Al Qaeda, ¿Una construcción subjetiva, o una realidad? INTRODUCCIÓN El presente trabajo de investigación encuentra sus motivaciones principales en: El interés generado por la Historia Social contemporánea de fines del siglo XX y comienzos del siglo XXI en lo referente a la relación entre los sucesos producidos a partir de las revoluciones en Oriente Medio. Las consecuencias producidas por la caída del muro de Berlín y el supuesto desarrollo de grupos armados suicidas. Las consecuencias producidas por la globalización (El choque de Culturas). La hipótesis del presente trabajo intenta probar que en un contexto generado por un nuevo orden mundial, cuyo máximo exponente es los Estados Unidos de América, "Al Qaeda" es una construcción política de los centros de poder que influye en el imaginario social. Desde un marco general, el trabajo se centra en la relación que existe entre la producción de sentido desde los centros de poder (Medios, Publicidad, Gobierno) y su impacto en el imaginario colectivo. 1
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Al Qaeda, ¿Una construcción subjetiva, o una realidad?
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Al Qaeda, ¿Una construcción subjetiva, o una realidad?
INTRODUCCIÓN
El presente trabajo de investigación encuentra sus motivaciones principales
en:
El interés generado por la Historia Social contemporánea de fines del siglo
XX y comienzos del siglo XXI en lo referente a la relación entre los sucesos
producidos a partir de las revoluciones en Oriente Medio.
Las consecuencias producidas por la caída del muro de Berlín y el supuesto
desarrollo de grupos armados suicidas.
Las consecuencias producidas por la globalización (El choque de Culturas).
La hipótesis del presente trabajo intenta probar que en un contexto generado
por un nuevo orden mundial, cuyo máximo exponente es los Estados Unidos de
América, "Al Qaeda" es una construcción política de los centros de poder que
influye en el imaginario social.
Desde un marco general, el trabajo se centra en la relación que existe entre
la producción de sentido desde los centros de poder (Medios, Publicidad,
Gobierno) y su impacto en el imaginario colectivo.
Las investigaciones anteriores sobre el tema son abundantes y de gran
riqueza, entre ellas se pueden nombrar las publicaciones del Sociólogo Pedro
Brieger referentes a la cuestión, entre ellas, la titulada “¿Qué es Al Qaeda?”1,
utilizada como base para la realización de este trabajo. Por otro lado, es
destacable la obra de Achcar, Gilbert, “El choque de las barbaries: terrorismos y
desorden mundial”.
El análisis del periodo 1980-2003 permitirá comprender las distintas
dimensiones alcanzadas por la conflictividad entre occidente y oriente; el
surgimiento de grupos terroristas, ataques suicidas a puntos clave (incluso el
1 Brieger, Pedro, Qué es Al Qaeda: Terrorismo y violencia política, 1ra Ed., Buenos Aires, Capital Intelectual, 2006.1
reivindicar la idea de libertad, los Estados Unidos siempre creyeron que sus
valores eran relevantes para el resto de la humanidad, por eso el impulso de una
obligación misionaria por transformar el mundo a nuestra imagen”. Por otro lado,
Anthony Lake, asesor de seguridad nacional de Bill Clinton durante su gobierno,
también reconocía el mismo año que “debemos promover la democracia y la
economía de mercado en el mundo porque eso protege nuestros intereses y
nuestra seguridad y refleja valores que son a la vez americanos y universales.
Nuestro liderazgo nos obliga a no solamente embarcarnos, sino también a dirigir”8.
Claramente, denosta una cosmovisión etnocentrista, observando a todos los
demás grupos étnicos a través del prisma de la superioridad del propio grupo,
dotado de cualidades frente a la inferioridad intrínseca de los “otros”.
