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1E-8-El_conmovedor

Nov 21, 2015

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Galindo
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  • 4[R^]\^eTS^aSTb[TST[bX[T]RX^4]caTeXbcPbP2Pa[^b1[Pb6P[X]S^

    8aXb

  • 2Primera edicin: 2004Ttulo original: El conmovedor desle del silencioEntrevistas a Carlos-Blas Galindo Autora: Iris MxicoImagen de portada: Carlos-Blas Galindo, 2001. Foto: Iris Mxico

    Addenda nmero 8, enero de 2004

    Coordinador de la coleccin: Miguel ngel EspinosaEdicin: Carlos Martnez GordilloDiseo: Jos Blenda

    Los derechos de los textos incluidos en la coleccin de libros virtuales son propiedad

    de los autores y estn respaldados por el Centro de Investigacin, Documentacin e

    Informacin de Artes Plsticas (Cenidiap) y por el Instituto Nacional de Bellas Artes

    (INBA). Este libro puede distribuirse electrnicamente de modo gratuito, siempre y

    cuando se reproduzca completo e incluya la siguiente advertencia: "Este ensayo apa-

    reci originalment e en la revista Discurso Visual nm.10"

    Para registrar su copia escriba a: [email protected]

  • 3ndice

    INTRODUCCINENTREVISTA I: Soy un artista poltico y me interesa ampliar las fronteras del arteENTREVISTA II: El conmovedor desle del silencioAPNDICE: Currculo de Carlos-Blas GalindoLinks de Internet y bibliografa Currculo de la autora

    4

    7

    20

    598489

  • 4INTRODUCCIN

    4l presente trabajo tiene como propsito presentar, en dos entre-vistas, la biografa de uno de los protagonistas del arte mexi-cano en el siglo XX: Carlos-Blas Galindo. Artista visual, crtico de arte, curador, periodista cultural, conferenciante, acadmico, maes-tro en el INBA y la UNAM, jurado, participante en mesas redondas, profesor invitado, colaborador en diversas publicaciones, organiza-dor de seminarios y eventos culturales, combatiente en la cultura y en la poltica plural de nuestro pas, luchador contra la censura, impulsor de la Comisin por la Verdad, miembro de Los Abajo Fir-mantes, Manifestloco, investigador del Cenidiap/INBA.

    Hombre encarcelado y libertado, difamado y apoyado, amigo de desconocidos y conocidos, amigo del Sub, admirador del Che, Carlos-Blas, quien le dijo cacique cultural a Toledo. Hijo del gran compositor nacionalista Blas Galindo, hijo de la siempre protectora Tina, adolescente rebelde, amante o examante venerado u odiado,

  • 5enemigo pacco, msico arrepentido, cineasta inconfeso, editor de Comunicacin Visual, columnista por ms de una dcada de El Financiero, evasor y confrontador de s mismo y del mundillo de los protagonistas de la cultura; gay honorario, vecino cmodo o incmodo, hermano real de Luis mdico clebre y maestro de buceo, hermano de nombre y no de sangre de peculiares muje-res con los existenciales y artsticos, discpulo perenne de Juan Acha, hijo postizo de su siempre admiradora Mahia Biblos, com-padre de muchos aunque no haya tenido hijos ni bautizado a los ajenos, ociante delictivo de la primera y nica boda de Arturo Guerrero y Marisa Lara, as como de la boda performancera a los diez aos de la boda original de Vctor Lerma y Mnica Mayer; husped honorario as como artista expositor en la entraable cantina nmero uno en el centro histrico de la ciudad de Mxico, El Nivel.

    Carlos-Blas, en un candelero de cuestionamiento, admiracin y crtica; en n, hombre que ha recorrido la vida por ese camino de serpientes y escaleras que en el medio artstico puede ser no slo accidentado e impredecible, sino tambin llevarnos a los linderos donde se cruza la irrealidad con la realidad.

    La primera entrevista que presento en este material coincide con la fecha en que conozco a Carlos-Blas. La realic en 1997, con motivo de una de sus visitas a mi estado: Chiapas. Aquella entre-vista, de once cuartillas, result demasiado extensa como para ser incluida en una publicacin periodstica; sin embargo, la publiqu en la seccin Cultura del nmero 148 del semanario Este Sur de

  • 6Tuxtla Gutirrez y posteriormente en el diario El Imparcial de la ciudad de Oaxaca.

    La segunda entrevista, de mayor extensin, la llev a cabo en 2002, despus de conocer mejor a Carlos-Blas. Decid que para mantener la objetividad y no hacer juicios subjetivos sobre l, lo mejor era dejarlo hablar, proponindole temas biogrcos. Como resultado, esta conversacin es ms ntima y en un lenguaje de uidez coloquial.

    Para complementar la informacin de Carlos-Blas, anexo su currculo y varias imgenes, tanto de l como de su obra visual, as como algunos links de Internet y bibliografa recomendada.

    Agradezco al Cenidiap/INBA la invitacin para publicar este mate-rial en su revista electrnica. Espero que este retrato escrito de Carlos-Blas Galindo colabore a la memoria de la cultura de nuestro tiempo y les brinde a los lectores un pensamiento generador.

  • 7Entrevista publicada en el nmero 148, correspondiente a la semana del 18 al 24 de agosto de 1997, del semanario Este Sur de Chiapas y posteriormente actualizada (versin que presento aqu) para su publicacin, en el 2000, en el diario El Imparcial de Oaxaca.

    Por ah del 1 de enero de 1994, por la tardecita, Carlos-Blas Galindo, artista visual, comenz la nueva etapa de su produccin plstica que incluye referencias directas al EZLN, al EPR y al Partido Democrtico Popular Revolucionario. Considera que con esta serie est cerca de su madurez estilstica.

    Asume su vinculacin con las izquierdas, aunque es tolerante con las otras opciones polticas. Dice: Si nada ms hablramos de las izquierdas en el campo de las izquierdas, no tendra demasiado sentido. Arma: No formo parte de ningn partido poltico; preero

    ENTREVISTA I

    Carlos-Blas Galindo: soy un artista poltico y me

    interesa ampliar las fronteras del arte

    Agustin Diez

  • 8los conceptos de frente amplio y de frente de masas, que en poltica per-miten muchas ms cosas que el de partido poltico.

    Carlos-Blas, polifactico, es inves-tigador en el Centro Nacional de Investigacin, Documentacin e Infor-macin de Artes Plsticas (Cenidiap) del INBA, que se encuentra en el Centro Nacional de las Artes (Cenart), y tambin forma parte del submundo de los crticos de arte; como perio-dista es integrante de la Asociacin de Escritores de Mxico y publica tanto en revistas como en diarios naciona-les y extranjeros. Recientemente lleg a vivir a la ciudad de Oaxaca.

    Su nombre es reconocido y solicitado; ha sido jurado de numero-sos certmenes, como el Saln Michelena en Venezuela, el Saln de la Plstica Nicaragense, etctera, y participado en congresos internacionales como los de la College Art Association, de la que forma parte.

    Carlos-Blas nos cuenta: Me muevo en esos medios, pero tam-bin voy al sper, a la tintorera y hago todo lo que la gente normal hace. Me alegro de tener muchas amistades en el campo de la cul-tura artstica. Deca mi abuela que el que mucho abarca tiene pro-

    Carlos-Blas Galindo, 1995 D.R. En la Convencin, transferencia sobre papel, 66 x 50.5 cm

    Agustin Diez

  • 9blemas, pero me parece que alguien tiene que hacer las cosas y a veces tenemos que hacer varias, no?

    Conserva su cabello ondulado y con matices grises. Ahora es corto, pero durante mucho tiempo acos-tumbr traerlo largo y recogido en la nuca. A sus cuarenta y algo aos posee gran jovialidad. Habla con seguridad y soltura. En su haber de escritor tiene un libro sobre Enrique Guzmn, pintor que abri camino al arte contemporneo. Hace hinca-pi en la importancia de este artista; tanta, que el Museo Carrillo Gil ha puesto a su obra como fecha de nacimiento del arte contemporneo. Guzmn realiz trabajos poco frecuentes para los aos setenta, que pusieron en entredicho el papel de la familia o de la niez no siempre tan feliz: primero es neogurativo y luego inaugura el neonacionalismo o neomexica-nismo. Pint herejas, fue irrespetuoso en torno a imgenes del culto civil o catlico, utiliz los smbolos de una manera irnica, cruel, sarcstica, aunque slo trabaj durante diez aos, ya que se

    suicid en 1986, a los 33 aos de edad. Cuando hablamos de su propia obra plstica, Carlos-Blas nos

    comenta: Reproduzco documentos que tienen que ver con la

    Carlos-Blas Galindo, 1995 D.R. Presen-cia femenina, transferencia sobre papel, 66 x 50.5 cm

    Agustin Diez

    Agustin Diez

    Agustin Diez

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    guerra: hojas volantes, traducciones, informacin bajada de Inter-net... lo mo es un arte poltico. Me apoyo en equipos electrnicos, digitalizo imgenes va video, utilizo equipos de cmputo y luego una posproduccin con copiadoras. Trato que mi obra est vincu-lada con el arte predominante, me vinculo estilsticamente con el descontructivismo, que es una de las vertientes de las posvanguar-dias. Por eso la imagen atomizada, desarmada y rearticulada y el uso de textos que a veces funcionan formalmente.

    La muerte es una constante en el arte poltico. Cmo vive Car-los-Blas en carne propia esa amenaza, esa guerra, esa muerte?, le pregunto: La muerte es para los mexicanos un temor muy hondo, inconfesado. Es una falacia el lugar comn respecto a que los mexicanos no le tememos a la muerte y hasta la celebramos. Por otro lado, me rebelo en contra del destino de ser muerto en vida, del predestinado, del que nace para no contar, para servir y no disfrutar, del que muere por inanicin, por desnutricin, en contra del destino de no contar para la sociedad occidental que es el destino de muchas etnias, muchos indgenas, muchos pobres. Efectivamente, las menciones a la guerra que hago en mis obras son un reclamo en contra de ser muerto en vida y mi coincidencia con quienes hacen la guerra para que deje de existir ese tipo de muerte.

    A pesar de que la guerra es un riesgo muy severo de represin e implica una muerte salvaje en contra de los combatientes y de quienes coincidan con ellos y los apoyen o los protejan, esa muerte sirve para hacer un sealamiento: arriesgarse con tal de sobrevivir

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    para seguir combatiendo por algo que vale la pena; arriesgarse a morir con tal de seguir viviendo.

    No es paradoja, es una situacin contradictoria que tal vez pro-venga de que los grupos poblacionales que dieron origen al pueblo de mi padre son nahuas, para quienes hay que vagar durante tres aos por los submundos antes de que Xlotl lo conduzca a uno a la muerte denitiva. Esta concepcin de la vida y la muerte del pensamiento nhuatl est presente en muchas de mis decisiones, aunque para nada me creo azteca. Tambin est la circunstancia familiar: mi padre fue combatiente, guerrillero, en uno de los ltimos

    Carlos-Blas Galindo, 1996 D.R. Convencin s, serigrafa, 50.5 x 66 cm

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    intentos por hacer que este pas no deviniera en el pas que devino, que fue la rebelin delahuertista; estuvo en muchas ocasiones a punto de morir. Hablbamos l y yo del riesgo no slo de entrar en combate, sino de permanecer mucho tiempo escondido, ace-chando y, por ejemplo, ver agua y saber que en ese sitio todo mundo sabe que hay agua que ah van los animales y los enemi-gos a abastecerse y arriesgarse a beberla.

