-
xi
P R E F A C I O xiii
P A R T E I
C A P T U L O 1 E L V N C U L O E N T R E L A G E N T E Y L O S
E C O S I S T E M A S 3
Son viables los ecosistemas? 5
Se pierde el nexo? 5
Hacia una perspectiva humana 10
Fuentes de riqueza y bienestar 11
Beneficios directos e indirectos 11
Gestin de los ecosistemas: contraprestaciones y costos 16
Cmo se degradan los ecosistemas? 17
Qu promueve la degradacin? 23
De quin son los ecosistemas? 40
Gestin orientada a mantener la salud del ecosistema 41
C A P T U L O 2 I N V E N T A R I O D E L O S E C O S I S T E M
A S 43
Un enfoque nico 44
Sntesis mundial de la informacin existente 44
Visin panormica, pero con limitaciones 46
Los hallazgos del APEM: en qu estado se hallan los ecosistemas
del mundo? 46
Lo que queda 51
A G R O E C O S I S T E M A S 53
Caractersticas de los agroecosistemas 56
Evaluacin de bienes y servicios 60
E C O S I S T E M A S C O S T E R O S 69
Extensin y modificacin 69
Evaluacin de bienes y servicios 79
E C O S I S T E M A S F O R E S T A L E S 87
Extensin y modificacin 90
Evaluacin de bienes y servicios 93
S I S T E M A S D E A G U A D U L C E 105
Extensin y modificacin 105
Evaluacin de bienes y servicios 109
E C O S I S T E M A S D E P R A D E R A 123
Extensin y modificacin 126
Evaluacin de bienes y servicios 129
RECURSOSMUNDIALES
N D I C E
-
xiiR E C U R S O S M U N D I A L E S
A P N D I C E
E C O S I S T E M A S D E M O N T A A 137
E C O S I S T E M A S P O L A R E S 140
E C O S I S T E M A S U R B A N O S 145
C A P T U L O 3 C M O S E V I V E E N L O S E C O S I S T E M A
S 151
A G R O E C O S I S T E M A S
Reconquistar la cima: reviven las laderas de Machakos en Kenia
153
La revolucin agrcola en Cuba: de regreso a los bueyes y a la
materia orgnica 164
E C O S I S T E M A S C O S T E R O S
Nueva tubera para los Everglades: restauracin a gran escala de
los humedales del sur de Florida 169
La gestin del manglar de Mankt 183
Bolinao recupera su arrecife 185
E C O S I S T E M A S F O R E S T A L E S
Desde la raz: la regeneracin de los bosques Dhani de la India a
travs de la accin comunitaria 189
S I S T E M A S D E A G U A D U L C E
Trabajar por agua y por el bienestar humano en Sudfrica 203
Gestin del ro Mekong: funcionar el enfoque regional? 217
Plan de proteccin de la cuenca hidrogrfica de la ciudad de Nueva
York 222
E C O S I S T E M A S D E P R A D E R A
Preservar la estepa: el futuro de las praderas de Mongolia
225
C A P T U L O 4 H A C I A U N E N F O Q U E E C O S I S T M I C
O 239
Qu debemos hacer para adoptar un enfoque ecosistmico? 240
Qu nos depara el futuro? 252
La Evaluacin de Ecosistemas en el Nuevo Milenio (Ecomilenio)
253
Qu mejor momento que ste? 254
P A R T E I I
C U A D R O S E S T A D S T I C O S 256
F U E N T E S 374
I N D E X
-
xiii
RECURSOSMUNDIALES PR E F A C I O
R E P A R A R E LT E J I D O D E S H I L A C H A D O
Hay momentos en que la decisin ms difcil de todas es
precisamente admitir lo obvio. Es obvio que en todo el mundolas
economas nacionales se sustentan en bienes y servicios deri-vados
de los ecosistemas, como tambin lo es que la vida humanadepende de
la capacidad que tengan esos ecosistemas para seguirproporcionando
sus mltiples beneficios. Con todo, por muchotiempo las prioridades
del desarrollo tanto en los pases ricoscomo en los pobres se han
centrado en lo que podemos extraer delos ecosistemas, sin tener
demasiado en cuenta el impacto denuestras acciones. Con este
informe, el Programa de las NacionesUnidas para el Desarrollo, el
Programa de las Naciones Unidaspara el Medio Ambiente, el Banco
Mundial y el Instituto de Re-cursos Mundiales (WRI) quieren
manifestar pblicamente suconvencimiento de que asegurar la
viabilidad de los ecosistemas
-
del mundo debe constituirse en una verdadera prioridad del
de-sarrollo en el siglo XXI.
Aunque nadie pone en duda que dependemos de los ecosiste-mas,
integrar las consideraciones sobre su capacidad productivaen las
decisiones relacionadas con el desarrollo es una tarea dif-cil,
pues requiere que gobiernos y empresas revisen algunos su-puestos
bsicos sobre la manera de medir y planificar el creci-miento
econmico. La pobreza obliga a muchas personas a poneren peligro los
ecosistemas de los cuales dependen, aun cuandosean conscientes, por
ejemplo, de que estn extrayendo madera opescado a niveles
insostenibles. La codicia o una vocacin em-prendedora, la
ignorancia o el descuido tambin pueden condu-cir a la gente a
ignorar los lmites naturales de los ecosistemas.Sin embargo, la
dificultad ms grande estriba en que las perso-nas en todos los
niveles desde el agricultor ms pequeo hastael alto funcionario de
gobierno o bien no pueden hacer unbuen uso de la informacin a su
alcance o carecen del conoci-miento bsico sobre la condicin actual
y perspectivas de losecosistemas a largo plazo. Este informe, junto
con el Anlisis Pi-loto de los Ecosistemas Mundiales (APEM) en el
cual est basa-do, constituye el primer paso para afrontar el
problema.
En el marco de nuestra colaboracin en la serie
Recursosmundiales, las cuatro organizaciones emprendimos la
presenteedicin como un genuino esfuerzo mancomunado que se orientaa
formular recomendaciones para salvaguardar los ecosistemasdel
mundo, conjugando perspectivas diferentes y dcadas de ex-periencia
en los campos del medio ambiente y el desarrollo. Nosmotiva la
urgente necesidad de encontrar soluciones que benefi-cien tanto a
la gente como a los ecosistemas.
Actualmente en todas las naciones tanto ricas como po-bres la
gente est sufriendo de una u otra forma los efectos deldeterioro de
la base de los recursos naturales: escasez de agua enel Punjab,
India; erosin del suelo en Tuva, Rusia; mortandad depeces en la
costa de Carolina del Norte en Estados Unidos; des-prendimientos de
tierra en las laderas deforestadas de Honduras;incendios en los
bosques alterados de Borneo y Sumatra en In-donesia. Los pobres
quienes por lo general dependen de losecosistemas para su sustento
son los que ms sufren cuandostos se degradan.
Al mismo tiempo, en todo el mundo hay quienes estn traba-jando
para encontrar soluciones: programas de conservacin debosques
comunitarios en Dhani, India; gestin colectiva de pra-deras en
Mongolia; transformacin agrcola en Machakos, Kenia;eliminacin de
especies invasivas de rboles para proteger los re-sursos hdricos en
Sudfrica, y restauracin de los Everglades enlos Estados Unidos,
entre otros esfuerzos. Gobiernos y entidadesprivadas estn
invirtiendo miles de millones de dlares en tratarde rectificar la
degradacin de los ecosistemas, o por lo menos enevitar sus
consecuencias, y se requerirn miles de millones mspara restaurarlos
en una escala mundial.
Como lo demuestran estos ejemplos y muchos otros citados eneste
volumen, nuestros conocimientos sobre los ecosistemas hanaumentado
de forma importante, pero no al mismo ritmo quenuestra capacidad
para alterarlos. A menos que utilicemos los co-nocimientos
adquiridos para desarrollar nuestros ecosistemas de
forma sostenible, corremos el riesgo de infligirles an ms
dao,con las graves consecuencias que esto pueda traer para el
desa-rrollo econmico y el bienestar de la humanidad. De ah la
ur-gencia de este tema: errores evitables producto de nuestra
miopapueden afectar la vida de millones de personas ahora y en el
fu-turo. Podemos continuar afectando ciegamente los ecosistemas
dela Tierra, o podemos aprender a usarlos de manera sostenible.
Si decidimos continuar con los patrones actuales de uso, escasi
seguro que nos enfrentaremos a una disminucin de la ca-pacidad de
los ecosistemas para producir su amplio espectro debeneficios,
desde agua limpia hasta un clima estable, desde leahasta cultivos
alimentarios, desde madera hasta hbitats para lavida silvestre. Sin
embargo, tenemos otra opcin. sta requiereque reorientemos la forma
en que vemos los ecosistemas, demanera que consideremos su
sostenibilidad como esencial para lanuestra. La adopcin de este
enfoque ecosistmico implicaque evaluemos nuestras decisiones sobre
el uso del suelo y los re-cursos en trminos de cmo afecta ste a la
capacidad de los eco-sistemas para mantener la vida, pero no
solamente el bienestarhumano sino tambin la salud y el potencial
productivo de plan-tas, animales y sistemas naturales. Mantener
esta capacidad seconvierte en nuestra llave maestra para el
desarrollo nacionaly humano, en nuestra esperanza para acabar con
la pobreza, ennuestra salvaguardia para la biodiversidad y en
nuestro pasa-porte hacia un futuro sostenible.
Evidentemente no es fcil saber qu ser realmente sostenibleen los
ambientes fsicos o polticos del futuro. Por ello el
enfoqueecosistmico hace hincapi en la necesidad de contar con buena
in-formacin cientfica, as como con polticas e instituciones
slidas.
En el terreno de lo cientfico, un enfoque ecosistmico
debera:
Reconocer el sistema en los ecosistemas, respetando susfronteras
naturales y gestionndolo de forma holstica y nosectorial.
Evaluar con regularidad las condiciones del ecosistema y
es-tudiar los procesos que subyacen en su capacidad de sostenerla
vida con el fin de entender las consecuencias de
nuestrasopciones.
En el terreno de las polticas, un enfoque ecosistmico
debera:
Demostrar que se puede hacer mucho por mejorar la gestinde los
ecosistemas mediante la formulacin de polticas mssensatas y el
desarrollo de instituciones ms eficientes que seencarguen de
aplicarlas.
Reunir la informacin que nos permita sopesar cuidadosa-mente las
contraprestaciones entre los varios bienes y serviciosde los
ecosistemas, y entre las metas ambientales, polticas,sociales y
econmicas.
Promover la participacin del pblico en la gestin de
losecosistemas, y particularmente de las comunidades localesque por
lo general tienen el mayor inters en proteger el me-dio
ambiente.
xivR E C U R S O S M U N D I A L E S
-
La meta de este enfoque es optimizar la variedad de bienes
yservicios que producen los ecosistemas, preservando al mismotiempo
su capacidad para generarlos en el futuro. Recursos mun-diales en
espaol aboga porque se adopte un enfoque ecosist-mico y sugiere la
manera de comenzar a aplicarlo.
Un paso crucial dirigido a cuidar los ecosistemas es hacer
uninventario de sus condiciones y de sus capacidades para
conti-nuar satisfaciendo nuestras necesidades. Sin embargo, tal
eva-luacin global del estado de los ecosistemas todava no se ha
he-cho. Este informe comienza a llenar este vaco de
conocimientos,presentando los resultados del Anlisis Piloto de los
EcosistemasMundiales, un nuevo estudio que se ha emprendido con el
obje-to de colocar los cimientos para otros esfuerzos de
evaluacinms globales.
