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Areíto Zona de la Cultura y de las ideas www.hoy.com.do Editor: Bavegado Diseño: Carla González SÁBADO 21.12.2013 Carta al pequeño NIÑO JESÚS Página 4 El jefe de las guerrillas fue Manolo Tavárez Justo José Daniel Ariza tenía don de mando y siempre ha sido guerrero, pero el jefe de la guerrilla de Manaclas era Manolo Tavárez Justo, aunque fuera menos guerrillero que él. Y el comandante era Fidelio Despradel...Pá g i n a 5 Notas para un canon de la poesía dominicana El poeta de los setenta que mejor hace el cambio hacia la poesía esteticista y neorromántica del interregno 1977-1984 es Tony Raful [“Abril, nacen alas delante de tus ojos”, 1980, y “Visiones del escriba”,1983] con sus libros de poemas...Pá g i n a 8 TRUENO ROBADO, de Alexis Gómez Rosas Trueno Robado nos presenta 84 jaikus, también con una versión al japonés de Mayumi Hidaka, donde la mirada del poeta se desplaza por escenas y paisajes campestres, marítimos, citadinos, hogareños. Pá g i n a 6 El equilibrio de la vida en la novela de Ángela Hernández Pág 3
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Areito 21 12 2013

Mar 20, 2016

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Periodico Hoy

Areíto 21 de diciembre, 2013
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Page 1: Areito 21 12 2013

A re í t o Zona de laCultura y de

las ideas

w w w. h oy.co m .d oEditor: BavegadoDiseño: Carla GonzálezS Á BA D O 21.12 .2 013

Carta al pequeñoNIÑO JESÚS Página 4

El jefe de las guerrillasfue ManoloTavárez Justo

José Daniel Ariza tenía don demando y siempre ha sido guerrero,pero el jefe de la guerrilla deManaclas era Manolo TavárezJusto, aunque fuera menosguerrillero que él. Y el comandanteera Fidelio Despradel...Pá g i n a 5

Notas para un canon de la

p o es í ado m i n ica na

El poeta delos setentaque mejorhace elca m b i ohacia lap o esíaesteticista yne orrománticadelinterre gno197 7-1984

es Tony Raful [“Abril, nacen alasdelante de tus ojos”, 1980, y“Visiones del escriba”,1983] con suslibros de poemas...Pá g i n a 8

TRUENO ROBADO,de AlexisGómez Rosas

Tru e n oRo b a d onospre s enta84 jaikus,tambiéncon unaversión aljaponés deM ayu m iH i d a ka ,

donde la mirada del poeta sedesplaza por escenas y paisajescampestres, marítimos, citadinos,hogareños. Pá g i n a 6

El equilibrio de lavida en la novela deÁngela HernándezPág 3

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2 Sábado 21 de d i ci e m b rede 2 013H OY A RE Í TO

Zona

Are

itoZo

na A

reíto

Isabel Allende (novelista chilena)“Para las mujeres el mejor afrodisíaco son las palabras,el punto g está en los oídos, el que busque más abajoestá perdiendo el tiempo”

¿Por qué en medio del dolor losnegros cantan, ríen y bailan?

LA HISTORIA/Fuente: Portal de Bibliófilo Enmascarado

1921 NACIÓ EL 21 DE DICIEMBRE.AUGUSTO MONTERROSO, e scritor

guatemalteco conocido por sus colecciones defábulas y cuentos breves e hiperbreves. Sucuento de siete palabras “Cuando despertó, eldinosaurio todavía estaba allí“, estuvoconsiderada como el relato más breve de laliteratura universal durante muchos años._

1989 FALLECIÓ EL 22 DE DICIEMBRE.SAMUEL BECKETT, e scritor

irlandés, premio Nobel en 1969. Sus obras másimportantes son “Final de partida” y “Esp erandoa Godot”.

1863 MURIÓ EL 24DE

DICIEMBRE. WILLIAMMAKEPEACE THACKERAY,escritor realista inglés. Suobra maestra es “La feria delas vanidades”, llevada alcine en distintas ocasiones.

_

1904 NACIÓ EL 26 DE DICIEMBRE. ALEJOCARPENTIER, literato cubano, una de las

figuras más destacadas de las letrashispanoamericanas del siglo XX, por obras como “Elsiglo de las luces”.

Leonardo Boff

Miles de personas en todaSudáfrica mezclaron elllanto con la danza, lafiesta con los lamentospor la muerte de NelsonMandela. Es la forma

como realizan culturalmente el rito de pa-so de la vida de este lado a la vida del otrolado, donde están los ancianos, los sabios ylos guardianes del pueblo, de sus ritos y desus normas éticas. Allí está ahora Mandelade forma invisible pero plenamente pre-sente, acompañando al pueblo que él tan-to ayudó a liberar.

Momentos como éstos nos hacen acor-darnos de nuestra más alta ancestralidadhumana. Todos tenemos nuestras raícesen África, aunque la gran mayoría no losepa o no le dé importancia. Pero es de-cisivo que volvamos a apropiarnos denuestros orígenes, que, de un modo u otro,están inscritos en nuestro código genéticoy espiritual.

Voy a referirme aquí a aspectos de untexto que escribí hace tiempo con el título:“Todos somos africanos”, actualizado te-niendo en cuenta la situación mundial,que ha cambiado.

De entrada, es importante denunciar latragedia africana: es el continente más ol-vidado y vandalizado por las políticasmundiales. Solamente cuentan sus tierras.Las compran grandes consorcios mundia-les y China para organizar inmensas plan-taciones de granos con el fin de asegurar laalimentación, no de África, sino de sus paí-ses, o para negociarlos en el mercado es-peculativo. Las famosas “land grabbing”,juntas tienen la extensión de Francia en-tera. Hoy África es una especie de espejoretrovisor de cómo nosotros los humanospudimos en el pasado, y todavía hoy po-demos, ser inhumanos y terribles. La ac-tual neocolonización es más perversa quela de siglos pasados.

Sin olvidar esta tragedia, concentrémo-nos en la herencia africana que se escondeen nosotros. Hoy en día hay consenso entrelos paleontólogos y antropólogos acerca deque la aventura de la hominización se ini-ció en África hace unos siete millones deaños. Y luego se aceleró pasando por el ho-mo habilis, erectus, neanderthal... hastallegar al homo sapiens hace unos noventamil años. Después de estar 4,4 millones deaños en suelo africano, se trasladó a Asia,hace sesenta mil años; a Europa, hace cua-renta mil años; y a las Américas hace treintamil años. Es decir, gran parte de la vida hu-mana ha sido vivida en África, hoy olvidaday despreciada.

África no es solamente el lugar geográ-fico de nuestros orígenes. Es el arquetipoprimitivo, el conjunto de marcas impresasen el alma del ser humano. Fue en Áfricadonde el ser humano elaboró sus primerassensaciones, donde se articularon sus cre-cientes conexiones neuronales (cerebrali-

zación), brillaron los primeros pensamien-tos, irrumpió la creatividad y emergió lacomplejidad social que permitió el surgi-miento del lenguaje y de la cultura. El es-píritu de África está presente en todos no-s o t ro s.

Veo tres ejes principales del espíritu deÁfrica que pueden ayudarnos a superar lacrisis sistémica global que nos asola.

El primero es la Madre Tierra, la MamáÁfrica. Al extenderse por los vastos espa-cios africanos, nuestros antepasados en-traron en profunda comunión con la Tie-rra, sintiendo la conexión que todas las co-sas guardan entre sí: las aguas, las mon-tañas, los animales, los bosques y selvas, ylas energías cósmicas. Necesitamos volvera apropiarnos de este espíritu de la Tierrapara salvar a Gaia, nuestra Madre y únicaCasa Común.

El segundo eje es la matriz relacional(relational matrix, al decir de los antropó-logos). Los africanos usan la palabra ubun-tu que significa: “yo soy lo que soy porquepertenezco a la comunidad” o “yo soy loque soy a través de ti y tú eres tú a través demí”. Todos necesitamos unos de otros; so-mos interdependientes. Lo que la físicacuántica y la nueva cosmología enseñanacerca de la interdependencia de todoscon todos es una evidencia para el espírituafr icano.

