del Espritu Santo dentro de su corazn. Aquel que ha expe-rimentado en s mismo este milagro espiritual de gracia divina, tambin reconocer co-mo hechos histricos los milagros naturales por los que el Dios verdadero y vivo esta-bleci su reino de gracia en Israel, dondequiera que el testimonio de un testigo ocularasegura su credibilidad. Ahora tenemos este testimonio en el caso de todos los eventosdel tiempo de Moiss, desde su llamado en adelante, o ms bien desde su nacimientohasta su muerte; es decir, de todos los eventos que se narran en los ltimos cuatro li-bros de Moiss. El cdigo legal contenido en estos libros ahora es reconocido por losoponentes ms naturalistas de la revelacin bblica que ha procedido de Moiss7, en loque se refiere a sus elementos ms esenciales; y esto es en s una simple confesin deque la edad mosaica no es oscura o mtica, sino que cae dentro de la clara luz de la his-toria.Loseventosdetalpocaciertamentepodranserconvertidosenleyendasdu-ranteelcursodelossiglosperosloencasosdondehabansidotransmitidosoral-mentedegeneracinengeneracin.Peroestonopuedeaplicarsealoseventosdelapoca mosaica; porque incluso los oponentes del origen mosaico del Pentateuco admi-tenqueelartedeescribirhabasidoaprendidoporlosisraelitasdelosegipciosconmuchaanterioridad,yquenosloleyesaisladas,sinotambinloseventosmemora-bles, fueron reflejados en la escritura. Aesto debemos aadir que los eventos histricosde los libros de Moiss no contienen trazos de transmutacin legendaria, o adornos m-ticos de los hechos reales. Algunos casos de discrepancia que algunos crticos han pre-sentado como conteniendo pruebas de esto, han sido refutados por otros de la mismaescuelateolgicapornotenerfundamento.DeestamaneraafirmaBertheau (E.Bar-theau, Die sieben Gruppen mosaischer Gesetze in den drei mittleren Bchern des Pentateuchs,1840, p. 29), con relacin a supuestas contradicciones en diferentes leyes: Siempre meparece precipitado asumir que hay contradicciones en las leyes y aducir esto como evi-26 INTRODUCCIN LIBROS DE MOISS6. Debemos tomar en cuenta otras objeciones a la paternidad mosaica, en tanto que necesiten alguna refutacin, ennuestro comentario sobre los pasajes en cuestin. Al final de nuestra exposicin de los cinco libros, revisaremos las hi-ptesis modernas que consideran la obra como el resultado de frecuentes revisiones.7. En cambio los intentos de H. Graf (Die geschichtlichen Bcher des AT, 1866) y August Kayser (Das vorexilische Buchder Urgeschichte Israels und seine Erweiterungen, Straburg 1874) de presentar el documento elohista o el texto base delpentateuco como escrito por el profeta Ezequiel no tendrn posibilidad de encontrar partidarios bajo los crticos seriosdado que esta hipercrtica, que no se interesa por el contenido, ni por el espritu dee los documentos bblicos, slo ob-serva las diferencias formales y las supuestas contradicciones y argumentaciones sin palabras.dencia de que los pasajes contradictorios deben pertenecer a diferentes periodos. El es-tado del caso en realidad es ste: incluso si el Pentateuco recibi gradualmente la for-ma en que nos ha llegado, cualquiera que haya hecho aadidos debe haber sabido cu-leseranloscontenidosexistentes,yportantonoslonohabraadmitidonadaquefueracontradictorio,sinoqueborraracualquiercosacontradictoriaquepudieraha-berse introducido antes. La libertad de hacer aadidos no me parece ser mayor o serms difcil, que el hacer omisiones particulares. Y sobre las discrepancias en los rela-tos histricos, C. v. Lengerke (Kenaan, 1844, p. 101) mismo dice: Las discrepancias quealgunos crticos han querido descubrir en las secciones histricas del Deuteronomio, encomparacin con los primeros libros, en realidad no existen. De todas las pretendidascontradicciones, la gran mayora ha sido introducida por los mismos crticos en el tex-to bblico, y tienen tan poca base para sostenerlas en la misma narrativa, que al exami-narlas de cerca se resuelven por ser meras apariencias, y la mayor