Lo que hace que este anlisis piloto sea valioso en este mo-mento
antes de que se realicen otras evaluaciones es queaqu se compara en
una escala global la informacin que yaexiste sobre las condiciones
de cinco clases principales de ecosis-temas: agroecosistemas, reas
costeras, bosques, sistemas deagua dulce y praderas. En el anlisis
piloto se examina no slo lacantidad y la calidad de lo que se
produce sino tambin la basebiolgica de esta produccin, incluyendo
las condiciones delagua y el suelo, la biodiversidad y los cambios
ocurridos en el usodel suelo a travs del tiempo. Asimismo, en vez
de mirar sola-mente aquellos productos que se comercializan como
son losalimentos y la madera, en el anlisis piloto se evalan las
condi-ciones de un amplio espectro de bienes y servicios de los
cualesdepende la gente, pero que no tienen que comprar en el
mercado.De aqu surge una evaluacin global de las condiciones
actualesde los cinco ecosistemas principales basada en la
informacindisponible. Esta evaluacin muestra claramente los puntos
fuer-tes y dbiles de la informacin que se tiene a mano. En el
anli-sis piloto se identifican tanto los vacos significativos que
existenen materia de informacin como lo que se necesitara para
lle-narlos. Las imgenes de satlite y los sensores remotos han
apor-tado informacin adicional sobre ciertas caractersticas de
losecosistemas, como por ejemplo su extensin; sin embargo, hoy enda
la informacin en el terreno de indicadores como la calidaddel agua
dulce y los vertidos en los ros es ms escasa que en elpasado.
Si bien es cierto que se estn generando algunos datos
enabundancia, en el anlisis piloto se demuestra que hasta ahora
nohemos tenido xito en lo que se refiere a la coordinacin de
es-fuerzos. Las escalas divergen, la diferencia de medidas pone
enduda la posibilidad de integracin y es probable que las
diversasfuentes de informacin no se enteren de los hallazgos de los
de-ms.
Quienes colaboramos en este esfuerzo comenzamos nuestrotrabajo
en esta edicin de Recursos mundiales con el convenci-miento de que
el desafo que implica manejar los ecosistemas dela Tierra, as como
las consecuencias de fracasar en este empeo,aumentarn
significativamente en el siglo XXI. Concluida la la-bor, somos
plenamente conscientes de que actualmente carece-mos tanto del
conocimiento cientfico como de la voluntad pol-tica que se
necesitan para enfrentar el reto. Si se han de tomar
decisiones slidas relativas al manejo de los ecosistemas en el
si-glo XXI, es esencial que se produzcan cambios drsticos en la
for-ma en que utilizamos el conocimiento y la experiencia de
quedisponemos, as como en el tipo de informacin que tendr pesoen
las decisiones que se tomen sobre la gestin de recursos.
Se requiere pues una evaluacin verdaderamente global e
in-tegrada de los ecosistemas mundiales que vaya mucho ms allde
nuestro anlisis piloto, con el fin de satisfacer las
necesidadesactuales de informacin y para que opere como elemento
catal-tico de otras evaluaciones locales y regionales. El proceso
deplanificacin de la Evaluacin de Ecosistemas del Milenio yaest en
marcha. En 1998, representantes de un ampio espectrode organismos
cientficos y polticos internacionales comenzarona explorar los
mritos de una labor de esta magnitud y a reco-mendar la estructura
ms adecuada para sacarla adelante. Des-pus de realizar consultas
durante un ao, y teniendo en cuentalos hallazgos preliminares de
este informe, los participantes lle-garon a la conclusin de que una
evaluacin del pasado, presen-te y futuro de los ecosistemas no era
solamente una tarea factiblesino tambin apremiante. Fue as como
urgieron a institucioneslocales, nacionales e internacionales para
que apoyaran este es-fuerzo en su calidad de partes interesadas,
usuarios y fuentes deconocimiento. Si llega a feliz trmino, a travs
de la Evaluacinde Ecosistemas del Milenio se generar nueva
informacin, se in-tegrar el conocimiento actual, se desarrollarn
herramientasmetodolgicas, y se contribuir a mejorar la comprensin
de es-tos temas por parte del pblico. En los mbitos local, nacional
yregional, este esfuerzo ayudar a desarrollar la capacidad
deobtener y analizar nueva informacin y de actuar en conformi-dad.
Nuestras instituciones se unen para respaldar esta llamadaa que se
realice la Evaluacin de Ecosistemas del Milenio.
En los albores de este nuevo siglo, tenemos la capacidad
decambiar los sistemas vitales de este planeta, para bien o
paramal. Si queremos lo primero, debemos reconocer que el
bienestarde la gente y el de los ecosistemas se hallan entretejidos
y que esatrama est cada vez ms deteriorada. Hace falta restaurarla,
es-pecialmente ahora que tenemos a mano las herramientas
nece-sarias. Qu mejor momento que ste?
Mark Malloch BrownAdministrador, Programa de las Naciones Unidas
para el Desarrollo
Klaus TpferDirector Ejecutivo, Programa de las Naciones Unidas
para el Medio Ambiente
James D. WolfensohnPresidente, Banco Mundial
Jonathan LashPresidente, Instituto de Recursos Mundiales
(WRI)
xvP r e f a c i o
-
PARTE
C a p t u l o 1
E L V N C U L O
E N T R E L A G E N T E Y
L O S E C O S I S T E M A S
C a p t u l o 2
I N V E N T A R I O D E L O S
E C O S I S T E M A S
C a p t u l o 3
C M O S E V I V E E N L O S
E C O S I S T E M A S
C a p t u l o 4
H A C I A U N E N F O Q U E
E C O S I S T M I C O
IRECURSOSMUNDIALESR E P L A N T E A R
E L N E X O
-
3Tratemos de imaginar la Tierra sin ecosistemas, esdecir, sin
los motores productivos del planeta: comunidades de es-pecies que
interactan entre s y con el ambiente fsico en que vi-ven. Los
ecosistemas estn a nuestro alrededor: bosques, pra-deras, ros,
aguas costeras y profundidades marinas, islas, mon-taas e incluso
ciudades. Cada uno entraa la solucin a un de-safo particular de la
vida, solucin sta que se ha configurado alo largo de los milenios;
cada uno codifica enseanzas de super-vivencia y eficiencia, a
medida que incontables especies compitenpor luz solar, agua,
nutrientes y espacio. Si se la privara de susecosistemas, la Tierra
se parecera a las imgenes desoladas ysin vida que proyectaron desde
Marte las cmaras de la NASA en1997.
Al mismo tiempo, estas imgenes resaltan la dificultad de
re-crear los entramados naturales de sostenimiento de la vida
queproporcionan los ecosistemas, en caso de que les ocasionramosun
dao superior a su capacidad intrnseca de recuperarse. Por
RECURSOSMUNDIALES
EL VNCULOENTRE LA GENTE
Y LOS ECOSISTEMAS
CA P T U L O 1
-
ejemplo, los suelos frtiles del mundo constituyen un regalo
quesurge de aos y aos de procesos orgnicos e inorgnicos. La
tec-nologa puede reproducir los nutrientes que los suelos
propor-cionan a los cultivos y la flora nativa, pero en una escala
globallos costos de semejante intento seran prohibitivos.
El hecho es que dependemos completamente de los ecosistemaspara
nuestro sostenimiento. Desde el agua que bebemos hasta losalimentos
que consumimos, desde el mar que nos ofrece su ri-queza de
productos hasta el suelo sobre el que construimos nues-tras
viviendas, los ecosistemas producen bienes y servicios sinlos
cuales no podemos vivir. Los ecosistemas hacen que la Tierrasea
habitable purificando el aire y el agua, manteniendo la
biodi-versidad, descomponiendo y dando lugar al ciclo de nutrientes
yproporcionndonos todo un abanico de funciones crticas.
El aprovechamiento de estas riquezas constituye la base mis-ma
de nuestras economas y genera empleo, particularmente enlos pases
de ingresos medianos y bajos. La agricultura, el apro-vechamiento
forestal y la pesca proporcionan uno de cada dosempleos en el mundo
en general y siete de cada diez en fricasubsahariana, Asia oriental
y el Pacfico. En una cuarta parte delas naciones del mundo, los
productos agrcolas, la madera y elpescado todava contribuyen ms a
la economa que los bienesindustriales (World Bank 1999b:28-31,
192-195). En el mundo,la agricultura por s sola produce anualmente
US$1,3 billones enalimentos y fibra (Wood et al. [PAGE] 2000).
Los ecosistemas tambin alimentan nuestras almas, en la me-dida
en que nos ofrecen lugares para expresar nuestras
creenciasreligiosas, para el disfrute esttico y para la recreacin.
En todos
los casos, el desarrollo y la seguridad humanas estn
estrecha-mente relacionadas con la productividad de los
ecosistemas. Nues-tro futuro depende completamente de su continua
viabilidad.
Si nos parece imposible imaginar nuestra vida en la Tierra
sinecosistemas, entonces ser necesario aprender a vivir mejor
enellos. El mundo es muy grande, la naturaleza resistente, y los
hu-manos hemos venido alterando el paisaje por decenas de miles
deaos, todo lo cual hace fcil que ignoremos las seales que
ad-vierten que posiblemente la actividad humana est deteriorandola
capacidad de un ecosistema para producir bienes y servicios.
De hecho, muchas naciones y sociedades han alterado
com-pletamente el paisaje convirtiendo sus humedales, praderas
ybosques a otros usos, y aun as continan prosperando. Los
200millones de hectreas de praderas de pastos altos que alguna
vezexistieron en el corazn de Estados Unidos han sido
convertidascasi en su totalidad en tierras de cultivo y reas
urbanas. Los ex-tensos bosques que alguna vez cubrieron las tierras
de Europahan tenido prcticamente el mismo destino. La conversin
haarrojado beneficios obvios como por ejemplo un suministro
es-table de alimentos y produccin industrial que han convertidoa
Estados Unidos y a algunas naciones europeas en verdaderospoderes
econmicos. Pero tambin ha creado costos erosin dela capa
superficial del suelo, contaminacin de pozos y vas flu-viales,
reduccin de rendimientos de pesca y prdida de reas sil-vestres y
paisajes que amenazan con desgastar la riqueza y lacalidad de vida
de que disfrutan estas naciones.
No hay que mirar muy lejos para ver cun elevados pueden serlos
costos que deja la degradacin de los ecosistemas. Las ricas
4R E C U R S O S M U N D I A L E S
E n t o d o s l o s c a s o s e l
d e s a r r o l l o y l a
s e g u r i d a d h u m a n a s
e s t n e s t r e c h a m e n t e
r e l a c i o n a d a s c o n l a
p r o d u c t i v i d a d d e l o s
e c o s i s t e m a s . N u e s t r o
f u t u r o d e p e n d e
t o t a l m e n t e d e s u
c o n t i n u a v i a b i l i d a d .
-
aguas del mar Negro producan ms de 700.000 toneladas de an-choa,
esturin, bonito y otros peces de alto valor. Pero durante losltimos
30 aos, las presiones humanas han alterado su ecologade manera
radical. Desde la dcada de los aos setenta, su con-taminacin
progresiva ha trado consigo frecuentes proliferacionesde algas. El
aumento acelerado de la pesca en la dcada de losaos ochenta agot
poblaciones de peces claves. El golpe final seprodujo en 1982 con
la introduccin accidental de una criaturaparecida a la aguamala o
medusa que muy pronto domin lacadena alimentaria acutica,
compitiendo directamente por co-mida con las especies nativas de
peces. Para 1992, la captura depeces en el mar Negro haba cado a
una tercera parte de su vo-lumen original (Prodanov et al.
