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1 Christopher Biffle Un paseo guiado por las Meditaciones metafísicas de René Descartes
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Bibble Meditaciones

Nov 26, 2015

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  • 1Christopher Biffle

    Un paseo guiado por lasMeditaciones metafsicas de Ren

    Descartes

  • Ren Descartes Meditaciones metafsicas 2

    INTRODUCCION

    La vida de Descartes

    La tradicin en la filosofa de Descartes

    Lo nuevo de la filosofa cartesiana

    Un sumario de las Meditaciones

    Pensando como Descartes

    LEER DESCARTES

    Prefacio del traductor

    Meditacin I

    Pensando sobre la Meditacin I

    Meditacin II

    Pensando sobre la Meditacin II

    Meditacin III (primera mitad)

    Pensando sobre la Meditacin III (primera mitad)

    Meditacin III (segunda mitad)

    Pensando sobre la Meditacin III (segunda mitad)

    Meditacin IV

    Pensando sobre la Meditacin IV

    Meditacin V

    Pensando sobre la Meditacin V

    Meditacin VI

    Pensando sobre la Meditacin VI

    Escribiendo sobre Descartes

    Apndice A La vida de Descartes

  • Ren Descartes Meditaciones metafsicas 3

    Apndice B Textos de Agustn, Anselmo y Toms

  • Ren Descartes Meditaciones metafsicas 4

    INTRODUCCION

    Antes de que empecemos a pasear por las Meditaciones Metafsicas de Ren Descartes,necesitars saber algo de su vida y de lo que su filosofa tena de tradicional y de nuevo. Despus, tehar un breve repaso de las Meditaciones mismas y te ofrecer una oportunidad de pensar al estilode Descartes. Finalmente, te har algunas sugerencias acerca de cmo solucionar algunas dificultadesde la lectura de Descartes. Lee despacio, subraya las frases importantes y toma tus propias notas almargen. Piensa a la vez que yo.

    La vida de Descartes

    Descartes naci en 1596 en La Haie en Touraine, Francia. Tuvo una salud delicada durantesu juventud, por lo que se le permiti dormir hasta bastante tarde por la maana. Ms tarde, esas largasmaanas se convirtieron en periodos dedicados a la reflexin filosfica. Todos sus profesoresreconocieron la habilidad del joven Descartes con las matemticas y la filosofa; y despus de superiodo escolar Descartes comenz un intento de aprender del "libro del mundo". Viaj y sirvi en elejrcito entre los veintids y los treinta y dos aos de edad. Desilusionado, a los 33, se recluy enHolanda y comenz a escribir los pensamientos filosficos que haba desarrollado durante sus diez aosde aventura. Dos de sus obras principales fueron Discurso del mtodo (1637) y MeditacionesMetafsicas (1641). Adems de su obra filosfica, Descartes hizo importantes contribuciones a lasmatemticas. Uni lgebra y geometra al crear un sistema de coordenadas que todava lleva sunombre: cartesiano. Este sistema le hizo uno de los pioneros del clculo. Hacia el fin de su vida,Descartes viaj a Estocolmo para instruir a la reina Cristina de Suecia en filosofa.

    No le entusiasmaba vivir en el pas "de los osos polares y el hielo". Para acabar de arreglarlo,la reina le obligaba a levantarse al alba para las clases. Con su frgil salud, pront enferm y muri en1650.

    Una noche de su vida merece especial atencin. El 10 de noviembre de 1619, Descartes tuvotres sueos que le cambiaron la vida. En uno de esos sueos oy un ruido "como un trueno", que elinterpret como el Espritu de la Verdad descendiendo sobre l. A la maana siguiente estabaconvencido de que los sueos le vaticinaban que creara un mtodo unificador para la filosofa y queestablecera los fundamentos de una "ciencia nueva y admirable". Con el nuevo mtodo intent situara la filosofa firmemente en el moderno mundo de las ciencias nuevas y liberarlas de sus alianza con lasautoridades antiguas.

    La tradicin en la filosofa de Descartes

    Las dos pocas filosficas antes de Descartes y el Renacimiento fueron la Clsica y laMedieval. A pesar de su intencin de empezar una "ciencia nueva y admirable", pueden encontrarseaspectos importantes de su filosofa en filsofos anteriores. Descartes mismo indica que sus argumentoscontra la certeza en Meditacin I pueden encontrarse en el filsofo clsico, Sexto Emprico. (Verscmo trata de refutar estos argumentos escpticos en Meditaciones II-IV). Otra influencia enDescartes fue el filsofo griego de la poca clsica, Platn (siglo IV a.C.). Descartes usa el conceptoplatnico de la relacin entre lo perfecto y lo imperfecto para probar la existencia de Dios. En dilogos

  • Ren Descartes Meditaciones metafsicas 5

    como Fedn, Banquete, y Repblica Platn arguye bsicamente que cuando hacemos un juicio,como Esta no es una pintura perfectamente hermosa, eso implica que tenemos una idea acercade lo que de hecho es la belleza perfecta, aunque slo sea de un modo vago. Del mismo modo quenuestra idea de una mesa puede ser derivada de nuestra experiencia actual con una mesa dada [decomedor, de escritorio, de arquitecto] nuestra idea de la belleza puede derivarse de nuestra experienciaactual con la belleza perfecta (en el argumento de Platn, en un tiempo anterior a nuestro nacimiento).Podemos pensar que la belleza perfecta existe cada vez que usamos el conocimiento de ella para juzgarque algo no es perfectamente bello.

    Ahora piensa por unos momentos, lee de nuevo el prrafo anterior y trata de decir en tuspropias palabras lo que acabo de decir de Platn.

    Lo que parece que dices de Platn es .Has mencionado como ejemplo una mesa de comedor. Para lo que creo que est diciendo Platn, miejemplo sera .El modo en que se aplica al argumento de Platn acerca de la belleza perfecta es .

    Descartes adapta la idea platnica para probar la existencia de Dios. Descartes sabe que esun ser imperfecto. Pero esto implica tambin que l sabe lo que es un ser perfecto. La idea de un serperfecto slo puede venirle de un ser realmente perfecto. Por tanto, mientras que Platn concluye queexiste la belleza perfecta, Descartes deduce que el ser perfecto, Dios, existe. (Hablaremos ms sobreesta prueba a lo largo de nuestro paseo).

    El Dios de Descartes, de cualquier modo, es el Dios de los filsofos medievales cristianos.Descartes est de acuerdo con sus predecesores medievales en que Dios es su creador. Descartescontina la tradicin de la filosofa medieval de que Dios imprime su sello en la mente del hombre delmismo modo que un alfarero deja su marca en las ollas que hace. Repitiendo muchos sermonesmedievales, Descartes contempla este Dios en asombro y reverencia al final de la Meditacin III. Hayque ser respetuoso con los poderes de ese Dios, con una Iglesia catlica de tradicin secular y con suspoderosos valedores, como hace Descartes en su prefacio a las Meditaciones (que no hemos incluidoen esta edicin). La conexin que Descartes establece entre la existencia de Dios con su esencia fuepor primera vez establecida claramente por Anselmo de Aosta (s. XI) en su Proslogion, y el problemade Descartes con la existencia del error en la creacin por un Dios perfecto tambin preocup aAgustn de Hipona (s. V) en sus Confesiones. Ahora trata de resumir todo esto.

    Lo que Descartes debe a Platn es .El modo en que lo aplica para probar la existencia de Dios es .Algunas ideas y problemas que hereda de los filsofos medivales son .

    Lo nuevo de la filosofa cartesiana

    Algunos aspectos novedosos de la filosofa de Descartes le cualifican como el "padre de lafilosofa moderna".

  • Ren Descartes Meditaciones metafsicas 6

    En Meditacin I Descartes analiza un trozo de cera y distingue entre lo que se aprende de lacera por medio de los sentidos y lo que se aprende por la mente. En el proceso, desarrolla una nuevadefinicin de las caractersticas esenciales de un cuerpo. Puesto que el color, forma, olor y solidez dela cera cambian cuando se calienta, ninguna de estas cosas puede ser parte de su carcter esencial. Lacera es cera, ya sea dura o blanda, brillante o mate, de buen olor o inodora. Descartes arguye que nosapercibimos de todas estas caractersticas cambiantes a travs de los sentidos, y por tanto, nuestrossentidos no nos dicen nada de las caractersticas inmutables, esenciales, de la cera. Slo el examenatento de nuestras mentes revela que la cera y por tanto todos los cuerpos, son por su esenciaespacialmente extensos, flexibles y maleables. Esta definicin no sensible de la materia llevar, en sumomento, a la descripcin matemtica de la materia por Newton en el siglo XVII.

    Descartes defiende as que la mente es una cosa y los sentidos otra. Lo que la mente sabe concerteza no procede de los sentidos. De hecho, en todas las Meditaciones Descartes describe la mentecono completamente separable de cuerpo. Una distincin tan aguda entre cuerpo y alma ha dado lugara la expresin "dualismo cartesiano" y ha sido una herencia importante en la historia de la psicologa.En cierta forma, el viaje cartesiano hacia el interior de su propia mente hace posible el discursopsicoanaltico de Freud a principios del s.XX. Descartes comparte la preocupacin de los filsofos medievales por la existencia de Dios, peroa diferencia de las pruebas anteriores de su existencia, la de Descartes depende de la demostracinanterior de su propia existencia. Esto es un cambio importante. Cuando Anselmo demuestra laexistencia de Dios, lo hace en el contexto de un largo sermn, el Proslogion (ver el apndice B).Anselmo est insatisfecho con su prueba si no le hace sentirse ms cercano a Dios. Cuando Descartesusa argumentos similares, lo hace en el contexto de una meditacin emprendida para hacerle sentir msseguro de sus propias conclusiones. La prueba de Anselmo le lleva hacia Dios; la de Descartes quedasubsumida en un proyecto ms grande e importante: su propia paz mental.