A esa comunidad pertenecen tambiénlos muertos como Mandela. Ellos no «van»al cielo, pues el cielo no es un lugar geo-gráfico, sino un modo de ser de este mun-do nuestro. Ellos se quedan en medio delpueblo como consejeros y guardianes delas tradiciones sagradas.

El tercer eje son los ritos y las celebra-ciones. Nos admira que se dedique un díaentero a rezar por Mandela con misas y

oraciones. Los africanos sienten a Dios enla piel, los occidentales en la cabeza. Poreso, bailan y mueven todo el cuerpo, mien-tras que nosotros permanecemos fríos y rí-gidos como un palo de escoba.

Las experiencias importantes de la vidapersonal, social y estacional se celebrancon ritos, danzas, músicas y presentacio-nes de máscaras. Éstas representan ener-gías que pueden ser benéficas o maléficas.Es en los rituales donde las fuerzas nega-tivas y positivas se equilibran y se festeja laprimacía del sentido sobre el absurdo. Sireincorporamos el espíritu de África, la cri-sis no tendrá que ser una tragedia.

Sabemos que a través de las fiestas y losritos la sociedad rehace sus relaciones y serefuerza la cohesión social. Además no to-do es trabajo y lucha. Está también la ce-lebración de la vida, el rescate de las me-morias colectivas y el recuerdo de las vic-torias sobre las amenazas vividas.

Me complace presentar el testimoniopersonal de uno de nuestros más brillantesperiodistas, Washington Novaes: «Hace al-gunos años, en Sudáfrica, me impresionóver que bastaba que se reuniesen tres ocuatro negros para empezar a cantar y abailar con una amplia sonrisa. Un día, lecomenté a un joven taxista: “Su pueblo su-frió y todavía sufre mucho. Pero basta quese reúnan unas pocas personas y ustedesya están bailando, cantando y riendo. ¿Dedónde viene tanta fuerza?” Y él me con-testó: “Con el sufrimiento, aprendemosque nuestra alegría no puede depender denada fuera de nosotros. Tiene que ser sólonuestra, estar dentro de nosotros”».

Nuestra población afrodescendientenos da esa misma muestra de alegría, queningún capitalismo ni consumismo puedeo f re c e r.

Sudafricanos simpatizantes de Nelson Mandela bailan y cantan durante su fun e ra l .

1821 NACIÓ EL 21 DE DICIEMBRE.GUSTAVE FLAUBERT, novelista francés,

considerado uno de los mejores novelistasoccidentales y es conocido principalmente por suprimera novela publicada “Madame Bovary”._

1917 NACIÓ EL 21 DE DICIEMBRE.HEINRICH BÖLL, escritor alemán, figura

emblemática de la literatura alemana de posguerra,premio Nobel en 1972. Algunas de sus obras másimportantes son “Retrato de grupo con señora”, “Yno dijo una sola palabra”, “Billar a las nueve yme dia” y “El honor perdido de Katharina Blum”.

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A RE Í TO 3Sábado 21 de d i ci e m b rede 2 013 H OY

LEONA, O LA FIERA VIDAEl equilibrio de la vida en la novela de Ángela Hernández

Ángela Hernández es una pres-tigiosa escritora dominicana,con una obra amplia y seriaque abarca poesía, narrativa,ensayo, investigación… ren -glones en los que ha obtenido

éxito. No hablaremos de sus premios en casitodos los géneros que ha trabajado, aunquetodavía le falta el más importante del país,que hace tiempo merece. Tampoco voy a ha-blar de su persona; un ser humano que pa-rece deslizarse en medio de una vida pro-celosa y brillante, sin permitir que la pene-tren las oscuridades.

Cualquiera que la ve con su bondad a florde piel, tono de voz pausado y melodioso,pero, sobre todo, una sonrisa “b e a t í f i c a” -co -mo hubiera dicho Manuel Rueda-, no ima-gina la fuerza de sobrevivencia que guardasu mente, pero por encima de todo, su in-menso corazón.

Y esto lo confirman sus textos, desde elcuento “Masticar una rosa”, la noveletta Mu-danza de los sentidos, y hoy, la que considerola obra mayor de esta saga: Leona o la fieravida, novela que publica con acierto el selloA l f a g u a ra .

Por la calidad de sus escritos y por el pres-tigio de la casa editorial, hacía tiempo que yodeseaba que Alfaguara publicara a Ángela, oque Ángela publicara con Alfaguara. El mo-mento llegó, y como resultado podemos te-ner en la mano un libro con todas las de laley, al que desde ahora le auguro grandesé x i t o s.

Leona o la fiera vida es una novela queabarca tantos aspectos, que me he propues-to abordarla desde algunos de ellos, por con-siderarlos los más representativos para mí.

El primero es el uso del vocabulario muyunido a la identidad y al perfil sicológico desus personajes. La mayoría oriundos de Qui-ma (su natal Buena Vista), el pueblo-parajeque podríamos afirmar como el Macondo deÁngela, donde todo es posible; principal-mente la solidaridad, la piedad, la igualdad yen ese mismo sentido, todos los sueños.

Como en una película de Passolini, el lec-tor ve desfilar los echadías que cojean, lospequeños comerciantes que van de puertaen puerta y a los que les faltan dientes, elmaestro de escuela dictatorial, la yegua lla-mada Batalla, el guardia amenazante, el ricoe n g re í d o … pero, sobre todo, las mujeres;dueñas y verdaderas protagonistas de todo.Mujeres viudas, mujeres engañadas, muje-res abandonadas, mujeres pobres, desarra-padas... que entretejen lazos de atracción yrechazo, donde no importa que una seachismosa, agresiva o puta para contar con lasolidaridad de las otras, en los momentoscruciales de su vida.

Son tantos los personajes y tan diversas ymágicas las situaciones, que a veces el nom-bre de la persona no importa, sino el hecho;esos hechos que van de la más simple y puracotidianidad, para convertirse en ejemplosde un drama conmovedor, como el intentode violación a Leona por parte de su cuñado;o el final feliz de un cuento de hadas, cuandoencuentran las tres monedas de oro que dejóEnmanuel enterradas, por si moría, cuandoviajó enfermo a la capital.

La nominación de su entorno, que es elaspecto más bello de esta novela sumamen-te descriptiva, va cargada de un lirismo queÁngela asegura utilizando los adjetivos co-mo epítetos (fiera vida, gorda mata), ele-mentos que aportan a su narrativa un ritmopoético que, aunque apenas se percibe, fun-ciona perfectamente. Asimismo, en mediode un párrafo narrativo y solo separado poruna coma, inicia en mayúscula lo que dijouna persona, dentro de la narración de Leo-na, aunque otros parlamentos están seña-lados con los signos ortográficos que de-mandan, pues son parte del acontecer in-m e d i a t o.

Desde el más pequeño de los insectos,hasta la escala apabullante de árboles enor-mes y tupidos, siempre respaldados por elbloque de montañas azuladas, los nombresde las hojas, de las plantas curativas, de lasraíces, de las cárceles de selva húmeda, delos alimentos, tal y como los llaman en Qui-ma, de sus ecosistemas, sus gentes, sus cos-t u m b re s … te envuelve; en un viaje retros-pectivo, donde no solo nuestra historia re-ciente, sino las huellas de “lo inicial”, se re-gistran, se evidencian… y el río permanente,el río de la vida que arrastra, que vadea y sedevuelve, que retoma su curso, como si las

manos de la escritora fueran guiadas por He-r á c l i t o.

La narradora mezcla tipos y niveles delengua, que en ella son permitidos, y al ladode un término campesino encuentras un vo-cablo culterano, pues sus personajes y lo quehacen resultan más importantes que la Erade Trujillo o la Guerra de Abril, aconteci-mientos históricos que sólo sirven de telónpara que haya mudanzas y cambios en lafamilia que afectan y definen a su miembros.Como el hermano amado, Virgilio, arquetipode inteligencia y de bondad que se convierteen revolucionario y que está presente en lanovela solo a través del amor de su familia yprincipalmente de su hermana Leona.