1997:1-2). Actualmente, la ma-yora de los pescadores de los seis
pases que rodean ese marvuelven con sus redes casi vacas, y la que
alguna vez fuera unaindustria pesquera prominente est perdiendo
enormes cantidadesde empleos y ganancias (Travis 1993:262-263).
En 1998, la degradacin de ecosistemas le mostr otra cara alos
chinos que viven a lo largo del ro Yangts. En aos anterio-res, los
madereros haban talado indiscriminadamente los bos-ques de la vasta
cuenca hidrogrfica del ro, al tiempo que agri-cultores y
urbanizadores desecaban los lagos y humedales queocupaban su
llanura aluvial. Mientras tanto, la poca atencin quese prest a la
conservacin del suelo condujo a que anualmentelas aguas arrastraran
2.400 millones de toneladas mtricas detierra ro abajo, lo que
ocasion la colmatacin de lagos y redu-jo an ms las zonas que
anteriormente amortiguaban las inun-daciones (Koskela et al.
1999:342). Cuando en el verano de1998 las lluvias en la cuenca del
Yangts superaron todos los re-gistros precedentes, estas prcticas
degradantes contribuyeron aque la inundacin fuera an mayor, dejando
un saldo de 3.600personas muertas, 14 millones sin techo y
US$36.000 millonesen prdidas econmicas (NOAA 1998; World Bank
1999a). Enla actualidad, el gobierno de China est tratando de
restaurar lossistemas naturales de control de inundaciones que
presta el eco-sistema, aunque es muy posible que esto lleve dcadas.
Asimis-mo, se espera que la labor de reforestar las laderas
desnudas yrecuperar humedales, lagos y llanuras aluviales consuma
miles demillones de dlares.
Son v iab l es l o s ecos i s temas?
Considerando los costos que entraa la degradacin delos
ecosistemas y nuestra dependencia de su producti-vidad, es muy poco
lo que sabemos sobre su estado ge-neral y su capacidad de seguir
proveyendo para el fu-turo. Lo que necesitamos saber es cun viables
son losecosistemas hoy en da y cmo los podemos gestionar de la
mejormanera posible para que conserven su salud y su
productividaden vista de una demanda humana cada vez mayor.
Esta edicin especial de nuestro informe sobre el estado de
losrecursos mundiales, Recursos Mundiales, trata de responder a
es-tas preguntas centrndose en los ecosistemas como los
cimientosbiolgicos de la economa global y el bienestar humano. Aqu
se
consideran los ecosistemas predominantemente naturales
comobosques y praderas, y tambin aqullos construidos por el hom-bre
como son las tierras de cultivo, huertos y otros agroecosiste-mas.
Estos dos tipos de ecosistemas tienen la capacidad de pro-ducir un
abanico de beneficios y ambos son cruciales para lasupervivencia
humana.
En este captulo se examina la manera en que la gente sevale de
los ecosistemas e identifica los factores que determinan laforma en
que se los utiliza y con frecuencia degrada. En el Ca-ptulo 2 se
evala el estado actual de los ecosistemas del mundo,presentando los
resultados de un nuevo anlisis sobre sus condi-ciones y las
presiones a las que se enfrentan emprendido por elInstituto de
Recursos Mundiales (WRI), el Instituto Internacionalde
Investigaciones sobre Poltica Alimentaria (IFPRI) y muchosotros
colaboradores. En el Captulo 3, a travs del estudio de ca-sos se
ilustran las contraprestaciones que en materia de bienes yservicios
se presentan en la gestin de los ecosistemas, as comola manera en
que varias comunidades respondieron a medidaque su base natural se
deterioraba. En el Captulo 4 se ponderael desafo an mayor que
implica manejar los ecosistemas en elsiglo XXI de manera que se
conserven productivos y vitales, in-cluso frente a un aumento de la
poblacin y el consumo.
Todos estos captulos se centran en los bienes y servicios
quegeneran los ecosistemas como medida fundamental de su salud.Este
enfoque de bienes y servicios hace hincapi en nuestra de-pendencia
diaria de los ecosistemas.
Se p i erde e l nexo?
Apesar de su importancia, es fcil perder la nocin delvnculo que
tenemos con los ecosistemas. Para los mi-llones y millones de seres
humanos que dependen di-rectamente de los bosques y las pesqueras
para su su-pervivencia, la importancia vital de los ecosistemas es
un hechode la vida cotidiana. Pero para los millones y millones que
vivi-mos en las ciudades y los suburbios y ya hemos hecho la
transi-cin de cultivar la tierra a trabajar en el teclado de un
ordenador,el nexo con los ecosistemas es menos directo. Compramos
nues-tros alimentos y vestuario en almacenes y dependemos de
latecnologa para el suministro de agua y energa. Confiamos enque
encontraremos productos alimenticios en el mercado, enque
dispondremos de transporte y vivienda y en que todo ello po-dr
adquirirse a un costo razonable. Y por lo general slo nospercatamos
de nuestro vnculo con los sistemas naturales cuandoescuchamos algo
acerca del colapso de una pesquera, o cuandose seca un embalse, o
cuando la contaminacin nos hace sentirmal, es decir, cuando el
flujo normal de bienes y servicios quedainterrumpido. Ah es cuando
finalmente tomamos concienciadel valor real de esos recursos y de
los costos biolgicos y econ-micos de su manejo equivocado.
Desafortunadamente, la gestin precaria de los sistemas
na-turales es muy comn. En todo el mundo, el uso y abuso de
al-gunos de ellos, incluyendo bosques tropicales, arrecifes
coralinos
5C a p t u l o 1 : E l v n c u l o e n t r e l a g e n t e y l o
s e c o s i s t e m a s
(contina en la pg. 10)
-
6R E C U R S O S M U N D I A L E S
Cuadro 1.1 H i s t o r i a l d e u s o y a b u s o
Muchos de los desafos a los que nos enfrentamos hoy
deforestacin, erosin del suelo, desertificacin, sa-linizacin y
prdida de biodiversidad eran problemasincluso en tiempos remotos.
La diferencia es hoy de escala, ve-locidad y naturaleza a largo
plazo de los desafos de la civiliza-cin moderna a los ecosistemas
de la Tierra. Antes de la revo-lucin industrial, la degradacin
ambiental era mucho msgradual producindose a lo largo de cientos o
miles de
aos y relativamente localizada. Sin embargo, las
accionesacumulativas de las sociedades de crecimiento e
industrializa-cin rpidos han dado paso a problemas ms complejos.
Laslluvias cidas, las emisiones de gases de efecto invernadero,
ladestruccin del ozono, los residuos txicos y los accidentes
in-dustriales a gran escala son ejemplos de esos problemas
conconsecuencias globales o regionales.
7000 AC-1800 AC
Mesopotamia/Sumeria
Salinizacin y anegacinde los agroecosistemassumerios
Alrededor del ao 7000 antes de Cristo, la gente de la regin que
en la actualidad ocupa Iraqcomenz a modificar su medio ambiente
natural. La pluviosidad insuficiente hizo necesarioirrigar la
tierra para cultivarla, y la demanda de alimentos fue
incrementndose a medida quecreca la poblacin. La tierra irrigada
comenz a salinizarse y a inundarse. Existen registrosque datan del
ao 2000 antes de Cristo donde se hace notar que la tierra se volvi
blanca desal. Hacia el ao 1900 antes de la era cristiana, el
sistema agrcola base de la civilizacinsumeria se colaps.
Lbano
Uso y explotacinexcesivos de los bosquesde cedro
En un momento de la historia, el monte Lbano estuvo recubierto
de bosques de cedro fa-mosos por su belleza y dureza. El templo del
Rey Salomn fue construido con cedro prove-niente de esa rea, como
tambin lo fueron muchos navos fenicios. En el tercer milenio an-tes
de la era cristiana, la ciudad de Biblos se enriqueci con el
comercio maderero. Losegipcios usaban la madera del cedro como
material de construccin y su resina para la mo-mificacin. La
explotacin continu por varios siglos. Hoy slo quedan cuatro
bosquecillosde cedro en el pas.
2600 AC-presente
2500 AC-900
800 AC-200 AC
200 AC-presente
50 AC-450
Imperio maya
Erosin del suelo, prdidade viabilidad de losagroecosistemas
ycolmatacin de las cuencashidrolgicas en AmricaCentral
Los mayas habitaron partes del rea que hoy ocupan Mxico,
Guatemala, Belice y Honduras.Sus tcnicas agrcolas fueron creativas
e intensivas: desmonte de laderas selvticas, cons-truccin de
terrazas para contener la erosin del suelo, desecado de pantanos
mediante laapertura de zanjas y utilizacin de la tierra cavada para
formar campos de tierra elevados.Eventualmente, sin embargo, las
demandas impuestas a estos sistemas fueron demasiadas.La erosin del
suelo disminuy el rendimiento de las cosechas y los altos niveles
de sedi-mentos en los ros daaron los campos elevados. Se especula
que la disminucin en la pro-duccin de alimentos y la competencia
por los recursos remanentes pudo haber conducidoa la desaparicin de
esta civilizacin.
Grecia
Conversin y prdida debiodiversidad en elMediterrneo
En tiempos homricos, Grecia se hallaba fundamentalmente cubierta
de una mezcla de pi-nos y bosques de especies caducifolias. A lo
largo del tiempo se fueron desmontando losbosques para abrir tierra
para la agricultura, y los rboles se utilizaron como lea para
co-cinar los alimentos y para calefaccin, y tambin como material de
construccin. El sobre-pastoreo impidi el rebrote. Estos bosques
mixtos fueron reemplazados por olivares, favo-recidos por su valor
econmico y por ser una variedad que crece bien en
tierrasdeforestadas.
China
Desertificacin a lo largodel Camino de la Seda
La fortificacin de la Gran Muralla durante la dinasta Han dio
lugar al intenso cultivo de lastierras agrcolas en el norte y
occidente de China, as como al surgimiento de una ruta co-mercial y
de viaje de gran importancia que se lleg a conocer como el Camino
de la Seda.Como resultado de las demandas cada vez mayores de una
poblacin en aumento, y decambios graduales de clima, los desiertos
comenzaron a expandirse de forma irreversible enesa rea.
Imperio romano
Desertificacin y prdidade la viabilidad de losagroecosistemas en
fricadel Norte
El desafo de producir alimentos para la poblacin de Roma y sus
enormes ejrcitos activosabrum al imperio. Las provincias de frica
del Norte, que alguna vez fueron graneros ex-tremadamente
productivos, se degradaron paulatinamente a medida que la demanda
degrano hizo que la produccin se desplazara hacia tierras
marginales susceptibles a la ero-sin. La maleza se propag y algunas
reas intensamente cultivadas se desertificaron. Lossistemas de
riego utilizados por los romanos dependan de vertientes que desde
entonceshan sido deforestadas y ahora admiten menor escorrenta, lo
que reduce as las posibilida-des de restaurar la productividad.
-
7C a p t u l o 1 : E l v n c u l o e n t r e l a g e n t e y l o
s e c o s i s t e m a s
1400-1600 Islas Canarias
Explotacin de recursoshumanos y naturales,degradacin y
extincionesen muchas regiones
Originarios del Norte de frica, los guanches habitaron las islas
Canarias durante ms de1000 aos antes de que los espaoles hicieran
su arribo en 1400. Una vez llegados esclavizarona los nativos,
desmontaron el bosque y establecieron plantaciones de caa de azcar.
