Disponible en: http://www.redalyc.org/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=44018789004 Redalyc Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Naranjo Pereira, María Luisa Una revisión de la teoría de Análisis Transaccional y posibles aplicaciones en la educación desde Orientación Educación, vol. 35, núm. 1, 2011, pp. 1-47 Universidad de Costa Rica San Pedro, Montes de Oca, Costa Rica ¿Cómo citar? Número completo Más información del artículo Página de la revista Educación ISSN (Versión impresa): 0379-7082 [email protected]Universidad de Costa Rica Costa Rica www.redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
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Transacciones cruzadas. Estas ocurren cuando la respuesta al estímulo es
inesperada, se activa un estado inapropiado del yo y como resultado las personas
optan por retirarse o cambiar de conversación. Generalmente, originan situaciones
dolorosas entre las personas, pues al no recibir la respuesta esperada, la persona se
siente frustrada. Por ejemplo, una persona puede dirigirse desde su Adulto al Adulto
de la otra persona, pero esta le responde desde su Padre Crítico.
Transacciones ulteriores. Estas son las más complejas. Se diferencian de
las transacciones complementarias y de las cruzadas porque siempre participan más
de dos estados del yo. Por ejemplo, aparentemente desde el Adulto: “¿Dónde has
escondido el abrelatas?” (el estímulo parece provenir del Adulto por cuanto pide
información objetiva, pero en la palabra “escondido” hay una comunicación ulterior),
este mensaje viene desde el Padre crítico: “¡Si pudiera encontrar por una sola vez
algo que esté en su sitio!” (la marcha de la transacción depende del estado del yo
desde el que se responda), respuesta desde un Adulto con humor: “Lo escondí al
lado de las cucharas.” (la respuesta es complementaria porque da la información
solicitada), respuesta desde el Padre Crítico: “¿Qué te pasa, estás ciego?, nunca
encuentras nada”; desde el Niño (haciendo pucheros) “Tú siempre me criticas”.
Valbuena (2004) explica que las transacciones Padre-Crítico, Padre-Crítico se
utilizan para intercambiar indagaciones basadas en prejuicios, no en hechos. Las
transacciones Adulto-Adulto son propias de colaboradores y tienen el carácter de
resolución de problemas. También pueden ser de respeto, las personas se
comprometen y no buscan excusas para no cumplir sus compromisos. Las
transacciones Niño-Niño tienen varios significados: juego, intimidad, amor y se
consideran las más durables de la vida humana. Cuando las personas se comunican
de forma complementaria e igualitaria, es señal de compañerismo. Por ejemplo, las
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personas pueden intercambiar prejuicios Paternales, brindarse consejos Adultos o
divertirse juntas como Niños. Si las personas continúan conociéndose mutuamente,
pueden llegar a la amistad; mediante esta intercambian información y sentimientos y
no se asumen posiciones de superioridad.
Por otra parte, en las transacciones Niño-Padre suele surgir la admiración y
en las de Padre-Niño, el afecto. En las transacciones Padre-Adulto, una persona
apoya a otra para que tome una decisión oportuna y en las de Adulto-Padre, una
persona desea mantener una posición asertiva y la otra acepta. Las transacciones
Niño-Adulto evidencian una solicitud de ayuda y las de Adulto-Niño se consideran
propias de personas que aconsejan y que enseñan.
Senlle (1991) menciona que quien habla como Padre busca Niños que le
respondan aceptando lo que dice o pretende, o bien que le permitan protegerlos. Se
relaciona bien con personas que se expresan desde su Niño Sumiso. Quien habla
como Adulto pretende comunicarse de forma clara y obtener información precisa, no
quiere críticas (provenientes del Padre Crítico), ni protección (proveniente del Padre
-Protector) ni lamentos (provenientes del Niño). Quien habla como Niño-Libre puede
mantener buenas relaciones en momentos de ocio o de juego; no obstante, en el
trabajo, si desea pasarla bien, puede tener problemas con personas que están en su
Adulto o en el Padre. Quien habla como Niño-Rebelde compite con otras personas
que también están en su Niño o discute con las que están en su Adulto o en su
Padre. Si habla como Niño Sumiso, puede relacionarse bien con las personas que
están en su estado Padre-Protector.
Opi y Beltrán (2005) señalan que: “A través de las Transacciones los seres
humanos informamos al mundo, consciente o inconscientemente, de aquello que
pensamos, sentimos, decimos y hacemos” (p.119).
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Análisis de los juegos psicológicos
Es el tercer análisis de la teoría de Análisis Transaccional. Se entiende por
juego psicológico una serie de transacciones que tienen un mensaje oculto o ulterior
y que concluyen con una recompensa emocional, la cual es una caricia perjudicial
que conduce a las personas a las posiciones existenciales “yo estoy mal” o “tú estás
mal”. Los juegos impiden las relaciones íntimas y sinceras entre los jugadores.
De acuerdo con Martorell (2000) las principales características de los juegos
son: a) se repiten constantemente; b) ocurren siempre de un modo similar y c), al
final todas las personas que intervienen en el juego reciben su recompensa, que es
sentirse mal de alguna manera.