    Descartes casi nunca cita a nadie. Un posible argumento medieval en defensa de una tesismostrara que la Biblia, o Aristteles, o alguien que hubiera vivido haca mucho tiempo, decan lomismo. De modo que ser verdad es ser coherente con la sabidura del pasado. Descartes sospechaincluso de su propio pasado. En Meditacin I se libera expresamente de todas sus creenciasanteriores. En Meditacin III se cuestiona lo que ha establecido en la Meditacin II. EnMeditacin IV, tiene que revisar de nuevo lo que ha dicho en la Meditacin III. No slo no quedasatisfecho con una verdad que algn sabio sostuviera siglos antes, sino que tampoco se satisface conuna verdad que crey ser cierta unos momentos antes. El pasado, incluso su propio pasado, tiene quemirarse siempre con prevencin.

    Agustn, Anselmo y Toms de Aquino, los tres mayores predecesores medievales deDescartes, perdieron mucho tiempo explicando la relacin entre un Dios perfecto y unas criaturasimperfectas. Si ponemos mucho nfasis en la perfeccin de Dios, se abre un abismo insalvable entrelo divino y la creacin. De modo que el problema de la filosofa medieval es demostrar al mismo tiempoel abismo absoluto entre el universo y Dios y definir algn puente (gracia, Cristo, razn, fe?) sobre eseabismo. Descartes, un filsofo renacentista, pierde gran parte de su tiempo tratando de salir de supropia cabeza. No es tanto el desorden del Universo lo que le preocupa como el desorden de suspropios pensamientos. El abismo que preocupa a Descartes es el que existe entre su pensamiento y suobjeto. No piensa tanto sobre el Universo y Dios como acerca de su propio pensar sobre el Universoy Dios.

  • Ren Descartes Meditaciones metafsicas 7

    Cules son los aspectos nuevos de la filosofa cartesiana? (Ya has notado que en, filosofa,un paseo significa que avanzas slo para retroceder. O, por decirlo de manera ms positiva, vuelvesatrs para poder avanzar.)

    Los puntos novedosos en Descartes son .

    Un sumario de las Meditaciones

    En Meditacin I, Descartes comienza a interrogarse por la cuestin fundamental de supensamiento: hay algo que pueda conocer con completa certeza? En su bsqueda de certeza,Descartes se dedica a dudar de todas sus opiniones anteriores. Si hay cualquier posibilidad de dudarde ellas, no pueden ser completamente ciertas. Descartes busca un fundamento, una roca slida bajolas cambiantes apariencias de este mundo. Duda de sus sentidos e incluso le es difcil distinguir el sueode la realidad. (Esto es interesante, a la luz de su antiguo sueo.) En este punto, no encuentra ningnmtodo cierto de distinguir los sueos de la vigilia. Imagina que hay un ser maligno, un gran mentiroso,que le confunde en todo momento. Si pudiera encontrar una autntica verdad, ni siquiera un ser malignotodo poderoso podra hacerle dudar de ella, habra encontrado una certeza inicial absolutamentesegura.

    La Meditacin II rescata el proyecto de la duda del escepticismo absoluto por el famosoargumento de que la nica idea de la que no se puede dudar es "Yo dudo". Cuando dudo, puedo dudarde cualquier cosa excepto del hecho de que yo tengo que existir para poder dudar de que existo. "Yosoy, yo existo, tiene que ser verdadero en cualquier momento que lo digo o que lo pienso". Pero quo quin es este "yo"? Para Descartes, este "yo" es una cosa que piensa. Descartes tiene una idea "claray distinta" de la mente (el alma) de un modo en que no hay idea clara y distinta del cuerpo. Al final dela Meditacin II, Descartes puede decir: "De momento, no admito en m mismo otra cosa que lamente". De este modo, Descartes comienza un proceso de duda metodolgica y puede dudar de todoexcepto de s mismo, de la mente, del "yo" que duda.

    En la Meditacin III Descartes se impone la tarea de demostrar la existencia de Dios. Esimportante recordar la direccin del pensamiento cartesiano aqu: desde la certeza del yo se llega a lacerteza de Dios. Eso es nuevo. En esencia su argumento aqu es que la idea de un ser supremamenteperfecto viene de una causa supremamente perfecta (Dios mismo). Algo que es ms perfecto (la ideade Dios) no puede ser producida por algo que es menos perfecto (la mente de Descartes), por tanto,Dios existe porque l es la nica causa posible de la idea que Descartes tiene de l.

    La Meditacin IV contina con una descripcin de las caractersticas de Dios y comienzaexplorando las cuestiones acerca de la verdad y el error. Dios, cuya existencia acaba de probar, nopuede engaarnos. Un Dios que engaara no sera un ser perfecto, esto es, no sera Dios. Pero si Diosno puede engaar, de dnde vienen los errores y confusiones? Descartes dice que el error es unafuncin de la aplicacin incorrecta de la voluntad a los objetos de la voluntad. Podemos querer hacerms de lo que podemos comprender correctamente. Sin embargo, contina diciendo que aquellas cosasque percibimos clara y distintamente son verdaderas. La bsqueda cartesiama de la certeza es ahorauna funcin de bsqueda de lo claro y distinto.

    La Meditacin V ofrece dos pruebas adicionales de la existencia de Dios y comienza aexaminar la realidad del mundo sensible de la que dud tan vigorosamente en las Meditaciones

  • Ren Descartes Meditaciones metafsicas 8

    previas. En una de las pruebas, Descartes argumenta que es tan imposible de concebir una cadena demontaas sin valles como pensar un Dios que no existiera. Dios es a su existencia como una cadenamontaosa a sus valles; donde haya uno, necesariamente habr el otro. Dios tiene todas lasperfecciones; existir es una perfeccin; por tanto, Dios tiene que existir. (De modo similar al argumentoontolgico usado algunos cientos de aos antes por Anselmo. Mira el apndice B.) En la demostracinsiguiente, Descartes argumenta que Dios tiene que existir para garantizar que Descartes mismo continueexistiendo. Puesto que l no puede ser la causa constante de su propia exsitencia, Dios tiene que seresa causa y por tanto Dios tiene que existir. Tras haber demostrado una vez ms la existencia de Dios,Descartes puede afirmar todo conocimiento de las ideas claras y distintas, incluso el conocimiento, enprincipio, del mundo. Una vez yo mismo estoy seguro, Dios est seguro, y la existencia del mundo yde los objetos materiales puede ser, al menos en principio, protegida del proyecto original cartesianode duda.

    La Meditacin VI trata de la existencia de las cosas fsicas y de la distincin entre la mentey el cuerpo. Puesto que Dios no nos engaa y puesto que tiene que haber una causa de nuestras ideasde la realidad fsica, "se sigue que los objetos fsicos existen." Para un filsofo del siglo veinte,acostumbrado a pensar de modo diferente, esta afirmacin puede parecer obvia. Pero para Descartes,la Meditacin VI ha salvado la realidad del yo, de Dios, del mundo. Desde un punto de apoyo firme,su propia existencia, Descartes ha salvado su mundo de la destruccin por la duda.

    Pensando como Descartes

    En la obra que ests a punto de leer, Descartes destruye su mundo y lo vuelve a recomponer.Comienza por preguntarse qu sabe con seguridad. Para empezar a comprender su mtodo filosfico,escribe cinco juicios de los que ests bastante seguro:1. .2. .3. .4. .5. .

    De los cinco que acabas de escribir, cules son los dos ms fciles de poner en duda?El ms fcil de poner en duda sera el nmero , porque es posible que

    .Podra dudar del nmero porque es vagamente posible que .

    Seguramente, admitirs que hay grados de certeza. Qu certeza tienes de las previsiones delhombre del tiempo para este fin de semana?

    Estoy seguro en un por ciento del tiempo que har este fin de semana.Prueba a hacer lo mismo para grados de certeza cada vez ms altos.Estoy seguro en un por ciento de que

    .Y an estoy ms seguro de que . De eso estoy seguro en un por ciento!

    Ests convencido de que los tringulos tienen tres lados?

  • Ren Descartes Meditaciones metafsicas 9

    Estoy convencido en un por ciento.Cul de tus cinco afirmaciones te parece tan cierta como que los tringulos tienen tres lados?

    Estoy convencido al por ciento de que , porque .

    Acabas de empezar a practicar el pensamiento al estilo cartesiano. Has comenzado por pensaren cosas de las que creas que eran ciertas. Has dudado de la completa certeza de dos de ellas.Empezaste a ver que era posible estar ms seguro de la certeza de algunas verdades que de otras. Hasencontrado una certeza standard (una verdad que pudieras saber con tanta certeza como que lostringulos tienen tres lados). Despus, has usado este baremo para establecer un grado mximo decerteza. Descartes hace algo parecido. En Meditacin I comienza buscando verdades absolutas.Propone y rechaza, por razones interesantes, clases enteras de ideas. Termina la Meditacin con unacerteza de la que est seguro por completo. En las siguientes Meditaciones comienza a encadenarcuidadosamente las verdades de las que puede estar perfectamente seguro. A cada paso invocaargumentos contra s mismo y los refuta. En esencia, cree que puede estar absolutamen-te seguro, enprimer lugar, de que l existe; despus, de que Dios existe; a continuacin, de que cualquier idea queperciba "clara y distintamente" es verdadera, de que se equivocar slo cuando combineincorrectamente la voluntad y el entendimiento, de que los principios de la matemtica son verdaderosy finalmente de que el mundo material existe.