En el ámbito de los formadores de opinión se considera que existe un odio
incomprensible hacia estados unidos. El 13 de septiembre de 2001, Thomas
Friedman, uno de los columnistas mas importante de The New York Times,
señalaba que los estadounidenses debían comprender que los terroristas “no
odian solo nuestras políticas sino que odian nuestra misma existencia”, y en el
Medio Oriente “no hay que olvidar que somos su único rayo de esperanza” (…)
Éste no es un enfrentamiento entre civilizaciones sino entre una moderna y
progresista visión del mundo y otra medieval”
Esta autopercepción es muy poco compartida fuera de Estados Unidos,
Jean Daniel, es director de la revista francesa “Le Nouvel Observateur”, afirmaba
el 14 de septiembre de 2001 que “los norteamericanos tienen el sentimiento de
inocencia que nunca sabrán lo que expían. Había en la arrogancia de su buena fe
un desprecio protector que pueblos, sociedades e individuos encontraban
humillante”.9
La representación de un enfrentamiento entre civilizaciones, entre la
occidental moderna y progresiva representada por los ideales norteamericanos, y
el Islam como medieval y bárbara, es falaz e históricamente incorrecta: El siglo XX
8 Brieger, Pedro. (2006) Ibidem.
9 Citado en Brieger, Pedro. (2006) Pàg. 72. Ibidem.12
Al Qaeda, ¿Una construcción subjetiva, o una realidad?
ha conocido varias y profusas masacres, las mas importantes, realizadas por la
civilización industrial occidental.10
Es en este contexto que el Islam, aparece como el nuevo enemigo de
occidente y es presentado como retrasado fanático y bárbaro. Ya en 1985, mucho
antes de que aparecieran Bin Laden y Al Qaeda, el reconocido intelectual
palestino Edward Said decía que “existe un consenso sobre el Islam como una
especie de chivo emisario para cualquier suceso que no nos guste sobre los
nuevos modelos políticos, sociales y económicos a nivel mundial. (…) Las
imágenes de Afganistán y las mujeres tapadas, asociadas con la destrucción de
las torres gemelas, no hacen mas que acrecentar esta antinomia simplista y
maniquea de “civilización o barbarie”
Fueron muchos, los intelectuales y periodistas de diferentes medios de los
Estados Unidos que días posteriores al Atentado del 11 de septiembre, salieron a
centrar la problemática de los ataques en la política exterior de los Estados
Unidos, corazón de la nueva crisis internacional. Jimmy Carter, ex presidente de
Norteamérica, doce años antes del martes 11 cuando reconoció esta relación al
afirmar que "sólo hace falta ir al Líbano, Siria o Jordania para ver el inmenso odio
de la gente hacia Estados Unidos porque nosotros hemos bombardeado sin
piedad y matado a gente inocente, mujeres y niños, campesinos y sus esposas
(...) Como resultado de ello, para esa gente que está profundamente resentida nos
hemos convertido en un especie de diablo. Eso llevó a que tomen rehenes y eso
precipitó algunos ataques terroristas".11
Pedro Brieger, sugiere que los problemas de Estados Unidos no provienen
solamente de su intervención en el Medio Oriente, en realidad, el problema central
que ha quedado al descubierto después del 11 septiembre es la extrema
hegemonía ejercida por Estados Unidos sobre el conjunto del mundo como señaló
10 Podemos citar entre otras, la planificación en los campos de concentración y cámaras de gas nazi, en Alemania; las bombas nucleares que cayeron en Nagasaki e Hiroshima en el contexto de la Segunda guerra mundial, lanzadas por Estados Unidos.
11 New York Times, 26.3.1989. Citado por Bill Thomson, "Combating Terrorism", 12.11.2001. en Bieger, Pedro (2008) Ibídem.