    Me parece que hay que hablar ms de eso, ponerse a oler, sentir esa muerte. Porque aparentemente todo est muy bien y bonito en nuestro pas y slo son dos o tres los que mueren. Las muertes reales, va una retransmisin en video, se transforman en tantas muertes cticias que vemos en la televisin o en los juegos electrnicos a diario. No quisiera que nos habituramos a esa muerte con violencia, que fuera algo normal, por eso es mi reclamo.

    Para Carlos-Blas, el arte poltico es plural e importante: Mucho se ha ganado desde Pablo Neruda o el muralismo mexicano. Haba en aquellas pocas directrices muy precisas de los partidos polti-cos; la Internacional Socialista se reuna y dena que el realismo socialista tena que ser de tal o cual manera; entonces el arte trotskista es distinto al arte estalinista. Esas directrices o cnones fueron necesarios en su momento porque no haba una experiencia gremial previa de discusin colectiva respecto a la serie de cons-tantes estilsticas que debera tener una obra para lograr sus pro-psitos. Tampoco haba suciente de un arte poltico vinculado con las izquierdas. Mucho se ha aprendido a partir de dichas directrices

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    de cmo debera ser un arte poltico, mismas que constrean la produccin de los artistas y eran exclusivas, excluyentes: o hacas eso o estabas del lado de los enemigos. A m me parece que el arte contemporneo de tema poltico es tan amplio, plural, diverso, rico e importante como el arte con otras temticas. La penltima gran exposicin del Centro Nacional de Arte y Cultura Georges Pompi-dou, en Pars, se llam De cara a la historia y recopil arte poltico del siglo XX, hasta 1996. Incluy ejemplos artsticos de la exYugos-lavia, del Japn de la posguerra y, en n, de todo el mundo. Ah se pudo ver la enorme riqueza del arte poltico, que tiene muchas opciones y posibilidades. A la creatividad ni la cercena ni la cons-trie un tema.

    Carlos-Blas Galindo con elementos del EZLN en la Convencin Nacional Democrtica, Aguascalientes, Chiapas. Foto: Adriana Luna Parra, 1994 D.R.

    Agustin Diez

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    Al preguntarle por su nacimiento artstico, recuerda a su infan-cia y a sus padres; hace notar que tuvo una ventaja absoluta. En la poca en que naci, 1955, a la casa de Ernestina y Blas Galindo, sus padres, llegaban entre otros Carlos Pellicer, Fer-nando Gamboa, David Alfaro Siqueiros y el Dr. Atl. Su padre era compositor de msica de concierto y director del Conservatorio Nacional de Msica. Sus paps lo llevaron a las primeras exposi-ciones, a temporadas completas de conciertos, pera, teatro. Poco despus, cuando Carlos-Blas tena ocho o nueve aos, su padre fue director de la Orquesta Sinfnica del Instituto Mexicano del Seguro Social. Ejecutaba msica para obras teatrales, tena un repertorio muy avanzado y de rescate de obras clsicas. Desde chi-quillos, a su hermano Luis cinco aos menor y a l les ensea-ron a ver, apreciar, leer y consultar los libros. A lavarse las manos antes de leerlos; a nunca maltratarlos, subrayarlos ni marcarlos; a conservarlos. Me dice: Me acuerdo, no s qu edad tendra, que no entenda mucho de lo que lea, pero estaba leyendo Los hongos alucinantes de Fernando Bentez, textos de sociologa, de historia, de artes visuales.

    Mi circunstancia fue privilegiada, pero por lo mismo no quisiera que fuera inusual. Me parece que deberan existir ms contenidos de cultura artstica, cientca y tecnolgica en todos los niveles de educacin, desde el maternal hasta el posdoctorado, para que no les resulten ajenas a los nios y a los jvenes estas posibilidades, sino que todo el mundo disponga de la informacin suciente para elegir.

    Agustin Diez

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    Mi hermano tuvo la misma cantidad y calidad de informacin que yo y l opt por las ciencias. Hace investigaciones en nutri-cin articial y en deporte, pero pudo elegir con base en la infor-macin de la que dispuso.

    Yo quera ser cineasta, de modo que tuve que decidir entre cine y artes visuales. Pero ya llevaba un trecho andado en calidad y cantidad de informacin cuando empec a hacer sonar mi nombre en el campo de la promocin cultural, a la que me dediqu durante un tiempo. Cre mucho en el Programa Nacional de Casas de Cul-tura, como organismo rector de entidades formadoras de pblicos, cuando empec a exponer y a publicar.

    Carlos-Blas hace notar que un crtico de arte tendra que ser capaz de detectar los componentes de una obra; describirlos. Des-pus, vericar cul ha sido la intencionalidad, la voluntad, la voli-cin del artista. Adems, detectar si hay congruencia, cohesin que puede ser de contraste o complementariedad entre los ele-mentos, para, con esta base, emitir un juicio que tiene que ver con que si en el resultado objetivo, detectable en una obra de arte, se cumpli con aquello que a partir de la misma obra podemos llegar a inferir que fue el deseo del artista. Esto sin recurrir a la entrevista, porque puede inducir a llegar a conclusiones que el artista quisiera que fueran a las que llegramos. Hace notar: Cuando escrib sobre Manuel Felgurez no me voy a referir al ttulo de su exposicin no habl con l para que no pareciera que me estaba dictando lo que quera que yo publicara, pues Felgurez se jacta de dictarnos a los crticos lo que quiere que escribamos.

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    El artista contemporneo, tiene que adecuarse al mercado y a los anlisis nancieros?, lo cuestiono. Hace poco escuchaba decir a Teresa del Conde que as como en el mundo occidental en los siglos XVII y XVIII era imposible sustraerse del catolicismo si uno era hereje lo quemaban, sin ms, es imposible en un mundo domi-nado por el capitalismo sustraerse del mercado.

    Hay que distinguir entre esta imposibilidad de sustraerse del mundo capitalista y la mera especulacin nanciera. El caso de Julio Galn me parece el ms especco: har unos doce aos, diez familias de Monterrey compraron toda la obra disponible del artista y luego especularon con ella en las subastas neoyorquinas. En diez aos consiguieron rendimientos de 4 mil 900 por ciento, lo cual es una clara muestra de las prcticas especulativas que son tan cotidianas en nuestro sistema artstico. Aunque despus los precios se fueron a la baja, hay gente fuera del grupo de los

    Valentina Trillo, Ignacio Betancourt, Carlos-Blas Galindo e Iseo Noyola en una sesin de la Convencin Metropolitana de Artistas y Trabajadores de la Cultura de la CND, Mxico D.F. Foto: Mario E. Martnez Rivera, 1995 D.R.

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    diez que permite que se recuperen los precios porque quiere man-tener el valor de reventa de las obras que adquiri. Efectivamente, la medida de todas las cosas hoy da es el dinero.

    Quienes determinan los ismos en la actualidad son los que se ocupan de la distribucin la parte mercantil y los cmplices invo-luntarios somos los crticos, periodistas, difusores culturales. Pero ahora tenemos la posibilidad de detectar necesidades reales de gente real y procurar satisfacer esos requerimientos; no necesa-riamente dependemos de las potencias mercantiles, aun cuando existe la posibilidad de vincularse, en lo estilstico, con un lxico dominante que tenga xito de mercado. Yo me vinculo con el des-constructivismo, incluyndole temas no concesivos, y me compran ricos empresarios.

    Podemos ser capaces de ser ms o menos subversivos, depen-diendo de las capacidades de cada quien para incluir elementos provocativos en lo temtico, en lo estilstico, en lo esttico. Para, dentro del rejuego mercantil, no ser de plano cmplices involunta-rios del poder ni hacerle el juego a los dueos del mundo que son los dueos del dinero.

    Al hablar de los gneros no convencionales del arte, Carlos-Blas deende denitivamente a la historieta, el cmic, el cartn, los dibujos animados, el video rock, vertientes con ms vigen-cia, que responden ms al espritu de los tiempos que los gne-ros convencionales. A estos ltimos los llama arcaicos, obsoletos (pintura, escultura, grca), aunque, desde luego menciona, siempre existirn artistas capaces de dotarlos de cierta vigencia.

    Agustin Diez

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    Le parece cada vez ms difcil aportar, innovar, en benecio de la cultura artstica, en los gneros convencionales. Cree que por razones prcticas se recurre a los gneros no convencionales a n de conseguir un primer impacto en los pblicos, para que ellos volteen a ver lo que uno hace.

    Despus, habla del per-formance: Yo cometo delitos cada vez que realizo un per-formance; como no me la puedo pasar cometiendo deli-tos, he hecho performances pocas veces. Un da me invita-ron a una mesa redonda sobre el uso de explosivos en las artes visuales cuidado, soy peligroso!, a veces me invitan a mesas redondas y salgo con un performance delictivo; por aquella poca se haba prohibido la quema de cohetes en la ciudad de Mxico y yo dije que dicha prohibicin constitua un terrorismo de Estado. El uso de la violencia (en este caso, la ame-naza de su uso para conseguir un propsito que no goza de con-senso) haca equiparable la prohibicin del uso de cohetes y el consumo de marihuana, cuando no lo eran. Hay que oponernos al prohibicionismo, usando ambos, dije. En plena galera saqu

    Santiago Espinoza de los Monteros, Laura Anderson, Teresa del Conde y Carlos-Blas Galindo durante una rueda de prensa por la exposicin La piel de la tierra de Laura Anderson, Museo de Arte Moderno, Mxico D.F., 1995. Foto cortesa del MAM

    Agustin Diez

    Agustin Diez

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    cohetes y cigarros de mariguana e invit al pblico a usar ambas cosas.

    En otra ocasin, para un programa del canal 22, en un deshue-sadero de autos, hice un performance: llevaba un arma real entre mis ropas, con cargador real, y dispar a un modelo antiguo, alu-diendo dar muerte al arte del pasado, que ya est medio muerto.

    Por prejuicios, la gente quiere ver en el arte la trasposicin de la realidad o cosas bonitas. Este tipo de cosas inesperadas y novedo-sas, como las que utilizo para hacer performance, captan la aten-cin de los pblicos y, segn yo, permiten la necesaria reexin sobre los asuntos que nos competen: de veras ser lo mismo fumar mota que quemar cohetes? Ser lo mismo disparar a un auto viejo que dar muerte no violenta a las rmoras del pasado?

    Desde luego, todo esto tiene que ver con el contexto. En Nica-ragua, muchos civiles conservaron sus armas luego de que partici-paron en la Revolucin Sandinista. Entonces, cuando estuve all me dijeron: si vienes aqu y haces un disparo en un deshuesadero, nadie te va a voltear a ver. O si me desnudo en Nueva York, tam-poco pasa nada. Me interesa ampliar rangos, lmites, demarcacio-nes, fronteras de lo artstico.

    Nos despedimos, dando por concluida la entrevista. Carlos-Blas se aleja, para retornar a su labor interminable: continuar hablando de arte, creando, atravesando nuevos lmites y fronteras.

    Tuxtla Gutirrez, Chiapas, 1997

    Agustin Diez

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    Realic la siguiente entrevista sugirindole a Carlos-Blas Galindo temas para que l los desarrollara con libertad. En algunos momentos hago comentarios que incluyo en cursivas para dife-renciarlos de lo que Carlos-Blas expresa sobre la infancia, la pubertad, la adolescencia, la carrera, el trabajo, los amigos y los momentos felices, los amores, las obsesiones, las pasiones, la comida, el protagonismo en el medio artstico, los obstculos, retos y decepciones, la vida y la muerte, los proyectos o metas.