    Del mismo modo que uno de los mejores modos de apreciar un deporte es practicarlo, uno delos mejores caminos para comprender filosofa es tratar de resover problemas filosficos por unomismo. Descartes, en Meditacin III demuestra que Dios existe. Prueba a hacer lo mismo. Y despuspractica el estilo cartesiano criticando tu propia argumentacin. Finalmente, imitando fielmente aDescartes, trata de refutar tus propias objeciones.

    Dios es un ser que .Ahora voy a asociar varias verdades obvias y a deducir de ellas que Dios existe. En primer lugar, esun hecho que , porque . En segundolugar, es un hecho tambin que ,porque . Adems, se puedeafirmar que y que .De todo esto, se sigue que Dios existe porque .

    Al reconsiderar mi argumentacin, observo que el paso ms dbil es , porque . Pero esto seexplica porque .

    Con todo esto, estoy seguro en un por ciento de que Dios existe y al por ciento deque mi prueba no puede ser puesta en duda por ninguna persona sensata.

    Si no has conseguido un 100 por cien de seguridad en los dos ltimos puntos, no ests a la

  • Ren Descartes Meditaciones metafsicas 10

    altura de las exigencias de Descartes. Pero tendrs muchas otras oportunidades a lo largo del paseopara pensar como Descartes.

  • Ren Descartes Meditaciones metafsicas 11

    LEER DESCARTES

    Leer cualquier libro escrito hace mucho es como un viaje en el tiempo. Leer Descartes puedeser tan confuso como si una maana te encontraras al levantarte en el Pars del s. XVII. En lasMeditaciones Metafsicas, a continuacin, te vas a encontrar lanzado en medio de un mundo y deun modo de pensar y de costumbres mentales que te son extraas. Este paseo est pensado paraayudarte a encontrar tu camino entre ellas.

    Deja que te ayude a empezar con buen pie guindote muy lentamente por el primer prrafo.Esta es la primera frase:

    "He advertido hace ya algn tiempo que, desde mi ms temprana edad, haba admitidocomo verdaderas muchas opiniones falsas, y que lo edificado despus sobre cimientos tanpoco slidos tena que ser por fuerza muy dudoso e incierto; de suerte que me era precisoemprender seriamente, una vez en la vida, la tarea de deshacerme de todas las opiniones a lasque hasta entonces haba dado crdito, y empezar todo de nuevo desde los fundamentos, siquera establecer algo firme y constante en las ciencias."

    Qu crees que significa esto?

    Est diciendo .

    Ahora vamos a mirar ms detenidamente esta larga frase. La mejor estrategia a la hora deanalizar frases largas es examinar las clusulas separadas por las comas y concentrarse en el significadode cada una de las unidades. Por ejemplo:

    "He advertido hace ya algn tiempo que, desde mi ms temprana edad, habaadmitido como verdaderas muchas opiniones falsas..."

    Esto, aislado, ya no resulta muy difcil de entender. Qu le ocurri en su juventud? .

    Ahora le aadimos la siguiente clusula:

    "He advertido hace ya algn tiempo que, desde mi ms temprana edad, haba admitidocomo verdaderas muchas opiniones falsas, y que lo edificado despus sobre cimientos tanpoco slidos tena que ser por fuerza muy dudoso e incierto."

    Est describiendo un progreso. Primero ocurri algo en su juventud y despus ocurri otracosa.

    Est diciendo .Ahora aade el resto de la frase y busca cul es el final del progreso.

    "He advertido hace ya algn tiempo que, desde mi ms temprana edad,haba admitido

  • Ren Descartes Meditaciones metafsicas 12

    como verdaderas muchas opiniones falsas, y que lo edificado despus sobre cimientos tanpoco slidos tena que ser por fuerza muy dudoso e incierto; de suerte que me era precisoemprender seriamente, una vez en la vida, la tarea de deshacerme de todas lasopiniones a las que hasta entonces haba dado crdito, y empezar todo de nuevo desdelos fundamentos, si quera estabecer algo firme y constante en las ciencias."

    La primera frase es crucial porque enuncia el problema de Descartes y qu tendr que hacerpara solucionarlo. La clusula anterior en negrilla presenta su proyecto de solucin.

    Su problema es . Susolucin es .

    En este punto, quiz entiendas la primera frase mejor que la primera vez que la leste. Aqu estel resto del primer prrafo. Vuelve a leerlo varias veces, parte las frases en piezas ms pequeas y msinteligibles, toma notas al margen y subraya los puntos importantes.

    "Mas parecindome ardua dicha empresa, he aguardado hasta alcanzar una edad lobastante madura como para no poder esperar que haya otra, tras ella, ms apta para laejecucin de mi propsito; y por ello lo he diferido tanto, que a partir de ahora me sentiraculpable si gastase en deliberaciones el tiempo que me queda para obrar. As pues, ahora quemi espritu est libre de todo cuidado, habindome procurado reposo seguro en una apaciblesoledad, me aplicar seriamente y con libertad a destruir en general todas mis antiguasopiniones."

    Ahora, trata de parafrasear cada clusula:En la primera dice .

    En la segunda dice .En la tercera dice .

    Cul es, en esencia, el tema de este primer prrafo?Lo que va a hacer es porque

    .

    Algo que puedes haber comprendido a estas alturas es que el modo de leer filosofa es diferentedel modo en que lees normalmente. Normalmente, lees en lnea recta. Empiezas por el principio yavanzas hacia el final. En la mayora de los casos, es imposible leer filosofa de esta manera. Tienes quevolver atrs, pararte, reflexionar, traducir las ideas al margen con tus propias palabras , subrayar, volveratrs de nuevo y despus continuar lentamente hacia adelante. Te voy a guiar a lo largo de la mayorparte de los pasos que tengas que dar. Adems, tienes que subrayar cuidadosamente y escribiranotaciones al margen. Si no ests seguro de lo que tienes que escribir al margen, trata de contestaresta pregunta una y otra vez "Cul es la idea general de este prrafo?" Si en alguna ocasin noentiendes algo, selalo con un signo de interrogacin.

    Aparte de la ocasional dificultad del estilo cartesiano, su mtodo filosfico puede causartealguna dificultad. Antes de que yo empezara a leer filosofa, imaginaba que filosofar era algo que unohaca cuando no poda dormir, y que empezaba, ms o menos, as:

  • Ren Descartes Meditaciones metafsicas 13

    "El universo es un lugar enorme y yo soy muy pequeito. Dnde acaba el Universo?Si viajara por el Universo y llegara al lugar donde acaba, qu habra ms all? Algo? Nada?En qu estoy pensando?"

    Por "filosfico" entenda cualquier cosa que pareciera magnfica y confusa. Ests a punto dedescubrir lo que Descartes entiende por pensamiento filosfico. Mientras que mis preguntas no hicieronsino confundirme, las suyas le condujeron a una mayor claridad. Traza una linea a travs de la pginaen cualquier lugar que parezca empezar un asunto importante. A veces, l mismo critica sus propiasrespuestas. Lee muy lentamente en estos puntos. Parte de su mtodo es decir cosas que, llegado elmomento, decide que son falsas. Hay excelentes ejemplos de esto en Meditacin I. Ya los indicarcuando aparezcan.

    Ahora vuelve a pensar en lo que he dicho para iniciar el paseo y toma todas las notas quenecesites para guiarte en tu camino.

    Cuando vuelva a pensar estas pginas introductorias, querra recordar .

  • Ren Descartes Meditaciones metafsicas 14

    1 Este es el prefacio a la edicin inglesa. Lo introduzco porque contiene explicaciones interesantes sobrealgunos conceptos cartesianos.

    Prefacio del traductor1

    El latn en el que se escribieron las Meditaciones (1641) no pareca ni anticuado ni pasadode moda a su audiencia del siglo XVII, por lo que no veo porqu el ingls al que se las traduzca deberasonar raro a sus lectores modernos. Por tanto, he procurado verter las Meditaciones en una prosainglesa sencilla y directa aun cuando eso supusiera apartarme un tanto de la diccin o sintaxis del latnde Descartes. Espero que, de este modo, pueda aumentar el nmero de lectores que contemplen lasMeditaciones como el informe de un proyecto filosfico vivo.

    En otra obra (su Rplica a Bourdin), Descartes describe este proyecto con una sencillametfora. Si sospechamos que las manzanas de un barril estn podridas dice, deberamos sacarlastodas, examinarlas una por una, y volver a meter en el barril las que estn sanas. De acuerdo con ello,despus de notar que sus creencias son dudosas, Descartes decide desembarazarse de todas ellas yre-educarse desde el principio (Meditacin I). La primera creencia que vuelve a "meter en el barril"es que l mismo existe (Meditacin II). Y, desde esta mnima verdad, intenta establecer con certezaque Dios existe (Meditaciones III-V), que podemos estar absolutamente seguros de la verdad de loque aprehendemos "clara y distintamente" (Meditaciones IV-V), de que el mundo fsico existe(Meditacin VI) y de que su mente es distinta de su cuerpo (Meditacin VI).