Senlle (1991) señala que para jugar los juegos psicológicos, las personas
eligen un determinado papel. Estos roles o papeles básicos son: Perseguidor,
Salvador y Víctima y dentro del juego los jugadores los intercambian con frecuencia.
A estos roles se les conoce como el Triángulo Dramático. Martorell (2000) explica
que: <<El Perseguidor necesita que le teman, e “invita” a sentir temor. El Salvador
necesita que le necesiten, e “invita” a sentirse inútil y agradecido a él. La Víctima
necesita que le humillen o que lo venzan, e “invita” a sentir culpa”>> (p. 42). Es
importante aclarar que estos papeles psicológicos son actuados y falsos, por lo que
se escriben con mayúscula para diferenciarlos de situaciones reales; por ejemplo, un
policía es un perseguidor real de un delincuente, una persona que salva a otra de
ahogarse es un salvador real y un niño que es agredido es una víctima auténtica.
Durante la infancia se aprenden los juegos. Así, una niña o un niño puede
darse cuenta que obtiene lo que desea haciéndose la víctima, poniendo en mal a
sus compañeros (persiguiendo) o salvando a sus hermanos. Estos papeles se
copian de figuras significativas y posteriormente la persona irá por la vida
participando en juegos psicológicos que le permitan poner en práctica el proceder
correspondiente al papel o papeles aprendidos.
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Según esta teoría, todos los juegos responden a una fórmula que siempre se
repite de igual manera: cebo, flaqueza, respuesta, cambio y beneficio. El cebo es el
estímulo que envía la primera persona (por ejemplo pedir consejos), el cual lleva
algo oculto que tiene como propósito enganchar (en lenguaje transaccional) alguna
característica sensible de la otra persona. La flaqueza es la parte débil de esa otra
persona que responde al cebo (siente que tiene que dar consejos a otras para que
resuelvan sus problemas). La respuesta es la acción o las frases con las que la
segunda persona entra en el juego (los consejos que brinda). El cambio es cuando
la persona que inició el juego cambia su actitud sorprendiendo al segundo jugador
(sus consejos no me sirvieron de nada), quien generalmente también cambia de
actitud (yo solo quería ayudar). El beneficio se da cuando ambas personas terminan
sintiéndose mal. Pasado algún tiempo el juego se vuelve a repetir con los mismos
resultados. Si ninguna de las dos personas se retira, el juego se repetirá
indefinidamente.
Se considera que existen muchas razones para jugar juegos psicológicos,
entre las más importantes están: lograr la atención de otras personas; sentirse mal
para que le protejan; obtener caricias aunque sean negativas, pues finalmente
constituyen una forma de reconocimiento; fortalecer posiciones existenciales (por
ejemplo sentirse defraudado para sostener su posición de que no se puede confiar
en nadie porque “están mal”); controlar a otras personas y evitar situaciones que se
temen, como la intimidad, por cuanto los juegos impiden las relaciones abiertas y
sinceras.
Los juegos se vinculan con conductas dependientes o simbióticas. Lo ideal de
las relaciones entre las personas es que cada una de ellas conserve su autonomía,
la capacidad y libertad de tomar sus propias decisiones según sus deseos y
propósitos y que de esa relación se obtenga un producto positivo.
Muchos autores transaccionalistas se refieren a los juegos psicológicos desde
el mismo Berne (1988) en su obra Juegos en que participamos. Lo mismo hacen
otros seguidores, a partir de Psicología de las relaciones humanas, autores como
James y Jongeward (1976), Jongeward (1980) y Coca (2004) para mencionar
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algunos. A continuación se hace referencia a algunos de estos juegos, a manera de
ejemplo.
Imperfección. Lo juegan personas demasiado detallistas, que se fijan en
aspectos pequeños e insignificantes para buscar problemas con otras.
Generalmente no toman en cuenta la situación total, pues están muy ocupados con
las trivialidades. Las cosas nunca están bien, siempre existe un defecto. Su
recompensa es un falso sentido de superioridad que experimenta cuando la persona
a la que critica (la Víctima) se siente molesta o enojada.
Pata de palo. En este, el jugador utiliza con éxito una situación
desafortunada, real o imaginaria para evitar actuar o asumir responsabilidades.
Siempre tiene un pretexto que utiliza para manipular a otras personas y lograr que
estas asuman sus trabajos. El mensaje que envía desde su posición de Víctima es:
qué se puede esperar de una persona como yo (con una pata de palo).
Golpéame. Estos jugadores provocan a otras personas para que los humillen
y lo logran empleando una variedad de formas; por ejemplo, realizando trabajos mal
hechos, entregándolos después de la fecha indicada o desatendiendo indicaciones
sobre cómo realizar una tarea. Buscan ser acariciados negativamente, pues es
probable que sea el tipo de caricias que han aprendido a recibir o esperar.
Ya te pesqué. Este jugador acostumbra poner trampas, como pedir cosas
que son imposibles de lograr, dar indicaciones ambiguas de cómo realizar un trabajo
o establecer normas confusas. Cuando la otra persona no cumple con lo que desea
disfruta sus propias explosiones de ira y la recompensa de un sentimiento justificado
de Perseguidor. Es probable que la Víctima esté jugando a “golpéame”. En este
caso, sus papeles se complementan perfectamente.
