Zubiri: Estructura dinmica de la realidad
Zubiri: Estructura dinmica de la realidadCaptulo VII: El
dinamismo de la alteracin
Tercer tipo: La gnesis
Se trata aqu de una gnesis de estructuras. Por consiguiente de
una gnesis esencial.
Las esencias, las realidades simpliciter que constituyen la base
del Universo, estn en todo instante sometidas a una fundamentacin,
a un dinamismo gentico. Deca que la multiplicacin es esencial para
que haya gnesis. Para que un proceso de dinamismo sea de
multiplicacin, a mi modo de ver, tiene que envolver algunas
condiciones. En primer lugar, que se trate de un dinamismo causal
de cada una de las sustantividades. Es evidente. Imagnese que esto
no fuera as, sino que de potentia Dei absoluta, Dios produjera la
sustantividad de B, en el momento en que tienen una cierta
interaccin la sustantividad A y la sustantividad P. Esto no sera
rigurosamente hablando una multiplicacin. Sera la produccin de un
ente distinto. Para que sea realmente multiplicacin, en el sentido
activo de la palabra, se precisa que la produccin venga determinada
justamente por las sustantividades, [por] ellas mismas. Y, en
segundo lugar, que esta accin, que est ejecutada por s misma tenga
carcter de homonimia; es decir, que en una o en otra forma aquello
que en la multiplicacin se produce tenga un carcter homnimo
respecto de las sustantividades que lo han producido. Dicho en
otros trminos: es menester que esa accin sea paradigmtica, que en
una o en otra forma los productores, las sustantividades
productoras de la gnesis, sean en una o en otra medida paradigmas
que se conservan y se perpetan a travs de las sustantividades
efectuadas.
Ahora bien, precisamente la unidad de los diversos trminos de un
dinamismo causal de este orden, por multiplicacin, tiene por
consiguiente una unidad paradigmtica, y esta unidad es la que, por
lo menos estrictamente hablando, yo llamara un phylum. Los
vocablos, naturalmente, estn en Biologa, pero no les confiero aqu
un sentido biolgico.
Yo quiero decir que se trata de un phylum, justamente de una
lnea homnima, y de carcter paradigmtico. Ahora bien, el phylum, es
una realidad real en el Universo, y ms para un bilogo, tan real
como pueda ser para un fsico el campo electromagntico o el campo
gravitatorio. No se trata de una relacin pstuma entre una
sustantividad y otra; se trata de algo esencialmente constitutivo:
que una sustantividad, la sustantividad hija, no sera lo que es
sino en tanto en cuanto pertenece a un phylum determinado. Y
solamente entonces es cuando rigurosamente hablando tenemos algo ms
que clase, tenemos especie: Es el dinamismo de la especiacin.
La multiplicacin no se limita a producir una esencia ms o menos
homnima de la primera. La verdad es que todas las esencias son
constitutivamente individuales, y que en su individualidad son
esencialmente irreductibles las unas a las otras. Las esencias
causales en el phylum gentico, las esencias genticas ejecutan una
accin dinmica concreta, en virtud de la cual los progenitores no
transmiten simplemente una naturaleza esto son abstracciones- sino
que formalmente son la accin constitutiva y constituyente de la
nueva esencia en cuestin, de la esencia filial. Es una accin
constituyente y no slo una accin transmisora. Y en tanto en cuanto
la nueva realidad tiene una homonimia filtica con la realidad de
sus progenitores, decimos que pertenece a una especie, y por
pertenecer a una especie, decimos que la nueva realidad pertenece
al phylum, y recprocamente, que el phylum es lo que ha permitido
que la esencia, que no era ms que constitutiva, se haya convertido
en lo que yo he llamado una esencia quiditativa, una esencia
especfica. Repito que es una accin constituyente, no simplemente
una transmisin. Es un verdadero dinamismo.
Ahora bien, este dinamismo causal de la gnesis, en concreto
puede tener dos modos de funcionamiento: Uno de ellos, el ms
inmediato, es la gnesis que he llamado por generacin.
