1 “DESPERTANDO SENSIBILIDADES POR LA VIDA” PROPUESTA DE GESTIÓN AMBIENTAL EN EL CONTEXTO DE LA SUSTENTABILIDAD PARA EL SISTEMA DE ESPACIO PÚBLICO NATURAL URBANO EN LA CONURBACIÓN PEREIRA-DOSQUEBRADAS DIANA MARCELA SÁNCHEZ TORRES Administradora Ambiental UTP MAESTRÍA EN GESTIÓN DEL DESARROLLO REGIONAL FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y ADMINISTRATIVAS UNIVERSIDAD CATÓLICA DE PEREIRA 2013
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“DESPERTANDO SENSIBILIDADES POR LA VIDA”...metodología los tipos de investigación se definen por el objetivo, más que por el área de conocimiento en la cual se realiza el estudio
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“DESPERTANDO SENSIBILIDADES POR LA VIDA”
PROPUESTA DE GESTIÓN AMBIENTAL EN EL CONTEXTO DE LA
SUSTENTABILIDAD PARA EL SISTEMA DE ESPACIO PÚBLICO NATURAL
URBANO EN LA CONURBACIÓN PEREIRA-DOSQUEBRADAS
DIANA MARCELA SÁNCHEZ TORRES
Administradora Ambiental UTP
MAESTRÍA EN GESTIÓN DEL DESARROLLO REGIONAL
FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y ADMINISTRATIVAS
UNIVERSIDAD CATÓLICA DE PEREIRA
2013
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“DESPERTANDO SENSIBILIDADES POR LA VIDA”
PROPUESTA DE GESTIÓN AMBIENTAL EN EL CONTEXTO DE LA
SUSTENTABILIDAD PARA EL SISTEMA DE ESPACIO PÚBLICO NATURAL
URBANO EN LA CONURBACIÓN PEREIRA-DOSQUEBRADAS
Trabajo de investigación como requisito para optar al título de Magister en Gestión del
Desarrollo Regional
DIANA MARCELA SÁNCHEZ TORRES
Administradora Ambiental UTP
Director:
MARCO AGUILERA PRADO
Magister en Planificación y Administración del Desarrollo Regional
La gestión ambiental ha sido un proceso de construcción conceptual con diferentes
abordajes y posiciones por parte de diversos grupos: expertos científicos, organizaciones
multilaterales, gobiernos de países desarrollados, del “tercer mundo” y de variadas
organizaciones sociales. De esas posiciones pueden distinguirse tres corrientes principales:
la conservacionista, el ambientalismo moderado y el humanismo crítico (Pierri, 2005).
La primera corriente tiene raíces en el conservacionismo naturalista del siglo XIX, en
los planteamientos ecocentristas de Leopold (1949), y en la Ecología Profunda con
exponentes como Arne Naess y George Sessions principalmente. La segunda es
antropocéntrica y desarrollista1, pero acepta ciertos límites que impone la naturaleza a la
economía; se expresa en la llamada economía ambiental y políticamente en la propuesta del
desarrollo sustentable2 o sostenible con crecimiento económico y márgenes de
conservación. La tercera presenta raíces en las ideas y movimientos anarquistas y
socialistas, se pone del lado de los países y sectores pobres y subordinados (Pierri, 2005).
1 La gestión ambiental inmersa en esta corriente se plantea como instrumento para satisfacer las necesidades
de las actuales y futuras generaciones por cuanto es antropocéntrica; y para sostener el modelo de desarrollo
actual fundamentado en el crecimiento económico, por cuanto es desarrollista. 2 El objeto de estudio de la presente investigación no corresponde a alguno de los dos términos conocidos
como desarrollo sustentable y desarrollo sostenible por lo que se emplean como sinónimos de acuerdo al
término de preferencia para cada autor mencionado en el documento. En lo que sí se hace énfasis es en la
Sustentabilidad como enfoque holístico y profundo para el abordaje de lo ambiental.
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Por otra parte, existen algunos autores que han planteado ideas alternativas en torno al
ambientalismo y que son difícilmente enmarcables en las corrientes anteriores, ellos son el
mexicano Enrique Leff con su propuesta de Sustentabilidad; Augusto Ángel Maya y Julio
Carrizosa Umaña del Instituto de Estudios Ambientales de la Universidad Nacional de
Colombia; y Ana Patricia Noguera de Echeverry, líder del Grupo de Trabajo Académico en
Pensamiento Ambiental de la Universidad Nacional de Manizales.
La presente tesina parte de la conceptualización de la gestión ambiental en general, y
de manera específica, aplicada al contexto del espacio público de la conurbación Pereira-
Dosquebradas. Dicha gestión mantiene la línea conceptual y de acción que presenta el
ambientalismo moderado en los ámbitos político y económico, pero que se contrasta con
los planteamientos de los autores recién mencionados, cuyas ideas alternativas son el
referente conceptual de la presente propuesta.
El espacio público ha sido concebido tradicionalmente como sinónimo de expresión y
apropiación social por excelencia, además de albergar el cotidiano transcurrir de la vida
colectiva, dar identidad al territorio y representar las áreas que conservan la memoria de sus
habitantes en sus espacios naturales, culturales y patrimoniales. Dentro de los mayores
conflictos asociados al mismo, se encuentra el crecimiento acelerado y desordenado del
hábitat en la periferia urbana, sin adecuación a las estrategias de desarrollo urbano locales
(Perahia, 2007).
En la conurbación Pereira-Dosquebradas existen problemas asociados al espacio
público natural como: la fragmentación del ambiente en la planificación del territorio, poca
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eficiencia interinstitucional, escasa voluntad política, proyectos en las áreas realizados
principalmente desde el crecimiento económico y la perspectiva financiera, insuficiente
valoración del patrimonio natural y cultural, deficiente control y gestión de dichos espacios
(Sánchez y Villegas, 2008).
En este contexto, la presente investigación tiene como objetivo general “construir una
propuesta de gestión ambiental en perspectiva sustentable para el sistema de espacio
público natural urbano de la conurbación Pereira-Dosquebradas”, para lo cual se tienen tres
objetivos específicos: i) explorar las raíces teóricas y elementos articuladores de la gestión
ambiental en el contexto de la Sustentabilidad; ii) reinterpretar el caso de estudio “sistema
de espacio público natural urbano de la conurbación Pereira-Dosquebradas” a partir del
enfoque de gestión ambiental en perspectiva sustentable y iii) diseñar la propuesta de
gestión ambiental en perspectiva sustentable para el sistema de espacio público natural
urbano de la conurbación Pereira-Dosquebradas.
Con ello, se realiza un aporte al desarrollo regional mediante una propuesta de gestión
ambiental alternativa, que contribuya a la reivindicación de los elementos naturales y
culturales que hacen parte del espacio público, mediante el empoderamiento ciudadano y la
transformación cultural que despierte sensibilidades por la vida.
El presente documento está estructurado en un proceso metodológico que da cuenta de
los estadios para la construcción de la propuesta, tres capítulos que esbozan el contenido
conceptual y los desarrollos teóricos del estudio; finalmente conclusiones y
recomendaciones que consolidan el proyecto investigativo.
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1. PROCESO METODOLÓGICO
1.1 METODOLOGÍA DE INVESTIGACIÓN
La presente investigación se desarrolló mediante la metodología de la investigación holística,
en la cual se establecen estadios que dan cuenta del ciclo investigativo que se debe llevar a cabo
para cumplir con el o los propósitos del proyecto. De acuerdo con el alcance de la investigación,
se cumplen procesos de exploración, descripción, análisis, comparaciones, explicaciones,
predicciones, proyecciones, intervenciones, confirmaciones y evaluaciones. Igualmente, en esta
metodología los tipos de investigación se definen por el objetivo, más que por el área de
conocimiento en la cual se realiza el estudio y se hace énfasis en que cada investigación tiene
características y procesos propios (Hurtado, 2000).
1.2 UNIDAD Y ESTADIO DE INVESTIGACIÓN DEL PROYECTO
La unidad de investigación de la presente tesina corresponde a la conurbación Pereira-
Dosquebradas localizada en el departamento de Risaralda, la cual contiene una realidad natural
(Figuras 1, 2 y 3) representada principalmente por las cuencas de los ríos Otún y Consotá que
permiten la conexión del espacio público urbano con el rural.
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Figura 1. Elementos Naturales del Espacio Público Urbano de Pereira.
Fuente: Alcaldía de Pereira (2006).
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Figura 2. Elementos naturales del Espacio Público Urbano Dosquebradas.
Fuente: Edición Propia según el mapa de Equipamientos del POT Dosquebradas (2000).
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Cuencas de los ríos Otún y Consotá a nivel supramunicipal.
Fuente: Guzmán y Ortíz (2011).
Figura 3. Red de Espacio Público Natural Urbano de la conurbación Pereira-Dosquebradas e interrelaciones con suelo rural.
Fuente: Edición Propia con la plataforma de Google Earth (2012).
Áreas Naturales Protegidas de la Conurbación Pereira-
Dosquebradas. Fuente: Guzmán y Ortíz (2011).
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Para el presente proyecto se tuvo en cuenta tanto el espacio público efectivo como el no
efectivo. El primero hace referencia a aquel de uso público de carácter permanente, que no tiene
restringido su acceso; y el segundo a aquel conformado por los grandes equipamientos
recreativos públicos y los suelos de protección urbanos, cuyo uso principal será la recreación
pasiva y el ornato (Alcaldía de Pereira, 2011). De acuerdo con ello, la presente investigación
cuyo objetivo es “Construir una propuesta de gestión ambiental en el contexto de la
Sustentabilidad para el sistema de espacio público natural urbano de la conurbación Pereira,
Dosquebradas” se plantea dentro del estadio proyectivo, cuyo fin es diseñar o crear propuestas
dirigidas a resolver determinadas situaciones. «Este estadio trasciende el campo del “como son”
las cosas, para entrar en el “cómo podrían o cómo deberían ser”, en términos de necesidades,
preferencias o decisiones de ciertos grupos humanos.» (Hurtado, 2000, p. 325).
1.3 MOMENTOS METODOLÓGICOS SEGÚN ALCANCE DE LOS OBJETIVOS
ESPECÍFICOS
El primer objetivo específico3 da cuenta de los estadios exploratorio y descriptivo (Figura 4),
y se desarrolla en el capítulo I producto de la integración de lo que convencionalmente se conoce
como estado del arte y marco conceptual. En la exploración, se identificaron las corrientes que
desde los años setenta han abordado la cuestión ambiental y los principales autores que han
aportado a la construcción de una escuela de la Sustentabilidad y del pensamiento ambiental,
basados en la comprensión sociedad-naturaleza de manera sistémica y compleja; (Leff, Carrizosa,
Ángel, Noguera). Posteriormente, en el proceso descriptivo se desarrolló teórica y
conceptualmente los planteamientos de los autores mencionados, como forma de esbozar de
3 Explorar las raíces teóricas y elementos articuladores de la gestión ambiental en el contexto de la Sustentabilidad.
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manera interrelacionada los elementos que han hecho posible la construcción de un nuevo
pensamiento alrededor de la gestión ambiental desde la Sustentabilidad.
Figura 4. Momentos Metodológicos de la Investigación.
El segundo objetivo específico4 se desarrolló entre los capítulos II y III. Para este objetivo,
más que realizar un proceso analítico, se llevó a cabo una reinterpretación del caso de estudio, en
la cual se tuvo en cuenta las disposiciones legales, teóricas y de gestión en cuanto a espacio
público desde el ámbito internacional al local; igualmente se presentaron los desafíos de dicha
gestión ambiental y se emplearon los criterios de Sustentabilidad para repensar y reinterpretar
este caso, es decir, desde el contexto de la Sustentabilidad cuáles son los elementos a tener en
cuenta para llevar a cabo la gestión ambiental, habiendo identificado aquellos que se aplican en el
territorio.
El tercer objetivo5 específico se esboza en el capítulo III y da cuenta del estadio proyectivo
de la investigación. Cabe resaltar que la construcción de estos capítulos se apoyó en información
primaria, y secundaria suministrada por las entidades públicas, privadas y organizaciones sociales
de la conurbación Pereira-Dosquebradas.
4 Reinterpretar el caso de estudio “Sistema de Espacio Público Natural Urbano de la conurbación Pereira-
Dosquebradas” a partir del enfoque de gestión ambiental en perspectiva sustentable. 5 Diseñar la propuesta de Gestión Ambiental en Perspectiva Sustentable para el Sistema de Espacio Público Natural
Urbano de la conurbación Pereira-Dosquebradas.