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Perdóname. El propósito del jugador de golpéame es ser humillado y aunque
el jugador de perdóname realiza las mismas cosas, su objetivo es ser perdonado
para asegurarse de que es aceptado, independientemente de lo que haga. De esta
forma, cada vez que comete un error, que obviamente son muy frecuentes, pide
perdón una y otra vez hasta lograr que la otra persona le diga que no se preocupe,
que un error lo comete cualquiera.
Si no fuera por ti. La persona que utiliza este juego generalmente se siente
incapaz o inadecuada, pero en lugar de reconocer estos sentimientos culpa a otra
persona de su situación. La recompensa la obtiene cuando llega a creerse justa y
logra que la otra se sienta mal y culpable.
Sí, pero… El jugador inicia el juego solicitando un consejo para resolver una
situación, cuando las otras personas ofrecen sus consejos, el jugador rechaza todas
las sugerencias con un “sí, pero…” y da algunas razones de por qué las sugerencias
no son válidas. El juego termina cuando las otras personas se cansan o no tienen
más argumentos y él obtiene su recompensa manteniendo su posición: “nadie me va
a decir a mí lo que debo hacer”.
Vamos a pelear tú y él o ella. En este juego una persona provoca un
problema entre otras dos para mantener su posición: “la gente es tonta”. El jugador
inicia el juego diciéndole a otra, por ejemplo: “Carlos, sabes que te aprecio mucho y
por eso creo que debo decirte que Juan ha expresado cosas muy negativas de ti”. El
jugador logra su recompensa cuando las personas a quienes involucró se pelean.
Cazador de osos. Este jugador envía mensajes que son trampas: “confía en
mí”, aparenta ser una buena persona, buena escucha y hace promesas, las cuales,
por supuesto, no son reales. Este jugador disfruta del control que posee sobre la otra
persona para dejarla impotente.
Alboroto. Consiste en provocar a otra persona con un comportamiento verbal
o no verbal que lleva a un enfrentamiento de palabras hirientes y finalmente a una
retirada hostil de ambas partes. Con esto se logra la recompensa que es evitar la
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intimidad o enfrentar una situación de forma racional y sincera. Este juego se
practica mucho entre parejas y entre padres e hijos.
Dejar de jugar juegos psicológicos
Senlle (1991) menciona cuatro pasos para dejar de participar en juegos
psicológicos: el primer paso es darse cuenta de situaciones que suceden de forma
repetida y que terminan por hacer sentir mal a la persona; es decir, identificar el
juego y sus partes (cebo-flaqueza-respuesta- cambio y beneficio). El segundo paso
es determinar el papel que se está desempeñando en el juego (Perseguidor-
Salvador o Víctima). El tercer paso es identificar el mito que sobre sí se confirma en
el juego (lo que la persona cree que es, su auto-percepción). Y el cuarto paso
consiste en dejar de buscar caricias negativas mediante los juegos y, en cambio,
buscar caricias positivas de formas más adecuadas.
Por otra parte Jongeward (1980) ofrece las siguientes sugerencias:
-Dar una respuesta inesperada. Debido a que los juegos implican
situaciones repetitivas, son predecibles, esto permite dar una respuesta inesperada
desde la primera acción; por ejemplo, si la persona se presenta como Víctima
buscando que se le solucione un problema, en lugar de darle la solución se le puede
decir: “¿qué piensa hacer al respecto?”.
-Dejar de humillar. Una característica común de muchos juegos es la
humillación. Al participar en un juego se reciben o se dan caricias negativas, por lo
tanto, si se reduce la frecuencia de darlas o se niega a recibirlas, automáticamente
se reduce la participación en juegos.
-Aumentar la confianza en sí misma o en sí mismo. En los juegos la
posición psicológica común es estoy mal, o sea, la autoestima está disminuida, si se
aumenta esta se fortalece el sentimiento de “estoy bien” y por ende la
autovaloración, que permite a la persona aceptar que merece el éxito.
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-Dejar de actuar papeles falsos. De esta forma, si ya no se juega el papel de
Víctima se deja de atraer Perseguidores y Salvadores, si se abandona el papel de
Salvador, ya no se atraen jugadores de Víctimas y si se deja el papel de
Perseguidor, buscar Víctimas ya no es necesario.
-Dar y recibir un mayor número de caricias positivas. Si en los juegos se
otorgan caricias negativas, una forma de detenerlos es invirtiendo más tiempo en dar
y recibir caricias positivas.
-Correr el riesgo de actuar con franqueza. Otra forma de detener los juegos
es arriesgándose a ser sinceros, a fin de realizar transacciones más abiertas y
honestas con las otras personas.
Análisis de guiones o dramas de la vida
El análisis de los guiones o dramas de la vida corresponde al cuarto análisis
de Análisis Transaccional. Autores de este enfoque, tales como Martorell (2000),
Senlle (1991), Steiner (1991), entre otros, se refieren ampliamente al tema de los
guiones y otros aspectos relacionados con estos. A continuación se hace referencia,
siguiendo a estos autores, de lo más relevante.