Efectivamente, los progenitores, por ejemplo, engendran unos hijos;
as, en trminos biolgicos. Pero la generacin no es formalmente
idntica a la multiplicacin. La multiplicacin ser generacin si los
momentos caractersticos de esa multiplicacin envuelven unas
determinaciones especiales. En primer lugar, que la multiplicacin
se d desde la estructura formal y constitutiva de los propios
progenitores. Y, en segundo lugar, que la homonimiano sea
simplemente una imitacin de los padres, sino que sea una verdadera
transmisin. Entonces la multiplicacin realmente tiene un carcter de
generacin.
La accin constituyente es una accin generante en la medida en
que las sustantividades son las que formalmente van constituyendo
la realidad de su efecto. No se trata de que eduzcan de una materia
prima, como Aristteles pensara, una forma sustancial; se trata de
que precisamente elaboran de una manera dinmica, absolutamente
real, la accin constituyente de la nueva sustantividad. Es una
determinacin gentica. Naturalmente, esta determinacin no es una
determinacin que pende exclusivamente de la ndole de las esencias
constituyentes de los progenitores. Porque, efectivamente, un hijo
ser muy parecido a su padre, pero idntico no lo es nunca. En una o
en otra forma, en los progenitores hay lo que he llamado un esquema
constituyente. Y precisamente ese esquema es el que sirve para la
constitucin de la esencia constituyente del generado. La accin
dinmica causal realizada conforme a plan esquemtico, de un esquema
ya previamente desgajado en el interior de las esencias
constituyentes, es lo que constituye la posibilidad de una
generacin. La generacin consiste en dar de s conforme a un esquema,
ya desgajado dentro de la esencia constituyente. Es un dar de s
esquematizado. Cosa que no siempre tiene por qu ocurrir como dir
inmediatamente. Por lo pronto, sin embargo esa es la generacin.
El dar de s supone por consiguiente que las realidades que dan
de s no tienen simplemente una prefijacin, como en el caso de las
variaciones de un elenco de amplitud mayor o menor de notas
adherenciales. No. Tienen justamente algo distinto. Se dir que si
hay potencia es para producir un efecto. Esto no es forzoso. No
creo que se trata simplemente de potencias; se trata de algo ms
concreto, que son potencialidades. Son justamente las
potencialidades genticas. La sustantividad de los padres, volviendo
al ejemplo de la biologa, es un dar de s de las potencialidades
internas y constitutivas, como tales potencialidades, de las
esencias constitutivas de los progenitores. Son potencialidades de
constitucin. Y precisamente el dar de s propio de la generacin
consiste en poner en juego, desde s mismo, las potencialidades
internas de constitucin que tienen los generantes. No cualquier
generante tiene potencialidades para cualquier generado. Por esto,
como dir a continuacin, las potencialidades tienen una estructura
sumamente precisa y determinada.
Pero puede ocurrir es el segundo tipo del dinamismo gentico- que
no se transmita el esquema ntegro, porque hay interferencias en el
dinamismo causal y en las estructuras dinmicas de este orden en los
progenitores. Es una intervencin que hara que cambiase algo, y a
esos cambios se llama mutaciones. En ese caso el efecto que se
puede obtener evidentemente es muy vario y muy problemtico.
Generalmente lo que pasar es que se destruya la sustantividad en
cuestin. Esto es lo ms frecuente y lo ms usual. Pero puede ocurrir
que no sea as, sino que la estructura en la que ha recado esa
mutacin no pueda perdurar ms que integrando la mutacin dentro de su
propia estructura. En este caso no tendramos rigurosamente hablando
una generacin. Tendramos una mera originacin, pero no generacin.
Una originacin en la que, verosmilmente, el trmino que ha
sobrevivido no sera del mismo phylum que sus progenitores, puesto
que tiene un esquema distinto. Pero tampoco ser completamente ajeno
a l. Sera absurdo decir que esto es una generacin. Sera absurdo
pensar que el ave primera ha tenido como padres unos reptiles. Lo
que es verdad es que las aves tienen su origen en los reptiles, que
es cosa distinta. Y esto es rigurosamente hablando lo que
constituye una evolucin. Es posible que el trmino primero de esta
evolucin no sea viable. Y en ese caso es un individuo que como tal
ha sido originado y desaparece. Pero es posible que el nuevo
individuo sea a su vez realmente especiable. Y entonces con ese
individuo ha comenzado un nuevo phylum. El dinamismo causal que es
un dar de s, en virtud de las transformaciones y de las mutaciones,
ha dado lugar a una nueva sustantividad, a una nueva esencia
constitutiva. La evolucin no es la mutacin. Sino que es justamente
al revs: es la capacidad de integrar la mutacin. Es dar de s lo que
es, justamente integrando la mutacin.