    La infancia

    Me puedes contar cmo fue tu bautizo?

    No. Yo era una cosa as (muestra con las manos el tamao de un beb), pregntale a mi mam.

    ENTREVISTA II

    Carlos-Blas Galindo.

    El conmovedor desle del silencio

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    Pero me lo has comentado antes insisto.

    Me echaron agua y me quitaron el chamuco, que a veces todava tiene una pata dentro de m... (entonces, Carlos-Blas comienza a relatarnos). Mis paps le pidieron a su amigo el presbtero Rodrigo Valle Leyva que se ocupara de bautizarme. l accedi y escogi la parroquia, iglesia o templo ms cercano, en la colonia Portales (no exista el templo de la calzada Ermita Iztapalapa); slo que, sin decirles a mis paps, consigui coros y msicos de concierto. No s a cuntos ni a cules y, digamos, que la liturgia en vez de ser una misa normal fue no s si cantada en latn, obviamente, por la poca, inicio de la segunda mitad de la dcada de 1950 y si oci ms de un sacerdote; pero lo que s s es que fue de mucho boato. Esto te lo estoy diciendo a partir de una memoria que siempre he rechazado por razones personales. A mi bautizo llegaron familia-res de mi padre que eran personas modes-tas y al ver aquel alarde de msica que es un bien intangible pero tiene su peso quedaron muy sorprendidos. Creo tambin, por narraciones de mi mam, que fui conr-mado a muy temprana edad, sin consenti-miento mo, sin que yo supiera de eso. No s si eso ocurri en el Sagrario Metropoli-tano o en una de las capillas de la Catedral Metropolitana, en la ciudad de Mxico, pero tambin he sido informado que mi conr-

    Carlos-Blas Galindo, ciudad de Mxico. Foto: Ernestina Men-doza, 1955 D.R.

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    macin aconteci con la participacin de altos jerarcas eclesisti-cos y con mucho lujo. Y todo ello por cortesa del padre Valle Leyva. Pero creo que eso mi mam lo platicar mejor.

    No recuerdo desde que nac, obviamente, pero s tengo memo-ria de que antes de ingresar al jardn de nios mi mam me llevaba todos los das a casa de mis abuelos maternos, en el centro his-trico de la ciudad de Mxico, en la calle del Apartado nmero 8, cerca de la Arena Coliseo y del mercado Abelardo L. Rodrguez. Yo era el nieto mimado de mi abuela; mi abuelo era ms parco, no manifestaba su cario ms que por mi mam. Ella fue la preferida de ambos; yo nada ms era el nieto preferido de mi abuela. Se dedicaba a la cocina, tena un criadero de pichones: los engordaba para comrselos (a mi pap le gustaba mucho comer pichones y mi abuela se los cocinaba). Yo la ayudaba a moler el pan: haba un molino manual adosado a una mesa y se supona que ah deba yo introducir el pan duro blanco, pero meta cualquier cantidad de pan que me encontraba y, en lugar de reprenderme, para mi abuela era lo gracioso de la maana, que me hubiera acabado la dotacin de pan para hacer no pan molido sino un amasijo de pan dulce y pan de sal. Tambin haba que alimentar a los pichones con maz martajado que se compraba en costales. Me encantaba aventar el maz quebrado y luego mi abuela tena que barrer aquello que era una sobredosis de comida para sus aves. Asimismo, la ayudaba con las vainas de los chcharos y quitaba uno o dos chcharos, as que lo dems lo desperdiciaba, y mi abuela tenia que recuperar lo que yo tiraba. Me llamaba mi hijo Carlitos y me tena una gran caja

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    con juguetes, sobre la que deca: para que cuando mi hijo Carlitos venga tenga con qu jugar. Haba muchos primos y a ellos no les tena semejante paciencia; les deca: Cuidado! Hay que tapar el maz para que no lo rieguen, o Ay! Tengo que recoger el tiradero de juguetes. Mientras estaba con la abuela, mi madre haca las compras. Nosotros vivamos en el sur de la ciudad, cerca de donde ahora est el Centro Nacional de las Artes. Era una zona muy inhspita, de puros alfalfares y sembrados de alguna otra cosa; haba dos establos cerca, donde ahora es la esquina de las avenidas Plutarco [Elas Calles] y [Emiliano] Zapata, gran-des, amplios, eran parte de los espacios de la exhacienda de San Andrs Tetepilco... pero esas son otras historias que se entretejen con sta. En lo que haba sido el casco de la hacienda estaba la ter-minal de los tranvas; lo que ahora es la terminal de los trolebuses del Sistema de Transporte Elctrico del D.F. Lo que actualmente es Ro Churubusco entonces era un ro verdadero, a cielo abierto, y no una avenida. Pero el lugar, aun cuando estuviera poco habitado, estaba muy bien comunicado con el centro, a 25 30 minutos, por esos tranvas que circulaban por toda la calzada de Tlalpan, mientras que otro vena de Mixcoac y atravesaba hacia Tetepilco. Entonces pasbamos buena parte de la maana con mis abuelos y regresbamos a la hora de la comida a la casa porque mi padre, aunque trabajaba en Polanco en [la calle] Presidente Masaryk ya que era director del Conservatorio Nacional de Msica, diario vena a comer con nosotros. Haba una seora que ayudaba, se llamaba Elena, y mi madre no tena que preocuparse por preparar las comi-

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    das, pues todo estaba siempre dispuesto. Cuando mi padre poda, me llevaba a caminar los nes de semana para que me acostum-brara a esa vida semirrural y me peda que llevara conmigo terro-nes de azcar para que se los diera a los bueyes y no les tuviera miedo a los animales. Caminbamos hasta donde podamos ver los Estudios Churubusco, donde estaba un pueblito en el que se lma-ban los westerns.

    Entonces fui un nio mimado, protegido durante los primeros cinco aos de mi vida. Cuando ingres al jardn de nios naci mi nico hermano: Luis, mi hermano; no mi hermano Luis. Mi abuela falleci cuando mi madre estaba embarazada y por eso me separ de la vida del centro histrico, porque dejamos de ir para all. En esa primera escuela coincid con la hija de Eunice Gordillo, quien haba sido novia de mi pap y siempre ha sido muy buena amiga de mi mam (para que veas que a veces se rompen las reglas de los odios entre exnovias y esposas). Esa nia era muy buena amiga ma; muchas veces Eunice o alguien ms nos traa no s quin en uno de esos carros antiguos que del techo a la cajuela se pro-longaba en una gran curva; carros de los inicios de los cincuenta. En la parte de atrs ese coche tena un colchn para los nios y los adultos iban adelante. A veces venamos en tranva,o incluso a pie, y mi mam me compraba un chocolate en una de las tienditas. Mi mam me carg hasta que yo tena seis aos; dice que no pesaba mucho, que era delgado, chiquito, con poco peso de hueso. Me cargaba, me recostaba, me haca que durmiera saliendo del jardn de nios.

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    En ocasiones, despus de comer, volvamos a ir al centro, a casa de los abuelos, en la colonia Maestro Justo Sierra. Ah el Sin-dicato Nacional de Trabajadores de la Educacin, o sea el sindicato de maestros, vendi a plazos las casas entre sus agremiados, a pagar en no s cuntos aos; era una colonia tranquila y salamos al parquecito de cerca o al de atrs de la escuela primaria, uno muy bonito donde haba una casita con el sistema de bombeo de agua. Mientras estuve en el jardn de nios empec a recibir llama-das por telfono de mis condiscpulas, a besarme con ellas: parti-cularmente con una que se llama Adelina. Nos besbamos bajo las escaleras, rea que estaba contigua a la puerta de la direccin, lo cual era un poco riesgoso. Ella me llamaba todas las tardes. Por ah tengo una foto con otra nia que era de las ms bonitas del jardn y con quien me llevaba bastante bien.

    Carlos-Blas Galindo con sus padres, Ernestina Mendoza y el compositor Blas Galindo, ciudad de Mxico, 1959

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    Llega mi hermano a la vida familiar. Debe haber unas fotos en las que aparezco cargando a mi hermanito y eso s fue un gran cambio: nos distanciamos de mis tos al fallecer mi abuela, a pesar de que mi abuelo sobrevive unos pocos aos ms. Mis paps, con dos nios, no se mueven tanto, aunque constantemente tuvieran que ir a cenas en embajadas o a conciertos de toda ndole. Hay un to materno, el to Jess, que vena a cuidarnos; como por entonces no tena carro, despus de que jugaba con nosotros y nos acostaba se dorma en un catre verde que todava est por ah; Jess fue un to soltero siempre. Tambin recuerdo al maestro Jos Mara Lujn, de Monterrey, quien era subdirector de la Orquesta del Insti-tuto Mexicano del Seguro Social, de la que mi padre era director. l a veces tambin tena que cuidarnos un poco y darle su mamila a mi hermano mientras mi madre sala de compras. Mi padre estaba trabajando y en ocasiones ese seor nos cuidaba. Tambin haba personal domstico, porque el maestro daba la mamila pero no la iba a hacer. Creo que realmente fue una infancia muy feliz en gene-ral, a m se me ocult la muerte de mi abuela durante varios aos, no vi a mi abuelo en proceso de enfermedad, viv esa como feli-cidad articial, un poco sobreprotegido, sobre todo por mi madre, lo cual llevara a una venganza, fraguada por mi padre, al trmino de mi educacin bsica... pero ese es otro asunto. Con mi familia paterna casi no tuve contacto, pero me encantaba ir a casa de mi madrina, en la colonia Del Valle. Se llamaba Sara Ochoa, viva en la calle qu?, no me acuerdo [Gonzlez de Cosso] y era como la hermana de mi pap; de hecho, a sus nietos yo les lla-

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    maba primos. Era una persona muy alegre, que disfrut mucho la vida. Yo no saba entonces que haba tenido muchos amantes, que haba tenido muchsimo dinero y que haba viajado por casi todo el planeta (creo que haba tres islas que no pudo conocer porque no haba visa para visitarlas). Disfrutaba la vida, beber, comer, la com-paa de sus amigos. Mi padre una vez por semana iba a comer y departir a su casa. Tuviera que hacer lo que tuviera que hacer, reservaba los martes para visitar a Sara. Mi madre no iba mucho a aquella casa, pero a m me gustaba porque el ambiente era distinto. Yo no saba distinguir entre la familia pobre y la gente rica, pero ella tena ms dinero que la gente de mi familia, materna o paterna. En mi casa o en la de mis abuelos la variedad de alimentos era un poco restringida, pero en cambio, en casa de mi madrina haba una serie de cosas estupendas y esa educacin que siempre trat de inculcarme mi pap, de ensearme a comer cosas raras, yo la aprend ah, donde servan guisos que no son comunes en todas las casas. Por ejemplo, haba un platillo jalisciense que se llama cuachala o el pepin; de hecho, me encantaba ir a comer anchoas, que son muy saladas: el lete de anchoa enrollado, y otras lateras. Creo que lo que ms feliz me haca durante mi niez era ir a casa de mi madrina, donde el ambiente era ms permi-sivo, ms abierto. A casa de Sara no nada ms iba mi pap, sino que era un lugar donde se reuna gente rica, de la medicina y del mundo intelectual. Entre los habituales estaban escritores como Elas Nandino, poeta, o Rodolfo Usigli, el dramaturgo a ambos los conoc ah; tambin conoc cirujanos e incluso gente del ejr-

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    cito. Mi madrina hizo buena parte de su dinero vendindole toda la papelera a la Secretara de la Defensa Nacional.