Para entender el guión de vida de una persona, muchas veces se hace
necesario ir muy lejos, incluso antes de su nacimiento, por cuanto desde antes de su
llegada comúnmente hay una familia que le está esperando, en especial el padre y
la madre, cuya vida, en alguna medida, se va a modificar a causa de su llegada. Lo
anterior significa que ya existen algunos sentimientos; por ejemplo, puede ser una
hija o un hijo querido y esperado o no por uno o ambos progenitores, se puede tener
la expectativa de que venga a salvar una relación de pareja, para que llene un vacío
o incluso para que dé significado a la existencia. Pero de igual forma puede generar
temor de no saber si se tiene la capacidad para atenderla o atenderlo, de que le
robe el amor de su pareja, que trunque o aplace una meta, como el logro de una
carrera profesional. Es decir, desde antes de nacer se le está otorgando una función,
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ya existen expectativas sobre esta persona y su vida, lo que genera unos
determinados sentimientos, todo lo cual será captado posteriormente por la niña o el
niño mediante los mensajes que se le envíen, el tipo de caricias que se le brinden o
en el peor de los casos, la ausencia de estas.
Los aspectos más importantes de la situación de una persona cuando llega a
la familia se pude decir que son: su total necesidad de los cuidados tanto físicos
como emocionales; la expresión de sus impulsos naturales a medida que se
desarrolla y las ideas, expectativas y sentimientos de los progenitores sobre ella; es
decir, cómo encaja, qué se le pide, qué puede o debe ser o hacer desde la
perspectiva de los guiones de sus progenitores. Se dice entonces que la niña o el
niño se encuentra en una encrucijada: puede seguir sus propias tendencias pero se
arriesga a perder la aceptación de sus padres, de quienes depende para su
sobrevivencia, o se asegura su aceptación pero a costa de la represión de sus
tendencias naturales.
Se puede distinguir dos modelos básicos de madre o padre según su
estructura y funcionamiento psicológico. El primer modelo tiene como principal
característica que su Niño acepta a la hija o al hijo, encuentra placer en la relación y
se permite expresar su amor, su Adulto está disponible para atender
adecuadamente la situación y el Padre Protector cumple con las funciones de buen
cuidador, lo cual disminuye el conflicto existencial de la niña o del niño al que se
hacía referencia anteriormente. El segundo modelo se caracteriza principalmente por
tener un Niño con problemas de aceptación plena de su hija o hijo porque provoca o
remueve algún temor profundo. El resultado es un Niño confuso que perturba al
Adulto y unas conductas del Padre Protector desprovistas de calidez auténtica.
Respecto de los mensajes que envían estos dos tipos de progenitores, el primero
proporciona básicamente mensajes de permisos y el segundo de prohibiciones,
aunado a una amenaza de lo que pasará si no acepta el mensaje.
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Naturalmente, la persona no solo recibe mensajes de su familia, sino que
también durante su proceso de socialización continúa recibiéndolos de muchas
personas significativas, de otras instituciones sociales como la educativa y de la
sociedad en general. Mediante la incorporación de estos mensajes, que muchas
veces pueden ser falsos, la persona llega a la conclusión “yo soy así”, que
obviamente es una respuesta aprendida en la infancia y una toma de decisión sobre
quién es. A esta creencia sobre sí se le conoce como “mito”. Resumiendo, se podría
decir que los pasos para que se fije un mito son: la persona recibe unos mensajes
que la llevan a experimentar determinadas emociones, luego llega a la conclusión
“yo soy así” y posteriormente se comporta en concordancia con esa creencia. Si
después la persona toma conciencia de cómo esta decisión afecta su vida, puede
cambiar y volver a decidir sobre sí misma mediante un proceso que la lleve a
encontrarse con su verdadero yo.
El guión de vida de una persona está basado en mensajes, los cuales
constituyen un marco de referencia sobre cómo actuar, relacionarse y vivir. Esos
mensajes son de todo tipo e igual pueden promover el éxito o el fracaso, una vida
feliz o desafortunada. También se les conoce como mandatos del guión. A
continuación se presentan algunos de los más nocivos.
No vivas. Se transmite de forma verbal o mediante actitudes; por ejemplo: “no
sé para qué naciste”. Algunas actitudes frecuentes son el abandono, la falta de
caricias, la privación de cuidados o ignorar por completo a la persona.
No sientas. Con gestos, reproches o críticas directas se le hace entender a
la persona que no debe expresar ciertas emociones; por ejemplo: “los hombre no
lloran” o “reírse es de tontos”. Esto la lleva a concluir que para ser aceptada no debe
sentir, lo que significa anular sus sentimientos. No obstante, sentir y no poder
expresar lo que se siente genera mucha angustia, lo cual puede provocar la
aparición de trastornos psicosomáticos (una alergia que sustituye un llanto
reprimido).
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Sé loco. Los mensajes de locura también se transmiten de forma verbal o
mediante actitudes; por ejemplo: “siempre fuiste y sigues siendo raro”, “siempre
haces cosas muy locas, vas a terminar encerrado”, “tu comportamiento es tan
diferente al de tus hermanos, no te entiendo”.