Esto es lo contrario de un cambio. Es un devenir mucho ms hondo
y radical, en que precisamente lo que se hace es dar de s, desde el
punto de vista de la sustantividad. La mutacin es el momento
condicional -justo como las variaciones- para un cambio de
estructura constitutiva. Pero el momento propiamente evolutivo est
en el momento positivo. El momento positivo segn el cual una
estructura, la de un reptil determinado, tiene la suficiente
vitalidad para integrar la mutacin, y sobrevive precisamente en
forma de ave.
Ahora bien, aunque los ejemplos mencionados proceden de la
Biologa, esto no es una exposicin meramente biolgica del problema,
sino que es una Metafsica estructural una estructura metafsica de
la gnesis esencial.
Todas las esencias de este mundo emergen, como deca; tienen un
carcter emergente en su substratum. Y el dinamismo que las produce
es precisamente el dinamismo que acabo de exponer: a travs de unas
transformaciones, y a travs de unas repeticiones van apareciendo
genticamente unos trminos generados o unos trminos originados. Lo
que llamamos en este ltimo caso una evolucin es un proceso gentico
en el cual se van produciendo formas especficamente nuevas, desde
otras anteriores, en funcin intrnseca y determinante de la
transformacin de stas. Pero la evolucin no est en el momento de
transformacin. Sino al revs, en el momento de dar de s bajo la
forma de integracin de la mutacin. La evolucin no es actualizacin
de virtualidades, sino la potencialidad de determinar nuevas
virtualidades. La evolucin es la actualidad de las potencialidades
y no de las virtualidades. Potencialidad es algo superior a
actualidad y virtualidad.
Ciertamente se dir que es un poco difcil concebir que la gnesis
esencial, as entendida, sea algo ms que un problema de realidades
fsicas concretas que componen el Universo. Al fin y al cabo, todas
las generaciones, todas las evoluciones, todas las
transformaciones, se llevan a cabo por la talidad que evidentemente
tienen las sustantividades en cuestin, por ser tales o cuales. Las
aves nacen de los reptiles, los cuales son reptiles por unas
ciertas estructuras, y no nacen de las amebas, por lo menos
directamente, sino de otra estructura determinada. Y por
consiguiente no se ve de una manera exacta de qu es lo que eso
puede tener que ver con la estructura de la realidad en cuanto
tal.
S. Esto sera verdad si no nos emperamos en decir que lo que
llamamos la realidad en cuanto tal es como el concepto del ser en
la Filosofa escolstica: una especie de mximo abstracto. No se trata
de esto. Toda talidad, cualquiera que sea y en todos sus momentos,
tiene lo que yo he llamado una funcin transcendental. Determina
aquello que es un tale en realidad, solamente por el tale que es.
No es una especie de contraccin de la realidad en abstracto a este
tale determinado. No. Sino que el tale, por ser determinadamente
tal, por tener esa determinidad (ms bien que una determinacin)
constituye precisamente a esa talidad en su carcter de realidad.
Pues bien innegablemente, la gnesis descrita afecta a lo que las
estructuras sustantivas tienen de realidad. Porque es justamente la
funcin transcendental en que la gnesis talitativa da lugar a la
modificacin del carcter mismo de la realidad en cuanto tal. Y por
esto es esta gnesis la gnesis del de suyo. Toda realidad es de
suyo. Y hay que decir (si se toman por lo menos las lneas
ascendentes de la evolucin) que son ms de suyo los trminos
superiores que los trminos inferiores. Y por ser ms de suyo son ms
s mismas. Si se piensa en el concepto meramente formal del de suyo,
entonces esto sera una nadera. Pero in re es ms suyo un primate que
una ameba. De esto no hay duda ninguna.