O el odioso Lorenzo, jugador, bebedor yabusador, hermano mayor que solo las uti-lizaba para su provecho y que terminó en-ganchándose a la guardia, pero a quienesellas perdonaron porque era su familia; loslimosneros y pedigüeños que iban día día aesperar la generosidad de Beba, la madreviuda, pobre también, cabeza de familia,mujer espartana, madre coraje, que se en-volvía en una coraza de órdenes militares yestrictas exigencias morales, para que sushijas estudiaran e hicieran las labores del ho-gar y así asegurarles un futuro y protegerlasde las malas lenguas y el descrédito.

La vecina que te pasa los víveres; la otraque sale preñada de un bandido que laabandona; el terrateniente con varias que-r idas… pero también una niña que juega pe-lota mejor que un niño, un joven adolescen-te con voz atiplada adornando la misa de losdomingos, y una desquiciada que tocaba elacordeón de su padre muerto, como una vir-tuosa.

Muchos pudieran catalogar Leona o la fie-ra vida de novela costumbrista, pero ¿quétexto que aluda a la realidad y a sus entornosno lo es?

La vida y sus circunstancias; las leyes delazar y la violencia; y cómo respondemos aellas… Esa es, en el fondo, la verdadera es-tructura de la novela. Una novela que tienedos grandes protagonistas: Leona, narrado-ra y personaje alrededor de quien se desa-rrolla lo que se cuenta. Escritora desde el ini-cio del cosmos, bendita por la “c a u s a” y des-tinada a soñar para encontrar la verdad delas cosas… Y Beba, su madre, omnipresente,física o mentalmente, en esos permanentesrecuentos de la memoria en los que Leonaasocia todo lo nuevo con lo que ha vivido.

También es muy importante, su perma-nente declaración de creencias, espirituales,su filosofía de vida: la consustanciación delhombre con la naturaleza, la capacidad mi-lagrosa de repetir las oraciones, la búsquedadel fondo de su alma, y principalmente esaley que esgrime desde el inicio del libro y quesolo puede ser respondida con amor: “Algose me daba, algo se me quitaba. Si recibía, yadebía prepararme para perder”.

Aunque parezca mentira, la novela de Án-gela Hernández está salpicada de citas de losmísticos católicos, de grandes autores lite-rarios de Occidente y de pensadores orien-tales; con todo, estas alusiones que confir-man sus puntos de vista, no disgregan el tex-to. Porque la escritora como dueña de lo es-crito esgrime sus permisos a conciencia. Asívemos mezcla de vocabulario, agresiones alas reglas de puntuación y citas propias deuna persona sumamente leída en boca deun personaje rural, por lo que podríamosafirmar que esta novela resulta un texto su-mamente contemporáneo.

La escritura, casi barroca, de Leona o lafiera vida no le ha sido fácil a Ángela Her-nández; la diversidad de mundos que abarca(el real, el imaginario, el deseado…) y lo he-terogéneo del vocabulario que utiliza, hanpodido encontrar un equilibrio que hubieraparecido imposible a cualquier otro autor.

Pero Ángela Hernández es una de nues-tras mejores escritoras-escritores. El plenodominio de su oficio le ha permitido jugarcon la ficción y plasmar una escala de va-lores, de convicciones y creencias que la de-finen como Ser.

Para mejor definirla tomamos del texto quecierra la novela. Cito:

“Ya sabía que lo claro de la vida no tieneque ver con el lugar, sino con los horizon-tes… Por alguna razón nací al mismo tiempoque Batalla, por alguna razón fortalecí mishuesos escalando pendientes y vadeandoríos, y aprendí la pauta del equilibrio car-gando cientos, miles, de bidones de agua so-bre mi cabeza erguida. Por alguna razón mimente mantenía el control en los momentosde peligro, hasta sortearlos… Por alguna ra-zón poseía ojos alagartiados y nombre defiera. Por alguna razón el agua del amor hu-medecía constante mi alma rebelde…

“Algo se me daba, algo se me quitaba.“Lo que tengo lo debo a lo perdido; lo que

soy, a lo que nunca pude ser”.

JEAN

NET

TE M

ILLE

RL i

t e ra

t u ra

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4 Sábado 21 de d i ci e m b rede 2 013H OY A RE Í TO

Carta al pequeñoNiño JesúsCarta del Niño Jesús enN av i d a dComo sabrás nos acercamos nuevamente

a la fecha de mi cumpleaños,

todos los años

se hace una gran fiesta en mi honor

y creo que este año sucederá lo mismo.

En estos días la gente hace muchas compras,

hay anuncios en el radio,

en la televisión y por todas partes no se habla de otracos a,

sino de lo poco que falta para que llegue el día.

La verdad, es agradable saber,

que al menos,

un día al año algunas personas

piensan un poco en mí.

Como tú sabes hace muchos años

que comenzaron a festejar mi cumpleaños,

al principio no parecían comprender

y agradecer lo mucho que hice por ellos,

pero hoy en día nadie sabe para qué lo celebran...

Recuerdo el año pasado

al llegar el día de mi cumpleaños,

hicieron una gran fiesta en mi honor;

pero sabes una cosa, ni siquiera me invitaron.

Yo era el invitado de honor y ni siquiera

se acordaron de invitarme,

la fiesta era para mí y cuando llegó el gran día

me dejaron afuera,

me cerraron la puerta.

¡Y yo quería compartir la mesa con ellos!

La verdad no me sorprendió,

porque en los últimos años

todos me cierran las puertas.

Carta del Niño Jesús en Navidad al Mundo,publicado por Martina en diciembre 2012.

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cu e n

tro sCÁPSUL AS

G E N E A L Ó G I CAS

w w w. i d g.o rg.d o / Por Julio González

LOS ESPAILLATM O CA N O S

(2 de 2)

O tro portador del apellido Espai-llat a Moca fue Francisco Oli-verio Espaillat Hernández,quien nació el 30 de septiem-

bre de 1884 en la sección de Sabana Gran-de, municipio de Santiago, y fallecido el 2de diciembre de 1959 en Moca. Era hijo deJosé Antonio Rogelio Espaillat Hernández(n. 1859) y Andrea Avelina Hernández Bri-to (1862-1916). Su padre era bisnieto deFrancois Antoine Espaillat Virol(1734-1807), el inmigrante galo que trajoel apellido a estas tierras.

Francisco Oliverio casó en Moca conBienvenida del Rosario Guzmán Caba,nativa de Estancia Nueva, sección de Mo-ca. Fijaron residencia en La Soledad, sec-ción del municipio de Moca. FranciscoOliverio se dedicó a la agricultura por másde 50 años, siendo considerado como unode los agricultores más progresistas de to-da la región. Fue miembro de varias ins-tituciones cívicas y culturales, socio delClub Recreativo y miembro de la Respe-table Logia Perseverancia No. 13. Ayudósignificativamente en la construcción deobras de infraestructura en su comuni-dad, tales como la escuela y la carretera.

Francisco Oliverio Espaillat Hernándezy Bienvenida del Rosario Guzmán Cabafueron los padres de una prole de 16 hijos,todos nacidos en Moca. Son estos: AnaPetronila, quien casó con Luis Velazco;Andrea Avelina (f. 2008), quien casó consu primo Santiago Figueroa Espaillat; An-tonio Neftalí, quien casó con Flor Vivas;Bienvenido, quien casó con María Alta-gracia Velazco Columna; Seneida Inés,quien casó con Miguel Rodríguez; Fran-cisco Ramón, quien casó con CristianaGuzmán Vásquez; Rogerio, abogado y se-nador de la República, quien casó con Hil-da María Guzmán Ramírez y luego conFlor Alba Bencosme; Juan Ramón, nacidoel 21 de marzo de 1919, hacendado, quiencasó con María Inoa Fernández, NorkaTorres Rosario y Luz Amelia Pérez; Con-suelo Eufemia, nacida el 20 de mayo de1922, quien casó con Luis María Ramírez;Idalia Dominga, nacida el 4 de agosto de1923 y fallecida 18 de mayo de 2008, quiencasó con Emilio Morales Cruz; Angélicade las Mercedes, nacida el 16 de agosto de1924 y fallecida 12 de mayo de 2008, quiencasó con P. Yermenos Canaán; Aura María,nacida el 26 de enero de 1926, quien casócon Miguel Casimiro Velazco Columna;Argentina Altagracia, nacida el 20 de agos-to de 1928, quien casó con José ManuelComprés; Argelia María, nacida el 10 dediciembre de 1930, quien casó con RafaelVelazco Columna; Noris del Rosario, na-cida el 10 de febrero de 1933, quien casócon Luis Felipe Columna Velazco; y Mi-guel Ángel Espaillat Guzmán, nacido el 10de febrero de 1935, quien casó con su pri-ma Melba Palmira Salcedo Espaillat.