Para elao 1600 todos los guanches haban muerto, bien vctimas de
enfermedades eurasiticas y/oa causa de las condiciones de trabajo
en las plantaciones. Al igual que en las islas Canarias,aquellas
regiones de las Amricas, frica y Asia donde se forz a los
habitantes a dedicarsea cultivos de exportacin como la caa, el
tabaco, el algodn, el caucho, el banano y el aceitede palma
continan sufriendo las consecuencias de la deforestacin, el dao del
suelo, la pr-dida de biodiversidad y la dependencia econmica creada
durante la colonizacin.
Australia y Nueva Zelanda
Prdida de biodiversidad yproliferacin de especiesinvasoras en
losecosistemas insulares
En Australia y Nueva Zelanda no haba animales ungulados antes de
que los europeos lle-garan a finales del siglo XVIII y comenzaran a
importarlos. En los 100 aos siguientes elrea se llen de millones de
ovinos y vacunos. El enorme incremento en el nmero de ca-bezas de
ganado acab con muchos de los pastos nativos que no estaban bien
adaptados aun rgimen intenso de pastoreo. En general, la
biodiversidad insular en todo el mundo sufrialgunas de las prdidas
ms dramticas a causa de la introduccin de plantas y animales
nonativos. La fauna y la flora de las islas, que se haban
desarrollado en forma aislada duran-te miles de aos, carecan de
depredadores naturales. Por ejemplo, muchas especies deaves no
voladoras se convirtieron en presa fcil para los invasores. Se
estima que el 90% detodas las extinciones de aves ha ocurrido en
regiones insulares.
1800
1800
1800-1900
1900
1928-presente
Todo el mundo
Los productos qumicosindustriales destruyen lacapa de ozono
protectora
Los clorofluorocarbonos (CFC) constituyen una familia de
compuestos voltiles inventadosen 1928. Tratndose de los primeros
refrigerantes no inflamables y no txicos, como se cre-y
originalmente, su uso se propag rpidamente. Tambin se emplean como
disolventesindustriales, agentes espumantes y como propulsores de
aerosoles. La produccin de CFClleg a su tope en 1974, el primer ao
en que los investigadores notaron que sus emisionespodan causar
daos a la salud humana y a la capa de ozono. En 1985, el
descubrimiento deun agujero en la capa de ozono sobre la Antrtida
coincidi con el primer esfuerzo inter-nacional coordinado para
eliminar paulatinamente la produccin de CFC y otras sustanciasque
destruyen la capa de ozono. Se espera que para el ao 2010 ya se
haya eliminado com-pletamente la produccin de CFC.
Estados Unidos y Canad
Erosin del suelo y prdidade biodiversidad
Las Grandes Planicies de Estados Unidos y Canad fueron aradas a
finales del siglo XIX y aprincipios del XX para dar paso a
plantaciones de una variedad de trigo resistente a la se-qua. Una
vez se destruy la cubierta de pasto original, la sequa de los aos
treinta permitique las persistentes tormentas de viento se llevaran
mucho del suelo seco. Posteriormentese introdujeron mtodos de
conservacin de suelo, de manera que cuando el rea se vionuevamente
afectada por la erosin elica en los aos cincuenta y setenta, las
consecuen-cias fueron menos graves.
Alemania y Japn
Envenenamiento qumicoindustrial de las fuentes deagua
La revolucin industrial tuvo un efecto profundo en las aguas de
todo el mundo. Aquellosros que cruzaban zonas industriales, como el
Rin en Alemania, o reas mineras como el roWatarase en Japn, se
encontraban extremadamente contaminados en el siglo XIX. La
in-dustria qumica alemana envenen el ro Rin hasta el punto de que
el salmn, una especieabundante hasta 1765, ya era rara en 1914. En
el siglo XIX, la mina ms importante de cobredel Japn verti sus
desechos en el ro Watarase, y el cido sulfrico de sus
fundicionescontamin el agua matando miles de hectreas de rboles y
otra vegetacin boscosa. Pecesy resto de fauna perecieron, y los
residentes del rea enfermaron. En Ashio, un poblado cer-cano al ro,
la tasa de natalidad humana descendi a niveles inferiores a la de
mortalidad enel decenio de los noventa de esa centuria.
Amrica del Norte
Conversin, prdida dehbitat y matanzageneralizada de especies
defauna silvestre
A medida que se desmontaron los bosques en el mundo para dar
paso a los asentamientoshumanos y a la agricultura se redujeron los
hbitats animales de casi todas las clases; la ex-pansin del
comercio condujo a que se mataran animales para extraer carne y
pieles o pordiversin. Hacia finales del siglo XIX en Amrica del
Norte se haban cazado manadas ente-ras de bfalos que se calcula
totalizaban 50 millones de animales, hasta el punto de oca-sionar
una extincin casi total. Las especies acuticas, tanto como las
terrestres, comen-zaron a ser blanco de explotacin e iniciaron su
camino hacia la extincin. En el siglo XIX semataban grandes
cantidades de ballenas para sostener a las economas en vas de
indus-trializacin que necesitaban enormes volmenes de aceite de
esos mamferos, fundamen-talmente como combustible para el alumbrado
y como lubricante. En la costa noroeste deAmrica del Norte las
poblaciones de ballenas estaban a punto de extinguirse en el siglo
XX.
-
8R E C U R S O S M U N D I A L E S
Cuadro 1.2 E l n e x o e n t r e l o s e c o s i s t e m a s y l
a g e n t e
Una mujer profesional en Tokio lee unperidico impreso en pulpa
de papelextrada de rboles de Amrica del Norte.Sus alimentos y
vestuario salen de plantasy animales de todo el mundo: algodn y
ca-chemira de Asia, pescado de los ocanosPacfico e ndico, carne de
res provenientede los pastizales de Australia y Amrica delNorte,
frutas y vegetales de las fincas agr-colas de cuatro continentes.
El caf quetoma viene de plantaciones del trpico cen-troamericano,
pero lo prepara con el aguaque sale de los pozos ubicados cerca de
suciudad.
Los ecos i s t emas nos
sos t i enen . Son lo s
pr inc ipa le s
produc tores de l a
T ie r ra ; f br i cas que
func ionan a base de
energ a so lar y
producen la mayor
par t e de l o que
neces i tamos :
a l imen tos , f ib ra ,
agua . Los
ecos i s t emas t ambin
proporc ionan
serv i c io s e senc ia l e s :
pur i f i cac in de l a i r e
y e l agua , con t ro l de l
c l ima , c i c lo de
nu t r i en te s y
producc in de sue lo .
Es tos s e rv i c io s no s e
pueden reemplazar a
un prec io razonab le .
En Borneo, los nios dezonas rurales llegan a laescuela por el
ro, en boteslargos hechos a mano conrboles del lugar. En
losarrozales cercanos la familiacultiva este grano
principalproducto de su dieta y fuen-te del vino que destilan
ypimienta, un cultivo comer-cial.
Los techos de las viviendas de los indgenas shuar de la Amazonia
ecua-toriana estn hechos de paja extrada de palmas, cuyos tallos
son utili-zados por esta comunidad para tejer canastos y otros
recipientes. Cultivanmandioca, papaya, boniato y otros productos
originados en la selva hmedapara venta o consumo propio. Del bosque
tambin extraen lea y medica-mentos, as como pescado y carne de
caza.
-
9C a p t u l o 1 : E l v n c u l o e n t r e l a g e n t e y l o
s e c o s i s t e m a s
E c o s i s t e m a s B i e n e s S e r v i c i o s
Cultivos alimentariosCultivos para fibraRecursos genticos
para
cultivos
Mantienen algunas funciones de la cuenca (filtracin, control
deflujo, proteccin parcial de suelos)
Proporcionan hbitat para aves, polinizadores y organismos
delsuelo importantes para la agricultura
Desarrollan la materia orgnica del suelo Fijan
carbonoProporcionan empleo
Agroecosistemas
Principales bienes y servicios suministrados por los
ecosistemas
Pescado y mariscosHarina de pescado (alimento
para animales)Algas (como alimento o
para usos industriales)SalRecursos genticos
Moderan los impactos de las tormentas (manglares; islas
barre-ra)
Proporcionan hbitats para la fauna silvestre (marina y
terrestre)Mantienen la biodiversidadDiluyen y tratan
desperdiciosProporcionan puertos y rutas de transporteProporcionan
hbitat para los humanosProporcionan empleoAportan disfrute esttico
y oportunidades de entretenimiento
Costeros/marinos
Madera LeaAgua de beber y de riego ForrajeProductos no
maderables
(lianas, bambes, hojas,etc.)
Alimentos (miel, hongos,frutas y otras plantas co-mestibles,
carne de caza)
Recursos genticos
Eliminan contaminantes atmosfricos; emiten oxgenoCiclo de
nutrientesMantienen una serie de funciones de la cuenca (filtracin,
purifi-
cacin, control de flujo, estabilizacin del suelo)Mantienen la
biodiversidad Fijan el carbono de la atmsferaModeran las
rigurosidades e impactos climticosGeneran sueloProporcionan
empleoSuministran hbitats para los humanos y para la fauna
silvestreAportan disfrute esttico y oportunidades de
entretenimiento
Bosques
Agua de beber y de riegoPescado Energa elctricaRecursos
genticos
Amortiguan el flujo del agua (controlan tiempo de entrada y
volu-men)
Diluyen y transportan desperdiciosCiclo de nutrientesMantienen
la biodiversidadProporcionan hbitats acuticosProporcionan una va de
transporteProporcionan empleoAportan belleza esttica y
oportunidades de entretenimiento
Agua dulce
Ganado (alimentos, carne decaza, pieles y fibra)
Agua de beber y de riegoRecursos genticos
Mantienen una serie de funciones de la cuenca (filtracin,
purifi-cacin, control de flujo y estabilizacin del suelo)
Ciclo de nutrientes Eliminan contaminantes atmosfricos; emiten
oxgenoMantienen la biodiversidadGeneran suelo Fijan carbono de la
atmsferaSuministran hbitats para los humanos y para la fauna
silvestreProporcionan empleoAportan disfrute esttico y
oportunidades de entretenimiento
Pastizales/praderas
-
y pastizales, han degradado o destruido hectrea tras hectrea
dehbitats que alguna vez fueron productivos. Esto tambin hacausado
dao a la fauna silvestre, como bien lo atestigua la can-tidad de
especies amenazadas. E igualmente ha afectado en for-ma adversa los
intereses humanos reduciendo el flujo de los mis-mos bienes y
servicios de los que dependemos.
La disminucin de la capacidad productiva de los ecosistemaspuede
tener unos costos humanos devastadores. Por lo general,los pobres
son los primeros y ms directamente afectados poresta degradacin, en
la medida en que dependen de aqullospara su subsistencia y la
obtencin de ingresos monetarios. Almismo tiempo, los pobres son los
que menos control ejercen so-bre los usos que se les da a esos
ecosistemas o sobre quin obtie-ne los beneficios que de ellos se
deriven.
En muchas reas, la disminucin de la produccin agrcola,del
suministro de agua dulce, del rendimiento de la madera y dela pesca
ha tenido ya un costo significativo para las economaslocales:
En las provincias martimas de Canad, el colapso de la pes-quera
de bacalao a principios de los aos noventa dej a30.000 pescadores a
merced de la beneficencia del Estado ydecim las economas de 700
comunidades solamente en Te-rranova (Milich 1999:628).
Se estima que la escasez de agua en las ciudades de China
significativamente agravada por la extraccin excesiva y
lacontaminacin de los ros y acuferos cercanos les cuesta a
esas economas cerca de US$11.200 millones anuales en pr-dida de
produccin industrial y afecta a cerca de la mitad delas ciudades ms
importantes del pas (WRI et al. 1998:120).