Se trata, pues, de una gnesis de la realidad en cuanto tal. Y
ahora bien, cuando se ha dicho que en la realidad en cuanto tal no
cabe evolucin (se es o no se es), justo lo que se ha hecho es
volver al argumento de Parmnides. Es decir, el ser, la realidad es
o no es. Pero puede ser de muchas maneras. Aqu los grados de
realidad estn determinados por las potencialidades de la realidad
que tienen las cosas en virtud de su talidad. Las potencialidades
en cuestin no son simplemente potencialidades en el sentido
biolgico de la palabra, sino que justo son potencialidades
precisamente para que algo pueda ser real de una forma determinada.
Como dir a continuacin, la evolucin afecta a la realidad en cuanto
tal precisamente en forma de determinar en ella los grados de
realidad. Los grados de realidad no son una serie, una especie de
escala de las realidades que hay en el Universo, sino que tienen un
carcter estrictamente dinmico, en que van apareciendo formas
superiores de la realidad o formas inferiores: pueden ocurrir las
dos cosas. Y este es precisamente el devenir. Es un devenir mayor
en el sentido de dar de s; es mucho ms dar de s el producir una
nueva sustantividad -por ejemplo, que los reptiles produzcan las
aves- que el transformar el hidrgeno y el cloro en cido clorhdrico
o el repetir las partculas elementales o el cambiar de lugar como
en el caso de la simple variacin. Es ms devenir. Y es tambin menos
variacin, dgase lo que se quiera. Porque, aunque haya unas
mutaciones, el momento evolutivo consiste precisamente en
integrarlas en la realidad sustantiva, y no en dejarse arrastrar
pasivamente por un cambio que no fuera ms que extrnseco.
Se trata de un devenir; de un devenir en el sentido estricto del
vocablo. Y este devenir, para no perderse en consideraciones
ulteriores, es preciso acotarlo contra dos conceptos que fcilmente
podan confundirse con l.
Ante todo, podra pensarse con lo que acabo de decir, que este
devenir, tal como lo describo, se parece un poco al lan vital de
Bergson. Ahora bien, esto no es as, en manera alguna. Bergson
supone que la realidad est constituida, por lo menos en su dimensin
ms profunda y ms importante, por un lan vital, por un mpetu vital,
por una especie de fuerza csmica que se va abriendo paso de
distintas maneras en el Universo, y esas distintas formas que va
adoptando, en su abrirse paso por el Universo, seran cada uno de
los seres vivientes, y a fortiori, cada una de las especies. Ahora
bien, esto me parece absolutamente quimrico. Porque la vida es un
lan vital, s, si se quiere llamar lan vital a eso que llamamos
mpetu cuando decimos, Fulano de tal tiene mucho mpetu vital. Dejo
de lado el caso del hombre, ahora, porque tiene otras
complicaciones. Hay primates ms dbiles que otros, unos son ms
enfermos que otros, y todos acabarn un da murindose. Evidentemente.
Pero ste es un sentido de la palabra lan, que no es el que entra
aqu en juego. Porque pretende Bergson que el lan vital es un
proceso de invencin en que la vida va encontrando nuevos cauces,
inventando nuevas formas. Pero la vida no inventa nada en este
orden. Porque lo que le pasa al ser viviente para evolucionar es
que le sobrevienen unas mutaciones generalmente extrnsecas. Cules?
Pueden ser rayos gamma, o rayos csmicos, o lo que se quiera; pero
evidentemente es algo que le sobreviene al ser viviente. Quien
ejecuta ese maravilloso gesto, esplndidamente descrito por Bergson
en Lvolution cratrice, no es el lan vital, sino precisamente el
choque de unas estructuras con otras. Ahora bien, el devenir no est
en eso: el devenir est precisamente en integrar esa mutacin.
El concepto que yo he expresado no es el de un impulso vital,
sino de unas potencialidades. De unas potencialidades de realidad,
y de unas potencialidades evolutivas, cosa completamente distinta a
un lan vital.