1. EXPLORATORIO-
DESCRIPTIVO
2. COMPARATIVO-
REINTERPRETATIVO
3. PROYECTIVO
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2. CAPÍTULO I
Raíces teórico-conceptuales de la gestión ambiental: de los pioneros a la
Sustentabilidad
El presente capítulo expone de manera breve los inicios de la conceptualización sobre
gestión ambiental de acuerdo con las corrientes ambientalistas que surgen en los años
setenta, para llegar finalmente a propuestas alternativas que presentan un nuevo campo
teórico conceptual y de acción para la construcción de una nueva gestión ambiental. En
este contexto se presentan dos momentos: el primero se denomina las corrientes del
Ambientalismo Conservacionista, Moderado y Humanístico Crítico y el segundo,
propuestas alternativas y complementarias para la gestión ambiental desde la
Sustentabilidad.
2.1 LAS CORRIENTES DEL AMBIENTALISMO CONSERVACIONISTA,
MODERADO Y HUMANÍSTICO CRÍTICO
Los años setenta representan la década en la cual se asumen diferentes posturas sobre la
cuestión ambiental. La primera, hace referencia a la posición Conservacionista liderada por
biólogos y ecólogos principalmente. La segunda se refiere a la visión del Ambientalismo
Moderado abanderada por las cumbres ambientales de carácter gubernamental con
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presencia igualmente de expertos en materia ambiental. Finalmente la tercera, que
corresponde al Humanismo Crítico con dos subcorrientes que constituyen la anarquista y la
marxista (Pierri, 2005).
La corriente ecologista conservacionista estuvo expresada por una serie de trabajos
realizados por biólogos y ecólogos que plantearon la idea de los límites físicos al
crecimiento económico y poblacional, y el crecimiento económico cero (Pierri, 2005). La
primera idea tiene antecedentes en los planteamientos de Malthus y Ricardo, siendo el
primero quien estableció en 1798 en Essay on the Principle of Population, el principio de
que las poblaciones humanas crecen exponencialmente mientras que la producción de
alimentos crece aritméticamente (AAG, 2011). El segundo estableció en 1817 que la
existencia de rendimientos decrecientes conduce a ir ocupando cada vez los terrenos menos
productivos para nuevas producciones, necesitando más mano de obra y reduciéndose la
renta de la tierra (beneficios), argumento empleado para explicar la escasez de los recursos
naturales no renovables y la aparición de externalidades (Castro, 2009) lo que conduce a la
misma idea de Malthus de que era conveniente controlar o reducir la población.
Uno de los ambientalistas contemporáneos que planteó la opción del crecimiento cero
fue el economista Kenneth E. Boulding cuya tesis más específica The Economics for the
Coming Spaceship Earth publicada en 1966, establece que la abundancia ilimitada del
“navío espacial Tierra” es solo aparente. Además plantea elementos precursores de la
Sustentabilidad como decir que no se trata de aumentar el PIB sino de mantener el stock
total de capital y que la solidaridad debe extenderse no solo en el espacio, sino en el
tiempo. Paul Ehrlich publicó en 1968 The Population Bomb y en 1970 con Anne H.
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Ehrlich Population, Resources, Environment, donde se plantea la necesidad de limitar la
población evidenciando lo pertinente de una política de control poblacional. Igualmente,
“El manifiesto para la supervivencia” publicado por la revista The Ecologist cuyo editor era
Edward Goldsmith establece que el mundo no puede hacer frente al incremento continuo de
demanda ecológica y dice que un aumento indefinido, sea del tipo que sea, no puede ser
sostenido por unos recursos finitos (Pierri, 2005).
Además de todos estos informes, el divulgado por el Club de Roma, Los Límites del
Crecimiento en 1972, fue el que tuvo mayor difusión y repercusión, contribuyendo a
establecer el debate sobre lo ambiental en círculos más amplios que los tradicionales y a
institucionalizarlo en el ámbito político. Este informe se puso en marcha en 1970 a partir
de una reunión del Club con el profesor Jay Forrester del Instituto Tecnológico de
Massachusetts (MIT) en la que el profesor presentó un modelo en el cual se incluían
muchos de los elementos de la problemática que les preocupaba. A partir de ello se le
encargó al MIT el primer estudio global de la dinámica mundial que concluyó en el modelo
World-2. Ensayando virtualmente diferentes combinaciones de cinco variables planteadas,
Forrester concluyó que un posible equilibrio global se obtendría mediante una serie de
reducciones: de la utilización de recursos naturales en un 75%, mediante reciclaje; de la
contaminación en un 50%; de las inversiones en un 40%; y de la natalidad en un 30%.
Posteriormente el equilibrio supondría crecimiento cero en todas las variables del sistema,
excepto en los recursos naturales que seguirían disminuyendo pero lentamente (Pierri,
2005). Este modelo fue reelaborado posteriormente por el equipo de Meadows y
presentado en 1972 con el nombre de World-3 (Excmo. Ayuntamiento de Toledo, 2012).
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El World-3 fue un modelo informatizado de las variables asociadas a cinco tendencias
de inquietud mundial: industrialización acelerada, rápido crecimiento demográfico, escasez
general de alimentos, agotamiento de recursos no renovables y deterioro del medio
ambiente. Se produjo igualmente una combinación de las variables pero
independientemente de la manera como se programara el modelo, la conclusión era el
colapso en todos los sectores, lo que indicaba el final del crecimiento antes del año 2100
por tres crisis simultáneas: la sobreexplotación del suelo conduce a la erosión y la
producción de alimentos desciende; los recursos son gravemente deteriorados por una
próspera población mundial; y la contaminación aumenta causando un descenso aún mayor
en la producción de alimentos y una elevación de la tasa de mortalidad (Pierri, 2005).
Contemporáneamente el Conservacionismo tiene una impronta filosófica política de la
Ecología Profunda surgida de Arne Naess y George Sessions; y presenta el efecto concreto
de renovar el acercamiento ético jurídico del ser humano a la naturaleza, al hacer de esta un
pleno sujeto de derecho. Se establece que después de haber sabido rechazar la institución de
la esclavitud, se necesita tomar en serio a la naturaleza y considerarla dotada de un valor
intrínseco que impone respeto. La relación hombre naturaleza en este sentido se debe
construir en términos de simbiosis y de reciprocidad, ya que el derecho de dominio y de
propiedad, se reduce al parasitismo. Por el contrario, el derecho de simbiosis se define por
reciprocidad: en la misma medida en que la naturaleza le da al hombre, este debe darle a
aquélla, convertida en sujeto de derecho. Con relación a lo anterior se plantea buscar no
solo el bien humano, sino igualmente el bien de las cosas extrahumanas, y por lo tanto,
extender el reconocimiento de los “fines en sí” más allá de la esfera del hombre (Ferry,
1992).
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En este sentido, la gestión ambiental desde el Conservacionismo está orientada
principalmente a la protección de áreas de fauna y flora y la consolidación de las mismas
como sitios de reserva para dichas especies, las cuales tienen derecho de existir,
simplemente por estar presentes en el planeta Tierra, es decir, por su valor intrínseco;
fomentar las medidas de control natal para disminuir la superpoblación que amenaza con
destruir los ecosistemas; promover que los seres humanos se adapten a los ecosistemas y
defender los derechos legales de la naturaleza.
Algunos grupos que realizan gestión ambiental conservacionista son Greenpeace,
asociación que se formó de manera espontánea por un grupo de activistas canadienses en
1971; WWF/Adena, en 1968 como consecuencia de una actuación militante a favor de la
protección de los espacios naturales; Frente de Liberación Animal (Farrera, 2011), Earth
First, Sierra Club, pero igualmente una fracción importante de los partidos verdes de
Europa del Norte, entre otros. Greenpeace manifiesta claramente su tendencia en una
edición de sus crónicas fechada en abril de 1979 en la que establece: “Los sistemas de
valores humanistas deben ser sustituidos por valores suprahumanistas que incluyan toda
vida vegetal y animal en la esfera de consideración legal y moral. Y a la larga, le plazca o
no a tal o cual, aun habrá que recurrir a la fuerza, si se presenta el caso, para luchar contra
los que sigan deteriorando el medio ambiente” (Ferry, 1992, p. 38).
Por su parte, la corriente del Ambientalismo Moderado surge a partir de la Declaración
de Estocolmo (1972), la cual se considera como el primer antecedente de la formulación del
objetivo del desarrollo sustentable o sostenible, que se consolidará a través de la ONU en
1987 con el Informe Brundtland. El documento base de la reunión de Estocolmo
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denominado Only One Earth: the Care Maintenance of a Small Planet, asume lo ambiental
no limitado a lo biofísico, por lo que presenta como compatibles los objetivos de desarrollo
y el cuidado del medio ambiente. De acuerdo con ello, a pesar de la visión ecologista con
la que se puso en conocimiento la crisis ambiental, la ONU adoptó una posición
antropocentrista, desde la cual el cuidado de lo natural no es un fin en sí mismo, sino un
medio para favorecer el desarrollo y mejorar las condiciones de vida de la sociedad en el
tiempo. Igualmente en dicha Declaración no se hace eco al crecimiento cero sino que se
especifica que el mismo es necesario para superar la pobreza (Pierri, 2005).
En este sentido, organismos internacionales como el Acuerdo General sobre Aranceles
Aduaneros y Comercio (GATT), la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y
Desarrollo (UNCTAD) y la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico
(OCDE) han estipulado dentro de sus reglamentos la creación de comisiones u
organizaciones en el campo ambiental. No obstante, si bien lo que se busca es un
desarrollo sustentable, éste no puede coartar las relaciones intersectoriales económicas,
porque carecería de objetividad (Sánchez, 2006, ¶ 32), para lo cual se pone como ejemplo
la necesidad de transferencia de tecnología poco contaminante de países desarrollados a
subdesarrollados dependientes y atrasados.
El método utilizado ampliamente denominado “Procedimientos de gestión para el
Desarrollo Sustentable” de A. Dourojeanni, considera que para tender al desarrollo
sustentable se deben hacer compatibles por lo menos cuatro procesos de gestión: el primero
de materialización de acciones que lleva al crecimiento económico; otro de transacciones,
que conduce a la equidad; otro de integración de áreas temáticas, que conduce al trabajo
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interdisciplinario; y otro para la incorporación de la temática ambiental. En este sentido, el
plano de decisiones sigue siendo económico y el proceso guía está dado por el crecimiento
económico. No obstante, dichas propuestas de crecimiento se cotejan con restricciones
impuestas por el ambiente, las cuales pueden ser globales y locales (CEPAL, 1994).
De acuerdo con ello, la economía ambiental es la rama del análisis económico que
aplica los instrumentos del mismo a la problemática del medio ambiente, con lo que
pretende ofrecer información en tres campos: primero, con relación a la degradación del
medio natural que tiene su origen en la esfera de la economía; en segundo lugar, con
relación a la valoración económica de los recursos de la biosfera para la gestión de los
mismos; en tercer lugar, medidas para revertir el proceso de degradación ambiental y las
implicaciones que esto tiene en las demás variables económicas (Azqueta, 2007).
En este contexto, la economía ambiental se ajusta al Ambientalismo Moderado ya que
la naturaleza puede ser valorada económicamente, además de la asignación de derechos de
propiedad y la incorporación de mecanismos de mercado en la regulación y gestión de los
bienes públicos o libres que integran el medio ambiente. Estos valores teóricos están
apoyados en el cálculo de los costos de oportunidad, precios sombra o valores de
contingencia (UNAL, 2012), todo esto inmerso en la dinámica del crecimiento económico
que envuelve el desarrollo sostenible, por lo que el valor de la naturaleza y por tanto su
existencia, solo depende del uso que se le asigne o de la utilidad que tenga la misma, para
beneficiar los intereses humanos.
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En la actualidad, la corriente del Ambientalismo Moderado es la corriente hegemónica
a nivel mundial con su propuesta de desarrollo sustentable o sostenible, a partir de la cual la
gestión ambiental debe garantizar dicho desarrollo. De hecho, el desarrollo sostenible es
asumido por la Constitución Política de Colombia (1991) como un propósito nacional y
señala en primer lugar, que no podemos legar a las nuevas generaciones las condiciones de
atraso, exclusión y pobreza actuales, y en segundo lugar, que el cambio en el modelo no es
responsabilidad exclusiva del Estado, sino de todos los Colombianos (Ministerio del Medio
Ambiente, 1998).
Desde este ámbito, algunas definiciones de gestión ambiental enmarcadas en instancias
de orden nacional y regional plantean que esta: (1) “es un proceso que está orientado a
resolver, mitigar y/o prevenir los problemas de carácter ambiental, con el propósito de
lograr un desarrollo sostenible, entendido este como aquel que le permite al hombre el
desenvolvimiento de sus potencialidades y su patrimonio biofísico y cultural y,
garantizando su permanencia en el tiempo y en el espacio” (RDS, 2012, ¶ 1); y (2) “es una
administración integrada del ambiente con criterio de equidad, para lograr el bienestar y
desarrollo armónico del ser humano en forma tal que se mejore la calidad de vida y se
mantenga la disponibilidad de los recursos” (Corpamag, 2009, ¶ 1).