No pienses. Cuando la persona expresa lo que piensa y es descalificada o
ignorada, pero se le presta atención y obtiene afecto cuando obedece sin cuestionar,
se le está enviando el mensaje de que no piense. Igual sucede si solicita algún razón
y las respuestas que obtiene son simplemente “porque sí” o “porque no”. Con este
mandato grabado es difícil que la persona se ponga a reflexionar sobre sí misma, su
vida o sus inquietudes.
No crezcas. Este mensaje llega generalmente mediante la sobreprotección,
con la cual se logra mantener el control sobre la persona impidiendo que esta logre
su autonomía.
No seas pequeño. Es el mensaje opuesto al anterior. Se espera que la niña o
el niño no satisfagan las necesidades propias de su edad, que se responsabilice y
asuma papeles que no le corresponden, con lo cual se trunca la infancia de la
persona.
No lo logres. Son mensajes y actitudes mediante los cuales se desvaloriza
las cosas que la persona emprende o desea lograr; por ejemplo: “no sé para qué
empiezas eso, de seguro no lo vas a terminar”. Más tarde en la vida se puede
encontrar a esta persona diciendo: “Me gustaría intentarlo, pero de seguro no lo
lograré”.
No me superes. Algunos progenitores temen perder poder y prestigio frente a
sus hijas o hijos, de modo que recurren a la competencia, pues creen, tal vez
inconsciente y falsamente, que si les permiten progresar, ellos perderán su valor. De
esta forma, se pueden escuchar fases como: “a tu edad yo ya lo había logrado”, “tú
estás estudiando y luego seguro trabajarás, pero en mi caso fue distinto, trabajaba y
estudiaba a la vez, por eso tengo tanta experiencia”.
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No seas tú misma o tú mismo. Son los mensajes que transmiten aquellos
progenitores que pretenden que sus hijas o hijos renuncien a sus propósitos para
complacerlos a ellos; por ejemplo: “tenemos tanta ilusión de que tú seas…” , “nos
complacería tanto si tú fueras…, si te comportaras…,si pensaras…, si hicieras…, si
sintieras…”.
No seas feliz. Son mensajes que comunican que la vida es una miseria y que
la felicidad no existe; por ejemplo: “a esta vida no se viene nada más que a sufrir,
todo es una desgracia”.
En cuanto a los guiones de vida, debido a que son muy comunes a grandes
grupos de personas se han podido clasificar. La primera clasificación de guiones la
realizó Berne: Triunfador, Perdedor y No Triunfador. Este último corresponde a las
personas que ni triunfan ni fracasan. Posteriormente, se habla de otros dos tipos de
guiones, los hamárticos (hamartia es el error que conduce al héroe en las tragedias
griegas a un final trágico) y los banales. Las personas con el primer tipo de guión
han recibido mensajes del tipo no vivas o no pienses. En los guiones banales la
persona pasa desapercibida y son propios de la mayoría de la gente. En este no se
desarrollan las potencialidades y la sociedad los favorece, dando cierta sensación de
seguridad y bienestar. Los guiones banales se programan generalmente de acuerdo
con los roles sexuales; es decir, con lo que la cultura dice que tiene que pensar,
hacer, sentir y aparentar la persona según sea hombre o mujer. Por lo tanto, cuanto
más se parezca el guión al prototipo social, más banal es y la vida se conduce
dentro de límites predeterminados.
Berne también definió seis tipos de guiones según su estructura temporal y
los relacionó con personajes de la mitología griega. Martorell (2000) los explica de la
siguiente manera:
Guiones nunca. Los mensajes de la persona le impiden lograr aquello que le
permitiría sentirse bien, así como Tántalo, encadenado mientras a su alrededor
estaban los alimentos y el agua que deseaba y no podía alcanzar. La persona con
este guión siente que nunca tendrá lo que desea y que está aparentemente al
alcance de la demás personas.
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Guiones siempre. Las personas con este guión parecen vivir una maldición
que las mantiene realizando aquello que las perjudica o les produce infelicidad. Tal
es el caso del mito de Aracne, que fue condenada a ser una araña, tejiendo siempre
por atreverse a enfrentar a una diosa.
Guiones hasta que. En este guión la persona se siente obligada a hacer
algo, a vivir cierto tipo de vida, con frecuencia penosa, porque creen que hasta que
no lo hagan no podrán ser felices o triunfar, igual al héroe mítico Hércules, que sólo
fue un dios después de realizar doce trabajos penosos.
Guiones después de. Estos guiones amenazan con algo que ocurrirá
después de que pase un tiempo o suceda algo. Por ejemplo, la persona puede sentir
que después de que alcance una meta deberá asumir demasiadas
responsabilidades o se aburrirá. El personaje mítico que lo representa es Damocles,
que fue feliz en su reinado hasta que se dio cuenta de que había una espada
suspendida por un delgado hilo sobre su cabeza.
Guiones una y otra vez. Las personas con este guión expresan con
frecuencia: “estuve a punto de…”, pero fallan una y otra vez, siempre sucede algo
que no les permite alcanzar sus propósitos. El personaje mítico que lo ejemplifica es
Sísifo, que cada vez que estaba a punto de llevar la roca a la cima del monte, se le
caía y tenía que volver a empezar.