    Por lo general, ofrezco la traduccin de las Meditaciones sin notas ni comentarios. Dir algo,de todos modos, acerca de las expresiones que empiezan a aparecer a mediados de la MeditacinIII expresiones como "realidad subjetiva", "realidad formal", "realidad eminente", "grado derealidad", "substancia" y "naturaleza". Descartes parece haber supuesto que sus lectores estaranfamiliarizados con estos trminos antes de abrir las Meditaciones, pero hoy en da hay pocos quedominen el mundo conceptual del que esas expresiones toman sus significados.

    En ese mundo, hay diferentes grados de realidad, as como diferentes tipos de realidad. Estonos suena extrao porque nosotros tendemos a pensar que o bien algo es completamente real, ocompletamente irreal que no hay un territorio entre la existencia y la no existencia. Pero Descartespensaba de otro modo.

    Tal como l lo vea, cuanto ms cerca est una cosa de ser una substancia (o sea, una cosa queexista por s misma), tanto mayor es su grado de realidad. As, una cadena tiene un grado de realidadmayor que uno de sus eslabones, puesto que la cadena puede existir ms o menos en s misma mientrasque el eslabn no puede existir sin ella. De modo similar, si las cosas como los eslabones derivan suexistencia momento a momento de Dios (tal como Descartes sugiere al final de la Meditacin III),Dios tiene un grado de realidad mayor que tales cosas.

    Ahora compara el eslabn en la cadena con, digamos, Sherlock Holmes. Puesto que Holmeses una substancia, mientras que el eslabn es algo que debe existir en una substancia, Holmes tiene ungrado de realidad mayor que el del eslabn. No obstante, parece que el eslabn es ms real queHolmes: mientras que el eslabn es algo que podemos ver y tocar de hecho, Holmes es un ente deficcin. Para sealar esta diferencia, Descartes distingue entre la realidad objetiva (objectiva realitas,en latn) y la realidad formal (formalis realitas). Las cosas que son objeto del pensamiento de alguiense dice que tienen realidad objetiva, mientras que las cosas que nosotros decimos que "existen

  • Ren Descartes Meditaciones metafsicas 15

    realmente", se dice que tienen realidad formal. As, el eslabn en la cadena y la cadena misma en lamoto tienen ambos realidad formal (y tambin realidad objetiva, cuando alguien piensa en ellos), peroHolmes slo tiene realidad objetiva. (La realidad de Dios a saber, realidad eminente se suponeque guarda con la realida formal, sobre poco ms o menos, la misma proporcin que la realidad formaltiene con la realidad objetiva.)

    La distincin entre realidad objetiva y realidad formal se conecta con una concepcin de lasnaturalezas. Tal como Descartes lo ve, una naturaleza puede existir o bien objetiva o bienformalmente. Piensa, por ejemplo, la naturaleza del sol. Cuando Descartes contempla esta naturalezacomo dotada de realidad objetiva (esto es, cuando piensa en su aparicin en la mente de alguien comoun objeto o como un pensamiento), la llama la idea de Sol. Pero cuando contempla la mismsimanaturaleza dotada de realidad formal, simplemente la llama el Sol. De modo que, de acuerdo conDescartes, "la idea del Sol es el Sol mismo existiendo en el pensamiento, no formalmente como lo haceen el firmamento, sino objetivamente esto es, tal como las cosas existen normalemente en elentendimiento" (Rplica a Caterus). Los pasajes en los que parece que Descartes est diciento quel es una naturaleza pensante, por tanto, no tendran que dejarse de lado como meras maneras dehablar (o de traducir!). En la teora de Descartes, una mente existente es una naturaleza unanaturaleza con realidad formal. Y, similarmente, un objeto existente fsicamente es una naturaleza unanaturaleza material con realidad formal.

    Ronald RubinClaremont, California

  • Ren Descartes Meditaciones metafsicas 16

    Ren Descartes

    Meditaciones acerca de la filosofa primera, enlas cuales se demuestra la existencia de Dios, ascomo la distincin real entre el alma y el cuerpo

    del hombre1

    RESUMEN DE LA SEIS MEDITACIONES SIGUIENTES

    En la primera, propongo las razones por las cuales podemos dudar engeneral de todas las cosas, y en particular de las cosas materiales, almenos mientras no tengamos otros fundamentos de las ciencias que losque hemos tenido hasta el presente. Y, aunque la utilidad de una duda tangeneral no sea patente al principio, es, sin embargo, muy grande, porcuanto nos libera de toda suerte de prejuicios, y nos prepara un caminomuy fcil para acostumbrar a nuestro espritu a separarse de los sentidos,y, en definitiva, por cuanto hace que ya no podamos tener duda algunarespecto de aquello que ms adelante descubramos como verdadero.En la segunda, el espritu, que, usando de su propia libertad, supone queninguna cosa de cuya existencia tenga la ms mnima duda existe,reconoce ser absolutamente imposible que 1 mismo sin embargo noexista. Lo cual es tambin de gran utilidad, ya que de ese modo distinguefcilmente aquello que le pertenece a l, es decir, a la naturalezaintelectual, de aquello que pertenece al cuerpo. Mas como puede ocurrirque algunos esperen de m, en ese lugar, razones para probar lainmortalidad del alma, creo mi deber advertirles que, habiendo procuradono escribir en este tratado nada que no estuviese sujeto a muy exactademostracin, me he visto obligado a seguir un orden semejante al de losgemetras, a saber: dejar sentadas de antemano todas las cosas de las quedepende la proposicin que se busca, antes de obtener conclusin alguna.Ahora bien, de esas cosas, la primera y principal que se requiere en ordenal conocimiento de la inmortalidad del alma es formar de ella un conceptoclaro y neto, y enteramente distinto de todas las concepciones quepodamos tener del cuerpo; eso es lo que he hecho en este lugar. Serequiere, adems, saber que todas las cosas que concebimos clara ydistintamente son verdaderas tal y como las concebimos: lo que no hapodido probarse hasta llegar a la cuarta meditacin. Hay que tener,adems, una concepcin distinta acerca de la naturaleza corprea, cuyaconcepcin se forma, en parte, en esa segunda meditacin, y, en parte, enla quinta y la sexta. Y, por ltimo, debe concluirse de todo ello que las

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    cosas que concebimos clara y distintamente como substancias diferentesas el espritu y el cuerpo son en efecto substancias diversas y realmentedistintas entre s: lo que se concluye en la sexta meditacin. Y lo mismo seconfirma en esta segunda, en virtud de que no concebimos cuerpo algunoque no sea divisible, en tanto que el espritu, o el alma del hombre, nopuede concebirse ms que como indivisible; pues, en efecto, no podemosformar el concepto de la mitad de un alma, como hacemos con un cuerpo,por pequeo que sea; de manera que no slo reconocemos que susnaturalezas son diversas, sino en cierto modo contrarias. Ahora bien, debesaberse que yo no he intentado decir en este tratado ms cosas acerca deese tema, tanto porque con lo dicho basta para mostrar con suficienteclaridad que de la corrupcin del cuerpo no se sigue la muerte del alma,dando as a los hombres la esperanza en otra vida tras la muerte, comotambin porque las premisas a partir de las cuales puede concluirse la in-mortalidad del alma dependen de la explicacin de toda la fsica: en primerlugar, para saber que absolutamente todas las substancias es decir, lascosas que no pueden existir sin ser creadas por Dios son incorruptiblespor naturaleza y nunca pueden dejar de ser, salvo que Dios, negndolessu ordinario concurso, las reduzca a la nada; y en segundo lugar, paraadvertir que el cuerpo, tomado en general, es una substancia, y por ellotampoco perece, pero el cuerpo humano, en tanto que difiere de los otroscuerpos, est formado y compuesto por cierta configuracin de miembrosy otros accidentes semejantes, mientras que el alma humana no estcompuesta as de accidentes, sino que es una substancia pura. Puesaunque todos sus accidentes cambien (como cuando concibe ciertascosas, quiere otras, siente otras, etc.) sigue siendo, no obstante, la mismaalma, mientras que el cuerpo humano ya no es el mismo, por el solo hechode cambiar la figura de algunas de sus partes; de donde se sigue que elcuerpo humano puede fcilmente perecer, pero el espritu o alma delhombre (no distingo entre ambos) es por naturaleza inmortal.En la tercera meditacin, me parece haber explicado bastante por loextenso el principal argumento del que me sirvo para probar la existenciade Dios. De todas maneras, y no habiendo yo querido en ese lugar usarde comparacin alguna tomada de las cosas corpreas (a fin de que elespritu del lector se abstrajera ms fcilmente de los sentidos), puede serque hayan quedado oscuras muchas cosas, que, segn espero, seaclararn del todo en las respuestas que he dado a las objeciones que mehan sido hechas. As, por ejemplo, es bastante difcil entender cmo laidea de un ser soberanamente perfecto, la cual est en nosotros, contienetanta realidad objetiva (es decir, participa por representacin de tantosgrados de ser y de perfeccin), que debe venir necesariamente de unacausa soberanamente perfecta. Pero lo he aclarado en las respuestas, pormedio de la comparacin con una mquina muy perfecta, cuya idea se

