q Así la ven, así la sienten q Oración qur Editorial Hoja Informativa de la Causa de Beatificación y Canonización de la Venerable Mª Teresa González Justo, Hna. de Ntra. Sra. de la Consolación • Las gracias obtenidas rogamos se comuniquen a: María Sancho, Causa de Beatificación y Canonización de la Venerable MARIA TERESA GONZÁLEZ JUSTO, Colegio Consolación, Avda. Virgen de Lidón, 49 – 12003 CASTE- LLÓN – ESPAÑA • e-mail: [email protected] • Si voluntariamente quiere contribuir con sus donativos para la Causa, pue- de enviarlos a la dirección postal arri- ba indicada o al Banco Popular c/c: 0030 2166 58 0850052273 • Agradecemos a nuestros lectores los donativos que envían por favores ob- tenidos, testimonio de la devoción pri- vada que sienten por la Venerable • El sepulcro de la Venerable, puede vi- sitarse en la iglesia del Colegio Con- solación, Avda. Virgen de Lidón, 49, 12003 CASTELLÓN • Redacción: Causa de Beatificación y Canonización de la Venerable MARIA TERESA GONZÁLEZ JUSTO. Colegio Consolación, Avda. Virgen de Lidón, 49, 12003 CASTELLÓN – ESPAÑA (con licencia) Dep. Leg. T.-415-1984 Imprime: Gràfica Dertosense, s.l. Tel. 977 44 00 28 Mª Teresa fue una de las bien- aventuradas de las que habló Jesús, una mujer que proclamó con su vida la pasión y el amor que tiene Dios por el hombre. Una mujer totalmente descen- trada de sí que amaba con entrañas de misericordia y ayudaba a trans- formar cruces, sufrimientos, debili- dad en entrega, amor y misericor- dia. Una mujer que no se pertenecía porque su verdadera felicidad era pertenecer a Dios en el hermano. (Mª Carmen) Mujer enamorada de Dios, libre y viva hoy. Así te veo desde mi mi- rada que quiere conocerte más. Te veo presente en nuestro hoy, te siento viva en todas las misiones del mundo. Te veo alegre, te sien- to motivando mi entusiasmo por el Reino. (Olga) La siento identificada con Cristo que no buscó hacer su voluntad. Una mujer que supo conectar en la vida un carisma que sigue dejan- do huellas en la historia y corazón de cada hombre, joven y/o niño más necesitado de la misericordia y consolación de Dios. (Antonieta) Desde el fondo de mi corazón contemplar tu vida es reconocer el gran don de Dios derramado y he- cho mensaje de amor sin fronteras. La siento como Hermana que desde el cielo me invita a mirar a Cristo en la cruz y sentir su conso- lación, que pasa por la vida y rostro de tantas personas que encontra- mos en lo cotidiano de nuestro Hoy. (Ana Mª) Padre de misericordia y Dios de toda consolación. Te damos gracias porque derramaste en el corazón de tu Sier- va la Venerable MARÍA TERESA GON- ZÁLEZ JUSTO tu inmensa caridad y le comunicaste el don de entregarse en el amor y en el consuelo, a los pobres y enfermos, compartiendo con ellos su espíritu misionero. Manifiesta en ella la fuerza de tu amor, para que su vida sea estímulo y guía en nuestro camino de creyen- tes. Concédenos, por su intercesión, la gracia que te pedimos, a gloria de tu santo Nombre. Amén. Congregación de Hnas. de Ntra. Sra. de la Consolación ¡Felicidades a Caridad sin Fronteras por la publicación del nº 100! Cien números de este boletín son, entre otros muchos, un motivo de profun- da alegría y de acción de gracias. Alegría porque, a través de esta sencilla hoja, tenemos la oportunidad de mostrar la valía humana y espiritual de María Teresa González Justo, y gratitud porque hemos podido llegar a la centena gracias a vo- sotros, los lectores de la misma. Vuestra fidelidad es la que ha hecho posible esta edición periódica y es la que nos anima a seguir publicándola. Por ello deseamos celebrarlo con algunos cambios en la diagramación, con el objetivo de difundir mucho más esta Hoja informativa de la Venerable María Teresa González Justo. En este Año de la Fe, tomamos a María Teresa como modelo, pues ella fue una incansable “divulgadora” de la fe. Usaba todos los medios a su alcance: “pape- les”, folletos, cartas, incluso la emisora del Sanatorio de la Magdalena: “Hermano –decía dirigiéndose a los enfermos– la Iglesia te necesita, tus dolores pueden ser redentores. Eres grande a los ojos de Dios, ¡cree y serás feliz!” Y, en otra ocasión, invoca a la Virgen María con la petición del evangelio, “¡Creo, pero aumenta mi fe!“ (Domingo misionero, mayo 1964). Además, María Teresa puso su entera confianza en Dios. El sentido de su vida fue el amor, el amor que Dios nos tiene… una experiencia personal que podríamos expresar con unas palabras de Benedicto XVI: “Quisiera que cada uno se sintiese amado por aquel Dios que nos ha dado a su Hijo a nosotros y que nos ha mostrado un amor sin límites”. María Teresa González, conquistada por el amor de Cristo y movida por su amor, se entregó con profundidad y de forma concreta a amar al prójimo, porque creer en la caridad suscita caridad (cf. Benedicto XVI). La Iglesia nos muestra a la Venerable María Teresa como una luz en nuestro camino de fe y como un testimonio de entrega generosa a los demás. Abril 2013 N.º 100 Congregación de Hnas. de Ntra. Sra. de la Consolación