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Todo, absolutamente TODO lo que a diario ocurre en nuestras vidas, no son más que episodios atraídos
según nuestras “necesidades energéticas”. Estos son en realidad “excusas u oportunidades”
que nos da el universo para que podamos llevar al equilibrio todas esas energías inherentes que puedan aún encontrarse inactivas y/o desvirtuadas, además de ser oportunidades para
fortalecer aquellas “buenas energías” que con el tiempo, ya se han ido activando y desarrollando.
Por ejemplo, cuando un padre se encuentra realizando trabajos de plomería o
electricidad en su casa, y le pide a su hijo
que lo ayude, ambos, pero en especial el niño o
el joven estará despertando, estimulando y/o activando,
y a la vez practicando, desarrollando, fortaleciendo,
afianzando, consolidando, arraigando y reconociendo,
energías relacionadas, tanto a su
humanidad inherente como a su sexualidad.
Estas energías, conformarán su carácter y posiblemente
puede que hagan de él un hombre quizás servicial,
y/o proveedor, paternal, viril, con entereza,
un ejemplo en rectitud, protector, caballeroso, con fortaleza y firmeza, familiar, con equidad, con valor y aplomo,
maduro, franco, con determinación, gentil,
dispuesto a entender, generoso, justo,
enérgico e integro.
Además puede que estimule, active, desarrolle y fortalezca
sus energías que lo hagan ser y sentirse digno, feliz, hábil,
flexible, negociador, pacífico, sereno, amoroso, benévolo, bondadoso, limpio, honrado, diligente, confiable, solidario,
hogareño, comprensible, expresivo, con una sola pareja, respetuoso de la individualidad,
complaciente, ecuánime, ordenado, caritativo, compasivo
y/o condescendiente. Éstas entre otras muchas
cualidades energéticas, virtudes o valores humanos...
Pero si él no muestra ningún interés ni sus padres,
ni sus maestros, ni sus familiares,
ni la sociedad estimulan sus energías humanas
inherentes para lograr o intentar lograr un equilibrado
moldeamiento energético puede suceder
que esas energías al ser mal utilizadas
estarán desvirtuando su esencia.
Es decir, esas energías, que deberían ser
equilibradas y que deberían expresar
su humanidad, al ser mal activadas, se irán poco a poco desequilibrando o
degenerando, ya sea por el exceso o el déficit en su manifestación,
lo que induciría al niño y luego al adulto a actuar
de forma contraria a su naturaleza.
Se estarían tergiversando y distorsionando,
para luego irse activando, desarrollando,
practicando, fortaleciendo, afianzando, consolidando
y arraigando, energías “negativas” o
desvirtuadas, las cuales probablemente harán de él
un hombre soberbio, quizás apático,
y/o irresponsable, desconsiderado,
desordenado, despilfarrador, vicioso, altanero, desalentado,
obsceno, violento, arrogante y machista.
Además de irrespetuoso, vanidoso, perverso, inflexible, corrupto,
sabelotodo, indiferente, ostentoso, gritón,
impulsivo, extravagante, prepotente, despreciativo,
dominante, celoso, abusivo, infiel, avaro, agresivo,
lujurioso, exhibicionista, amargado, narcisista, oportunista, perezoso,
inseguro, dormilón, dependiente
y/o deshonesto. Éstas entre muchas otras cualidades adversas a su
humanidad inherente.
En el caso de una niña o de una joven, ella por sí misma, además de sus padres, sus maestros y la
sociedad en general, deberían tratar de utilizar sus vivencias en el hogar, en su escuela y en
su entorno para estimular, activar, desarrollar y fortalecer
energías relacionadas a su feminidad, así como
también que se relacionen con su servicialidad o,
a su dignidad, y/o maternidad, su rectitud, recato, pudor,
honestidad, su abnegación, gentileza, respeto,
su responsabilidad, su decoro, reverencia, sumisión,
felicidad, suavidad, delicadez, ternura y sutileza.
Además de estimular su iniciativa al realizar trabajos en el hogar,
junto a su amabilidad, religiosidad, piedad, integridad, compasión, comprensibilidad, caridad, dulzura, oficiosidad,
humildad, solidaridad, bondad, flexibilidad, confiabilidad,
equidad, tolerancia, pacifismo, cordialidad, creatividad,
perseverancia, osadía, entereza, carisma, expresividad, serenidad,
benevolencia, familiaridad, el orden, moderación, confianza,
temple y/o desprendimiento. Éstas entre otras muchas
cualidades, virtudes, valores y energías que le son inherentes.