el sociólogo Alain Touraine los días después de los atentados.12 Esta extrema -e
indiscutida- hegemonía a la cual alude Touraine se refleja en todos los ámbitos,
desde lo político hasta lo militar, pasando por lo económico y lo social y en cada
uno de estos aspectos influye sobre el resto de la humanidad. Cuando el gobierno
de los Estados Unidos se niega a ratificar el Tratado de Kyoto aunque emite el
25% de los gases que producen el efecto invernadero, se retira de la Conferencia
contra el Racismo y la Xenofobia organizada por las Naciones Unidas, impide la
producción de medicamentos genéricos para luchar contra el SIDA porque afecta
los intereses de los grandes laboratorios, no apoya la creación del Tribunal Penal
Internacional para que éste no pueda obligar a comparecer a ciudadanos
estadounidenses, o no firma la Convención por los derechos de los niños entre
tantos otros hechos de los últimos años, lo que queda reflejado es que la primera
potencia mundial utiliza su extrema hegemonía para beneficiar únicamente sus
propios intereses y la de sus coyunturales aliados. Más aún, Estados Unidos se
arroga el derecho moral de intervenir en cualquier lugar del planeta si lo considera
necesario y obsesionado por Bin Laden lo hace aparecer en cualquier punto del
planeta. Pocas semanas después de los atentados a las torres gemelas y al
Pentágono, Ronald Rumsfeld, secretario de Defensa de George W. Bush (h),
señalaba que “hoy el rol del poder militar de Estados Unidos puede ser definido
ampliamente: promover y proteger los valores e intereses americanos y los de sus
aliados en cualquier lugar del mundo. A veces, ese rol implica pelear guerras,
mayormente, prevenirlas”. Ese mismo 11 de septiembre el Presidente Bush hijo
fue categórico: “Estamos en guerra”.13
1.1.3. El mundo después del 11 de septiembre: La guerra
contra el terrorismo.
12 Alain Touraine, "La hegemonía de EE UU y la guerra islamista". En Diario El País (Madrid, España), 13.09.2001.
13 Brieger, Pedro, (2006) Ibídem. Para mas información acerca de esta situación remitirse al anexo. (Clarín, 11 de septiembre de 2001, Edición extra, página 26: “Bush prometió “capturar y castigar a los culpables”)
14
Al Qaeda, ¿Una construcción subjetiva, o una realidad?
A. Fase 1: Afganistán
Para analizar el periodo se deben diferenciar dos fases diferentes, primero
la que va desde los atentados terroristas del 11 de septiembre de 200114, la
invasión a Afganistán, el derrocamiento talibán del 13 de noviembre de 2001 y la
caída del régimen de Saddam Hussein en Irak en abril de 2003; Y una segunda
fase que aun no se ha cerrado, a pesar de los intentos de Barak Obama, actual
presidente estadounidense, de retirar las tropas de la región. 15
Ambas situaciones son parte de lo que Estados Unidos a dado en llamar
“La guerra global contra el terrorismo”, que excede la captura de Usama Bin
Laden, el éxodo de los Talibán del poder, o la intención de recomponer el sistema
político en Afganistán e Irak imponiendo la democracia.
Durante la primera fase, describe el sociólogo Pedro Brieger, Estados
Unidos aparece claramente como la victima, es la primera vez que una potencia
es atacada en su territorio, porque hubo miles de muertos y porque la destrucción
fue transmitida en vivo y en directo por los medios de comunicación una y otra vez
en todos los rincones del planeta. Golpeado por un enemigo feroz y
fantamasgórico, Washington necesito rápidamente identificar al enemigo con
nombre y apellido, para devolver el golpe y calmar a una población en estado de
Shock. Una vez señalado Bin Laden como culpable de los ataques, Estados
Unidos buscó construir una “Coalición contra el terror” apelando a los países
occidentales mas poderosos. Este amparo a Estados Unidos le permitió atacar
Afganistán basándose en el artículo 51 de la Carta de Naciones Unidas.16
Ante la presencia de la primera potencia mundial como victima, muy pocos
cuestionaron la legitimidad jurídica de la intención de Estados Unidos de comenzar
los bombardeos sobre Afganistán el 7 de Octubre de 2001.
14 En la edición de Clarín del mismo 11 de septiembre de 2001, ya se hablaba de posibles represalias en suelo afgano. Ver anexo para nota completa.