    La pubertad

    Eso qu es?, me pregunta Carlos-Blas.

    Cuando te comienzan a salir vellos, tienes sueos hmedos y te

    cambia la voz, le contesto. Entonces comienza a contarme:

    Yo tuve una enorme ventaja: despus de cursar mi educacin prima-ria pas directamente al plantel dos de la Escuela Nacional Prepara-toria de la UNAM, en 1968. Es decir, despus de ser sobreprotegido, con mucha comodidad, un nio mimado creo que an ahora lo soy, pues esa primaria estaba a media cuadra de la casa y ahora el Ceni-diap me queda a seis calles, curso el bachillerato de seis aos en el centro histrico, en la calle Licenciado Verdad, junto a donde ahora est Ex-Teresa. Realmente yo siempre he dicho que soy del centro histrico, ya que de nio fui tantas veces a casa de mis abuelos, y tambin porque cuando cursaba de tercero a sexto de primaria fui por las tardes a la Escuela Superior de Msica del INBA, que no estaba en el Centro de las Artes (pues no exista), sino en la calle de Cuba nmero 92, a media cuadra de la plaza de Santo Domingo.

    Pero desde luego mi gran iniciacin a la vida real ocurri cuando ingres a la prepa dos como estudiante de secundaria, porque

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    conozco debo decir todo?, porque inicio mi vida poltica, inicio mi vida sexual. Conste que te estoy hablando de que tena 13 aos, una cosa as. Yo ya fumaba tabaco desde antes; no cons-tantemente, pero desde 1968 bebo alcohol con mayor asiduidad y tambin conozco las sustancias psicoactivas. Desde primero de secundaria conoc la marihuana, aunque realmente no saba que existiera otra cosa. Entonces esta etapa realmente me marca.

    En primaria fui un nio saca-dieces y en los tres primeros aos de secundaria segu siendo muy buen estudiante con calicaciones altsimas. Viene el cuarto ao, el quinto fue el peor, estuve a punto de reprobar, incluso matemticas; eso nunca se lo haba confesado a nadie, pero soy capaz de remontar eso y superarlo. De hecho en el sexto de bachillerato, que es tercero de prepa, soy tan buen estudiante que puedo ser aspirante a dirigir la sociedad de alum-nos, que eso slo lo puedes hacer con buen promedio. Mi planilla no gan, porque le hicimos el juego politiquero a los que s iban a ganar: me pidieron que encabezara una planilla fantasma. A cambio de eso yo aparezco como integrante del equipo de futbol americano de la prepa, en el que nunca jugu, y as pude aprobar deportes. Fue una negociacin poltica, pero eso no lo puedes hacer si no tienes un buen promedio.

    La adolescencia

    El plantel en que estudi el bachillerato estaba en la calle de Licen-ciado Verdad, en el centro histrico. Pero uno de esos edicios, el

    Agustin Diez

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    de la esquina de Guatemala y Licenciado Verdad, era poco concu-rrido por los alumnos, porque ah estaban las ocinas y la direc-cin. Eso haba sido la Facultad de Odontologa de la UNAM hasta los aos cincuenta y tantos, en que se construye CU [Ciudad Uni-versitaria] y se traslada para all. Debajo de las escalinatas princi-pales haba una especie de cofrada, club, que no era la sociedad de alumnos (porque las sociedades se haban convertido en un recurso de los porros, de los golpeadores pro-ocialistas). Haba un espacio que se comunicaba con otras escalinatas a la azotea y ah habamos pintado en las paredes la receta de una bomba Molo-tov y tenamos unos sillones; era la zona para la promiscuidad. En

    los sillones fajbamos y ah, debajo de la direccin, fumba-mos mota, bebamos alcohol, era un ambiente que mezclaba el despertar poltico, sexual y las sustancias psicoactivas al mismo tiempo y en un nivel muy semejante. Cuando hablo de la poca de la promiscui-dad lo digo en serio, no haba un distingo de parejas esta-blecidas; s haba unas pocas, pero los mismos integrantes de esas parejas podan acudir a esta especie de gran ghetto

    Carlos-Blas Galindo, 2002 D.R. Cuidado!, obra digital, participacin en el Maniesto conceptual contra la censura

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    y salir con alguien ms, aunque por temporadas quisieran tener relaciones ms estables.

    En quinto de bachillerato, segundo de prepa ms o menos, empec a frecuentar el plantel de la antigua Academia de San Carlos. Pero pasaba muy rpido por su patio e iba hacia la azotea porque era tambin el ms amplio fajdromo y fumadero de la comarca. Yo digo que empec a conocer lo que fue despus mi escuela profesional por la azotea y luego fui bajando a los dems niveles. Dada mi situacin privilegiada de haber crecido en un mbito en el que la cultura artstica era algo cotidiano, normal, yo desde primero de prepa saba que quera cursar una carrera arts-tica, pero no me decida por cul. No saba si dedicarme al cine o a las artes visuales. Y aun cuando tena una formacin esttica que ms o menos sobrepasaba la normalidad de mis condiscpulos de bachillerato, tena mucho miedo de entrar a la Escuela Nacional de Artes Plsticas (ENAP) de la UNAM. Cuando me decid, pens que cualquiera de mis condiscpulos iba a tener ms informacin que yo. Trat de prepararme mucho antes de entrar, en cosas tcnicas, de grabado, y tambin histricas, as como complementar mi infor-macin en otras reas. En el ltimo de bachillerato curs muchas asignaturas de arquitectos, lsofos, adems de las que correspon-dan a mi rea, la seis, que era la de bellas artes, en la que slo estbamos inscritos tres estudiantes. Debido a esto, la UNAM deci-di juntar a los grupos de las prepas uno, dos y tres, y ponernos a cursar las asignaturas juntos. Entre todos ramos en total como siete personas, ms o menos. Como las prepas uno y tres compar-

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    tan plantel, una era matutina como la dos, en la que estaba- y otra era vespertina, yo tena un horario muy variado y el resto del tiempo lo dedicaba a acudir a asignaturas de otras reas, adems del reventn. Las nicas materias que no pude cursar fueron latn y griego, porque estaban en horarios incompatibles con mi rea. Tambin decid hacer mi servicio militar anticipado, mientras cur-saba el ltimo ao de bachillerato. En vez de cortarme el cabello casquete corto, me rap, porque tena una cabellera bastante larga. Me adelant porque me daba un poco de vergenza que en el primer ao de mi carrera estuviera acudiendo al servicio militar; me pareca bastante incompatible.

    La carrera

    Siempre he sido un estudiante saca-dieces. Si uno se da las maas, no aprendes a veces mucho, pero a sacar dieces le puedes encontrar el modo. Sin embargo, durante mi licenciatura, a juzgar por mis calicaciones, no fui un estudiante destacado, porque me rebel contra los mtodos de enseanza que exis-tan en aquel entonces; hablo de 1974. El primer da acud a una

    Carlos-Blas Galindo, 2002 D.R. Aparicin es reaparecer, obra digital, realizada para el proyecto arte pblico Aparicion-es presentado en Internet y en Taxco, Guerrero

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    asignatura que se llama Educacin visual. El profesor, Luis Prez Flores quien despus llegara a ser director del plantel, nos soli-cit que para la clase siguiente llevramos papel lustre de colores, unas tijeras romas, chatas, pegamento y una cartulina, para hacer unos ejercicios. Yo tom la palabra y dije que no haba llegado hasta educacin superior para repetir los ejercicios del jardn de nios. Es testigo de esto Ignacio Salazar, quien ese da tuvo su primer da de trabajo como ayudante de profesor en la Escuela Nacional de Artes Plsticas. Le manifest a la clase que no estaba dispuesto a acudir a la asignatura porque cuando el profesor Prez Flores nos plante el programa de estudios, anticip que todos los ejercicios tenan que ceirse estilsticamente al geometrismo, que era la corriente entonces en boga. Manifest que esa orienta-cin me pareca algo muy obtuso aunque no con esas palabras y advert que no iba a acudir, o por lo menos no todo el tiempo. Que ira cuando quisiera, que no iba a entregar los ejercicios y que peda ser evaluado de otra manera. Adems no quera ir porque una amiga del grupo iba a trabajar y me poda dar aventn al club deportivo, ambas cosas se unan: a m me gustaba ir al club en la hora de esa asignatura y no estaba de acuerdo con la manera en que era impartida. El maestro me advirti que si no acuda, no habra manera de evaluarme, que eran los ejercicios y la asistencia lo que contaba y que si no iba me reprobara... y as fue. Al da siguiente, por la maana, en el segundo da de clases, mi primera materia fue Principios del orden geomtrico, con el profesor scar Fras; a l le advert que yo no poda llegar a mis clases de siete

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    de la maana porque a esa hora iba al IFAL [Instituto Francs de Amrica Latina], donde era becario para estudiar francs, y que como haba cursado asignaturas de arquitectura en la prepa yo podra hacer las lminas sin problemas si me sealaba los ejerci-cios; podra entregar los trabajos a tiempo, pero le peda que me eximiera de acudir a clases de siete. El profesor, que era un viejo comunista amigo de mis paps, me dijo: pues si no vienes a mi clase, te repruebo. Y no fui a su clase y me reprob. Y as, fui un muchacho rebelde que no estaba a gusto con ninguna clase. A la postre tuve que presentar numerosos exmenes extraordinarios para poder aprobar el plan de estudios. Incluso en uno de los ex-menes de geometra una condiscpula me pidi que la dejara ver cmo haca trabajo, y yo me cansaba de facilitar que ella copiara mi examen, porque realmente la geometra no se le daba. En un descuido del profesor que nos vigilaba le entregu mi ejercicio ya concluido a ella y yo volv a hacer todo mi examen, entonces en un tiempo rcord hice dos exmenes; ella se llama Mnica Mayer. Realmente la geometra se me daba muy bien; la precisin de los trazos me encantaba, y tambin las escuadras, el comps, la regla T, que ya no se usan porque en la computadora puede uno hacer todo eso.

    Lo que s me llam mucho la atencin fue el taller de serigrafa; de hecho, fui ayudante no ocial del maestro Alberto Jimnez Quinto; extraocial porque para ser ayudante de profesor hay que cubrir por lo menos 75 por ciento de los crditos y yo no tena ni medio crdito. Pero tambin, habituado al reventn, consegu ser

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    ayudante no ocial del maestro Luis Nishizawa, a quien se le haba asignado un taller inmenso que slo ocupaba durante una maana por semana. Yo, con el pretexto de ser su ayudante, de preparar los materiales para su clase, tena acceso a ese taller el resto de la semana y, como tena unos sillones tambin bastante propicios, invitaba a mis amigas y amigos a disfrutar de la vida... incluso a amigas de la prepa que todava frecuentaba y mis nuevas amigas de la carrera. Cada vez que un vigilante o guardin nos sorprenda me peda dinero, pero era un arreglo conveniente para todos.

    Al cursar mi licenciatura, eso ya se sabe, empec a interesarme por la teora y la historia. Tal cosa ocurri gracias a varios maes-tros: Juana Gutirrez Haces, Armando Torres Micha y, sobre todo, Juan Acha. Torres Micha me invit a ser miembro estudiante del comit de seleccin de las galeras de la ENAP. Iba a su casa para platicar de arte e incluso algunas veces visitamos juntos talleres de condiscpulos mos que le pedan al maestro que fuera a ver su trabajo. Desde luego que de quien mayor impulso recib fue del maestro Juan Acha. Nuestro acercamiento empez de una manera para m bastante inexplicable, porque yo slo pona atencin a lo que deca, no preguntaba mucho, no siempre entenda ni siempre estaba de acuerdo con l, pero aun as manifest un cierto afecto por m desde mis primeras clases de Teora del arte. Ya en el segundo ao de la carrera comenz a invitarme a su casa a reunio-nes a las que acudan personajes como Adolfo Snchez Vzquez, Nstor Garca Canclini, Jorge Alberto Manrique y algunos crticos e historiadores latinoamericanos cuando estaban de visita en Mxico.