De este ramal descienden el médicooncólogo Nelson Oliverio Figueroa Espai-llat, el abogado y embajador adscrito a laCancillería Roger Alberto Espaillat Ben-cosme, el también abogado Rodolfo Ser-gio Espaillat Bencosme, el médico gas-troenterólogo Rogerio Espaillat Bencos-me, los también galenos Rogerio SantiagoFigueroa Espaillat y Luis Manuel EspaillatVelazco, el abogado y embajador adscritoa la Cancillería Rubén Darío EspaillatInoa, el también abogado Rolando Olive-rio Espaillat Bencosme, el gobernadorprovincial Juan Santiago Oliverio EspaillatTorres, la licenciada en Educación OlgaMargarita Espaillat Bencosme y el médicoendocrinólogo Miguel Casimiro VelazcoEspaillat.

Rico también es el aporte que propor-cionó al país este ramal mocano de la fa-milia Espaillat.

Instituto Dominicano de Genealogía

Querido Niño Jesús:

Faltan pocos días, tres exacta-mente, para celebrar un nuevonacimiento tuyo. En 72 horas,Tú, que fuiste concebido porobra y gracia divina, abrirás otravez tus ojos al mundo, con la es-

peranza de que tu legado haya sido com-prendido, más aún, imitado.

Tal vez ya no recuerdas que cada año,cuando era una niña, te dejaba una cartitajunto al árbol, acompañada por un vaso deagua fría, por si tenías sed cuando entraras ami casa. Mi corazón infantil sólo alcanzaba aescribirte una larga lista de deseos, que seresumían en regalos que esperaba recibir.Me complacías a veces; otras no. Me enojabaporque trabajaba todo el año para hacermemeritoria de tus recompensas. Adolescentecomprendí que mis padres no podían com-placer siempre las peticiones porque éramosmuchos. Entonces te pedí perdón, porque tehacía culpable de mi frustración infantil.

¿Sabes? buscando materiales para escri-birte esta carta, encontré que el papa Be-nedicto XVI, Joseph Ratzinger, también hizouso de su imaginación infantil y en su niñezsupo escribirte muchas cartas: “Querido Ni-ño Jesús, pronto descenderás sobre la tierra.Traerás alegría a los niños. También a mí metraerás alegría. Quisiera el Volks-Schott, unavestimenta verde para la Misa y un Corazónde Jesús. Seré siempre bueno. Saludos, deJoseph Ratzinger”. Esta carta está fechada de1934. ¡Cuánta inocencia! (http://infocatoli-ca.com/blog/buhardi -lla.php/1212180240-querido-nino-je -sus-una-car ta)

En su corazón de niño, el Papa retiradoescribía, como lo hice yo y todos los niños demi generación y de generaciones anteriores,la típica cartita de Navidad, en la que te so-

licitábamos nuestros regalos más ansiados.Pero ¿sabes?, querido Niño Jesús, tengo

miedo de que despiertes, pues te encontra-rás un mundo muy diferente al que soñaste yluchaste. Peor aún, te hemos olvidado. El pe-sebre y su simbolismo de redención y es-peranza no existe en el imaginario colectivode esta humanidad que pisotea constante-mente tu nombre.

Te escribo esta carta y se me retuerce elcorazón al rememorar el esmero que poníapara escribirte y hacerte mi larga lista de pe-ticiones. Ya no soy una niña. Ha pasado mu-cho tiempo desde entonces. Y tanto ha cam-biado el mundo, que casi he olvidado es-cribir a mano. ¡Mis dedos sólo saben trans-cribir mis pensamientos y sentimientoscuando estoy sentada en un teclado de com-p u t a d o ra !

¡Qué diferente es este mundo que aban-donaste tan joven! La tierra donde tu Madrete alumbró es ahora zona de conflictos, deguerra y muerte. Tus hermanos de raza ysangre no se comprenden. Luchan hasta lamuerte por sus ideas, por sus creencias y porun trozo de tierra que dicen les pertenece.Allí nadie profesa tu fe. La de ellos es distinta.No tienen el mismo Dios, y para ellos no eresel Mecías.

Querido Jesús mío. Estás muy solo. Aquíen las tierras que aceptamos el misterio de tuconcepción y nacimiento, que aceptamos laexistencia tuya como hijo de Dios, tambiénte hemos olvidado. Tu padre es a veces re-cordado sólo cuando algunos nos encontra-mos en apuro. Mientras la vida sigue comotorbellino se olvidan, nos olvidamos, de us-tedes. Las celebraciones de tu nacimiento noson más que fiestas; en las cuales tu nombreni siquiera es mencionado.

Así como estás solo, yo también a vecesme siento sola y extraña en este terruño queamo profundamente, pero cuyo derroterome golpea y lastima. Es más, querido niño, elcurso que ha seguido el mundo entero mehace daño, porque poco a poco hemos per-dido no solo la espiritualidad por la que abo-gaste, sino la simple humanidad. ¿Te ima-ginas? ¡Qué dolor tan grande debes sentir!

La vida que defendiste ha perdido el sen-tido. Ahora y siempre se desarrollan guerrasde dominio y control, por el simple placerdel poder y dinero. Como quiso hacer He-rodes, quien sintiéndose amenazado hizo loimposible para impedir que crecieras. Ahoraes lo mismo. El Mesías es una simple idea delpasado. Los bárbaros de hoy no toleran ladisidencia ni a quienes lo enfrentan. Vivimosahora la decadencia romana del Imperio.Sólo la voluntad del Emperador y sus secua-ces tiene validez; el placer y el desenfrenoquieren sustituir los sentimientos. Deseanborrar, a fuerza de dinero, la profundidad delalma.

Querido Niño Jesús, mi petición de hoy essimple: Derrama a esta humanidad un pocode tu bondad, de tu gracia, de tu sabiduría ytu perdón. Vuelve a enseñarnos como lo hi-ciste en tus escasos 33 años de vida, comofuiste capaz de atraer a tu redil a ladrones yprostitutas. Ven, enséñanos a perdonar. Ven,ven, ayúdanos a rescatar la humanidad se-pultada en el corazón de la tierra.

No pido más nada buen niño, Mesías de laesperanza. Mis deseos y aspiraciones per-sonales, que las tengo como humana quesoy, te prometo que procuraré con esfuerzo ytrabajo diligenciarlas. Sólo quiero que estahumanidad abandone su ceguera, su bana-lidad y su sinrazón. Prometo que haré el ma-yor de mis esfuerzos de portarme bien du-rante los próximos 12 meses del año que vie-ne. Mientras, espero que puedas complacerestas simples, pero grandes, peticiones.

s a n gb e n m u k ie n @ g ma i l .co m

@ M u K ie n Ad r ia na

m u - k ie n s a n g @ ho t ma i l .co m

m u - k ie n s a n g @ puc m m .ed u .do

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A RE Í TO 5Sábado 21 de d i ci e m b rede 2 013 H OY

El jefe de las guerrillasfue Manolo Tavárez

José Daniel Ariza tenía don de mandoy siempre ha sido guerrero, pero eljefe de la guerrilla de Manaclas eraManolo Tavárez Justo aunque fueramenos guerrillero que él. Y el coman-dante era Fidelio Despradel porque

era miembro del Comité Central del 14 deJunio y era un político, pero ese título se ganaen la sierra, peleando.

Juan Germán Arias hace estas y otras acla-raciones en reacción a consideraciones de Ari-za en dos reportajes publicados en Areíto.