15 Agencia de Noticias, EFE, 16/11/10 (www.efe.com) “Estados Unidos planea retirarse de Afganistán en 2014”
Para justificar el ataque sobre Afganistán, el Presidente George W. Bush (h)
se justifico aduciendo que el país, no había cumplido con ninguna de las
exigencias presentadas: la entrega de Bin Laden, el cierre de los campos de
entrenamiento, la liberación de ocho cooperantes internacionales y la entrada de
observadores internacionales. Las consecuencias de la decisión unilateral de
Estados Unidos de embarcarse en una nueva guerra, conllevaron desastrosas
consecuencias sobre la población afgana: “daños colaterales”, bombas sobre
civiles que dejaron miles de muertos, refugiados, que lo único que lograron es
incrementar las dudas y rechazo global hacia Estados Unidos.17
La búsqueda de la legitimidad de los bombardeos sobre Afganistán, contó
con un elemento propagandístico fundamental: la demonización del enemigo. Tal
cual sucedió durante la Guerra del Golfo de 1991, la magnificación y mitificación
del poderío talibán y del “ejercito de 20000 hombres de Bin Laden” sirvieron para
legitimar la ofensiva militar. Como en 1991 en Kuwait, en 2001 en Afganistán
quedo demostrado que a pesar del gran poder que dentro de los territorios
poseían los talibán, no podían enfrentarse a la primer potencia mundial. También,
quedó demostrado en 2003, tras la ocupación de Bagdad, la capital de Irak.
B. Fase 2: Irak
Es a partir de 2002 que surge el nuevo “eje del mal” una construcción que
rememora aquella unión de países en la segunda guerra mundial, el eje Berlín-
16 Carta de Naciones Unidas: CAPITULO VII, ACCION EN CASO DE AMENAZAS A LA PAZ, QUEBRANTAMIENTOS DE LA PAZ O ACTOS DE AGRESION: Articulo 51: Ninguna disposición de esta Carta menoscabará el derecho inmanente de legítima defensa, individual o colectiva, en caso de ataque armado contra un Miembro de las Naciones Unidas, hasta tanto que el Consejo de Seguridad haya tomado las medidas necesarias para mantener la paz y la seguridad internacionales. Las medidas tomadas por los Miembros en ejercicio del derecho de legítima defensa serán comunicadas inmediatamente al Consejo de Seguridad, y no afectarán en manera alguna la autoridad y responsabilidad del Consejo conforme a la presente Carta para ejercer en cualquier momento la acción que estime necesaria con el fin de mantener o restablecer la paz y la seguridad internacionales.17 En la segunda sección de este trabajo de investigación se profundizara el accionar de los medios ante esta situación de rechazo a las políticas estadounidenses en Afganistán.
16
Al Qaeda, ¿Una construcción subjetiva, o una realidad?
Roma-Tokio, ahora refundado en Corea del Norte-Irak-Irán y cuyo máximo
exponente seria Saddam Hussein hasta su decapitación.
El 7 de noviembre de 2002 el presidente George Bush dijo que “Saddam
Hussein es una amenaza porque tiene relación con Al Qaeda y la red, armada y
entrenada por Saddam, podría atacar América sin dejar rastros”. En su famoso
discurso ante Naciones Unidas el 5 de febrero de 2003, que fue central para que
muchos países apoyaran a Washington en su decisión de atacar Irak, el secretario
de Estado, Colin Powell afirmaba que “Irak protege una red terrorista mortal
liderada por Abu Musab al Zarqawi asociada con Bin Laden y Al Qaeda”
La ocupación norteamericana de Irak tras la caída de Bagdad tuvo que
enfrentar una inesperada y fuerte resistencia, que contrastaba con la rapidez y
facilidad con que se había desmoronado el ejército de Saddam Hussein y su feroz
Guardia Republicana. Ante esta situación desde el Pentágono se afirmo que a
pesar de la muerte de los hijos de Hussein y su posterior muerte, eran los sunnitas
quienes continuaban saboteando el intento de reestablecer la institucionalidad en
Irak. Entremezclados con todos ellos, Al Qaeda.18
Tal como sucedió en Vietnam y en todas las luchas de liberación de los
siglos XIX y XX, el ocupante busca quitarle legitimidad a la resistencia contra la
ocupación, es en este sentido que “Al Qaeda” viene como anillo al dedo. A
diferencia de la primera fase en que Estados Unidos cumple el rol de victima, la
ocupación en Irak invierten la ecuación. A partir de este momento le cuesta a
Estados Unidos presentarse como victima, incluso hasta para su propia
población.19
PRIMERA SECCIÓN
SEGUNDA PARTE
18 Ver en la segunda sección, una ampliación del tema donde se encuentran citados titulares de importantes medios norteamericanos haciendo referencia a la cuestión.