parte de las diferen-cias puede explicarse fcilmente. El resultado es el mismo en el caso de las repeticionesde los mismos eventos histricos, los cuales han sido considerados como reduplicacio-nes legendarias de cosas que ocurrieron slo una vez. Slo hay dos sucesos milagrososmencionados en la era mosaica de los que se dice que han sido repetidos; slo dos ca-sos, por lo tanto, en que es posible poner la repeticin al relato de ficcin legendaria: laalimentacin del pueblo con codornices, y el hacer brotar agua de una roca para queste pueda tomar. Pero ambos son de un carcter tal que la apariencia de la identidadse desvanece por completo ante los distintivos de los relatos histricos, y las diferen-cias en las circunstancias que los acompaaban. La primera alimentacin con codorni-ces tuvo lugar en el desierto de Sin, antes de la llegada de los israelitas a Sina, en el se-gundo mes del primer ao; la segunda ocurri despus de su partida desde Sina, alsegundomesdelsegundoao,enlosllamadossepulcrosdelujuria.Lasegundafueenviada como un juicio o plaga, la cual llev a los murmuradores a los sepulcros de sulujuria; la primera meramente supli la necesidad de alimentarse con comida animal.El agua fue extrada de la roca, por primera vez, en Refidim, durante el primer ao desu viaje, en un sitio que fue llamado, como consecuencia de ello, Massah y Meribah; lasegundavezenCades,enelaocuarenta,yenesaocasinMoissy Aarnpecaronpor lo que no se les permiti entrar en Canan.El contenido histrico del Gnesis parece ser diferente. Si Gnesis fue escrito por Moi-ss, incluso entre la historia de los patriarcas y el tiempo de Moiss hay un intervalo decuatro o cinco siglos, en que la tradicin posiblemente podra haber sido corrompida uoscurecida. Pero inferir la realidad de la mera posibilidad sera un procedimiento muyacientfico, y estara en oposicin con la regla ms simple de la lgica. Ahora, si vemosla historia que nos ha sido dada en el libro de Gnesis desde los tiempos primitivos dela raza humana y de los das de los patriarcas, las tradiciones desde los tiempos primiti-vos estn restringidas a unos sencillos incidentes descritos de manera natural, y a genea-logas que exhiben el desarrollo de las primeras familias, y el origen de las diferentes na-ciones, en el estilo ms llano posible. Estos relatos transmitidos tienen un sello histricotan genuino que no se puede levantar duda alguna respecto a que su credibilidad estbien fundamentada; mas por el contrario, toda la investigacin histrica del origen delas diferentes naciones slo tiende a su confirmacin. Esto tambin se aplica a la historiapatriarcal en que, con la excepcin de las manifestaciones divinas, no sucede nada quepudiera traer a la mente, en el grado ms remoto, los mitos y fbulas de las naciones pa-ganas, en lo que respecta a la vida y hechos de sus hroes y progenitores. Hay tres rela-tos separados en las vidas de Abraham e Isaac de una abduccin de sus esposas; y loscrticos modernos no pueden ver en esto nada ms que tres adornos mticos de un soloevento. Pero en una observacin cercana y sin prejuicios de los tres relatos, las circuns-tancias que rodean los tres casos son tan peculiares, y corresponden tan exactamente asus respectivas posiciones, que la apariencia de una legendaria multiplicacin se desva-nece, y los tres eventos histricos deben descansar sobre buen fundamento histrico. Ha-llamos nuevamente que en la gua de la raza humana, desde las edades ms antiguas enadelante, de manera especial en la vida de los tres patriarcas, Dios prepar el camino pormedio de revelaciones para el pacto que hizo en Sina con el pueblo de Israel. Pero en es-tos preparativos no podemos encontrar seal de alguna transferencia legendaria y anti-histrica de circunstancias e instituciones, ya sea mosaicas o post-mosaicas, a la edad pa-INTRODUCCIN LIBROS DE MOISS 27triarcal; y son suficientemente justificados por los mismos hechos, ya que la economamosaica no habra sido posible traerla al