Este ingeniero y catedrático universitario,conocido también por el apodo de “Chan -c h a n o”, fue un activo revolucionario desdesu juventud cuando combatió la tiranía deTrujillo. Después de torturado en La 40 y es-tar preso en La Victoria le confinaron a la islaBeata donde fue sometido a martirios físicosy psicológicos.

Su accionar tiene coincidencias con el deAriza. Además de pertenecer a la misma or-ganización, vivió el exilio y se entrenó en Cu-ba, conoció a Ernesto Guevara, tuvieron ca-maradas comunes. Ambos acompañaron aTavárez Justo en la montaña. Arias abando-nó el escenario antes que Ariza, con el ob-jetivo, según relata, de cumplir “una misión”.Marcelo Bermúdez, El Guajiro, guía de losinsurrectos, y Despradel, salieron con él.

Era hombre de confianza de Manolo,quien durmió varias veces en su casa de San-tiago, donde le pidió adiestrar nuevos cua-dros. Virgilio Perdomo, cuya valentía desta-ca, Rubén Díaz Moreno, El Guajirito, y otrosestuvieron entre sus reclutados.

“Ahí no estaba José Daniel”. Germán Ariasaclara que cuando ya estaban en la loma seestructuró el comando que integraron Ma-nolo, Fidelio y él, que fue nombrado jefe deoperaciones. “Ahí no estaba José Daniel Ari-z a”, exclama. Añade que “ya Germán Ariashabía hecho vida partidaria”.

Señala específicas páginas del libro pu-blicado por Ariza donde afirma que incurreen inexactitudes respecto a su actuación enManaclas y con expresión sosegada, con-trastante con su temperamento inquieto, ex-presa: “Él dice que no es violento. Quisieradecirle que sí lo es” y refiere una pelea a lospuños que tuvo en Jamaica con Rafael Fortdel Valle que Ariza presenció inmutable peroluego en La Habana le dijo: “Si le hubiesescogido miedo yo era el que te iba a entrar”.Igualmente, aludió a los “b a t a zo s” que Arizapropinó a los paleros de “Ba l á ” en los días dela destrujillización.

Conocedor del valor de Chanchano, Ariza

le confesó en Cuba que si algún día se for-maba una guerrilla quería estar junto a él,“codo con codo”.

“Por eso, cuando en Manaclas se formó elfamoso comando, José Daniel se ganó unaposición porque tomaba decisiones”. Signi-fica que él también estaba entrenado mili-tarmente y era miembro del recién formadogobierno de la montaña “¿y por eso voy adecir que yo era el jefe? ¡No!”, responde.

Y explica: “El jefe de operaciones es el ver-dadero comandante y jefe en el momento detomar determinaciones” y reitera que Fideliono era comandante, “eso era un título” p o rq u eese rango “se gana en la acción diaria”.

“Los jefes de esa guerrilla éramos José Da-niel y yo, pero no nos da la condición de decirque éramos jefes de Manolo”.

Confiesa que no pensó en fracasar antesde internarse en la cordillera Central porqueGuillermo Pérez tenía una finca en Los Mon-tones, “que era el posible santuario de la gue-rr illa”.

“José Daniel nunca estuvo de acuerdo conesa misión”, manifiesta. Ariza asegura queese recorrido no era posible en el tiempo quelos “c o m i s i o n a d o s” calcularon y Arias repli-ca: “Sin embargo, cuando él salió de Mana-clas hizo el trayecto en dos días y la distanciafue mucho más larga”.

Defiende su salida. “Yo era jefe de la infraes-tructura en esa zona, era el encargado de ir aesa finca”. Se molesta al cuestionarle si noabandonaron a Manolo cuatro de sus hom-bres en mejores condiciones y responde que“esa misión se discutió con Manolo” y Ariza lepreguntó: “¿Tú aprobaste eso?” y al líder res-ponderle afirmativamente, “se sentó en el sue-lo y le comentó: ‘Los verás en el cielo’ ”.

“Todos los frentes estaban eliminados, enManaclas solo habíamos siete capaces deentrar en combate: José Daniel, Fidelio, Mar-celo, Polón Méndez, Joseíto Crespo, RafaelReyes y yo, y había que tomar decisiones, ylas tomaron Fidelio y Manolo: teníamos queir a esa finca, sabía que me esperaba Bololo,el encargado. El Guajiro tenía que ir, porqueera el guía; Marcelo porque era muy cono-cido en el lugar y Manolo le dijo: ‘Ma rc e l o,quiero que vayas porque hay que salvar estaguerr illa’ ”.

Y Fidelio porque “decía que desde LosMontones se podía comunicar con la capi-t a l”. Se le preguntó si alguien en Santo Do-mingo esperaba esa llamada y respondió:“Yo no sé”.

“Nosotros éramos la esperanza de queesos guerrilleros se salvaran, íbamos a bus-

car medicina y comida y para sacar a los en-fer mos”, afirma.

Negó que en algún momento Ariza le plan-teara sacar a Manolo. José Daniel declaró quecon el conocimiento militar que ambos teníanlograrían salvarlo. “No, se lo llevaría él y otroporque yo había propuesto que nos quedá-ramos Rafael Reyes, Marcelo, Joseíto Crespo, ElGuajiro y yo, una guerrilla de seis hombres,porque teníamos condiciones”.

Un dolor de Germán Arias es no haberobedecido a El Guajiro cuando en su agoníapor los disparos que le hizo el alcalde le pi-dió: “¡Mátalos a todos!”, incluidos los cam-pesinos. Solo eliminaron al alcalde. Chan-chano disparó al techo y dijo que esos tiroseran para ellos si los seguían, mientras “Fi -delio y Marcelo se llevaron al muerto”. Lossobrevivientes de ese incidente denuncia-ron la ubicación de los revolucionarios.

Germán Arias nació el 27 de mayo de 1933en Santiago. Estudió en la escuela Paraguay,inició bachillerato en La Normal pero lo in-terrumpió para jugar con las Águilas. Al con-cluir, ingresó a la Universidad a estudiar in-geniería que también dejó trunca porque ca-yó preso. Entre sus compañeros catorcistasestaban Manolito y Vitico González, herma-nos de su entonces novia Rosa Barbour, conquien está casado desde hace 49 años. Tam-bién Adolfo Franco, Andrés Lora, AsdrúbalDomínguez y José Israel Cuello. Concluyó lacarrera después del ajusticiamiento.

Camaradas de luchas fueron tambiénLuis Gómez, junto al que fue monaguillo enla iglesia La Altagracia; Polo y Marcos Ro-dríguez, Josué Erickson, José Antonio Cons-tanzo, Luis Genao, entre otros.

Su adiestramiento militar en Cuba lo re-cibió de los “C h e í s t a s” que estuvieron conErnesto Guevara en Sierra Maestra. “E rafuer te”, dice. Son inolvidables para él las en-señanzas y consejos del Che, que recita co-mo un catecismo.

Alude a una película japonesa, “Rasho -m o n”, que narra el crimen de un samurai através de cuatro versiones diferentes. “Cuan -do la gente está ofuscada cree que la suya essu verdad”, comenta, y agrega: “Creo que Jo-sé Daniel ha pasado por muchos momentosen su vida, quizá por la isquemia está con-tando todo eso como lo está sintiendo peroni él ni yo éramos jefes de esa guerrilla, po-díamos ser jefes militares, pero no jefes deMa n o l o”.

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Juan Germán Arias: “Nosotros éramos la esperanza de que esos guerrilleros se salvaran, íbamos a buscar medicina y comida y para sacar a los enfermos”.

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6 Sábado 21 de d i ci e m b rede 2 013H OY A RE Í TO

TRUENO ROBADOlibro de jaikus de Alexis Gómez Rosas

Haiku, el poema más breve yposiblemente el más joven.Un producto de la cultura ja-ponesa, data, apenas, del si-glo XVII, cuando el genio deMatsuo Basho (maestro itine-

rante con cientos y cientos de discípulos) fueindividualizando la estrofa inicial del haikaino renga o poema encadenado que por eseentonces era entretención y literatura, ac-tividad social y artística de poetas cortesa-nos, poetas peregrinos y miembros de unaclase burguesa en expansión.