La tala comercial de los bosques de India y su conversin a
laagricultura han destruido el sistema tradicional de manejo
co-munitario. A su vez, esta situacin ha desembocado en escasezde
lea y materiales de construccin para muchos de los 275millones de
habitantes rurales que dependen de los recursosforestales locales
(Gadgit y Guha 1992:113-145, 181-214;WCFSD 1999:59).
Si se mantiene este patrn de degradacin, la prdida de
eco-sistemas saludables actuar como freno, no solamente de
laseconomas locales, sino tambin del desarrollo nacional y
mun-dial.
Hac ia una perspect i va humana
Todos los organismos tienen un valor intrnseco: las pra-deras,
los bosques, los ros y otros ecosistemas no sloexisten para servir
a los humanos. Aun as, RecursosMundiales deliberadamente examina
los ecosistemas ysu manejo desde una perspectiva humana porque es
esa utiliza-cin la que da origen a la presin que stos experimentan,
supe-rando de lejos la de procesos naturales que inducen cambios
enellos. En el mundo moderno, casi todos los usos humanos de
los
U n e c o s i s t e m a e s u n a
c o m u n i d a d d e
o r g a n i s m o s
i n t e r a c t u a n t e s y e l
m e d i o a m b i e n t e f s i c o
e n q u e v i v e n . C a d a
h e c t r e a d e l p l a n e t a
f o r m a p a r t e d e u n
e c o s i s t e m a .
-
productos y servicios de los ecosistemas se traducen en un
im-pacto sobre stos. As pues, cada uso se convierte, o bien en
unaoportunidad para un manejo inteligente o en una ocasin
paradegradarlo.
Sin embargo, el uso responsable de los ecosistemas se en-frenta
a obstculos fundamentales. Muy raramente reconoce-mos a los
ecosistemas como unidades cohesivas pues es comnque traspasen las
fronteras polticas o de gestin. Los vemospor partes o nos
concentramos en uno de sus productos especfi-cos. No nos percatamos
de su complejidad y/o de la interde-pendencia de sus organismos, es
decir, de aquellas cualidadesque los hacen productivos y
estables.
As pues, el desafo para el siglo XXI consiste precisamente
enentender las vulnerabilidades y la resilencia de los
ecosistemas,de manera que podamos encontrar formas de conciliar las
de-mandas del desarrollo humano con la capacidad de tolerancia dela
naturaleza. Esto exige que aprendamos a mirar nuestras acti-vidades
a travs de la lente viva de los ecosistemas; lo cual sig-nifica
adoptar un enfoque centrado en ellos para el manejo delmedio
ambiente, es decir, un enfoque que respete sus lmitesnaturales y
tenga en cuenta su interconectividad y capacidad derespuesta.
Fuentes de r i queza y b i enestar
Los ecosistemas no son nicamente ensamblajes de es-pecies; se
trata ms bien de sistemas combinados demateria orgnica e inorgnica
y fuerzas naturales queinteractan y se transforman. La energa que
mantieneel sistema en funcionamiento proviene del sol: la energa
solar esabsorbida y convertida en alimento por plantas y otros
organis-mos que realizan la fotosntesis y que se encuentran en la
basemisma de la cadena alimentaria. El agua es el elemento
crucialque fluye a travs del sistema. La cantidad de agua
disponible,junto con los niveles extremos de temperatura y la luz
solar queun determinado sitio recibe, determinan en lo fundamental
eltipo de plantas, insectos y animales que habitan en ese lugar y
lamanera en que se organiza el ecosistema.
Los ecosistemas son dinmicos y se regeneran constantemen-te,
reaccionando ante las perturbaciones naturales y la compe-tencia
entre las especies. Lo que determina el paquete particularde bienes
y servicios que cada ecosistema ofrece es la interaccincompleja que
tiene lugar localmente entre el medio ambientefsico y la comunidad
biolgica que los habita; tal interaccin estambin la que hace a cada
ecosistema nico y vulnerable.
La escala tambin es importante. Un pequeo pantano, unaduna
solitaria o una mancha de bosque pueden ser vistos comoun
ecosistema nico en cuanto a la mezcla de especies y micro-climas
que alberga: un microambiente. En una escala ms am-plia, un
ecosistema se refiere a comunidades ms extensas unbosque de 100
1.000 km2, o un importante sistema fluvial,cada uno de los cuales
exhibe muchos microambientes.
Esta edicin de Recursos Mundiales examina los ecosistemasen una
escala an mayor, considerando cinco tipos o categoras
principales: praderas, bosques, agroecosistemas, sistemas deagua
dulce y ecosistemas costeros. En su conjunto, stos cubrenla mayor
parte de la superficie de la Tierra y producen casi todoslos bienes
y servicios que la gente obtiene de la naturaleza. Al di-vidirlos
de esta manera es posible examinarlos en una escalamundial y
analizar en trminos ms amplios los desafos que im-plica manejarlos
en forma sostenible.
Sin embargo, las divisiones entre los ecosistemas son menos
im-portantes que los vnculos que existen entre ellos. Las praderas
danorigen a las sabanas que llegan hasta los bosques. El agua dulce
sevuelve salobre a medida que se va acercando a la costa. Los
siste-mas estn fuertemente entrelazados en un continuo global
deenerga, nutrientes y organismos: la biosfera que habitamos.
Benef i c i os d i rectos e i nd i rectos
Los beneficios que los seres humanos obtienen de losecosistemas
pueden ser directos o indirectos (Daily1997:1-10; ESA 1997a:1-13).
Los beneficios directosse extraen principalmente de las plantas y
animales deun ecosistema en forma de alimentos y materias primas.
stosson los productos ms familiares de un ecosistema:
cultivos,ganado, pescado, carne de caza, madera, lea y forraje. Los
re-cursos genticos provenientes de la biodiversidad de los
ecosis-temas tambin proporcionan beneficios directos en la medida
enque aportan los genes que pueden mejorar el rendimiento de
uncultivo o hacerlo resistente a las enfermedades, o con los cuales
esposible desarrollar medicinas y otros productos.
Los beneficios indirectos surgen de las interacciones y
retroa-limentaciones entre los organismos que viven en un
ecosistema.Muchos de ellos toman la forma de servicios como control
de ero-sin, purificacin y almacenamiento de agua por parte de
plan-tas y microorganismos del suelo en una cuenca, o polinizacin
ydispersin de semillas va insectos, aves y mamferos. Aunquemenos
tangibles, hay otros beneficios que tambin poseen un altovalor: el
disfrute de una puesta de sol, por ejemplo, o el signifi-cado
espiritual de una montaa sagrada o un bosque (Kellert yWilson
1993). Cada ao, millones de personas emprenden pere-grinaciones a
lugares sagrados en plena naturaleza o van de va-caciones a
regiones de paisajes hermosos, o simplemente se de-tienen en un
parque o en sus propios jardines para reflexionar orelajarse. En su
calidad de manifestaciones de la naturaleza, losecosistemas
constituyen el teln psicolgico y espiritual de nues-tra
existencia.
Algunos beneficios son de orden mundial, como la biodiver-sidad
o el almacenamiento del carbono atmosfrico en plantas ysuelos.
Otros son regionales: la proteccin de cuencas que pre-viene una
mayor inundacin aguas abajo, por ejemplo. Peromuchos de los
beneficios de los ecosistemas son locales y con fre-cuencia son los
ms importantes, pues afectan muchos aspectosde la vida cotidiana de
la gente. Hogares, fbricas y fincas por logeneral reciben su
suministro de agua de fuentes locales. Los em-pleos asociados con
la agricultura y el turismo constituyen tam-
11C a p t u l o 1 : E l v n c u l o e n t r e l a g e n t e y l
o s e c o s i s t e m a s
(contina en la pg. 16)
-
12R E C U R S O S M U N D I A L E S
Cuadro 1.3 F i l t r a c i n y p u r i f i c a c i n d e l a g u
a
En cada etapa de su trayecto entre la tierra y el cielo, el
aguapuede recoger contaminantes y desperdicios a medidaque fluye
desde los manantiales a los arroyos, a los ros yfinalmente al mar;
o cuando se remansa en pozos y lagos; ocuando regresa de la
atmsfera en forma de lluvia; o cuandose reabsorbe en los suelos
despus de que ha sido usada entierras de cultivo; o como efluente
de los sistemas de alcantari-llado. Afortunadamente los ecosistemas
pueden limpiar el aguapara nuestro beneficio.
Los suelos estn poblados por microorganismos que con-sumen y
reciclan materia orgnica, excrementos de animalesy humanos, y otras
toxinas y patgenos potenciales. En lasprofundidades de un acufero,
las capas rocosas puedencontinuar el proceso de limpieza a medida
que el agua secuela entre ellas.
Las plantas y los rboles hacen que el suelo permanezca ensu
sitio mientras el agua se filtra a travs de l. La
vegetacininteracta con hongos y microorganismos del suelo paracrear
muchas de sus capacidades de filtracin.
Las masas de agua dulce diluyen contaminantes en lugaresdonde se
vierten o se drenan grandes cantidades de aguasresiduales de origen
municipal, agrcola o industrial.
Los humedales interceptan escorrentas superficiales, atra-pan
sedimentos de aguas desbordadas, retienen metales yse destacan por
su capacidad de eliminar nitrgeno y mine-rales del agua. Una
hectrea de cinaga puede consumir eltriple de los nutrientes que una
pradera o un bosque (Trustfor Public Land 1997:16).
En muchos lugares, sin embargo, estamos agotando la ca-pacidad
de la naturaleza para filtrar y purificar el agua. En aque-llos
sitios donde se est privando al suelo de su vegetacin o secultiva
en exceso, las aguas de lluvia fluyen ro abajo sobre sue-los
compactados y endurecidos sin que se las filtre. Ya hemosdrenado y
convertido la mitad de los humedales del mundo (Re-venga et al.
[PAGE] 2000), al tiempo que agregamos tales canti-dades de
contaminantes a las cuencas que se sobrepasan suscapacidades
naturales de dilucin y purificacin.
Se puede reemplazar hasta cierto punto el servicio de lim-pieza
natural de los ecosistemas con plantas de tratamiento deaguas
residuales, procesos de purificacin con cloro y
otrosdesinfectantes, y por medio de lagunajes artificiales. Pero
por logeneral estas opciones son costosas y no proporcionan mu-chos
otros beneficios que s suministran los bosques y hume-dales
naturales, los que a su vez constituyen hbitats para
faunasilvestre, espacios abiertos y mecanismos de proteccin
deinundaciones.
A continuacin se presentan algunos indicadores locales
ymundiales de nuestra dependencia de los servicios de filtra-cin y
purificacin que suministran los ecosistemas. Los cos-tos humanos y
econmicos que conlleva reemplazarlos pue-den ser elevados.
Porcentaje de la poblacin en el mundo que carecede acceso a agua
potable limpia: 28% o cerca de 1.700millones de personas (UNICEF
2000).
Nmero de personas que mueren cada ao por beberagua contaminada,
por saneamiento precario y faltade higiene domstica: 5 millones.
Adicionalmente, las en-fermedades transmitidas por el agua como la
diarrea, la asca-riasis, dracunculiasis, anquilostoma y tracoma
aquejan anual-mente a casi la mitad de la poblacin del mundo en vas
dedesarrollo (WHO 1996).
Porcentaje de lodos cloacales urbanos sin tratamien-to que se
vierte en ros, lagos y aguas costeras en lospases en vas de
desarrollo: 90% (WRI et al. 1996:21).
Suma que se gast en agua embotellada en el mundoen 1997:
US$42.000 millones (Beverage Industry 1999).