Finalmente, la corriente Humanista Crítica se expresó inicialmente en la propuesta de
Ecodesarrollo que emergió en la lucha política por definir un nuevo orden mundial, frente a
la idea de los límites del crecimiento y la propuesta de transitar hacia una economía
estacionaria divulgadas por el Club de Roma planteando nuevos estilos de desarrollo
autodeterminados y autocentrados, pensados y construidos desde la visión de los
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dominados y desplazados del orden mundial que atendieran a las condiciones de pobreza,
marginación social, cultural y política (Pierri, 2005).
El Ecodesarrollo, defendido por Schumacher, Sachs y Galtung presenta cinco
fundamentos: adecuado conocimiento del ecosistema; uso de tecnologías apropiadas;
planeación regional y participación comunitaria; concienciación y educación; y acciones
jurídicas, administrativas y políticas. Las tecnologías apropiadas son aquellas que utilizan
las fuentes de energía renovable, no lesionan el ecosistema y están en concordancia con las
costumbres y cultura de la comunidad. La planeación regional propende por tener en cuenta
las particularidades de cada región para lo que se propone un trabajo de participación
comunitaria que permita detectar los problemas, encontrar soluciones y ejecutar las labores
que de ello se deriven (Agudelo, 2004).
Por otro lado, existe otra propuesta enunciada por la Fundación Bariloche denominada
Modelo Mundial Latinoamericano, respuesta latinoamericana al Informe del Club de
Roma; esta plantea una visión humanista y crítica, pero más profunda que la del
ecodesarrollo por cuestionar las bases económicas y políticas del orden actual y proponer
alternativas para una sociedad diferente. Aunque se emplearon las técnicas de proyección
computarizadas del Modelo World-3 construido por el MIT, considera que la crisis no está
en el futuro como lo anunciaba dicho modelo sino en el presente, ya que la mayoría de la
humanidad vive en la pobreza y la miseria (Pierri, 2005).
Este modelo se diseñó para buscar caminos que llevaran a un mundo diferente en el que
el desarrollo tuviera como objetivo fundamental satisfacer, por lo menos, las necesidades
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básicas de toda la sociedad, administrando los recursos y cuidando el medio, para lo cual se
propuso equidad a todas las escalas, que la producción y el consumo estén determinados
solo para satisfacer las necesidades sociales y no el lucro privado, y la sustitución del
concepto de propiedad privada por uno de uso y manejo de los medios de producción, de
acuerdo a lo que defina cada sociedad (Pierri, 2005).
En este orden de ideas, la corriente Crítica Humanista plantea una gestión ambiental a
partir de satisfacer prioritariamente las necesidades de la sociedad, lo cual se relaciona con
el ambientalismo moderado; no obstante, la Crítica Humanista contiene dos subcorrientes
que presentan cambios y/o cuestionan el modelo de desarrollo. En el Ecodesarrollo, la
gestión ambiental está en función del cambio de tecnologías, planificación endógena,
educación y acciones jurídicas para hacer compatible la conservación con el desarrollo. En
el Modelo Mundial Latinoamericano cuyas ideas tienen fundamentos marxistas, es
necesario sustituir el modelo de desarrollo actual por otro mediante el cual se planteen
nuevas relaciones de producción que produzcan otros comportamientos frente a la
naturaleza.
2.2 PROPUESTAS ALTERNATIVAS Y COMPLEMENTARIAS PARA LA
GESTIÓN AMBIENTAL DESDE LA SUSTENTABILIDAD
Las alternativas al Ambientalismo Moderado tienen sus antecedentes en los aportes de
la Termodinámica, la Física Cuántica, la Psicología Gestalt, la Biología Organicista, la
Ecología Profunda, la Teoría General de Sistemas, la Teoría de la Complejidad, la Visión
Ético Estética Ambiental, la Visión Ambientalista, la Economía Ecológica y la
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Sustentabilidad. En este sentido, podría considerarse que siendo estas propuestas
alternativas, se encuentran en algunos aspectos con elementos de la corriente
conservacionista y de la corriente crítica humanista. No obstante, no es posible
enmarcarlos en dichas corrientes por cuanto hay encuentros y desencuentros que es preciso
reconocer. Por ejemplo, dichas propuestas no incorporan dentro de sus conceptos al
desarrollo, debido a la carga ideológica, política y económica que hay detrás de este
concepto.
En este orden de ideas, la Sustentabilidad se plantea como una propuesta que permite la
desconstrucción de la racionalidad económica dominante en una racionalidad ambiental, es
decir, quitar paulatinamente la estructura y cimientos de dicha racionalidad económica para
construir una nueva racionalidad. De esta manera se hace una propuesta alternativa a la
economía imperante que traduce todos los entes y cosas del mundo en valores económicos,
lo cual es quizá, la fuente más profunda de la crisis ambiental y por ello se afirma que esta
crisis en esencia, es una crisis de conocimiento (Leff, 2008).
La racionalidad económica ha generado un proceso acumulativo de producción a través
de una racionalidad que se ha globalizado imponiendo su valorización de corto plazo a las
dinámicas y temporalidades ecológicas y culturales de largo plazo. Por la racionalidad
instrumental y la idea de progreso se ha generado un crecimiento económico sin límites,
fundado en el consumo de una naturaleza limitada (Leff, 2002).
La nueva racionalidad ambiental implica re-organizar la producción, desengancharse de
los engranajes de los mecanismos del mercado, restaurar la materia desgranada para
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reciclarla y reordenarla en nuevos ciclos ecológicos. Bajo esta óptica, la Sustentabilidad
implica bajar de su pedestal al régimen universal y dominante del mercado como medida de
todas las cosas, como principio organizador del mundo globalizado y del sentido mismo de
la existencia humana, al igual que la paulatina desconstrucción de la economía
antiecológica y entropizante y la construcción de una economía neguentrópica6. El tránsito
hacia la Sustentabilidad es la apertura hacia la alternativa social, lo que supone desmontar
la racionalidad económica e instrumental orientada hacia la gestión de los servicios
ambientales, para construir una racionalidad ambiental fundada en los potenciales
ecológicos, las identidades, los saberes y las racionalidades que dan lugar a la creación de
lo otro, la diversidad y la diferencia, más allá de tendencias dominantes. Igualmente esta,
no podrá surgir de la extrapolación de los actuales procesos inerciales que desencadenan
tendencias y eventos hacia la muerte entrópica del planeta, por que el futuro se presenta
como un proyecto a ser construido, en el que el pensamiento, el habla y el sentimiento
reactiven el sentido de la vida y regeneren los potenciales de la naturaleza (Leff, 2008).
La transición hacia la Sustentabilidad está movilizada por valores y no solo por
objetivos materiales, de esta manera, los fines no justifican a los medios y es necesario
construir una ética del proceso transformador que sea consistente con sus fines morales. Si
los fines son valores, los medios nunca son neutros y la falta de una ética de sus
procedimientos no solo es una falta en el sentido de la eficacia de la racionalidad ambiental,
6 El proceso neguentrópico por excelencia es la transformación de energía solar en biomasa y los
transformadores más eficientes son los ecosistemas organizados como ecosistemas productivos y no como
proveedores de “materias primas” y stocks de recursos naturales; por tanto, la productividad ecosistémica es
un hecho biológico que debe ser transferido a una nueva economía. En la medida que el proceso económico-
ecológico logre avanzar hacia un equilibrio entre la producción de biomasa como generador de satisfactores y
su transformación tecnológica en bienes de consumo –entre productividad ecológica y degradación entrópica-
se abre la posibilidad de transitar hacia un orden económico sustentable (Leff, 2008).
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sino que pervierte los valores que fundamentan la acción. La racionalidad ambiental, para
alcanzar sus fines, funda sus medios eficaces en una Ética Ambiental. Para ello, la ética
debe volverse política y la política fundarse en la ética. La ética de la Sustentabilidad
requiere de una ética de los medios y los procedimientos que no desvirtúe los procesos
antes de alcanzar sus fines (Leff, 2002).
La Ética Ambiental expresa y se sostiene en nuevos valores: el ser humano solidario
con el planeta; el bien común fundado en la gestión colectiva de los bienes de la
humanidad; los derechos colectivos ante los derechos privados; el sentido del ser antes que
el valor de tener; la construcción del porvenir más allá del cierre. Esto extrapolado a la
ética de la Sustentabilidad implica el reconocimiento y la protección de conocimientos y
saberes tradicionales que fundan formas diversas de convivencia entre culturas y
naturalezas. Dicha ética para la Sustentabilidad implica la necesidad de desnaturalizar la
ética, ya que esta no apunta hacia los derechos de la naturaleza, pues si bien se pueden
asignar valores intrínsecos a la naturaleza y convertirlos en derechos, estos serán de los
hombres que de tal manera sienten y deciden, no de la naturaleza; por lo tanto si la
naturaleza florece o desaparece no será por los derechos de esta sino por los valores
culturales y económicos asignados por los seres humanos (Leff, 2002).
En este sentido, la gestión ambiental desde la Sustentabilidad planteada por Leff (2002
y 2008), se ubica más allá del conservacionismo para reconocer la necesidad de satisfacer
las necesidades del ser humano sin desconocer los límites de la naturaleza; por lo tanto,
dicha gestión ambiental según este enfoque, debería reconocer las diferentes culturas cuyos
significados y visiones frente a la naturaleza permiten asumir formas de aprovechamiento
28
diferente que están en armonía con los potenciales y límites ecológicos. Dicha gestión está
relacionada con una propuesta de la diversidad y la diferencia, que haga posible el respeto
por las distintas formas de relación simbólica con la naturaleza.
A continuación se plantean las propuestas de otros autores que si bien su objetivo de lo
ambiental no necesariamente está enmarcado en la Sustentabilidad, los planteamientos que
esbozan están relacionados con elementos asociados al mismo, por lo que se articulan en la
presente propuesta de investigación. Por mencionar, la Ética Ambiental constituye uno de
los fundamentos de la Sustentabilidad; esta ha sido abordada desde perspectivas que a pesar
de converger o divergir en algunos aspectos, hacen parte de un pensamiento
latinoamericano que propone un cambio de pensamiento dentro de la cultura y por lo tanto
se encuentra dentro de los fundamentos para una gestión ambiental alternativa.
En este orden de ideas, existen cuestionamientos alrededor de cuál deben ser los
principios que deben regir un nuevo comportamiento hacia lo ambiental o una Ética
Ambiental. Por tanto, si el hombre no tiene otra salida que transformar las leyes básicas del
ecosistema, el imperativo categórico será que aprenda a transformar bien. Esto tiene
algunas dificultades en la práctica ambiental, como que el hombre no puede sujetarse a las
leyes ecosistémicas que rigen la capacidad de carga, ya que su crecimiento y densificación
dependen de la intensidad del modelo tecnológico que permita encontrar alimento y
recursos en los más diversos ecosistemas (Ángel y Ángel, 2002).
La transformación tecnológica de los ecosistemas tiene que crear nuevos equilibrios en
los que sea posible que la vida continúe. Esto no implica plantear un desarrollo sostenible,
29
sino afirmar la exigencia de la cultura como estrategia adaptativa. Las crisis ambientales
que ha sufrido el hombre han significado la necesidad de profundas transformaciones
culturales (Ángel, 2003).
Por lo tanto, el decálogo de valores para una ética ambiental consiste en:
1. Construcción de una cultura adaptativa, implica que toda cultura se construye sobre la
naturaleza y la naturaleza tiene límites, así que construir cultura contra la naturaleza o
más allá de sus límites es sembrar la muerte de la misma cultura.
2. La tecnología tiene límites, ya que aunque el hombre no pueda renunciar a su plataforma
instrumental porque esta es una herencia evolutiva, la naturaleza sigue teniendo sus
fueros, su orden y equilibrio que el hombre puede transformar pero no de manera
absoluta.
3. Ética de la población: el hombre no puede vivir solo, quiere decir que el hombre
necesita de la naturaleza para su alimentación, pero este no puede vivir solamente con
sus animales domésticos, ya que la vida silvestre no es un lujo sino una necesidad, no
solo de la naturaleza sino del hombre mismo.
4. Producción para la vida y no una vida para la producción, establece que la producción
es un asunto demasiado vital para que el hombre la deje en manos del mercado y que
dicha producción debe tener en cuenta los ciclos de los sistemas naturales y debe
aprender de ellos que la energía fluye y que la materia se recicla.
5. Igualdad Humana, base del equilibrio ambiental, lo que significa, no que todos posean
lo mismo sino que tengamos las mismas oportunidades, ya que toda injusticia social se
refleja en un impacto ambiental.
30
6. Simbiosis por encima de la competencia, ya que la naturaleza solamente es posible en un
sistema de cooperación; hoy podemos vivir porque pisamos el suelo amasado por
generaciones que han creado cultura.
7. Libertad para crear, no para destruir, establece que una libertad contra la naturaleza es
una libertad para la muerte.