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    Con los aos esa inicial amistad devino en una coincidencia con los planteamientos sociolgicos del maestro y ya pudimos, si no deba-tir, por lo menos compartir los cdigos. Por el contrario, mi estancia en los talleres fue bastante catica, puesto que cuando yo llegaba a algn taller en el que mi obra era alabada o mis ejercicios estu-diantiles reciban comentarios demasiado favorables, yo optaba por cambiarme de turno, de taller, de asignatura, de todo, con tal de no tener ese resultado. Haba un maestro [Hctor Cruz] que me deca maravillas y yo siempre lo evitaba. Siempre me cambi de saln o ped como estudiante que se nos asignara otro profesor, aunque no estuviera previsto para nuestro nivel, con tal de no ir con otro con el que tuviera ese problema. Despus me ha gustado mucho que me hagan la barba, pero entonces no; me pareca que no iba apren-der lo suciente. No es que fuera autocrtico, pero vea que a todas luces los resultados que obtena eran los de cualquier estudiante. No eran sobresalientes.

    En el nico taller en que estuve muy a gusto en la ENAP fue en el de fotografa. Lo que ms hice en mi estancia en la Escuela, aparte de empezar a escribir, fue hacer fotografa. Fui alumno directo de Kati Horna, quien realmente ense a muchas generaciones no slo la tcnica y el manejo de equipo avanzado en su momento, sino, sobre todo, una real educacin visual. No como aquella que se nos propona en el plan de estudios, sino un verdadero entrena-miento para descubrir equilibrios, armonas, acentos en las imge-nes, sin necesidad de las reglas, los compases y las escuadras. No en la imagen ya tomada, sino al momento de encuadrar, de enfo-

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    car; tener esas nociones de composicin, de claroscuro, de todos los elementos formales ya en el cerebro; no s en dnde, no s en qu parte del cerebro.

    El trabajo

    Sal de la escuela en 1979. Aunque termin la licenciatura en 1977, per-manec dos aos ms en el plantel asistiendo a cursos de lo que entonces era la Divisin de Estudios Superiores y que hoy se llama Divisin de Estudios de Posgrado. Carlos-Blas me advierte: voy a hacer una confesin inconfesa-ble. Supongo que no quera salir de la escuela por miedo; no quera enfren-tarme a la vida profesional porque nunca lo haba hecho, aunque s haba trabajado, entre otras cosas, vendiendo bolsas hippies amarradas con jareta, que yo mismo elaboraba... pero ese es otro tema. Sin embargo, cuando estaba a punto de reinscribirme por tercer ao en la Divisin de Estudios Superiores aunque sin cursar maestra porque no haba concluido mis estudios de licenciatura, recib un da la llamada de una amiga muy querida, Alma Valtierra, quien para entonces trabajaba ya en el INBA y me ofreci, de parte de

    Carlos-Blas Galindo, 1999 D.R. La llave del cielo, grca electrnica, 28 x 21.5 cm

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    su jefe, que me encargara del proyecto para hacer el Museo Juan Cordero en la plaza de Santo Domingo, en el centro histrico de la ciudad de Mxico. Desde luego que me pregunt si tena experien-cia en museologa, a lo que respond armativamente. En realidad no era as, pero mi amigo Toms Zurin, quien haba sido profesor mo en licenciatura, me haba sugerido algunos textos sobre legis-lacin en museos, as que recurr a l para que complementara mi informacin y, en n, de inmediato form parte de un equipo al que tambin se incorpor mi excondiscpula Paloma Daz Abreu y otros colegas. Hicimos el planteamiento general y vericamos, junto con personas de la Direccin de Asuntos Jurdicos del INBA, el inven-tario del inmueble en el que estara el Museo Juan Cordero. Slo que cometimos el error de incluir nuestros honorarios en el pro-yecto mismo y, como no fue aprobado, nadie nos pag. Aquel fue un primer aprendizaje en la escena profesional. Sin embargo, en

    Iris Mxico y Carlos-Blas Galindo durante su participacin en el proyecto Encuentro citado la obra te visita, Mxico D. F. Foto: Bernardo Cid, 2002 D.R.

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    la misma ocina del Instituto, que se llam Direccin de Promo-cin Nacional, su director el maestro Vctor Sandoval se apiad de quienes participamos en el fallido proyecto y decidi contratar-nos para otras actividades. Fue as como ingres al Instituto, inicial-mente como tcnico musegrafo, que es como la plaza ms nma que puede haber en el campo de las artes plsticas. Estamos hablando de 1979. De ah progres rpidamente, pues para 1981 fui secretario particular del maestro Sandoval y posteriormente jefe del Departamento de Exposiciones de la misma Direccin.

    Carlos tararea: piri pi ru ru, escuchando el CD Back to the basics, y luego contina:

    En la primera fase de mi historia laboral hay ms renuncias que nombramientos, por diversas circunstancias. Cada vez que dis-crepaba de los planteamientos del sector gubernamental, decida irme de vacaciones durante tres meses a Europa, cosa que haba hecho desde 1975, anualmente. Esto, a la postre, digamos que lo veo como un error, porque haba estado acostumbrado ya para entonces a vivir de mi trabajo, pero un pas en el que la economa pareca boyante, aunque con sus dicultades por supuesto, era una economa-ccin apuntalada por el sector gubernamental para evitar problemas, pero que tena un tipo de cambio que en el trans-curso de unos aos pas de 12.50 pesos por dlar a ms o menos el doble, nos permita un buen nivel de vida a casi todo el mundo. Nunca ahorr, nunca compr ningn bien raz y destinaba mis

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    ingresos anuales a viajar. Esto, aunado a mis discrepancias con los funcionarios en turno, me haca efectivamente renunciar a cada momento. No hice una carrera de funcionario, como muchos otros colegas (como el actual director del INBA o el titular del programa Tierra Adentro, con quienes me inici laboralmente). Creo que entre 1981 y 1982 publiqu mi primer texto en la revista Tierra Adentro e hice mi primer escrito para el catlogo de una exposicin; sin embargo, no sera sino hasta 1985 que mi credibilidad como crtico fue aceptada. Estamos hablando de varios aos de trabajo. Enton-ces fui invitado, por primera vez, a ser jurado de un concurso: la tercera Bienal Tamayo, junto a Runo Tamayo, Juan Acha (Carlos dice este nombre con admiracin) y tambin Ignacio Salazar y Luis Rius Caso (Carlos menciona a Ignacio y a Luis de forma ms colo-quial. Mueve la mandbula para recordar, ve el reloj y contina).

    Por aquellos aos... Habl ya de cmo me quit el apellido? Mis primeros textos estaban rmados como Carlos-Blas, al igual que mis obras artsticas de aquella poca, porque el peso del ape-llido Galindo en alguien que se llama Blas es muy fuerte. Y como mi

    Carlos-Blas Galindo, 2001 D.R. Por ganas no paramos, obra conceptual. Produccin y fotografa: Iris Mxico

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    padre haba sido fundador del INBA, fue el primer titular de la Direc-cin de Msica, y haba participado en el proyecto de creacin del Instituto, muchas personas incluido mi maestro Armando Torres Micha se referan a mi ascendente carrera en el INBA de manera sarcstica, suponiendo que haban tenido un peso fundamental mis nombres y apellido. Para evitar esas sospechas, en el trabajo de crtico y en el trabajo artstico opt por quitarme por un tiempo el apellido. Decid reinstalrmelo cuando mi padre me coment que Sergio Pitol, el escritor veracruzano, le haba preguntado si l era el padre de ese muchacho que andaba por ah escribiendo y hacindola de funcionario. Siempre me haba acontecido al revs: a m me preguntaban si mi padre era el compositor y director de orquesta. La omisin temporal de mi apellido paterno me ha cau-sado muchos contratiempos porque mucha gente cree que Blas es mi primer apellido y que Galindo es el segundo, pero yo me sent a gusto con esa reivindicacin pblica de mis propias capacidades. Para 1986 ocup el puesto de jefe del Departamento de Exposicio-nes en la Direccin de Artes Plsticas del INBA, cuando Teresa del Conde era la cabeza de dicha ocina.

    Si de algo me precio como parte de mi generacin de crticos, adems de haber propuesto ciertas adaptaciones a la metodologa del maestro Juan Acha para el trabajo crtico, mismas que convert en mi propia metodologa, es de dos cosas: una, haber roto, junto con los dems integrantes de mi generacin, las inercias que esta-blecan los grupos de poder en mi poca ahora es mi poca todava, pero me reero a los aos ochenta y que presuponan

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    una adhesin incondicional a determinada cabeza de grupo y una consecuente enemistad con los dems; es decir, que si uno se acercaba a Raquel Tibol, a Teresa del Conde, a Ida Rodrguez, a Jorge Alberto Manrique, a Alberto Hjar o a Juan Acha, los dems suponan que haba un antagonismo de antemano en contra de ellos. Por fortuna, y no sin tropiezos, nalmente pudimos los de mi generacin, y con mucho yo, trabajar indistintamente con ellos. La otra cosa de la que me precio, muy emparentada con sta, es la de haber roto inercias semejantes en los peridicos y suplementos culturales, puesto que a mediados de la dcada de 1980 si alguien publicaba inicialmente en Exclsior, por ejemplo, eso acarreaba un veto en los dems peridicos y suplementos, pues era uno til-

    Carlos-Blas Galindo, Nirvana Paz (con un acompaante) y Antonio Ortiz, Gritn, durante su participacin en Fuente de Petrleos roja, protesta contra la guerra en Irak, Mxico D.F. Foto: Iris Mxico, 2003 D.R.

    Agustin Diez

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    dado como del grupo de Exclsior. Hacer eso tampoco fue fcil e implic la publicacin de una revista independiente, Comunica-cin Visual, junto con dos socios: Leticia Velzquez y Jess Zrate. Logramos que sobreviviera durante ao y medio; llegamos hasta el nmero ocho entre 1987 y 1988. La planeamos en 1986 y nues-tro primer nmero fue el correspondiente a enero-febrero de 1987. Aquella era una poca de inacin galopante en la que no se poda presupuestar de una semana a otra. En consecuencia, perdimos todos nuestros ahorros, pese a que tuvimos anunciantes. La revista fue uno de los descalabros nancieros de mi historia, pero sirvi como campaa publicitaria de la capacidad de mi generacin, y la ma especcamente, para ser autogestivo, para publicar, ya que inicialmente ningn director de suplemento o seccin cultural quera aceptarme como colaborador. Evidentemente hicimos pre-sentaciones de la revista, la envibamos a los colegas crticos para que la researan en la prensa y a consecuencia de ello fue que empec a recibir invitaciones para participar en otras publicacio-nes, incluso en las que antes me haban cerrado las puertas

    Por la misma poca, 1986-1987, impart mi primer curso de apreciacin de las artes visuales, utilizando la que habr de ser mi metodologa. Al ao siguiente me aceptaron como colaborador per-manente en la seccin cultural del peridico El Financiero, donde permanezco hasta ahora contra viento y marea y es cuando puedo decir que ya consigo la licencia de crtico de arte. Tambin a partir de entonces mi actividad docente se vuelve algo constante. Di clases en la maestra en Artes Visuales de la UNAM durante ocho

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    aos, puesto al que renunci para ir a vivir a Oaxaca, en 1999. Tambin impart clases en el posgrado de la Escuela de Diseo del INBA y, a nivel licenciatura, tanto en la ENPEG [Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado], tambin dependiente del INBA, como en la Escuela de Diseo. Actualmente soy investigador en el Centro Nacional de Investigacin, Documentacin e Informacin de Artes Plsticas (Cenidiap) del INBA.