Cantidad que los consumidores estadounidensesgastaron en
sistemas domsticos de purificacin deagua en 1996: $US1.400 millones
(Trust for Public Land1997:24).
Costos incurridos por los hogares de Yakarta que de-ben comprar
keroseno para hervir el agua provenien-te del acueducto de la
ciudad antes de usarla: el equi-valente a US$52 millones al ao
(precios de 1987) (Bhatia yFalkenmark 1993:9).
Cantidad que costara reemplazar el agua que se per-dera si
fueran deforestados 13 de los parques de Ve-nezuela que protegen el
abastecimiento urbano deagua: entre US$103 y US$206 millones (valor
neto actual)(Reid forthcoming:6).
Costo tpico de desalinizar el agua de mar: entre US$1y US$1,50
por metro cbico (UNEP 1999:166).
Cantidad de espacio abierto y rea crtica de reposi-cin que es
necesario repavimentar cada da en Esta-dos Unidos: 11,7 km2 (TPL
1997:3).
Valor anual estimado del servicio de mejora de la ca-lidad del
agua que proporcionan los humedales a lolargo de una franja de 5,5
km del ro Alchovy en Geor-gia, EE. UU.: US$3millones (Lerner y
Poole 1999:41).
Costo de construir humedales para que ayuden a pro-cesar y
reciclar los lodos cloacales producidos por15.000 residentes de
Arcata, California: US$514.600 porun sistema de 40 ha (Marinelli
1990). La otra alternativa eraconstruir una planta de tratamiento
ms grande a un costo deUS$25 millones (Neander s.f.).
Los costos de l agua l imp ia
-
13C a p t u l o 1 : E l v n c u l o e n t r e l a g e n t e y l
o s e c o s i s t e m a s
Cuadro 1.4 P o l i n i z a c i n
Para mucha gente, las abejas representan fundamental-mente
prodigiosas fbricas de miel; entre tanto los mur-cilagos se asocian
con vampiros y oscuridad. Muy po-cas veces reconocemos que existen
miles de especies deplantas que no podran reproducirse sin su
ayuda. Aunque elviento poliniza algunas plantas, el 90% de todas
las que tienenflores incluyendo la gran mayora de las plantas
alimenticiasdel mundono existira si no hubiera animales e insectos
quetransportaran el polen de una planta a otra. Las abejas
polinizanel 70% de los 100 cultivos ms importantes del mundo
(Nabhan yBuchmann 1997:136, 138). Los polinizadores no slo ayudan
aproducir alimentos sino tambin otros bienes agrcolas que me-joran
nuestras vidas como son los colorantes, la lea, las ma-deras
tropicales, y fibras textiles como el algodn y el lino. Lasdietas
de muchas aves y mamferos tambin estn basadas ensemillas y frutos
producidos a travs de la polinizacin.
No es asombroso entonces que los agrnomos se alarmenante la
disminucin notable de polinizadores en el mundo. Haydatos de
prdidas de polinizadores en cada continente salvoen la Antrtida.
Algunos estn en vas de extincin; plaguicidas,
caros, especies invasoras, as como la prdida y/o fragmenta-cin
del hbitat son los principales responsables. Entre las
con-secuencias de la progresiva disminucin de polinizadores po-dran
estar las prdidas multimillonarias por concepto dedisminucin de
cosechas, extinciones masivas de plantas y ani-males, y un
suministro alimentario menos estable.
Son pocos los estudios que han calculado la contribucineconmica
que hacen todos los polinizadores a la agriculturamundial y a la
biodiversidad. Sin embargo,
La FAO recientemente estim que en 1995 la contribucinde la
polinizacin a la produccin mundial de apenas 30 delos principales
vegetales, frutas y cultivos arbreos (sin in-cluir pastizales o
alimentos para animales) ascenda a cercade US$54.000 millones
(dlares internacionales) por ao(Kenmore y Krell 1998).
Los clculos sobre polinizacin para los sistemas de cultivode
Estados Unidos nicamente oscilan entre US$20.000 yUS$40.000
millones (Kearns et al. 1998:84).
Dependencia de cultivos seleccionados de la poliniza-cin por
abejas productoras de miel, EE. UU.
Porcentaje de cultivos Cantidad producida que se perderan sin
la
en 1998 polinizacin por abejasCultivos (toneladas mtricas)
productoras de miel*
* Los clculos sobre prdidas de cultivos se calculan bajo el
supuesto deque Estados Unidos eliminar el manejo de abejas
productoras de miel sinreemplazar su servicio de polinizacin por
uno alternativo.Fuentes: FAO 2000; Southwick y Southwick 1992.
Polinizadores de plantas con flores del mundo(Angiospermas)
Nmero estimado Porcentaje total de especies de plantas de
especies
Polinizadores polinizadas de plantas polinizadas*
* El porcentaje total no suma 100%, lo cual refleja la
polinizacin por parte dems de un polinizador.Fuentes: Buchmann y
Nabhan 1996:274.
Frutos de tierras templadas
Almendras 393.000 90
Manzanas 5.165.000 80
Cerezas 190.000 60
Naranjas 12.401.000 30
Peras 866.500 50
Fresas 765.900 30
Vegetales y semillas
Esprragos 92.800 90
Repollo 2.108.200 90
Zanahorias 2.101.000 60
Semillas de algodn 7.897.000 30
Girasoles 2.392.000 80
Sandas 1.673.000 40
Viento 20.000 8,30
Agua 150 0,63
Abejas 40.000 16,60
Himenpteros 43.295 18,00
Mariposas/polillas 19.310 8,00
Moscas 14.126 5,90
Escarabajos 211.935 88,30
Carcoma 500 0,21
Pjaros 923 0,40
Murcilagos 165 0,07
Todos los mamferos 298 0,10
Todos los vertebrados 1.221 0,51
351.923
-
14R E C U R S O S M U N D I A L E S
Cuadro 1.5 D i v e r s i d a d b i o l g i c a
Considerando que el nmero estimado de especies en laTierra
asciende a 13 millones (UNEP 1995:18), muy pocosnotan la extincin
de una variedad particular de trigo, ouna raza de oveja o un
insecto. Con todo, es precisamente estaabundancia de especies lo
que ayuda a los ecosistemas a fun-cionar a todo vapor. Cada especie
presta una contribucin ni-ca y particular a la vida.
La diversidad de especies influye en la estabilidad de
losecosistemas y soporta servicios ecolgicos esenciales. Des-de la
purificacin del agua hasta el ciclo del carbono, existeuna variedad
de plantas que son esenciales para lograr unamxima eficiencia en
estos procesos. La diversidad tambinaumenta la resistencia y
flexibilidad de los ecosistemas, unacualidad que les permite
responder a las presiones y ofreceruna suerte de seguro contra el
cambio climtico, la sequay otros fenmenos causantes de
perturbaciones.
La diversidad gentica de plantas, animales, insectos y
mi-croorganismos determina la productividad de un agroeco-sistema,
su resistencia a las plagas y otras enfermedades, yla seguridad
alimentaria de la humanidad. A lo que se extraede la biblioteca
gentica se le atribuyen incrementos anua-les de productividad de un
cultivo que ascienden a cer-ca de US$1.000 millones (WCMC
1992:433); aun as, latendencia en los agroecosistemas es hacia el
re-emplazo de los policultivos por monocultivos yde las diversas
variedades de semillas por varie-dades uniformes (Thrupp
1998:23-24). Porejemplo, en 1959 en Sri Lanka haba ms de2.000
variedades de arroz, mientrasque en la dcada de los aos ochentaslo
quedaban cinco variedades prin-cipales (WCMC 1992:427).
La diversidad gentica es fundamentalpara la salud humana. El 42%
de los 25 prin-cipales medicamentos vendidos en el mundoen 1997
para combatir dolencias que van desdecolesterol elevado hasta males
de tipo bacteria-no proviene de fuentes naturales. Se estima queel
valor total mundial de los productos farma-cuticos derivados de
recursos genticos osci-la entre US$75.000 y US$150.000 millones.
Losmedicamentos botnicos como el ginseng y laequincea conforman un
mercado anual cuyovalor se calcula entre US$20.000 y US$40.000
mi-llones, lo cual incluye la comercializacin decerca de 440.000
toneladas en material vegetal, lamayor parte de la cual se origina
en el mundo endesarrollo. Esta cifra comercial no capta plena-mente
el valor que tiene la diversidad de plantaspara el 75% de la
poblacin del mundo que depende de lamedicina tradicional para la
atencin primaria de salud (tenKate y Laird 1999:2, 34, 101,
334-335).
La amenaza a la biodiversidad va en aumento. Entre aves
ymamferos, se cree que las tasas de extincin son entre 100 y1.000
veces lo que seran si no existieran las perturbaciones
creadas por los humanos: sobreexplotacin, invasinde especies,
contaminacin, calenta-
miento del planeta y prdida, fragmen-tacin y conversin de
hbitats (Reid yMiller 1989). Es posible que en ciertas
regiones el ritmo de extincin (par-ticularmente de poblaciones
de algu-nas especies en los bosques tropi-
cales) sea entre tres y ocho vecessuperior que el de las
extinciones deespecies a escala mundial (Hughes etal. 1997:691).Se
piensa que estas extinciones loca-lizadas pueden ser tan
significativascomo las de especies completas a es-cala mundial. En
su mayora, los bene-ficios y servicios que proporcionan lasespecies
que trabajan juntas en unecosistema son de carcter regional ylocal.
Si una especie clave de un readesaparece, es posible que se
produz-ca una reorganizacin radical del eco-sistema. Por ejemplo
los elefantes dis-persan semillas, crean pozos de aguay pisotean la
vegetacin con sus des-plazamientos y bsqueda de forraje.La extincin
del elefante en un espacioconcreto de sabana puede hacer queel
hbitat se torne menos diverso y
abierto y que los pozos se obstruyan, lo cual tendra
repercu-siones dramticas en otras especies de la regin
(Goudie2000:67).
Origen de los 150 medicamentos principales recetados en Estados
Unidos de Amrica
Nmero total Producto Semi-Origen de componentes natural sinttico
Sinttico Porcentaje
Fuentes: Grifo y otros 1997:137.
Planta 34 9 25 18
Animal 27 6 21 23
Bacteria 6 5 1 4
Hongo 17 4 13 11
Sinttico 64 64 43
Marino 2 2 0 1
Totales 150 26 60 64 100
Plantas vasculares amenazadas a escalamundial
De las 250.000 a 270.000 especiesde plantas que se estima hay
enel mundo, slo se sabe o sesospecha de la extincin de 751.Pero una
enorme cantidad 33.047 12,5% del total estmundialmente amenazada.
Esposible que incluso estaestadstica, de por s gris, no seams que
una subestimacin,pues una buena parte de lainformacin sobre plantas
estincompleta, especialmente en lostrpicos.Fuente: WCMC/IUCN
1998.
-
15C a p t u l o 1 : E l v n c u l o e n t r e l a g e n t e y l
o s e c o s i s t e m a s
Cuadro 1.6 A l m a c e n a m i e n t o d e c a r b o n o
En la medida en que cumple su ciclo entre ocanos, atms-fera,
vegetacin y suelos, el carbono constituye la basede la vida. A
travs de la fotosntesis, las plantas puedentomarlo en forma de
dixido de carbono (CO2) y convertirlo enazcar para energa; los
animales consumen las plantas y, cuan-do ambos mueren, el carbono
retorna a la atmsfera con la des-composicin por los organismos.