8. La ciencia como valor límite, dispone que la ciencia exige una cohesión social y la
interdisciplina es una exigencia ambiental del desarrollo.
9. Construcción de la tolerancia, implica que la convivencia es diálogo y compromiso, no
uniformidad.
10. Recuperar los derechos de la sensibilidad, quiere decir que mientras no aprendamos a
disfrutar el orden y la belleza de la naturaleza, no aprenderemos a manejarla (Ángel y
Ángel, 2002).
La gestión ambiental que presenta Ángel (2002) y Ángel y Ángel (2003), no se ubica
en el conservacionismo, ni en la depredación de la naturaleza. Esta gestión ambiental
converge en algunos elementos con la corriente crítica humanista, cuya propuesta está
enfocada principalmente en la transformación de las condiciones de vida de la población,
basadas actualmente en la explotación y la pobreza, por unas que estén fundamentadas en la
igualdad humana. En este sentido, apela a comprender los límites presentes en la
naturaleza sin desconocer la plataforma instrumental o tecnológica que hace parte de la
cultura, y que igualmente tiene límites. Esta propuesta es ética en cuanto apela a las
sensibilidades hacia la naturaleza y la relación simbiótica entre los seres humanos, a partir
de valores.
31
Carrizosa (2002) establece una crítica a la economía neoclásica exponiendo que el gran
pecado de esta economía y del utilitarismo fue crear la ilusión de poder crear riqueza sin
límite y vanagloriarse de tener los mecanismos capaces de distribuirla equitativamente. Un
modelo simple y cerrado fue vendido como la solución para toda la humanidad, por lo
tanto, se pensó que se podían resolver todos los problemas de la humanidad, eliminar el
hambre, la pobreza y alcanzar la felicidad mediante los instrumentos económicos; al
fracasar las predicciones, la única solución que queda es la búsqueda de otras éticas.
Igualmente esboza ideas para la Sustentabilidad como que para alcanzar esta se debe criar,
nutrir y educar para reflexionar.
Razones éticas y estéticas están detrás de muchos de los que se dedican a la gestión
ambiental: la inequidad o la indiferencia con que se trata al otro, bien sean las otras
especies o los otros intereses sociales; la fealdad con la que se están construyendo las
ciudades; la destrucción de los paisajes rurales; o la acumulación de desechos y basuras.
En una forma compleja la gestión ambiental es una construcción social y como tal debe ser
objeto de reflexión y estudio por parte de científicos sociales y humanos (Carrizosa, 2000).
En este orden de ideas, al practicar la gestión ambiental es preciso tener visión
ambiental y hacerla tan compleja que sea capaz de darse cuenta de la diversidad de visiones
y racionalidades que alberga la mente humana, pero acotarla de modo que se pueda
estudiar, sin perder de vista la complejidad. La visión ambiental compleja se caracteriza
por cinco formas de ver las partes de la realidad o las interdimensiones: a) verlas profunda
y ampliamente, incluidos sus contextos verticales y horizontales, analizando y sintetizando
continuamente, sin olvidar ni el todo ni sus partes; b) verlas con referencia a un deber ser
32
estético y ético; c) ver sus interrelaciones reales actúales y prever las posibles sin despreciar
las aparentemente débiles pero seleccionando las evidentemente más fuertes, reconociendo
discontinuidades en tiempo y espacio y comprendiendo los efectos sinergéticos; d) verlas
dinámicamente como parte de procesos de mediano y largo plazo de los que conocemos la
experiencia histórica, entreviendo las estructuras parcialmente determinantes, aceptando la
intervención del azar en sus formas futuras pero admitiendo la posibilidad de alteración
planificada; e) verlas con respeto hacia sus propios intereses en el espacio y en el tiempo,
intuyendo contextos ideológicos en los que se reconoce que la percepción del observador
las deforme y tomando conciencia de nuestra posición de observadores interesados lo que
implica respeto a la naturaleza, a las otras personas, a lo que ellos piensan y construyen y a
las formas futuras de una y otras (Carrizosa, 2000).
En el caso de Noguera (2004) la visión que separa al ser humano de la naturaleza,
comienza con Platón, al establecer una dualidad que le asigna mayor importancia a un
mundo más allá de los sentidos que a la realidad corpórea. Igualmente, la tradición judeo-
cristiana señaló el camino para la dominación de la naturaleza por parte del ser humano; la
racionalidad positivista cartesiana invisibilizó las relaciones simbólico biológicas en la
naturaleza y lo planteó como un objeto a ser estudiado de manera fragmentada y calculado
matemáticamente. En este sentido, la ética de la cultura moderna reduce la dinámica de la
vida, en su diferenciación pura, a una sola forma de vida que corresponde a la vida humana,
por lo que solo es posible el respeto entre humanos, que creen en la razón como única
forma de relación ética y es por ello que quedan por fuera de dicha ética antropocentrista,
otras formas de vida y de cultura que no enfatizan sus relaciones en la razón.
33
De acuerdo con lo anterior, si un tema central de la filosofía ambiental es la reflexión
sobre las relaciones existentes entre las culturas y los ecosistemas, una ética incluyente es
una ética estética, por cuanto las culturas se expresan en un mundo de vida simbólico
biótico y las estructuras de la vida, sus sistemas complejos de interrelación, se autocrean
permanentemente. Por lo tanto, la Ética Ambiental introduce otros interlocutores que
hablan, se deben escuchar y no se pueden ignorar: los ecosistemas, la tierra, el universo,
eventos de los cuales se es emergencia y de los cuales se sigue siendo parte integral e
integrante. No se trata de excluir a la especie humana y considerarla culpable o no
culpable, sino de educarla hacia una comprensión del micro y del macro contexto en el que
está situada (Noguera, 2004).
Al tenor de lo anterior, la gestión ambiental de esta última propuesta comprende una
transformación de las estructuras simbólicas de la cultura que implica un diálogo de saberes
en el cual está presente el reconocimiento del o de lo otro. Esta gestión ambiental se
aproxima más que las anteriores propuestas a la corriente Conservacionista,
específicamente a los aportes de la Ecología Profunda desde la crítica a occidente y la
propuesta de reconocimiento y respeto por la naturaleza; lo que implica una relación de
igualdad entre el ser humano con respecto a las demás especies que hacen parte del planeta
Tierra, las cuales poseen un valor intrínseco, que por lo tanto, está más allá de los bienes y
servicios que puedan ofrecer para satisfacer las necesidades del ser humano.
En este contexto, los aportes sobre Sustentabilidad y Ética Ambiental, se emplearán
para reinterpretar el caso de estudio de espacio público natural urbano en la conurbación
Pereira-Dosquebradas, que se presenta en los siguientes capítulos.
34
3. CAPÍTULO II
Gestión Ambiental del Espacio Público Natural Urbano en la
Conurbación Pereira-Dosquebradas: acercamientos público privados y
desafíos ambientales
El presente capítulo aterriza la gestión ambiental en general que se planteó en el
capítulo I, al contexto del Espacio Público Natural Urbano de la conurbación Pereira-
Dosquebradas. Para esto se identificaron los aspectos legales que presenta dicha gestión
ambiental en el contexto internacional, nacional, regional y local, los cuales siguen la línea
conceptual del Ambientalismo Moderado y que se evidencian en el Anexo 1.
A continuación se plantean dos temas correspondientes a la gestión ambiental en el
espacio público de la conurbación Pereira-Dosquebradas; estos son: la gestión ambiental de
entidades público privadas en los tramos urbanos del Otún y del Consotá; y los desafíos
asociados a la gestión ambiental del espacio público natural urbano en la unidad de
investigación.
35
3.1 GESTIÓN AMBIENTAL DE ENTIDADES PÚBLICO PRIVADAS EN LOS
TRAMOS URBANOS DEL OTÚN Y DEL CONSOTÁ
La gestión ambiental en la conurbación Pereira-Dosquebradas se ha realizado desde la
creación de la CARDER en 1983; primero con proyectos en la cuenca del río Otún y años
después en la cuenca del río Consotá, las cuales articulan el Sistema de Espacio Público
urbano y rural de la conurbación. En este sentido, el primer proyecto llevado a cabo en el
territorio con cooperación internacional fue el Plan de Ordenamiento, Saneamiento
Ambiental y Prevención de Desastres en el Tramo Urbano del Río Otún (CARDER, 2012).
A medida que la CARDER fue afianzando su presencia en el departamento de
Risaralda, amplió su gestión en aspectos como: adquisición de tierras y reforestación
protectora, para recuperación y manejo de microcuencas abastecedoras de acueductos
veredales; apoyo a los municipios en la construcción de jardines botánicos y viveros
municipales, control a la contaminación de aguas y saneamiento hídrico; administración del
Parque Regional Ucumarí y apoyo al INDERENA para el manejo de los Parques
Nacionales Naturales Tatamá y Nevados. Así mismo, en la década del noventa esta entidad
realizó proyectos como el Plan de Acción Forestal para Colombia; el Convenio DRI-
CARDER, para la recuperación de microcuencas; el convenio con Holanda para el
ordenamiento y saneamiento de la cuenca del río Otún principalmente (CARDER, 2012).
Con la liquidación del INDERENA, el Ministerio del Medio Ambiente asumió las
funciones de dicha entidad, entre otras dispuestas por la ley 99 de 1993, así que la
CARDER pasó a apoyar al Ministerio en aspectos relacionados con la gestión de los
Parques Nacionales y sus áreas de amortiguación en jurisdicción de Risaralda.
36
Las áreas naturales de carácter nacional y departamental que corresponden a Pereira
son: Parque Nacional Natural Los Nevados, los Parques Regionales Naturales Ucumarí,
Alto del Nudo, Barbas Bremen y el Santuario de Flora y Fauna Otún Quimbaya. Para
Dosquebradas están representadas por los Parques Regionales Naturales Alto del Nudo y
Las Marcadas. Estas y las demás áreas naturales que hacen parte de Risaralda, conforman
el Sistema Departamental de Áreas Protegidas -SIDAP Risaralda-, el cual está definido
como el conjunto de áreas protegidas en sus diferentes categorías de manejo, los actores
sociales, los procedimientos para su creación, manejo, administración y los principios bajo
los cuales deben realizarse las actividades de ecoturismo, educación ambiental,
investigación científica y producción económica. Las categorías de manejo del SIDAP
Risaralda están representadas por Parque Municipal Natural, Parque Regional Natural y
Área de Manejo Especial de Comunidades Étnicas (CARDER, 2012).
En este sentido, para la realización de los Planes de Ordenamiento Territorial en el año
2000 se plantearon según lo había establecido la autoridad ambiental, los suelos de
protección que se mencionaron anteriormente, cuya gestión ambiental es realizada por la
CARDER; además de aquellos suelos de protección localizados en el ámbito municipal y
que por tanto, conforman el sistema de espacio público urbano, que según el artículo 81º
del Acuerdo Municipal No. 23 de 2006 de Pereira, corresponden a las siguientes áreas que
se presentan agrupadas en cuatro categorías de acuerdo con su objetivo. La primera
corresponde: Loma del Oso, Bosque Alejandría, Humedal Jaibaná, Jardín Botánico
Universidad Tecnológica de Pereira, Jardín Ambiental Consota; su objetivo es mantener los
equilibrios ecológicos básicos y de riqueza del patrimonio natural (regulación climática e
hídrica, conservación de suelos y depuración de la atmósfera); en relación con la riqueza
37
biótica están referidos a recursos naturales renovables y los de la biodiversidad
ecosistémica, de flora, fauna y microorganismos; su figura de manejo corresponde a Planes
de Manejo. La segunda hace referencia a los lugares: cuenca media Otún y cuenca alta
quebrada Combia; áreas destinadas a la conservación del recurso hídrico; comprenden
cuencas y microcuencas, manantiales, ríos, quebradas, rondas hídricas, zonas de manejo y
los relacionados con cuerpos de agua; serán objeto de Acuerdos de Manejo realizados por
la autoridad ambiental en conjunto con actores institucionales (Alcaldía de Pereira y
FUNDASUPERIOR, 2007).
La tercera agrupa el cerro Mirador Canceles, cerro Filo Bonito, Cerritos, Mirador del
Otún, Alto de la Esperanza y Salado de Consotá; son áreas destinadas para la defensa y
recuperación del paisaje y patrimonio cultural de sitios con valores históricos y culturales
de importancia local o regional; serán objetos de Acuerdos de Manejo por la autoridad
ambiental en conjunto con actores institucionales. Finalmente, los Tramos Urbanos del río
Otún y Consotá, que corresponden a los corredores ambientales de los ríos Otún y Consotá
que por su importancia y el hecho de cruzar por las zonas urbanas y suburbanas, merecen
un tratamiento especial; serán planificados y ejecutados por medio de macroproyectos
urbanos (Alcaldía de Pereira y FUNDASUPERIOR, 2007).