que Al Qaeda habría recibido ayuda desde Alemania; y el Washington Post
aseguraba que la red se financia con el comercio de diamantes en Liberia. Para
concluir con esta sección de la monografía, creemos que tomando en cuenta esta
psicosis colectiva no se le puede atribuir cualquier acto de terror a Al Qaeda ni a
Bin Laden: los norteamericanos al convertirlo en su principal obsesión lo que
lograron es que miles de musulmanes se le sumaran en Afganistán tras los
bombardeos de los aliados25 en octubre de 2001.
SEGUNDA SECCIÓN
2.1. LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN, LAS NECESIDADES
POLITICAS Y ECONOMICAS, LA INFLUENCIA.
2.1.1. La contradicción de los medios de Comunicación
El punto de partida que tomaremos para interrelacionar los 2 polos, serán
las contradicciones que se producen a la hora de reproducir las noticias. Hay que
entender que el Terrorismo basa su metodología en sembrar el terror y pánico
sobre una población determinada. Y ese pánico, no puede generalizarse sin un
medio de difusión que actúe masivamente sobre la población. Por otro lado, hay
25 Al hablar de aliados referimos a la coalición de gobiernos que apoyaron la primera intervención en Afganistán encabezada por los Estados Unidos, España y Reino Unido.
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Al Qaeda, ¿Una construcción subjetiva, o una realidad?
que entender que el rol de los medios es informar -en teoría- de la manera más
objetiva posible la acción(noticia). Tienen la obligación de informar la situación del
país, o del mundo, etc.
Entonces se formula una pregunta: Si los medios eligieran no reproducir los
actos terroristas, ¿Podría sostenerse tal fenómeno?, ¿Los ataques terroristas no
terminarían siendo funcionales a los intereses económicos de los estados unidos?
La respuesta es compleja y posiblemente sea imposible de responder de
manera exacta. Nosotros dejaremos en claro ciertos puntos para tratar de dar una
idea lo más certera posible sobre la tensión que se genera entre medios,
sociedad, y terrorismo.
En esta sección del trabajo, nos abocaremos a analizar la forma en que
continua el mundo bipolar y las necesidad de Estados Unidos de crear un enemigo
en común. Con la finalización de la guerra fría y el supuesto enfriamiento del
conflicto internacional, surgieron nuevos movimientos que aunque tienen su
existencia hace décadas, incluso siglos, tomaron un nuevo papel a la hora de
hablar de política internacional.
Los ataques terroristas, como se explico antes, surgen de una lucha de
intereses que por un lado se los refleja como irracionales, pero que por otro,
presentan un fuerte interés económico y político. Intereses que se ven reflejados
en los medios de comunicación, orientando un discurso en el que se busca
justificar ciertos movimientos y actitudes político-económicas.
Por un lado, hay que señalar lo que es real: Generalmente, en los atentados
terroristas mueren personas inocentes que poco26 tienen que ver con el desarrollo
del conflicto. Por otro, las organizaciones terroristas tienen una organización que
26 Si decimos Inocentes que poco tiene que ver puede sonar contradictorio, pero hay que destacar que el movimiento terrorista señala a toda la sociedad norteamericana como cómplice de la invasión cultural que se provoca en oriente.
producir noticias, de buscar formas de impactar en el público, instalando nuevos
fenómenos en el mundo mediático, por ejemplo, el de la primicia.