Estas potencialidades, en segundo lugar, es menester aadirlo, no
son potencialidades en el sentido aristotlico de la palabra, es
decir, unas potencialidades ms o menos indeterminadas. Alguna
indeterminacin tienen, evidentemente. Pero esta indeterminacin no
es absoluta. Y no lo es de un modo muy preciso. En primer lugar,
porque en su punto de partida todas las potencialidades estn
incursas en una configuracin. Esto es evidente. Si no fuera por la
configuracin en que estn, esas potencialidades no daran de s lo que
dan. Esto es absolutamente esencial. Y las configuraciones no
dependen solamente de la estructura a la que estn configurando. En
segundo lugar, estas potencialidades, dentro de la estructura,
dentro de la configuracin, no son una especie de pura
indeterminada. No. De ninguna manera. Tienen una estructura muy
precisa. Tan precisa, que la propia potencialidad en tanto que
potencialidad va variando en el curso del dinamismo. Desde una
clula germinal que, como tal, es ms o menos totipotente (para los
efectos de muchas formas derivadas de ella) hasta la forma que
tiene en el momento de nacer, y ya entonces no es evidentemente
susceptible de una nueva forma, se va restringiendo y modulando el
sistema de potencialidades que tiene una realidad de potencias
biolgicas-. Cada esencia tiene por consiguiente un sistema muy
preciso y muy determinado de potencialidades, que solamente de una
manera estructural, y a lo largo del tiempo, y a lo largo del
dinamismo, se van actualizando. En tercer lugar, esas
potencialidades van dando formas, van adoptando formas, que no son
formas como sembradas en el Universo a boleo. Unas configuraciones
nacen de configuraciones anteriores, y conducen a configuraciones
ulteriores. Hay toda una cascada de configuraciones. Cuando se ha
hecho la crtica de la constitucin de las molculas por este sistema
de configuraciones se ha dicho: cmo se va a pretender que jugando
con los electrones libres en el Universo se produzca la molcula de
la ms elemental de las protenas? Claro que esto sera evidente si
las cosas fueran as. Pero no son as. Es que los elementos del
Universo en una primera configuracin han producido una realidad A.
Y esta realidad en configuracin, al cabo del tiempo, ha dado la
realidad B, etc. Y todava ahora, en un momento determinado, aparece
la molcula de protena. Es que las configuraciones no estn sembradas
a voleo en el Universo, sino que estn encadenadas, en cascada
rigurosa, en la cual se van actualizando, de una manera muy precisa
y muy formal, las potencialidades en trminos evolventes ()
Captulo VIII Dinamismo de la mismidad
() Ahora bien, estas actividades as determinadas y que abocan a
una estructura del viviente, deca, constituyen un dinamismo que
como todo dinamismo est apoyado en dinamismos anteriores. Ya quedan
descritos, pginas atrs, los dos dinamismos a que aluda al comienzo
del captulo: el dinamismo de la variacin y el dinamismo de la
alteracin, que , por excelencia llamamos evolucin. El punto en que
este dinamismo de los seres vivos est montado sobre ese dinamismo
gentico y evolutivo. Y este montaje es esencial a nuestro problema,
porque eso quiere decir que la vida precisamente porque consiste,
como deca, en un sistema de actividades para mantener unas
estructuras, para mantener unas sustantividades, y esas actividades
tienen una dimensin esencial, constitutivamente evolutiva. Como
esta evolucin tiene unos caracteres determinados, a ellos es
preciso atender para entender en qu consiste la ltima ndole de este
dinamismo vital. Y aqu voy a ser puramente enumerativo. En
definitiva, esta enumeracin no es rigurosamente cronolgica, pero s
lo suficiente y, sobre todo desde el punto de vista de la
naturaleza de las cosas es rigurosamente fundante, porque cada
trmino est fundado en el anterior.