    Carlos-Blas revisa su revista Comunicacin Visual y abre gran-des ojos, se estira un poco para relajarse y contina. A la fecha contino como colaborador de El Financiero, corresponsal de la revista internacional Art Nexus y recibo con frecuencia aun-que no con tanta como deseara invitaciones para fungir como jurado, conferenciante, curador, participante en mesas redondas, profesor invitado o colaborador en diversas publicaciones.

    Los amigos y los momentos felices

    No quiero pensar que haya tenido amigos de circunstancia, de ocasin, por un periodo deter-minado, pero la verdad es que no conservo amigos con quie-nes tuve amistad entre el jardn de nios y hasta la carrera. A El escritor Jos Agustn y Carlos-Blas Galindo, Cuautla, Morelos, 1997

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    mis amistades las he elegido despus de haber terminado mis estu-dios. Lo resalto, puesto que hay quienes s tienen amigos desde la primaria o la secundaria y los conservan despus. Esto no quiere decir que no haya trabado amistad entraable con algunas perso-nas en alguna parte de mi vida previa al n de mi formacin escolar. Recuerdo particularmente la cuarteta que establecimos durante el bachillerato Antonio Marquet, Miguel Jurez, Sergio Andrade y yo. ramos una cuarteta insufrible, altanera, pedante y rebelde, pero entre nosotros nos llevbamos sper bien. De la etapa de mi forma-cin profesional recuerdo particularmente la amistad de Erndira Melndez, quien posteriormente sera mi alumna a nivel posgrado en la misma ENAP, y la de Eduardo Ovando, amigo cercano durante muchos aos pero a quien no he visto a ltimas fechas. Desde luego que ms que una vinculacin profesional con Alberto Hjar, creo mantener con l una relacin amistosa de mltiples coin-

    Mahia Biblos y Carlos-Blas Galindo, ciudad de Mxico. Foto: Roldn Esteva Grilled, 2002 D.R.

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    cidencias. Y como se sabe, yo preero a las amigas que a los amigos. T has armado alguna vez que no debo ser tan mal tipo si tengo ms amigas que amigos, pero desde luego preero la amistad de las mu-jeres. En algunos casos esta amistad tiene que ver con in-tereses sexuales o de tener una relacin de pareja, pero en otros no es evidente o no es algo que yo advierta. Gene-ralmente mis amigas tienen un carcter fuerte y domi-nante, caractersticas que no me resultan cmodas en una relacin de pareja, pero s en una de amistad.

    Si debo recordar algn momento feliz de mi vida, eso implica ponerme un poco en riesgo: esto no tiene que ver con mis relacio-nes de amistad o con mis amoros, sino con una de mis obsesio-nes o pasiones despus hablaremos de esto, que es la actividad poltica. Recuerdo dos momentos, particularmente: uno en la zona de guerra, en Chiapas, en el mismo 1994, durante la primera sesin de la Convencin Nacional Democrtica a la que convoc el EZLN.

    Melquiades Herrera, artista del performance, y Carlos-Blas Galindo, Mxico D.F., 1997

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    En algn momento, luego de discursos y sesiones largas, se anun-ci el desle de militares del EZ y de sus bases de apoyo. Despus, durante minutos interminables, caminaron ante nosotros los invita-dos a la Convencin, una enorme cantidad de indgenas con los rostros cubiertos. En medio de esa zona, si no hay msica o algo ms, el silencio es conmovedor, a pesar de que haya insectos. Ver a esa gente con gran conviccin por lo que hacan hizo que muchos de los presentes llorramos de felicidad, mientras quienes desla-ban lo hacan con orgullo, con tranquilidad. Entre los civiles invita-dos el llanto fue incontenible y algo en lo que comulgamos quienes estuvimos ah presentes.

    Otro momento de gran felicidad para m fue cuando fui admi-tido en un partido poltico no ocial. La ceremonia que se hizo, que se prepar para darme la bienvenida, inclua honores como cantar el Himno Nacional, pero adems haba de fondo, como parte del sonido, msica de Blas Galindo. Yo haba obsequiado un disco poco antes a los amigos de esta organizacin, de tal manera que el ambiente era muy propicio para que yo resultara conmovido. Quie-nes me presentaron fueron los que primero lloraron. Supongo que, a consecuencia de la felicidad, yo no lo hice; no era capaz de llorar en ese momento, pues eran demasiados los estmulos. Y recuerdo perfectamente que, como parte del protocolo, se sirvi un vino fran-cs muy caro, lo cual a m me pareci algo contradictorio, y ms porque en el inmueble en el que estbamos realizando la ceremo-nia no haba copas adecuadas para un vino rojo francs, por cierto un Chteauneuf du Pape de los viedos de Rotschild.

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    De manera que los momentos felices que recuerdo no estn vin-culados sino con esta pasin por participar en poltica sin ser un poltico profesional.

    Amores, obsesiones, pasiones

    Carlos hace un silencio despus de que le sugiero el tema. Respira y comienza a abordarlo:

    En el caso de mis amoros debo tanto reconocer como agradecer que, a pesar de que tal vez no rena las caractersticas para ser un galn de cine, haya tenido bastante xito en este terreno. Es decir, es frecuente que alguna amiga o alguna chica que no conozca con anterioridad me coquetee o incluso me bese en pblico, reaccin que por cierto tambin genero entre varones homosexuales; esto, paradjicamente, porque mi acercamiento con la comunidad gay siempre ha sido de un apoyo poltico, de un apoyo en contra de la discriminacin, pero sin compartir sus preferencias sexuales.

    A m me correspondi iniciarme y crecer en mi vida sexual durante la poca de la promiscuidad de los aos setenta. Sin embargo, mi primera relacin de pareja estable inicia en 1982 y concluye en 1997: Hilda Campillo y yo formamos una pareja durante todos esos aos, tiene mayor edad que yo y una de las razones de su apoyo para desarrollar mi carrera profesional fue que comparte la vocacin por las artes visuales.

  • 49

    Carlos quita la msica de Garbage porque parece molestarle para concentrarse, da un sorbo a su taza de caf y vuelve a poner msica, ahora con System of a down, que yo he seleccionado pre-viamente, aun a sabiendas que l no es precisamente un admirador del pop.

    En 1997 mantuve una relacin breve pero intensa con una chica muy atltica de nombre Laura. Era una relacin tanto de anidad poltica como de seguridad mutua frente a una posible represin gubernamental por nuestras liaciones polticas. Pero devino de un mero compromiso militante y no es mero compromiso militante,

    Hilda Campillo y Carlos-Blas Galindo, ciudad de Mxico, 1995

  • 50

    pero bueno en algo ms intenso. No he vuelto a saber de ella, espero que est bien.

    Luego establec una relacin de dos aos, aproximadamente, con Laura de la Mora, con quien hubo una especie de arreglo tcito consistente en que yo le facilitaba el acceso al sistema cultural mexicano o al medio acadmico nacional y ella manifestaba gran-des cantidades de docilidad en nuestras relaciones ntimas. Por supuesto que sobre esa base una relacin no puede durar porque tiene un n predeterminado. No es una relacin sin n, sino que su obsolescencia est predeterminada. Ahora ella cursa estudios doctorales en Espaa.

    Mi fugaz intento de relacin amorosa con Erndira Melndez lo nico que propici fue que nuestra aeja y entraable amistad se pusiera en riesgo.

    Carlos-Blas Galindo, 2002 D.R. Rosa bandera II, de la serie Me traes de nalgas, imagen electrnica

  • 51

    Desde el 2000 y hasta ahora estoy profundamente enamorado y lucho contra muchos obstculos personales para enriquecer una relacin con la que estoy muy contento y que por supuesto deseo que sea la denitiva en mi vida.

    Pasando a las obsesiones, creo ser hoy un tipo menos obsesivo que anteriormente. Durante mucho tiempo mi obsesin fue el tra-bajo, el encumbrarme dentro del medio cultural mexicano. De hecho es conocido mi mal humor (Carlos sonre como quien recuerda una travesura) que creo que era consecuencia de estas circunstancias. Es decir, viva permanentemente mal humorado y no permita que nadie me interrumpiera durante los procesos de produccin de mis imgenes o de mis textos. Confundo entre pasin y obsesin al hablar de mis afanes democrticos, mismos que son algo con-tradictorios. Puesto que si bien es cierto que he participado en organizaciones polticas en las que se persigue el bienestar del pueblo, tambin lo es que soy egosta, narci-sista e individualista. Aun as, hacer poltica sin ser un poltico profesional ha sido una de mis pasiones desde 1968. Carlos se pone a jugar con el extensible del reloj como quien observa el tiempo y juega con l. Aunque a ulti-mas fechas me he alejado de la activi-dad poltica o me he alejado de la vida poltica del pas.

    Carlos-Blas Galindo, 2002 D.R. Me enloqueces, de la serie Me traes de nalgas, obra digital

  • 52

    La comida

    Qu? Se quema o qu? Me pregunta Carlos-Blas. Hblame de la comida, le contesto, y entonces comienza a bromear y platicar sobre el tema:

    Quiero comerte. No, es broma. En este asunto tengo tambin con-tradicciones; no he hablado de mis contradicciones, tal vez porque intento ocultarlas, como por ejemplo en la primera parte de esta entrevista. Pero en el aspecto de la comida tambin existe una con-tradiccin: por aspectos de herencia de la parte materna de la fami-lia soy muy delicado de las vas digestivas. Soy muy poco tolerante a algunos alimentos, mismos que no voy a mencionar de manera especca para no darles armas a quienes me quieran atacar. Pero, por otro lado, entre las cosas que le debo a mi padre es la de no temer probar de todo, la de no tener asco por ningn alimento y tener inters real y genuino por probar, en distintos pases y en el propio, comidas, llammosles, inusuales. Algo semejante sucede con las bebidas, alcohlicas o no, pues tambin he probado gran cantidad de licores, cervezas, etctera.

    Ahora Carlos juega con un abrecartas entre sus nudillos, dedos y en el aire.

    Yo disfruto mucho la comida, pero la considero una especie de ritual, una suerte de comunicacin en la que todos los comensales debe-

  • 53

    mos guardar compostura, no por etiqueta pero s por cortesa, ritual que implica no comenzar antes que el resto ni despedirse sin ms antes que todos hayan concluido. Pero salvo estos protocolos, la comida es algo que disfruto mucho y tampoco podra decir que preciso que sea demasiado elaborada, pues lo mismo como una hamburguesa de una franquicia que platillos muy complejos en su elaboracin.

    La vida y la muerte

    En la entrevista que me hicieras hace algunos aos mencion opinio-nes sobre la vida y la muerte que son peculiares, porque en aquella poca me encontraba en cierto riesgo de muerte debido a mi que-hacer poltico. Hoy da, sin embargo, dado mi enamoramiento, no puedo sino cantar a la vida, sino querer estar vivo durante el mayor tiempo posible y confesar que ms que temer a la muerte le temo a una larga agona. Deseo que para cuando mi organismo deje de responder, la eutanasia haya sido aprobada por la legislacin mexi-cana y se me evite un sufrimiento innecesario, que desde luego sera sufrimiento tambin para mis seres queridos.