mundo, como un deus ex machina, sin la ms m-nima preparacin previa. La sencillez natural de la vida patriarcal, la cual brilla en todanarracin, es algo ms que produce en todo lector sin prejuicios, la impresin de una tra-dicinhistricagenuina.Estatradicin,portanto,aunqueensumayorpartehasidotransmitida de generacin en generacin de forma oral, tiene todo el derecho a ser cre-ble, ya que fue perpetuada dentro de la familia patriarcal, en la cual, de acuerdo con elmandato divino (Gn. 18:19), los recuerdos de las manifestaciones de Dios en las vidas delos padres fueron transmitidas como herencia, y eso con la mayor facilidad, en propor-cinalalongevidaddelospatriarcas,lasencillezdesusvidas,yloestrechodesuexclusin de influencias extraas y discordantes. Tal tradicin sin duda podra ser guar-dada con el mayor cuidado. Era el fundamento de la misma existencia del gnero esco-gido, el punto de su unidad, el espejo de sus responsabilidades, la seguridad de su fu-turo, y por tanto su ms preciada heredad (Delitzsch, ibid.). Pero en absoluto debemossuponer que todos los relatos e incidentes en el libro de Gnesis dependan de la tradi-cin oral; por el contrario, hay mucho que encontr su camino de documentos escritosdesde los tiempos ms antiguos. No slo las genealogas antiguas, que se pueden dis-tinguir de la narrativa al instante, por su antigedad de estilo, con sus repeticiones deformularios casi estereotipados, y por formas peculiares de los nombres que contienen,sino ciertas secciones histricas tales como, por ejemplo, el relato de la guerra en Gn.14, con su sobreabundancia de relatos genuinos y exactos de una edad primitiva, tantohistricos como geogrficos, y sus vocablos antiguos que desaparecieron del lenguaje vi-vo, antes del tiempo de Moiss, as como muchos otros incuestionablemente fueroncopiados por Moiss de documentos antiguos (vase mi versin de Hvernick, Introduc-cin I,2, pp. 157s.).A todoestodebeaadirseelhechodequeloscontenidoshistricos,noslodeGnesis, sino de todos los cinco libros de Moiss, estn inundados y sostenidos por elespritu de la religin verdadera. Este espritu lo respira al principio del pentateuco elrelato sencillo y a la vez sublime de la creacin del mundo y especialmente la del hom-bre, que se diferencia fundamentalmente de los relatos extrabblicos de la formacindel cielo y de la tierra, de tal forma que presenta el sello de la autenticidad y persona-lidaddelDioscreador.Enlestnbasadosjuntoconelreconocimientodelaperso-nalidad infinita de Dios la personalidad del hombre en su propio contexto como crea-dor. Habiendo sido formado por materiales terrenales y recibiendo el espritu por unacto especial de aspiracin divina, el hombre, que se diferencia as de los animales, es-tablece desde un principio una relacin con su creador, cuya naturaleza personal de-bera realizarse y se realiza de tal manera que el desarrollo temporal de esta relacinforma el contenido de la historia sagrada, la que es entendida y presentada en todo elAntiguo Testamento como producto de la relacin personal recproca entre Dios y elhombre. As como la creacin del mundo es una condicin para la historia del mundo,de igual manera es la personalidad de Dios y la del hombre la condicin bsica de to-da religin verdadera y de moralidad. La personalidad finita del hombre est subor-dinada a la personalidad infinita de Dios que abarca en su poder y amor a todos loshombres. El trato del Dios creador y regente del mundo da a la vida del hombre su ca-rcter de decencia religiosa, segn el cual se define el destino del individuo y de lospueblos. Este conocimiento correcto de Dios y de la naturaleza del hombre no es pre-sentado en la Tora de Moiss, la Escritura base del Antiguo y Nuevo Testamento, co-mohiptesissinocomobasadaenhechosquenopuedenserconcebidoscomopro-ducto de la mente humana. Ha sido inspirada por el Espritu de Dios en el espritu delhombre y este espritu ha estampado a los escritos histricos del Antiguo Testamentoel sello