[1] En primer lugar, no hay duda ninguna, cualquiera que sea su
mecanismo ms o menos desconocido, pero sobre el que se han hecho
experiencias importantes, la materia viva procede, y no es ms que
un trmino de una evolucin de la materia que no es viva. En fin, los
clebres experimentos de Oparin y otros, obteniendo los aminocidos
por descargas elctricas sobre un medio con nitrgeno, amoniaco,
etc., son no dir evidentes, pero s convincentes y plausibles, y
abren la puerta a la meta -que yo no creo tan remota como muchas
veces se dice- de poder crear efectivamente sintticamente, materia
viva. Slo que yo he distinguido siempre rigurosamente entre materia
viva y organismo, de la misma manera que la Fsica ha distinguido
rigurosamente entre partculas elementales y corpsculos. En modo
alguno se le ocurrira a un fsico de hoy decir que las partculas
elementales son corpsculos en el sentido de los tomos. La prueba
est en que casi todas estas partculas elementales se describen en
ecuaciones de ondas de distintos tipos: la de Schrodinger, la de
Klein, etc. Esto es una cosa completamente distinta. No son tampoco
ondas en el sentido clsico. Qu son entonces? No lo sabemos. Mejor
dicho, sabemos esto: efectivamente son unas entidades, que son
elementales, y cuya actuacin se describe en trminos de estas
ecuaciones, en virtud de lo cual no son rigurosamente corpsculos ni
rigurosamente ondas. Aqu lo que nos importa es decir que las
partculas son elementales, pero que una partcula elemental de la
materia no es formalmente un corpsculo. Hay una distincin entre
cuerpo y materia. Pues bien, creo que es el mismo caso en que
estamos en Biologa. Estamos habituados a considerar que la Biologa
comienza en la clula. Esto es una suposicin como otra cualquiera.
Hay un problema quiz anterior, que es la constitucin de la materia
viva, que naturalmente tendr una vida muy difcilmente detectable y
diferenciable de los estadios que no son vida, evidentemente. Por
eso es una evolucin que en una o en otra forma constituye lo que yo
llamara la vitalizacin de la materia. Frente a la estabilizacin de
la materia, propia de la constitucin de partculas elementales ms o
menos estables, y de molculas ms o menos estables, pasando por
tomos, tenemos algo que, repito, yo llamara la vitalizacin de la
materia. Y esta vitalizacin de la materia justamente da lugar a una
marcha progresiva.
[2] En segundo lugar, esta materia viva se organiza
inmediatamente. Cules son los factores? No hay nadie capaz de
contestar a esta pregunta. Pero como quiera que sea, si comparamos
la materia viva, por ejemplo la de un virus, suponiendo que sea por
lo menos un detritus de materia viva, con una clula, vemos
inmediatamente que las clulas tienen casi todas ellas por lo menos
ncleo, adems de un citoplasma. Pero, como deca muy bien Darlington,
un citoplasma es justamente el campo de accin de un ncleo; es
decir, como quiera que sea, que los factores, el cdigo gentico,
etc., estn acumulados precisamente en el ncleo. Esto es, se ha
pasado de la pura vitalizacin de la materia, en virtud de la cual
hay materia viva, a algo distinto que es la interiorizacin de la
vida. La vida se ha concentrado por lo menos en un punto nuclear
que es rector de las manifestaciones fundamentales de la vida. [3]
Con la interiorizacin del ncleo, con el ncleo aparece la clula;
quiero decir, aparece en un cierto estadio evolutivo, la
diferenciacin entre seres monocelulares y seres pluricelulares.
Pero esta diferencia biolgica no ha sido objeto de reflexin por
parte de los grandes tericos de la evolucin como el tan conocido P.
Teilhard de Chardin. S, sin duda es muy sencillo describir en
trminos grandiosos la marcha de la evolucin, segn Teilhard de
Chardin, como si efectivamente los individuos no tuvieran nada que
hacer, sino formar parte de la especie. Siendo as que el hecho
biolgico radical de la constitucin de un organismo pluricelular
consiste justamente en disociar entre s la suerte del individuo y
la suerte de la especie. Efectivamente, si se considera una ameba,
la ameba se va dividiendo en dos. Pero dnde est la ameba anterior?
Pues realmente est en las dos. Es decir, en la ameba la suerte del
individuo es idntica a la suerte de la especie. Naturalmente. En
cambio, si tomamos cualquier organismo pluricelular lo
suficientemente desarrollado nos encontramos con que,
efectivamente, sus funciones reproductoras son muy importantes,
pero no agotan, ni remotamente, toda la actividad biolgica de los
organismos en cuestin, ni en aquellos casos en que la propia
actividad gentica pueda ser letal. Ni mucho menos. En el caso del
organismo pluricelular hay una disociacin radical y esencial entre
la suerte del individuo y la suerte de la especie. La muerte de un
perro no hace que desaparezcan los perros de la historia. En
cambio, la muerte de una ameba, la ameba primera, hara que
desparecieran prcticamente todas las amebas de la Tierra. Una cosa
es la suerte del individuo, otra la suerte de la especie.