Durante el siglo XVIII el cultivo del haikuse mantuvo en principio gracias a los segui-dores de Basho, entre los que sobresale Ta-karai Kikaku (1661-1707), pero más tardesurgen figuras como Chiyo-ni (1703-1775) yYosa Buson (1716-1784), hoy reputado comouno de los 4 grandes jaiyines, junto a Ko-bayasi Issa (1763-1827) y Masaoka Shiki,quien acuñó el nombre haiku.

En 1868 comienza en Japón la Era Meiji(Gobierno de la luz, 1868-1912), período enque ese país abandona su política de ais-lamiento y se abre, sobre todo a la culturaoccidental, incorporando usos políticos yconocimientos técnicos, al tiempo que retiramuchos privilegios a la clase samurai y seproduce una gran modernización que hacede Japón la primera nación industrializadade Asia.

A finales de ese siglo XIX y principios delsiglo XX, Occidente comienza a poner suatención en el arte japonés y a cultivar elpoema sintético llamado haikai o haiku.

En 1880 el profesor Basil Hall Chamber-lain, radicado en Tokyo desde 1873, produceun tomo de poesía clásica japonesa tradu-cida al inglés (La Poesía Clásica de los Ja-poneses). En 1905 aparece en Francia, con elliderazgo de Paul Louis Couchoud “Au fil de le a u”, la primera publicación de jaikus escri-tos en ese país. En la segunda década delsiglo, los Imaginistas, una agrupación depoetas estadounidenses e ingleses, con EzraPound a la cabeza, consideran el tanka y elhaiku como fuentes de inspiración para pro-ducir una renovación poética. En el ámbitode nuestra lengua, el gran pionero es JoséJuan Tablada (1871-1945), mexicano, perio-dista, poeta y diplomático, quien por el año1900 estuvo en Japón y que luego producesus libros Un día… (Caracas, 1919) y el Jarrode flores (Nueva York, 1922) donde muestrasus “h a i k a i s” como entonces se les llama-ban.

Ya para finales del siglo XX el cultivo delhaiku alcanza una amplia difusión en casitodo Occidente. Estados Unidos, Canadá,Inglaterra, van a la cabeza de esta actividad,donde los poetas se agrupan en asociacionesy producen concursos, periódicos y revistasimpresas y digitales. Pero también el haikues cultivado en Argentina, México, Brasil, Es-paña, Bélgica, Los Países Balcánicos…

En esos finales del siglo XX, nuestro poetaAlexis Gómez Rosas publica su libro Hy Qua-lity, Ltd, Luna cabeza caliente, Santo Domin-go, 1985. También el uruguayo Mario Bene-detti (1920-2009) en el año 1999 publica suRincón de Haikus, Visor, Madrid. De una re-flexión introductoria que el propio Benedettihace, cito lo siguiente:

En mi caso particular, es obvio que no mehe puesto a imitar a poetas japoneses, ni si-quiera a incorporar sus imágenes y temaspreferidos. Apenas he tenido la osadía de in-troducirme en esa pauta lírica, pero no ape-lando a tópicos japoneses sino a mis propiosvaivenes, inquietudes, paisajes y sentimien-tos, que después de todo no difieren dema-siado de mis restantes obras de poesía.

Quien esto escribió ya era un poeta y na-rrador consumado, pero evidentementeapenas daba unos primeros pasos en elmundo del haiku y no comprendía que estedifiere bastante de la poesía occidental. Nobasta adoptar el formato de las tres líneas de5, 7 y 5 sílabas para que el producto sea unhaiku. Si enumeramos, resumidamente, loscomponentes fundamentales del pequeñopoema que nos ocupa, tenemos: extensión(tres unidades de 5, 7 y 5 sílabas, que en es-pañol, normalmente conforman de 8 a 10palabras); un tema (la naturaleza, los cam-bios producidos por las diferentes estacio-nes en la energía planetaria); un tiempo (elpresente), imágenes contrapuestas que ha-cen del haiku una expresión incompleta; ki-

go o palabra que indica la estación del año;invisibilidad del autor, finalmente, un resul-tado (“un choque de leve sorpresa”, segúnManzano y Takagi, “una emoción estacio-n a l”; en opinión de Inahata Teiko, satisfac-ción, belleza, sonrisa).

Si tomamos uno de los jaikus paradigmá-ticos de José Juan Tablada, el titulado Saúz:

Tierno saúz,casi oro, casi ambar,casi luz.

Notamos que tiene título y rima (amboselementos inusuales en el haiku). Tiene unaextensión adecuada, 15 sílabas, su tema esun elemento de la naturaleza, no tiene imá-genes contrapuestas, el autor no es prota-gonista, el resultado es satisfactorio. Con lasensación de un color que se degrada (oro,ámbar, luz) hasta ser la luz misma o casi laluz. logra que el lector viva la ternura o ad-miración por el árbol que invocó en su pri-mer verso.

La reflexión viene a cuento porque el es-critor occidental al momento de tratar de es-cribir haiku se coloca en el espacio entre dosculturas, entre dos formas diferenciadas dever el mundo, bajo el torrente de dos tra-diciones que estuvieron alejadas por siglos, ytiene que cambiar cosas, tanto en su manerade enfocar el fenómeno poético a nivel con-ceptual, como en lo más elemental, la formade escribir.

Por ejemplo el kigo o palabra que indica laestación casi no es usado en el ámbito de lalengua española pues sencillamente no exis-te la convención que une un fenómeno na-tural o un acontecimiento humano al tiem-po preciso en que ocurre. Todavía nuestracultura no reconoce que si digo huracán, yadije verano, si digo moriviví es el otoño, sihablo del flamboyán florido, estoy mencio-nando al mes de junio, un tiempo fronteraentre la primavera y el verano, si digo brisafresca, convoco la antesala del invierno y lasfiestas navideñas.

Ya Alexis Gómez en su introducción a HyQuality Ltd, expresó lo siguiente:

“… estas breves palabras dan fe de unaliteratura con la cual toco las puertas del cos-mos oriental. En ella pude reencontrarme ycomprender una noción del hombre, vista ycondensada por el oráculo de voces enig-máticas y lejanas”.

Así llegamos a Trueno Robado, el libro que noso c u pa .

Antes debo decir que Alexis Gómez Rosases el autor de un Festín de la palabra (obras ysobras completas), un libro que por su di-mensión física bien puede ser un banco delimpiabotas, producto de años ininterrum-pidos consagrado al mester de la poesía, quele han ganado merecidamente un sitial derelevancia en la Literatura Dominicana. Ale-xis en su obra se muestra un poeta dicha-rachero, gozón, camaleónico, desmesurado,polifónico. Entonces me cuesta trabajo pen-sar cómo se ha sometido por segunda vez ala disciplina del haiku. Cómo ha desechadola extensión dilatada de su memoria, los

ecos lejanos de poetas admirados, los recur-sos literarios y lingüísticos que ha manejadopor tiempo, para someterse a la desnudez, ala concisión, a la economía de recursos y a latiranía de la métrica en una composiciónpoética que, como un rayo, no bien ha co-menzado cuando ya ha terminado. Pero loha hecho. Con esa tensión que señalábamosanteriormente, entre una poesía que sueleser pensada y otra que pretende no tenermente, una poesía en que la forma de decires belleza y otra donde es solo instrumento,una poesía que todo lo dice, y otra que dice am e d i a s.

Trueno Robado nos presenta 84 jaikus,también con una versión al japonés de Ma-yumi Hidaka, donde la mirada del poeta sedesplaza por escenas y paisajes campestres,marítimos, citadinos, hogareños. Atestiguael aquí y ahora cotidiano. Las pequeñas ma-ravillas del instante. Los protagonistas sonun farol, una rata, una bicicleta, un caracol,la noche, el oleaje, la niebla, una palmera, unflamboyán, una cesta de frutas, en fin, unavariedad de objetos y seres que acuden conigual dignidad a animar el haiku.

Trueno Robado es un libro hermoso. Conabundantes fotografías, viñetas, donde pa-sar los silencios que la lectura del haiku obli-ga, porque lo denso del corto poema no per-mite que se lea en sucesión, bajo pena de nocaptar una parte de su sentido.