    El protagonismo en el medio artstico

    Carlos guarda un prolongado silencio e incluso sigue los compases de Everything con el abrecartas alado.

  • 54

    Desde luego que tener un cierto protagonismo en nuestro medio cultural es algo que me fue enseado. No, no me fue enseado: digamos que la manera de comportarme en tanto que protagonista, eso es lo que me fue enseado en el seno familiar, lo cual no nece-sariamente propici que llegara a tener ese protagonismo, pero s me facilit buscarlo. Para m s ha sido algo que he buscado y que

    en cierta medida he conseguido.

    La cancin pop va en la parte de youre so deam beautiful y me parece una curiosa coincidencia ya que Carlos habla de lo mucho que le gusta que le digan lo maravilloso que es aun cuando le mientan.

    Me halaga sobremanera que las personas me alaben o, como dice alguien, que me hagan la barba aunque yo sepa o suponga que este comportamiento frente a mi persona sea insincero o tenga propsitos mezquinos. Quien es protagonista se alimenta de los aplausos. Yo creo que en el campo de los deportes o de los espectculos esto es ms noto-rio, como tambin es notorio el rechazo a un hroe cado. Pero

    Carlos-Blas Galindo,2002 D.R. Idea, versin digital a partir de una foto de Iris Mxico. La versin en xerografa fue daada por Carmen Hernndez en septiembre de 2000

  • 55

    el medio intelectual no est exento de personas que debemos ali-mentar nuestro ego tres veces al da y que estamos conscientes que el sndrome de abstinencia del reconocimiento pblico causa estragos en nuestra autoestima... aunque ms bien me imagino que es por la falta de autoestima que recurrimos a eso.

    Obstculos, retos y decepciones

    De ahorita o de siempre? Me pregunta Carlos. De cuando quieras le digo los que te parezcan ms importantes. Medita un poco y comienza a contestar:

    Desde luego el principal obstculo para desarrollar una carrera dentro del sistema cultural mexicano es el endmico rechazo (ahora

    Aurora Norea, Carlos-Blas Galindo, Araceli Ziga e Iris Mxico en la VII Bienal Internacional de Poesa Visual/Experimental/Virtual, Auditorio Blas Galindo del Centro Nacional de las Artes. Foto: Fernando Soto, 2001 D.R.

  • 56

    juega con el abrecartas y su gafete del Cenidiap, casi como acu-chillndolo) a las artes y a las humanidades, y particularmente a la teorizacin en estas reas o campos.

    Eso implica que quien pretende dedicarse a la cultura artstica debe navegar en contra de la corriente generalizada. Por supuesto que esta realidad es consecuencia de severas carencias en el sis-tema educativo nacional (acaricia por un momento el gafete antes de ponerlo a un lado).

    Y es aqu donde encuentro uno de los retos ms signicativos; es decir, el de convencer a quienes tienen el poder de decidir la orientacin de la poltica educativa del pas respecto a la formacin integral de las personas. Pues tal parecera que (Carlos ya bosteza) se quisiera un pas de individuos con los conocimientos mnimos indispensables para laborar en la industria maquiladora y no seres crticos, reexivos y capaces de ser protagonistas de su momento.

    Sobre las decepciones: cada vez me entusiasma menos la oferta cultural, no slo en Mxico sino en el resto del mundo. Las artes se han convertido en un quehacer demasiado focalizado en tanto a sus destinatarios. Si los artistas trabajan generalmente para con-seguir el aval de los voceros del sistema, los destinatarios reales de su labor somos quienes nos dedicamos a institucionalizar las propuestas artsticas.

    Ahora Carlos juega con el abrecartas y una pluma plateada que es de sus predilectas. He de decir que Carlos-Blas es muy cuidadoso en su seleccin de plumas.

  • 57

    En tanto que quienes incorporamos al sistema artstico las propues-tas emergentes nos dirigimos a pocos interlocutores, a esos cuantos que son nuestros mismos colegas. Esta cerrazn ha hecho que el medio cultural se vicie; que est cerrado sobre s mismo y que no importe a amplios sectores de la poblacin. Entre otras cosas, por las deciencias del sistema educativo a las que me he referido. Pero saber sus causas o reconocer los retos no disminuye mi tristeza.

    Proyectos o metas

    Ahora Carlos prueba combina-ciones de un lpiz de puntillas y el abrecartas mientras aborda el ltimo tema sugerido. Ya un poco cansado, pero an dis-puesto a terminar la entrevista, se sirve un caf ms y le da un sorbo.

    Es cierto que quisiera seguir siendo protagonista de mi medio cultural, y serlo de otros. En el plano personal, no en el labo-ral, quisiera identicar aquellos componentes que me impiden

    Jos Antonio Platas, 2003 D.R. sin ttulo, collage, 54 x 40 cm

  • 58

    ser feliz y procurarle felicidad a quienes estn cerca de m, de modo que sea capaz de vencer esos impedimentos y ejercer el goce pleno al que como todo ser humano tengo derecho.

    Conclusin

    Ms de veinticinco pginas realizadas en algunas noches de con-versacin con Carlos-Blas Galindo y el procesador de palabras. S que son un trabajo de retrato y autorretrato escrito, si no exhaus-tivo, s nutritivo, y que posee una realidad tan subjetiva u objetiva como la propia voz del protagonista entrevistado. Al dialogar de y con Carlos-Blas Galindo asistimos tambin a un retrato literario de una etapa en la cultura mexicana. Espero que esta experiencia nos permita encontrar, recordar o defender esos momentos sublimes, como el del conmovedor desle del silencio.

    Ciudad de Mxico, 2002

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    APNDICE

    Currculo de Carlos-Blas Galindo*

    Carlos-Blas GALINDO-MENDOZA14 de febrero de 1955. DF, Mxico

    [email protected]@[email protected]

    http://www.geocities.com/carlosblasgalindo/artmexico.html

    Sur 71 A 323, colonia Justo Sierra, delegacin Iztapalapa, 09460, DF, MXICO.Telfono [55] 5243 3811 Fax [55] 5609 0708

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    FORMACINEstudios

    1973 Escuela Nacional Preparatoria, plantel nmero 2. Finaliza el Bachillerato

    en Artes.

    1974-1978 Escuela Nacional de Artes Plsticas, UNAM. Cursa asignaturas de la Licen-

    ciatura en Artes Visuales.

    1975 Curso de dibujo japons. Casa del Lago, UNAM.

    1976 Curso de cartel. Escuela Nacional de Artes Plsticas (ENAP), UNAM.

    1978 Curso Semiologa de la imagen. Divisin de Estudios Superiores, ENAP.

    1979 Curso de litografa. Divisin de Estudios Superiores, ENAP.

    1986 Seminario de artes visuales por computadora. Museo de Arte Moderno,

    INBA.

    1993-1994 Divisin de Estudios de Postgrado, ENAP. Estudios de Maestra en Artes

    Visuales con orientacin en estampa.

    1994 Curso El marxismo y los mitos de la modernidad. Museo de Arte Moderno,

    INBA.

    1996 Curso Temas fundamentales en la historia del arte. Museo de Arte

    Moderno, INBA.

    2000 Ciclo de conferencias Nietzsche, eros y occidente: la crtica nietzschiana

    de la visin del mundo occidental. Palacio de Bellas Artes, CNCA-INBA.

    Curso Recabacin de fondos. Sur Proyectos de Arte Contemporneo. DF.

    2002 Primer Simposio Internacional de Teora sobre Arte Contemporneo.

    Centro Cultural del Bosque, CNCA-INBA-Patronato de Arte Contemporneo,

    AC.

    Curso El arte de legislar el arte. Derechos de autor y su problemtica.

    Cenidiap, CNCA-INBA.

    2003 Segundo Simposio Internacional de Teora sobre Arte Contemporneo.

    Centro Cultural del Bosque, CNCA-INBA-Patronato de Arte Contempor-

    neo, AC.

  • 61

    Nivel acadmicoLicenciado en Artes Visuales, UNAM. Cdula profesional 2290020.

    Estudios terminados de maestra en artes visuales, UNAM.

    ACTIVIDADES

    1976-1977 Integrante de la comisin coordinadora del Primer Congreso de Reestruc-

    turacin Acadmica, ENAP.

    1977-1979 Forma parte del consejo directivo de las galeras de la ENAP como repre-

    sentante alumno.

    1978 Integrante del comit editorial de la revista universitaria Experimento.

    1978-1979 Colabora en la realizacin de programas de televisin para la serie Divul-

    gacin de Temas y Tpicos Universitarios, organizada por la Direccin

    General de Divulgacin Universitaria de la UNAM.

    1980 Encargado de la edicin de una serie de grabados de Manuel Manilla y

    Jos Guadalupe Posada. Museo-Taller Jos Guadalupe Posada. Aguas-

    calientes, Ags.

    1981 Musegrafo residente, durante la instalacin de la Casa-Museo de Alfonso

    Reyes. DF.

    1982 Asistente del Director de Promocin Nacional del Instituto Nacional de

    Bellas Artes.

    Integrante del consejo consultivo de la revista Tierra Adentro.

    Forma parte del equipo de organizacin de Dilogo de las Amricas,

    Encuentro de Intelectuales por la Soberana de los Pueblos de Nuestra

    Amrica.

    1983 Jefe del Departamento de Exposiciones Itinerantes y Conservacin de

    Museos y Galeras de la Direccin de Servicios Culturales del INBA.

    1985-1987 Jefe del Departamento de Exposiciones de la Direccin de Artes Plsticas

    del INBA.

    1986 Coordinador del simposio Diego Rivera Hoy, organizado por la Direccin

  • 62

    de Artes Plsticas del INBA.

    Consultor para la colectiva Confrontacin 86, expuesta en el Museo del

    Palacio de Bellas Artes, INBA.

    1986-1987 Coordinador de Difusin Cultural del Centro de Desarrollo de la Comuni-

    cacin Visual, AC.

    1986-1988 Integrante del consejo editorial de la revista Comunicacin Visual.

    1987 Co-responsable del proyecto para la exposicin Manuel Felgurez.

    Muestra antolgica, expuesta en el Museo del Palacio de Bellas Artes

    (DF), en el Museo de Monterrey (NL), en el Museo Francisco Goitia (Zaca-

    tecas, Zac), en el Museo de Arte Moderno (Gmez Palacio, Dgo) y en el

    Instituto Cultural Mexicano (San Antonio, Texas, EUA).

    1987-1988 Subdirector del Centro de Desarrollo de la Comunicacin Visual, AC.

    1988 Miembro fundador del Comit de Trabajadores de las Artes Visuales en

    Defensa de la Libertad de Expresin (Cotavle).

    Integrante de la Corriente de Trabajadores del Arte, la Ciencia y la Cultura

    (CTACC). Frente Democrtico Nacional.

    1989 Coordinador de informacin cultura del boletn Alternativa.

    Responsable de la seccin de crtica de arte Ruta Crtica -relativa a expo-

    siciones que se realizan en los estados de Tlaxcala y Puebla- del pro-

    grama radiofnico semanal Rojo Tlaxcala. XHTLAX Radio Altiplano FM,

    SA de CV. 96.5 MHz.

    Asesor para la colectiva Ex profeso. Recuento de afinidades expuesta

    en el Museo Universitario del Chopo, UNAM.

    1989-1990 Jefe de redaccin y proyectos especiales de la revista Arte y Energticos.

    1990 Integrante del consejo de difusin cultural de la Universidad del Claustro

    de Sor Juana, AC.