Por otra parte, si no hay un interés de parte de ella ni
de sus padres, de sus maestros ni de la
sociedad, puede que se convierta en una mujer
autoritaria, o quizás sea agresiva, y/o gritona,
irreverente, descortés, grosera, burlona, viciosa,
amargada, celosa, dominante, sabelotodo,
sobreprotectora, libidinosa, criticona,
desordenada, lujuriosa, mal encarada,
irresponsable y/o dormilona.
Además de arrogante, exhibicionista, adultera,
cínica, extravagante, soberbia, promiscua,
despectiva, angustiada, narcisista, prepotente, perversa, vanidosa,
ostentosa, encolerizada, poco afectiva, insegura,perezosa, dormilona,
impulsiva y/o vengativa. Éstas entre otras “malas” energías
que luego puede que se conviertan
en malas costumbres...
A continuación un relato que permite entender aún más de qué se trata el desarrollo y el fortalecimiento energético…
“En cierta ocasión, una
oruga comenzó a salir por una
pequeña abertura.
Un hombre que se encontraba
cerca, se sentó a observarla.
Le intrigaba ver la forma en que la futura mariposa, se esforzaba en salir a través de aquel pequeño agujero.
Pasaba el tiempo y parecía que
la oruga, a pesar de
su esfuerzo, no avanzaba nada.
Era como si ya no podía
avanzar más.
Entonces, el hombre decidió ayudarla y agrandó el agujero. La mariposa salió sin ninguna dificultad.
Pero su cuerpo estaba débil, las alas no estaban bien desarrolladas y las patitas no la sostenían.
El hombre continuó
observándola esperando que
en cualquier momento se
lanzara a caminar y así
emprendería el vuelo a través de las flores.
Pero nada de esto sucedió. La verdad es que la mariposa pasó toda su vida arrastrándose por el suelo. Fue incapaz de elevar el vuelo.
Lo que el hombre no
entendía, es que al ayudar a la
mariposa, no le permitió que
hiciera el gran esfuerzo para
atravesar el pequeño agujero.
Entonces, los líquidos vitales que debieron distribuirse y extenderse por su cuerpo, al no hacerlo, no le permitieron desarrollar la fortaleza que requería para volar.
En consecuencia, al pasar el agujero sin ese esfuerzo, las alas no recibieron las sustancias necesarias,
convirtiéndose lamentablemente en una mariposa inútil”. Anónimo.
De esa misma forma todos los seres humanos necesitan siempre de la propia iniciativa, del esfuerzo y de las dificultades para poder ir desarrollando las energías inmersas en su humanidad inherente.
Si pasan por la vida sin asumir sus responsabilidades, dejando que todo se lo hagan, además sin intentar enfrentarse a los obstáculosy sin “colocarse en el lugar de los demás”, sus “buenas” energías
no se desarrollarán ni se fortalecerán, perdiendo entonces la oportunidad de alcanzar pronto su balance energético y “liberarse”.
Son estas las razones, por las que cuando deseamos tener fuerza para superar un problema,
debemos enfrentarnos a las dificultades.
Cuando queremos ser sabios, debemos discernir entre lo que es “bueno” y lo que es “malo”, tratando de comprender
tanto con lógica como con empatía y bondad.
Cuando deseamos ser prósperos, entonces debemos primero dar en forma de energías todo aquello
que deseamos tener de vuelta.
Si deseamos fortalecer nuestro coraje y osadía, debemos entonces asumir siempre nuestras responsabilidades,
actuando y persistiendo.
Si deseamos que nos amen, debemos ayudar, servir y ser generosos con aquellos
que nos necesiten.
Entonces, si las cualidades, las virtudes y los valores humanos son inherentes a la esencia humana, éstos no se pueden
aprender, ni adquirir, ni obtener, ni implantar,no pueden entrar, ni se enseñan, ni se instruyen,
tampoco se pierden, ni se carece de ellos.Por ejemplo, nadie carece de igualdad ni de generosidad.
Tampoco se puede afirmar que la sociedad ha perdido sus valores.
Éstos no se fueron a ningún lado, ellos están y estarán siempre presentes en la esencia de cada ser humano. Lo que se tiene que hacer es: despertarlos, activarlos,
desarrollarlos, estimularlos, expresarlos, manifestarlos, afianzarlos, experimentarlos, fortalecerlos, refortalecerlos,
consolidarlos, realizarlos, disfrutarlos,....
Porque aceptando concientemente nuestro “deber ser” como verdaderos Seres Humanos, es la única forma en que podremos vencer cada reto y cada situación
que se nos presente, haciendo en consecuencia de nuestro mundo, un Mundo Mejor.
Elizabeth Vârga Ramírez
www.humanismonuevaconciencia.com
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