Al abordar su lectura, sabrán ustedes queel haiku es materialista, muy apegado a losobjetos, fiel a lo que está sucediendo ahora. Yes sensorial, se vale de todos los sentidos:

34El olor del panse anida en el cuerpoque lo anuncia.

Sabrán que el hacedor de jaikus es suma-mente observador, todo, en lo grande y en lopequeño, es para él importante, todo motivasu atención:

33Boronas de panreúno, sobre el tablón,senda de hormigas.

56Duerme la ciudad.Un farol lo anunciamientras sucumbe.

Sabrán que el haiku, desde sus inicios, tie-ne un componente de comicidad que mu-chos jaiyines actuales olvidan, pero que aAlexis Gómez le sale muy bien, pues estacualidad es parte de su accionar cotidiano:

75Ciruelo en floren mi casa: un cuadroque manda madre.

Sabrán que con diez palabras también esposible pintar un bodegón:

45Olor a membrillo.En la cesta dormidaestalla el sol.

Y he de terminar este breve muestrario delTrueno Robado, con un jaiku que de seguroaparecerá en las antologías en los próximosaños y que ya ocupa un lugar especial en losnichos de mi admiración:

51Rancho Bermejo.¡Azabache!, fiel perroguarda la noche.

No voy a cometer la torpeza de explicarlo.Si voy a repetirlo:

51Rancho Bermejo.¡Azabache!, fiel perroguarda la noche.

Así que ya saben, que si se robaron el true-no no fue en la noche.

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A RE Í TO 7Sábado 21 de d i ci e m b rede 2 013 H OY

La primera huelga denuestros peloterosHECHO INSÓLITO NO REGISTRADO POR LA CRÓNICA DEPORTIVA NACIONAL.

Discurría el año 1971-1972. Eltorneo de béisbol invernal,organizado por la Liga Domi-nicana de Béisbol Profesional(Lidom), presidida por el li-cenciado Manfredo Moore,

buen deportista, de bajo perfil. Su secretarioel licenciado Arístides Álvarez Sánchez, afa-ble, disciplinado, acostumbrado a mandar.Presidente del Tribunal Superior de Tierras,en el umbral de su despacho exhibía un le-trero que decía: “Favor de quitarse el som-brero. Pase usted.” Me trataba de “Lu i s i t o”cuando me detenía en el viejo Centro Sirio –Libanés-Palestino enfrascado en una partidade dominó con mi padre, siendo buenos yviejos amigos; pero en el Tribunal, borrada susonrisa, con gesto adusto saludaba: “doctorScheker, en qué puedo servirle”. Así era donArístides, respetuoso, pero impenetrable.

Para entonces, cuatro equipos tradiciona-les participaban en el torneo: los Azules, Ti-gres de Licey; los Rojos, Leones del Escogido;los Amarillos, Águilas Cibaeñas y los Verdes,Paquidermos Estrellas Orientales, los pro-movía Max Reynoso en su escuchado pro-grama “Amalgama Deportiva de la Pelota(Me Lo Dijo Adela). Cada equipo tenía unabultado roster de diez y hasta 12 peloterosimportados, como “refuer zos”, sin incluirmánager y coachs, y hubo ocasión en que sepresentaron hasta 8 jugadores importadosen el terreno. Solo los súper estrellas criollos,los hermanos Felipe, Jesús y Mateo RojasAlou, Federico Velázquez, Pedro González,Guayubín Olivo, Manuel Mota, Cesarín Ge-rónimo, Chilote Llenas, Tony Peña, Julián Ja-vier, Ricardo Carty, Silvano Quezada, y otrospocos tenían asegurado su puesto en la ali-neación.

Existía la cláusula de reserva y era permitidoque un importado suplantara algún jugadorcriollo “lesionado o indispuesto”. Las condi-ciones del criollo distaban mucho de las dis-frutadas por los importados, no importandosu categoría, no solo en cuanto al salario, tam-bién las dietas de transporte y hospedaje. Cier-tamente, había una manifiesta discriminacióninjustificada.

La Federación Nacional de Peloteros, co-mandada por el mariscal Enrique Lantigua,agrupaba a la mayoría de los peloteros crio-llos, pero no era reconocida por la Lidom.Alentada por el triunfo de República Domi-nicana en el mundial amateur celebrado enManagua, Nicaragua, 1948, poco tiempodespués de la tragedia de Río Verde, organizóen 1950 un torneo local entre Rojos y Azules,patrocinado por la Cervecería Dominicana yel ron Barceló, que revivió el entusiasmo dela afición beisbolera dormida desde 1937.Terminado el exitoso torneo, la Lidom tomócarta de corso y adquirió la franquicia de loscuatro equipos tradicionales, integrándoseaños después al béisbol organizado de losEstados Unidos.

Desde entonces la Federación, margina-da, había tratado infructuosamente de llegara algún acuerdo con la Lidom que mejoraralas condiciones del pelotero nativo y le dieramayor oportunidad de juego en su país, has-ta que convencido de que sus esfuerzos eraninútiles decidió pedir su colaboración comoasesores a los doctores Luis Scheker Ortiz yJosé Rodríguez Conde, abogados y deportis-tas quienes elaboraron un plan de acción es-tratégico que inmediatamente contó con elentusiasta apoyo de sus directivos (EnriqueLantigua, Rafael Valdez, Horacio Martínez,Pepe Lucas, Felipe Rojas Alou) y los pelo-teros, que militantemente siguieron a sus lí-deres naturales, participando en una elabo-rada propuesta de 14 puntos a ser sometidaa la Lidom para llegar a un acuerdo que re-conociera oficialmente a la Federación dePeloteros y brindara un mejor trato y opor-tunidad de desarrollarse al material criollo,reduciendo gradual y sistemáticamente lacontratación de importados.

La soberbia de la Lidom y de los dueñosde equipos, negados al diálogo y a participaren una mesa de negociaciones de los plan-teamientos de la Federación, obligó a esta auna primera demostración táctica de forta-leza con un paro simbólico que sirvió paracalibrar el nivel de compromiso y el ánimo

de los Grandes Ligas y sus compañeros deequipo, que como una sola pieza, por brevesinstantes, no salieron al terreno cuando elárbitro principal cantó “¡play ball!”, creandouna situación inusual que pareció no preo-cupar a los jefes de la Lidom.

Terminada la serie regular, cuando se dis-ponía iniciarse la serie final del campeonato,hubo una última llamada desoída, al extre-mo de que Ramón Imbert, Moncho, presi-dente de los Leones del Escogido, acompa-ñado de su auxiliar, Tony Leyba, avisados deque los abogados Scheker y Rodríguez Con-de se encontraban en el dogout reunidoscon los jugadores, trataron de prohibir esareunión y sacarnos de allí en un acto de pre-potencia, encontrando una monolítica re-sistencia de los jugadores, que defendieronsu derecho, dándonos pleno respaldo, lo queles costaría a Jesús Rojas Alou y a FedericoVelázquez, tildados como cabecillas, sercambiados de equipo al siguiente año.

Llegado el momento crucial, se produjo elparo. Escuchado el Himno, Ricardo Cartydesde las graderías saltó al terreno y se unióal Equipo Oriental. Otro tanto ocurrió enSantiago y en la Capital. Hubo amenazas ve-ladas y abiertas y hasta una cita con el doctorBalaguer, presidente de la República, que lesadvirtió a los directivos de la Lidom que el

gobierno no iba a intervenir en un asunto decarácter gremial y les recordó que su Gobier-no había dado muchas facilidades y ayudapara que el pueblo dominicano disfrutara dela pelota. Quizás olvidaron que el mariscalestaba casado con una hermana del presi-dente. Esto disuadió a los hombres de la Li-dom, luego de anunciar la terminación deltorneo, a sentarse con los federados y susasesores y llegar a un feliz acuerdo sobre lapropuesta de los 14 puntos.

Fue esa una verdadera conquista gremial,valiosa, nada fácil, que trascendió fronterascaribeñas y abrió una página gloriosa en lahistoria del béisbol profesional dominicanoal ensanchar el valor de la protesta organi-zada y el potencial de nuestra nación comoinagotable cantera de formidables jugado-res, orgullosos de ser dominicanos.