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    halle en el espritu de algn artfice; pues, as como el artificio objetivo deesa idea debe tener alguna causa a saber, la ciencia del artfice, o la deotro de quien la haya aprendido, de igual modo es imposible que la ideade Dios que est en nosotros no tenga a Dios mismo por causa.En la cuarta queda probado que todas las cosas que conocemos muyclara y distintamente son verdaderas, y a la vez se explica en qu consistela naturaleza del error o falsedad, lo que debe saberse, tanto paraconfirmar las verdades precedentes como para mejor entender las quesiguen. Pero debe notarse, sin embargo, que en modo alguno trato en eselugar del pecado, es decir, del error que se comete en la persecucin delbien y el mal, sino slo del que acontece al juzgar y discernir lo verdaderode lo falso, y que no me propongo hablar de las cosas concernientes a lafe o a la conducta en la vida, sino slo de aquellas que tocan las verdadesespeculativas, conocidas con el solo auxilio de la luz natural.En la quinta, adems de explicarse la naturaleza corprea en general,vuelve a demostrarse la existencia de Dios con nuevas razones, en las que,con todo, acaso se adviertan algunas dificultades, que se resolverndespus en las respuestas a las objeciones que me han dirigido; tambinen ella se muestra cmo es verdad que la certeza misma de lasdemostraciones geomtricas depende dl conocimiento de Dios.Por ltimo, en la sexta, distingo el acto del entendimiento del de laimaginacin, describiendo las seales de esa distincin. Muestro que elalma del hombre es realmente distinta del cuerpo, estando, sin embargo,tan estrechamente unida a l, que junto con l forma como una sola cosa.Se exponen todos los errores que proceden de los sentidos, con losmedios para evitarlos. Y por ltimo, traigoa colacin todas las razones de las que puede concluirse la existencia delas cosas materiales: no porque las juzgue muy tiles para probar lo queprueban a saber: que hay un mundo, que los hombres tienen cuerpos,y otras cosas semejantes, jams puestas en duda por ningn hombresensato, sino porque, considerndolas de cerca, echamos de ver queno son tan firmes y evidentes como las que nos guan al conocimiento deDios y de nuestra alma, de manera que estas ltimas son las ms ciertasy evidentes que pueden entrar en conocimiento del espritu humano. Yesto es todo cuanto me he propuesto probar en estas seis meditaciones,por lo que omito aqu muchas otras cuestiones, de las que tambin hehablado, ocasionalmente, en este tratado.

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    Meditacin primera

    De las cosas que pueden ponerse en duda

    He advertido hace ya algn tiempo que, desde mi ms temprana edad,haba admitido como verdaderas muchas opiniones falsas, y que loedificado despus sobre cimientos tan poco slidos tena que ser porfuerza muy dudoso e incierto; de suerte que me era preciso emprenderseriamente, una vez en la vida, la tarea de deshacerme de todas lasopiniones a las que hasta entonces haba dado crdito, y empezar todo denuevo desde los fundamentos, si quera establecer algo firme y constanteen las ciencias. Mas parecindome ardua dicha empresa, he aguardadohasta alcanzar una edad lo bastante madura como para no poder esperarque haya otra, tras ella, ms apta para la ejecucin de mi propsito; y porello lo he diferido tanto, que a partir de ahora me sentira culpable sigastase en deliberaciones el tiempo que me queda para obrar. As pues, ahora que mi espritu est libre de todo cuidado, habindomeprocurado reposo seguro en una apacible soledad, me aplicar seriamentey con libertad a destruir en general todas mis antiguas opiniones. Ahorabien, para cumplir tal designio, no me ser necesario probar que son todasfalsas, lo que acaso no conseguira nunca; sino que, por cuanto la raznme persuade desde el principio para que no d ms crdito a las cosas noenteramente ciertas e indudables que a las manifiestamente falsas, mebastar para rechazarlas todas con encontrar en cada una el ms pequeomotivo de duda. Y para eso tampoco har falta que examine todas y cadauna en particular, pues sera un trabajo infinito; sino que, por cuanto laruina de los cimientos lleva necesariamente consigo la de todo el edificio,me dirigir en principio contra los fundamentos mismos en que seapoyaban todas mis opiniones antiguas. Todo lo que he admitido hasta el presente como ms seguro y verdadero,lo he aprendido de los sentidos o por los sentidos; ahora bien, heexperimentado a veces que tales sentidos me engaaban, y es prudente nofiarse nunca por entero de quienes nos han engaado una vez. Pero, aun dado que los sentidos nos engaan a veces, tocante a cosas malperceptibles o muy remotas, acaso hallemos otras muchas de las que nopodamos razonablemente dudar, aunque las conozcamos por su medio;como, por ejemplo, que estoy aqu, sentado junto al fuego, con una batapuesta y este papel en mis manos, o cosas por el estilo. Y cmo negarque estas manos y este cuerpo sean mos, si no es ponindome a la alturade esos insensatos, cuyo cerebro est tan turbio y ofuscado por los negrosvapores de la bilis, que aseguran constantemente ser reyes siendo muypobres, ir vestidos de oro y prpura estando desnudos, o que se imaginanser cacharros o tener el cuerpo de vidrio? Mas los tales son locos, y yo

    En Meditacin I Descartespasa de la certeza a la duda.Traza una lnea en la pginacuando comience con unnuevo argumento.

    En vez de refutar cada unad e s u s c r e e n c i a sindividualmente, Descartesdecide . Descartes ha decidido que,mientras que sus sentidospueden estar equivocadosacerca de , no lopueden estar acerca de .

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    no lo sera menos si me rigiera por su ejemplo. Con todo, debo considerar aqu que soy hombre y, por consiguiente, quetengo costumbre de dormir y de representarme en sueos las mismascosas, y a veces cosas menos verosmiles, que esos insensatos cuandoestn despiertos. Cuntas veces no me habr ocurrido soar, por lanoche, que estaba aqu mismo, vestido, junto al fuego, estando en realidaddesnudo y en la cama! En este momento, estoy seguro de que yo miroeste papel con los ojos de la vigilia, de que esta cabeza que muevo no estsoolienta, de que alargo esta mano y la siento de propsito y con plenaconciencia: lo que acaece en sueos no me resulta tan claro y distintocomo todo esto. Pero, pensndolo mejor, recuerdo haber sido engaado,mientras dorma, por ilusiones semejantes. Y fijndome en estepensamiento, veo de un modo tan manifiesto que no hay indiciosconcluyentes ni seales que basten a distinguir con claridad el sueo de lavigilia, que acabo atnito, y mi estupor es tal que casi puede persuadirmede que estoy durmiendo. As, pues, supongamos ahora que estamos dormidos, y que todas estasparticularidades, a saber: que abrimos los ojos, movemos la cabeza,alargamos las manos, no son sino mentirosas ilusiones; y pensemos que,acaso, ni nuestras manos ni todo nuestro cuerpo son tal y como los vemos.Con todo, hay que confesar al menos que las cosas que nosrepresentamos en sueos son como cuadros y pinturas que debenformarse a semejanza de algo real y verdadero; de manera que por lomenos esas cosas generales a saber: ojos, cabeza, manos, cuerpoentero no son imaginarias, sino que en verdad existen. Pues los pintores,incluso cuando usan del mayor artificio para representar sirenas y stirosmediante figuras caprichosas y fuera de lo comn, no pueden, sinembargo, atribuirles formas y naturalezas del todo nuevas, y lo que hacenes slo mezclar y componer partes de diversos animales; y, si llega el casode que su imaginacin sea lo bastante extravagante como para inventaralgo tan nuevo que nunca haya sido visto, representndonos as su obrauna cosa puramente fingida y absolutamente falsa, con todo, al menos loscolores que usan deben ser verdaderos. Y por igual razn, aun pudiendo ser imaginarias esas cosas generales asaber: ojos, cabeza, manos y otras semejantes es preciso confesar, detodos modos, que hay cosas an ms simples y universales realmenteexistentes, por cuya mezcla, ni ms ni menos que por la de algunos coloresverdaderos, se forman todas las imgenes de las cosas que residen ennuestro pensamiento, ya sean verdaderas y reales, ya fingidas yfantsticas. De ese gnero es la naturaleza corprea en general, y suextensin, as como la figura de las cosas extensas, su cantidad omagnitud, su nmero, y tambin el lugar en que estn, el tiempo que midesu duracin y otras por el estilo.

    En este prrafo Descartescambia de opinin sobre ,porque .

    Aunque suee, Descartesdecide ahora que puedeestar seguro de que .

    Vuelve a leer este prrafo ylos dos anteriores.

    Los pasos que ha dado yaDescartes son .