de la verdad que difiere de toda redaccin histrica escrita por hombres de unamanera especfica y que se la puede reconocer al mostrar el camino al conocimiento dela salvacin revelada por Dios a todo aquel que permita que el Espritu acte en l.Acerca de la historia de la interpretacin del Antiguo Testamento vase mi Lehrbuchder historisch-kritischen Einleitung, 219-225 y acerca de los comentarios especficos so-bre los libros de Moiss vase las pp. 62s. En la 3 edicin as como Delitzsch, Commen-tar ber die Genesis, pp. 48ss. y 62ss., a la cual se puede aadir la nueva edicin del co-mentario de Knobel, editado por August Dillmann, Leipzig 1875.28 INTRODUCCIN LIBROS DE MOISS GNESIS INTRODUCCIN, CONTENIDO, PLAN Y ESTRUCTURADEL LIBRO DE GNESISElprimerlibrodeMoiss,quetieneelsobrescrito-:s: eneloriginal,l: |:ct;Ke ceu en el cdice de Alejandra de la LXX, y es llamado s t: liber creationis porlos rabinos, ha recibido el nombre de Gnesis por su contenido total. Comenzando conla creacin del cielo y de la tierra, y concluyendo con la muerte de los patriarcas JacobyJos,estelibronosproveedeinformacinrelacionadanosloconlosprincipiosyprimeras fases del mundo y de la raza humana, sino tambin con los de las institucio-nes divinas que pusieron el fundamento para el reino de Dios. Gnesis comienza conla creacin del mundo, porque los cielos y la tierra forman la esfera designada, en loque respecta a tiempo y espacio, para el reino de Dios; porque Dios, de acuerdo con suconsejo divino, design el mundo para ser escenario de ambas cosas, la revelacin desu esencia invisible, y tambin para las operaciones de su amor eterno dentro y entresus criaturas; y porque en el principio cre el mundo para ser y llegar a ser el reino deDios. La creacin de cielo y tierra, por tanto, recibe como su centro el paraso; y en elparaso, el hombre, creado a la imagen de Dios, es la cabeza y corona de los seres crea-dos. La historia del mundo y del reino de Dios comienza con l. Su cada de Dios tra-jo muerte y corrupcin a toda la creacin (Gn. 3:17ss.; Rom. 8:19ss.); su redencin de lacada ser completada en y con la glorificacin de los cielos y la tierra (Is. 65:17; 66:22;2 P. 3:13; Ap. 21:1). Por el pecado, los hombres se han apartado y separado de Dios; pe-ro Dios, en su infinita misericordia, no se ha olvidado de los hombres, sus criaturas. Noslo anunci redencin junto con el castigo inmediatamente despus de la cada, sinoque desde ese tiempo en adelante continuo revelndose a ellos, para poder traerlos deregreso hacia s mismo y guiarlos del camino de la destruccin al camino de la salva-cin. Y por estas operaciones de Dios sobre el mundo en teofanas, o revelaciones depalabra y hecho, el desarrollo histrico de la raza humana se convirti en historia delplan de salvacin. El libro de Gnesis narra dicha historia de salvacin en escenas com-prensivas, amplias y profundas, desde su primer inicio hasta el tiempo de los patriar-cas que Dios eligi de entre las naciones de la tierra para ser portadores de salvacinparatodoelmundo.Estelargoespaciode2.300aos(desdeAdnhastaeldiluvio,1656; hasta la entrada de Abraham en Canan, 365; hasta la muerte de Jos, 285; en to-tal, 2.306 aos) es divisible en dos periodos. El primer periodo abarca el desarrollo de laraza humana desde su creacin y cada hasta su dispersin sobre la tierra, y la divisinde una raza en muchas naciones, con diferentes lenguajes (caps. 2:4-11:26), y es dividi-do por el diluvio en dos edades distintas, las cuales podramos llamar la edad primiti-vaylaedadpreparativa.Todoloqueserelacionaconlaedadprimitiva,desde Adnhasta No, es la historia de la cada; el modo de vida y longevidad de las dos familiasque descendieron de los dos hijos de Adn; y la expansin universal de la corrupcinpecaminosa a consecuencia de los casamientos de estas dos familias, que esencialmen-te diferan en su relacin con Dios (caps. 2:4-6:8). La historia primitiva se cierra con eldiluvio en el que pereci el mundo antiguo (caps. 