Lo que se busca ahora, es impactar llevando sentimientos fuertes al
espectador. Las noticias mas escandalosas generan violencia, terror, miedo en el
espectador, pero al mismo tiempo una profunda curiosidad captada por la
intensidad que provocan las imágenes. A nivel técnico predominan las imágenes
violentas, sangrientas, de caos, que posteriormente se acompañan de un discurso
sutil político donde se busca el consenso de la población sobre determinadas
acciones. Frente al terrorismo, se conjugan ciertos aspectos que se potencian
unos sobre otros. Considerando, por ejemplo, el impacto visual que ya de por si
tienen los actos terroristas, los medios hegemónicos utilizan las noticias para
rellenar de contenido y sentido ciertos conceptos:
“A pocos días de comenzados los bombardeos, The Washington Post divulgó que
los directivos de la CNN-nuevamente actuando como “brazo mediático" de la Casa
Blanca- les ordenaron a sus periodistas “balancear las imágenes de las bajas
civiles en las ciudades afganas con recordatorios acerca de que los Talibán
cobijaban terroristas asesinos y diciendo que era muy perverso focalizar
demasiado en las bajas o las penurias de Afganistán”. El mensaje era claro: que
nadie olvidara que la invasión a Afganistán era consecuencia directa del ataque a
las Torres.”29
No se busca generar opinión sino homogeneizarla, cosificarla.
Para el tema que aquí tratamos, hemos de citar a la historiadora belga Anne
Morelli expone en su libro "Principios elementales de la propaganda de guerra
(utilizables en caso de guerra fría, caliente o tibia)" los diez mandamientos de la
propaganda de guerra:
“Nosotros no queremos la guerra”
“El adversario es el único responsable de la guerra”
“El enemigo tiene el rostro del demonio”
29 Brieger, Pedro, Qué es Al Qaeda: Terrorismo y violencia política, 1ra Ed., Buenos Aires, Capital Intelectual, 200626
Al Qaeda, ¿Una construcción subjetiva, o una realidad?
“Enmascarar los fines reales de la guerra presentándolos como nobles
causas”
“El enemigo siempre provoca atrocidades a propósito, si nosotros
cometemos errores es involuntariamente”
“El enemigo utiliza armas no autorizadas”
“Nosotros sufrimos muy pocas bajas, las del enemigo son enormes”
“Los artistas e intelectuales apoyan nuestra causa”
“Nuestra causa tiene un carácter sagrado”
“Los que ponen en duda la propaganda de guerra son unos traidores”30
La propaganda de guerra, actúa de forma que transforma a una población
en victima de un hecho que le es supuestamente ajena. En el caso especifico del
conflicto terrorista-estadounidense, no es difícil de lograr el efecto gracias al neo-
liberalismo y la sociedad masificada. La sociedad en su gran conjunto, frente a un
ataque de un “algo” ajeno, reacciona con un fuerte rechazo y prejuicio, y al no
tener un espacio reflexivo cercano, puesto que los medios bombardean
constantemente con información previamente mentada la función de los medios
como productores inmediatos de sentido es casi totalmente efectiva.
Así, podemos ver a los estadounidenses atacados por la otredad musulmana, y en
consecuencia, se derivan las respectivas acciones del estado como se fue
explicando en puntos anteriores y se continuara n los siguientes
2.1.3. La Relación entre el Imaginario Social Y la Construcción Mediática de
los Otros.
Si miramos en un mapa del mundo veremos la increíble distancia que hay
entre Estados Unidos y los países de Medio Oriente. Si leemos en un libro de
historia de cultura general se hablara, probablemente, de 2 culturas totalmente
diferentes. Entonces cabe preguntarse ¿Cómo es posible que casi cualquier
30 Morelli, Anne, Principios Elementales De La Propaganda De Guerra: Utilizables En Caso De Guerra Fría, Caliente O Tibia, 1ra Ed., Barcelona, Hondarribia, 2001.
según Pedro Brieger, en cuatro pilares fundamentales que son capaces de cuestionar el
modelo de globalización actual: La República Popular China, el Islam, los movimientos de
resistencia globales y por último, el terrorismo, personificado en Al Qaeda y Bin Laden.
En primer lugar, mas allá del crecimiento económico que presenta China, y su
creciente influencia en el concierto de las naciones, Beijing hoy no tiene pretensiones de
competir con Estados Unidos respecto de su modo de vida: no quiere llevar el comunismo
a todo el mundo, y esta dispuesta a coexistir con el “american way of life”, que por el
contrario, si es cuestionado por los movimientos islámicos y los movimientos de
resistencia global.