[4] Hay un cuarto grado. La aparicin de la meiosis y, en su
momento, de la generacin sexual. Aqu asistimos no simplemente a
diferenciar la suerte del individuo y la suerte de la especie, sino
a vincular la actividad del individuo a la asociacin con otros
seres vivos, y, sobre todo, en la forma ms ntima de su posesin,
cuando la reproduccin es sexual.
[5] Como he dicho, todo ser vivo es ms o menos trmino de una
suscitacin de acciones por parte del medio que le circunda. Y en
este sentido es susceptible a estas acciones, y se puede decir, no
con impropiedad sino con todo rigor, que hay una cierta funcin de
sentir en todos los seres vivos. Lo que pasa es que esa
susceptibilidad no constituye una liberacin propia y formal del
estmulo en cuanto tal. Un vegetal, evidentemente, es susceptible en
este caso, pero en fin no tiene ningn sistema orgnico, celular, en
el cual se autonomice su funcin susceptible, por lo menos de una
manera suficientemente voluminosa. En cambio, en el ms modesto de
los animales aparece por lo menos algo que es una autonomizacin de
las funciones de estimulacin, de una manera ciertamente difusa y
que precisamente por ser difusa yo la he llamado sentiscencia. Esa
sentiscencia es una sensibilidad ms o menos general, que luego
puede adoptar formas distintas, radial, etc., pero llega, y
finalmente aparece la liberacin biolgica del estmulo en cuanto tal
en forma de sensibilidad propiamente dicha, pasando por la forma de
la susceptibilidad a la sentiscencia y de sta a la sensibilidad. Y
con ello aparece precisamente el psiquismo. Es justamente el
momento en que pudiramos decir que se produce en una o en otra
forma la animalizacin de la vida. Animalizacin de la vida en la que
aparece la funcin de sentir, la funcin de sentir de una manera
temtica. Y todo cuanto acontezca a lo largo de la historia de los
animales, desde el primer animal que tenga sentiscencia hasta el ms
complicado de los orangutanes y el primero de los homnidos,
ciertamente no es sino una complicacin evolutiva de esto que es el
psiquismo elemental de todo animal, a saber: las complicaciones y
el desarrollo de su funcin de sentir como liberacin biolgica del
estmulo.
[6] Las estructuras de la vida no solamente han llevado a crear
una liberacin biolgica del estmulo en forma de pura y vaga
animalizacin de la vida sino a algo ms: ha aparecido un estadio en
que justamente esas funciones se centralizan: es la centralizacin
del sentir, la centralizacin de la vida animal. Lo cual es
enormemente importante. Pensemos que por esto a un animal se le
puede dar la puntilla, cosa que no se puede hacer con ningn
vegetal. Un vegetal es constitutivamente un sistema no
centralizado. Un animal est centralizado. Y cuanto ms centralizado
es, es ms perfecta su vida, pero ms vulnerable. La centralizacin es
siempre la sede de la vulnerabilidad. El animal, a medida que va
siendo cada vez ms animal, es un sistema ms centrado; y un sistema
centrado en que el psiquismo cobra ms carcter y ms parecido a lo
que en el hombre hace que pueda decir: "me siento hambriento" o "me
siento sediento". Pero el animal no tiene este me de ninguna
manera: est sediento y est hambriento. Cuanto ms perfecto es el
animal, ms se parece justamente a este me que tenemos los
hombres.