    1990-1993 Responsable de la seccin de crtica de arte Urbes -relativa a exposicio-

    nes que se realizan en el Distrito Federal- del programa radiofnico sema-

    nal Rojo Tlaxcala. XHTLAX Radio Altiplano FM, SA de CV. 96.5 MHz.

    1991 Consultor para la colectiva El hechizo de Oaxaca, expuesta en el Museo

    de Arte Contemporneo de Monterrey y en el Museo del Palacio de Bellas

  • 63

    Artes, INBA.

    Integrante del consejo editorial de la revista Teora y Anlisis. Universidad

    Autnoma Metropolitana (UAM), unidad Xochimilco.

    1991-1993 Integrante del comit editorial de la Escuela Nacional de Artes Plsticas

    de la UNAM.

    1992 Responsable de la seccin quincenal de artes visuales Contacto visual.

    XEEP Radio Educacin. 1060 KHz.

    1993 Integrante del Consejo de Apoyo al Segundo Plebiscito Ciudadano sobre

    la Reforma Poltica del Distrito Federal.

    Forma parte del comit consultivo de la coleccin Arte Contemporneo

    de Mxico. Mxico Comercio Exterior, SA de CV-Los Caprichos Imagen/

    Arte.

    Curador de la exposicin colectiva Sobre la muerte, organizada por el

    Bridge Center for Contemporary Art. El Paso, Texas, EUA.

    Consultor para el libro coordinado por Mnica LAVN: Paisaje, imagen,

    palabra. La expresin artstica del Mxico regional de fin de milenio.

    Mxico, Banobras, 1993.

    1993-1994 Integrante del consejo editorial del peridico independiente Generacin.

    1994 Curador de la exposicin colectiva Sin fronteras, organizada por el Mexi-

    can Fine Arts Center Museum. Chicago, lllinois, EUA.

    Coordinador de Artes Visuales del Frente Cultural Revolucionario.

    Integrante del Grupo Promotor El Juglar. Alianza Democrtica Nacional.

    Invitado a la Convencin Nacional Democrtica (CND).

    Integrante de la Coordinadora de Trabajadores del Arte y la Cultura de la CND.

    Integrante del consejo tcnico de la Fundacin Cultural Generacin.

    1994-1995 Vocal de la mesa directiva de la Sociedad de Amigos del Museo Universi-

    tario del Chopo.

    1995 Forma parte de la comisin organizadora de la Convencin Metropolitana

    de Artistas y Trabajadores de la Cultura de la CND, del consejo coordinador

    de esa misma Convencin metropolitana, as como de la comisin organi-

    zadora de la Convencin Nacional de Artistas y Trabajadores de la Cultura

  • 64

    de la CND.

    Curador de la exposicin La piel de la tierra, de Laura Anderson Barbata,

    organizada por el Museo de Arte Moderno, INBA.

    Integrante del Consejo Asesor Curador de la exposicin Artistas contra

    el sida.

    1995-1996 Asesor de la direccin de la revista Generacin.

    1995-1998 Integrante del Consejo de Seleccin de Artes Visuales del Centro Cultural

    San ngel.

    1995-1999 Integrante del Consejo Consultivo de Extensin Universitaria de la Unidad

    Xochimilco de la UAM.

    1996 Curador de la exposicin Santiago Crdenas. Pintura y dibujo

    1959-1995, organizada por el Museo de Arte Contemporneo Internacio-

    nal Rufino Tamayo, INBA.

    Promotor del Frente Zapatista de Liberacin Nacional (FZLN).

    Integrante del comit civil de dilogo Quinto Aguascalientes, FZLN.

    Patrocinador de Alianza Cvica, AC.

    Director de la galera Frida Kahlo, Unin de Vecinos y Damnificados 19 de

    septiembre.

    1996-1999 Jefe del colegio de asignaturas tericas de la Divisin de Estudios de Pos-

    grado de la ENAP-UNAM.

    Representante propietario ante el Consejo Interno de la Divisin de Estu-

    dios de Posgrado de la ENAP-UNAM.

    Integrante del Consejo de Asesores de la Fundacin Casa de Agua, AC.

    1997 Asesor de la exposicin colectiva Dilogos inslitos. Arte objeto, orga-

    nizada por el Museo de Arte Moderno, INBA.

    Integrante del Consejo Asesor Curador de la exposicin Artistas contra

    el sida.

    Integrante de la Comisin por la Verdad.

    1998 Coordinador del rea de Contexto Histrico-Cultural. Maestra en Creati-

    vidad para el Diseo. Unidad de Posgrado y Educacin Continua. Escuela

    de Diseo. INBA.

  • 65

    1998-2000 Presidente de la mesa directiva de la Comisin por la Verdad, AC.

    1999 Integrante del consejo editorial de la revista Artvance.

    Integrante del Consejo Curatorial de la Pinacoteca de Nuevo Len.

    Integrante del Consejo Curatorial de la exposicin Artistas contra el

    sida.

    Curador de la exposicin El rostro de los vivos, de Arturo Rivera, orga-

    nizada por el Museo del Palacio de Bellas Artes, INBA.

    2000 Integrante del Consejo Curatorial de la exposicin Hombre a la vista.

    Homenaje a Samuel Mata.

    2000-2002 Integrante del Consejo acadmico del Centro Nacional de Investigacin,

    Documentacin e Informacin de Artes Plsticas (Cenidiap), INBA.

    Integrante del consejo de seleccin de obra de la galera universitaria

    Ramn Alva de la Canal de la Universidad Veracruzana. Xalapa, Ver.

    2001 Coordinador acadmico de arT&+. Produccin de eventos ambientales,

    educativos y culturales.

    Musegrafo de la exposicin Passion. For men & women, de Iris Mxico,

    presentada en la galera de la Universidad de Ciencias y Artes de Chia-

    pas. Tuxtla Gutirrez, Chis.

    Musegrafo de la exposicin Passion, de Iris Mxico, presentada en la

    galera universitaria Ramn Alva de la Canal de la Universidad Veracru-

    zana. Xalapa, Ver.

    2002 Musegrafo de las exposiciones colectivas Aparicion-es, presentadas en

    el Centro de Extensin Taxco de la ENAP y en el Centro Cultural Taxco

    Casa Borda. Taxco, Gro.

    2003 Integrante del Consejo acadmico del Centro Nacional de Investigacin,

    Documentacin e Informacin de Artes Plsticas (Cenidiap), INBA.

    Desde 1994 es Miembro de la College Art Association, con sede en New York,

    NY, EUA. Desde el mismo ao es integrante del comit asesor de la revista Arte

    Facto (Nicaragua), denominado anteriormente consejo editorial internacional. A partir

  • 66

    de 1996 es miembro de la Asociacin de Escritores de Mxico, AC, as como integrante

    del consejo de colaboradores de la revista Generacin. En 1997 es acepado como

    miembro del Comit Mexicano de Historia del Arte.

    Desde 1997 es integrante del consejo de asesores de la Fundacin Advento, AC y

    de la Comisin por la Verdad, AC. Desde 1998 es presidente honorario -en Aguasca-

    lientes, Ags- de la asociacin Amigos del Museo de Arte Contemporneo, AC. A partir

    de 1998 labora como investigador en el Centro Nacional de Investigacin, Documen-

    tacin e Informacin de Artes Plsticas (Cenidiap) del INBA, desde 1999 es integrante

    del consejo artstico de la galera La Masmdula, as como coordinador general de los

    trabajos de organizacin cientca de la biblioteca del maestro Juan Acha, en el Centro

    Juan Acha de Investigacin Sociolgica en Arte Latinoamericano, AC, centro del cual

    es director a partir de 2000. Desde 2000 es, junto con Iris Mxico, convocante, curador

    y musegrafo de la obra procesual Maniesto conceptual. En 2002 es designado

    Acadmico de Nmero de la Academia de Artes en su seccin de Historia y Crtica del

    Arte.

    Ha participado como ponente, comentarista, moderador y conferenciante en mesas

    redondas, foros, congresos, simposios, coloquios y encuentros; ha elaborado textos

    para catlogos de exposiciones artsticas y disesticas que han sido efectuadas

    dentro y fuera de Mxico; ha sido jurado en certmenes de artes escnicas, artes

    visuales (en Mxico, Nicaragua y Venezuela), investigacin histrica y arte popular; ha

    conducido subastas de obra plstica y participa con frecuencia en programas radiof-

    nicos y televisivos de ndole cultural.

    Apoyos nancieros obtenidos

    1994 Apoyo del Fideicomiso para la Cultura Mxico-Estados Unidos (que tra-

    baja con aportaciones de la Fundacin Cultural Bancomer, la Fundacin

  • 67

    Rockefeller y el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes) para el anlisis

    de la crtica mexicana contempornea de arte por especialistas mexica-

    nos y estadounidenses durante la 83 conferencia anual de la College Art

    Association, realizada en San Antonio, TX, EUA, en enero de 1995.

    1999 Apoyo del Programa de Fomento a Proyectos y Coinversiones Culturales

    del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, al Centro Juan Acha de

    Investigacin Sociolgica en Arte Latinoamericano, AC para la organiza-

    cin cientfica de la biblioteca del maestro Juan Acha. Compartido con

    Mahia Biblos Boskes, presidenta del Centro Juan Acha.

    2000 Apoyo del Programa de Fomento a Proyectos y Coinversiones Culturales

    del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, al Centro Juan Acha de

    Investigacin Sociolgica en Arte Latinoamericano, AC para la organiza-

    cin cientfica de la biblioteca del maestro Juan Acha. Compartido con

    Mahia Biblos Boskes, presidenta del Centro Juan Acha.

    PUBLICACIONES

    Publica desde 1982; en Mxico ha colaborado en las revistas y suplementos Tierra

    Adentro, Comunicacin Visual, La Plaza, Estudios, El Unicornio -suplemento cultural

    de El Sol del Centro (Aguascalientes)-, Arte y Energticos, Viva el Arte, La Jornada

    Semanal, Alternativa, Fotozoom, Revista Mexicana de Cultura -suplemento dominical

    de El Nacional-, Casa del Tiempo, Mxico en el Arte, Rino, El Bho -suplemento cul-

    tural de Exclsior-, El Nacional Dominical, Teora y Anlisis, Macrpolis, El Alcaravn

    (Oaxaca), Pregonarte, la Revista de la Escuela Nacional de Artes Plsticas, Universi-

    tas -suplemento catorcenal de Unomasuno-, Vientos -suplemento cultural de Cambio

    (Michoacn)-, Tinta Seca (Morelos), Pistas Educativas (Guanajuato), Universidad de

    Mxico, Sbado -suplemento semanal de Unomasuno-, Origina, Gaceta (Oaxaca),

    Artvance, Aiming High, Luna Zeta (Oaxaca), ICACH (Chiapas), El Cuerno de Chivo

  • 68

    (Oaxaca) y Artes de Mxico, as como en la Gaceta del Museo de Arte Carrillo

    Gil, en la Gaceta UNAM y en los Anales del Instituto de Investigaciones Estticas.

    Es colaborador de las revistas electrnicas La Pala y Discurso Visual < http://www.cnca.gob.mx/disvisu/>.

    Fuera de Mxico ha colaborado en Latin American Art (EUA), en Art Nexus (Colombia-

    EUA) revista de la que fue corresponsal entre 1993 y 1995 y en la que es ahora cola-

    borador permanente-, en Paris/ Mxico (Francia), en Gente suplemento semanal de

    Barricada- (Nicaragua), en Arte Facto (Nicaragua) y e