Durante la década de 1990 la influencia e importancia que la comunidad intelectual
y política daba en los Estados Unidos a los movimientos islámicos ha perdido importancia
debido a su fuerte fragmentación a lo largo del comienzo del nuevo milenio. Lo novedoso
es que tras dicha fragmentación esto permitió la aparición de Bin Laden como figura
representativa del mundo árabe que, a diferencia de los movimientos sociales
revolucionarios, pareciera encarnar los valores de la burguesía Saudí y, desde su
explosión mediática, la desesperación de aquellos excluidos de la modernidad que
pueden identificarse con el mero hecho de golpear a Estados Unidos.
A diferencia de Bin Laden, que aparece con proclamas políticas un tanto difusas y
confusas como hemos demostrado a lo largo de todo el trabajo de investigación, en
particular en la Primer Sección, los movimientos de resistencia global plantean una
modificación en el modo de vida y portan banderas políticas.33 Lo que hace peligroso a
estos movimientos para Washington es que las críticas no salgan desde la periferia, sino
que nacen en el propio corazón del sistema neoliberal. Menos de dos semanas después
de los atentados terroristas del 11 de septiembre, Robert Zoellich, el vocero de comercio
de los Estados Unidos, estableció un nexo entre los autores de los ataques y
manifestantes que se oponían a la OMC y habían desatado la violencia contra las
finanzas, la globalización y Estados Unidos.34
33 Se puede citar las grandes movilizaciones que se llevaron a cabo en Seattle contra la reunión de la OMC (Estados Unidos) que desencadenaron una fuerte represión de las fuerzas policiales, dejando varios muertos.
34 Brieger, Pedro. (2008) Ibidem32
Al Qaeda, ¿Una construcción subjetiva, o una realidad?
Es claro, que la intención de relacionar a los movimientos de resistencia con los
autores de los ataques terroristas del martes 11 tienen como objetivo el diseño de un
nuevo orden mundial en que los Estados Unidos actúan como potencia hegemónica libre
de cuestionamientos.
Como hemos visto a lo largo de todo el trabajo, no es posible llegar a una
definición al respecto de “Al Qaeda” porque no hay acuerdo sobre su existencia: cuando
nació, quienes la conforman, como, si existiese es la cadena de mandos, o si es una red
de redes donde cada una actúa de manera independiente. Oliver Roy, citado en la
investigación de Pedro Brieger, consideraba que el significado de la Yihad estaba
emparentado con que no reconoce un espacio político o un estado; por eso señalaba que
la guerra moderna no tiene su espacio en lo geográfico ni en lo social.
La intervención norteamericana en el mundo árabe e islámico después de la
guerra del golfo de 1991 y el fracaso de la mayoría de los movimientos islámicos por
hacerse del poder provocaron un descanto por la vía política tradicional e impulsaron a
muchos musulmanes a sumarse a grupos sin referencias nacionales cuyo principal
objetivo es cometer atentados terroristas que golpeen a Estados Unidos, con la esperanza
de que estos afecten a la primera potencia mundial y que las masas árabes y
musulmanes se subleven. Al Qaeda es un fenómeno que no procede del movimiento
islámico, ni siquiera del radical y violento, del cual Usama Bin Laden ni siquiera forma
parte. Gilbert Achcar, en una entrevista realizada por Pedro Brieger aseguraba que “Bin
Laden es una especie de degeneración del Islam.”
Es por todo esto que decimos que como organización operativa, estructurada,
piramidal, Al Qaeda nunca haya existido, sino que se trate de una corriente influenciada
por todo lo que Bin Laden representa, y la capacidad de los medios de influir en la
realidad ante el pánico de la sociedad norteamericana a los ataques terroristas y la
posterior “Guerra contra el Terror” encabezada por el Presidente Bush (h).
Podemos decir que Al Qaeda en la actualidad es todo movimiento islámico que
decida atacar a Estados Unidos y sus aliados, independientemente de si la reivindicación
es pública o esta adosada a los medios de comunicación.