6:9-8:19). De la edad preparativa, des-deNoaTarelpadrede Abraham,tenemosunrelatodelpactoqueDioshizoconNo, y de la bendicin y maldicin de No; las genealogas de las familias y tribus quedescendieron de sus tres hijos; un relato de la confusin de lenguas, y la dispersin delpueblo y la tabla genealgica desde Sem hasta Tar (caps. 8:20-11:26).El segundo periodo consiste en la era patriarcal. Por ste tenemos una descripcin ela-borada de las vidas de los tres patriarcas de Israel, la familia escogida para ser el pue-blo de Dios, desde el llamado de Abraham hasta la muerte de Jos (cap. 11:27-50). Deese modo se rene la historia de la humanidad en la historia de una familia, la cual re-cibi la promesa de que Dios la multiplicara en gran pueblo o, ms bien, en multitudde pueblos, la hara bendicin para todas las familias de la tierra y le entregara la tie-rra de Canan por posesin eterna.Esta panormica general ser suficiente para poner de relieve el designio del librode Gnesis, relatar la primera historia del reino de Dios del Antiguo Testamento. Poruna descripcin sencilla y sin barniz del desarrollo del mundo bajo la direccin y dis-ciplinadeDios,muestracmoDios,comoelpreservadorygobernadordelmundo,trat con la raza humana que haba creado a su propia imagen, y cmo, a pesar de sucada y la miseria que esto produjo, l prepar el camino para el cumplimiento de sudesignio original, y el establecimiento del reino que traera salvacin al mundo. En tan-to que por virtud de la bendicin concedida en su creacin, la raza humana se estabaincrementando de una sola pareja a familias y naciones, y poblando la tierra, Dios re-fren el mal que el pecado haba introducido, por palabras y hechos, por el anuncio desu voluntad en mandamientos, promesas y amenazas, e inflingiendo castigos y juiciossobre aquellos que despreciaran su misericordia. Hombro con hombro con la ley de ex-pansin de la unidad de la familia a la pluralidad de las naciones, fue llevada desde elprincipio una ley de separacin entre lo impo y aquello que tema a Dios, con el pro-psito de preparar y preservar una simiente santa para rescate y salvacin de toda laraza humana. Esta doble ley es el principio orgnico que yace en la raz de todas las se-paraciones, conexiones y disposiciones que constituyen la historia del libro de Gnesis.De acuerdo con la ley de reproduccin que prevalece en la preservacin e incrementode la raza humana, las genealogas muestran los lmites a que se confinan las personasy eventos que marcaron las varias pocas, en tanto que la ley de la seleccin determi-na el arreglo y subdivisin de los materiales histricos que se emplean.En lo que respecta a la estructura del libro, el contenido histrico total est divididoen diez grupos, con el encabezado uniforme, -:- s [stas son las generaciones] (conla excepcin del cap. 5:1: -:- t: [ste es el libro de las generaciones]); el relato de lacreacin 1:1-2:3 el fundamento del todo. Estos grupos son los siguientes: 1) la Tholedothde los cielos y la tierra (caps. 2:4-4:26); 2) de Adn (5:1-6:8); 3) de No (6:9-9:29); 4) delos hijos de No (10:1-11:9); 5) de Sem (11:10-26); 6) de Tar (11:27-25:11); 7) de Ismael(25:12-18); 8) de Isaac (25:19-35:29); 9) de Esa (36); y 10) de Jacob (37-50). Hay cincogrupos en el primer periodo, y cinco en el segundo. Aunque los dos periodos difierenconsiderablemente respecto a su alcance y contenido, en su importancia histrica pa-ra el libro de Gnesis estn a la par; y el nmero diez estampa sobre todo el libro, o msbien sobre la primera historia de Israel grabada en el libro, el carcter de plenitud. Es-te arreglo fluye de manera completamente natural de los contenidos y propsitos dellibro. Los dos periodos en los que se va formando la prehistoria del reino de Dios, evi-dentemente constituyen dos grandes divisiones, en lo que se refiere a su carcter in-terno.Todoloqueserelatadelprimerperiodo,desde AdnhastaTar,estobvia-mente conectado, sin duda, con el establecimiento del reino de Dios en