En el Acuerdo Municipal 014 de 2000 de Dosquebradas en su artículo 22º se dispone
que el suelo de protección está conformado por: Parque Natural Regional Alto del Nudo,
Parque Natural Regional de la Marcada, Alto del Toro, Alto del Oso, Alto de las Cruces,
Ronda de la cuenca del Río Otún; Ronda de las quebradas Dosquebradas, Frailes,
Manizales, los Sapos, Gutiérrez, Molinos, Víbora, Plateros, Juncos o Roca Verde, Agua
38
Azul, La Chillona, La Soledad, Cañaveral, Santa Isabel, Agüita Montebonito y las demás
rondas de quebradas de menor orden; áreas definidas como de alto riesgo hídrico y
geológico; zonas de restricción por localización de servicios públicos; también se considera
de protección ambiental toda la franja comprendida desde el río Otún hasta la antigua
acequia o hasta la Avenida Turín la Popa (Alcaldía de Dosquebradas, 2000). De estas
áreas, las que son de carácter urbano corresponden a las microcuencas de las quebradas
Dosquebradas, Aguazul, Manizales, Molinos, la Víbora y Frailes.
Igualmente el artículo 131º además de las quebradas anteriormente nombradas, las
áreas naturales protegidas de carácter local para el municipio que se consideran dentro del
área urbana son: (1) Roca Verde para la protección del paisaje; (2) las microcuencas de las
quebradas Minas y Chispero para la protección del patrimonio cultural y ambiental y (3) la
ladera norte del río Otún para la prevención de desastres. El artículo 170º establece que se
declararan como ecosistemas especiales o zonas de interés ambiental urbanos, por los
servicios ambientales que prestan, los ecosistemas: ladera norte del rio Otún, Lagos de La
Pradera, Roca Verde y humedales de la Macarena (Alcaldía de Dosquebradas, 2000).
En el caso de Pereira, la gestión ambiental de los tramos urbanos de los ríos Otún y
Consotá, los ha realizado la CARDER. En el año 2000 esta entidad llevó a cabo el
programa de calidad de vida urbana en el marco del macroproyecto Gestión para la Red de
Cuencas Urbanas. En el 2003 en convenio con la Universidad Católica de Pereira -UCP-,
se elaboró un diagnóstico y caracterización del tramo urbano del río Consotá, a partir del
cual surgió la división de dicha cuenca en seis subtramos urbanos. En 2006, se realizó un
ejercicio de planificación y prospectiva del cual surgió el proyecto Consota con vida 2019.
39
En este mismo año se elaboró con la UCP, el plan piloto de manejo integral del subtramo
III. En 2007 se generaron los lineamientos ambientales del subtramo VI; y en 2008 se
realizó el Convenio CARDER-Universidad Tecnológica de Pereira para desarrollar
proyectos en la cuenca del río Consotá, como fue el proyecto denominado Pereira, Ciudad
Sustentable. Igualmente en ese año se realizó un estudio técnico como soporte para el
cobro de las Tasas Retributivas de los ríos Otún, Consotá y quebrada Dosquebradas, por la
utilización directa del agua como receptora de vertimientos puntuales (Guzmán et al, 2009).
Desde el año 2002, la empresa Aguas y Aguas de Pereira puso en marcha el Plan
Hídrico Metropolitano, con el propósito de descontaminar los ríos Consotá, Otún y la
quebrada Dosquebradas, propendiendo por el mejoramiento de la calidad de vida de los
habitantes de las ciudades de Pereira, Dosquebradas y Cartago, pues a esta última llegan,
por el río La Vieja, las aguas residuales vertidas al río Consotá en Pereira. El objetivo de
este Plan de Saneamiento Hídrico es la construcción de colectores e interceptores de aguas
residuales para evitar que estas lleguen a los ríos y quebradas sin un tratamiento previo de
descontaminación. No obstante, la necesidad de que haya una educación ambiental en los
habitantes de Pereira, que contribuya a disminuir la contaminación de los cuerpos de agua,
hizo que se realizara un convenio entre Aguas y Aguas y la Universidad Tecnológica de
Pereira en un proyecto que se denominó “Ríos de Agua Pura” con el fin de motivar la
participación de las comunidades y las instituciones en la gestión ambiental asociada a la
descontaminación de las microcuencas y por tanto, para que las comunidades se apropien
de su entorno, garantizando el bienestar de las mismas, sin agotar los recursos naturales,
cumpliendo de esta manera con el Desarrollo Sostenible (Aguas y Aguas de Pereira, 2008).
40
En el año 2008 con la implementación del SIGAM en Dosquebradas, se definió que la
Unidad de Gestión Ambiental Municipal -UGAM- sería la encargada de coordinar dicho
Sistema de Gestión Ambiental; por lo tanto, la Administración Municipal a través de la
Secretaría de Planeación y de la UGAM, debe concertar y cooperar con la CARDER y con
las entidades territoriales circunvecinas en el diseño de normas, políticas y planes
ambientales regionales. Además se establece en el artículo 8º que el SIGAM, se articula
con la CARDER a través del Comité Ambiental Municipal el cual tomará las medidas
necesarias para cooperar con la Corporación Autónoma Regional de Risaralda en la
promoción y realización de investigaciones científicas relacionadas con el medio ambiente.
Según el artículo 26º, los instrumentos de planificación ambiental local coordinados desde
el SIGAM son: Plan de Gestión Ambiental Regional, Plan Decenal de Educación
Ambiental de Risaralda, Plan de Desarrollo Municipal dimensión ambiental, Plan de
Ordenamiento Territorial, Plan de Gestión Integral de Residuos Sólidos, Plan de
Saneamiento y Manejo de Vertimientos, Programa de Uso Racional del Agua y Reducción
de Pérdidas, Plan de Prevención y Atención de Desastres, Plan de Salud Ambiental, Plan de
Desarrollo Forestal, Planes de Manejo de Áreas Naturales Protegidas (PRN Las Marcadas,
PRN el Nudo) y suelos de protección y Planes Maestros de Movilidad, Espacio Público y
Equipamientos Colectivos (Concejo Municipal de Dosquebradas, 2008).
En Pereira, el SIGAM definió en el Artículo 4º que la Unidad de Gestión Ambiental y
de Servicios Públicos Domiciliarios adscrita a la Secretaría de Planeación del Municipio de
Pereira, ejecutará la Política Ambiental Municipal, con la participación activa de las
entidades pertenecientes al SIGAM, las cuales realizarán sus aportes a través del Consejo
Ambiental del Municipio. En el Artículo 7º se dispone que dicha Unidad deba concertar
41
con la Corporación Autónoma Regional de Risaralda el diseño de normas, políticas y
planes ambientales. Igualmente el artículo 10º dispone la creación del Consejo Ambiental
Municipal, el cual apoyará la coordinación del SIGAM. El artículo 25º establece la
creación de las Mesas Ambientales Municipales y el artículo 26º dispone que dichas mesas
son: Planificación y Ordenamiento Ambiental Territorial; Gestión Integral del Recurso
Hídrico; Gestión del Riesgo y Control para un Hábitat Sostenible (aire, ruido, valor estético
Espacio Público, Movilidad Integral y Eficiente; Gestión de la Biodiversidad; Gestión de
Actividades Productivas; Servicios Públicos Domiciliarios; Cultura y Educación Ambiental
-COMEDA- y Fortalecimiento del SIGAM. Se establece que una de las funciones de la
mesa relacionada con Control para un Hábitat Sostenible corresponde a Promover la
protección de las áreas naturales urbanas y rurales (Concejo Municipal de Pereira, 2009).
De acuerdo con lo anterior, al haber contextualizado la gestión ambiental de las entidades
público privadas, se presentan en el capítulo siguiente, los Desafíos asociados al Sistema de
Espacio Público Natural Urbano en la Conurbación Pereira-Dosquebradas.
3.2 DESAFÍOS ASOCIADOS AL SISTEMA DE ESPACIO PÚBLICO
NATURAL URBANO EN LA CONURBACIÓN PEREIRA-
DOSQUEBRADAS
Los elementos naturales del espacio público a nivel urbano de la conurbación Pereira-
Dosquebradas, presentan desafíos y potencialidades que deben ser tenidos en cuenta en la
gestión ambiental.
42
En el sector occidental del tramo urbano del río Consotá, se localiza la microcuenca de
la quebrada El Oso, lugar que corresponde a la ciudadela Cuba. Dicha microcuenca, ha
sido objeto de actuación por parte de Aguas y Aguas, mediante el programa de Ríos de
Agua Pura, en el cual las comunidades de las área contiguas a la misma, han realizado
actividades de descontaminación y cultura ambiental en torno al cuidado de los cuerpos de
agua, no obstante, al no presentar dicho programa una continuidad, en la actualidad se
evidencian conflictos asociados a la deficiente disposición de residuos sólidos por parte de
la población aledaña.
Dichos residuos están relacionados con muebles y enseres domésticos, así como
residuos sólidos orgánicos según lo evidencian las Figuras 5 y 6. Esto muestra que las
comunidades son dependientes de la asistencia de las instituciones público privadas para la
realización de la gestión ambiental, ya que al recibir rubros o incentivos para la
descontaminación por parte de entidades externas, se crea un círculo de asistencialismo, sin
el cual, la población no trabaja por su entorno inmediato.
Figura 5. Residuos Sólidos en la quebrada El Oso Figura 6. Ribera contaminada de quebrada El Oso.
Fuente: Propia (2012). Fuente: Propia (2012).
43
Siguiendo en sentido occidente-oriente, el tramo del río Consotá por el sector parque El
Vergel, presenta problemas asociados al barrio de invasión conocido como El Rocío Bajo,
que por la ubicación de las viviendas en las márgenes inmediatas del río (Figura 7 y 8), se
presentan inundaciones que afectan las condiciones de vida de la población. Por otra parte
cabe destacar que los residuos líquidos principalmente que genera la comunidad son
arrastrados al río por escorrentía.
Figura 7. Barrio Rocío Bajo en zona de riesgo. Figura 8. Barrio Rocío Bajo en ribera del Consotá.
Fuente: Propia (2012). Fuente: Propia (2012).
El parque El Vergel se constituye como un parque metropolitano que al hacer parte del
tramo urbano del río Consotá, no se considera como suelo de protección objeto de la
creación de un Plan de Manejo; sino que su gestión se realiza mediante un macroproyecto
urbano (Alcaldía de Pereira, 2006), que recibe el nombre de Operación Urbana Integral de
acuerdo con el Área Metropolitana Centro Occidente, para lo cual se establece que dentro
de las siete operaciones urbanas o macroproyectos para el desarrollo sostenible, se propone
en el subtramo 1 del río Consotá, el proyecto Ecoparque Metropolitano, integrado por el
parque El Vergel renovado y las áreas contiguas al río dedicadas al disfrute de este, del
44
paisaje y a la conservación ambiental, con equipamiento para la renta económica turístico
ambiental, relocalización de la población en riesgo y desarrollo urbanístico (Guzmán et al,
2009).
Este parque representa un bosque secundario, que contribuye a la conexión de la
biodiversidad con el corredor ambiental del río Consotá (Figuras 9, 10, 11 y 12).
El parque El Vergel es conocido como uno de los pulmones verdes de la ciudad, con
potencial en cuanto a naturaleza, sitio para realizar paseo con sombra, observación de
insectos, aves, hábitat de anfibios, observación de ruta migratoria de aves, aprovechamiento
sustentable de plantas de crecimiento rápido como la guadua, campismo, vista escénica,
sitio para observar el amanecer, el atardecer y las estrellas (Guzmán et al, 2009).
Figura 10. Vegetación Parque El Vergel (b)
Fuente: Propia (2012). Figura 9. Vegetación Parque El Vergel (a)
Fuente: Propia (2012).
45
Al seguir el recorrido por el río Consotá se llega al Corredor Ambiental Otún Consotá
conformado por el Área de Manejo Especial Canceles, conocida en el POT como Suelo de
Protección Mirador Canceles; el Jardín Botánico Universidad Tecnológica de Pereira -
JBUTP- y el Salado de Consotá. El Corredor Ambiental Otún Consotá es la denominación
que se le da a la conectividad que presentan las tres áreas mencionadas y que en el POT de
Pereira, figuran como suelos de protección de manera aislada. No obstante, este lugar
conforma un corredor constituido por los cuerpos de agua que están presentes entre cada
una de las áreas y cuyos relictos boscosos favorecen el desplazamiento de especies de
fauna.
Las principales microcuencas corresponden a: El Calvario, La Mina, el Chocho y La
Dulcera. Igualmente presenta mamíferos entre los que se destacan Ratón silvestre -Akodon
sp.-, Ardilla colorada -Sciurus granatensis-, Perro de Monte -Potos flavus-, Conejo de
Monte -Sylvilagus brasiliensis-, Comadreja -Eira barbara-, Chucha de oreja negra -
Didelphys marsupialis-, Zorro Común -Cerdocyon thous- al igual que algunos anfibios y
reptiles (ONG Tierra Verde, 2008, citado por Sánchez y Villegas, 2008).