    La geometra es ms ciertaque la astronoma porque

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    Por lo cual, acaso no sera mala conclusin si dijsemos que la fsica, laastronoma, la medicina y todas las dems ciencias que dependen de laconsideracin de cosas compuestas, son muy dudosas e inciertas; peroque la aritmtica, la geometra y dems ciencias de este gnero, que notratan sino de cosas muy simples y generales, sin ocuparse mucho de sitales cosas existen o no en la naturaleza, contienen algo cierto e indudable.Pues, duerma yo o est despierto, dos ms tres sern siempre cinco, y elcuadrado no tendr ms de cuatro lados; no pareciendo posible queverdades tan patentes puedan ser sospechosas de falsedad oincertidumbre alguna. Y, sin embargo, hace tiempo que tengo en mi espritu cierta opinin, segnla cual hay un Dios que todo lo puede, por quien he sido creado tal comosoy. Pues bien: quin me asegura que el tal Dios no haya procedido demanera que no exista figura, ni magnitud, ni lugar, pero a la vez de modoque yo, no obstante, s tenga la impresin de que todo eso existe tal ycomo lo veo? Y ms an: as como yo pienso, a veces, que los dems seengaan, hasta en las cosas que creen saber con ms certeza, podraocurrir que Dios haya querido que me engae cuantas veces sumo dosms tres, o cuando enumero los lados de un cuadrado, o cuando juzgo decosas an ms fciles que sas, si es que son siquiera imaginables. Esposible que Dios no haya querido que yo sea burlado as, pues se dice del que es la suprema bondad. Con todo, si el crearme de tal modo que yosiempre me engaase repugnara a su bondad, tambin parecera del todocontrario a esa bondad el que permita que me engae alguna vez, y estoltimo lo ha permitido, sin duda. Habr personas que quiz prefieran, llegados a este punto, negar laexistencia de un Dios tan poderoso, a creer que todas las dems cosasson inciertas; no les objetemos nada por el momento, y supongamos, enfavor suyo, que todo cuanto se ha dicho aqu de Dios es pura fbula; contodo, de cualquier manera que supongan haber llegado yo al estado y serque poseo ya lo atribuyan al destino o la fatalidad, ya al azar, ya en unaenlazada secuencia de las cosas ser en cualquier caso cierto que, pueserrar y equivocarse es una imperfeccin, cuanto menos poderoso sea elautor que atribuyan a mi origen, tanto ms probable ser que yo sea tanimperfecto, que siempre me engae. A tales razonamientos nada enabsoluto tengo que oponer, sino que me constrien a confesar que, detodas las opiniones a las que haba dado crdito en otro tiempo comoverdaderas, no hay una sola de la que no pueda dudar ahora, y ello no pordescuido o ligereza, sino en virtud de argumentos muy fuertes ymaduramente meditados; de tal suerte que, en adelante, debo suspendermi juicio acerca de dichos pensamientos, y no concederles ms crdito delque dara a cosas manifiestamente falsas, si es que quiero hallar algoconstante y seguro en las ciencias.

    .

    Subraya cada una de lasconclusiones importantesque extrae Descartes acercade Dios en este prrafo y enel siguiente.

    "Sin embargo", "quiz" y"pero" son las palabras queencabezan es tos t resprrafos. A lo largo de lasseis Meditaciones, sealacon un crulo las palabrasclave como estas quemuestren donde la discusinpasa a una nueva direccin.

    "Aquellas viejas y ordinariasopiniones" se refiere a

  • Ren Descartes Meditaciones metafsicas 22

    Pero no basta con haber hecho esas observaciones, sino que deboprocurar recordarlas, pues aquellas viejas y ordinarias opiniones vuelvencon frecuencia a invadir mis pensamientos, arrogndose sobre mi esprituel derecho de ocupacin que les confiere el largo y familiar uso que hanhecho de l, de modo que, aun sin mi permiso, son ya casi dueas de miscreencias. Y nunca perder la costumbre de otorgarles mi aquiescencia yconfianza, mientras las considere tal como en efecto son, a saber: en ciertomodo dudosas como acabo de mostrar, y con todo muy probables,de suerte que hay ms razn para creer en ellas que para negarlas. Porello pienso que sera conveniente seguir deliberadamente un procedercontrario, y emplear todas mis fuerzas en engaarme a m mismo,fingiendo que todas esas opiniones son falsas e imaginarias; hasta que,habiendo equilibrado el peso de mis prejuicios de suerte que no puedaninclinar mi opinin de un lado ni de otro, ya no sean dueos de mi juiciolos malos hbitos que lo desvan del camino recto que puede conducirloal conocimiento de la verdad. Pues estoy seguro de que, entretanto, nopuede haber peligro ni error en ese modo de proceder, y de que nuncaser demasiada mi presente desconfianza, puesto que ahora no se trata deobrar, sino slo de meditar y conocer. As pues, supondr que hay, no un verdadero Dios que es fuentesuprema de verdad, sino cierto genio maligno, no menos artero yengaador que poderoso, el cual ha usado de toda su industria paraengaarme. Pensar que el cielo, el aire, la tierra, los colores, las figuras,los sonidos y las dems cosas exteriores, no son sino ilusiones y ensueos,de los que l se sirve para atrapar mi credulidad. Me considerar a mmismo como sin manos, sin ojos, sin carne, ni sangre, sin sentido alguno,y creyendo falsamente que tengo todo eso. Permanecer obstinadamentefijo en ese pensamiento, y, si, por dicho medio, no me es posible llegar alconocimiento de alguna verdad, al menos est en mi mano suspender eljuicio. Por ello, tendr sumo cuidado en no dar crdito a ninguna falsedad,y dispondr tan bien mi espritu contra las malas artes de ese granengaador que, por muy poderoso y astuto que sea, nunca podrimponerme nada. Pero un designio tal es arduo y penoso, y cierta desidia me arrastrainsensiblemente hacia mi manera ordinaria de vivir; y, como un esclavoque goza en sueos de una libertad imaginaria, en cuanto empieza asospechar que su libertad no es sino un sueo, teme despertar y conspiracon esas gratas ilusiones para gozar ms largamente de su engao, as yorecaigo insensiblemente en mis antiguas opiniones, y temo salir de mimodorra, por miedo a que las trabajosas vigilias que habran de sucedera la tranquilidad de mi reposo, en vez de procurarme alguna luz paraconocer la verdad, no sean bastantes a iluminar por entero las tinieblas delas dificultades que acabo de promover.

    .

    Es te es uno de losfragmentos ms famosos delas Meditaciones. Lo quepretende Descartes alsuponer la existencia de"cierto genio maligno", quele engaa, es .

    Las principales "dificultadesque acabo de promover"son:

    .

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  • Ren Descartes Meditaciones metafsicas 24

    Pensando sobre la Meditacin I

    Repasa tus subrayados y notas al margen e intenta decir de un modo general de qu trata laMeditacin I.

    Lo que Descartes busca es . Lospuntos ms importantes que establece despus de empezar son .

    Vamos a considerar ms cuidadosamente unas cuantas secciones. En la Introduccin hemosanalizado el primer prrafo. Descartes concluye ese prrafo diciendo que quiere "destruir en generaltodas mis antiguas creencias". Una vez ms, por qu quiere hacer tal cosa?

    Porque .Despus, sigue criticando el conocimiento obtenido mediante sus sentidos. Pero aunque sus

    sentidos ocasionalmente le confundan, cree que sera un loco si dudara de algo tan obvio como que estsentado ante el fuego, tocando sus papeles. Empieza pensando en las ocasiones concretas en que tussentidos te han confundido.

    Una vez me pareci ver , perome equivoqu, porque . O cre queoa , pero lo que enrealidad suceda era . Pero aunque missentidos a veces me engaen, sera de locos decir que lo hacen cuando me dicen que ahora estoyleyendo estas pginas.

    Casi me has convencido. Pero antes de seguir por aqu, lee el siguiente pasaje cuidadosamente.Toma tus propias notas al margen.

    "[1] Con todo, debo considerar aqu que soy hombre y, por consiguiente, que tengocostumbre de dormir y de representarme en sueos las mismas cosas, y a veces cosas menosverosmiles, que esos insensatos cuando estn despiertos. Cuntas veces no me habrocurrido soar, por la noche, que estaba aqu mismo, vestido, junto al fuego, estando enrealidad desnudo y en la cama! [2] En este momento, estoy seguro de que yo miro este papelcon los ojos de la vigilia, de que esta cabeza que muevo no est soolienta, de que alargo estamano y la siento de propsito y con plena conciencia: lo que acaece en sueos no me resultatan claro y distinto como todo esto. [3] Pero, pensndolo mejor, recuerdo haber sidoengaado, mientras dorma, por ilusiones semejantes. Y fijndome en este pensamiento, veode un modo tan manifiesto que no hay indicios concluyentes ni seales que basten a distinguircon claridad el sueo de la vigilia, que acabo atnito, y mi estupor es tal que casi puedepersuadirme de que estoy durmiendo."

    Este es un ejemplo excelente de cmo procede Descartes. Recuerda que ya te haba dichoantes que a veces dice cosas que ms tarde decide que son falsas. En [1] dice algo que critica en [2],y despus critica en [3] lo que ha dicho en [2] y regresa por tanto a [1]. Dicho puede ser mscomplicado que ledo. Vuelve a leer la seccin y busca el modelo de enunciado, objecin y crtica ala objecin.

    Lo que dice en [1] es

  • Ren Descartes Meditaciones metafsicas 25

    . En [2]cambia de parecer al decir, en resumen, . De todos modos,en [3] dice . La conclusin principaldel pasaje es .

    Hace unos momentos, mencionaste algunas ocasiones en que tus sentidos te engaaron. Peroestuviste de acuerdo con Descartes en decir que sera de locos pensar que te engaan en las cosas msobvias, como por ejemplo la posicin particular de tu cuerpo ahora. Entonces releste el pasajereferente al sueo. Ciertamente, puedes llegar a soar que ests leyendo estas pginas. Seguramentesera un mal sueo! No obstante, en ese caso, tus sentidos te diran que ests pelendote con Descartescuando en realidad tu cuerpo est en la cama. No sucede algo como esto cada noche? Estsconvencido de que ests en un sitio, corriendo por los bosques, por ejemplo, huyendo de un monstruopeludo, mientras de hecho ests entre las sbanas de tu cama.

    No has tenido nunca ningn sueo del que estuvieras completamente convencido de que erareal?

    Una vez so que . Estdiciendo Descartes que ?

    Buena pregunta. Mi respuesta es que Descartes est diciendo que tus sentidos te engaan cadanoche. Por tanto, nunca puedes estar seguro por completo de que ests mirando tu autntico cuerpoy no un cuerpo soado. Todo lo que tienes que hacer para demostrar que Descartes se equivoca esdarle un ejemplo de algo que pudieras hacer despierto y que no pudieras hacer mientras duermes. Encaso de que lo encontraras, cuando quisieras saber si tus sentidos te engaan, podras probar a hacereso como una prueba. Si no pudieras hacerlo, podras estar seguro de que ests durmiendo. Si puedes,estaras seguro de que ests despierto.