Israel, pero sloen un grado muy remoto. El relato del paraso exhibe la relacin primaria del hombrecon Dios y su posicin en el mundo. En la cada se muestra la necesidad de que Diosintervenga para rescatar al cado. En la promesa que sigui a la maldicin por la trans-gresin, se ve el primer atisbo de redencin. La divisin de los descendientes de Adnen una raza temerosa de Dios y otra impa exhibe la relacin que guarda toda la razahumana con Dios. El diluvio prefigura el juicio de Dios sobre lo impo; y la preserva-cin y bendicin de No, la proteccin de la destruccin del piadoso. Y finalmente, enla genealoga y divisin de las diferentes naciones por un lado, y la tabla genealgicade Sem por el otro, se anticipa la seleccin de una nacin para ser el recipiente y guar-din de la revelacin divina. Los preparativos especiales para la preparacin de estanacincomienzanconelllamamientodeAbraham,yconsistenenladireccinylapromesa divina sobre Abraham, Isaac y Jacob, y su posteridad. Los eventos principa-lesenelprimerperiodo,ylosprominentesindividuosenelsegundo,tambinpro-veen,deunmodosimpleynatural,lospuntosdevistarequeridosparaagruparlosmateriales histricos de cada uno bajo una divisin quntuple. La prueba de esto serhallada en la exposicin. Dentro de los diferentes grupos en s los materiales estn dis-tribuidosyarregladosdeacuerdoconlaleydeseleccindivina:enprimerlugarsedestacaban las familias que se ramificaban de la lnea principal despus de haber sidoquitadas del escenario general de la historia, se describe de manera ms elaborada el30 INTRODUCCIN GNESIScurso de la lnea principal, y la misma historia es llevada adelante. De acuerdo con es-te plan, al que est estrictamente adherida, la historia de Can y su familia precede ala de Set y su posteridad; la genealoga de Cam y Jafet est antes que la de Sem; la his-toria de Ismael y Esa, antes de la de Isaac y Jacob; y la muerte de Tar, antes del lla-mamiento y emigracin de Abraham a Canan. En esta regularidad de composicin,de acuerdo con un plan establecido, puede apreciarse fcilmente que el libro de Gne-sis es el producto cuidadoso de un solo autor, quien recopil el desarrollo histrico delarazahumanaalaluzdelarevelacindivina,ydeesemodolaexhibicomounacompleta y organizada introduccin a la historia del reino de Dios del Antiguo Testa-mento.INTRODUCCIN GNESIS 31I. LA CREACIN DEL MUNDOCaptulos 1:1-2:3El relato de la creacin, su comienzo (ver. 1), progreso(vers. 2-31) y trmino (2:1-3), tiene las caractersticas for-males y esenciales de un documento histrico que se pre-sentaparaqueaceptemoscomoverdad,noslolaafir-macindequeDioscreloscielosylatierra,ytodoloqueviveysemueveenelmundo,sinotambinlades-cripcindelacreacinmismaentodassusetapas.Ob-servarlaforma deestedocumento,sulugaralprincipiodelGnesisessuficienteparagarantizarnoslaexpecta-cin de que nos dar historia y no ficcin o especulacinhumana. Como el desarrollo de la familia humana ha si-do desde el principio un hecho histrico, y como el hom-bre realmente ocupa el lugar que este relato le asigna enel mundo, tal como lo presenta el documento de la crea-cin, la creacin del hombre, del mismo modo que la dela tierra sobre la cual vive, y del cielo para el cual debe vi-vir, deben ser tambin obra de Dios, un hecho de verdadyrealidadobjetivas.Lagransencillezdelrelatoestenperfecta armona con el hecho de que: Toda la narracines sobria, concreta, clara y concisa. Los eventos histricosdescritos contienen un rico tesoro de pensamientos espe-culativos y gloria potica; pero ellos mismos estn libresdelainfluenciadelainvencinhumana,ydelfilosofarhumano(Delitzsch).Estoesasparatodoellibro.Laobradelacreacinnocae,comoHerder yotrosmantie-nen,endostradasdedas,conlaobradelasegundacreacin correspondiendo a la de la primera. Porque aun-quelacreacindelaluzenelprimerdaparececorres-ponderse con la de las estrellas en el cuarto, no hay reali-dadenelparalelismoquealgunosdescubrenentrelosdas segundo y tercero por un lado, con los das quinto ysexto por el