Figura 12. Vegetación Parque El Vergel (d)
Fuente: Propia (2012).
Figura 11. Vegetación Parque El Vergel (c)
Fuente: Propia (2012).
46
Los problemas en el Corredor Ambiental Otún Consotá están relacionados con la
planificación territorial en el municipio de Pereira, que desconoce los elementos naturales
que conectan las tres áreas de interés que conforman dicho Corredor (Figura 13), en el cual,
el Área de Manejo Especial Canceles y el Salado de Consotá son áreas para la preservación
del paisaje y la cultura; y el Jardín Botánico Universidad Tecnológica de Pereira, es un área
para la conservación de la biodiversidad.
Figura 13. Corredor Ambiental Otún Consotá.
Fuente: Sánchez (2011).
Dosquebradas
N
Pereira
47
Estas áreas se presentan de manera fragmentada en el POT (Acuerdo 26 de 2006 y
revisiones), desconociendo los corredores ambientales presentes entre las mismas, que
hacen posible la movilidad de especies de fauna y la preservación de cuerpos de agua como
quebradas y humedales.
En el POT de Pereira, el suelo de expansión urbano al oriente de la ciudad,
corresponde al piedemonte del cerro El Mirador contiguo a la Avenida Juan B. Gutiérrez
(Figura 14), siendo este lugar históricamente parte del corredor biológico de la zona.
Igualmente, el sector que constituye la microcuenca de la quebrada La Dulcera y el
corredor que se establece entre el Área de Manejo Especial Canceles, El JBUTP y el Salado
de Consotá que presenta una zona de humedales (Figura15) (Sánchez, 2011).
Figura 14. Construcciones cerro El Mirador. Figura 15. Humedales Corredor Otún Consotá
Fuente: Sánchez (2011).
En este sentido, la planificación y gestión orientada a la expansión urbana y de alguna
manera a la construcción de viviendas, ha desconocido los Corredores Ambientales que
Fuente: Sánchez y Villegas (2008).
48
hacen posible el mantenimiento de la vida en general en el municipio de Pereira. En la
Figura 16 se evidencian tres imágenes: la imagen superior da cuenta del plano de expansión
urbana del POT de Pereira; la imagen inferior izquierda representa el Corredor Ambiental
Otún Consotá; y la imagen inferior derecha corresponde a los suelos que hacían parte de la
zona suburbana y que la CARDER incorporó al suelo de protección.
Figura 16. Expansión urbana al oriente de Pereira.
Fuente: Sánchez (2011).
Fuente: Alcaldía de
Pereira, 2006.
Fuente: Sánchez, 2011.
Fuente: CARDER, 2010.
49
Dicha figura, evidencia que los suelos de expansión urbana y los suburbanos que ha
dispuesto el POT de Pereira, corresponden al Corredor biológico que integra el Corredor
Ambiental Otún Consotá, el cual favorece el tránsito de especies de fauna y la continuidad
de la vegetación asociada a las quebradas y demás cuerpos de agua como humedales
presentes en la zona. De acuerdo con ello, los corredores biológicos han disminuido en la
medida en que ha aumentado la expansión urbana, realizada con las mínimas
consideraciones ambientales que aseguren la continuidad del patrimonio natural y cultural
del área.
Igualmente, el lugar conocido como “Grietas Marte” (Figuras 17 y 18) que el POT de
Pereira establece como suelo de expansión y que hace parte del corredor presente entre
Canceles y el JBUTP, contiguo a los humedales de la Figura 15, presenta un alto grado de
carcavamiento debido a la erosión por la remoción del material vegetal.
Figura 17. “Grietas Marte”.
Fuente: Sánchez (2011).
Figura 18. Tramo Final Humedales-JBUTP
Corredor Ambiental Otún Consotá. Sitio
“Grietas Marte”.
Fuente. Sánchez (2011).
50
El Salado de Consotá (Figura 19) contiguo al río Consotá (Figura 20), es un sitio que se
perfilaba como un Plan Parcial para vivienda de interés social, proyecto que fue obstruido
por el hallazgo del Salado entre los años 2000 y 2001, en los cuales se realizaron
excavaciones en la Hacienda “La Mikela” logrando definir la profundidad de la ocupación
humana en al menos 6.500 años de antigüedad. Paralelamente la CARDER detuvo
temporalmente la obra de interés social que se pretendía realizar por no cumplir con los
requisitos para la licencia ambiental. Fue así como en el año 2004, este sitio se declara
como Área de Influencia Arqueológica y Monumento del orden Nacional por el Instituto
Colombiano de Antropología e Historia (López et al, 2004).
Figura 19. Salado de Consotá. Figura 20. Río Consotá.
Fuente: Sánchez (2011). Fuente: Sánchez (2011
Sin embargo, en el Salado de Consotá se ha realizado poca gestión a nivel
interinstitucional, considerando que el Grupo de Gestión Ambiental Cultural de la
Universidad Tecnológica de Pereira, ha sido la única agrupación que ha realizado gestión
ambiental permanente en este lugar, desde la formulación de proyectos para la
consolidación y preservación del área, como la realización de acciones de recolección de
51
residuos sólidos. No obstante, dichas acciones no han sido suficientes para el
mantenimiento del sitio, por lo que se ha deteriorado y se han perdido elementos
arqueológicos asociados al mismo (Sánchez, 2011). En este sentido, ha faltado mayor
compromiso por parte de las instituciones relacionadas con la gestión ambiental de Pereira
para conservar el patrimonio cultural del municipio.
Para el tramo urbano del río Consotá, cabe mencionar que este cuerpo de agua recibe el
60% de la carga contaminante transportada por el sistema de alcantarillado de Pereira;
entrega que se realiza de manera directa sobre el cuerpo de agua principal e indirectamente
a través de sus quebradas tributarias, por medio de colectores que descolan a lo largo de su
recorrido por el casco urbano. Dicha contaminación incrementa los riesgos sanitarios en
los que incurre la población de Cartago al emplear como fuente de abastecimiento al río La
Vieja receptor del anterior (Restrepo, 2005).
En el tramo urbano del río Consotá comprendido entre la desembocadura de la
quebrada La Dulcera y la salida de la ciudad, en el sector El Tigre (Figura 21), las aguas
están fuertemente contaminadas donde en épocas del año los niveles de oxígeno son
menores de uno y en ocasiones llegan a cero; igualmente la situación que presentan las
principales quebradas que llegan a este río, como La Dulcera, El Oso y Bedoya. Esta
contaminación produce problemas de salud pública como olores que afectan a la población
que habita las márgenes de estas quebradas (Aguas y Aguas, 2008).
52
Figura 21. Calidad del Agua de los ríos Otún, Consotá y la quebrada Dosquebradas.
Fuente: Aguas y Aguas (2008).
El río Otún ha recibido durante años las cargas contaminantes provenientes de las
aguas residuales domésticas, industriales, pluviales, agropecuarias y lixiviados provenientes
del relleno sanitario “La Glorita” ubicado a la altura de la vereda la Combia. Además se
tiene que Pereira vierte al río Otún aproximadamente 0,55 m3/s de aguas residuales y 0,82
m3/s de aguas residuales al río Consotá. A su vez el río Otún es receptor final de los 0,77
m3 de aguas residuales aportadas a través de la quebrada Dosquebradas (Restrepo, 2005).
El tramo urbano de este río presenta igualmente problemas de deficiente disposición de
residuos sólidos por parte de las comunidades aledañas (Figura 22).
Muy malo
Mala
Regular
Buena
Excelente
Descriptores índices
INSF
53
Figura 22. Tramo Urbano del río Otún. Conexión Pereira-Dosquebradas.
Fuente: Propia, 2012.
El municipio de Dosquebradas comparte la cuenca del río Otún con Pereira, en cuanto
tiene que ver con la ladera norte y la quebrada Dosquebradas tributaria de este rio (Figura
22). En este sentido, el espacio público de Pereira, se conecta con espacio público de
Dosquebradas por medio de esta cuenca, por lo que Guzmán et al (2011) denomina “La
Cuenca Hidrográfica como elemento Articulador en la construcción de Región”.
En Dosquebradas los elementos naturales del sistema de espacio público urbano
(Figura 2) presentan al igual que Pereira, problemas relacionados con la expansión urbana,
la deficiente disposición de residuos sólidos, entre otros.
54
En este sentido, la quebrada Dosquebradas antes de su ingreso a la zona urbana se
puede catalogar como de buena calidad (IFSN 73,8); a la altura de la urbanización Bosques
de la Acuarela, cuando ya ha recibido las primeras descargas el índice disminuye a 56,6; no
obstante, a su paso por la municipalidad comprendido entre las desembocaduras de las
quebradas Los Molinos y Frailes, donde el índice alcanza un valor de 49,2, la sitúa en el
rango de corrientes de mala calidad. Esta quebrada tiene un recorrido aproximado de 12
km hasta su desembocadura en el río Otún (Restrepo, 2005).
El área que constituye el Parque Metropolitano Lagos de La Pradera (Figuras 23 y 24)
considerado como espacio público efectivo, presenta tres Humedales los cuales son
abastecidos por la microcuenca de la quebrada La Mina (Figuras 25 y 26) delimitada en el
POT de Dosquebradas como suelo de protección. Sin embargo, dicha quebrada no cuenta
con el bosque de galería respectivo en las márgenes de la misma.
Figura 23. Vista escénica del P. Lagos de La Pradera. Figura 24. Zona verde Parque Lagos de La Pradera.
Fuente: Propia (2012). Fuente: Propia (2012).
55
Figura 25. Microcuenca de la quebrada La Mina. Figura 26. Realidad de la quebrada La Mina.
Fuente: Edición Propia según POT D/das (2000). Fuente: Propia (2012).
Por el contrario, la microcuenca de la quebrada La Mina se asemeja según la Figura 26
a una zona potrerizada y por lo tanto, despojada de su cobertura vegetal natural para
sembrar pastos.
Igualmente, el sector “Humedales La Macarena” se consideró en el POT de
Dosquebradas en el año 2000, como suelo de protección. No obstante, este lugar fue objeto
de intervención para la construcción de la Urbanización La Macarena en el año 1997
(Figuras 27 y 28), proyecto urbanístico que generó disputas entre la Constructora y
CARDER por no contar con la licencia ambiental, ya que con los movimientos de tierra
efectuados por la sociedad constructora, se afectaron los elementos naturales presentes en el
sitio, requiriedo esa situación permiso de la CARDER; razón por la cual se le impuso una
multa a la sociedad constructora (Consejo de Estado, 2000).
56
De acuerdo con lo anterior, la expansión urbana desde la perspectiva del ambientalismo
moderado no constituye un problema, ya que la naturaleza está allí solo para satisfacer las
necesidades de la población y por tanto, si la población va en aumento, se debe consumir
naturaleza para suplir dicha demanda.
Dicho ambientalismo considera igualmente que la naturaleza tiene límites pero no
explica cómo poner freno o disminuir el consumo de naturaleza con un modelo de
desarrollo que depreda la misma, y ello se evidencia en los vertimientos a los cuerpos de
agua, la deficiente disposición de residuos sólidos en las áreas, la desaparición de los
corredores ambientales producto de la expansión urbana y la poca gestión interinstitucional
del patrimonio arqueológico, como algunos de los problemas identificados en la
conurbación Pereira-Dosquebradas asociados a los elementos naturales del espacio público
urbano.
Figura 27. Humedales La Macarena, POT D/das.
Fuente: Edición Propia según POT D/das (2000).
Figura 28. Barrio La Macarena en Humedales.
Fuente: Google Earth, 2012.
57
4. CAPÍTULO III
Despertando sensibilidades por la vida: Reinterpretación y propuesta de
investigación del caso de estudio
En el capítulo anterior se presentaron los desafíos asociados a la gestión ambiental del
espacio público natural urbano; por lo tanto, el presente capítulo concluye el objetivo dos,
mediante la reinterpretación del caso de estudio desde el contexto de la Sustentabilidad, lo
cual es insumo para dar paso a la propuesta de investigación: “Despertando Sensibilidades
por la Vida” y por lo tanto, cumplir con el objetivo específico tres.
De acuerdo con ello, la crítica que expresan los autores de la gestión ambiental
alternativa está relacionada con la racionalidad económica dominante, la economía
neoclásica, la inequidad e indiferencia con que se trata al otro, bien sea a otras especies o a
los intereses sociales; y la visión que separa al ser humano de la naturaleza. Por ello, los
criterios de la Sustentabilidad planteados por Leff (2002, 2008) y los autores que
complementan la propuesta se pueden agrupar en diez elementos que serán los criterios
para reinterpretar la gestión ambiental del espacio público natural urbano.