    Algo que podra hacer para demostrar que ahora no estoy durmiendo sera . Pero, sitengo que aprender a pensar filosficamente como Descartes, debera criticar esto diciendo .Otra cosa que podra haer ahora mismo y que no podra hacer si durmiera sera . Pero unaobjeccin seria contra esto podra ser .En conclusin: .

    Fenomenal. Las mejores cabezas critican sus propias conclusiones mejor de lo que lo hacensus crticos. Descartes sigue dando ejemplos de cosas de las que podas estar seguro, tanto si estdurmiendo como si no.

    En la pgina menciona .

    Pero entonces se pregunta si acaso cuando suma los nmeros 2 y 3 no se equivoca. De

  • Ren Descartes Meditaciones metafsicas 26

    acuerdo que las posibilidades son muy pocas. Pero cualquiera puede cometer errores tan tontos comoste en un examen de matemticas. Descartes se pregunta si puede estar absolutamente seguro de algo.Busca alguna verdad de la que fuera absolutamente inconcebible cualquier ocasin de ponerla en duda.

    No puedo estar completamente seguro de que ? ODescartes dira que no por ? Pero quizsun ejemplo mejor de verdad de la que pudiera estar completamente cierto sera . Pero no podra dar unargumento fuerte incluso contra ella diciendo ?

    Cada vez lo haces ms parecido a Descartes!Descartes termina la Meditacin I imaginando que hay un genio maligno omnipotente que le

    engaa todo el tiempo. Dice entonces: "Pensar que el cielo, el aire, la tierra, los colores, las figuras,los sonidos y las dems cosas exteriores, no son sino ilusiones y ensueos, de los que l se sirve paraatrapar mi credulidad." En otras palabras?

    En otras palabras .

    Una razn por la que imagina este ser es por ver si hay algo en lo que ni siquiera un demonioomnipotente podra engaarle. Ponte en su situacin.

    Muy bien. Me voy a imaginar que existe esta fuerza todopoderosa que no tiene nada que hacersino engaarme. Le llamar Sr. . Me ha engaado en quines son mispadres, dnde nac y me ha engaado incluso sobre el color de mi pelo y mis ojos, de mi aspecto, detodo. Ha encontrado modo de perturbar mi mente y cada una de mis opiniones. de tal manera que meengao sobre todo y no s nada. la pregunta es: hay algo de lo que ni siquiera el Sr. pudiera engaarme. Hay alguna verdad en la que ninguna fuerza del mundo pudieraengaarme? Si la hubiera, sera la nica verdad perfecta que Descartes busca. Voy a decir la nicaverdad en la que ni siquiera el omnipotente y malvado Sr. podraengaarme: .

    Estara de acuerdo Descartes?Sigue leyendo y descbrelo.

  • Ren Descartes Meditaciones metafsicas 27

    Meditacin segunda

    De la naturaleza del espritu humano; y que es ms fcil de conocer que elcuerpo

    Mi meditacin de ayer ha llenado mi espritu de tantas dudas, que ya noest en mi mano olvidarlas. Y, sin embargo, no veo en qu manera podrresolverlas; y, como si de repente hubiera cado en aguas muy profundas,tan turbado me hallo que ni puedo apoyar mis pies en el fondo ni nadarpara sostenerme en la superficie. Har un esfuerzo, pese a todo, y tomarde nuevo la misma va que ayer, alejndome de todo aquello en que puedaimaginar la ms mnima duda, del mismo modo que si supiera que escompletamente falso; y seguir siempre por ese camino, hasta haberencontrado algo cierto, o al menos, si otra cosa no puedo, hasta saber decierto que nada cierto hay en el mundo. Arqumedes, para trasladar la tierra de lugar, slo peda un punto deapoyo firme e inmvil; as yo tambin tendr derecho a concebir grandesesperanzas, si por ventura hallo tan slo una cosa que sea cierta eindubitable. As pues, supongo que todo lo que veo es falso; estoy persuadido de quenada de cuanto mi mendaz memoria me representa ha existido jams;pienso que carezco de sentidos; creo que cuerpo, figura, extensin,movimiento, lugar, no son sino quimeras de mi espritu. Qu podr,entonces, tener por verdadero? Acaso esto solo: que nada cierto hay enel mundo. Pero qu s yo si no habr otra cosa, distinta de las que acabo dereputar inciertas, y que sea absolutamente indudable? No habr un Dios,o algn otro poder, que me ponga en el espritu estos pensamientos? Ellono es necesario: tal vez soy capaz de producirlos por m mismo. Y yomismo, al menos, no soy algo? Ya he negado que yo tenga sentidos nicuerpo. Con todo, titubeo, pues qu se sigue de eso? Soy tandependiente del cuerpo y de los sentidos que, sin ellos, no puedo ser? Ya estoy persuadido de que nada hay en el mundo; ni cielo, ni tierra, niespritus, ni cuerpos, y no estoy asimismo persuadido de que yo tampocoexisto? Pues no: si yo estoy persuadido de algo, o meramente si piensoalgo, es porque yo soy. Cierto que hay no s qu engaadortodopoderoso y astutsimo, que emplea toda su industria en burlarme.Pero entonces no cabe duda de que, si me engaa, es que yo soy; y,engeme cuanto quiera, nunca podr hacer que yo no sea nada, mientrasyo est pensando que soy algo. De manera que, tras pensarlo bien yexaminarlo todo cuidadosamente, resulta que es preciso concluir y darcomo cosa cierta que esta proposicin: yo soy, yo existo, esnecesariamente verdadera, cuantas veces la pronuncio o la concibo en mi

    Las causas principales de laduda en la meditacin "deayer" son: .

    Numera los fragmentos deestos prrafos en los queDescartes parece cambiar deopinin.

    Subraya la primera certezacartesiana.

    Las palabras "ahora bien"introducen importantes

  • Ren Descartes Meditaciones metafsicas 28

    espritu. Ahora bien, ya s con certeza que soy, pero an no s con claridad qusoy; de suerte que, en adelante, preciso del mayor cuidado para noconfundir imprudentemente otra cosa conmigo, y as no enturbiar eseconocimiento, que sostengo ser ms cierto y evidente que todos los quehe tenido antes. Por ello, examinar de nuevo lo que yo crea ser, antes de incidir en estospensamientos, y quitar de mis antiguas opiniones todo lo que puedecombatirse mediante las razones que acabo de alegar, de suerte que noquede ms que lo enteramente indudable. As pues, qu es lo que antesyo crea ser? Un hombre, sin duda. Pero qu es un hombre? Dir,acaso, que un animal racional? No por cierto: pues habra luego queaveriguar qu es animal y qu es racional, y as una nica cuestin nosllevara insensiblemente a infinidad de otras cuestiones ms difciles yembarazosas, y no quisiera malgastar en tales sutilezas el poco tiempo yocio que me restan. Entonces, me detendr aqu a considerar ms bien lospensamientos que antes nacan espontneos en mi espritu, inspirados pormi sola naturaleza, cuando me aplicaba a considerar mi ser. Me fijaba,primero, en que yo tena un rostro, manos, brazos, y toda esa mquina dehuesos y carne, tal y como aparece en un cadver, a la que designaba conel nombre de cuerpo. Tras eso, reparaba en que me nutra, y andaba, ysenta, y pensaba, y refera todas esas acciones al alma; pero no meparaba a pensar en qu era ese alma, o bien, si lo haca, imaginaba queera algo extremadamente raro y sutil, como un viento, una llama o undelicado ter, difundido por mis otras partes ms groseras. En lo tocanteal cuerpo, no dudaba en absoluto de su naturaleza, pues pensabaconocerla muy distintamente, y, de querer explicarla segn las nocionesque entonces tena, la hubiera descrito as: entiendo por cuerpo todoaquello que puede estar delimitado por una figura, estar situado en unlugar y llenar un espacio, de suerte que todo otro cuerpo quede excluido;todo aquello que puede ser sentido por el tacto, la vista, el odo, el gustoo el olfato; que puede moverse de distintos modos, no por s mismo, sinopor alguna otra cosa que lo toca y cuya impresin recibe; pues no crea yoque fuera atribuible a la naturaleza corprea la potencia de moverse, sentiry pensar: al contrario, me asombraba al ver que tales facultades sehallaban en algunos cuerpos. Pues bien, qu soy yo, ahora que supongo haber alguien extremadamentepoderoso y, si es lcito decirlo as, maligno y astuto, que emplea todas susfuerzas e industria en engaarme? Acaso puedo estar seguro de poseerel ms mnimo de esos atributos que acabo de referir a la naturalezacorprea? Me paro a pensar en ello con atencin, paso revista una y otravez, en mi espritu, a esas cosas, y no hallo ninguna de la que pueda decirque est en m. No es necesario que me entretenga en recontarlas.

    cambios en el argumento deDescartes. Numera cada unode ellos en este prrafo y enel siguiente. Parafrasea almargen la idea que estintroduciendo.

    En este prrafo subraya cadauna de las creencias de lasque Descartes estaba seguroantes de la Meditacin I.