otro. La obra del segundo da es la atmsferaylasnubes.Suresultadoeslabvedaceleste.Elfirma-mento o la atmsfera se forma el segundo da; en el quin-to,lospecesylasaves.Eneltercerda,despusqueelmar y la tierra son separados, se forman las plantas por locual la tierra se cubre de hierba, plantas y rboles. Ahora,si la creacin de las aves que llenan el cielo se correspon-de con la del firmamento, el paralelismo entre la creacindel segundo y el quinto da se suspende debido a que enelquintodalospecesylosanimalesmarinossoncrea-dos al mismo tiempo que las aves aunque el elemento enel que podan vivir fue creado en el tercer da. La creacinde los peces y las aves en el quinto da es una prueba evi-dente de que no se desea establecer un paralelismo entrelos tres primeros das de la creacin y los tres ltimos y lacreacin de los animales y del hombre en el sexto.El desarrollo registrable en las obras creacionales de logeneralaloespecficotampocomuestraundesarrolloconstante de las criaturas menos desarrolladas a las msdesarrolladas,sinoquesecortaenelcuartoda.Enlatransicin de la creacin de las plantas a la del sol, luna yestrellas no se puede demostrar un desarrollo constanteo un crecimiento gentico, porque los astros no son unacosaintermediaentreplantasyanimales.Eldesarrollofuemsbiendelasiguientemanera:despusdehabercreado Dios cielo y tierra (ver. 1) los primeros tres das seusan para las creaciones separantes que presentan las si-tuaciones preliminares de la tierra en general (cf. Kliefoth,Die Zahlensymbolik der heiligen Schrift, en Theologis-che Zeitschrift, Dieckhaus y Kliefoth, 1862, p. 23). El primerda separa la luz de las tinieblas y el resultado es la luz.El segundo da divide las aguas sobre y debajo de la tie-rraysuresultadoeslabvedacelestequedivideentreaguas y aguas. El tercer da divide la tierra y el mar y conesta divisin se termina con la tierra para que sta se vis-ta de verde. Los siguientes tres das han sido designadosparallenarelhbitat delosseresvivientes,latierra.Lacreacinvuelveafuncionarenlosotrostresdasdelamisma manera que en los tres primeros, empezando conel cielo. La creacin del cuarto da convierte a los astrosen portadores de la luz que fue creada el primer da y sir-ve de preparacin para la poblacin de la tierra, ya quela creacin de los animales necesita de las luminarias delcieloparaorganizarsuvidadiaria.Laobradeestedajuega un rol de mediador y de enlace entre las obras an-teriores y posteriores. Es parte de las anteriores al servirpara la creacin de la poblacin de la tierra y es parte delos posteriores al proveer a la poblacin de la tierra conseres vivientes que conocen el tiempo. El quinto da llenalaatmsfera,elaguayelmar,quefueroncreadosenelsegundo y tercer da, con peces y aves. El sexto da llenala tierra provista al tercer da con plantas y arbustos, deseres vivos con animales y seres humanos. El sptimo dase presenta ante los otros seis das de la creacin como elda de descanso, con el cual se finaliza la creacin.Captulo 1:1En el principio cre Dios los cielos y la tierra. Cielo ytierranoexistendesdelaeternidad,sinoquetienenunprincipio. Esta declaracin, la cual encabeza los datos deldocumentodelarevelacin,noesslounsimpleenca-bezado, ni un sumario de la historia de la creacin, sinouna declaracin del acto primitivo de Dios por medio delcual el universo fue llamado a la existencia. Que este ver-sculo no sea meramente un encabezado se hace eviden-te por el hecho de que el siguiente relato del curso de lacreacin comienza con (y) la cual conecta los diferentesactos de creacin con el acto expresado en el ver. 1, comoelfundamentoprincipalsobreelcualdescansan.