[7] No solamente hay la centralizacin de la animalidad sino que
hay, adems, unos mecanismos no en todo ser vivo, pero s
especialmente en los animales- de mantenimiento del equilibrio del
medio interior. Es justamente la homeostasis, la introduccin de la
homeostasis en la vida. Sin esto, el ser vivo no podra mantener sus
estructuras. El equilibrio homeosttico es algo ms que un
equilibrio: es un momento dinmico de la actividad de los seres
vivos. Ciertamente, fundado en estructuras de equilibrio; no hay
duda ninguna. Considrese que se mantiene justamente la homeostasis
del medio interno precisamente para que cuando el ser viviente
necesite ejecutar funciones de un nivel superior a aquel que se est
considerando, pueda el ser vivo contar, en cierto modo, consigo
mismo para aquella otras funciones. Es decir, la organizacin y el
equilibrio del medio interno no es un equilibrio esttico, es un
equilibrio dinmico en que cada una de las fases inferiores requiere
por necesidad la intervencin de una fase superior para que la fase
inferior pueda continuar siendo la que es; no podra mantenerse el
quimismo de un animal si en un cierto momento el animal no tuviese
sensaciones pticas (por lo menos de una manera integral), o bien
otras. Evidentemente, esto no podra ser. Interviene la funcin
superior precisamente porque est exigida por la inferior. Ahora,
que la superior, por su parte juega su pasada. Porque una vez que
entra en accin, tiene un campo mucho ms extenso que la funcin
elemental que le ha hecho entrar en funcionamiento. Es decir,
tenemos una subtensin dinmica de la funcin superior por la
inferior, y adems una liberacin de la actividad propia de la funcin
superior. Pero la funcin superior no podra ejecutar su actividad si
no fuera por la homeostasis, que dinmicamente subtiende su propia
actividad. Cmo podra pretenderse que sin un equilibrio dinmico
adecuado pudiera el sistema nervioso funcionar adecuadamente y
tener un cerebro que recordara? Esto no podra ser.
[8] En octavo lugar, no solamente hay una funcin de
estabilizacin en el orden de las actividades, sino que esta
estabilizacin conduce de hecho, por lo menos en la serie animal, a
algo distinto, que es la corticalizacin. Se va constituyendo no
solamente un eje central, sino que ese eje central termina en un
telencfalo y el telencfalo culmina en una corteza. Se ha discutido
mucho cul sea la funcin de la corteza. Ahora bien, cul es la funcin
de la corteza? Se ha discutido mucho entre neurlogos. Sherrington
crea que era un sistema de integracin; Brinkner, que es un sistema
de significacin. Modestamente me he atrevido alguna vez a pensar
que no se trata ni de una cosa ni de otra. Porque efectivamente el
ser vivo, todo ser vivo, aun la ameba ms elemental, adems de tener
unas funciones especficamente determinadas, tiene, justamente en
virtud de sus propias estructuras, lo que yo he llamado la
formalizacin de esas acciones, de la manera como se presentan en el
medio. Y he puesto el ejemplo del cangrejo (no es mo, es de Katz),
del cangrejo al que se le adiestra a cazar una presa sobre una
roca, pero si esa presa se le pone colgada de un hilito y un
palillo, el cangrejo se siente incapaz de apresarla. Por qu razn?
Porque realmente el cangrejo no ha percibido la presa sino que ha
percibido la configuracin entera roca-presa. Y ahora, como tiene
una configuracin distinta, no reconoce la presa en ella. En cambio
un animal superior al cangrejo, ve la presa por s misma, como
recortada, independiente de las dems. Pues, justo esa es la funcin
de formalizacin.
En el desarrollo evolutivo del sistema nervioso no simplemente
se van creando los once rganos, los once matices de la sensibilidad
que todos poseemos, sino que, adems, sobre todo, se va creando un
enorme sistema de formalizacin, en virtud de lo cual podemos hablar
de cosas independientes, y no simplemente de configuraciones
totales. Ahora bien, yo estimo que la funcin esencial de la corteza
cerebral y del cerebro en general es justo crear este enorme
sistema de formalizacin, en virtud del cual un estmulo elemental
que se recibe del medio externo, en virtud de las formalizaciones,
presenta situaciones cada vez ms ricas, cuanto ms rica sea su
formalizacin interna. Y esto es precisamente lo que hace que el
psiquismo, tan elemental que consiste justamente en la liberacin
biolgica del estmulo, adquiera ese carcter voluminoso y complicado
que aboca precisamente en la conducta del animal. Las respuestas
que el animal da a una suscitacin se convierten entonces en
conducta. La formalizacin exige la conducta para su propia
estabilidad y recprocamente hace posible la riqueza en que se
inscribe el psiquismo animal. En esto se funda la unidad intrnseca
entre estabilidad y creacin en la vida.
En definitiva, si consideramos estos estadios citados en la
marcha de la vida, nos encontramos con que desde la interiorizacin
de la materia hasta la mxima formalizacin en la corticalizacin,
hemos asistido a una progresiva interiorizacin, cada vez mayor,
precisamente del ser vivo.