Guiones de final abierto. Significa que el guión termina antes de que la
persona muera. Estos son básicamente guiones banales que viven, por ejemplo,
muchas personas que se jubilan. Los personajes míticos que lo personifican son
Filemón y Baucis, que en recompensa por su bondad fueron convertidos en árboles
al final de sus vidas, y así puestos a vegetar.
Estos guiones pueden entremezclarse; por ejemplo, una persona puede
fracasar una y otra vez porque teme que después de triunfar, nunca será libre.
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Las personas incorporan guiones cuando no logran ser ellas mismas, cuando
las personas significativas de su vida y el entorno en que se ha desarrollado le han
impedido descubrir quiénes son realmente y cuál es su yo real.
Impulsores de la personalidad. Mini-guiones
Existen otros mensajes de apariencia positiva llamados mensajes de contra-
guión, los cuales en realidad impulsan conductas que refuerzan el guión. A estos
mensajes se le conoce como impulsores de la personalidad o mini-guión. El guión
determina qué es lo que la persona hará durante su vida, mientras que el mini-guión
indica cómo lo hará. Se han definido cinco impulsores básicos: sé perfecta o
perfecto, sé fuerte, inténtalo una y otra vez, date prisa y complace.
Sé perfecta o perfecto. La persona necesita tener bajo su control todos los
factores antes de actuar, pero internamente siente que no logra actuar lo
suficientemente bien. Se confunde con un detallismo inútil y generalmente
experimenta frustración porque es muy difícil que todo lo que se proponga o esté a
su alrededor esté perfecto.
Sé fuerte. Para la persona con este impulsor la expresión de cualquier
emoción es signo de debilidad, por lo que tiende a ocultar lo que siente, y de igual
forma tiene mucha dificultad para solicitar o aceptar ayuda.
Inténtalo una y otra vez. Con este impulsor, la persona siente la necesidad
de esforzarse siempre, de estar intentando nuevas alternativas antes de concluir con
la anterior, difícilmente alcanzan resultados definitivos, lo cual le sirve para intentarlo
otra vez.
Date prisa. La persona considera que la actividad continua y la rapidez son
características deseables, buenas en sí mismas, por lo tanto, entre más rápido se
concluya lo que se está haciendo, mejor.
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Complace. La persona con este impulsor se siente responsable de que las
demás personas a su alrededor estén bien, por lo que le cuesta decir que no a
peticiones o deseos de alguien. Tiende a olvidarse de sí misma porque primero
están las otras personas.
Lo contrario a estos impulsores son los permisos, que le permiten a la
persona liberarse de esas órdenes. Los permisos para el sé perfecto son: está bien
que seas tú misma o tú mismo, no tienes que ser perfecto siempre; las cosas no
siempre son perfectas. Para el sé fuerte: está bien expresar las emociones, cuidarte
y solicitar ayuda cuando la necesites. Para el inténtalo una y otra vez: está bien que
alcances lo que te propones, puedes darlo por terminado, no necesitas estar
intentándolo una y otra vez. Para el date prisa: está bien tomarse el tiempo que se
necesite para realizar algo, no es necesario estar haciendo cosas constantemente,
toma tiempo para ti. Para complace: no tienes que responsabilizarte siempre por el
bienestar de otras personas, es bueno que pienses en ti misma y tienes derecho a
decir que no.
El abandono del guión
Para abandonar guiones de vida nocivos se debe necesariamente cuestionar
y eliminar los mensajes y mandatos en los que están fundamentados, dejar de
jugar juegos psicológicos, aplicar la ley de la abundancia de caricias, modificar
posiciones existenciales negativas, abandonar el mito personal y encontrar el yo
real. Todo esto puede implicar una ardua tarea, para la realización de la cual resulta
de gran importancia que la persona se pueda sentir apoyada en su esfuerzo por
lograr un cambio que traerá beneficios a su vida. En este sentido, el aporte de las
personas profesionales en Orientación resulta muy valioso. El Análisis Transaccional
y la disciplina de la Orientación coinciden en que el ser humano tiene la capacidad
de tomar decisiones adecuadas, buscar y alcanzar su bienestar personal.
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Aportes del Análisis Transaccional aplicados en el ámbito educativo desde la disciplina de Orientación
La educación debe enfocarse en la totalidad de la persona; es decir, la
formación no debe centrarse solo en temas académicos, debe tomar en cuenta otras
áreas o dimensiones del funcionamiento humano como el afectivo, el moral y el
social. Por lo tanto, las actividades de las instituciones educativas deben consistir no
solo en realizar procesos de enseñanza-aprendizaje de materias académicas, sino
que también deben promover el desarrollo personal integral de sus poblaciones
estudiantiles, por cuanto esas instituciones se constituyen en escenarios en los que
ocurre una gran parte del proceso de socialización de las personas.