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8 Sábado 21 de d i ci e m b rede 2 013H OY A RE Í TO

Notas para un canon dela poesía dominicana

Al doblar la esquina de la décadadel setenta, en el trienio1977-1980, comenzamos a ob-servar una ruptura con la poe-sía social, con el poema comoarma cargada de futuro. En-

tonces se apeló al poema comprometido conlas palabras, y la poesía volvió a complicar losocial desde un neorromanticismo que, enLeón David [“Compañera: Sonetos de amorpara Ulla” (1980)], García Bidó, Denis MotaÁlvarez [“Eloise, tentativa de un canto infi-n i t o” (1977)] y René Rodríguez Soriano[“Canciones rosa para una niña gris metal”(1983)] y Tomás Castro [“Amor a quemarropa(1984)], tuvieron que inaugurar la década delos ochenta con otra estética y un despla-zamiento de lo social y una nueva manera dever y poetizar el amor. El experimentalismoque desató la conferencia dictada por Ma-nuel Rueda como apostilla a “Con el tamborde las islas” [Andrés L. Mateo, “Ma n i f i e s t o sliterar ios”, 1997] y las nuevas teorías poéticasque difundió en esa época Diógenes Céspe-des [“Escritos críticos” (1976)], con Tel Quel,el estructuralismo y la semiótica, hicieronque esta poesía también tuviera su intentoexperimental, neovanguardista. En el caso deRodríguez Soriano, este buscó un nuevo len-guaje de la urbanidad, y, en el caso de LeónDavid, formas clásicas, como un viaje a lasraíces de la poesía.

El poeta de los setenta que mejor hace elcambio hacia la poesía esteticista y neorro-mántica del interregno 1977-1984 es TonyRaful [“Abril, nacen alas delante de tus ojos”,1980 y “Visiones del escriba”,1983] con suslibros de poemas, en donde lo amatorio seune a una búsqueda épica. Raful no aban-donó la epicidad, sino que lo llevará a unaexploración entre el poema total y nuevosmitos. Este canto nuevo, me parece que hayque valorarlo aparte. Tony Raful en este as-pecto es un poeta solitario y un lector de tra-dición del gran poema de los del cuarenta, ala vez que sostiene un discurso surrealistacomo émulo de Breton y Eluard. Empalmatambién con otra figura solitaria como es Pe-dro Vergés [“Durante los inviernos”, 1977].

Cabe significar por otra parte, que la poe-sía dominicana que había tenido ciudad le-trada en Santo Domingo (en la época fun-dacional) y en San Pedro de Macorís (con elmodernismo), que volvió a ocupar los es-pacios capitalinos en El Postumismo y laSorprendida, y los del Cuarenta y Ocho, tuvociudades letradas diversas ya en la década delos ochenta con la participación de las pro-vincias en el dominio focal de la poesía. Digoesto porque muchos escritores de provinciaactuaron como poetas de la gran ciudad, pe-ro hubo una acción poética significativa enla mayoría de las regiones en la década de losochenta: baste por ahora hablar de la ciudad

de Santiago (con Apolinar Núñez [“Po e m a sdecididamente fuñones” (1972)], Rafael Gar-cía Bidó, en San Pedro de Macorís [“Re v i v i run gesto tuyo” (1982)], Cayo Claudio Espinal[“Banquetes de aflicción” (1979)], en SanFrancisco de Macorís, Pedro José Gris “Lasvo c e s” (1982), en Santiago, Diómedes NúñezPolanco, Denis Mota Álvarez, Ángela Her-nández y otros tantos, que sería ahora in-necesario enumerar.

Llegado a esta parte, cabe preguntarse porun canon de la poesía dominicana. No seríanada nuevo, pues el canon poético nuestrose ha venido reformulando. Tomemos cienaños de poesía dominicana como ejemplo.El punto de partida es “La lira de Quisqueya”de José de Castellanos (1876), el canon fuerevisitado cuando la academia pidió una lis-ta de obras y autores en la década de 1880 yluego autores como César Nicolás Penson(1855-1901), Osvaldo Bazil (El parnaso do-minicano, 1915) lo volvieron a visitar. La an-tología de la poesía dominicana más canó-nica fue realizada por Manuel Arturo PeñaBatlle y los editores que se le asociaron parala Colección Trujillo (1944); se publicó conmotivo del Centenario de la Independenciay como obra que buscaba darle un perfil cul-tural a la dictadura. Creo que ese canon hasido muchas veces repetido por los antolo-gadores, sin que su reformulación parta deuna lectura contrastiva y detenida de la pro-ducción poética.

El prólogo que escribe Fernández Spen-cer como introducción a su Nueva poesíadominicana, publicado en España en 1953plantea otra mirada, desde la distancia ydesde un marco más académico, con el queiniciamos una ruta de contrastes distinta, siagrupamos en un solo bloque la situaciónque realizó el historicismo literario de Pedroy Max Henríquez Ureña, así como la obra deBalaguer. Estudio distinto fue el de CarlosFederico Pérez, ubicado en Argentina, [“Evo -lución poética dominicana”, (1956)]. Esta va-loración de la poesía dominicana es muysingular por su estudio detenido y los per-files críticos que establece. Es notable el es-tudio de la poesía del siglo XIX. Joaquín Ba-laguer, en “Historia de la literatura domini-c a n a” (1945) también revisita el canon de Pe-ña Batlle y caracteriza a muchos escritores,como Fiallo, Salomé... incluye a otros quequedan marginados por otras seleccionescomo la de Manuel Rueda junto a Lupo Her-nández Rueda, redefinieron los movimien-tos de vanguardia y da una periodización dela poesía dominicana que se ha venido re-pitiendo, “Antología panorámica de la poe-sía dominicana contemporánea”(1972) esfundamental para ver cómo ha sido pensadala poesía y canonizado ciertos autores.

Los estudios sobre poesía dominicanatienen en los setenta obras notables como

“Lo popular y lo culto en la poesía domi-n i c a n a”, de Bruno Rosario Candelier. José Al-cántara Almánzar realizó el estudio más de-tenido y abarcador que tiene el mérito desituar la poesía, los autores y de realizar unalectura textual en la que es fundamental larelación de la poesía con lo social (“Estudiosde poesía dominicana”, 1979); más tarde ellibro más importante de estudios de la poe-sía es “Lenguaje y poesía en Santo Domingoen el siglo XX”(1985), de Diógenes Céspedes.Esta obra será significativa también porqueplantea otra manera de ver la poesía dentrode la relación historia, sociedad, sujeto y len-guaje. Hace reveladores aportes al conoci-miento del vanguardismo dominicano, elestudio de Céspedes está más inclinado ald i s c u r s o.

Los estudios poéticos plantean una reva-luación y una confirmación del canon, deahí que sean como nuevos aires para los au-tores y sus obras. Lo mismo ocurre con lasantologías, pero al contrario de los primeros,los florilegios son en nuestra cultura una re-petición del canon con inclusiones y exclu-siones que muchas veces no son justifica-d a s.

Otros estudios poéticos más generalesrealizados por dominicanos son, entre otros,“Estudios métricos” de Pedro HenríquezUreña, “La versificación irregular en la poe-sía castellana” (1920), “Apuntes para unaHistoria Prosódica de la Métrica Castellana”(1954), de Joaquín Balaguer, y El retorno delos galeones y Breve historia del modernis-mo de Max Henríquez Ureña. También el es-tudio de Sócrates Nolasco sobre poesíapuertorriqueña y el de Juan Isidro JimenesGrullón sobre poesía cubana (Seis poetascubanos); por otra parte, otras obras sobre lapoesía se concentran en un autor como es ellibro de Manuel Ugarte, “Cabral un poeta deAmér ica” (1955), publicado en Argentina;también “La poesía de Gatón Arce” de Maríadel Carmen Prosdocimi de Rivera(1983)...Pero, en fin, ¿cuál es el canon de lapoesía dominicana? Esta pregunta la res-ponderé más adelante.

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Tomás Castro René Rodríguez Soriano Pedro José Gris Cayo Claudio Espinal Ángela Hernández