58
Estos criterios son: reconocimiento de las dinámicas y temporalidades ecológicas y
culturales; racionalidades que dan lugar a la creación de lo otro, la diversidad y la
diferencia; cultura adaptativa; simbiosis por encima de la competencia; libertad para crear
sin destruir; el ser humano solidario con el planeta; derechos colectivos ante los derechos
privados; visión ambiental compleja; transformación de las estructuras simbólicas de la
cultura; y recuperar los derechos de la sensibilidad.
Los elementos naturales que conforman el espacio público existen no sólo con el
propósito de ser fuente de materias primas o dar belleza escénica a un territorio, sino que
estos hacen parte de un entramado natural que trasciende lo urbano para conectarse con lo
rural y conformar un ecosistema natural que garantiza la vida en general. Es decir, los
ecosistemas que hacen parte del tramo urbano también cumplen funciones ecológicas como
la depuración del aire, ser hábitat de la biodiversidad, generar corredores para el flujo de
materia y energía a nivel intra e intermunicipal, ya que las especies de fauna no sólo se
desplazan por los ecosistemas rurales sino que al existir corredores ambientales en suelo
urbano estas pueden transitar por los mismos para llegar a otros ecosistemas y llevar a cabo
su nicho ecológico. Por lo tanto, las ciudades no se pueden llenar de concreto, ya que
deben respetar estas otras formas de vida que garantizan la misma vida del ser humano.
En este sentido, la Visión Ambiental Compleja permite captar las interrelaciones
presentes entre los seres humanos y la naturaleza comprendiendo que esta es el soporte del
hábitat y por tanto de la vida; no obstante, es cierto que a través de los años los seres
humanos han transformado la naturaleza mediante la plataforma tecnológica instrumental,
que ha posibilitado la generación de conocimientos, saberes, visiones propias de la
59
construcción de la cultura; sin embargo los planteamientos de la Sustentabilidad esbozan
que se deben reconocer las dinámicas y temporalidades ecológicas y culturales, lo que
implica, poder visualizar que los ecosistemas están interconectados, presentan una
dinámica que posibilita el flujo de materia y energía, y por tanto, si se eliminan partes del
sistema, ocurre una alteración del mismo, lo que no quiere decir, que la alternativa sea el
conservacionismo a ultranza en todo el territorio, sino que se debe reconocer y preservar los
elementos naturales que favorecen las conexiones o corredores ambientales entre los
diversos ecosistemas; por lo tanto, si dichos elementos son deteriorados o impactados por la
necesidad de crecimiento económico, vivienda de interés social, entre otros aspectos
relacionados con el desarrollo de las entidades territoriales, se ocasionan problemas no sólo
para el ser humano, como el aumento de las temperaturas en las ciudades por remoción de
la vegetación, sino también se genera daño a otras formas de vida, a partir de la obstrucción
de nichos ecológicos, el confinamiento de especies de fauna a parches de bosque aislados y
en otros casos la muerte de dichas especies por la destrucción de sus hábitats.
Quizás, lo anterior pueda parecer una visión catastrófica, pero los mismos autores de la
gestión ambiental alternativa y la Sustentabilidad establecen que la naturaleza tiene límites
y para que exista una continuidad de la cultura en el planeta, deben realizarse profundas
transformaciones asociadas a la creación de culturas adaptativas, que condicionen su
plataforma tecnológica instrumental a los límites de la naturaleza. Es decir, que generen
cambios en el comportamiento más allá de los cambios que produce la propuesta
hegemónica de la racionalidad económica que cuantifica y asigna precios a los bienes
materiales e inmateriales; sino aquellos cambios relacionados con la construcción de
racionalidades que dan lugar a la creación de lo otro, la diversidad y la diferencia, es
60
decir, que den lugar a reconocer la alteridad presente en las demás formas de vida y por
tanto al reconocimiento de la multiplicidad de estéticas en el planeta tierra.
La gestión ambiental del espacio público natural, no debe quedar supeditada a los
intereses particulares por encima de los intereses públicos, es decir, que en la planificación
del territorio, se deben estudiar los lugares en los cuales se van a llevar a cabo los proyectos
urbanísticos, de tal manera que no se generen daños a los corredores ambientales ni al
patrimonio cultural de los territorios, lo que implica derechos colectivos ante los derechos
privados. En este sentido, libertad para crear sin destruir establece la multiplicidad de
formas que existen para construir ciudades sustentables sin desconocer las dinámicas de
crecimiento poblacional, pero empleando materiales alternativos, resaltando los corredores
ambientales, entre otras formas de planificar que permiten el cuidado de la biosfera, lo cual
tiene en cuenta el principio de el ser humano solidario con el planeta.
A partir de allí la cultura exige una transformación de sus estructuras simbólicas, es
decir del sistema de valores y creencias que cuantifican, homogenizan e invisibilizan los
seres que hacen parte de la naturaleza, de modo que se permita la creación de una ética
capaz de establecer una reconciliación del ser humano con la naturaleza posibilitando que
este se sienta parte de la misma. Se trata de cambiar su relación simbólica con esta,
reconociendo la alteridad y por tanto la multiplicidad de estéticas, recuperando los derechos
de la sensibilidad, no sólo para con la naturaleza sino entre la especie humana de tal
manera que la simbiosis esté por encima de la competencia.
61
Criterios: Solidaridad con el planeta,
libertad para crear sin destruir, igualdad
humana.
Objetivo de la Propuesta de Investigación: contribuir a crear
en la población una cultura ambiental que signifique una
relación con la naturaleza que trascienda los intereses de
bienestar humano para identificar en ella, otras formas de
vida o multiplicidad de estéticas que deben ser preservadas.
Voluntad de Cambio de las estructuras
simbólicas de la cultura; es decir, el
reconocimiento de las otras formas de vida Se requiere
Propuesta de Investigación: “Despertando Sensibilidades por la Vida”
Se llevará a cabo mediante un compromiso de todos los ciudadanos
Compromiso de las Entidades Públicas
Compromiso de las Entidades Privadas
Compromiso de las Sociedad Civil en
general
Planificación del
Espacio Público
Supra Municipal
Criterios
Trabajo
Interdisciplinar
io entre
entidades
territoriales y
la Autoridad
Ambiental
Promover Cultura
Ambiental a nivel
intra e inter
institucional.
Reivindicación del
conocimiento ambiental
presente en las culturas
urbanas, ONG’s
Ambientales, grupos de
estudio ambiental y
sociedad en general.
Tener en cuenta en el proceso
productivo, desde la planificación hasta
la generación de bienes y servicios, los
límites y potenciales ecológicos y
culturales.
Criterios
Visión
Ambiental
Compleja
Posición frente
a la naturaleza
más allá del
ámbito
utilitarista y
mercantilista.
Participar en las decisiones y acciones
territoriales para retroalimentar y
construir conjuntamente la cultura
ambiental.
Vigías de la Cultura Ambiental
Trabajo Conjunto entidades públicas y privadas
Medios de Comunicación
Cultura Ambiental
Reivindicación de tradiciones que
fomentan la integración entre los
ciudadanos.
Figura 29. Propuesta de Investigación.
62
En este orden de ideas, la propuesta de investigación se denomina “Despertando
sensibilidades por la vida” (Figura 29) ya que la Sustentabilidad no solo debe garantizar la
permanencia del ser humano en el planeta Tierra, sino que debe permitir la comprensión de
la responsabilidad que tiene la sociedad de cuidar la biodiversidad manifestada en los
corredores ambientales que aseguran el mantenimiento de los nichos ecológicos y hábitats
de las especies de fauna, así como la generación de microclimas, proveer espacios para la
investigación, la educación, el diálogo de saberes, el acercamiento a las diferentes estéticas
o formas de vida existentes.
La presente propuesta parte del reconocimiento de un sistema de espacio público
natural de carácter efectivo como no efectivo que se presenta como una red que permite las
interrelaciones naturales entre lo urbano y lo rural (Figura 3). Así que teniendo presente la
gestión ambiental desde la Sustentabilidad, la propuesta parte de una transformación
cultural, ya que son los seres humanos los que se ponen de acuerdo en cómo transforman y
se adaptan al entorno.
En este sentido, el objetivo o fin último de la propuesta de investigación
“Despertando sensibilidades por la vida” es contribuir a crear en la población
una cultura ambiental que signifique una relación con la naturaleza que
trascienda los intereses de bienestar humano para identificar en ella, otras formas
de vida o multiplicidad de estéticas que deben ser preservadas.
63
Para ello es necesaria una voluntad de cambio de las estructuras simbólicas de la
cultura; es decir, el reconocimiento de las otras formas de vida, solo es posible mediante la
necesidad que los seres humanos tienen de cambiar las viejas estructuras de creencias que
han conllevado a un pensamiento utilitarista de la naturaleza.
Una de las formas que existen para cambiar el sistema de creencias que los seres
humanos tienen sobre su entorno inmediato y sobre sí mismos, se da a mediante un
despertar de aquellas sensibilidades que producen una identificación con el otro y con las
demás formas de vida. Esta propuesta no implica desconocer las realidades presentes en
los intereses económicos, políticos y socio culturales que existen en el territorio, sino que
apela a la sensibilidad que tiene la sociedad para reconocer en la naturaleza, algo más que
objetos/sujetos cuantificables para valorar económicamente.
En este sentido, la conurbación Pereira-Dosquebradas constituye un territorio de
650.000 habitantes aproximadamente, lo que implica que dicha población se beneficia del
espacio público natural urbano conformado por los parques de orden barrial y
metropolitano, además de los suelos de protección que comprenden las riberas de los ríos,
quebradas y las áreas dispuestas por los POT. Igualmente, la población se ve afectada si
dichos espacios están contaminados, por lo que este es un tema que concierne a todos y
cada uno de los habitantes del territorio.
De acuerdo con ello, la propuesta de investigación “Despertando sensibilidades
por la vida” se llevará a cabo mediante un compromiso de todos los ciudadanos.
64
Al ser un compromiso de todos los ciudadanos, la temática del espacio público no
debería ser una iniciativa que surja sólo de las entidades público privadas que realizan
gestión ambiental, porque ese es su quehacer o la razón de ser de las mismas; sino que el
ser humano y por tanto la sociedad en general, debe comprender que es su deber y a la vez
su derecho, construir su propio futuro de manera armónica con la naturaleza; no se trata de
retornar a las culturas tribales, sino de construir la manera de reivindicar y descubrir en los
espacios naturales, escenarios para la educación, la sana convivencia, la recreación, el ocio,
la contemplación, la investigación, la cultura, el arte y por lo tanto, en la Planificación
Territorial, proteger estos sitios porque en los imaginarios de la ciudadanía significan vida,
y la vida hay que cuidarla. Igualmente debe establecerse que despertar la sensibilidad
hacia la naturaleza, no se da al mismo tiempo para todos los seres humanos, ya que esto
depende de muchos aspectos relacionados con las características culturales, geográficas,
económicas, políticas y sociales. Sin embargo, es una tarea de largo aliento que empieza
primero con el reconocimiento de que existen otros seres que acompañan al ser humano en
el planeta Tierra y que al igual que los seres humanos, merecen respeto, cuidado y
consideración.
En este orden de ideas, hasta el momento se han empleado los criterios de
Sustentabilidad: transformación de las estructuras simbólicas de la cultura; y recuperar los
derechos de la sensibilidad, como insumos para el fin último de la propuesta, por lo tanto,
los demás criterios serán los que la ciudadanía pueda emplear para regir sus actuaciones y
comportamientos de tal manera que se garantice el cumplimiento del objetivo de la misma.
De esta forma se trasciende la evaluación de cumplimiento de metas y objetivos en las
entidades públicas y privadas mediante indicadores cuantitativos y se da paso además a
65
criterios cualitativos para la gestión ambiental de acuerdo al contexto de la Sustentabilidad
(Figura 30).
Figura 30. Criterios direccionadores de la Propuesta “Despertando sensibilidades por la vida”.
Los criterios de la Sustentabilidad para la gestión ambiental (Figura 30) constituyen
una alternativa a la actitud productivista consumista, producto del Modelo de Desarrollo
actual, que mide el valor de un ser humano en la medida en que más consuma bienes de
todo tipo, además de concentrarse en el crecimiento económico como principal medida del
desarrollo de una región o un país. Por lo tanto, al considerar que dicho modelo de
desarrollo ha permeado las instancias de planificación y gestión a nivel público, privado y
Entidades
Públicas
Entidades
Privadas
Ciudadanía
en general
Libertad para
crear sin
destruir
El ser humano
solidario con el
planeta
Derechos
colectivos ante
los derechos
privados
Visión
ambiental
compleja
Reconocimiento
de las dinámicas
y temporalidades
ecológicas y
culturales
Racionalidades
que dan lugar a la
creación de lo otro,
la diversidad y la
diferencia
Cultura
adaptativa
Simbiosis por
encima de la
competencia
66
de la ciudadanía en general, es necesario trabajar articuladamente con dichas instancias
para lograr un cambio a nivel general. De acuerdo con ello, más allá de presentar qué se
debe hacer para aumentar el espacio público de las ciudades y cumplir con los 15 m2
establecidos por el Decreto 1504 de 1998, se trata de mejorar la calidad del espacio que se
tiene, no para cumplir con las metas ambientales en las empresas o a nivel de la
administración municipal o departamental, sino para asegurar el bienestar del hábitat
humano y no humano en general.