Pero el aumento progresivode las emisiones de carbono a causa de la
quema de combusti-bles fsiles y la deforestacin est desequilibrando
el ciclo glo-bal del carbono; cada ao hay menos carbono en el suelo
y en lavegetacin y ms en la atmsfera. Debido a que el CO2 de la
at-msfera captura el calor del sol, su incremento desestabiliza
elclima mundial.
Se estima que hasta antes del siglo XVIII, el aumento del
car-bono amosfrico era inferior a 10 millones de toneladas
mtricasde carbono por ao (Ciaias 1999). La revolucin industrial
yotros acontecimientos mundiales subsiguientes aumentaron engran
medida las emisiones de combustibles fsiles, lo mismoque el
desmonte de bosques y otros cambios en el uso del sue-lo que
liberan carbono. Para 1998 haba aproximadamente 176 gi-gatoneladas
de carbono (GtC)* ms en la atmsfera que lo quehaba en 1850, lo cual
equivale a un aumento de cerca del 30%(IPCC 2000:4). Hoy en da, las
actividades humanas emitenanualmente cerca de 7,9 GtC a la atmsfera
(IPCC 2000:5).
La reduccin de emisiones decarbono de origen antropognicoes una
de las vas para mitigar elcambio del clima. Las otras
formasposibles dependen de que manten-gamos la capacidad de los
ecosis-temas para absorber carbono. Atravs de la fotosntesis, las
plan-tas ofrecen el mtodo ms efectivoy eficiente de retener y
almacenarel carbono atmosfrico.
Los ocanos constituyen elprincipal sumidero de carbo-no.
Mediante procesos qumi-cos y biolgicos, incluyendo elcrecimiento y
descomposicindel fitoplancton, los ocanos al-macenan cerca de 50
veces msque la cantidad que se encuen-tra en la atmsfera,
fundamen-talmente en forma de carbonoinorgnico no disuelto
(IPCC2000:30).
El suelo y su capa orgnica al-macenan cerca del 75% del totalde
carbono terrestre (Brown1998:16). La mayora del carbo-no que se ha
liberado a la at-msfera en los ltimos dos si-glos se origin en la
conversinde praderas y bosques a usosagrcolas.
Los bosques constituyen el sis-tema terrestre ms efectivocuando
se trata de recapturarcarbono, pero no todos los bos-ques tienen el
mismo potencialde fijacin. Los rboles jvenesde rpido crecimiento
absorbencerca de un 30% ms de carbo-no que la madera madura, peroun
bosque ms antiguo almace-na en general ms carbono enel suelo y en
la vegetacin sub-terrnea y superficial que unaplantacin de rboles
del mis-mo tamao. La latitud, el clima,la mezcla de especies y
otrosfactores biolgicos y ecosist-micos tambin afectan a los
flu-jos de carbono en los bosques(Brown 1998:10).
* Una gigatonelada de carbono (GtC) equivale a mil millones de
toneladas de carbono.
Presupuesto anual de carbono de la Tierra, 1989-1998
GigatoneladasTipo de emisiones o absorcin (GtC) por ao
Fuente: IPCC 2000:5. Los lmites de error corresponden a un
intervalode confianza estimado en 90%. Las emisiones de consumo y
produc-cin se calculan con un nivel elevado de confianza. Las
emisiones ne-tas por concepto de cambio de uso del suelo se han
estimado a partirde datos y modelos observados. La absorcin de los
ocanos se basaen modelos. El carbono agregado a la atmsfera cada ao
se midecon extrema precisin. La absorcin de los ecosistemas
terrestres esuna cantidad imputada (la diferencia entre las
emisiones totales y la ab-sorcin estimada de ocanos y
atmsfera).
Emisiones inducidas por los humanos en la atmsfera
Emisiones originadas en el consumo y la produccin(quema de
combustibles fsiles y fabricacin de cemento) 6,3 0,6
Emisiones netas por cambio de uso del suelo(incendios,
deforestacin, agricultura) 1,6 0,8
Captura terrestre y ocenica de carbono de la atmsfera
Carbn que se agrega a la atmsfera cada ao 3,3 0,2
Absorcin ocenica neta (fotosntesis y captura menos liberacin de
los ocanos) 2,3 0,8
Absorcin neta de los ecosistemas terrestres (fotosntesis y
almacenamiento terrestre menos descomposicin y respiracin) 2,3
1,3
Almacenamientoglobal de carbono
Carbono almacenadoen el suelo versus
carbono almacenadoen la vegetacin
Almacenamiento de carbono
en ecosistemasterrestres
Fuentes: IPCC 1996:63; Matt-hews et al. [PAGE] 2000. Lascifras
sobre el carbono alma-cenado en el suelo versusaqul fijado en la
vegetaciny en los ecosistemas terres-tres provienen del
Internatio-nal Geosphere-BiosphereProgramme. Es as como laproporcin
estimada de car-bono en cada ecosistema va-ra un poco de los
resultadosdel Anlisis Piloto de los Eco-sistemas del Mundo
(APEM)que se presentan en el Cap-tulo 2, porque las definicionesde
los ecosistemas que utili-za el APEM tienen en cuentala
superposicin que ocurreen reas de transicin.
-
bin beneficios locales. Los parques urbanos y perifricos, los
si-tios para observar el paisaje, y el disfrute que proporciona el
te-ner un bosquecillo e incluso especies de fauna silvestre en
laparte de atrs de la casa son todos servicios locales que
definennuestro sentido de pertenencia.
Dado que muchos de los bienes y servicios que proporcionanlos
ecosistemas se aprovechan en el lugar, es evidente que son
loshabitantes locales los que ms sufren cuando se pierden estos
be-neficios. Al mismo tiempo, son estas comunidades las que por
logeneral tienen mayores incentivos para preservar los
ecosistemasde los cuales dependen. De hecho, las comunidades de la
locali-dad tienen un enorme potencial para gestionar los
ecosistemas demanera sostenible, aunque tambin pueden causarles dao
silos usan de forma descuidada. Estas comunidades por lo
generalejercen un control pleno de los ecosistemas en que habitan;
sinembargo, a medida que el mercado de bienes que generan
losecosistemas se torna ms global, las fuerzas econmicas y
polti-cas oficiales externas pueden acabar con las mejores
intencionescomunitarias.
Gest i n de l o s ecos i s temas :contraprestac i ones y cos
tos
Usualmente la gente modifica o gestiona los ecosistemaspara
mejorar la produccin de uno o ms bienes, tr-tese de cultivos,
rboles o almacenamiento de agua. Elgrado de modificacin vara
ampliamente. Algunos seencuentran muy afectados mientras que otros
permanecen rela-tivamente inalterados, y el tipo de gestin cambia
segn los tiposde uso, desde la extraccin de caucho o siringa en
forma nodestructiva hasta la tala rasa, pasando por plantaciones de
mo-nocultivo. Los ecosistemas acuticos van desde ros cuyo
caucepermanece inalterado, hasta estanques artificiales para la cra
depeces o camarones.
Algunas veces la lnea divisoria entre los ecosistemas natu-rales
y los gestionados es clara. Es obvio que una finca es unecosistema
altamente manejado, es decir, un agroecosistema.Pero en ocasiones
el manejo es ms sutil: una cerca en medio deuna pradera, un camino
de acceso a un bosque, un dique marinoque protege una playa
privada, un arroyo que baja de la monta-a y que se desva para
abastecer de agua a un poblado. Encualquier caso, la influencia
humana, aun si no se trata de unmanejo intensivo, se ha extendido a
todos los tipos de ecosistema.
La decisin de gestionar o alterar un ecosistema involucra
unaserie de contraprestaciones. No todos los beneficios pueden
serobtenidos simultneamente y es posible que al maximizar uno
deellos se reduzcan o eliminen otros. Por ejemplo, la conversin
deun bosque natural en una plantacin de rboles puede incre-mentar
la produccin comercializable de madera o pulpa, arro-jando elevadas
ganancias por hectrea, pero por lo general dis-minuye la
biodiversidad y el valor del hbitat que entraa elbosque natural. De
la misma manera, represar un ro puede au-mentar la cantidad de agua
disponible para riego o para la pro-duccin de energa hidroelctrica,
al tiempo que disminuye el pe-
ligro de inundacin. Sin embargo, tambin puede interrumpir
losciclos naturales de reproduccin de los peces y ocasionar daosen
los hbitats aguas abajo al desviar el lquido o al liberarlo
enmomentos inoportunos.
Hasta cierto punto, aceptamos estas contraprestaciones
comonecesarias para producir alimentos, electricidad y otros
bienesesenciales de forma eficiente. Histricamente hemos
obtenidologros enormes en lo que se refiere a aumentar
selectivamente laproduccin de aquellos bienes que ms valoramos de
los ecosis-temas. Y slo muy recientemente nos hemos comenzado a
con-centrar en los peligros que pueden entraar tales
contrapresta-ciones.
La conciencia y el conocimiento ambientales que hemos ad-quirido
durante los ltimos 30 aos nos han enseado que exis-ten lmites a la
cantidad de alteraciones que un ecosistema pue-de tolerar sin
perder su capacidad productiva. Es posible que laprdida de una
hectrea de hbitat de bosque o de una sola es-pecie de planta o
insecto en una pradera no afecte de formadrstica o inmediata el
funcionamiento del sistema, pero s lopuede empujar hacia un umbral
del cual no se pueda recuperar.
Los umbrales biolgicos nos recuerdan que lo que ms cuen-ta en el
deterioro de los ecosistemas son los efectos acumulativosde las
actividades humanas. Una serie de cambios pequeos,cada uno
aparentemente insignificante, puede dar lugar a efectosacumulativos
irreversibles; a esto se le denomina a veces la ti-rana de las
pequeas decisiones. La conversin progresiva deun bosque de mangles
es un buen ejemplo.
Los manglares sirven como criadero para muchas especies depeces
y mariscos que posteriormente salen de all y son captura-das en
aguas circunvecinas. El valor de esos mariscos es muchomayor que el
de la madera, los cangrejos y otros peces que seaprovechan dentro
del manglar mismo. Pero en las regionesdonde prospera el mangle, la
cra de camarn es un negociorentable. Es posible que la conversin de
pequeas seccionesdel manglar en estanques camaroneros tenga poco
impacto en elaprovechamiento de peces en las aguas circundantes.
Pero si loscriadores de camarn conducen a la conversin progresiva
detodo el manglar en estanques, tarde o temprano la pesqueralocal
se hundir.
Determinar el umbral entre la sostenibilidad y el colapso no
esasunto fcil. Y sta es una de las razones por las cuales es
difcilmanejar los ecosistemas de forma responsable. Los
ecosistemasson naturalmente resistentes y pueden acomodar una buena
can-tidad de perturbaciones. Pero cunta? Aunque ha
avanzadorpidamente, nuestro conocimiento sobre ellos todava es muy
li-mitado como para poder responder a esta pregunta. En el casode
la mayora de los ecosistemas, todava nos hace falta
conocerplenamente los detalles acerca de cmo interactan y se
conectanlos organismos y el medio ambiente, cmo los cambios en un
ele-mento del sistema repercuten en toda la unidad, o cules son
losfactores que moderan la velocidad del cambio en uno de ellos.
Enel mbito mundial todava se carece de las estadsticas ms b-sicas
sobre los ecosistemas: hasta qu punto y dnde han sidomodificados,
por ejemplo, o cmo ha cambiado su productividada travs del tiempo.
Es as como tanto en el nivel del ecosistema
16R E C U R S O S M U N D I A L E S
-
individual como en un terreno ms amplio nacional o
regional,encontramos que es casi imposible predecir cun cerca del
lmi-te hemos transitado e incluso establecer las
contraprestacionesque ya han tenido lugar.