-: s:(sin artculo) Al principio en s no denota el principioabsoluto,sinoqueesuntrminorelativo,querecibesusignificado a partir del contexto. El significado aqu se re-fiere al inicio de la obra que se basa en el hecho de queDios cre el cielo y la tierra, tal como lo muestra la des-cripcin posterior del procedimiento creacional, el cielo yla tierra en su forma elemental, de la cual fue elaboradoel universo en su estructura orgnica con sus organismosy seres vivos por medio de las acciones creacionales sub-siguientes. Ahora bien, si la accin creacional divina em-pez con la creacin del cielo y de la tierra, se puede de-ducir correctamente que Dios cre al principio de todaslas cosas el cielo y la tierra. La falta del artculo en -: s :tiene menos importancia, cuando registramos que tanto-: s como - : s con significado de principio y final noaparecenenningntextobblicoconelartculo(cf.Is.46:10). La siguiente clusula no puede ser tratada comosubordinada,yaseainterpretndola,enelprincipiocuando Dios cre... la tierra era, etc., o en el principiocuando Dios cre... (pero la tierra era entonces un caos,etc.), Dios dijo, sea la luz (Ewald y Bunsen). La primera nova conforme a la gramtica hebrea. El versculo 2 deberaseguir con s s ~ [y fue la tierra]. La segunda colindacon la simplicidad de la sintctica que se puede apreciaren todo el captulo, en la cual no se puede combinar una1:1GNESIS 33COMENTARIO AL LIBRO DE GNESISoracindesemejantecomplejidad.Ladeclaracin,queenelprincipiocreoDioselcieloylatierra,nosloex-cluye la idea de un mundo eterno a parte ante, antes bien,muestra que la creacin de cielo y tierra fue realmente elprincipio de todas las cosas. El verbo s : , a juzgar por eluso que se le da en Josu 17:15,18 donde ste aparece enPiel (esculpir), literalmente significa cortar o golpear,pero en Kal siempre significa: crear, y se aplica nica-mente a la creacin divina, la produccin de aquello queno tena existencia. ste nunca va unido con un acusati-vo de materia, aunque no excluye, de modo incondicio-nal, una materia preexistente, sino que es utilizado paralacreacindelhombre(ver.27,cap.5:1,2)ydetodolonuevoqueDioscrea,yaseaenelreinodelonatural(Num. 16:30) o de la gracia (Ex. 34:10; Sal. 51:10, etc.). Enesteversculo,laexistenciadeunmaterialprimarioesexcluidaporelobjetocreado:elcieloylatierra.Estaexpresin( s : : : )seempleafrecuentemente(vid.cap.14:19,22;Ex.31:17)paradescribirelmundo,ouni-verso, para el cual no existe palabra que por s sola lo de-finaenelidiomahebreoyaqueeluniversoconsistenteen un todo doble, y la distincin entre cielo y tierra estesencialmente conectada con la nocin del mundo, es lacondicinfundamentaldesudesarrollohistrico.Enlacreacinterrenal,estadivisinserepiteenladistincinentre espritu y materia; y en el hombre como microcos-mos, entre el espritu y el cuerpo. Atravs del pecado, es-tadistincinseconvirtienverdaderaoposicinentrecieloytierra,carneyespritu;peroconlacompletaeli-minacin del pecado, esta oposicin cesar otra vez, aun-que la distincin entre cielo y tierra, espritu y cuerpo semantendrdetalformaqueloterrenalycorporalsercompletamente eliminado por lo celestial y espiritual, lanuevaJerusalnquedesciendedelcieloyelcuerpote-rrenal que es transfigurado en espiritual (Ap. 21:1,2; 1 deCor.15:35s.).Dichoseadepasoqueelrelatosiguiente( s : : : )aqunodenotaelmundoactualordenado(-e ce;),comoloafirmanBttcher(N.krit.Aehrenl.),Dill-mann, e.o., pues segn 1:2 el cielo y la tierra estn finali-zados con todos sus componentes despus del sexto da,esto es, que el -e ce; ordenado ya fue establecido al sex-to da. Con el trmino el cielo y la tierra, lo cual Dioscre al principio, no slo se ha de entender la materia delplaneta, sino la forma primitiva no desarrollada que con-tenaelcieloylatierra,enlacual,talcomodiceEur-pidesenDiod.Sic.1:7eu a|e;-at ,at atodavatenane|t a (una forma).Versculos 2-5. El primer da de la creacinAunque tratan de la creacin de cielo y tierra, el escri-tor,tantoaqucomoenlosiguiente,describeconminu-ciosidadlacondicinoriginalylaformacinprogresivade la tierra en s, y no menciona nada con respecto al cie-lo que no sea realmente requerido para demostrar su co-nexin con la tierra. Est escribiendo para habitantes de latierra y con fines religiosos; no para satisfacer la curiosi-dad, sino para fortalecer la fe en Dios, el Creador