Las tres instancias de toma de decisiones y de actuación en el territorio cumplen un
papel determinante en el logro del fin último de la propuesta. En este sentido, el papel
principal de las entidades públicas es promover cultura ambiental a nivel intra e inter
institucional que despierte sensibilidades en la ciudadanía. No existen pasos o
procedimientos que den cuenta de una gestión ambiental única que diga ser sustentable para
el territorio de la conurbación Pereira-Dosquebradas, ya que el acercamiento a la naturaleza
desde una actitud diferente a la utilitarista, abre múltiples posibilidades de gestión
ambiental desde la revaloración de las estéticas presentes en las culturas urbanas, las
ONG’s ambientales, los grupos de estudio ambiental, la sociedad en general, a partir de lo
cual no solo es válido la propuesta hegemónica del Desarrollo Sostenible sino otras
visiones y maneras de concebir y de sentir el territorio.
De esta manera los habitantes Pereiranos y Dosquebradenses se sentirían incluidos, ya
que la propuesta de los Centros Comerciales solo incluye a aquellos que tienen capacidad
adquisitiva o simplemente les gusta ir a estos lugares; pero que las entidades públicas
contribuyan a reivindicar los elementos naturales que constituyen el espacio público no solo
67
incluye a un pequeño grupo de habitantes, sino a todos los habitantes que deseen ir a
dialogar, estudiar, recrearse, jugar, investigar, hacer actividad física, sacar a pasear sus
mascotas, entre otras. Igualmente la planificación del espacio público debería ser
supramunicipal, en este caso, a nivel de la conurbación como un todo, teniendo en cuenta
que la red de espacio público trasciende los límites político administrativos de Pereira y
Dosquebradas para configurarse como un entramado natural que igualmente se reconoce al
haberse establecido una conurbación entre ambos municipios (Figura 3), por lo que las
directrices para la gestión ambiental de dicho espacio deben ser las mismas, de tal manera
que la variación esté presente solo en lo concerniente a la distribución de responsabilidades
para la gestión ambiental. Igualmente se debe favorecer la movilidad para acceder al
espacio público. De esta manera se podrían crear senderos peatonales y ciclorrutas
paralelas o en la red de espacio público para que las personas puedan acceder a estos
escenarios. El trabajo en conjunto e interdisciplinario entre la autoridad ambiental de
Risaralda CARDER, las alcaldías de Pereira y Dosquebradas con sus respectivas
Secretarías de Planeación, de Educación, de Salud, Espacio Público permitirá articular el
espacio público urbano con el rural, para una planificación conjunta que promueva
objetivos articulados y acciones igualmente interrelacionadas, para evitar la fragmentación
del espacio público que conlleve a la aprobación de proyectos urbanísticos que afecten los
corredores ambientales.
El papel de las empresas debe trascender el objetivo de crecimiento económico, la
generación de empleo y la responsabilidad ambiental que solo propende por el
posicionamiento o visibilidad de su marca en el mercado o la generación de mayores
rentabilidades; para comprometerse con la cultura ambiental que reconoce los límites y
68
potenciales ecológicos y culturales. Esto no quiere decir que la generación de empleo no
sea tan relevante como la cultura ambiental, sino que, al igual que la empresa debe cumplir
una función social al asegurar el bienestar de la población mediante el suministro de
ingresos, la población asegura la continuidad de la empresa mediante trabajo para la
producción. Es en ese sentido, se constituye en una ayuda recíproca, lo que no ocurre con
la naturaleza, que suministra los elementos primarios para ser transformados en bienes y
servicios por las empresas, y recibe a cambio, desechos contaminantes, destrucción del
hábitat de las especies naturales, entre otros elementos que no solo afectan a la
multiplicidad de estéticas presentes en la naturaleza, sino que a la larga, terminan afectando
la continuidad de la especie humana en el planeta tierra.
Por ello, las empresas deben apelar a la Visión Ambiental Compleja para trascender los
Mecanismos de Desarrollo Limpio, la Producción más Limpia, entre otros instrumentos
para la gestión ambiental empresarial y ampliar su visión a un ámbito territorial del cual
hace parte. Para esto, se debe asumir una posición más allá del ámbito utilitarista y
mercantilista de la naturaleza, para igualmente dejarse permear por una sensibilidad que
sólo se reconoce a partir de pensar más allá de la producción para reconocer las
necesidades de los seres humanos que trabajan en las empresas y los límites que tienen
aquellos seres no humanos que sirven como insumo para la producción de bienes y
servicios.
Por otra parte, el papel de la ciudadanía consiste principalmente en participar en las
decisiones y acciones territoriales para retroalimentar y construir conjuntamente dicha
cultura ambiental. La familia como núcleo de la sociedad recibe la información que
69
suministran los medios de comunicación patrocinados por las empresas y el gobierno para
realizar sus actividades diarias. De ello, la importancia de trabajar conjuntamente con el
sector empresarial y con las entidades públicas para que la información que llega a las
familias propenda por crear una cultura ambiental que favorezca el reconocimiento de las
temporalidades ecológicas y culturales, la solidaridad con el planeta, la libertad que tienen
los seres humanos para crear, ingeniar, inventar, sin destruir, lo cual debe ser igualmente
aplicado por las instancias anteriores. Igualmente dicha ciudadanía debe constituirse como
vigía de la cultura ambiental, lo que implica que las comunidades que habitan y visitan el
espacio público deben cuidarlo y protegerlo. Igualmente las entidades públicas podrían
afianzar el tema de vigías de la cultura ambiental, mediante la cualificación de estudiantes
de instituciones educativas de básica secundaria y ciudadanos voluntarios que deseen
prestar su servicio para estar al tanto, de los comportamientos de los visitantes del espacio
público y en este sentido, educar para el cuidado y la valoración de las características
intrínsecas de la naturaleza, sin desconocer los beneficios que presta para la vida del ser
humano.
Así mismo, la ciudadanía podría apropiarse del espacio público reivindicando aquellas
tradiciones que fomentaban la integración de los ciudadanos como los convites
comunitarios entre otras actividades como: integración empresarial, actividades académicas
teórico prácticas, jornadas de arte en las cuales haya espacio para la poesía, pintura,
escultura, escritura, lectura entre otros que construyan ciudadanía e identidad territorial. De
esta manera los habitantes de Pereira y Dosquebradas, sentirían que es satisfactorio visitar
el espacio público ya que allí encuentran, lo que no se encuentra en lugares construidos en
concreto, como la integración con la dimensión natural del individuo, aquella que es
70
materia de la misma que compone los demás seres vivos; quizá haya tomado otra forma,
quizá con una estética diferente, pero que es materia que nace, crece, respira, interactúa,
experimenta, aprende, al igual que lo hacen las demás especies para aprender a adaptarse a
su entorno, sobrevivir y en ocasiones jugar y simplemente vivir.
De esta manera, la gestión ambiental pasaría de ser un tema más, de tantos que ocupan
el territorio, y que en el imaginario colectivo le compete principalmente a las entidades
gubernamentales con beneficio de recibir rubros por dicho concepto, para convertirse en un
valor impregnado en la conciencia de los individuos de tal manera que genere cambios en
la forma de interactuar con el espacio público y conduzca a un mejoramiento de la calidad
de vida en general. Así mismo, aunque dicha propuesta no soluciona los problemas de
distribución desigual de la riqueza, necesidades básicas insatisfechas y otros relacionados
con el Modelo de Desarrollo actual, plantea la reivindicación social de dichos escenarios
públicos, que favorecen la cohesión social como un primer inicio para plantear ideas y
generar apuestas en torno a la generación de otras condiciones de vida en relación con la
naturaleza.
Finalmente cabe resaltar según Noguera (2013), que en otra investigación o en una tesis
doctoral podría profundizarse un poco más en las relaciones territoriales complejas de la
conurbación que se mencionan en el presente documento, para identificar cuáles son
autopoiésicas, cuáles son autoorganizadoras, cuáles están en relación neguentrópica, cuales
en relación entrópica y hacer los cruces de estas emergencias construyendo un proyecto que
tome en cuenta la complejidad en su sentido más genuino.
71
5. CONCLUSIONES
El ambientalismo moderado se ha constituido como la corriente de la gestión ambiental
que ha tenido mayor acogida a nivel gubernamental en el ámbito internacional por conciliar
el desarrollo que promueve crecimiento económico, con el cuidado de la naturaleza, siendo
una contradicción, ya el crecimiento económico conlleva la depredación de la naturaleza
para seguir en aumento. De acuerdo con ello, la Sustentabilidad planteada por Leff y los
autores de la gestión ambiental alternativa (Ángel, Noguera, Carrizosa), se consideran
como una opción diferente, al plantear la necesidad de una racionalidad ambiental
fundamentada en los potenciales ecológicos de la naturaleza; la valoración ético estética;
las culturas adaptativas; y la visión ambiental compleja principalmente, lo cual trasciende la
visión utilitarista y mercantilista de la corriente anterior.
En este sentido, el abordaje del espacio público en la gestión ambiental de la
conurbación Pereira-Dosquebradas presenta la línea de acción del ambientalismo
moderado. No obstante, ese ambientalismo considera igualmente que la naturaleza tiene
límites pero no explica cómo poner freno o disminuir el consumo de naturaleza con un
modelo de desarrollo que depreda la misma naturaleza y ello se evidencia en los
vertimientos a los cuerpos de agua, la deficiente disposición de residuos sólidos en las
72
áreas, la desaparición de los corredores ambientales producto de la expansión urbana y la
poca gestión interinstitucional del patrimonio arqueológico, como algunos de los problemas
identificados en la conurbación Pereira-Dosquebradas asociados a los elementos naturales
del espacio público urbano.
En dicho contexto, la propuesta parte del reconocimiento de un sistema de Espacio
Público Natural de carácter efectivo como no efectivo que se presenta como una red que
permite las interrelaciones naturales entre lo urbano y lo rural. A partir de ello, se
identificaron diez criterios de la Sustentabilidad y la gestión ambiental alternativa, para
direccionar la propuesta de investigación. Estos son: reconocimiento de las dinámicas y
temporalidades ecológicas y culturales; racionalidades que dan lugar a la creación de lo
otro, la diversidad y la diferencia; cultura adaptativa; simbiosis por encima de la
competencia; libertad para crear sin destruir; el ser humano solidario con el planeta;
derechos colectivos ante los derechos privados; visión ambiental compleja; transformación
de las estructuras simbólicas de la cultura; y recuperar los derechos de la sensibilidad.
A partir de lo anterior, la propuesta de investigación “Despertando Sensibilidades por
la vida”, tiene como fin contribuir a crear en la población una cultura ambiental que
signifique una relación con la naturaleza que trascienda los intereses de bienestar humano
para identificar en ella, otras formas de vida o multiplicidad de estéticas que deben ser
preservadas. Para ello se propone un trabajo articulado entre las entidades públicas,
privadas y la ciudadanía en general, lo cual incida en la planificación, el proceso
productivo, la publicidad mediática y la participación ciudadana en las decisiones y
acciones territoriales.
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6. RECOMENDACIONES
Se hace necesario una visión ambiental compleja en las Direcciones y Secretarías de
planificación y gestión ambiental de las entidades públicas y privadas, al igual que en la
Autoridad Ambiental departamental, que permita ver las interrelaciones entre el ámbito
urbano y el rural, lo cual incida en una planificación conjunta del espacio público natural
efectivo como no efectivo, ya que ambos se conectan mediante corredores biológicos que
contribuyen a la permanencia de la vida.
Aunque las necesidades básicas insatisfechas de la población de la conurbación Pereira-
Dosquebradas están alrededor de 13%, los habitantes de este territorio deben trascender la
visión asistencialista para la gestión ambiental. Dicha visión obstaculiza la creatividad de
la población para el trabajo en el espacio público, ya que se supedita a la asignación de
rubros gubernamentales para la descontaminación de los cuerpos de agua y demás
actividades de limpieza y mejoramiento de este. En este sentido, los habitantes, deben
apropiarse del espacio público y contribuir a su mejoramiento y defensa con la conciencia
de que al hacerlo mejorarán igualmente su calidad de vida, y darán paso a otras especies de
existir, beneficiándose a largo plazo de esto. Para ello, debe existir un compromiso entre
las entidades público privadas que mediante los medios de comunicación y demás formas
de divulgación, contribuyan a que se cumpla dicho objetivo en la ciudadanía.
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BIBLIOGRAFÍA
Aguas y Aguas de Pereira. (2008). Programa Ríos de Agua Pura. [En línea].