Cmo se degradan l o secos i s temas?
El 75% de las principales pesqueras marinas est agotadopor la
sobrepesca o ha sido aprovechado hasta su lmite bio-lgico (Garca y
Deleiva, en imprenta).
La tala indiscriminada y la conversin han reducido a la mi-tad
la cubierta forestal del mundo; entre tanto vas, fincas yviviendas
estn fragmentando aceleradamente lo que quedapara dejarlo
convertido en islotes forestales cada vez ms pe-queos (Bryant et
al. 1997:9).
Cerca del 58% de los arrecifes coralinos se encuentra
poten-cialmente amenazado por prcticas de pesca destructivas,por
presiones provenientes del turismo y por la contaminacin(Bryant et
al 1998:6).
El 65% de los casi 1.500 millones de hectreas de tierras
decultivo que hay en todo el mundo ha experimentado algngrado de
degradacin del suelo (Wood et al.[PAGE] 2000).
El bombeo excesivo de agua subterrnea por parte de
losagricultores en todo el mundo excede las tasas naturales
dereposicin en por lo menos 160.000 millones de m3 por ao(Postel
1999:255).
Las presiones causantes de este deterioro continan aumen-tando y
por ende acelerando el cambio en los ecosistemas (Vi-tousek et al.
1997:498). (Vase el Captulo 2 para una descrip-cin ms detallada de
la condicin de los ecosistemas).
En muchos casos, la presin principal es el uso excesivo de
losmismos: sobrepesca, tala indiscriminada, desvos de cauces,
tr-fico turstico. El uso excesivo no solamente agota la flora y
faunasilvestres que habitan en el ecosistema sino que adems
puedefragmentarlo y trastornar su integridad, factores estos que
dis-minuyen su capacidad productiva.
La conversin total de bosques, praderas y humedales a
laagricultura u otros usos ocupa el segundo lugar entre las
pre-siones ms importantes que estn remoldeando los ecosistemas ylos
beneficios que prestan. Las especies invasoras, la contami-nacin
del agua y del aire, y la amenaza del cambio climticoconfiguran
tambin presiones crticas.
CONVERSIN A LA AGRICULTURACuando los agricultores convierten un
ecosistema natural paracultivar la tierra cambian tanto su
composicin como la maneraen que funciona. En los agroecosistemas,
las plantas silvestres de-
17C a p t u l o 1 : E l v n c u l o e n t r e l a g e n t e y l
o s e c o s i s t e m a s
L a c o n v e r s i n c o n s t i t u y e e l m x i m o i m p a
c t o h u m a n o e n u n
e c o s i s t e m a y d a l u g a r a l c a m b i o m s a b r u
p t o e n l o s b i e n e s
y s e r v i c i o s q u e s t e p r o d u c e .
(contina en la pg. 22)
-
18R E C U R S O S M U N D I A L E S
Cuadro 1.7 E l n e x o e n t r e l a g e n t e y l o s e c o s i
s t e m a s : p r e s i o n e s i n d u c i d a s p o r l o s s e r
e s h u m a n o s
Cada ao, Asia devuelvehacia Estados Unidosmiles de neumticos
usadospara fines de recomercializa-cin y reventa. En uno deesos
embarques venan lar-vas del mosquito tigre deAsia, el cual se ha
estableci-do ya en cinco estados de laUnin, alimentndose de
lasangre de mamferos y aves.Algunos de estos insectosson portadores
del virus de laencefalitis equina, usualmen-te fatal en caballos y
sereshumanos.
D e t r s d e l a s
p r e s i o n e s a l o s
e c o s i s t e m a s h a y
d o s c a u s a s b s i c a s :
e l c r e c i m i e n t o d e
l a p o b l a c i n y e l
i n c r e m e n t o d e l
c o n s u m o .
Un concesionario maderero en Gabntala las reas que le han sido
asignadas,pagndole al gobierno un monto significati-vo por el
permiso de corta. Su contrato conel gobierno dueo del rea asignada
lepermite aprovechar la madera a tasas infe-riores a las del
mercado si se compromete areplantar. El concesionario siembra las
pln-tulas pero no hace nada por contener la con-siguiente erosin de
la capa superficial delsuelo, el azolvamiento de los arroyos
cir-cunvecinos y/o la migracin o prdida de lafauna silvestre que
dependa de los bosquesmaduros.
Los pequeos mineros de Venezuela cruzan ilegalmente la fronte-ra
no demarcada con Brasil para adentrarse en la selva amazni-ca.
Aunque no poseen ningn ttulo legal para extraer oro,
manejanoperaciones pequeas que les permiten conseguir el sustento
de susfamilias y se desplazan permanentemente de un lado a otro.
Paraaumentar sus posibilidades de extraer oro, los pequeos
minerosagregan mercurio a los lavaderos, pese a que este metal
txico esttcnicamente prohibido. Al igual que los otros miles de
mineros ile-gales que operan en el rea, los venezolanos dejan
correr librementela mezcla que llega directamente al ro y envenena
a los peces.
-
19C a p t u l o 1 : E l v n c u l o e n t r e l a g e n t e y l
o s e c o s i s t e m a s
E c o s i s t e m a s P r e s i o n e s C a u s a s
Conversin de tierras agrcolas a usos urba-nos e industriales
Contaminacin del agua por la escorrentade nutrientes y
arrastres
Escasez de agua causada por el riegoDegradacin del suelo por la
erosin, la
agricultura migratoria o el agotamiento denutrientes
Cambio en los patrones climticos
Crecimiento de la poblacinAumento de la demanda de alimentos y
bienes
industrialesUrbanizacinPolticas gubernamentales orientadas al
subsidio
de insumos agrcolas (agua, investigacin, trans-porte) y
riego.
Pobreza y tenencia precaria de la tierraCambio de clima
Sobreexplotacin de pesquerasConversin de humedales y hbitats
coste-
rosContaminacin del agua por fuentes agrco-
las e industriales Fragmentacin o destruccin de arrecifes y
barreras naturales contra las mareas Invasin de especies no
nativasAumento potencial del nivel del mar
Crecimiento de la poblacinAumento de la demanda de alimentos y
turismo
costeroUrbanizacin residencial y turstica, la que pre-
domina en las zonas costerasSubsidios oficiales a la pesca
Informacin inadecuada sobre la condicin de
los ecosistemas, especialmente acerca de laspesqueras
Pobreza y tenencia precaria de la tierra Falta de coordinacin en
las polticas relativas al
ordenamiento territorial de costasCambio de clima
Conversin y fragmentacin como resultadode usos agrcolas e
industriales
Deforestacin y prdida consecuente de bio-diversidad, liberacin
del carbono fijado ycontaminacin del aire y del agua
Lluvia cida por la contaminacin industrial Invasin de especies
no nativas Extraccin excesiva de agua para usos agr-
colas, urbanos e industriales
Crecimiento de la poblacinCreciente demanda de madera, pulpa y
otras fibrasSubvenciones gubernamentales para la extrac-
cin de madera y carreteras para el transporte delos troncos
Valoracin inadecuada de los costes de la conta-minacin
industrial del aire
Pobreza y tenencia precaria de la tierra
Extraccin excesiva de agua para usos agr-colas, urbanos e
industriales
Sobreexplotacin de pesqueras en aguascontinentales
Construccin de presas para irrigacin,energa hidroelctrica y
control de inunda-ciones
Contaminacin del agua por causa de usosagrcolas, urbanos e
industriales
Invasin de especies no nativas
Crecimiento de la poblacin Escasez generalizada de agua y
distribucin na-
tural desigual de los recursos hdricosSubvenciones
gubernamentales para el consumo
de aguaValoracin inadecuada de los costes de la conta-
minacin del aguaPobreza y tenencia precaria de la
tierraCreciente demanda de la energa hidrulica
Crecimiento de la poblacinCreciente demanda de los productos
agrcolas,
carne en especial Informacin inadecuada de las condiciones
del
ecosistemaPobreza y tenencia precaria de la tierra Facilidad de
acceso y conversin de las praderas
Conversin o fragmentacin debido a usosagrcolas o urbanos
Incendios provocados que dan como resul-tado prdida de
biodiversidad, liberacin delcarbono fijado y contaminacin
atmosfrica
Degradacin del suelo y contaminacin delagua proveniente de los
hatos ganaderos
Sobreexplotacin de animales de caza
Agroecosistemas
Principales presiones inducidas por los humanos en los
ecosistemas
Costeros/marinos
Bosques
Agua dulce
Pastizales/praderas
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20R E C U R S O S M U N D I A L E S
Cuadro 1.8 E s p e c i e s i n v a s o r a s
Ningn ecosistema es inmune a la amenaza de las espe-cies
invasoras que desplazan plantas y animales nati-vos, degradan los
hbitats y contaminan las reservas ge-nticas de especies autctonas.
Los ecosistemas insulares sonparticularmente vulnerables debido a
sus elevados niveles deendemismo y a su aislamiento; muchas
especies insulares evo-lucionaron sin desarrollar defensas fuertes
contra los invasores.Por ejemplo en Guam, la serpiente arbrea marrn
originaria dePapa Nueva Guinea ha acabado con 12 de las 14 especies
deaves no voladoras de la isla, haciendo que se extingan del
en-torno silvestre. En Nueva Zelanda, cerca de dos tercios de
lasuperficie terrestre estn cubiertos de plantas exticas
(Bright1998:115). La mitad de las especies silvestres de Hawai no
sonnativas (OTA 1993:234).
Las especies no nativas son un problema costoso:
La aguamala o medusa peineta de Leidy, nativa de la
costaatlntica de las Amricas, fue bombeada desde el tanque delastre
de un buque al mar Negro a principios de los aosochenta. Su
posterior invasin ha eliminado casi completa-mente las pesqueras de
ese mar, con un costo estimado di-recto de US$250 millones en 1993
(Travis 1993:1366). Entretanto el mejilln cebra, nativo del mar
Caspio, fue vertido demanera similar en los Grandes Lagos de
Estados Unidos a fi-nales de los aos ochenta. El control de este
invasor, que co-loniza y tapa los conductos de agua, le cuesta a
las indus-trias de la zona miles de millones de dlares al ao; se
estimaque hasta le fecha las prdidas ascienden a entre US$3.000
yUS$5.000 millones (Bright 1998:182).
El mosquito tigre de Asia, que en la actualidad se halla
pro-pagado por todo el mundo, es el transmisor potencial de
18patgenos virales (Bright 1998:169). Uno de tales patgenoses el
virus del Nilo occidental. En 1999, el director del USGeological
Survey not que las mortandades recientes decuervos en Wisconsin
sugeran que ese virus puede ser msletal para las especies de aves
de Norteamrica que para sushomlogas de frica, el Oriente Medio y
Europa, donde re-side normalmente (USGS 1999:1).
En el cabo occidental de Sudfrica, especies invasoras de r-boles
amenazan con reducir en un tercio el abastecimientode agua de la
Ciudad del Cabo durante el presente siglo(vase el Captulo 3,
Trabajar por agua).
Las diversas modalidades de invasin complican la regula-cin y
control de este fenmeno. Algunas especies encuentranel camino hacia
un nuevo hbitat por accidente: las subieron aun buque o a un avin,
va bienes comercializables o algn via-jero. Otras especies son
intencionadamente introducidas con fi-nes de caza, pesca o para el
control de plagas. Y otras ms seescapan de sus propios confines,
como el alga Caulerpa taxi-folia, que originalmente estaba
destinada a los acuarios euro-peos y ahora recubre miles de
hectreas de las costas francesase italianas (MCBI 1998).
pero