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    Pasemos, pues, a los atributos del alma, y veamos si hay alguno que esten m. Los primeros son nutrirme y andar; pero, si es cierto que no tengocuerpo, es cierto entonces tambin que no puedo andar ni nutrirme. Untercero es sentir, pero no puede uno sentir sin cuerpo, aparte de que yohe credo sentir en sueos muchas cosas y, al despertar, me he dadocuenta de que no las haba sentido realmente. Un cuarto es pensar: y aqus hallo que el pensamiento es un atributo que me pertenece, siendo elnico que no puede separarse de m. Yo soy, yo existo; eso es cierto,pero cunto tiempo? Todo el tiempo que estoy pensando: pues quizocurriese que, si yo cesara de pensar, cesara al mismo tiempo de existir.No admito ahora nada que no sea necesariamente verdadero: as, pues,hablando con precisin, no soy ms que una cosa que piensa, es decir, unespritu, un entendimiento o una razn, trminos cuyo significado me eraantes desconocido. Soy, entonces, una cosa verdadera, y verdaderamente existente. Mas,qu cosa? Ya lo he dicho: una cosa que piensa. Y qu ms? Excitaran mi imaginacin, a fin de averiguar si no soy algo ms. No soy estareunin de miembros llamada cuerpo humano; no soy un aire sutil ypenetrante, difundido por todos esos miembros; no soy un viento, unsoplo, un vapor, ni nada de cuanto pueda fingir e imaginar, puesto que yahe dicho que todo eso no era nada. Y, sin modificar ese supuesto, halloque no dejo de estar cierto de que soy algo. Pero acaso suceda que esas mismas cosas que supongo ser, puesto queno las conozco, no sean en efecto diferentes de m, a quien conozco.Nada s del caso: de eso no disputo ahora, y slo puedo juzgar de lascosas que conozco: ya s que soy, y eso sabido, busco saber qu soy.Pues bien: es certsimo que ese conocimiento de m mismo, hablando conprecisin, no puede depender de cosas cuya existencia an me esdesconocida, ni por consiguiente, y con mayor razn, de ninguna de lasque son fingidas e inventadas por la imaginacin. E incluso esos trminosde fingir e imaginar me advierten de mi error: pues en efecto, yo haraalgo ficticio, si imaginase ser alguna cosa, pues imaginar no es sinocontemplar la figura o imagen de una cosa corprea. Ahora bien: ya sde cierto que soy y que, a la vez, puede ocurrir que todas esas imgenesy, en general, todas las cosas referidas a la naturaleza del cuerpo, no seanms que sueos y quimeras. Y, en consecuencia, veo claramente que decirexcitar mi imaginacin para saber ms distintamente qu soy, es tanpoco razonable como decir ahora estoy despierto, y percibo algo real yverdadero, pero como no lo percibo an con bastante claridad, voy adormirme adrede para que mis sueos me lo representen con mayorverdad y evidencia. As pues, s con certeza que nada de lo que puedocomprender por medio de la imaginacin pertenece al conocimiento quetengo de m mismo, y que es preciso apartar el espritu de esa manera de

    La nica verdad queDescartes ha establecidohasta ahora es . Lo sabecon seguridad porque .

    Las razones para la conclu-sin que saca en las dosfrases ltimas en esteprrafo son .

  • Ren Descartes Meditaciones metafsicas 30

    concebir, para que pueda conocer con distincin su propia naturaleza. Qu soy, entonces? Una cosa que piensa. Y qu es una cosa quepiensa? Es una cosa que duda, que entiende, que afirma, que niega, quequiere, que no quiere, que imagina tambin, y que siente. Sin duda no espoco, si todo eso pertenece a mi naturaleza. Y por qu no habra depertenecerle? Acaso no soy yo el mismo que duda casi de todo, queentiende, sin embargo, ciertas cosas, que afirma ser sas solas lasverdaderas, que niega todas las dems, que quiere conocer otras, que noquiere ser engaado, que imagina muchas cosas aun contra suvoluntad y que siente tambin otras muchas, por mediacin de losrganos de su cuerpo? Hay algo de esto que no sea tan verdadero comoes cierto que soy, que existo, aun en el caso de que estuviera siempredormido, y de que quien me ha dado el ser empleara todas sus fuerzas enburlarme? Hay alguno de esos atributos que pueda distinguirse en mipensamiento, o que pueda estimarse separado de s mismo? Pues es desuyo tan evidente que soy yo quien duda, entiende y desea, que no hacefalta aadir aqu nada para explicarlo. Y tambin es cierto que tengo lapotestad de imaginar: pues aunque pueda ocurrir (como he supuesto msarriba) que las cosas que imagino no sean verdaderas, con todo, esepoder de imaginar no deja de estar realmente en m, y forma parte de mipensamiento. Por ltimo, tambin soy yo el mismo que siente, es decir,que recibe y conoce las cosas como a travs de los rganos de lossentidos, puesto que, en efecto, veo la luz, oigo el ruido, siento el calor. Seme dir, empero, que esas apariencias son falsas, y que estoy durmiendo.Concedo que as sea: de todas formas, es al menos muy cierto que meparece ver, or, sentir calor, y eso es propiamente lo que en m se llamasentir, y, as precisamente considerado, no es otra cosa que pensar. Pordonde empiezo a conocer qu soy, con algo ms de claridad y distincinque antes. Sin embargo, no puedo dejar de creer que las cosas corpreas, cuyasimgenes forma mi pensamiento y que los sentidos examinan, son mejorconocidas que esa otra parte, no s bien cul, de m mismo que no esobjeto de la imaginacin: aunque desde luego es raro que yo conozca msclara y fcilmente cosas que advierto dudosas y alejadas de m, que otrasverdaderas, ciertas y pertenecientes a mi propia naturaleza. Mas ya veoqu ocurre: mi espritu se complace en extraviarse, y aun no puedemantenerse en los justos lmites de la verdad. Soltmosle, pues, la riendauna vez ms, a fin de poder luego, tirando de ella suave y oportunamente,contenerlo y guiarlo con ms facilidad. Empecemos por considerar las cosas que, comnmente, creemoscomprender con mayor distincin, a saber: los cuerpos que tocamos yvemos. No me refiero a los cuerpos en general, pues tales nocionesgenerales suelen ser un tanto confusas, sino a un cuerpo particular.

    Lo que aqu aade a sudefinicin de s mismo como"cosa pensante" es .

    El asunto anterior al queahora vuelve Descartes essu duda acerca de .

    Descartes se va a convencerde nuevo de que no puedeestar seguro ni siquiera delos hechos ms obvios quele muestran sus sentidos.Subraya las afirmacionesimportantes de este prrafoy el siguiente. Aade tuspropias notas explicativas almargen.

  • Ren Descartes Meditaciones metafsicas 31

    Tomemos, por ejemplo, este pedazo de cera que acaba de ser sacado dela colmena: an no ha perdido la dulzura de la miel que contena; conservatodava algo de olor de las flores con que ha sido elaborado; su color, sufigura, su magnitud son bien perceptibles; es duro, fro, fcilmentemanejable, y, si lo golpeis, producir un sonido. En fin, se encuentran enl todas las cosas que permiten conocer distintamente un cuerpo. Mas heaqu que, mientras estoy hablando, es acercado al fuego. Lo que restabade sabor se exhala: el olor se desvanece; el color cambia, la figura sepierde, la magnitud aumenta, se hace lquido, se calienta, apenas se lepuede tocar y, si lo golpeamos, ya no producir sonido alguno. Trascambios tales, permanece la misma cera? Hay que confesar que s: nadielo negar. Pero entonces, qu es lo que conocamos con tanta distincinen aquel pedazo de cera? Ciertamente, no puede ser nada de lo quealcanzbamos por medio de los sentidos, puesto que han cambiado todaslas cosas que percibamos por el gusto, el olfato, la vista, el tacto o elodo; y, sin embargo, sigue siendo la misma cera. Tal vez sea lo que ahorapienso, a saber: que la cera no era ni esa dulzura de miel, ni ese agradableolor a flores, ni esa blancura, ni esa figura, ni ese sonido, sino tan slo uncuerpo que un poco antes se me apareca bajo esas formas, y ahora bajootras distintas. Ahora bien, al concebirla precisamente as, qu es lo queimagino? Fijmonos bien, y apartando todas las cosas que no pertenecena la cera, veamos qu resta. Ciertamente, nada ms que algo extenso,flexible y cambiante. Ahora bien, qu quiere decir flexible y cambiante?No ser que imagino que esa cera, de una figura redonda puede pasara otra cuadrada, y de sa a otra triangular? No: no es eso, puesto que laconcibo capaz de sufrir una infinidad de cambios semejantes, y esainfinitud no podra ser recorrida por mi imaginacin: por consiguiente, esaconcepcin que tengo de la cera no es obra de la facultad de imaginar. Y esa extensin, qu es? No ser algo igualmente desconocido, puesque aumenta al ir derritindose la cera, resulta ser mayor cuando estenteramente fundida, y mucho mayor cuando el calor se incrementa msan? Y yo no concebira de un modo claro y conforme a la verdad lo quees la cera, si no pensase que es capaz de experimentar ms variacionessegn la extensin, de todas las que yo haya podido imaginar. Debo, pues,convenir en que yo no puedo concebir lo que es esa cera por medio de laimaginacin, y s slo por medio del entendimiento: me refiero a ese trozode cera en particular, pues en cuanto a la cera en general, ello resulta anms evidente. Pues bien, qu es esa cera, slo concebible por medio delentendimiento? Sin duda, es la misma que veo, toco e imagino; la mismaque desde el principio juzgaba yo conocer. Pero lo que se trata aqu denotar es que su percepcin, o la accin por cuyo medio la percibimos, noes una v