Igual que las instituciones educativas, las familias constituyen otro importante
agente de socialización. El estudiantado proviene de diferentes tipos de familias,
algunas de las cuales nutren y apoyan a sus hijas e hijos mientras que otras actúan
con dureza o las y los ignoran. Todas estas circunstancias diversas afectan el
desarrollo personal e influyen en el desenvolvimiento de las y los estudiantes tanto
dentro como fuera del salón de clase y en su vida en general. Lo anterior evidencia
la necesidad de que tanto las familias como el personal docente comprendan como
están formando a las nuevas generaciones y los efectos benéficos o no que esto
tiene en el desarrollo psicológico y la vida futura de las personas estudiantes.
En este sentido, también es importante observar que cuanto mayor sea el
desarrollo personal que logren alcanzar quienes laboran en la institución educativa,
mayor será el apoyo que puedan brindar en la búsqueda del crecimiento personal
del estudiantado. Un apoyo que deber ser continuo, colaborativo y profundo. A su
vez, la institución educativa, con la guía de las y los profesionales en Orientación,
puede proporcionar a las familias información valiosa acerca de aspectos centrales
para lograr una formación de calidad para sus hijas e hijos, destacando temas como
la importancia del apoyo familiar, las características del desarrollo infantil y de la
adolescencia y la influencia que la calidad y el tipo de experiencias cognitivas,
emocionales, morales y sociales que se vivan durante esas etapas del ciclo vital
tiene en el desarrollo integral de la persona.
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Se debe concebir la niñez y la adolescencia como etapas importantes y
únicas en la vida de una persona, que brindan el fundamento necesario para la vida
adulta, además de valorarlas como un tiempo especial de cambios y crecimientos en
todas las áreas: biológica, cognitiva, moral y socioemocional. Cabe entonces
destacar que desde los ambientes educativos y familiares se debe trabajar con la
población estudiantil en aspectos tales como: promover el autoconocimiento, la
autonomía y el logro de la identidad, de modo que pueda obtener respuestas a sus
preguntas de quién soy y qué haré con mi vida. Se tiene que facilitar un desarrollo
moral adecuado ayudando a las y los estudiantes a definir sus propios valores, a
comprender los valores de las y los demás y a entender nociones más avanzadas de
conceptos como la justicia, la honestidad y la responsabilidad, conforme su
razonamiento moral se desarrolla. También se debe fomentar el mejoramiento de la
autoestima, que se refiere también a la valoración propia y la autoimagen, las cuales
reflejan la confianza y seguridad en sí misma o en sí mismo. Asimismo, hay que
favorecer el establecimiento de relaciones cercanas y positivas de modo que les
permita sentirse seres valiosos y que reciben aprobación social, intimidad y afecto.
De igual manera, se tiene que fomentar la autoconsciencia emocional y el manejo
adecuado de las emociones. Además, hay que enseñar a no reprimir estas sino a
expresarlas de forma apropiada y a entender las emociones de las otras personas.
Toda la gama de aspectos mencionados puede ser abordada desde la teoría
de Análisis Transaccional, complementándola con los aportes de otras teorías, como
se analizó anteriormente en este artículo. Este abordaje pueden hacerlo las y los
profesionales en Orientación, mediante la realización de procesos con la población
estudiantil, el personal de la institución educativa y las familias, para lograr un
trabajo conjunto que acreciente los beneficios en pro de un desarrollo armonioso y
sano de las nuevas generaciones.
Cabe destacar que una gran mayoría de las instituciones educativas de
nuestro país, tanto de primaria como de secundaria, cuenta con profesionales en
Orientación. Durante su formación profesional en la Universidad de Costa Rica,
estas y estos profesionales adquieren conocimientos sobre la teoría de Análisis
Transaccional que les permite llevarla a la práctica en su desempeño laboral. Las
personas profesionales en Orientación pueden aplicar esta teoría empleando las
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distintas modalidades que comúnmente se utilizan en esta disciplina: orientación
individual, orientación personal grupal, orientación colectiva y otras como talleres.
Algunos de los aportes basados en el Análisis Transaccional que se pueden
aplicar desde la Orientación son:
Fomentar el sentido del valor humano, enseñando que es importante
diferenciar las conductas inadecuadas o problemas de la persona misma, a fin de
proteger su dignidad e integridad personal.
Fomentar la vivencia de valores tales como el respeto hacia sí misma o sí
mismo y hacia las demás personas, la igualdad, la justicia, la tolerancia, la
honestidad, la autenticidad y la autonomía.
Facilitar, mediante procesos de enseñanza-aprendizaje, la modificación de
aquellas conductas, emociones y cogniciones nocivas que fueron aprendidas
durante el proceso de socialización. Enseñar a las personas una forma más sana y
realista de verse a sí mismas, a las otras personas y a la vida en general,
liberándose de esquemas mentales que limitan su autonomía y su desarrollo
personal.
Facilitar el autoconocimiento mediante la enseñanza del análisis estructural y
funcional de la personalidad, lo cual es posible gracias al lenguaje sencillo y
comprensible de esta teoría, que permite que las personas puedan autoanalizarse,
entender su conducta y expresar de forma adecuada los distintos estados
emocionales de su yo; es decir, emplear todas las dimensiones de su personalidad y
finalmente poder responder a las preguntas: ¿quién soy?, ¿por qué actúo de esta
forma? y ¿cómo llegué a ello?
Fomentar en las personas el empleo del estado Adulto de su yo, facilitando el
aprendizaje de aspectos tales como: el proceso de toma de decisiones autónomas;
la evaluación de posibles consecuencias antes de actuar; asumir la responsabilidad
de sus acciones, pensamientos y emociones; elaborar un proyecto de vida basado
en objetivos y metas realistas que den sentido y significado a su existencia; tener
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una visión clara de su escala de valores; buscar soluciones apropiadas a los
problemas; deshacerse de mensajes nocivos provenientes de su Padre Crítico o de
su Niño, o del Padre Crítico o del Niño de otras personas y aplicar sus capacidades
de razonamiento y creatividad.
Facilitar procesos que ayuden a las personas a eliminar actitudes y conductas
negativas provenientes de sus estados del yo, tales como: las críticas destructivas,
los prejuicios, las desvalorizaciones, las conductas agresivas o represivas,
provenientes del Padre Crítico; la sobreprotección y el olvido de sí, provenientes del
Padre Nutricio; el logro de propósitos sin tomar en cuenta los derechos o
sentimientos de otras personas y la represión de las emociones, provenientes de un
Adulto contaminado; el retraimiento, el temor de actuar u opinar por temor a la
crítica, la expresión de conductas desproporcionadas y la hostilidad, provenientes
del Niño Adaptado Sumiso Rebelde; las manifestaciones inadecuadas de las
emociones y conductas egocéntricas provenientes del Niño Natural Libre; la
manipulación, el egoísmo y la mentira provenientes del Niño Creativo o Pequeño
Profesor.
Fomentar en las personas la adopción de la posición existencia “yo estoy bien
y tú estás bien”, dejando atrás papeles de víctimas y sentimientos de impotencia,
para llegar a la conclusión de que son valiosas, igual que su vida, las otras personas
y la vida de estas.
Facilitar la expresión de emociones auténticas, tomando conciencia de estas,
encontrando formas adecuadas de manifestarlas y dejando de lado aquellas
emociones falsas, elásticas o parásitas.
Promover el abandono de la Ley de la Economía de Caricias y, por el
contrario, fomentar el empleo de la Ley de Abundancia de Caricias, para el bienestar
propio y el de las personas con quienes se relaciona.
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Facilitar el mejoramiento y la calidad de las relaciones interpersonales
mediante la enseñanza del análisis de transacciones, que permite comprender a las
personas cuáles estados de su yo están empleando en distintas transacciones, de
qué tipo de transacción se trata, cuál es su significado y que puedan decidir
abandonar aquellas transacciones que resultan nocivas, que las llevan a sentirse
mal y a hacer sentir mal a otras personas, sobre todo aquellas que conducen a
juegos psicológicos.
Facilitar y enseñar formas apropiadas de abandonar juegos psicológicos entre
las personas, que las mantienen desempeñando papeles de Víctimas, Salvadoras o
Perseguidoras y que las conducen a sentirse mal, a desarrollar conductas de
dependencia, a desgastarse emocionalmente, a perder el tiempo y a crear climas
profundamente desfavorables para relaciones interpersonales que podrían ser
sanas, íntimas, auténticas, abiertas y sinceras.
Enseñar a las personas, sobre todo a las madres y padres de familia y al
personal de las instituciones educativas, a enviar más mensajes positivos, de
permisos, que nocivos, de prohibiciones o amenazas, sobre todo si son mensajes
falsos, etiquetas que llevan a la persona a crear un “mito” sobre sí misma, a la
conclusión de que ella es así, a actuar en concordancia y en el peor de los casos a
impedirle conocer su verdadero yo.
Facilitar procesos mediante los cuales las personas puedan entender el o los
guiones de vida que están viviendo, cómo pudieron surgir a partir de mensajes y
mandatos recibidos, cuáles son los impulsores que mantienen ese o esos guiones,
identificar cómo se sienten dentro de estos, hacia dónde las conducen y determinar
si desean continuar dentro de un guión preestablecido o formular su propio proyecto
de vida. Para lograr lo anterior, también es necesario enseñar a las personas lo que
se debe hacer para poder abandonar el guión de vida que no se desea.
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Conclusiones
De acuerdo con todo lo analizado, la teoría de Análisis Transaccional, por ser
una teoría tan amplia e integral, se convierte en un instrumento de enorme
relevancia al servicio de las instituciones educativas en su propósito por promover
una formación de calidad para su población estudiantil, la cual resulta de beneficio
también para el personal de la institución y las familias del estudiantado.
Es importante señalar que para trabajar todos los temas mencionados con las
distintas poblaciones: estudiantes, personal docente y administrativo y familias,
también pueden emplearse los aportes que ofrecen otras teorías y enfoques, dado
que, como se señaló, una de las características del Análisis Transaccional es que
facilita la integración, lo cual permite una mayor flexibilidad en su empleo y una
intervención profesional más amplia y profunda.
Finalmente, es importante subrayar que cuando se brindan oportunidades
para que las personas se desarrollen en un entorno caracterizado por el amor, la
aceptación, la protección y las caricias positivas, tienden a estar bien, a valorarse y
valorar a las otras personas, a desarrollar sus potencialidades, a actuar de forma
autónoma y a auto-realizarse.
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